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El reclamo de padres y madres obliga a El Salvador a seguir sin clases presenciales por coronavirus

l Salvador se hizo eco del reclamo de los padres de familia y decidió mantener la suspensión de las clases presenciales para lo que resta del año a causa de los estragos que está causando el coronavirus.

«Como Gobierno hemos escuchado el clamor de los padres de familia, quienes nos han pedido que no pongamos en riesgo la vida de sus hijos, por eso decidimos mantener la suspensión de las clases presenciales, a nivel nacional, hasta el 31 de diciembre», dijo en una rueda de prensa la titular del Ministerio de Salud, Carla Hananía de Varela.

La funcionaria señaló que la decisión fue tomada en coordinación con el Ejecutivo y que «aplica para todos los centros educativos públicos y privados, con calendario nacional e internacional, del sector educativo formal y no formal de todas las modalidades».

No obstante, aclaró que en los meses que quedan para concluir el año lectivo, «los maestros que trabajan en las instituciones públicas deben garantizar que los estudiantes, desde la educación inicial hasta bachillerato, continúan con sus aprendizajes bajo la modalidad virtual».

Además, apuntó que las instituciones educativas privadas, con calendario internacional, «deberán mantener la labor de acompañamiento tutorial por medio de sus plataformas virtuales, durante los cuatro primeros meses de su año escolar 2020-2021».

La funcionaria indicó que las universidades continuarán el ciclo II-2020 de manera no presencial y quedan facultadas para desarrollar actividades académicas presenciales que sean indispensables en cada carrera con los protocolos de bioseguridad establecidos, refirieron medios locales y la agencia de noticias EFE.

El pasado 9 de agosto, durante su intervención en una cadena nacional de radio y televisión, la ministra dijo que 47 docentes murieron a causa del virus y alertó que 5.000 maestros, de los 43.000 en el sistema educativo, son mayores de 60 años, «lo que aumenta el riesgo de contagio».

En total, en El Salvador se registraron 23.717 contagios, de los que 11.696 casos están activos, 633 personas fallecieron y 11.388 fueron dadas de alta, según datos oficiales.

Fuente: https://www.grupolaprovincia.com/internacionales/el-reclamo-de-padres-y-madres-obliga-a-el-salvador-a-seguir-sin-clases-presenciales-por-coronavirus-550922

 

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Argentina: Renunció la viceministra de Educación Adriana Puiggrós

América del sur/Argentina/20 Agosto 2020/ambito.com

Fuentes del Gobierno le confirmaron a Ámbito la salida de la ahora exfuncionaria. La renuncia fue presentada el viernes y hoy se aceptó.

Adriana Puiggrós dejó de ser la viceministra de Educación. La ahora exfuncionaria presentó su renuncia el viernes, en medio de fuertes pujas con el ministerio que comanda Nicolás Trotta, pero recién le fue aceptada este miércoles.

Fuentes del Gobierno confirmaron a Ámbito el alejamiento de la pedagoga de 79 años del cargo que ocupaba desde diciembre pasado, cuando llegó al Ministerio de Educación con la asunción de Alberto Fernández.

En tanto, la agencia NA dio cuenta que desde la Casa Rosada le dijeron que «no fluyó la relación» entre Puiggros y su superior, Trotta, a lo largo de los ocho meses en los que ocupó el segundo cargo de relevancia dentro de la cartera.

La viceministra de Educación renunció en momentos en que las clases no se cursan con normalidad por la pandemia de coronavirus y toda la expectativa está puesta en cómo los alumnos podrán retornar a las aulas.

Durante su tiempo como funcionaria mantuvo un bajo perfil y en las pocas declaraciones públicas que hizo generó diferencias con la conducción del Ministerio.

Investigadora del CONICET y autora de diversos libros, entre otras cosas, Puiggrós tiene una vasta carrera política nutrida por su pasado en distintos cargos: fue diputada durante dos períodos y Directora de Cultura y Educación de la Provincia entre 2005 y 2007.

Fuente: https://www.ambito.com/politica/educacion/renuncio-la-viceministra-adriana-puiggros-n5126264

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Pequeños soldados: las matemáticas en la educación china

Asia/China/20 Agosto 2020/elmundo.es

Madres que, por las tardes, dedican un esfuerzo extra a que sus hijos, de apenas cinco años, avancen un poco más en matemáticas. Abuelas de paseo por parques con sus nietos que, en cuanto prestan un poco de atención, se ponen a contar piedras, escalones, lo que sea. A contar. Profesores a los que se evalúa por cómo lo hacen sus alumnos en matemáticas. Una educación primaria en la que se consigue una clase disciplinada y que presta atención porque se sabe que es más fácil imponer ciertas reglas y luego ir relajándolas que hacer el camino inverso. Estos son sólo algunos de los ingredientes que la escritora Lenora Chu cuenta en Pequeños Soldados, un niño americano, un colegio chino y la carrera global por conseguir resultados. En el libro, escrito en primera persona con la experiencia educativa de un hijo en un colegio público de Shanghai, la autora cuenta que la enseñanza de las matemáticas fue uno de los factores que, pese a otros inconvenientes, la animó a dejar a su hijo en un sistema muy exigente, donde no existe la traducción china de «autoestima», por ejemplo, y los niños saben perfectamente qué lugar ocupan en la clase basándose en cómo lo hacen en los exámenes. ¿Miedo a la competitividad? Cero. Gran paradoja de un supuesto sistema comunista.

