América Central/República Dominicana/16-09-2022/Autor: JESÚS VÁSQUEZ MONTERO/Fuente: acento.com.do
Estimaciones de la institución indican que posiblemente se utilicen menos recursos de los proyectados para la iniciativa.
El ministro de Educación, Ángel Hernández, consideró que el bono para la escolaridad de USD $500.00 que se facilitará a los estudiantes que no pudieron integrarse al sistema educativo este año, no será ejecutado en su totalidad.
Aunque Hernández indicó que se desconoce la cantidad exacta de alumnos que necesitarán esta subvención, las autoridades prevén que se trate de menos de los 100,000 cupos que contemplan.
“El Ministerio tiene la posibilidad de absorber por este mecanismo hasta 100,000 niños. ¿Llegaremos a 100,000? No lo sé, ¿llegaremos a 50,000? Yo tampoco lo sé; la cuestión es que la población tenga la certeza de que hay una disponibilidad de que los niños no estén fuera de las aulas”.
El funcionario agregó que “lo que tiene el ministerio previsto es para 100,000 alumnos” pero que con la información que administra el organismo, probablemente “no se necesite cubrir a los 100,000 y sean menos”.
Para la institución, según las declaraciones de Hernández, hay alrededor de 150,000 estudiantes con estas dificultades.
Al cuestionar al ministro por la ausencia de 50,000 infantes del bono para escolaridad, el funcionario reiteró que no cree que se llegue al tope de 100,000 y que locales alquilados por el órgano para las escuelas han asumido una parte.
“Se han alquilado muchos espacios y esos espacios están realmente ocupados en las escuelas. Lo que nosotros queremos garantizar es que los que no han sido directamente llevados a las escuelas regulares por espacios que han sido ocupados, sean también asumidos en el sector privado”, dijo
El ministro valoró que un alumno le sale al Minerd cerca de USD $1800 al año, por lo que pretenden “con USD $500.00, resolver el problema de un niño”.
Los lugares donde se encuentran más estudiantes en estas condiciones son la periferia del Gran Santo Domingo (Municipios Este, Norte y Oeste), Higüey, San Cristóbal y Santiago.
El bono será entregado a los colegios
El bono de escolaridad que el Minerd dispondrá para los centros privados que asuman a los estudiantes que se encuentran fuera de la matrícula estudiantil del próximo año escolar, será desembolsado directamente a los colegios.
La materialización de este programa será producto de un acuerdo entre el gobierno central, los colegios y las familias, y se dará seguimiento de su correcta ejecución desde esa dependencia del Poder Ejecutivo.
Estos USD $500.00 serán para los pagos de inscripción y mensualidad. Dependiendo del costo de la matrícula del colegio, el mismo plantel deberá subsidiar la diferencia, ya que la cobertura del Minerd es de aproximadamente 2,268 pesos por estudiante, de manera mensual.
Los beneficiarios de este programa serán los niños o niñas que han tratado de ser incluídos en las escuelas luego de que se agotaron los cupos.
“Los directores de centros y distritos han estado haciendo un registro de los niños que han llegado después de que se cerró el cupo, por eso es que puedo decir que en la zona de Higüey hay alrededor de 8,500 niños (fuera), entonces sabemos cuál es la demanda en esas comunidades”, explicó Hernández.
Hernández reveló que junto a esta iniciativa se entregará un bono adicional para la compra de libros y se otorgarán raciones alimenticias para las familias.
Ministro desmiente a la ADP
El titular del Minerd, Ángel Hernández desmintió las cifras de la Asociación Dominicana de Profesores de que hayan quedado más de 260,000 alumnos y alumnas que no esten inscritos en las escuelas.
“La ADP no ha hecho levantamiento, la ADP hizo una suposición. Nosotros estamos trabajando sobre los datos que el Ministerio administra”, destacó.
Fuente e Imagen: https://acento.com.do/actualidad/minerd-desconoce-que-cantidad-de-estudiantes-necesita-bono-para-escolaridad-9106506.html
Las secuelas dejadas por la COVID-19 y de manera particular por el encerramiento provocado, aún están presentes en todos nosotros, puestos de manifiesto en la pérdida de hábitos, pero sobre todo en el surgimiento de temores, ansiedades, estrés, frustraciones y muchos duelos “mal cumplidos”.
2020, año del cual se hablará como un antes y un después luego que la pandemia por el virus SARS COVID-19 impactó toda la vida económica y social, y de manera particular, la escuela. Nos vimos sumergidos en un mar de incertidumbres que puso y aún mantiene en jaque nuestro bienestar y nuestra salud física y mental.
Fue un hecho inevitable, que como plantea H. Gardner en su libro Mentes flexibles[1], pudo constituirse y quizás aún podamos hacerlo, en una oportunidad sinigual para generar cambios mentales que hagan posible el surgimiento de nuevas maneras de enfrentar, comprender y actuar ante la realidad, pero, sobre todo de valorar, en su justa medida, la vida.
Las secuelas dejadas por la COVID-19 y de manera particular por el encerramiento provocado, aún están presentes en todos nosotros, puestos de manifiesto en la pérdida de hábitos, pero sobre todo en el surgimiento de temores, ansiedades, estrés, frustraciones y muchos duelos “mal cumplidos” que continúan abonando situaciones insospechadas en nuestra estructura mental generando muchas otras secuelas psico-emocionales.
