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Libro (PDF): Juventudes, prácticas y conocimientos situados. Notas en pandemia

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Este libro es el resultado del trabajo de los equipos de investigación que conforman el Programa de Estudios Socioculturales de Juventud, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, uno de cuyos objetivos es producir conocimiento situado en torno a la juventud desde la mirada de los derechos y el protagonismo de los sujetos y colectivos en la provincia de Córdoba. Los textos del presente volumen parten de la reflexión y actividades realizadas por los equipos durante la pandemia de covid-19, especialmente durante el periodo de aislamiento social preventivo y obligatorio. El diálogo con diversas agrupaciones de jóvenes permitió identificar las problemáticas presentes en ese momento, así como también conocer qué pensaban, sentían, hacían e imaginaban. Este entramado de voces permite pensar colectivamente el presente de los y las jóvenes.

Autoras(es): Tatiana Rodríguez Castagno. [Autora]

Patricia Acevedo. Eva Da Porta. [Coordinadoras]

Patricia Acevedo. Eva Da Porta. Susana Silvia Mónica Andrada. Consuelo González Clariá. Valeria Plaza. Susana Morales. Magdalena Brocca. Natalia Danieli. Antonella Pestoni. Delia Sánchez. Agustina Zunino. Ma. Laura Piedrabuena. Christian Herrera. Gabriela Rotondi. Gabriela Cristina Artazo. Jésica Ysasy. Ana Beatriz Ammann. Tamara Liponetzky. Paula Morales. Naimí Furlán. Eduardo Pelosio. Mariana Beltrán. Jimena Villarreal. María José Meyer Paz. Carla Falavigna. Marcos Javier Luna. Paula Sarachú Laje. Daniela Marini. Camila Insausti. Lucía Sánchez. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias Sociales.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-295-2

Idioma: Español

Descarga: Juventudes, prácticas y conocimientos situados. Notas en pandemia

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2653&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1683

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Marta Vinardell-Maristany: «No soy oralista ni signante, soy Marta»

Por:

Hablamos con Marta Vinardell-Maristany, maestra, logopeda y psicopedagoga; trabajadora de uno de los diez CREDA (Centro de Recursos Educativos para Deficientes Auditivos) de Cataluña y una de las poquísimas personas sordas en plantilla del Departamento de Educación. Su visión sobre la sordera y el alumnado con sordera no comulga con los patrones habituales, ya que rechaza la división entre oralistas y signantes. “Categorizar duele, todos somos personas sordas”, afirma.

Marta Vinardell-Maristany nació sorda en una familia de padres oyentes hace 49 años. “Habíamos tenido algún antepasado con sordera en la familia, pero en casa yo era la única, y mi suerte fue que mis padres siempre han tenido una mentalidad muy abierta y han fomentado mucho el input visual además de ser personas muy activas; he tenido una familia hiperestimuladora”. La favoreció el entorno. Y a lo largo de la entrevista lo repetirá una y mil veces. El entorno es clave en el aprendizaje de los alumnos con sordera, y en especial el entorno lingüístico, porque lo necesario para ellos es adquirir una buena competencia lingüística. Y para eliminar las barreras que impidan o dificulten estos aprendizajes es necesario en primer lugar analizar bien el entorno.

De pequeña, Marta fue a la Escuela Ítaca, uno de los centros impulsores del CEPEPC, donde no existían los recursos para atender como habría hecho falta a una alumna sorda, pero sí la sensibilidad de tener en cuenta el máximo de soportes visuales y escritos para que pudiera seguir las explicaciones e intervenciones. Era la época de la integración y de la dispersión en escuelas normales, que según dice supuso “un fracaso para muchísimas personas sordas de los años 70 y 80”. “Yo era consciente de que perdía mucha información en el aula, pero aún lo fui más cuando pasé al Instituto de la Maternidad, con 40 alumnos en clase y sin ningún apoyo”, recuerda. Ni siquiera llevaba audífonos al aula, por su pobre calidad, ya que “eran unos amplificadores que no discriminaban el sonido, y de la potencia que tenían molestaban más de lo que ayudaban”. Fue entonces “cuando empecé a tomar conciencia del bajo nivel de alfabetización funcional y de competencia lingüística de la mayoría de personas sordas y sentí la motivación de dedicarme a la educación”.

En el instituto empecé a tomar conciencia del bajo nivel de alfabetización funcional y de competencia lingüística de la mayoría de personas sordas

A principios de los 90 estudió educación especial en Blanquerna, y entre 1996 y 2000 fue maestra del centro de educación específica para sordos CRAS de Sabadell. Esta escuela hoy ya no existe, porque la mayor parte de alumnos con sordera están escolarizados en centros ordinarios que cuentan con el recurso MALL o SIAL (apoyo intensivo a la audición y lenguaje) y/o la logopeda del CREDA, aunque sólo dos centros educativos en toda Cataluña (la Escola Tres Pins y la Escola Josep Pla) ofrecen educación bilingüe en lengua de signos catalana (LSC) y catalán. Quedan todavía dos centros específicos para el alumnado sordo (Josep Pla, en Barcelona, ​​y La Maçana, en Girona) que, para Vinardell-Maristany, “hacen muy buen trabajo y siguen siendo muy necesarios, ya que atienden a alumnos que tienen unas necesidades de acceso al lenguaje, comunicación y aprendizajes específicos; algunos con necesidades graves añadidas”.

“La lengua de signos es importantísima”

“Yo no hablo de modalidades, ni oral ni signante o bilingüe, como psicopedagoga y como persona con sordera considero que la categorización duele y puede comportar una visión reduccionista o fragmentada, porque cada individuo tiene unas capacidades, habilidades y necesidades determinadas”, explica Vinardell, que una vez se sacó las oposiciones de maestra decidió seguir formándose: hizo logopedia en la UB y aún más adelante obtendría el grado de Psicopedagogía en la UOC. Actualmente se está formando en inclusión educativa, en el marco y pautas DUA y en oportunidades de aprendizaje para todos. Y forma parte de uno de los grupos de trabajo de la Mesa de Participación para un Sistema Educativo Inclusivo (TaPSEI).

