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La frustración: cómo trabajarla desde el aula de Infantil y Primaria

Por: Rocío López

 Qué mal llevamos que nos digan que no! Aborrecemos esa palabra y es que a nadie le gusta recibir un “no” por respuesta, ni a niños ni a adultos. Ese “no” compite directamente con nuestras ilusiones y expectativas. No es de extrañar que, así, nuestra reacción natural sea la decepción, la rabia y la tristeza.Este cúmulo de emociones lo conocemos como frustración y se vive con gran intensidad durante la infancia. Los niños en etapa infantil, debido a su incapacidad para gestionar las emociones negativas, tienen dificultad para aceptar este sentimiento y por eso se dan rabietas y grandes enfados. Los docentes hemos de proporcionarles las herramientas y soluciones para enfrentarse a ello.

Actividades para Educación Infantil y Ciclo Inicial:

Los primeros pasos en este aprendizaje deberían comenzar con la identificación de “las señales de alerta” que las emociones negativas (rabia, tristeza, enfado, vergüenza, etcétera) generan en nuestro cuerpo y nuestro estado de ánimo. Así, podemos emplear los siguientes ejercicios en clase para incitar a la reflexión:

frustración niños

1. Observar atentamente fotografías de personas enfadadas o tristes y tratar de reconocer cómo esas emociones se manifiestan en el cuerpo, especialmente en la cara: ¿qué postura tienen estas personas?, ¿cómo están sus hombros?, ¿y su piernas?, ¿cómo es su mirada?, ¿qué otras cosas nos ayudan a saber que se sienten tristes o enfadadas?

2. Buscar ejemplos cercanos: ¿cómo sabemos que papá y mamá están enfadados?, ¿en qué lo notamos?, ¿y nuestros hermanos o los compañeros de clase?

3. Atender a nosotros mismos, cómo nos afectan esas emociones y qué nos hace sentir así: ¿dónde sentimos el enfado?, ¿y la tristeza?, ¿cómo sabemos que nos sentimos así?, ¿cuándo nos enfadamos?, ¿qué ha de pasar para que nos sintamos tristes?

Actividades para Ciclo Medio y Ciclo Superior:

Tras reconocer las emociones de enfado y tristeza y qué nos hace sentir así, es necesario dotar a los alumnos de recursos para canalizarlas. Los ejercicios en clase han de ir en esa línea y han de facilitar su expresión. Una situación tipo podría ser la siguiente:

“Estoy enfadado porque no quiero que me pongan más deberes en la escuela, pero he de aceptar que la situación es así: No puedo evitar tener esos deberes para mañana.” Me siento irascible y bloqueado porque la situación no me gusta pero, por más que me sienta así, nada cambiará, y mi emoción me está dificultando finalizar la tarea y pasar a hacer otra cosa que me motive más.

De esta manera, los posibles pasos para guiar la emoción del niño y salir de la frustración serían los siguientes:

1. ¿Cómo me siento? Trataríamos de identificar y aceptar la emoción que sentimos en ese momento: “Veo que me siento muy enfadado”, “estoy triste ahora mismo.”

2. ¿Cómo nos libramos de esta sensación negativa? Podemos mostrar varias ideas a los niños para que expresen y vacíen sus sensaciones negativas: llorando, pataleando, gritando, rallando un papel y coloreando, escribiendo notas de enfado, rompiendo periódicos antiguos, etcétera.

3. ¿Qué me ha provocado este malestar? Miraríamos de identificar lo que lo que nos hizo sentir así y dar un mínimo razonamiento respecto al motivo de la frustración: “Estoy enfadado porque me han puesto muchos deberes en la escuela y no podré ir a casa de Marcos”.

4. ¿Podemos hacer algo para resolver esta situación? En el caso del ejemplo, no podemos hacer nada, ya que no depende directamente de nosotros el número de deberes que nos pongan.

La mayoría de frustraciones se producen por esto: Son situaciones impuestas que tienen consecuencias sobre nosotros pero sobre las que no podemos hacer gran cosa para cambiar.

5. ¿Qué podemos hacer para que nos afecte lo mínimo posible? Este último paso consistiría en optimizar estas situaciones de frustración e incluso buscarles el lado positivo. En el caso de los deberes, podríamos ver que si nos ponemos ya a hacerlos seguramente los acabaremos pronto y podremos ir a jugar con los amigos o a pasar la tarde al parque. Por otro lado, también, esos deberes nos ayudarán a estar más preparados para el examen y consolidar los conocimientos aprendidos.

El ejercicio debería ser doble: Por un lado, deberíamos buscar la manera de sobrellevar la situación de forma productiva y, por otro lado, trataríamos de buscarle una versión optimista y positiva.

Finalmente, como apunte para los adultos, solo nos queda destacar que no es nada conveniente evitar las situaciones de frustración a los niños. Son experiencias normales que se dan en la infancia y que se seguirán dando durante la madurez. Así, evitarlas solo conseguirá que alarguemos un estado de paz ficticio y que nuestros alumnos no se sientan preparados. Es mejor entender estos momentos como un laboratorio para la vida adulta.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/la-frustracion-trabajarla-desde-aula-infantil-primaria/42476.html

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Luis López González: “La meditación equilibra las emociones de los niños”

07 de octubre de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Luis López González

Los niños y niñas ¿están demasiado estimulados?
Hay mucho estudios que demuestran que los niños y niñas de hoy en día estan sobreestimulados. Están sometidos diariamente a más inputs de los que un cerebro puede, racionalmente, integrar y gestionar. Ante esta situación es muy difícil que puedan construir cualquier cosa: aprendizaje, pensamiento, arte…

¿Cómo les afecta esta sobreestimulación?
De entrada, les afecta con una agitación extrema. Nuestros niños no tienen espacio para el aburrimiento, siempre necesitan más y más y más estimulación. El cerebro está diseñado para tener ratos de descanso y no tener estimulación. Durante el día el cerebro del niño no descansa, no pasa por ratos de relajación. Uno de los factores que más inciden y que está científicamente demostrado,  es que los niños que pasan horas delante de las pantallas desde los 3 años pierden habilidades cognitivas: la memoria, la atención, capacidades básicas como el cálculo o la abstracción. Esto se traduce en agitación, irritabilidad y dispersión.

