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La salida de EEUU de la UNESCO

Análisis desde la perspectiva de la crítica

al Apagón Pedagógico Global (APG)

La UNESCO (1945) es un órgano del sistema de Naciones Unidas, que surge en el marco del Tratado de Bretton Woods (1944/1945). En consecuencia, es una instancia del sistema de gobernanza global, que emana de la culminación de la segunda guerra mundial. UNESCO tiene unas características singulares, pues en buena medida es el resultado indirecto del triunfo de la ampliación de la cobertura educativa en la URSS, entre 1917-1945, que demostró al mundo cómo un Estado comprometido con la agenda social podría alcanzar logros extraordinarios en la ruta de la universalización educativa, que le permitiera mejorar el desarrollo nacional. En este sentido, UNESCO representó la esperanza de los pueblos del mundo de alcanzar una paz duradera mediante la justicia social y la democratización del conocimiento.

La universalización educativa mundial, mediante el fortalecimiento y expansión de los sistemas escolares nacionales, bajo la orientación estratégica de UNESCO, es dialécticamente hablando, una conquista de los sectores humildes y progresistas del mundo, por lo tanto su creación y funcionamiento se convierte en un hecho progresivo. Esta conquista empalmó con los nuevos requerimientos del capital trasnacional, que necesitaba reactivar el aparato productivo mundial en el periodo de postguerra, en cuya perspectiva los sistemas escolares, las escuelas, los liceos, las universidades, fueron vistos como espacios formadores de ciudadanía para el consumo. La creación de una masa de consumidores a escala mundial, formados a través de los sistemas escolares de todo el orbe, hizo que el capitalismo mundial viera con buenos ojos el surgimiento de UNESCO y sus políticas fundacionales de universalización educativa.

Como he insistido en reiterados artículos, publicaciones, videos y conferencias, dos aspectos de la propuesta inherente a UNESCO molestan a los intereses del capital. La primera, las pedagogías que constituyen un intento desde el campo científico, por comprender el hecho y las dinámicas formativas, mucho más allá de las aulas, lo cual constituía de por sí un riesgo para el capital, ya que promueven un pensamiento relacional que vincula temas y agendas aparentemente inconexas, como presupuesto público-PIB y educación, escuela y relación capital-trabajo, ciencia y soberanía nacional, entre otros. Por ello, desde los cincuenta del siglo XX, el complejo industrial cultural inicia una operación de propaganda que impulsa modas que fragmentan las pedagogías. Las políticas educativas dejan de ser pedagógicas para presentarse con énfasis en algunos de sus componentes (didácticas, planeación, gestión escolar, evaluación, currículo, calidad educativa), en distintos momentos históricos, que van desde ese momento hasta el presente. El objetivo de esta iniciativa del capital es despedagogizar e instrumentalizar la enseñanza como simple tecnología de aprendizaje. La segunda, el magisterio que enseña a aprender de manera crítica molesta a los señores del dinero mundial, pues este enfoque educativo convierte la construcción de ciudadanía en un acto de generación de conciencia política y no en un simple acto de formación para el consumo (mercancías, democracia, obediencia). Se inician operaciones propagandísticas a escala planetaria para señalar que no se necesita estudiar y formarse profesionalmente para enseñar, que cualquiera puede enseñar, como un acto político orientado a la progresiva destrucción de la carrera y la profesión docente. Este proceso, desigual y combinado de despedagogización y quiebre de la profesión docente, tiene un capítulo estelar en las narrativas que promueven la disolución de la escuela que conocimos. Sin ese contexto, es imposible comprender en profundidad las implicaciones del anuncio de EEUU de retirarse de la UNESCO, seguido por una decisión similar del gobierno Israelí.

Eso si, esta no es la primera tensión, con amenazas de ruptura, entre EEUU y la UNESCO. En realidad es un nuevo capítulo en la disputa histórica entre las propuestas de educación para todos y todas y, la visión mercantilista respecto al propósito de los sistemas escolares nacionales. Pero esta puede ser la crisis que marque el punto de partida para arrebatarle institucionalmente a UNESCO la agenda educativa. Por ello debemos estudiar, discutir y analizar tanto los orígenes de las crisis de EEUU con UNESCO, como expresiones de este proceso y su eventual impacto en el devenir del organismo mundial. Veamos algunas pinceladas al respecto.

Primera crisis EEUU-UNESCO

Desde la década de los ´50, el gobierno de los Estados Unidos ha polemizado con decisiones y resoluciones de la Conferencia General, el Comité Ejecutivo y las Conferencias Sectoriales, alegando que el interés nacional de ese país, es superior a decisiones de las mayorías de los países miembros del órgano de cooperación multilateral. Esto se debe en buena medida, en lo interno, a que la nación más poderosa del mundo, define prioridades para la orientación de su sistema educativo que no son necesariamente complementarias con la visión de la mayoría de países miembros; en lo externo, a la valoración económico-productiva-industrial-militar y geopolítica que hacen en cada momento, sobre el impacto de una política educativa sobre la lógica de dependencia neocolonial o el peligro de una eventual ruptura de la misma.

A pesar de estas diferencias, EEUU se mantuvo por décadas en UNESCO, votando en contra o vetando algunas de sus decisiones. La política de preeminencia de la perspectiva del mercado sobre el de la educación como derecho humano, de los sistemas escolares como un servicio versus la mirada de la misma como bien público, marcó buena parte de los debates en ese periodo. Esto se rompe con la llegada de la perspectiva neoliberal a la economía mundial.

Segunda Crisis EEUU – UNESCO

Precisamente en 1985, en medio del impulso de la primera generación de políticas públicas asociadas a la globalización económica y la mundialización cultural, tanto Estados Unidos como el Reino Unido (en 1986) deciden abandonar la UNESCO, alegando serias diferencias con el órgano de Naciones Unidas, por –señalan ellos- la politización del organismo educativo internacional y su supuesta hostilidad contra “las instituciones básicas de una sociedad libre, especialmente contra el libre mercado y la libertad de prensa”. De lo que se trataba en realidad era de atacar el consenso alcanzado por los países miembros, respecto a la educación como derecho ciudadano, presionando para convertir la agenda educativa en un servicio transable en el mercado. El capital comienza a intentar construir una nueva correlación de fuerzas al interior de UNESCO, que se corresponda a las exigencias del modo de producción de ese momento.

De hecho, en los ochenta del siglo XX, el neoliberalismo impulsa el discurso de la crisis de eficacia y legitimidad de los Estados nacionales, que -según esa perspectiva- se expresaban en lo educativo en déficit de calidad y pertinencia. En consecuencia, promueven distintas modalidades de privatización de la escuela pública, que pasan por la desinversión en lo sustantivo de los sistemas escolares: docentes, planta física, programas alimentarios y bibliotecas, argumentando una supuesta búsqueda de calidad educativa y pertinencia de la acción escolar mediante el traspaso de los sistemas escolares a la gestión privada . Esta dinámica se encuentra y complementa con el desembarco de la primera ola de la revolución científico–tecnológica. El negocio de la industria informática y la comunicación analógica se constituye en un componente fundamental en la dinamización de la economía global. Las economías latinoamericanas que venían saliendo de las crisis de las deudas externas de los ochenta, reciben una renovada presión, no sólo para disminuir el gasto público educativo, sino que comienzan a verse asediados por las narrativas que proponen que lo sustantivo del presupuesto en educación vaya migrando a la adquisición de chatarra tecnológica de rápida obsolescencia. Así, desde lo educativo, se contribuye a dinamizar la economía mundial en detrimento de la estabilidad y sostenibilidad de los propios sistemas escolares.

La UNESCO seguía siendo una referencia importante en la defensa de la educación pública. La UNESCO sin EEUU logra impulsar la declaración de Jomtien (1990) de educación para todos, la Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES, 1998) y el Foro de Dakar (2000). Paradójicamente, solo meses después de realizada la Conferencia Mundial de Educación Superior, UNESCO elimina su dirección de educación superior y la convierte en una pequeña división, en lo que sería la primera gran capitulación institucional del organismo en la conducción protagónica de un sector de la educación, ante el emerger de renovadas presiones de los organismos económicos globales.