“Yo me considero una persona plurilingüe, no soy ni oralista ni signante, soy Marta, y hablo en catalán, castellano, lengua de signos catalana e inglés; hago uso de una lengua u otra en función del contexto”, añade. Pero defiende y quiere proteger la lengua de signos catalana, una de las lenguas “más amenazadas por determinados sectores o visiones audiofonocentristas”, y colabora en GELA haciendo escritos por Vilaweb. Vinardell-Maristany afirma que para los niños con sordera, sobre todo las más severas y profundas, lo más beneficioso es su adquisición desde pequeños, además del catalán o de la lengua del entorno habitual y de un buen uso de las prótesis auditivas. Apostar únicamente por la vía oral (con el uso de audífonos o implantes cocleares), asegura, comporta el riesgo de lo que se conoce como privación lingüística, que tiene repercusiones perjudiciales en el desarrollo lingüístico, cognitivo y psicosocial de la persona. “Se deben dar todos los recursos y lenguas, por un desarrollo óptimo y armónico; con la mirada centrada en la accesibilidad total a todo”, sostiene.

El alumnado con sordera, incluso lo que tiene una buena competencia lingüística en catalán, pierde información y muchos matices en el aula, y por tanto los procesos de aprendizaje no son tan fluidos

“Hay quien cree que la lengua de signos no es necesaria o que interfiere, y llevamos años argumentando que es importantísima para una persona con sordera, lleve o no lleve implante, hable o no hable, ya que es una lengua que facilita muchísimo el desarrollo cognitivo y psicolingüístico, y además es muy accesible”, considera Vinardell-Maristany, según la cual “el alumnado con sordera, incluso el que tiene una buena competencia lingüística en catalán, pierde información y muchos matices en el aula y, por tanto, los procesos de aprendizaje no son tan sólidos o fluidos”.

La lengua de signos o el soporte signado no sólo ayuda a no perder tantos matices sino que facilita la capacidad del alumno de mantener una atención sostenida y una conexión realmente significativa con los contenidos de aprendizaje”, añade. Poca gente es consciente del sobreesfuerzo que deben realizar estos alumnos y las personas sordas en general para seguir las explicaciones o intervenciones. “Esto puede generar fatiga mental y puede derivar en trastornos de ansiedad u otras patologías”, dice la psicopedagoga.

“Faltan más profesionales con sordera”

Por eso, resume Vinardell-Maristany, “los alumnos con sordera necesitan todo aquello que les beneficia”. Ninguno de los recursos que habitualmente se atribuyen a los miembros de uno u otro sector los considera innecesarios. Prótesis auditivas (audífonos/implante coclear), ayudas técnicas para la accesibilidad auditiva (bucle magnético, emisoras de frecuencia modulada), subtitulación, soportes visuales, lengua de signos, lenguas orales-escritas… “yo pondría la bandeja con todos estos recursos, soportes y lenguas”. A cada niño hay que tratarlo según sus necesidades y debería dejar de categorizarse, insiste, ya que “es una manera de hacer distinciones y no conviene, son individuos que pueden ser plurilingües y debemos sumar siempre, pensando en el futuro de la persona como ser social”.

La maestra y psicopedagoga destaca también la contradicción entre lo que dice el decreto de inclusión (150/2017) y la categorización o distinción habitual en el ámbito educativo, asociativo o sanitario. “El decreto de inclusión pretende fomentar la mirada centrada en el entorno y en las capacidades, habilidades, necesidades y accesibilidad; no en modalidades y, por tanto, no tiene sentido que todavía se hagan distinciones por modalidades oral o signante/bilingüe –sostiene–, ni que la orientación todavía esté condicionada por estas creencias, falsos mitos y/o prejuicios. Es necesario ampliar la mirada en las necesidades y accesibilidad del entorno”.

No tiene sentido que todavía se hagan distinciones por modalidades oral o signante/bilingüe, ni que la orientación todavía esté condicionada por estas creencias, falsos mitos y/o prejuicios

Marta Vinardell-Maristany ha trabajado como logopeda en el CREDA de Barcelona y del Vallès Occidental durante los últimos 22 años, con una única interrupción de dos cursos en los que fue orientadora educativa en el Institut Consell de Cent; y reconoce que en ese centro ella misma hizo una transformación interna de mirada no centrada en el déficit o las dificultades del alumno sino en el entorno, y empezó a formarse en temas de inclusión. Considera que en el mundo educativo faltan más profesionales con sordera, “y lamentablemente la mayoría trabajan en las escuelas de educación especial, aunque también son necesarios”.

Este hecho le atribuye a que “hay muchos prejuicios sobre las capacidades y habilidades de las personas sordas, al no poder trabajar con la misma calidad profesional; en vez de tener una mirada inclusiva nos ponen límites, pero tenemos las mismas capacidades, sólo necesitamos recursos para la inclusión y que se entienda que la sordera es inherente a nuestra forma de ser o de actuar”. Los CREDA y centros educativos con alto número de alumnos con sordera, opina, deberían tener siempre profesionales y docentes también sordos, pudiendo asumir cualquier función y/o cargo; pero “cuesta mucho con esta mirada predominantemente capacitista”. En los países avanzados, continúa, “los buscan debajo de las piedras y se promueve un coliderazgo compartido, que es del todo necesario para una mirada y política-práctica inclusiva y equitativa”.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/12/05/no-soy-oralista-ni-signante-soy-marta/

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Afganistán: Adolescentes afganas se presentan a exámenes pese a llevar un año sin ir a clases

Asia/Afganistán/09-12-2022/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Jóvenes afganas podrán tomar sus exámenes de graduación de la escuela secundaria esta semana, a pesar de que se les ha prohibido la entrada a las aulas desde que los talibanes tomaron el control del país el año pasado. En la imagen, estudiantes asisten a un centro educativo religioso, que permaneció abierto desde el cambio de régimen, en Kabul, Afganistán, el 11 de agosto de 2022. Foto Ap

Las autoridades educativas afganas organizaron el miércoles exámenes de fin de estudios secundarios para adolescentes en gran parte del país, a pesar de que a la mayoría de ellas se les prohibió asistir a clase durante más de un año.

El ministerio de Educación no facilitó detalles sobre los exámenes -ni sobre el número de alumnas que se presentaban a ellos- y se negó a permitir que los medios de comunicación se acercaran a las escuelas donde se estaban celebrando.

«Fueron muy difíciles. No estábamos listas», dijo una adolescente a AFP mientras se dirigía a su casa, pidiendo no ser identificada.

Afirmó que les avisaron sobre el examen apenas unos días antes. «Este examen no sirve porque durante tres años no hemos estudiado nada. Primero fue el coronavirus y luego la llegada de los talibanes, así que no pudimos estudiar», detalla.