¿La escuela contribuye a este bombardeo de estímulos?
Sí, principalmente por dos prácticas muy arraigadas ya. En primer lugar, por el exceso de información general que reciben: Los niños y niñas están durante más de seis horas sentados recibiendo inputs, sin capacidad de poder escoger según su interés. Les limitamos su capacidad creativa. Por otro lado, y esto ha llegado con la introducción de las TIC en el aula, la rapidez con la que les exigimos que respondan a estos inputs. No les damos tiempo a procesar, a integrar los conocimientos. Todo sucede demasiado rápido.

¿Qué beneficios cree que aporta introducir en el aula ejercicios de relajación y meditación?
Los beneficios se han estudiado en profundidad. Las técnicas de relajación y concienciación ayudan a los niños a equilibrar sus emociones. A nivel individual podemos distinguir diversos tipos. Por un lado los beneficios físicos, que tienen que ver con la salud y el bienestar del niño o niña. Por otro lado, podemos distinguir también los efectos que mejoran las capacidades cognitivas de cada persona: mejoran la atención, la memoria, el cálculo, etc. Si esto se sistematiza, a la larga mejora el rendimiento escolar. Mejoran también las habilidades y competencias emocionales, hablamos de la autoestima, de la asertividad, regulación emocional. También debemos mencionar los beneficios a nivel “espiritual”, aunque a veces este concepto nos asuste abordarlo: la expansión de la conciencia, la sensibilidad con el entorno y con los que nos rodean, etc.

A nivel de grupo, ¿también aporta beneficios dentro del aula?
Sí, ¡por supuesto! Se crea un mejor clima de aula: podemos ver como aumenta la predisposición de los alumnos, y que mejora la relación entre compañeros. También se ha demostrado que mejora la convivencia. Los partes disciplinarios y los conflictos dentro del aula disminuyen. A nivel global, mejora el objetivo de la escuela, que es educar a las personas. A nivel grupal, mejoran las relaciones humanas y también la relación con el profesorado.

¿Qué acogida cree que tienen estas prácticas dentro de la comunidad educativa?
En primer lugar, creo que hay que destacar que en este sentido no se aprecia diferencia entre la titularidad de los centros, ya sean públicos o privados. La relajación y la meditación ha llegado a las aulas, generalmente, por necesidad: hay conflictos en clase y los profesores no sabemos que hacer, así que vamos probando cosas. Sin embargo, ahora llega como recurso psicopedagógico, que es lo que promovemos nosotros desde el grupo de investigación ICE de la Universidad de Barcelona. Lo que nosotros pretendemos es mostrar la meditación y la relajación como una competencia específica. Es decir, una persona del siglo XXI debe tener competencias emocionales, debe saber regular el estrés, etc.

¿Pero existen reticencias clara hacia ello?
No sé que tanto por cierto hay de personas reticentes a aplicar estas prácticas en el aula, si bien sí podemos decir que vienen generadas por el desconocimiento. Lo que sí hemos detectado es que cada vez la demanda es mucho más grande. La gente se da cuenta que esto tiene un rigor científico. Globalmente, la respuesta es súper positiva, no solo de los profesores, sino también de los padres, con los que también realizamos formaciones.

¿Cómo responden los alumnos y alumnas frente a estas técnicas?
Muy positivamente: el 90 por ciento del alumnado les gusta, le ven sentido y además piden a los profesores que se impliquen en el programa TREVA, que no se convierta en un tiempo corto que pasa desapercibido.

Hemos hablado de los beneficios para los alumnos pero, ¿y los profesores? ¿Obtienen beneficios de aplicar estas técnicas en clase?
También se han hecho investigaciones acerca de esto y los resultados son muy positivos. En el caso de nuestro programa, los docentes son el vehículo para transmitir estas prácticas y para ello es indispensable que ellos integren en sí mismos la práctica para poderla reproducir. Trabajamos en formaciones en las que durante 20 horas son ellos los que reciben como individuos la práctica y posteriormente trabajamos la transmisión: cómo introducirlo en el aula, qué ejercicios hacer, cuándo hacerlos, etc. Es muy diferente la relajación que haremos con niños de 3 años que la que haremos con alumnos de bachillerato.

Cuando hablamos de este tipo de prácticas, ¿hablamos de técnicas exclusivamente o de la introducción de disciplinas completas o tradiciones filosóficas como el yoga o el tai-chi?
Esto es muy importante que lo tengamos claro. No es lo mismo practicar una disciplina que incluye unos ejercicios psicosomáticos concretos que el hecho de aplicar técnicas que están estudiadas, como respirar de forma consciente, atender el propio cuerpo, etc. No hablamos de una escuela o de una filosofía, sino de prácticas concretas que nos ayudan a desarrollar diferentes habilidades.

Los niños, ¿utilizan las técnicas que aprenden en otros ámbitos fuera del aula?
Sí, hace poco en una formación una de las presentes explicó que iba en el coche con su hija y estaba en un atasco monumental, y en un ataque de rabia empezó a tocar el claxon como una loca. Su hija la miró y le dijo “Mamá, ¿y si respiras? El atasco no irá más rápido por mucho que toques el claxon”. Sí que tiene incidencia, sí. Los niños lo aplican en situaciones que les estresan, como los exámenes, o en momentos emocionales difíciles, como en discusiones o conflictos.

