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Colombia: Estudiantes, maestros y trabajadores se unen a la Minga y preparan el “Paro Cívico Nacional”

Redacción: Colombia Informa

En Bogotá, el pasado martes 9 de abril, diversos sectores sociales se tomaron las calles en conmemoración del “Día nacional de la memoria y la solidaridad con las víctimas” y en apoyo a la Minga indígena, afro, social y campesina del suroccidente del país.

Casi un mes después, desde que el Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC- se declaró en Minga y con el pasar de los días, diferentes organizaciones indígenas, afro y campesinas se unieron al llamado. Esto permitió una gran movilización de fuerzas en las carreteras del suroccidente del país, bloqueando vías tan importantes como la Panamericana y poniendo en la agenda del gobierno nacional las problemáticas de estos territorios.

Muertos, heridos y una desmesurada represión e innumerables bloqueos en las carreteras pusieron en el ojo de la opinión pública al suroccidente del país, en especial al Cauca. Las redes sociales se inundaron de mensajes de apoyo y también de ataques a este proceso, las ciudades y otras regiones del país se solidarizaron con la lucha a través de diversas actividades, plantones y charlas. Las organizaciones sociales de estudiantes, maestros y trabajadores, empezaron a respaldar este gran proceso de movilización popular y decidieron demostrar su respaldo saliendo a las calles en una emotiva movilización por algunas de las principales vías de la ciudad.

El encuentro se dio en un día significativo para Colombia como lo es el 9 de abril, 71 años después  del magnicidio de candidato liberal a la presidencia Jorge Eliécer Gaitán y en el cual se conmemora el “Día nacional de la memoria y la solidaridad con las víctimas”.

La Coordinadora de Organizaciones Sociales -COS-, el Movimiento Alianza Social Indígena -MAIS-, la Organización Nacional Indígena de Colombia -ONIC-, la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior -UNEES- y el CRIC convocaron a una “Marcha de Antorchas” en respaldo a la Minga y en memoria a las víctimas del conflicto armado en Colombia.

Esta movilización dio inicio en el Parque Nacional, a la altura de la carrera séptima con calle 34. Las personas empezaron a congregarse a las 5 de la tarde y alrededor de las 6:00 pm partieron hacia la calle 26 con destino al Búnker de la Fiscalía, punto de encuentro de la movilización que se dio aproximadamente a las 8 de la noche.

Durante la movilización se conocieron los discursos de algunos representantes y voceros de diferentes organizaciones y sectores sociales. Todas las intervenciones giraron entorno a la búsqueda de la unidad del movimiento social para la consolidación de fuerzas para impulsar el “Paro Cívico Nacional”, ante el momento crítico que enfrenta el país en relación al Plan Nacional de Desarrollo -PND-. Es por ello que los sectores sociales buscan organizarse para lograr mecanismos eficaces y que se logre visibilizar las exigencias que se le hacen al gobierno nacional.

Fuente: http://www.colombiainforma.info/estudiantes-maestros-y-trabajadores-se-unen-a-la-minga-y-preparan-el-paro-civico-nacional/

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Colombia: La reforma que iría en contravía de lo que piensa Uribe sobre la educación pública

América del sur/Colombia/11 Abril 2019/Fuente: Semana

Después de 18 años, por primera vez el Gobierno plantea realizar una reforma constitucional al Sistema General de Participaciones, la bolsa que financia la educación escolar pública y que está en rojos. El detalle es que ahora contiene todo lo contrario a lo que promovió el expresidente Álvaro Uribe durante sus dos gobiernos. ¿Prosperará?

Tanto para el Gobierno como para Fecode, la reforma constitucional al Sistema General de Participaciones (SGP), es inminente. La bolsa con la cual las regiones financian la educación, salud, agua potable y saneamiento básico, entre otros temas, no da abasto.

En el caso del sector educativo, cada año los departamentos deben endeudarse para responder por lo mínimo: salarios docente, servicios públicos en los colegios, vigilancia, entre otros. Por esta dinámica, otras necesidades como la construcción y mejoramiento de aulas y la alimentación escolar para todos los niños aún no son una prioridad.

Como los recursos no crecen a la par de las necesidades, este Gobierno consideró esta reforma como un paso obligatorio. Por eso, a principios de año la Ministra de Educación, María Victoria Angulo, aseguró que incluirían una reforma constitucional en las bases del Plan Nacional de Desarrollo (PND).

Una propuesta que la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) ha exigido durante años, por lo que la planteó en su pliego de peticiones y marchó el pasado 19 y 20 de marzo para que se hiciera realidad en el PND.

Frente a un problema tan evidente, este Gobierno creó una comisión de expertos para discutir el tema. Esta comisión, integrada por diferentes expertos y gremios, entre ellos Fecode, se reunirá dos meses después de aprobado el PND y tendrán seis meses para presentar la propuesta de reforma a los artículos 356 y 357 de la Constitución Política.

De acuerdo con algunas fuentes cercanas a la comisión, la idea es incrementar los recursos de todo el SGP, lo que resolvería en realidad los problemas presupuestales de los colegios. Sin embargo, no será fácil de aprobarse en el Congreso, pues para ello se requiere una reforma fiscal que garantice la magnitud de los dineros.

“La segunda etapa de esta propuesta que se debatirá en el Congreso, no será fácil, lo sabemos, sin embargo, los niños la necesitan, pues son los que verdaderamente se van a beneficiar del incremento real y progresivo de los recursos”, dijo Nelson Alarcón, presidente de Fecode.

Se espera que en esta reforma no ocurra lo que sucedió en el gobierno anterior, que dejó un proyecto de ley radicado en el Congreso, el cual no resolvía los problemas de financiación de fondo, pues su idea era redistribuir el presupuesto. Es decir, sin aumentar el total del SGP, le quitarían, por ejemplo, al sector Salud para darle más a Educación.

Recorte tras recorte

Antes de llevar al límite la bolsa del SGP, en 2001 el expresidente Andrés Pastrana decidió recortar el 46% de los Ingresos Corrientes de la Nación (ICN) que se estaban destinando para las regiones. Para lograrlo, fusionó las bolsas que existían antes de ese año, llamadas Situado Fiscal y Participaciones, y creó el SGP.