La tercera revolución industrial (1985/1995) genera nuevas tensiones en el campo educativo. No se trata solo de una transición de la Enseñanza Asistida por Radio (EAR), a la Enseñanza Asistida por la Televisión (EAT) hasta llegar a la Enseñanza Asistida por Computadora (EAC), sino que la virtualidad, la conexión bidireccional en tiempo real, así como las nuevas formas de comunicación relacionadas a la sociabilidad de los “nativos digitales”, comienzan a colocar en debate la propia existencia de la escuela, el liceo y la universidad como les conocimos. El neoliberalismo educativo ve en la tercera revolución industrial una posibilidad de disminuir los costos educativos y optimizar la construcción de ciudadanía para el consumo, mediante las innovaciones que acompañan al desembarco del Internet.

En un primer momento, los organismos económicos globales impulsan y presionan -desde lo externo e interno- para que se produzca un giro en el discurso y las actividades de la UNESCO. Ello hace que el organismo internacional pase de la generación de contenidos que modelen y orienten el debate mundial en educación –como lo venía haciendo- a una especie de institución centrada en “verse el ombligo” mediante el énfasis en la administración de su propia burocracia y la interpretación de los designios educativos del G8, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI) y OCDE.

El propósito no era otro que sacar a la UNESCO de la articulación del debate educativo mundial, subalternizar su trabajo a los organismos económicos globales y, avanzar del modelo de privatización educativa de finales del siglo XX, a la neo privatización del siglo XXI. Esta operación se percibe con especial nitidez al revisar el perfil de los últimos directores generales del organismo, quienes ya no expresan un pensamiento educativo propio o de un sector de la sociedad mundial, sino que son la más clara expresión de equipos burocráticos, quienes firman documentos hechos por terceros, por encargo.

A pesar de ello, UNESCO seguía viviendo de su “prestigio” fundacional y del trabajo realizado en el siglo XX. Muchos educadores, público en general e incluso “decisores” tenían y tienen una percepción ingenua del organismo mundial, que lo coloca como una instancia neutral. En ese sentido, EEUU revisa su decisión de retirase de la misma, pues su opinión resulta importante, en la configuración de los nuevos imaginarios de sociedad y gobernabilidad, así como un lugar de enunciación privilegiado para construir narrativas que hagan “culturalmente digeribles” las soluciones que se plantea la gobernanza mundial, ante los conflictos culturales y de cambio político, que a escala planetaria genera el neoliberalismo.

La salida de EEUU, Reino Unido y Singapur había creado una crisis presupuestaria de la organización, sin precedentes en su historia. Ello contribuyó a que la UNESCO, en muchos casos, “mirara para otro lado” y obviara el abordaje tanto de los problemas civilizatorios del milenio como el estudio en profundidad del impacto de la tercera revolución industrial en los sistemas educativos y el futuro de la escuela.

Tercera crisis EEUU UNESCO

En el año 2003 Estados Unidos vuelve a la UNESCO, en lo que algunos catalogan como una operación tipo Caballo de Troya, orientada a producir el quiebre de la agenda educativa del organismo. Ya el Reino Unido lo había hecho en 1997 y Singapur volvería cuatro años después de los norteamericanos, en el 2007. La justificación del reingreso de EEUU se hizo bajo el manto del apoyo a la multiculturalidad, la ciudadanía planetaria y la paz, fundamentalmente después de los acontecimientos del 11-S.

En esta nueva etapa (2004/2005) EEUU coincide con las críticas que formulan algunos países del Grupo Latinoamericano respecto al ostentoso uso que hacen directivos del organismo de los fondos aportados por los países miembros. Se cuestiona por ejemplo, que quienes viajan en primera clase aérea y pernotan en hoteles de lujo, es la alta burocracia uneskiana, mientras se disminuyen sensiblemente los fondos para investigación educativa e intervención sobre el terreno por parte de UNESCO.

Una vez que el neoliberalismo ha roto mucho de los tejidos sociales que caracterizaban a las sociedades capitalistas del siglo XX, requiere la construcción de una nueva hegemonía cultural para el modelo de producción en construcción y puesto en marcha. EEUU entiende el papel que UNESCO puede jugar en la coyuntura, básicamente en la recolección de los “vidrios rotos” por sus acciones económicas, políticas, militares y culturales en todo el mundo. EEUU pasa a tener un peso del 22% del financiamiento del organismo; es decir casi una cuarta parte del presupuesto operativo de UNESCO es aportado por la administración norteamericana. Esta operación cierra el anillo financiero sobre el organismo de Naciones Unidas, haciendo que casi el 50% de su presupuesto dependa de los grandes países capitalistas, incluidos Japón y China. Con el reingreso de EEUU, Reino Unido y los aportes de las potencias capitalistas, el neoliberalismo logra construir la dependencia financiera de la institución con estos socios, aunque sus órganos de decisión muestren aún algunos “grados de libertad”.

A partir de 2008 comienzan a evidenciarse presiones crecientes desde el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación al Desarrollo Económico (OCDE), por asumir para sí, la agenda educativa global. Incluso, los impulsores de esta perspectiva comienzan a señalar abiertamente que la UNESCO debe abandonar su papel de articulador educativo, y que –según dicen- debería concentrarse en los temas de Cultura y Comunicación. Desde esa mirada le correspondería a los organismos económicos globales (BM/OCDE), tomar la direccionalidad estratégica de la educación. Pero esto no se queda en un deseo, progresivamente la OCDE –especialmente desde 2008- a través de las pruebas PISA comienza a marcar el territorio de la educación primaria y secundaria con sus paradigmas de estandarización , mientras que el Banco Mundial hace lo propio con la educación superior. El BM acaba de publicar su informe mundial de la educación superior (2016/2017), en el que ya se asume como interprete y orientador del sector. Instancias como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y más recientemente la Corporación Andina de Fomento (CAF) pugnan por disputar alguna influencia regional y/o subregional en la agenda educativa de los primeros niveles del sistema educativo regional, montando “tienda aparte“ de UNESCO.

En ese marco, en el año 2009, es electa Irina Bokova como Directora General de la UNESCO. Bokova, de origen búlgaro, altamente relacionada con la diplomacia de la nueva Rusia capitalista, es acompañada en la Dirección Adjunta de Educación por el señor Qian Tang, de origen chino. Así, los países que coordinan la agenda neoliberal logran asegurar la influencia del G8+China en las decisiones del organismo educativo mundial. Tres temas coloca en agenda la nueva dirección de UNESCO: el ingreso de Palestina como Estado miembro pleno del organismo, alcanzar un acuerdo mundial sobre Educación Para Todos (EPT) que contenga acuerdos mínimos en materia presupuestaria y, la inclusión de la agenda educativa en los nuevos objetivos del milenio u ODS, como terminaron denominándose.

En la trigésima sexta Conferencia General realizada en 2011 se abre el debate sobre el ingreso de Palestina como Estado miembro pleno de la UNESCO. Me correspondió estar y votar a favor de tal decisión. La respuesta inmediata de EEUU e Israel fue la de “congelar” sus aportes a la UNESCO por tal decisión. Extrañamente la Dirección General de la UNESCO, la señora Bokova, no desarrolló un plan “B”, para ubicar en otros Estados miembros –por ejemplo el mundo árabe- los recursos faltantes por la decisión de EEUU e Israel. Esta incomprensible indecisión de la dirección de UNESCO generó una nueva crisis financiera del organismo, que llevó a la institución a colocarse de hecho, a la cola de la agenda del Banco Mundial y la OCDE, por su limitada capacidad de iniciativa e incidencia en los debates y acciones de esta etapa. En la práctica, la falta de iniciativa de la dirección general de UNESCO llevaron a que el eje de los debates educativos sustantivos lo asumieran los organismos económicos globales.

Esta errática actuación continuó con el Foro Mundial de Educación (Incheón, 2015) en el cual se debatía el futuro de la educación para todos y todas y, donde los docentes, las maestras y los profesores de aula, fueron los grandes ausentes en la construcción del debate y la toma de decisiones. La limitada presencia docente se expresó a través de la Internacional de la Educación (IE) y la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación (CLADE), contrastando con el protagonismo del Banco Mundial, la OCDE y la perspectiva empresarial en la cita de Corea del Sur. La buena nueva que significaba el alcanzar un consenso mundial respecto a la base mínima de un 6% del PIB y un 20% del presupuesto público destinado a la educación, se vio empañada por el temor que estos recursos no fueran a mejorar las condiciones de trabajo y salario de los docentes ni las condiciones de aprendizaje de los estudiantes, sino terminaran en las manos de las grandes trasnacionales de la informática, como sector dinámico de la economía global y como requerimiento para transformar drásticamente la educación conforme a las exigencias de la cuarta revolución industrial (2014/2020). Al concluir esa cita 236 educadores, pedagogos y autores educativos de los cinco continentes lanzamos una carta que cuestionaba lo ocurrido en Incheón y alertaba sobre el riesgo de un Apagón Pedagógico Global; carta en tres idiomas que ya lleva más de treinta mil firmas de respaldo.

