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El Movimiento Sem Terra (Sin Tierra): una experiencia pedagógica alternativa

Por: Jaume Carbonell

La escuela se concibe como un taller de formación humana; gestión colectiva del centro mediante la participación directa de educadores y educandos en la toma de decisiones.

El MST (Movimento Sem Terra),  surge de la articulación de las luchas por la tierra y la reforma agraria en la década de los  setenta, con ocupaciones, campamentos, marchas, conquista de escuelas y actividades de formación, etc.

Dispone de una pedagogía que va más allá de cada persona y se funde en la construcción de una identidad colectiva -soy mujer, soy negra, soy campesino, soy educadora,…- que combina teoría y práctica. Para el MST educar es humanizar, es cultivar el aprendizaje de cómo ser humano. Uno de sus retos pedagógicos es lograr una nueva síntesis cultural entre pasado, presente y futuro, compartiendo relatos, palabras y símbolos: los más diversos lenguajes. Por eso siempre está presente la memoria histórica y la utopía.

Entre sus principios pedagógicos cabe mencionar los siguientes: las personas se educan aprendiendo a conocer para resolver; las personas se educan aprendiendo del pasado para proyectar el futuro; las personas se educan en colectividades -de ahí la importancia de la convivencia y la construcción de identidades, valores y conocimientos; se educa a través de la conducta de las personas mayores; la escuela se concibe como un taller de formación humana; gestión colectiva del centro mediante la participación directa de educadores y educandos en la toma de decisiones.

En cualquier práctica pedagógica se combina el aprendizaje de habilidades -el aprender a hacer- con la adquisición de valores: solidaridad, austeridad, espíritu de sacrificio por el bienestar colectivo, disciplina o valoración de la propia identidad Sin Tierra (véase el vídeo de Agustí Corominas y Rosa Cañadell sobre el MST, en versión original y subtítulos en español. Un recorrido por diversos asentamientos de tierras ocupadas, siempre con la mirada pedagógica).

“La Escola Estatual Nova Sociedade” no es propiamente una escuela Sem Terra, pero a ella asisten muchos estudiantes de primaria y secundaria de un par de asentamientos próximos de este movimiento y, sin lugar a dudas, se identifica con su filosofía.

En el jardín nos fijamos en una cita de Saramago que ocupa casi la pared entera: “Aprendí nao tentar convencer ninguém. O trabalho de convencer é una falta de respeito, é una tentativa de colonizaçao do outro”. También está la huella escrita de Trotski, uno de los revolucionarios rusos proscritos y asesinado por el estalinismo. Los muros expresan una manera de pensar y hacer educación, con textos de pulcra caligrafía y bellas imágenes. “¿Para qué sirve el conocimiento?”; “Insistir, persistir, resistir, nunca desistir”; “La educación rural es un derecho, no una limosa”; “Respeto a la educación”. Y el alumnado escribe de modo permanente sus ideas, deseos y estados de ánimo: “No critiques, apoya”; “Angustiada, muerta por dentro”; «Estoy bien”; “Fingir o ser”; “Debemos respetarnos”; “No aguanto más”… Y se anuncian colectas de recogida de alimentos y ropa.

Con su director, visitamos algunas aulas. Nos cuenta que las hay temáticas, y algunos grupos van pasando por ellas en función de la materia o proyecto en que están trabajando. En una de ellas, repleta de libros de todo tipo, hay una enorme pintura mural que muestra la evolución de la Educación Física y el deporte, desde el Neolítico hasta la actualidad: “Siempre tratamos de conectar el pasado con el presente”.

En el aula científica se desarrolla el proyecto: “Ondas sonoras. Movimientos oscilatorios”. En el espacio literario, se estudia la obra de Pablo Neruda. Y en el de Historia, las raíces del barrio del colegio. Se dispone de un par de espacios exteriores muy utilizados para la observación, conocimiento y experimentación de la naturaleza: el huerto escolar y la agrofloresta.

Su proyecto educativo se inspira en la “Guia para transformaçao das relaçoes humanas e cooperaçao” –a la que también denominan “Método conscientia”–, poniendo el énfasis en la valoración humana, social y de la naturaleza. Este método parte de una crítica radical al sistema capitalista y apuesta por el socialismo autogestionario, mediante la democracia participativa directa. “Conciencia y libertad son inseparables. E igualdad significa igualdad en el ejercicio del poder, participación en la toma de decisiones, en la planificación y en la ejecución del trabajo”. Se hace hincapié en no caer en la reproducción de los métodos capitalistas -competir, exigir, premiar- en las relaciones cotidianas.

