Por: Manuel Gil Antón
La sala vacía
Esta vez, la crónica empezará por el final, relatando ese tipo de sorpresas que el periodismo regala cuando uno es aprendiz de reportero. Quizá sea “la nota” de la sesión, aunque ya no había público y los muchachos de las cámaras quitaban los cables del suelo, jalándolos para separar la cinta adhesiva que les ponen encima para que no se tropiecen los que pasan.
Haga de cuenta como en cantina, en que, por ser tarde, empiezan a trapear con Maestro Limpio y le piden que levante los pies. Apagan varias luces, no pocas, y los meseros ponen las sillas sobre las mesas haciendo ruido para que lo notes en tu mesa, la única ocupada a deshoras de la noche.
Ahí ocurrió lo inesperado: este relator conversaba con un alto funcionario de la SEP, quien asistió a la mesa dedicada al Nuevo Modelo Educativo (NME) en el auditorio del INEE. En eso, llega un señor y nos interrumpe con una tarjeta de presentación en la mano, que no suelta mientras inicia, por su cuenta y sin respeto alguno, otra conversación, de la que no soy parte, con una gracejada plena de interés por quedar bien[1]:
- “Los gestores, mi estimado, los funcionarios que realmente se empeñan en cambiar las cosas para bien, siempre van a ser criticados de forma injusta por los académicos”.
El señor funcionario endurece el rostro. Está de acuerdo, no le importa la interrupción pues el tema le interesa sobremanera y le dice:
- “Me hubiera gustado pararme y decir, a voz en cuello (aunque hubiera sido muy duro) que el documento (se refiere al inmenso volumen en que se da cuenta del NME) no fue escrito para intelectuales ni filósofos, banda de parásitos, sino para maestros.”
El señor metiche ríe, y le da la razón:
- “Claro, lo que importa es que los profesores lo entiendan, no esos críticos que nunca están conformes con nada”
Este intercambio no se entenderá sin poner a usted en contexto: Marisol Silva, académica de la Ibero, realizó un comentario crítico a la exposición de Elisa Bonilla sobre las bondades del NME. Entre otras cosas que se relatarán después en estas cuartillas, expresó que, a su juicio, hacían falta en el documento contextos históricos de reformas previas, referencias conceptuales y de índole filosófica, para fundamentar algunas de las aseveraciones sobre equidad, inclusión, educar, aprender, la sociedad del futuro… que abundan en el libro de marras.
- “Ya ves cómo es esto, continua el habitante del Palacio Educativo, son una molestia permanente.
Cambia el tono y le pregunta:
- ¿Dónde andas ahora?
- “Soy consultor, en una empresa pequeñita, a tus órdenes y comprometido con la Reforma actual que es el verdadero cambio educativo… te dejo mi tarjeta”
- Te busco pronto y nos tomamos un café.
Se despiden. Por no dejar, el señorcito de traje que merecería ser gris si no fuera tan café, me ofrece una mano pequeña, al estrecharla blanda y húmeda, de esas que no dan confianza… propia de un comerciante avieso que hasta en ese gesto, flojo, calcula. Se presenta pronunciando su nombre y el consabido “mucho gusto”. Yo solo digo, apenas, mis generales y lo veo partir: hizo el contacto, a eso venía: ya se va. Orondo.
Seguimos nuestra plática sobre los daños a la oficina de la SEP donde trabaja por el sismo del 19, su intenso intercambio con los profesores y las maestras (¿Cuántos serán? Nunca lo dicen, pero siempre relatan una anécdota preciosa con “la maestra Lupita…”) que le conducen a afirmar que el magisterio está de acuerdo en todo, y de otras cosas…
- Hasta luego, Manuel, que estés bien. Ya leeré tu crónica.
Así fue la despedida. Se dirigió a su coche, mal estacionado, donde lo esperaba, presto, para abrirle la puerta su chofer. Yo tomé rumbo a un café cercano que conozco a escribir, aunque sea el inicio de la crónica para avanzar. Me ha tardado mucho en las anteriores.
Fui testigo, reflexiono, del viejo dilema de Weber entre el político y el científico, pero en vivo: al político encargado, junto con otros, de darle a la Reforma Estructural del Pacto Corporativo con El SNTE, al mero final, un toque educativo que nunca la orientó, no le pareció oportuna (le enfadó) la crítica de la académica que echaba de menos un fundamento teórico en el enunciado del nuevo rumbo de la educación nacional, y de la construcción del nuevo ciudadano que pregonan.
La ética de la responsabilidad, por un lado (hacer que la cosa pase, parezca, funcione, sea creíble al menos) y la de la convicción (el deber de fundar lo argumentado, y no solo proponerlo o dejarlo suelto, como palabra sin contenido).