El capítulo 11 se llama «Hagamos matemáticas». Empieza con una cita de un estudio en el que se afirma que los niños chinos son mejores que los estadounidenses en todos los ámbitos: números y operaciones, formas geométricas, resolución de problemas y razonamiento. Una de las explicaciones es que  las culturas en las que se da importancia a las matemáticas lo hacen mejor con los números en el colegio. Tan simple y complicadoDesde muy pequeños, se les explica a los padres lo que se espera de los niños: «Tienen que saber contar hasta 20 y saber que cinco es un escalón más que cuatro», le dice la profesora. a la autora del libro cuando su hijo es muy pequeño.

Uno de los estudiantes más mayores con los que suele hablar le explica que se espera que tengan las tablas de multiplicar muy memorizadas bastante pronto, algo que contrasta con ciertas corrientes pedagógicas que vuelven a estar en auge en EEUU y que predican que se puede aprender matemáticas jugando. «Cuando entramos en primaria, nos empiezan a hacer exámenes. Cinco minutos para 50 preguntas», explica el chico a Leonora Chu. Cuando ella le cuenta que eso le produce cierta ansiedad sobre su hijo, el chaval le tranquiliza: «Solo asegúrate de que memoriza lo básico. Eso hará luego que lo más complejo le parezca fácil».

La autora, criada en un instituto de EEUU pero con padres chinos, recuerda que allí ser bueno en matemáticas no te convierte precisamente en alguien popular en clase. Por el contrario, tienes que sobrellevar «la carga del empollón».En China, sin embargo, existe la admiración a los que mejor lo hacen con los números.

Los chinos tienen buenas razones para querer que, desde pequeños, los niños lo hagan bien en matemáticas: hay estudios concluyentes sobre lo raro que es el fracaso académico de quien lo hace bien con los números desde pequeño. Ser bueno en matemáticas es una especie de vacuna contra el fracaso escolar. Además, se sabe que los niños que lo hacen bien en matemáticas en pruebas nacionales suelen ser adultos que luego les va mejor profesionalmente. Cuenta Lenora Chu que no es casualidad que los dos últimos presidentes de China  hayan sido  ingenieros.

Una de las partes más interesantes del libro ocurre cuando la autora se mete en una clase de matemáticas de niños de ocho años chinos. Hacen carreras con tablets para resolver raíces cuadradas y la profesora, a quien saludan al principio poniéndose de pie, se dirige a cada uno de los alumnos con preguntas. Así sabe de verdad quién se está quedando atrás. Si no consigue que esos niños lo entiendan entre todos, aconsejarán a los padres clases extra de matemáticas.

«La profesora era el centro de gravedad de su clase. Esperaba que se le prestara mucha atención y lo conseguía. En una sesión de 35 minutos, hizo 59 preguntas de forma totalmente aleatoria», explica Chu. La  autora hace lo mismo con una clase en Boston, ciudad que se caracteriza por ser excelente en matemáticas en EEUU. La profesora de Boston era más cercana, llamaba a los alumnos por su nombre y en pocas ocasiones dijo que se le prestara atención. Sólo preguntó a tres alumnos delante de la clase; el resto fueron voluntarios. En una sesión de 50 minutos, cambió tres veces de formato en la clase, de pequeños gupos, a interacciones individuales y a una lección para todos. La profesora china no alabó a ningún alumno y la de Boston llegó a decir a alguno que eran brillantes y listos. La profesora china estaba sola en el aula con 32 alumnos y la de Boston estaba con dos ayudantes para 18, si bien es cierto que había con necesidades especiales, inexistentes en el caso de China.

Según sigue explicando, en las clases chinas de matemáticas se les exige a los alumnos pero se tiene expectativas altas con ellos. Y, además, se pasa bastante tiempo explicando en profundidad conceptos matemáticos.

Y, por supuesto, al final del capítulo vuelve al principio. Es difícil que se le dé importancia a cómo se enseñan las matemáticas si en Occidente muchos siguen diciendo que se les daban mal como si fuera una calamidad genética.

Mientras, estamos discutiendo cómo volver a clase este otoño y ya sabemos de los riesgos que un confinamiento supone para un porcentaje elevado de los niños que han sido incapaces de seguir la educación online. Sus matemáticas sufrirán.

Nosotros seguimos trabajando y estudiando cómo ayudar en esta situación. Leyendo libros como este para nuestra biblioteca Smartick y dándonos cuenta de que tenemos ciertas cosas en común; al fin y al cabo, las sesiones son tests adaptados de 15 minutos que se pueden parar para escuchar los tutoriales y que se van adaptando al nivel de cada alumno.

