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España, el segundo país con más fracaso escolar, a pesar de gastar más en educación

España/27 abril 2017/Fuente: Columna Cero

España es el segundo país de la Unión Europea en fracaso escolar, solo por detrás de Malta. En concreto, la tasa se sitúa en un 19%.

Malas noticias para el sistema educativo español, una decepcionante tónica en los últimos años. Nuestro país es el segundo de la Unión Europea con más fracaso escolar, solo por detrás de Malta. Un 19% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años han abandonado prematuramente el sistema educativo. La media de la Unión Europea en cuanto al abandono escolar se sitúa en un 10,7%. Una diferencia abismal que no se puede achacar a la falta de gasto, ya que nuestro país gasta de media por alumno en la ESO 7.861 euros, mientras que en Europa el gasto es de 6.829 euros.

El gasto en educación ha aumentado en los últimos años, ya que en 2005 España gastaba 39.732 millones de euros al año, en 2015 el gasto fue de 46.003 millones de euros. Por otro lado, la tasa de abandono escolar se ha reducido la última década. Mientras que en 2006 el abandono era del 30,3%, debido en parte al “boom” de trabajo en la construcción. El año pasado la tasa de abandono fue del 19%. El objetivo del Gobierno es reducirlo al 15% en el año 2020.

Según los datos publicados, los chicos son más propensos a abandonar los estudios, ya que la tasa es de un 22,7%, mientras que la tasa de las mujeres es del 15,1%. Entre los países europeos que menos abandono escolar registran se encuentran: Croacia (2,8%), Lituania (4.8%), Eslovenia (4,9%) y Polonia (5,2%). El gasto en estos países en educación es el siguiente Croacia: 21.829,5 millones de euros, Lituania 13.283,5 millones, Eslovenia 2.037,3 millones de euros y Polonia 18.408 millones de euros.

En cuanto a los estudios universitarios, la Unión Europea quiere que en 2020 el 44% de la población entre 30 y 34 años haya completado una carrera, España actualmente se sitúa en un 40.1% por encima de la media que es del 39,1%. En este caso, las mujeres españolas son más propensas en tener estudios universitarios, un 46,6% mientras que los hombres se sitúan en un 33,5%. Los países con mejores tasas en los estudios universitarios son: Lituania, Luxemburgo, Chipre, Irlanda y Suecia. En el lado contrario, los que sacan peor nota en materia universitaria son: Rumanía, Croacia y Malta.

Fuente:http://columnacero.com/espana/2686/espana-el-segundo-pais-con-mas-fracaso-escolar-a-pesar-de-gastar-mas-en-educacio/

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Ni calco ni copia. Mariátegui y la educación como praxis descolonizadora

Por: Hernán Ouviña

En Nuestra América, uno de los precursores dentro de la tradición del marxismo crítico en concebir de manera prioritaria a los procesos formativos y a la educación popular, como ejes transversales de una praxis revolucionaria y descolonizadora, ha sido sin duda el peruano José Carlos Mariátegui. Nacido el 14 de junio de 1894 en Moquegua, al sur de la ciudad de Lima, siendo niño sufre un accidente que le lesiona la pierna izquierda y lo deja postrado durante años, con secuelas para el resto de su ajetreada vida. A raíz de esta inmovilidad, suspende sus estudios primarios y se vuelca de lleno hacia el hábito de la lectura y la formación autodidacta.

A los 15 años, ingresa a trabajar en La Prensa, diario donde luego de realizar diversas tareas manuales es designado como cronista y comienza a publicar artículos, bajo el seudónimo de Juan Croniqueur, por lo que sus principales maestros en su etapa juvenil fueron el periodismo y las agitadas calles de Lima, tomadas por las multitudes obreras y estudiantiles en ebullición, de las que junto con las rebeliones indígenas que irrumpieron con fuerza por esos años en el resto del Perú, aprende sus primeras armas intelectuales. Dedicado cada vez más a la producción periodística, participa de varias iniciativas literarias, entre ellas la revista Colónida, de la que dirá años después que constituyó una “insurrección contra el academicismo y sus oligarquías”.

En mayo de 1919 crea, junto con su amigo César Falcón, el periódico La Razón, que funge de caja de resonancia de las luchas obreras y del movimiento estudiantil en Perú. Debido al creciente malestar que genera esta publicación en el gobierno de Arturo Leguía, ambos serán enviados por éste a Europa, en una suerte de “exilio blando”. José Carlos vive allí de finales de 1919 a comienzos de 1923 y se nutre intelectual y políticamente del estrecho vínculo que entabla con las corrientes artístico-culturales y las organizaciones revolucionarias que proliferan como hongos, en particular en la Italia del “bienio rojo” que oficia de verdadera escuela a cielo abierto, y donde activa por aquel entonces el joven Antonio Gramsci. Este distanciamiento de su tierra natal, lejos de aplacar su voluntad transformadora, lo estimula a conocer en profundidad lo específico de la realidad peruana: “por los caminos de Europa descubrí el país de América en el que había vivido casi extraño y ausente”, reconocerá más tarde en tono autocrítico.

