Para la autora de «Cocina saludable en familia», «los niños deberían comer verduras sean vegetarianos o no».
Gloria Carrión, premio «foodie 2019» y más conocida como La Gloria Vegana en Instagram, acaba de publica su segundo libro «Cocina saludable en familia», en el que nos trae la recetas tradicionales adaptadas para que sean 100% vegetales. Ideas para desayunos, almuerzos, meriendas y cenas para el día a día, pero también para ocasiones más especiales. La autora también incluye trucos para elaborar menús equilibrados y organizar nuestra cocina a través del cada vez más conocidoi método del « batch cooking».
¿Qué supone cocinar en familia?
Es importante que todos los miembros de la familia se impliquen en esta tarea tan básica y fundamental en nuestro día a día. Los adultos ya conocemos los alimentos y la forma de hacerlos, pero los más peques de la casa no. Implicarlos (que no obligarlos) en esta tarea, ayudándonos, por ejemplo, a coger los alimentos de la nevera (a la vez que le enseñamos qué son en su forma bruta), a trocear algunos, a remover alguna preparación, a poner la mesa… es fundamental para que luego coman y disfruten más de ellos en la mesa.
No creo que sea el único motivo que una los lazos familiares, pero ayuda mucho. Es una de las tareas más agradecidas. Lo mejor es la felicidad que se desprende en la mesa cada vez que comemos y, el hecho de que todos estemos agradecidos por la aportación de cada uno.
¿Cómo se puede involucrar a los niños desde el principio, desde el momento de la compra? ¿Cómo se hace esto de forma divertida y atractiva, en un mundo de prisas como este en el que vivimos?
Tengo que reconocer que ir a la compra con un niño de 3 años no es nada fácil, pero nuestro truco para que no sea algo aburrido para él es pedirle que nos ayude a encontrar el producto que buscamos. A Álvaro le encanta meter las cosas en el carro.
No se nos puede olvidar el momento de la limpieza… ¿Cómo podemos conseguir que participen también en esto?
Creo que con enseñarles a recoger sus juguetes cuando han terminado de jugar y llevar su plato vacío de vuelta a la cocina cuando han terminado de comer, y que vean a sus padres hacer lo mismo con sus cosas, es suficiente cuando son tan pequeños. Son niños, tampoco hay que exigirles tanto.
Usted considera que comer juntos es importante, porque los niños actúan por imitación pero… Muchas veces este momento no es tan tranquilo como debiera… ¿Cómo conseguirlo?
Tan importante es sentarse a comer todos juntos, como ofrecer la misma comida (o parecida) para todos. Nosotros somos su modelo a seguir, así que tenemos que darles ejemplo. Seguramente que la cena sea la única comida del día que la mayoría de las familias puedan hacer juntas, así que es importante tomarse esa hora para disfrutar en familia comiendo y hablando de lo que ha pasado durante el día.
¿Es verdad que cocinar con amor se traduce en los resultados?
Totalmente. La pasión que ponemos en la cosas que hacemos siempre se ve reflejada en el resultado, y con la cocina es así. A mí no me salen igual de ricas las comidas en los días de bajón o en los que voy con prisa.
¿Cómo conseguir que los niños coman más verduras, sin echar de menos otros productos o texturas animales?
Los niños deberían comer verduras sean vegetarianos o no. A nosotros nos fue muy bien hacer el método Baby-Led Weaning con Álvaro, que consiste, explicado de forma muy muy básica, en ofrecer siempre los alimentos en su forma bruta (cortados de forma que ellos mismo puedan manipularlos) desde que empiezan con la alimentación complementaria alrededor de los 6 meses. Es una forma de que se familiaricen con las texturas y sabores desde pequeños.
Respecto a las recetas que propone: ¿Hay algún elemento imprescindible que debemos tener para la realización de estas platos?
La mente abierta a descubrir que se puede comer, por ejemplo, un buen guiso de lentejas sin necesidad de usar ningún producto de origen animal.
¿Hay algo que debemos quitar/eliminar de nuestra despensa ya 😉 ?
Eso es decisión de cada uno. Lo importante, desde mi punto de vista, es que, elijamos el tipo de alimentación que elijamos (vegana, vegetariana, flexitariana, omnívora…), busquemos un equilibrio que nos haga sentir bien física y mentalmente.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/vida-sana/abci-importante-todos-miembros-familia-impliquen-hora-cocinar-202002090149_noticia.html
Los expertos insisten en la «importancia del papel de los padres y madres en esta materia» y defienden que se haga de forma colaborativa también en la escuela.
