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Enfoques cooperativos; Hoy: ¿Problemas en la educación? Interpelemos al modelo político.

Por José Yorg, el cooperario.
 
 
“Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más”. Proverbio hindú
 
“¿Cómo “hacer escuela” en estos escenarios donde las desigualdades persistentes se articulan con diferencias culturales que se procuran respetar y reconocer?” Especialización Docente en Políticas Socioeducativas. MP Clase 2.Pasado y presente de las políticas socioeducativas
 
Existe una fuerte tendencia mecanicista a abordar el complejo problema de la educación, y ello consiste-a nuestro criterio- en poner la atención sobre los docentes, los educandos y los contenidos, en ese orden, luego, a regañadientes se reconocen el deterioro edilicio, muebles, bajo presupuesto y finalmente aluden a la inefable “crisis económica”.
 
Llegado a este punto los tecnócratas y sabiondos ensayan muchas fórmulas de intervención “necesitamos datos, necesitamos evaluar para saber cómo están los alumnos y medir la eficiencia de los educadores para tener un certero diagnóstico y realizar los cambios”.
 
Para no cansarnos con estas cuestiones que todos los días nos conferencian y exponen teorías que sólo ellos lo comprenden, señalemos mejor nuestra visión del asunto que nos ocupa en esta ocasión.
 
No somos descubridores, sino más bien narradores de conclusiones desde nuestras propias experiencias de más de dos décadas en todos los niveles educativos, excepto en el nivel pre-escolar.
 
Vemos, como dice el dicho, que “en todas partes se cuecen habas”, y por tanto, no vamos a decir que esos factores negativos señalados más arriba no formen parte de los grandes problemas con que se lidia, sin embargo, diremos que esos factores son consecuencias y no causales.
 
¿Entonces?
 
Las escuelas, las instituciones educativas no funcionan en una burbuja aséptica, los docentes, los alumnos y los trabajadores no-docentes no arrojan a las calles sus infortunios antes de entrar a realizar sus actividades y luego, al terminar su jornada, recogen sus alforjas de quebrantos y de tal mecanismo, sus estados de ánimos no influyen en el proceso educativo.
 
El dilema educativo ya está develado, el hecho de que no quiera verse o reconocerse, ya es “harina de otro costal”, en realidad, ante los problemas en la educación deberíamos interpelar al modelo político, dado que es el epicentro de las decisiones que impactan en las sociedades incluyendo a las instituciones educativas.
 
Es en los Estados donde se constatan responsabilidades eludidas, ausencias de inexcusables cumplimientos de normativas legales y constitucionales que les competen, como por ejemplo, el servicio educativo cooperativo escolar y universitario.
 
Esa “ausencia” se estima como carencia perjudicial para los educandos, toda vez que ello implica, entre otras, una situación educativa en que se aíslan saberes, situación que coloca al alumno en debilidad de aprovechar oportunidades en su medio. Sin embargo, de proceder a dotarlos de tales saberes se empoderarían de habilidades, destrezas  y capacidades organizativas empresariales que favorecerían y darían por resultado una mentalidad emprendedora cooperativa.
 
Hasta podríamos a atrevernos a decir cambiad el modelo político, en crisis, por cierto, y cambiareis el modelo educativo para “bien de todos y no para mal de ninguno” como nos alecciona el Martín Fierro.
 
Creemos que no hacemos una observación improvisada, la verdad objetiva es que todo el andamiaje socio-económico y político-institucional debería atravesar un proceso de evaluación, a quienes, sin dudas, y a tenor de los desastrosos resultados, los desaprobaríamos.
 
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
 
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Hace 36 años se sentaron las bases de la nueva educación en Nicaragua.

La  Gran Cruzada de Alfabetización redujo a 12 por ciento índice de analfabetismo, hazaña que fue reconocida por la Unesco con el máximo galardón internacional en materia de alfabetización Orden Nadiezka Krupskaya.

Centro América/Nicaragua/30.08.2016/Autor y Fuente: http://www.lavozdelsandinismo.com/

Treinta y seis años después de la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización, que se inició el 23 de marzo y concluyó el 23 de agosto de 1980, en esta nueva etapa de la Revolución Sandinista la educación es un pilar fundamental de la transformación económica, social y humana, y se ve expresado en un esfuerzo real en todos los niveles educativos.

En su Plan de Buen Gobierno “Trabajando Juntos Como Gran Familia”, el Gobierno Sandinista dirigido por el Presidente de la República, Comandante Daniel Ortega encamina acciones para elevar la calidad de la educación desde todas las edades para los niños y jóvenes nicaragüenses.

Los primeros pasos de este anhelo del Gobierno Sandinista fue la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización que movilizó a más de 100 mil nicaragüenses y posibilitó a 400 mil ciudadanos aprender a leer y a escribir en apenas cinco meses.  Eso significó que el analfabetismo se redujera en el país de un 50  a menos de 12 por ciento y que la hazaña fuera reconocida por la Unesco con el máximo galardón internacional en materia de alfabetización, Orden Nadiezka Krupskaya.