La mayoría de las escuelas secundarias para niñas cerraron sus puertas en todo el país desde que los talibanes volvieron al poder en agosto del año pasado, y los islamistas de línea dura ofrecen una serie de excusas para justificar este hecho.

Los funcionarios afirman no contar con suficientes profesores o fondos. También aseguran que reabrirán cuando se haya preparado un plan de estudios islámico y cuando se formule una política nacional sobre el atuendo escolar.

El ministerio había anunciado la reapertura de dichas escuelas en marzo del año pasado, pero fueron cerradas horas después por orden del líder supremo Hibatulá Akhundzada que, según fuentes talibanes, se opone a la educación de las niñas.

Los talibanes permitieron hasta ahora que las jóvenes asistan a la universidad, con clases segregadas por sexo.

Sin embargo, se teme que, sin poder aprobar el examen de fin de estudios, haya muy pocas mujeres que puedan solicitar la universidad.

Los estudiantes que aprueban el examen de fin de estudios son elegibles para presentar el «Kankor», una prueba altamente competitiva que decide codiciadas plazas universitarias.

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Los jóvenes no son nuestro futuro, son nuestro presente

Por: Roberto Patiño

Tras dos años de pandemia, el lunes 3 de octubre las clases presenciales volvieron a Venezuela, sin lugar a dudas una buena noticia para muchos venezolanos conscientes de la necesidad de recuperar la normalidad en la vida cotidiana y para quienes están conscientes del esfuerzo que tendremos por delante para recuperar el tiempo que se perdió durante este lapso académico, donde la educación a distancia mostró sus debilidades en una sociedad como la venezolana, alejada de las capacidades tecnológicas necesarias para trasplantar el liceo a la casa.

Como es natural el hecho fue celebrado por la red de medios públicos, quienes aprovecharon la fecha para hacer actos de campaña mostrando la recuperación de los liceos, celebrando la buena disposición del gremio docente y anunciando su compromiso de apoyar a las familias venezolanas con la vuelta a clases, un proceso que ha convocado a las aulas a más de 8 millones de niños y jóvenes, según cifras oficiales.

Denimar tiene sus dudas sobre este ánimo de celebración. Con doce años de experiencia como docente en un liceo en Nuevo Horizonte, Caracas, la profesora nos advierte que el regreso a clases es un reto muy grande. En principio las condiciones salariales y laborales que se le han impuesto al gremio docente ha hecho que muchos profesionales estén perdiendo su compromiso para atender un proceso educativo con las peculiaridades como el venezolano, donde falta personal en los colegios, donde muchos alumnos no cuentan con una red de apoyo familiar que lo acompañe durante su educación y donde es necesario, en muchos casos, retomar casi en el mismo punto donde se interrumpió las clases con la llegada del covid 19 en 2020. ¿Cómo puedes exigirle a un maestro atender aulas repletas de muchachos con necesidades pedagógicas específicas, cuando tiene que buscarse la vida al salir del liceo?, se pregunta Denimar quien para sobrevivir, al salir de clases, tiene que llenar su día con tareas dirigidas en su casa y con los pedidos en repostería que tiene que atender, iniciativas que ha emprendido en los últimos años para tratar de cuadrar las cuentas familiares. Y es que solo para cubrir la compra de útiles escolares y uniformes para su hija, con el salario que devenga como maestra, tendría que trabajar un año entero.

No tiene tiempo para nada que no sea trabajar, reconoce.

Quienes se dedican a la docencia, nos recuerda Denimar, lo hacen por vocación, pero el compromiso no es correspondido. La eliminación de los incentivos la llevó a la calle, junto a sus compañeros, en contra del llamado Instructivo Onapre, una causa justa que de momento no ha tenido un final feliz para el gremio docente, que se ha tenido que conformar, al parecer y por ahora, con un bolso y unos zapatos. Sin embargo no tira la toalla, hay mucha lucha que dar y “los buenos somos mayoría” nos dice.

El optimismo de Denimar es genuino. Desde hace meses participa en los talleres de formación para líderes comunitarios en Mi Convive y ha encontrado en estos espacios, muchas coincidencias con su vocación docente: hay que aprender a formar a los niños en el aula, a la gente en la calle, aprender a tener una meta en común, defender pacíficamente lo que es tuyo, trabajar en el espacio comunitario por una mejor calidad de vida, por el país que queremos.

El enorme parecido que existe entre el colegio como espacio de formación y crecimiento personal y la comunidad, lo “público”, como el lugar para formación los ciudadanos en valores, es evidente. En nuestros años de experiencia en Mi Convive hemos aprendido que la escuela es donde se concentra el reservorio de los valores democráticos de nuestro país, es un punto de encuentro para el trabajo compartido, voluntario, para la puesta en marcha de proyectos comunes, es el lugar donde se resume lo mejor de la vida comunitaria. El liceo es el corazón de una comunidad, el punto de partida donde se atan voluntades y se trabaja por el futuro. Todo lo que se haga en torno al aula de clases redunda en beneficio de los niños y jóvenes y es un lugar para la organización popular que lucha por el cambio en el país.

Invertir esfuerzo, tiempo y recursos en la escuela, en los maestros, en los padres que acompañan a sus hijos en su formación, es una forma de trabajar por el bien común de todos en la comunidad. Bien nos lo dijo Denimar: los niños no son nuestro futuro, ¡son nuestro presente!

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/columnista/los-jovenes-no-son-nuestro-futuro-son-nuestro-presente/

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Más del 50 % de escuelas inician actividades en Haití

América Central/Haití/09-12-2022/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

El Ministerio de Educación y Formación Profesional ajustará los planes de estudio para que los estudiantes accedan al contenido académico.

El Ministerio de Educación y Formación Profesional de Haití reveló este martes que el 53 por ciento de las escuelas del país están operativas, a pesar del impacto negativo que ha provocado la crisis política, la violencia y el desabastecimiento de combustibles en más de cuatro millones de estudiantes.

El ente ministerial aseguró que se realizará un ajuste en los planes de estudio para que los estudiantes accedan a todo el contenido del año académico.

En el balance, se constata la voluntad de potenciar la enseñanza en creole, lengua materna del 95 por ciento de la población haitiana y aprovechar mejor la francesa, segundo idioma oficial de la nación caribeña.

