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¿Cómo podemos evitar situaciones de acoso entre menores?

Por: Educación 3.0

Abigail Kay, directora de Infantil de The English Montessori School, ofrece una serie de consejos para que los padres y educadores sepan cómo evitar el bullying entre los menores.

Los estudios más recientes continúan concluyendo que la mayoría de los niños experimentará o será testigo de algún tipo de ‘bullying’ durante su etapa escolar. Es por ello que debemos guiar y apoyar a nuestros hijos durante esos años para evitar que sufran o ejerzan esta práctica. En los centros educativos se trabaja en la prevención desde diferentes perspectivas pero, como padres y cuidadores, jugamos un papel individual fundamental en esta lucha contra el acoso entre menores.

Una ayuda necesaria

La infancia es una etapa en la que los niños se están desarrollando de forma física, emocional y social, por lo que necesitan ayuda para comprender cómo comportarse con los demás. En muchas ocasiones, no saben cuándo están cruzando la línea. Por ello, debemos enseñarles a diferenciar los límites. Por ejemplo, sobre cuándo una simple broma puede convertirse en una burla o comportamiento que sea ofensivo o hiera.

Una situación de acoso entre menores

Para algunos niños, resulta particularmente difícil regular su comportamiento o sus acciones, por lo que es posible que necesiten apoyo adicional. Otros, en cambio, estarán imitando comportamientos que han visto en otras personas. De hecho, muchos que intimidan a otros lo hacen porque ellos mismos se encuentran en una situación difícil, en cuyo caso necesitarán ayuda para explorar cómo se sienten, qué los llevó a dicho comportamiento y qué debe cambiar. Igualmente, es perfectamente común que tengan discusiones y peleas entre amigos, por lo que deberemos guiarlos para resolver el conflicto y ‘hacer las paces’.

Los niños están influenciados por su familia y por la comunidad en la que crecen. Todo lo que ven, escuchan o leen les afecta en gran medida. Por ello, debemos ser conscientes de la necesidad de trabajar para educarles en una sociedad inclusiva, que haga frente a los prejuicios, y en la que nuestros hijos se sientan seguros y valorados.

Además, es muy importante que les enseñemos el valor de la diversidad, porque los niños en muchas ocasiones suelen enfocarse en aspectos sobre las personas que sienten que son diferentes: ya sea por cuestiones de discapacidad, raza, género, sexualidad, fe, pobreza, talento, situaciones en el hogar o incluso afecciones de la piel, alergias, entre muchos otros factores.

¿Qué consejos podemos dar a nuestros hijos o estudiantes?

Existen ciertas pautas que siempre podremos darles para evitar de primera mano que se produzcan situaciones desagradables o que se vean involucrados en cualquier tipo de conflicto. Algunas de ellas son:

  • Enseñarles a ser amables y respetuosos con los demás juega un papel vital para modelar sus relaciones positivas.
  • Ayudarles a reconocer y enfrentar las injusticias. Los niños deben comprender que existen prejuicios y desigualdades que no deben determinar sus actitudes.
  • Explicarles el valor de la verdadera amistad para que sepan diferenciar y reconocer cuándo están siendo desagradables o manipuladores con ellos, o ellos con los demás.
  • Inculcarles confianza en ellos mismos. Ya sean más o menos tímidos, la confianza en uno mismo es algo que debe trabajarse desde pequeños.
  • Mostrarles apoyo continuo para que sepan enfrentar todo tipo de situaciones y pedir ayuda. Deben saber que no están solos y que en sus comportamientos y situaciones se encuentran involucradas otras personas.
  • Establecer ciertos límites tanto físicos como emocionales, ayudándoles a comprender que no deben ser bruscos con los demás ni los demás con ellos. Los niños necesitan nuestra ayuda para aprender a respetar el espacio personal de uno mismo.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/evitar-acoso-entre-menores/

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Silencio sobre la Primera infancia

Por: Elisabeth De Puig

La primera infancia ha sido dejada de lado. Sin embargo, en muchos hogares la violencia intrafamiliar ha aumentado, la inseguridad alimentaria por la pérdida de ingresos es una realidad y los consejos virtuales que se ofrecen en la página web de INAIPI llegan solo a los padres conectados y más empoderados.

Cuando en marzo pasado se paralizó la actividad económica y se cerraron las escuelas se clausuraron también los centros del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI). Desde esta fecha ningún Gobierno (saliente o entrante) ha hablado sobre esta población que es la base del desarrollo humano.

Incidir en la etapa de la vida de los niños y niñas que va desde la gestación hasta los 5 años aumenta significativamente las probabilidades de mejorar el sistema educativo y nuestro país.

La primera infancia es la etapa donde se edifican los cimientos que sostendrán los aprendizajes a lo largo de los años. Las neurociencias establecen que la gestión emocional y un buen entorno pueden marcar diferencia en las conexiones del cerebro desde el embarazo hasta los primeros años de vida del niño.

