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Libro(PDF): Acceso, democracia y comunidades virtuales. Apropiación de tecnologías digitales desde el Cono Sur

Reseña: CLACSO

Es tiempo de empezar a desarrollar tecnologías alternativas que se basen en otros modelos de negocios, en la resolución de otras necesidades, que se configuren con otros procesos, como la construcción colectiva de algoritmos, que sean procesos transparentes y abiertos, que tengan principios comunitarios de manejo de datos.

Una tecnología construida por las comunidades y poblaciones que hasta ahora han sido etiquetadas como las grandes consumidoras y que nuestro grupo propone que tengan el derecho de diseñar, definir y proponer la tecnología que requieren y que quieren. Especialmente nos referimos a las mujeres, las poblaciones indígenas, las poblaciones migrantes, fronterizas, costeras, rurales, entre otros. Partimos del principio de que en estos momentos históricos en que vivimos en una sociedad digital, es un derecho humano fundamental que todo grupo social diseñe y construya la tecnología que necesita. Además, estamos convencidos y convencidas de que pueden/podemos hacerlo.

Del Pronunciamiento conjunto del Grupo de Trabajo CLACSO Apropiación de Tecnologías Digitales e interseccionalidades y RIAT.

Autor (a): 

Roberto Canales Reyes. Consuelo Herrera Carvajal. [Coordinadores]

Alejandra Agudelo Marín. Marta Bianchi. Roxana Cabello. Rosa Cicala. Mariela Cogo. Silvia Coicaud. Paola Costa Cornejo. Romina Gala. Alejandro Gelfuso. Georgina González Gartland. Oscar Grillo. Carla Grossman. Silvia Lago-Martínez. Víctor Latorre Mansilla. Marlén Martínez Domínguez. Susana Morales. María Julia Morales González. Sonia Muñoz-Muñoz. Claudia Ormeño Hofer. Lina Rosa Parra Bernal. Daniel Enrique Pichl. Patricio Pino Castillo. Martín Pizarro. Jocelyn Portugal Villar. Ana Laura Rivoir. Susana Rodríguez Morales. Flavia Samaniego. Luis Sandoval. Ester Schiavo. Juan Carlos Travela. Carlos Ulloa Jaramillo. Luis Bernardo Veas Alfaro. Elizabeth Vidal. Ana María Wee Serrano. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. Universidad de Los Lagos. Red de Investigadores sobre Apropiación de Tecnologías Digitales.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-767-3

Idioma: Español

Descarga: Acceso, democracia y comunidades virtuales. Apropiación de tecnologías digitales desde el Cono Sur

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2284&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1461

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Chile: CEPAL propone una recuperación verde después de la pandemia

CEPAL propone una recuperación verde después de la pandemia

La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, sostiene que América Latina y el Caribe tendrá la oportunidad de reconstruir su modelo de desarrollo después de la covid-19, con un crecimiento económico cuidadoso de los recursos naturales y énfasis en combatir la aguda desigualdad social.

SANTIAGO, 27 may 2020 (IPS) – La región América Latina y el Caribe necesitará una recuperación “verde” después de la pandemia covid-19, basada en la equidad social y la sostenibilidad económica y ambiental, expuso como tesis de la Cepal su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena.

La actual crisis “desafía al modelo ortodoxo y necesitamos uno nuevo, centrado en la igualdad y la sostenibilidad, con un nuevo pacto social para avanzar hacia un mundo más democrático y participativo”, dijo la titular de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) en varios foros académicos virtuales que examinan la coyuntura.

Advirtió Bárcena que la región vive “una tormenta perfecta”, porque encara la covid-19 y sus efectos bajo el peso de una combinación de condiciones internas adversas con limitaciones externas que aumentan su vulnerabilidad.

Se trata de la mayor recesión en un siglo, que hará retroceder la economía de la región, -5,3 por ciento este año, con aumento del desempleo, pues puede haber 11,6 millones de nuevos desempleados, e incremento de la pobreza, casi 30 millones de nuevos pobres hasta sumar 214 millones en toda la región.

Del exterior hay mayor restricción, por ejemplo para las exportaciones regionales, y menor liquidez disponible, no solo para la región, sino en general para todas las economías emergentes.

Sin embargo, observó Bárcena que “la historia de América Latina y el Caribe previa a la actual pandemia tampoco fue de crecimiento exitoso, y estuvo marcada por altos niveles de desigualdad y ausencia de cambio estructural progresivo”.

“Debemos centrarnos en la desigualdad porque queremos evitar la cultura de los privilegios. La desigualdad conspira contra la resiliencia y la forma en que estamos enfrentando la pandemia. Deberíamos tratar sus causas estructurales”, aseveró en Santiago de Chile, sede de la agencia regional de las Naciones Unidas.

Sobre ese tema, defendió la tesis de la Cepal en el sentido de que debe implantarse durante seis meses un ingreso básico de emergencia, equivalente a la línea de pobreza, unos 140 dólares al mes por habitante, para auxiliar al tercio más pobre de la población latinoamericana y caribeña.

Para los Estados de la región representaría gastar en promedio 3,4 por ciento del producto interno bruto. Como ya erogan en programas de emergencia 1,3 puntos del PIB, requerirían un esfuerzo para agregar otro 2,1 por ciento, que puede obtenerse combatiendo la evasión fiscal, entre otras medidas.

