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El Salvador: Ministra de Educación dice que directores encubren a profesores ebrios

América Central/El Salvador/09-07-2021/Autora: Susana Joma/Fuente: www.elsalvador.com

La funcionaria aseveró que tienen alrededor de 20 denuncias de este tipo de casos. Gremiales de docentes señalan que generaliza.

La ministra de Educación, Carla Hananía de Varela, expresó ayer que los cambios que el Ministerio de Educación (MINED) impulsa vía decreto en cuanto a la selección de docentes, busca encontrar solución al tema de los maestros interinos que llevan años en esa calidad, pero también mejorar la calidad de profesores que llegan a las escuelas.

Hananía de Varela argumentó, durante una entrevista matutina en radio YSKL, que si bien la mayoría de maestros que hay en las escuelas tienen vocación, son comprometidos, decentes, pero de acuerdo a lo que han observado a partir de las denuncias que llegan muestra que se ha permitido que ingresen profesores sin que hayan demostrado que tienen las capacidades.

“Tenemos una gran cantidad de maestros que llegan alcoholizados a dar clases, bastantes; tenemos más o menos una lista como de unas 20 personas, pero eso es lo que nosotros hemos podido recabar, porque los directores los protegen a muchos de ellos y no reportan que llegan alcoholizados”, señaló.

Sostuvo que son maestro y a veces padres de alumnos los que denuncian estos casos de docentes, también de acosadores, violadores, pero generalmente tras denunciar viven con miedo.

La semana anterior, la funcionaria informó que en lo sucesivo será el MINED quien se encargará del proceso de selección de profesores del sistema público, una función que según lo establecido en la Ley de la Carrera Docente le corresponde al Tribunal Calificador de la Carrera Docente.

Sindicatos de profesores, como Simeduco, Bases Magisteriales y SEDESA, advirtieron que si bien el Tribunal Calificador ha sido cuestionado por fallas en la selección de los educadores, el hecho de que Educación retome directamente la selección corre el riesgo de que se favorezca a profesores afines al partido de gobierno o familiares, como se hizo en el pasado.

Bases Magisteriales expuso en su momento que es viable promover un cambio, pero en lugar de violentar la ley se hubiera procedido a sustituir a los miembros del Tribunal.

No obstante, la titular de Educación señaló que mientras ven cómo el Tribunal Calificador y las Juntas se convierten en entes imparciales al servicio de la calidad de la educación, no pueden dejar el portón abierto para que entren maestros que llegan a generar estos casos.

En ese contexto Hananía de Varela se volvió a referir al caso de un profesor confeso de acoso a quien la Junta de la Carrera Docente suspendió, después la ley le dio tres años de prisión, pero por haber confesado le dieron tres años de servicio a la comunidad y hoy el mismo Tribunal Calificador de la Carrera Docente ha ordenado lo restituya en la escuela y se le pague lo que se le debe.

Sostuvo que en ese sentido ha habido permisividad y un criterio que no es el correcto para seleccionar a los maestros por parte del Tribunal. Pero la funcionaria también carga contra las gremiales de profesores al señalar que “los gremios luchan para que el alcoholismo, nosotros lo reconozcamos como una enfermedad. ¿Cómo es posible eso? Sí, es cierto, es una enfermedad, pero que se vaya a curar a su casa, que no esté exponiendo a los niños …”

La ministra externó que bajo el decreto con el que Educación impulsa un nuevo mecanismo de selección de profesores también se establecen nuevos criterios, en aras de asegurar la calidad de la educación, considerando que en el sistema también hay docentes con evidentes fallas en su formación, que no saben redactar.

Detalló que también se hará un esfuerzo con las universidades en el tema de la formación inicial docente, pues ya no es posible que una persona entre a estudiar profesorado porque es una carrera corta y salió con malas notas de bachillerato: “Tiene que ser la carrera más exigente de todas, para elevar el nombre de los maestros”.

Ella además declaró que hoy para entrar a la universidad a estudiar docencia se le tiene que hacer una evaluación vocacional, porque hay que tener cierta inteligencia emocional para trabajar con niños, habilidad y formación. “Vamos a cambiar la manera y los contenidos de la formación de los maestros, pero al mismo tiempo tenemos que corregir ese problema de cómo han sido seleccionados”, indicó.

Gremios descartan señalamientos

Los representantes de Simeduco y SEDESA afirmaron que ellos no han impulsado ninguna lucha relacionada con el tema de reconocer el alcoholismo como enfermedad tal como aseguró la titular del MINED, porque para empezar eso es algo que organismos internacionales de la salud ya lo han definido.

Rodríguez subrayó que no se puede generalizar que los directores protejan a los profesores que tienen este tipo de problema con las bebidas embriagantes, porque la ley ya establece cuáles son los pasos que deben dar cuando se les presentan casos de este tipo, como es denunciar ante la Junta de la Carrera Docente.

“A bastantes docentes la Junta los han sancionado dejándolos sin trabajo, despidiéndolos por cometer este tipo de actos; debido a que algunos abandonan su trabajo, como establece la ley, por más de ocho días consecutivos o diez días al mes de forma no consecutiva”, señaló.

Óscar Martínez, secretario interino de SEDESA, quien también es director de un complejo educativo, es de la opinión que la ministra ha cometido un error al generalizar que los directores protegen a los educadores alcohólicos.

“Yo por ejemplo no ando protegiendo a nadie. Cometió un error la señora Ministra, que ella generalizó y dijo los directores los protegen. Ahí se llevó de encuentro a todos los 5,000 y algo de directores de las diferentes escuelas públicas y no somos todos”, citó Martínez.

Sobre los cambios que impulsa el MINED para seleccionar profesores, Rodríguez, del Simeduco, insistió que la titular sobrepasó lo que establece la Ley al quitar esas funciones al Tribunal Calificador de la Carrera Docente, cuando ella bien pudo sencillamente sustituir a los miembros del organismo.

“Nosotros le demostramos a la ministra que los miembros del Tribunal Calificador habían sido corruptos al asignar las plazas de directores y subdirectores sin seguir los debidos procesos: ¿pero cómo se arregla eso? Fácil, cambiando los miembros, aplicándoles una sanción por inoperancia o por otra figura que está en la Ley de la Carrera Docente. Hay dos miembros del Tribunal Calificador que los pone la ministra de Educación. Ella sigue manteniéndolos”, apuntó.