La libertad y la solidaridad son los dos grandes pilares sobre los que se asientan estas relaciones humanas y mencionan, como ejemplos a tener en cuenta, a Sócrates, Mahatma Gandhi, Antonio Gramsci, José Martí y Nelson Mandela, entre otros muchos. Entre las riquezas humanas citan las siguientes: alegría, amor, compromiso, coraje, creatividad, curiosidad, facilidad de aprender, honestidad, iniciativa, humildad, percepción y solidaridad. Para ello, usan una serie de instrumentos de valoración humana, como el conocerse a sí mismo y el respeto por los sentimientos; y de valoración social, como la inserción en la participación directa. Se utilizan las historias de vida como manera de valorar a las personas y el colectivo. Se cuenta su infancia, las vivencias de su entorno, la vida escolar o quienes le influyeron.  “Cuando las personas se abren y hablan de sus angustias y dificultades les ayuda a sacarse sus máscaras. Esto aproxima a las personas, refuerza la comprensión y la tolerancia mutua y fortalece la unión del grupo”.

Tras esta conversación con el director, salimos de la escuela con sensaciones muy optimistas. Pero al cruzar el vestíbulo, un cartel nos recuerda la actual amenaza que se cierne sobre la educación “Guia rápido contra a censura nas escolas. Nao se deixe intimidad!» (Véase artículo anterior: Educación en Brasil 2).

Para los Sem Terra, como para todas las personas y colectivos que defienden una educación democrática, empieza una nueva resistencia.ç

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2019/09/25/el-movimiento-sem-terra-sin-tierra-una-experiencia-pedagogica-alternativa/

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Puerto Rico: Educación integra clase de ciencias en directo desde África

Centroamérica/Puerto Rico/26 Septiembre 2019/El vocero

La transmisión contará con la participación, como profesor, del especialista en vida salvaje Ron Magill

Por primera vez, los estudiantes en las escuelas del Departamento de Educación tendrán acceso este próximo viernes, 27 de septiembre, a una clase “online” en directo desde la reserva Kwantú, en Sudáfrica, con el experto en vida salvaje y presentador del programa Mundo Salvaje, Ron Magill.

El secretario de Educación, Eligio Hernández Pérez, informó hoy que el proyecto surge luego de un acuerdo colaborativo entre el Departamento de Educación (DE), el Programa de Educación STEM del Fideicomiso para Ciencias, Tecnología e Investigación de Puerto Rico y el canal educativo y cultural HITN-TV.

“Esto es un esfuerzo que hacemos desde el Programa de Ciencias del DE para educar y promover la conservación de las especies. Será una gran experiencia para nuestros alumnos, pues tendrán la oportunidad de conocer de cerca las curiosidades de la vida salvaje desde África con un conocedor como lo es Ron; además, los estudiantes podrán aclarar sus dudas previamente hechas al especialista quien tendrá en la transmisión a los BIG 5, los principales animales de la vida salvaje que son: león, rinoceronte, elefante africano, leopardo y búfalo africano”, precisó el funcionario.

Por su parte, la directora del Programa de Ciencias de Educación, la doctora Lilliam Rodríguez, detalló que el enlace de transmisión estará abierto para toda la comunidad escolar desde las 9:00 de la mañana a través de www.hitn.tv/mundosalvaje.

“En el DE estamos muy entusiasmados en poder brindar esta oportunidad enriquecedora a nuestros estudiantes. Continuaremos trabajando, junto con el Fideicomiso, HITN-TV y otras organizaciones, para añadir actividades científicas educativas en nuestro programa académico”, indicó Rodríguez.

Magill, reconocido especialista en vida salvaje, ha participado por más de 25 años en distintos programas de televisión en Estados Unidos y es el director de Comunicaciones del Metro-Zoo en Miami Dade, Florida.

HITN-TV, entretanto, es el canal líder de televisión en Estados Unidos con una amplia programación educativa y cultural en español que alcanza a 44 millones de personas en los estados y Puerto Rico. Produce Mundo Salvaje con Ron Magill desde octubre 2018, programa que presenta y discute las maravillas del mundo animal.

Fuente: https://www.elvocero.com/educacion/educaci-n-integra-clase-de-ciencias-en-directo-desde-frica/article_62318cc2-df93-11e9-864a-1bbece6db0b6.html

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Innovación, comunidad y escuela rural

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

Docentes, familias y organizaciones locales se dan cita en Mudrián (Segovia) para hablar sobre la realidad de la escuela rural y pensar, juntos, cómo mejorar su situación.

Mudrián (Segovia) es un pueblo pequeño. De unos 240 habitantes censados en el que en realidad viven diariamente alrededor de 100. Hasta hace relativamente poco, la comerca en la que se encuentra vivía del pino resinero. Ahora, buena parte de sus habitantes trabajan en una fábrica de tortillas que exporta parte de su producción. Es un lugar tranquilo en donde las personas mayores sacan las sillas a la calle para pasar las horas hablando entre sí.