¿Qué pautas propondría a profesores que quieren introducir estas prácticas en sus aulas?
En primer lugar, que se formen, pero que se formen orientados al uso pedagógico. Hay mucho docentes que empiezan a practicar disciplinas como el yoga pero, por ejemplo, el programa TREVA está pensado y diseñado para trabajar en el aula, dentro del marco horario de las clases y en contextos educativos. Yo recomiendo que, si no se han formado, que no lleven a cabo prácticas de este tipo porque puede generar frustración.
Es importante que haya una progresión. Si nunca has trabajado la confianza con tus alumnos, no puedes pretender llegar un día al aula y que todos los alumnos cierren los ojos cuando se lo pidas. No se trata de introducir la meditación de un día para otro. Hay que introducirla de forma pausada y observar cómo responden.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/luis-lopez-gonzalez-la-meditacion-equilibra-las-emociones-de-los-ninos/

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15 Consejos para educar a tu hija en el feminismo: Chimamanda Ngozi Adichie

Por:  Chimamanda Ngozi Adichie

“En lugar de enseñarle a tu hija a agradar, enséñale a ser sincera. Y amable. Y valiente. Anímala a decir lo que piensa, a decir lo que opina en realidad, a decir la verdad. Dile que, si algo la incomoda, se queje, grite”, fue una carta que la autora nigeriana le escribió a una amiga. Estos son sus consejos.

El feminismo empieza en la educación. Con su voz cálida y directa, Chimamanda Ngozi Adichie dirige esta emotiva carta a una joven madre que acaba de dar a luz. En sus quince consejos, reivindica la formación de nuestros hijos en la igualdad y el respeto, el amor por los orígenes y la cultura. Una invitación a rechazar estereotipos, a abrazar el fracaso y a luchar por una sociedad más justa. Una bella misiva con reflexiones tan honestas como necesarias que conquistará por igual a madres, padres, hijos e hijas.

1.Sé una persona plena. La maternidad es un don maravilloso, pero no te definas únicamente por ella.

2.Hacedlo juntos. ¿Recuerdas que en primaria aprendimos que el verbo es una palabra de “acción”? Chudi debería hacer todo lo que la biología le permite, que es todo menos amamantar.

3.Enséñale a tu hija que “los roles de género” son una solemne tontería. No le digas nunca que debe hacer algo o dejar de hacerlo “porque es una niña”.

4.Cuidado con el peligro de lo que yo llamo Feminismo Light. Es la idea de la igualdad femenina condicional. Recházala de plano, por favor.

5.Enzeña a Chizalum a leer. Enséñale el amor por los libros. La mejor manera de hacerlo es mediante el ejemplo.

6.Enséñale a cuestionar el lenguaje. El lenguaje es el depositario de nuestros prejuicios, creencias y presunciones, pero para enseñárselo tendrás que cuestionar tu lenguaje.

7.Jamás hables del matrimonio como un logro. Encuentra maneras de aclararle que el matrimonio no es un logro ni algo a lo que deba aspirar. Un matrimonio puede ser feliz o desgraciado, pero no un logro.

8.Enséñale a rechazar la obligación de gustar. Su trabajo no es ser deseable, su trabajo es realizarse plenamente en un ser que sea sincero y consciente de la humanidad del resto de la gente.

9.Dale a Chizalum un sentido de identidad. Importa. Haz hincapié en ello.

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Randy Palisoc: “La falta de soltura con las matemáticas genera mucha ansiedad”

06 de septiembre de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Randy Palisoc

Frustración, ansiedad y confusión son emociones comunes entre los niños que aprenden matemáticas. ¿Por qué?
Principalmente por la falta de fluidez y de soltura con las matemáticas. Los alumnos que no consiguen realmente entenderlas, no progresan tan rápidamente como los demás estudiantes. Cuando esto sucede, tienden a pensar que algo va mal con ellos y se frustran. Por este motivo, creo que la falta de soltura con las matemáticas de nivel básico genera mucha ansiedad entre los estudiantes y les impide trabajar con facilidad los conceptos más avanzados.

¿Por qué acostumbra a ser la asignatura con los peores resultados académicos?
En la línea de lo que comentaba anteriormente, se debe a la falta de soltura de los estudiantes con los conceptos básicos, pero también a la limitada capacidad de los docentes para explicar de manera comprensible las matemáticas a sus alumnos. Se trata de un reto mucho más complejo de lo que puede parecer a primera vista. A menudo se debe a lo que llamamos “punto ciego de los expertos”, que son aquellos casos de personas expertas en alguna materia, pero que les resulta muy complicado transmitir sus conocimientos a los demás.

Usted ha afirmado que uno de los problemas de las matemáticas es que se ha enseñado como una lengua deshumanizada. ¿A qué se refiere?
Esta afirmación la hice en un momento en que estaba investigando sobre las matemáticas como lengua, ya que, como dijo Galileo “las matemáticas son el lenguaje del universo”. De lo que se trata es de humanizar las matemáticas. Es decir, de enseñarlas mediante un enfoque del lenguaje que resulte mucho más natural para los estudiantes. Además, al principio, se debe evitar abusar de tecnicismos que pueden ser comprensibles para un experto pero que confunden a los niños.

¿Podría poner un ejemplo práctico sobre cómo humanizar las matemáticas?
Uno de los ejemplos más ilustrativos son las fracciones, ya que en los libros de texto se explica que para poder sumar dos fracciones, éstas deben tener un denominador común. Esta es una explicación matemáticamente correcta, pero que carece de significado para un niño que aún está aprendiendo matemáticas básicas. Por lo que se trata de humanizar esta lección, de explicarla desde el enfoque del lenguaje.

¿Cómo?
Mediante una analogía de sumar manzanas con manzanas, por ejemplo. Tiene sentido sumar una manzana con una manzana y que el resultado sea dos manzanas. Entonces, trasladamos la explicación al terreno de las fracciones. Siguiendo el mismo ejemplo, resulta comprensible que si sumamos un tercio con un tercio el resultado sean dos tercios. Es una explicación más concreta para los estudiantes y que tiene más sentido que la del libro de texto.

