Page 3 of 12
1 2 3 4 5 12

La lucha para educar a las niñas en un Haití con las escuelas cerradas

Centro América/ Haití/ 14.10.2019/ Fuente: noticiassin.com.

La imagen de una niña pequeña en su bicicleta, en medio de una manifestación masiva en Haití, protestando para que vuelvan a abrir su escuela, se ha convertido en un símbolo por partido doble.

La joven Leika Jean Noel, que está en segundo de primaria, se ha erigido en un referente para el movimiento opositor y también se muestra como un paradigma de las dificultades que viven los menores haitianos para ser educados.

“Necesito escuela y comida”, resumió la pequeña Leika, en declaraciones a un periodista de la web Ted Actu, en un vídeo que se ha viralizado entre los manifestantes que paralizan Haití desde hace casi un mes exigiendo la renuncia del presidente Jovenel Moise.

Las escuelas llevan cerradas en todo Haití desde que se desataron las protestas antigubernamentales, el pasado 16 de septiembre, apenas una semana después del inicio del año escolar.

Desde entonces, dos millones de menores permanecen en casa sin clases, una situación que ha agravado la delicada situación del sistema educativo.

Si bien en Haití se ha registrado un aumento significativo de la asistencia a la escuela en la última década, la tasa de matriculación de los niños, el número de días que pasan en la escuela y la calidad de la educación siguen siendo de los más bajos de América Latina y el Caribe.

“El bajo nivel de educación afecta predominantemente a las mujeres y es uno de los factores que explica su entrada temprana y no cualificada en el mercado laboral”, señala la ONU en un documento titulado “Hechos y cifras claves sobre la situación de las mujeres en Haití”, que fue publicado en noviembre de 2017 pero sigue teniendo plena vigencia.

La activista feminista Marcna Andy Pierre señala a Efe que “en las zonas rurales la situación es aún más precaria, ya que las familias siguen dando prioridad a la escolarización de los niños sobre las niñas, a las que se considera como posibles ayudantes en el hogar”.

En agosto, esta feminista lanzó una plataforma Demwazèl, cuyo objetivo es reinventar la forma en que se educa a las niñas, ya que, según señala, la educación que reciben en la primera infancia hace poco para animarlas a tener sueños, a fijarse metas y a empoderarse para alcanzarlas.

“En su adolescencia, si han asistido a la escuela, el abandono escolar sigue siendo un obstáculo para construir un futuro mejor para ellas mismos. Como resultado, las mujeres en Haití son las principales víctimas del empobrecimiento de las masas subeducadas que, a menudo, dependen del comercio informal para sobrevivir”, sostiene la activista.

Además, subraya que “el matrimonio se considera una ventaja mayor para una mujer que un título universitario”, por lo que es un factor que las desincentiva a compaginar los estudios con la vida familiar.

La desigualdad se está haciendo más evidente entre las personas con educación superior, un nivel que solo alcanza el 6,1 % de las mujeres, mientras que el 11,8 % de licenciados son hombres, según datos de la ONU.

En su informe, la organización internacional también señala que la inseguridad laboral es uno de los factores que han contribuido a la feminización de la pobreza en Haití, el país más pobre de América.

Y la grave crisis económica y política que atraviesa el país llevó al Gobierno a disminuir la cantidad asignada a la educación del 17 % al 11 % del presupuesto nacional en el último año.

El Día Internacional de la Niña, que tiene lugar este 11 de octubre, se instauró en 2012 y en esta edición la ONU quiere destacar el creciente papel de las menores de edad en el activismo social, “mostrando su poder único a la hora de movilizar y liderar”.

Fuente de la noticia: https://noticiassin.com/la-lucha-para-educar-a-las-ninas-en-un-haiti-con-las-escuelas-cerradas/

Comparte este contenido:

El ébola desde los ojos de un niño de la República Democrática del Congo

África/República Democrática del Congo/15 Agosto 2019/El país

Dejar de ir al colegio, perder a sus padres o ser aislado del mundo exterior son algunos de los escenarios a los que se enfrentan los menores infectados por esta enfermedad en el país africano

Dejar de ir al colegio, perder a sus padres o ser aislado del mundo exterior son algunos de los escenarios a los que se enfrentan los menores infectados de ébola en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC): atacados por un virus que se cobra mucho más que vidas. «Esta es una enfermedad que da una vuelta de 360 grados a la vida de los niños y que a menudo devasta a familias enteras», explica Edouard Beigbeder, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en este país africano.

«Todo lo que es normal y rutinario cuando un niño enferma: ser cuidado, reconfortado y abrazado por sus padres se convierte en una sentencia de muerte cuando se trata de ébola», continúa Beigbeder, quien recuerda que el contacto directo con fluidos de familiares ya infectados es «una de las principales formas de contagio».