Promovida en 1980, menos de un año después del triunfo sandinista que puso fin a la dictadura somocista, la campaña se extendió por la geografía nacional para llevar a la población un derecho negado durante décadas por los gobernantes precedentes.

Para el presidente del Consejo Nacional de Universidades (CNU), Telémaco Talavera, “esta gesta histórica e heroica sentó las bases de la nueva educación en Nicaragua, no sólo para los que fueron alfabetizados, sino también para los miles de jóvenes porque fue una extraordinaria escuela de vida”.

El gobierno de Nicaragua destina el seis por ciento del presupuesto general para la educación superior, y gracias a eso, más de 112 mil jóvenes acceden a las más de 100 carreras en las universidades de  forma gratuita.

Mientras que en la educación preescolar, primaria, secundaria, educación a distancia de primaria y secundaria en el campo, educación  de jóvenes y adultos, Sandino I y II, y en educación técnica, hay más de dos millones 200 mil nicaragüenses recibiendo el pan del saber.

Fuente: http://www.lavozdelsandinismo.com/nicaragua/2016-08-23/36-anos-se-sentaron-las-bases-la-nueva-educacion-nicaragua/

Imagen: http://www.lavozdelsandinismo.com/wp-estaticos/2016/08/srd6psd3.jpg?83c421

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Película: Lecciones inolvidables

TÍTULO ORIGINAL Stand and Deliver, AÑO 1988
DURACIÓN Sugerir trailer/vídeo 102 min.
DIRECTOR Ramón Menéndez, GUIÓN Ramón Menéndez & Tom Musca
MÚSICA Craig Safan
FOTOGRAFÍA Tom Richmond
REPARTO Edward James Olmos, Lou Diamond Phillips, Andy García, Rosana de Soto
PRODUCTORA Warner Bros. Pictures
PREMIOS 1988: Nominada al Oscar: Mejor actor (Edward James Olmos)
GÉNERO Drama | Enseñanza
SINOPSIS Jaime Escalante (Edward James Olmos, nominado al Oscar al mejor actor) es el nuevo profesor de matemáticas en un instituto para jóvenes de origen hispano en un barrio de Los Angeles. Son alumnos difíciles que no esperan llegar a la universidad, y que aspiran tan sólo a algún trabajo que apenas les permita sobrevivir. Jaime tendrá que hacerles cambiar de opinión, y exigirles fuertes sacrificios.

Jaime A. Escalante es un profesor de matemáticas que da clase en un instituto de un barrio marginal estadounidense. Convencido de que los chicos tienen potencial, pretende enseñarles las lecciones de cálculo y algebra mediante métodos diferentes.

Historia de chicos difíciles de malos barrios con profesor que saca lo mejor de ellos. Edward James Olmos (Corrupción en Miami, Battlestar Galactica) logró una nominación a los Oscar por su papel de profe emprendedor. A pesar de contar con un elenco algo desconocido, sobresale Lou Diamond Phillips y una pequeña aparición de Andy García.

Para descargar la película: http://www.fiuxy.net/peliculas-gratis/1924391-descargar-lecciones-inolvidables-1988-ramon-menendez-1-link-servifile-gratis.html

Fuente: http://decine21.com/Peliculas/Lecciones-inolvidables-11723

Imagen: https://i.ytimg.com/vi/QcBxtpJZkno/maxresdefault.jpg

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Argentina: Docentes argentinos realizan paro por mejoras en la educación

America del Sur/Argentina/Agosto 2016/Noticias/www.elciudadano.cl/

La medida de fuerza, según los datos aportados por la misma organización, tuvo una respuesta contundente por parte de los trabajadores de la educación a nivel nacional ya que promediando las distintas cifras provinciales más del 90% de los docentes y celadores se sumaron.

Sin embargo, Mendoza fue una excepción a la media nacional ya que la adhesión fue “dispar” según los gremios debido a la “extorsión del ítem aula” y al fuerte costo económico que implican para los trabajadores los descuentos. María Luisa Nasif, secretaria adjunta de sindicato de los docentes privados (SADOP) en la Provincia destacó que en total los trabajadores perdían el “20% de su sueldo, que ya es bajo” si no asistían a trabajar y que eso explica la baja adhesión.

La movilización docente comenzó a las 19 (hora local) y reunió unas 1500 personas en el microcentro mendocino. Una columna de unas cuatro cuadras aproximadamente atravesó las principales calles del centro de la Ciudad de Mendoza hasta apostarse finalmente de espaldas a la Casa de Gobierno, símbolo del poder Ejecutivo provincial, quien evidentemente los dio primeramente la espalda a ellos.

Los sindicatos docentes (públicos y privados) así como agrupaciones políticas, representantes de universidades, de otros gremios, familiares de trabajadores de la educación e incluso estudiantes solidarizados con sus educadores reclamaron por las mejoras en las condiciones laborales de este sector.