¿Esta estrategia se puede utilizar con otros conceptos matemáticos?
Sí, también puede aplicarse para enseñar valores posicionales, exponentes… y fracciones más avanzadas. El concepto de denominador común resulta complicado de entender para los estudiantes, ya que les cuesta ver cómo sumar, por ejemplo, una mitad con un tercio. Por esta razón utilizo el mismo ejemplo de antes pero de forma un poco más avanzada.

Ilústrenos…
¿Qué pasaría si tuvieras que sumar tres lápices y dos coches? No tiene sentido ya que son objetos distintos. Pero, ¿y si tengo que sumar una manzana y un plátano? Tampoco son lo mismo, pero sí que tienen algo en común, son frutas. Por tanto, en vez de sumar una manzana y un plátano, lo renombramos, y sumamos una fruta con una fruta. Así, resulta obvio que la respuesta son dos frutas. De esta manera entendemos que es posible sumar si encontramos lo que los dos ítems tienen en común. Con esta explicación introducimos el concepto de denominador común de forma comprensible para los alumnos.

Usted afirmó que enseña matemáticas como un campeón de ajedrez. ¿En qué consiste esta estrategia?
Si observamos a los campeones de ajedrez, veremos que siempre piensan en el siguiente movimiento que van a realizar. Y este es el reto de los docentes, no se tratan únicamente de ir varios pasos por delante del estudiante, también han de saber cuáles son los mejores movimientos para llegar al objetivo final: que el alumno entienda un concepto.

Además de docente, usted lleva a cabo workshops de desarrollo profesional con profesores. ¿Cuál es el objetivo?
Hago formaciones a docentes para ayudarles a explicar matemáticas comprensibles para los estudiantes. Lo curioso es que los docentes con los que trabajo muy a menudo me preguntan: ¿dónde estabas cuando yo estudiaba primaria? El motivo de esta apreciación es que la mayoría de ellos creen que si hubieran aprendido matemáticas como yo las enseño, entenderían mejor los conceptos y tendrían un mayor aprecio por las matemáticas.

¿Los bajos resultados en matemáticas se deben a la formación del profesorado?
Así lo creo. Debemos mejorar la formación de los docentes para que aprendan a simplificar la explicación de un concepto matemático de tal forma que tenga sentido para niños pequeños. El reto que tienen a diario los profesores es analizar la explicación de un libro de texto, ponerse en la piel de un niño de 7 años, y darle una explicación que pueda entender. Cuanto más dominen los conceptos matemáticos, mejor los podrán explicar, por lo que debemos asegurarnos que los futuros docentes tienen una sólida comprensión de la materia.

¿Destacaría alguna habilidad especial que deberían tener los profesores de matemáticas?
El tener pensamiento flexible. Es una capacidad muy importante para poder explicar un mismo concepto de distintas maneras. Se trata de un pensamiento útil para los docentes, pero también para los estudiantes. Si el profesor es capaz de explicar un concepto determinado de distintas formas, no sólo ayudará a todos los estudiantes a comprenderlo, porque no todos aprenden igual, sino que también les estará enseñando implícitamente la importancia de desarrollar esta habilidad.

¿Algún consejo que daría a un profesor de matemáticas?
Les recomiendo preguntarse constantemente cómo explicar un concepto para que tenga sentido para ellos mismos, ya que de esta forma estarán un paso más cerca de que los estudiantes lo puedan entender. En mi caso particular jamás tiro la toalla cuando un estudiante no entiende una de mis explicaciones, ni acepto que se trata de un “fracaso del estudiante”, pienso que quizás hay algo que no he transmitido bien y me reto a buscar nuevas formas de explicarlo más claro. También recomiendo hacerse esta pregunta en voz alta frente a los alumnos.

¿Por qué?
Para que los estudiantes vean que el profesor, el adulto, no ha sabido explicar un concepto de forma comprensible para ellos y que no pasa nada, que se pueden buscar soluciones, nuevas vías. De esta manera también se aumenta la confianza de los estudiantes en ellos mismos porque se dan cuenta que si no entienden un concepto no es por falta de capacidad, si no que puede ser que el profesor no se haya explicado suficientemente bien o, simplemente, que lo entienden mejor con otra explicación.

¿Cuál es el rol de los padres en la enseñanza de las matemáticas?
Es una buena pregunta, ya que para mí juegan un papel fundamental. También hago workshops para padres y he podido comprobar que, muchas veces, la ansiedad que tienen los niños con las matemáticas también la sienten los padres. Cuando no están cómodos con la explicación que encuentran en los libros de texto, acaban trasladando esa ansiedad a sus hijos. La enseñanza de las matemáticas no se trabaja sólo entre el profesor y el estudiante, también entre padres e hijos.

Entonces, ¿para que los hijos entiendan matemáticas es importante que los padres también las dominen?
Conseguir que los padres estén más confiados con las matemáticas es muy importante. Por este motivo, decidí grabar todas las lecciones del currículum que diseñé, para que profesores y padres las puedan utilizar como referencia y puedan sentirse más cómodos al trabajar las matemáticas con sus hijos o alumnos. Enseñar a docentes y padres de la misma manera es una buena estrategia para que ambos coincidan a la hora de explicar los conceptos a los estudiantes, ya que de esta manera se evita la confusión que pueden generar distintas explicaciones.