La educación sexual tiene que empezar en casa y la familia y debe colaborar con la que se imparte en los colegios, según han coincidido en señalar pedagogos, psicólogos y sexólogos consultados por Efe, que aplauden la implementación en Cataluña del plan de educación sexoafectiva «Coeduca’t», que ha empezado a aplicarse en 300 institutos catalanes con el objetivo de introducir en tres años la educación sexoafectiva en todas las escuelas como una materia transversal desde los 3 a los 15 años.
Los expertos insisten en la «importancia del papel de los padres y madres en esta materia», ya que son «el referente más cercano para sus hijos» y defienden que, en consecuencia, «la educación sexual tendría que empezar en casa», aunque defienden que se haga de forma colaborativa también en la escuela.
Según el departamento e Educación, el plan «Coeduca’t» es «un paso adelante hacia el reconocimiento de la diversidad, el derecho al propio cuerpo y la libertad sexual».
La educación sexual incluye temas como la identidad de género, la orientación sexual, la violencia de género, el consentimiento u otros aspectos de la sexualidad y la afectividad en contenidos adaptados según la franja de edad. La psicóloga clínica del centro de Psicología Cepsim y sexóloga del Instituto de Psicoterapia Gestalt de Madrid, Sandra Isella, lamenta en declaraciones a Efe que «la educación sexoafectiva sea una asignatura pendiente en España. Se da anatomía y biología, pero no se contempla la dimensión emocional y sexual».
«Es cierto que la dimensión emocional comienza a tenerse en cuenta, pero la sexualidad no se considera aún. Si la familia tuviera el apoyo de los colegios en estos temas, se ahorraría mucho sufrimiento», según Isella.
Educación sexoafectiva
El psicoterapeuta y sexólogo Raúl Padilla opina, en declaraciones a Efe, que «existe un tabú, es un tema incómodo y que intrinca en lo estrictamente personal y diverso», lamenta la ausencia de estos contenidos en el currículum educativo y asegura que «impide que se generen debates racionales en relación a la sexualidad».
Ambos expertos coinciden en que la educación ha de iniciarse en el ámbito familiar, al resaltar que ciertos valores sólo pueden adquirirse en casa, y recomiendan que la escuela, siempre respetando la multiculturalidad de las familias, trabaje con los padres para evitar que el alumnado entre en contradicciones al recibir conocimientos respecto a la educación sexoafectiva.
«Si en casa no tenemos una educación en condiciones, en la escuela va a estar desfasada. El respeto, las formas, el estilo comunicativo, la empatía, todo esto se aprende en casa. Si solo se trabajan en el aula no es suficiente, el trabajo tiene que ser conjunto», defiende Padilla.
Un esfuerzo conjunto de las familias y las escuelas que Padilla ve fundamental, ya que «a estas edades lo peor que puede pasar es encontrar mensajes opuestos en la escuela y en casa y esto debe tenerse en cuenta, siempre respetando la pluralidad y diversidad de las familias».
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Cataluña (Fapac), Belén Tascón, ha recibido el plan positivamente indicando que «me parece una buena iniciativa y una buena formación», ha dicho a Efe.
«Sería importante adaptar el discurso a cada franja de edad y aunque la participación no siempre es muy elevada serían muy provechosos unos talleres de formación para padres», propone Tascón.
En el instituto público IES Verdaguer, la directora del centro, Marta Vidal, reafirma a Efe que es necesario que los valores que se inculcan en la escuela «los den también las familias, porque si no es difícil hacer este trabajo».
«Además tenemos familias de muchas procedencias y queremos respetar su cultura, pero tratamos de hacerlo sin dejar de recomendar amplitud de miras», asegura.
No llegar tarde
En este instituto, la materia de la violencia machista la imparten mediante talleres puntuales la Guardia Urbana, y sobre sexualidad, voluntarios de la Cruz Roja en tercero y cuarto de ESO.
A estas edades, según Padilla, ya solo se puede «reparar» para evitar que el adolescente genere «patologías o una visión limitada de la sexualidad que le haga vivir relaciones deficitarias en su vida adulta».
La directora del centro indica, sin embargo, que estos talleres se complementan con sesiones respecto al consentimiento y la violencia sexual, pero no se coordina o incluye a los padres en el programa.