En esta misma reforma, se amarraron las transferencias de los ICN solo a la inflación y al crecimiento de la economía, lo que significó una disminución abismal de los recursos no solo para el sector Educación, sino también para los demás sectores.

Aunque la medida era transitoria, es decir, que a partir de 2008 los recursos volverían a estar ligados a los ICN, en su momento, el gobierno del expresidente Álvaro Uribe, en vez de volver a la regla original de distribución de los recursos, adoptó otra reforma constitucional para seguir disminuyendo el dinero que el Estado le enviaba a las regiones.

Dicha reforma se amplió hasta 2016, periodo en el que el crecimiento de las transferencias para el SGP seguiría vinculado a la inflación. Luego, para 2017 en adelante, estableció que iban a aumentar de acuerdo a un promedio de los últimos cuatro años anteriores de los ICN.

Si el SGP hubiera crecido al mismo ritmo del promedio de los ICN de los últimos cuatro años a partir de 2008, las transferencias para financiar la educación pública en el país serían 50% mayores a las realmente alcanzadas en 2016. Ello implica que el independizar el SGP de los ICN de los cuatro años anteriores, (reforma hecha por Uribe) le significó al sector educativo una pérdida cercana a los 9 billones de pesos, solo en el 2016. 

La cifra cae como un balde de agua fría. Pero es peor si se calcula desde 2002, fecha en la que empieza a regir la primera reforma, pues alcanza una dimensión abismal: 78 billones en pesos constantes.

Pero no solo es cuestión de plata

Además de que el SGP está desfinanciado, sigue sosteniendo en gran parte los sueldos de los docentes, quienes siguen creciendo en número: a la fecha son casi 327 mil profesores activos para alrededor de 8 millones estudiantes.

Por eso, lo que más preocupa a quienes estudian el SGP es la forma en la que se asigna a las regiones, pues muy pocas veces se tienen en cuenta el costo personal docente para calcular las asignaciones por estudiante. ¿Qué tan sostenible puede ser un sistema que asigna presupuesto sin tener en cuenta una variable tan importante como el crecimiento y el aumento de salario docente?

Y es que del total del presupuesto, los maestros se están llevando una buena porción. Para 2018, los colegios obtuvieron principalmente por SGP, 21,7 billones, de los cuales se usó alrededor de 87% para pagar el sueldo de los docentes, 9% para el funcionamiento de los colegios y tan solo 4% para calidad-matrícula.

Antes de la reforma de 2001, los municipios tenían la facultad de nombrar docentes con los recursos provenientes de los ICN, lo que provocó un incremento de profesores en las regiones. A esto se le sumó que el estatuto que los rige, el 2277 de 1979, facilitaba el ascenso en el escalafón.

Este sistema era insostenible porque significó un incremento acelerado de los costos de personal, a pesar de que su remuneración es de las más bajas entre los profesionales del Estado. Por lo tanto, con la reforma de Pastrana se intentó frenar este crecimiento, ajustando las condiciones laborales de los nuevos maestros con el nuevo estatuto 1278 de 2002.

Por eso, según fuentes cercanas a la comisión, es muy probable que este gobierno no incremente los recursos sin garantizar primero su gasto eficiente.  Así las cosas, según Alarcón, “el gobierno podría intentar recortar los derechos laborales del Magisterio. Pero como la propuesta de reforma es consensuada, no estaríamos de acuerdo”.

En efecto, los primeros pasos ya se dieron. Por primera vez, en los últimos 18 años el Gobierno está dispuesto a realizar una reforma constitucional. Lo que veremos en los próximos seis meses, más allá de promover una transformación en la educación escolar, también generará un gran debate sobre el poder que el Estado le otorgará a las regiones si el SGP se incrementa en recursos. ¿Será esa la solución para salir de la crisis?

Imagen tomada de: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2019/4/8/608686_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/reforma-constitucional-al-sgp-y-su-impacto-en-la-educacion/608690

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Estudiantes convocan protestas en Paraguay ante la falta de maestros

América del sur/Paraguay/11 Abril 2019/Fuente: Prensa Latina

La Federación Nacional de Estudiantes (Fenaes), de Paraguay, convocó hoy a nuevas protestas ante la falta de maestros y para exigir la interpelación en el Congreso del ministro de Educación, Eduardo Petta.

De acuerdo con la Fenaes, a nivel nacional hay cientos de plazas de docentes sin cubrir, sobre todo en los departamentos del interior.

Para visibilizar la gravedad de la situación, la víspera unos 100 estudiantes realizaron una manifestación frente a la sede del Ministerio de Educación.

Los alumnos efectuaron un simulacro de jornada escolar con ayuda de estudiantes de las facultades de Economía y Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción.

En los próximos días se organizarán protestas similares en dos colegios capitalinos, informó Mauricio Vázquez, coordinador ejecutivo de la Fenaes.

Vázquez informó que seguirán insistiendo ante el Senado para lograr la interpelación del ministro del sector.

Según Karina Gill, asesora de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios, la falta de docentes es un problema grave que se viene arrastrando desde febrero, cuando comenzaron las clases.

Esta situación obliga a alumnos de primaria y secundaria a pasarse muchas horas, incluso días enteros, deambulando por los patios de sus respectivas escuelas, dijo.

Gill responsabilizó al ministerio de Educación de no gestionar a tiempo la contratación de docentes para cubrir las plazas de los que se jubilaron.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=268712&SEO=estudiantes-convocan-protestas-en-paraguay-ante-la-falta-de-maestros
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La escuela puede mejorar el papel ambiental del papel

Por: Carmelo Marcén 

El uso del papel en las escuelas es muy habitual. La llegada de nuevas tecnologías no ha supuesto una reducción real de su consumo, que en muchos momentos, es excesivo. Sería interesante reflexionar, a través de este matrial, sobre el medio ambiente.

