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El contexto en la evaluación educativa

02 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.educacionfutura.org/

Por: Eduardo Andere

Es natural que mucha gente apoye o se oponga con dureza a la evaluación educativa. También es natural que muchos comentaristas de los medios se deslumbren ante la idea de que “ahora sí” se evaluará a los maestros; ahora sí, se acabará con las prácticas corruptas o pre-modernas de asignación o promoción de plazas o puestos; y, ahora sí se aumentará la calidad educativa. Pero la realidad de verdad es diferente: no hay evaluación sin contexto; y no, no puede ordenarse por decreto la calidad educativa, ni aunque la Constitución lo dicte. No existe y no puede existir la garantía individual o social de la calidad educativa.

¿Por qué? Porque  ni si quiera sabemos qué es calidad educativa. Y si no lo sabemos, ¿cómo puede el Estado arrogarse la función o atribución de garantizar la calidad educativa?

El viernes 28 de agosto la cuenta de Tweeter “@INEEmx” del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación difundió la siguiente frase: “La evaluación considera las características del contexto en el cual se desempeñan los docentes ‪#EvaluarEsParaMejorar”. Parece una frase al aire, sin ninguna otra intención que difundir la idea de la validez de las pruebas estandarizadas del INEE, pero la frase en sí es una paradoja.

Aunque la Ley del INEE (artículo 8) y la Ley del Servicio Profesional Docente (Artículo 68) hablan del contexto, el INEE se enfrenta a una imposibilidad. No hay forma en la que alguna instancia evaluadora, realice evaluaciones estandarizadas y al mismo tiempo considere, auténticamente, el contexto.

En esencia, desde el punto de vista de la pedagogía y del aprendizaje: estandarización y contexto no se mezclan. ¿Por qué?

INEE-CONF-PRENSAPorque si bien sí podemos, estandarizar—aunque con ciertas limitantes—la medición del conocimiento y algunas habilidades, con pruebas estandarizadas aplicables al mismo tipo de estudiantes, en las mismas condiciones de aplicación (lo cual es difícil), lo que no podemos estandarizar, para efectos pedagógicos y de aprendizaje, es el contexto.

Así que cuando el INEE dice que considerará el contexto, o cuando la Ley (Artículo 8, Ley del INEE) sostiene que “[las] evaluaciones deberán considerar los contextos demográfico, social y económico de los agentes del Sistema Educativo Nacional (…)” o que otorga el derecho a quienes participen en el Servicio Profesional Docente, a “[q]ue durante el proceso de evaluación sea considerado el contexto regional y sociocultural,” (Artículo 68, fracción VI), en realidad lo que hace es redactar una imposibilidad.

Si el INEE u otras autoridades educativas se basan en estadísticas estandarizadas contextuales del INEGI o CONAPO se pierde, por definición, la información del contexto. Los promedios de indicadores económicos, demográficos, sociales y regionales pierden el detalle de la información única y propia de cada escuela, porque los problemas y los contextos de cada escuela no están sujetos a estandarización excepto en aspectos mínimos para el aprendizaje. Y cuando finalmente los datos estandarizados están listos y publicados, lo que informan es pasado, viejo, anacrónico: el contexto cambia constantemente. Por tanto, constantemente hay que evaluar. La evaluación debe ser dinámica.

Por ejemplo, aunque el ingreso socioeconómico de una región, sí puede estandarizarse, el dato para efectos de análisis contextual es irrelevante. Y lo que no se puede estandarizar es lo relevante, como las condiciones socioeconómicas de cada escuela y al mismo tiempo controlar por tipo y calidad de maestros, involucramiento y calidad de participación de los padres, niveles de agresividad en la escuela y el hogar, comportamiento emocional de los niños de cada escuela y en cada aula; niveles de tensión en la familia. Todavía menos propicio de estandarización son las condiciones culturales de inseguridad, actitudes para el aprendizaje, sociabilidad, aplicación del currículo de aula, ambientes de aprendizaje, ambientes de motivación, relaciones con autoridades locales y federales y organización escolar. Y aún menos “estandarizable” son las condiciones históricas, presupuestales de las escuelas y anímicas del colectivo escolar, i.e., la moral del colectivo. En fin, uno puede estandarizar automóviles, corcholatas, tortillas, tacos y canchas; pero no escuelas, maestros y alumnos.

casas de ladrillosEstandarizar escuelas sería como estandarizar hogares. Se parecen en los ladrillos pero no en las personas y menos en las relaciones humanas que ocurren entre muros.

Hasta ahora tanto la Ley como el INEE ven al contexto como un insumo de la evaluación y debe ser al revés: la evaluación es el insumo del contexto. Por tanto, sí a las pruebas estandarizadas pero como un insumo para que un grupo colegiado de educadores, expertos y agentes educativos, con una narrativa de juicio, realice la evaluación contextual y formativa de los docentes y las escuelas.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/el-contexto-en-la-evaluacion-educativa/

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¿Evaluación educativa?

