No bastó con las amenazas de su madre, ni las explicaciones de que no tenían tiempo, que aquella era su parada y debían abandonar el vagón del Metro de Caracas lo antes posible; la niña seguía atornillada al piso, jalándola de la mano, exigiendo a su madre que la acompañara a saludar a su maestra, a la que había visto al final de la unidad. Así lo recuerda Yuleima, 43 años, profesora y líder comunitario de Casalta 2: “Dejamos una impresión muy fuerte en los jóvenes, es una gran responsabilidad la que tenemos los maestros, un compromiso de vida”.
Yuleima comenzó a ejercer su vocación de docente tarde, reconoce, hace apenas diez años, tras superar retos inesperados en su vida. Nunca dudó que podía alcanzar su meta, la constancia en el trabajo fue un valor que aprendió desde muy joven en la casa y en la escuela; sin embargo cada día es más difícil cumplir con esa vocación.
Ella, al igual que todo el gremio docente venezolano, ha visto disminuir sus ingresos desde que el Estado decidió aplicar el llamado Instructivo Onapre, unas tablas salariales, escritas por fuera de los márgenes del ordenamiento jurídico venezolano, que desconocen los logros sindicales del magisterio al suprimir bonos e incentivos, un instrumento que el TSJ calificó como inexistente, pero que es usado en todas las quincenas para quitarle parte de su salario. “Hay desánimo entre las maestras, se lamenta, hay quienes dicen que ganan más dinero vendiendo café en la calle que atendiendo un salón con treinta chamos”, nos dice, mientras saca cuentas y repite lo que hemos escuchado todos estos días en las calles de Venezuela: “Nos merecemos un salario digno, tener nuestro dinero para comprar nuestra comida, nuestras cosas, tener una vida”, con ese Instructivo “nos meten mano en nuestra cartera y nos piden un sacrificio que ellos no son capaces de hacer”.
Yuleima sabe que está ante un año complejo, la educación pública en Venezuela se ha convertido en un reto para los docentes, padres y jóvenes. Las instalaciones de su unidad educativa no están completamente reparadas, dejaron las obras por la mitad “y nos llaman todos los días para que hablemos con los padres y representantes, para que pidamos materiales para la escuela, un martilleo constante –se queja–. ¿Cómo voy a pedirles a unos padres que nos compren unos bombillos si a veces mandan a sus hijos con un vaso de agua como desayuno?”.
Con una inflación anual del 155% sobre los alimentos, según el Banco Mundial, Venezuela es el tercer país con mayor inflación alimentaria del mundo, una realidad que expone a los niños y jóvenes a una situación de inseguridad nutricional que afecta su crecimiento y su educación. “Tú no puedes prender un carro sin gasolina, un chamo no puede estudiar con hambre”, nos dice Yuleima quien afirma estar alarmada, las secuelas de la pandemia se sienten en el nivel educativo de sus alumnos, la educación a distancia no funcionó, se lamenta, “los muchachos lo que hacían era transcribir las tareas que los padres les hacían”, hay mucho que hacer en muy poco tiempo, “antes de terminar el curso, antes de que se vayan del país”, comenta mientras lleva la lista mental de los nueve alumnos que se fueron de Venezuela antes de culminar las clases.
Ahora Yuleima comparte su responsabilidad y divide su tiempo con otra vocación: el trabajo comunitario. Es egresada de la Segunda Corte de la Red Solidaria y en la actualidad, con el apoyo de sus vecinos y amigos, y con la fuerza que le dio una comunidad organizada, pudo abrir un comedor de Alimenta la Solidaridad en su casa y por allí pasan, de lunes a viernes, sesenta niños. “Ellos son el país, sin ellos Venezuela se va a pique y hay que darles todo el apoyo que necesitan, hacerles crecer el sentido de pertenencia, de madurez e inclusión”. “Vendrá un cambio en el país”, nos dice, “los venezolanos somos gente trabajadora y nos merecemos cosas buenas, la gente está cansada y quiere cambio, por eso es necesario que los chamos sigan estudiando, cuando uno se esfuerza los sueños se cumplen, yo pude ser maestra”, concluye mientras reconoce que, pese a las dificultades, volverá al aula de clase en el próximo curso, los niños de su colegio la siguen buscando en la calle o en un vagón del Metro y es un compromiso que no puede ni quiere eludir.