EL ÍTEM JAULA

El ítem mencionado es una especie de bono adicional al salario docente ideado y promocionado por el gobernador Alfredo Cornejo, quien cursa su noveno mes de gestión con una férrea impopularidad en la comunidad educativa.

El incentivo equivale al 10% del adicional por antigüedad y otros extras docentes tanto de primaria como de secundaria (básica y media en Chile). No se contabiliza como parte del salario en sí y por ende no es tenido en cuenta para los aportes jubilatorios de los trabajadores.

profesargentina

Inicialmente sólo era aplicable a los educadores que se hallaban frente al aula y dejaba de lado las “misiones especiales” (que se trabajan en otros contextos) y a los celadores. Luego de la ferviente oposición que pusieron los gremios a esto, Cornejo aceptó modificar estos últimos puntos.

¿Por qué la oposición entonces? Para que el ítem pueda ser percibido el trabajador no debe haber faltado por ningún motivo por más de tres días consecutivos ese mes y no puede acumular más de diez faltas en el año.

El problema ocurre cuando por ejemplo un empleado de la educación padece alguna enfermedad y su médico le receta más de tres días de reposo. Frente a esto hay dos opciones: seguir las directivas médicas y perder el ítem (que en algunos casos representa casi una cuarta parte del dinero que recibe el trabajador en mano), o bien desobedecer las indicaciones médicas y acudir a clases enfermo a riesgo de agravar su situación y de contagiar a compañeros y estudiantes.

Ante esta y otras tantas contrariedades en las que se violan los derechos constitucionales establecidos en el artículo 14 BIS de la Constitución Nacional así como otras leyes específicas de la educación, tanto el Sindicato Unido de los Trabajadores de la Educación (que congrega a los docentes de escuelas públicas de Mendoza) como el SADOP (de educadores del sector privado) se opusieron fuertemente a la iniciativa. Es por ello que el gobernador Cornejo, quien irónicamente acompañó al macrismo en una campaña electoral donde la palabra clave fue “diálogo”, dio por cerrada la paritaria unilateralmente y mediante decreto gubernamental dictaminó que esas serían las condiciones salariales para los trabajadores de la educación.

El aumento en total rondó el 32% anual, del cual sólo la mitad es en blanco y ésta se cobró cerca de la mitad en el primer semestre y la otra a partir de agosto. El problema es que el 10% del salario real puede no cobrarse por el incumplimiento del ítem aula y a eso se suma un contexto nacional que inició el año con una devaluación del 40% y una inflación acumulada que ya ronda el 24%.

CASOS TESTIGOS

Claudio Videla es esposo de una celadora que trabaja en una escuela rural al norte de Mendoza, él comentó: “estamos acá porque consideramos que el ítem aula es injusto, yo me he tenido que cuidar a mis hijos porque ella no puede faltar. Tenemos cinco hijos y yo soy obrero changarín (ocasional en la construcción) y hay veces que debido a las circunstancias tengo que faltar para evitar el descuento en un sueldo seguro que tenemos al mes”.

Brian tiene 14 años y asiste a la escuela rural Félix Salvatierra, él junto a sus compañeros de clase Lucas y Marcos, asistieron a la marcha: “para ayudarle a todos los mendocino para que saquen el ítem aula y que le den aumento, porque con el ítem no pueden faltar, van enfermos y no se puede trabajar así. He visto profesores y preceptores que van enfermos a la escuela”.

Nasif comentó que las medidas de fuerza a nivel nacional en reclamo contra “este ajuste hecho contra la clase trabajadora” continuarán el 31 de agosto con la Marcha Federal que partirá desde Mendoza y llegará hasta Buenos Aires finalizando con un paro nacional el 2 de septiembre.

Sobre las respuestas oficiales ante los reclamos, la gremialista comentó: “…este gobierno (de Mendoza) es sordo, no abre paritarias que son las herramientas de negociación con las patronales…” y agregó que le piden al Gobierno Nacional que: “paren con el ajuste, porque este ajuste es para la clase trabajadora, no para los ricos y los grandes monopolios de Argentina”.

Franco D’Amelio

* desde Mendoza

El Ciudadano

Fuente:http://www.elciudadano.cl/2016/08/27/320074/docentes-argentinos-realizan-paro-por-mejoras-en-la-educacion123/

Fuente imagen: https://lh3.googleusercontent.com/aW_R5ykoMdJ0lz1o_QML30vngE9wOxPcUE00QpuG7P56CbisHGSKma0mbM4uwrE0LdhPD5M=s128

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Abren convocatoria para voluntariado en África

África/Agosto 2016/Noticias/www.latercera.com/

Resumen:

Selalan que hasta el 16 de septiembre se podrá postular a la Fundación Africa Dream, entidad que ha posibilitado que la población de pequeñas localidades africanas tengan acceso a salud, alimentación, educación, entre otros.

