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La emergencia educativa y los niños migrantes

Por: Marta Castro/ojo-publico

Durante la pandemia, el 29 % de los niños y adolescentes venezolanos que viven en Perú no logró matricularse en una escuela primaria o secundaria. En esta columna la economista e investigadora Marta Castro analiza los desafíos de la pandemia en el desarrollo e integración de los menores migrantes, refugiados y sus familias. “La población en situación de movilidad humana no ha sido considerada en los enfoques diferenciados para el retorno progresivo, voluntario y flexible a las aulas, aunque es un grupo particularmente vulnerable al abandono escolar”, advierte.

Primero viven el proceso de dejar su país, a sus familias y amigos, y de ahí los agarra la pandemia que ha sido una catástrofe. El cierre de escuelas no les ha permitido socializar con otros chicos de su edad y se encierran. Trata uno de conversar, de integrar con la adolescente y no hay manera. Ha sido muy fuerte, una lucha constante”.

Esta es la experiencia de Ruth y su hija adolescente. Ruth llegó a Perú desde Venezuela hace más de tres años y el proceso de dejar su país todavía pesa sobre sus hijos menores de edad, quienes han visto su proceso educativo y sus oportunidades de inclusión interrumpidas por la pandemia de la Covid-19.

En los últimos años, Perú se ha consolidado como destino final para miles de familias migrantes y refugiadas venezolanas. Según las estimaciones de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), en Perú reside más de 1 millón de personas provenientes de este país. De acuerdo con la última encuestade Equilibrium Centro para el Desarrollo Económico (Equilibrium CenDE), cerca del 57 % de los migrantes tenía hijos viviendo en Perú en octubre pasado. De todos ellos, el 75 % tiene entre 3 y 16 años (1).

EL 29 % DE LOS NIÑOS VENEZOLANOS QUE VIVEN EN PERÚ NO ESTABA MATRICULADO EN UNA INSTITUCIÓN EDUCATIVA EN OCTUBRE PASADO».

Esto ha supuesto varios retos para el Estado peruano. Entre ellos, el de garantizar el derecho a la educación para todos los niños y adolescentes migrantes y refugiados y asegurar su acceso al sistema educativo. En este sentido, la escolarización de esta población ha mostrado grandes avances en el país: más de 107 mil menores de nacionalidad venezolana lograron matricularse en una institución educativa en el año 2020. Lima concentró 65 % del total de escolares venezolanos, seguida por el Callao (7 %) y las nuevas ciudades de acogida, como Trujillo (5 %) y Arequipa (3 %).

Aún así, la falta de recursos económicos, el desconocimiento de cómo funciona el sistema educativo peruano y las dificultades para encontrar vacantes una vez iniciado el año escolar han derivado en que miles de niños y adolescentes en situación de movilidad humana queden fuera de la escuela. A esto se suma la llegada de la Covid-19 y el cierre de los colegios, lo que ha puesto en riesgo los esfuerzos liderados por el Ministerio de Educación (Minedu) de garantizar la cobertura y la permanencia de esta población en las aulas.

Antes de la pandemia, el Minedu calculaba que 37.400 venezolanos no estaban cubiertos por el sistema educativo, principalmente en Lima Metropolitana. Sin embargo, esta estimación podría duplicarse si se consideran otras fuentes de información —para 2019, el Instituto Nacional de Estadística estimaba que el total de venezolanos no escolarizados era de 78.235 niños y adolescentes—.

En términos porcentuales, para junio de 2020, se estimaba que el 13 % de los niños y adolescentes venezolanos en edad escolar no habían logrado matricularse en una institución educativa peruana, de acuerdo con una encuesta de Equilibrium CenDE. En octubre de 2020, en cambio, ese porcentaje creció a 29 %.

EN ABRIL DE 2020 SOLO EL 5 % DE LAS FAMILIAS MIGRANTES TENÍA RECURSOS PARA ADQUIRIR PRODUCTOS DE PRIMERA NECESIDAD».

La pandemia ha impactado de manera diferenciada a la población migrante y refugiada venezolana, que ya se encontraba en una situación vulnerable. En abril de 2020 —a tan  solo un mes de iniciar las medidas de aislamiento social obligatorio— solo el 5 % de las familias migrantes en Perú contaba con recursos económicos suficientes para adquirir alimentos y otros productos de primera necesidad, según otro sondeo de Equilibrium CenDE.

A esto se añadía el peligro de un potencial desalojo por no poder cubrir el pago del alquiler: 52 % de las personas consultadas. Ante esta situación, la cobertura de necesidades básicas, como la alimentación y la vivienda, fue prioritaria y desplazó la educación de los niños y adolescentes a un segundo plano.

A pesar de la implementación de mecanismos de educación a distancia, la falta de recursos tecnológicos —la mayoría de las familias migrantes y refugiadas cuenta con teléfonos unifamiliares, que deben ser compartidos entre todos los miembros— y los problemas de conectividad han dificultado el acceso de los estudiantes a la educación remota.

En paralelo, los altos niveles de hacinamiento y la necesidad de llevar a los niños a los espacios de trabajo, hacen que muchos menores no cuenten con las condiciones adecuadas para un aprendizaje óptimo. Algo que, por supuesto, dificulta su rendimiento escolar e implica un riesgo de rezago escolar importante.