Volver a clases en Venezuela es un reto para la mayoría de los venezolanos, un compromiso por el futuro que exige el mayor esfuerzo de las familias, profesores y comunidades, una apuesta cierta por el futuro, una necesidad para avanzar el cambio que tanto necesita Venezuela. Somos un país que se merece cosas buenas y desde Mi Convive seguiremos trabajando en el apoyo a estos nuevos líderes y activistas que se comprometen por el futuro que tanto necesitamos y que nos merecemos todos.
La depresión o la ansiedad son cada vez más comunes entre nuestros niños y jóvenes. ¿Está la escuela preparada para prevenir y detectar los posibles problemas de salud mental en momentos vitales tan determinantes como la infancia y la adolescencia?
Comienza un nuevo curso y con él múltiples retos. Aunque la crisis sanitaria ya no es tan acuciante y la sociedad se ha podido relajar en gran medida, sus efectos todavía están presentes hoy en numerosos niños y jóvenes. Y es que la pandemia trajo consigo aislamiento, deterioro en la socialización, problemas económicos y de convivencia intrafamiliar… Un caldo de cultivo que disparó y agudizó diversos problemas relacionados con su salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 5 niños y adolescentes tiene un problema de salud mental diagnosticado y cerca de la mitad de estos trastornos aparecen antes de los 14 años. Podemos añadir un dato aún más escalofriante: el suicidio ya se ha convertido en la quinta causa de muerte en el mundo entre este sector de la población.
A estos problemas, hay que sumar otros trastornos preocupantes como la depresión o la ansiedad que representan el 40% de las enfermedades mentales diagnosticadas, según el informe ‘En mi mente’ de Unicef. Podríamos agregar el incremento de los trastornos fóbicos, los obsesivo-compulsivos, de conducta, alimentarios y un (lamentablemente) largo etcétera.
Así están las cosas. Y me viene una pregunta a la cabeza: ¿está la escuela preparada para prevenir y detectar los posibles problemas de salud mental en momentos vitales tan determinantes como la infancia y la adolescencia? Es urgente que así sea. Es básico que la Promoción de la Salud Mental en las aulas sea una prioridad y que la educación emocional ocupe el espacio que merece en el día a día escolar.
La pandemia ha sido el detonante para que los jóvenes expresen de forma más libre cómo se sienten psicológicamente.
Claves para mejorar la salud mental del alumnado
De todo ello hablamos en profundidad en el reportaje sobre salud mental que incluye este número (el 47 ya) de la revista EDUCACIÓN 3.0. En él se abordan las claves para mejorar la situación, se reclama la imprescindible labor de los orientadores y psicólogos, y se informa de la nueva figura del coordinador de bienestar y protección que entrará en las aulas este curso con el objetivo de fomentar el buen trato y el bienestar del alumnado.
De la grave y preocupante situación actual solo se desprende un matiz positivo: según los expertos consultados, la pandemia ha sido el detonante para que los jóvenes expresen de forma más libre cómo se sienten psicológicamente. Sin duda, esto es clave para que la sociedad en general, y la escuela en particular, se centre en normalizar estos problemas y así evitar el estigma que acarrean.
Desde luego, no son pocos los retos que nos esperan este curso. Lo importante es sentar las prioridades y, sin duda, la salud mental de nuestros niños y jóvenes debe ocupar los primeros puestos. ¿Listos?
¡Feliz curso 2022-23!
América del Sur/Colombia/16-09-2022/Autora: María Angélica García/Fuente: www.publimetro.co
Al menos cuatro padres de familia han retirado a sus hijos del colegio ubicado en la localidad de Los Mártires.
La temida banda transnacional, ‘El Tren de Aragua’, estaría amenazando a estudiantes del Colegio Agustín Nieto Caballero, ubicado en el centro de la capital, de la localidad de Los Mártires.
Al menos cuatro familias venezolanas han retirado a sus hijos y ante el Concejo de Bogotá llegó la denuncia. Estas intimidaciones, según el concejal por el Centro Democrático, Javier Ospina, se estaría dando a personas que no abandonan los pagadiarios ubicados en el barrio Santa Fe.
“En cabeza del ‘Niño Guerrero’ les dijeron que si no abandonaban esas casas y no se iban de la localidad de Los Mártires, los iban a asesinar a ellos y a sus hijos. (…) Eso no puede seguir pasando. Y mucho menos amenazando la vida de menores de edad. Eso lo pueden confirmar en el colegio Agustín Nieto Caballero”.