En cuanto a la economía después de la pandemia, Bárcena dijo que la Cepal trabaja en una propuesta basada en movilizar inversiones sostenibles, que impulsen el crecimiento, generen empleos y reduzcan las desigualdades, a la vez que mantengan y además regeneren los recursos naturales de los que depende el desarrollo.

“Muchos hablan de la nueva normalidad, pero nosotros no queremos volver a donde estábamos antes, queremos un futuro mejor. Creemos que el gran impulso para la sostenibilidad puede ser ese eje guía para una estrategia de salida sostenible de la crisis actual”, expuso Bárcena.

Se requieren nuevos pactos en sectores estratégicos, “para avanzar hacia la transición agroecológica, energética, cultural, ciudadana y de gobernanza”, agregó.

Esos pactos pueden producir “un ambiente de negocios favorable a las inversiones sostenibles, generando un círculo virtuoso de crecimiento económico, ampliación de los empleos y transición hacia una matriz productiva de bajo carbono”.

En cambio, “si la recuperación económica post-covid-19 presenta los mismos efectos ambientales que teníamos antes de la pandemia, evidenciaremos una profundización de las crisis climática e hídrica. Eso significaría salir de una crisis para entrar en otra de carácter aún más global, de impactos mucho más duraderos y perjudiciales”.

“El futuro que queremos no es una nueva normalidad. La normalidad pasó, ese mundo se acabó, necesitamos uno mejor”, sentenció la máxima responsable de la CEPAL.

Fuente de la Información: http://www.ipsnoticias.net/2020/05/cepal-propone-una-recuperacion-verde-despues-la-pandemia/

 

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Entrevista a Fathia Benhammou: «Conseguir una equidad real en el ‘fuera de la escuela’ es un camino muy largo»

Entrevista/16 Enero 2020/Autor: Victor Saura/eldiariolaeducacion.com

El programa Educació360 está a punto de celebrar su segundo aniversario, con buenas sensaciones en cuanto a la sensibilización social e institucional, y con muchos deberes de cara a su tercer año de existencia. Hablamos con su directora, Fathia Benhammou, que en septiembre tomó el relevo de Carlos Barba.

Hace dos años nacía Educació 360, como una alianza impulsada por la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica, la Fundación Bofill y la Diputación de Barcelona para integrar las extraescolares en el modelo educativo y garantizar su acceso. Hace uno, esta alianza llegaba a su primer aniversario con 120 aliados. Y el próximo 5 de febrero celebrará los dos años, en un acto en el CCCB en el que se podrán conocer un montón de experiencias de «comunidades que educan», y con la cifra de socios duplicada: ya son 242, de los que un centenar son ayuntamientos y entes locales (consorcios, diputaciones, consejos comarcales), mientras que los 140 restantes son entidades, redes, centros educativos y grupos de investigación.

Desde septiembre pasado Fathia Benhammou es la directora de la Alianza Educació 360. Su biografía es remarcable. Llegó a Cataluña con sólo seis meses, pero no pudo obtener la nacionalidad hasta pasados ​​los 20 años; este hecho terminó estropeando una incipiente carrera como maestra de educación infantil, para la que se había formado, y la ligó a los movimientos de base por los derechos de los inmigrantes y, en especial, de las mujeres. Entró a trabajar en la Fundación Bofill cuando todavía Jordi Puerta era el director, y con el tiempo se acabó convirtiendo en su directora de programas. Hasta que hace unos meses el retiro de Carlos Barba le ha abierto el paso a este nuevo reto.

¿Cuál es el balance de estos dos años?

El balance es muy positivo, porque Educació 360 ha cogido fuerza y ​​ha ayudado a muchos actores educativos a impulsar o hacer crecer sus iniciativas; siempre insistimos en que Educació 360 bebe y se alimenta de otras iniciativas previas. Pero, más allá de la narrativa, lo que queremos es que este propósito de buscar la equidad y ampliar el derecho educativo al «fuera de la escuela» se convierta en política pública en el corto plazo.

Es bastante inexplicable el éxito del nombre. Se extendió enseguida …

Seguramente ha cuajado porque es una necesidad. Lo que decimos es que Educació 360 nos hace repensar la educación, actualizarla y entender que va mucho más allá de lo que ocurre propiamente en la escuela. Adquirir las competencias necesarias para la vida y que estas sean relevantes pasa por conectar lo que ocurre dentro y fuera del sistema educativo. De hecho, en muchos países de Europa se entiende que la educación ya no es sólo facilitar el acceso a la escuela, sino ofrecer oportunidades más allá. Por eso, nuestra apuesta es esa conexión entre los agentes, los aprendizajes, los espacios y los tiempos. Porque, en la práctica, la comunidad debe ser el espacio de aprendizaje.

Cuando los conceptos se hacen populares también es fácil que se perviertan. ¿Esto está pasando?

Esto no lo hemos detectado.

¿O quizás hay quien se apropia del concepto educació360 sin estar en la órbita de la alianza?