«Estaría bien que los padres participaran de alguna forma, para saber qué hacemos entre todos, pero es difícil que los padres quieran participar en la educación en los centros», lamenta Vidal.
«Los jóvenes suelen saber mucho más de lo que se les explica en estos talleres, pero les faltan conocimientos tan básicos como el respeto, el consentimiento, la asertividad y otros valores y estas carencias no les permiten dar a la sexualidad el valor que tiene», concluye la directora del instituto.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-educacion-sexual-tiene-empezar-casa-segun-sexologos-y-docentes-202002160118_noticia.html
El recurso, que acaba de interponer el Ministerio, pretende que el tribunal decida sobre la legalidad de las instrucciones de inicio de curso en primaria y secundaria y solicita su paralización cautelar.
Ha pasado un mes desde que la ministra Isabel Celaá enviara un requerimiento a la Comunidad de Murcia para que echase marcha atrás con las instrucciones de inicio de curso que suponían la implantación del veto parental de VOX sobre los contenidos de las actividades complementarias. Al no recibir respuesta satisfactoria, el Departamento ha recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Murcia para que decida si la medida impuesta por la Consejería atenta contra el derecho a la educación del alumnado de la Región. Y mientras lo hace, se ha solicitado que, como medida cautelar, se congele la implantación de dicho veto.
El pasado mes de septiembre, la Consejería de Educación del Gobierno de Murcia publicó unas instrucciones de inicio de curso en las que se recogía, de manera más o menos velada, esa petición de VOX (partido que sostiene al ejecutivo de la Región) de poner en marcha el veto parental y, con ello, dar a las familias la opción de «objetar» a ciertas actividades complementarias si chocan con sus creencias.
Ya se montó revuelo en la Comunidad entonces, aunque de facto, como explican organizaciones de Murcia, ya venía funcionando desde el curso anterior un sistema parecido. En aquel momento, dicen estas mismas personas, por presiones de la ultraconservadora organización Hazte Oír.
Isabel Celáa esperó hasta inicios de 2020 para pedir explicaciones a la Región y solicitar la rectificación de estas instrucciones al entender que atentan al derecho a la educación de niñas, niños y menores en aquella Comunidad. Desde Murcia hicieron caso omiso, de hecho, decidieron no asistir si quiera a la reunión que estos días está llevando a cabo la ministra con las consejerías de Educación del país.
Europa/España/23-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.educaciontrespuntocero.com
Dirigida a estudiantes, familias y profesionales de la educación, IFEMA organiza la mayor feria de España dedicada al ámbito educativo con la orientación como una de sus principales señas de identidad.
A lo largo de cinco días, del 4 al 8 de marzo, Feria de Madrid albergará la Semana de la Educación, el punto de encuentro de la comunidad educativa que, bajo el lema ‘Orienta tu futuro’, reunirá a estudiantes, familias, docentes, orientadores, responsables de centros educativos y profesionales de la educación (el año pasado se superaron los 174.000 asistentes). Compuesta por 5 salones, y con la orientación como una de sus principales señas de identidad, esta séptima edición volverá a contar con el Ministerio de Educación y Formación Profesional como promotor del evento.
Cinco salones educativos
La convocatoria ofrece de nuevo distintos salones que cubren las necesidades de todos los participantes: el 28º Salón Internacional del Estudiante y de la Oferta Educativa, AULA; el 24º Salón Internacional del Material Educativo INTERDIDAC Espacio R.E.D., el 11º Salón Internacional de POSTGRADO Y FORMACIÓN CONTINUA; el 19º Congreso Internacional y Feria Profesional EXPOELEARNING, y la tercera edición de SCHOOLS DAY “Día de las Familias y los Colegios” (sábado, 7 de marzo).
Aula
Habilitará diferentes espacios, como el ESCENARIO DE ARTES ESCÉNICAS Y MUSICALES, donde se realizarán presentaciones, demostraciones y actuaciones artísticas. El aula de igualdad, que se desarrolla con la colaboración del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, tiene como propósito fomentar la igualdad entre los jóvenes. Contará con un espacio específico para la realización de actividades y talleres con distintas entidades. Por otra parte, en el AULA FORUM se desarrollará ROBOTIC AULA, en colaboración con la Universidad Carlos III. En ese espacio, alumnos de los últimos cursos de este centro llevarán a cabo actividades de robótica, con competiciones y talleres.