Cada cerebro es único, irrepetible. Su proceso de desarrollo es gradual y está vinculado a factores genéticos y ambientales. Además, existen factores de alteración y de potenciación del cerebro: padres y educadores pueden marcar la diferencia.

El INAIPI cuenta con 684 centros; ofrece cobertura a 203,029 niños y niñas y 160,745 familias en situación de riesgo repartidas en las zonas de mayor vulnerabilidad de la República Dominicana y funciona con diferentes mecanismos.

Los Centros de Atención a la Primera Infancia, o CAIPI, ofrecen servicios de educación y atención integral a niños y niñas y trabajan de la mano con las familias, a quienes se les apoya para mejorar sus capacidades para el cuidado integral de sus hijos e hijas.

Por otro lado, los Centros de Atención Integral a la Infancia y la Familia, o CAFI, se basan en el fortalecimiento de los padres madres y tutores para que integran las buenas practicas de crianza en el desarrollo de sus niños y niñas atendiéndolos de manera adecuada. Estos cumplen su cometido a través de convenios con más de 20 ONGs en el país.

Llama la atención que las iniciativas actuales del Ministerio de Educación, que dio comienzo al año escolar a distancia para todo el alumnado de las escuelas públicas dominicanas el pasado 2 de noviembre, no contemplan la proteccion y educación integral de la primera infancia, especialmente los niños de los sectores más vulnerables y desfavorecidos.

La primera infancia ha sido dejada de lado. Sin embargo, en muchos hogares la violencia intrafamiliar ha aumentado, la inseguridad alimentaria por la pérdida de ingresos es una realidad y los consejos virtuales que se ofrecen en la página web de INAIPI llegan solo a los padres conectados y más empoderados.

La situación actual se contrapone con las múltiples teorías y corrientes de la educación que demuestran que los niños requieren materiales concretos, que el aprendizaje debe, entre otros, ser cooperativo, por descubrimiento, manipulativo, exploratorio, y vivencial para captar su atención y motivarlos. Estimular la interacción, la exploración y el conocimiento pueden ser claves para que los más pequeños aprendan de manera efectiva.

El vínculo corporal con las educadoras, educadores y con sus pares es primordial en el modo que tendrá el niño o niña de relacionarse en el futuro. El daño que se está causando en la población de primera infancia y en sus padres puede ser más alto que la protección que estamos buscando darles al tenerlos encerrados en sectores de alta vulnerabilidad.

¿Qué se va a hacer para los más pequeños? ¿Cuándo alguna autoridad dirá algo al respecto?

Fuente: https://acento.com.do/opinion/silencio-sobre-la-primera-infancia-8881386.html

Imagen: Charles Nambasi en Pixabay

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Carlos Magro: “Esta crisis ha mostrado la fragilidad del sistema educativo”

Por: Educación 3.0

“Necesitamos más escuela que nunca”, afirma este experto que alerta sobre la necesidad de adquirir competencias y habilidades que nos ayuden a comprender mejor el mundo y actuar sobre él.

Especialista en estrategia y comunicación digitales, así como en la gestión de contenidos, redes y social media, trabaja como consultor independiente en proyectos de transformación digital y del sector educativo. De igual modo, imparte formación presencial y online sobre estos temas. En la actualidad, Carlos Magro es, además, presidente de la Asociación Educación Abierta, un espacio de relación y debate en torno a la transformación educativa como elemento para construir una sociedad más democrática, más solidaria y más justa. Periódicamente, Magro reflexiona sobre educación y sobre impacto digital en las organizaciones en su blog Co.labora.red.

Pregunta: Algunas reflexiones previas sobre la anómala situación que hemos vivido durante estos meses…

Respuesta: Hemos vivido una situación de absoluta excepcionalidad en todos los aspectos cuyos efectos aún están por ver, pero una de las primeras constataciones que tuvimos es que la incertidumbre, el miedo y la esperanza no están igualmente distribuidos entre todos los grupos sociales. El confinamiento nos ha mostrado, en toda su magnitud, las múltiples desigualdades sociales, económicas, tecnológicas… que atraviesan y condicionan lo educativo.

Sin embargo, gran parte de los retos de la educación no son, precisamente, educativos. Necesitamos políticas que vayan más allá de lo escolar. Compensar las desigualdades comporta inversiones en los centros, impulsar cambios en la formación de los docentes y en el currículum; y también inversiones sociales. Algo posible si conseguimos mayor coordinación entre organizaciones y administraciones, con una mayor involucración del ámbito local. Debemos pensar en la escuela y sus recursos, pero también en la situación de los hogares, y de las inseguridades que rodean a estudiantes y familias.

P: ¿Qué hemos aprendido?

R: Debemos repensar, una vez más, el sentido de la escuela y su papel en nuestra sociedad. Volvernos a hacer la pregunta de para qué sirve. Hicieron falta solo unos pocos días para darnos cuenta de lo importante que es en nuestras vidas, para entender lo difícil que es escolarizar los hogares, y comprender lo importante que es ir al colegio.