El cabildante, quien dijo que ya comunicó el hecho ante la Alcaldía de Bogotá, señaló también que tan solo hace dos semanas, en esa misma localidad “retuvieron en un pagadiario a la Personera Local, porque estaba acompañando a las familias que violentamente estaban siendo desplazadas de ese punto”.
El ‘Tren de Aragua’
Esta organización criminal nació hace una década en Venezuela. Está conformada por 2.700 hombres que son reconocidos por su violencia y sevicia. Y operan en países de la región como Perú, Brasil, Colombia, Chile y Bolivia.
Según el distrito, los 23 cuerpos sin vida que han sido hallados dentro de bolsas de basura abandonados en plena vía pública en lo que va del 2022, su autoría sería de esta organización criminal.
La Fiscalía ha detectado que, en Bogotá, esta banda ya logró el control de localidades como Mártires, Kennedy, Bosa, Usme y la más difícil e importante de todas: Santa Fe. Sin embargo, en Suba no logró ingresar debido a la fuerte resistencia que le hicieron ‘Los Paisas’.
Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/noticias/2022/09/14/gota-a-gota-estarian-obligando-a-retirar-a-menores-venezolanos-de-los-colegios-en-bogota/
América del Sur/Venezuela/16-09-2022/Autora:Erika Hernández/Fuente:www.elnacional.com
Los precios varían de un lugar a otro y dependen, también, de la marca. Pero, en promedio, una familia puede invertir 100 dólares para equipar a un estudiante para el inicio del nuevo año escolar en un país donde el salario mínimo se ubica en 130 bolívares, lo que según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela es poco más de 16 dólares.
Padres y representantes se preparan para afrontar los gastos correspondientes a la lista de útiles y uniformes de cara al nuevo año escolar 2022- 2023. Los precios, pese a que varían dependiendo de la zona y la marca de los materiales, se mantienen fuera del alcance de los ciudadanos que perciben un sueldo base o que deben cubrir las necesidades de más de un estudiante. Mientras que el salario mínimo en el país se ubica en 130 bolívares, lo que según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela es poco más de 16 dólares, la compra de artículos escolares puede superar los 100.
Durante un recorrido realizado por El Nacional en diferentes puntos de Caracas, se pudo observar muy poco movimiento en la compra de útiles y uniformes escolares. Esto pese a que falta poco menos de un mes para el retorno a las aulas, que de acuerdo con el Ejecutivo Nacional, será a principios del mes de octubre.
«Estamos esperando que las ventas se activen una o dos semanas antes de que inicien las clases. Creo que las personas están esperando a juntar un dinerito para poder comprar», señaló Carlos Cárdenas, dueño de un puesto de útiles escolares en Catia, quien agregó que los últimos años han sido complicados para los comerciantes debido a la crisis económica del país y la pandemia.
En la feria escolar habilitada en Plaza Caracas, los vendedores también coinciden en que las ventas podrían mejorar en unas dos semanas. «La cultura del venezolano es dejar todo para última hora», manifestó de forma jocosa Lourdes Medina, responsable del toldo número 11.
Mientras que en Chacaíto, donde se mantiene durante todo el año una feria escolar, los comerciantes aseguran que el flujo de compradores se ha ido incrementando en la última semana. Sin embargo, destacan que hay un descenso en las ventas, en comparación con años anteriores a la pandemia.
Precios de útiles escolares
Los cuadernos grandes tienen un costo que varía entre 1 y 2 dólares, dependiendo de la marca. También pueden encontrarse ofertas en ferias y librerías de Caracas donde se consiguen 6 libretas de una materia por 5 dólares, o 12 por 10 dólares. En cuanto a los de tamaño pequeño, se consiguen de 6 dólares en adelante.
Las cajas de lápices más económicas se pueden adquirir por 1 dólar en las ferias escolares adscritas a la alcaldía del municipio Libertador. Mientras que en Chacaíto y otras librerías de la Gran Caracas, el costo es de 2,50 dólares en adelante.
Las opciones más económicas de cajas de 12 colores van desde 1 a 3 dólares, pero algunas marcas pueden llegar a costar más de 15 dólares. Otros artículos básicos como la pega blanca, tijera, goma de borrar y sacapuntas se pueden adquirir a partir de 1 dólar.
La resma de papel tiene un costo que varía entre 6 y 15 dólares. Y los diferentes tipos de papeles (bond, lustrillo, seda, celofán, entre otros) se consiguen a partir de 0,50 centavos de dólar. Las escuadras y compás de precisión suelen tener un costo que va de 2 dólares en adelante.