Fuente: https://www.elmundo.es/blogs/elmundo/mejoreducados/2020/08/19/pequenos-soldados-las-matematicas-en-la.html

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Los vestigios de la pandemia

Escrito por: Luis Miguel Alvarado Dorry

A principios de los años 80’ en la reconfiguración del sistema capitalista se viene introduciendo su modelo neoliberal en los distintos países de América Latina, un modelo que se impone y consolida a finales de esta década a través del consenso de Washington, pero ¿a qué se refiere este consenso? Son unas medidas económicas financieras impuestas por parte de los diferentes organismos financieros mundiales (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial), las cuales, se centran en un decálogo para beneficio y fortalecimiento de la acumulación del capital, la privatización de los sectores públicos, tratados de libre comercio, entre otros no menos importantes [1], usaron como herramienta y arma hegemónica a la deuda, la cual, han venido utilizando a los cuerpos y territorios como materia prima para el enriquecimiento de los dueños de monopolios.

En México de materializó en las reformas estructurales del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari en donde se vendieron a privados, en su sexenio, los sectores públicos siderúrgicos, financieros, de transportes (ferrocarriles y líneas aéreas), de telecomunicaciones, entre otros, que pasaron a manos de la propiedad privada y surgieron nuevos ricos como Carlos Slim, hoy el segundo más rico del mundo. En este sentido, los sistemas educativos fueron modificados y dirigidos no al desarrollo integral de las capacidades de les seres humanes, sino a los intereses mercantiles del sistema capitalista que explota hasta el último aliento a todo ser vivo.

Este modelo ha incidido en la imposición de políticas públicas que moldean a sus intereses con el hito de, principalmente, precarizar y desmantelar los sectores públicos como la educación, salud, vivienda, pensiones, entre otros no menos importantes, es decir, a partir del endeudamiento a través de prestaciones que ofrecen las corporaciones financieras (FMI, BM, BID) que caminan bajo la bandera de “auxiliadoras” de las economías de países de todo el mundo, obligan en sus “recomendaciones” a recortar presupuestos al sector educativo y de salud y, que estos recortes, la dirijan a otros sectores, sin embargo, tras el telón de su benevolencia, hay intereses perversos de privatización de todo lo público. En este marco, el sistema hegemónico usa todos sus medios de programación subjetiva (medios de comunicación) para instaurar en los imaginarios colectivos que, lo privado, es mejor que lo público.

Ante esto, se ha incrementado la privatización de los sistemas educativos otorgando licencias y permisos para abrir diversas escuelas privadas, desde inicial hasta universidades, los cuales, como objetivo primordial es, sin duda, atrapar la mayoría de les estudiantes-clientes. En este sentido, se mercantiliza la educación de las sociedades que, al parecer, ni siquiera educa, sino que forman subjetividades clientelares y utilitarias, en donde convencen a sus clientes-estudiantes y sus familias en el imaginario que “al graduarte en nuestras escuelas podrás conseguir un buen trabajo bien remunerado” aunque la realidad rebase a su lógica en el sentido que, muchas veces, al egresar, se encuentren desempleados o con empleos mal remunerados., otres entran por las necesidades de organizarse para estudiar y trabajar a la vez, o bien, no pudieron ingresar a las escuelas públicas.

La extinción de las escuelas públicas

Con el paso del tiempo incrementan las matrículas en las escuelas privadas, en la ideología neoliberal en contubernio con gobiernos corruptos, las escuelas públicas ya no son tan necesarias por lo que reducen la ratio, aunado a la reducción de presupuestos, en este marco, se aspira a una total privatización del sector educativo en sus distintos niveles. Uno de los ejemplos son las escuelas normales públicas formadoras de docentes no solo en México, sino en toda América Latina, las últimas tres décadas han venido reduciendo la matrícula con el hito de que, éstas, ya no tengan razón de ser y de existir, por lo tanto, de manera “natural” se cierren [2].

Ante este recorte al presupuesto a la educación y a la matrícula de las escuelas normales, viene también una fuerte estigma de culpar a las escuelas formadoras de docentes como espacios de formación de vándalos, rebeldes, entre otros señalamientos y, a les docentes en servicio por la crisis en la que se mantiene inmerso al sector educativo, a través del “complejo industrial cultural” (TV, Radio, Internet, Editoriales, etc.), (Bonilla-Molina, 2018) como son los programas televisivos y radiofónicos, las noticias falsas en las redes sociales, libros, periódicos y revistas editados por editoriales en manos de corporaciones nacionales y trasnacionales, entre otros.

Este recorte presupuestario trae como consecuencia no solo la reducción de las matrículas, sino también el recorte de plazas docentes con el fin de asfixiar a las escuelas normales y al propio magisterio, por el contrario, dan apertura a la oferta a otras profesiones para competir por una plaza docente en los exámenes de oposición, profesionales sin ninguna formación pedagógica legitimadas con el eslogan “cualquiera puede ser maestro”, lo que ha provocado una fuerte despolitización del magisterio y despedagogización de la educación.

Es infortunado reconocer que, en las escuelas normales y universidades pedagógicas formadoras de docentes cuneros de luchadorxs sociales que luchan y defienden la educación pública, nuestra madre naturaleza y nuestros territorios, se incrementan los contenidos y se instrumentaliza el proceso educativo. En este marco, la formación docente inicial se fragmenta por asignaturas sin una correlación entre ellas y ni con la vida cotidiana, preponderando las asignaturas de español y matemáticas y, también, el uso de los libros de textos como meras recetas de cocina, manuales a seguir y como repositorios de respuestas sin correlación a las realidades de les estudiantes. Les docentes en su formación inicial, son instrumentalizados y, al llegar a trabajar a las escuelas, instrumentalizan las subjetividades de sus estudiantes en el mismo sentido.