La orientación del objetivo educativo de los ODS (2015-2030), el objetivo cuatro, hacia la calidad educativa con pertinencia, nos hizo recordar el eje de las políticas neoliberales que fueron dadas a conocer desde la década de los ochenta del siglo XX. La estandarización educativa, la evaluación a estudiantes y docentes con patrones homologados dan cuenta del lugar de aprobación de este objetivo: la OCDE y el BM.

Cuarta crisis EEUU UNESCO

En esa nueva realidad, la UNESCO convoca a su Conferencia General, a la cual le corresponderá elegir a las autoridades que le conducirán durante los próximos ocho años. Es sintomática del tiempo actual de la UNESCO la candidatura del DGA actual Qian Tang, de origen chino y quien ha ido ascendiendo en la escala burocrática de UNESCO desde la propia dirección de recursos humanos, instancia que le correspondió dirigir. Los otros candidatos son el Sr. Polad Bülbüloglu de Azerbaiyán, el Sr. Pham Sanh Chau de Viet Nam, la Sra. Moushira Khattab de Egipto, el Sr. Hamad bin Abdulaziz Al-Kawari de Qatar, el Sr. Juan Alfonso Fuentes Soria de Guatemala, el Sr. Saleh Al-Hasnawi de Iraq, el Sr. El-Khoury Lacoeuilhe del Líbano y la Sra. Audrey Azoulay Francesa. Los candidatos con más opción pertenecen al mundo árabe y quien les disputa el espacio es la candidata francesa Audrey Azoulay, de origen judío, quien fuera asesora cultural del Presidente francés François Hollande en los años 2014-2016 y Ministra de Cultura y Comunicación de Francia 2016-2017.

La crisis de orientación estratégica del organismo se presenta ahora con claras incidencias en su vida interna. En materia de gestión, los empleados de UNESCO presentaron de manera pública para la valoración en la próxima Conferencia General que inicia en Noviembre de 2017, sus cuestionamientos respecto al manejo del organismo. En el documento titulado “DOCUMENT 202 EX/5. FOLLOW-UP TO DECISIONS AND RESOLUTIONS ADOPTED BY THE EXECUTIVE BOARD AND THE GENERAL CONFERENCE AT THEIR PREVIOUS SESSIONS. Part IV. HUMAN RESOURCES ISSUES” los trabajadores de UNESCO exponen serias observaciones sobre la evolución de la UNESCO hacia un organismo que ha normalizado los contratos temporales de muchos de los directivos y personal clave de los institutos miembros, así como respecto a una desmejora sensible de las condiciones laborales del personal que contrasta con lo que ocurre con la burocracia. Esta pareciera ser la “punta del iceberg” de una dinámica de flexibilización institucional que amenaza a la existencia del propio organismo. El documento en cuestión expone la necesidad de iniciar un serio proceso de transformación institucional para evitar su decadencia y pérdida de influencia mundial.

La decisión respecto a Hebrón (2017) que se convierte en el detonante público de la nueva decisión de EEUU e Israel, de abandonar la UNESCO y sus aportes financieros al organismo, pareciera en realidad ser solo un pretexto que -a mi juicio- cuenta con dos claras intenciones. La primera de carácter “electoral” respecto al proceso que se dará en la Conferencia General de 2017 de sustitución, por parte de los países miembros, del rostro que ocupa el cargo de Director General de la UNESCO. En este sentido, ante la posibilidad que el cargo sea ocupado por un árabe, la salida de estos dos países, sirve de excusa para lanzar un mensaje a los países miembros, aún indecisos, respecto a que lo “políticamente correcto” para los intereses norteamericanos es el apoyo a la candidatura de la Sra. Azoulay. El triunfo de un candidato árabe sería intolerable para Tel Aviv, socio ideológico de la administración norteamericana. Al final, hoy 14 de Octubre de 2017, el primer resultado señala que el Comité Ejecutivo en pleno respaldó la candidatura francesa y la presentará ante la Conferencia General el 10 de Noviembre de 2017. Pareciera allanarse el camino para una solución negociada que permita el retorno de EEUU e Israel a la UNESCO.

Llama la atención que sea una Ex Ministra de Cultura quien dirigirá los destinos de UNESCO, quien tendrá de partida el desafío de enfrentar las voces que plantean que UNESCO debe dejar la agenda educativa y concentrarse en la cultura y la comunicación. Apuesto a que el voto mayoritario del Comité Ejecutivo a su favor, apunte a fortalecer la agenda educativa de UNESCO, pero la última palabra al respecto la tendrá la nueva DG UNESCO.

Segundo, en cualquier caso, gane quien gane la elección para la Dirección General de la UNESCO -en una victoria cantada ante la Conferencia General de Noviembre de 2017- la real agenda del capitalismo mundial en materia educativa la expresa la actual Secretaria de Educación de la Administración de Trump, la Sra. Betsy DeVos, quien impulsa el modelo de educación en casa, de virtualización de los procesos educativos, de mercantilización de la actividad escolar, de la educación como un servicio, elementos asociados a un desarrollo de lo educativo en la vorágine que anuncia la cuarta revolución industrial. La nueva Directora General de la UNESCO, estará altamente tensionada por las mutaciones neoliberales del siglo XXI, el impacto de la cuarta revolución industrial y su incidencia en los sistemas escolares; esperemos que le permitan navegar de manera autónoma en este mar sacudido por la tormenta de las incertidumbres civilizatorias y la transformación del modo de producción capitalista.

El escenario ideal para los EEUU es que la agenda educativa la determinen los órganos económicos globales a partir de las orientaciones del G8; es decir, la disolución de las responsabilidades educativas de UNESCO; veremos hacia donde apuntará la gestión de la inminente nueva figura central del organismo multilateral educativo. Para los pueblos del mundo, para las maestras y los profesores, para la juventud, los niños y niñas que sueñan con un mañana más justo, libre y solidario, la UNESCO representa la organización con mayor capacidad para garantizar educación para la inclusión y la democratización del conocimiento, indispensables para un mejor futuro, por ello no dudamos en defender las enormes potencialidades de un espacio como ese para un mañana de paz e igualdad en el mundo. Por los momentos, le deseamos éxito a la Sra. Azoulay, esperando que su gestión se oriente a la satisfacción de las aspiraciones y necesidades educativas de los mas humildes de la tierra. Si esa es su orientación, seguro estoy que coincidiremos en el trabajo de defensa de la educación pública, gratuita, popular y de calidad.

*Informacion de la imagen: La Sra Audrey Azoulay, potencial directora general de UNESCO a partir de noviembre 2017.

                                                                        Caracas, 14 de Octubre de 2017

*Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2017/10/14/la-salida-de-eeuu-de-la-unesco/

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¿Cacería de brujas?

Por: Rodolfo Bueno

No, Presidente Trump, no son brujas las que cazan sus enemigos, es a usted al que pretenden cazar y es posible que intenten que usted dé su visto bueno al golpe de Estado o al magnicidio que se gesta en su contra. No se explica de otra manera la trampa que le tiende MacCain, quinta columna de su partido en el Congreso, quien, sin presentar la mínima prueba, sostiene que “el proyecto de ley permite finalmente responsabilizar a Rusia por su desvergozado ataque contra nuestras elecciones presidenciales del 2016”.

El método siempre es igual, en este caso se ha creado un bodrio sobre un complot ruso en el que su persona está involucrada; después lo juzgan por ser partícipe de esta ficción. Increíble, son dignos del premio Nobel a la tramoya.

Las sanciones contra Rusia por una supuesta intervención, que deben ser aprobadas por el Congreso estadounidense, van en la realidad dirigidas contra su persona; por eso están ligadas a las sanciones contra Irán, para amarrarle las manos. O las firma, equivalente a que se ponga la soga en el cuello, o no las firma, que casi es lo mismo.