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Luego de su regreso a Perú en marzo de 1923, se suma a la experiencia de las Universidades Populares “González Prada”, un espacio de formación y autoeducación impulsado por el movimiento estudiantil en Lima y Vitarte. Allí, primero asiste a una serie de clases y talleres en carácter de “estudiante” (tal era el requisito previo para poder participar como “educador”), y al poco tiempo dicta un conjunto de conferencias, a las que el mismo Mariátegui sugiere llamar “conversaciones”. Tras lamentarse por la carencia de maestros “capaces de apasionarse por las ideas de renovación que actualmente transforman el mundo y de liberarse de la influencia y de los prejuicios de una cultura y de una educación conservadoras y burguesas”, expresa que “la única cátedra de educación popular, con espíritu revolucionario, es esta cátedra en formación de la Universidad Popular”. En ella, durante varios meses de 1923 y comienzos de 1924, Mariátegui convida su original lectura de la crisis mundial, aunque no desde una actitud distante y erudita, sino teniendo en cuenta que aquél era “un curso popular”, por lo que se debía -según sus propias palabras- “emplear siempre un lenguaje sencillo y claro y no un lenguaje complicado y técnico”, de manera tal que cada exposición pudiese ser “accesible no sólo a los iniciados en ciencias sociales y ciencias económicas sino a todos los trabajadores de espíritu atento y estudioso”. Fiel a su vocación dialógica y de reconocimiento de la importancia de que las clases populares se formen y conozcan de manera rigurosa la realidad que pretenden transformar, Mariátegui afirma en la inauguración del conversatorio: “Nadie más que los grupos proletarios de vanguardia necesitan estudiar la crisis mundial. Yo no tengo la pretensión de venir a esta tribuna libre de una universidad libre a enseñarles la historia de esa crisis mundial, sino a estudiarla yo mismo con ellos. Yo no os enseño, compañeros, desde esta tribuna, la historia de la crisis mundial; yo la estudio con vosotros”.

Tras esta breve pero intensa experiencia en el seno de las Universidades Populares, a las que define como “escuelas de cultura revolucionaria” que “no viven adosadas a las academias oficiales ni alimentadas de limosnas del Estado”, sino “del calor y la savia populares”, serán variadas y complementarias las apuestas por el estudio y la formación política que dinamice Mariátegui, consciente de que “la burguesía es fuerte y opresora no sólo porque detenta el capital sino porque detenta la cultura”, por lo que ésta tiende a ser “el mejor gendarme del viejo régimen”. Desde periódicos y revistas militantes, como Claridad (laMariátegui imagen 2 cual inicialmente apuntaba a un público estudiantil, pero Mariátegui durante su breve dirección la reformula como punto de conexión y producción conjunta entre obreros/as e intelectuales) Labor (que bajo el subtítulo de “Quincenario de Información e Ideas” logra abarcar a un público más amplio que el del activismo gremial y político) y Amauta (que iba a llamarse en un principio “Vanguardia”, pero finalmente opta por este nombre de gran significación indígena, ya que equivale a “maestro” o “sabio” en lengua quechua), pasando por emprendimientos como la Editorial Minerva y la Oficina de Autoeducación Obrera en el marco de la flamante CGT peruana (de la que redacta sus Estatutos y Reglamentos), hasta las propias “tertulias” y reuniones culturales en su emblemática casa de la calle Washington, en las que se congregan una infinidad de personalidades y activistas de las más diversas tendencias (artistas, dirigentes sindicales y políticos, feministas, líderes indígenas y estudiantiles), para dialogar y socializar sus saberes y sentires mutuos.

Pensar con cabeza propia y de forma descolonizada, con la perspectiva de intervenir en la realidad creativamente, de manera tal que se pueda hacer del lema “Ni calco ni copia” un principio epistemológico y militante, tal fue el horizonte de estos proyectos pedagógico-políticos impulsados por Mariátegui (una verdadera red de producción y promoción de las diferentes y complementarias culturas emancipatorias), por lo que para él la formación y el estudio riguroso del marxismo no consistía en aprender un itinerario prefabricado en otras latitudes y tiempos históricos, sino en adquirir y poner en práctica una brújula para orientar la lectura y transformación radical de una realidad siempre refractaria a las recetas y esquemas de pizarrón. Quizás su mayor obra en este sentido haya sido los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, publicado a finales de 1928 y considerado uno de los textos pioneros en la construcción de un marxismo enraizado en Nuestra América. Además de dedicar en él un capítulo entero a la problemática educativa, donde denuncia que la educación en Perú “tiene un espíritu colonial y colonizador” y postula sin medias tintas que “no es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y su superestructura política”, insiste en la necesidad de entender y analizar a las sociedades a partir del principio epistemológico de la totalidad (que implica concebir al capitalismo como un sistema, evitando disociar, salvo en términos estrictamente analíticos, las diferentes y complementarias dimensiones que lo constituyen como tal, y contemplando de manera imbricada las relaciones de explotación, dominio y resistencia que lo dotan de sentido).

