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España: Mejora la empleabilidad de los titulados universitarios, pero aumenta la sobreeducación

España / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Educaweb

El Informe CYD 2016 apunta que ha llegado el momento de abrir el debate de la reforma de la universidad española

La Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) ha hecho público recientemente el Informe CYD 2016, un estudio donde se expone y analiza la contribución de las universidades españolas al desarrollo económico y social.

El informe constata una mejoría de las condiciones de inserción laboral de los titulados superiores, si bien también detecta un incremento de la sobreeducación, esto es, la realización de tareas profesionales que requieren una cualificación inferior a la obtenida.

La tasa de ocupación de los titulados superiores alcanzó el 79,8% en 2016, 10,6 puntos más que la de los titulados de ciclos formativos de grado medio y bachillerato; y, al contrario, la tasa de paro se situó en el 10,9%, 6,1 puntos menos que los de niveles educativos inferiores.
El informe concluye, por tanto, que la probabilidad de quedarse en el paro es mucho menor si se posee una titulación superior. Esta situación también repercute en la calidad del trabajo, pues se firman menos empleos a tiempo parcial, menos contratos temporales y se obtienen mayores salarios.

La otra cara de la moneda reside en el «relativamente elevado» nivel de sobreeducación en comparación con otros países. El 34,4% de los contratos realizados a graduados universitarios durante 2016 requerían la realización de tareas de una cualificación inferior, lo que supone siete décimas más que en 2015 y más de cuatro puntos porcentuales respecto de 2010.

Otros datos incluidos en el capítulo dedicado a Graduados universitarios y mercado de trabajo confirman una tendencia hacia el descenso en el número de estudiantes grado (unos 200.000 egresados, un 9,1% menos que el curso anterior) y un aumento de los de máster (unos 90.000, un 20,5% más).

El reto de la internacionalización

El informe también incluye un capítulo dedicado a determinar la posición internacional de las universidades españolas.  El análisis de los rankings Academic Ranking of World Universities (ARWU), Times Higher Education (THE), Quacquarelli Symonds (QS) y U-Multirank (UMR) permite concluir que España destaca positivamente en los indicadores de contribución regional al desarrollo, la tasa de graduación de máster y en tres indicadores de transferencia: fondos privados, solicitud de patentes con empresas privadas e ingresos de formación continua.

Por el contrario, el sistema universitario ha de mejorar en todos los indicadores de investigación, en cuatro de transferencia (publicaciones con empresas, citadas en patentes, patentes con empresas privadas y spinoffs) y en todos los de orientación internacional a excepción de la movilidad del alumnado y la tasa de graduación de grado.

Más recursos y una reforma legal en profundidad

Los autores del informe constatan que los indicadores económicos que revelan un crecimiento de la economía española todavía no se están traduciendo en una mayor dotación presupuestaria para las universidades, si bien se ha roto con la tendencia de reducción de gasto continuado.

El informe aconseja, por tanto, que la sociedad y las administraciones públicas prioricen el gasto en educación superior, y en particular el gasto público, si se quiere alcanzar el promedio de la OCDE y, más todavía, situarse junto a países líderes en educación. «Corregir esta situación de la manera más rápida posible debería ser, sin duda, una prioridad inexcusable», sentencia.

Algo parecido ocurre cuando se recomienda avanzar hacia un nuevo marco legal. El modelo actual necesita «una urgente y profunda reforma para su adaptación a los retos que impone la sociedad del siglo XXI», indica. Entre los aspectos a reformar sugieren:

  • Marcos de financiación, para que sean estables y predecibles, y capaces de conjugar financiación básica y excelencia;
  • Política de recursos humanos, para definir la carrera académica y condiciones laborales de los docentes;
  • Mecanismos de acreditación y rendición de cuentas centrados más en las universidad en su conjunto que en programas concretos;
  • Modelos de gobernanza que garanticen la idoneidad de los responsables universitarios.

El decimotercer Informe CYD 2016 consta de cuatro capítulos: Sistema universitario español, Graduados universitarios y mercado de trabajo, Investigación y transferencia en las universidades españolas y La posición internacional  de las universidades españolas. También cuenta con un anexo con los resultados del Barómetro CYD y un anexo estadístico.  La Fundación CYD se constituyó en 2002 y tiene como principal objetivo analizar y promover la contribución de las universidades españolas al desarrollo económico y social del país y ampliar los vínculos entre la universidad y la empresa.

 

Fuente de la Noticia:

http://www.educaweb.com/noticia/2017/09/15/mejora-empleabilidad-titulados-universitarios-pero-aumenta-sobreeducacion-15104/

Fuente de la Imagen:

http://www.noticiasfuerteventura.com/fuerteventura/becas-prestamos-para-universitarios

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Costa Rica, el país de OCDE que más porcentaje del PIB invierte en educación

Costa Rica / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: El Periódico

Costa Rica es el país de la OCDE que más porcentaje de su Producto Interior Bruto (PIB) invierte en educación, además de ser el que destina la mayor cantidad de dinero por estudiante en Latinoamérica, revela un informe de la entidad publicado hoy.

En informe «Panorama de la Educación 2017» de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se desvela que Costa Rica invierte el 6,3 por ciento de su PIB en educación, el mayor porcentaje entre los países miembros del organismo y superior al promedio de éstos, que es del 4,8 %.