Eso sí, pero no es algo que nos preocupe, más bien nos lo tomamos como un éxito. No tenemos ninguna voluntad de control, ni de definir qué requisitos debe haber detrás de la marca Educació 360. Lo más importante es el propósito último, que es la equidad educativa para todos los niños y adolescentes, y que no queremos que sea una idea sólo, sino una política educativa.

Las principales actividades extraescolares son los idiomas y el deporte. ¿Cómo se conectan a todo esto las academias de inglés, las cuales no dejan de ser un negocio, y los clubes deportivos, que pueden tener una vertiente educadora pero suelen priorizar la competición?

Todas las entidades, sean públicas y privadas, que se conectan y comparten necesidades y propósitos, todas, ganan. Por ejemplo, en el caso del deporte, el Club de Balonmano Lleida Pardinyes está federado y está trabajando con lógica educació360. Se ha centrado en que ningún niño que quiera practicar este deporte se quede sin poder hacerlo. En el caso del inglés, hay muchas maneras, los niños pueden aprenderlo en academias y, también, a través de entidades educativas sin ánimo de lucro o, por ejemplo, se pueden buscar mentores voluntarios, sobre esto también hay prácticas que se están llevando a cabo. Otro ámbito en el que se puede pensar que podemos tener problemas es el de la música y las artes escénicas, y aún así se están desarrollado muy buenas prácticas. Te pongo un ejemplo muy conocido: el proyecto Chaflán, en el que enseñan a niños del Raval a tocar instrumentos y siempre ha tenido el tema de la equidad como eje fundamental.

O sea que, ciertamente, para muchos padres hay determinadas actividades extraescolares que son las reinas. Pero hay muchas. Y sabemos que participar en el escultismo o el esplai aporta un tipo de competencias que se están reconociendo como fundamentales para el éxito vital, como la capacidad de adaptación, de cooperación, de desarrollo del pensamiento crítico, etc. Cuando hablamos de ecosistemas educativos locales creemos que se deben conectar las entidades privadas y las públicas para bien de la equidad educativa.

El concepto «ecosistemas educativos locales» también parece que ha arraigado.

Sí, pero es que en el ámbito internacional se está utilizando mucho. Al final, lo que estamos diciendo es que el territorio tiene un papel fundamental, porque es donde están las oportunidades educativas. Por lo tanto, es un espacio en el que pasan las cosas, y que necesita un liderazgo -que no tiene por qué ser de la administración-, una planificación y un reconocimiento.

En esta conexión entre actores educativos, socios de la alianza, iniciativas preexistentes, etc. ¿cuál es el rol que juega el programa?

Nosotros queremos aportar conocimiento, es decir, hacer investigación. Sabemos que hay muchas desigualdades en el fuera de la escuela, pero no sabemos cuál es la fractura real. De hecho, hemos hecho un anuario, que todavía se está terminando de cerrar, en el que se ha analizado el ocio de Cataluña, cuáles son los proveedores de la educación, dónde están los huecos, cuáles son las necesidades y los retos que tenemos. También queremos definir los estándares de calidad de las actividades, porque no todo lo que tiene el nombre de educativo lo es en la práctica, es decir, que no todas las actividades tienen el mismo impacto en la mejora de las competencias. ¿Todo educa? Sí. Pero ¿todo es un tipo de educación que conecta, que es relevante, significativa por los niños y para las personas? Quizá no. La última de las llamadas que hemos lanzado en los centros educativos nos ha permitido aprender lo que se está haciendo, pero especialmente para extraer un aprendizaje que creemos que será relevante para que otros centros se planteen una educación más equitativa y más igualitaria, que conecta lo que pasa dentro de la escuela con lo que pasa fuera del sistema educativo. Es decir, que estamos investigando, creando materiales para clarificar criterios, asesoramiento a instituciones y entidades, identificando y recolectando prácticas 360… y de cara a este 2020 tenemos muchos más retos.

¿Como cuáles?

Pues, además de la publicación del anuario y de una Guía de Centros Educativos 360, se lanzará un pasaporte de aprendizaje, que permitirá personalizar los aprendizajes pero especialmente visibilizar la oferta del territorio y de sus agentes, conectar y dar un papel relevante en la escuela, como agente que conoce los intereses del niño y que, además, puede orientarlo sobre cuáles son las actividades que tienen más sentido en función de sus intereses y sus motivaciones. Este pasaporte permitirá reconocer qué es lo que pasa en su entorno y el espacio en el que están las oportunidades educativas reales. También diseñaremos e impulsaremos proyectos pilotos para que los ayuntamientos saquen adelante proyectos educativos durante el verano, con el objetivo de garantizar la equidad educativa, porque sabemos que es cuando se genera una brecha mayor en las oportunidades de los niños y adolescentes más vulnerables. Y otra de las herramientas que queremos crear es un marco de competencias de aprendizaje, que debe permitir identificar y definir qué es lo que aprenden los niños en cada una de las actividades, y esto debe ayudar a hacer que las entidades e instituciones compartan unos estándares de calidad.

¿Hay algún ejemplo de éxito que se pueda mencionar… sin que se enfaden los demás?