En la actualidad, la fundación Africa Dream ha enviado a más de 35 voluntarios a países como Zambia, Sudáfrica, Mozambique y Kenia, y hoy está buscando reclutar nuevos médicos para que estos sean destinados, por un año, al Hospital Misionero de Sichili, Zambia.

Agustín Riesco, Vicepresidente Ejecutivo de Africa Dream, llama a quienes estén interesados a que postulen, ya que asegura que el voluntariado es muy relevante para cualquier persona.

 “A mí me cambió la vida. Tenía 21 años y reafirmó mi convicción de dedicarme a los temas sociales. El principal aprendizaje es escuchar, aprender, entender y empatizar, para luego pensar, desde la propia comunidad, cómo podemos mejorar su calidad de vida”, explica.

Algunas de las competencias necesarias son:

1. Manejo de inglés.

2. Liderazgo de grupos (manejo de situaciones clínicas con staff del hospital).

3. Capacidad de adaptarse a situaciones adversas, ya sea en la relación con el staff del hospital, las características culturales del país, así como también saber actuar en un contexto con escasos recursos médicos. Tolerar resultados clínicos adversos.

4.Trabajo en equipo, tanto con staff  local como voluntarios médicos.

Para más información se puede enviar un correo a postulaciones@africadream.cl o visitar la página web www.africadream.cl

Fuente:

http://www.latercera.com/noticia/nacional/2016/08/680-694122-9-abren-convocatoria-para-voluntariado-en-africa.shtml

Fuente imagen: https://lh3.googleusercontent.com/GBo9q61TTWrBAkZ58DZzDMEH_ZFYAhRqkWYmNAxE9KponqUHKSt6_zCqKNwienU1jF1ZV4k=s170

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Tareas escolares: otro síntoma de la patología neoliberal

Por: Jaime Retamal

Conspicuos, críticos gravosos o hipsters tecnócratas aspiracionales: a las élites les molesta el tema de las tareas, su exceso. La campaña antitareas ha mostrado, una vez más, sin quererlo, la esquizofrenia productivista y resultadista en la que estamos día a día en todas las escuelas y familias de este país.

Es interesante lo que ha sucedido con la campaña ciudadana antitareas. Desde todo punto de vista irrita, en primer lugar, a las élites más conservadoras, que ven a las tareas como un aliado propicio para el ejercicio de lo que llaman autoridad, y las defienden, disfrazándose ellos mismos de superhéroes de la autonomía profesional de los profesores.

Pero, en segundo lugar, no deja de sorprender que irrite también a los autodenominados intelectuales de izquierda y progresistas. Ellos no están para pensar estos temas tan nimios y sin importancia –¡las tareas para la casa!– comparados, por ejemplo, con el financiamiento de la educación superior o la desmunicipalización de la educación pública, los temas más serios del gran teatro de los movimientos sociales y de la escena de la política pública. Lo suyo es la pasión por el infinito a la Kierkegaard. ¿La campaña de madres y padres antitareas? ¡Reformismo burgués!

Además, en tercer lugar, y no me sorprende mucho, hay que decir, la campaña antitareas también irrita a nuestros expertos y tecnócratas de la educación eficiente, del accountability escolar, del evidence-based education, del school choice, del success for all, del new public management, del school improvement y de cuanto dispositivo tecnológico-sociológico hay, en el que ocupan su valioso tiempo de investigación.

No me sorprende mucho porque en general no estamos hablando de gente que llegó a ser experto en esas tecnologías de análisis, luego de haber vivido y enseñado –primero– en una escuela o en un liceo de este país.

Se sabe que la fauna de los tecnócratas en educación está poblada de gente sin praxis ni experiencia escolar, es decir, que no ve la vida escolar y lo que implica –las tareas en ello– sino solo ve objetos de estudio provenientes de las modas sociológicas-económicas de turno; o –lo que es peor– solo datos en su planilla Excel; o –lo que todavía es muchísimo peor–, para muchos de los especímenes de esta fauna, estas modas de análisis representan sendas oportunidades para pasar agradables semanas de verano boreal, seminario internacional mediante, en la que en el máximo de media hora muestran los resultados de sus importantes estudios de la realidad educativa nacional. En fin…

Conspicuos, críticos gravosos o hipsters tecnócratas aspiracionales: a las élites les molesta el tema de las tareas, su exceso. Seguramente para ellos se trate solo de un tema de mamás pelolais. Con sorna les niegan el derecho a las tareas de ser normadas por ley. Pues, en Chile, la ley y la educación representan algo muy serio.

Una campaña exitosa

Lo que está sucediendo, repito, es interesante. Es un extraordinario ejemplo para recordar por qué las “campañas” se apegan más a la dinámica del siglo XXI, por sobre los “movimientos sociales”, más anclados en el siglo XX, heredero en esto del siglo XIX.