Esa inversión se desglosa en un 4,8 % del PIB para primaria, secundaria y educación no superior y un 1,6 % para instituciones de educación terciaria. Estos números superan la media de la OCDE, que es de 3,4 % y 1,3 %, respectivamente.

Además, Costa Rica invierte por estudiante 4.520 dólares anuales, la mayor cantidad en Latinoamérica, aunque esta cifra está por debajo de los 9.245 dólares que promedian los países de la OCDE.

Entre los datos que revela el informe figura un aumento del nivel de asistencia a la educación superior en el rango de 25 a 34 años desde el 2000, que ha pasado del 18 % al 29% en 2016, mientras que el porcentaje de personas sin estudios superiores pasó del 68 % al 50 % en el mismo periodo.

«A pesar de este progreso significativo (…) uno de cada dos adultos jóvenes no ha completado estudios superiores a la secundaria, un porcentaje mucho mayor que el promedio en los países de la OCDE (16 %)», se indica en el informe.

Los adultos con títulos en educación superiora en Costa Rica tienen mejores posibilidades de empleo, pues el 81 % de los que tienen entre 25 y 64 años tiene trabajo, mayor que aquellos con menor preparación (62 %).

Los graduados de educación superior perciben ingresos de más del doble de quienes no tienen un título en Costa Rica, se añade en el documento.

También se desprende del informe que el campo de estudio preferido es el que componen los negocios, la administración y las leyes con el 34 %, seguido por la educación con el 19 %. Ambos abarcan más de la mitad de las personas con estudios terciarios, lo que supone 17 puntos porcentuales más que el promedio de la OCDE.

Las carreras de ciencias, ingenierías, tecnología y matemáticas son menos atractivas para los costarricenses, con solo un 17 % de los estudiantes, menor al promedio de los países de la OCDE (25 %).

«Costa Rica tiene el porcentaje más bajo de personas que estudian ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas entre los país de la OCDE y sus economías asociadas con datos disponibles», se agrega en el informe.

Fuente de la Noticia:

http://www.elperiodico.com/es/sociedad/20170912/costa-rica-el-pais-de-ocde-que-mas-porcentaje-del-pib-invierte-en-educacion-6279995

Fuente de la Imagen:

Educación en Costa Rica

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África: Mi país es rico, pero yo no puedo ir al cole

África / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Lola Hierro / Fuente: El País

Hay 264 millones de menores sin escolarizar en el mundo y dos tercios viven en países de abundantes recursos naturales. Su explotación genera conflictos que afectan a la educación. Un informe lo analiza

A primeros de septiembre, ciudades y pueblos se llenan desde bien temprano de niños somnolientos y nerviosos que se enfrentan a su primer día de curso. Una imagen tan habitual para algunos no lo es en absoluto para muchos, muchísimos otros. En los últimos años se ha avanzado en la escolarización de los menores —entre 2000 y 2015 el acceso a la escuela primaria llegó al 90% de los niños— pero todavía quedan 264 millones sin escolarizar en todo el mundo. Y dos tercios de ellos viven en países ricos en recursos naturales, pero que paradójicamente ocupan los últimos puestos de desarrollo y tienen presupuestos en educación inferiores al 3% de su PIB.

Para llamar la atención sobre esta realidad tan chirriante, la ONG Entreculturas ha lanzado la campaña Escuelas en peligro de extinción y, con ella, un informe titulado Educación en zona de conflicto que analiza minuciosamente las relaciones entre el derecho a la educación, la explotación de recursos naturales, la paz y el desarrollo sostenible.

«La fuerte presión sobre los recursos minerales, fósiles, pesqueros, forestales, agrícolas o hídricos y la lucha por su control generan, además de degradación ambiental, tensión, conflictos, violencia y desplazamientos forzosos», resume el estudio, que describe cómo los civiles que viven en estas áreas explotadas ven vulnerados sus derechos. Sobre todo, el de la educación. Los datos hablan por sí solos: el 87% de las personas desplazadas en el mundo en la última década proceden de zonas de explotación minera y petrolera.

Mi país es rico, pero yo no puedo ir al cole

Y de eso sabe Hombeline Bahati, coordinadora de un proyecto de mejora de medios de vida con el Servicio Jesuita al Refugiado. Trabaja en Masisi, en la castigada región de Kivu norte, en la República Democrática del Congo (RDC). Un país con abundantes recursos minerales que lleva 20 años sumido en un conflicto sin visos de acabar. Oro, el tantalio que hace funcionar los teléfonos móviles… RDC es una mina y todos quieren beneficiarse de ella.

«Existen problemas tribales por el acceso a la tierra, porque con la crisis de los noventa de Ruanda, los hutus se desplazaron a Masisi y siguen ahí, y no hay sitio para todos», explica Bahati, en Madrid para dar visibilidad a su trabajo. Luego, desde que llegaron los blancos a ayudar y descubrieron la riqueza de nuestras montañas; empezaron a explotar la tierra y entonces ya no fue solo para cultivarla, sino para obtener mayores beneficios. Ahí entraron el Gobierno, las milicias, las grandes empresas extractivas… ya fue una lucha de todos contra todos», describe.