En opinión del ministro Nesmy Manigat, la instrucción de la lengua creole desde los primeros años de la educación básica es una manera de cambiar la percepción sobre el idioma nacional.

El titular enfatizó que es responsabilidad del Ministerio proporcionar al alumnado las herramientas necesarias para dominar su lengua materna.

En ese sentido, trascendió la importancia del libro de texto único, perfilado hacia la lengua creole y destinado a los dos primeros años de primaria que estará disponible en enero, como se había anunciado semanas atrás.

El manual abarcará cinco materias fundamentales: creole, francés oral, matemáticas, ciencias sociales y ciencias experimentales, lo que pretende ofrecer una base común de aprendizaje, habilidades y temas básicos de cultura general para todos los niños.

La profunda crisis que aqueja a Haití hizo estragos en el sistema educativo, al obligar a decenas de escuelas ubicadas en zonas vulnerables a cerrar sus puertas por la presión de pandillas locales, la inseguridad social y las crecientes protestas antigubernamentales.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/mitad-escuelas-estan-operativas-haiti-20221206-0038.html

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El Salvador: Empleados de Educación y Salud con salario arriba de $2,000 no recibirán escalafón en 2023

América Central/El Salvador/09-12-2022/Autor(a): Katlen Urquilla/Fuente: www.elsalvador.com

La medida afectará a directores nacionales de áreas educativas, gerentes, coordinadores, asistentes, analistas e investigadores. También a directores de hospitales nacionales.

El Gobierno ha incluido más recortes de gastos para 2023 que no ha anunciado públicamente, pero que están dentro del plan presupuestario del otro año.

Según la Ley de Presupuesto que presentó el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, en septiembre ante la Asamblea Legislativa, los empleados de los ministerios de Salud, Educación y Cultura que tienen salarios arriba de los $2,000 no recibirán el tan esperado escalafón en 2023.

Este es un beneficio laboral acordado entre trabajadores y las autoridades para gozar de un incremento salarial en porcentajes escalonados de acuerdo a los años de servicio que va sumando el empleado. En el caso de los trabajadores de Educación se aplica cada 5 años y para los de Salud es cada año.

Tampoco habrá aumentos salariales ni nuevas contrataciones en los tres órganos del Estado, de acuerdo a lo que se establece en el documento.

$783.2 millones

Es la cantidad que Hacienda ha destinado en el presupuesto para el pago de remuneraciones para el ramo de Educación.

De acuerdo a los datos de las plazas detallados en el presupuesto del próximo ejercicio fiscal, la mayoría de salarios están por debajo de los $2,000 al mes.

Sin embargo, muchos empleados, sobre todo del ramo de Educación, se verán afectados por esta disposición.

Ese es el caso de la Dirección y Administración Institucional, donde el cargo de Director Nacional aparece con un salario de $3,675, pero el máximo con escalafón es de $5,657.49. El mismo sueldo aparece para la persona en puesto de asesor.

Mientras que las personas en el cargo de Gerente de Área tienen un pago base de $2,625 y el máximo salario con escalafón es de $4,041.07.

Y un asistente técnico tiene un sueldo base de $2,310, pero el máximo con escalafón es de $3,556.14.

En la unidad de Administración y Gestión Institucional las personas que se desempeñan en el cargo de Director Nacional tienen un salario base de $3,675 y el pago máximo con escalafón es de $5,657.49.

$273.5 millones

Ese es el monto estipulado en el plan de gastos del otro año para pagar los salarios de los empleados del Ministerio de Salud.

Los que tienen funciones como Gerente de Área tienen un salario de $2,625, pero el sueldo tope con escalafón es de $4,041.07. Un asistente técnico gana $2,310 y el máximo con escalafón es de $3,556.14.

De igual forma, en la Administración Regional del Sistema Educativo hay directores departamentales que tienen sueldo base de $2,625 y el máximo con escalafón es de $4,041.07, pero también hay otros que ganan $2,310 y el tope es de $3,556.14, además de los que tienen salario de $2,055 y el techo del escalafón es de $3,163.58.

Pero en cambio, en la unidad de Desarrollo del Sistema Educativo los directores nacionales tienen salarios base de $3,675 y el máximo con escalafón es de $5,657.49.

Mientras que los gerentes de área ganan $2,625 y el techo con escalafón sube a $4,041.07.

Y quienes tienen cargo de asistentes técnicos gozan de un sueldo base desde $2,310 y un tope de $3,556.14 y otros tienen un salario de $2,481.30 y un máximo de $3,819.85 con escalafón.

Asimismo, en la unidad de Tecnología e Innovación para el Aprendizaje los que fungen como director nacional tienen un pago base de $3,675, pero el máximo con escalafón es de $5,657.49.

Las personas con plaza de investigador tienen salarios base que van desde $2,160 hasta $3,150, pero con el escalafón el máximo es desde $3,325.22 hasta $4,849.28.

Para los gerentes de área se contempla un pago mensual base de $2,625 y el tope es de $$4,041.07.

Y los asistentes técnicos ganan $2,310, pero el salario máximo con escalafón sube hasta $3,556.14.

Se consultó a Daniel Rodríguez, secretario general de Simeduco (Sindicato de maestras y maestros de la educación pública de El Salvador), sobre dejar fuera del pago del escalafón a los empleados con salarios arriba de $2,000 y expresó que “esa decisión que se está tomando es contraria a lo que especifica la ley, porque si el convenio que se ha suscrito con los trabajadores establece que cada cierto tiempo se tiene que mejorar los escalafones o debe haber un aumento al salario se debe cumplir, de lo contrario están cometiendo una violación a la misma ley”.

Añadió que van a analizar “bien” lo que dice en el presupuesto “porque no puede ir contrario a lo que dice la ley. Además al trabajador siempre se le va a aplicar el artículo de ley que más le convenga. Tenemos que revisar para ver si riñe con la ley”.

Rodríguez comentó que el escalafón al que se hace referencia es para los trabajadores administrativos del Ministerio de Educación donde hay personas que ganan más de $2,000 y a ellos es que están afectando.

El dirigente afirmó que “en el caso de los docentes el aumento del escalafón es cada 5 años y los aumentos en el magisterio son bien pocos, no pasan de $50 cada 5 años”.

Y precisamente para los profesores, cuyos salarios son mucho menores a los mencionados, es que los representantes de gremios de maestros han solicitado a las autoridades de Educación que revisen la actual tabla salarial que se aplica a los profesores porque no incentiva su labor y va en contra de los planes de reforma de la enseñanza que se quieren impulsar en 2023.