Por su parte, el representante de SEDESA señaló que junto con otras gremiales que conforman la Federación Unión Nacional de Empleados Públicos (UNEP), incluyendo Simeduco, SIANDES y ATRAMEC, han hecho observaciones técnicas en el sentido de que ese decreto transitorio del MINED no solo violenta la legislación existente, sino que, además, solo va dirigido a favorecer a un sector de profesores interinos que tienen tres años de trabajar consecutivamente, pero excluye a los que no tienen tres años, a los que solo dan hora clase.

Martínez, al igual que su colega del Simeduco, cuestiona el hecho de que la titular de Educación mantiene en el Tribunal Calificador a sus dos representantes pese a que ha identificado que los miembros de este organismo han cometido anomalías en la asignación de plazas.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/ministra-educacion-dice-directores-encubren-profesores-interinos-ebrios/853142/2021/

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Opinión | El Ritual Escolar: Utopía, verdad y espiritualidad frente a la pandemia

Por: Andrés García Barrios

2020 y 2021 no son años perdidos, son años salvados. Salvados por y para las escuelas. Más que nunca somos una comunidad en busca de un equilibrio entre lo que deseamos y lo que en realidad podemos y debemos.

¿Bomberazo mundial?

En México llamamos “bomberazo” a las tareas que nos caen de forma inesperada y que hay que atender de manera urgente. Para todo equipo de trabajo, los primeros bomberazos suelen responder a reales imprevistos. Sin embargo, esta forma de resolver problemas tiende a instalarse como modus operandi entre nosotros: fácilmente nos acostumbramos a posponer las cosas importantes hasta que se vuelven urgentes; quizás es porque, dado que los bienes no abundan, preferimos esperar a que la tarea en cuestión demuestre que de verdad es necesaria. Sí, tal vez todo se reduce a una economía de recursos.

El mundo en general ha vivido la pandemia como si de la noche a la mañana nos hubiera caído encima un virus de alto contagio y alta letalidad, al cual la humanidad hubiera tenido que apresurarse a hacer frente. Manguera en mano, sin previo aviso aprendimos a estar en casa las 24 horas, a lavarnos las manos con inusual frecuencia, a usar cubrebocas, a mantenernos alejados de los demás y a realizar nuestras actividades de forma remota (por desgracia muchos tuvieron que aprender también a perder a sus seres queridos, su empleo, su modo de vida).

Sin embargo, la llegada de la pandemia en realidad no era una novedad; se oía hablar de ella desde hacía muchos años, por todo el mundo. Para referirme sólo a la evidencia que he encontrado en mi biblioteca personal, en 2009 el Dr. Octavio Gómez Dantés advertía sobre el tema en un artículo publicado en una revista de gran circulación y prestigio; ese mismo año otra revista universitaria de ciencia titulaba una de sus portadas “La epidemia anunciada”.  Asimismo, el título de un libro de 2015 prácticamente demuestra lo que estoy diciendo: La influenza mexicana y la pandemia que nos viene. En él, seis autores anuncian que se avecina una catástrofe sanitaria mundial como la que estamos viviendo.

Entonces, ¿por qué no se hizo nada para prevenirnos? En ensoñaciones podemos remontarnos unos cuantos años atrás e imaginar reuniones mundiales de líderes para resolver sobre futuras pandemias: congresos tipo la ONU donde se dictarían medidas para reducir el impacto esperado; acuerdos económicos, disposiciones legales, campañas de información, de prevención hospitalaria, de desarrollo de tecnología virtual.

A partir de ese imaginario congreso, las organizaciones internacionales en materia de educación, como la UNESCO, convocarían a los sistemas escolares de todo el mundo a desarrollar contenidos y prácticas de prevención, y a aprovechar el imparable influjo de los medios electrónicos para organizar de forma preventiva, tanto logística como tecnológicamente, el despliegue de la educación remota de emergencia (así nos ha enseñado a llamarle Fernanda Ibáñez en un artículo publicado en este mismo espacio). Entonces se habrían tenido años para ejecutar simulacros de entrenamiento con los estudiantes y docentes, y desarrollar estrategias de enseñanza, prevención de la salud, uso de cubrebocas, sana distancia, etcétera.

Naufragio

¿Por qué entonces no se hizo nada?

Víctor Briones, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, nos lo explica en dos palabras: toda esa preparación “es cara”. Con sólo escuchar esto, se apodera de nosotros una profunda indignación: ¿qué tan cara podía ser para que resultara mejor sacrificar a la población mundial y para ―hablando ya de nuestro campo― obligar a toda la comunidad educativa a volverse experta en enseñanza remota de un momento a otro? La maestra Maya Niro atina al llamar a todo esto un naufragio: “… a partir de ese momento me subí a un barco en medio de una tempestad, donde me dieron un timón diferente al que yo sabía maniobrar”.

Con rabia e impotencia imagina uno a los gobiernos de todo el mundo pasando en silencio la estafeta a sus sucesores… o más que la estafeta, la pistola de una ruleta rusa que llevaba dentro un virus que pondría a toda la humanidad contra las cuerdas.

*

Sin embargo, la rabia merma cuando la respuesta de Briones empieza a dejar ver su realismo. Vuelve la calma. Comprendemos entonces que al decir “cara” el analista está hablando de un “caro” impensable, no sólo en dinero, tiempo y esfuerzo, sino también en riesgo: riesgo para los más grandes intereses económicos y políticos, sí, pero también riesgo emocional y mental para la población mundial ante la noticia. El anuncio de que, quién sabe cuándo, va a ocurrir una catástrofe, puede generar inmensa angustia, para algunos más que el evento mismo. En esas circunstancias, prevenirnos y prepararnos podría ser un desastre: ya se ve venir una ola de grandes desacuerdos, enfrentamientos, conflictos: un posible caos social, a final de cuentas.

Tal vez, a pesar de la supuesta racionalidad humana,  coordinarnos para un evento así sería tan difícil como lograr que las abejas del mundo se organizaran ante la amenaza del cambio climático.

*

Nuevo golpe de timón. ¿Y si los líderes mundiales decidieron entonces dejar que llegara la pandemia y que funcionara un poco como “simulacro” para otras crisis sanitarias que se espera que vengan pronto?

Con sólo pensarlo, vuelven la rabia y el espanto: mil teorías conspiratorias vienen a la mente, crece la desconfianza hacia las autoridades (incluyendo las científicas), y por todas partes bullen propuestas pseudocientíficas, rechazo al sistema médico/hospitalario, a las vacunas… Se habla con gran esperanza de tratamientos alternativos.

Finalmente, sobre este fondo de indignación, resignación y dolorosas dudas, queda la imagen de un grupo de líderes esperando año tras año la aparición del paciente cero para dar la alarma mundial y convocarnos a todos (¡ahora sí!) a apagar el incendio.

¿Somos víctimas?