Escuela y nuevas estructuras mentales
El autor de las inteligencias múltiples pone de relieve la importancia de lo que él llama factores o “Palancas de Cambio”, para el desarrollo de nuevos y más eficaces aprendizajes, tanto sociales como desde la escuela. Identificó siete: la razón, la investigación, la resonancia, las redescripciones representacionales, los recursos y recompensas, los sucesos del mundo real y las propias resistencias a los cambios, las que pueden constituirse en oportunidades para aprender generando nuevos esquemas mentales.
La escuela como el espacio fundamental para la socialización y los aprendizajes, puede jugar un rol primordial para la adquisición de nuevos aprendizajes, como nos propuso Jacques Delors a mediados de la década de los noventa en su importante obra La educación encierra un tesoro[2], y que magistralmente resume en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás, y aprender a ser, los cuales los armoniza proporcionándole a la educación una doble misión en ese sentido: el descubrimiento del otro y la búsqueda de objetivos comunes. Todo ellos, aprendizajes que apuestan a la vida, cuestión esta fundamental en la situación que actualmente vivimos como producto de la pandemia y sus secuelas.
Construir nuevos relatos
Poniendo en diálogo creativo ambas propuestas, se trata de construir nuevos relatos interpretativos de la realidad vivida que posibiliten al mismo tiempo la generación de nuevas explicaciones y estados emocionales que al tiempo que contribuyan con el desarrollo de nuevas actitudes y comportamientos personales y sociales.
Así, haciendo uso de la razón, del pensamiento analítico y crítico, de la investigación del evento que nos conmocionó, la pandemia y sus secuelas, posibilite entonces la re-descripción representacional de la realidad vivida a través del dibujo, la representación gráfica, los juegos, la poesía, el teatro, la música, el cuento y la anécdota, el ensayo, etc., incentivando la creatividad para producir nuevos relatos que contribuyan con superar los miedos y las incertidumbres, apostando por nuevas maneras de ser y nuevas maneras de vivir juntos, en que deberes y derechos ciudadanos se armonicen en la búsqueda del bienestar y la salud personal-colectiva.
Unidad razón-emoción
La contención emocional que generó la pandemia y el encerramiento puede y debe ser enfrentado desde la unidad razón-emoción, a través de estrategias y actividades lúdicas, como de proyectos, que vinculen a estudiantes y maestros en la construcción de nuevas realidades subjetivas, provocadoras al mismo tiempo, de nuevas maneras de sentir, de pensar y de actuar. Lo lúdico, en el amplio sentido de la palabra, procurará facilitar y promover en la escuela relaciones más cálidas y solidarias, de mayor entusiasmo como deseo y compromiso por aprender, por experimentar nuevas maneras de hacer las cosas, posibilitando aprendizajes significativos y generadores de nuevos conocimientos y emociones positivas.
A este propósito Gardner en su obra El desarrollo y la educación de la mente[3] señala: “En la mayoría de los países, la escuela a lo largo de su historia ha centrado el interés casi exclusivamente en el lenguaje y la lógica. La educación formal ha ignorado prácticamente otras formas de representación mental: formas artísticas (musicales), atléticas (corporales), de relaciones personales (conocimientos de los otros y de uno mismo); conocimiento del mundo natural; conocimiento de grandes cuestiones. Todas estas “estructuras de la mente” están ahí para ser utilizadas”.
La escuela no puede seguir funcionando de espalda a la vida, como si nada ha pasado. Todos sus contenidos prescritos en el currículo deben estar puestos a la generación de nuevos relatos, de nuevas maneras de entender y representar las cosas, desde la perspectiva del bienestar colectivo, abriéndonos hacia formas de vida más expansivas y saludables, más cargadas de optimismo y esperanza, de solidaridad, de empatía y compasión, temas estos tan importantes en el momento que vivimos.
Antes que nada, se trata de formar seres humanos que respeten la vida y aprendan a cómo vivirla en armonía consigo mismo, los demás y la naturaleza.
Como institución para aprender, la escuela debe ser organizada para hacer posible que los estudiantes, en sus diferentes edades, desarrollen y aprendan las competencias y habilidades que los prepare para el ejercicio de una ciudadanía responsable en todas las dimensiones de la vida. Que desde la sensibilidad de la vida infantil y transitando hacia el desarrollo del lenguaje y cuanto ello nos permite para pensar, construir y expresar nuevas realidades, se estructure en proyectos colectivos en que el “la responsabilidad y el respeto por la humanidad” se constituyan en valores fundamentales.
La escuela debe prefigurar la sociedad que queremos vivir todos juntos.
[1] Gardner, H. (2004). Mentes flexibles. El arte y la ciencia de saber cambiar nuestra opinión y la de los demás. Paidós. México.
[2] Delors, J. y et al: (1996). La educación encierra un tesoro. Ediciones UNESCO. México.
[3] Gardner, H. (2012). El desarrollo y la educación de la mente. Espasa Libros, S. L. U. España
A largo plazo, llevar demasiado peso en la mochila puede provocar que los estudiantes alcancen menor talla de la que deberían, tal y como señala la doctora Helena Bascuñana, que ofrece recomendaciones para elegir y llevar la mochila de forma correcta.