“Hemos presentado una tabla salarial al Ministerio de Educación donde nos hemos puesto de acuerdo 15 gremiales y estamos a la espera que el ministro, a través del director de desarrollo humano, haga la contrapropuesta. Desde el 19 de octubre que nos reunimos y le presentamos la unificación de la propuesta salarial no nos han vuelto a convocar”, aseguró Rodríguez.

Meses atrás el secretario de Simeduco había explicado que han pedido establecer un porcentaje de aumento para el salario base que no sea menor al 20 %, pero que se de a todos los rubros del salario. Y han planteado que las horas clase pasen de $5.20 a $8.00; el sobresueldo por doble sección que se suba de $248.00 a $450.00 y que el incentivo docente sea un salario en cada entrega.

Paz Zetino Gutiérrez, dirigente de Bases Magisteriales, también ha planteado antes que “hay que discutir la estructura escalafonaria. Cómo es que usted tiene que trabajar cinco años para que le hagan un incremento salarial del 10 %; cuando cumple diez años ya no le aumentan más del 10 %, sino que es menos, el 8 %; cuando cumple quince años otro 8 %; cuando llegas a los 20 años el 6 %; a los 25 años otro 6 %; y es hasta cuando ya te vas a ir, a los 30 años, que te dan un 7 %. Con esa estructura escalafonaria están condenando a este magisterio a estar desmotivado toda la vida”.

En el área de salud

Entre tanto, los empleados del ramo de Salud, cuyos salarios están en el grupo de los que no recibirán el escalafón que les correspondería, son casi todos directores de hospitales nacionales.

Por ejemplo, la persona que se desempeña como director del Hospital Rosales tiene un sueldo base de $2,286, pero el pago máximo con escalafón es de $14,362.07.

En el caso de los directores médicos de los hospitales Benjamín Bloom, el de la Mujer, San Juan de Dios de Santa Ana y San Juan de Dios de San Miguel, así como el del Zacamil tienen sueldos base de $2,285.72 y el máximo con escalafón puede llegar a ser de $14,360.31.

Y el director de emergencias del Sistema de Emergencias Médicas tiene un sueldo base de $2,057.14 y con el tope del escalafón puede ser hasta de $12,924.24.

Se consultó a la secretaria del Sindicato de Trabajadores de la Salud (Sitrasalud), Silvia Navarrete, si conocían de estos recortes en el pago del escalafón para 2023 estipulados en la Ley de Presupuesto y comentó brevemente lo que les han dicho las autoridades de Salud.

“Por el momento se nos ha informado por parte del señor Ministro de Salud, que el escalafón será pagado en un 100%, es lo que ha manifestado en reunión con los secretarios generales de todos los sindicatos”, respondió en un mensaje.

Las reducciones de gastos se ven reflejadas en el presupuesto, pues Hacienda solo ha programado $8.8 millones para el pago del escalafón de los trabajadores de Salud cuando en realidad se requerirían $22 millones para todos los empleados a quienes les aplica este beneficio.

En enero de este año, la Asamblea Legislativa aprobó una retribución “mensual adicional y temporal” del 25% por cada hora laborada en turno nocturno y una sola compensación del 30% correspondientes a 15 días de salario, las cuales quedaron estipuladas en las “Disposiciones Especiales y Transitorias para reconocer el sobreesfuerzo que el personal de salud realiza, en el marco de la pandemia por COVID-19, en la red de hospitales públicos del Ministerio de Salud”, cuya vigencia vence en diciembre 2022.

Esa medida se sumó al pago del escalafón de este año.

De acuerdo al documento del presupuesto 2023, Hacienda destinará $783.2 millones al Ministerio de Educación para el pago de salarios y al Ministerio de Salud asignará $273.5 millones.

Gobierno sí incluye pago de escalafón de policías

Una de las partidas presupuestarias que están incorporadas en el presupuesto de 2023 es el beneficio salarial para los agentes de la PNC

1 Según el proyecto de gastos, Hacienda ha destinado $1.1 millones para el incremento en el pago del escalafón de los policías.

2 También ha contemplado $3.6 millones para el aumento de los aguinaldos de personal operativo y administrativo del Ministerio de Seguridad y del Ministerio de Defensa.

3 Y de acuerdo a lo que establece el presupuesto, el bono mensual de $200 así como el trimestral que han ofrecido a los policías y soldados no tendrá descuento de renta.

4 En el caso de los trabajadores del Ministerio de Cultura, los diputados aprobaron en 2021 la ley de creación del escalafón para personal de esa cartera de Estado, a la cual solo aplicaban los empleados con más de tres años de laborar en la institución. El pago se hizo efectivo a partir de este año y luego se aplicará cada tres años con previa evaluación de los trabajadores. Son 11 niveles de escalafón, es decir, ese es el techo para gozar de los pagos de ese beneficio.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/nayib-bukele-ley-de-escalafon-el-salvador-ministerio-educacion-salud/1021847/2022/

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Jordi Collet, Jesús Soldevila-Pérez y Mila Naranjo: «Pensar que en un aula todo el mundo aprende lo mismo en el mismo momento es una idea feliz que debe eliminarse de raíz»

Por:

Entrevistamos a Jordi Collet, Jesús Soldevila-Pérez y Mila Naranjo, profesores de la Universidad de Vic y coeditores del libro Global inclusive education. Lessons from Spain, en el que participan varios expertos en la materia. La inclusión, sostienen, o es global o no será. «Los cambios en la escuela –explican– deben ir acompañados de los cambios en la cultura social. Si cambiamos la cultura social obligaremos a mover también la cultura política».

Hace unas semanas, la editorial británica Springers publicaba Global inclusive education. Lessons from Spain, un libro sobre educación inclusiva y justicia social que han coordinado tres profesores de la Universidad de Vic vinculados a los grupos de investigación GRAD y GREUV, que tienen una larga tradición en estos ámbitos de estudio. El prólogo lo firma el profesor británico Mel Ainscow, uno de los grandes referentes mundiales en educación inclusiva, quien recuerda varios episodios en sus visitas a España para concluir que la inclusión no va tanto de la introducción de nuevas técnicas o de cambios organizacionales como de contextos y procesos de aprendizaje social. El libro aborda las diferentes cuestiones desde la persepectiva del aula, la escuela y la comunidad, y cuenta con la participación de expertos de diversas universidades y centros de investigación como Gerardo Echeita, Ignacio Calderón, Dolores Forteza, Joan Jordi Muntaner, Odete Moliner, Ángeles Parrilla, Javier Onrubia, Martin Mills, Haira Gandolfi, Sara Joiko, Cecilia Simón o Kiki Messiou. Por el momento sólo se puede encontrar en inglés.