En sintonía con estos planteos, Mariátegui también sugiere que es preciso corregir al filósofo René Descartes y pasar del “pienso, luego existo” al “combato, luego existo”, en la medida en que la conflictividad y la lucha constituyen un punto de partida clave para el conocimiento de nuestras sociedades, que permite a la vez hacer visibles a sujetos y movimientos que -por lo general- son “producidos como no existentes” por la ciencia colonial y las clases dominantes, debido a su carácter subversivo y anti-sistémico. Y de manera análoga a Gramsci, en su propuesta revolucionaria lo central no era definir al socialismo en función exclusivamente de su rigurosidad científica, sus coherencias lógicas y sus supuestas “leyes”, sino a partir sobre todo de su capacidad movilizadora y su estímulo para la intervención activa en la realidad. José Carlos supo referirse al mito no en los términos de una “mentira” o ficción imposible de concretar, sino en la clave de un conjunto de imágenes-fuerza que, arraigadas en las condiciones de vida concretas de los sectores populares y en su memoria colectiva, evocan sentimientos, cohesionan a las masas y las dotan de una subjetividad irreverente que empalma con los ideales de las luchas emancipatorias.

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He aquí, según Mariátegui, otro elemento a destacar en todo proceso formativo, que remite a los factores espirituales, la imaginación creativa y la mística como catalizadores del proceso de concientización de los pueblos y clases subalternas en su camino de autoliberación, ya que según él la revolución “será para los pobres no sólo la conquista del pan, sino también la conquista de la belleza, del arte, del pensamiento y de todas las complacencias del espíritu”. En el caso específico del Perú (pero también en otras latitudes de Nuestra América), ese mito capaz de dinamizar la reconstitución de la nación desde una perspectiva plural, debía tener como punto de partida la defensa de los pueblos indígenas sojuzgados por siglos de racismo, explotación y despojo. Sin embargo, “no es la civilización, no es el alfabeto del blanco, lo que levanta el alma del indio. Es el mito, es la idea de la revolución socialista”. De ahí que concluya proclamando que “nuestro socialismo no sería peruano, ni sería siquiera socialismo, si no se solidarizase primeramente con las reivindicaciones indígenas”.

Sus últimos años de vida los dedica a fomentar procesos organizativos de base, entre los que se destacan la creación del Partido Socialista Peruano y de la Confederación General de Trabajadores (concebidas ambas como verdaderas escuelas de formación en la construcción y ejercicio de un poder alternativo al del Estado y las clases dominantes), aunque sin descuidar la batalla de ideas en contra de aquellas lecturas dogmáticas que hacían del marxismo un conjunto de verdades irrefutables, o bien frente a quienes pretendían arrojarlo al basurero de la historia por considerarlo ajeno a las corrientes y movimientos de lucha gestados por fuera del campo de la izquierda tradicional. A contrapelo, para Mariátegui no debía concebirse como un sistema cerrado y escolástico a “aplicar”, sino en tanto teoría subversiva en constante enriquecimiento y complejización, basada en una dialéctica del cambio y en una producción siempre situada, ya que “no es, como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las latitudes sociales”.

Asimismo, podríamos aventurar que para él la relevancia del marxismo como filosofía de la praxis no implica autosuficiencia ni endogamia, ya que “no es posible aprehender en una teoría el entero panorama del mundo contemporáneo y no es posible, sobre todo, fijar en una teoría su movimiento. Tenemos que explorarlo y conocerlo, episodio por episodio, faceta por faceta. Nuestro juicio y nuestra imaginación se sentirán siempre en retardo respecto de la totalidad del fenómeno”. Aún cuando asume al marxismo como una potente brújula, Mariátegui supo tender puentes y aprender a dialogar con un crisol de tradiciones políticas, procesos de lucha, vanguardias culturales y corrientes de pensamiento no emparentadas en sentido estricto con el marxismo, en pos de actualizar las armas de la crítica para combatir, con más fuerza aún, al capitalismo como sistema de dominación múltiple. Entre ellas, vale la pena destacar al feminismo, al que José Carlos considera “esencialmente revolucionario” debido a que, lejos de ser una “cuestión exótica” que “se injerta en la mentalidad peruana”, constituye una idea y una práctica humana “que encuentra un ambiente propicio a su desarrollo en las aulas universitarias y en los sindicatos obreros”. Por lo tanto, no sólo se trata de indigenizar al marxismo (tal como propone en sus Siete ensayos y en numerosos artículos periodísticos, en particular aquellos compilados bajo el título de Peruanicemos al Perú), sino también de despatriarcalizarlo. “Los que impugnan el feminismo y sus progresos -dirá- pretenden que la mujer debe ser educada sólo para el hogar. Pero, prácticamente, esto quiere decir que la mujer debe ser educada sólo para las funciones de hembra y de madre. La defensa de la poesía del hogar es, en realidad, una defensa de la servidumbre de la mujer. En vez de ennoblecer y dignificar el rol de la mujer, lo disminuye y lo rebaja”. En este punto, Mariátegui entiende que es el macho-varón quien debe ser “educado” y (trans)formado por esta causa de relevancia universal. Por ello concluye: “A este movimiento no deben ni pueden sentirse extraños ni indiferentes los hombres sensibles a las grandes emociones de la época. La cuestión femenina es una parte de la cuestión humana”.

