Page 7 of 10
1 5 6 7 8 9 10

Colombia: Cuáles son los idiomas que están en peligro de extinción por culpa de la tecnología

América del Sur/Colombia/6 Mayo 2017/Fuente: Semana 

En el mundo se hablan más de 7.000 lenguas, pero no todas sobrevivirán a la era digital. Unas 2.500 de ellas están en peligro. Y gran parte de la culpa la tienen los smartphones.

BBC

El universo online, con sus más de mil páginas web, está creando toda una revolución idiomática potenciada por el uso de nuevas tecnologías en nuestra vida diaria, como el GPS o el uso de comandos de voz en el celular. Ha llegado incluso a imponer un nuevo lenguaje plagado de tecnicismos informáticos y anglicismos. Y el desarrollo de nuevos dispositivos y tecnologías que no reconocen todos los idiomas agudiza el problema.

El lingüista y matemático húngaro András Kornai lleva años investigando este fenómeno, que define como la «muerte digital de los idiomas». Internet tiene sus claras favoritas. Son las lenguas que dominan el escenario virtual y que Kornai llama «hiperconectadas». Hay una docena de ellas, como el inglés, el español, el japonés, el árabe y el portugués. Y, sobre todo, el chino mandarín -con sus mil millones de hablantes-, cuyo uso en el mundo digital superará al del inglés.

«Muchos de los idiomas que se hablan en el mundo no sobrevivirán a la sociedad de la información digital globalizada», explica la Alianza Tecnológica Multilingüe de Europa (META, por sus siglas en inglés) en su informe «Europe‘s Languages in the Digital Age» (lenguajes europeos en la era digital), de su serie de investigaciones «Libros Blancos», en la que trabajaron 200 expertos.

«Se calcula que al menos 2.000 idiomas se enfrentan a la extinción en las próximas décadas», dicen los analistas. «La brecha entre las lenguas ‘grandes‘ y las ‘pequeñas‘ es cada vez mayor».

Solamente en Europa encontraron «más de 20 lenguas en riesgo de extinción digital». Entre ellas, el croata, el gaélico irlandés, el letón, el maltés o el lituano. También el euskera, el catalán, el rumano, el búlgaro y el islandés, entre otras.

El caso del islandés 
Si eres una de las apenas 350.000 personas en el mundo que hablan islandés sabrás que se trata de una lengua compleja (tiene tres formas verbales diferentes y adjetivos para géneros y números). Por eso muchos smartphones ni siquiera la hablan. Además, el aumento del turismo ha fomentado el uso del inglés en el país, en detrimento del idioma oficial.

El uso del islandés en tecnología del lenguaje se volvió prácticamente inexistente en 1999. Todo lo que había era un corrector ortográfico y un sintetizador del lenguaje. Pero la situación apenas ha mejorado con los años.

Los navegadores GPS de los automóviles no detectan los nombres de calles y las autopistas islandesas, y asistentes digitales como Siri (de Apple) o Alexa (de Amazon) no comprenden el idioma, según explicó META en su informe.

Ásgeir Jónsson, profesor de economía en la Universidad de Islandia dice que la nación nórdica está experimentando una fuga de cerebros y que muchos sistemas informáticos están diseñados para reconocer el inglés, pero no el islandés. El lingüista islandés Eiríkur Rögnvaldsson dice que muchos niños en el país ya no lo aprenden.

«A mucha gente le preocupa el futuro de esta lengua debido a cambios radicales sociológicos y tecnológicos», le cuenta Rögnvaldsson a BBC Mundo. El especialista dice que la influencia del inglés es «enorme» debido a la explosión turismo, el aumento de trabajadores extranjeros y la influencia de smartphones, canales de YouTube y juegos online interactivos.

«El islandés está amenazado por la tecnología de la información», afirma el lingüista. «Todos los equipos y aplicaciones en el futuro serán comandados por tecnologías de voz. No poder usar islandés en este tipo de dispositivos significará que perdemos una parte importante del día a día a favor del inglés».

«Eso será probablemente el principio del fin para el islandés», afirma el experto. «Y, si eso ocurre, perderemos una conexión importante con nuestro pasado».

Quechua y otras lenguas latinoamericanas
Pero el problema es global. La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) creó un «Atlas de lenguas del mundo en peligro» en el que señala la «necesidad de salvaguardar la diversidad lingüística del mundo». Su lista incluye 2.465 lenguas de todos los continentes.

Uno de ellos es el quechua, a pesar de que lo hablan unos ocho millones de personas en Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Argentina y Chile. Solamente en Brasil hay 190 lenguas en peligro (¿te suenan el kamá, dení o el javaé?), otras 143 en México (por ejemplo, el zacatepeco o el mazateco), 68 en Colombia (como el guayabero y el guajiro), 62 en Perú (el aymara es una de las más conocidas), 39 en Bolivia (bauré, chimané, acahuara…) y 7 en Chile (como el rapa nui, que solamente se habla en la Isla de Pascua).

Las posibles soluciones
Sin embargo, la tecnología también puede servir para «rescatar» los idiomas.

Georg Rehm, investigador de las lenguas en el mundo tecnológico, le dijo a BBC Mundo que es importante «hacer inversiones estratégicas en nuestras lenguas, sobre todo en tecnologías multimedia como máquinas de traducción». Wikipedia tiene un programa para el rescate de dialectos y Google lanzó en 2012 su proyecto «Idiomas en peligro de extinción», que ha ido ampliando con los años.