¿Qué aporta el concepto o perspectiva de “educación inclusiva global”?

Mila Naranjo. El concepto de Global Inclusive Education (GIE) se sustenta y fundamenta en la base de conceptos que dan cuenta de su carácter complejo y, a la vez, exigente con una determinada manera de concebir la inclusión educativa y, en consecuencia, la necesidad de trabajar de forma coherente e interconectada a varios niveles, ámbitos, agentes y dinámicas. La finalidad última del concepto de Global Inclusive Education es articular cinco dimensiones a la vez de análisis y de actuación, como herramienta para seguir avanzando de forma clara y contundente en la transformación profunda del ADN de la escuela y la educación en su camino hacia la equidad, la justicia y la inclusión.

¿Qué dimensiones?

MN. La GIE debe ser a la vez: a) Sistémica e intersistémica. Por decirlo de forma sintética, o es “global” o no se puede considerar inclusiva. De ahí la necesidad de considerarla en su dimensión global y, por tanto, de la interacción entre sistemas, del trabajo en red entre actores y de la orientación de estos hacia una reprogramación de la escuela basada en el software inclusivo. b) Vinculada. La inclusión no podrá considerarse dentro de cada sistema o actor de forma aislada o segmentada. c) Incrustada. Con esta dimensión queremos decir que la GIE debe poder teñir, orientar y configurar todos los contextos educativos y sus prácticas. d) Cualitativa. La GIE no puede ponerse (sólo) en términos de números, o de estadísticas, sino de calidad educativa. e) Sentido intrínseco (Ethos). El proceso de inclusión educativa no debería ser una cuestión de opinión, de posicionamiento, de estar «más o menos de acuerdo», es, ante todo, una cuestión de derechos y de «justicia social».

Definida y conceptualizada de este modo, la GIE pretende ubicarse en una determinada forma de entender la educación en sentido amplio y, a la vez, avanzar en determinados debates educativos que generan tensiones no resueltas o, incluso, incoherencias en la toma de decisiones tanto en las políticas, culturas y prácticas educativas que acaban siendo obstáculos en el camino hacia la inclusión.

¿La escuela catalana es inclusiva?

Jesús Soldevila-Pérez. No. Tanto en el contexto catalán como el estatal mientras siga habiendo centros de educación especial, itinerarios, aulas, programas y políticas pensadas y diseñadas para separar, no podemos hablar de que la escuela es inclusiva. Ahora bien, si entendemos la inclusión como debería entenderse, como un proceso, podemos decir que hay escuelas que caminan y que están llevando a cabo experiencias muy positivas e interesantes. Por tanto, yo diría: ¿el sistema educativo catalán y estatal es inclusivo? No todavía. ¿Hay escuelas inclusivas en Cataluña y en el resto del Estado? Sí, hay escuelas que trabajan y se esfuerzan por hacerlo realidad.

En este sentido, un poco lo que busca el libro va por ahí, ofrecer algunos elementos para repensar de manera crítica cómo funciona la escuela, destapar algunas de las gramáticas y lógicas que deben romperse, y aportar algunos instrumentos para construir una escuela más inclusiva y justa. Todo esto se propone de forma que puede ser útil tanto para una maestra como para personas del ámbito de la investigación.

Os remontáis muy atrás, 150 años, a la hora de analizar el origen de la lucha por una escuela inclusiva, que no segregue por razón de clase social, género, raza o necesidades especiales. Y, finalmente, situáis el origen de la lucha contra esta cuarta forma de exclusión en el informe Warnock (1978) y la Declaración de Salamanca (1994). De eso hace 44 y 28 años… ¿Por qué avanza todo tan lentamente?

Jordi Collet. La escuela es un dispositivo que funciona bastante bien para los niños y familias “medias” en contextos homogéneos, pero que tiene bastantes dificultades para atender diversidades de todo tipo por su propia inercia, funcionamiento, horario, currículum, forma de evaluación, etc. Por eso, tanto las y los propios docentes, como los movimientos pedagógicos y políticos que trabajan por una escuela inclusiva y justa, tienen dificultades para conseguir la inclusión real y efectiva de niños de clase trabajadora, de origen inmigrante, con altas capacidades, con diversidad funcional, etc.

JS. Como muy bien dice Jordi, el avance de la educación inclusiva no es ni será fácil debido a que la escuela fue diseñada para producir y reproducir desigualdades, clasificar y segregar. Además, estos docentes y movimientos que trabajan por una escuela inclusiva se ven obligados a obrar en un marco político y social que tiene más bien la tendencia contraria. Estamos hablando de un marco político y social, reforzado por el neoliberalismo, donde la exclusión es, además, un negocio y donde lo importante es el beneficio a cualquier precio dejando de lado la ética, el bien común y la solidaridad. Los cambios en la escuela deben ir acompañados de los cambios en la cultura social. Si cambiamos la cultura social obligaremos a mover también la cultura política.

La educación inclusiva no es ni será fácil debido a que la escuela fue diseñada para producir y reproducir desigualdades, clasificar y segregar

Así, ¿las principales barreras en la escuela inclusiva son de recursos o de “cultura”, como decía el informe del Síndic de Greuges? ¿Cuáles son las resistencias del sistema?

JS. La cuestión de los recursos es un tema muy controvertido en el sentido de que está claro que la apuesta por un sistema educativo de calidad requiere inversión en recursos, como el sistema sanitario. Pero lo más importante es que los recursos con los que proveemos el sistema educativo tengan un carácter inclusivo. Un recurso tan básico como puede ser uno o una maestra puede ser inclusivo o exclusor dependiendo de las funciones que se le atribuyan. Por tanto, el planteamiento de los recursos debe estar soportado por una buena cultura inclusiva. Por eso Booth y Ainscow sitúan las culturas en la base de las políticas y las prácticas cuando exponen los tres elementos necesarios para configurar un sistema educativo inclusivo.