No tienen un pelo de tonto, porque lo meten en un callejón sin salida, pero tampoco de cuerdos, porque dan un paso más hacía el abismo de una nueva guerra civil, cuyos primeros disparos se hicieron en el partido de amistoso de béisbol que jugaban los congresistas y en las peleas callejeras que se dan entre sus partidarios y oponentes.

El método que usan no es político en el sentido de Aristóteles, quien sostiene que “la política es el arte de lo posible”, sino politiquero a la usanza de los bajos fondos, donde todo se embadurna con estiércol, del más apestoso, destinado a caldear a la opinión pública en su contra, más allá de lo caldeada que está ya.

Mientras tanto, el odio irracional crece entre la gente del pueblo, no hay diálogo y menos aún, sentido común. La situación se torna semejante a la que escribía Mao, cuando “una sola chispa puede incendiar una pradera”. ¿Qué hacer? Se diría que meditar y meditar antes de firmar un mamotreto. Si lo firma se habrá adentrado en las fauces del lobo, si no lo firma, la batalla continúa. Si lo firma, tendrá que en adelante firmar todo lo que le presenten, si no lo firma, la batalla continúa. Si lo firma, pasará a la historia como un borrego más, si no lo firma, la batalla continúa. Si lo firma, olvídese de todas sus propuestas electorales, si no lo firma, la batalla continúa.

Pero hay un hecho cierto, independiente de lo que usted haga, el mundo sigue su marcha. Imagínese por un momento que usted lo firmara, Europa no se va a quedar con los brazos cruzados. Eso advierten en un comunicado conjunto los cancilleres de Alemania y Austria, donde sostienen que en el proyecto de ley de EEUU se observa el endurecimiento de las sanciones antirusas, con la finalidad de presionar a los países europeos para introducir en su mercado la venta de gas americano caro en perjuicio del gas ruso. “Las medidas restrictivas que propone Washington claramente contradicen el derecho internacional”, suscriben ambos representantes estatales.

Por su parte, Rusia ha superado ya las viejas sanciones y sabrá neutralizar las que ahora pretenden eliminar su gas del mercado. Al buen entendedor, pocas palabras.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228066&titular=%BFcacer%EDa-de-brujas?-

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Geopolítica y Estados Unidos

Por: Rodolfo Bueno

rump, cuya propuesta es hacer de EEUU un país grande de nuevo, cree que no vale la pena mantener el liderazgo a cualquier precio, porque se agotó ya la posibilidad de gobernar cargando sobre los hombros el control total de los acontecimientos que se dan en el mundo, ya que eso cuesta mucho y los resultados son magros.

Así, las guerras del Oriente Medio, emprendidas con el fin de controlar sus recursos, han traído como consecuencia no la supuesta democratización de dicha zona, con que se las justificó, sino el desbarajuste que actualmente se observa en toda su extensión y el renacer del Estado Islámico. De ahí que Trump plantee retroceder para fortificar a EEUU y convertirlo en el ejemplo del mundo.

No comparten de esta visión ni los demócratas ni un sector republicano de la vieja guardia, como el Senador MacCain, quienes creen que EEUU debe ser el fiel reflejo de lo que fue el imperio romano: El eje espiritual, cultural, económico, militar y político del resto del planeta. Ser su hegemon.

Este proyecto, globalizador en todo sentido y que en parte ya fue implementado por los gobiernos anteriores y la élite neoconservadora de EEUU, que no va a dar su brazo a torcer, es cuestionado por Trump, que no concuerda con este radicalismo . Esto explica por qué un sector de su administración no le hace caso; por qué los intentos de eliminarlo a como dé lugar ; por qué se dan grandes manifestaciones en contra de su política ; por qué hay planes para arrojarlo de la Casa Blanca; por qué la sociedad estadounidense se ha dividido en dos campos prácticamente antagónicos; por qué la falta de diálogo y la lucha a muerte entre estas dos esferas del poder; batallas que muchos politólogos contemplan, sin entenderlas en absoluto.

No le falta razón a Trump cuando sostiene que es el presidente que ha sido atacado más injustamente en la historia de EEUU, pues ni siquiera Bush junior fue agredido con tanta vehemencia, pese a las barrabasadas que durante su administración cometió; es que no actúa bajo las reglas que la élite gobernante impone.

Por eso, la gran prensa enfila ahora sus cañones para destruirlo y lo acusa de no estar preparado para gobernar y de ser un títere de Moscú. Y no importa que estos ataques sean ilegales, además de injustos, porque, por ser la encargada de fabricar las verdades y las mentiras que el imperio propaga para que sean aceptadas a raja tabla por el mundo occidental, se le perdona todo. Esto nos recuerda la propaganda soviética previa a la ‘glásnost’ , cuando la realidad social era recreada por “la nueva clase” gobernante, sólo que ahora es fabricada por la “dictadura democrática”, que intenta perpetuarse en el poder.

Esta política de EEUU genera en Europa el fortalecimiento de movimientos de extrema derecha, como en Alemania u Holanda, que defienden los intereses nacionales de sus países y rechazan ser arriados por un basilisco que los azota sin ton ni son, y también la aparición de alianzas geopolíticas, como “La Nueva Ruta de la Seda”, cuyos signatarios pretenden controlar sus riquezas mediante vínculos estratégicos a largo plazo. Ojalá que los gobernantes latinoamericanos sepan sacar provecho de estas favorables circunstancias.

Las cartas están sobre la mesa, ganarán los países que mejor las jueguen.

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=227538&titular=geopol%EDtica-y-estados-unidos-

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EEUU: Dinero para educación en foco de Legislatura de Florida

EEUU / www.telemundo55.com / 7 de Junio de 2017

Cuando la Legislatura de Florida se prepara para comenzar su sesión especial de tres días este miércoles, uno de los tres temas de financiamiento que se mantiene como altamente polémico en todo el estado es el dinero otorgado para la educación.

El presupuesto original enviado al gobernador Rick Scott incluía $20 mil millones para la educación, con $11 mil millones provenientes del estado. Líderes en ambas cámaras han agregado un informe de $215 millones a ese presupuesto, un movimiento que algunos líderes de la educación dicen es un paso en dirección correcta.

«Hemos pasado de un presupuesto de hambre a un presupuesto significativamente mejorado», dijo el superintendente de escuelas de Miami-Dade, Alberto Carvalho. «Pasamos de un aumento de $24 por estudiante a alrededor de $100 por estudiante».

Mientras algunos están contentos, los defensores de las escuelas públicas están preocupados por la Ley 7069 de la Cámara de Representantes, que ampliará el uso de escuelas chárter en todo el estado y proporcionará bonificaciones a maestros y directores de alto desempeño.

El presupuesto también enumera $654 mil dólares en fondos para la seguridad en las escuelas judías en todo el estado -una novedad en la historia del estado- a raíz de recientes amenazas. Scott estuvo en una escuela judía en Fort Lauderdale el martes para discutir el tema en profundidad.

«Los niños son nuestros hijos sin importar si van a una escuela pública o no pública», dijo el rabino Yossi Kastan, director de la escuela de Brauser Maimonides Academy. “Creo que nuestro papel es proteger a nuestros hijos sin importar a qué escuela quieran ir”.

Scott defendió su última ronda de veto presupuestario, que estableció un récord moderno para un gobernador, pero provenía de una larga lista de proyectos de gasto, incluyendo dinero destinado a universidades públicas y compensación para propietarios cuyos árboles fueron derribados por el estado.

La semana pasada, Scott vetó casi $11,900 millones de dólares del presupuesto estatal como parte de un acuerdo privado con los líderes legislativos.

Los legisladores regresarán al Capitolio estatal para una sesión especial de tres días, en la que se espera que aprueben un nuevo presupuesto para las escuelas públicas, mucho mayor que el adoptado a principios de mayo.

El total del veto de Scott -que era alrededor del 14 por ciento del presupuesto total de $ 82.4 mil millones- incluía la cuenta principal del estado que va a las escuelas públicas. Pero el gobernador también vetó cerca de 400 proyectos por valor de casi $410 millones de dólares, que fueron colocados en el presupuesto por los republicanos y los demócratas.

Durante semanas, Scott estuvo en disputa con los legisladores, porque se negaron a reservar dinero para sus principales prioridades y había amenazado con vetar todo el presupuesto. Pero bajo el acuerdo, los legisladores usarán el dinero vetado por Scott para pagar por la comercialización del turismo, un nuevo fondo destinado a atraer negocios al estado, y para aumentar el financiamiento escolar.