«Necesitamos concientizar sobre la amenazas de las lenguas y hacer que la gente se dé cuenta de que es importante usar el idioma en todas las esferas de nuestra vida diaria», dice Rögnvaldsson. «También tenemos que invertir en el desarrollo de tecnologías de voz o traducción automática», añade el experto.

«Los idiomas con pocos hablantes (como el islandés) que se hablan en sociedades modernas y dependen mucho de la tecnología de la información y de internet son muy vulnerables», dice el islandés. Pero Kornai tiene una visión algo más esperanzadora: «Si un idioma no está en web, no existe. Pero una lengua no muere del todo hasta que muere su último hablante».

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/idiomas-en-peligro-de-extincion-por-culpa-de-la-tecnologia/523881

Comparte este contenido:

Estados Unidos: Facebook trabaja en tecnología para escribir por ondas cerebrales

América del Norte/Estados Unidos/22 Abril 2017/Fuente: Prensa Latina

El sitio web de redes sociales Facebook trabaja hoy en una tecnología para que las personas escriban sus pensamientos mediante ondas cerebrales, sin necesidad de un teclado.
Así lo anunció la experta de la compañía Regina Dugan, quien explicó además que el objetivo es que los usuarios puedan enviar un mensaje sin sacar el teléfono celular del bolsillo.

Durante la conferencia F8 de desarrolladores de la red social, en San José, California, indicó que la meta actual de la empresa es llegar a las 100 palabras por minuto, lo cual podrían conseguir en algunos años.

Para el uso masivo de dicha tecnología no pueden utilizarse los implantes cerebrales, sino sensores en la superficie de la cabeza que controlen la actividad cerebral a gran velocidad y en tiempo real, detalló.

‘Esta tecnología aún no existe y para inventarla Facebook tiene un equipo de 60 investigadores trabajando’, añadió.

Otro efecto colateral será que la gente será capaz de comunicarse en otros idiomas sin necesidad de aprenderlos, dijo.

Facebook no es la única empresa trabajando en una propuesta así, pues el multimillonario Elon Musk investiga en una nueva compañía cómo conectar el cerebro humano con las computadoras.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=79974&SEO=facebook-trabaja-en-tecnologia-para-escribir-por-ondas-cerebrales

Comparte este contenido:

¿Qué nos trae el Mobile World Congress?

Por: Juana M. Sancho

La cita anual con la tecnología en Barcelona es un buen momento para preguntarse y poner en duda algunas de las «verdades» sobre los intereses y el impacto de las tecnologías y quienes las fabrican.

Para los interesados en la educación de todas las personas y en un mundo menos desigual, más armónico y empático, muchas más cosas en las que pensar y decisiones que tomar. La carrera olímpica (¡Más rápido, más alto, más fuerte – o ¡Más poder, más dinero!) de las empresas de tecnología digital, ha vuelto a dejar grandes números. Más de 100.000 asistentes (77% hombres, 23% mujeres, no todos con el mismo papel). 3.500 medios de comunicación y analistas del sector. Un impacto económico de 465 millones de euros y 13.200 puestos temporales de trabajo. Unas cifras que satisfacen a los organizadores, apabullan al público en general y chocan a quienes vivimos la falta de inversión y deterioro en los sistemas públicos de educación. Aquí surge el primer punto de reflexión.

En los últimos años este encuentro se había convertido en la “caja de las sorpresas”. Lo importante no era el análisis profundo y complejo de las aportaciones reales de las nuevas invenciones a la vida de la mayoría de las personas, ni sus limitaciones y peligros, sino ser el primer consumidor de lo nuevo, estar más al día que nadie y vender más que nadie. En esta ocasión, ha habido cierto desencanto, al no presentarse nada espectacular. De aquí nace la segunda reflexión.

Como es sabido, las grandes corporaciones de tecnología digital: Apple, Alphabet (Google), Microsoft, Facebook y Amazon, están en este momento entre los 10 primeros puestos del mundo, y varias de ellas parecen poner especial atención en evitar pagar impuestos. En el encuentro, una de las pocas preocupaciones sociales surgió en el debate –ya propuesto en otros foros–, de si las máquinas programadas para aprender deberían pagar impuestos al sustituir a trabajadores. Y aquí viene la tercera reflexión.

mSchools, un programa de mEducation desarrollado por el Mobile World Capital, con apoyo público y privado (Ayuntamiento de Barcelona y Generalitat de Cataluña) en Barcelona, Cataluña y España, ha estado a cargo de la organización del Youth Mobile Festival con la participación de 11.000 estudiantes.

En definitiva, lo que nos trae el MWC a los que pensamos que la educación no consiste en adaptar y adaptarnos a las estructuras de la vida creadas por los poderosos es: (1) La necesidad de entender el mundo de intereses y lógicas que subyacen al impulso de unas tecnologías en detrimento de otras y las consecuencias educativas, sociales, económicas y políticas de la creciente brecha entre lo privado y lo público y entre diferentes grupos sociales. (2) La importancia de analizar el sentido de la innovación, de cuestionar la premisa de que “lo nuevo” es “mejor” y situar, educativamente hablando, la adicción a la novedad. (3) La “obligación”, como educadores, de desvelar las condiciones de todos los trabajadores (no solo los de Silicon Valley) que hacen posible el desarrollo de la industria digital, la ética medioambiental de las empresas y las consecuencias socio-económicas de un mundo de trabajo robotizado sin regulación económico-político social. (4) La necesidad de ir más allá de pensar en los estudiantes como consumidores o prosumidores para contribuir a formarlos como ciudadanos globales en un mundo digital.