Carlos Magro

P: ¿Qué aspectos son clave para cambiar en Educación?

R: La crisis sanitaria y el confinamiento nos pusieron frente al espejo de nuestra realidad, y el reflejo nos devolvió aspectos positivos, como la capacidad de reacción y el compromiso docente o la puesta en valor de aspectos de la escuela que pasábamos por alto, pero también nos mostró las costuras rotas y los enormes retos que tenemos por delante como sistema, como escuelas y como docentes.

Es necesario abordar cuestiones como las condiciones de vida de los estudiantes y cómo afectan al rendimiento, la organización escolar y de funcionamiento de los centros (horarios, ratios, distribución de materias…), el currículo y cómo llevarlo a la práctica (metodologías), un cambio en la cultura de la evaluación para que se convierta en la principal herramienta de aprendizaje; así como la relación entre la escuela y otros entornos de aprendizaje. La cuestión que tendremos que resolver en los próximos meses es cómo reconciliar lo que sabemos que tenemos que hacer, con lo que se puede hacer y con lo que queremos para el futuro.

P: ¿Sería conveniente dar ‘continuidad’ al programa ‘Escuela 2.0’?

R: El traslado urgente, total y sin planificación del sistema educativo formal a la enseñanza a distancia puso de manifiesto, por un lado, la persistencia de las brechas entre tecnología y educación, especialmente la de acceso (conectividad y dispositivos adecuados) y, por otro, la de uso de la tecnología, en este caso para el aprendizaje. Si las medidas que tomamos, como parece, están solo vinculadas con la conectividad y/o dispositivos estaremos cometiendo el mismo error que se viene cometiendo desde hace décadas. Eso es un problema, sin duda, pero no es el principal. En ausencia de una estrategia educativa sistémica, comprar equipos seguramente sea la solución más fácil, pero no soluciona nada.
Este es un pequeño extracto de la entrevista publicada en el Nº 39 de la revista EDUCACIÓN 3.0 impresa, correspondiente a septiembre-octubre 2020. Para poder leerlo completo es preciso suscribirse: podéis hacerlo desde nuestra tienda online. Aprovecha el 20% de descuento hasta el 22 de septiembre con el código ‘Vuelta al cole’.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/carlos-magro-crisis-sistema-educativo/

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¿Qué sigue en la política educativa después del COVID19?

 Por: Claudia Santizo

Claudia Santizo, profesora-investigadora en la

Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Cuajimalpa

Aprende en Casa fue una solución de emergencia para sostener la educación en el ciclo escolar 2019-2020, y seguramente continuará durante el ciclo 2020-2021. El país, en general, no estaba preparado para esta contingencia y el sistema para proveer educación no es la excepción. Por ello, es necesario discutir los escenarios para el regreso de los estudiantes, tal vez en algún momento  del ciclo escolar 2021-2022, y para los siguientes años.

La Sectetaría de Educación Pública (SEP) señala como un éxito la cobertura alcanzada con el programa Aprende en Casa. Podemos congratularnos sin ser complacientes. No fue una cobertura de 100% y no está de más recordar que el acceso a la educación no se convierte de manera automática en equidad en los aprendizajes.

La emergencia sanitaria expuso muchas de las fallas del sistema educativo:  a) no se toman en cuenta las diferentes condiciones materiales de los estudiantes y sus familias, b) no se consideran las diferencias culturales y los ambientes para el aprendizaje de los estudiantes, c) los métodos de enseñanza no consideran la Educación en Casa como complemento de lo que se desea que ocurra con la Educación en el Aula, y d) no se considera el papel de la familia más allá de revisar o monitorear las tareas y trabajos de los estudiantes. Un aspecto muy obvio es que la educación virtual, a distancia, sólo puede ser aprovechada por las familias con mejores condiciones materiales.

Me parece que hay una opinión amplia de que Aprende en Casa no fue la mejor solución sino la que estaba disponible para dar continuidad a la educación con la mayor cobertura posible. No se necesitan estudios para mostrar que se afectaron los aprendizajes de los estudiantes, es previsible que en mayor proporción salgan afectados los estudiantes cuyas familias no tienen recursos.

Para conocer la magnitud en que se afectaron los aprendizajes se necesita una valoración que por el momento no puede realizarse. Una evaluación precisa daría la pauta para considerar una operación, de precisión quirúrgica, que permita la recuperación educativa y no se constituya en una pérdida definitiva que generé consecuencias durante la vida escolar.

Un enfoque de política pública que acepte tácitamente que la pérdida de aprendizajes es irrecuperable, como un evento de la naturaleza que debemos aceptar estoicamente, está pidiendo implícitamente esa misma actitud estóica de la población con menos recursos. Esto porque los grupos sociales en mejores condiciones tienen los medios para recuperar los aprendizajes perdidos.