Ahora que da comienzo el curso escolar es importante subrayar la importancia de llevar un peso correcto en la mochila de los escolares. Y es que, a largo plazo,llevar mucho peso en la mochila puede provocar que los estudiantes tengan una talla más baja de la que deberían, siendo el 15% del peso total del estudiante la cifra que no se debería superar, según la doctora Helena Bascuñana, vicepresidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).
Con estos datos sobre la mesa, ofrece una serie de recomendaciones para “fomentar hábitos saludables desde el inicio de curso en aras de mantenerlos hasta el final, porque los niños y niñas suelen llevar mochilas con mucho más peso del que deberían y con frecuencia aparece el dolor de espalda”.
Cómo cuidar la espalda de los estudiantes
La experta de la SERMEF, sociedad científica que aglutina a los médicos rehabilitadores de España, comenta que es sencillo cuidar la espalda si se siguen una serie de recomendaciones a la hora de llevar o elegir la mochila:
No debe superar el 15% del peso total del estudiante.
Precisan estar acolchadas en la espalda, que tengan asas anchas y un cinturón para poder abrocharse a la cintura.
El alumno debe llevar siempre puestas las dos asas y no dejar una colgando.
“Es muy importante también que los niños y adolescentes tengan el hábito de planear lo que necesitan llevar al día siguiente para intentar llevar el menor peso posible”, señala Bascuñana, quién ha desvelado que “en general, para la espalda de los niños, son más recomendables las mochilas de asas con cinturón que las de ruedas: siempre es mejor para la espalda empujar que tirar. Es como los carros de la compra. Las mochilas con ruedas hacen que los niños acaben levantándola con una sola mano y que la distribución del peso sea peor, con riesgo de generar dolor en la espalda”, subraya.
En el caso de la disminución de la talla, la experta explica que “los españoles hemos mejorado de talla porque ha mejorado la alimentación, pero también porque ha desaparecido el trabajo infantil. El trabajo infantil influía en que los niños llevaban una gran carga de peso con consecuencias en su talla, y ahora esta situación puede volver a producirse con el peso de las mochilas, que en algunos casos es muy elevado. A largo plazo llevar mucho peso en la mochila puede provocar que el niño o adolescente tenga una talla más baja de la que debería”.
Ejercicio físico
Por otro lado, la doctora también señala el sedentarismo de los estudiantes debido, en parte, a las pantallas. “Los niños están todo el día con las pantallas y debido a eso muchos niños y niñas se están haciendo sedentarios. Antes esta situación era anecdótica. Con una hora de pantalla al día es suficiente porque es perjudicial hasta para la vista”, apunta. “La frecuencia ideal con la que los niños deberían practicar una extraescolar deportiva sería cada día. Es decir, los siete días de la semana, pero al menos, lo mínimo ha de ser tres veces a la semana. Esto valdría para toda la población”, ha subrayado.
Por último, la vicepresidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) ha manifestado que “se debe tener en cuenta que a veces la actividad física (en niños y adolescentes se recomiendan 60 minutos de ejercicio al día) se puede integrar en la vida diaria. No solo es hacer extraescolares deportivas. Una cosa es hacer deporte estructurado a la semana, como puede ser una extraescolar, y luego está la actividad física diaria que también se debe realizar”. “Hay que promulgar la cultura de moverse. Por ejemplo, si se puede ir andando a algún sitio mejor que ir en coche. O subir escaleras mejor que un ascensor”, concluye.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/peso-mochilas/
América del Sur/Venezuela/16-09-2022/Autora:Erika Hernández/Fuente:www.elnacional.com
Los precios varían de un lugar a otro y dependen, también, de la marca. Pero, en promedio, una familia puede invertir 100 dólares para equipar a un estudiante para el inicio del nuevo año escolar en un país donde el salario mínimo se ubica en 130 bolívares, lo que según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela es poco más de 16 dólares.
Padres y representantes se preparan para afrontar los gastos correspondientes a la lista de útiles y uniformes de cara al nuevo año escolar 2022- 2023. Los precios, pese a que varían dependiendo de la zona y la marca de los materiales, se mantienen fuera del alcance de los ciudadanos que perciben un sueldo base o que deben cubrir las necesidades de más de un estudiante. Mientras que el salario mínimo en el país se ubica en 130 bolívares, lo que según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela es poco más de 16 dólares, la compra de artículos escolares puede superar los 100.
Durante un recorrido realizado por El Nacional en diferentes puntos de Caracas, se pudo observar muy poco movimiento en la compra de útiles y uniformes escolares. Esto pese a que falta poco menos de un mes para el retorno a las aulas, que de acuerdo con el Ejecutivo Nacional, será a principios del mes de octubre.
«Estamos esperando que las ventas se activen una o dos semanas antes de que inicien las clases. Creo que las personas están esperando a juntar un dinerito para poder comprar», señaló Carlos Cárdenas, dueño de un puesto de útiles escolares en Catia, quien agregó que los últimos años han sido complicados para los comerciantes debido a la crisis económica del país y la pandemia.
En la feria escolar habilitada en Plaza Caracas, los vendedores también coinciden en que las ventas podrían mejorar en unas dos semanas. «La cultura del venezolano es dejar todo para última hora», manifestó de forma jocosa Lourdes Medina, responsable del toldo número 11.
Mientras que en Chacaíto, donde se mantiene durante todo el año una feria escolar, los comerciantes aseguran que el flujo de compradores se ha ido incrementando en la última semana. Sin embargo, destacan que hay un descenso en las ventas, en comparación con años anteriores a la pandemia.