El MWC también ha traído el encuentro alternativo Mobile Social Congress. Sin publicidad, pero con la participación de unas 20.000 personas que: por una mejora de las condiciones de trabajo en las fábricas de electrónica, proponen la compra pública socialmente responsable. Para acabar con la extracción ilegal peligrosa, apuestan por el comercio justo de minerales. Para reducir el impacto ambiental y el exceso de residuos, luchan contra la obsolescencia programada. Por el progreso del conocimiento, la cultura y la tecnología, apuestan por el dominio público y un modelo de producción común. Por una comunicación segura y respetuosa, promueven el software libre y la soberanía tecnológica. Por una telecomunicaciones libres y accesibles, apuestan por el trabajo cooperativo. Todo un programa tecno-social con muchos puntos en común con las implicaciones educativas apuntadas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/05/que-nos-trae-el-mobile-world-congress/

Comparte este contenido:

Los robots son los nuevos útiles escolares en centro educativo suizo

Europa/Suiza/8 Abril 2017/Fuente: Nmas1

Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza, han propuesto usar los robots modulares Cellulo como parte de su inventario educativo.

Desde que los componentes electrónicos abarataron sus costos, los investigadores han empezado a buscar nuevas esferas de aplicación para robots, siendo el sector educación una de las más prometedoras. Así, los robots han sido utilizado para enseñar herramientas básicas de programación a los niños. En el caso del proyecto del presente artículo, el robot Cellulo es utilizado como material pedagógico interactivo.

El proyecto Cellulo se dedica al desarrollo robots simples y de bajo coste. Este consiste en varias pequeñas unidades robóticas con ruedas y luces LED que se agrupan como en un enjambre y son capaces de interactuar entre si, por lo que resultan útiles para para ilustrar distintas ideas teóricas. Una característica llamativa de su programación es que estos robots son capaces de ofrecer “resistencia” cuando uno quiere separar una unidad del resto del grupo, ya que esta responde bloqueando sus ruedas y regresando a su posición en el enjambre lo antes posible.

Los desarrolladores han propuesto usar Cellulo como una demostración del comportamiento de los átomos y las moléculas individuales en la materia: el movimiento de uno de estos “átomos” robóticos activa el desplazamiento de sus vecinos. Del mismo modo, la luz LED sirve para ilustrar cuando un átomo se “recalienta”. Los autores del proyecto señalan que con la aplicación de los Cellulo voladores (todavía en fase de desarrollo), el profesor tendrá herramientas metodológicas adicionales para ilustrar el comportamiento de los gases.

Otra aplicación educativa de Cellulo se presenta en las clases de astronomía. Aquí, los robots pueden avanzar en “órbitas”, imitando el comportamiento de los cuerpos celestes. Un estudiante podrá alterar una órbita o extraer un cuerpo de un sistema y observar cómo esta acción afecta a los demás “planetas”.

A pesar de que sus aplicaciones en el aula parecieran multiplicarse, aún no se han reportado los planes para un uso comercial de Cellulo y tampoco se sabe si el proyecto pasará a ser de código abierto.

El año pasado, la Universidad de Harvard presentó la plataforma Root, otro proyecto de aplicación robótica en educación. En ella, los robots se desplazan por una pizarra blanca de acrílico, cuya ruta ha sido previamente delimitada con un simple marcador.

Fuente: https://nmas1.org/news/2017/04/06/robot-cellulo

Comparte este contenido:

La innovación tecnológica: reto para la educación y formación del estudiante del siglo XXI

Por: Edgar León

La innovación tecnológica: reto para la educación y formación del estudiante del siglo XXI

Actualmente, la educación del Puerto Rico está atravesando un serio problema de crisis fiscal. La crisis económica del país ha sentado las bases para desarrollar una nueva reforma educativa. Así lo confirman un grupo de líderes gubernamentales y magisteriales del país en el foro Retos, controversias y alternativas para una educación de excelencia, celebrado en la Universidad de puerto Rico Recinto de Río Piedras (García, 2015). Éstos señalaron la importancia de evaluar los currículos y programas académicos de la preparación de los maestros, y a su vez, la necesidad de mejorar la integración tecnológica y diversificación al currículo estudiantil. Uno de los principales problemas que atraviesa la educación de nuestro país, es que no está preparando a los ciudadanos del siglo XXI. La educación continúa utilizando las mismas herramientas arcaicas desde el siglo pasado. Díaz (2009), enfatiza en que “la falta de tecnología, apropiación y contenidos en la educación ha dejado rezagada la tan necesitada transformación en la educación.”

El ciudadano del siglo XXI está inmerso en un mundo que gira en torno al contacto social por medio del uso de las herramientas tecnológicas, es por esto, que la tecnología es un recurso indispensable para la educación. Carrillo (2010), indica que “el creciente interés de los jóvenes por la tecnología favorece un aprendizaje sin límites de espacio y tiempo.” Para lograr la adecuada integración tecnológica en la educación, Díaz señala que necesitamos: 1) tener acceso a computadoras y redes de alta velocidad; 2) capacitación sobre tecnología y con tecnología; y 3) acceso a contenidos de alta calidad que pongan en práctica nuevos modelos de aprendizaje para el siglo XXI. Es de conocimiento público que la mayoría de las escuelas del país no cuentan con acceso a internet y mucho menos, de alta velocidad. Además, la mayoría de los planteles carecen de computadoras o cuentan con muy pocas que se limitan a estar en las bibliotecas utilizadas como recursos para realizar asignaciones o proyectos.