Este año, por primera vez, se pondrán en marcha, junto a la Universidad Rey Juan Carlos, unos talleres de programación. Por su parte, la Universidad Villanueva habilitará en la Feria un plató de televisión, donde se podrán realizar prácticas de informativos, grabaciones de cortos con el móvil y donde se enseñará a hacer un storyboard.
Solidaridad y voluntariado
En el AULA SOLIDARIA, las ONGs volverán a ser las protagonistas, fomentando la solidaridad y el voluntariado entre los jóvenes, un ámbito cada vez más importante entre las cuestiones que tienen en cuenta las empresas para seleccionar a sus empleados.
Una de las novedades de esta edición es que, por primera vez, el encuentro contará con una representación de Estados Unidos, a través de su embajada, en AULA, a cuya presencia se suma la del Institut Français D’Espagne, que contribuirán a aumentar aún más la importancia del área de estudios en el extranjero en la Feria.
Zona de orientación
La orientación es uno de los rasgos distintivos de AULA y que la diferencia de otros eventos. De este modo, a la orientación que proporcionan las propias entidades expositoras, el certamen suma una Zona de Orientación Educativa, con personal cualificado que atenderá las consultas del público visitante. Precisamente este servicio es uno de los mejor valorados por los propios asistentes.
Por su parte, el 24º Salón Internacional del Material Educativo INTERDIDAC Espacio R.E.D ofrecerá propuestas para los profesionales de la educación, que podrán encontrar sugerencias para su día a día a través de un interesante programa de actividades. El personal docente que acuda a este Salón podrá conseguir los correspondientes créditos a la formación a través del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado, INTEF, del Ministerio de Educación y Formación Profesional.
Schools day se convertirá en un punto de encuentro entre familias, centros educativos y centros de actividades extraescolares. Los asistentes podrán concertar cita previa en la feria con los centros participantes, pertenecientes a todos los niveles de escolarización. Como novedad, se ofrecerá una amplia oferta de campamentos, así como actividades extraescolares, y el nuevo espacio STEAM PARA PEQUES, además de talleres y actividades de la mano del Instituto de la Mujer, sobre igualdad y diversidad, entre otras entidades y colaboradores.
Finalmente, ‘la Semana de la Educación 2020’ acogerá también la 19º edición del Congreso Internacional y la Feria Profesional EXPOELEARNING, líder del sector de la formación online en español, organizada con AEFOL.
En el marco de SCHOOLS DAY, el próximo 7 de marzo se celebrará la segunda edición del concurso escolar ‘Yo soy así’, cuyo objetivo es prestar atención a la formación del autoconcepto de los niños y las niñas de 0 a 6 años, y contribuir a que tengan una imagen positiva y una sana autoestima.00
Por su parte, el Salón Internacional del Estudiante y de la Oferta Educativa, AULA 2020, convoca la cuarta edición del Concurso de Micro cuentos Narrados, bajo el lema ‘Convivir no es un Cuento’.
El concurso, destinado a estudiantes de 4º de ESO, Bachillerato o Ciclos Formativos de Grado Medio, consiste en la realización un micro cuento narrado, con una duración máxima de 2 minutos en formato MP3 o WAV, sobre el tema del concurso: la convivencia.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/semana-de-la-educacion/
Para Joaquín Ortega, la crianza consciente forma parte de la ‘edad invisible’, el primer periodo vital de los niños hasta los tres años de edad y que revela elementos cruciales para el crecimiento de los niños. Pero, ¿por qué tiene que ser esta edad ‘invisible’? Nos lo cuenta en esta entrevista.
La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre conlleva grandes cambios para los adultos. Y así lo analiza el educador y escritor Joaquín Ortega en su libro ‘La edad invisible. Crianza consciente en la primera infancia’ poniendo especial atención a la etapa comprendida entre los cero y los tres años de edad.
Pregunta: Afirma que la ‘edad invisible’ es esa etapa que abarca los tres primeros años de vida. ¿Invisible para los niños o para las familias? ¿Por qué razón ocurre?
Respuesta: La llamo la ‘edad invisible’ porque comprende tres años de adaptación vertiginosa y esa intensidad es la responsable de que, en ocasiones, esta etapa pase desapercibida. Las familias actuales viven una realidad que se desenvuelve a una velocidad frenética y se ven sometidas a muchas presiones. Estas presiones tienen una vertiente tanto externa, por exigencias profesionales y sociales, como interna, por las propias expectativas que tienen las familias, tanto de ellos mismos como padres como del bebé en su figura de niño ideal en que esperan que se transforme. Esto acelera el ritmo en el que se desarrolla la crianza, y evita la calma y serenidad que preceden al verdadero disfrute que puede obtenerse en esta etapa.