Los padres y representantes también pueden adquirir algunos útiles en combo. Por ejemplo, un local de Chacaíto ofrece cuatro cuadernos grandes, un borrador, un sacapuntas, una caja de colores, una caja de lápices, una regla y una pega blanca, por un total de 15 dólares.
Cabe destacar que la mayoría de los locales visitados durante el recorrido vende sus artículos en base a la tasa oficial del dólar para evitar ser multados por las autoridades. Según el BCV, la divisa se cotizaba para el miércoles 7 septiembre en 7,9 bolívares.
Textos escolares
La oferta de textos escolares es mucho menor a la del resto de los artículos para el colegio. De las ferias populares visitadas por El Nacional, solo en Chacaíto se encontró un local de libros. En las librerías, proveedurías de las instituciones y en los locales ubicados bajo el puente de la avenida Fuerzas Armadas, en Caracas, es donde se pueden hallar los textos solicitados por algunas instituciones.
En cuanto a los precios de los textos escolares, van desde 8 a 35 dólares. Julio Mazparrote, vicepresidente de la Cámara de Editores, explicó que los más costosos suelen ser las enciclopedias y algunos títulos para estudiantes de bachillerato.
«Los docentes suelen pedir entre 2 y 6 títulos por estudiantes. Los primeros grados de preescolar suelen requerir entre 2 y 3 libros, en primaria unos 4 libros (incluyendo las enciclopedias), y en bachillerato pueden ser más de 6 a 8 libros que son más o menos las materias que se imparten. Sin embargo, la tendencia actualmente es que en bachillerato no se exigen los textos escolares, solamente se sugieren y el representante decide si los adquiere o no», indicó.
Mazparrote destacó que, tras dos años de clases virtuales por la pandemia y luego de casi 10 años de crisis económica del país, este 2022 muchos docentes e instituciones están retomando el interés por usar los textos escolares como herramientas clave en el aprendizaje de los menores de edad.
Pese a que las proyecciones en cuanto a las ventas de textos escolares son positivas, Mazparrote señaló que la situación de las editoriales en Venezuela sigue siendo crítica. Esto se debe más que todo a la inestabilidad económica del país y a la prohibición del Estado de que las empresas privadas de libros ofrezcan sus textos en las escuelas públicas.
«En el año 2010 en el país funcionaban unas 25 editoriales, pero en la actualidad solo quedan 8. El primer zarpazo que recibieron las editoriales fue en 2010, cuando el Estado venezolano decidió excluirlas de las instituciones públicas, para solamente publicar la colección bicentenario. Cabe destacar que 80% de los estudiantes venezolanos pertenece a la educación pública y solamente 20% estudia en colegios privados», agregó.
Desde 2011 las editoriales no tienen un canal de comunicación con el Ministerio de Educación. Recientemente desde la Cámaras de Editores intentó un nuevo acercamiento con las autoridades, pero la respuesta fue tajante: no hay ninguna posibilidad de que los libros de empresas privadas puedan ser utilizados en colegios públicos.
«Nos estamos concentrando en producir más que todo para el área de preescolar y primaria, porque en estos grados se usan los cuadernos de caligrafía, de actividades, que se piden todos los años. Pero en cuanto a los libros teóricos, de lectura, la crisis los ha llevado a su desaparición», precisó Mazparrote.
Uniformes
El costo de los uniformes representa uno de los mayores gastos para los padres y representantes en el regreso a clases. Los precios son muy variados, pues no solo dependen de la talla del estudiante o la marca, sino también de la zona en la que se adquiera.
Roberto Rimeris, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido, advirtió el pasado 28 de agosto sobre un incremento en el costo de los uniformes debido a la poca oferta en el mercado. Y es que de 400 empresas de ropa escolar que funcionaban hace 20 años, en la actualidad solo se mantienen operativas 25.
El Nacional pudo evidenciar que los pantalones escolares tienen un costo de 10 dólares en adelante en las ferias escolares populares, mientras que en negocios ubicados en centros comerciales al este de la ciudad de Caracas pueden ir desde 15 a 40 dólares por pieza.
En el caso de las camisas tipo chemise, en las ferias se ubican entre 5 y 10 dólares; pero en tiendas tienen un precio que puede ir desde 10 a 26 dólares. Las franelas se consiguen a partir de los 4 dólares y pueden llegar a costar hasta 20 dólares.
Las faldas escolares tienen un precio que varía entre 7 y 32 dólares, los monos deportivos desde 5 hasta los 30 dólares y las medias de 0,50 centavos de dólar en adelante.