Al menos 527 niños han fallecido a causa de esta enfermedad, casi un tercio de las muertes totales, que alcanzan ya las 1.888, según las últimas cifras del ministerio de Sanidad congoleño, a 10 de agosto.

El ébola no solo trastoca la relación materno-filial de los afectados, sino que su impacto acarrea también secuelas psicológicas y un fuerte estigma social; situaciones ambas más difíciles de afrontar cuando se trata de menores.

«Un brote de sarampión, malaria o enfermedades transmisibles como la tuberculosis tienen una incidencia mucho mayor, pero el ébola es devastador desde un punto físico y psicológico», señala el psiquiatra de Médicos del Mundo Ricardo Angora. Muchos niños son testigos de la muerte de sus hermanos, progenitores y abuelos, esto es, de las personas que normalmente les prestan atención, alimentan y juegan con ellos. «[Otros] ven como se llevan a sus padres para recibir tratamiento y sufren un miedo y una ansiedad extremos al no saber cuál será el desenlace», concuerda Beigbeder en referencia al inevitable daño psicológico.

Hasta la fecha, al menos 1.185 menores se han quedado huérfanos a causa de esta epidemia —la décima y más mortífera en la historia de la RDC— y otros 1.939 han sido forzosamente separados de sus progenitores.

Precario sistema sanitario

Pero más allá del coste humano y psicológico, el ébola propina también un duro golpe al sistema educativo y sanitario del Congo, donde ambas estructuras son ya de por sí precarias y cuya atención pediátrica es casi inexistente.

Por un lado, interrumpe la escolarización de muchos niños en las áreas afectadas, con escuelas cerradas de forma intermitente y padres reacios a enviar a sus hijos al colegio por temor a que se contagien o porque deben cuidar en casa de algún familiar ya enfermo. Por el otro, causa también un grave impacto en unos servicios sanitarios escasos, restringiendo la atención médica regular —como el acceso a vacunas, por ejemplo, contra el sarampión— pues la mayoría de recursos son movilizados para combatir el ébola.

«Cuando los niños manifiestan síntomas de ébola a menudo experimentan problemas para acceder a los servicios de salud, ya que el conflicto crónico ha cerrado muchos de estos centros», confirma Xavier Crespin, responsable de salud para Unicef en la RDC.

Este brote de ébola, localizado en las provincias congoleñas nororientales de Kivu del Norte e Ituri, es también el primero que abarca una zona en conflicto, donde operan un centenar de milicias armadas y grupos de delincuentes comunes. «Y cuando las instalaciones sí que están abiertas, vemos que los niños pequeños llegan muy enfermos y a menudo es demasiado tarde para salvarlos», lamenta Crespin, que asegura que la deshidratación a causa de «los vómitos y la diarrea severos» provocados por el ébola es más rápida entre los niños.

El pasado 1 de agosto se cumplió un año desde la declaración de esta epidemia, que, con 1.888 muertos y 2.816 casos, personifica ya la segunda más mortífera en todo el mundo, tras la vivida en África Occidental en 2014-2016, que causó más de 11.300 muertos.

«Va en contra de cualquier instinto paternal no tocar a un hijo enfermo y, en cambio, confiar en extraños para que curen a tus seres queridos», resume Beigbeder sobre el mayor obstáculo al que todavía se enfrentan quienes cada día intentan erradicar este brote.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/08/12/planeta_futuro/1565601729_828601.html

Comparte este contenido:

Niño desalojado con libros, símbolo de la escolarización inmigrante en Italia

Un niño de once años de origen marroquí, Rayane, se ha convertido en un símbolo de la escolarización de los menores extranjeros en Italia. Ya se le denomina ‘Il bambini coi libri’ (el niño con los libros).

En las redes sociales se hizo un llamamiento a donaciones para permitir que prosiga con su educación. Hasta ahora se recaudaron un total de 9120 euros para permitir que este niño y otros puedan continuar con su educación y compren libros de texto.

Su foto, tomada por la fotógrafa Cecilia Fabiano, se ha convertido en un símbolo en las redes sociales italianas. Rayane sale con una serie de libros de un edificio tras ser desalojado junto a su familia y diferentes inmigrantes de distintos países, entre ellos marroquíes, rumanos, etíopes, argelinos y tunecinos. Sus armas eran una serie de libros de texto frente a los policías que fueron a expulsarlos.

En Primavelle, al nordeste de Roma, se expulsó el pasado 16 de julio (2019) a 340 inmigrantes, incluidos treinta menores, de un edificio en ruinas por orden del ministro del Interior, Matteo Salvini. La policía con equipos antidisturbios los retiró de la escuela abandonada de Vía Cardenal Capranica.

En ese contexto Rayane salió con una pila de libros de texto en mal estado y papeles amarillentos, esos libros “son importantes” según declaró el niño a los medios italianos. El menor acudía a clases en una pequeña escuela cercana. Su padre trabaja de forma esporádica en un mercado los domingos en Porta Portese, mientras su madre trabaja como empleada doméstica en unas casas para llegar a fin de mes.