El comerciante se congraciará con el político, haciendo un comentario que le halaga, por si acaso hubiera algún negocio en el futuro. Él está de acuerdo y se afirma en su seguridad. Cosa curiosa: no advierten que, en medio, invisible, han dejado a un tipo como el que ahora recuerda lo sucedido, que es profesor, procura investigar, anda de cronista y registra lo que ve y escucha, dado que no ha faltado a ninguna sesión del seminario con su pegatina que dice “prensa”.
La banqueta siempre ha sido un sitio importante para las ideas. Caminar esclarece. En un momento dado, la neurona se prende y me prendo: “Un momento, me digo: más allá del encontronazo entre la que tiene que hacer cosas para conservar su poder y El Poder del que le paga, y quien tiene que pensar para conservar la integridad de su oficio, ¿lo que se dijo en ese diálogo, además y mucho más preocupante, es que los profesores no requieren, o no comprenden, son incapaces de valorar conceptos bien delimitados, ideas de filosofía o teoría de la educación? ¿Que no lo necesitan? ¿Les bastará recibir un documento sin cimientos sólidos, que han de seguir al pie de la letra? ¿Son piezas en el tablero de las autoridades educativas, de tal manera que hay que decirles cómo hacer las cosas, sin necesidad de argumentar su fundamento? Si ni siquiera leen las 18 paginitas de 700 en las que se habla de autonomía curricular, me dijo el funcionario, cuantimenos referencias analíticas. ¿Piensan por su cuenta o esperan, apacibles, los “lineamientos” de la SEP para ser autónomos, estar en el centro, renovar sus prácticas?
Ahí dejo la estampa vivida: imagine que usted soy yo, y presencia este intercambio que le describo. ¿Desprecio al magisterio? ¿Menosprecio de la crítica, así sea tan elegante y ponderada como la que realizó la Dra. Marisol Silva Laya? ¿No hay más ruta que la nuestra, la de ellos, los funcionarios acompañados del aplauso y el sarcasmo de los quedabien? ¿El halago al empleado público porque puede requerir los servicios del consultor “independiente”? Hay muchas posibilidades y combinaciones para comprender lo que sucedió en ese medio minuto. ¿Con qué autoridad le digo lo que fue, si caben muchas alternativas para interpretar lo acontecido? Mejor le ofrezco la descripción. Usted dirá. A mí me asombra el poder de reportear, cómo la nota brinca cuando menos lo esperas, de qué manera ese diálogo arroja claves de lo que sucede entre el político y el científico, y entre el poder y los comerciantes de baratijas educativas.
Una vez compartida esta viñeta, procedo, como siempre, a hacer lo mío en estas sesiones: compartirles mi mirada.
La prescripción desde la altura
Ya sin comentar nada sobre la impuntualidad, sólo registro que la sesión inició, en el reloj de esta computadora, a las 5 y 20, pero en el del moderador, José Carreño Carlón, a las 5 y 16. Como Director del Fondo de Cultura Económica (FCE), avisa que ya habló con el Consejero Presidente del INEE, Eduardo Backhoff, y le propuso que con base en estas presentaciones se haga un libro, no para especialistas nada más, sino para padres de familia e integrantes de la sociedad civil. Porque ha seguido de manera remota las sesiones anteriores, y considera que los encuentros han sido muy interesantes, equilibrados y esclarecedores de lo que se juega en el futuro educativo del país.
Elisa Bonilla, encargada de la coordinación del equipo que pergeñó la serie de documentos que forman parte del NME, explica que una de las grandes ventajas de este novedoso planteamiento es que, por cada uno de los ejes que se han establecido como cimientos para el ciudadano del Siglo XXI, hay objetivos precisos de lo que se espera en cada grado y ciclo, de tal manera que las y los profesores saben qué tienen que hacer en el tramo que les toca, y conocer qué es lo que ya se hizo y lo que continuará. Para sorpresa de quien ve la ilustración, en una sólo diapositiva está todo clarito. Claro, no se alcanza a ver, pero se la copio para que tenga la misma sensación de nosotros ahí:
Cada vez es más frecuente que los expositores digan que, en esa diapositiva, que no se alcanza a ver, hay tal o cual cosa…
Para dar una mejor idea de lo que se propone, en el eje de lenguaje y comunicación se afirma que, al terminar el preescolar: “Expresa emociones, gustos e ideas en su lengua matera”. Al acabar la primaria:” Comunica sentimientos, sucesos e ideas en su lengua materna y en español, tanto de forma oral como escrita; se comunica en inglés en actividades simples y cotidianas; usa las TIC para satisfacer su curiosidad y expresar ideas”. Al concluir la secundaria, ya usa el español y su lengua materna “con múltiples propósitos y en contextos diversos; describe en inglés necesidades, acontecimientos y aspiraciones y usa las TIC para realizar investigaciones y para comunicarse”. Y cuando llega al final de la media superior: “Argumenta con eficacia y se expresa en español y su lengua materna con claridad, de forma oral y escrita; se comunica en inglés con fluidez y naturalidad; utiliza las TIC para obtener, procesar, interpretar información y comunicar con eficacia”.