Un desafío adicional ha sido el traslado de la atención educativa a los padres y madres, quienes enfrentan una mayor responsabilidad en el acompañamiento de los estudiantes. En el caso de las familias migrantes y refugiadas, la mayoría no cuenta con redes de apoyo sólidas y de confianza.

LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES MIGRANTES SON UN GRUPO ESPECIALMENTE VULNERABLE AL ABANDONO ESCOLAR DEFINITIVO».

Así, la responsabilidad recae principalmente en las mujeres e hijas mayores, quienes en ocasiones ven interrumpidas sus metas profesionales: en octubre de 2020, el 42 % de las mujeres venezolanas indicaron estar al cuidado de sus hijos frente al 9 % de los hombres, en una encuesta de Equilibrium CenDE que monitoreó la situación de los migrantes y refugiados venezolanos en Colombia, Perú, Ecuador y Chile. La mayoría de los hombres (59 %) manifestó, además, que confiaba en la ayuda de sus parejas, mientras solo 7 % de mujeres encuestadas declaró contar con apoyo para el cuidado de sus hijos.

En este escenario surge la necesidad de repensar las distintas aristas que suponen estos retos e incorporar, en paralelo, un enfoque inclusivo con los grupos más vulnerables, entre los que se encuentra la población migrante y refugiada, en la respuesta educativa. Tras más de 18 meses con las escuelas cerradas, el Gobierno declaró en emergencia al sistema educativo y aprobó un plan de emergencia para contener los impactos negativos de la Covid-19 en la educación, atendiendo a la diversidad de los territorios.

Antes, el Minedu dispuso una estrategia para el buen retorno escolar. La misma tenía el objetivo de preparar a la comunidad educativa para el regreso progresivo, voluntario y flexible a las escuelas de manera presencial, prestando especial atención a la situación de grupos vulnerables, como las poblaciones rurales, indígenas y personas con discapacidad, sin mencionar a la población en situación de movilidad humana.

A pesar de que las normativas no recogen un enfoque diferenciado para la población migrante y refugiada, sabemos que este es un grupo particularmente vulnerable al abandono escolar definitivo. La matriculación en escuelas lejanas a su lugar de residencia, la precariedad económica agravada por el contexto de la pandemia y la necesidad de muchos niños y adolescentes de acompañar a sus padres mientras estos realizan actividades laborales ponen en peligro su continuidad educativa. Y el abandono escolar aumenta, a la vez, los riesgos de trabajo infantil, trata y embarazos tempranos.

EL ABANDONO ESCOLAR AUMENTA LOS RIESGOS DE TRABAJO INFANTIL, TRATA Y EMBARAZOS TEMPRANOS».

Con el objetivo de prevenir la deserción escolar, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Cooperación Alemana —con el apoyo de otros organismos internacionales— han liderado la implementación de ofertas ad hoc de educación alternativa, como la estrategia “Aprendiendo Unidos”, que ha beneficiado a más de 2 mil escolares venezolanos desde inicios de la pandemia.

Estas experiencias de educación no formal han cobrado especial relevancia en el contexto de la emergencia sanitaria, al ofrecer una oferta más flexible y acorde con las necesidades de las familias migrantes y refugiadas venezolanas. Otras estrategias para cubrir los costos indirectos de la educación presencial, como la alimentación y los gastos de transporte, han sido las transferencias en efectivo multipropósito (2) y la inclusión de la población migrante y refugiada en programas ya existentes en el país, como el de alimentación escolar Qali Warma.

El deterioro de la salud mental de los niños y adolescentes migrantes ha sido otro efecto complejo y silencioso de la pandemia. A la experiencia de desplazamiento —marcada, en ocasiones, por episodios traumáticos y situaciones de gran vulnerabilidad— se suman el estrés y el aislamiento por el cierre de las escuelas, lo que puede derivar en un impacto negativo en el bienestar socio-emocional de los menores.

La emergencia sanitaria ha propiciado la creación y formación de herramientas para dar continuidad a la educación a distancia. Sin embargo, la priorización del componente pedagógico ha alejado las estrategias de acompañamiento psicológico del debate, precisamente en el momento en que se vuelve más necesario que nunca.

EL ACOMPAÑAMIENTO PSICOLÓGICO HA QUEDADO FUERA DEL DEBATE EN EL MOMENTO EN QUE ES MÁS NECESASARIO».

Por último, sabemos que las escuelas funcionan como espacios de socialización e inclusión de familias migrantes y refugiadas con la comunidad de acogida. El cierre de las escuelas ha derivado en un reajuste de las estrategias de cohesión y convivencia social entre los niños y adolescentes migrantes y los nacionales, al igual que con sus familias. Un proceso que, incluso antes de la pandemia, era aislado y focalizado en zonas con alta concentración de familias en movilidad humana.

La creación de estrategias para convertir a las escuelas en espacios de prevención de discriminación y xenofobia mientras estas continúan cerradas está siendo un gran reto en este contexto. Para transformar las escuelas en lugares de integración, el sector debe apoyar y formar al personal docente y educativo en educación intercultural y en el manejo de aulas cada vez más heterogéneas.