Hubo quien afirmó hace unos años que la llegada de la informática a las escuelas iba a suponer una auténtica revolución en el uso del papel: menos fotocopias y cuadernos junto con la paulatina desaparición de los libros de texto tal como los conocíamos hasta entonces. Pero la experiencia nos ha demostrado que no ha sido así, hasta el punto de que en la entrada de todas escuelas habría que colgar un cartel que dijese: STOP a las fotocopias y al derroche de papel.

Sucede que, desde la educación infantil hasta la universidad –aunque ahora esta esté plagada de archivos en la nube-, las fotocopias son el medio más utilizado para animar o retener aprendizajes, al menos en los países ricos. Los costes ambientales que esta moda supone son enormes: papel virgen más o menos clorado procedente de bosques bien o mal gestionados, lixiviados más o menos controlados, emisiones más grandes o pequeñas, energía de todo tipo, transportes desde los centros de producción más bien largos, y más cosas como los residuos del tóner y similares. Además, los cuadernos que atiborran las mochilas se utilizan mal, quedan en blanco cientos de hojas. Por eso, el papel es un buen material para hablar de medioambiente y escuela, pues su uso tiene un elevado papel ambiental.

La secuencia puede comenzar con una actividad de motivación. Se invita a una reunión sobre medio ambiente al profesorado y al alumnado. Se constata si en esa escuela ya se recogen muchos o pocos papeles y cartones, si se llevan a los contenedores azules de la calle. Se insiste en que en que las buenas prácticas no se hagan porque sí, que sería más conveniente la elaboración de un “Proyecto de mejora en el uso del papel”, para que este siga siendo el protagonista de la acción escolar, pero sobre todo en la lucha participativa por proteger el medioambiente. El equipo promotor expone para el debate los objetivos que se podrían perseguir, más o menos en este orden: llamar la atención de la comunidad educativa sobre el alto coste ambiental y económico que supone el uso actual de papel, adoptar de forma progresiva unos hábitos de uso que generen reducción de los consumos y, cómo no, consolidar el respeto del medioambiente como una de las señas de identidad del centro. En fin, llamar la atención sobre la importancia de la participación personal en la tarea colectiva que implica la gestión ambiental del centro y de la vida.Propónganselo.

Notarán que se va configurando un plan de acción participado. Prevé momentos y personas que se comprometen a su ejecución en cada una de sus partes: diseño de la auditoría del papel para diagnosticar si es un problema ambiental en el centro, formulación clara de objetivos, elaboración colectiva del plan de acción, toma de decisiones y aplicación del plan, evaluación del desarrollo y los resultados, y comunicación (logros apreciables y tareas pendientes para estimular la continuidad de la participación). Alguien propondrá pasar un pequeño cuestionario (con respuestas sencillas del tipo: nunca, a veces, a menudo, siempre), al profesorado y al alumnado, sobre cuestiones varias: si utilizan las hojas de papel por las dos caras, si imprimen los documentos que solo van a leer una vez, si creen que el número de fotocopias que utilizan es el adecuado o sería conveniente reducirlo, si separan el papel de los restos de cosas que van a la “papelera” de clase, si el alumnado utiliza los cuadernos no terminados de un año para otro. Otra persona comentará que sería conveniente, más que nada para motivar a todos los que se mueven por el centro (profesorado, alumnado, personal de administración y servicios, Asociación de madres y padres, familias, etc.), elaborar un pequeño informe que detallase los consumos anuales de folios (sean o no para fotocopias), si se utiliza en el centro el papel reciclado y se dispone de un sistema de recogida del papel usado, para una posterior reutilización o para su reciclado. Esta tarea hay hacerla año tras año, pues una parte del profesorado cambia y al curso siguiente accede al centro alumnado nuevo. Verán cómo la gente ya se anima; se intercambian las primeras impresiones y se constata que no todos los presentes actúan de la misma forma.

El equipo de alumnos y profesores que habrá elaborado el diagnóstico previo presenta sus conclusiones. A partir de ellas, se detectan aspectos que se pueden mejorar: buenas prácticas de compra de papel, buenos hábitos para reducir el consumo y acciones para la reutilización/buena gestión del papel. La primera actuación referida a gestión ambiental, en este caso compras de papel, tendría unos claros objetivos: intentar una reducción significativa sin rebajar los niveles de calidad en la prestación; lograr que se utilicen siempre criterios razonables de uso y consumo, que se seleccione en cada caso el papel más adecuado; incrementar las compras de papel reciclado y reducir las del elaborado con pasta virgen, lo que llevaría a conseguir, a medio plazo, que el porcentaje de este papel fuese mínimo. También vendría bien realizar gestiones con las papelerías del barrio que surten al alumnado del centro para que dispongan de material escolar elaborado con papel reciclado, libre de cloro y amparado por los logos de buena gestión de los bosques (FSC, PEFC, etc.).

La segunda, limitación general del consumo, quedaría bien si lograra una reducción en torno al 5 % anual, margen de mejora posible en algunas escuelas. Sería conveniente que el Equipo Directivo estableciese una norma que limitase la realización de las fotocopias por una sola cara; adecuase el formato de las comunicaciones al profesorado, familias y alumnado al objetivo de reducción del papel y adoptase el sistema on line; diese a conocer a la comunidad educativa la existencia de este proyecto colectivo e invitase en la web del centro a sumarse a él para intervenir de una forma más respetuosa en el medio ambiente.

Para lograr lo anterior, habría que recomendar al profesorado unas cuantas acciones: adopción de hábitos para la reducción personal del papel, selección de los materiales que imprime, incentivación del ahorro entre el alumnado. Este también debería participar con: la reducción personal del papel (uso por las dos caras, tamaños adecuados al destino, etc.), impresión de los documentos que obtenga mediante recursos informáticos solamente en el caso de que su uso lo exija, reutilización de cuadernos de trabajo de un curso para otro.

La tercera se escribiría en letras grandes cuando toda la comunidad educativa llevase a cabo un uso responsable del papel, que, como tesoro educativo y social que es, se utilice sólo cuando sea estrictamente necesario, para que siempre guarde emociones o traiga recuerdos renovadores, para que nunca acabe arrugado y despreciado en las mal llamadas papeleras.