Hay muchas buenas prácticas. Ahora me viene la cabeza lo que pasa en Sant Andrés, con las actividades que realiza la cooperativa + Educación. Han conectado las diversas escuelas que hay en el territorio entre ellas y con las actividades de su entorno para ofrecer oportunidades a muchos niños y adolescentes. Después hay otras prácticas que se han lanzado desde los mismos municipios. Por ejemplo, en Granollers han mapeado las actividades que hay en el fuera de la escuela y se ha dado la oportunidad a adolescentes a que participen. No hace mucho detectamos otra iniciativa similar en Reus, donde también se ha mapeado todo el territorio y se ha puesto en una web con el objetivo de ofrecer un ocio saludable a la juventud, pero además durante una semana les ofrece en abierto una tipología muy variada de actividades de teatro, robótica, etc. En Palafrugell se ha hecho una iniciativa similar. U otro ejemplo es la red de escuelas para la equidad de Girona, donde se han juntado cinco centros educativos que ofrecen actividades extraescolares compartidas.

¿Se está constatando que todas estas iniciativas están siendo accesibles para la juventud y la infancia más vulnerable? Porque ese es el quid de la cuestión, ¿verdad?

Creo que hay muchas prácticas que van en esta línea. Seguramente no todas, pero hay muchísimas. En todo caso, hay voluntad política y hay que pensar en mecanismos para que esta información sobre las oportunidades educativas llegue a todas las familias, en especial a las más vulnerables. Algunas de las prácticas que hemos ido detectando ya trabajan la información de otra manera. Pero a veces también hay barreras culturales, porque no todas las familias le dan la misma importancia a las actividades extraescolares. Además, hay familias de clase media para las que las actividades extraescolares básicamente sirven para dar respuesta a necesidades de conciliación.

Hay que empezar a hablar de tarificación, hay que hablar de becas, de ayudas para facilitar el acceso en condiciones de igualdad… Nosotros somos conscientes de que nuestra labor no se acabará en 10 años. Conseguir que haya una equidad real en el fuera de la escuela es un camino muy largo. Pero, al menos, la sensibilidad hacia estos temas se ha ido incrementando en los últimos años. Y no sólo gracias a nosotros. Hay muchos ayuntamientos que ya hace años que están abordando estos temas. Pero para ello hay que reconocer lo que pasa fuera de la escuela y que estas actividades son relevantes para todos.

En el caso del ocio ¿la dificultad es más cultural? Posiblemente hay muchas familias que vienen de países donde no hay tradición de escultismo o de esparcimiento.

Hay estas barreras culturales, que a veces superan las económicas. Pero hay otro elemento, que es el territorial. Es decir, no todos los territorios tenemos los centros recreativos, el escultisimo o los centros, que nos gustaría. Hay un proyecto en los planes de barrio de Barcelona en el que se ha ayudado a formar grupos de scout; por ejemplo, en Trinitat Nova el cae la ha impulsado el Instituto Escuela y esto es también una experiencia 360. No todos los entornos son ricos en aprendizajes, desgraciadamente los hay que tienen muy poca red de entidades educativas o de agentes educativos. Y, por lo tanto, tenemos que hacer que pasen cosas en aquellos barrios, y que los niños y adolescentes de los más empobrecidos puedan acceder a otro tipo de recursos.

La alianza llamó antes de las elecciones municipales para que Educació 360 fuera un tema troncal de los nuevos gobiernos locales. ¿Se está haciendo algún seguimiento al respecto?

Este es otro de nuestros objetivos de 2020. Tenemos la voluntad de hacer seguimiento y ver hasta qué punto esto se ha vinculado a varios planes de acción municipal, si bien para que esto sea real no sólo debe aparecer en los PAM, es necesario que haya presupuestos y que alguien lo esté empujando. Desde este punto de vista, la Diputación de Barcelona sí tiene la voluntad de que haya técnicas en los territorios que estén empujando para conectar a los diversos actores, para que realmente se planifiquen las oportunidades educativas del territorio. La Diputación de Girona ha hecho una apuesta en el mismo sentido. En Lleida y Tarragona, por ejemplo, hay muchos ayuntamientos que están impulsando iniciativas de Educació 360 y algunos nos han pedido asesoramiento, que es otra forma que tenemos de detectar este interés. Nos dicen: «Esto quisiéramos llevarlo a la práctica pero necesitamos que alguien nos ayude».

¿La Alianza tiene fecha de caducidad?

Educació 360 es un movimiento, una nueva mirada que entiende que hay que poner las oportunidades educativas del territorio al servicio de la equidad y que, para que esto sea posible, se debe cristalizar en política pública. La Alianza desaparecerá en la medida que se vaya incorporando esta nueva mirada, pero Educació 360 ha venido para quedarse.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/16/fathia-benhammou-conseguir-una-equidad-real-en-el-fuera-de-la-escuela-es-un-camino-muy-largo/

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España: Autonomía del alumnado

España/25 de Abril de 2018/La Provincia

Plantean que se garantice la equidad social con refuerzo educativo gratuito

El informe Consideraciones sobre las tareas para casa, presentado ayer por el Consejo Escolar de Canarias (CEC), propone entre su conjunto de medidas, desarrollar programas y acciones dirigidas al alumnado sobre adquisición de técnicas de estudio, conocimiento de estrategias de aprendizaje, utilización del tiempo y concentración en el trabajo.