Las culturas son muy importantes. Por muchos recursos que volcamos en el sistema, sin una cultura inclusiva no dejaremos de hablar de normalidad y diferencia como si no fueran lo mismo, no romperemos ciertas gramáticas y lógicas que rodean la escuela, no entenderemos que ir a la escuela que escoges es un derecho, no entenderemos que la escuela no debe ser una institución de selección y proveedora de mano de obra en el mercado de trabajo, etc. Éstas son de las principales resistencias del sistema.

Un recurso tan básico como una maestra puede ser inclusivo o exclusor dependiendo de las funciones que se le atribuyan; por tanto, el planteamiento de los recursos debe estar soportado por una buena cultura inclusiva

Me ha sorprendido la conexión que se hace en la obra entre lucha por la inclusión y movimiento anarquista, y con personas y experiencias como Ferrer i Guardia, Summerhill, Freire, Reggio Emilia… No puede haber gente proinclusiva y al mismo tiempo ideas ¿liberales o conservadoras? ¿Este vínculo que hace la obra no es, en cierta forma, excluyente?

JC. En la obra se expone que la lucha por la inclusión no está igualmente distribuida en el espectro ideológico. Y los ejemplos que se ponen tienen que ver con esta desigual distribución que, históricamente, ha caído hacia las izquierdas. Ahora, seguro que hay personas de todas las sensibilidades políticas que piensen que la escuela es mejor con niños y jóvenes diversos que una escuela homogénea. Y ésta es su riqueza.

MN. Efectivamente, puede haber personas proinclusivas en cualquier ideología. Sin embargo, lo que cambia es el trasfondo, la esencia que justifica el por qué de la inclusión, que puede defenderse por el bien individual de la persona concreta o por el bien común que supone una sociedad heterogénea y diversa. De ahí precisamente que cuando hablamos de procesos de inclusión no tengamos únicamente al individuo como foco, sino que deba adoptarse una perspectiva “global”.

En algunos capítulos se habla de racismo y clasismo, como factores que explican los elevados índices de escuelas segregadas. ¿Pero esos racismo y clasismo son sociales o de sistema educativo?

JC. Como explicaba Bourdieu, la escuela es un subsistema de la sociedad y, obviamente, no está al margen. Las dinámicas clasistas, racistas, sexistas, capacitistas, etc. que se observan en la cultura, el ocio, la vivienda, los medios de comunicación o las redes sociales, entre otros, no son ajenas a la escuela. Pero en la educación tienen un impacto muy importante porque reproducen desigualdades sociales, prejuicios y estereotipos que ya existían en las nuevas generaciones. Y, con ello, (re)producen identidades en las que se normalizan este tipo de perspectivas segregadoras.

MN. Comparto del todo lo que dice Jordi y, además, la escuela es un contexto privilegiado para romper con este fenómeno y para favorecer situaciones en las que se aborden de forma deliberada y explícita estas situaciones. Pero esto sólo será posible si, como sistema educativo, se eliminan las distintas segregaciones y desigualdades y sus efectos: las escuelas homogéneas por clase social, origen, etc.

Evaluar si vamos en la buena dirección parece extraordinariamente difícil, y creo que este es uno de los retos que identifica al final de la obra. ¿Cómo tomamos el pulso al sistema en lo que se refiere a la escuela inclusiva?

MN. Podríamos partir de dos parámetros que nos ofrecerían una visión bastante aproximada de lo que sucede actualmente en nuestro sistema educativo. En primer lugar, cuál ha sido la evolución en términos de plazas ofertadas y cubiertas en centros (escuelas e institutos) ordinarios, y en centros de educación especial (por no abordar el tema del paso de la etapa de primaria a la secundaria obligatoria). Y, en segundo lugar, escuchar las voces de los distintos integrantes de la comunidad educativa (y de la sociedad en general) respecto a este fenómeno. Seguro que emergería el tema de los recursos, pero ya ha comentado antes Jesús que cuando hablamos de los recursos debatimos muy poco sobre el uso (inclusivo o excluyente) que se hace.

No he acabado de entender la alusión que hizo a las propuestas de innovación educativa. Como si hubiera una innovación que entronca con el modelo inclusivo y otra con tendencias segregadoras… ¿Me lo puede aclarar?

JC. Generar procesos de innovación educativa que realmente transformen los tiempos, los espacios, las metodologías, las evaluaciones… de la escuela y que estos cambios sean inclusivos no es fácil. Algunas escuelas nos han empezado a señalar que, en ocasiones, en dinámicas muy interesantes como el trabajo por ambientes, por proyectos, por problemas, etc., determinado alumnado con ciertas dificultades para relacionarse o para trabajar en entornos más dinámicos puede quedar excluido. Por eso creemos que esta es una buena pregunta, ¿cómo hacer innovación inclusiva?

El alumnado con mayores dificultades puede quedar excluido de dinámicas muy interesantes como el trabajo por ambientes, por proyectos o por problemas; por eso creemos que ésta es una buena pregunta: ¿cómo hacer innovación inclusiva?

¿Es realmente factible un aula en la que los alumnos estén haciendo cosas muy distintas y al mismo tiempo aprendiendo juntos?

MN. Obviamente que sí. De hecho, pensar que en un aula todo el mundo aprende lo mismo en el mismo momento es una idea feliz que debe eliminarse de raíz. Precisamente por este motivo, y siguiendo a Tharp y otros, desde un punto de vista psicoeducativo tiene sentido poder diseñar y desarrollar contextos de actividad diversificada y conjunta, donde el alumnado realiza tareas distintas pero juntos. En este sentido, y desde una perspectiva más didáctica, el aprendizaje cooperativo, como decía el profesor Pere Pujolàs, posibilita que aprendan juntos alumnos, por muy diferentes que estén entre sí.

Déjeme acabar con unas preguntas algo largas, pero que intentan ser más terrenales. Empiezo: el conseller [catalán de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray] hace meses que viene diciendo que debemos conseguir que los recursos acompañen al alumno a lo largo de toda su vida escolar, es decir, y eso ya es interpretación mía, que el alumno sea como ‘propietario’ del recurso y no sea el centro, el EAP, la inspección o quien sea quien ‘reparta’. ¿Crees que esto es viable y que va en la buena dirección?

JC. Probablemente, un replanteamiento en todos los soportes que, teóricamente, están al servicio del alumno pero que, por varios motivos, acaban siendo escasos, complejos de obtener, discontinuos en el tiempo, incoherentes entre sí, etc. es clave. Habrá que ver la letra pequeña de este planteamiento para que no suponga ni un aumento de la ya excesiva burocracia, ni la producción de un mercado de recursos y soportes.