Un estudio realizado por la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), demostró que un 40% de los profesores no utilizan las herramientas tecnológicas en sus clases por falta de conocimiento (Maido, 2012). Así mismo, señala que “a veces se compran equipos sin analizar las necesidades o que el personal tenga destrezas para usarlos.” Aunque este estudio no se realizó en Puerto Rico, las condiciones de los maestros del país no son diferentes. Los maestros de la isla también carecen de los equipos tecnológicos necesarios para impartir sus clases. Sin embargo, al momento de ser evaluados, se les exige que tengan integración de la tecnología en su planificación.   No obstante, cuando se les ofrece algún adiestramiento para integrar la tecnología en sus aulas no se les provee de las herramientas tecnológicas para realizar sus prácticas e integración a sus clases.

Es necesario destacar la importancia de integrar nuevas metodologías al currículo escolar, y que éstas satisfagan las necesidades del ciudadano del siglo XXI. La Dra. Núñez, en una entrevista para la revista digital Universia-PR, destacó la necesidad de la preparación de los docentes, ya que a éstos, a quienes “les corresponde un papel significativo en la creación del estado de ánimo de la sociedad.” Núñez,  indica que el maestro tiene un rol de líder y de agente de cambio, no tan solo en sus alumnos sino también en la comunidad en la que vive. Sin embargo, señala que hay ciertos “factores que influyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje como son: falta de equipo, apoyo institucional, poca confianza en los beneficios obtenidos al incorporar la tecnología y falta de tiempo”, así como la utilización de modelos tradicionales de enseñanza. Según Maido, “el 45.4% de los educadores no utilizan la tecnología e el aula por la falta de formación. Es necesario que el docente esté dispuesto a experimentar con los cambios. Carrillo, indica que es fundamental que el docente genere actividades para los estudiantes que impliquen en uso de la tecnología, hacer búsquedas, procesar información trabajen de forma colaborativa, ya que esto les ayuda a formar su propio conocimiento y a desarrollar el pensamiento crítico, proceso fundamental para el aprendizaje significativo. Núñez, enfatiza en que el educador deber estar en continuo adiestramiento, incorporar las nuevas metodologías y tecnologías necesarias para desarrollar en nuevo ciudadano del siglo XXI.

Lacruz (2000) indica que en las nuevas metodologías, el profesor tiene que tener en cuenta que la tecnología puede sustituir los actuales recursos didácticos y funcionan como aliados “ofreciendo ventajas como la eficacia, eficiencia, interacción, e interactividad.” El autor enfatiza en que los nuevos medios exigen nuevas estrategias didácticas como lo son: inmaterialidad; interconexión; instantaneidad; calidad de imagen y sonido; digitalización; influencia sobre los procesos; nuevo lenguaje expresivo; entre otros. Dichos enfoques están relacionados con las estrategias de aprendizaje que el maestro debe tener en cuenta al momento de planificar: la participación del alumno; trabajo independiente y autónomo; atender las necesidades particulares de cada individuo; debe haber interacción entre los alumnos y con los medios; debe tener valor significativo. Así mismo señala, que estas estrategias “tiene que cambiar la actitud del estudiante, que pasa de ser receptor pasivo a observador, buscador e investigador activo”. También indica que los nuevos medios pueden ser utilizados didácticamente, deben ser alineados con las nuevas concepciones constructivistas del currículo, tales como: estimular al alumno; asegurar la fijación de cada elemento aprendido; llevar el mensaje eficazmente; tener cierta flexibilidad; integrar el medio afectivo, social y cultural a los contenidos; facilitar la práctica educativa y eficaz; entre otros.

Los estudiantes actuales están inmersos en la denominada era digital, están activos diariamente en los videos juegos, chats, mensajerías digitales, en la búsqueda y descarga de música, entre otros. Por tal razón, están adaptados a las obtener las cosas ya listas o preparadas para su consumo o adquisición, lo que ha limitado su originalidad, espontaneidad y creatividad. El uso correcto de las nuevas metodologías y de la tecnología, estimularía el desarrollo característico del estudiante del siglo XXI. Algunas de esas características, según Figueroa (2010), son:

  1. Protagonista de su aprendizaje
  2. Autonomía en el proceso de aprendizaje
  3. Capacidad para dialogar y trabajar en equipo
  4. Capacidad de participación
  5. Motivación y fuerte autoestima
  6. Curiosidad e interés por la investigación
  7. Interés en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
  8. Dominio de las técnicas de estrategias de aprendizaje

En conclusión, para lograr un cambio importante en la educación, el sistema educativo del país debe tener en cuenta la importancia de la integración de las herramientas tecnológicas en todas sus ramificaciones. El desarrollo del ciudadano del siglo XXI debe partir del acceso a la información utilizando las nuevas metodologías y tecnologías. Los maestros deben adiestrarse y capacitarse para integrar los diferentes medios tecnológicos  en sus estrategias didácticas. Además, el sistema educativo debe proveer los recursos necesarios para que tanto el maestro como el estudiante pueda tener acceso a una educación diferenciada, integradora y personalizada, a través de la utilización de los recursos tecnológicos. Finalmente, el gobierno tiene el deber de tener como prioridad la educación del país a través de un sistema que pone énfasis en el estudiante y sus necesidades académicas, para así lograr desarrollar ciudadanos competentes para el siglo XXI.