Solo en Masisi se aglutinan 11 campos de refugiados y Bahati trabaja en siete. Se estima que en ellos viven —o malviven— unas 36.000 personas. «A través de la formación en diferentes oficios, estas personas pueden ser autónomas. Son familias que tuvieron que irse a otros pueblos o a campos de refugiados para estar más tranquilos porque sufrían los enfrentamientos entre guerrillas o entre estas y el ejército regular».

Es un círculo vicioso: a menor educación, más conflictos, y a más conflictos, menor educación. Y la particularidad de que la contienda tenga que ver directa o indirectamente con la explotación de los recursos de un país solo empeora las cosas. Según el informe, es un agravante para los niños y niñas en edad escolar: «Diez de los países con indicadores educativos más bajos son ricos en recursos naturales. Ocho de ellos están siendo o han sido asolados por conflictos. De los 40 conflictos que se han producido entre el año 1999 y el año 2013 han conllevado ataques recurrentes a la educación, más de la mitad han estado vinculados directa o indirectamente con los recursos naturales», enumera. Y además, durante los últimos 60 años, entre cuatro y seis de cada 10 conflictos armados tuvieron un vínculo con la explotación de recursos naturales. La mayoría fueron en África subsahariana, pero también en América Latina y Asia.

La razón fundamental es que estas contiendas se prolongan más tiempo, llevan asociados mayores niveles de violencia, especialmente contra las mujeres, y son más difíciles de superar. El riesgo de resurgimiento es mucho más alto, en parte porque los procesos de paz y reconciliación no suelen abordar la gobernanza y gestión de los recursos naturales.

El 87% de las personas desplazadas en el mundo en la última década proceden de zonas de explotación minera y petrolera

En Masisi, Bahati es testigo a diario de cómo esto afecta a la educación de los niños: «Cuando hay un conflicto no funciona nada, y tampoco los colegios. Llegan familias desplazadas con sus hijos a una nueva comunidad y las escuelas de la zona no tienen plazas para todos, se desbordan, así que los menores no pueden acceder a la educación o acceden a una de muy mala calidad», describe.

Otras guerras menos visibles

Hay conflictos armados más violentos a primera vista, como por ejemplo el de RD Congo. En ellos se atacan escuelas, se asesina, se producen desplazamientos forzados de comunidades enteras y una importante degradación medioambiental. Pero existen otros de menor escala que afectan a millones de personas de pequeñas comunidades locales y tienen su origen en el acaparamiento de tierras que luego explotarán grandes empresas (cultivos intensivos de soja, por ejemplo, en América Latina) o en la lucha por recursos decrecientes (agua, tierras, pastos, pesca…).

Se calcula que hay activos más de 2.000 conflictos medioambientales, una cifra que ha aumentado en los últimos años en paralelo a los asesinatos de ecologistas, que a menudo ejercen también el liderazgo educativo en sus comunidades. Uno de los más sonados fue el de Berta Cáceres, pero no el único. Estos crímenes aumentaron un 59% entre 2004 y 2015, con 185 asesinatos en 16 países, según el último informe de Global Witness.

En los conflictos armados relacionados con los recursos naturales son frecuentes los ataques a la educación. Desde los ataques a escuelas y a profesores, la destrucción de aulas, el reclutamiento de niñas y niñas como soldados, hasta la violencia contra mujeres y niñas, estudiantes y docentes. En el caso de la República Democrática del Congo, por ejemplo, desde 2013 han sido destruidas más de 500 escuelas y más de 200.000 escolares se han visto afectados.

En los conflictos medioambientales, los impactos no son tan visibles, en parte porque los ataques directos a escuelas, profesores y estudiantes son menos frecuentes, pero también son muy dañinos y vulneran el derecho a la educación de milones de menores. La apropiación de tierras por parte de empresas desplaza a la población que las habitaba o trabajaba, con la consiguiente pérdida de oportunidades educativas para los afectados. En Kenia hay 30.000 escuelas en riesgo de desaparición por este fenómeno. El 83% no cuenta con un título jurídico de propiedad, por lo que sus efectivos propietarios no pueden defenderse.

Una cuestión de género

De entre todos los perjudicados por este tipo de contiendas, las mujeres y niñas tienen un problema añadido. La educación las empodera para enfrentarse a diversas discriminaciones. Pero si no tienen la oportunidad de formarse, serán más proclives a sufrir otros abusos. Es el caso del matrimonio infantil o el acceso a la salud o al empleo. Sin olvidar a que en los lugares donde existen conflictos por los recursos naturales se producen a menudo violaciones masivas de mujeres como arma de guerra. Además de las secuelas físicas y psicológicas, estas quedan estigmatizadas de por vida y marginadas, por lo que acaban por destruir el tejido social de las comunidades.

Bahati lo describe desde su experiencia. Explica que los desplazados pierden el acceso a la tierra, ya no tienen donde cultivar y por tanto dejan de ganar dinero. «Como mucho pueden realizar alguna actividad económica informal, y si les sobra algo del poco dinero que ganan para destinarlo a la educación, van a privilegiar a los niños varones», cuenta Bahati. «El que las niñas estén en los campos sin hacer nada las lleva a la esclavitud sexual: en mis campos sucede mucho», asegura la congoleña. «Por menos de medio dólar, los padres las prostituyen».