Finalmente, ¿qué se puede hacer a nivel político para mejorar el aprendizaje de las matemáticas en las escuelas?
Uno de los problemas en educación, al menos en Estados Unidos, es la responsabilidad que se exige a las escuelas para que sus estudiantes alcancen cierto dominio de los contenidos. Para ello, se les obliga a hacer un seguimiento del progreso para demostrar que están siendo efectivos. Si la evaluación que hace el gobierno de las escuelas se basa únicamente en los resultados de los exámenes, entonces todas las escuelas se centrarán en ellos como una fijación. Este enfoque puede dañar a la enseñanza porque si algún contenido no se examina, aunque sea muy importante para la formación de los alumnos, a menudo el profesor lo ignorará y no lo explicará en clase.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/randy-palisoc-la-falta-soltura-las-matematicas-genera-mucha-ansiedad/

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180 sesiones para trabajar las emociones y los valores de 1º a 6º

Por: Nati Bergadá Bofill

El artículo de hoy me hace mucha ilusión porque te quiero dar a conocer el Bosque de Lem, un proyecto en el que he estado trabajando durante el último año. Espero que resulte muy útil para los maestros y que haga disfrutar mucho los niños.

Pero antes de contarte lo que he estado preparando, déjame que te sitúe y te explique cómo ha ido todo.

¿Cuál es el punto de partida?

Como ya sabes, hace tiempo que soy una firme defensora del trabajo de las emociones y los valores con los niños.

En los últimos años he constatado que hay una necesidad creciente de trabajar la vertiente emocional, afectiva y social con los niños. En mi día a día en la escuela, veo como los alumnos:

  • Se frustran muy fácilmente ante los obstáculos.
  • Responden con agresividad.
  • Demuestran tener poca autoconfianza.
  • Presentan dificultades a la hora de tener en cuenta los otros.
  • No saben trabajar en equipo.
  • Muestran dificultades para llegar a acuerdos.
  • No saben esperar.
  • Demuestran tener poca empatía.

Como trabajamos en las escuelas la vertiente emocional, social y afectiva?

En las escuelas aprovechamos las situaciones y conflictos que se generan el día a día en el aula, en el patio, los pasillos … para trabajar la vertiente emocional, social y afectiva. Son situaciones propicias para que los niños:

  • Aprendan a reconocer las propias emociones y las de los demás.
  • Aprendan a gestionar y expresar correctamente sus emociones.

Pero aparte de estos momentos, hay otro momento de la semana que debemos aprovechar, la hora de educación en valores estipulada por el Departamento de Enseñanza de la Generalidad de Cataluña desde el año 2014.

Qué realidad me he encontrado en las escuelas?

En los últimos años he constatado que pocas escuelas tienen una línea establecida de cómo hay que trabajar esta vertiente emocional, social y afectiva con los niños.

Esta realidad provoca que programamos las sesiones de educación en valores de forma aislada, sin tener en cuenta que se trabaja en el resto de cursos. Buscamos recursos por internet, buscamos vídeos en YouTube, leemos libros de referencia …

Este cúmulo de circunstancias me hizo dar cuenta que había una necesidad que había que cubrir para favorecer un buen trabajo de las emociones y valores en las escuelas. Había que encontrar una manera de aprovechar mucho más las horas semanales de educación en valores. De ahí surgió El Bosque de Lem.

¿Qué es El Bosque de Lem?

El Bosque de Lem es una plataforma en línea que contiene 180 sesiones, 30 actividades por curso, para trabajar las emociones y los valores de 1º a 6º.

Para qué sirve el Bosque de Lem?

El Bosque de Lem sirve para complementar el trabajo de las emociones y los valores que hacemos diariamente en el aula.

Uno de los puntos fuertes del proyecto es que ofrece una progresión de aprendizaje que permite trabajar la competencia emocional en toda la etapa de primaria y crear una línea de escuela.

En esta cuadrícula podrás consultar la progresión de aprendizaje que trabaja el Bosque de Lem.

Como es el universo del Bosque de Lem?

Los protagonistas del Bosque de Lem son seis personajes muy especiales que crecen con los niños. Esto hace que tengan un aspecto diferente a ciclo inicial, medio y superior.

Se caracterizan por tener atributos y personalidades muy diferentes, con el fin de parecerse a la diversidad de niños que hay en las aulas.

Los protagonistas viven situaciones y aventuras que son el punto de partida para trabajar las emociones, los valores y los sentimientos en el aula.

Personajes del Bosque de Lem

Para desarrollar el universo y los personajes del Bosque de Lem hemos contado con la ayuda de Arkham studio , que se ha encargado también de la producción de los contenidos.

Aquí puedes ver algunas imágenes del proceso de creación de los personajes y del equipo de Arkham:

El Bosque de Lem es una plataforma on line fácil, lúdica e intuitiva que contiene elementos de Ludificación y una estética de videojuego. Funciona a las pizarras digitales desde el navegador, sin necesidad de instalar ningún programa.

Para acceder a las sesiones, hay que ir al mapa de mundo. Este es el mapa de mundo de 6º.

Una vez superada la sesión, los niños se coevaluar y obtienen una puntuación que les permite ir siguiendo la progresión del grupo clase.

Cómo son las sesiones del Bosque de Lem?

Las sesiones de los Bosque de Lem siguen siempre la misma estructura:

  1. Observamos un contenido: Un contenido multimedia muestra la emoción, valor o sentimiento que queremos trabajar en la sesión.
  2. Dialogamos y reflexionemos: A partir del contenido, dialogamos, empatizamos con los protagonistas y reflexionamos sobre las propias vivencias.
  3. Ponemos nombre a la emoción o valor: Respondemos conjuntamente a una encuesta donde identificamos la emoción, el valor o el sentimiento mostrado al contenido.
  4. Hacemos la actividad de aula: Hacemos una actividad vivencial y participativa para profundizar en aquella emoción, sentimiento o valor que trabajamos en la sesión.
  5. Nos coevaluar: Para cerrar la sesión hacemos una valoración conjunta del trabajo realizado que permite seguir la evolución del grupo-clase y motivar a los niños.

El material está listo para ser utilizado y contiene una guía didáctica en la que se orienta al maestro / ay se explica paso a paso la sesión.