Pero los vetos de Scott golpearon duramente,  en particular a las universidades públicas del estado, que perdieron más de $108 millones. El gobernador también eliminó $37.4 millones que iban a ir a los propietarios de viviendas en los condados de Broward y Lee, cuyos sanos árboles de cítricos fueron derribados en un intento fallido de erradicar el cáncer de cítrico.

Algunos condados que representan los más influyentes legisladores republicanos -incluyendo condados de Miami-Dade,  Pasco y Pinellas-  tenían una lista larga de vetos del presupuesto. El líder de la mayoría del Senado, Wilton Simpson, quien tuvo varios proyectos vetados, tuiteó que «no dejaremos de luchar por los dignos proyectos que los floridanos necesitan, quieren y merecen».

Durante una parada en la Ciudad de Panamá, Scott sostuvo que sus vetos no atacaron a ningún legislador que lo había molestado este año.

«Miramos cada línea para ver si es bueno para las familias de Florida», dijo Scott.

El republicano de Miami José Félix Díaz, quien había presionado por los pagos del cáncer del cítrico, minimizó los vetos y dijo que muchas otras cosas que él promovió escaparon del veto de Scott.

«Soy optimista», dijo Díaz, quien perdió casi $54 millones de dólares en los vetos del presupuesto. «Hubo muchas cosas importantes para mi comunidad que no fueron vetadas».

Fuente: https://www.telemundo51.com/noticias/destacados/Dinero-para-educacion-en-foco-de-Legislatura-de-Florida-426823501.html

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131 Años de lucha heroica.

“No, no es por un crimen por lo que nos condenan a muerte, es por lo que aquí se ha dicho en todos los tonos: nos condenan a muerte por la anarquía, y puesto que se nos condena por nuestros principios, yo grito bien fuerte: ¡soy anarquista! Los desprecio, desprecio su orden, sus leyes, su fuerza, su autoridad. ¡Ahórquenme!” Louise  Lingg .

Por: Vicente Blanco.

Para poder hablar del Primero de Mayo, debemos remontarnos a la década  de los sesenta del año 1800 en los albores de la Revolución Industrial en los Estados Unidos de Norteamérica, cuando inicia la lucha de los trabajadores por la reducción de la jornada de trabajo, que para entonces era de 10, 12 y hasta 16 horas de duración, siendo bastante fuerte y agotadora para los obreros, pero es para 1884 cuando la Federación de Trabajadores de Estados Unidos y Canadá realiza una convención y acuerda que para sustituir esa criminal y abusadora jornada se proponen solo 8 horas (jornada que solo  fue aprobada en 1935 en los EUA) de trabajo diario y debía entrar en vigencia para el 1 de Mayo de 1886, con esa advertencia los capitalistas de la ciudad acompañado por la oligarquía y el gobierno inician una preparación armada, policial y represiva contra ese movimiento popular.

                  Es así como, para ese Primero de Mayo de 1886, hace hoy  más de 131 años que se cumplieron ayer, unos ochenta mil trabajadores dispersos en la ciudad de Chicago llegaron a sumar, en los días siguientes a más de trescientos mil que pedían contundentemente la reducción de la jornada a 8 horas de trabajo, esa situación sembró el temor en los industriales de la época que veían afectadas más de sus mil fábricas a la vez que observaban  en soberana manifestación una potencial revolución obrera, pues esas acciones dieron origen a una gran huelga nacional que continuo los siguientes días.

                  El 3 de mayo August Spies, director de un periódico laborista, habló ante 6 mil trabajadores y posteriormente el grupo de huelguistas enardecidos, motivados y dispuestos a lograr su reivindicación  se dirigió a la planta McCormick, a manifestarse, estando allí  llegó la policía y abrió fuego a mansalva sin medir consecuencias (como también acostumbraban a hacerlo en nuestro país en tiempos pasados) y mató a un manifestante a la vez que hirió a muchos más de ellos generando así la rabia que seguiría impulsando el espíritu de lucha de los huelguistas

          Para el día siguiente, los anarquistas convocaron a una reunión masiva en la noche  en el mercado de la ciudad (Haymarket), con el propósito de protestar por la brutal acción policiaca del día anterior,  Spies, Parsons y Samuel Fielden fueron los oradores en Haymarket, ante una reunión de 2 mil 500 trabajadores, cuando la manifestación estaba terminando y empezaba a llover, llegaron al lugar cerca de 200 policías, mientras la policía pedía que se dispersaran, alguien lanzó una bomba y mató a un policía, en la confusión la policía comenzó a disparar, causando la muerte de siete policías y cuatro trabajadores, además de muchos heridos, nunca se supo quién lanzó la bomba, pero este incidente se tomó como pretexto para perseguir anarquistas y organizaciones laborales a lo largo del país, la policía saqueó hogares de trabajadores y arrestó a muchos de ellos.

            A raíz de esa brutal represión desatada, el 21 de junio de ese año, ocho líderes laborales (Parsons, Spies, Fielden, Schwab, Fischer, Lingg, Engel y Nebee) fueron acusados de conspiración para asesinato por la explosión de la bomba que mató al policía. El juicio, que condenó a siete de ellos a morir ahorcados y a uno a 15 años de cárcel, estuvo plagado de mentiras e incluso el fiscal llegó a pedir al jurado: “Castigue a estos hombres, haga un ejemplo de ellos, cuélguelos y salve nuestras instituciones”. El 11 de noviembre de 1886 fueron ahorcados Parsons, Spies, Fischer y Engel mientras que el anarquista Louise Lingg, se suicidó en la cárcel  y Fielden, Nebee y Schwab lograban conmutar la pena de muerte por cadena perpetua, cuenta la historia que más de 200 mil personas  formaron parte del cortejo fúnebre de los denominados para ese entonces y  para siempre Los Mártires de Chicago.

        Cabe destacar que, la justicia y la burguesía imperialista y brutal de los EEUU encontró en la bomba estallada, la mejor manera para desaparecer a esos trabajadores cuyo gran pecado fue la capacidad organizativa para movilizar la clase trabajadora, a una manifestación reivindicativa sin parangón en la historia, apoyada por muchos obreros que entendieron cuál debía ser su postura ante lo que acontecía, posición que se mantuvo más allá de la huelga pues el Gobernador de Illinois recibió centenares de cartas pidiendo perdón para los condenados y sin embargo los ejecutaron.

         Claro está, como dijo Fidel en su primer libro, la historia absolverá a todos los hombres dignos y combativos que han aportado a la construcción de una mejor sociedad, y por ello 7 años después de esos sucesos un bufete de abogados cuestionó el abrumador juicio y todos los involucrados fueron declarados inocentes y se construyó un monumento en Chicago para colocar los restos de los hombres enjuiciados con premeditación y alevosía para tratar de callar las luchas justas de los oprimidos, conocido como el  Monumento Haymarket de Chicago.

          Ahora bien, es  por todo ese glorioso pasado de lucha que,  los trabajadores y trabajadoras  del mundo deben ser dignos merecedores de llamarse obrero y obrera y estar  caracterizados  como valioso aporte en la búsqueda de la sociedad socialista que  se requiere siendo los más cumplidos, los más puntuales, los más enérgicos, los más comprometidos, los más desprendidos, los más colaboradores  y los más ejemplares servidores públicos, no como se acostumbra en nuestro país donde muchos de los dirigentes de ellos son los más irresponsables y flojos que se consiguen , causándole mucho daño al gremio y mermando la posibilidad de creer en un mundo de justicia y equidad dirigido como lo plantea Marx por la Clase Obrera que debe permanecer unida ante las amenazas de explotación, de cualquier rincón  desde donde provengan, manteniendo una actitud gallarda y de compromiso social en la consecución de mejoras constantes y que van más allá de un simple aumento salarial.

Imagen: http://www.venelogia.com/uploads/2010/383263_172726682826670_1526114353_n.jpg                                                                                                                                                                    

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“El desafío educativo”

Por: Santiago Heyser Beltrán.

Un grupo de USA fue a Finlandia a estudiar el modelo educativo; una de las preguntas que hicieron fue: ¿Cómo manejan la deserción escolar?