El 16 de abril de 1930, con tan sólo 35 años, José Carlos fallece tempranamente en Lima, viéndose frustrado su proyecto de trasladarse a la Argentina con el objetivo de radicarse en Buenos Aires. Varias propuestas intelectuales y políticas quedarán truncas tras su partida. Entre ellas, la publicación de una revista de carácter continental y cuyo sugerente título iba a ser Nuestra América. Revitalizar el proyecto mariateguista de un socialismo no eurocéntrico ni burocratizado, rabiosamente anti-imperialista y anti-patriarcal, y que pueda forjarse a partir de las diversas tradiciones emancipatorias gestadas a lo largo y ancho del continente, resulta hoy una desafío urgente para quienes seguimos apostando, sin prisa pero sin pausa, a la creación heroica de los pueblos.

Fuente: https://desinformemonos.org/calco-copia-mariategui-la-educacion-praxis-descolonizadora/

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Argentina: Bullrich habló sobre la religión en las escuelas y abrió otra polémica

Argentina/27 abril 2017/Fuente: El Clarin

Afirman que hay un «vacío legal» tras la derogación de la ley 1420, que garantizaba la educación laica. Fuentes del Ministerio de Educación negaron que vayan a promover la educación religiosa en el país.

Cuando todavía está sin definirse el conflicto judicial por la paritaria nacional, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, dijo ayer que “en las escuelas públicas debe haber enseñanza de la religión, no solamente de una” de ellas. “El ejemplo de Jesús debe ser aprendido, pero también el ejemplo de Mahoma, las enseñanzas del budismo y el hinduismo, otras religiones también para crecer juntos reconociendo al otro”, dijo el ministro durante la inauguración de un colegio en Esquina, ciudad ubicada 320 kilómetros al sur de la capital correntina. La ceremonia estuvo presidida por un cura. La declaración generó un fuerte debate en las redes sociales y también entre especialistas, que advierten que hay una suerte de “vacío legal” en el país tras la derogación de la histórica Ley 1420, que terminó en 1884 con la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Además, la Corte Suprema debe decidir si son constitucionales una serie de normas de Salta que habilitaron que se enseñe religión católica en las escuelas públicas de esa provincia.

Fuentes del Ministerio de Educación negaron rotundamente a Clarín que vayan a promover la educación religiosa en el país. “Para nada estamos de acuerdo con eso. Ni en el Plan Maestro ni en ninguna norma que impulsamos lo proponemos“, dijeron. Sin embargo, las declaraciones del ministro actualizaron un debate que fue creciendo en la Argentina en los últimos años. Sobre todo desde 2015, cuando el Congreso decidió derogar la Ley 1420, al considerar que ya fue reemplazada por la actual Ley de Educación Nacional 26.206 de 2006 y por las leyes provinciales.

Bullrich habló sobre la religión en las escuelas y abrió otra polémica

Acto. Bullrich ayer, en la inauguración de una escuela en Corrientes. Habló de la diversidad y la necesidad de que se conozcan todas las religiones.

En ese momento, un grupo de expertos ya habían señalado que no se tenía en cuenta que las leyes actuales no hacen referencia a la laicidad ni regulan la religión en la escuela pública, y así se abre la puerta a que vuelva la religión a las aulas. Esto sí tenía en cuenta la Ley 1420, a través de su artículo 8.

“Ese artículo consagra la visión laica: la enseñanza de las religiones puede ser brindada fuera del horario de clase y por el ministro del culto respectivo. Este laicismo no es una prohibición (como si ocurre en Estados Unidos, Uruguay o México, entre muchos otros países) sino una neutralidad que admite a todos los cultos (el uso del plural es muy avanzado para la época) y habilita a la escuela pública para que los sacerdotes, no los maestros, enseñen religión antes o después del horario escolar”, explica Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, que denunció que la modificación tenía el objetivo de volver a instalar la educación religiosa.