El filósofo estadounidense Richard Rorty describe un tipo de intelectual activista que se siente capaz de no ser parte de un movimiento y que se contenta con implicarse en múltiples campañas.

“Por campaña –afirma Rorty– entiendo algo finito, algo en lo cual podemos reconocer que hemos tenido éxito o en lo que, hasta ahora, hemos fracasado”.

Las campañas tienen un sentido propio y se sostienen por sí mismas. Los movimientos, en cambio, se sostienen siempre por un metarrelato de carácter salvífico; exigen del individuo autosometimiento y autopurificación, pues por sobre las voluntades, el movimiento debe prevalecer. Así, concluye Richard Rorty: “Una multiplicidad de campañas tiene la misma ventaja que una pluralidad de dioses o de novelas: cada campaña es finita y siempre existe otra campaña en la que podemos alistarnos cuando la primera falla o descarrila. La impureza advertida en un movimiento puede destruir a la persona que se ha identificado con él, la impureza de una campaña puede tomarse bien: después de todo tal impureza es lo que se esperaría de algo que es, como uno mismo, finito y mortal”.

¿Por qué la campaña antitareas ha calado tan hondo y ha tenido tanto éxito? Pues, en primer lugar, por su carácter acotado y finito, simple, que toca al mismo tiempo el corazón de las familias y el corazón de un sistema escolar neurotizado por el rendimiento.

Se les puede denominar “movimiento”, pero claramente esa no es ni su lógica ni su estilo: son mamás y papás, intelectuales activistas, profesionales de distintas áreas, ciudadanos de a pie, que conscientes de que hay un problema, se organizan inteligentemente y se multiplican por las redes sociales velozmente. Con un sentido y un propósito claro. No se marean con el hálito metafísico de los movimientos. Persisten más bien en una cuestión simple –legislar sobre el exceso de tareas– que, aunque ha sido ninguneada por moros y cristianos, ha demostrado ser un verdadero láser endovenoso para nuestro sistema escolar neurotizado por el SIMCE y todos los dispositivos neoliberales que le han inyectado desde la economía de la educación.

El boliche del ninguneo

Un extraordinario reportaje de la periodista Mónica Stipicic, el sábado 30 de abril, en el suplemento Tendencias del diario La Tercera, abría para la opinión pública el tema de madres y padres que, empoderados y organizados, se habían coordinado para protestar por el exceso de tareas y de trabajos extraescolares.

De ahí en más, la campaña que busca una mayor racionalidad en el tema de las tareas escolares para la casa, subió como la espuma en adhesión y en notoriedad mediática (crónicas, reportajes, editoriales y portadas). Y se sumó a ello la intencionalidad de algunos senadores de hacer de la regulación del exceso de tareas un asunto digno de un proyecto de ley. Fue la tormenta perfecta para que el ninguneo empezara a hacerse escuchar donde mejor lo sabe hacer.

El 13 de junio, El Mercurio abría los fuegos y nos sorprendía con un editorial titulado “Ley contra las tareas escolares”. Tildaba ahí al proyecto de ley que busca regular el exceso de tareas de “populista”, pues “puede estar explicado por la ansiedad de empatizar con los grupos de padres ‘antitareas’ que existen en las redes sociales” (habría sonado mejor que el editorialista mercurial dijera “grupúsculos de padres”… pero, bueno…).

Afirmaba, además, que “regular esta materia por ley parece del todo inconveniente”. El Estado –dice– “en ningún caso debiera prohibir al establecimiento su modo de entregar deberes escolares”. Agrega que “una medida de este tipo socavaría aún más la autoridad de los profesores y directores”. Por ello –concluye– se trata de una medida “extraviada” y afirma categórico el editorial de El Mercurio –era que no– que “la tarea de los padres debiera ser escoger el mejor proyecto que se adecue a sus necesidades”.

Se sumó al descrédito en el decano de la prensa escrita, el 22 de junio, Ernesto Schiefelbein, Premio Nacional de Educación (escribió una carta llena de melancolía e hipótesis retóricas); el 25 de junio Jaime Ravinet de la Fuente, ex ministro de Defensa (escribió una carta malhumorada y furibunda a favor de las tareas y su carácter disciplinador); el 26 de junio un furioso Sergio Urzúa, del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Pontificia Universidad Católica (publicó una columna desde la perspectiva neoliberal usando mañosamente las evidencias); y el 27 de junio otro editorial más de El Mercurio –¡record!– en la que vuelve con la acusación de “populista”, pero agrega a su preocupación a la ministra, “autoridad de la que cabría esperar un análisis más profundo, se ha sumado a esta postura sugiriendo que, quizás por decreto, el Ministerio de Educación pudiese partir prohibiendo las tareas para el fin de semana”.