En estos enlaces podrás consultar las guías didácticas de algunas actividades que he preparado:

  • Propuestas de actividades para ciclo inicial:

Sesión para trabajar la Resolución de conflictos . juego cooperativo

Sesión para trabajar la autorregulación . relajación

Sesión para trabajar la miedo . Dibujo cooperativo. Hacemos de reporteros

Sesión para trabajar la envidia . Pequeña tetatralització.

  • Propuestas de actividades para ciclo medio:

Sesión para trabajar el autoconocimiento . Actividad con música. Instrucciones para construir un pequeño librito

Sesión para trabajar la confianza . juego cooperativo

Sesión para trabajar el rechazo . Juego de rol

Sesión para trabajar saber esperar. Dramatización. Pauta para hacer dramatización

  • Propuestas de actividades para ciclo superior:

Sesión para trabajar la honradez . Dibujo cooperativo. Creamos nuestras secuencias

Sesión para trabajar el esfuerzo . Dinámica de grupo. Frases recortables.

Sesión para trabajar la empatía . Juego de rol

Sesión para trabajar el autocontrol . Dramatización. Pauta para hacer dramatización

¿Qué contenidos incluye?

El Bosque de Lem incluye contenidos multimedia en formatos diversos (animación, cómic, secuencia, escena e ilustración) que son el punto de partida de la sesión y sirven para mostrar la emoción, el valor o el sentimiento que se quiere trabajar.

A continuación puedes ver algunos ejemplos de contenidos dirigidos los diferentes ciclos.

  • Cómics

Un cómic para trabajar el valor de compartir ciclo inicial:

Un cómic para trabajar la solidaridad en ciclo medio:

Un cómic para trabajar el autocontrol a ciclo superior.

  • escenas:

Una escena para trabajar el respeto al entorno ciclo inicial.

Una escena para trabajar el valor de saber dialogar ciclo medio.

Una escena para trabajar la inseguridad en ciclo superior.

  • secuencias

Una secuencia para trabajar el valor de compartir ciclo inicial.

Una secuencia para trabajar el valor de saber esperar a ciclo medio.

Una secuencia para trabajar la honradez a ciclo superior.

¿Qué metodologías se utilizan?

Las metodologías utilizadas en El Bosque de Lem para trabajar la competencia emocional son metodologías activas, vivenciales y participativas como: los juegos de rol, las dramatizaciones, los juegos cooperativos, las dinámicas de grupo, los debates de aula, la relajación, etc.

Las metodologías utilizadas en el Bosque de Lem:

  • Dan mucha importancia al diálogo y la comunicación entre los niños.
  • Favorecen procesos de reflexión sobre las propias emociones y las emociones de los demás.
  • Potencian mucho la cohesión de grupo.
  • Favorecen el trabajo en equipo y el aprendizaje cooperativo.
  • Dan mucho protagonismo a los niños.

conclusión

El Bosque de Lem es un recurso pedagógico que espero que te sea muy útil para trabajar las emociones, los valores y los sentimientos con los niños.

El trabajo de las emociones, los sentimientos y los valores es una parte fundamental de la educación de nuestros niños. Espero que este material les ayude a crecer como personas ya ser competentes emocionalmente.

Accede a la web del Bosque de Lem y descúbrelo. Espero que te guste!

Crees que el Bosque de Lem puede ser un recurso útil para las escuelas?

Piensas que debemos dar más importancia al trabajo de la vertiente emocional, social y afectiva con los niños?

Te animo a escribir un comentario ya decir tu. Si quieres ayudar a difundir el proyecto, comparte el artículo a tus contactos y en las redes sociales.

Muchas gracias! 😉

Fuente: https://translate.google.co.ve/translate?hl=es&sl=ca&u=http://natibergada.cat/&prev=search

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Padres y profesores somos figuras de apego y debemos estar en el mismo bando

Por: Eva Bailén

Las familias deberíamos interesarnos más por la educación y por conocer metodologías innovadoras

Llevo más de dos años, prácticamente desde que inicié la petición en change.org por la racionalización de los deberes, acudiendo a conferencias, ponencias, charlas e incluso congresos sobre educación. Siempre me siento un poco intrusa, porque parece que es una temática por la que, lógicamente, se interesan principalmente docentes y profesionales del sector educativo. Pero no me incomoda ser de las pocas madres en estos encuentros, al contrario, echo de menos la presencia de otros padres y madres. Sinceramente, creo que las familias deberíamos interesarnos más por la educación y por conocer metodologías innovadoras.

Como ya sabréis, no me creo esa frase tan manida, y a mi modo de ver también dañina, por la que se afirma que “se educa en casa y se enseña en la escuela”. Si fuera así, a los congresos de educación tendríamos que ir los padres y madres, y no los docentes, y ellos tendrían que ir a congresos de enseñar, no de educar. En realidad, creo que los maestros y las familias deberíamos compartir más espacios en los que se hable de educación y de cómo enseñar.

Por todo esto, cuando a principios de julio tuvo lugar una nueva edición del Congreso Iberoamericano Motiva, Crea y Aprende (CIMCA), organizado por el Observatorio de Educación de la Universidad Rey Juan Carlos, no me lo perdí. Este año el congreso trataba sobre las emociones. Desde que se estrenó la película Del revés (Inside Out), creo que somos un poquito más conscientes de la importancia de las emociones en la educación, pero aún así, todavía parece más necesario e interesante enseñar a hacer un análisis sintáctico de una oración que a reconocer y gestionar las propias emociones y las de los demás.

A lo largo de los días que duró el congreso, pasaron varios ponentes maravillosos que nos explicaron qué son las emociones, por qué todas son útiles, aunque algunas sean agradables y otras no tanto, y cómo reconocerlas, gestionarlas y diferenciarlas de los estados de ánimo. Aunque todas las ponencias fueron estupendas, para una madre como yo, creo que la más reveladora fue la de Rafael Guerrero, psicólogo, doctor en Educación y director de Darwin Psicólogos. Después de escucharlo me di cuenta de que a veces educamos muy mal, educamos fatal. Tanto los profesores como los padres y madres podemos llegar a estar muy equivocados y confundidos.