El pasado fin de semana se dieron cita en él una veintena de representantes de la comunidad educacativa de diferentes puntos de Segovia y Valladolid con el objetivo de hablar de innovación educativa y escuela rural. Se celebraba el VII Foro Chico de la Alobera, organizado por la Asociación Ay Cordera.

Enseñanza personalizada, grupos pequeños, uso del entorno como agente facilitador de los aprendizajes, grupos heterogéneos, aprendizaje cooperativo, aprendizaje servicio, trabajo por proyectos… son algunas de las claves que durante una jornada entera fueron apareciendo.

La escuela rural tiene una gran importancia en lugares como este en donde la preocupación por la despoblación es uno de los problema clave. La España vaciada está de moda últimamente, pero se trata de un problema que ya desde los años 60 se viene dando y al que no parecen dar una respuesta clara las administraciones autonómicas o provinciales. En Mudrián, en sus años buenos, vivían 1.000 personas.

Las dificultades en el medio rural, también para la escuela, están muy presentes. Una de las más importantes es la rotación del personal docente interino. Cada año son muchos los centros rurales los que pierden a buena parte de sus maestras y maestros en un constante volver a empezar de cero cada septiembre. Los proyectos, sean de innovación o no, quedan comprometidos por esta situación.

A esto se suma el hecho de que en la formación inicial no existe una especialidad, como pudiera ser la de educación física, que entienda y atienda a la especificidad de estas poblaciones. Todo el alumnado de las facultades aprende lo mismo, vaya a un centro urbano de decenas y decenas de niñas y niños o a un CRA en el que hay 21 estudiantes entre infantil y primaria.

Qué hacer

«Queremos parecernos a las ciudades; se nos olvida el entorno que tenemos» decía Diego Pérez, un educador con la especialidad de educación física preocupado por la brecha analógica. Para él, la innovación hoy por hoy pasa por dejar a un lado las tecnologías en un momento en el que la infancia las integra desde muy pronto. «La innovación está en la calle, fuera de la escuela».

«El primer paso es apartar la tecnología, contactar con la realidad. Se nos olvida el entorno en el que vivimos». Para este docente es importante parar para reflexionar, «qué estamos haciendo y para qué».

Esta conexión con el entorno cercano es el leit motiv de la jornada, desde vertientes diferentes. Las relaciones, no solo con el entorno natural, sino con la comunidad. Poder salir con el alumnado a las calles del pueblo, ir a la tienda a comprar alguna cosa y trabajar las matemáticas, o la convivencia y las relaciones con la comunidad.

Rocío Gómez y Lucía Arribas, ambas maestras rurales coinciden en estos asuntos. También en otros como el hecho de que la cercanía de la escuela a su comunidad facilita que se conozcan mejor las realidades del alumnado y cómo pueden afectar a su aprendizaje.

También Diego Sobrino habla de la necesidad de abrir el aula. Es profesor de Geografía e Historia en el CEO La Sierra, en Prádena (Segovia) en el que intenta (y consigue) conectar la vida local con lo global. «El rural no es el mundo aislado que nuestros alumnos creen al principio». Con sus alumnos ha trabajado desde la historia local durante la Guerra de Independencia frente a Francia o cómo evitar la despoblación utilizando informes del INE. Hay que «poner al alumno en posición de responsabiliddad, en un papel activo, con una enseñanza práctica».

Sobrino ofreció cinco ingredientes para conseguir una receta exitosa para la educación rural (en realidad para cualquiera): llegar a la calidad educativa con metodologías activas; uso del patrimonio etnográfico del alumno; ser ejemplo de escuela inclusiva; tener un contacto cercano con la comunidad educativa, y la obligación de mejora del entorno.

Para Mercedes Ávila, profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha, en la facultad de Educación de Cuenca, hay una realidad clara: la escuela no es prestigiosa y los maestros no quieren ir a ella. Es necesario prestigiarla y para ello propuso crear redes de docentes rurales, también de familias; hay que difundir lo que se hace, también en las universidades, con publicaciones y en foros con «expertos» y agentes de las comunidades; la creación de planes de estudios específicos en la formación inicial docentes, y es necesario que las comunidades autónomas fomenten un plan de educación que actúe sobre los centros educativos pero que también atienda a la no formal, con la mirada puesta en territorios concretos.

Familias

Madres y padres tienen un peso, o deberían, especialmente importante en la escuela rural. Por la cercanía y la facilidad de acceder a maestras y maestros. Pero no siempre comprenden bien qué se está haciendo con sus hijos en la escuela.