En República Democrática del Congo, desde 2013 han sido destruidas más de 500 escuelas y se han visto afectados más de 200.000 escolares

Más guerra, peor alimentación y peor educación

Como se mencionaba antes, una buena parte de las personas más pobres del mundo vive en países ricos en recursos naturales. Y también de los hambrientos. Esa combinación de pobreza y hambre dificulta el acceso a la educación y al aprendizaje efectivo: un niño con hambre o con carencias nutricionales no va a rendir adecuadamente en el colegio. Y, sin embargo, la educación es fundamental para salir del círculo de la pobreza.

Igual ocurre con los problemas de salud: afectan al derecho a la educación porque favorecen el absentismo, el abandono o las dificultades de aprendizaje. Otras consecuencias sobre la salud son la contaminación generada por las industrias mineras o de hidrocarburos, la destrucción de infraestructuras sanitarias y la propagación de enfermedades.

Medidas realistas

Dos niñas hacen los deberes en el campo, en Etiopía.
Dos niñas hacen los deberes en el campo, en Etiopía. 

Con esta campaña, Entreculturas hace un llamamiento a los Gobiernos de países donde existen conflictos relacionados con los recursos naturales. Les exhortan a que recaben el consentimiento libre, previo e informado de las poblaciones locales y que respeten sus derechos fundamentales, sobre todo el derecho a la vida, a la alimentación adecuada, a la salud y a la educación. Sobre esta última, el informe recalca que es imprescindible que se refuercen los medios y la financiación actuales para paliar los déficits existentes. Un ejemplo positivo, en opinión de los investigadores, es el de Etiopía, donde la pobreza se ha reducido a la mitad desde 1995, cuando empezó a aplicar programas educativos más eficaces.

En el caso de las comunidades indígenas, se hace especial hincapié en la inversión en una educación bilingüe, en un refuerzo del enfoque multicultural y de la orientación de la educación hacia el empoderamiento para la defensa de los derechos referidos a su estilo de vida, a la propiedad de la tierra y a la gestión de sus recursos.

Por otra parte, los autores consideran necesario incorporar la cuestión de la gobernanza de los recursos naturales en los procesos de paz y reconciliación por parte de los Gobiernos en los países en conflicto, de los actores que desempeñan un papel de mediación y de las organizaciones sociales que contribuyen a la restauración de la paz.

Pese a todo, Hombeline Bahati sabe que ni Masisi ni Kivu serán una tierra pacífica a corto plazo. Por eso pide adoptar medidas realistas para conseguir que la población sobreviva de la manera más digna posible y con acceso a los mejores recursos, también dentro de las circunstancias. No se puede acabar la guerra de un día para otro, pero sí se puede sensibilizar a las comunidades locales sobre la importancia de la educación. Ella, nacida en esa tierra indómita, va notando cambios. «La sensibilización es muy importante, cada vez más padres entienden que es fundamental que sus hijos e hijas se formen. El aumento de la demanda se observa en que también hay cada vez más universidades y centros de formación profesional. Antes eran para unos pocos privilegiados, pero en los últimos años se ha normalizado el acceso», asegura.

Fuente del Artículo:

https://elpais.com/elpais/2017/09/11/planeta_futuro/1505131269_476429.html

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Colombia: Estudiar en la universidad aumenta el sueldo y la posibilidad de empleo

Colombia / 17 de septiembre de 2017 / Autor: EFE / Fuente: El Colombiano

Las personas con estudios universitarios tienen más probabilidades de hallar empleo y ganan de promedio un 56 % más que quienes no los tienen, dijo hoy el director de Educación y Cualificaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Andreas Schleicher.

Schleicher presentó en Londres el informe anual de la OCDE titulado Panorama de la educación 2017, que computa datos de 46 países, los 35 miembros del organismo, entre ellos España o el Reino Unido, más once asociados.

Según el experto, la educación universitaria es, a día de hoy, “altamente productiva”, si bien los estudiantes no siempre eligen las carreras más beneficiosas para su futuro.

“Los sistemas educativos deben explicar mejor a los jóvenes qué estudios ofrecen las mayores oportunidades para la vida”, declaró.

La OCDE, que también realiza cada tres años el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA), en el que lista su rendimiento por países, explica que los adultos universitarios tienen más probabilidades de encontrar trabajo tras una crisis económica y menos de contraer depresión.

En el informe anual, difundido hoy en varios territorios, se señala que un 23 % de los universitarios entre 25 y 64 años de los países estudiados tiene una licenciatura en derecho o empresariales, frente a un 5 % en ciencias naturales, un 17 % en ingeniería o construcción y un 4 % en tecnologías de la información y comunicación (TIC).

Sin embargo, las carreras con mejores perspectivas laborales son precisamente las del grupo conocido como STEM –ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas–, lo que refleja “las demandas de una sociedad cada vez más impulsada por la innovación”, apuntó Schleicher.

En particular, los profesionales en carreras de TIC, como informática o telecomunicaciones, tienen un nivel de empleo siete puntos porcentuales por encima que los graduados en humanidades y arte, periodismo o ciencias sociales, apunta el informe.

La OCDE, con sede en París, aplaude que un 43 % de los ciudadanos de 25 a 34 años de sus países tiene título universitario, comparado con un 26 % en el año 2000, y también ha subido el número de personas que acabó la educación secundaria.