Por:Lesbia González.

Para estar más claros, la razón por la que siempre pensamos en calificaciones, notas y cálculos, como método de valorar algo, se la debemos a la corriente llamada, conductismo, surgida en los años 20 del siglo pasado, esta planteaba que los humanos actuamos por castigo o recompensa. Si bien es cierto que tal corriente puede tener algo de razón, los humanos evolucionamos y lo que antes pudo haber “funcionado”, hoy no funciona, pues lo que llamamos “fracaso” es un planteamiento hueco y simple para lograr algo esperado. Es obvio, entonces, que si hay un rango o medidas esperadas, a las personas que no llegan a ellas les endilguemos haber fracasado.

Esa explicación, tan absurda como simplistista, de la mente humana, de ese poderoso y extraordinario cerebro ilimitado, es tanto un extravío como una falacia. Lo triste es que ha calado tan fuerte que, a pesar de los grandes aportes de teorías, como las inteligencias múltiples, el constructivismo, la inagotable creatividad humana y otras, se sigue creyendo en medir, por métodos cuantitativos conductistas y usando estándares para todos, por igual.

Abogamos por una escuela que se adapte a las inteligencias múltiples, que abra su mente a las capacidades extraordinarias de las personas y las use en su beneficio, de modo que se borre esa idea arcaica y nefasta de hablar de fracaso, y se abandone la idea de que hay que calificar contenidos, en vez de “formar en el uso y razón”, con el significado que esto tiene en la construcción de nuevos formas, teorías o conceptos que ayuden al ser humano a ser mejor cada día. El hombre, al descubrir sus capacidades y usarlas para su éxito, transforma su vida y la de quienes lo rodean, sana y productivamente, así contribuye a la paz.

Con los métodos tradicionales, arcaicos e inmaduros, se promueve la competencia insana, el irrespeto, la baja autoestima, las falsas comparaciones, los títulos y los honores que, a la postre, no promueven el potencial extraordinario que tenemos.

Si la educación sigue tan atrasada en nuestro país, no es porque ahora seamos menos capaces, sino porque antes había un conformismo social que permitía seguir en esa cómoda zona; es porque todavía se enseña creyendo, erróneamente, que todos aprenden de la misma manera; que deben ser comparados con notas; o que todos debemos estar sentados, oyendo la clase de un experto, mientras nosotros nada sabemos o nada podemos opinar ni aportar, salvo cuando hacemos un examen, y si no lo completamos –como el creador quiere– obtenemos mala calificación y nos llaman fracasados, sin evaluar todos los componentes que llevan a esa falsa conclusión.

Que quede claro que hablamos de educación integral, no de aquella para conseguir trabajos o llenar vacantes con las “competencias” que requiere el comercio y las empresas; hablamos de mejores personas y ciudadanos, de seres pensantes con capacidades para ser dueños de su felicidad y su éxito, que aporten a un mejor país.

No nos llamemos a engaño, no tapemos el sol con un dedo, la educación panameña llegó al colapso. No nos detengamos en ver cuándo gana nuestra educación ni en la eterna queja de que salimos mal en cuanta prueba nos pongan; esto seguirá mal mientras no entendamos que se necesita una revolución educativa y un cambio paradigmático. Dejemos el miedo, de nada nos sirven los índices económicos que nos “hacen un país próspero”, si nuestra educación es de tercer mundo.

Si queremos cambiar los altos índices de violencia y mejorar al país, empecemos con mejorar la educación. ¡Hagámoslo ya y de frente! Nos urge centrarnos en el ser humano, capaz y extraordinario, que entra todos los días a la escuela, ávido de descubrir esas capacidades. Necesitamos maestros, con vocación, dispuestos a desempeñar esa tarea; necesitamos cambiar por completo el sistema educativo. Esto se puede lograr.

Fuente:

 http://www.prensa.com/opinion/Evaluacion-educativa-Lesbia-Gonzalez_0_4608289224.html

Imagen:

http://images.prensa.com/opinion/Evaluacion-educativa-Lesbia-Gonzalez_LPRIMA20161028_0174_26.jpg

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Argentina: Cruces entre Gobierno y gremios por la evaluación educativa

Argentina/24 de Octubre de 2016/MDZ Online

 No sirve para mejorar la calidad educativaLa secretaria gremial del SUTE, Liliana Chávez, cuestionó el programa «Aprender 2016» y dijo que las evaluaciones que se realizan hoy no servirán para mejorar la calidad educativa.

«El instrumento que se usa para le evaluación es una prueba estandarizada. El método está cuestionado por ser un instrumento único», dijo la sindicalista en MDZ Radio.

Además, se molestó porque, según el gremio docente, «el objetivo es armar un ránking de escuelas. El uso que se haga de esos resultados es lo que cuestionamos», descreyendo de la versión oficial.