Precios de útiles escolares
Los cuadernos grandes tienen un costo que varía entre 1 y 2 dólares, dependiendo de la marca. También pueden encontrarse ofertas en ferias y librerías de Caracas donde se consiguen 6 libretas de una materia por 5 dólares, o 12 por 10 dólares. En cuanto a los de tamaño pequeño, se consiguen de 6 dólares en adelante.
Las cajas de lápices más económicas se pueden adquirir por 1 dólar en las ferias escolares adscritas a la alcaldía del municipio Libertador. Mientras que en Chacaíto y otras librerías de la Gran Caracas, el costo es de 2,50 dólares en adelante.
Las opciones más económicas de cajas de 12 colores van desde 1 a 3 dólares, pero algunas marcas pueden llegar a costar más de 15 dólares. Otros artículos básicos como la pega blanca, tijera, goma de borrar y sacapuntas se pueden adquirir a partir de 1 dólar.
La resma de papel tiene un costo que varía entre 6 y 15 dólares. Y los diferentes tipos de papeles (bond, lustrillo, seda, celofán, entre otros) se consiguen a partir de 0,50 centavos de dólar. Las escuadras y compás de precisión suelen tener un costo que va de 2 dólares en adelante.
Los padres y representantes también pueden adquirir algunos útiles en combo. Por ejemplo, un local de Chacaíto ofrece cuatro cuadernos grandes, un borrador, un sacapuntas, una caja de colores, una caja de lápices, una regla y una pega blanca, por un total de 15 dólares.
Cabe destacar que la mayoría de los locales visitados durante el recorrido vende sus artículos en base a la tasa oficial del dólar para evitar ser multados por las autoridades. Según el BCV, la divisa se cotizaba para el miércoles 7 septiembre en 7,9 bolívares.
Textos escolares
La oferta de textos escolares es mucho menor a la del resto de los artículos para el colegio. De las ferias populares visitadas por El Nacional, solo en Chacaíto se encontró un local de libros. En las librerías, proveedurías de las instituciones y en los locales ubicados bajo el puente de la avenida Fuerzas Armadas, en Caracas, es donde se pueden hallar los textos solicitados por algunas instituciones.
En cuanto a los precios de los textos escolares, van desde 8 a 35 dólares. Julio Mazparrote, vicepresidente de la Cámara de Editores, explicó que los más costosos suelen ser las enciclopedias y algunos títulos para estudiantes de bachillerato.
«Los docentes suelen pedir entre 2 y 6 títulos por estudiantes. Los primeros grados de preescolar suelen requerir entre 2 y 3 libros, en primaria unos 4 libros (incluyendo las enciclopedias), y en bachillerato pueden ser más de 6 a 8 libros que son más o menos las materias que se imparten. Sin embargo, la tendencia actualmente es que en bachillerato no se exigen los textos escolares, solamente se sugieren y el representante decide si los adquiere o no», indicó.
Mazparrote destacó que, tras dos años de clases virtuales por la pandemia y luego de casi 10 años de crisis económica del país, este 2022 muchos docentes e instituciones están retomando el interés por usar los textos escolares como herramientas clave en el aprendizaje de los menores de edad.
Pese a que las proyecciones en cuanto a las ventas de textos escolares son positivas, Mazparrote señaló que la situación de las editoriales en Venezuela sigue siendo crítica. Esto se debe más que todo a la inestabilidad económica del país y a la prohibición del Estado de que las empresas privadas de libros ofrezcan sus textos en las escuelas públicas.
«En el año 2010 en el país funcionaban unas 25 editoriales, pero en la actualidad solo quedan 8. El primer zarpazo que recibieron las editoriales fue en 2010, cuando el Estado venezolano decidió excluirlas de las instituciones públicas, para solamente publicar la colección bicentenario. Cabe destacar que 80% de los estudiantes venezolanos pertenece a la educación pública y solamente 20% estudia en colegios privados», agregó.
Desde 2011 las editoriales no tienen un canal de comunicación con el Ministerio de Educación. Recientemente desde la Cámaras de Editores intentó un nuevo acercamiento con las autoridades, pero la respuesta fue tajante: no hay ninguna posibilidad de que los libros de empresas privadas puedan ser utilizados en colegios públicos.
«Nos estamos concentrando en producir más que todo para el área de preescolar y primaria, porque en estos grados se usan los cuadernos de caligrafía, de actividades, que se piden todos los años. Pero en cuanto a los libros teóricos, de lectura, la crisis los ha llevado a su desaparición», precisó Mazparrote.
Uniformes
El costo de los uniformes representa uno de los mayores gastos para los padres y representantes en el regreso a clases. Los precios son muy variados, pues no solo dependen de la talla del estudiante o la marca, sino también de la zona en la que se adquiera.
Roberto Rimeris, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido, advirtió el pasado 28 de agosto sobre un incremento en el costo de los uniformes debido a la poca oferta en el mercado. Y es que de 400 empresas de ropa escolar que funcionaban hace 20 años, en la actualidad solo se mantienen operativas 25.
El Nacional pudo evidenciar que los pantalones escolares tienen un costo de 10 dólares en adelante en las ferias escolares populares, mientras que en negocios ubicados en centros comerciales al este de la ciudad de Caracas pueden ir desde 15 a 40 dólares por pieza.