Si en estas dos décadas se hubiera actuado, si los líderes mundiales hubieran decidido prevenir y preparar a la población frente a una posible pandemia, si hubieran organizado reuniones internacionales y simulacros de educación remota de emergencia, todos en el mundo habríamos acabado haciéndonos la crucial pregunta: ¿por qué es inevitable una pandemia? Entonces habríamos volteado con alarma angustiante hacia rincones del planeta que por el momento prefieren mantenerse ocultos, ahí se concentran millares de industrias que literalmente desgarran los ecosistemas planetarios, pervirtiendo entre otras cosas la convivencia animal e impulsando la proliferación y diversificación de virus.

El Dr. Julio Frenk, exsecretario de salud de México y actual rector de la Universidad de Miami, no se ha cansado de repetir que la pandemia de COVID-19 es un fenómeno que tiene su origen en la actividad humana. En una entrevista con la revista CONECTA del Tec de Monterrey, resume enérgicamente: “Las pandemias no son eventos naturales, son antropogénicas, reflejo de prácticas inhumanas”.

Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, confirma: “No hay un gran misterio sobre la causa de la pandemia de COVID-19 —o de cualquier pandemia moderna—. Las actividades humanas que impulsan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad también generan riesgos de pandemia a través de sus impactos en nuestro medio ambiente”.

El problema es más o menos así: mientras más animales con enfermedades contagiosas hay y más se reproducen y conviven, más variantes de virus surgen y más probable es que uno de éstos resulte altamente contagioso y letal para los humanos. Lo mismo pasa cuando se destruye un ecosistema y los animales migran y se concentran en hábitats donde la sana distancia es imposible y el contagio viral aumenta. Históricamente, el asunto se reduce a que mientras la cría de animales se mantenía en pequeños jacales atendidos por unas cuantas personas, las probabilidades de que surgiera una enfermedad mortal eran pocas. Pero cuando hablamos de virus mutando y esparciéndose entre una inmensa piara de cerdos en una granja industrial de “producción” de carne atendida por cientos de personas (como hoy ocurre en tantas partes del mundo), o cuando se trata de miles de murciélagos en una cueva en China, arrinconados ahí por haber perdido sus bosques, entonces es más probable que surja una mutación viral homicida.

*

A lo anterior añadamos una población humana que vive en espacios estrechos dentro de una localidad superpoblada, a la que acuden todo tipo de roedores, aves y primates buscando mejores condiciones de vida; digamos que además esas personas acostumbran comer carne, muchas veces de animales silvestres, y asisten a corridas de toros o peleas de gallos; que frecuentan mercados con animales vivos, cazan o trafican fauna, fabrican abrigos de piel y realizan rituales o practican medicina tradicional con animales; algunas tienen sistemas inmunes débiles por mala nutrición, viven en condiciones de poca higiene, trabajan en labores de limpieza y saneamiento, y no tienen acceso a servicios de salud adecuados; además, para colmo, muchos de ellos (ricos y pobres) viajan por su país o atraviesan fronteras en redes de transporte terrestre  y aéreo supercongestionadas… Cuando estas cosas ocurren, mayor es la creación de virus letales y menor el tiempo en que se expanden por el mundo entero.

Todos estos factores son lo que los epidemiólogos se han dedicado a estudiar desde el siglo pasado, y han llegado a realizar pronósticos bastante confiables.

Y es en todo lo anterior en lo que se basa el Dr. Julio Frenk para asegurar que la pandemia de COVID-19 es de origen humano. En efecto, no somos víctimas. Cuando se alude a la posibilidad de que el virus SARS-CoV-2 haya sido creado en un laboratorio, no podemos sino pensar que es cierto, que los seres humanos hemos convertido a la naturaleza en un inmenso laboratorio donde la creación de virus letales es ya una probabilidad inmensa.

¿Comunidad desecha?

Y a todo esto, ¿qué puede hacer la escuela con tanta y tan cruda información? Cierto que lo primero que dan ganas es dejar hecha la pregunta y salir corriendo. ¿No basta con lo que hemos vivido? Porque en la desafiante y terrible actualidad, la escuela parece estar desbaratada, deshecha. Nos hemos tenido que adaptar a un modelo sin convivencia física, a un encuentro con caras sin cuerpo en aulas virtuales sin aire común; a escuchar voces sin aliento y a verter nuestra presencia en cables electrónicos, resintiendo por todas partes la falta de recursos. Las tres dimensiones del espacio has sido remplazadas por dos, por una, por cero (muchos estudiantes no han podido recibir ningún tipo de clase y sólo esperan a que llegue el día de volver al colegio).

La tensión que generan las clases por Zoom crea un tipo de socialización al cual no estamos acostumbrados; maestras y maestros lamentan tener que comunicarse con sus alumnos a través de una pantalla; niñas y niños han dejado de tocarse y correr juntos, y esa ausencia de tacto, esa falta de simultaneidad física, parece haber restado tridimensionalidad al mundo y provocado una especie de desecación del entorno y hasta una dolorosa costumbre al aislamiento.

En el monitor, lo que conocemos como “grupo” se vuelve un mosaico, un muro. Es casi imposible establecer complicidades y el manejo por parte del maestro se entorpece. “Ahora los docentes ―nos recuerda Paulette Delgado― están lejos de sus estudiantes, lo que puede desatar ansiedad al no saber cómo están e impotencia al no poder ayudarlos”. Las tecnologías aún no están suficientemente avanzadas como para permitir ese caos de voces que da vida al aula presencial cuando todos hablan al mismo tiempo. No hay percepción sensorial completa, y todo se limita a lo visual y auditivo. Solo tenemos una apreciación bidimensional de los otros. En resumen, impera la pérdida de los espacios colectivos y privados que son parte de la socialización escolar.

Utopía

Sin embargo, a pesar de todo esto, somos valientes y nos detenemos a pensar un poco. ¿De verdad la socialización presencial es la única posible? ¿No hay otra que de alguna forma habíamos descuidado? Entonces, una primera respuesta llega a la mente. Tiene que ver con el ritual escolar.

Recordemos, para empezar, la idea del filósofo Emil Wittgenstein de que toda una mitología está contenida en nuestro lenguaje. A mi parecer, eso significa, por ejemplo, que ya el hecho de saber “soy parte de una escuela” (aunque sea en línea o a distancia) me enrola en una comunidad de aprendizaje donde se juegan múltiples papeles sociales y en la que se compromete y ejercita la personalidad entera. En esa comunidad mitológica todos somos a veces héroes, a veces sabios, a veces villanos, y bullimos del orden al desorden atraídos por un objetivo común que da sentido a nuestro encuentro.