«No le creemos el Ministerio de Educación cuando dicen que no harán un ránking de escuelas. Ellos, en base a resultados, han decidido políticas educativas. En base a los resultados, determinaron en su momento el financiamiento de las escuelas», añadió.

De acuerdo con Chávez, «en otros países, como Chile y México, se establecieron políticas educativas a partir de los resultados de estas evaluaciones. No se hace para mejorar la calidad educativa».

«Otro punto que cuestionamos es que son evaluaciones que se realizan por empresas multinacionales que nada tienen que ver con las escuelas de Argentina. Dudamos muchísimo de esto. Estas evaluaciones son cuestionados en otros países», finalizó.

Al respecto: 

No podemos temerle a la informaciónEl ex viceministro de Educación de la Nación, que fuera consultor de la UNESCO y que asesora al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, en materia educativa, el massista Gustavo Iaies, defendió la realización de la evaluación «Aprender 2016» en las escuelas del país.

Frente a las críticas que se le realizan al formato de evaluación multiple choice, consideró que «eso se hace en todo el mundo». A la vez, sostuvo que «está muy bien que sea estandarizada porque tenemos que ver diferencias entre provincias y escuelas».

Iaies explicó que «queremos saber cuánto saben los chicos y en qué hay que mejorar» y por ello, indicó que «estamos intentando tener algún dato más o menos fiel y para eso necesitamos una evaluación».

«Es habitual que en estos exámenes se pregunte si los alumnos tienen algún plan social», dijo en diálogo con el programa «Poné primera», por Radio Nacional Buenos Aires.

En este punto, subrayó que «saber si el chico o los padres trabajan es de mucha ayuda» y puso sobre la mesa la necesidad de avanzar: «No podemos tener miedo a la información».

Sobre las críticas que se están produciendo desde sectores sindicales. «En Argentina -dijo- ideologizamos demasiado la educación», además de considerar que «los gremios docentes docentes están muy vinculados al gobierno anterior».

Fuente: http://www.mdzol.com/polemica/699541-cruces-por-la-evaluacion-educativa-en-las-escuelas-de-todo-el-pais/

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Graciela Frigerio: «Algunos no le encuentran sentido a su experiencia escolar»

América del Sur/Argentina/11.10.2016/Autor y Fuente:http://www.ellitoral.com/

La doctora en Educación, Graciela Frigerio, va más allá de las discusiones actuales que ponen el acento en cómo mejorar la escuela, para plantear un debate con un peso específico mayor: sobre los “sentidos” de la educación.

La reconocida pedagoga egresada de La Sorbona de París propone reflexiones rayanas con lo filosófico y lo sociológico, densas en lo conceptual y provocadoras, para volver a preguntarse por qué se educa, qué está en juego en la escuela actual, por qué hay sistema educativo y no otra cosa. A la vez que propone construir una “resignificación” de ese espacio institucional con el fin de que sea “vivificante” y “tentador” para los alumnos.

 El tema de su charla es “resignificar la escuela”. ¿De qué diagnóstico parte para sostener que hay que resignificarla?

Hay una novela extraordinaria de Janne Teller titulada “Nada” que empieza con un alumno en el primer día de clases. Está el director que hace su discurso, da la bienvenida después de las vacaciones y el protagonista de la novela de pronto se levanta, empieza a guardar todas sus cosas en la cartuchera y dice: “Discúlpenme, pero nada de esto tiene sentido”, se levanta y se va; ahí empieza la novela.

 De modos distintos, bajo formas diferentes, hay algunos que se van de la escuela. Por lo general nadie se va alegremente, y a veces se van bajo la apariencia de una opción personal pero es más bien una expresión, un efecto de no haberse sentido recibido, albergado, cuidado. El punto de partida de la charla es compartir la preocupación acerca del “sentido” de la experiencia escolar. ¿Qué quiero decir con esto? Mientras el “significado” se encuentra en el diccionario, el “sentido” es el plus que el sujeto, la sociedad, el grupo, le agrega a ese significado. Una primera cuestión, entonces, sería pensar que en estos tiempos, algunos sujetos parecieran no encontrarle mucho sentido a su experiencia escolar.

 ¿Puede profundizar esa idea?

 Cuando hablamos de sentido, hablamos de un sentido vivificante, estructurante para la vida, y que no se inscriba en el curso de las llamadas vidas dañadas, mutiladas, supernumerarias. Si a uno le preocupa que los sujetos puedan encontrarle un sentido vivificante a la experiencia escolar, se hace necesario reconsiderar qué significaciones estamos socialmente, epocalmente, dándole a cuál idea de educación. Y cómo esa idea de educación se traduce en una manera de entender lo escolar. Por ahí se confunde lo educativo con lo escolar como si fueran lo mismo, y no lo son. Una cosa es la educación, mientras que la escuela es un pedacito, es esa parte donde la educación toma curso. No siempre hubo sistema educativo; es un invento epocal.