En rigor, el dispositivo pedagógico y educativo «tareas escolares para la casa» posee una amplia bibliografía internacional sobre la base de muy interesantes investigaciones y perspectivas epistemológicas. Es posible constatar controversias en la opinión pública en todos los países, estados, regiones o comunas en los cuales la administración de los sistemas escolares establecen normativas para regular el dispositivo de las tareas. En cada una de estas controversias nos encontramos generalmente con campañas de madres y padres que demandan mejores condiciones en el trabajo pedagógico intraescolar, en la racionalidad del tiempo escolar y en la diversificación del currículo.

En consecuencia, el interesante debate público que se ha producido en las últimas semanas en nuestro país es normal y sano. Pone en evidencia, además del dispositivo de las tareas escolares para la casa, otros instrumentos que han sido instalados en nuestro país y que no han sido lo suficientemente monitoreados por la autoridad.

En consecuencia, el boliche del ninguneo capitaneado por las páginas editoriales de El Mercurio mostró, una vez más, una ignorancia en materia de educación, que raya en la insolencia.

Mientras tanto, se ha dado a conocer un interesante decreto, que prohíbe las tareas escritas para estudiantes de primaria en Francia, que data del año 1956. En él se lee: «Seis horas de clase bien empleadas constituyen un máximum más allá del cual un suplemento de trabajo sostenido no puede sino que aportar una fatiga perjudicial a la salud psíquica y al equilibrio nervioso de los estudiantes. Finalmente, el trabajo escrito hecho fuera de la clase, sin la presencia del maestro y en condiciones materiales y psicológicas generalmente desfavorables, no presenta más que un interés educativo limitado».

En sucesivas oportunidades, después de 1956, se ha instalado en Francia un debate en torno a las tareas. En el año 2013, en el contexto de la refundación de la escuela republicana francesa, también se habló de tareas escolares, procurándose una reforma de la jornada escolar o de lo que se llamó «ritmos escolares». En los documentos normativos leemos literalmente que «esta reforma de ritmos va a permitir que se haga efectiva la prohibición formal de las tareas escritas para la casa».

Recomiendo revisar el debate producido en el Senado francés respecto a la reforma de los ritmos escolares, en particular, la intervención del célebre cronopsicólogo François Testu (http://videos.senat.fr/).

La tarea es sin tareas

En un documento publicado en enero del año 2016 (Focus, nº38), la OCDE da a conocer un breve análisis en el que nos vemos retratados como el país, Chile, en donde los niños de educación primaria (NB1-NB4) están el mayor número de horas al interior de la escuela recibiendo instrucción obligatoria de la galaxia-OCDE.

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Como vemos en el gráfico, si nos comparamos con Finlandia, el país fetiche en materia de calidad educativa, estamos exactamente en el extremo opuesto de la galaxia. Impresionante. ¿Tiene, en ese contexto, algún propósito continuar con el trabajo escolar en las horas libres personales en la casa? En un reciente documental del año 2015, Michael Moore, en su estilo, es cierto, irónico y divertido, nos muestra la sorpresa ante un país, Finlandia, cuyo modelo educacional básicamente eliminó las tareas, entre otras muchas reformas más que, si ven el video cuyo link proveo, podrán darse cuenta por ustedes mismos de cómo en el discurso se relaciona a las tareas con cuestiones filosóficas de fondo, que las campañas antisistema neoliberal de educación en Chile vienen relevando hace años.

Pues bien, el gráfico anterior tiene como fuente al famoso –a estas alturas– indicador D1 del Education at a Glance 2015 de la OCDE. De acuerdo a esto, si miramos los números completos de toda la primaria, Chile, con 8 años de enseñanza básica, reporta 6.231 horas. Italia, también con 8 años, 4.455. La Bélgica francesa y la flamenca, 8 años, 5.096 y 4.928 horas, respectivamente. Austria, Turquía y Hungría, también reportan 8 años, pero con 2.280, 2.880 y 2.583 horas en total, respectivamente.

Es decir, Chile top 1 dentro de los países con 8 años. Finlandia reporta 9 años, con un total de 3.794 horas. Suecia, 9 años, 4523 horas. Japón 9 años, 4.575 horas. Corea, 9 años, 3.885 horas. Francia, 9 años, 4.320 horas. Noruega, 10 años, 5.234 horas. Promedio OCDE, 9 años, 4614 horas. Chile 1.617 horas sobre el promedio OCDE.

Para continuar con estos lateros documentos de la OCDE-people, documentos todos de dados cargados al economicismo educacional, los furibundos expertos chilenos pro tareas han citado el Pisa in Focus nº46 de diciembre del año 2014. Ahí se entregan datos de los jóvenes que respondieron la Prueba PISA 2012.

En Chile la prueba PISA se aplicó a 6.856 estudiantes de 15 años (2º medio) de un total de 222 establecimientos. Según el anuario estadístico del año 2013, en Chile había 3.470 establecimientos de educación media con una matrícula total de 924.905 estudiantes, de los cuales 240.310 correspondían a 2º medio.