En muchas ocasiones no somos capaces de reconocer ciertas necesidades emocionales de nuestros hijos

De la ponencia de Rafael Guerrero aprendí que una de las grandes confusiones en las que estamos envueltos los educadores nos lleva a no discernir necesidades de deseos o caprichos. Sé que parece una tontería, pero en realidad no es tan fácil, porque una vez cubiertas las necesidades básicas, pasamos a percibir como necesarias cosas que antes no lo eran. Y por otra parte, en el terreno de lo emocional, en muchas ocasiones no somos capaces de reconocer ciertas necesidades emocionales.

Pero es sumamente importante distinguir unas de otras, porque si lo hacemos bien, si realmente somos responsivos y atendemos las necesidades verdaderas de nuestros hijos o alumnos, estaremos construyendo una bonita relación de apego seguro, tal y como explicó Guerrero. Por el contrario, si lo hacemos mal, podemos estar creando (atención a la definición) una relación de apego ansioso ambivalente, es decir, sobreprotegiendo. Para diferenciar un caso de otro, el ejemplo al que recurrió fue al del chiste de Gila que decía “cuando mi madre tenía frío, me ponía un jersey”. Evidentemente, El niño necesitará el jersey cuando tenga frío él, no cuando lo tenga la madre o el padre. La madre de Gila no estaba cubriendo una necesidad del pequeño, estaba sobreprotegiendo.

Uno de los asistentes al congreso se preocupó por los efectos nocivos que pudiera tener el apego seguro, y le lanzó la pregunta a Guerrero. El apego seguro, nos explicó, no es en ningún caso malo para un niño. Un apego seguro no genera niños sobreprotegidos, hay tanta preocupación por la sobreprotección ahora mismo, que parece que nos olvidamos de cubrir las necesidades de nuestros pequeños con tal de no llegar a ser unos padres sobreprotectores o unos padres helicóptero. Y a veces acabamos haciéndolo terriblemente mal, criando a nuestros hijos sin la seguridad que necesitan o educando a nuestros alumnos de manera equivocada.

Otro error monumental que cometemos los adultos es el de criticar al niño, insultando o etiquetando, en vez de criticar la conducta. Cuántas veces decimos a nuestros hijos que son malos, cuando en realidad lo que han hecho mal es un acto concreto, una mala conducta. Posiblemente le hayan pegado a otro niño, que está mal, claro, pero diciéndole que es malo no vamos a solucionar el problema, al contrario, perpetuaremos la conducta. Otras veces, sobre todo cuando el niño suspende, se le dice que es vago, o tonto. Sin embargo en multitud de ocasiones ese niño en realidad sufre un trastorno del aprendizaje, como puede ser TDAH o dislexia, y el daño que se les hace cargándoles el sambenito de la vaguería es difícil de reparar.

Contaba Rafael Guerrero, que al calificar a un niño de tonto o vago, inconscientemente lo ponemos en la tesitura de tener que elegir qué imagen prefiere dar, la de perezoso o la de estúpido. Esto, unido a otra frase que repetimos hasta la saciedad que reza “querer es poder” puede llevar a un chico o a una chica a decantarse por elegir dar la imagen de ser vago, porque dar la imagen de ser poco inteligente es indudablemente peor. Sin embargo, a veces se quiere pero no se puede, a todos nos ha pasado en alguna ocasión que nos hemos sentido incapaces de ejecutar algo que queremos hacer. Pero reconocer que no se puede supone para un chico que se ve en esta situación reconocer la estupidez absoluta, mientras que, tal vez para conseguir aquello que quiere, solo necesita un poco de ayuda, no que lo tachen de vago.

Muchos adolescentes se cierran en banda no por las hormonas, sino porque los padres no supieron crear un apego seguro

Esto último está muy relacionado con el efecto Pigmalión, con la profecía autocumplida. Explicaba Guerrero que si le decimos a un niño que es tonto, que no sabe, que no puede, que es vago, que es un inútil o lanzamos cualquier otra afirmación que deja nuestras expectativas sobre él y su futuro a la altura del barro, lo que ocurrirá es que irremediablemente se cumplirán nuestros mensajes, y difícilmente ese chico o chica será otra cosa que un tonto, un inútil, o un vago. Pero afortunadamente a la inversa también funciona, tener expectativas altas sobre los hijos o alumnos puede ser muy positivo.

Además, me llamó mucho la atención una reflexión que hizo sobre la adolescencia, esa etapa tan temida y tan difícil. Dijo que en ese momento muchos chavales se cierran en banda, y no comparten nada con sus padres, y esto que achacamos a una etapa de la vida o a las hormonas puede tener muchas más relación con la gestión de las emociones, con que se hayan cubierto adecuadamente las necesidades emocionales de esos adolescentes durante la infancia, y de que se haya creado un vínculo de apego seguro, que con cualquier otro proceso fisiológico por el que estén pasando.

El apego, nos dijo Rafael Guerrero, no es un concepto relacionado solo con los bebés. El apego seguro y la gestión emocional son importantes a lo largo de todas las etapas de la crianza y de la educación, y si queremos niños autónomos, que no independientes, porque un niño es dependiente por naturaleza, debemos educar creando vínculos de apego seguro, tanto en casa como en la escuela. Para que un niño sea solvente, y llegue a la independencia, es importante que los adultos de referencia, padres y maestros, seamos capaces de autorregular nuestras emociones, de enseñar las destrezas necesarias para que aprendan a hacerlo ellos mismos, y mantener siempre esa relación asimétrica entre padres e hijos, maestros y alumnos, que garantizará la armonía.