Finalmente, la acción cuarta que encamina a la correcta recogida del papel usado y la reutilización del que lo permita se consigue si: se dispone de contenedor azul específico, se coloca una caja en cada una de las estancias del centro para que se puedan depositar los papeles utilizados por una sola cara y darles un segundo uso, se consigue la implicación de toda la comunidad educativa en las buenas prácticas y en el vaciado de los recipientes de aula en los contenedores azules de la calle. En realidad, hemos estado hablando aquí de una ecoauditoría del papel en el centro educativo. Simplemente para recordar que la escuela tiene un imprescindible papel educativo en todo lo que tiene que ver con el medioambiente; por eso debe comunicar a la sociedad lo que hace y cómo lo lleva a cabo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/04/05/la-escuela-puede-mejorar-el-papel-ambiental-del-papel/

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El Fondo Monetario Internacional y el ajuste en educación

Por: Alex Colman

El Fondo Monetario Internacional (FMI) es un organismo multilateral de crédito con un rol central en el financiamiento y la promoción de reformas de mercado desde la segunda posguerra, con una presencia muy extendida en América Latina y el Caribe, pero también en otras partes del mundo, como es el caso de la periferia europea desde la crisis de 2008. Desde su creación, pero sobre todo desde la crisis de la deuda en América Latina en los años ochenta, la función del FMI ha sido garantizar y estabilizar las condiciones (económicas y políticas) de extracción de renta para un conjunto de sectores del capital financiero internacional (sobre todo, de la banca estadounidense), a la vez que garantiza mayor desigualdad en la distribución del ingreso y encauza la apertura de nuevos “mercados” al capital financiero mediante una serie de reformas.

Dada la tendencia al deterioro en los términos del intercambio internacional de mercancías y la existencia de una estructura productiva desequilibrada, los países atrasados y semi-industrializados –cuya economía está orientada a la exportación de materias primas–, se encuentran ante una situación crónica de déficit de financiamiento externo.[1] Ante esta restricción externa (expresada en la combinación, en períodos de crisis, de 1) renuencia crediticia por parte de la banca privada, y 2) fuga de divisas por parte del capital local), el FMI, en confluencia con otros organismos de crédito tales como el Banco Mundial y la banca privada de los países capitalistas avanzados, ha profundizado históricamente su égida en materia de política económica en la región, extendiendo durante ciertos períodos –como las décadas de 1980 y 1990– su incumbencia y condicionamiento directo de las políticas económicas locales a cuestiones que van más allá de sus tradicionales “áreas de expertise” (macroeconomía, política monetaria, fiscal y cambiaria), como por ejemplo: la reestructuración del tamaño y la composición del sector público (educación, salud, obra pública, empleo y salarios estatales). Sin embargo, aun limitándose a los tradicionales condicionamientos en materia fiscal, monetaria y cambiaria, las políticas de ajuste recomendadas por el FMI han influido fuertemente en el sector público, con impactos traumáticos en educación, salud, en la distribución del ingreso y en las condiciones sociales generales de la población.

Si bien la recomposición de las economías latinoamericanas en el período que va de 2003 a 2007, ocasionadas por un ciclo de alta liquidez internacional y una mejora en los términos del intercambio por la expansión de las economías asiáticas, y el bajo impacto de la crisis de 2008 en el Cono Sur, han permitido la cancelación de créditos y de deuda con el FMI, así como una mayor flexibilidad en el diseño de la política económica,[2] en los últimos años se han acumulado condiciones (políticas y económicas) que auspiciaban un retorno del FMI en América del Sur. Particularmente, se trata del alza de las tasas de interés internacionales, la disminución de las reservas (por el desequilibrio en la balanza de pagos producto del deterioro de los términos del intercambio y el aumento de restricciones mercantiles, y también por el pago de las deudas ilegítimas), las problemáticas vinculadas a la falta de inversión por fuera de la esfera financiera, y el giro a la derecha en la región.

El nuevo acuerdo stand by con el FMI por un monto total de U$S 50 mil millones que realizó el gobierno de Cambiemos vino de la mano de medidas como el cierre del ingreso a la administración nacional,[3] si bien cabe esperar nuevas medidas de impacto en el corto y mediano plazo, así como una extensión del ajuste al Estado provincial.[4] Entre los grandes interrogantes se destaca el grado de impacto que va a tener la política de ajuste fiscal en ámbitos como salud y educación. Mediante un breve recorrido histórico sobre la relación entre el FMI y Argentina, y un racconto de sus políticas y concepciones en el ámbito educativo, vamos a intentar prever sucintamente los posibles impactos del nuevo acuerdo en educación.

Breve recorrido histórico[5]

Si bien el FMI fue creado a fines de la Segunda Guerra como una pieza clave del nuevo orden económico mundial, Argentina ingresó al organismo en 1956 dado el fracaso de las negociaciones con Estados Unidos durante la presidencia de Perón.[6] En un contexto marcado por el “consenso keynesiano” y en el que el conjunto de los países latinoamericanos habían acumulado importantes reservas debido a la venta de materias primas durante la guerra, se recurrió poco al financiamiento de este organismo. A mediados de 1950 el panorama comenzó a modificarse debido a un incremento generalizado del déficit comercial, lo que sumado a la baja liquidez internacional provocó la reorientación del FMI a cuestiones de financiamiento externo en la región.[7]

Con la caída del acuerdo de Bretton Woods, y el período de estanflación de las economías avanzadas que aconteció luego de la crisis del petróleo, el FMI fue reemplazado por el G7 como espacio de coordinación de la política económica internacional. A su vez, en esta época perdió intervención en el financiamiento dado su reemplazo por créditos comerciales de los bancos privados. Sin embargo, apoyó financieramente a las dictaduras latinoamericanas en la segunda mitad de la década de 1970, como el caso de Argentina, Chile y Uruguay. El giro reaccionario y neoliberal en América Latina abrió el espacio a transformaciones económicas más profundas. En Argentina se promovieron incrementos en la desigualdad de la distribución del ingreso, la retracción del Estado en el comercio exterior y en las finanzas, la liberalización de las importaciones y eliminación de subsidios a las exportaciones (lo que ocasionó, entre otras cosas, la reducción de la participación de la industria en la producción nacional), y facilitó grandes remesas para el capital financiero especulativo.