Varias representantes de padres y madres hablaron de lo interesante que sería que las administraciones ofrecieran formación a las familias sobre innovación educativa. Quieren participar en la educación más allá de trabajar cuando hay una función o fiesta escolar.

Para algunas madres, la mayor posibilidad de hacer comunidad en pueblos «no está hecha, hay que trabajarla».
Laura Marugán es maestra, también madre de la escuela rural. Y desde hace algunos años, doctora gracias a su tesis La participación de las familias en la escuela rural: una oportunidad para el empoderamiento comunitario.

Para ella la participación en la escuela rural pasa, no por «echar una mano» o por la «explotación de las familias», sino por crear conciencia de escuela. Para ello es importante tener en cuenta que habrá que adaptarse a las diferentes familias, que no es lo mismo una que viva en un pueblo desde siempre que una familia «neorural».

«Hay muchas formas de participar, «todas válidas y necesarias». Hay que hacer la escuela «nuestra», decía, para familias y personal docente. Habló de proyectos como el de comunidades de aprendizaje y de cómo en él, madres y padres participan como voluntarios en actividades de la escuela. «La escuela es de todos». Y más cuando «las maestras no damos abasto».

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/09/24/innovacion-comunidad-y-escuela-rural/

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Entrevista a Miguel Barrero: “Saber aprender toda la vida es más importante que saber matemáticas”

Entrevista/26 Septiembre 2019/Autora: Ana Torres Menárguez/Fuente: El país

La Fundación Santillana presentó ayer Ed21, un programa para proponer nuevos métodos de enseñanza de la mano de expertos

Siempre que acude a una conferencia educativa, Miguel Barrero (Madrid, 1960) lanza una pregunta a los asistentes: «¿Para qué sirve una raíz cuadrada?». En los más de 35 años que lleva dedicados al mundo educativo, todavía no ha conseguido una respuesta convincente. Para él, es una prueba irrefutable de que el modelo tradicional de escuela está en crisis. En abril de 2018, le nombraron nuevo director de Educación de la Fundación Santillana —ya dirigía el departamento de I+D dentro del grupo—, y desde entonces quiso crear un gran laboratorio de ideas para reinventarla, para reflexionar sobre lo que debe saber un ciudadano del siglo XXI.

Le procupaba que detrás de algunos proyectos de innovación pedagógica no hubiese una «base sólida». Tras un año y medio de trabajo, su fundación presentó ayer el proyecto Ed21, un programa  que persigue proponer nuevos métodos de enseñanza de la mano de expertos de diferentes partes del planeta, especialmente de España y América Latina —donde la Fundación Santillana tiene seis sedes: Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago, Lima, Bogotá y México DF—.

Pregunta. En España, muchas escuelas se han lanzado a la innovación con nuevas metodologías de enseñanza. ¿Qué está fallando?

Respuesta. En muchos centros, hay una idea errónea de lo que es innovar. No se trata de hacer cosas nuevas o de improvisar sin normas en el aula. Es más complejo. Detrás de toda innovación hay un método, hay que seguir una secuencia de trabajo. Innovar requiere planificación y evaluación, para tener una visión clara de en qué se ha mejorado. Uno de los peligros es que no haya ningún resultado visible; entonces el profesor tiene que preguntarse si es útil el cambio que está introduciendo. Es imprescindible tener una visión previa de dónde se quiere llegar y qué se quiere conseguir.

P. ¿Cuál es el síntoma más claro de que la escuela ha quedado obsoleta?

R. En este momento la escuela sufre una crisis profunda. Hasta ahora ha cumplido dos funciones fundamentales: transmitir un conocimiento estanco, ahora la realidad cambia todos los días, y socializar a los niños. No hay suficientes horas lectivas y, por eso, hay que hacer una selección de cuáles son las grandes ideas sobre las que se quiere trabajar y dejar más tiempo para practicar las habilidades competenciales. Transmitir la verdad ya no corresponde a la escuela. Nada es inmutable.

P. El programa Ed21, ¿busca encontrar nuevas metologías de aprendizaje sólidas?

R. Hace unos tres años, cuando se hablaba del nuevo paradigma de la educación, se colocaba en el centro del debate la tecnología y cómo los centros tenían que incoporarla a las aulas. Lo que nosotros hicimos fue ir más allá, ampliar la mirada para ver en qué situación estaba la educación, en su conjunto. Nos dimos cuenta de que dentro de los colegios, la inquietud no era tanto cómo encajar la tecnología, sino las nuevas formas de aprendizaje. La preocupación estaba más relacionada con la pedagogía. Por eso decidimos crear este laboratorio, para investigar qué necesita el ciudadano de la sociedad 4.0. El sentido de la fundación es provocar reflexión y debate para una mejora educativa.