Los finlandeses pusieron cara de: “What”; ¡Deserción escolar!, ¿qué es eso?… Y es que en Finlandia los índices de abandono escolar no pintan, porque un alumno que es educado por un maestro con vocación que le orienta para satisfacer su natural curiosidad aprendiendo sobre el mundo y las diferentes disciplinas, apoyado por el gobierno e instituciones para que pueda estudiar, reconociendo su unicidad (diversidad): ¿Por qué carajos va a dejar la escuela?, no hay ninguna razón, ni tiene sentido.

Ángel es un joven de 17 años que acaba de abandonar su bachillerato en el CETIS 115 de Celaya (CETmeja) estando en el cuarto semestre; llama mi atención que Ángel no está peleado con el conocimiento ni con aprender, sino todo lo contrario, busca aprovechar su tiempo para encontrar ideas y construir cosas innovadoras; pero sintió que el modelo con el que le enseñaban era obsoleto y más que un impulso a su deseo de aprender representaba un freno al pretender educar alumnos como si fueran panes en una línea de producción, o sea, tenemos un modelo educativo que educa como si fuera una industria produciendo objetos en serie, agravado esto con una intención magisterial por uniformar el aprendizaje según el humor o interés del maestro dejando de lado las inquietudes o diferencias que de forma natural tiene cada persona o alumno. Esto llevó a Ángel a buscar aprendizaje en Internet o en libros, lo que no era bien visto por los maestros que se inclinaban por conducir la clase como la tenían planeada y se sentían incómodos al responder preguntas sobre temas no vistos en clase o al ser cuestionados en algunos conceptos…

El tema surge porque es tarea de todos trabajar por el futuro de México que para fines prácticos está en la educación de nuestros jóvenes ¡Sí!, estimado lector, este asunto te compete; ya que el modelo educativo y el sistema en su totalidad, además de definir el futuro de la república para tus hijos y nietos ¡Lo estás financiando con tus impuestos!; sistema en el que todavía nos regimos por un número llamado calificación que de manera natural discrimina, estigmatiza y excluye a nuestros jóvenes pervirtiendo el motor o motivador que impulsa a aprender con un sentimiento de descubrimiento y aventura, por la angustia de “pasar” la clase ¡Hoy!, al margen de triunfalismo de nuestros políticos y autoridades educativas, el modelo está diseñado para nutrir al capital de mano de obra barata y así resolver el problema socio-económico del desempleo sacrificando a nuestros jóvenes como futuros empleados y obreros de inversionistas que en adición nos regalan sus desechos.

El tema escuela entonces se volvió un obstáculo para el deseo de aprender y experimentar de Ángel, por lo que decidió abandonar lo que a sus ojos era perder el tiempo dentro de un modelo educativo obsoleto, con maestros cuadrados que no inspiran la búsqueda del conocimiento ni brindan la confianza para desarrollar el potencial de cada alumno dentro de sus diferencias, salvo honrosas excepciones.

Lo sé, Ángel es un chico diferente, a primera vista se le percibe acelerado, habla rápido y ocasionalmente se come las palabras o no encuentra la que quiere, trae urgencia de comunicar y ser comprendido y sé que esto saca de quicio a los maestros que están más interesados en cumplir con su programas y los indicadores que se utilizan para medir su gestión (al igual que con la calificación, el motivador no es enseñar, sino ser bien evaluado) y ahí está el problema mexicano: ¿Cuántos jóvenes hay como Ángel que no encuentran su lugar porque tienen inquietudes y capacidades diferentes y se salen del modelo educativo masificado que existe en México, que no promueve la pasión por aprender ni toma en cuenta la diversidad? ¡Claro que una solución son las escuelas para jóvenes especiales!, pero, ¿acaso no es cada joven especial?, si verdaderamente queremos un cambio tendríamos que estudiar un poco más las motivaciones de Ángel, una de ellas: el querer aprender más cosas de las que la escuela enseña, para alcanzar sus sueños al adquirir las capacidades y conocimientos que sustenten la posibilidad de que, a través del trabajo creador y creativo, pueda construir equipos que resuelvan problemas o mejoren la calidad de vida.

Es entonces, en mi opinión, necesario que el sistema educativo requerido por Ángel y la ruta para México, sea tener escuelas con maestros con vocación que atiendan la diversidad promoviendo la investigación y el aprendizaje que sustenta el desarrollo (los hay, pero son pocos) para que cada joven, en su unicidad, pueda alcanzar los conocimientos que sustenten sus sueños para vivir felices al realizarse en la vida desarrollando de forma natural actividades asociadas a las capacidades con las que nacieron… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Fuente: https://www.am.com.mx/2017/04/29/celaya/opinion/el-desafio-educativo-355294

Imagen: http://otrasvoceseneducacion.org/wp-content/uploads/2017/01/tmb2_715308_201701152056440000001-750×410.jpg

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The Culture of Cruelty in Trump’s America

Por: Henry A. Giroux

For the last 40 years, the United States has pursued a ruthless form of neoliberalism that has stripped economic activity from ethical considerations and social costs. One consequence has been the emergence of a culture of cruelty in which the financial elite produce inhuman policies that treat the most vulnerable with contempt, relegating them to zones of social abandonment and forcing them to inhabit a society increasingly indifferent to human suffering. Under the Trump administration, the repressive state and market apparatuses that produced a culture of cruelty in the 19th century have returned with a vengeance, producing new levels of harsh aggression and extreme violence in US society. A culture of cruelty has become the mood of our times — a spectral lack of compassion that hovers over the ruins of democracy.

While there is much talk about the United States tipping over into authoritarianism under the Trump administration, there are few analyses that examine how a culture of cruelty has accompanied this political transition, and the role that culture plays in legitimating a massive degree of powerlessness and human suffering. The culture of cruelty has a long tradition in this country, mostly inhabiting a ghostly presence that is often denied or downplayed in historical accounts. What is new since the 1980s — and especially evident under Donald Trump’s presidency — is that the culture of cruelty has taken on a sharper edge as it has moved to the center of political power, adopting an unapologetic embrace of nativism, xenophobia and white nationalist ideology, as well as an in-your-face form of racist demagoguery. Evidence of such cruelty has long been visible in earlier calls by Republicans to force poor children who get free school lunches to work for their meals. Such policies are particularly cruel at a time when nearly «half of all children live near close to the poverty line.» Other instances include moving people from welfare to workfare without offering training programs or child care, and the cutting of children’s food stamp benefits for 16 million children in 2014.  Another recent example of this culture of cruelty was Rep. Steve King (R-Iowa) tweeting his support for Geert Wilders, a notorious white supremacist and Islamophobic Dutch politician.

To read more articles by Henry A. Giroux and other authors in the Public Intellectual Project, click here.

Focusing on a culture of cruelty as one register of authoritarianism allows us to more deeply understand how bodies and minds are violated and human lives destroyed. It helps us to acknowledge that violence is not an abstraction, but is visceral and, as Brad Evans observes, «should never be studied in an objective and unimpassioned way. It points to a politics of the visceral that cannot be divorced from our ethical and political concerns.» For instance, it highlights how Trump’s proposed budget cuts would reduce funding for programs that provide education, legal assistance and training for thousands of workers in high-hazard industries. As Judy Conti, a federal advocacy coordinator [at the National Employment Law Project] points out, these cuts would result in «more illness, injury and death on the job

Rather than provide a display of moral outrage, interrogating a culture of cruelty offers critics a political and moral lens for thinking through the convergence of power, politics and everyday life. It also offers the promise of unveiling the way in which a nation demoralizes itself by adopting the position that it has no duty to provide safety nets for its citizens or care for their well-being, especially in a time of misfortune. Politically, it highlights how structures of domination bear down on individual bodies, needs, emotions and self-esteem, and how such constraints function to keep people in a state of existential crisis, if not outright despair. Ethically the concept makes visible how unjust a society has become. It helps us think through how life and death converge in ways that fundamentally transform how we understand and imagine the act of living — if not simply surviving — in a society that has lost its moral bearing and sense of social responsibility. Within the last 40 years, a harsh market fundamentalism has deregulated financial capital, imposed misery and humiliation on the poor through welfare cuts, and ushered in a new style of authoritarianism that preys upon and punishes the most vulnerable Americans.