De este modo, en cada ciclo hay algo que se espera que haya aprendido y se pueda contrastar con lo logrado en seis ámbitos: el ya reseñado del lenguaje y comunicación, el pensamiento crítico y reflexivo (matemática), valores, convivencia y colaboración, desarrollo físico y emocional, México y el mundo, arte y cultura, y medio ambiente. Todo queda ordenado y el resultado será el ciudadano del siglo XXI: habla español, su lengua materna e inglés; es todo un investigador pues analiza fenómenos, genera hipótesis, desarrolla argumentos; a su vez, respeta la ley y tiene juicio ético, ejerce sus derechos y cumple sus obligaciones y trabaja en equipo; es consciente, determinado y persistente, afronta la adversidad y cuida su salud física…; siente amor por México, acepta distintos puntos de vista, y entiende la relación entre fenómenos locales, nacionales, internacionales y mundiales y valora la diversidad étnica y cultural, el arte y es ambientalista.
Con este horizonte y sus pasos, el NME propone que se aprenda a ser, a hacer, a conocer y a convivir. Y todo esto se unificará en una trenza, en una interrelación de estos elementos. ¿Trenza? Sí, mire usted la imagen:
La maestra Bonilla sigue exponiendo bondades del NME. Entre ellas, destaco:
1.- aprender a leer en los dos primeros años de primaria es crucial.
2.- que se disfruten las matemáticas.
3.- que sean curiosos, exploren el mundo social y natural. (en ese momento, advierto que hay una cosa que no conocía – siempre se aprende: UCAS. Son Unidades de Construcción de Aprendizajes. (Una colega, muy atenta, me dice que no debo (debemos) decir aprendizajes, sino aprendizaje, en singular pues, así como no hay digestiones, sino digestión, eso de ponerle plural a un proceso es incorrecto) Me parece bien.
4.- Hay tres ejes académicos: leer y escribir, matemáticas y ser curiosos al indagar por lo social y lo natural… y otros dos ejes: con base en las neurociencias, atender a lo socioemocional, y como hay que ser cultos, al arte y el deporte.
5.- Un tema al que dedica mucho tiempo es al de la autonomía curricular. Es curioso, se indica que las escuelas tendrán ciertas horas para decidir, de manera autónoma, el contenido curricular cada semana. Que hay un plan piloto, pero que una vez que se termine el plan piloto, entonces la SEP hará lineamientos para ser autónomos. ¿Lineamientos para la autonomía?
6.- A su juicio, la clave es que se re-valore la función docente. Y uno piensa: ¿ahora sí van a valorar lo que destruyeron para hacer posible la reforma laboral camuflada de educativa? La golpiza a la imagen de las maestras, de los profesores, del magisterio en su conjunto, culpable de todo, será restañada con las menciones en el NME de su importancia… Quizá la SEP no tenga memoria, los profesores sí…
Claro, se dirá que hay mucho más, y es cierto, pero como de nuevo se llenó la presentación de información, datos, modalidades y contrastes con un pasado lleno de maldad frente a un presente y futuro repleto de luz, le sugiero que, si quiere saber más detalles, entre a la siguiente liga:
www.aprendizajesclave.sep.gob
Le da Carreño la palabra a Marisol Silva, investigadora de la Ibero, y reconociendo avances en la propuesta, hace preguntas que – como ya relaté – incomodan a las autoridades:
a.- ¿Cuál es la sociedad del conocimiento, y la economía del conocimiento, que se postula? Se da por hecho, y no se sabe si se prepara a los alumnos para que sean consumidores de ese futuro, o lo sepan analizar e incluso criticar.
b.- ¿No había nada bueno antes del NME de esta administración? No hay contexto histórico en el planteamiento, de tal manera que, al parecer, al llegar las autoridades llegó la posibilidad de cambiar decenios de memoria y punto. Considera que, en este aspecto, la propaganda exageró. Y eso no hace justicia a procesos de larga data, que incluso, con claridad, el NME recupera.
c.- Marisol señala que hay un riesgo: “no todo lo nuevo, por ser nuevo, es bueno”.
d.- A su juicio, es un acierto enfocar el cambio por el lado de los tres tipos de aprendizaje clave, para evitar en enciclopedismo, y también advierte como un paso adelante lo socioemocional.
e.- Sin embargo, considera que no hay un concepto profundo de lo que se entiende por equidad, de tal manera que se confunde acceso con inclusión.