El entonces diputado Manuel Garrido (Progresistas) fue uno de los que denunció esta situación. “Es increíble que después de más de cien años estemos discutiendo sobre la religión en la escuela. Pero es así: la derogación de la Ley 1420 se dio en un contexto en el que aún estaba pendiente de resolución ante la Corte Suprema el caso de Salta donde se instituyó la educación religiosa obligatoria en todas las escuelas públicas y privadas”, le dijo a Clarín.

En Salta, desde el año 2008 los chicos de escuelas públicas reciben educación católica, a partir de una serie de leyes que lo habilitan. La Asociación por los Derechos Civiles (ADC), junto a un grupo de padres, iniciaron un juicio contra esas normas. “Advertimos que había resoluciones, decretos y leyes del Ministerio de Educación que imponían educación católica en las escuelas. Esto atenta contra la libertad religiosa, y afecta incluso a los que no profesan religión y son ateos. Muchos padres nos consultaros y por eso iniciamos la acción judicial”, cuenta Torcuto Sozio, director ejecutivo de ADC a Clarín.

En 2013, el máximo tribunal de la Justicia salteña falló a favor del gobierno local, pero esta decisión fue apelada y ahora está en manos de la Corte Suprema. El 10 de marzo pasado, un dictamen del procurador fiscal adjunto Víctor Abramovich le dio la razón a la posición de la ADC y recomendó a la Corte revocar la sentencia de la corte salteña. “Para nosotros este es un tema central. Está en discusión si hay libertad religiosa en la Argentina o no”, dice Sozio.

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Salta, donde el catolicismo se enseña por ley

Desde 2008, los chicos salteños de las escuelas públicas reciben educación católica en el aula. Es a partir de una serie de normas del Ministerio de Educación de esa provincia que habilitaron esta posibilidad. Un grupo de padres, junto a la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), iniciaron un juicio que llegó hasta la Corte Suprema, que ahora debe decidir si esas leyes son constitucionales. El 10 de marzo, un dictamen del procurador fiscal adjunto Víctor Abramovich recomendó declararla inconstitucional.

“Un chico es violentado si recibe en la escuela algo distinto que en su casa. La libertad religiosa es un valor en sí mismo. Además, es una imposición directa o indirecta de educación católica: estamos en contra tanto de la norma como de la ejecución de esa norma”, dice Torcuto Sozio, director ejecutivo de la ADC.

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Una ley derogada

“La enseñanza religiosa sólo podrá ser dada en las escuelas públicas por los ministros autorizados de los diferentes cultos, a los niños de su respectiva comunión y antes o después de las horas de clase”.

Artículo 8, Ley 1420

Sancionada en 1884, y tras encendidos debates, la Ley 1420 que garantiza la escuela pública gratuita, universal y obligatoria, es una de las más respetadas en la Argentina. Esa norma, junto a la construcción de escuelas y el apoyo a los maestros, fue lo que permitió desde fines del siglo XIX el progreso social a la gran cantidad de inmigrantes que llegaron a la Argentina. Esa Ley logró, entre otras cosas, que en 1930 el 60% de los chicos argentinos completaran la escuela primaria, liderando la región.

Si bien no mencionaba el carácter laico de la educación, el artículo 8 dejaba bien claro que la instrucción religiosa es optativa y por fuera del horario escolar. Desde 2015 esta ley quedó derogada con el argumento que la actual Ley de Educación -de 2006- y las leyes provinciales la reemplazaron. Pero las nuevas normas no regulan la religión en la escuela pública, y algunas voces denuncian que así se abre la puerta a que vuelva la religión a las escuelas públicas.

Fuente:https://www.clarin.com/sociedad/bullrich-hablo-religion-escuelas-abrio-polemica_0_HkvNWOp0g.html

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Estados Unidos: Uno de cada 8 niños en las escuelas de California tienen un padre indocumentado

Estados Unidos/27 abril 2017/Fuente: Telemundo

Los niños indocumentados, así como los niños ciudadanos estadounidenses con parientes indocumentados han experimentado una mayor ansiedad desde la inauguración de Donald Trump.

 Esto tiene posibles consecuencias en su capacidad de concentrarse en tareas escolares, la disposición de los padres a asistir a eventos escolares, o incluso para llevar a sus hijos a la escuela.

 VIDEO RELACIONADO: Pasos a seguir para ceder custodia de sus hijos en caso de deportación

 

Es una preocupación que afecta a aproximadamente 1 de cada 8 estudiantes en las escuelas de California que tienen al menos uno de los padres que es indocumentado, según un estudio de Education Trust-West.