Sin embargo, alerta de que “sigue siendo problemático” que uno de cada cuatro alumnos de secundaria no ha terminado sus estudios dos años después de la fecha oficial, y cuatro de cada cinco de ellos los abandona completamente.

“Esta es una pérdida crítica”, advierte la OCDE, que recuerda que la tasa de desempleo para personas de 25 a 34 años sin estudios de secundaria en los países miembros es de un 17 %, frente a un 9 % para los adultos que sí la completaron.

Según el organismo, las carreras universitarias aún presentan una gran disparidad de géneros y, si bien las mujeres dominan en sanidad y bienestar social, educación, periodismo o ciencias sociales, son minoría en ciencias naturales, matemáticas, ingeniería y TIC.

El nivel de inversión en todo el sistema educativo ha aumentado desde 2010 a un ritmo superior al de las matriculaciones, hasta una media en la OCDE de 10.759 dólares por año y alumno, si bien en la educación superior o terciaria solo un 70 % de los fondos son públicos, con cada vez más coste para los hogares.

Según señaló Schleicher, el Reino Unido es el país que más fondos destina a la educación, desde primaria a terciaria, si bien también tiene una proporción por encima de la media de inversión privada, sobre todo a nivel universitario.

El experto dijo no obstante que el sistema universitario británico, que atrae a muchos estudiantes extranjeros pero es polémico por el alto coste de sus matrículas, “es uno de los más sostenibles”.

La inversión en instituciones de educación primaria hasta terciaria superó en 2015 el 6 % del producto interior bruto (PIB) en Canadá, Dinamarca, Islandia, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Noruega, el Reino Unido y Estados Unidos, indica el informe.

Los países que menos invierten son la República Checa, Hungría, Indonesia, Luxemburgo, Rusia y Eslovaquia.

La OCDE alerta de que la media de edad de los profesionales de la educación está subiendo: un 33 % de los profesores de primaria y secundaria tenían al menos 50 años en 2015, un aumento de tres puntos porcentuales desde 2005.

Un motivo para la escasez de jóvenes es el salario, pues los sueldos de los maestros son bajos comparados con los de otros licenciados universitarios, señala el organismo.

Para este estudio, la OCDE analizó los datos de sus miembros más los de Argentina, Brasil, China, Colombia, Costa Rica, la India, Indonesia, Lituania, Rusia, Arabia Saudí y Suráfrica.

Fuente de la Noticia:

http://www.elcolombiano.com/tendencias/las-personas-con-estudios-universitarios-ganan-mas-y-son-mas-empleables-segun-ocde-DH7283757

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México es el país que menos gasta por alumno en la OCDE; solo 17% de 25 a 65 años cursó universidad

México / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Sin Embargo

Solo el 17 por ciento de los mexicanos de entre 25 y 64 años ha cursado educación superior, lo que convierte al país en el último entre los miembros de la OCDE en este ámbito. El informe “Panorama de la Educación 2017”, presentado hoy por la organización también destacó que aunque el gasto en instituciones educativas mexicanas creció de 2013 a 2014, sigue siendo bajo, pues sólo gasta en promedio 3 mil 703 mil dólares por alumno.

Aunque el gasto en instituciones educativas mexicanas creció de 2013 a 2014, sigue siendo bajo, pues sólo gasta en promedio 3 mil 703 mil dólares por alumno, el nivel más bajo de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El organismo publicó este martes el estudio “Panorama de la Educación 2017” donde también destacó que México está en el último lugar de acceso a la universidad, puesto ni siquiera quinta parte de los estudiantes logra terminarla.

En el informe se advirtió que en México “a pesar de estas mejoras en el nivel educativo, sólo el 17 por ciento de las personas, de entre 25 a 64 años lograron terminar una carrera universitaria, también recalcó que el gasto público a instituciones educativas, (en cuanto a capital por estudiante y no gasto corriente) son de los más bajos de las naciones que integran la OCDE.

En 2014, México gastó en promedio 3 mil 703 dólares por estudiante en instituciones educativas de primaria a nivel superior, lo cual es “considerablemente por debajo del promedio, que gasta 10 mil 759 dólares . Este es el nivel de gasto más bajo en los países de la OCDE”, señala el informe.

No obstante, destaco, si se analiza el gasto por nivel educativo del alumno, hay diferencia puesto que se gasta más en los estudiantes universitarios que en los niños de primaria.

El gasto en instituciones de educación superior fue de 8 mill 949 por alumno, tres veces más que en las primarias en donde es gasto se ubicó en promedio 2 mil 896 por estudiante, detalló.

“Este es el mayor diferencial en países que disponen de datos disponibles, que en promedio gastan 19 veces más por universitarios que por otros estudiantes. La proporción de México es similar a la observada en Brasil y Turquía”, apuntó.

El informe aclaró que aunque México se ubica como el segundo país que aportó más de su gasto total a la educación, [el 17.3 por ciento de su presupuesto de egresos], la composición es la diferencia y lo que ubica al país por debajo de la media de la OCDE, puesto que sólo una pequeña parte los recursos gubernamentales destinados a educación va a capital y la mayor parte se va a gasto gasto corriente.