Analizando esos datos, Mauricio Holz y su equipo de la Biblioteca del Congreso Nacional, prepararon un extraordinario informe. En él nuevamente vemos a Chile top one en el número de horas que tenemos a los estudiantes en los liceos. Chile es el país –como vemos en el siguiente gráfico– con el número más alto de horas cronológicas de instrucción en el aula a la semana.

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Cuando se les pregunta a los estudiantes chilenos, “pensando en todas las asignaturas escolares, en promedio, ¿cuántas horas ocupas cada semana haciendo tareas u otros trabajos dados por tu profesor?”, responden que en promedio 3,5 horas, uno de los más bajos de la OCDE. Enhorabuena, pienso. No todo es tan malo, porque en el mismo informe se lee algo que la literatura especializada viene enfatizando hace rato, a saber, que “el número promedio de horas que los alumnos destinan a los deberes u otras tareas establecidas por los docentes no suele estar relacionado con el rendimiento global del sistema escolar. Esto implica que hay otros factores, como la calidad de la enseñanza y el modo en que se organizan los centros, cuyo impacto sobre el rendimiento global del sistema escolar es mayor”.

También, en el mismo documento queda de manifiesto el hecho de que las tareas son un factor de desigualdad evidente, así como un factor que coloca en evidencia los códigos sociales de clase que ponen en juego los profesores dependiendo de si están en liceos con estudiantes de elite o desfavorecidos económicamente.

Parece evidente que “la tarea es sin tareas” tiene fundamento desde la galaxia OCDE.

En consecuencia, el interesante debate público que se ha producido en las últimas semanas en nuestro país es normal y sano. Pone en evidencia, además del dispositivo de las tareas escolares para la casa, otros instrumentos que han sido instalados en nuestro país y que no han sido lo suficientemente monitoreados por la autoridad. En consecuencia, el boliche del ninguneo capitaneado por las páginas editoriales de El Mercurio mostró, una vez más, una ignorancia en materia de educación, que raya en la insolencia.

Ahora bien, y en resumen, para los fanáticos de la literatura especializada, hay muchísima evidencia respecto al carácter cíclico, controvertido y diversificado respecto a si enviar o no tareas, su verdadero impacto, su duración, las tareas inteligentes y las perjudiciales, etc. (Fenart, 2016; Chouinard, Archambault et Rheault, 2006; Cooper, 1989; Corno, 1996; Palardy, 1995; Paschal, Weinstein et Walberg, 1984; Kralovec et Buell, 2001, etc., etc., etc.). Sin embargo, a pesar del relanzamiento de las tareas en los 2000, nuevamente desde el punto de vista de la producción económica, la tendencia histórico-cultural ha decantado en una acumulación de evidencias en contra de las tareas (Fenart, 2016).

Las tareas escolares o “los trabajos fuera de la clase – para la clase” (Patrick Rayou, 2008) no superan la prueba de su posible eficacia, ni de su equidad (Rayou, 2008).

Por una parte, los beneficios directos sobre la escolaridad de los niños estudiantes no han sido en efecto jamás demostrados (Rayou, 2008). Las numerosas investigaciones que ponen en evidencia los efectos positivos de las tareas sobre el éxito escolar, solo pueden establecer simples correlaciones, porque es imposible saber si esos estudiantes son más exitosos gracias al trabajo fuera de clases o si lo son simplemente porque son buenos estudiantes (Rayou, 2008; Cooper, Robinson et Patall, 2006) o si lo son por efecto de las didácticas, las metodologías de la enseñanza, los proyectos educativos, las comunidades escolares, etc.

Timothy Keith, quien había encontrado en los 80 una relación solida entre las tareas y los resultados en las pruebas estandarizadas, volvió una década después sobre el tema y descubrió que, si introducía más variables para sus correlaciones, las tareas no tienen efecto alguno después de todo (Valerie A. Cool and Timothy Z. Keith, 1991).

No hay ninguna relación entre el tiempo dedicado a las tareas y las calificaciones del curso; y tampoco hay una substancial diferencia entre los que completan las tareas y los que no. Por otra parte, las tareas son un importante factor de selección social, pues los padres de clases más vulnerables no pueden aportar el mismo tipo de ayuda que los padres dotados de un capital cultural, económico y social superior (Tedesco, Manesse et Vari, 1985; Rayou, 2008).

El envío de trabajos en el espacio familiar (aprender una lección, revisar un control, etc.) penaliza masivamente a los estudiantes que tienen padres de categorías socioprofesionales desfavorecidas y vulnerables, pero esos mismos estudiantes obtienen resultados sensiblemente iguales a sus compañeros cuando el trabajo es realizado en el curso-aula (Meirieu, 2004; Rayou, 2008).

Además, la aparición de numerosos dispositivos escolares y extraescolares de acompañamiento para reducir las dificultades escolares, en este sentido, también tienen un acceso desigual de parte de las familias (Glassman, 1992).