P. ¿Pretenden definir la escuela del futuro?

R. No. Nuestro foco no está en el tipo de escuela, sino en qué contenidos y habilidades hay que enseñar. Este enfoque tiene truco. Si plasmas lo que debe aprender el alumno, provocas que todo el sistema educativo caiga detrás, es un efecto dominó.Pongo un ejemplo. Si quieres enseñar a programar, ya no te valdrá con un libro de texto, tendrás que usar otras herramientas. Tampoco podrás evaluar con un examen tipo de test. Igualmente, transformará la duración de las clases; 50 minutos no serán suficientes para programar un robot. En Finlandia, que es el gran icono de la educación, son muy habituales las sesiones de 120 minutos. Cada asignatura requerirá unos tiempos y dinámicas de trabajo. Ya no habrá un único modelo de enseñanza y evaluación, sino un mestizaje metodológico. Ese es el futuro.

P. ¿Quiénes están llamados a participar en esa reflexión?

R. La educación es un mundo muy endogámico, y esa es una de las razones por las que ha sido tan poco innovador. La dinámica del aula no deja tiempo para la autocrítica. No hay tiempo para la reflexión. Todos los días surge un problema nuevo: hoy los chavales han venido alterados, hay un profesor cuya plaza no se cubre… estás siempre condenado al día a día. En Ed21 queremos conseguir pausa y sosiego. Dedicarnos a pensar, a discutir. Es un proyecto colaborativo, en red, no queremos sentar cátedra sobre cómo tiene que ser la educación del siglo XXI, pero sí propiciar los espacios para el debate. No nos queremos centrar tanto en lo que piensan los directores de centro, profesores y políticos, sino escuchar más a las familias y su idea de centro y a los jóvenes que ya están fuera, que nos digan qué echaron en falta. Esperamos presentar un primer documento con propuestas a finales de 2021.

P. ¿Cree que hay una preocupación excesiva en trasladar a la escuela las habilidades que demanda el mercado laboral?

R. El primer sector que se ha encargado de definir qué habilidades se requieren en el siglo XXI ha sido el empresarial. El World Economic Forum trasladó el retrato robot del ciudadano al que quieren emplear. No hay que poner el foco de la reforma del sistema educativo en lo que piden las multinacionales, no pueden monopolizar el debate. Por eso, nosotros queremos definir otras dos patas que son igualmente importantes: la personal y la comunitaria. Tener las aptitudes y el conocimiento para seguir aprendiendo a lo largo de la vida es más importante que saber matemáticas.

P. ¿Qué papel debe jugar la neuroeducación en la redefinición del sistema educativo?

R. Los experimentos están mostrando que el cerebro necesita emocionarse para aprender. Uno de los grandes problemas es la falta de motivación. Habría que preguntarse qué porcentaje de los alumnos que abandonan la escuela  —en España, la tasa de abandono escolar temprano es el 17,9% frente al 10% de media de la OCDE— se debe a que no encuentran ningún motivo para ir cada día a clase. Los profesores tienen que explicarles para qué sirven los estudios, a dónde pueden conducirles, qué pueden hacer. La neurociencia está sirviendo para acabar con la excusas y reaccionar.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/09/23/actualidad/1569255253_269950.html

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Actividades extraescolares: elige la mejor opción para tu hijo

Por: Ana Camacaro

La variedad es tal que, a veces, resulta un verdadero quebradero de cabeza para las familias. Expertos explican cuál es la más indicada para niños y adolescentes

Las clases han comenzado ya. Las aulas acogen a quienes serán sus huéspedes durante los próximos meses. El bullicio vuelve a los pasillos de los colegios. Un ir y venir frenético de alumnos, profesores y padres. Visitas continuas de las familias a los departamentos administrativos de sus centros educativos para informarse, entre otras cosas, de las fechas de pago de la próxima matrícula, de la compra de material escolar, de los precios de los menús y, también, de la futura oferta de actividades extraescolares.

Una propuesta, la de la práctica de actividades fuera del horario escolar, que se ha disparado en nuestro país en los últimos años de manera exponencial. Hasta hace poco, las actividades que se ofertaban en los colegios eran básicamente la enseñanza de algún idioma, preferentemente, inglés; los deportes (fútbol, baloncesto o atletismo) y el aprendizaje de algún instrumento musical, como mucho. Sin embargo, la variedad es tal que, a veces, resulta un verdadero quebradero de cabeza para las familias encontrar aquella actividad que se adapte, lo mejor posible, no solo a los gustos e intereses de los niños y las niñas , sino también a las “necesidades” de los propios padres y madres.