«Se trataría de lograr a través de dichos recursos, la autonomía y competencia del alumnado, con especial atención al que presente dificultades de aprendizaje, además de facilitar el apoyo y colaboración de las familias». También apuntan al objetivo específico de elevar la relación familia-escuela en la etapa de Educación Secundaria.

«Siendo esta etapa educativa fundamental para el desarrollo personal, social y profesional del alumnado, se considera muy apropiado que, por ambos agentes educativos, se abran cauces de participación y se establezca un mayor compromiso de comunicación entre familia y profesorado en Secundaria». En cualquier caso, el mensaje del CEC respecto a este informe es el de facilitar «el encuentro y no la confrontación».

 Fuente:  http://www.laprovincia.es/sociedad/2018/04/24/autonomia-alumnado/1051131.html
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OCDE dice que la escasa calidad de la educación de Panamá frena la equidad

Centro América/Panamá/14 Octubre 2017/Fuente: La estrella Panamá

Panamá ha experimentado un crecimiento económico espectacular en los últimos años, pero la escasa calidad de su educación pública le han convertido en uno de los países más desiguales del mundo, según un informe divulgado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El Centro de Desarrollo del organismo internacional presentó hoy en la capital el denominado «Estudio Multidimensional de Panamá» en el que realiza un diagnóstico de las principales barreras que existen en el país para lograr un crecimiento sostenible e inclusivo y que, en el caso del país centroamericano, giran en torno a la educación.

«El conocimiento de un estudiante de 15 años en Panamá equivale al de un estudiante de 12 años en otros países de la OCDE. Panamá tiene un retraso de escolaridad de 3 años», aseguró hoy el director adjunto para Latinoamérica de este centro de estudios, Sebastián Nieto.

El experto indicó que Panamá no solo tiene que mejorar sus planes educativos y la capacitación de su profesorado en las escuelas públicas, sino también ofrecer formación continuada para que los personas puedan actualizar sus conocimientos a lo largo de toda su vida laboral.

«Casi el 50 % de las empresas panameñas tienen dificultades para encontrar trabajadores con las competencias que necesitan, mientras que la media de la OCDE es del 38 %», indicó Nieto durante la presentación del informe en la sede del Ministerio de Economía y Finanzas del país centroamericano.

La falta de educación, añadió, es el origen de múltiples problemas que aquejan al desarrollo socioeconómico del país, como la informalidad laboral, que ronda el 40 %, o la baja recaudación tributaria, que impide incrementar los subsidios sociales y redistribución de los ingresos.

Según datos de la OCDE, los ingresos fiscales y las contribuciones a la seguridad social representaron en 2015 solo el 16,2 % del producto interior bruto de Panamá(PIB), una cifra «baja» comparada con la media de Latinoamérica (22,8 %).

La falta de inversión en I+D (investigación y desarrollo) es otra consecuencia directa de la calidad de la educación pública panameña. Mientras las economías más desarrollados del mundo invierten el 2,4 % de sus PIB en I+D, Panamá solo destina el 0,1 %, de acuerdo con el documento.

La OCDE publicó este estudio a petición del Gobierno panameño y se comprometió a elaborar en los próximos meses una serie de recomendaciones sobre políticas destinadas a alcanzar una mayor equidad.

Panamá ha liderado en los últimos años el crecimiento económico de la región, con unas tasas medias que superaban el 6 %, algo que le ha permitido combatir exitosamente la pobreza y la pobreza extrema, pero sigue enfrentando «grandes desafíos», en palabras del experto.

«Muchos de los que escaparon de la pobreza en los últimos años siguen siendo vulnerables y una desaceleración económica los haría regresar a la pobreza. Además, la expansión de la clase media expresa nuevas y cambiantes demandas de servicios públicos, incluyendo educación, salud, vivienda, infraestructura y transporte», alertó Nieto.

Según el organismo internacional, la desigualdad de Panamá, medida a través del coeficiente de Gini, se sitúa en el 0,48, frente al 0,32 de la media de las economías más desarrolladas.

Este indicador, entre 0 y 1, mide la desigualdad en los ingresos, siendo el 0 la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y el 1 la desigualdad absoluta (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/ocde-dice-escasa-calidad-educacion-panama-frena-equidad/24027297

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Puerto Rico: Bernier y la Educación, una nueva política de desarrollo humano

Centro América/ Puerto Rico/ 8 de nviembre de 2016/Fuente y autor elnuevodia/Reynaldo R. Alegría

La educación se ha convertido en tema trillado de los políticos tradicionales, incluyendo los llamados independientes. Es importante que un gobierno acepte esta responsabilidad y provea los mecanismos necesarios para ir adaptando esa ineludible labor del Estado al compás de nuestros tiempos.

En ese sentido, el Plan Estratégico de David Bernier integra dos ejes o principios rectores para refundar la educación puertorriqueña. Se trata de dos valores, a saber: un cambio en la racionalidad educativa y una transformación radical en las instituciones pedagógicas encargadas de educar a nuestros niños y jóvenes.