P: Dicho concepto lo relaciona con la crianza consciente, ¿en qué consiste?
R: Es a la vez un viaje y un ejercicio de introspección, es tomar la decisión de detenernos a considerar el cambio que supone incorporar un nuevo miembro a nuestra familia. En un ritmo vertiginoso y pese al sacrificio y la entrega de las familias, se pierden de vista en ocasiones las necesidades de los más pequeños porque les incorporamos a nuestro propio ritmo de vida, a nuestra prisa.
P: ¿Cuáles son los pasos que seguir para que ese periodo no pase por alto?
R: Hay tres términos imprescindibles (observación, acompañamiento y juego libre) que definen la crianza consciente, y que a su vez suponen cambios en nuestra propia actitud, que nos permiten atender las necesidades reales de nuestros hijos e hijas y disfrutar de su experiencia de incorporación al mundo.
· Observación. Estos años pasan desapercibidos porque nos olvidamos de observar a los bebés mientras juegan, mientras se relacionan con el mundo. Prestar atención a sus frustraciones sin facilitarles el éxito ni evitar el fracaso, comprobar su reacción frente a los estímulos, entender sus ritmos… Observar para conocer quién es el niño o niña que tenemos a nuestro lado, sin proyectar en él o ella los deseos que tenemos todos para nuestro hijo o hija ideal.
· Acompañamiento. Es estar a su lado sin intervenir. No significa atender todos sus deseos tan pronto los expresan, sino descubrir sus necesidades y satisfacerlas para que se sientan queridos y seguros, dentro de unos ritmos y límites sanos y acordes con la familia a la que pertenecen.
· Juego libre. El juego es la clave, la herramienta fundamental para entender y acompañar a los niños y niñas entre 0 y 7 años. Un juego libre, a través del cual empezarán a relacionarse con el mundo y con las personas que les rodean, pero no por ello caótico, sino acorde a sus aptitudes y habilidades, a sus ritmos.
La crianza consciente es una crianza a favor de la familia, para que la familia crezca en consonancia con quiénes son sus miembros, y dejándose acompañar por los mejores profesionales a su alcance: buenos médicos y pedagogos o educadores. No hace falta nada ni nadie más.
«La ‘edad invisible’ comprende tres años de adaptación vertiginosa y esa intensidad es la responsable de que, en ocasiones, esta etapa pase desapercibida»
P: Habla de ‘ajuste’ cuando las familias y los educadores tienen que entender y adaptarse a las necesidades de los niños en la primera infancia. ¿Cuál sería el ‘ajuste educativo’ correcto para estas edades?
R: Las necesidades básicas de un niño son: alimentarse de forma saludable, descansar el tiempo necesario, estar y sentirse limpio, disfrutar de un entorno seguro (en lo físico y en lo emocional) y jugar. De este modo, la calidad en los alimentos es directamente proporcional a la calidad del combustible que necesitan nuestros hijos. Pero no sólo es importante lo que comen – apostando siempre por la calidad y la variedad – sino cómo lo comen, por eso, es importante transmitir valores relacionados con los tiempos dedicados a la comida.
El descanso es un punto de fricción en las familias, dado que es muy difícil poner en común los horarios de los adultos con los de los más pequeños, y ahí es donde entra el trabajo de gestión de tiempos, la previsión por parte de los adultos. Pero en esta tarea no están solos: es función de los educadores acompañar a las familias en este proceso y ayudarles en la coordinación y adaptación de todos los miembros de la familia a un nuevo ritmo común.
Para jugar en libertad es necesario mancharse, es un efecto habitual y necesario, pero los bebés son pequeñitos, no saben limpiarse por ellos mismos, por lo que como adultos hay que ayudarles a cubrir esta necesidad del niño, la de la higiene.
En el equilibrio niño-adulto está el cuidado: el niño tiene que pasar de momentos en que está sucio a que luego el adulto le asista a limpiarse, generando entonces el entendimiento de la existencia de un proceso en el que el niño puede ensuciarse porque luego el adulto le ayudará en el aseo.