La verticalidad, la obediencia

En la formación continua, en su mayoría, es bajada de manera vertical desde la Secretaría de Educación Pública hacía las Secretarias de Educación de los Estados, posterior, hacia los departamentos de servicios académicos, jefaturas de sector, supervisiones, direcciones hasta les docentes, sin siquiera debatir los contenidos de los cursos, conferencias y talleres que son gestados desde arriba.

Estrategias y verdades que no son cuestionadas y, cuando son, les encargades de instruir, transmitir y replicar aseveran “así es porque así me lo dieron en el departamento y ellos saben”, esto ha venido provocando, en primer lugar, una instrumentalización en el sentido de que, les docentes, no piensen, no imaginen, no crean y no construyan, por lo tanto, esperan obedientes lo que las autoridades inmediatas les otorgan (como cuadernillos y manuales ya elaborados); en segundo, una despolitización que ha originado que estes no luchen, no se manifiesten y no combatan las distintas formas de opresión en las que viven comunidades enteras, por lo tanto, normalicen las injusticias que el modelo neoliberal ha provocado. En tercer lugar, se crea un instruccionismo y conformismo en donde, les docentes, solo esperan órdenes e instrucciones para hacer lo que les de arriba crean y construyen que, por lo general, es descontextualizado, estes docentes instruyen de la misma manera a sus estudiantes.

En la actual coyuntura, supervisiones, direcciones y docentes, en su mayoría, han quedado cruzados de brazos en espera de cuadernillos oficiales creados desde otros espacios y personas para luego repartirlos en sus contextos (digital e impresos) como lo he denunciado en mi artículo “Las otras cárceles” [3].

Esta realidad, en palabras de Freire (2006, pág. 71) “no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera, ninguna realidad es dueña de sí misma, esta realidad está así porque de este modo sirve a determinados intereses del poder”, es decir, el sistema capitalista técnico-instrumentaliza a les docentes (y sociedades enteras) desde su propia formación académica (Preescolar hasta Universidad) con el fin de ir podando las capacidades “cognitiva, afectiva, valorativa, volitiva, imaginativa. deseo y trascendencia” (Mejía, Cendales, & Muñoz, 2016), con el hito de formar subjetividades acríticas y ahistóricas, a través de la disciplina conceptualizada como obediencia, basados en el modelo premios y castigos. Al podar estas capacidades, no permite la formación de pensamiento crítico, por el contrario, forma pensamientos técnico-instrumentales reducidos al saber hacer y, preponderándose sobre el ser y el convivir en libertad, importantes pilares que invisibiliza y fragmenta el modelo pedagógico neoliberal del STEAM.

 

 “El lobo con piel de oveja”

La despolitización, despedagogización y los diferentes estigmas que se han instaurado en los imaginarios colectivos en la mayoría de les docentes, estigmas como “flojos”, “vándalos”, “tapa calles”, “borrachos”, “fáciles”, entre otros no menos importantes; han denigrado el trabajo docente y les han hecho sentir culpabilidad de la crisis educativa, asimismo se han vuelto, en su mayoría, docentes irreflexivos, acríticos, ahistóricos, apolíticos y obedientes.

Esta realidad, en gran parte, es construida por medio de los programadores de ideologías neoliberales como lo es “el complejo industrial cultural” y por su modelo educativo ideológico, el cual, es disfrazado en su discurso prometedor sobre calidad, hoy excelencia, sin embargo, su perversidad sigue siendo la misma; asimismo la preponderancia del STEAM, acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas y, las lecturas de estas. Esta perversidad a la que me refiero es a la construcción de subjetividades neocoloniales, neoliberales, conservadoras, patriarcales, en constante competición e individualismo, es decir, a la construcción de subjetividades deshumanas.

La pandemia, provocada por el coronavirus COVID-19, ha despojado de las falsas máscaras al sistema capitalista y su modelo político neoliberal, mostrando un sector salud y educativo público precarizado por gobiernos neoliberales tecnócratas corruptos que se han venido enriqueciendo con dineros destinados a estos sectores; a su vez, un sector salud y educativo privado que no cuenta con la posibilidad de resistir ante la magnitud pandémica por lo que han requerido de la ayuda del estado, esto nos muestra que lo público no es peor que lo privado.

La precarización del sector educativo se vio aun más reflejado con la estrategia excluyente “Aprende en Casa” de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en México al inicio del confinamiento, presentado con otros nombres en los diversos países de América Latina. Pero ¿qué es la estrategia “Aprende en casa” y por qué es excluyente? Es una programación de contenidos basados y reducidos a la resolución de actividades de los libros de textos gratuitos que fueron entregados a les estudiantes al inicio del ciclo escolar pasado. Fue, es y será excluyente porque, esta programación, ha venido transmitiéndose por distintos medios como TV, Radio e Internet para educación básica; mientras que las de media superior y superior, algunas, usaron diversas plataformas como ZOOM, Google Classroom, Google meet, entre otras, sin embargo, abren unas enormes brechas tanto social, económicas, tecnológicas y culturales, pues, en distintas regiones de México y en América Latina, ni con luz eléctrica se cuenta, en otras no hay conectividad y, donde si las hay, cuentan solo con un dispositivo electrónico para tres o cuatro hijes que deben usarlo para tomar clases o recibir numerosas tareas, en este contexto, quedaron y quedarán miles de estudiantes excluidos de este programa.