Rayane convirtió en símbolo de los niños expulsados de las escuelas italianas que viven en condiciones precarias. El escritor y periodista Roberto Saviano publicó al respecto: “Es un niño desplazado. Como siempre cuando se abandona una casa de forma repentina se piensa en salvar las cosas más preciadas. No son juegos, ni ropa, sino libros”.

Tras la llamada para microdonaciones (crowdfunding) en una plataforma digital se señalaba: “Lo que le sucedió a este niño es un espejo de la Italia de hoy, que odia a la cultura, ataca a los más débiles y destruye cualquier esperanza de mejora social”, añadiendo que el menor tiene derecho a estudiar, un derecho que Salvini “quiere cancelar”.

Hasta ahora se habían recaudado más de 9120 euros, bajo el lema ‘Vogliamo studiare’ (Queremos estudiar) con la colaboración de más de 200 personas, hay donaciones de 500 euros pero la mayoría ronda los 20 euros.

Uno de los iniciadores de esta acción, el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Padua Fabrizio Tonello, declaró que Rayane “quiere estudiar”, según explicó a su profesor de Matemáticas. El menor y el resto de ellos se encuentran ahora dispersos, de hecho su familia se encuentra en Torre Maura, a cuarenta kilómetros, en un estudio de una habitación, sin cocina “Vamos a inscribirlo en otra escuela” explicó su madre, Fátima, confiando que ingrese en el centro escolar en septiembre con el inicio del curso.

Tonello, quien colabora con la ONG Familia Acoge, de Bolonia, sostiene que cuando el estado “deja de preocuparse por los débiles y olvida los derechos fundamentales, entonces la sociedad civil debe intervenir”.

Fuente de la reseña: https://periodistas-es.com/nino-desalojado-con-libros-simbolo-de-la-escolarizacion-inmigrante-en-italia-131715

Comparte este contenido:

Banco Mundial: Latinoamérica debe invertir en primera infancia, docencia y gestión

Redacción: EFE

La mitad de los estudiantes latinoamericanos de educación básica no aprende lo mínimo para contar con herramientas que los ayuden a desarrollar su vida adulta y la única manera de contrarrestar ese presente y futuro desolador es la inversión en la primera infancia, la docencia y la gestión educativa.

Esa es la apuesta del Banco Mundial que, a través de su economista principal de la Práctica Global de Educación para América Latina, el mexicano Rafael de Hoyos, defiende para que los Estados de la región reduzcan los índices de bajo o nulo aprendizaje.

Más de 79,6 millones de estudiantes escolarizados «no aprenden, de acuerdo a las pruebas estandarizadas», como el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), sobre todo porque «tenemos sistemas educativos que no solo reproducen la desigualdad del ingreso, sino que la exacerban», advierte De Hoyos en entrevista con Efe.

A pesar de que en las últimas décadas la región ha visto un aumento de la cobertura a prácticamente la totalidad, «no se tomó en cuenta la calidad de los docentes, que son el actor más importante del sistema educativo», advierte el economista.

A ese contexto se suma que los sistemas educativos de Latinoamérica «no cumplen con funciones sociales básicas, como la promoción de la movilidad social», además de la falta de atención de los Gobiernos a la primera infancia, los primeros 1.000 días de vida que son fundamentales.

De ahí que más de 79,6 millones de estudiantes no puedan comprender un texto, no sepan organizar ideas de manera escrita ni operaciones básicas de matemáticas para resolver operaciones cotidianas, lo cual es «tristísimo», porque «si hay una bola de cristal que me pueda ayudar a ver el futuro, esa sería la actualidad del sistema educativo».

Esa «desatención», «si lo vemos desde un punto de vista de contrato social, es un gran fraude», advierte De Hoyos, pues mientras los contribuyentes pagan sus impuestos el Estado debería «proveer servicios básicos, como la educación y los sistemas educativos deben hacer que los jóvenes aprendan».

Todo comienza con el drama de las zonas rurales y de extrema pobreza, pues ahí «la madre no va a revisiones, el niño nace con una desventaja de sus potencialidades, no recibe alimentación adecuada ni estimulación temprana y todo eso genera que en sus primeros 1.000 días no consiga el desarrollo adecuado».

En contraste a ese niño, narra De Hoyos, está la familia con posibilidades económicas, que tiene consciencia de la alimentación adecuada, de la estimulación, de la lectura y el apoyo emocional.

A eso se suma el tipo de educación que recibirán ambos, en contexto privado y público, «con docentes preparados» o «en condiciones deplorables», dando como resultado la «exacerbación de las brechas de aprendizaje».