 La organización con base en Oakland estima que 750,000 estudiantes en preK-12 escuelas en el estado tienen un padre indocumentado, de una matrícula total de 6.2 millones. Algunos de estos estudiantes pueden ser indocumentados ellos mismos, pero en gran medida la mayoría de los niños K-12 con padres indocumentados son ciudadanos estadounidenses.

 Según el reporte, sólo 240,000 niños entre 3 y 17 años de edad carecen de documentos.

Esto no incluyen la mayoría de los adolescentes y jóvenes adultos que han recibido protección temporal de deportación a través del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). En gran medida la mayoría de los 214,000 jóvenes beneficiados con este programa son de edad universitaria.

 El presidente Trump y otras personas en su administración han reiterado que los estudiantes indocumentados que han recibido alivio temporal de la deportación por el programa DACA pueden “estar tranquilos.”

 Otras cifras indican que el número de estudiantes de escuelas públicas con padres indocumentados podría ser incluso mayor que el revelado por Education Trust-West. Un informe emitido el mes pasado por el Center for American Progress, en colaboración con el centro de la Universidad del Sur de California para el estudio de la integración de los inmigrantes, estima que más de 1.9 millones de niños menores de 18 años de edad en California viven en un hogar con al menos un familiar indocumentado. (Estos cálculos se basan en cifras del Censo de Estados Unidos que se recopilaron a través de la encuesta sobre la comunidad estadounidense entre 2010 y 2014).

Casi el 70 por ciento (1.3 millones) de estos niños suelen ser de edad escolar (entre 5 y 17 años).

 Impacto

“Deportar a un miembro de la familia, especialmente a un padre, tiene efectos perjudiciales graves en niños”, indica el informe del Center for American Progress.

 “Además de la pérdida de un padre y la inmensurable seguridad que viene con tener una familia estable, la deportaciones a menudo dejan a los niños en el sistema de cuidado de crianza”, escribieron los autores del informe. “Padres, en muchas familias de inmigrantes, a menudo son los que ganan el pan y son los que más a menudo son detenidos o deportados. Las mudanzas por lo tanto resultan en un gran número de madres solteras a cargo de cuidar y proveer para la familia”.

 El informe también se refirió a investigaciones que demuestran que “cuando sus padres han sido deportados, los niños pasan a través de múltiples experiencias negativas: sufren de traumas psicológicos, especialmente cuando son testigos de la detención de los padres; su familia está separada; y son propensos a experimentar inseguridad de la vivienda y la inestabilidad económica”.

 Como estado, California ofrece una amplia gama de ayudas para los estudiantes indocumentados, pero sobre todo para los que asisten, o que deseen asistir, a la Universidad. Se trata de alumnos elegibles para becas de Cal Grants para cubrir los costos de matrícula, recibir exención de cuotas en los colegios comunitarios de California y tener acceso a asesoramiento y otros servicios en los centros de estudiantes indocumentados en todos los campus UC y algunos campus CSU y de colegios comunitarios.

 Pero hay muchos menos apoyos formales para niños indocumentados que asisten a las escuelas públicas de preK-12, o para ciudadanos estadounidenses hijos de padres indocumentados. Esto se debe en parte a que funcionarios escolares incluso no pueden saber esto. Los distritos escolares no están obligados a recopilar información sobre el estatus de inmigración de los estudiantes, según la Asociación de Administradores Escolares de California.

 De hecho, la Asociación de Juntas Escolares de California incita a no hacerlo.

“Cualquier pregunta puede violar la ley federal y poner la escuela en una posición de ser cuestionada por agentes federales sobre la divulgación de tal información”, escribió la Asociación en una guía legal emitida a principios de este año.

 Como resultado de la decisión de 1982 Plyler v. Doe en el Tribunal de Supremo de Estados Unidos, los niños indocumentados tienen el derecho constitucional a asistir a escuelas de Estados Unidos.

 En los últimos meses, un número creciente de distritos escolares se han declarado “refugios seguros” para los estudiantes inmigrantes o aprobado otras resoluciones para tranquilizar a los estudiantes inmigrantes. Pero hasta ahora solamente cerca de 60 distritos y oficinas de educación a nivel de condado, de más de 1,000 en todo el estado, han adoptado dichas resoluciones, según el Departamento de Educación de California.

 El Centro de Recursos de Legal para Inmigrantes con base en San Francisco, dice que las escuelas pueden hacer mucho para ayudar a niños y familias en las comunidades de inmigrantes frente a temores de inmigración. La organización dijo que las escuelas deben hacer todo lo posible para asegurar a los estudiantes y las familias que los niños indocumentados tienen derecho a asistir a las escuelas públicas, alentar a las familias para conocer sus derechos y opciones, organizar eventos de la comunidad en las escuelas y al mismo tiempo alentar a las familias a prepararse para lo peor.

 “Sin crear pánico, es importante que las familias inmigrantes se preparen para nuevas políticas de inmigración potencialmente ásperas”, aconseja el centro. “Deberían tener cuidado de los niños y un plan de emergencia si los padres caen bajo custodia de inmigración”.