Los precios de los zapatos escolares en las ferias van desde los 10 dólares en adelante pero en centros comerciales pueden variar entre 20 y 50 dólares. El calzado deportivo se consigue a partir de 10 dólares.
En las ferias también se ofertan los uniformes en combos. Van desde los 10 dólares por un mono, dos franelas y un par de medias, hasta los 35 dólares con zapatos u otras prendas incluidas.
Instituciones públicas son menos exigentes
El Estado tiene prohibido a las instituciones públicas solicitar de manera obligatoria cualquier tipo de material escolar. Sin embargo, muchos docentes suelen hacer sugerencias a los padres en cuanto a los artículos que son completamente necesarios para el proceso de aprendizaje.
«Aquí lo que hacemos es pedir a los estudiantes que traigan implementos básicos como cuadernos, lápices, sacapuntas, entre otros, para su uso personal. Y otros artículos como diversos tipos de papeles, pega, o material didáctico, se solicita a modo de colaboración entre los representantes», señaló una docente de una escuela pública de Caracas, quien pidió no ser identificada.
La subdirectora de una institución rural, ubicada en el estado Miranda, señaló que desde hace años no reciben los libros de la colección Bicentenario, por lo que los estudiantes no cuentan con ningún tipo de texto escolar para apoyar su aprendizaje. Además, también señaló que son muy pocos los bolsos con útiles escolares que llegan para los alumnos.
«Es muy difícil trabajar de esta forma. Nos prohíben pedir a los estudiantes cualquier tipo de material, pero tampoco les hacen llegar algo tan básico como un cuaderno o un lápiz. Tampoco contamos con libros de texto, y no todos los alumnos disponen de un teléfono celular para investigar por Internet. La escuela está localizada en una zona montañosa donde ni siquiera hay señal telefónica, además, es una zona muy humilde, con personas de escasos recursos», agregó la profesional que también pidió el anonimato.
En otras instituciones de la capital se arriesgan a solicitar un mayor número de materiales, e incluso, textos escolares de editoriales privadas. «No es obligatorio, pero el representante que quiera adquirir el libro, puede hacerlo. Es una herramienta de mucha ayuda para los estudiantes», comentó otra maestra.
Si bien todo depende de la escuela o el docente, un representante puede gastar entre 15 y 20 dólares para adquirir útiles básicos. Esto para los estudiantes de instituciones dependientes del Estado.
En los colegios privados el escenario es diferente. Las listas de útiles para los estudiantes de primaria suelen incluir unos 20 artículos o más, a lo que deben sumarse los textos escolares que varían en número dependiendo del grado. En este caso el presupuesto puede superar los 50 o 60 dólares.
A los estudiantes de bachillerato no se les exigen libros de texto, pero sí un cuaderno por materia. También deben contar con artículos como block de dibujo y de contabilidad, diccionarios, marcadores, creyones, escuadras, cartulinas, calculadoras, entre otras. Dependiendo del año, un representante puede requerir de entre 25 y 50 dólares para cubrir todas estas necesidades.
@ErikaHDelaR
Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/economia/utiles-y-uniformes-escolares-cuanto-gastan-padres-y-representantes-para-el-regreso-a-clases/
Una experta en Educación Infantil de la UNIR explica cómo hay que enfrentarse a la primera separación de apego entre padres e hijos.
¿Cómo hacer bien el periodo de adaptación de los niños a Educación Infantil? Esta es la pregunta que se hacen muchos padres en estos días. La respuesta no es sencilla puesto que cada niño, y cada familia, es diferente, pero lo lo cierto es que sí que hay unas pautas generales que es conveniente conocer.
Carlota Pérez, directora del Grado de Maestro en Educación Infantil de UNIR, asegura que desde el punto de vista educativo no hay duda de que se trata de un momento excepcional. «Es la primera vez que el pequeño sale de su ámbito familiar para enfrentarse a un nuevo entorno totalmente desconocido, por lo que hay que darles tiempo para normalizar la situación. El periodo de adaptación debe existir sí o sí para el pequeño, pero también para los padres que deben cambiar rutinas, horarios sobre las dinámicas familiares de comidas, alimentación, ocio…».
Explica que emocionalmente es normal que los progenitores sientan incertidumbre sobre si su bebé estará bien cuidado y recibirá la atención y el cariño que merece, «por eso es importante tener un contacto directo con los educadores», por lo que recomienda que, sobre todo en los primeros días, sean los padres los que lleven al pequeño al centro y vayan a recogerle para que, de este modo, los educadores puedan darles información de primera mano sobre cómo ha llevado el día su pequeño.