En algún lugar del libro decís que en las escuelas está el alumnado legítimo y el que siempre está bajo sospecha. Seguro que habéis oído a algún docente diciendo, con toda la buena intención, aquello de “este niño estaría mejor atendido en otro tipo de centro”. ¿Qué le responderíais?

JS. Que esa falsa respuesta a la diversidad encuentra una de sus bases y fortalezas en la lógica de la sensibilidad. Desde la perspectiva del capacitismo se utiliza esta lógica para justificar las formas de atención y cuidado que se ofrecen a las personas que por sus condiciones se encuentran fuera de los límites de la preestablecida «normalidad». Así, cuando la magnitud de la dificultad, siempre atribuida al niño, supera lo que el maestro se representa dentro de los límites de su actuación, se considera que para poder dar respuesta se necesita un tratamiento y un maestro especial y, por tanto, se inicia la respuesta tradicional, histórica y sistémica de separar a la persona que no encaja en los parámetros de la pretendida “normalidad”. Así es cómo se normaliza y se legitima la respuesta a “la diversidad” de forma segregada.

Este fragmento que comentas aparece en el capítulo que he tenido el honor de escribir con Gerardo Echeita e Ignacio Calderón, donde explicamos que quien no se somete al dictamen de “normalidad” establecido por la institución escolar es segregado y hasta expulsado de ella y que, además, esto se hace usando el miedo, la ansiedad y la impotencia de las familias, que se encuentran en desventaja luchando por los derechos de sus hijos contra las fuerzas del sistema.

Quien no se somete al dictamen de «normalidad» de la institución escolar es segregado e incluso expulsado, y esto se hace usando el miedo, la ansiedad y la impotencia de las familias que se encuentran en desventaja contra las fuerzas del sistema

Una vez fui a un encuentro de docentes de centros de educación especial, en el que debían compartir ideas sobre estrategias de apoyo a la inclusión. La mayor parte del tiempo se le pasaron comentando las estrategias de contención cuando los alumnos que tenían se ponían violentos, con sus compañeros y con los propios maestros. Algunos de estos centros tenían una cámara, hermética y acolchada, para encerrar allí al alumno hasta que se calmara y no se autolesionara. ¿Este alumno puede ir a un centro ordinario sin que este centro disponga de este tipo de recurso?

JS. Lo que está clarísimo es que debe tener derecho a ir. Entonces hay que encontrar la mejor manera para que pueda estar, participar y aprender en situación de bienestar. Cuando he asistido a alguno de estos encuentros lo que percibes rápidamente es que hay mucha preocupación por la respuesta única y exclusivamente centrada en la persona, dejando al margen el contexto. Éste es un rasgo característico del modelo médico-rehabilitador. Fíjate que otro elemento muy significativo es que en estos encuentros se habla constantemente de terapia.

Desde el modelo social, se entiende que las situaciones siempre se dan en un contexto y que es sobre los elementos de ese contexto que podemos y debemos trabajar. Si un niño tiene trisomía 21 esto no es trabajable ni modificable, pero sí que podemos estudiar, analizar y transformar todas aquellas situaciones que puedan ser el detonante de la activación de una respuesta agresiva.

Una vez hablaba con una maestra de educación especial que, mientras hablaba conmigo, retenía, tomándolo por las muñecas, a un niño con diagnóstico de autismo. El niño, incómodo y angustiado por la situación, intentaba librarse de la maestra haciendo uso físico de la fuerza. Ante esto la maestra me decía: “¿Ves cómo es agresivo?”. Al librarlo y dejarlo moverse dejó de “ser agresivo”. ¿Es el niño agresivo entonces? Este mismo niño agredía a sus compañeros cuando entraba en el aula, porque les desconocía, la situación tenía varios elementos que le generaban angustia y la única forma comunicativa que tenía de manifestar su malestar, ya que no hablaba, era la agresión. Cuando estudiamos y eliminamos estos elementos, el niño empezó a estar en el aula con tranquilidad y bienestar.

Termino: hace poco tuve un debate con un padre de un niño con discapacidad, que también es maestro, a propósito de la idea de felicidad del alumno. Él aplaudía esta frase de una maestra de educación especial en una entrevista publicada en un diario: “La escuela inclusiva se basa en la premisa de que el alumnado es más feliz si convive en la diversidad, cognitiva y motivacional. Y esto, a menudo, es falso. El alumnado también necesita estar con iguales para sentirse bien y evolucionar, para poder estimularse entre sí. Lo reclama tanto quien tiene mayores capacidades como quien tiene más dificultades. La escuela debería ser más flexible y atrevida en cuanto a los agrupamientos del alumnado”. De hecho, muchas familias le aplaudirían basándose en su experiencia. ¿Cómo lo ve?

MN: Antes de abordar la respuesta quizá deberíamos recuperar cuál es la función de la educación escolar, que no es otra que promover el desarrollo social e individual de los niños. La cuestión, pues, sería «en una escuela donde reina la homogeneidad, ¿es posible promover el proceso de socialización?». La respuesta, obviamente, es que no. Si la sociedad, por definición, es diversa y heterogénea, no promoveremos sociedades inclusivas con agrupaciones guetificadas en las escuelas. Estos agrupamientos, de hecho, favorecen que posteriormente el alumnado sólo se vincule entre los mal llamados «iguales» y, por tanto, la idea de sociedad inclusiva desaparece de raíz. ¿Cómo pretender que una sociedad sea inclusiva si nos dedicamos a segregar en la propia escuela?

Si abordamos la pregunta desde una perspectiva única y exclusiva de la “felicidad del alumno”, el planteamiento sería analizar qué condiciones se están generando en el aula, en el centro educativo, para favorecer y facilitar el respeto a la diversidad y sobre todo, para promover el aprendJesus Soldevila, Mila Naranjo y Jordi Collet, con la cubierta del libro | Fotos cedidasizaje, no sólo de las competencias vinculadas a áreas curriculares específicas sino también y sobre todo, de competencias personales y sociales que se relacionan a factores de carácter más afectivo, emocional, motivacional y relacional, de forma que se garantice el bienestar de todo el alumnado, independientemente de sus características individuales.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/09/20/pensar-que-en-un-aula-todo-el-mundo-aprende-lo-mismo-en-el-mismo-momento-es-una-idea-feliz-que-debe-eliminarse-de-raiz/

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