En el caso de las camisas tipo chemise, en las ferias se ubican entre 5 y 10 dólares; pero en tiendas tienen un precio que puede ir desde 10 a 26 dólares. Las franelas se consiguen a partir de los 4 dólares y pueden llegar a costar hasta 20 dólares.
Las faldas escolares tienen un precio que varía entre 7 y 32 dólares, los monos deportivos desde 5 hasta los 30 dólares y las medias de 0,50 centavos de dólar en adelante.
Los precios de los zapatos escolares en las ferias van desde los 10 dólares en adelante pero en centros comerciales pueden variar entre 20 y 50 dólares. El calzado deportivo se consigue a partir de 10 dólares.
En las ferias también se ofertan los uniformes en combos. Van desde los 10 dólares por un mono, dos franelas y un par de medias, hasta los 35 dólares con zapatos u otras prendas incluidas.
Instituciones públicas son menos exigentes
El Estado tiene prohibido a las instituciones públicas solicitar de manera obligatoria cualquier tipo de material escolar. Sin embargo, muchos docentes suelen hacer sugerencias a los padres en cuanto a los artículos que son completamente necesarios para el proceso de aprendizaje.
«Aquí lo que hacemos es pedir a los estudiantes que traigan implementos básicos como cuadernos, lápices, sacapuntas, entre otros, para su uso personal. Y otros artículos como diversos tipos de papeles, pega, o material didáctico, se solicita a modo de colaboración entre los representantes», señaló una docente de una escuela pública de Caracas, quien pidió no ser identificada.
La subdirectora de una institución rural, ubicada en el estado Miranda, señaló que desde hace años no reciben los libros de la colección Bicentenario, por lo que los estudiantes no cuentan con ningún tipo de texto escolar para apoyar su aprendizaje. Además, también señaló que son muy pocos los bolsos con útiles escolares que llegan para los alumnos.
«Es muy difícil trabajar de esta forma. Nos prohíben pedir a los estudiantes cualquier tipo de material, pero tampoco les hacen llegar algo tan básico como un cuaderno o un lápiz. Tampoco contamos con libros de texto, y no todos los alumnos disponen de un teléfono celular para investigar por Internet. La escuela está localizada en una zona montañosa donde ni siquiera hay señal telefónica, además, es una zona muy humilde, con personas de escasos recursos», agregó la profesional que también pidió el anonimato.
En otras instituciones de la capital se arriesgan a solicitar un mayor número de materiales, e incluso, textos escolares de editoriales privadas. «No es obligatorio, pero el representante que quiera adquirir el libro, puede hacerlo. Es una herramienta de mucha ayuda para los estudiantes», comentó otra maestra.
Si bien todo depende de la escuela o el docente, un representante puede gastar entre 15 y 20 dólares para adquirir útiles básicos. Esto para los estudiantes de instituciones dependientes del Estado.
En los colegios privados el escenario es diferente. Las listas de útiles para los estudiantes de primaria suelen incluir unos 20 artículos o más, a lo que deben sumarse los textos escolares que varían en número dependiendo del grado. En este caso el presupuesto puede superar los 50 o 60 dólares.
A los estudiantes de bachillerato no se les exigen libros de texto, pero sí un cuaderno por materia. También deben contar con artículos como block de dibujo y de contabilidad, diccionarios, marcadores, creyones, escuadras, cartulinas, calculadoras, entre otras. Dependiendo del año, un representante puede requerir de entre 25 y 50 dólares para cubrir todas estas necesidades.
@ErikaHDelaR
Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/economia/utiles-y-uniformes-escolares-cuanto-gastan-padres-y-representantes-para-el-regreso-a-clases/
Una experta en Educación Infantil de la UNIR explica cómo hay que enfrentarse a la primera separación de apego entre padres e hijos.
¿Cómo hacer bien el periodo de adaptación de los niños a Educación Infantil? Esta es la pregunta que se hacen muchos padres en estos días. La respuesta no es sencilla puesto que cada niño, y cada familia, es diferente, pero lo lo cierto es que sí que hay unas pautas generales que es conveniente conocer.
Carlota Pérez, directora del Grado de Maestro en Educación Infantil de UNIR, asegura que desde el punto de vista educativo no hay duda de que se trata de un momento excepcional. «Es la primera vez que el pequeño sale de su ámbito familiar para enfrentarse a un nuevo entorno totalmente desconocido, por lo que hay que darles tiempo para normalizar la situación. El periodo de adaptación debe existir sí o sí para el pequeño, pero también para los padres que deben cambiar rutinas, horarios sobre las dinámicas familiares de comidas, alimentación, ocio…».
Explica que emocionalmente es normal que los progenitores sientan incertidumbre sobre si su bebé estará bien cuidado y recibirá la atención y el cariño que merece, «por eso es importante tener un contacto directo con los educadores», por lo que recomienda que, sobre todo en los primeros días, sean los padres los que lleven al pequeño al centro y vayan a recogerle para que, de este modo, los educadores puedan darles información de primera mano sobre cómo ha llevado el día su pequeño.