Aunque De Hoyos reconoce que entre los casi 80 millones de estudiantes que no aprenden hay públicos y privados, asegura que se trata de «una anomalía» cuando hay alumnos que vienen de contextos con todas las posibilidades de desarrollo, pues «la relación entre los logros de aprendizaje con aquellos que tuvieron todas las condiciones es altísima».

La falta de aprendizaje, apunta el economista del Banco Mundial, es la causa principal del abandono escolar que se refleja en un total de 20 millones de «Ninis» o jóvenes que ni estudian ni trabajan, a quienes algunos Gobiernos, como el mexicano ha apostado por becarlos y eso «es un error garrafal».

«Si se va a la escuela y no se sabe sumar, restar, multiplicar y dividir y toca entrarle al álgebra, el estudiante está frito», describe De Hoyos, quien critica las becas que el presidente Andrés Manuel López Obrador instituyó, pues, «ni con un millón de dólares podría ayudarle a ese estudiante a aprender álgebra», asegura.

Según De Hoyos, no se trata solo de atender «la falta de recursos», porque ahí «la solución sí sería solo la transferencia de recursos», pero es necesario instruir «programas focalizados» que traten de «reducir la brecha educativa», como los refuerzos a las habilidades cognitivas y las habilidades socioemocionales.

Pero, lo más importante, acota, es la voluntad política, la continuidad y la inversión en los tres rubros más determinantes: primera infancia, docentes y gestión educativa.

En promedio, dice, «nuestros países la educación media y superior es el gran cuello de botella, mientras que en Guatemala es la secundaria o ciclo básico». Pero Chile, que es el gran ejemplo latinoamericano, «tiene tasa de graduación del 80 por ciento en el grado 12» y todo por la continuidad a la inversión de la educación primaria.

Y la fórmula es «atender el flujo y el ‘stock’ (inventario o cantidad), pues los Ninis ahí van a estar y hay que saber de dónde vienen. Es como una alberca que está llena de agua; para vaciarla tenemos antes que darnos cuenta de la pipa que la está alimentando. Hay que parar el flujo y abordar el ‘stock'».

El flujo «es la deserción escolar», mientras que el «stock» «es la combinación de fortalecimiento de habilidades socioemocionales y fortalecimiento de habilidades cognitivas, además de la formación de competencias profesionales», afirma De Hoyos, quien añade que otro problema es que para atender a los Ninis hay que «hacer trajes a la medida».

Sin embargo, es posible reducir la brecha y ese número dramático de la mitad de estudiantes que no aprenden «concentrando la política de primera infancia en hogares que tienen niños de 0 a 3 años y que están por debajo de la línea de la pobreza y enviar a los mejores profesores donde hay mayores índices de deserción», concluye.

Fuente: https://www.efe.com/efe/america/sociedad/banco-mundial-latinoamerica-debe-invertir-en-primera-infancia-docencia-y-gestion/20000013-3998873

Comparte este contenido:

India: Fabricar ladrillos o ir a la escuela

Asia/India/15 Mayo 2019/Fuente: El país

Pahasaur, en el estado central de Haryana, es la zona de producción de ladrillos más importante de India. Los encargados de aportar la mano de obra son las miles de familias que cada año se desplazan desde los estados más pobres. Esta temporalidad afecta también a los más pequeños, cuya escolarización pende de un hilo