Si nos importa la educación por tales argumentos, luego tenemos que pensar que institucionalizar la educación de este modo, produciría unos efectos facilitadores de un mundo común bastante distinto. Porque si hay algo que escasea en estos tiempos es “un mundo común”, más vale quedan unas tensiones, unos odios, unas identidades atrincheradas, unos fundamentalismos, un capitalismo despótico, imperial. El preocuparnos por el “por qué”: por qué educamos, por qué si educamos tendríamos que sostener un sistema educativo, y si lo tuviéramos que sostener por qué con estas características; abre también una idea de que si queremos educar -y el sistema educativo fue una construcción epocal- podría haber otras formas, otros formatos, otras “tentativas”, como diría un antiguo pedagogo.

 Usted está planteando una suerte de “megadebate”, pero la discusión actual en educación parte de la premisa de una escuela en crisis, con poca calidad, y está abocada más bien al cómo mejorarla. No se plantea por qué la escuela sí o no.

 Respeto profundamente las versiones que cada uno quiera darse. No me queda otra desde mi lugar que hacerme una pregunta sobre si esos modos de abordar el problema nos llevarían a los efectos que se suponen deberíamos buscar. De hecho, hay harta prueba de que ciertas formas de encarar las dificultades de sentidos de la experiencia escolar, no han producido que los sujetos encuentren ese sentido vivificante que les tiente. Quiero aclarar que la escuela no es un desastre ni el peor lugar. Pero esto, no quiere decir que para todos los sujetos las escuelas son vivificantes porque sería desconocer a todos aquellos que portan dolorosamente el efecto de no haber encontrado un lugar en la escuela donde se sintieran reconocidos.

 Entiendo la desesperación de los que dicen “hay que hacer algo”, pero si no tenés un por qué, si no tenés el sentido… Tengo la hipótesis de que estamos en una cuestión de poca novedad, aunque haya rebautismos; y tampoco me parece que corresponda que engañemos o trampeemos o que nos creamos inventores de una pólvora que descubrieron otros hace mucho.

Derecho y obligatoriedad

 ¿A quién le corresponde pensar el “por qué” educar: a los gobiernos, a los actores educativos, a toda la sociedad?

 Por supuesto que los sentidos siempre son múltiples. El capitalismo te dice: “Yo necesito dividir a la población, no se te ocurra dar una educación emancipadora e igualitaria porque me arruinás el negocio”. Entonces, todos los que están a favor en cierta forma del capitalismo, lo que les importa es el negocio. Y para que el negocio les rinda tiene que haber pobres, desclasados, marginales, vulnerables, tiene que haber “resto”. Entonces, no todo el mundo va a querer lo mismo. La pregunta del “por qué” es una pregunta existencial a la que todo el mundo tiene derecho. Después, cada gobierno toma sus decisiones respecto de si se hace o no preguntas existenciales, qué hace con las preguntas existenciales de los otros y, en todo caso, cómo asume la responsabilidad política de construir un mundo común. No cómo asume el discurso políticamente correcto del mundo común, sino cómo construye las políticas económicas que lo hagan posible. Si querés igualdad, no alcanza con mencionar la palabra “derechos”; tenés que construir lo necesario para que la igualdad de los hombres pueda expresarse y no verse “circuitada” por la división.

 ¿Usted cuestiona la obligatoriedad extensiva que llega hasta la escuela secundaria?

 No estoy en contra de la obligatoriedad, sólo digo que para hacer algo obligatorio por más tiempo hay que ofrecer unas cosas para que esa obligatoriedad tenga sentido.

 Porque si le digo a un chico: tenés derecho a estar en el sistema educativo, y luego le digo: por tu derecho a la educación estás obligado a pasar más tiempo en la escuela; al menos ahí que le pasen unas cosas significativas, estructurantes y vitales, no le puedo decir que el derecho se transforma en una obligatoriedad de estar confrontado a la escalada de la insignificancia. Ni de la escuela, ni de un mundo que no está dispuesto a darle un lugar. Esto es muy delicado y no sé cómo decirlo para que nadie quede desresponsabilizado. Porque si no pareciera que, como el mundo anda mal, la escuela no puede hacer nada, o bien que la escuela tiene que poderlo todo para que el mundo ande bien.

 “Arremangarse” y “perseverar”

 Qué opina de esta cuestión de que se la critica mucho a la escuela pero, al mismo tiempo, se le exige todo: que enseñe contenidos, valores, cómo comportarse, ni hablar que también se le pide que cumpla una función social. 