Diana Oliver, autora de ‘Maternidades precarias’ apuntó que «criar implica cuidar y no hay ayudas que lo permitan», durante la presentación de la campaña ‘La crianza nos quita el sueño’, realizada por la Plataforma Infancia
Al ser una época de grandes cambios, los padres no deben dejarse dominar por un sentimiento de culpabilidad por no poder estar las 24 horas del día con su hijo. Esta sensación es la que provoca en muchos padres que mimen en exceso y consientan a sus hijos aspectos que de otra forma no harían. Por todo ello, Carlota Pérez expone diversos errores muy comunes que hay que intentar evitar:
Transmitir intranquilidad al bebé
No hay que dejarse llevar por los nervios propios de la separación. Como adultos se deben controlar tanto los gestos como las palabras para que el pequeño no aumente su sensación de inseguridad.
Evitar determinadas frases
Si se le dice en el momento de la separación «No llores cariño que si no mamá se va a ir muy triste a trabajar», se le está haciendo un chantaje emocional y se le hace al niño responsable de nuestra tristeza. «No te preocupes que vengo muy rápido», supone una gran mentira. «Deja de llorar que cuando venga a por ti te voy a comprar chuches», implica un soborno en toda regla. «No llores que no es para tanto», implica que no valoramos sus emociones y se minimizan.
Alargar la despedida
Muchos padres temen el momento de separarse y perder el contacto visual con sus hijos cuando entran en su clase y no paran de hablarles, de sostenerles en brazos… lo que alarga el sufrimiento de ambos.
Irse a escondidas, sin decir ni adiós
Para el pequeño perder de vista de repente a sus figuras de referencia, sin un beso de despedida o una caricia, puede generarle más miedo a enfrentarse a la nueva situación.
Acudir toda la familia a la escuela para ver cómo entra en su clase
Para el niño puede suponer un mayor disgusto el momento de la despedida si están sus padres, los abuelos, algún tío o primito. Ver que él se va y se mete en una clase mientras el resto de su familia sigue unida, no debe ser agradable.
Que falte al día siguiente
Algunos progenitores consideran que «como ayer ya lo pasó muy mal el pobrecito, pues mejor que hoy se quede en casa tranquilito, y ya irá mañana». Cuanto antes coja el hábito de rutina es mejor para él, de lo contrario supone alargar el periodo de adaptación y jugar al despiste.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/errores-padres-periodo-adaptacion-hijos-querras-evitar-20220908112531-nt.html
«El Sistema Educativo Mexicano está permeado por problemas estructurales que, si bien es cierto, su origen se remonta a las pésimas decisiones que anteriores gobiernos han tomado, también es cierto que las políticas que en estos 4 años se han implementado, poco o nada han colaborado para aminorarlos.»
El pasado 1 de septiembre, la periodista Denise Maerker, presentó en su noticiero nocturno, una realidad que viven quienes asisten a cientos de escuelas públicas en nuestro país; se trató de la Escuela Secundaria Francisco Ruiz Massieu ubicada en la comunidad Caridad, de San Marcos, en el estado de Guerrero. El reportaje, como tal, muestra a unos estudiantes tomando clases al aire libre, mientras otros, ocupan un salón de clases porque, desafortunadamente, además de no contar con espacios suficientes donde se desarrolle en las mejores condiciones el proceso de enseñanza y de aprendizaje en cada uno de los grados, carecen de pizarrones, escritorios, computadoras, material didáctico, pero también, sanitarios o luz eléctrica.
Esta, repito, es una realidad que muy pocas veces se escucha en los discursos y logros que, con bombo y platillo, se anuncian desde Palacio Nacional o desde la Secretaría de Educación Pública (SEP). Y es que, por ejemplo, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en su reporte Información Estratégica para el Regreso a Clases en México 2021, 89 mil escuelas de educación básica carecen de drenaje, 39 mil 558 no tienen red de agua potable, 9 mil 989 no cuentan con energía eléctrica. Insisto, una realidad que ahí está, pero que pocas veces se señala y, si se hace, es con el propósito de culpar a gobiernos pasados lo cual, de alguna forma puede ser cierto, pero, transcurridos 4 años de gobierno lopezobradorista, ¿sigue sin ser atendido un tema tan importante para la formación de niñas, niños y adolescentes?
Ahora bien, también, hace unos días, la periodista Azucena Uresti, a través del programa de noticias que conduce por la noche, dio a conocer otra de esas realidades que ahí están, pero que tampoco se incluyen en esos discursos y logros presidenciales o secretariales; en Tuzantla, Michoacán, más de 100 escuelas públicas y particulares (87 primarias, 4 secundarias y 20 telesecundarias), no iniciaron el ciclo escolar 2022-2023 por una sencilla razón: el miedo que trae consigo el clima de violencia e inseguridad que han generado grupos de criminales en esa entidad federativa, como en otras.
Asunto que no es menor pues, si revisamos la percepción de inseguridad de los mexicanos que, en enero de este año dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2022), ésta aumentó, del 64% registrada en septiembre paso al 65.8% en diciembre, de 2021. Esto puede significar que ese último porcentaje de la población, haya percibido que el lugar en que reside es inseguro pues, durante ese mismo periodo, los datos que ofrece este instituto obtenidos a través de la aplicación de una encuesta nacional de seguridad pública urbana, reflejaron que los habitantes consultados, vieron o escucharon conductas delictivas o antisociales alrededor de su vivienda como: consumo de alcohol en las calles (61.7%), robos o asaltos (55.7%), vandalismo en las viviendas o negocios (42.7%), venta o consumo de drogas (40.5%), disparos frecuentes con armas (39.6%), bandas violentas o pandillerismo (27.15), entre otros. Culpar o responsabilizar al pasado, ¿cobra sentido después de 4 años de gobierno en los que tal inseguridad no se ha sido atendida para que dichos índices disminuyan paulatinamente? Tal vez, ello explica, el por qué ahora las escuelas de algunos estados como Baja California, Zacatecas, Puebla o Morelos, hayan optado por enseñar en sus respectivos espacios educativos, ciertos protocolos para actuar en una situación de violencia cuando ocurra, por ejemplo, una balacera cerca de su escuela.