Fabricar ladrillos o ir a la escuela
Pahasaur es mucho más que una zona de producción de ladrillos.  Es toda una infraestructura que, cada octubre, centenares de familias montan para vivir durante la temporada. Llegan desde Bihar, Bengala Occidental, Uttar Pradesh (los estados más pobres de la India), para trabajar en las fábricas (‘bhattas’) durante los meses de producción. Cada junio, al comienzo de los monzones, regresan a sus lugares de origen con pequeños ahorros que les permiten cultivar sus tierras y sobrevivir algunos meses.
Pahasaur es mucho más que una zona de producción de ladrillos. Es toda una infraestructura que, cada octubre, centenares de familias montan para vivir durante la temporada. Llegan desde Bihar, Bengala Occidental, Uttar Pradesh (los estados más pobres de la India), para trabajar en las fábricas (‘bhattas’) durante los meses de producción. Cada junio, al comienzo de los monzones, regresan a sus lugares de origen con pequeños ahorros que les permiten cultivar sus tierras y sobrevivir algunos meses.
No solo son temporales sus trabajos, sino también los servicios que disfrutan en esta zona de Jarjjar, en el Estado de Haryana. La escuela donde acuden desde 2010 decenas de niños y niñas, es uno de los puntos clave donde se nota el abandono que traen consigo las lluvias de los monzones.
No solo son temporales sus trabajos, sino también los servicios que disfrutan en esta zona de Jarjjar, en el Estado de Haryana. La escuela donde acuden desde 2010 decenas de niños y niñas, es uno de los puntos clave donde se nota el abandono que traen consigo las lluvias de los monzones.
Autobús financiado por la ONG It will be y la organización Don Bosco. Los trabajadores sociales que recogen a los niños son los que más madrugan. Recorren cada mañana las más de 20 ‘bhattas’ o fábricas a las que se atiende en esta escuela temporal, donde además los estudiantes disponen de un dispensario médico y de una comida diaria.
Autobús financiado por la ONG It will be y la organización Don Bosco. Los trabajadores sociales que recogen a los niños son los que más madrugan. Recorren cada mañana las más de 20 ‘bhattas’ o fábricas a las que se atiende en esta escuela temporal, donde además los estudiantes disponen de un dispensario médico y de una comida diaria.
Alrededor de 100.000 personas se dedican en esta zona de la India a la producción del ladrillo. Pero cada vez son menos los niños cuyas manos se manchan con la arena y el barro de los moldes. Muchas familias entienden que sus hijos tendrán un futuro más próspero si saben leer y escribir, aunque pierdan algunas rupias. Cada día, la escuela se llena un poquito más de ilusión, alegría y trabajo.
Alrededor de 100.000 personas se dedican en esta zona de la India a la producción del ladrillo. Pero cada vez son menos los niños cuyas manos se manchan con la arena y el barro de los moldes. Muchas familias entienden que sus hijos tendrán un futuro más próspero si saben leer y escribir, aunque pierdan algunas rupias. Cada día, la escuela se llena un poquito más de ilusión, alegría y trabajo.
A pesar de que la tasa de alfabetización en el subcontinente supera ya el 70%, el desarrollo de las zonas rurales está aún muy por debajo. Este fenómeno afecta especialmente a los habitantes de los estados más pobres, que habitualmente se desplazan temporalmente para trabajar.  Esta temporalidad dificulta aún más el trabajo que llevan a cabo los profesionales de la escuela, que tienen que enfrentarse a unas familias reacias y que no todos los años pasarán estos meses en las ‘bhattas’ de Pahasaur.
A pesar de que la tasa de alfabetización en el subcontinente supera ya el 70%, el desarrollo de las zonas rurales está aún muy por debajo. Este fenómeno afecta especialmente a los habitantes de los estados más pobres, que habitualmente se desplazan temporalmente para trabajar. Esta temporalidad dificulta aún más el trabajo que llevan a cabo los profesionales de la escuela, que tienen que enfrentarse a unas familias reacias y que no todos los años pasarán estos meses en las ‘bhattas’ de Pahasaur.
Cada día escolar, los alumnos y alumnas suben al autobús con un plato que los trabajadores del colegio se encargan de llenar a la hora de la comida. Esta dieta diaria, normalmente a base de arroz, es otro de los alicientes que mueven a los padres a que sus hijos acudan a la escuela durante la jornada laboral, evitando así convertirse en mano de obra.
Cada día escolar, los alumnos y alumnas suben al autobús con un plato que los trabajadores del colegio se encargan de llenar a la hora de la comida. Esta dieta diaria, normalmente a base de arroz, es otro de los alicientes que mueven a los padres a que sus hijos acudan a la escuela durante la jornada laboral, evitando así convertirse en mano de obra.
El agua es uno de los recursos más esenciales en el día a día de las fábricas. Beber, ducharse o fregar son tareas que se complican ante la falta de infraestructuras o sistemas mecánicos de recogida. Los niños y niñas siguen siendo los que, en su mayoría, se encargan de la función de recolectar el agua, que sacan de pozos manuales y portan hasta sus hogares.
El agua es uno de los recursos más esenciales en el día a día de las fábricas. Beber, ducharse o fregar son tareas que se complican ante la falta de infraestructuras o sistemas mecánicos de recogida. Los niños y niñas siguen siendo los que, en su mayoría, se encargan de la función de recolectar el agua, que sacan de pozos manuales y portan hasta sus hogares.
La higiene y la prevención de enfermedades es otro de los pilares que se esconden detrás de este proyecto de escuela temporal. Las familias son conscientes de que los niños solo podrán asistir a clase si van duchados y con ropa limpia. Por eso, ante los pitidos del autobús, los  pequeños se afanan en desenredarse los últimos tirones de un pelo que se les ensucia a diario por el polvo de los ladrillos.
La higiene y la prevención de enfermedades es otro de los pilares que se esconden detrás de este proyecto de escuela temporal. Las familias son conscientes de que los niños solo podrán asistir a clase si van duchados y con ropa limpia. Por eso, ante los pitidos del autobús, los pequeños se afanan en desenredarse los últimos tirones de un pelo que se les ensucia a diario por el polvo de los ladrillos.
En el acceso a la educación en India sigue existiendo una brecha de género que parece estar lejos de cerrarse. Así, mientras el 81% de los chicos mayores de 15 años saben leer y escribir, solo el 60 % de las mujeres pueden hacerlo. La desigualdad en el acceso también está latente en los distintos Estados, como muestran las tasas de alfabetización, que pueden variar desde el 63% en Bihar, hasta el 94% en Kerala.
En el acceso a la educación en India sigue existiendo una brecha de género que parece estar lejos de cerrarse. Así, mientras el 81% de los chicos mayores de 15 años saben leer y escribir, solo el 60 % de las mujeres pueden hacerlo. La desigualdad en el acceso también está latente en los distintos Estados, como muestran las tasas de alfabetización, que pueden variar desde el 63% en Bihar, hasta el 94% en Kerala.
14 años es la edad permitida a partir a la cual cualquier persona puede trabajar legalmente en el país. Sin embargo, esta medida, que pretendía acabar con la explotación infantil, se vio quebrantada cuando el pasado año se añadió una nueva cláusula: los menores podrán trabajar desde cualquier edad en negocios familiares. Lejos de acabar con este problema, en India existenactualmente alrededor de 6,5 millones de menores de entre 3 y 15 años víctimas de esta forma de explotación. Y la educación es una de las mejores armas para luchar contra ella.
10 14 años es la edad permitida a partir a la cual cualquier persona puede trabajar legalmente en el país. Sin embargo, esta medida, que pretendía acabar con la explotación infantil, se vio quebrantada cuando el pasado año se añadió una nueva cláusula: los menores podrán trabajar desde cualquier edad en negocios familiares. Lejos de acabar con este problema, en India existenactualmente alrededor de 6,5 millones de menores de entre 3 y 15 años víctimas de esta forma de explotación. Y la educación es una de las mejores armas para luchar contra ella.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/05/08/album/1557314448_744086_1557324548_noticia_normal_recorte1.jpg


Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/05/08/album/1557314448_744086.html#foto_gal_1
Comparte este contenido:

Sacar a los niños de la cantera

Por: Chema Caballero

Un proyecto español busca ayudar a los niños que trabajan en las minas de Benín y escolarizarlos, además de favorecer el acceso al agua limpia de la población

Tic, tic, tic, toc, tic, tic, tic, toc… Es la música de fondo que se escucha, desde antes de que salga el sol hasta su puesta, en Tchachegou, una ciudad en el centro de Benín, a unos 250 kilómetros al norte de Cotonú. El ruido procede de las canteras donde cientos de mujeres y niños, refugiados bajo la sombra que ofrecen los pocos árboles que allí quedan, rompen diariamente enormes piedras de granito hasta convertirlas en grava que luego, lejos de allí, será utilizada para hacer hormigón. ¿Y los hombres? Están arriba en la montaña, donde intentan desgajar las grandes rocas. Para ello aplican fuego y meten cuñas de madera entre las rendijas para hacer saltar trozos que puedan ser trasladados hasta donde se encuentra el resto de la familia. Es un trabajo peligroso, porque muchas veces las piedras saltan sin avisar hiriendo a los que están cerca.

La familia Madougou trabaja sin descanso bajo un grupo de mangos. El hijo mayor, de 15 años, y su hermana de 13 levantan pesadas mazas por encima de sus cabezas y las dejan caer, con gran precisión, sobre un montón de piedras contenido dentro de un viejo neumático de camión para evitar, dentro de lo posible, que salten lascas y puedan lastimar a algunos de los que allí se encuentran. De vez en cuando, para que descasen, alguno de los hermanos más pequeños les da el relevo. La madre y una tía transportan sobre sus cabezas capazos metálicos con la grava y la depositan cerca de alguno de los caminos por donde los camiones que vienen a comprarla acceden. Pagan el equivalente a 150 euros por 10.000 metros cúbicos de grava. Ninguna familia puede, por sí sola, llenar uno. Tres o cuatro familias, si son grandes como la de los Madougou, ponen en común el trabajo de todo un mes y se reparten la ganancia. También son muchas las mujeres solas, a veces ayudadas por niños de no más de siete u ocho años, con el hijo más pequeño atado a la espalda o acostado sobre unos trapos junto a ella, que sentadas en el suelo, con un martillo pequeño rompen las grandes piedras. Pasan todo un día de trabajo para conseguir uno o dos capazos de grava solamente.

Las personas que se mueven por esta cantera a cielo abierto están expuestas a diversas enfermedades. La más peligrosa es posiblemente la silicosis, afección pulmonar incurable causada por la inhalación de polvo que contiene sílice cristalino. A pesar de todos los esfuerzos de prevención de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la silicosis todavía afecta a decenas de millones de trabajadores y mata a miles de personas cada año en todo el mundo. Esta enfermedad, con su potencial de causar discapacidad física progresiva y permanente, todavía es una de las dolencias profesionales más importantes del planeta, según la OMS.