 En primer lugar una escuela no puede desentenderse de sus funciones sociales. Surge en la sociedad y tiene que arremangarse, hacer lo que solidariamente le corresponde. Ahora, volviendo a la pregunta: es interesante pensar que se critica a la escuela como si las políticas no hubieran intervenido. Entonces, de pronto nos desayunamos con “qué horror lo que pasa”, como si no fuera el resultado, el efecto, de unas políticas. Y por otro lado, habrá que detenerse en algún momento a pensar que ciertas políticas proponen unas salidas para ayudar o salvar a la escuela, que se hacen erosionando el orden simbólico de la propia escuela. Por ejemplo, vamos a dar un poco más de horas de actividad escolar. Pero, ¿para qué? ¿qué va a pasar en esas horas? Te contestan: “A no, van a pasar unas cosas totalmente distintas de las que pasan en la escuela”. El mensaje que están dando es: “Con la escuela no me meto, pienso re-mal, a la escuela no le apuesto ni un poroto, entonces voy a usar la palabra ‘escuela’, pero con algo que diga claramente que ‘no es como en la escuela’”. Es decir, la misma política que quiere revitalizar la escuela, la desprestigia.

Hay muchos docentes que están buscando, dentro de lo que hay, cómo hacer para que la experiencia escolar sea “vivificadora”, como usted dice, para los chicos. Hay quienes hacen el esfuerzo ¿qué mensaje puede darles?

 Hay muchos sí, y todo mi homenaje a la perseverancia en el intento. Por supuesto, ésa es la historia de la humanidad: hacer con lo que está, con lo que hay, otra cosa. Hacer surgir lo nuevo de lo viejo y por supuesto hay muchísima gente empeñada en eso, a veces discretamente, anónimamente, a veces aislada, a veces cortocircuitada, a veces solitaria o agrupada. Si no tuviéramos de eso, sería mucho peor el panorama.

 “La evaluación podría ser un nombre del control”

 ¿Qué consideraciones puede hacer sobre la evaluación?

 La pedagogía evalúa desde que hay pedagogía. Los maestros evaluaron desde siempre. ¿Por qué no se podría confiar en la evaluación de los maestros? No estoy diciendo que se evalúa bien o mal. Lo que estoy intentando es poner en evidencia unos mecanismos por los cuales se construye el desprecio hacia lo que hay. Es difícil resignificar vital y esencialmente, simbólicamente, algo a lo que se desprecia.

 Cuando mermó el imaginario motor que una sociedad necesita para que sus instituciones no se vuelvan tumbas, controlar es una alternativa. Y la evaluación podría ser un nombre del control. Y con esto no estoy diciendo que no hay que evaluar, pero vos sabés si finalmente el otro captó que uno más uno es dos. Es simplemente ese feedback que todo maestro tiene con su pibe, tratando de ver: habré sido lo suficientemente clara, habré dado bien este concepto, les habré dado las herramientas para que puedan, no tanto aprender un contenido, sino un estilo de relación con el saber. Porque una relación de saber necesita de contenidos pero los contenidos podrían hacer caso omiso a la relación de saber, y tendríamos lo que tenemos.

 ¿Y el argumento de que necesitamos contar con datos para generar políticas?

 Por supuesto que, como diría Christian Baudelot, en materia de educación sabemos casi todo desde siempre, y eso no nos ha llevado a modificar nada. Entonces, tampoco podemos desayunarnos ahora como si no hubiera datos para hacer política. ¿No sabemos los que están en la escuela?, ¿los que se mueren de hambre?, ¿los que están desempleados?, ¿los que no tienen servicios públicos? ¿No vemos los boletines de los pibes cuando dicen “no alcanzó”?. Tampoco hay que desconocer lo que sí sabemos, lo que pasa es que hay que pensar sobre lo que sabemos.

 “Tanta gloria no tuvo la escuela del pasado”

 Con relación a la escuela, hay una mirada de “nostalgia” sobre el pasado, de querer volver a la educación que fue. ¿Es eso válido? ¿Hay que rescatar lo que se hizo o mirar al futuro y tratar de buscar otra cosa?

 Una mirada nostálgica sólo es mortal. La nostalgia no te lleva a la vida, te lleva a la muerte, porque es imposible restituir el pasado. Además, de ese pasado tan glorioso, la empiria te diría que tanta gloria no tuvo, pero sí tuvo sus cosas interesantes. No importa restituir un modo, sino decirse que hubo algo de una eficacia simbólica que le permitió a la escuela ser productora de igualdad. Era una parte del sentido porque -de la misma escuela- se esperaba que nos dividiera claramente, para que no se nos ocurriera a todos aspirar a cierto lugar social.

 Hoy, el foco es la secundaria, porque si hay una pérdida de sentido pareciera que es peor en ese nivel. Antes, el secundario era un paso para la universidad pero resulta que ser profesional ya no garantiza conseguir trabajo o cierta ubicación en lo social.

 En este estado de la economía, lo que más te garantiza algo es el apellido que llevás y el capital económico financiero que el apellido porta, la posición en una red social.

 Pero hubo un tiempo en que el capital cultural certificado estaba por delante en la posibilidad. Sólo que eso parece haber retrocedido, dice Baudelot, en las últimas estadísticas.

Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/137009-graciela-frigerio-algunos-no-le-encuentran-sentido-a-su-experiencia-escolar-la-experta-en-educacion-propone-resignificar-la-escuela?utm_source=otras_interior

Imagen: http://static.ellitoral.com/um/fotos/162753_14_a_u_03_05_2016_la_plata_la_escuela_tcnica.jpg

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Chile: Crece el rechazo de docentes al “Operativo Aprender 2016”

En el día de ayer, Suteba Escobar realizó una jornada intensiva de debate sobre el Operativo Aprender 2016 que quiere implementar el Gobierno en todo el país.

América del Sur/Chile/04.10.2016/Autor y Fuente:http://laizquierdadiario.com/

La jornada comenzó con la disertación de panelistas, se pasó a un cuarto intermedio, donde entre hamburguesas y empanadas, se siguió intercambiando, luego se realizaron cinco talleres, para posteriormente pasar a las resoluciones.

Los panelistas fueron, Betina Ojeda, Daniel Sierra, Noelia Alegre y José Escobar.

La discusión se centró sobre los aspectos metodológicos, los objetivos y la orientación que persigue el Operativo Aprender. Entre los puntos más destacados se expusieron la estandarización de la evaluación en términos de eficacia y eficiencia sin consideración de los procesos de aprendizaje ni de los contextos económicos y sociales específicos de las y los estudiante y por tanto, pretendiendo volcar la responsabilidad por los resultados de la prueba, puertas adentro de la escuela, con el objetivo político de restarle responsabilidad al Estado.

La misma, impulsada por los organismos internacionales, está planteada en función de las necesidades del mercado, en consonancia con criterios productivistas, apuntando a la formación en términos de capacidades y habilidades con el fin de producir mano de obra barata sin promover la construcción de sujetos integrales y críticos.

La evaluación que ya ha sido implementada en los distintos países como Ecuador, México, Chile, EE.UU, persigue, entre sus objetivos, responsabilizar a los docentes, adoptando un carácter punitivo.

Un ataque al conjunto de la clase trabajadora y al pueblo pobre.

En los talleres intervino Pablo Iturrez integrante de La Marrón quien destacó el aspecto político de la situación. Marcó el carácter del gobierno de Cambiemos como parte de la avanzada de la derecha en toda la región. Resaltó que este gobierno es todo lo neoliberal que la organización y movilización en las calles le permite ser. “Si el Gobierno pretende avanzar con estas premisas neoliberales es gracias a doce años de kirchnerismo y el papel de las burocracias sindicales. La educación no escapa a esto, porque en la última década no fue modificado el corazón de las reformas educativas neoliberales del menemismo”.

Resaltó los objetivos del programa de cumplir los estándares de rendimiento y calidad que proponen los organismos internacionales para beneficiar a las grandes empresas y a las relaciones laborales que estas establecen en función de aumentar su ganancia, es decir, ir a la formación de un sujeto preparado para la incertidumbre, atacando las relaciones de trabajo pretendiendo avanzar en la precarización laboral. En este sentido propuso una gran campaña de rechazo al operativo aprender en conjunto a la comunidad educativa enmarcándolo en un ataque al conjunto de la clase trabajadora y al pueblo pobre.

Por otra parte desde La Marrón se planteó el rechazo a la decisión de la comisión directiva del sindicato de no permitir que un integrante de dicha agrupación sea parte como panelista porque se planteó como requisito formar parte de la comisión directiva. Iturrez dijo: «rechazamos este requisito porque va en contra de la democratización del sindicato recuperado. Planteamos que todas las tendencias se expresen libremente»

Organizar el rechazo al Operativo
Entre las resoluciones se votaron.
- Exigir a las conducciones sindicales un paro nacional el día 18/10
- Impulsar una carta dirigida a la comunidad educativa explicando el rechazo al operativo aprender.
- Impulsar una jornada institucional por escuela para discutir y organizar el rechazo al operativo aprender.
- La firma de un petitorio de rechazo.

Fuente: http://laizquierdadiario.com/Escobar-crece-el-rechazo-de-docentes-al-Operativo-Aprender-2016

Imagen: http://laizquierdadiario.com/local/cache-vignettes/L653xH368/arton55434-aed79.jpg?1475247740

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Libro. Serie: Calidad Educativa. Postdoctorado en Sistemas de Evaluación de la Calidad Educativa.

Autores:

Luis Bonilla Molina, Jesús Campos, Lermit Rosel,

Marianicer Figueroa y María Magdalena Sarraute

Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes – IESALC – UNESCO

ISBN: 978-980-7050-62-3

Caracas, mayo 2016.