Diana Oliver, autora de ‘Maternidades precarias’ apuntó que «criar implica cuidar y no hay ayudas que lo permitan», durante la presentación de la campaña ‘La crianza nos quita el sueño’, realizada por la Plataforma Infancia
Al ser una época de grandes cambios, los padres no deben dejarse dominar por un sentimiento de culpabilidad por no poder estar las 24 horas del día con su hijo. Esta sensación es la que provoca en muchos padres que mimen en exceso y consientan a sus hijos aspectos que de otra forma no harían. Por todo ello, Carlota Pérez expone diversos errores muy comunes que hay que intentar evitar:
Transmitir intranquilidad al bebé
No hay que dejarse llevar por los nervios propios de la separación. Como adultos se deben controlar tanto los gestos como las palabras para que el pequeño no aumente su sensación de inseguridad.
Evitar determinadas frases
Si se le dice en el momento de la separación «No llores cariño que si no mamá se va a ir muy triste a trabajar», se le está haciendo un chantaje emocional y se le hace al niño responsable de nuestra tristeza. «No te preocupes que vengo muy rápido», supone una gran mentira. «Deja de llorar que cuando venga a por ti te voy a comprar chuches», implica un soborno en toda regla. «No llores que no es para tanto», implica que no valoramos sus emociones y se minimizan.
Alargar la despedida
Muchos padres temen el momento de separarse y perder el contacto visual con sus hijos cuando entran en su clase y no paran de hablarles, de sostenerles en brazos… lo que alarga el sufrimiento de ambos.
Irse a escondidas, sin decir ni adiós
Para el pequeño perder de vista de repente a sus figuras de referencia, sin un beso de despedida o una caricia, puede generarle más miedo a enfrentarse a la nueva situación.
Acudir toda la familia a la escuela para ver cómo entra en su clase
Para el niño puede suponer un mayor disgusto el momento de la despedida si están sus padres, los abuelos, algún tío o primito. Ver que él se va y se mete en una clase mientras el resto de su familia sigue unida, no debe ser agradable.
Que falte al día siguiente
Algunos progenitores consideran que «como ayer ya lo pasó muy mal el pobrecito, pues mejor que hoy se quede en casa tranquilito, y ya irá mañana». Cuanto antes coja el hábito de rutina es mejor para él, de lo contrario supone alargar el periodo de adaptación y jugar al despiste.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/errores-padres-periodo-adaptacion-hijos-querras-evitar-20220908112531-nt.html
El interés por los uniformes escolares aumenta un 223% con respecto al año pasado.
Según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las familias españolas gastan una media de 1.890€ en la vuelta al cole, y de ellos, cerca de 500€ se destinan a la compra de material escolar, incluyendo libros, uniformes y material de papelería entre otros. Se espera que con la inflación registrada este año el gasto sea todavía mayor para el curso 2022/23, por ello, cada vez son más las familias que recurren a los productos de segunda mano para hacer este desembolso un poco más asequible.
Según el análisis realizado por Milanuncios, app de segunda mano, la demanda de libros escolares de segunda mano ha aumentado un 67% en nuestro país entre junio y agosto. Además, el 70% de los anuncios nuevos de este año se han publicado entre junio y julio y, concretamente, al finalizar el curso escolar en el mes de junio, cuando la oferta crecía un 242% respecto al mes de mayo.
Con respecto a los precios, el precio medio por libro para la vuelta al cole en la app se ha incrementado un 8% respecto al año pasado situándose en 24€ de media, en un mercado que alcanza un valor total de más de 2,9 millones de euros en los últimos 12 meses.
Por niveles, los productos más demandados son los libros para los cursos de Educación Secundaria o ESO que acumulan el 52% del total de las visualizaciones en los anuncios de esta categoría. Sin embargo, analizando individualmente por cursos, son los de primero de Bachillerato los que más interés generan, acaparando el 22% de las visualizaciones.
Las comunidades con mayor oferta
Analizando los datos regionalmente, por volumen de oferta es Andalucía la región que más anuncios acumula con el 18% de la oferta total. Continúan el ranking Madrid (13%) y Castilla y León (12%).