Hoy, cuando es difícil ver de frente la realidad y comprender qué podemos hacer con ella, la escuela aún palpita en ese juego de roles, quizás más movilizada que nunca para dar su muy particular respuesta. Ahí, el lenguaje y su mitología se encuentran en un estado de libertad y frescura que permite tramitar la cruda realidad con espontaneidad incomparable.

Cuando al inicio de la pandemia se vio la posibilidad de no volver a la escuela ni siquiera de forma virtual y de abandonar todo hasta nuevo aviso, todos los miembros de esta comunidad clamaron con valor de héroes que querían continuar e hicieron lo necesario para conseguirlo. Descubrieron entonces una nueva y poderosa forma de socialización: confirmaron como nunca que pertenecen a ese mundo convulsionado, no como víctimas sino como seres de los que el planeta necesita y espera algo. Están activos, participan, resisten, reaccionan indignados y conmovidos como héroes de una mitología compartida que avanzan hacia un diálogo conjunto y profundo.

Un diálogo no sólo entre ellos y con el resto de la humanidad, sino con la naturaleza, a la cual creíamos haber impuesto nuestro discurso y que ha reaccionado. La naturaleza, que nos hizo inteligentes y ante la cual nos hemos pasado de listos. Hoy los chavos se debaten interiormente contra la perdurable creencia de que somos dueños de todo entorno y empiezan a asumirse como seres biológicos sensibles e inmersos en una existencialidad dolorosa pero empática y en busca de sentido. Están juntos; aprendiendo y temblando juntos. Y evitando el triunfalismo, mantienen la utopía, cumpliendo aquello que enseña el escritor Eduardo Galeano de que ésta no es algo que se alcanza sino algo que está ahí para orientarnos en el avance.

Hoy los jóvenes se ven, se tocan al menos imaginariamente, sintiendo que existe algo común. Sueñan con hazañas en las que se arriesgan, peligran e incluso mueren y resucitan varias veces. Toda su mitología interior bulle. De muchas maneras intuyen que eso que está pasando afuera también ocurre dentro de ellos, y finalmente toman la verdad de su tiempo en las manos, porque por triste que resulte, sigue siendo su verdad.

Verdad

En la escuela, el llamado a la verdad pone a conversar todas nuestras ideas, supersticiones y creencias en una sola dirección, atrayéndolas hacia un sitio en el que caben todas, incluyendo las conspiratorias y las pseudocientíficas. Ya en ese sitio, al que llamamos “diálogo”, los docentes pueden conducirlas poco a poco hasta empezar a entrever una verdad común.

Así es como los estudiantes han ido tomando conciencia de que es prácticamente seguro que vuelva a ocurrir algo como lo que estamos viviendo (el magnate Bill Gates, con toda la información a la que tiene acceso, ha declarado que una nueva pandemia puede tardar entre 3 y 20 años). Hoy, apurados por impulsar cambios que reduzcan entre otras cosas el riesgo de pandemias, los estudiantes se informan y dialogan sobre cómo convencer a los gobiernos a invertir recursos en prevención de enfermedades, aunque no se sepa si éstas van a llegar ni cuándo (finalmente, dejarlas venir puede resultar muchísimo más caro que prevenirlas); indagan y discuten sobre cómo fortalecer el sistema global de salud y nuestra higiene básica; sobre cómo crear e impulsar formas de producción que no impliquen sobrepoblación de espacios ni acaparamiento de recursos en manos de unos cuantos; cómo evitar que el aumento de bienestar familiar siga siendo sinónimo de sobre-consumo de carne (tal como ocurre en todo el mundo), y cómo disminuir paralelamente la ganadería industrial, que además de cruel exige grandes deforestaciones (como las recientes del Amazonas) y provoca una emisión catastrófica de gases de efecto invernadero.

2020 y 2021 no son años perdidos, son años salvados; salvados por y para las escuelas. Más que nunca somos una comunidad (mundial, por si fuera poco) en busca de un equilibrio entre lo que deseamos y lo que en realidad podemos y debemos, comprendiendo ―como nos explica el filósofo español Fernando Savater― que el destino de los demás es el nuestro propio.

Razón y espiritualidad

En la escuela, la Verdad más que una conclusión es un llamado; a ella nos convoca el timbre escolar.

Pero ¿cómo será esa verdad? Sólo por curiosidad nos hacemos esta pregunta, pues sabemos lo difícil que será responder. Pero queremos al menos imaginar un poco, juntos, el tipo de verdad que podemos concebir desde esta actualidad amenazada pero esperanzada que hemos descrito.

El primer indicio de respuesta lo encontramos en la presencia cada vez más visible de las llamadas “ciencias falsas” o pseudociencias. Es un hecho que, con la pandemia, esa presencia evidenció sus dimensiones globales, explotando en una especie de boom que muchos científicos empiezan a temer seriamente. Todos hemos visto brotar teorías astrológicas o conspiratorias sobre el origen del SARS-CoV-2 y tratamientos al COVID-19 que según la ciencia no han sido estudiados con suficiente rigor o son de plano supercherías.

Mi opinión que es que, por descabelladas que resulten, estas posturas llegan para ocupar un espacio que la razón, y sobre todo el pensamiento científico, tienden a abandonar: me refiero a ese delicado terreno en que la objetividad y algo que podemos llamar “espiritualidad”, se dan la mano.

Mucha gente de ciencia afirma que sus certezas son la única forma de conocimiento confiable. Argumentan que, al haber sido comprobadas, sólo en ellas debemos basarnos si queremos tomar buenas decisiones (esto incluye las ciencias no exactas, como la psicología y la pedagogía).  ¿Cómo no escucharlos si, con metódico idealismo, aseguran que existe una verdad última no sólo asequible sino comprobable? El prestigioso divulgador Brian Greene, por ejemplo, afirma que es posible que la llamada Teoría de Cuerdas pronto resuelva el principal enigma del universo. Cierto que afirmar que se es capaz de alcanzar la Verdad parece una postura engreída, de sabelotodos, pero hay que reconocer que en un mundo donde la mayoría nos sentimos portadores de la verdad, parecen humildes quienes se limitan a lo que pueden comprobar.

Claro que tampoco deja de ser cierto que ―como dice con fina ironía el escritor G. K. Chesterton― algunos de esos científicos se muestran “muy orgullosos de su humildad”. Muchos de ellos, y sus partidarios, en ocasiones se extralimitan y afirman que, aparte del suyo, no existe ningún otro conocimiento verdadero. Daniel C. Dennet, famoso filósofo racionalista, afirma que “nada que queramos abordar puede situarse más allá de los límites de la ciencia”. Dios, la espiritualidad y esas cosas, deben ser abordados como fenómenos culturales que pueden explicarse con estudios científicos sobre la evolución y el cerebro (Dennet es conocido mundialmente como uno de los Cuatro Jinetes del Nuevo Ateísmo).