Con la crisis de la deuda de América Latina, en los años ochenta, el FMI incrementó su intervención financiera e injerencia política en la región, constituyéndose como “manager” de las crisis.[8] La estrategia consistía en la renegociación de los plazos de deuda, mediante la constitución de acuerdos con condicionalidades muy favorables a los bancos privados. En este período se incrementó la articulación del FMI con otros organismos de crédito como el Banco Mundial, con el objetivo de promover reformas estructurales. Sin embargo, las políticas de ajuste del FMI potenciaron la recesión en los países latinoamericanos, ocasionando períodos de mayor conflictividad social.

Con la caída del muro de Berlín, a fines de los ochenta y principios de los noventa se abrió un nuevo ciclo de alta liquidez internacional, profundizándose las reformas pro mercado en latinoamérica y Argentina en particular. En esta época, el FMI amplió sus áreas de incumbencia, imponiendo recetas como la reestructuración del sector público, la privatización de empresas públicas y la flexibilización de los mercados laborales. Los economistas hablan de un crecimiento de las economías latinoamericanas en el período 1989-1994 (en Argentina, de la mano de la convertibilidad), pero esto se dio en un contexto de deterioro generalizado de las condiciones sociales y de la distribución del ingreso. Además, en esta época cambió la composición de la deuda, desde la banca comercial a grandes y pequeños tenedores de deuda soberana.[9]

Con la crisis financiera de México (1994), el FMI se consolidó como prestamista de última instancia y garante del retorno excedentario. Cada vez fue más claro que el financiamiento que proporcionaba se trataba en realidad de un rescate de los acreedores externos. Sin embargo, el peso del organismo disminuyó con la crisis en Argentina, sumado a las nuevas condiciones económicas y políticas del período 2003-2007, que le restaron poder de coerción en la región.

En este período, el FMI se restringió, esencialmente, al monitoreo de las economías y de la evolución del sistema financiero internacional. En 2002 se abrió una minúscula recomposición del organismo. Con la crisis de 2008, el FMI incrementó sustancialmente sus recursos con el otorgamiento de créditos a países en crisis (particularmente, la periferia de Europa, y en América Latina aquellos países más vinculados a Estados Unidos, como México y Colombia). En 2009, el FMI anunció una reforma de sus mecanismos de crédito “para ayudar a los países a afrontar la crisis”, duplicando, entre otras cuestiones, el acceso al financiamiento, y modificando su política de condicionalidad con un mayor uso de “criterios de calificación predeterminados”. Como dice en su boletín, “el objetivo del FMI es garantizar que las condiciones vinculadas con los desembolsos de préstamos del FMI se centren en objetivos específicos y se adapten de manera adecuada a las diversas políticas y fundamentos económicos de los países (en el pasado se ha criticado que algunos préstamos del FMI tenían demasiadas condiciones que no estaban suficientemente centradas en los objetivos principales). Esta modernización se logrará basándose en mayor medida en unos criterios de calificación predeterminados (condicionalidad ex-ante) y no en la condicionalidad tradicional (ex-post). Además, a partir de ahora el seguimiento de las reformas estructurales se llevará a cabo en el marco de los exámenes de los programas y no se basará en el uso de los criterios de ejecución estructural, que se eliminarán de todos los acuerdos del FMI, incluidos los que se aplican a los países de bajo ingreso”.[10]

Es decir, ahora se tendría que cumplir con una serie de tareas (“acciones previas”) para acceder a las líneas de crédito, y luego se supervisarían los desempeños periódicamente para los siguientes desembolsos (en el caso de los acuerdos stand by). Teniendo en cuenta que el FMI controla el seal of approval para el acceso al crédito internacional (sino, se correría supuestamente el riesgo de perder el acceso a toda asistencia externa, aunque este riesgo a su vez es debatible), es difícil no preguntarse hasta qué punto hubo cambios reales en las políticas de condicionalidad. De hecho, diversos analistas han manifestado que el alcance de esta reforma fue muy limitado, dado el incremento de las exigencias de ajuste del gasto público, y la inflexibilidad en torno a la implementación de controles cambiarios o de capitales (lo que implica, entonces, la desregulación total). “Esto lleva a que sus condiciones, aunque limitadas a pocas áreas, reproduzcan en su contenido el esquema de ajuste con libre movilidad de capitales, que puede profundizar el impacto del shock externo”.[11]

 

La mercantilización de la educación

 

Es conocida la transformación del sistema educativo que llevó a cabo el gobierno de Menem bajo la égida de los organismos multilaterales de crédito como el Banco Mundial, en el contexto de la privatización de servicios educativos a nivel mundial. En una época en la que el FMI había ampliado sus atribuciones y áreas de incumbencia hasta abarcar la privatización de empresas públicas y la flexibilización del mercado laboral, se impuso una reforma educativa que procuró la federalización educativa (Ley Federal de Educación), dejando el gasto en manos de los gobiernos provinciales y locales, a la vez que se recortó brutalmente el gasto público y las transferencias de partidas presupuestarias a las provincias. Esto incluyó un brutal desfinanciamiento del sector (que ya estaba en ciernes antes de la LFE), lo que ocasionó procesos como privatizaciones, cortes de servicios básicos por falta de pago, huida masiva de docentes por la miseria salarial, falta crónica de materiales escolares, problemas de mantenimiento y de administración, además de un aumento de la deserción escolar y un descenso de la calidad de la enseñanza.