En primer plano, la escuela como centro transformador-cívico deberá: 1) Fortalecer la cohesión y promover activamente una cultura de la equidad social. Aquí nos detenemos un momento. Mientras escribo acaba de ocurrir una tragedia en la Ciudad de Ponce. La misma aparenta ser causada por los estragos que se manifiestan en los patrones de violencia doméstica. En esta tragedia han muerto tres niños inocentes. Esta es la realidad: además de los esfuerzos policiales y judiciales para frenar la epidemia de la violencia de género, es necesario reforzar en nuestros sistemas educativos esa cultura de paz y equidad. Todo aquél que plantee lo contrario, comete un grave error histórico y niega sistemáticamente una realidad social que azota a miles de mujeres y niños; 2) Garantizar un modelo pedagógico flexible que se adapte a las características de cada estudiante y que, a su vez, supla sus necesidades, de manera individualizada; y 3) No menos importante, contrario a la visión antipuertorriqueñista de Ricardo Rosselló, es afirmar dentro de esa nueva racionalidad escolar la identidad del puertorriqueño en un contexto global. David Bernier se encuentra convencido de que los nuevos currículos de “enseñanza reafirmen y valoren la identidad puertorriqueña en su contexto comunitario, caribeño, latinoamericano y global. Querer a la patria es la zapata que en el que se erige esta nueva racionalidad educativa”.

En segundo término, el Plan Estratégico plantea una reforma institucional radical al proponer el “Proyecto de Escuelas Autónomas”. Se trata: 1) De atemperar la escuela a las realidades y necesidades del Siglo XXI. Legislativamente se revisará la Ley Orgánica 149, “proveyendo mayor autonomía escolar y mayor participación de sus asambleas en la gobernanza de la escuela. La escuela será en sí misma un ejercicio de participación y democracia”; 2) De la descentralización del sistema educativo en Puerto Rico. El liderazgo gerencial y transformador debe recaer en el director de cada escuela, en su consejo escolar, en el estudiantado y en el magisterio, los cuales conocen sus circunstancias y problemas más apremiantes; y 3) Por último, y no menos apremiante, el ambiente de trabajo, las condiciones de los planteles y los recursos con los que cuente la escuela son determinantes en el proceso de convertir la escuela en un centro social para la transformación. Por eso, David Bernier es el único candidato que se ha comprometido con “reforzar las condiciones de trabajo de los maestros y directores escolares, con especial énfasis en la capacitación y el apoyo directo a los maestros”.

Y esto es lo que deben entender todos los candidatos o candidatas, sin generar un clima hostil hacia el magisterio: las grandes transformaciones en el sistema educativo puertorriqueño se hacen en conjunto, en democracia, con nuestros maestros y no en su contra.

DESCARGA AQUI el Plan Estratégico para Puerto Rico de David Bernier

Twitter: @ReynaldoAlegria

Fuente: http://blogs.elnuevodia.com/puerta-roja/2016/11/02/bernier-y-la-educacion-una-nueva-politica-de-desarrollo-humano/

Imagen: blogs.elnuevodia.com/puerta-roja/wp-content/uploads/sites/50/2016/11/DBGAUTIER08-768×456.jpg

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Sin plan para la pobreza

Por Natalia Gold / Álvaro Irigoitía

Revuelve cada cartera o bolso que tiene a su alrededor. Monederos, billeteras, bolsillos de las camperas. «Es la tarjeta azul. La que tiene el sol. ¿No la viste?», le dice Carla a su hijo de 11 años. Se refiere a la tarjeta de Uruguay Social, por la que desde hace más de una década recibe una transferencia monetaria por tener hijos menores, al igual que otras 60 mil familias consideradas en situación vulnerable. Por esa tarjeta, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) le transfiere poco más de $ 800 por cada uno de sus dos hijos.

Desde que el Frente Amplio llegó al poder en 2005, ha intentado que el calificativo «social» esté impreso en cada una de sus políticas como sello de identidad. Por eso en cada discusión presupuestal la distribución del gasto gira siempre en torno a esa prioridad.

En diferentes etapas de su vida, Carla, de 33 años, pasó por los distintos planes del Mides.

La evaluación de esos planes es diversa. Muchos de ellos hoy han perdido fuelle y sus resultados están lejos de los objetivos planteados en su definición. Entre gobernantes y expertos hay consenso en que el Plan de Emergencia cumplió su objetivo. El más elogiado es el Plan de Equidad. Uruguay Trabaja «funcionó mal», admite el exministro Daniel Olesker.

¿Y ahora? Pese a que el país ya no crece tanto como antes, no hay un plan específico de contención para atender a personas que abandonaron la pobreza pero no están afianzadas en las capas medias. Para ello solo se confía en poder mantener los niveles de empleo.

Y si bien el gasto social ha crecido de forma sostenida en la última década de la mano de una bonanza económica histórica, las restricciones presupuestales han limitado el poder de fuego a los planes específicos definidos o dirigidos desde el Mides.

Eso se suma a que más allá del logro de avanzar en la identificación del bolsón persistente de pobreza –compuesto por unas 30 mil familias– y en cuáles son sus principales necesidades insatisfechas, su nivel de marginación hace difícil el abordaje de parte de un Estado que, todavía y pese a los más de 10 años de trabajo en el área, no ha logrado establecer niveles de coordinación interinstitucional eficiente para llegar con éxito a esa población.