No obstante, a pesar de que el mayor volumen de oferta proceda de Andalucía, es la región madrileña la que más valor de mercado genera en sus anuncios, más de 500.000€ en total, debido a que Madrid tiene un precio medio mayor en sus anuncios. Le siguen por volumen de mercado Andalucía (más de 282.000€) y la Comunidad Valenciana (más de 153.000€). Por contra, las comunidades que menos volumen de mercado tienen son Navarra (más de 8.000€), La Rioja (más de 10.000€) y Cantabria (más de 23.000€).
Con un sistema educativo que cada vez más apuesta por una enseñanza más innovadora y tecnológica, el uso de dispositivos tecnológicos es más habitual a la hora de estudiar y las personas buscan alternativas más económicas y sostenibles para afrontar el gasto que supone adquirir uno de estos productos.
De esta manera, este verano se ha incrementado la demanda de las tablets en un 16% respecto al verano pasado, en un contexto en el que cada vez hay más clases online y se requiere de un equipo para asistir a dichas clases. Del mismo modo, también lo hacen los portátiles (10%) y los ordenadores de mesa (9%).
Para finalizar, otro producto que también crece, aunque menos tecnológico son los uniformes escolares, con un incremento de la demanda de un 223% con respecto al año pasado, posiblemente como efecto de la inflación y por el aumento de la conciencia de la sociedad por la economía circular.
«Cuando termina el curso, los estudiantes y sus familias recurren a las aplicaciones de segunda mano para poner a la venta libros y material escolar, de tal forma que evitan dejarlos abandonados en casa y consiguen recuperar parte del dinero para aumentar su presupuesto de cara al nuevo curso. Se trata de un momento clave para el que los consumidores se preparan durante las últimas semanas de verano y que debido al contexto actual marcado por la inflación y por la importancia de la sostenibilidad, buscan en las aplicaciones de segunda mano una alternativa más económica y sostenible para afrontar sus compras», afirma Iñigo Vallejo, portavoz de Milanuncios.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/demanda-libros-texto-segunda-mano-crece-verano-20220822124951-nt.html
Una escuela centrada en una cultura de paz posibilita recuperar la esperanza, la capacidad de soñar en realidades nuevas, la capacidad de construir nuevas relaciones con nosotros mismos, los demás y con nuestro entorno.
En la entrega que hiciéramos el pasado 1 de agosto iniciábamos planteando lo siguiente:
“Partiendo de la idea de que cultura de paz es el marco de relaciones que promueve el respeto mutuo en todo el sentido de la palabra, el diálogo franco y fraterno en la resolución de las diferencias, de los conflictos y la búsqueda de los consensos, la vida digna en un ambiente de armonía consigo mismo, con los demás y el entorno, su apuesta, presupone el desarrollo y promoción de valores, actitudes y comportamientos que fomenten el buen vivir juntos en el marco del respeto a la persona en su integridad biopsicosocial.”
No tenemos ninguna duda acerca de la misión que tiene el hogar, la familia, en el desarrollo de valores esenciales para la convivencia humana. Ese primer espacio de vida y de socialización inicia la conformación de nuestro ser y de nuestra personalidad. En un contexto de relaciones donde prima lo afectivo, aprendemos a sentir los primeros efectos del amor y la ternura, del susurro amoroso bajo la calidez del pecho materno que nos cobija y apacigua, haciéndonos seres sensibles al vínculo con los demás. En esta etapa se inicia un proceso de interiorización de normas sociales y culturales, como el desarrollo de algunas habilidades y capacidades para desenvolvernos en la vida social, al mismo tiempo que la construcción de nuestra identidad personal, y que luego será personal y social. Para muchos niños y niñas este proceso se ve complementado, de manera importante, en las guarderías o jardines de infancia. Nos hacemos seres humanos. Las políticas públicas de la primera infancia deben velar por el buen desarrollo de esta etapa de la vida como garantía de una sociedad centrada en el bienestar colectivo.
La escuela, desde el nivel inicial, continúa este proceso incorporándonos a una nueva forma de relación social en el cual confluyen otras niñas y otros niños de hogares distintos y con características diferentes. Y aunque guiados por principios afectivos principalmente, inician los procesos de construcción de ciudadanía en el marco del reconocimiento que hay otros niños y otras niñas, con los cuales se deberá ampliar el proceso de aprendizaje iniciado en el hogar, bajo el cuidado y las atenciones de quienes tienen y asumen esa noble tarea.