Referencias

Carrillo, E. (2010). Falta potenciar las nuevas tecnologías en la educación. Universidad de Guadalajara Red Universitaria de Jalisco. Recuperado de http://www.udg.mx/es/noticia/falta-potenciar-las-nuevas-tecnologias-en-la-educacion

Díaz Castillo d., F. (2009). La escuela no está preparando a los ciudadanos de hoy.  Recuperado de htt://www.semana.com/educación/articulo/la-falta-de-tecnologia-apropiacion-contenidos-en-la-educacion-ha-dejado-rezagada-la-tan-necesitada-transformacion/386644-3

Figueroa, W. (2010). Nuestros estudiantes del siglo XXI. Recuperado de http://willyfigueroa.wordpress.com/2010/03/02/nuestros-estudiantes-del-siglo-xxi/

García Lebrón, D. (2015). Retos y alternativas de la educación en Puerto Rico: expertos discutieron estos temas en la UPRRP. Recuperado de http://www.uprrp.edu/?p=2880

Lacruz Alcocer, M. (2000). Educación y Nuevas Tecnologías ante el Siglo XXI. Nuevas Tecnologías y Cambio Escolar. Escuela Universitaria de Magisterio de Ciudad Real: Catilla La Mancha. Recuperado http://bibliotecadigital.tamaulipas.gob.mx/archivos/descargas/31f4b4b3aed809d05eb0dd79dcfc0d6be1528072.pdf.

Maido. (2012). El 40% de los profesores no emplea las TIC por falta de información. Recuperado de htt://noticias.universia.es/vida-universitaria/noticia/2012/03/16/917716/40-profesores-no-emplea-tic-falta-formacion.html

Núñez, A. (2015). El rezago docente, falta de disposición o desconocimiento de nuevas metodologías de enseñanza?  Recuperado de htt://noticias.universia.pr/educion/entrevista/2015/06/12/1126699/rezago-docente-falta-disposicion-desconocimiento-nuevas-metodologias-ensenanza.html

Fuente: https://elsoldelaflorida.com/la-innovacion-tecnologica-reto-para-la-educacion-y-formacion-del-estudiante-del-siglo-xxi/

Comparte este contenido:

¿La robótica salvará la educación?

Por: Saray Marqués

¿En qué nos puede ayudar incorporarla a las aulas? Algo parece claro: hacer como que esta revolución no forma parte de nuestras vidas y de la vida en las aulas, no es una opción.

No hay mañana en que no le llegue a un director o directora de centro educativo alguna información, alguna oferta, alguna “solución para colegio” relacionada con la robótica educativa. Venga de donde venga, ya sea Fundación Endesa, BQ, Fundación Mapfre, Fundación Telefónica, Desafío STEM, ScolarTIC. Tampoco podrá escapar si de repente consulta algo en webs institucionales, ni intentar desconectar echando un vistazo a redes sociales, donde el bombardeo continuará. Cuando le llegue el último número de esa revista especializada que suele consultar, el monográfico será sobre lo mismo, y, quizá, si pregunta a un colega qué va a hacer el fin de semana le suelte que va a unas jornadas en Figueres.

Como sostiene Fede Luque, el presidente de esta jornada que celebra su tercera edición, y en la que colaboran la asociación Espiral, DIM y Tramuntec, “nos guste o no nos guste, la robótica, la programación, la impresión 3D, la realidad virtual, los drones se están introduciendo a marchas forzadas, y en el mundo educativo también vamos por ahí”. Con el encuentro, que ronda los 400 inscritos por jornada, y en el que se centrarán en estos terrenos pero en el que también habrá espacio para el internet de las cosas o la inteligencia artificial, pretenden, precisamente, “divulgar, desmitificar, mostrar que no es nada del otro mundo, que nos lo encontramos cada vez más y que no es tan difícil”.

Uno de los retos, sostiene Pepe Giráldez, de Espiral, es precisamente llegar no solo al insider, al profesorado de Tecnología, “porque nos encontramos con que por mucho boom que haya habido en los últimos cuatro o cinco años hay muy poco profesor especializado”.

La robótica o, mejor, el trinomio Ciencia, Robótica y Tecnología, como le gusta denominarlo a la experta, profesora de Bachillerato y formadora Mertxe Badiola, ya no es solo esa atracción de ferias científico-técnicas, esa extravagancia de ese coordinador TIC un poco friki que participa en competiciones de Lego, y aspira a contar con un lugar en el currículum, desde Infantil a Bachillerato, sin olvidar la educación para adultos, de forma transversal.

En esta última etapa ejerce como director Diego Redondo, en el CEPA Sierra Norte de la Comunidad de Madrid. Esta región ha sido vista como pionera por muchos al introducir la asignatura de Tecnología, Robótica y Programación en Secundaria. En su día se criticó que la implantación hubiera sido un poco “deprisa y corriendo”, sin avisar, que los profesores no se hubieran podido formar en condiciones (se formó uno por centro, creyendo que sería una optativa) o que la dotación variara mucho de un centro a otro. Hoy, pocos son los que cuestionan que se acertó al actualizar la asignatura de Tecnología, aunque algunos profesores fueran autodidactas y tuvieran que recurrir a tutoriales, aunque las dos horas a la semana se les queden cortas (sobre todo en grupos de en torno a 30 alumnos) y aunque, para su sorpresa, se haya decidido que su asignatura, como Plástica o Educación Física, no cuenta para promocionar. Según comenta Félix Rodríguez Cañadillas, director de CREA Robótica Educativa, otras comunidades, como Cataluña y Aragón, pronto contarán también con una asignatura específica.