Lo anterior, son dos claros ejemplos de una realidad que es latente en nuestro país, como también lo es, el que la SEP en los últimos años se haya visto como un trampolín político para ocupar un cargo público de posible mayor envergadura, o bien, una candidatura para una gubernatura en cierto estado de la República Mexicana. Cambiar de Secretario o Secretaria, no significa un cambio educativo ipso facto.
Como se sabe, el Sistema Educativo Mexicano está permeado por problemas estructurales que, si bien es cierto, su origen se remonta a las pésimas decisiones que anteriores gobiernos han tomado, también es cierto que las políticas que en estos 4 años se han implementado, poco o nada han colaborado para aminorarlos. Es obvio, tales problemáticas rebasan, por mucho, lo que podría denominar como “buenas intenciones”; por ejemplo, uno de los programas estrella de este gobierno, en materia educativa, como el de la Escuela es Nuestra, no ha logrado atender las demandas y necesidades acumuladas de los planteles escolares que, como en el caso de la secundaria arriba expuesto, son el común en el territorio mexicano. Tampoco lo ha sido el otorgamiento de becas a los estudiantes puesto que, a decir de los datos contenidos en el Cuarto Informe de Gobierno, más de 520 mil alumnos no se inscribieron en el ciclo escolar 2021-2022; de hecho, la pérdida más significativa en este rubro, ocurrió en educación básica debido a que, en educación inicial y primaria, ya no se registraron 438 mil estudiantes.
Y bueno, si de formación profesional docente hablamos, habría que consultar y contrastar los datos que recientemente dio a conocer el Instituto Mexicano para la Competitividad A. C. (IMCO), donde se señala que el Programa de Desarrollo Profesional Docente va en picada pues, en 2016, fueron asignados 3 mil 539 millones de pesos, pero en 2022, solo se destinaron 249 millones, lo que representa que el gobierno federal solo destinó 38 centavos por docente para capacitaciones. Si, se leyó bien: 38 centavos por docente. ¿De qué manera se pueden mejorar los procesos educativos si un tema tan importante no es apoyado con suficientes recursos? En fin.
En los últimos días, he visto con atención, que varios colegas, investigadores, académicos o profesores, nos hemos concentrado en analizar la puesta en marcha del plan de estudios 2022, a implementarse en 2023, justo a un año de que termine este gobierno; la discusiones se han centrado en su contenido, estructura, enfoque, entre otros aspectos, pero también, en el “piloteo” que en el mes de octubre de este año comenzará a realizarse en pocas, muy pocas escuelas de nuestro país; sin embargo, pienso, que más allá de estos temas que son relevantes, existen otros tantos que, de manera cotidiana y recurrente, viven y padecen las maestras y maestros mexicanos. ¿Valdría la pena echarles una mirada? Yo creo que sí, porque sin ser pesimista, advierto que la recién nombrada Secretaria de Educación, poco podrá hacer en el ámbito educativo pues los problemas ahí están y se siguen acumulando, por ejemplo, los derivados del desastre que es la Unidad del Sistema de la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) donde, por cierto, se sigue aplicando a raja tabla una política neoliberal, la más neoliberal de todas, que cada mañana se critica hasta el hartazgo desde el pulpito presidencial y secretarial.
Estas son algunas de las claves de la Ley del Aborto que aprobó el Consejo de Ministros y que comenzará su andadura en el Parlamento en breves. El objetivo es que entre en vigor antes del final de la legislatura, por lo que se han acelerado todos los trámites.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, presentó ayer en rueda de prensa, el proyecto de Ley del Aborto que ha pasado ya al Congreso de los Diputados. Un proyecto que desmonta algunas cuestiones implantadas por el PP en su reforma de 2015 y quiere dar un paso adelante para ampliar los derechos de las mujeres en diferentes sentidos.
Las jóvenes de 16 y 17 años volverán a tener derecho a decidir si interrumpen su embarazo sin necesidad del respaldo de sus tutores legales (también lo tendrán las mujeres con discapacidad); además, se eliminan los tres días de «reflexión» implantados también por los populares en su momento. La píldora del día después estará disponible en centros de salud y farmacias, el aborto estará garantizado por el sistema de salud público, etc.
En este sentido, María Capellán, presidenta de CEAPA desde el pasado junio, asegura que con una buena educación sexual lo que se lograría sería evitar los embarazos no deseados y, de rebote, disminuir los casos de abortos. Soraya Calvo, doctora en educación y sexóloga, defiende el derecho de las jóvenes a tomar esa decisión libremente. «Si son menores quizás sería interesante un acompañamiento específico para conocer la salud sexual de la menor, su situación familiar, emocional… y siempre desde un punto de vista preventivo y positivo; nunca desde la prohibición». A esto suma que la eliminación de los tres días de «reflexión» impuestos por la normativa del Partido Popular es algo positivo ya que «podrían entenderse como una estrategia de presión emocional y manipulación». Para Calvo era algo «contraproducente, cruel y poco respetuoso» con las decisiones de las chicas.