La formación de jóvenes también brinda una oportunidad para fortalecer la convivencia escolar. Esto ocurre, por ejemplo, con el programa “Chamas en Acción”, una estrategia dirigida a niñas y adolescentes cursando secundaria con la finalidad de formarlas con herramientas para la construcción de comunidades libres de discriminación.

Estas estrategias para mantener el bienestar emocional y psicológico e incorporar el componente de cohesión social necesita del acompañamiento a todos los miembros de la comunidad educativa: estudiantes, familias, docentes y asistentes de la educación, especialmente en situaciones de emergencia como la que estamos viviendo. Para lograrlo, la respuesta desde el sector educativo requiere de un sentido de corresponsabilidad, no discriminación y dirigir los esfuerzos hacia el beneficio de los niños, niñas y adolescentes más vulnerables.

*La autora es economista por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad IE School of Global and Public Affairs y Sciences Po. Desde enero de 2020 coordina la línea de investigación en migración en Equilibrium Centro para el Desarrollo Económico (Equilibrium CenDE). 

** Referencias bibliográficas

(1) Encuesta realizada en el mes de octubre de 2020 a un total de 687 personas migrantes y refugiadas venezolanas. La cifra de 75 % corresponde con respecto al total de personas que declararon tener hijos viviendo en el país. 

(2) Los organismos de la cooperación internacional han puesto en marcha unos programas de transferencias económicas en efectivo mensuales condicionadas a la educación a familias con niños, niñas y adolescentes para que los niños y adolescentes puedan mantener sus actividades educativas y eliminar las barreras económicas que impiden que los niños y adolescentes accedan a educación.

https://ojo-publico.com/3006/la-emergencia-educativa-y-los-ninos-migrantes

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Educación en el Perú: ¿Cómo avanzan las clases semipresenciales en las regiones del país?

Redacción RPP       

Una de las metas del Ministerio de Educación es vacunar a los más de 600 mil docentes y no docentes que conforman la comunidad educativa para concretar el regreso para el 2022.

Según información del Ministerio de Educación (Minedu) hasta la semana pasada, 6 mil 019 colegios realizan clases presenciales. Las regiones que lideran este proceso son: Loreto con 2 mil 500 escuelas, Ucayali con 887 y Ayacucho con 627.

De acuerdo con estas cifras, la cobertura todavía es reducida, ya que, de los ocho millones de escolares, apenas 246 mil han retornado a sus colegios.

Esperan asegurar vacunación a docentes

Hugo Reynaga Muñoz, director general de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural de Ministerio de Educación, manifestó que uno de los principales retos es vacunar a la mayor cantidad de docentes antes de fin de año, para garantizar la primera fase del retorno seguro a clases.

«Más de 177 mil docentes solamente faltan vacunar de los 632 mil que son personal docente y no docente. En el caso del porcentaje de docentes con dos dosis es de 59%. Deberíamos tener vacunados al 100% de docente en lo que va de todo este año», anotó.

Una de las metas del Ministerio de Educación es vacunar a los más de 600 mil docentes y no docentes.
Una de las metas del Ministerio de Educación es vacunar a los más de 600 mil docentes y no docentes. | Fuente: RPP

Aparte de Lima y Callao, en este momento, solo tres regiones no han iniciado clases semipresenciales. Se trata de Apurímac, Lambayeque y Áncash. Aunque en este último caso, las autoridades educativas regionales confirmaron a RPP Noticias que esta semana tres colegios de la provincia de Casma volverán a las aulas en zonas rurales.

Mientras tanto otros 113 colegios de esa jurisdicción seguirán en la virtualidad. Claudia Valeria Maza, alumna del tercer año de secundaria del colegio Santa Isabel de Hungría de Casma, comparó cómo es estudiar desde casa.

«No es lo mismo que estudiar en clases presenciales porque ahí puedes preguntar y saber cómo hacer los trabajos que te dejan. En cambio, aquí, es muy difícil que te respondan. O sea, a algunos compañeros les responden las preguntas que les hacen, pero a unos no, entonces se quedan con la duda… Siento que me han faltado aprender más cosas que estando en las clases presenciales», contó.

Entre febrero y abril, el Ministerio de Educación transfirió 78 millones de soles a las direcciones regionales de educación para implementar medidas de bioseguridad.
Entre febrero y abril, el Ministerio de Educación transfirió 78 millones de soles a las direcciones regionales de educación para implementar medidas de bioseguridad. | Fuente: RPP

Medidas de bioseguridad para la comunidad escolar

Entre febrero y abril, el Ministerio de Educación transfirió 78 millones de soles a las direcciones regionales de educación para la compra de mascarillas, como parte del plan para volver a los colegios, sin embargo en algunos colegios la deficiente infraestructura y deterioro de los servicios sanitarios ha limitado el retorno a la presencialidad.

La región con más instituciones educativas habilitadas es Cajamarca: en total, tiene 8,348 escuelas listas para el retorno. Sin embargo, de ellas, solo unas 300 ya realizan semipresencialidad, según precisó Presbítero Alarcón, director regional de educación.