En varios países de América Latina, la orientación fue la misma: privatización y descentralización, y posteriormente, eliminación del presupuesto y de las transferencias y participaciones federales, así como la subejecución de recursos.[12] Comentario aparte amerita el tema de la centralización del control pedagógico, con la implementación de programas nacionales de evaluación, un diseño centralizado de reformas, y programas nacionales de formación de profesores. Respecto de la composición del gasto, se destaca entre otras cuestiones la reorientación del presupuesto (ya reducido) de la educación secundaria y universitaria al ámbito de la educación primaria. Esto vino de la mano de un incremento de los costos privados de la educación superior, fundados en una concepción de la universidad como bien privado que buscaba transferir renta desde este ámbito a los mercados financieros internacionales. Si bien en Argentina esto sucedió en mucha menor medida, en diversas partes de América Latina existió una reforma generalizada de los esquemas de financiamiento, con la implementación de sistemas de crédito educativo y fondos de inversión para la educación superior, constituyendo éstos nuevos mercados de servicios financieros.[13]

A diferencia del Banco Mundial, el FMI no hace casi inversiones en proyectos de reforma educativa, sino que se enfoca en programas de ajuste estructural (PAE) o sectorial (PAS). Sin embargo, según diversos analistas, estas políticas de ajuste tienen más impacto en la educación que los mismos proyectos educativos, influyendo en la “oferta” y la “demanda” de los servicios. Los PAEs cambian, indirectamente, el nivel y la composición del gasto presupuestario, lo que afecta todos los terrenos: la construcción (obra pública), la administración y el mantenimiento de las escuelas, los salarios y beneficios de los docentes, y el gasto en materiales escolares.[14] Además, al una reducción del poder adquisitivo suele repercutir en una menor demanda de servicios educativos. En las décadas del ochenta y el noventa, los PAEs aumentaron la brecha entre los países más y menos ricos, considerando el ingreso per capita. Asimismo, según un estudio temprano, aumentaron los índices de deserción escolar.[15] En relación al gasto educativo, se constató una disminución generalizada del porcentaje del gasto en relación al Producto Nacional Bruto, y mayores deterioros en cuanto al acceso y al desempeño escolar.[16]

Los PAEs colocan un techo al gasto en educación y en salud, limitando las contrataciones laborales. Esto afecta particularmente a las mujeres. La restricción del gasto público (en el corto y mediano plazo) se fundamenta en la concepción de una relación inversa entre el crecimiento del sector público y la “sustentabilidad”.[17] ¿Qué quiso decir “sustentabilidad” en educación, por ejemplo durante el auge del consenso de Washington? Garantizar la mínima inversión real posible, desde una concepción mercantil de la educación cuyo parámetro de evaluación es el principio neoclásico de la “eficiencia” en la distribución de recursos económicos. Si lo que se necesitaba era atraer inversiones de capital en la producción de bienes y servicios exportables, en condiciones de alta productividad y flexibilidad, lo que había que hacer era flexibilizar el mercado laboral, integrar la producción al mercado externo, disminuir los salarios, garantizar la propiedad privada, y estabilizar las ganancias del capital controlando la inflación y otras variables macroeconómicas. Estos condicionamientos se tradujeron en políticas de mercado, “entre cuyos objetivos implícitos se destaca la transferencia neta del excedente de los sectores sociales (como la educación) y desde el mismo Estado a favor de los actores especulativos como el financiero”.[18] El plan neoliberal, en educación, fue (y es) que facilite la incorporación de trabajadores al mercado laboral minimizando su costo. Esto implicó, a su vez, la flexibilización laboral en el sector educativo: la proletarización de los docentes (sobre todo, los de escuelas primarias y secundarias).

Pero estas políticas de ajuste han profundizado la recesión en las economías de los países atrasados o semi-industrializados. Las políticas del FMI han “fracasado” rotundamente,[19] si desde el vamos no consideramos que en realidad han salido victorias en sus propósitos reales: profundizar la desigualdad y garantizar la extracción de remesas y la profundización de la deuda con el capital financiero.

 

Los posibles impactos del nuevo acuerdo en educación

 

El gobierno de Macri ha profundizado el desfinanciamiento de la educación pública desde que asumió. El nuevo acuerdo con el FMI repercutirá en una mayor reducción del gasto público, con un impacto problemático en educación. Dicho impacto se despliega en un intento de transformación global del trabajo docente (en términos de formación, trabajo y jubilación) y profesional (para el caso universitario), así como en mayores presiones hacia la mercantilización educativa, la formación según el principio de la “eficiencia”, el control pedagógico y la injerencia de las empresas privadas en el ámbito, además de la reducción presupuestaria general.

Los impactos, entonces, han sido y serán:

  1. A nivel presupuestario. Las noticias sobre recortes presupuestarios en miles de millones a las universidades nacionales han sido ampliamente difundidas, lo que profundizará aún más el ahogo presupuestario. También se ha denunciado que existe una importante subejecución presupuestaria y retraso en el envío de los recursos previstos (deudas). El ajuste también se expresó en recortes de becas a estudiantes de bajos recursos (por ejemplo, en el programa Progresar).[20] Con el acuerdo, la situación seguramente se agravará, sobre todo en el ámbito provincial, que ya transitan un ajuste muy importante en las transferencias corrientes. La situación ya es muy grave en provincias como Chubut y Santa Cruz, en las que se les ha ofrecido miseria a los docentes.
  2. A nivel salarial. Desde hace años se vienen imponiendo salarios a la baja para los docentes. Este año, los docentes escolares vienen luchando desde hace meses contra paritarias de miseria. En este punto, el gobierno ya había decretado el fin de la paritaria nacional docente, desarticulando uno de los mecanismos unificados de negociación. A esto se suma la campaña de desprestigio contra los docentes, que los construye como si fueran un “enemigo interno”, con el objetivo de justificar socialmente los salarios de hambre. También se quieren imponer paritarias a la baja en el ámbito universitario. Entre las posibles medidas que se vienen se encuentra la eliminación del incentivo docente (cuyo pago quedaría a cargo de las administraciones provinciales).
  3. Obra pública y reparaciones. En la Provincia de Buenos Aires, Vidal disolvió a fines de 2017 la Unidad Ejecutora Provincial, organismo encargado de construir, mantener y reparar escuelas y jardines (despidiendo a todos sus empleados por mail). Con los ajustes en obra pública que depara el nuevo acuerdo, es posible que se quiera congelar este sector, y/o que se destinen fondos a empresas privadas y tercerizadas.[21] De hecho, uno de los ajustes más importantes que ya han trascendido tienen que ver con la obra pública provincial.[22]
  4. Devaluación de títulos y flexibilización laboral. Ya ha habido un recorte de incumbencias y un ataque a los títulos universitarios, que devalúa su valor y profundiza la flexibilización laboral en el campo profesional, dado que “ya no hay necesidad de pagarle a un profesional universitario recibido para realizar las tareas que fueron afectadas por el recorte”.[23] Esto se puede extender a otras áreas. Asimismo, se devalúan los títulos de los terciarios por la acreditación de los profesorados universitarios al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Además, está el proyecto de la “Secundaria del Futuro”, que entre otras cosas incorpora el tema de las “pasantías” en empresas en el último año de la secundaria, lo que profundizaría la flexibilización.
  5. Eliminación de programas, profesorados y bachilleratos, y cierre de escuelas / achiques de cursos. En el ámbito de los terciarios, hace tiempo que se quiere imponer, en la Ciudad de Buenos Aires, un proyecto que pretende desintegrar los 29 institutos de formación docente del distrito (proyecto UNICABA). También han querido avanzar contra los bachilleratos para adultos, lo que además hace peligrar miles de puestos de trabajo.[24] La educación para adultos, en particular, “viene siendo vaciada por la competencia de planes más ‘flexibles’”,[25]con el uso de plataformas virtuales (“innovación tecnológica”), lo que permite transferir este presupuesto a otras partes. Por su parte, ha habido noticias que alarman sobre el posible cierre de escuelas y achique de cursos en la Provincia de Buenos Aires. Considerando los dichos de Vidal desde el Rotary Club, que trascendieron ampliamente, también estarían en la mira las universidades públicas.[26] Estos dichos (“nadie que nace en la pobreza llega a la universidad”) recuerdan el guión neoliberal según el cual el subsidio estatal a la educación superior aumentaría la desigualdad.
  6. Acreditación a organismos de evaluación. En todo el sector universitario parecería haber renovadas presiones para adecuar los planes de estudio a los lineamientos del CIN –sobre todo en relación a los profesorados, lo que viene de la mano de la devaluación de los terciarios–, y a la injerencia de la privatista Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CoNEAU), como el caso de la Universidad Nacional del Comahue. En algunos casos se prevé la eliminación de contenidos, que podrían pasar al área de posgrado.
  7. Eliminación de regímenes jubilatorios especiales. Ahora se quieren eliminar los regímenes jubilatorios especiales, entre los que se encuentran los de docentes e investigadores,[27]cuestión que había trascendido en 2017 como uno de los puntos que no salieron en la reforma previsional, y que volvió a ponerse en la palestra durante las negociaciones con el FMI.
  8. Incremento de la importancia de los posgrados pagos. El recorte de incumbencias y de contenidos en la educación superior repercute en una apreciación de los posgrados pagos.

Como se puede observar, el panorama no parece muy alentador. Sin embargo, cada una de las medidas que este gobierno ha intentado imponer en materia educativa ha sido contestado por sectores movilizados, y en varios casos el gobierno ha debido retroceder, o congelar iniciativas. Hoy más que nunca es imprescindible dar una batalla de conjunto, con los docentes y con el movimiento estudiantil a la cabeza, con el objetivo de pararle la mano a la reforma educativa encubierta, al ajuste de Macri y del FMI.

[1]              Nemiña, Pablo, y Larralde, Juan. 2018. “Etapas históricas de la relación entre el Fondo Monetario Internacional y América Latina (1944-2015)”. América Latina en la historia económica. Vol. 25, núm. 1, pp. 275-313.

[2]              No nos engañemos: lo que ha permitido esa mayor flexibilidad es la mejora económica, pero lo que ha condicionado este giro como necesidad política fueron las relaciones de fuerza conquistadas en los ciclos de rebeliones populares de América Latina.

[3]              Colman, Alex. (15 de junio de 2018). “El cierre del ingreso al Estado, en el cruce entre sustentabilidad y gobernabilidad”. Socialismo o Barbarie, núm. 473.

[4]              Carelli Lynch, Guido. (21 de junio de 2018). “El Gobierno tiene su plan de ajuste para las provincias: menos obra pública y fondos”. Clarin.

[5]              En esta sección, seguimos a grandes rasgos a Nemiña, Pablo, y Larralde, Juan. 2018. “Etapas históricas…”, op. cit.

[6]              Kedar, Claudia. 2012. “Chronicle of an Inconclusive Negotiation: Perón, the International Monetary Fund, and the World Bank (1946–1955)”. Hispanic American Historical Review. Vol. 92, núm. 4, pp. 637-668.

[7]              Es por esta época que se consolida el modelo Pollak, que constituye la base teórica desde la cual el FMI diagnosticará el estado de las economías, y que implica la explicación de desequilibrios externos por factores internos (administración del tipo de cambio, gasto público, regulación estatal del mercado), por lo que las “recomendaciones” apuntan a la devaluación de la moneda, la reducción del déficit fiscal y la liberalización de exportaciones e importaciones.

[8]              Boughton, James M. 2000. “From Suez to Tequila: the IMF as crisis manager”. The Economic Journal. Vol. 110, núm. 460, pp. 273-291.

[9]              “El cambio resultó ser muy perjudicial para Latinoamérica, porque la atomización dificulta cualquier proceso de renegociación en tanto se torna mucho más difícil de lograr. Toda negociación se entorpece cuando involucra la participación de muchas contrapartes. Contrario al sentido común, no es el deudor el que tiene poder cuando negocia con acreedores atomizados, sino que son éstos; en especial, los acreedores más recalcitrantes como los holdouts, los que tienen mayor capacidad de negociación”. Oglietti, Guillermo. (11 de mayo de 2018). “Deuda latinoamericana, Argentina y el FMI”. Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG).

[10]            FMI. (24 de marzo de 2009). “El FMI reestructura sus mecanismos de crédito para ayudar a los países a afrontar la crisis”. Boletín Digital del FMI.