Suministro de agua limpia a las clases de la escuela de Tchatchegou.ver fotogalería
Suministro de agua limpia a las clases de la escuela de Tchatchegou. C. C.

Con el auge de la construcción que experimenta la inmensa mayoría de las ciudades africanas, la demanda de grava ha crecido y las minas a cielo abierto se multiplican por todos los países y, también, en Benín.

Las mujeres y los niños son los más afectados por este problema en este pequeño país, según un estudio llevado a cabo en 2014 y publicado en el Bulletin de la Recherche Agronomique du Bénin (BRAB). También especifica que la población que sufre este problema es relativamente joven, en torno a los 25 años. Estas personas son, en su mayoría, analfabetas o con muy bajo nivel de educación, que han encontrado en las canteras su único medio de subsistencia. Además, no utilizan ninguna medida de prevención laboral por lo que los accidentes son también muy frecuentes.

Cuidar a los más pequeños

Los niños son los que más sufren esta situación. Además de aquellos que desde muy jóvenes se ven forzados a trabajar en las canteras picando piedras para ayudar a sus familias, están los más pequeños, los bebés, muchos de ellos cuidados por hermanos un poco más mayores o atados a la espaldas de sus madres o que descansan cerca de ellas. Ellos también inhalan las partículas de sílice que surgen de la ruptura de las rocas y que llegan a sus pulmones, lo que provoca la muerte de muchos de ellos.

El centro de salud del pueblo no cuenta con estadísticas precisas, pero su encargado precisa que la mortalidad infantil por enfermedades relacionadas con las vías respiratorias y los pulmones es inmensamente más alta que en otras partes del país.

Fue esta realidad de los niños forzados a trabajar en la cantera y la de aquellos más jóvenes obligados a respirar el polvo maligno, lo que movió a la ONG española Mensajeros de la Paz a desarrollar un programa integral en la zona que, en una primera fase, tiene que ver con la protección de los menores, su escolarización y el acceso a agua limpia.

Uno de sus mayores logros ha sido conseguir la escolarización de 280 niñas y niños en la escuela de Tchachegou. No están todos los que deberían, todavía muchos menores pican piedra. Por eso la sensibilización de las familias es muy importante. “Hay que hacerles entender que el lugar de los niños es la escuela y mostrarles los peligros a los que exponen a sus hijos al obligarles a trabajar en las canteras. Pero se requiere mucha paciencia y tiempo para que poco a poco cambie la mentalidad”, comenta Florent Rama Yao Koudoro, director de los proyectos en Benín. Es difícil determinar el porcentaje de niños no escolarizados en la zona, pero “es muy bajo, basta con ver que hay más niños en la cantera que en la escuela”, añade.

“Va a ser mucho más complicado convencer a las madres para que lleven a sus hijos a la guardería”, afirma Koudoro. No muy lejos de la escuela primaria un grupo de obreros trabaja en el nuevo edificio que acogerá a los más pequeños a partir del próximo septiembre. “La idea es que las madres dejen aquí a sus hijos para evitar la exposición al polvo de la cantera. Los niños estarán cuidados y, además comenzarán sus estudios”. Piensa Koudoro que va a ser una labor muy difícil conseguir este objetivo, pero no ceja en su intento de impedir que los menores respiren el silicio. “Hemos empezado la campaña de sensibilización para que cuando llegue septiembre las madres estén concienciadas. Tenemos muchas ilusiones puestas en este proyecto. Será un paso muy importante para mejorar la salud de los más pequeños”, explica el director del programas.

El otro problema al que hacer frente es el de la escasez de agua limpia en la zona debido a la degeneración medioambiental que significa la destrucción de la montaña y sus bosques por los canteros. Además, las aguas están contaminadas porque el polvo de silicio también llega hasta ellas, y no son aptas para el consumo humano. Muchas mujeres y niñas tenían que ir lejos en busca de la que se consumía en sus casas. Eso implicaba cruzar la carretera nacional por donde coches, camiones y motos circulan a gran velocidad. “Eran muchos los que morían atropellados cuando iban a buscar el agua”, comenta Mousa Akougbe jefe del pueblo.

Se han construido dos redes de distribución de agua con dos depósitos en altura, en las colinas. Hasta ellos se bombea el agua desde pozos limpios. Desde allí se envía a las diferentes fuentes distribuidas por las distintas localidades de la zona. Se han constituido unos comités de gestión, un grupo de personas que se encarga de su buen uso y mantenimiento. También abren y cierran las fuentes en horarios determinados, y las mantienen limpias. Además cobran la pequeña contribución monetaria que los ciudadanos hacen para el funcionamiento de todo el sistema. “Entre Tchachegou y la ciudad vecina de Sokponta, más los pueblos que dependen de ellas, el agua limpia llega a más de 15.000 personas”, asegura Koudoro.