«Tenemos las 300 instituciones educativas que han iniciado un trabajo semipresencial con horarios flexibles. A veces lo tienen un día, otros lo tienen dos días a la semana; otros, tres días a la semana. lo que queremos es monitorear a estas escuelas, acompañarlo al director para que puedan elaborar sus planes en coordinación con las familias y asumir los compromisos compartidos», comentó.

Según mediciones del Minedu, el 24% de los escolares de la educación primaria y el 45% de los de secundaria han reportado síntomas de depresión y ansiedad.
Según mediciones del Minedu, el 24% de los escolares de la educación primaria y el 45% de los de secundaria han reportado síntomas de depresión y ansiedad. | Fuente: RPP

Síntomas de los niños que no regresan a clases

Según mediciones del Minedu, el 24% de los escolares de la educación primaria y el 45% de los de secundaria han reportado síntomas de depresión y ansiedad de manera frecuente en el 2020. Urge, entonces, el ansiado retorno a las aulas.

https://rpp.pe/peru/actualidad/educacion-en-el-peru-como-avanzan-las-clases-semipresenciales-en-las-regiones-del-pais-noticia-1356344?ref=rpp

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Pedagogías y andragogías empíricas

Por: Eduardo Hernández de la Rosa

Los tiempos modernos nos han llevado por varios caminos que nos han permitido maravillarnos, pero también nos han extraviado, llevado por el sendero de la construcción tecnológica como alternativa para asegurara la pervivencia de nuestra especie. Este camino es sin duda uno de los que ha llevado a la humanidad a grandes saltos para seguir en su búsqueda insaciable por comprender su naturaleza.

Estos tiempos modernos, también nos han permitido crear comunidades diversas, mostrar de manera más natural los matices de las agrupaciones humanas y sus ideologías, para lo cual, las tecnologías han podido expandir esta vivencialidad virtual en todos los lugares donde se tiene un dispositivo móvil con acceso a internet.

Estos procesos, traen consigo el proceso elemental para a la construcción de nuestras culturas, siendo el aprendizaje un factor importante, pero también la enseñanza. La educación, siendo un derecho universal tiene distintos matices, no obstante, todos con pendientes importantes, como el rezago, la cobertura, la inclusión y /o la calidad educativa, por citar algunos.

Hoy enfrentamos con incertidumbre un duro camino, el de adaptación a los contextos de riesgo y de acuerdo a diferentes especialistas, podríamos estar en la antesala de batallas biológicas con los organismos que reclaman su presencia como enemigos naturales del ser humano; algunos pensamos que también son procesos de autorregulación de nuestra amada tierra, siendo que somos bastantes humanos con bastantes necesidades que pueden incomodar a los sistemas que hemos estado afectando al menos en los últimos 300 años.

No obstante, el punto importante es que quizá no sea el mejor momento para los procesos educativos formales, nuestros ministerios educativos han intentado realizar varias acciones en pro de la continuidad educativa frente al confinamiento, aunque sin duda, quienes miramos las estadísticas, sabemos que el regreso a clases presenciales es una decisión bastante arriesgada, considerando la heterogeneidad que se tiene en las diferentes latitudes que vivimos, puesto que esta terrible pandemia mundial tiene estragos que deben mirarse no solo desde el problema, sino desde la proyección de la adaptación del problema a nosotros mismos, al final, el virus, también lucha por adaptarse y triunfar, eso es algo que no debemos olvidar.

Ante el panorama de incertidumbre, pienso que debemos plantearnos las alternativas educativas que han sido olvidadas por el tiempo, me refiero a los procesos pedagógicos y andragógicos que se vivían en casa, desde el rincón del terruño y que otrora fueron indispensables ante diversas necesidades.

El hoy conocido homeschooling, tiene sus orígenes en aquellas pedagogías emanadas desde los contextos hogareños que formaron seres humanos de bien. Hoy además se suman los mecanismos de comunicación que se han desarrollado de formas abismales, teniendo prácticamente al alcance de un clic, clases de todo tipo con el propósito de familiarizarse, formarse, competir o reforzar algo de aquello que se han denominado competencias y que incluyen todos los elementos que buscan desarrollarse en un ser humano: conocimientos, habilidades, actitudes, valores y aptitudes para el bien hacer y contextualizado.

Por supuesto, esto no busca convertirse en una panacea, sino en una alternativa más para quienes pueden desarrollar los procesos de aprendizaje en sus hijos desde los contextos hogareños. Pese a que en el contexto actual, es indispensable brindar pcioens para asegurar la continuidad de los estudios y del aprendizaje de los niños, niñas y jóvenes, dichas alternativas, no son del todo reguladas en los diferentes países. Esto se debe a que la educación se atribuyó como una obligación del estado, situación que, por supuesto debe continuar por las implicaciones que ello conlleva, no obstante, ante el panorama actual, el homeschooling regulado puede ser una alternativa viable.

La educación es un proceso que en su formalidad se constituye cuando las necesidades básicas se han logrado atender, la salud, la alimentación y por ende el famoso contrato social, mientras que algo de ello no sea sostenido, la educación formal tiene la necesidad de adaptarse.