Fuente:http://www.telemundo.com/noticias/2017/04/25/uno-de-cada-8-ninos-en-las-escuelas-de-california-tienen-un-padre-indocumentado

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Argentina: Bullirch busca introducir la religión en la educación

Buenos Aires / 26 de abril de 2017 / Fuente: http://www.24con.com

 «Vendría muy bien que todas las religiones tengan su espacio», dijo el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y recibió fuertes cuestionamientos.

El ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, afirmó hoy en Corrientes que «vendría muy bien que todas las religiones tengan su espacio» en las escuelas, al responder el pedido de un sacerdote en la localidad de Esquina, donde el funcionario inauguró obras de infraestructura escolar junto al gobernador Ricardo Colombi.

«Por más que soy católico, trato de ser un apóstol y buen discípulo, sí creo que en las escuelas debemos enseñar otras religiones también, que también tienen lecciones para aprender», dijo el ministro Bullrich.

El titular de la cartera educativa dijo estar «convencido que las enseñanzas del Evangelio deben ser aprendidas, el ejemplo de Jesús debe ser aprendido, pero también el ejemplo de Mahoma, las enseñanzas del budismo y el hinduismo, otras religiones también para crecer juntos reconociendo al otro».

«Reconocer al otro es educar y si hacemos eso, la luz, no solamente la del cirio pascual, sino la luz de la educación va a brillar más fuerte que nunca», dijo el funcionario.

Sus palabras recibieron un fuerte rechazo de quienes consideran la laicidad un valor que hace a la esencia de la educación en Argentina. El ministro parece querer abrir una brecha en una discusión zanjada hace décadas.

Estas fueron algunas de las reacciones y respuestas a las palabras de Bullrich:

 

Fuente noticia: http://www.24con.com/nota/164146-bullirch-busca-introducir-la-religion-en-la-educacion/

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Las tribulaciones de la enseñanza de las ciencias sociales

26 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org/

Por: Jairo Hernando Gómez Esteban

Los llamados a eliminar o reducir las ciencias sociales y las humanidades de todos los niveles educativos en diferentes países, aunadas a una política estatal que las menosprecia, han puesto a esta área del saber en su mayor encrucijada.

Las ciencias sociales se encuentran en una de las mayores encrucijadas y desafíos de su corta historia, tanto a nivel mundial como nacional: por un lado, la configuración de una tendencia mundial a descalificarlas y expulsarlas de los procesos formativos en todos los niveles, como lo demuestra la exigencia del ministro de educación japonés de cerrar las carreras de humanidades en 60 universidades, y la eliminación de la filosofía y la reducción curricular de las ciencias sociales en educación básica en países como España, Chile y México; y por otro lado, el menosprecio de la política estatal colombiana por los grupos de investigación social expresada a través de Colciencias tanto en su baja participación en los niveles de Senior y Asociado (los más altos), como en el hecho de que ninguno de los aspirantes a becas de doctorado en este campo de la ciencia haya pasado, así lo demuestra.

Las razones que se aducen para esta eliminación o reducción son las de siempre: no son rentables, ni contribuyen al crecimiento económico, ni a los planes de desarrollo y, sobre todo, porque la educación debe centrarse en las competencias tecnológicas y científicas que, según los tecnócratas, son las únicas que garantizan el cumplimiento de los objetivos económicos de una nación. Es como si siguiéramos creyendo que solo hay dos culturas, la científica y la humanista-social, en la que esta última ya no solo resulta superflua sino estorbosa.

Ahora bien, si nos atenemos a los resultados de la mayoría de investigadores(as) en enseñanza de las ciencias sociales, los objetivos de esta acción pedagógica se podrían sintetizar en tres:

a) El estudio de conocimientos disciplinares  (historia, geografía, filosofía, economía, etc.)
b) La formación de sujetos sociales y políticos, que implica la constitución de la subjetividad política y el aprendizaje ciudadano para expresar y ejercer la capacidad de ser actores sociales y políticos
c) La comprensión de saberes, imaginarios, prácticas sociales, cosmovisiones y concepciones que hacen parte de un contexto cultural particular, que a su vez involucran las actividades y formas de actuar propias de una comunidad o etnia específica.

¿Qué “utilidad” tienen estos objetivos para el desarrollo de un país? Mayor democracia, mejor calidad de vida, respeto por el otro, empatía, imaginación, pensamiento crítico, participación política, convivencia, derechos y deberes, incremento del sentido de la vida. Además, la evidencia de que el famoso crecimiento económico  tiene una escasa correlación con la democracia, la salud o la educación es absolutamente contundente (Amartya Sen, Stiglitz y otros economistas sociales), y por tanto, su justificación no solo es falaz y acomodaticia, sino que niega, de un manotazo arrogante y torpe, las posibilidades de una vida digna y el florecimiento espiritual y cultural de las naciones, reduciéndolo a proyectos puramente rentables y económicos, como si esa fuera la única razón de ser de los humanos.