De la misma manera el modelo híbrido, en donde anunciaban el regreso a clases por modalidades presenciales y virtuales, es decir, discursaban algunas modalidades en las que un determinado número (la mitad del grupo) de estudiantes llegaría los días lunes y miércoles, otres martes y jueves, los viernes con les estudiantes que necesitarían más apoyo, mientras que en los días que no llegase un grupo, trabajaría de manera virtual con los distintos medios antes señalados.

En este sentido, se extenderían los horarios de trabajos tanto de les niñes como de les docentes, provocando una neoexplotación escolar y laboral, tendiente a una teleeducación y teletrabajo. No quiero decir con esto que es necesario regresar a clases presenciales de inmediato o que defendamos la teleeducación y teletrabajo o la hibrides entre estas modalidades, sin embargo, defendemos la educación presencial porque es inherente del proceso educativo, porque es inherente del proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje, pero regresar cuando haya bajado los contagios y cuando las escuelas cuenten con las condiciones necesarias y dignas (saneamientos de las escuelas, agua potable, baños, jabón, etc.) para poder proteger a docentes, personal de apoyo, estudiantes y familias.

En este contexto, la SEP aceptó, en principio, la benevolente colaboración de una de las corporaciones digitales transnacionales más grande del mundo, como lo es Google, en su plataforma Google For Education, el cual,  albergó a más de 500,000 docentes [4] en México, para más que capacitar, adiestrar en el uso y manejo de la plataforma, a cambio de la base de datos de docentes y estudiantes, información importante que pueden venderlas al mejor postor, aquí cabría comparar con la fábula de Esopo titulada “El lobo con piel de oveja”.

Estas circunstancias provocadas por el coronavirus COVID-19 puso en jaque a todo el sistema educativo, pues no contaban ni construyeron una propuesta ad hoc para las distintas sociedades, les estudiantes en vulnerabilidad económica, social, geográfica y cultural fueron, desde el 24 de marzo fecha que dio inicio el programa “Aprende en Casa” hasta el 05 de Junio del ciclo escolar 2019-2020, completamente excluidas y, seguirán a partir de este 24 de Agosto fecha en el que el economista Esteban Moctezuma Barragan, Secretario de Educación Pública anunció que iniciará nuevamente dicho programa excluyente. Familias sin luz eléctrica, sin televisores, sin conexión a internet y telefonía, son invisibilizados por parte del propio secretario de educación de México que, en sus discursos, ha aseverado que el programa “Aprende en Casa” camina muy bien, mientras que miles de estudiantes quedaron fuera.

Por si fuera poco, al finalizar el ciclo escolar 2019-2020, las autoridades mexicanas pidieron a les docentes rendir cuentas y evaluar bajo los estándares que ha impuesto el modelo neoliberal bajo su medio de vigilancia y de cumplimiento llamado Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), todo este papeleo que se debe llenar y entregar formatos distrae la atención de les docentes de la parte pedagógica de su praxis, es decir, les docentes pasan más tiempo llenando formatos burocráticos que preparar pedagógicamente el proceso educativo que en esta coyuntura se ha intensificado.

Les docentes, estudiantes y familias han hecho tareas heroicas trabajando más horas de lo habitual, les primeres, sin remuneraciones económicas por las horas extras de trabajo generando, -por los gastos en la compra de dispositivos y datos para conectarse a internet con los propósitos, en primer lugar, trabajar con sus estudiantes y, en segundo, para que sus hijes elaboren las actividades que les dejan sus maestres, porque también son padres y madres-, una neoexplotación laboral desde casa.

Para cerrar y reabrir con broche de oro los vestigios que está dejando el coronavirus COVID-19, el gobierno mexicano firma contratos con cuatro televisoras (Televisa, TV Azteca, Grupo Imagen y Multimedios) para que “eduquen” a nuestres niñes y jóvenes, en este sentido, ¿dónde quedan les docentes?, estar postrado ante el televisor ¿les estudiantes aprenden? Y si eso pasara ¿qué aprenden? Y por último ¿estaríamos presentando una entrega a la propiedad privada todo nuestro sistema educativo?

Les docentes, otro grupo que en esta segunda etapa del “Aprende en Casa”, quedan totalmente excluidos y, su labor pedagógica, se reduce al de operario, supervisor, motivador, fiscalizador, entre otras características instrumentales. Les estudiantes seguirán convertidos en meros recipientes de información y subjetividades automatizadas, podando así sus capacidades para obtener personas dóciles, manipulables y alienados a un sistema que los oprime, pero a la vez, hace que lo defiendan. En este contexto, sin la intervención pedagógica de les docentes, la instrumentalización de las subjetividades de les estudiantes y la teleeducación bancaria en manos de las televisoras privadas que tanto daño han hecho a la población con programaciones basura, estamos entrando a una nueva etapa de privatización de nuestro sistema educativo mexicano que las reformas educativas anteriores y la actual han codiciado a lo largo de los tiempos.