Esto no significa un retroceso educacional, sino un avance significativo en la apertura a las diferentes alternativas para salvaguardar a las nuevas generaciones. Lo que ha sucedido en los contextos educacionales actuales, es que existe un desgaste entrópico del aprendizaje, esto se debe a que las necesidades educativas van cambiando según las demandas del sector y la ampliación de jornadas largas, situación que ha tenido efectos importantes en las brechas educativas, especialmente en los países del tercer mundo.

Por lo que no es de extrañarse que la reapertura de las escuelas, tenga como origen la necesidad de reactivar la economía para efectos de que los padres puedan ser productivos desprendiendo de ellos, el vinculo afectivo y reemplazándolo con el vinculo laboral. Lo cual es parte de las racionalidades que se han expandido por parte de las ideologías dominantes, situación que no es ajena a ninguno de nosotros.

Lo cierto es que, independientemente de las situaciones y necesidades, vale más unos padres de familia que enseñen, que solo unos padres de familia que sean enviados a sanitizar los espacios áulicos. El aprendizaje, tendrá dentro de los seres humanos, una necesidad natural de ser compartido, siendo la familia el primer espacio donde se contextualiza, emana y fortalece el aprendizaje de las nuevas generaciones.

La docencia, al igual que todas las demás disciplinas, es un espacio de participación activa, en la que influyen las actitudes y valores que se practiquen para tener un eco real en la aprehensión de los conocimientos, en la aplicación y destreza de las habilidades, en la comprensión de las actitudes y aptitudes, así como de la vivencialidad de los valores. Estas son las bases de las pedagogías y andragogías empíricas que en otros momentos se desarrollan en casa y que hoy pueden ser una oportunidad para hacernos participes realmente del aprendizaje de las nuevas generaciones.

Nueva Semblanza

Investigador social, cientista educativo de formación y filósofo de vocación. Investigador de CONEDUCA. Sus filias y obsesiones epistémicas son los procesos y agentes educativos vistos de una perspectiva socio-cultural a través del poder, la juventud ciborg, las representaciones sociales y la prospectiva.

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La educación se moderniza tan lentamente que nunca dejará de estar anticuada

Por: María Antonia Casanova / theconversation.com      

Se admite casi de modo unánime que las innovaciones o los simples cambios en educación resultan, quizá, excesivamente costosos, a juzgar por lo poco que se mueven las prácticas docentes en las aulas. En definitiva, por la lentitud de los procesos de asimilación de nuevas opciones didácticas –genéricamente hablando– por parte de los docentes, para actualizar sus intervenciones y ponerlas al día con lo que exige la sociedad de cada momento, ofreciendo posibilidades diversas al alumnado para su adecuada formación de cara a incorporarse a un mundo con características y requerimientos concretos.

La sociedad evoluciona rápidamente, no cabe duda, y si la educación institucional no quiere perder su papel fundamental en el desarrollo y evolución de la persona, debe ponerse en marcha a paso ligero para no perder el tren en este proceso de avance que se visualiza como esencial para el futuro de la ciudadanía en sistemas democráticos en los que la participación activa es imprescindible.

Algunos ejemplos nos pueden servir de evidencia de ese desfase temporal en la actualización escolar con el que comenzamos este texto. Veamos.

Comenius, en 1630, publica su Didáctica magna, en la que propone, entre otras muchas innovaciones, la enseñanza cíclica, que se incorpora a nuestro sistema educativo en enero de 1981, después de 300 años.

Podríamos quedarnos en el examen de la obra de Comenius, porque anticipa importantes avances en educación, especialmente en lo referente a la mujer, pero no es el objeto de estas líneas, aunque se recomienda la lectura de este autor.

Teorías escuchadas muchas veces

Si revisamos los temas que resultaban problemáticos y de actualidad en el siglo XVII (por ejemplo), tanto en textos de pedagogos con prestigio reconocido, como en los de los “maestros del arte de escribir” (lingüistas, pero maestros, al fin), se observa que aparece la importancia de la familia en la educación, la formación de los maestros, las vacaciones escolares, el número de alumnos por aula, la educación de la mujer, el papel de la inspección… Nos suena, ¿verdad?

Parece que la discusión sobre determinadas cuestiones educativas no termina nunca. No acabamos de aprender de la ciencia y de la experiencia para llegar a resolverlas, a pesar de los muchos avances que han tenido lugar en todos los campos.

El aprendizaje por proyectos data de 1918

Damos un salto hasta 1918, año en que Kilpatrick propuso formalmente el método de proyectos como metodología favorecedora del interés de los estudiantes para aprender, al promover la investigación y el trabajo en común, motores del fomento de la curiosidad de niños y jóvenes.

Al aparecer las competencias clave en nuestro sistema educativo, a partir de la LOE, muchos centros optaron por el trabajo y aprendizaje basados en proyectos. Perfecto. Lo grave es que la mayoría de docentes pensó que era un descubrimiento actual. Después de 100 años tras su invención, al fin llegó a las aulas.

Las nuevas tecnologías ya son viejas

La informática aparece, inicialmente, hace unos 80 años. No obstante, muchos colegas continúan hablando de nuevas tecnologías al referirse a su aplicación en educación. No sería importante, si no fuera verdad en algunos casos. La situación de pandemia y confinamiento puso de manifiesto la falta de actualización y alfabetización mediática de buen número de docentes, para los que, en efecto, seguían (y siguen) siendo nuevas estas tecnologías.