Entusiastas con matices

Para Redondo, que aspira a lograr para su CEPA el distintivo de centro de innovación tecnológico (sería el primero de adultos en lograrlo), y que organiza una jornada en abril para visibilizar cómo trabajan, el boom actual de la robótica es similar al previo de las pizarras digitales. Redondo es un entusiasta (aunque en el último momento la programación, la robótica y la programación 3D se cayeron del currículum para adultos ellos lo han ampliado para impartirlas) pero con moderación: “Información de productos al centro nos llega un montón, siempre hay un último modelo, y hay cada vez más empresas y más competitividad… Lo que sorprende es que se vendan proyectos que antes de nacer ya son innovadores, porque, según yo lo veo, un proyecto es innovador al final, no de inicio. ¿Que por medio de la programación y la robótica logras mejorar la motivación, los resultados, reducir el absentismo? Enhorabuena, has innovado. Pero no innovas solo por el hecho de emplear estos recursos”.

Las bondades de la programación y la robótica las tiene claras este profesor de Matemáticas. Y no son pocas. Con sus alumnos en concreto percibe una predisposición distinta, que dedican más tiempo y tienen más interés y se vuelven proactivos; se les ocurre, por ejemplo, si podrían construir un generador de electricidad con una placa Arduino. Que de repente el ámbito científico (que incluye Matemáticas y Tecnología) no es el que más se les atasca, y que les comienza a atraer. “No se dan cuenta de que están estudiando, de que si programan, prueban, corrigen… están aplicando el método científico y el trabajo de campo”, explica. A esto hay que sumar que los alumnos no son ajenos al hecho de que el mundo laboral va por ahí, que si uno quiere ser electricista necesitará saber de LED y de sensores.

Para el alumnado en general lo concibe como una excelente manera de desarrollar la capacidad de abstracción. “Ante un algoritmo, tienes que escribir lo que piensas, seguir unos pasos lógicos. Esa es una parte de pensar que creo que se ha ido perdiendo. Al menos yo no veo igual la Filosofía de hace 20 años que la de ahora, en que la Lógica es una parte residual”, analiza.

Todo está conectado

Si para Redondo la potencialidad de estas disciplinas rebasa el ámbito científico técnico y es una forma de aprender a pensar, así lo ve también Giráldez, para quien estas “han de ser un medio y no un fin al menos hasta 2º o 3º de ESO”. Gracias a ellas, los alumnos de Infantil pueden desarrollar la psicomotricidad fina, pues están trabajando con piezas de Lego, y poniendo en juego las capacidades manuales que tienen que ver con la construcción de un robot. Además, se potencia la creatividad, salvo que se recurra a un modelo que se tiene que seguir, la capacidad de plantearse problemas y dar soluciones, de crear secuencias y seguirlas… “Todo depende de cómo se plantee y de qué se quiera conseguir, de si hay detrás un proyecto relacionado con el medio ambiente, con lo social, por ejemplo, o no”. Si eres hábil, sostiene Giráldez, se puede trabajar vinculándolo no solo con las obvias matemáticas, sino con geografía (explorando los procesos de geolocalización, analizando las ondas para mirar el clima), plástica (diseñando un robot de cartón piedra), música…

Coincide Badiola. Para ella, profesora de la optativa TIC en Bachillerato, se acabó el “profe, esto es de la evaluación pasada” o “profe, esto es de Matemáticas”. Si algo logra la robótica es “acabar con las asignaturas como compartimentos estancos, abrirnos a la coexistencia de todo, de Física con Matemáticas, de Matemáticas con Química, de Química con Física, y lo mismo con otras disciplinas, no solo de ciencias, en un conocimiento relacionado entre sí, como se hace ya en los países nórdicos”. Es por esto que para Badiola no ha de ser una extraescolar y ni siquiera una asignatura específica, sino que ha de recorrer todo el currículo.

Ah, el currículo… “Los que lo diseñan no pasan mucho tiempo en las aulas, y ves en asignaturas como la mía que incluyen cosas que se han quedado obsoletas”, reconoce. Actualización e integración de la ciencia y la tecnología en proyectos transversales, si es posible con varios profesores, son para ella las claves. “Es importante que las cosas se den conjuntas, que los chavales vean la utilidad, que les despierte la curiosidad, las ganas de hacer algo, que sepan que pueden en algún momento ser creadores de tecnología. Si no, es un parche. Si te dicen ‘profe, déjame, que ya voy yo solo’ has logrado tu objetivo”, señala. Hay obstáculos como, por ejemplo, en esa “etapa maldita” que es Bachillerato, la losa de las reválidas: “Hacer todo esto lleva horas, y puede que tu jefe de estudios te diga: ‘¿Vas a quitar ese tiempo de la formación para las reválidas?’. Yo soy de la idea de que si mis alumnos aprenden a razonar ‘de aquí saco esto, lo aplico aquí y obtengo tal resultado’ van a aprobar Selectividad”.

¿Y los profesores? Para Badiola no tiene mucho sentido resistirse al cambio en un momento en que cabe preguntarnos: de lo que usamos a diario, ¿qué funciona sin robótica o sin tecnología? ni tampoco entrar en pánico. “Para poner en marcha algunas actividades no hace falta ser un experto en programación. Con un poco de creatividad y ayuda del asesor TIC las barreras se pueden superar”, anima esta formadora que tiene overbooking en los cursos que ofrece.