Es el antiguo problema filosófico ―uno de los primeros― entre dos tendencias: la de “obligar a la vida, a la vida toda, (a seguir) el destino del conocimiento”, como señala la filósofa María Zambrano, y la de aceptar que existe algo más allá de la razón a lo que tenemos acceso por otros medios: a la razón, a lo razonable ―nos explica Erich Fromm―, le compete admitir sus limitaciones y saber que “nunca captaremos el secreto del hombre y del universo, pero que podemos conocerlos, sin embargo”, de otras formas.

Sorprende saber que algunas de las más importantes teorías que niegan que se pueda alcanzar una total certidumbre vienen de la ciencia misma. Sin necesidad de creer en “un más allá”, expertos como Niels Bohr (ese cuyo modelo atómico estudiábamos en la secundaria) han demostrado que el más acá tampoco es tan “cierto” como se creía. Eugene Wigner, Premio Nobel de Física, de plano afirma que no es posible explicarnos la realidad sin referirnos a una conciencia cósmica infinita.

Lo anterior nos pone de frente a la pregunta sobre la manera en que el ámbito educativo debe abordar el asunto de la verdad científica y de su no siempre humilde oposición a lo llamado “espiritual”. Para resumir, opino que la verdad escolar, conservando su inclinación científica, debe volver a formas de conocimiento como las que Fromm describe (en uno de sus libros más famosos se refiere específicamente al conocimiento a través del Amor). Y es que si los partidarios de la ciencia no abordamos con actitud razonable ―para empezar en la escuela misma― el ámbito donde se enlazan lo explicable y lo inexplicable, estaremos dando cabida a que todo tipo de ideas inconsistentes se apoderen de ese territorio. Sí, mientras el conocimiento racional siga pretendiendo que tiene la última palabra sin admitir sus límites ni honrar con verdadera humildad el sitio que le corresponde a lo espiritual; si la razón se niega a tender la mano “más allá” de sí misma, vislumbrando una especie de continuidad entre razón y misterio, estará dejando ese rincón vacante y prácticamente alentando a que lo ocupen posturas oportunistas, algunas de ellas quizás sólo ingenuas al querer resguardar con supersticiones el delicado vínculo.

En la discusión entre ciencia y creencia (mejor deberíamos decir “pleito abierto”), la escuela se ha mantenido al margen, respetando sin duda el criterio científico, pero presentándose al mismo tiempo como neutral en lo que compete al otro frente. Sin embargo, confiemos en que sus aulas se conviertan cada vez más en el sitio de la reconciliación, elevando su búsqueda de la verdad a otras realidades en las que, estando bien plantados en la tierra, podamos florecer.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/

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Enrique Escandon: «Estar tan pendientes de ese suspenso, de los repasos… crea un mal ambiente en casa que no aporta nada positivo»

Por: Laura Peraita

Según Enrique Escandon, director de Alameda International School, para un alumno sin dificultades académicas, «hacer deberes en vacaciones es como un castigo porque pensará que si ha hecho lo que tiene que hacer durante el curso, ¿por qué tengo que seguir haciendo tareas?»

Enrique Escandón, experto en Educación y director de Alameda International School, asegura que el año escolar que acaba de finalizar ha sido muy intenso y complejo debido fundamentalmente al peso de la mochila emocional de los alumnos después de los meses de confinamiento.

¿Han logrado concluir el curso reforzados por su flexibilidad y capacidad de hacer frente a la adversidad o, por el contrario, han tenido mayor desconexión de sus obligaciones educativas?

En general nos tenemos que quitar el sombrero con los alumnos. Sin duda, han salido reforzados. Emocionalmente hemos tenido altibajos porque nos hemos enfrentado a algo desconocido y hemos tenido que improvisar, y en educación a veces se nos da regular esta cuestión porque trabajamos bajo la planificación. Hay que recordar que el pasado septiembre nos cambiaron las reglas del juego para impartir las clases y en espacios diferentes, con profesores nuevos para cubrir los diferentes grupos… Hemos aprendido sobre la marcha y esa parte emocional nos ha costado más asumirla. Pero los alumnos han demostrado que tienen una valentía y fuerza enorme porque se han adaptado fenomenal a estos cambios y peticiones. No podemos decir que educativamente haya sido el mejor de los años, pero lo que hemos conseguido como sociedad, sí.

Han llegado las notas finales, ¿quién sufre más cuando hay un suspenso: los alumnos o los padres?

¡Cuantas veces he escuchado de un padre: «Es que me han suspendido!». Pero, no, quien suspende es el hijo. Extrapolamos como padres lo que les sucede a nuestros pequeños por ese vínculo emocional que nos puede. Tenemos que conseguir que sean ellos los que estudien, aprueben, suspendan. Y, por otro lado, debemos tener claro que el suspenso es simplemente un momento puntual que hay que aprovechar para decirles que hay que esforzarse más y analizar cómo hacerlo. No hay que magnificar un suspenso porque es una oportunidad de mejorar y aprender más. Hay alumnos que necesitan a veces ese parón para darse cuenta de que tienen que ponerle remedio. Pero el estudiante, no los padres, que suelen tener gran sensación de angustia, generan mayor tensión en casa y, al final, consiguen empeorar la situación.

¿Qué les dirías a esos padres que piensan que son ellos quienes han suspendido?

Sobre todo que relativicen, salvo que su hijo sea un alumno de Bachillerato o EVAU. Hay que valorar qué hemos hecho para que tengan esa calificación y qué se puede hacer para mejorar. A veces es cuestión de tiempos en el estudio; otras, de atención, de que los hijos son adolescentes con muchos cambios hormonales, corporarles y su concentración se dispersa muchísimo o su capacidad de dormir. Hay que entenderles y saber cómo motivarles.

Por cultura, en España nos focalizamos mucho en el error, en lo que hacen mal, mientras que en otras se potencian los aciertos, de manera que se fortalece la autoestima, la confianza. Por ello, relativicemos esa parcela en la que no van a brillar en su vida.

Desafortunadamente no hay un manual que nos diga cómo educar a un hijo. Debemos analizar su grupo de amigos, su personalidad, cómo es su centro educativo… Hay muchos aspectos. A los padres, un suspenso en verano nos sienta mal porque implica que hay que estudiar en vacaciones, lo que es complejo, pero hay que establecer prioridades.