The culture of cruelty has become a primary register of the loss of democracy in the United States. The disintegration of democratic commitments offers a perverse index of a country governed by the rich, big corporations and rapacious banks through a consolidating regime of punishment. It also reinforces the workings of a corporate-driven culture whose airwaves are filled with hate, endless spectacles of violence and an ongoing media assault on young people, the poor, Muslims and undocumented immigrants. Vast numbers of individuals are now considered disposable and are relegated to zones of social and moral abandonment. In the current climate, violence seeps into everyday life while engulfing a carceral system that embraces the death penalty and produces conditions of incarceration that house many prisoners in solitary confinement — a practice medical professionals consider one of the worse forms of torture.

In addition, Americans live in a distinctive historical moment in which the most vital safety nets, social provisions, welfare policies and health care reforms are being undermined or are under threat of elimination by right-wing ideologues in the Trump administration. For instance, Trump’s 2017 budgetary proposals, many of which were drafted by the hyperconservative Heritage Foundation, will create a degree of imposed hardship and misery that defies any sense of human decency and moral responsibility.

Public policy analyst Robert Reich argues that «the theme that unites all of Trump’s [budget] initiatives so far is their unnecessary cruelty.» Reich writes:

His new budget comes down especially hard on the poor — imposing unprecedented cuts in low-income housing, job training, food assistance, legal services, help to distressed rural communities, nutrition for new mothers and their infants, funds to keep poor families warm, even «meals on wheels.» These cuts come at a time when more American families are in poverty than ever before, including 1 in 5 children. Why is Trump doing this? To pay for the biggest hike in military spending since the 1980s. Yet the U.S. already spends more on its military than the next 7 biggest military budgets put together. His plan to repeal and «replace» the Affordable Care Act will cause 14 million Americans to lose their health insurance next year, and 24 million by 2026. Why is Trump doing this? To bestow $600 billion in tax breaks over the decade to wealthy Americans. This windfall comes at a time when the rich have accumulated more wealth than at any time in the nation’s history.

This is a demolition budget that would inflict unprecedented cruelty, misery and hardship on millions of citizens and residents. Trump’s populist rhetoric collapses under the weight of his efforts to make life even worse for the rural poor, who would have $2.6 billion cut from infrastructure investments largely used for water and sewage improvements as well as federal funds used to provide assistance so they can heat their homes. Roughly $6 billion would be cut from a housing budget that benefits 4.5 million low-income households. Other programs on the cutting block include funds to support Habitat for Humanity, the homeless, energy assistance to the poor, legal aid and a number of antipoverty programs. Trump’s mode of governance is no longer modeled on «The Apprentice.» It now takes its cues from «The Walking Dead.»

If Congress embraces Trump’s proposal, poor students would be budgeted out of access to higher education as a result of a $3.9 billion cut from the federal Pell grant program, which provides tuition assistance for low-income students entering college. Federal funds for public schools would be redistributed to privately run charter schools, while vouchers would be available for religious schools. Medical research would suffer and people would die because of the proposed $6 billion cut to the National Institutes of Health.

Trump has also called for the elimination of the National Endowment for the Arts, the National Endowment for the Humanities, the Corporation for Public Broadcasting and the Institute of Museum and Library Services, making clear that his contempt for education, science and the arts is part of an aggressive project to eliminate those institutions and public spheres that extend the capacity of people to be imaginative, think critically and be well-informed.

The $54 billion that Trump seeks to remove from the budgets of 19 agencies designed to help the poor, students, public education, academic research and the arts would instead be used to increase the military budget and build a wall along the Mexican border. The culture of cruelty is on full display here as millions would suffer for the lack of loans, federal aid and basic resources. The winners would be the Departments of Defense, Homeland Security, the private prison industry and the institutions and personnel needed to expand the police state. What Trump has provided in this budget proposal is a blueprint for eliminating the remnants of the welfare state while transforming American society into a «war-obsessed, survival-of-the fittest dystopia

The United States is now on a war footing and has launched a war against undocumented immigrants, Muslims, people of color, young people, the elderly, public education, science, democracy and the planet itself, to say nothing of the provocations unfolding on the world stage.  The moral obscenity and reactionary politics that inform Trump’s budget were summed up by Bernie Sanders: «At a time of massive income and wealth inequality, when 43 million Americans are living in poverty and half of older Americans have no retirement savings, we should not slash programs that senior citizens, children and working people rely on in order to provide a massive increase in spending to the military industrial complex. Trump’s priorities are exactly the opposite of where we should be heading as a nation.»

As more and more people find themselves living in a society in which the quality of life is measured through market-based metrics, such as cost-benefit analyses, it becomes difficult for the public to acknowledge or even understand the cost in human misery and everyday hardship that an increasing number of people have to endure.

A culture of cruelty highlights both how systemic injustices are lived and experienced, and how iniquitous relations of power turn the «American dream» into a dystopian nightmare in which millions of individuals and families are struggling to merely survive. This society has robbed them of a decent life, dignity and hope. I want to pose the crucial question of what a culture of cruelty looks like under a neofascist regime, and in doing so, highlight what I believe are some of its most crucial elements, all of which must be recognized if they are to be open to both criticism and resistance.

First, language is emptied of any sense of ethics and responsibility and begins to operate in the service of violence. This becomes evident as social provisions are cut for programs that help poor people, elderly people, impoverished children and people living with disabilities. This is also evident in the Trump administration’s call to scale back Medicaid and affordable, quality health insurance for millions of Americans.

Second, a survival-of-the-fittest discourse provides a breeding ground for the production of hypermasculine behaviors and hypercompetitiveness, both of which function to create a predatory culture that replaces compassion, sharing and a concern for the other. Under such circumstances, unbridled individualism and competition work to weaken democracy.

Third, references to truth and real consequences are dismissed, and facts give way to «alternative realities» where the distinction between informed assertions and falsehoods disappears. This politics of fabrication is on full display as the Trump administration narrates itself and its relationship to others and the larger world through a fog of misrepresentations and willful ignorance. Even worse, the act of state-sanctioned lying is coupled with the assertion that any critical media outlets and journalists who attempt to hold power accountable are producing «fake news.» Official lying is part of the administration’s infrastructure: The more authority figures lie the less they have to be taken seriously.

Fourth, in a culture of cruelty, the discourse of disposability extends to an increasing number of groups that are considered superfluous, redundant, excess or dangerous. In this discourse, some lives are valued and others are not. In the current moment, undocumented immigrants, Muslim refugees and Black people are targeted as potential criminals, terrorists or racial «others» who threaten the notion of a white Christian nation. Underlying the discourse of disposability is the reemerging prominence of overt white supremacy, as evidenced by an administration that has appointed white nationalists to the highest levers of power in the government and has issued a racist appeal to «law and order.» The ongoing rise of hate crimes should be no surprise in a society that has been unabashedly subjected by Trump and his cohorts to the language of hate, anti-Semitism, sexism and racism. Cultures of cruelty slip easily into both the discourse of racial cleansing and the politics of disposability.

Fifth, ignorance becomes glamorized, enforced through the use of the language of emotion, humiliation and eventually through the machinery of government deception. For example, Donald Trump once stated that he loved «uneducated people.» This did not indicate, of course, a commitment to serve people without a college education — a group that will be particularly disadvantaged under his administration. Instead, it signaled a deep-seated anti-intellectualism and a fear of critical thought itself, as well as the institutions that promote it. Limiting the public’s knowledge now becomes a precondition for cruelty.

Sixth, any form of dependency in the interest of justice and care for the «other» is viewed as a form of weakness, and becomes the object of scorn and disdain. In a culture of cruelty, it is crucial to replace shared values and bonds of trust with the bonds of fear. For the caste of warriors that make up the Trump administration, politics embraces what might be called neoliberalism on steroids, one in which the bonds of solidarity rooted in compassion and underlying the welfare state are assumed to weaken national character by draining resources away from national security and placing too large a tax burden on the rich. In this logic, solidarity equates with dependency, a weak moral character, and is dismissed as anaemic, unreliable and a poor substitute for living in a society that celebrates untrammeled competition, individual responsibility and an all-embracing individualism.

Seventh, cruelty thrives on the language of borders and walls. It replaces the discourse of bridges, generosity and compassion with a politics of divisiveness, alienation, inadequacy and fear. Trump’s call for building a wall on the Mexican border, his endless disparaging of individuals and groups on the basis of their gender, race, religion and ethnicity, and his view of a world composed of the deadly binary of «friends» and «enemies» echo the culture of a past that lost its ethical and political moorings and ended up combining the metrics of efficiency with the building of concentration camps.