Después de su ponencia, me convencí más aún si cabe de la importancia de que los progenitores se informen sobre lo que los expertos en educación cuentan en congresos y ponencias reservadas habitualmente a profesionales del sector. Asistir a este tipo de encuentros ayuda muchísimo a comprender las limitaciones del sistema educativo actual, y a apoyar los cambios y las iniciativas innovadoras que tanta falta hacen. Habría sido una pena perderse este congreso, imprescindible tanto para docentes como para padres, una oportunidad única para compartir espacio y dejar de situar a familias y a profesores en bandos diferentes.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/07/28/mamas_papas/1501238010_432618.html

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Las emociones como núcleo de la educación política

03 de mayo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Jairo Hernando Gómez Esteban

La educación política ya no puede seguir concentrada en desarrollar las tradicionales -y fallidas- competencias liberales de participación, deliberación y búsqueda de consensos.

Hoy en día nadie niega que la política y la constitución de sujetos políticos está permeada por las emociones. Son las pasiones, y más en estas épocas de reacción inmediata que posibilita la tecnología, las que determinan y orientan la deliberación pública. Pero, ¿qué ocurre cuando la política se construye -y se manipula y se arraiga- sobre emociones como el miedo, el odio y la venganza?

Ocurre lo que le está pasando a la humanidad en estos momentos: toma decisiones apresuradas y equivocadas, apoya líderes nacionalistas y populistas dominados por una ideología de guerra y exclusión, se cierra sobre sus propios intereses y necesidades. Los ejemplos sobran: el brexit en el Reino Unido, el ascenso de Donald Trump, la exclusión de los migrantes asiáticos y africanos, la represión y encarcelamiento de los opositores en Venezuela, la oposición al proceso de paz en Colombia, la entronización del cinismo y la corrupción como estrategia de poder en casi todas las democracias, el uso de la mentira y la iracundia como único mecanismo de defensa.

Es claro que toda decisión política implica que debemos ser conscientes de la división, la discordia y el antagonismo, puesto que dicha decisión siempre se verá confrontada con demandas y fuerzas contrapuestas. El papel que desempeñan las pasiones en este conflicto hace, pues, que la política democrática no puede limitarse a realizar acuerdos y compromisos entre intereses y valores, o a la deliberación sobre el bien común, sino que requiere tener una influencia real en los deseos y proyectos de la gente, en proporcionar a aquellos conflictos una forma legítima de expresión y lograr movilizar las pasiones hacia fines democráticos.

No obstante, cuando no existen canales institucionales ni mecanismos sociales para expresar los conflictos, o si existen son desestimados, inocuos o simplemente son inútiles y sin ningún efecto real, las confrontaciones pasan a asumirse dentro de un registro moral entre el bien y el mal y no entre categorías y posiciones políticas, lo cual conduce a una discriminación y descalificación en la relación nosotros/ellos, en la que el oponente sólo puede ser percibido como un enemigo que debe ser aniquilado no sólo simbólicamente, sino que, en el caso de las fuerzas más nacionalistas, populistas y guerreristas, debe ser destruido físicamente.

Por todo lo anterior, el papel que desempeñan las emociones en la política, nos revela la necesidad de diferenciar entre la política y lo político en tanto cuanto la primera se refiere al conjunto de prácticas e instituciones social e históricamente establecidas, lo segundo asume el antagonismo, el conflicto y la confrontación como dimensiones constitutivas de las sociedades humanas.

Mientras que los enfoques racionalistas e individualistas de la política (valga decir, neoliberales y neofascistas) se niegan a reconocer la naturaleza de las identidades colectivas (feminismos, jóvenes, grupos LGTBI, indígenas, campesinos, etc.), reduciéndolo todo a consumidores y ciudadanos, y casi siempre haciéndolos equivalentes; la perspectiva de lo político se concentra en la diferencia inherente a las identidades, lo cual implica que la relación nosotros/ellos sea siempre antagónica y, por ende, se pueda convertir en una relación amigo/enemigo. Por tanto, las emociones están en la base de cualquier proceso de identificación política, lo que incluye campos opuestos a los cuales la gente se adhiere y se moviliza dentro del espectro de posibilidades que ofrece una democracia.

Si se retoman estos presupuestos básicos, la educación política ya no puede seguir concentrada en desarrollar las tradicionales -y fallidas- competencias liberales de participación, deliberación y búsqueda de consensos, sino que también es necesario enfocarse en la formación de lo político, esto es, en el uso de las emociones en el manejo de lo público y el afianzamiento de una democracia plural y radical.

Para alcanzar este propósito, lo primero que hay que desaprender es que las emociones son impulsos ciegos e irracionales sin ninguna mediación intelectual o cognitiva. Por el contrario, y siguiendo a Martha Nussbaum, los juicios emocionales se refieren a objetos que poseen un papel importante en el esquema de objetivos y proyectos vitales de la persona, es decir, que otorgamos un valor a los objetos en función de la importancia que ocupan en nuestro esquema de objetivos.
El miedo, por ejemplo, con su función ambivalente de protección y de inseguridad, convendría abordarlo, en términos políticos, tratando de reducir la mayor cantidad de sesgos, prejuicios e imaginarios que conlleva cualquier toma de posición, mediante la constatación de los hechos, la veracidad y verificación de la información disponible, y, sobre todo, oponiéndole su contrario: el amor. Es en esta emoción, con su capacidad de empatía, reciprocidad y cooperación sobre la que debe apoyarse cualquiera de los sentimientos y emociones inherentes a la educación política como la solidaridad, la indignación o la compasión.

No se trata de que el amor se constituya en el fundamento de los principios políticos, ni que todos tengamos que actuar solo por amor. De lo que se trata es de entender que en el cultivo del amor la atención se desplaza hacia el otro; y allí, en esa descentración de ponerse en el lugar del otro, en esa posibilidad de avenimiento con el otro, está el núcleo de la constitución de sujetos políticos democráticos.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/las-emociones-como-nucleo-de-la-educacion-politica

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