¿Qué posibilidades tienen los padres de que su hijo adquiera durante el verano mayor interés por ciertas asignaturas y por el colegio cuando no es un buen estudiante?

Invitándoles a realizar todas esas actividades que les gustan y que no pueden hacer durante el año, como puede ser robótica. Hay que potenciar esa parte que les motiva para que el verano sea interesante para ellos y en el colegio desarrollen ciertas inquietudes y dirijan mejor su futuro.

¿Por qué hay tanto dilema cada año en si deben o no hacer deberes en verano?

Porque hay quienes pensamos que cuando vamos de vacaciones no nos gusta llevarnos trabajo para poder disfrutar de la familia, hacer cosas que no se puede durante el año… Tenemos 10 meses para trabajar mucho en clase y, en el mejor de los casos, los alumnos disponen de dos meses para descansar, de los cuales solo uno es para estar con sus padres. Ese mes debe ser para la familia, para estar juntos de viaje, ir al pueblo, tener tiempo de disfrute… porque ese tiempo de aprendizaje también es muy importante. Sin embargo, si estamos muy pendientes de esa mala nota, de ese repaso de matemáticas, se crea un ambiente en casa que no nos va a ayudar nada positivo.

Otro tema es qué hacemos con el otro mes. Si los resultados han sido buenos, los estudiantes pueden hacer mil actividades, desde campamentos a talleres donde se lo van a pasar bien. Lo que no podemos es tener a un niño o adolescente en casa y pretender que esté motivado con deberes. Es muy difícil. ¿Qué sentido educativo tiene acabar el curso, hacer el libro de deberes y entregarlo en septiembre, si tras hacerlo hay un mes en el que van a desconectar totalmente? Cuando llegue septiembre no se van a acordar de nada. Es una forma de cumplir con el expediente que pide el colegio, pero pedagógicamente, ¿ha mejorado tu hijo?, ¿ha afianzado conceptos en un mes de julio al que ha llegado cansado? Hay que medir muy bien esta herramienta pedagógica que está muy bien, pero quizá debería emplearse para realizarse en los últimos 15 días antes de empezar el colegio para que el alumno esté más cerca del inicio de curso. Quizá nos deberíamos centrar más en cómo cambiar las clases durante el curso que en cómo lograr que sigan conectados en el verano.

En un alumno sin dificultades hacer deberes en vacaciones lo veo más como un castigo porque pensará que «si he hecho lo que tengo que hacer durante el curso, ¿porqué tengo que seguir con tareas en el verano? Si se estandariza esta herramienta pierde su sentido.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-dialogos-familia-estar-pendientes-suspenso-repasos-crea-ambiente-casa-no-aporta-nada-positivo-202106290104_noticia.html

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Colombia: Estas son las sedes de la Universidad Nacional que suspenderán semestre académico

América del Sur/Colombia/04-07-2021/Autor y Fuente: www.elespectador.com

La Universidad Nacional, por medio de un comunicado, informó que desde el 28 de junio se suspende el primer semestre del periodo académico de 2021. La orden va hasta cuando se superen las situaciones que han impedido el desarrollo de las actividades.

La Universidad Nacional, por medio de un comunicado, informó que se suspende el primer periodo académico de 2021. La medida, que fue tomada por medio de la Resolución de Rectoría No. 416 de 2021, regirá desde este 28 de junio.

Las sedes que suspenderán sus periodos académicos son: Bogotá, Medellín, Manizales, Palmira, la Paz, Amazonía, Orinoquía, Caribe y Tumaco. Además, la institución explicó que los profesores que se encuentren realizando actividades académicas podrán continuarlas con un permiso por parte de algún integrante de la rectoría.

De acuerdo con la resolución, se busca “garantizar que las actividades de docencia que se vienen desarrollando logren su finalización adecuada y que aquello que se encuentre suspendido pueda ser reprogramado oportunamente”.

En cuanto a las vacaciones intersemestrales, la institución informó que los profesores podrán solicitar aplazamiento o interrupción de este periodo según su criterio. Las vicerrectorías y las direcciones de las sedes podrán definir otros días adicionales.

Las actividades de posgrado, por su parte, podrán desarrollarse con completa normalidad. También se “podrá prorrogar la vinculación de los docentes ocasionales y especiales y de los estudiantes vinculados para actividades de apoyo académico que actualmente se encuentran adelantando hasta el día 6 de agosto”, añade la institución.

Esta medida irá hasta que “se superen las situaciones que han impedido el normal desarrollo de las actividades académicas”, informa la resolución.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/educacion/estas-son-las-sedes-de-la-universidad-nacional-que-suspenderan-semestre-academico/

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Ministro de Educación: Un total de 22 mil escuelas están en condiciones de abrir. Perú

América del Sur/Perú/04-07-2021/Autor(a) y Fuente: rpp.pe

El ministro de Educación, Ricardo Cuenca, destacó que al día de hoy, hay más de 2 400 escuelas abiertas y más de 100 mil estudiantes de zonas rurales que ya han vuelto a las aulas.

El ministro de Educación, Ricardo Cuenca, informó este lunes que su Sector ha recomendado la reapertura de alrededor de 22 mil colegios, en los cuales ya se podrían iniciar clases en algún nivel de presencialidad.

«De momento, hace tres días hicimos el corte, son 22 mil escuelas que ya podrían abrir», dijo a ‘Nada Está Dicho’ por RPP TV.

Cuenca indicó que si bien el Ministerio de Educación evalúa las condiciones de las instituciones a nivel nacional y hace la sugerencia para su habilitación, la decisión la toman finalmente los gobiernos regionales.

En ese sentido, señaló que son ellos quienes, en coordinación con los comités sectoriales y representantes de varios sectores, «deciden pasar de esta habilitación a que las escuelas sean efectivamente aptas».

«El Ministerio de Educación no impone que tengas que abrir, sugiere. Les decimos en tal región hay tanta cantidad de escuelas que podrían habilitar, pasan a la segunda fase que es de declararlas aptas y ahí toman la decisión final los gobiernos regionales», expresó.

Vacunación a docentes en zonas rurales

Por la tarde, en conferencia de prensa, el ministro de Educación anunció que el martes 6 de julio empezará la vacunación contra la COVID-19 para los docentes de las zonas rurales del país.

«Al haber culminado el proceso de vacunación de los adultos mayores, los docentes son un grupo prioritario. Es una manera de reconocer el esfuerzo desplegado por ellos el año pasado y este año», comentó.

El ministro refirió que se empezará con los docentes, directores y personal administrativo de las zonas rurales, que son aproximadamente 200 mil personas, a las que les comunicará en los siguientes días cómo será el proceso.