Eighth, all cultures of cruelty view violence as a sacred means for addressing social problems and mediating relationships; hence, the criminalization of homelessness, poverty, mental illness, drug addiction, surviving domestic violence, reproductive choice and more.  The centrality of oppressive violence in the United States is not new, of course; it is entrenched in the country’s origins. Under Trump this violence has been embraced, openly and without apology, as an organizing principle of society. This acceleration of the reality and spectacle of violence under the Trump administration is evident, in part, in his call for increasing an already-inflated military budget by $54 billion. It is also evident in his efforts to create multiple zones of social abandonment and social death for the most vulnerable in society.

Ninth, cultures of cruelty despise democracy and work incessantly to make the word disappear from officially mandated state language. One example of this took place when Trump opted not to utter the word democracy in either his inaugural address or in his first speech to Congress. Trump’s hatred of democracy and the formative cultures that sustain it was on full display when he and his top aides referred to the critical media as the enemy of the American people and as an «opposition party.» A free press is fundamental to a society that takes seriously the idea that no democracy can exist without informed citizens. Trump has turned this rule on its head, displaying a disdain not only for a press willing to pursue the truth and hold politicians and corporations accountable, but also for those public spheres and institutions that make such a press possible. Under these circumstances, it is important to remember Hannah Arendt’s warning: «What makes it possible for a totalitarian or any other dictatorship to rule is that people are not informed … and a people that no longer can believe anything cannot make up its mind. It is deprived not only of its capacity to act but also its capacity to think and to judge.»

Tenth, all fascist regimes disparage, dismantle and destroy institutions, such as public and higher education and other public spheres where people can learn how to think critically and act responsibly. Evidence of an act of war against public spheres that are critical, self-reflective and concerned with the social good is visible in the appointment of billionaires, generals and ideological fundamentalists to cabinet positions running public agencies that many of them have vowed to destroy. What does it mean when an individual, such as Betsy DeVos, is picked to head the Department of Education even though she has worked endlessly in the past to destroy public education? How else to explain Trump appointing Scott Pruitt to head the Environmental Protection Agency, even though he does not believe that climate change is affected by human-produced carbon dioxide emissions and has spent most of his career actively opposing the authority of the EPA? At stake here is more than a culture of incompetency. This is a willful assault on public goods and the common good.

Eleventh, cultures of cruelty thrive when shared fears replace shared responsibilities. Under such conditions, an ever-expanding number of people are reduced to the status of a potential «terrorist» or «criminal,» watched constantly, and humiliated under the watchful eye of a surveillance state that inhabits practically every public and private space.

Twelfth, cultures of cruelty dispose of all vestiges of the welfare state, forcing millions to fend for themselves. Loneliness, powerlessness and uncertainty — fueled by the collapse of the public into the private — create the conditions for viewing those who receive much needed social provisions as cheaters, moochers or much worse. Under the Republican Party extremists in power, the welfare state is the enemy of the free market and is viewed as a drain on the coffers of the rich. There are no public rights in this discourse, only entitlements for the privileged, and rhetoric that promotes the moral superiority and unimpeachable character of the wealthy. The viciousness of these attacks is driven by the absolute idolatry of power of wealth, strength and unaccountable military might.

Thirteenth, massive inequalities in power, wealth and income mean time will become a burden for most Americans, who will be struggling merely to make ends meet and survive. Cruelty thrives in a society in which there seem to be only individual problems, as opposed to socially-produced problems, and it is hard to do the work of uniting against socially-produced problems under oppressive time constraints. Under such circumstances, solidarity is difficult to practice, which makes it easier for the ruling elite to use their power to engage in the relentless process of asset-stripping and the stripping of human dignity. Authoritarian regimes feed off the loyalty of those who benefit from the concentration of wealth, power and income as well as those who live in stultifying ignorance of their own oppression. Under global capitalism, the ultrarich are celebrated as the new heroes of late modernity, while their wealth and power are showcased as a measure of their innate skills, knowledge and superiority. Such spectacles function to infantilize both the general public and politics itself.

Fourteenth, under the Trump administration, the exercise of cruelty is emboldened through the stultifying vocabulary of ultranationalism, militarism and American exceptionalism that will be used to fuel further wars abroad and at home. Militarism and exceptionalism constitute the petri dish for a kind of punishment creep, in which «law and order» becomes code for the continued rise of the punishing state and the expansion of the prison-industrial complex. It also serves to legitimate a war culture that surrounds the world with military bases and promotes «democracy» through a war machine. It turns already-oppressive local police departments into SWAT teams and impoverished cities into war zones. In such a culture of cruelty, language is emptied of any meaning, freedom evaporates, human misery proliferates, and the distinction between the truth and lies disappears and the governance collapses into a sordid species of lawlessness, emboldening random acts of vigilantism and violence.

Fifteenth, mainstream media outlets are now a subsidiary of corporate control. Almost all of the dominant cultural apparatuses extending from print, audio and screen cultures are controlled by a handful of corporations. The concentration of the mainstream media in few hands constitutes a disimagination machine that wages a pedagogical war on almost any critical notion of politics that seeks to produce the conditions needed to enable more people to think and act critically. The overriding purpose of the corporate-controlled media is to drive audiences to advertisers, increase ratings and profits, legitimate the toxic spectacles and values of casino capitalism, and reproduce a toxic pedagogical fog that depoliticizes and infantilizes. Lost here are those public spaces in which the civic and radical imagination enables individuals to identify the larger historical, social, political and economic forces that bear down on their lives. The rules of commerce now dictate the meaning of what it means to be educated. Yet, spaces that promote a social imaginary and civic literacy are fundamental to a democracy if the young and old alike are to develop the knowledge, skills and values central to democratic forms of education, engagement and agency.

Underlying this form of neoliberal authoritarianism and its attendant culture of cruelty is a powerfully oppressive ideology that insists that the only unit of agency that matters is the isolated individual. Hence, mutual trust and shared visions of equality, freedom and justice give way to fears and self-blame reinforced by the neoliberal notion that individuals are solely responsible for their political, economic and social misfortunes. Consequently, a hardening of the culture is buttressed by the force of state-sanctioned cultural apparatuses that enshrine privatization in the discourse of self-reliance, unchecked self-interest, untrammeled individualism and deep distrust of anything remotely called the common good. Once again, freedom of choice becomes code for defining responsibility solely as an individual task, reinforced by a shameful appeal to character.

Many liberal critics and progressives argue that choice absent constraints feeds the rise of Ayn Rand’s ideology of rabid individualism and unchecked greed. But they are only partly right. What they miss in this neofascist moment is that the systemic cruelty and moral irresponsibility at the heart of neoliberalism make Ayn Rand’s vicious framework look tame. Rand’s world has been surpassed by a ruling class of financial elites that embody not the old-style greed of Gordon Gekko in the film Wall Street, but the inhumane and destructive avarice of Patrick Bateman in American Psycho. The notion that saving money by reducing the taxes of the rich justifies eliminating health care for 24 million people is just one example of how this culture of cruelty and hardening of the culture will play out.

Under the Trump administration, a growing element of scorn is developing toward the increasing number of human beings caught in the web of oppression, marginalization, misfortune, suffering and deprivation. This scorn is fueled by a right-wing spin machine that endlessly spews out a toxic rhetoric in which all Muslims are defined as «jihadists;» the homeless are cast as «lazy» rather than as victims of oppressive structures, failed institutions and misfortune; Black people are cast as «criminals» and subjected en masse to the destructive criminal punishment system; and the public sphere is portrayed as largely for white people.

The culture of hardness and cruelty is not new to American society, but the current administration aims to deploy it in ways that sap the strength of social relations, moral compassion and collective action, offering in their place a mode of governance that promotes a pageant of suffering and violence. There will, no doubt, be an acceleration of acts of violence under the Trump administration, and the conditions for eliminating this new stage of state violence will mean not only understanding the roots of neofascism in the United States, but also eliminating the economic, political and cultural forces that have produced it. Addressing those forces means more than getting rid of Trump. We must eliminate a more pervasive irrationality in which democracy is equated with unbridled capitalism — a system driven almost exclusively by financial interests and beholden to two political parties that are hardwired to produce and reproduce neoliberal violence.

*Fuente: http://www.truth-out.org/opinion/item/39925-the-culture-of-cruelty-in-trump-s-america

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