Seleccione extraescolar para conocer sus recomendaciones:

DEPORTIVAS IDIOMAS ARTÍSTICAS DIDÁCTICAS

La opinión de los expertos sobre las extraescolares

Catherine L´Ecuyer, autora de varios artículos y libros educativos, entre ellos Educar en el asombro y Educar en la realidad, asegura que el problema no son las actividades extraescolares en sí, “el problema es el horario y el estrés al que sometemos a los niños pequeños”. La raíz de este dilema se encuentra, según L´Ecuyer, en los horarios de trabajo que tienen los padres, la escasa ayuda de los gobiernos en prestaciones y la propia situación económica de los hogares, que hace que los dos miembros de la pareja deban trabajar para “funcionar, sin poder solicitar las excedencias que quisieran durante los primeros años de vida de sus hijos”.

Por su parte, Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación Trilema, cree que “el currículo debería ser lo suficientemente rico como para que las actividades extraescolares no fueran necesarias o que, al menos, se consideraran como parte del aprendizaje dentro de la escuela. Los colegios tendrían que ser flexibles en el currículo y en el horario para permitir que los alumnos pudieran practicar deporte, asistir a actividades artísticas, etc. Es decir, que la escuela no debería considerar como extraescolar aquellos aprendizajes que son fundamentales, necesarios o incluso óptimos para el desarrollo infantil”. Pellicer asegura que la realización de extraescolares por parte de los alumnos de los colegios va asociada también a una cuestión de horarios. En este sentido, la presidenta de la Fundación Trilema manifiesta que “las escuelas finalizan en una hora y las jornadas laborables de los padres terminan a otra. Hay una banda temporal complicada de gestionar cuando tienes hijos y estás trabajando”. Por ello, Pellicer piensa que “la escuela debería ofrecer una serie de posibilidades para desarrollar tu pasión, es decir, aquello en lo que somos buenos. Estas oportunidades deberían ser provistas bien por el centro escolar o el Ayuntamiento”, afirma la experta en educación.

La educadora y creadora del Programa Educar para la FelicidadNora Rodríguez, se posiciona en contra de todas aquellas actividades extraescolares que no fomenten una conexión positiva y saludable entre los chicos; es decir, con toda actividad que no esté relacionada con el cerebro social, con el altruismo o con la generosidad. Y aboga por la práctica de actividades que son creativas, donde los niños trabajan en grupos de diferentes edades y se ayudan mutuamente o hacen proyectos comunes que buscan de alguna manera el bienestar a través del deporte. Esta educadora, que lidera el proyecto Happy School Institute sobre neurociencias y educación para la paz, señala que “la actividad extraescolar debe potenciar aquellos aspectos que no se potencian en el aula conscientemente. Deben rellenar espacios que nos hacen sentir bien como la conexión con los demás, la creatividad, el ¡eureka! que necesita el cerebro, o aquellas que tienen que ver con descubrimientos físicos, como el principio de Arquímedes”.

Para Cortijo Enríquez, responsable de comunicación de la Universidad de Padres, las actividades extraescolares pueden resultar muy positivas, siempre que no se abuse de ellas, dejen tiempo libre y motiven al pequeño. Cortijo Enríquez indica que la sociedad actual está perdiendo el hábito del juego como actividad enriquecedora para los más jóvenes. En su opinión, “han disminuido las horas de juego libre; es decir, aquellas en las que no hay un adulto involucrado. Y, sin embargo, se han incrementado las actividades compartidas en familia o las actividades extraescolares”. Explica que este desequilibrio entre ambas produce efectos indeseados, “ya que jugar con los amigos sin presencia adulta facilita la incorporación gradual a la vida en sociedad; es decir, se educan las habilidades sociales. Creo que uno de los factores más decisivos en este cambio ha sido la reducción de la red extensa de relaciones que tenían las familias: amigos, familiares no directos, vecinos”.

Con relación al juego, Andrés Parada, docente y director de Actividades Deportivas y Culturales del Colegio Arturo Soria de Madrid, asegura que “al igual que los griegos creían que la preparación física era parte indisoluble de la educación integral, el juego sigue siendo hoy una de las mejores herramientas para el desarrollo de la creatividad en la infancia y para el desarrollo de la personalidad del niño”. Además, Parada recuerda que España solo dedica entre el 3% y el 6% del “currículo mínimo recomendado” en Educación Física por la UE. “Por eso, mientras no cambien los diseños curriculares, se hacen tan necesarios otros momentos de esparcimiento y movilidad física fuera de la jornada escolar”. “Además, hasta que la conciliación laboral y familiar no sea un hecho, las actividades extraescolares deportivas, así como las artísticas o las musicales, debieran ser un apoyo real a la escuela y a la familia”, sostiene este docente.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/09/18/mamas_papas/1568800821_951417.html

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Guatemala: Puertas violetas que abren la educación a todas las niñas

Centroamérica/Guatemala/19 Septiembre 2019/La vanguardia

El futuro que le esperaba en su Guatemala natal era casarse o trabajar siendo aún una niña, pero estaba segura de que no quería sufrir como las otras chicas de su poblado; inspirada por Rozalén, Kimberly decidió dibujar una «puerta violeta» para «volar libre» persiguiendo su máximo deseo: estudiar.