La información sobre los centros de vacunación y cronograma se hará mediante las direcciones regionales de educación y las unidades de gestión educativa (UGEL), acotó.

Hasta las 6 p.m. de este lunes, ya se han aplicado 7 220 895 dosis contra la COVID-19 a nivel nacional, de acuerdo con el Repositorio Único Nacional de Información en Salud (Reunis) del Ministerio de Salud.

Fuente e Imagen: https://rpp.pe/politica/gobierno/ministro-de-educacion-un-total-de-22-mil-escuelas-estan-en-condiciones-de-abrir-noticia-1344715

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Venezuela: Observaciones al proyecto de Ley de Educación Universitaria (primera parte)

América del Sur/Venezuela/02-07-2021/Autor: Daniel Arias Alfonzo/Fuente: www.elnacional.com

Continuando con la labor iniciada hace 3 semanas con la Ley del Ejercicio Docente para la Educación Básica, corresponde esta semana revisar el proyecto de Ley de Educación Universitaria, que transforma por completo la situación de las universidades en Venezuela al incorporar los elementos político-ideológicos que denotan la conducta política del Ministerio del Poder Popular de Educación Universitaria hacia el resto de las instituciones.

En esta primera parte, por razones de espacio, me limitaré a los aspectos ideológicos referenciados en los primeros artículos de la ley, mientras que en la segunda parte me referiré a los aspectos orgánicos u organizativos de las universidades bajo este proyecto de ley.

Veamos los siguientes artículos:

Ámbito de aplicación  

Artículo 2. Esta ley se aplica a la sociedad y en particular a las personas naturales y jurídicas, instituciones universitarias de carácter oficial, las de gestión popular, las de gestión privada y demás organizaciones que componen el Subsistema de Educación Universitaria.

Observación: se da cuerpo orgánico a instituciones universitarias fundadas por el Poder Popular o las nuevas instituciones del proyectado Estado comunal con la creación de las denominadas universidades de gestión popular.

Definición de la educación universitaria

Artículo 3. La educación universitaria se define como:

2.  Un bien irrevocablemente público, al servicio de la transformación de la sociedad, en función de la consolidación de la soberanía, defensa integral e independencia nacional, el fortalecimiento del Poder Popular y del diálogo de saberes, el desarrollo territorial integral, el modelo productivo endógeno y sustentable, la unión e integración de los pueblos de América Latina y el Caribe de Nuestra América, la solidaridad y la cooperación con los pueblos del Sur y del mundo, la preservación de los equilibrios ecológicos y de todas las formas de vida en el planeta, en el marco de la construcción de una sociedad socialista.

Un proceso de construcción de hegemonía cultural para la superación de la sociedad capitalista.

Observación 

Es pertinente decir que esta ley direcciona a todas las universidades públicas y privadas actuales, en la ruta de los ideales y objetivos del socialismo del siglo XXI y sobra decir que aquellas universidades que no estén de acuerdo con este planteamiento, estarán simplemente fuera de ley y seguramente serán intervenidas por no cumplir con los lineamientos nacionales establecidos.

Principios y valores 

Artículo 4.

4. Democracia participativa y protagónica: la práctica de la democracia participativa y protagónica en la educación universitaria, constituye un principio orientador y organizador para la consecución de sus fines, funciones y procesos, desde el ejercicio protagónico de la participación de toda la comunidad universitaria, creando nuevas relaciones sociales democráticas y de cooperación.

6. Calidad: La educación universitaria es de calidad, en tanto logra sus fines y desarrolla procesos pedagógicos liberadores, mediante los cuales el pueblo alcanza mayores niveles de conciencia y de cultura, se apropia de saberes acerca de la realidad sociocultural que configura su vida y asume el compromiso de transformarla. La educación universitaria es de calidad cuando sus principios y valores son asumidos por la sociedad con el consentimiento de todos y todas.

11.Territorialidad: consiste en asumir el territorio de influencia de las instituciones universitarias como espacio de creación, transformación y difusión del conocimiento, con el compromiso de impulsar su apropiación colectiva desde el diálogo de saberes, el modelo productivo socialista, nuevas formas de conciencia ambiental, mayor participación y control social sobre la gestión pública y la superación del desarrollo desigual entre el campo y la ciudad. Se orientará a la concreción de los planes y proyectos demandados por las organizaciones comunitarias en aras de alcanzar soluciones a las necesidades de cada territorio, en el marco del desarrollo nacional.

Observación

Se detectan claramente el lenguaje revolucionario, cuando se insiste permanentemente en la idea de la educación liberadora (para el que no entienda, es simplemente la sustitución de todos los conceptos e ideas tradicionales, formulados antes de la llegada de los revolucionarios al poder político y que según su visión marxista es apoyada por la denominada clase dominante, a veces llamada burguesía, en la idea de que los “pobres” el pueblo o los condenados de la tierra, están encerrados en una cárcel invisible, prisioneros de las ideas manipuladoras de los poderosos, para convertirlos en esclavos del capitalismo…  en otras palabras, una Matrix bien montada, donde los revolucionarios, por ser los “elegidos” deben ser la Vanguardia (concepto leninista), que hará libre a la humanidad y creará el “Hombre Nuevo” destinado a crear la sociedad comunista donde no debe haber propiedad privada, clases sociales, pobreza y ni siquiera el mismo Estado, porque vivirá en un nuevo Edén redivivo.

En cuanto al concepto de territorialidad, iniciado por el mismo Hugo Chávez en los años 2007 hasta el presente, no es exagerado decir que las 30 universidades politécnicas territoriales existentes hacen un esfuerzo sobrehumano por cumplir su papel que no es acompañado por alcaldes y gobernadores, lo que hace muy difícil, para no decir imposible alcanzar sus fines de apoyo a las comunidades.

Fines de la educación universitaria 

Artículo 5. La educación universitaria tiene como fines los establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la Ley Orgánica de Educación, así como:

Formar en, por y para el trabajo creador y liberador, que proporcione la mayor satisfacción posible a las trabajadoras y los trabajadores, que consolide el modelo productivo endógeno y sustentable, las nuevas relaciones solidarias y de cooperación en el trabajo y modelos de organización productiva de propiedad y gestión social, en la búsqueda de la independencia y la soberanía científica y tecnológica del país.

Construir proyectos, perspectivas, alternativas, programase innovaciones que contribuyan a crear y consolidar la plataforma científica tecnológica de un nuevo modelo social incluyente, orientado a satisfacer las necesidades del pueblo y superar las desigualdades sociales.