Desigualdad educativa

Podemos estar de acuerdo en que el sistema de educación pública reproduce la desigualdad social. Las deficiencias en aprendizajes la sufren en mayor medida los estudiantes en condiciones socioeconómicas y culturales desventajosas. La magnitud de esa desigualdad la revelan los resultados de las pruebas PLANEA y PISA. Muchos critican la validez de esas pruebas, o las rechazan, pero los resultados de las pruebas dimensionan el problema de la desigualdad educativa.

La prueba PLANEA en lengua y comunicación, aplicada en el ciclo 2017-2018, que presentaron estudiantes de 6º de primaria en escuelas públicas generales señaló que 50.7% de los estudiantes mostraron un aprovechamiento insuficiente y 33.9% tenían apenas conocimientos básicos[1]. Los resultados son peores para estudiantes del subsistema de educación indígena y comunitaria. Estos resultados no sólo deben considerarse de 6º grado, sino que son la evaluación de la formación que recibieron en primaria los estudiantes de la generación que inició sus estudios en 2012 y los concluyó en 2018; es la educación primaria en el sexenio de Peña Nieto.

La prueba PISA aplicada a jóvenes de 15 años, de igual manera, evalúa la formación proporcionada por la educación básica, primaria y secundaria. Los resultados de 2018 colocaron a los estudiantes de México en el segundo grupo, de aprovechamiento medio, de entre tres grupos de países. Esta prueba evalúa el sistema educativo en 3 años del sexenio de Calderón Hinojosa y 6 años de Peña Nieto.

Por las relaciones políticas y económicas entre los Estados Unidos y México es pertinente la comparación de sus resultados educativos. En la prueba PISA 2018 los estudiantes de Estados Unidos se ubican en el grupo de países con mayor aprovechamiento en lectura; éstos tuvieron un puntaje 1.20 veces mayor al puntaje de estudiantes de México. Un aspecto que llama la atención es que los resultados de la prueba de lectura, aplicada cada tres años, de los estudiantes de EE.UU. y México no muestran una tendencia de mejora desde 2000 hasta 2018[2], en otras palabras la educación en México y en Estados Unidos ha mantenido la misma brecha en educación básica a lo largo de 18 años. Esto no puede ser motivo de orgullo.

Inversión por alumno

El monto de la inversión en educación es el que mejor aproxima el interés de la política educativa en la mejora de los aprendizajes de los estudiantes que reciben educación pública.

En México, el gasto por alumno en escuelas primarias públicas no muestra cambios importantes en los últimos 6 años, 4 años del gobierno de Peña Nieto y dos del gobierno de López Obrador. Ese gasto aumentó en promedio 3.5% anualmente, pero hay que descontar la inflación; es decir, propiamente, no aumentó el gasto por alumno, o mejor dicho no aumenta la inversión pública para la educación de los niños y las niñas en edad de recibir educación primaria.

 Ciclo escolar 2014-15 2015-16 2016-17 2017-18 2018-19 2019-20
Miles pesos corrientes por alumno [3] 15.3 16.5 17.0 17.0 17.6 18.2

Comparando a México con Estados Unidos, en ese país en 2016 el gasto por alumno en educación primaria pública fue 4.47 veces mayor al gasto por alumno en México[4]. Se puede argumentar que esto refleja la diferencia del ingreso entre Estados Unidos y México, pero entonces consideremos el gasto por alumno en escuelas primarias privadas en México. En 2016 el gasto privado por alumno fue 1.7 veces mayor al gasto por alumno en escuelas públicas. Si la política educativa busca nivelar el campo de juego, al menos en el monto de inversión, se necesita aumentar 70% el gasto de la educación pública en primaria. Un ejercicio similar se puede hacer con otros niveles y modalidades educativas.

Planear las acciones para los siguientes años

En este sexenio la política educativa establece su objetivo alrededor de la propuesta de una Nueva Escuela Mexicana. Además, el secretario Esteban Moctezuma señala que después de la pandemia la educación no será la misma y se mantendrá la educación a distancia. Se puede concordar con esa perspectiva, pero no se puede obviar que la actual dinámica de la educación pública conduce a los resultados que muestran las pruebas PLANEA y PISA. Es una dinámica que reproduce desigualdades; es decir, no conduce a la igualdad de aprendizajes de los estudiantes que se encuentran en condiciones de desventaja social, económica y cultural.

En las condiciones de aprendizaje de los estudiantes en México es válido hacer las siguientes preguntas: ¿Será diferente el grado de aprendizajes obtenido para los estudiantes que entraron a la primaria pública en 2018 y concluirán en 2024?, ¿se puede esperar que se recuperen los bajos aprovechamientos de los estudiantes que estarán terminando, de manera sucesiva, sus estudios en primarias públicas durante este sexenio?, ¿Cómo se podrán recuperar los efectos negativos en los aprendizajes causados por la enfermedad COVID19 en los ciclos escolares 2019-2020 y 2020-2021? Las mismas preguntas son válidas para los estudiantes de secundaria.