Y jugar, jugar y jugar. El juego es así de importante porque es el trabajo de los niños y niñas. Los niños que juegan crecen en autoestima, calma, habilidad, felicidad, en la fortaleza de su propio físico. Para ellos todo lo que hay es el juego, con la ventaja añadida de que cada minuto que están jugando están creciendo, se están desarrollando.
P: ¿Es necesario que los niños hasta los tres años tengan una rutina? ¿Cuál es su función?
R: Los ritmos, adecuados al momento en que esté el niño o niña le dan seguridad, pero en esta búsqueda del ritmo no debemos olvidar la observación a la necesidad del momento y atenderla. ¿Cómo saber en qué momento está nuestro hijo o hija y qué ritmo necesita? Mediante nuestra atención, observación, escucha y estableciendo unos límites coherentes, firmes y, por supuesto, en los que nosotros creamos.
P: ¿Cuáles son los aspectos emocionales que hay que cuidar en esta, ‘edad invisible’?
R: Estos primeros años sientan las bases de la relación con nuestros hijos e hijas. Dentro de sus necesidades básicas está la seguridad y el amor; con nuestra entrega podemos atender su salud emocional y cultivar una relación sólida mediante:
La prioridad por el cuidado. En estos primeros años de vida es fundamental el sueño, la alimentación, la higiene; lo son ahora y lo serán el resto de la vida. Darles la importancia que tienen, y sobre todo hacerlo con amor, ayudará a crear unos hábitos y entornos saludables.
La comunicación. En un principio será fundamentalmente no verbal por su parte, por la nuestra hay que intentar comunicarnos con ellos de forma sincera, tanto en lo que decimos como en la coherencia entre lo que decimos verbalmente y lo que comunicamos con nuestros gestos. Además, hay que intentar comunicarnos siempre desde el respeto.
Comprensión. Intentar ponernos en su lugar, comprender dónde y cómo está el niño o niña. Podemos no compartir o no estar de acuerdo, pero hay que intentar tener presente que, para él o ella, en su situación, en el momento que está viviendo, es algo importante.
Confianza. En el niño, en su capacidad, en lo que nos transmite; estar ahí para lo que necesite demostrando que puede confiar en nosotros. Confianza también en nosotros mismos, en lo que hacemos y queremos para nuestro hijo o hija.
P: ¿Podría darnos tres consejos o prácticas educativas para las familias con hijos de 0 a 3 años?
R: Ritmos. Cada familia tiene un ritmo, que es el correcto siempre y cuando esté en línea con la esencia de cada uno de sus miembros, con quiénes son y no con las exigencias ni las expectativas que reciben. Saber adaptarse a los ritmos de un nuevo miembro en la familia sin perder estos ritmos propios.
Coherencia. Hay que reflexionar sobre qué tipo de familia somos, cuáles son nuestras prioridades y en qué podemos ayudar a nuestros hijos e hijas de acuerdo con este tipo de familia. El siguiente paso es dejarnos acompañar, y preguntar siempre cualquier duda que tengamos, cualquier inquietud a la que nos enfrentemos, cualquier debilidad con la que tengamos que trabajar.
Belleza. Una práctica indispensable es la diversión. Siento que es esencial divertirse mucho en familia. Si los adultos conseguimos pasarlo bien mientras acompañamos a nuestros hijos en actividades como las comidas, el juego, el aseo…, entonces los niños se divertirán con nosotros. El amor en familia se alcanza en los momentos más insospechados, disfrutemos de la belleza de compartir los actos y momentos sencillos.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/joaquin-ortega-crianza-consciente-es-crianza-a-favor-familia/
América/México/12/02/2020/Autor: Jon Martín Cullell/fuente: elpaís.com
Las familias con niños en tratamiento de quimioterapia se movilizan frente a la escasez crónica y a la atención precaria en los hospitales públicos.
A Álex Hernández, Cristal Flores, y Emmanuel Fernández, tres niños enfermos de cáncer, les faltó en el último año vincristina, metrotexato, ciclofosfamida y purinethol. Todos son medicamentos fundamentales para sus tratamientos de quimioterapia. En plena revisión del sistema público de salud por parte del Gobierno, los padres de niños con cáncer en México han tenido que enfrentarse a repetidos episodios de desabasto en los hospitales. Estos no son nuevos, pero sí se han vuelto más frecuentes y hacen sentir su peso sobre unas familias marcadas por el sacrificio y las dificultades económicas. Ahora han dicho basta.