Conseguir una educación de calidad para todos y todas es una de las metas centrales de toda sociedad que se proyecta justa y democrática, de allí que pueda asumirse como un anhelo compartido por todos los países de la región. El principal desafío de los sistemas educativos es generar condiciones y recursos para que el derecho a una educación con calidad sea algo efectivo, cuyo resultado se refleje en el acceso equitativo de niños y jóvenes, hombres y mujeres a las oportunidades de estudio e inserción en los diferentes ámbitos de accionar de la vida social, lo que desde una perspectiva de género, etnia y clase, implica la reorganización de los recursos educativos, económicos y políticos que aseguren la movilidad e inclusión social para todos y todas.

A pesar de las inmensas riquezas generadas en el mundo, aún millones de niños y niñas, jóvenes, hombres y mujeres son excluidos de la educación, vista ésta como un poderoso instrumento que contribuye a la emancipación, la libertad, la igualdad y la justicia social.  Para estas mayorías de la población mundial, la educación continua siendo un instrumento válido y necesario para construir inclusión, felicidad y una concepción de sociedad basada en el conocimiento, las ciencias y la ética del bien común. Otros tantos, reciben una educación que poca relación tiene con su entorno, con su realidad concreta y débilmente comprometida con la sustentabilidad ecológica de la vida en el planeta. Ello plantea enormes retos y desafíos para las y los educadores y ciudadanos comprometidos con una educación de calidad con pertinencia en un marco de inclusión.

Ello precisa impulsar un debate que recupere las claves educativas del tema de la calidad, que repiense y reconstruya esa otra política, la que sirve para convivir no para confrontar, para que todos conozcamos no para engañar, en la cual todas y todos seamos sujetos y actores y no simples consumidores de ideas; esa otra política desde la gente, para los seres humanos y entre ciudadanos plenos. Es decir, pedagogizar la política para lograr politizar la pedagogía. Ello demanda recolocar la pedagogía en el centro del debate educativo, esa pedagogía con “P” de política de la resistencia, de la emancipación y contra toda forma de opresión.

En este sentido, entendiendo por una parte que la calidad de la educación no es un término neutro en tanto es reconocido como proceso de carácter político y pedagógico cuyo desarrollo y evaluación se configura a su vez a partir de la perspectiva política-ideológica desde donde se piensa la educación y por ello no escapa a la dicotomía dominación/liberación, y por otra reconociendo el lugar que tienen los organismos internacionales como el Banco Mundial (BM), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros, como impulsores de las tendencias internacionales sobre la evaluación de la calidad que no siempre coinciden con la premisa de la educación como derecho fundamental, surge la propuesta del programa de estudio postdoctoral en: Sistemas de Evaluación de la Calidad Educativa (SECE).

Este, inspirado en el aporte revolucionario que constitucionalmente el sistema nacional de educación todo, debe ofrecer al país, se plantea como propósito fundamental que maestros y maestras, investigadores(as), académicos(as), doctores(as) y ejecutores(as) de las políticas públicas,  juntos y juntas, nos dediquemos a la tarea periódica y sistemática en primer lugar de problematizar y problematizarnos(as) con todo aquello que en materia de calidad educativa se pretende erigir de forma hegemónica, y en segundo lugar para también interrogar e interrogarnos sobre los intereses y límites que han configurado históricamente a la educación y la valoración de su calidad. Con ello esperamos acercarnos de manera deliberadamente a hacer el ejercicio de “pensar de otro modo” al estado y su vinculación con los organismos internacionales, a los sistemas y políticas educativas, a la formación docente, a la escuela y su relación con lo político, a los recursos educativos, económicos y presupuestarios asignados a la educación,  así como también a la labor de directivos, maestros y maestras, estudiantes,  padres y madres, entre otros actores cuyos roles requieren ser replanteados desde lo que Deleuze (1995) llama acontecimiento y vida, al referirse con ello a la  liberación de la vida de aquello que la aprisiona.

Es desde este lugar de enunciación que consideramos se justifica el nacimiento de una plataforma investigativa y formativa, cuyo cimiento principal sea el debate permanente y el análisis crítico y la de-construcción de las tendencias existentes sobre la calidad de la educación, para con ello aportar al proceso de construcción de alternativas concebidas como miradas otras, miradas propias, quizás complementarias a lo existente, con las cuales avanzar en la transformación de nuestros sistemas educativos desde una perspectiva política socialista y pedagógica emancipadora, desde una narración que nos acerque a la realidad de lo que somos, más allá de lo instituido y de lo que históricamente se ha consolidado como lo correcto, eficaz y productivo en esta materia.

Ante todo lo anteriormente expuesto, el Centro Internacional Miranda institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, cuya misión es la “promoción y difusión nacional e internacional de los valores del sistema político de democracia participativa y protagónica, mediante el impulso de la investigación, la reflexión y la formación sobre cuestiones estratégicas del proceso de transformaciones políticas y de su vinculación con las transformaciones económicas, sociales y culturales emprendidas por la Revolución Bolivariana”, y consiente de su rol en la elaboración de parámetros epistémicos propios del proceso político que vivimos, diseña este Postdoctorado en aras de construir y aportar a nuevas conceptualizaciones de lo que se entiende por calidad y de cómo evaluarla, desde la mirada desde las teorías de la resistencia, la ciencia crítica de la escolarización, el  paradigma liberador, el discurso de la alteridad y al de la emancipación.