¿Cómo cambiar la dinámica educativa que reproduce las desigualdades en los aprendizajes? Hay dos factores que considerar:

Un primer aspecto son los métodos y la organización de la enseñanza para atender el rezago escolar. La pregunta es ¿cuáles son los métodos pedagógicos apropiados para acelerar la recuperación de aprendizajes? Esta pregunta  la necesitan responder los expertos en el tema, y los docentes y directores de las escuelas públicas.

El segundo aspecto se refiere a la política educativa nacional. Nuevos criterios y perspectivas se han discutido desde hace años. Pongo a su consideración los siguientes:

i.- Definir el rezago escolar en términos de las deficiencias en los aprendizajes de acuerdo con el grado escolar que cursan y la edad de los estudiantes[5]. Atender este problema requiere otros métodos y organización de la enseñanza en el aula y la escuela.

ii.- No es suficiente una política compensatoria. Se necesita una política de discriminación positiva que atienda las necesidades de aprendizaje y los métodos de enseñanza para estudiantes de menores recursos, tomando en cuenta capacidades individuales y el ambiente educativo donde crecen, aprenden y se desarrollan[6].

iii.- La responsabilidad de la enseñanza no sólo es del docente, también es de la escuela y del sistema educativo. Hay necesidades de capacitación profesional, pero en un nuevo estilo de organización basado en el trabajo colectivo de los docentes y un servicio de carrera que fomente el trabajo en equipo en las escuelas[7].

Los avances y resultados de la Nueva Escuela Mexicana necesitan también un enfoque de evaluación alternativo. Se necesita una evaluación en tiempo real, al menos cada año, para valorar las fallas y corregir el rumbo. Esperar hasta el fin del sexenio para evaluar los resultados es una forma de pasar la responsabilidad al siguiente gobierno. Esta es la historia de la educación pública en nuestro país.

[1] Ver tabla 7. PLANEA 2018, 6° de Primaria Resultados de logro para Lenguaje y Comunicación.

[2] Ver las páginas 56 y 11 en PISA 2018: Insights and Interpretations. https://www.oecd.org/pisa/PISA%202018%20Insights%20and%20Interpretations%20FINAL%20PDF.pdf

[3] SEP Principales cifras 2014-2015, 2016-2017 y 2018-2019.

[4] Education at a Glance 2019: OECD Indicators. Table C1.5 Total expenditure on educational institutions per full-time equivalent student, by type of institution (2016).

[5] Esta definición de rezago la discute Muñoz Izquierdo, C., Rodríguez, P. G., Restrepo, P., y Borrani, C. (1979). El síndrome del atraso escolar y el abandono del sistema educativo. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, IX(3), 1-60.

[6] Este tema lo discute Reimers, F. (2000). Educación, desigualdad y opciones de política en América Latina en el siglo XXI. Revista Iberoamericana de Educación, 23 (mayo-agosto), 21-50.

[7] Santizo, C. (2016). Condiciones institucionales del trabajo colaborativo como estrategia de cambio del sistema educativo. Perfiles Educativos, XXXVIII (153), 154-167.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/que-sigue-en-la-politica-educativa-despues-del-covid19/

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Hacia un nuevo modelo educativo

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

Con los recientes acontecimientos en donde el planeta entero se encuentra sumido en una transformación en prácticamente todos los sectores por el impacto de la llegada del COVID-19, en donde por supuesto, la educación ha sufrido severos cambios, podemos apreciar ante nuestros ojos, el nacimiento de un nuevo modelo educativo.

Los modelos, como representaciones de la realidad, asumen diferentes características en las que se puede apreciar la forma en que una sociedad, en este caso, a través de la educación, intenta formar un tipo específico de ser humano y, por supuesto el futuro de la sociedad.

Pocas dudas podemos tener sobre la manera en que han cambiado las características de la participación de los diferentes sujetos educativos que intervienen en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

Por una parte, el propio personal docente, ha tenido que modificar diferentes actividades, como es el caso de la respuesta con sus propios recursos para aportar al sistema educativo sus elementos tecnológicos, la manera de comunicarse con sus estudiantes, la llegada de infinidad de estímulos y distractores en derredor de éstos, el tiempo de capacitación y recursos de conectividad, así como la necesaria y forzada necesidad de adaptar sus prácticas pedagógicas para responder a las nuevas condiciones en que se desarrolla el proceso educativo, situación que le ha traído extenuantes y estresantes jornadas ampliadas de trabajo

Por otra parte, la inmersión de la escuela en cada uno de los hogares, o de los hogares en la escuela, como quiera apreciarse,  ha generado cambios importantes en las familias. En el caso de los padres y madres de familia, su coparticipación en el proceso educativo se ha hecho más vivible y ha representado no solo un reto para ellos, sino para el propio docente, en donde ahora debe de quedar claro no solo para su estudiante, sino para la propia familia o personas de apoyo, la ruta de aprendizaje.