Las razones que se aducen para esta eliminación o reducción son las de siempre: no son rentables, ni contribuyen al crecimiento económico, ni a los planes de desarrollo y, sobre todo, porque la educación debe centrarse en las competencias tecnológicas y científicas que, según los tecnócratas, son las únicas que garantizan el cumplimiento de los objetivos económicos de una nación

No se trata, entonces, de reclamar que la historia o la geografía vuelvan a las aulas como si ellas nos fueran a salvar de la catástrofe; al fin y al cabo ellas siguen allí. Desde una perspectiva interdisciplinaria, el trabajo pedagógico tiene que transformarse en proyectos y experiencias que se articulen y se complementen con las otras ciencias sociales para no repetir la historia llena de próceres y fechas ni la geografía física de datos inertes y mapas calcados, ese es un problema de los puristas o cientificistas que creen que solo la enseñanza de las disciplinas científicas, con todo su rigor y su verdad, nos podrán a la altura de las ciencias naturales y la tecnología.

De lo que se trata es de retomar los tres grandes desafíos que, siguiendo a Wallerstein, tienen las ciencias sociales en el siglo XXI, y transformarlos en retos pedagógicos. En primer lugar, esforzarse por un reencantamiento del mundo como una tarea práctica, demostrar el valor de sus hallazgos, su potencia heurística, su capacidad de transformación real para beneficio de la sociedad.

En segundo lugar, manejar pedagógicamente las dimensiones de espacio y tiempo -inherentes a cualquier hecho social- debe tener como propósito principal el de hacer comprender el sentido con el que la humanidad actúa, visibilizar los móviles que impulsan a las personas a actuar de una u otra manera en  un momento y un lugar determinados, los fines que persiguen, el significado coyuntural y contextual que tiene para cada uno de nosotros. Es importante el “mostrar diciendo” y “mostrar haciendo” y tener en cuenta que toda acción humana no puede sustraerse a la determinación temporo-espacial en que se realiza y, en consecuencia, el significado y el sentido con el que dotamos nuestras acciones y pensamientos siempre estarán envueltos por esas dimensiones que nunca, en ningún momento, deben asumirse como variables o factores invariantes y externas, sino por el contrario, como dimensiones constituyentes de las sociedades humanas.

¿Qué “utilidad” tienen estos objetivos para el desarrollo de un país? Mayor democracia, mejor calidad de vida, respeto por el otro, empatía, imaginación, pensamiento crítico, participación política, convivencia, derechos y deberes, incremento del sentido de la vida.

En tercer lugar, el problema de que la neutralidad debe asumirse de cara a la interdisciplinariedad y la diversidad de perspectivas ético-políticas y retoma un viejo problema de las Ciencias Sociales planteado por Weber sobre la neutralidad valorativa de la ciencia. En este sentido, la tarea pedagógica debe ser distinguida del juicio de valor o la valoración, los cuales la impregnarían de proposiciones metafísicas o descripciones acomodaticias que, generalmente, obedecen a la adscripción a una ideología o a una posición ético-política previa.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/las-tribulaciones-de-la-ensenanza-de-las-ciencias-sociales

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Portugal: Governo investe 200 milhões de fundos comunitários nas escolas

Portugal / 26 de abril de 2017 / Fuente: http://www.portugal.gov.pt

O Ministro da Educação, Tiago Brandão Rodrigues, afirmou que foram celebrados mais de cem protocolos com as autarquias nos últimos seis a sete meses «para que estes 200 milhões de euros de fundos comunitários, do Portugal 2020» cheguem às escolas.

Em Vizela, após ter assinado um protocolo que prevê o investimento de três milhões de euros na escola secundária, o Ministro referiu que o valor servirá para que a escola «possa ser requalificada e para que o projeto pedagógico se possa cumprir ainda com mais eficácia e eficiência».

O caso de Vizela é, para Tiago Brandão Rodrigues, «um claro exemplo do que está a ser feito um pouco por todo o País». O Ministro acrescentou que «a maioria dos acordos já foram celebrados» mas que o Governo continua a trabalhar para que mais investimentos possam ser feitos, numa parceria entre a Educação e os municípios.

O Ministro referiu que este tipo de protocolos prevê que a comparticipação nacional seja assumida, em partes iguais, pela administração central e pelos municípios.

«Existe ainda um conjunto de municípios que estão, neste momento, em negociação para que se possa celebrar os acordos», acrescentou.

Fuente noticia: http://www.portugal.gov.pt/pt/ministerios/medu/noticias/20170424-medu-investimento-escolas.aspx

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