En 2014, los gastos de capital representaron el 4 por ciento del gasto total de la enseñanza desde la primaria a universidad, y el 96 por ciento restante fue a gasto corriente.

El gasto capital está “muy por debajo del promedio de la OCDE que es de 9 por ciento. Solamente Bélgica y el Reino Unido dedicaron una parte inferior a los gastos de capital” especificó el texto.

“A pesar de su bajo gasto por estudiante, el gasto en instituciones educativas constituye un tanto del PIB de México como del gasto gubernamental total. En 2014, el gasto total en educación primaria las instituciones educativas de México alcanzaron el 5.4 por ciento del PIB, por encima del promedio de la OCDE de 5.2 por ciento, pero ligeramente por debajo otros países de América Latina, como Argentina (5.6 por ciento), Chile (55 por ciento) y Colombia (5.7 por ciento)”, abundó.

ÚLTIMO EN ACCESO UNIVERSITARIO

El porcentaje de estudiantes que concluyeron la universidad en México es 20 puntos porcentuales el promedio de la OCDE. Foto: Diego Simón Sanchez, Cuartoscuro

México se ubica en el último lugar de los países de la OCDE en el número de personas que terminaron sus estudios universitarios durante el 2016, destacó el análisis.

La OCDE señaló avances educativos en cuanto a la educación secundaria y preparatoria, sin embargo, recomienda que México “puede mejorar los resultados el nivel universitario que sigue siendo limitado”.

Explicó que aunque el número de jóvenes que terminaron la preparatoria o bachilleres subió del 20 por ciento al 25 por ciento, “si se mantienen patrones actuales, se espera que 26 por ciento de los jóvenes en México se gradúen con título universitarios en algún momento de su vida”; sin embargo, sólo el 17 por ciento de personas entre 25 a 64 años ha logrado concluir la universidad.

Esto es 20 puntos porcentuales menos que el 37 por ciento de la media, aunque aún es superior a algunos países asociados como Brasil 15 por ciento, China 10 por ciento, India 11 por ciento, Indonesia 10 por ciento y Sudáfrica 12 por ciento.

La semana pasada el Foro Económico Mundial (WWF por sus siglas en inglés), publicó en su Reporte de Capital Humano 2016, que apenas el 21 por ciento de los mexicanos de 24 a 34 años poseen un título universitario y que 16 de cada 1000 jóvenes (poco más de 1 por ciento) podrán llegar a ser profesionistas.

El documento de WWF, que mide el avance o deterioro del capital humano en 139 países, afirmó México presenta un rezago en comparación con otras naciones de América Latina, puesto que se posicionó en el lugar 65 del ranking por debajo de países como Colombia, Chile y Mongolia. Aunado a esto, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) determinó que el ingreso promedio mensual de los profesionistas en México oscila entre los 9 mil y 11 mil 282 pesos mensuales.

La OCDE dijo que las reformas educativas “han impulsado la educación técnica superior en México, ayudando a los jóvenes”, no obstante las tasas de matrícula siguen siendo inferiores a la media de la OCDE, apuntó.

Los estudios aún son un factor determinante para la obtención de empleo y en los salarios de los mexicanos, según expuso la OCDE.

En 2016, la tasa de empleo fue del 65 por ciento para los jóvenes de 25 a 64 años con una educación secundaria, superior a la media de la OCDE que es de 57 por ciento, mientras que la tasa de empleo alcanzó el 70 por ciento y al 80 por ciento para los ciudadanos que tenían hasta la educación superior, es decir, que la tasa de empleo aumenta hasta el 80 por ciento para los que tienen licenciatura o equivalente y sube hasta el el 85 por ciento para maestría o doctorado o títulos equivalentes.

“Los ingresos relativos también aumentan con el nivel de logros educativos y son considerablemente más altos […] Los adultos en México con un título universitario ganan en promedio más del doble que adultos con educación preparatoria como su calificación más alta”, detalló.

CARRERAS PREFERIDAS

Otro de los aspectos que destacó el informe es que aun y cuando hay un avance en la elección de carreras relaciones con la ciencia y tecnología, donde  cada vez son más los estudiantes que las prefieren,  las licenciaturas en administración, negocios y derecho aún son las populares para los universitarios de nuevo ingreso.

En 2015, el 32 por ciento de los nuevos participantes en la educación terciaria escogió la ciencia, tecnología o matemáticas, es decir 5 puntos porcentuales más que el promedio de la OCDE, colocando a México en sexto lugar de los países de la OCDE

Pero, en el 2016 México tenía una mayor proporción de adultos con títulos en negocios, administración y derecho: el 35 de los egresados de entre 25-54 años. Esto es superior al promedio en los países de la OCDE que se ubica en un 23 por ciento.

Las carreras como ingeniería, fabricación y construcción fueron las siguientes  favoritas, con un 16 por ciento de los estudiantes, ligeramente por debajo del promedio de la OCDE que es 17 por ciento.

Le siguen las licenciaturas relacionadas con pedagogía y educación, tomadas por un 15% de los adultos con estudios superiores, es decir, 2 puntos porcentuales por encima de la media de la OCDE, agrega.