Este año, gracias a la carrera solidaria organizada en los Colegios Valle de Madrid dentro de su Semana de la Solidaridad y con el apoyo de la Fundación Salvador Soler, la organización ha ampliado el proyecto para garantizar que la escuela de Tchatchegou se convierta en una escuela saludable con del acceso a agua limpia a través de fuentes y un saneamiento básico y digno mediante la construcción de unas letrinas en el propio recinto.

La cantera es una fuente de enfermedades y de deterioro del medioambiente, pero es la forma de subsistencia que han encontrado los habitantes de estos pueblos, por lo que la solución no pasa por cerrarla de golpe. “Habría que encontrar alternativas a ese trabajo para que las familias pudieran abandonarlo sin que sus ingresos desciendan, pero no es fácil por ahora. Así que nos centramos, en un primer momento, en la educación, la salud y el agua limpia. Luego, poco a poco, veremos qué otras programas podemos implementar para mejorar la vida de estas personas”, comenta Koudoro.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/04/23/planeta_futuro/1556020053_492467_1556020696_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/04/23/planeta_futuro/1556020053_492467.html

Comparte este contenido:

UNICEF: Unos 175 millones de niños en edad preescolar no van al colegio

UNICEF / 14 de abril de 2019 / Autora: María Teresa Benítez de Lugo / Fuente: ABC

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calcula que, en todo el mundo, unos 175 millones de niños menores de seis años no están escolarizados y que por este motivo pierden oportunidades de aprendizaje y se exponen a sufrir de grandes desigualdades cuando finalmente empiezan el colegio

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia ( Unicef) calcula que, en todo el mundo, unos 175 millones de niños menores de seis años no están escolarizados y que por este motivo pierden oportunidades de aprendizaje y se exponen a sufrir de grandes desigualdades cuando finalmente empiezan el colegio.

En un informe publicado hoy, Univef advierte que en los países más pobres el panorama es mucho más preocupante que en los países industrializados, respecto a la integración de los infantes en el sistema educativo, estimándose que sólo uno de cada cinco niños pequeños, en edad preescolar, acude el colegio.

«La educación preescolar es la base de la educación de nuestros hijos ya que de ella dependen las restantes etapas de enseñanza. Sin embargo, a muchos niños del mundo se les niega esta oportunidad aumentándose el riesgo de repetir clase o de abandonar la escolarización », afirmó la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.

El estudio de Unicef, destaca la importancia de la educación escolar infantil desde muy temprana edad revelando que, incluso si sólo asisten a parvulos durante un año, ese tiempo es suficiente para desarrollar capacidades de comprensión que necesitarán más tarde cuando ingresen en la escuela.

Con la escolarización precoz se evitan numerosos problemas de alfabetización y de entendimiento del cálculo y de la aritmética. Sin embargo, esta depende muchas veces del nivel de educación de los padres y también del lugar donde geográficamente resida la familia, señala el informe.

Esta es la primera vez que Unicef publica un informe sobre este tema y lo hace con el objetivo de alertar a las autoridades públicas sobre la importancia de poner en marcha proyectos de información que sensibilicen a los padres respecto a la importancia del sistema de enseñanza precoz para la educación escolar de la prole.

En el informe se subraya el papel de la pobreza en la educación infantil. De acuerdo con Unicef, en 64 de los países más pobres la mayoría de los niños menores de seis años no acuden al colegio. En otros países, como Macedonia, sólo el 50% de los niños en edad preescolar asisten al colegio.

Las guerras y conflictos armados impiden también la escolarización temprana de los pequeños. El documento subraya que más de dos tercios de niños en edad preescolar que viven en alguno de los 33 países afectados por este tipo de conflictos no están inscritos en un programa de educación infantil temprana.

Unicef precisó que principalmente en estos países en guera es donde los niños obtienen los mayores beneficios de la educación preescolar ya que la misma les permite superar traumas psicológicos y les ayuda a construir su personalidad. Además, en estos países el colegio ofrece, a menudo, infraestructuras seguras para aprender y jugar.

La organización que se ocupa de la protección e la infancia, criticó en el estudio la falta de presupuestos destinados a este tipo de educación preescolar en el mundo, un promedio de un 6,6% del total de los presupuestos de educación nacionales. En África subsahariana el 70% de los pequeños no beneficia de este tipo de enseñanza.

Europa y Asia son los continentes donde existen las mejores oportunidades para este tipo de educación y donde los países dedican más presupuesto, un 11%, a la enseñaza preescolar. La otra cara de la moneda la tienen los países más pobres que con el 60% de niños en edad preescolar no tienen suficientes maestros para escolarizarlos.

Fuente de la Noticia:

https://www.abc.es/sociedad/abci-unos-175-millones-ninos-edad-preescolar-no-colegio-201904090206_noticia.html

ove/mahv

Comparte este contenido:
Page 3 of 12
1 2 3 4 5 12