Ahora, esta joven de 19 años sueña con ser locutora de radio y presentadora de televisión para «ayudar a otros jóvenes a que aprendan a través de la radio», como hace ella, que recibe muchas de sus clases a través de la emisora local.

Kim, como la llaman, se ha reencontrado este miércoles con la cantante Rozalén, a la que conoció en la zona rural de Totonicapán en la que nació, para presentar el informe de la ONG Entreculturas «Seguras para aprender en libertad», que reivindica el derecho a la educación de las niñas.

Y ambas han entonado «La puerta violeta», la misma que terminó de convencer a la joven de que quería seguir estudiando. «Me ayudó a decir: no quiero quedarme sin estudios, no quiero sufrir lo que las demás están sufriendo. Y dibujé una puerta violeta», ha explicado.

La experiencia también hizo mella en la cantante: «Es importante poner rostro, conocer el contexto, tocar la tierra. Ver la casa donde vivía Kim me impactó muchísimo, por ejemplo, no tenía suelo. Son detalles que eran como lecciones de muchas hojas de asignaturas», ha rememorado.

Para añadir: «Contar la historia de los demás da identidad. De repente existen. Hay muchas voces calladas que necesitan un altavoz. Agradezco la experiencia porque me ha hecho crecer a todos los niveles».

El camino hasta aquí no fue fácil para Kim. Porque, si eres una niña en Guatemala, y además indígena, «tu futuro es casarte o trabajar». De hecho, ella tuvo que interrumpir durante cuatro años sus estudios, que dedicó a «trabajar de cocinera y lavando y planchando ropa».

«Muchas niñas de mi pueblo no tienen la oportunidad de estudiar», lamenta la joven entre los cientos de libros de la biblioteca de un colegio madrileño, un espacio por el que ella ha luchado a lo largo de su infancia.

Afirmación que ampara los datos del informe: Cada año 12 millones de niñas son casadas antes de cumplir 18 años; 60 millones de mujeres han sido forzadas al matrimonio infantil, una de cada tres antes de los 15 años. En ese mismo plazo de tiempo, se dan 7,3 millones de partos de adolescentes menores de 18 años, de los que 1,1 millones se dan entre niñas por debajo de 15 años.

En el caso concreto de Guatemala, la edad medía de escolarización de las niñas indígenas apenas llega a tres años (2’8 años) y trece mil niñas abandonaron la escuela en 2018, según ha expuesto la Coordinadora del Área Ciudadanía de Entreculturas, Irene Ortega.

Pero es que además, de los 262 millones de menores que no pueden ir a la escuela en el mundo, la mitad, 132 millones son niñas entre 6 y 17 años; las adolescentes en zonas de conflicto tienen un 90% más de probabilidades de no acceder a la escolarización.

La escuela es además una verdadera carrera de obstáculos para las que tienen la suerte de poder ir; como niña, y además indígena, Kim ha tenido que enfrentarse a una «mayor discriminación» en la escuela y en el pueblo. «Te dicen que no tienes tanto talento», censura.

En casa tampoco le sobraba el apoyo, de forma que cuando con 15 años le dijo a su padre que quería estudiar, él respondió: «¿Para qué? Si eres mujer, de aquí a uno, dos o tres años te vas a casar».

Sin embargo, Kim optó por dibujar una puerta violeta en la pared.

«La educación ha transformado mi vida porque cada vez que recibo clases para mi es descubrir un mundo nuevo, un mundo lleno de alegría en donde soñar no es una fantasía, asegura la joven, que concluye: «Siento que vuelo libre».

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20190918/47462261774/puertas-violetas-que-abren-la-educacion-a-todas-las-ninas.html

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La insostenible levedad escolar con los ODS

Por: Carmelo Marcén 

Si la escuela permanece adormecida, resignada, ante el mundo exterior, no es escuela, sino un lugar por el que se pasa; de ahí su levedad.

El silencio veraniego desaparece de las aulas. Ahora las llenan personas con intereses diversos, portan con ellas tanto esperanzas como rutinas: unas antiguas mientras que otras quieren ser nuevas. El inicio de curso tiene algo, o bastante, de renovación, pero una buena parte de las novedades de septiembre, en forma de ilusionantes compromisos, no siempre se consolidan. Curso tras curso las lecciones van y vienen; en ocasiones para quedarse definitivamente. Unas las traen los libros mientras que otras surgen del interés de los implicados en el hecho educativo: profesorado y alumnado, administraciones y familias.