La OCDE enfatiza sobre el estudio en la ciencia, “debido a la creciente competitividad de la economía global y del mercado de trabajo, México ha dado gran importancia en el aumento del número de estudiantes e investigadores en ciencias e ingeniería. En 2016, un cuarto de los estudiantes de educación superior -de 25 a 64 años de edad en México- tenía una licenciatura en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), lo mismo que el promedio de OCDE .

“Las tasas de empleo se ajustan a esta nueva tendencia, y son más altas para los profesionistas que estuvieron carreras relaciones con la información y las tecnologías de la comunicación (TIC) y la ingeniería, industrial, y la construcción (ambos en un 83 por ciento), que para los que estudiaron administración, negocios, y derecho (80 por ciento), mientras que para los estudiaron ciencias naturales, matemáticas y estadísticas la tasa de empleo es de 75 por ciento, por debajo de las tasas de los otros campos STEM” señaló.

Fuente de la Noticia:

México es el país que menos gasta por alumno en la OCDE; solo 17% de 25 a 65 años cursó universidad

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Argentina: Educación para el trabajo: el incierto desembarco de la escuela en la empresa

Argentina/ 12 de septiembre de 2017/ Fuente: https://www.clarin.com

Prácticas profesionalizantes, capacitación para el trabajo y sistema dual: cuáles son las iniciativas que ya funcionan vinculando alumnos y lugares de trabajo.

Dentro de la reforma de la escuela secundaria que impulsa el gobierno porteño, el anuncio de que los alumnos de quinto año deberán destinar todo un cuatrimestre a prácticas laborales despertó la polémica. Las luces de advertencia se encendieron tanto por el riesgo de funcionar como formas precarizadas de trabajo, como por la imposición naturalizada de la lógica empresaria en el sistema educativo.

Las empresas, por otro lado, ven con buenos ojos la extensión de este tipo de prácticas, que ya existen para las escuelas técnicas, a otros recorridos curriculares. Desde su perspectiva ayudan a cubrir la brecha entre la formación escolar y el mundo laboral, aportando a los alumnos no sólo capacidades técnicas sino también competencias de las llamadas «blandas», todas herramientas necesarias para mejorar las posibilidades de empleo y desarrollar perfiles adecuados al mercado de trabajo.

En la Argentina existen diversas experiencias de vinculación de la escuela secundaria y el mundo laboral. Por un lado, las prácticas profesionalizantes, obligatorias para los estudiantes de las escuelas técnicas. Por otro, iniciativas de responsabilidad social empresaria que desarrollan cursos o capacitaciones de formación para el trabajo. También está la experiencia del sistema dual, en el cual los egresados del secundario estudian en la empresa según el modelo alemán, que en el país ponen en práctica compañías que integran la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana.

La Ley de Educación Técnico Profesional, promulgada en 2005, que regula tanto el nivel medio como el superior, establece como uno de sus objetivos “desarrollar trayectorias de profesionalización que garanticen a los alumnos y alumnas el acceso a una base de capacidades profesionales y saberes que les permita su inserción en el mundo del trabajo”. A su vez, dispone que las autoridades educativas provinciales promuevan convenios con organizaciones y empresas. Así, las “prácticas profesionalizantes” se incorporaron al diseño curricular de la escuela media técnica, definidas como “prácticas educativas”, aunque no todas las escuelas pudieron establecer vínculos con las organizaciones (ver “Formación de profesionales críticos”).

Educación para el trabajo: el incierto desembarco de la escuela en la empresa

La formación en Mecanizados, de la Cámara Argentina-Alemana de Industria y Comercio, se realiza en ocho empresas.

“Empezamos a vincularnos con las escuelas técnicas de la zona de nuestras plantas cuando no existía la ley”, cuenta Fernando Favaro, gerente de Desarrollo Social de Ternium Siderar. “Veíamos una brecha entre las necesidades de conocimiento que teníamos y el perfil de los chicos. Quienes se incorporaban a la empresa pasaban entre 8 y 10 meses capacitándose antes de ir al puesto de trabajo”, agrega. En un contexto en el que “había desaparecido la escuela técnica y los talleres estaban vacíos”, la empresa desarrolló el programa de Fortalecimiento de Escuelas Técnicas.

Conformaron una mesa de trabajo con inspectores, directores y jefes de taller de seis escuelas técnicas en San Nicolás-Ramallo y Ensenada-Berisso. El programa incluyó el diseño de talleres, planes de infraestructura y equipamiento y capacitación a docentes. “Como corolario, a partir de la nueva regulación provincial, las prácticas profesionalizantes del último año se desarrollan en nuestras plantas”, informa Favaro. Los alumnos realizan un proceso similar al de selección de personal, “un gran simulador para que aprendan cómo se hace la entrevista laboral”, describe. Luego concurren a la planta de lunes a viernes de 8 a 14 hasta completar las 200 horas obligatorias para la currícula. “Cada dos meses va entrando una escuela distinta”, señala.

Los operarios técnicos de la empresa hacen de tutores de los alumnos. “El vínculo entre tutor y alumno es un subproducto que no nos habíamos imaginado: es muy rico para el tutor, es una motivación y enseña con vocación”, asegura Favaro. Al finalizar la práctica, la escuela recibe tres devoluciones: “el resultado del proceso de ingreso;el resultado de la evaluación del tutor y el resultado de una evaluación técnica de mecánica y de electricidad. Esto permite retroalimentar todo el sistema”, se extiende el ejecutivo. Para Favaro “la vivencia es más fuerte que la adquisición de conocimiento técnico. Si esto se hace en contabilidad o en administración, el alumno se va a llevar la misma experiencia de vivir el trabajo”, asegura.