¿Para qué seguir con tareas en un país cuyo sistema educacional está enfermo por el rendimiento, como si este fuera la clave del desarrollo y el crecimiento económico? La campaña antitareas ha mostrado, una vez más, sin quererlo, la patología neoliberal en la que estamos día a día en todas las escuelas y familias de este país. También nos ha mostrado de dónde podrían venir las verdaderas revoluciones en educación.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2016/08/08/963631/

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El feminismo en Latinoamérica

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Es común al tratar de reconstruir nuestra percepción de la mujer latinoamericana pensar en aquellas “jefas” o fundadoras del matriarcado. Pensamos en nuestras madres y abuelas que, aún dentro de su contexto, llevan las riendas de su casa. Vemos en ellas virtudes codiciadas por todo ser humano, como lo son la perseverancia, el liderazgo, la comprensión y el temple de guerra tan arraigado en la psiquis de nuestras progenitoras. Pero con todo y esto, ¿cómo es posible que todavía sean los hombres los reyes de su universo?

Hace unos meses tuve una conversación con una amiga portorriqueña sobre los hombres latinoamericanos. Hablábamos de cómo nuestras madres nos impulsaron, finalmente,  a soltar las limitaciones posteriormente empleadas y designadas a nuestras vidas por orden del machismo, servidor fiel del patriarcado. Nos detuvimos a admirar todo lo que las mujeres como nosotras podemos hacer hoy en día, las “libertades” que se nos ofrecen, y cómo finalmente estábamos acercándonos a una sociedad utópica donde las mujeres son consideradas de manera equitativa a los hombres. Pero no todo se resume en libertades.

La realidad de las mujeres latinas todavía sufre una gran desventaja, una aún más grande que la de los prejuicios de una sociedad decadente que no se ajusta a los nuevos tiempos. Una aún más terrible que las palabras despectivas provenientes tanto de hombres como de mujeres, una que nos mantiene en un proceso incalculablemente lento para lograr la plena reivindicación femenina. Esta desventaja es nada más y nada menos que lo que nosotras solemos denominar como: los princesos.

Es cierto que las madres alientan a sus hijas a tener una carrera, a valerse por sí mismas, a posponer el matrimonio y solo involucrarse en él una vez que sus metas hayan sido alcanzadas. Es también verídico que las madres han empezado a ser más permisivas con el atuendo y la conducta de sus hijas, no por propagar frivolidad o libertinaje, sino para proporcionarles la misma libertad de expresión que a sus hijos. Sin embargo, no es cierto en absoluto que las madres preparan a sus hijos para corresponder al cambio llevado a cabo en el ámbito femenino.

Las madres latinas en su mayoría todavía crían princesos. Todavía crecen a hombres que esperan tener el mismo trato de rey, por parte de su mujer, del que recibieron sus abuelos, por parte de sus abuelas. Todavía permiten que sus hijos varones consideren un derecho el cuerpo de una mujer, o mejor dicho, varios y hasta todos los cuerpos de mujeres, especialmente si ese cuerpo pertenece a una muchacha ya tachada como “no digna.”

Lamentablemente, aún existe la falta de respeto y aprecio por parte de los hombres a las mujeres. Y cuando un hombre ha conseguido desarrollarse decentemente dentro de las normas de nuestra sociedad tóxica y opresora, muy pocas veces se transforman en voceros de los derechos de la mujer. Aún cuando el hombre no considere correcta la actitud de sus amigos, encuentra su punto de vista tan ajeno a lo “corriente”, que prefiere callar.

Realmente, no quiero decir con esto que todos los hombres latinos deseen oprimir a las mujeres. Lo que sí digo es que nosotras mismas, como mujeres y como madres, tenemos el deber de inculcar en las pequeñas mentes que tenemos alrededor, la manera más justa de tratar a los demás y el respeto hacia todos sin diferencia de género.

Una niña, por ser niña, no necesita ser más arduamente instruida en cómo no quedar embarazada, o en cómo no dejarse tratar o en cómo vestirse o actuar para no generar en el hombre salvaje e incontrolable una reacción indeseable. En su lugar, a los niños se les debería de hacer partícipes de estas enseñanzas de la misma manera que a las niñas. Esto proporcionaría un desarrollo orgánico en nuestra sociedad en vez de un espectro de armonía que, en realidad, no es más que una batalla, que va dolorosamente contracorriente, únicamente librada por el género femenino.

Como están las cosas, de momento solo nos queda seguir manteniendo nuestra voz firme, continuar creando conciencia en los hombres ya criados en esta doctrina del “princeso.” Pero cada tres segundos nace un nuevo ser humano, y 50% de esas veces es un ser humano que puede llegar a ser un hombre decente y merecedor de los millones de mujeres que ya somos y continuaremos siendo: mujeres fuertes, mujeres latinas.

Fuente: https://www.viceversa-mag.com/el-feminismo-en-latinoamerica/

 

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