Si pasamos al campo de la evaluación de aprendizajes, recordemos que la evaluación continua (no los exámenes continuos) está implantada en España desde 1970, en su Ley 14/1970, de 4 de agosto, General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa. Bien, pues todavía hay que insistir en sus beneficios y en la conveniencia de su generalización, al menos en las etapas de educación obligatoria, no selectiva por principio.

El magisterio se resiste a abandonar el modelo de evaluación mediante pruebas puntuales y escritas, para pasar a la evaluación permanente de procesos, de carácter formativo, que permite tomar decisiones inmediatas para superar cualquier disfunción que pueda presentarse, favoreciendo así el aprendizaje personalizado y de éxito en la mayoría del alumnado (educación inclusiva). Han pasado 50 años sin conseguir generalizar el modelo.

La actualidad exige el trabajo en equipo, porque es imposible que una sola persona abarque los saberes que la humanidad ha acumulado y sigue haciéndolo a ritmos inigualables a los de otras épocas.

Esta situación requiere de especialización en determinados campos, pero para avanzar se hace precisa la colaboración de muchos conocimientos, es decir, de muchas personas que han debido formarse –además de los saberes específicos de su carrera profesional– en investigación, trabajo cooperativo, creatividad, pensamiento divergente y crítico, control de emociones, apertura a la innovación, etc.

El acceso a la información no es el problema

Todo debe derivar en un modelo educativo diferente al de siglos pasados en los que la transmisión de información resultaba fundamental. Hay que ser conscientes de que acceder a un conocimiento concreto, en estos momentos, implica solamente introducir la palabra precisa en un buscador informático y en segundos se dispone de millones de datos relacionados con lo solicitado. La información no es el problema de nuestra sociedad, lo es la capacidad de discernimiento referida a la enorme cantidad de información recibida.

Es hora de avanzar sin miedo, de progresar en métodos, organización, evaluación, contenidos, metas realmente significativas para el sistema que lo sean también para la población. Si no se consigue un modelo que capte el interés y despierte la curiosidad de quienes se forman en él, difícilmente resultará funcional para la vida que nos toca abordar en este tiempo cambiante, inseguro, con la incertidumbre como futuro.

Si la formación inicial del magisterio continúa llevándose a cabo con métodos tradicionales, el maestro, al llegar a su aula por primera vez, reproducirá lo que hicieron con él cuando ingresó en la escuela; es decir, cada maestro que se incorpora como nuevo docente retrocede veinte años con respecto a la fecha de su titulación. Sale de la carrera sin haber adquirido las competencias que actualmente se precisan para educar. Y así continuará si no cambian las cosas radicalmente.

Se necesitan competencias para el mundo actual

La educación debe garantizar la adquisición de competencias que aseguren a la persona el dominio sobre la toma de decisiones que deberá realizar día a día con cierta seguridad de acierto. Para ello no es válido un sistema memorístico y rutinario, creador de sujetos sin criterios propios ni independencia de juicio, sino otro que ayude a la autonomía y a la creatividad, con las que emprender la vida mejor para cada sujeto en cada circunstancia.

¿Tardaremos muchos años en tomar las decisiones necesarias? ¿Hasta cuándo estaremos haciendo perder el tiempo a las generaciones jóvenes? ¿Todavía no sabemos lo suficiente como para poner en marcha un sistema acorde con la realidad actual?

Esperemos que en esta tercera década del siglo XXI seamos capaces de adecuar la educación a las necesidades de la persona y de la sociedad.

https://theconversation.com/la-educacion-se-moderniza-tan-lentamente-que-nunca-dejara-de-estar-anticuada-165227

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España: La vuelta a las clases, en cinco gráficos

Por: J. A. Aunión/Rodrigo Silva/El País

Las escuelas e institutos españoles han recibido el impacto de la pandemia en mitad de un incipiente proceso de descenso demográfico y con heridas aún abiertas como las desigualdades territoriales y el abandono educativo.

Algo más de ocho millones de alumnos de enseñanzas no universitarias (desde infantil hasta el bachillerato y la FP) comienzan estos días el curso. Cuántos serán exactamente todavía no se sabe, pues la cifra oficial aún no está disponible. Lo que es casi seguro es que serán unos pocos menos que el curso anterior, en el que fueron 8,21 millones y los cuales, a su vez, ya fueron 71.000 menos que un año antes. Asoma así a la cifra general de forma incipiente un descenso demográfico que se nota sobre todo en la escuela infantil: el segundo ciclo de esta etapa, de tres a cinco años, ha visto descender su alumnado un 16%, en 238.000 alumnos, durante la última década. Pero también se percibe ya en la escuela primaria (de seis a 11 años), con un 3,4% menos de matriculados en los últimos tres cursos. De momento, y a la espera de que se cumplan los augurios de los expertos, que aseguran que en 10 años el descenso demográfico cambiará completamente la realidad de la escuela, el crecimiento de las etapas posobligatorias (bachillerato y FP) va compensando un poco la tendencia: el curso pasado fueron unos 113.000 estudiantes más que en 2018. Los siguientes gráficos tratan de ofrecer una imagen general de un sistema que este año afronta, además, el despliegue de una nueva ley educativa, la Lomloe, aprobada el pasado mes de diciembre.