Observación

Al igual que el artículo anterior, se puede apreciar el sesgo ideológico en el artículo, resucitando la idea del “modelo endógeno” y el modelo social incluyente, que parten de la idea de que las universidades tradicionales son órganos reproductores del modelo capitalista al crear grande números de profesionales calificados que prosperaran económicamente y se pondrán al servicio de las clases dominantes o incluso, algunos de ellos se unirán a la misma, mientras el resto de la sociedad sufre los rigores de un padecimiento sin fin, víctimas de la explotación de los poderosos.

Para los revolucionarios, la universidad es un cuartel “liberador” donde se formarán las legiones de revolucionarios, que saldrán a tomar “el cielo por asalto”, sustituyendo las empresas capitalistas y las instituciones sociales tradicionales con los nuevos seres humanos producidos bajo estas concepciones particulares.

Propósitos del subsistema de educación universitaria 

Artículo 8. El Subsistema de Educación Universitaria tiene como propósitos.

Consolidar el vínculo entre la educación emancipadora, y el trabajo creador liberador como fundamento de los programas de formación, que contribuyan a superar el modelo capitalista y sus modos de dirección autoritaria, las relaciones sociales de vasallaje y de explotación, la división social del trabajo y la perversa distribución de la riqueza concentrada en pocas manos por el afán de lucro y el consumismo.

Desarrollar modelos de planificación y gestión colectiva del presupuesto universitario que contemple la participación organizada de todos los sectores de la comunidad universitaria y del poder popular, en su elaboración, ejecución, seguimiento y evaluación, para garantizar la responsabilidad, la transparencia, la contraloría social y   la rendición de cuentas oportuna sobre el uso de los recursos.

Observación

Más allá de repetir la obsesión anticapitalista de la ley en cuestión, se destaca en este articulo la inserción del Poder Popular en la planificación y gestión del presupuesto universitario, lo que cambia de manera radical la forma de entender las universidades en su cotidianidad, debido a esta inserción de las figuras de lo que vendría a ser el Nuevo Estado Comunal.

La próxima parte se referirá a la organización de la universidad venezolana de acuerdo a este proyecto de ley.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/observaciones-al-proyecto-de-ley-de-educacion-universitaria-primera-parte/?utm_source=minutoaminuto_post&utm_medium=recirculation&utm_campaign=internal_links
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¿Una hora menos para “Artes” en educación básica?

Publicada por: Pluma invitada

Por: Etien Daniel Fass Alonso*

Recién se ha corrido el rumor de que la Educación Artística (erróneamente definida como “Artes” en los planes y programas de la SEP) tendría 1 hora menos a la semana para el nivel secundaria en el ciclo escolar 2021-2022, con el fin de dárselo a la nueva materia “vida saludable”.

Si bien, lo normal sería esperar a el anuncio oficial, es importante difundir lo que puede evitarse si las voces se unen para evitarlo al crear una reflexión colectiva que llegue a esos funcionarios públicos federales, por ello, hay que actuar, pues no sería extraño que fuera una realidad adelantada y no tanto un secreto a voces.

La pandemia nos ha mostrado el lado más duro de la vida en tan poco tiempo, y a pesar de ello, las manifestaciones artísticas están ahí para equilibrar anímica y psicológicamente al mundo. Las artes son la tinta de la historia de la humanidad.

La BBC News publicó hace un par de días un artículo sustancial sobre la “flexibilidad COGNITIVA” como llave para el aprendizaje creativo y para entender el valor de las artes en todo proceso educativo formal e informal a través de la imaginación creadora; y he puesto “cognitiva” en mayúsculas para resaltar que, el encasillar a las artes en una sola área: “desarrollo personal y social”, es reducir a una simple experiencia estética (que según Mandoki, es un pleonasmo u oxímoron) e invalida el potencial de la Educación Artística dentro de todo el currículo de forma transversal e integradora, transformada y transformadora para un planeta más empático, más fraterno y más humano. Y sí, también en lo académico. ¿Qué acaso la ciencia no es artística y viceversa?

Y he dicho antes, a manera de eco de grandes personas: las artes son la herramienta más poderosa de transformación social que la humanidad conoce.

Ahora reflexionemos ¿qué efecto tendría la aplicación de este poder en el Sistema Educativo Nacional, si se ejecutara cabalmente acorde a las necesidades educativas en el México del siglo XXI y que subyace y palpita en todo infante y cada joven? Sorprendentemente, parece que nada de esto es suficiente para lograr un giro de tuerca en la forma de pensar de quienes son responsables del currículo nacional.

Sin duda, desde la formación del maestro o de la sociedad general, hemos venido arrastrando muchos mitos y fetiches en torno al por qué y para qué de las artes en la escuela. Asimismo, no basta agregar horas, sino un cambio de pensar a fondo.

No es gratuito que los países con mayor Índice de Desarrollo Humano (IDH) posean en sus políticas públicas a la Educación Artística como eje fundamental de sus programas educativos oficiales de manera integradora con todas las áreas del desarrollo no solo lo afectivo y social. ¿Qué pasa con México? ¿Por qué no termina de cuajar una política educativa acorde a los principios constitucionales de humanismo, equidad, excelencia e integralidad que exige la Nueva Escuela Mexicana y quienes no encuentran una mejor abanderada que la Educación Artística para la educación general? Algo nos está faltando, y es crítico.

Confiamos en la nueva titular de la SEP para abrazar en su sensibilidad y escuchar a sus más de 54,000 maestros de artes en una necesaria revolución educativa que considere a las artes como piedra angular de todo el proceso formativo humano y en la que sea ejecutada por todos los actores educativos del país.

Todo esto, de la mano de sus docentes; en especial, de las organizaciones inéditas y de gran valor como la Asociación Mexicana de Docentes de Artes, A.C., que busca precisamente esta revalorización y dignificación de la Educación Artística en la SEP y en la vida de todo mexicano.

Por ello, en el albor de los primeros cien años de la institución más importante para el desarrollo integral de cualquier nación, esto sería (sin duda) un gran logro histórico no solo para el sistema educativo sino para nuestras culturas, para nuestra humanidad.

Esperamos que el rumor de mutilar a la ya manca Educación Artística, sea solo eso: un murmullo y nada más. Aun así…una hora más, una hora menos, ¡basta ya!

Que suene fuerte y claro: la Educación Artística no es una papa caliente, sino es un camino único para lograr formar sociedades creativas, escuelas más fuertes con un pensamiento crítico y una persona resiliente.

¡La ruptura de paradigmas para la educación hacia un mundo mejor, es ahora!

*Docente, consultor y especialista en educación musical y políticas públicas educativas y culturales.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/una-hora-menos-para-artes-en-educacion-basica/

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