En mis notas, hay un comentario de la académica que merece ser meditado: todo el NME dice estar centrado en el niño… Marisol se pregunta, ¿no debe estar centrado en la relación del niño con el mundo? Me parece acertado: el niño no es un recipiente que, en lugar de información, recibirá competencias y saberes… el niño, para ser tal, siempre es un vínculo: con sus profesores, con sus padres y hermanos, con el resto de la familia… centrarse en el vínculo, no en un nodo de la relación. Buena idea.
El turno, ahora, es de Jorge Hernández Uralde, titular de la Unidad de Evaluación del Sistema Educativo Nacional. Expresa que se va a concentrar en el planteamiento curricular.
Hay, dice, aciertos indiscutibles: el esfuerzo sistemático por identificar y recuperar los aspectos positivos de los currículos previos (aquí quien esto escribe se hace bolas: ¿no que todo lo pasado era repetir, repetir y repetir?). En fin, el señor ha de saber lo que los demás ignoramos. Que se incorpore el programa de lengua materna, así como lo socioemocional, la articulación de la básica con la media y los espacios de autonomía curricular. Para él, los aciertos son notables.
Sin embargo, al leer su texto, indica que estos aciertos en términos generales generan preocupaciones, por falta de claridad y precisión en algunos conceptos. (De nuevo, la molesta intervención de estos señores, me imagino que piensa el funcionario del que hablé al principio, al insistir en la claridad conceptual: ¿para qué, si va destinado a maestros?).
Ejemplifica con el tema de la autonomía curricular. Al no estar claro cuál es el límite de esa autonomía, se pueden incluir, en esos espacios, aspectos ideológicos o comerciales. Tampoco están preparadas las escuelas y los maestros para lo socio-emocional. No hay, señala, una definición mínima de contenidos programáticos.
Creo que el comentarista resume, en la siguiente sección de su escrito, la ausencia de un trabajo más detallado y cuidadoso, en el plano conceptual (y dale con el tema, se despeina el funcionario) sobre asuntos no triviales: señala tres: “aprendizajes clave”, “aprendizajes esperados” y “la naturaleza del aprendizaje”. Hay que hacer mucho trabajo adicional, pues a pesar de las 700 páginas, hay temas que se tienen que detallar, so pena de quedar en espacios de riesgo y de interpretación diversa.
La palabra regresa a la expositora que, como es costumbre, dice que las críticas o riesgos ya han sido tomados en cuenta, y que no hay problema: que en este año se está haciendo una prueba piloto del Modelo, y que ya el año que viene habrá lineamientos y, aclara, es necesario entender que este documento es un documento vivo, es decir, que sigue abierto…
Marisol insistirá en que reconocer avances no implica dejar de advertir problemas, y que muchos de los avances y límites se pueden hacer más sólidos o resolver si se dialoga con las comunidades escolares. Hay, siempre, una enorme distancia entre el currículo prescrito y el vivido, y hay que, en efecto, dialogar, no simular que se dialoga como a veces ha ocurrido.
Retomo de Jorge Hernández una conclusión preocupante: afirma que está de acuerdo en que haya apertura a la crítica y que sea un documento vivo. Pero, señala, el año que entra, al entrar en operación el NME, habrá la oportunidad de hacer un enorme pilotaje…
Recordé la intervención de Rodolfo Ramírez, en la primera sesión de este seminario del INEE: hay que tener cuidado con hacer pruebas piloto con el avión lleno: si falla, no sólo fallará lo planeado, sino que se lastimará a los ocupantes de la nave, a los que ni siquiera se les pide permiso para subirse a un avión que no se ha probado.
La sensación final es esa: por la prisa, por haber puesto lo primero al final, por simplificar la historia, estamos ante un experimento social y educativo de gran magnitud, sin control, sin previsión, basado en lo que los prescriptores desde arriba, hablando con algunos profesores, dicen que ha de hacerse.
El dicho expresa que nadie experimenta en cabeza ajena… creo que, con el NME, la SEP está desmintiéndolo: está experimentando, sin parar mientes en el peligro que esto significa, en millones de cabezas y cuerpos ajenos.
Cuidado: en una de esas, la prisa porque la reforma pareciera educativa, ha generado una manera atropellada de mejorar, renovando, con el horizonte de una economía y sociedad del conocimiento sin definir… Pero eso tiene que ver con conceptos, con la lata de las ideas, la monserga de pensar de manera rigurosa, y no solo enunciar frases tan, pero tan nuevas, como “aprender a aprender”.
Si esta frase, y su intención, son novedosas, entonces es probable que esté por inventarse el Nuevo Modelo de la Rueda, el NMR. A rodar, colegas… Y que haya suerte para todos.
Fuente del Artículo:
http://www.educacionfutura.org/el-nuevo-modelo-educativo-es-modelo-es-educativo-y-que-tan-nuevo-es/