1. El mapa del alumnado

Estas son las cifras de la estadística provisional del curso pasado, 2020-2021. A la espera de las de este año, ofrecen una imagen bastante fiel del mapa del alumnado de los colegios e institutos por comunidades. Por ejemplo, de dónde se concentra la mayor parte de los estudiantes: Andalucía, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana suman el 61% de todo el sistema, con volúmenes que aumentan, lógicamente, la dificultad de gestión. También ofrece este mapa la imagen de reparto entre la escuela pública y la privada (que incluye en la estadística también a los centros concertados, privados subvencionados) por comunidades, una división que crispa desde hace décadas el debate educativo español. Por ejemplo, se ve cómo Madrid, con el 14,8% del alumnado de todo el país, concentra el 20,7% de los estudiantes de centros privados.

2. Las ratios

Durante años se ha discutido mucho sobre el impacto (o no) del número de alumnos por clase en la calidad de la enseñanza. El curso pasado, sin embargo, la obligada adaptación de la escuela a la situación sanitaria redujo de golpe las ratios de profesor y alumno. Docentes y padres aseguran que el impacto pedagógico ha sido positivo allí donde la bajada ha sido significativa. Los datos de este gráfico muestran el número medio de alumnos por aula el año pasado en cada comunidad y, por tanto, esconden en sus medias estadísticas unos extremos (escuelas, probablemente, muy por debajo o por encima de ese dato general) que no permiten ver en toda su complejidad un escenario de comunidades muy urbanas o muy rurales, o de esfuerzos, tal vez, concentrados en unos u otros sitios. Sin embargo, sí muestran una imagen general de dónde están más y menos desahogadas las aulas públicas de educación obligatoria (primaria y ESO) y el segundo ciclo de infantil, etapa que no es de escolarización obligada, pero sí es gratuita y universal.

3. Profesorado y refuerzos

Las ratios de alumnos por profesor del curso pasado tienen mucho que ver con la situación previa que arrastraba cada territorio, pero también con los esfuerzos hechos por cada gobierno autónomo para contratar profesores de refuerzo. Y, lógicamente, la evolución este año de la situación dependerá de los refuerzos que se mantengan o no. Unas comunidades han anunciado que contratarán a más docentes de apoyo covid, otras a los mismos y algunas a menos. En estas últimas, padres y profesores de la pública han dejado oír ya sus protestas.

4. Aulas en cuarentena

Los argumentos de la comunidad educativa para reclamar más refuerzos son pedagógicos, pero también sanitarios, pues recuerdan que la pandemia todavía no está superada y sigue amenazando con desbaratar en cualquier momento una situación en la que la prioridad es, por encima de todo, mantener las clases presenciales. Es cierto que el impacto de la epidemia en los centros educativos fue mucho menor de lo que anunciaban los peores augurios y que este año, además, los profesores y muchos alumnos vuelven a las aulas ya vacunados. Sin embargo, la evolución de la variante delta del virus, más infecciosa, mantiene a todos en alerta.

5. Abandono escolar temprano

Los males que se le achacan a la escuela española desde hace lustros, con más o menos virulencia según la época, van desde la falta de calidad y excelencia a la escasa eficiencia del gasto escolar. Pero en el centro de todos ellos siempre ha estado una estadística: el abandono educativo temprano, es decir, el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que han dejado de estudiar después de la educación obligatoria. Este indicador está directamente relacionado con el “desempleo, la exclusión social, la pobreza y una mala salud”, según la Unión Europea, que se fijó como objetivo para 2020 bajar al 10% la media de abandono temprano en sus Estados miembros. Lo consiguió (fue el año pasado del 9,9% en los 27 países de la UE) y, de hecho, España ha aportado su granito de arena con enormes progresos: lo ha reducido casi a la mitad en las últimas dos décadas, del 30,9% al 16%. Esta cifra, sin embargo, sigue siendo la segunda más alta de la UE, solo por detrás de Malta. Y esconde, además, diferencias enormemente significativas entre comunidades autónomas.

https://elpais.com/educacion/2021-09-06/la-vuelta-a-las-clases-en-cinco-graficos.html

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Docentes de esta época atrapados en la Red

Por: Lusmery Yamileth Alvarado

“Nadie sabe cuánto sabe, hasta qué tiene que enseñar lo que sabe” Ezequiel  Ander – Egg

Vivimos en un mundo de fantasías donde no envejecemos, proyectando los momentos y expresiones faciales más perfectas que podemos encontrar, sin darnos cuenta que el verdadero sentimiento de felicidad de la vida se encuentra alojada en lo más profundo de nuestros corazones, donde la imperfección crea momentos perfectos e inolvidables.