Y por supuesto la complejidad para las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, no solo por el reto que plantea en sí la falta de elementos tecnológicos y conectividad para dar seguimiento a su educación, sino el modelo educativo de la propia educación a distancia que plantea sus propios retos, el aislamiento social de sus compañeros, así como la carga de violencia en el hogar que se ha incrementado, que sin duda todo ello, además de otros factores, han contribuido a la sensible baja de estudiantes que siguen adelante en el Sistema Educativo, misma situación que nos debe de preocupar pero más que todo de ocupar.

Todo lo anterior, debe de generar una profunda reflexión, sobre los aprendizajes que son prioritarios, eliminar la carga enciclopédica, privilegiar el aprendizaje basado en el propio contexto de las y los estudiantes, el rápido desarrollo de metodologías que, basadas en competencias, permitan enfrentar esta nueva realidad que ya supera los nueve meses y cuyo desenlace en el corto y mediano plazos parecen integrar elementos propios de una educación que incorporará elementos del ayer, pero sobre todo, del mañana…


manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com

Fuente: https://profelandia.com/hacia-un-nuevo-modelo-educativo/

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Colombia: Los niños, valentía ante la pandemia

América del Sur/Colombia/11-12-2020/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

El 2020 fue un año difícil para todos, pero algunos de los que resistieron con más valentía los cambios que trajo la pandemia fueron ellos. Invitamos a Isabella Casas Sánchez, una niña bogotana de siete años, a que nos contara su experiencia.

La primera vez que escuché del coronavirus fue en el colegio. Mi profesora nos dijo que era un virus que causaba una gripa muy fuerte, que daba mucha tos, que no te dejaba respirar. Incluso nos explicó que si nos contagiábamos teníamos que ir al médico. Desde ese momento, que fue a comienzo de año y el último día que fui al colegio, nos insistió en que debíamos cuidarnos, usar siempre tapabocas y lavarnos las manos más seguido. Un consejo que nos sigue repitiendo aún, de manera virtual, en la media hora que tenemos todos los días de dirección de curso.

Aún recuerdo lo caótico que fue el día en el que me dijeron que no iba a ir por dos semanas al colegio porque el coronavirus, ese virus que ya nos había explicado mi directora de grupo, estaba en muchas personas y a otras las había matado. Estábamos en la sala de mis abuelitos y empezaron a salir letreros rojos en las noticias, esos de última hora, en los que anunciaban que las universidades y colegios habían empezado a cancelar sus clases.

En el listado que comenzaron a leer los periodistas nunca decían el nombre de mi colegio, hasta que en el chat de Whatsapp los directivos escribieron que se iban a tomar dos días para preparar todo virtual y realizar adecuaciones. Como yo no entendía muy bien, no presté mucha atención. Creía que iba a tener dos días de vacaciones y estaba emocionada. Por dos días ya no iba a madrugar.

Pero, dos días se convirtieron en cinco. Me acuerdo que anunciaron algo como de una cuarentena de tres días, que iba a ser un ejercicio en todo el país. Con mis papás, hermanito, tíos y primos nos fuimos a quedar a casa de mis abuelitos, hicimos una pijamada porque creíamos que solo iba a ser tres días en casa. Esa noche mi papá se me acercó y me explicó que no podía salir de la casa, que no iba a entrenar en un largo tiempo, que no iríamos al parque, ni al centro comercial. Y repitió una y otra vez que teníamos que seguir lavándonos las manos y usar tapabocas en la calle, cuando pudiéramos salir.

Para que yo entendiera la importancia de usar el tapabocas, él jugó con un ejemplo muy lindo, una anécdota que sucedió en mi casa. Mi hermano, Juan Diego, nació de ocho meses y estuvo una semana en cuidados especiales de la clínica. Cuando lo llevaron a casa todos debíamos usar tapabocas siempre y lavarnos las manos. Esa noche me repitió esa historia y me dijo: “Isa, haz de cuenta que nos toca tener los mismos cuidados, esa precaución que tuvimos esos meses, pero ahora lo debemos cumplir todas las personas del mundo”.

Desde ese momento nuestra vida se volvió virtual, hasta las clases. Debo confesar que al principio fueron un desastre. Mi papá era el que me ayudaba pero como en junio regresó a su trabajo, mi mamá tuvo que aprender de tecnología en tiempo récord. Menos mal que estábamos con mi primo Andrés, porque era el que me salvaba cada vez que teníamos un problema con el computador. Si era algo imposible, como la plataforma de mi colegio, ahí me ayudaba mi tío Mario que es ingeniero de sistemas y él sí que se las sabe todas.

En mi colegio tuvimos que experimentar con varias aplicaciones para las videollamadas. Inicialmente, muchos niños debían entrar a clase solos, no sabían apagar el micrófono o no entendían las actividades que dejaban en clase y la a la profe se le hacía difícil manejar el grupo. Luego encontramos una en la que podíamos levantar la mano, como cuando estábamos en el salón de clases, y además, se podían silenciar los micrófonos cuándo alguien olvidaba hacerlo. También podíamos dejar ahí nuestros trabajos, como en un buzón.