Las lecciones potencian capacidades cuando se produce una alianza entre el profesorado y el alumnado, tal que se encuentra utilidad a los aprendizajes, más todavía cuando estos se experimentan de alguna forma en la vida. El resto de lo enseñado, útil o no, se olvidará o se guardará en la memoria; una buena parte desaparecerá una vez se haya esfumado el estímulo, limitado muchas veces a complacer a quienes enseñan y así obtener una buena nota.

La escuela debe ser ya el escenario de lo deseable para la vida, donde se comparta experiencia y búsqueda, pero también el lugar en el que se cuestionen definitivamente bastantes abstracciones con poco recorrido, como no sea para justificar las materias curriculares. Si la escuela permanece adormecida, resignada, ante el mundo exterior, no es escuela, sino un lugar por el que se pasa; de ahí su levedad. Para vigorizarse debería recoger más y mejor la trama de la vida y dejarse de contenidos curriculares poco útiles. Pero no puede hacerlo por sí sola; necesita el comprometido impulso de las autoridades educativas, junto con el incentivo y el acompañamiento de la sociedad que la sostiene. Lo logrará cuando se haga visible su entidad entre la vorágine diaria del entramado político y social, tan alejado de los intereses de quienes aprenden y enseñan. También le iría bien asomarse a los medios de comunicación, tan despreocupados de la escuela de la vida, aunque incorporen noticias de actualidad. Ambos espacios, política y medios de comunicación, contribuyen a sostener la levedad social frente a la escuela comprometida.

La vida es global, se construye en interacción personal y colectiva con el mundo exterior. De esa relación surgen los temas de interés, que podrían ser los del trabajo escolar. Cuando en todo el mundo gente se revuelve ante la crisis global que padece el planeta, solo cabe que la educación emerja como escenario múltiple y diverso, tanto en la educación informal o no formal como en las escuelas. Por desgracia, la mayoría de estas permanecen calladas o levemente alerta, ocupadas en el estricto cumplimiento de los mandatos curriculares, muy vigilados por los departamentos de Educación respectivos, que ni siquiera atienden a las demandas de la imprescindible gestión ambiental que les formulan desde sus centros.

En esto, como en casi todo lo que tiene interés educativo y social, es mejor ver el vaso medio lleno. Si bien no faltan escuelas que vierten en el suyo sostenibilidad y compromisos, habrá que inundar más vasos y, además, evitar que las aguas se estanquen. Por eso, el recipiente, que en este caso se llama enseñanza y aprendizaje, deberá tener la boca ancha para permitir evaporaciones que impregnen el ambiente y acoger nuevos caudales, cargados de materias renovadoras.

Lo deseable para el futuro debe impulsar la vida cotidiana escolar; la escuela y la vida han de estar en sintonía. Hoy son más valiosas escuelas ecosociales, bien sea por convicción ante los desafíos del futuro o, si se quiere, por necesidad.

Resulta que los gobiernos de los estados han firmado los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y están empezando a construir sus Agendas 2030. Sin embargo, no hemos oído que consideren que el alumnado que transita por la enseñanza primaria y secundaria deba cambiar sus estilos de aprendizaje y preparar sus capacidades de cara a ese año 2030 en el que se hará el primer balance de los cambios consolidados; cuando serán actores principales de vida. ¡Asombroso!, pero cierto.

Si no se puede construir un Pacto educativo de verdad, habrá que intentar y conseguir, al menos, una coalición sobre un programa educacional, entre todos los actores políticos y educativos, que impulse permanentemente los ODS en la enseñanza obligatoria y postobligatoria, igualmente en la educación no formal e informal.

La sostenibilidad social y ecológica es una necesidad de hoy para mañana. No se puede leer lo que pasa en el mundo con los aprendizajes tradicionales; son necesarios nuevos escenarios de búsqueda de capacidades personales y colectivas. La necesaria rebelión educativa consiste en encontrar una utilidad manifiesta del hecho educativo a partir de la lectura crítica de lo que pasa en el mundo cercano o lejano, que invite al compromiso y a la participación, sin olvidar la rigurosa gestión ambiental de las instalaciones escolares. ¡Basta ya de complacencias marcadas en la aproximación a “lo verde”!, por más que estas estén sostenidas por un buen hacer profesional.

Todo esto es, más que nada, una invitación a cambiar el futuro; al menos a empezar a verlo de otra manera.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/09/13/la-insostenible-levedad-escolar-con-los-ods/

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