“Al aeropuerto”, propuso Omar Hernández, padre de Álex, en enero. En el Hospital Infantil de México faltaba vincristina, medicamento administrado por vía intravenosa para tratar desde leucemias a tumores cerebrales. Eran meses de encontrarse en situaciones parecidas y un grupo de padres quería hacer ruido. “No nos hacen caso, pues vamos a buscar un punto donde la gente nos vea”, dijo Hernández. Antes de convertirse en quesero, había trabajado en el aeropuerto como personal de seguridad y se lo conocía al dedillo. Se metieron las cartulinas debajo de las playeras y se colaron en uno de los vestíbulos con más tráfico de pasajeros de América Latina. Funcionó. Ese mismo día, el Gobierno les comunicó que ya había llegado el medicamento. Una victoria con fecha de caducidad, sospechan los padres.
Omar Hernández, “el que cierra avenidas” y padre de Álex
En el comedor de su casa, Hernández desglosa el viaje de Álex por los meandros de la leucemia, que fue también su viaje de vendedor de queso a activista. El niño se sienta en frente, colorea dibujos de superhéroes en un cuaderno y recuerda lo cansado que se sentía antes. A punto de cumplir 11 años, la leucemia ya está controlada y vuelve a comer chilaquiles tras meses sin probarlos, pero su padre no baja la guardia. En el hospital ya lo conocen como “el que cierra avenidas”.
Su activismo empezó hace dos años. Durante una de las rondas de quimioterapia para Álex en el Hospital Infantil de Ciudad de México, empezó a escasear el purinethol, un medicamento que ralentiza el crecimiento de células cancerígenas. Al principio, lo tuvieron que comprar en las farmacias a precio comercial; eran 1.200 pesos para 10 días, un monto sustancial para una pareja que acababa de cerrar su puesto de quesos para poder acompañar a Álex al tratamiento. Al cabo de un mes, ya ni se encontraba en las tiendas. Hernández se plantó.
“Los papás ninguno se quejaba: ‘¿Cómo voy a hacer algo? Me van a correr”, recuerda que le decían. Hace año y medio, firmó su primer acto de activista: una carta a la Secretaría de Salud para pedir mejor atención. Sin respuesta. Continuó recabando firmas en la sala de espera, pintada de jirafas y piñatas voladoras. Un doctor le llamó la atención: “Está prohibido; si sigue haciendo eso no sé qué va a pasar”. “Me vale… Cómpreme usted los medicamentos”, le espetó él.
A las pocas semanas, un puñado de padres cerró Reforma, una de las principales avenidas de la capital. Fue la primera movilización de una cadena. En febrero de 2019 volvió a faltar purinethol; se manifestaron en el Zócalo. En agosto, escaseó metrotexato, también fundamental para la quimioterapia. Pancartas en alto, decidieron entonces paralizar la entrada al aeropuerto, la primera vez que lo hacían.
La crisis de medicamentos para el cáncer, enfermedad que es la tercera causa de mortalidad en el país, ha desatado un cruce de acusaciones. La respuesta del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido confusa; ha negado el desabasto y, al mismo tiempo, lo ha reconocido. Culpa a los problemas de suministro mundial y, en México, a la supuesta corrupción de las farmacéuticas -diez proveedores recibieron el 80% del gasto entre 2012 y 2018, según el Gobierno-. Para incrementar la presión sobre la industria mexicana, el Ejecutivo acaba de aprobar por decreto la importación de medicamentos del extranjero aunque no estén registrados en el país.
Frente a las acusaciones, el director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, Rafael Gual, apunta al papel del Ejecutivo en este embrollo, debido a los retrasos en las licitaciones y a la forma cómo se llevaron a cabo. Las últimas, lanzadas a finales de año, establecían que un solo fabricante se llevara el 80% de la provisión de un medicamento. “Si falla, el que tiene el 20% restante difícilmente podrá cubrirlo”, explica. “Tienes que permitir que haya cuatro o cinco proveedores para un mismo producto”.
Los hospitales tienen escaso margen de maniobra. “Es como ir a una comida corrida; tomas lo que haya. A lo mejor me la das más cara, pero no te vas a poner tú a cocinar fideos”, dice una directiva del Hospital Infantil de Ciudad de México que prefiere mantener el anonimato al tener prohibido dar entrevistas. “Te avisan en la mañana que no hay medicamento. Algunas veces hemos tenido que ir a comprar a la Farmacia del Ahorro [una cadena de tiendas de bajo coste]”. Para ciertas medicinas, dependen casi totalmente de Laboratorios Pisa, una farmacéutica que se enfrenta a una posible inhabilitación debido a varias investigaciones que el Gobierno ha abierto por supuestas irregularidades en las licitaciones.