En esa perspectiva cobra una particular importancia el vínculo familia-escuela-comunidad, que deberá generar las actitudes como los comportamientos que al mismo tiempo que nos hacen ser seres particulares, crezca en nosotros la conciencia de ser un ser situado en un contexto social y cultural determinado. La identidad personal y social cobra una dimensión de gran significación en la conformación y desarrollo nuestra estructura mental como de nuestros comportamientos.
La escuela debe constituirse en un espacio capaz de construir una nueva ciudadanía para una nueva sociedad. Este deseo y aspiración cobra mayor importancia en la época que vivimos donde predomina una cultura consumista e individualista, sexista, simplista, violenta, intolerante como discriminatoria, excluyente y centrada en una vida de atajos sin mediar consecuencias.
La dinámica de relaciones que supone la escuela debe ser capaz de apostar al desarrollo de una conciencia centrada en la solidaridad, la igualdad y equidad, la compasión y la bondad, el respeto a sí mismos, a los demás y a toda forma de vida. Para ello, la escuela debe organizarse para que primen en ella relaciones centradas en el diálogo abierto y la participación, en el respeto a los demás, a pesar de sus formas distintas de pensar, en el ensanchamiento de nuestros esquemas mentales a través del aprendizaje significativo.
En los primeros grados y a través de actividades lúdicas, como el juego, el arte en todas sus manifestaciones, la danza, el teatro, el movimiento corporal, los gestos, la música aprender a reconocer las emociones y ponerlas de manifiesto en un ambiente sano y positivo, donde el bienestar y la felicidad deberán guiar todas estas actividades; en los grados subsiguientes y con el mayor desarrollo de la lengua escrita y hablada, expresar sus sentimientos y emociones, describir lo que observan a su alrededor, contar cuentos e historias centradas en las buenas relaciones con los demás y el entorno; posteriormente, en los años que siguen, el trabajo en grupos a partir de proyectos que supongan analizar situaciones de su vida social y comunitaria, desarrollando soluciones a su nivel de los problemas analizados. Todo ese proceso, centrado en el marco de las relaciones con los demás y la búsqueda del bienestar personal y colectivo.
La escuela debe convertirse en un espacio de construcción de una cultura de paz, comprometida con ella en todas sus acciones y vida cotidiana, desarrollando y proponiendo, al mismo tiempo que promoviendo normas de convivencia centradas en las relaciones positivas con los demás y el entorno. La escuela, como organización para aprender, debe organizarse desde la entrada a la salida de sus estudiantes y todo el personal, para propiciar actitudes que predispongan a comportamientos personales y colectivos centrados en el diálogo como vehículo indispensable para enfrentar y resolver las desavenencias y los conflictos; al mismo tiempo y como espejo de cuanto sucede en su entorno y la realidad global, debe posibilitar el modelar nuevas maneras de enfrentar, pensar y actuar en esa misma realidad.
Se trata entonces de aprovechar todos los recursos que en ella confluyen (personas, tradiciones, valores, organizaciones, etc) de tal manera, que permitan la formación integral centrada en la persona y la conciencia de ser parte de una colectividad comunitaria, nacional y planetaria. La escuela debe responder a las necesidades y realidades en que viven inmersos sus estudiantes, posibilitándoles otras maneras de encararlos, analizarlos y comprenderlos, pero, sobre todo, actuando en función de la cultura de paz que asume y promueve como guía.
Desarrollar estrategias que promuevan la paz en la escuela, la familia y la comunidad, se constituye en un propósito fundamental, de cara al desarrollo psicoemocional y cognitivo de sus estudiantes.
Por supuesto, los maestros y todo el personal que labora en la escuela deben estar capacitados para constituirse en referentes claves en la construcción de nuevas relaciones centradas en la paz y en nuevas maneras de enfrentar, comprender y actuar antes la realidad misma. Así la escuela empezará a prefigurar la sociedad que todos anhelamos.
Una condición necesaria para asegurar este proceso es la promoción de redes de escuelas, que en el intercambio presencial o virtual, puedan compartir experiencias posibilitando la construcción de una nueva cultura escolar nacional.
Una escuela centrada en una cultura de paz posibilita recuperar la esperanza, la capacidad de soñar en realidades nuevas, la capacidad de construir nuevas relaciones con nosotros mismos, los demás y con nuestro entorno.
Por eso, la escuela es un escenario clave para que los alumnos y todo su personal, aprendan nuevas maneras de comprender, nuevas maneras de ser, así como nuevas maneras de vivir juntos y aprender a aprender, como muy bien señala Jacques Delors en su libro “La educación encierra un tesoro”
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
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