“Todo sin volvernos locos. Sí, se debe empezar cuanto antes mejor, desde Infantil, trabajando en la espacialidad, el conocimiento del medio, de sí mismos con robotitos… Integrado. Hay experiencias fantásticas, pero no se puede pretender explicarle el principio físico de la conductividad a un niño de cinco años. Se trata de que toquen. Cuando lleguen a una etapa superior lo recordarán y asimilarán más fácilmente”, especifica.

Robótica contra el abandono

Félix Rodríguez insiste también en la importancia de adaptarse a cada etapa. Desde CREA, un grupo de investigadores de la Carlos III de Madrid que recibía cada vez más demanda de formación por parte de los docentes y que hoy está especializado en extraescolares y también en formación (y están a punto de lanzar sus propios kits), explica algunos trucos para detectar impostores: “El programa educativo ha de elaborarse en colaboración con los educadores de Infantil, Primaria y Secundaria. No se puede hablar de una regla de tres a un alumno de Primaria si no la ha visto en Matemáticas, ni se puede trabajar en esta etapa con un robot que conlleva enchufar cables, polaridades… El alumno verá que se mueve, que funciona, pero se irá a su casa y no habrá aprendido nada. Lo mismo en Secundaria, si logra que se mueva un motor pero no sabe explicar cómo funciona”.

Rodríguez, que asocia el éxito de la robótica educativa a la combinación con la impresión 3D, que elimina la barrera del coste, a partir de 2012 o 2013, considera que en Infantil y Primaria “no se debe trabajar para que los alumnos salgan ingenieros robóticos”, sino que se puede emplear para reforzar otras materias, con herramientas como Scratch para programar videojuegos o historietas. “Si el alumno ha sido el creador de una aplicación para detectar errores gramaticales en distintas oraciones, por ejemplo, será el primero en detectar esos errores”. ¿Por qué quedarse en los documentos de Word y las diapositivas si se puede recurrir a la animación gráfica?, plantea.

En Secundaria sí que considera que se puede buscar potenciar vocaciones científicas, pero no solo. Alude a un estudio danés que mostró cómo los alumnos con una instrucción en tecnología desde edades tempranas tenían más probabilidades de continuar sus estudios al llegar a esta etapa. “Los alumnos son capaces de dar el 100%, y quieren ir a clase para poder terminar su videojuego, su robot”, asegura.

Nacida en 2014, CREA Robótica Educativa pretende ahora corroborar el estudio danés con grupos de diversificación de 2º y 3º de ESO de 10 institutos madrileños. En plena campaña de crowfounding, su proyecto piloto ‘Robótica contra el abandono escolar’ arrancará en mayo. No es la única investigación en la que están embarcados. También han percibido cómo funciona especialmente bien con chicos con TDAH o Asperger: “Estamos revisando al detalle 15 casos concretos, analizando cómo incide en su proceso de socialización, de trato con los compañeros, y esperamos poder publicar algo específico en breve”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/03/24/la-robotica-nos-salvara/

Comparte este contenido:

¿Vienen las nuevas generaciones con un “chip” incorporado?

Por: Julián de Zubiría

Hemos oído múltiples veces decir a profesores y padres de familia que las nuevas generaciones vienen con un “chip” incorporado. ¿Tienen razón?

Los jóvenes viven en un mundo virtual. Se comunican por WhatsApp, intercambian fotos en Instagram, mensajes en Twitter y amigos en Facebook. Pasan la mayor parte del tiempo conectados a redes de intercambio de imágenes, archivos y opiniones. Ven cine y televisión en la red, desde el celular, a la hora y al ritmo que deseen. Allí también leen, miran fotos, definen las rutas que tomarán en el carro, escuchan música, invitan a sus fiestas, entablan amistades, bloguean, envían mails y chatean. Reinventaron las redes para comunicarse. Sin duda, es una nueva realidad cultural, más ligada a la imagen y al movimiento que a la palabra y a la reflexión. Se impusieron la inmediatez, la simultaneidad, la globalidad y la dispersión. Los mensajes cortos sustituyeron los argumentos y el auto-concepto comenzó a evaluarse por el número de seguidores, de “momentos” y de “me gusta”, conseguidos. Con ello, cambió para siempre la circulación de informaciones entre los seres humanos y se destronó a la escuela del monopolio que durante siglos ejerció en la transmisión de informaciones a las nuevas generaciones.

Pese a ello, no es cierto –como a veces creen sus padres y profesores– que los niños lean poco porque pasan demasiado tiempo frente al computador. Lo que ocurre es que leen distinto a como lo hacían las generaciones anteriores. Pero su lectura es mucho más compleja por la simultaneidad de imágenes, la incorporación de rutas que simulan los fractales y la flexibilidad que exige. Es más, si de tiempo y volumen se tratara, los estudios nos muestran que leen más que las generaciones previas. Tampoco es cierto que no socialicen porque están absorbidos por la pantalla de su computador. En realidad, interactúan de manera diferente con conocidos y desconocidos. Priman las interacciones virtuales: el chateo y el mail han desplazado a la palabra y al contacto directo.

Esta nueva realidad ha llevado a los padres a afirmar que sus hijos vienen al mundo con un nuevo “chip” incorporado. Ellos ven la gran facilidad con que acceden al mundo digital y concluyen que son “expertos tecnológicos”. Siete de cada diez jóvenes así lo creen y también sus propios padres. Sin duda, los jóvenes son buenos para operar en el mundo virtual, pero, por paradójico que parezca, lo comprenden muy poco, por una sencilla razón: su saber es instrumental, muy distinto a un saber conceptual, reflexivo y profundo. Por ello, cometen errores infantiles cuando se comunican e interactúan virtualmente, algo que obviamente, no les sucedería si fueran expertos. En esencia, comprenden poco el sentido y el significado de la virtualidad. Veamos por qué.