Pero mis compañeros y yo tuvimos suerte. Muchos niños en Colombia, sobre todo en las zonas más alejadas, ni siquiera tienen acceso a un computador, mucho menos iban a tener clases virtuales. – Fernando Vita, coordinador de la Mesa Nacional de Educación Privada, asegura que alrededor del 80 % de las instituciones pequeñas se encuentran en serias dificultades para seguir enseñando en medio de la pandemia-.

En una zona de esas alejadas, La Mojana, por la costa caribe, por cuenta de mi prima pude conocer que solo hay una escuela como para 100 niños en Pasifueres, un pueblo que está muy, muy lejos de mi casa. Allá no hay ni agua ni internet. Los niños, me contó mi prima, estudian con unas fotocopias que les llevan los profesores todos los lunes para repasar sus conocimientos. – La falta de capacitación en las TIC y la baja cobertura en internet en zonas rurales son los principales problemas identificados por los 101 profesores de Enseña por Colombia-.

Como las profesoras de Pasifueres, las mías también fueron muy recursivas. Ellas encontraron páginas en las que podíamos hacer actividades y juegos en línea, como rompecabezas, sopas de letras o concursos para atraer la atención de todos en el salón – somos como 25 -. Además, en los “descansos”, si no entendíamos algún tema nos sugerían conectarnos a un refuerzo. Y, entre el caos, risas y varias reuniones virtuales, conseguimos acabar segundo. Espero que tercero no sea tan difícil.

En este aislamiento no solo me tocó adaptarme a las clases virtuales, también tuve que dejar de lado mis clases de patinaje y de natación. En los primeros días de encierro me ponía brava con facilidad e incluso llegué a tirar la puerta de la impotencia que me daba no poder hacer otras actividades. – El primer gran informe sobre el impacto de la cuarentena en los menores de edad en el país, entregado por el Instituto Colombiano de Neurociencias, aseguró que el 88% de los pequeños tiene signos de haber sido afectado por el confinamiento-.

Varios expertos concluyeron que es normal que con el tiempo las niñas y niños empiecen a experimentar estrés, retraimiento, enojo o agitación por la situación de la pandemia a la que se enfrentan. Solicitarán más tiempo y atención para poder expresar sanamente esas emociones- . Por eso, mi abuelita que es psicóloga, me recomendó acercarme de nuevo a mis amigos del colegio. Con mi mejor amiga, Estefanía, hacemos videollamada todos los viernes. Jugamos, vemos videos, hablamos como lo hacíamos antes.

Ahora ya estoy acostumbrada a toda esta nueva realidad que trajo el coronavirus. Tanto así, que a veces salgo al parque y cuando regreso olvido quitarme el tapabocas. El otro día me senté a comer y no me había dado cuenta que todavía lo traía puesto. Y aunque ya estoy acostumbrada, extraño mucho mi colegio y a mis amigos. Anoche mis papás me preguntaron si quería regresar a clase presencial y entre los tres decidimos que sí, que ya es el momento y que estamos preparados para hacerlo.

Estoy muy feliz de volver a ver a mis amiguitos, sobre todo de reencontrarme con Estefy, y de regresar con mis profesoras. Mis papás ya me advirtieron – y me repiten todo el tiempo – que al ver a mis amigos no podré abrazarlos y que siempre debo usar el tapabocas. También me dicen que recuerde el distanciamiento social y que ya no me puedo sentar muy cerca a ellos, ni siquiera en la hora del almuerzo que era cuando más hablábamos. Y aunque al comienzo será alternancia y todos los de mi curso – mis 25 compañeros – no iremos al tiempo, espero que el próximo año podamos hacer todo lo que no pudimos hacer este año con mis amigos.

* Texto editado por Natalia Pedraza.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/los-ninos-personajes-del-ano-2020/

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Cómo mejorar los problemas de comunicación por la mascarilla en el aula

Por. Educación 3.0

Cristina Jiménez López, maestra especialista de audición y lenguaje en el CEIP Alcázar y Serrano (Albacete), propone algunas soluciones para reducir los problemas que surgen en el proceso de enseñanza-aprendizaje con el uso de la mascarilla.

Las expresiones faciales son parte de nuestra propia comunicación. Mostramos más información sobre lo que estamos diciendo a través del lenguaje no verbal que a través del oral. De hecho, muchos estudios señalan que más de un 90% del mensaje se transmite a través del lenguaje no verbal. Los movimientos, nuestra posición corporal, el tono y el volumen de nuestra voz, las muecas que realizamos con la cara y con la boca nos dan mucha más información que la propiamente dicha.