Las alternativas en México como el Proyecto Alternativo de Baja California, el PTEO de Oaxaca, el PDECEM de Michoacán, el PEA en Chiapas, y otros que se están gestando a lo largo y ancho de nuestro país y en América Latina se encuentran reconfigurándose con base en esta coyuntura de distanciamiento físico, en una especie de construcción alternativa de lo alternativo, sin embargo, siguen en movimiento y en constante construcción.

 

Consideraciones finales

El neoliberalismo ha estado moviendo sus piezas en los distintos gobiernos en México y en América Latina, han puesto alfiles, caballos y torres en distintas partes de los territorios para vigilar, controlar, dominar y apoderarse de todo lo vivo y lo no vivo; en México, puso a un alfil dentro de la SEP para esperar el mejor momento y poner en jaque al magisterio y a todo nuestro sistema educativo.

Por ello, se debe exigir una profesionalización docente en las nuevas tecnologías desde su formación inicial y de manera permanente en la continua, una formación integral no instrumental, se debe también analizar y debatir los robustos contenidos que se enseñen en esta coyuntura.

Les docentes, en conjunto con las sociedades, debemos exigir internet universal para todo el territorio mexicano, asimismo plataformas digitales construidas por mexicanos en colaboración con les docentes, plataformas, como lo he mencionado en uno de mis artículos, ver [3], de carácter nacional, pública, gratuita, inclusiva, de calidad y popular; con el hito de que, absolutamente nadie, quede fuera y, sin regalar las bases de datos de estudiantes y docentes.

Las escuelas normales son espacios donde se construye y forma a les docentes, por lo que es inherente su existencia y reconocimiento, es nuestra responsabilidad y compromiso defenderlas para evitar así la despolitización y despedagogización de la educación. En las prácticas que se realizan a lo largo de los cuatro años en una escuela normal, inicia uno en la observación, experiencias y vivencias directas con las sociedades que, por lo general, son en comunidades o periferias precarizadas que viven en constantes injusticias.

Estar alertas y develar que en el “Aprende en Casa II” no educa, sino que solo instruye, deposita información y excluye a miles de estudiantes en condiciones socioeconómicas vulnerables tendiente a una nueva etapa de privatización.

Por último, anunciar que, las educaciones alternativas en México y en América Latina, están en un dinamismo que las mantiene vivas, con esperanzas y en constante construcción, educaciones gestadas y construidas desde las bases magisteriales que combaten y resisten a la formación de subjetividades neocolonialistas, conservadoras y neoliberales, con el hito de formar sociedades críticas, humanas y humanizantes.

 

Palabras Claves: Neoliberalismo, Escuelas Normales, Educación, Corporaciones Internacionales, Aprende en Casa, Teleeducación, Docentes, Estudiantes, Coronavirus COVID-19, Educaciones Alternativas.

 

Referencias

1 http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/304908

2 http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/356129

3 http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/345322

4 http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/345472

Bonilla-Molina, L. (2018). Mafaldas o Zombis. El complejo industrial cultural en el siglo XXI. Caracas: Ediciones OVE.

Freire, P. (2006). El grito manso. Buenos Aires: Siglo XXI.

Mejía, M. R., Cendales, L., & Muñoz, J. (2016). Pedagogías y metodologías de la educación popular. «Se hace camino al andar». Bogotá, Colombia: Ediciones desde abajo.

Fuente: El autor escribe para OVE

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Puerto Rico: Federación de Maestros exige la renuncia del secretario de Educación

Centroamérica/Puerto Rico/20 Agosto 2020/primerahora.com

Hoy se supone que comenzarán los niños a recibir educación por Internet pero anoche se desactivó uno de los programas de computadora que debía usarse.

Hoy se supone que comenzarán los niños a recibir educación por Internet pero anoche se desactivó uno de los programas de computadora que debía usarse.

La Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) solicitó la renuncia del Secretario de Educación, Eligio Hernández“ante la incapacidad para dirigir el funcionamiento del Departamento de Educación, cuyo sistema de trabajo a distancia Microsoft Teams colapsó este domingo”.

“La información del personal docente, no docente y los estudiantes quedó expuesta”, señaló Mercedes Martínez Padilla, presidenta del sindicato magisterial mediante comunicado de prensa y en sus redes sociales.

“Es insólito. Tuvieron 5 meses para prepararse y justo el día que debieron iniciarse las labores todo se desploma. Las listas de estudiantes por grupo no habían sido sincronizadas a Teams por nivel central en la mayoría de escuelas, tal como dijeron harían desde un inicio. Por tanto, miles de padres, madres y encargados desconocen en que grupo están sus hijos o quienes son sus maestros. Lo mismo le ocurre al educador sin saber quiénes son sus estudiantes”, explicó.

Fuente: https://www.primerahora.com/noticias/gobierno-politica/notas/federacion-de-maestros-exige-la-renuncia-del-secretario-de-educacion/

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La pandemia y la educación superior del cansancio

Por: Pluma Invitada

La pandemia derivada de la COVID-19 ha puesto en jaque, sin duda, a todo el sistema educativo. Hemos visto ya, en infinidad de foros académicos y de opinión, la manera en que este nuevo virus desnudó por completo las diferencias sociales que vivimos en nuestro país. Pudimos ver la inequidad en materia de acceso a educación y tecnologías, brechas en habilidades digitales, servicios de conectividad, preparación docente, entre muchos otros elementos, todos sin duda, importantes.