En Inglaterra, según concluye la investigadora argentina Roxana Morduchowicz, sólo uno de cada diez jóvenes distingue entre los anuncios y el contenido, y cuatro de cada diez creen que todo lo que está en Internet es verdad. Si no se distingue entre el contenido y la propaganda y si se cree que lo que aparece en la red necesariamente es verdadero, en realidad, eso por sí solo demostraría que no se comprenden las características y la naturaleza de las redes. Al mismo tiempo que vivimos en la sociedad de la información, también podríamos decir que estamos en la era de las desinformaciones y la manipulación virtual, tal como trágicamente lo comprobamos en dos de las grandes elecciones del año 2016 en el mundo. El año anterior triunfaron las tesis xenofóbicas y excluyentes de Trump en EEUU, debido al miedo que generó frente a las supuestas acciones de los inmigrantes y los terroristas. También ganó en Colombia la resistencia civil contra la paz, gracias a la manipulación emocional que se valió del temor ante la supuesta llegada del “castrochavismo”, o ante la “generalización de la homosexualidad” y la “destrucción de la familia” que se generaría si triunfaba el proceso de paz. Las notorias debilidades en la educación básica fueron decisivas en los triunfos de Trump y del No, los que a la postre significan grandes riesgos para la democracia en EEUU y en Colombia.

De manera análoga, los jóvenes son fácilmente engañados en las redes por violadores y estafadores que simulan ser niños. Los delincuentes tan sólo cambian su foto y ya está hecha la trampa. Les endulzan el oído, les suben el autoestima, las hacen sentir mujeres y las preadolescentes caen ante un estafador disfrazado de joven interesante y apuesto. También aprovechan la red los malandros que quieren acceder a los discos duros, las claves bancarias y los correos de sus contactos.

La indiferenciación entre verdad y simulación les impide a los jóvenes distinguir la calidad de las fuentes consultadas, algo esencial para quien quiere usar la información con fines ligados al desarrollo conceptual y académico.

Pero algo que es especialmente grave es que los jóvenes no se han dado cuenta de que en el mundo digital no existe el borrador. Por ello son presa fácil del “cyberbullying”. Es así como las fotos que ingenuamente les envían las niñas a sus novios, las harán depender de ellos a perpetuidad; lo que dijeron en la red, allí quedará grabado, como muestra de quiénes fueron meses o años antes. En la red, no existen los borradores que teníamos en las máquinas de escribir y en los computadores. Lo escrito queda fijado en piedra, y lo enviado lo será hasta la eternidad. Una foto o un video pueden convertirse en una tragedia para niños y jóvenes, semanas o días después. Y casi todos tienen la manera de tenerlas al alcance en su propio celular. Sería la prueba reina de una oculta homosexualidad, traición, beso, rechazo o angustia. En segundos, son millones quienes tienen acceso a nuestras debilidades reales o inventadas. Y la mayoría de los jóvenes todavía no se han dado cuenta de ello.

En consecuencia, no es cierto que los niños vengan con un “chip” incorporado. El saber que tienen sobre la virtualidad no es conceptual, reflexivo y profundo, por una razón muy sencilla: fue adquirido de manera directa, mediante el “cacharreo” y la experimentación empírica. Le falta mediación, reflexión, retroalimentación, interpretación y preguntas; algo que sólo los buenos docentes y las buenas escuelas pueden lograr.

Lo que se infiere de la reflexión anterior es la imperiosa necesidad de elevar el trabajo educativo en torno al mundo virtual. Necesitamos incorporar el chateo al aula de lenguaje. Hay que cualificarlo en clase de escritura. Pero, sobre todo, hay que consolidar las competencias digitales de los niños y los jóvenes. Para ello necesitamos mediar su acercamiento a lo virtual. El desafío de la escuela es enseñar a niños y jóvenes a saber cómo, dónde y qué buscar en las redes. A diferenciar los contenidos de la publicidad, a llevarlos a que se pregunten sobre la calidad y confiabilidad de las fuentes, las intenciones que ocultan y la información que esconden sus autores. Necesariamente hay que invitarlos a que lean materiales con tesis e interpretaciones opuestas para fortalecer la lectura crítica.  A que miren no sólo lo que dicen, sino también, y muy especialmente, lo que no dicen. Deben aprehender a leer críticamente los textos, videos, mensajes y fotos que encuentren en la red. Debemos llevar televisores, computadores y celulares al salón de clase, para garantizar un acercamiento mediado al mundo virtual. Si no lo hacemos, quienes se convertirán en los profesores de niños y adolescentes serán los políticos, que quieren manipular el miedo para que sigan triunfando sus intereses, los comerciantes, que quieren aumentar las ventas explotando las debilidades de nuestro pensamiento y los nuevos estafadores, que logran engañar preadolescentes ingenuas, que, aunque caen en sus redes, se creen expertas en el mundo digital, porque oyeron una y otra vez a sus padres decir que ellas lo eran.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/hemos-oido-multiples-veces-decir-a-profesores-y-padres-de-familia-que-las-nuevas-generaciones-vienen-con-un-chip-incorporado-tienen-razon/516163

Comparte este contenido:
Page 7 of 10
1 5 6 7 8 9 10