Qué hay de la educación
Más allá de que la ley pretende dar mayor capacidad y autonomía de decisión a las mujeres a la hora de abortar, además de asegurar que el Estado respetará y velará por todo ello, una de las apuestas importantes de la nueva reforma de la Ley del Aborto tiene que ver con el sistema educativo.
La principal, según anunció Montero, será la oblgiatoriedad de la educación sexual en todas las etapas educativas. Aunque se desconocen los pormenores de esta obligatoriedad, quién impartirá estos conocimientos, cuándo y de qué manera, la polémica estará servida. La educación sexual es uno de esos temas tabúes que levantan siempre ampollas entre quienes creen que el Estado no debe inmiscuirse en según qué cuestiones y quienes creen que es la única manera de asegurarse de que todas las personas tendrán derechos (y deberes) a la hora de poner en práctica su sexualidad.
El de la educación sexual es un tema polémico que muchas entidades defienden como necesario, desde las primeras etapas de la escolarización (teniendo en cuenta las edades y el volcabulario de las etapas) entre otras cosas, para evitar situaciones de abuso sexual infantil, por desgracia, relativamente comunes en los espacios en los que se mueven niños y niñas. Desde hace años, Save the Children defiende la necesidad de esta educación sexual como parte de la lucha contra estos delitos contra la infancia.
En este sentido, Carmela del Moral, técnica de la ONG, asegura que cuanta más información, mayor protección tendrán niñas y niños frente a cierto tipo de abusos que puedan darse. Además, para ella, reformar la educación afectivo-sexual está en línea con otras reformas legislativas que se han puesto en marcha en los últimos años como la Ley de protección ed la infancia e, incluso, la propia Lomloe.
Para Soraya Calvo, si se quiere hacer las cosas bien en este sentido, habría que hacer cambios en la ley. «La lomloe no incluye exactamente este supuesto, y debería estar explícitamente recogido en la ley de alguna forma concreta, no como una transversalidad» y, de esta manera, «perfilar claramente contenidos, formación inicial y continua de docentes, etc.». En esta línea, del Moral asegura que «sin una educación sexual reglada, los chavales van a buscar información y tomar referentes que pueden ser negativos, como la pornografia«.
A esto se suma el que cuando entre en vigor la ley, si mantiene el texto como hasta ahora, chicos y chicas tendrán acceso, en los institutos, a material anticonceptivo, aunque tampoco se conoce cómo se hará ese reparto; si será cosas de las comunidades autónomas, si lo hará el Ministerio de Igualdad directamente o qué problemas puede dar en comunidades autónomas que no estén de acuerdo con estas políticas. Junto a esto, en palabras de la ministra Montero, se pretende promover la corresponsabilidad en el acceso y uso de métodos anticonceptivos por parte de chicas y chicos.
Además de material anticonceptivo, también estará a disposición de niñas y jóvenes, material de higiene menstrual de manera gratuita para que, de alguna manera, pueda lucharse desde estos espacios educativos contra el concepto de la pobreza menstrual, es decir, para evitar que ninguna niña o mujer joven no tenga acceso a tampones o compresas por cuestiones económicas.
María Capellán sostiene que sería más interesante si compresas y tampones estuvieran presentes ya en los centros de primaria dado que no son pocas las niñas de 5º y 6º a las que ya les ha venido el periodo. Calvo añade que estos productos deberían estar accesibles a toda la población. «Si queremos que así sea debería haber presupuesto específico y formación vinculada para todo el estudiantado: también para quienes no van a tener la regla nunca. Cuestión de salud pública».
Algunos datos
Según el último estudio realizado por la Sociedad Española de Contracepción, sobre datos de 2020 (está pendiente el de este 2022), la edad de inicio en las relaciones sexuales para las jóvenes de entre 15 y 19 años está ya en los 15,82 años. El estudio se realiza con una muestra de jovenes a partir de los 14 años.
La mayor parte de estas chicas utiliza métodos anticonceptivos (el 71,3%), frente al casi 30% que no lo hace. Hay que tener en cuenta que en esta cifra se contemplan también aquellas jóvenes que no mantienen relaciones sexuales.
En la mayor parte de los casos, las jóvene utilizan el preservativo o la píldora (29.2% y 27.6% respectivamente) y lo suelen hacer por iniciativa propua, por consejo del ginecólgo o del médico de familia. Preguntadas por qué o quiénes les han influido más en la decisión, en el primer puesto está la fmailia y los amigos (40.4%, frente al 17,2% en el caso de la media de la muestra total), depués, el peronsl sanitario (36,3%). Muy por debajo está el criterio personal (12,5%) y las redes sociales e Internet (7,8%, frente al 1,9% de la media total de mujeres encuestadas).
Cuando se les pregunta a estas chicas los motivos por los que no utilizan métodos anticonceptivos, si se tiene en cuenta qu de todas ellas, el 35,5% no lo hace porque no mantiene relaciones se4xuales, el 30,4% (1,4% de media total) no lo hace por desconfianza y el 14,4% (2,4% de media) porque les resulta incómodo.
Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/08/31/educacion-sexual-obligatoria-material-anticonceptivo-y-de-higiene-menstrual-gratuito-ley-del-aborto-y-educacion/
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