El sistema educativo nacional y todos sus agentes, entre ellos los estudiantes, padres de familia, docentes, supervisores y funcionarios, han llevado a cabo esfuerzos descomunales para cumplir con el derecho a la educación que establece la Constitución para todos los mexicanos. Hemos escuchado historias de éxito en la que los docentes han logrado distribuir materiales educativos a estudiantes con poco o nulo acceso a tecnologías que faciliten la educación a distancia; pero también hemos sido testigos de lo contrario, con estudiantes que han visto limitadas sus oportunidades de aprendizaje.

El sistema económico y social en el que vivimos se fundamenta en la productividad como objeto de toda acción. Particularmente en educación superior ―el cual es, además, un servicio obligatorio por parte del Estado―, se han establecido discursos formales orientados al valor ejecutorio de la formación profesional desde décadas atrás (Jiménez, 2019). Por ejemplo, desde los años noventa hemos sido bombardeados por los modelos educativos basados en competencias, así como el insistente valor de la formación como medio de desarrollo económico y satisfacción de demandas del mercado; sin olvidar la necesidad de producción científica que es ampliamente conocida por la comunidad académica. Esto es consecuencia de las políticas que han interpuesto a la educación como elemento que subyace a las demandas económicas y de mercado (Alberto y Bechi, 2020).

Si bien, esta perspectiva ha traído consecuencias positivas en términos económicos, también ha traído como consecuencia que vivamos en lo que el filósofo contemporáneo, Byung Chul-Han, denomina la sociedad del cansancio. Previo al periodo vacacional de este año, los docentes manifestaban agotamiento debido a la complejidad de planeaciones y trabajo didáctico en Zoom o Meet; los gestores y funcionarios centraban su jornada en tratar de modificar estructuras institucionales acorde con las demandas de la contingencia sanitaria; los padres de familia debían tener el espacio y creatividad necesaria para ajustar su vida personal a las demandas de un sistema educativo en pandemia; los estudiantes empezaron a extrañar sus aulas, sus amigos y el contacto humano con sus docentes.

Por supuesto, este agotamiento es propio del ajuste de una estructura acomodada a procesos presenciales que, además, daba por obvias las brechas que la COVID-19 nos recordó de forma tan brusca. Sin embargo, el agotamiento va más allá. Previo a esta pandemia, el nivel superior del sistema educativo se encontraba estructurado fuertemente hacia lo tecnocrático y la demostración de resultados de aprendizaje como fin unívoco de la formación; reflejo de ello es la sobreexplotada perspectiva basada en competencias y la necesidad de enfocarse en demasía en procesos que reafirman el valor de la producción (como acreditaciones de programas educativos, la búsqueda de pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores, o bien, de obtener un lugar en el Padrón de Alto Rendimiento del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior [Ceneval], por mencionar algunos ejemplos). El nivel educativo superior, estaba ya cansado, derivado de un exceso de concentración en la productividad.

El exceso de productividad característico de la sociedad actual se refleja en la intención de no incluir diálogos ajenos a la producción y la competencia en discursos formales. De acuerdo con Byung Chul-Han (2017) ―quien, a su vez, hace uso de recursos Foucaultianos―, esto ha sido sumamente eficiente. Cuando una sociedad elige a la eficiencia como bastión en lugar de una esencia disciplinante, genera que los individuos se sobreexploten a sí mismos, dilucidando así una ilusión de emancipación individual. Como lo dice el filósofo: “La positividad del poder es mucho más eficiente que la negatividad del deber”. Esto lo vemos en las Instituciones de Educación Superior y sus agentes, que buscan la superación de sí mismas a través de la exigencia de la productividad bajo la promesa de plenitud personal y de la calidad orientada al servicio educativo.

La COVID-19 representó la identificación de un enemigo ajeno para todos. Ahora se trabaja para evitar que un adversario microscópico limite que podamos alcanzar la llamada calidad educativa. Byung Chul-Han discutía que este tipo de agentes, como la COVID-19, representaban la posibilidad de desarrollo de tensiones que abonarían hacia un mayor equilibrio y evitar el agotamiento que implica pensar siempre en la producción sin cesar. Sin embargo, ni la COVID-19 ha logrado establecer un límite a la sociedad y a la educación de la productividad, aumentando, así, el cansancio.

Urge un fuerte trabajo de reflexión sobre los fines de la educación para todos los que participamos en ella. Debemos asegurar el cumplimiento del tercero constitucional; sin embargo, no solo se trata de adopción de medios que aseguren la transmisión de conocimientos, o bien, cambiar formas didácticas. Requerimos reflexionar sobre el papel de la educación superior y las implicaciones de su obligatoriedad. La sobreexplotación del discurso de la educación como medio de producción económico agota al sistema, no solo por la pandemia que ponen en jaque la inclusión, la infraestructura y la didáctica, sino, mayoritariamente, debido a que sus objetivos y modelos pedagógicos trabajan para la productividad en sí misma, elemento que nos ha llevado a que se consolide el sistema educativo de la (re)producción y del cansancio.

Referencias

Alberto, A. y Bechi, D. (2020). A Subjetivação Capitalista enquanto Mecanismo de Precarização do Trabalho Docente na Educação Superior. Arquivos analíticos de

políticas educativas, 28(13).