[11]            Nemiña, Pablo. 2010. “Alcances de la reforma de la política de financiamiento y condicionalidad del FMI”. Problemas del desarrollo. Vol. 41, núm. 160, pp. 39-66.

[12]            Ortiz, Ilich. 2017. “El Sistema General de Participaciones y la des-financiación estructural del Derecho humano a la educación”. Sin datos.

[13]            El subsidio estatal a la educación universitaria “es tomado como un gasto regresivo, que empeora la distribución del ingreso”. Mora Toscano, Oliver. 2005. “Las políticas educativas en América Latina: un análisis de la educación superior desde la visión de la banca multilateral”. Revista Apuntes del CENES. Vol. 25, núm. 40, p. 256.

[14]            Alexander, Nancy. 2001. “Paying for education…”, op. cit.

[15]            Reimers, Fernando. 1994. “Education and structural adjustment in Latin America and sub-Saharan Africa”. International Journal of Educational Development. Vol. 14, núm. 2, pp. 119-129.

[16]            Stewart, Frances. 2005. Adjustment and poverty: options and choices.Londres, Routledge.

[17]            Marphatia, Akanksha A. 2010. “The adverse effects of International Monetary Fund programs on the health and education workforce”. International Journal of Health Services. Vol. 40, núm.1, pp. 165-178.

[18]            Mora Toscano, Oliver. 2005. “Las políticas educativas…”, op. cit., p. 254.

[19]            Bruno, Michael, and Easterly, William. 1998. “Inflation crises and long-run growth”. Journal of Monetary Economics. Vol. 41, núm. 1, pp. 3-26. McKinley, Terry. 2008. “The Globalisation of Inflation and Misguided Monetary Policies”. Development Viewpoint.Núm. 14.

[20]            Fornassero, Inés. (24 de abril de 2018). “El recorte que ya se produjo”. Página/12.

[21]            Por lo pronto, ha transcendido un audio en el que Mateo Nicholson, titular de la Dirección Provincial de Infraestructura Escolar de la Provincia de Buenos Aires, pide a su secretaria “inventar los presupuestos” y “tirar para arriba” el presupuesto de refacción de cocinas en escuelas, lo que si se comprueba demostraría la malversación de caudales públicos en este sector. “Se suman denuncias contra un funcionario bonaerense acusado de ‘inventar’ presupuestos”. (20 de junio de 2018). Clarin.

[22]            Carelli Lynch, Guido. (21 de junio de 2018). “El Gobierno tiene su plan de ajuste para las provincias: menos obra pública y fondos”. Clarin.

[23]            Véase la Resolución 1254/2018, que modifica las incumbencias y recorta las reservas de 37 carreras de grado. Busch, Marian. (24 de mayo de 2018). “Ataque a los títulos universitarios: la educación al servicio del FMI”. Socialismo o Barbarie. Núm. 470.

[24]            Lista Gris Carlos Fuentealba. (5 de abril de 2018). “Cierre de los bachilleratos de adultos: Un ataque más a la educación pública”. Socialismo o Barbarie. Núm. 463.

[25]            Massacanne, Martiniano. (21 de diciembre de 2017). “El fin de la educación para adultos”. Socialismo o Barbarie. Núm. 452.

[26]            “Para Vidal sobran universidades públicas”. (30 de mayo de 2018). Página/12.

[27]            Bermúdez, Ismael. (4 de junio de 2018). “El Gobierno pone bajo la lupa los regímenes especiales de jubilación”. Clarín. Los argumentos de la burguesía se resumen en Colina, Jorge. (6 de junio de 2018). “Reducir el déficit fiscal implica perfeccionar el sistema previsional”. El Economista.

Fuente: https://www.mas.org.ar/?p=16852

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Canadá quiere imponer a los profesores un examen anual de matemáticas obligatorio

América del norte/Canadá/04 Abril 2019/Fuente: El confidencial

Afectaría a los docentes de primaria y secundaria y sería imprescindible para recibir la licencia para poder ejercer

La región de Ontario es una de las más importantes de Canadá, al contar con la capital Ottawa y la ciudad más grande del país que es Toronto. Está situada en el sureste del país y quiere introducir en su sistema educativo una novedad dirigida a los profesores: un examen de matemáticas para todos los maestros de primaria y secundaria.

Se trata de una medida que valora el gobierno regional y que afectaría a todo el profesorado: tal y como adelanta Global News, sería un examen anual obligatorio para todos los profesores de primaria y secundaria, no sólo para los que dan clase de matemáticas. Y aprobarlo sería imprescindible para poder seguir ejerciendo en toda la región.

El objetivo de las autoridades es mejorar las notas de los estudiantes en matemáticas, que llevan años cayendo en toda la región. Para ello han aprobado una ley que obligará a todos los profesores a aprobar un examen en esa materia, aunque no sea su especialidad, ya que de lo contrario no recibirán su licencia para poder ejercer.

No será inmediato

Aún no ha trascendido cómo se llevará a cabo la prueba o de quién dependerá, ya que aún se quiere consultar con el profesorado y los propios padres. Lo que sí se sabe es que el nuevo gobierno regional, de tendencia conservadora, quiere mejorar las notas en una materia que no ha dejado de descender en los últimos años.

La ministra de Educación canadiense, Lisa Thompson, ha calificado las notas de los alumnos en matemáticas como «inaceptables»

Achacan al anterior gobierno liberal de haber fracasado en su intento de mejorar las calificaciones de los estudiantes y por eso quieren introducir este nuevo plan. Sin embargo, para el partido que ahora está en la oposición se debería reforzar el apoyo a los alumnos y mejorar la capacitación de los docentes, pero no imponerles una prueba.

La ministra de Educación canadiense, Lisa Thompson, ha calificado las notas de los alumnos en matemáticas como «inaceptables«. Mientras, fuentes del gobierno regional de Ontario hacen esta reflexión: «¿Cómo podemos esperar que nuestros estudiantes aprueben las matemáticas cuando nuestros maestros no pueden

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-04-04/profesores-examenes-matematicas-obligatorios_1924106/

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