Esta proyección a la que me refiero la generan las redes sociales, el mundo donde nunca envejecemos, pero los sentimientos y la realidad es otra, debemos ser responsable en la presente época sobre el cómo empleamos o usamos las redes sociales en nuestra cotidianidad, como creamos comunidades de aprendizajes donde formamos al hombre nuevo que dé respuesta a las necesidades de esta época, como nuestros hijos interactúan y con quien al otro lado de la pantalla, que formación estamos dando y recibiendo, se trata de la corresponsabilidad en la distancia, un valor necesariamente importante de practicar.

En este contexto, donde los avances tecnológicos suceden a la velocidad de la luz, como docentes debemos innovar en las estrategias de enseñanza y aprendizaje, encontrar la manera de generar esa simbiosis necesaria entre lo que aprendo y lo que enseño, o lo que aprendo y lo que comparto, buscando siempre el equilibrio y la consolidación del proceso que nos permita como afirmó José Martí “educar para la vida”; por ello, debemos trazarnos como desafío “elevar la calidad educativa”, profundizar en la educación fundamentada en valores como la ética y la corresponsabilidad, pero, ¿cómo conseguir triunfar en ese desafío, teniendo presente lo profundo de la red?, esa es la gran interrogante que debemos forjar en nuestro día a día.

Ser docente en la época actual es un poco efímero y complejo de definir, pero es muy necesario que internalicemos las funciones que como docente debemos ejercer: docencia, investigación y extensión, sin embargo, enfocándonos en la docencia esta época demanda de que dejemos de ser dadores de clases y realcemos la dimensión actitudinal que nos permita generar la integración del ser, el saber ser y el hacer dentro de una sociedad que a diario define sus características de coexistencia.

En este momento, me atrevo a develar la importancia del fortalecimiento de las competencias del ser docente en esta época, no de otra, como consecuencia de la reflexión crítica y la formación continua de nuestra práctica, por tanto, es importante promover el diálogo interno del docente con el mismo, de modo de reconocer y reconocerse en un entorno, con un grupos de personas con diferentes caracteres y diferentes estímulos, donde dejemos de vernos como modelo y nos podamos convertir en integrantes de esa comunidad de aprendizaje, donde el fin único es la formación bidireccional, todos tenemos algo que enseñar y algo que aprender.

Por ello, como docentes, debemos cuestionar nuestras competencias y trabajar fuertemente a diario por transformar y fortalecer las que se requieran, así como erradicar las que nos están estancando hacia un precipicio donde nada nuevo puede existir, estando claro que no todo lo nuevo es bueno ni todo lo viejo es malo.

Haciendo una parada temporal en este tema por demás importante, debemos realizar un balance entre lo que hemos hecho y lo que nos falta por hacer, debemos trazarnos estrategias de aprendizaje y actuación dentro de la red que nos permita avanzar en la construcción de un mundo académico mejor, que nos permita establecer la línea de vida necesaria en el proceso de enseñanza y aprendizaje, aprovechando las bondades de las redes sociales y permeando hacía el fortalecimiento de los saberes y haceres necesarios para la formación del hombre nuevo que requiere la Patria.

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La educación infantil está amenazada en uno de cada cuatro países

elperidico.com

La pandemia ha dificultado el acceso a la educación

La educación de cientos de millones de niños en una cuarta parte de los países del mundo se encuentra amenazada por la crisis climática, la pandemia, los ataques a las escuelas o la falta de conectividad digital, alerta la ONG Save the Children.

La República Democrática del Congo, Nigeria, Somalia, Afganistán, Sudán del Sur, Sudán, Mali y Libia son los países que cuentan con sistemas educativos «en riesgo extremo», seguidos por Siria y el Yemen.

Así lo indica un informe publicado este lunes por Save the Children, que urge a la comunidad internacional a aprender las lecciones de la crisis educativa de la covid-19, que ha interrumpido la escolarización de más de un 90 % de los alumnos del mundo, según cifras de la organización.

La ONG advierte, sin embargo, que la crisis del coronavirus es solo una de las múltiples amenazasque ponen contra las cuerdas el acceso a la educación de los niños a nivel global.

Catástrofes climáticas y ambientales como ciclones, inundaciones o sequías son las responsables del parón académico de cerca de la mitad de los 75 millones de niños que cada año se ven forzados a abandonar su formación.

«El derecho de un niño a la educación no termina en una emergencia», remarca en un comunicado la directora de Save the Children, Inger Ashing, quien cree que, en lugar de volver a la normalidad tras la pandemia, debería aprovecharse la oportunidad para poner fin a problemas que antes ya atenazaban la educación infantil en todo el mundo.

Para lograrlo, el informe insta a los ministerios de Educación y a donantes internacionales a reforzar la inversión en los sistemas educativos de los países más afectados.

Se estima que entre 10 y 16 millones de niños corren el riesgo de no regresar a la escuela debido únicamente a los impactos económicos de la pandemia, que está forzando a estudiantes a abandonar las aulas para trabajar o casarse a una edad temprana, avisa Save the Children.

Antes de la crisis del coronavirus, 258 millones de niños en todo el mundo no tenían acceso a la educación, un balance ahora agravado que requiere urgentemente una respuesta internacional contundente, resalta la ONG en el informe, titulado «Build forward better» («Construir para un futuro mejor»).

https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20210906/educacion-infantil-amenazada-cuatro-paises-12047428

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