Han, B. (2017). La Sociedad del Cansancio. Barcelona: Herder.

Jiménez, A. (2019). La evaluación y acreditación de la educación profesional en México: ¿la legitimación y competitividad como fin de la universidad? Revista de la Educación Superior, 48(189.) 55-72.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-pandemia-y-la-educacion-superior-del-cansancio/

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La vuelta al mundo en 10 escuelas

Noticia/20 Agosto 2020/elpais.com

Recorrido visual por algunos de los países que han reabierto sus centros educativos

    • Los alumnos suben las escaleras en la escuela de Petri, en Dortmund. Las autoridades de Renania del Norte-Westfalia, donde se ubica esta ciudad, son las únicas de Alemania que han decretado la obligatoriedad de la mascarilla en la escuela.
      1Los alumnos suben las escaleras en la escuela de Petri, en Dortmund. Las autoridades de Renania del Norte-Westfalia, donde se ubica esta ciudad, son las únicas de Alemania que han decretado la obligatoriedad de la mascarilla en la escuela. INA FASSBENDER AFP
    • El uso de mascarillas en las escuelas del Estado de Renania del Norte-Westfalia también es obligatorio dentro de las clases. En la imagen, alumnos de séptimo curso el 13 de agosto en la centro de Freiherr-vom-Stein de Bonn.
      2El uso de mascarillas en las escuelas del Estado de Renania del Norte-Westfalia también es obligatorio dentro de las clases. En la imagen, alumnos de séptimo curso el 13 de agosto en la centro de Freiherr-vom-Stein de Bonn. WOLFGANG RATTAY REUTERS
    • Alumnas del colegio de Itäkeskus de Helsinki, Finlandia, durante su primer día de clase del curso.
      3Alumnas del colegio de Itäkeskus de Helsinki, Finlandia, durante su primer día de clase del curso. ADRIÁN SOTO
    • "Siempre tuvimos claro que la enseñanza presencial es prioritaria. Si la situación de pandemia empeora, tendremos que considerar otras alternativas, pero por ahora nuestra intención es completar el currículo escolar", dice Annina Kervinen, profesora del colegio de Itäkeskus en la zona oriental de Helsinki. En la imagen, Kervinen da clase en primer día del curso.
      4«Siempre tuvimos claro que la enseñanza presencial es prioritaria. Si la situación de pandemia empeora, tendremos que considerar otras alternativas, pero por ahora nuestra intención es completar el currículo escolar», dice Annina Kervinen, profesora del colegio de Itäkeskus en la zona oriental de Helsinki. En la imagen, Kervinen da clase en primer día del curso. ADRIÁN SOTO
    • Varios grupos de niños posan en su primer día de clases tras la vuelta al colegio, en la escuela de primaria Newark, Glasgow (Escocia).
      5Varios grupos de niños posan en su primer día de clases tras la vuelta al colegio, en la escuela de primaria Newark, Glasgow (Escocia). DPA / EUROPA PRESS JANE BARLOW
    • En la imagen, tres adolescentes en el instituto de St. Paiul, en Glasgow. Escocia no ha establecido unas normas de distanciamiento mínimo entre alumnos.
      6En la imagen, tres adolescentes en el instituto de St. Paiul, en Glasgow. Escocia no ha establecido unas normas de distanciamiento mínimo entre alumnos. JEFF J MITCHELL GETTY IMAGES
    • Un profesor le ofrece gel desinfectante a una alumna durante el periodo de adpatación previo a la vuelta a las clases presenciales en la escuela Bowie Middle, en Odessa (Texas).
      7Un profesor le ofrece gel desinfectante a una alumna durante el periodo de adpatación previo a la vuelta a las clases presenciales en la escuela Bowie Middle, en Odessa (Texas). BEN POWELL AP
    • En Uruguay, las escuelas cerraron muy poco tiempo, pero laasistencia a clase no es obligatoria desde que empezó la pandemia. En la imagen, dos niñas usan tablets en una escuela de Montevideo.
      8En Uruguay, las escuelas cerraron muy poco tiempo, pero laasistencia a clase no es obligatoria desde que empezó la pandemia. En la imagen, dos niñas usan tablets en una escuela de Montevideo. PABLO PORCIUNCULA AFP
    • Estudiantes de la escuela primaria Wat Khlongtoe, en un clase equipada con mamparas, en Bangkok (Tailandia) el pasado 7 de agosto.
      9Estudiantes de la escuela primaria Wat Khlongtoe, en un clase equipada con mamparas, en Bangkok (Tailandia) el pasado 7 de agosto. ANDRE MALERBA EUROPA PRESS / DPA
  • Estudiantes palestinos durante la vuelta a las clases en la Escuela Moderna de Inglés, en Nablus (Palestina).
    10Estudiantes palestinos durante la vuelta a las clases en la Escuela Moderna de Inglés, en Nablus (Palestina). ALAA BADARNEH EFE / EPA
  • Los estudiantes vuelven a las clases en una escuela de Johannesburgo (Sudáfrica).
    11Los estudiantes vuelven a las clases en una escuela de Johannesburgo (Sudáfrica). KIM LUDBROOK EFE / EPA

    Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/08/14/album/1597388413_077678.html#foto_gal_11

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