Pionero

Cuatro días después de que Tabaré Vázquez asumiera como el primer presidente del Frente Amplio, el 1º de marzo de 2005, el Poder Ejecutivo envió como ley de urgente consideración al Parlamento la creación del Mides. El Plan de de Atención a la Emergencia Social (Panes) fue el pionero de esa cartera, como respuesta a la explosión del desempleo y la desigualdad social que dejó la crisis económica de 2002 con un tercio de los hogares sumidos en la pobreza. El reto era claro: para fines de 2004, 32,1% de los hogares uruguayos eran pobres, y 5% no llegaban siquiera a cubrir sus necesidades alimenticias.

Por ese tiempo, Carla dejó la casa de su madre –que acababa de separarse– para vivir en pareja. Aunque nunca se enfrentaron al extremo de pasar hambre, llegar a fin de mes era una odisea. El día en que un equipo del Mides llegó al asentamiento cercano a la calle Isla de Gaspar, la puerta de la casa de su madre fue una de las que golpearon. «La vinieron a visitar, le tomaron los datos y ahí comenzó a recibir dinero por el Plan de Emergencia. Fue tremenda ayuda. Se pudo independizar cuando mi padre la dejó», cuenta Carla a El Observador.

El Plan de Emergencia llegó a unas 108 mil familias, pero la ayuda estuvo en muchos casos mal dirigida y se estima que el 50% de los beneficiarios no pertenecían a la población más vulnerable, mientras que otro 50% de aquellos que sí eran potenciales destinatarios no percibieron la ayuda, según evaluaciones posteriores del Mides.

Universalización

En la actualidad su madre no recibe dinero de ningún tipo y Carla continúa con la tarjeta del Plan de Equidad, que sustituyó al de Emergencia en 2008, otra de las banderas del primer gobierno de izquierda.

Uno de las principales mejoras del Plan de Equidad fue que se logró apuntar mejor los recursos hacia la población que lo requería, al tiempo que se avanzó hacia la universalización de la transferencia monetaria al readecuar las asignaciones familiares. Esas partidas dejaron de ser exclusivas para los trabajadores formalizados con menores a cargo, a fin de incluir a los sectores informales.

De hecho, en el hogar de Carla ni ella ni su pareja aportaron nunca al Banco de Previsión Social (BPS) cuando trabajaron. Hace nueve meses, enviudó y desde hace siete trabaja como cuidadora de ancianos en un residencial. Por primera vez en su vida, sabe lo que es el trabajo formal.
Para el exministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, el gran éxito del Plan de Equidad fue, precisamente, esa transformación de la transferencia de dinero. Con las asignaciones familiares se logró llegar a un universo de 200 mil hogares, casi el doble de lo alcanzado con el Plan de Emergencia.

Para 2008, la inversión social –que incluye educación, salud, además de los planes asistenciales– pasó a 49% del presupuesto anual del Estado, desde el 35% en 2005. En el mismo período, la indigencia se redujo de 4% a 1% y la pobreza de 31% a 21%.

Twitear

Por su parte, actualmente 0,3% de los uruguayos (unos 10 mil) son indigentes. En menores de 6 años, no obstante, la pobreza afecta a 20,6% de la población, lo que significa que los niños siguen siendo los más golpeados por esa situación.

Juan Pablo Labat, director Nacional de Evaluación y Monitoreo del Mides, considera que creer que se mejoraron los niveles de pobreza e indigencia solo con planes del Mides es una «ingenuidad».
En los últimos años el presupuesto de esa cartera se ha ubicado en el entorno del 0,3% del PIB –entre 1% y 1,5% del gasto estatal–, lo que implica menos de US$ 200 millones. La explicación tras la mejora de los indicadores debe buscarse, según Labat, en otras políticas implementadas desde que la izquierda accedió al poder en 2005.

La reinstauración de los Consejos de Salarios y las acciones tendentes a elevar la formalización del mercado laboral están en la base de la inclusión social. El año pasado cerca de 1,5 millones de personas eran cotizantes del Banco de Previsión Social, frente a los menos de 1 millón de 2004. En tanto, el Índice Medio de Salarios (IMS) creció 53% en términos reales desde el inicio de 2005 y hasta julio de este año.

La ministra Marina Arismendi cree que son, precisamente, esas políticas, como también el Sistema Nacional Integrado de Salud, las que apuntan a las «capas medias». «Tienen cobertura de salud, beneficios sociales», por lo que estas capas «pueden estar más tranquilas», dijo a El Observador.

Poca continuidad

El Plan de Equidad fue acompañado de iniciativas en el plano laboral, como Uruguay Trabaja, pensado para que personas desempleadas retomaran contacto con el mundo laboral. «Eso funcionó mal. Una persona ingresaba a Uruguay Trabaja y era todo un jolgorio y todos se abrazaban, pero cuando estaba por terminar era un velorio, pedían para quedarse por unos meses más», dijo Olesker a El Observador. Solo 25% de los participantes logró insertarse con éxito en el mercado formal luego de una experiencia de ese tipo.