Sobre la cuestión de la precarización laboral, Favaro dice que las prácticas no solo tienen que estar reglamentadas sino que también “tienen que ser auditables por el sistema, para que funcione como un espacio de aprendizaje”.

Educación para el trabajo: el incierto desembarco de la escuela en la empresa

Alumnos de secundarias de Cañuelas aprenden teoría y práctica en contraturno en el Tech Institute de Samsung.

También Nestlé es sede de prácticas profesionalizantes en convenio con las escuelas técnicas N°8 de Morón, N°1 de Magdalena y la Escuela Técnica de Firmat. “Además de las prácticas in situ en las plantas, les damos charlas sobre armado de CV, orientación vocacional, calidad y seguridad”, cuenta Fernanda Amado, directora de RR.HH. para Argentina, Uruguay y Paraguay. Hasta ahora, pasaron 170 chicos por estas prácticas. En opinión de Amado “la combinación entre sistema educativo y empresas puede crear oportunidades. Es una buena experiencia que permite a los alumnos entender cómo se aplica lo que estudia a la vida real”.

Como compañía “ponés tiempo de tu organización para que los chicos se entrenen y aprendan cosas. No es que hagan trabajos concretos”, aclara. En el mismo sentido, Natalia Espitia, directora de RR.HH. de Dow para Región Sur, señala que “es más lo que ellos aprenden que lo que entregan a la compañía”. En esa empresa implementaron las prácticas en 2015, en la planta de Bahía Blanca.

Desde entonces, la iniciativa recibió a más de 140 estudiantes que se desempeñaron en las áreas de Laboratorios y Mantenimiento. Los alumnos concurren de 7 a 14 hasta completar las horas obligatorias. “Vienen del estudio teórico y pasan a la parte práctica no solo de la tarea sino de las competencias y es lo que más valoran”, asegura Espitia. Desde el punto de vista de la empresa, el programa “ayuda a conocer los perfiles que queremos retener”, dice Espitia. “Si hay vacantes, contratamos a los que son muy buenos. Además, buscamos oportunidades de posiciones abiertas en empresas contratistas que trabajan para nosotros”. También en este caso los empleados fungen de tutores. “Los apoyamos para eso: no cualquiera puede ser tutor, tiene que tener ciertas habilidades”, advierte la ejecutiva. Justamente, la coordinación desde las empresas de las formaciones profesionales es un punto que “está faltando”, según Yanina Falugues, gerente de Formación Profesional de la Cámara Argentino-Alemana de Comercio. “Hay que preparar a las empresas, que tengan claros los objetivos, que sepan cómo coachear al alumno”, apunta.

Desde la Cámara, organizan la “formación de formadores” para el sistema dual de formación profesional, que en países como Alemania y Suiza es una de las opciones luego de terminar el secundario: optar por una carrera en una empresa, donde se realizan alternadamente prácticas y clases cobrando una asignación estímulo, y al final de los dos años se recibe un diploma técnico. En la Argentina, empresas como Bayer, Henkel, Siemens o Volkswagen ofrecen este tipo de formación, en siete recorridos: Administración Industrial, Comercio Exterior y Mayorista, Gestión Empresarial, Maestro Industrial, Mecatrónica, Mecanizado y Químico.

Aunque el sistema cuenta con el aval de Ministerio de Trabajo desde 2008, “es un gris en el marco legal”, señala Falugues. Promovida por la Cámara, el año pasado se firmó un carta de compromiso entre la UIA y los ministerios de Educación, Trabajo y Producción para “trabajar en conjunto parte pública y privada”. “Ya hay en comisión de diputados un proyecto de cambios en la ley de pasantías para que contemple mayor cantidad de posibilidades para tener un aprendiz en la empresa”, informa Falugues.

La empresa Atos, de servicios informáticos, retomará este verano un sistema de pasantías para estudiantes de escuelas secundarias con especialidad en electrónica y sistemas. “Son cuatro meses rentados para el período entre la finalización de las clases y el comienzo del ciclo lectivo siguiente”, cuenta Carlos Abril, presidente de la empresa. La propuesta es “mejorar la capacidad de los estudiantes para su salida laboral”. También “nos permite hacer una base de datos de quienes pasan por la pasantías; si buscan trabajo con nosotros, ya los conocemos”.

Samsung, por su parte, tiene el Tech Institute donde capacita secundarios a contraturno, incluyendo prácticas en la planta de Visuar, que fabrica productos de línea blanca para la compañía. “Es una inmersión en el mundo del trabajo”, dice Cynthia Giolito, senior manager de Ciudadanía Corporativa.

El programa empezó hace cuatro años, en conjunto con la Fundación Pescar. «Más de 30 alumnos entraron a trabajar en la planta de Visuar, la mitad de ellos, mujeres», cuenta Giolito.

Fuente de la Noticia:

https://www.clarin.com/economia/educacion-trabajo-escuela-va-empresa_0_HyJLCN1cW.html

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