Problemas de comunicación con mascarilla…

La necesidad de usar mascarillas como medida de prevención de la transmisión del coronavirus está dificultando el trabajo en los centros educativos. Aunque el trabajo de los maestros especialistas en audición y lenguaje se ve más afectado que el del resto de compañeros, no quiere ello decir que el resto de docentes no tenga dificultades en su trabajo diario. Compartiendo experiencias, hemos comprobado que la iniciación de la lectoescritura que se realiza en los últimos cursos de Educación Infantil y en los primeros de Educación Primaria se ve obstaculizada, ya que los alumnos no pueden visualizar la posición correcta de la boca para emitir los distintos fonemas. Felicitar con la mirada, sonreír con los ojos, dar nuestra aprobación con un vistazo, mostrar nuestra desaprobación con la mirada… son nuevas estrategias que estamos aprendiendo a utilizar.

Otro problema se presenta en los alumnos de nueva incorporación con desconocimiento del idioma, ya que la audición del vocabulario se ve afectada. Y también me gustaría hacer especial hincapié en aquellos alumnos que presentan algún tipo de déficit auditivo. ¿Cómo pueden leer los labios? ¿Cuánta información están perdiendo? ¿Cómo sabemos qué conocimientos están llegando a adquirir?

¿Cómo solucionarlo?

Problemas de comunicación con la mascarilla - mascarilla semitransparente

Ante estos problemas de comunicación que surgen con el uso de la mascarilla, toca reinventarse y nos toca sacar de la chistera todo el ingenio, imaginación e ilusión que teníamos guardado. Pero, ¿por dónde empezamos? La educación emocional, la enseñanza en el manejo y uso de las TIC y conocimientos académicos. Esos son los tres pilares básicos por los que comenzar a trabajar y, efectivamente, el primero de ellos es la educación emocional.

Cuando comenzaron las clases nos encontramos muchas reacciones distintas ante la misma situación: el rechazo, el miedo, la histeria… Como principal objetivo en los primeros días de clase nos propusimos enseñar a manejar las emociones, a expresar los sentimientos, a controlarlos, escucharlos y atender su necesidad de apoyo emocional.

Afortunadamente, llegaron las mascarillas semitransparentes a los centros. Fue increíble la experiencia cuando llegué a la clase de Educación Infantil con aquella mascarilla: “¡mira, una boca!”, gritó uno de los alumnos de cinco años.

La nueva situación social en la que nos encontramos ha hecho que la creatividad sea nuestra mayor aliada en las aulas. Como especialista de audición y lenguaje, he readaptado muchas de las actividades que hacía para poder ajustarlas a la nueva normalidad. Así, por ejemplo, para trabajar las praxias hemos hecho fotos frente al espejo y las hemos convertido en tarjetas. De esta forma, aunque llevemos la mascarilla puesta, los alumnos pueden ver la posición correcta del aparato fonador. Otra de las actividades que hemos adaptado ha sido la lectura de cuentos, decidimos grabarlos desde casa para después poder proyectarlos en clase.

Otro punto fuerte que estamos sacando de esta situación es que estamos incorporando mucho vocabulario de la lengua de signos. Para los alumnos está siendo muy divertido y sin duda, les ayuda a memorizar el vocabulario, a mejorar su atención y a la vez a aprender conceptos básicos de una lengua que mucha gente desconoce. Al mismo tiempo, estamos creando una sensibilidad especial ante la comunidad sorda que, a su vez, se traslada indirectamente a las familias y a toda la comunidad educativa.

Y, ¿Qué hacemos con el aprendizaje cooperativo? Pues, seguimos trabajándolo pero adaptándolo a la nueva realidad: hemos hecho un barrido de todas las dinámicas propias de esta metodología seleccionando aquellas que podíamos adaptar a la nueva disposición de las aulas y cumpliendo siempre las normas de seguridad frente a la pandemia.

La formación permanente

La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 no nos va a parar. Ahora más que nunca debemos estar al tanto de todos los recursos, plataformas y herramientas educativas para hacer llegar a nuestros alumnos toda la información del centro de forma digital.

La respuesta educativa adaptada a las necesidades de cada uno es otro de los aspectos clave para realizar un buen trabajo. Actualizarnos en nuevas metodologías es primordial. Actualmente la disparidad de distintos niveles de competencia curricular se ha acentuado aún más, ya que durante los meses de confinamiento muchos han sido los que se han visto limitados en su aprendizaje por la brecha digital. Nuevas corrientes educativas como el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) hace que el foco se centre más en la propia elaboración de materiales que en la dificultad del alumno para aprender. Todas estas corrientes educativas emergentes nos plantean siempre una respuesta educativa centrada y adaptada a las distintas capacidades de los alumnos.

Por último, otro aspecto importante es el intercambio de información entre el profesorado. Mantener contacto y comunicación con otros centros educativos, nos abre un campo de posibilidades para compartir y mejorar. Intercambiar opiniones, experiencias, hasta materiales hace más enriquecedor nuestro trabajo.

Fuente e  Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/problemas-de-comunicacion-mascarilla/

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