En el caso de Carla, su relación con el Mides empieza y termina en la asignación que recibe mes a mes, con la que compra la ropa de sus hijos, especialmente para la escuela. Ni ella ni su familia participaron de programas de empleo, aunque durante décadas la informalidad fue la regla.
Durante la última etapa del gobierno de José Mujica y luego de que el Mides «flotara» en 2010 y 2011
–según la visión de Olesker–, el ministerio tuvo como objetivos claros mejorar la focalización de las transferencias monetarias y reforzar programas que iban a buscar a las personas en situaciones vulnerables a sus hogares. Fueron los casos de Uruguay Crece Contigo, creado para atender a mujeres embarazadas y niños de 0 a 3 años, o Jóvenes en Red, que busca que adolescentes retomen el estudio o trabajo.

Cuidados por pobreza

El Sistema Nacional de Cuidados había sido una promesa de campaña del Frente Amplio para el gobierno que luego ganó José Mujica. Pero por falta de recursos nunca se aplicó. Para el tercer período de la coalición de izquierda, Tabaré Vázquez lo escogió como prioridad. El foco de esa nueva política son poblaciones que dependan del cuidado de otros (ver recuadro). De todas formas, se trata de una iniciativa que fue sometida a recortes tanto en la ley de Presupuesto como en la actual Rendición de Cuentas. En su primer intento por acercarse a la nueva bandera del Mides para este quinquenio, Carla no tuvo suerte. Intentó, pero las explicaciones que recibió sobre el programa no la sedujeron y no quiso interiorizarse mucho más, a pesar de que se dedica al cuidado de personas mayores.

En paralelo, las iniciativas oficiales enfocadas en combatir la pobreza continúan con un enfoque claro en la transferencia de dinero, mientras desde el Mides se trabaja en la «idea de proximidad» del Estado con la población vulnerable, en una «coyuntura económica mucho más dura que hace cinco años», dijo Labat a El Observador.

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Para ellos, la única opción en tiempos de menor dinamismo económico está en generar las condiciones para mantener el empleo y los ingresos de los hogares. Es por eso que se considera que el eje central de las transferencias monetarias se debería mantener durante por lo menos 5 o 10 años, de acuerdo a la recomendación de Olesker en su informe de transición, algo que es avalado por las autoridades actuales.

El objetivo de pobreza cero, tan caro para la izquierda, demandará «varias generaciones», según el exministro, y con niveles de gasto crecientes, algo impensado en el actual contexto económico.
De todos modos, Labat remarcó que, para ese 0,3% de personas que todavía viven en la indigencia y los 64 cada 1.000 hogares que aún son pobres, «no hay un plan» y el Estado termina siendo su peor enemigo. «Se está tratando de trabajar la idea de proximidad, la ayuda a la población para sacarla de ese lugar, pero el Estado no me ayuda a construir la otra parte del puente. El mostrador del Estado, su dinámica, las echa. Si tiene que ir una madre sola con cinco hijos a esperar una consulta médica, no puede hacerlo», afirmó.

Para Olesker, en el Estado se adolece de una «visión integral» de los esfuerzos. Y, según dicen, sin una «transformación del Estado» no hay política social que los saque de la pobreza. Por ahora, personas como Carla y varios miles más que siguen con algún tipo de carencia esperan esa respuesta.

El 85% de los menores recibe transferencias

Cuando era ministro, era común que en sus viajes en ómnibus de línea camino al trabajo, Daniel Olesker recibiera reproches de otros pasajeros por las transferencias monetarias. «Siempre me decían: ‘Yo trabajo y pago mis impuestos, y ustedes les dan plata a quienes no laburan’. La gente siempre va a decir que los pobres no laburan y nosotros siempre les damos plata», afirma.
A pesar de que existe una idea generalizada de que se debe «ser pobre» para recibir una transferencia monetaria, la realidad no es tan así. Según un estudio realizado por Florencia Antía y Carmen Midaglia, del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales, 85% de los menores de 18 años reciben dinero por parte del Estado.

La forma y las condiciones en las que se recibe tiene tres variantes: por un lado, a través de las asignaciones familiares del Plan de Equidad, por el otro por asignaciones familiares que dependen del empleo de los responsables de los beneficiarios y, por último, a través de deducciones tributarias. Estas últimas, en tanto, se verán recortadas a partir del año próximo cuando cobre vigencia la Rendición de Cuentas de este año, que incluye un ajuste fiscal con aumento de impuestos.

El estudio, presentado en julio de este año en un seminario sobre transferencias monetarias y protección social, destaca que las asignaciones familiares del Plan de Equidad están orientadas a hogares vulnerables y se financian a través de rentas generales.

Las familias perciben entre US$ 48 y US$ 68 por el primer hijo y están condicionadas, por ejemplo, a que los menores asistan a la escuela o el liceo.

Algo similar sucede con las asignaciones que se basan en el empleo, donde el monto por tramo por hijo va de US$ 10 a US$ 20, se orienta a trabajadores formales con ingresos por hogar menores a US$ 1.190 y tienen como condición aportar al Banco de Previsión Social como trabajador. En ese caso, también se financian con rentas generales.

Por último, las deducciones tributarias son montos que reciben los contribuyentes de ingresos medios y altos (que superen los US$ 1.190). En su caso, por cada hijo perciben desde US$ 13 sin ningún tipo de condiciones. Eso significa que los menores de un hogar donde se les devuelve dinero, por ejemplo por IRPF, pueden no estar estudiando, pero perciben el dinero de todas maneras.

Fuente: http://www.elobservador.com.uy/sin-plan-la-pobreza-n972703
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