En este sentido, con estos estudios posdoctorales, esperamos crear un espacio académico en el que se discuta, analiza, de-construya, profundice y genere aportes sobre el conocimiento profundo y comparado y el estado del arte, propiamente de la diversidad de dimensiones de análisis y temas vinculados a la calidad educativa. En consonancia, el posdoctorado busca profundizar y fortalecer las habilidades y competencias metodológicas, de sujetos políticos pertenecientes el mundo educativo, académico e investigativo, quienes al inscribirse en este espacio de investigación-formación  y con el enriquecimiento del estado del arte sobre la calidad educativa, así como en la definición de nuevas líneas y parámetros epistémicos-políticos al respecto, suscriben un compromiso para impactar en la comunidad científica internacional, en las y los decisores de las políticas públicas a nivel regional, nacional, el concierto mundial que se construye y operacionaliza sobre la calidad educativa,

De igual manera se pretende innovar desde nuestra realidad nacional, proponer desde lo concreto. Para ello, nuestras líneas de investigación se orientan a la solución de problemas de la vida cotidiana, de lo socio productivo y de la integración investigativa con los organismos de base y de participación comunitaria.

Para descargar el libro, haga cliquee aquí:

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Panamá: Cien escuelas, cerca de la excelencia educativa

Panamá/ 27 de septiembre de 2016/Autora: Ana María Pinilla/Fuente: La Estrella de Panamá

El concurso nacional ya cuenta con el primer centenar de colegios oficiales para la primera fase de prueba de conocimientos.

La Fundación para la Promoción de la Excelencia Educativa avanza en la primera fase de selección de cien escuelas para que se las evalúe.

Junto a los auditores de KPMG, los evaluadores revisarán los conocimientos en lenguaje, matemática y ciencias, el próximo 6 de octubre a nivel nacional.

La selección fue realizada por diecisiete miembros de la sociedad civil, entre periodistas, científicos, docentes universitarios y gerentes de empresas privadas, que evaluaron el ensayo y entrevista de 201 escuelas participantes.

Esas doscientas escuelas oficiales representaban a dieciséis regiones del país, desde Bocas del Toro a Darién, incluyendo centros en áreas de difícil acceso.

Actualmente están en competencia doce centros educativos de Bocas del Toro, cuarenta de Chiriquí, trece de la provincia de Coclé, ocho de Colón, una en Guna Yala, siete de la comarca Ngäbe Buglé, doce de Darién, nueve de Herrera, ocho de Los Santos y doce de Veraguas.

Además, treinta centros educativos de la región de Panamá centro, tres de Panamá Este, trece de Panamá norte, catorce de Panamá oeste y catorce del distrito de San Miguelito.

‘Esta fase de revisión es crucial. Queremos agradecer a los entrevistadores por cumplir con la meta de entrega, ya que hicieron todo de manera voluntaria para poder contar pronto con el listado’, señaló Julio Escobar, presidente de la Fundación para la Promoción de la Excelencia Educativa.

LA INICIATIVA

El concurso organizado por esta fundación busca incentivar a la comunidad educativa de las escuelas públicas del país para elevar la calidad del proceso enseñanza-aprendizaje.

El certamen, que convoca a cien escuelas a nivel nacional, se desarrolla en tres etapas. En cada una se elegirá a diez niños al azar.

En cada fase, los diez niños de VI, IX y XII grado tendrán que responder preguntas de tres asignaturas: Español, Ciencias y Matemáticas.

Las escuelas que pasen hacia la segunda etapa tendrán que rendir otros exámenes de los mismos temas con otros de sus diez estudiantes, mecanismo que se repetirá con los centros educativos que lleguen a la tercera y última ronda.

‘Si en Panamá no se cree en elevar la calidad de la educación, todas las medidas que se tomen para mejorarla nadarán a contracorriente’, afirma Julio Escobar, de la fundación.

El presidente de la fundación afirmó que el objetivo es premiar a los colegios que se esfuercen por mejorar la calidad de la educación. ‘Es para celebrar y no para criticar la realidad educativa’, subrayó.

Según explica, el concurso ayudará a que ‘las evaluaciones no causen estrés’, y agrega que ‘cada vez que a Panamá le toca pasar por pruebas internacionales, como PISA, TERCE y hasta las nacionales, hay una anticipación de que se va a salir mal, una situación que ‘paraliza’, dice Escobar, e impide que ‘encaremos las razones de los resultados de estas pruebas y las soluciones a futuro’.

El concurso se presentará en cadena televisiva el próximo 17 de noviembre.

Fuente de la Noticia:

http://laestrella.com.pa/panama/nacional/cien-escuelas-cerca-excelencia-educativa/23962254

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