Tras la manifestación en el aeropuerto en enero, el Gobierno informó que el Hospital Infantil de México, que trata a unos 800 niños con cáncer, había recibido vincristina en cantidad suficiente para un mes. El cirujano Pablo Lezama, jefe del servicio de cirugía oncológica, dice que se trata apenas de una solución temporal. “El suministro no está asegurado de forma sostenida”, afirma. “Si los pacientes pasan 15 días sin medicina o se les da una alternativa, eso disminuye la efectividad del tratamiento”. En veinte años de carrera nunca había visto desabastos tan frecuentes.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, y la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, se dieron de bruces con la realidad en una visita sorpresa a un hospital público la semana pasada. “¿Cuál es la situación en esta área?”, preguntaron los funcionarios. Lo que siguió fue un chaparrón de necesidades. “Presentamos escasez de material, principalmente de insumos como sedas, gasas. La semana no teníamos ningún guante absolutamente para operar. A los enfermos se les está pidiendo todo ese tipo material. No hay batas, cepillos”, enumeró una enfermera de blanco, presente en el encuentro improvisado. “No tenemos jabón ni para lavarnos las manos”, añadió otra.
Pese a las promesas de soluciones inmediatas, los padres no se fían. Omar Hernández repasa una lista de una treintena números de teléfono de todo el país, escritos en lápiz sobre un folio azul. “¿Qué onda? ¿Llegó la medicina?”, va preguntando a padres que están luchando contra la escasez en otros Estados.
Crisanto Flores, refugiado y padre de Cristal
Entre los escépticos, está Cristanto Flores, uno de los padres que se manifestó con Hernández en el aeropuerto. Hace casi un año, a su hija Cristal de tres años de edad se le empezó a hinchar el ojo izquierdo. “El ojo o su hija”, dijo el doctor tras descubrirle un tumor maligno. Vivían en Puerto de Veracruz, una ciudad con casi un millón de habitantes pero sin el equipo requerido para el tratamiento de Cristal. Tuvieron que salir en ambulancia hacia Ciudad de México, a unas siete horas por carretera. Para familias como la de Flores, el desabasto, un problema de siempre pero que se ha intensificado en los últimos meses, es un elemento más de una vida que se asemeja a la del refugiado.
Flores era albañil. A los 55 años, ha tenido que dejar su trabajo para mudarse a la capital y ahora se dedica a esperar durante horas frente a la fachada del Hospital Infantil, de colores alegres para disfrazar el dolor en sus tripas. Despunta el alba y otros padres en la misma situación se arreglan la manta sobre las piernas y apuran las últimas horas de sueño sentados en unos bancos de metal frío. Mientras Cristal entra a su ronda de quimio con una bata de personajes de Disney, Flores se pasea de arriba abajo, se sienta a ver vídeos de su hija bailando y hace cuentas.
Aunque el Estado cubre el coste de la quimioterapia desde hace más de una década, las familias todavía tienen que pagar los análisis y comprar medicamentos importantes como gotas y antibióticos. En dos años, Cristal necesitará una nueva prótesis para el ojo izquierdo. Cuesta unos 20.000 pesos, alrededor de 1.000 dólares. Pese a su semblante tranquilo, Flores no esconde la preocupación. “Ya no tenemos ni para los pasajes”, explica. “Lo poquito ahorrado se nos fue; todo se fue para abajo”.
La desigualdad en el acceso a atención de calidad también es territorial. Mientras la capital y los Estados del norte del país alcanzan o al menos se acercan a las 18 camas hospitalarias por cada 100.000 habitantes que la Organización Mundial de la Salud recomienda, 12 de los 32 Estados, entre ellos el Veracruz, tienen entre cinco y seis camas hospitalarias por cada 100.000 habitantes. En este contexto, casi el 70% de los casos se diagnostica en etapas avanzadas según el Instituto Nacional de Cancerología, un retraso que dificulta el tratamiento.
A veces, las fundaciones cubren el hueco y costean los medicamentos, pero el desabasto ha aumentado la presión. El director general de la Casa de la Amistad, Baltasar Madrid, sostiene que de los 27 hospitales públicos en 16 Estados con los que tienen convenio “todos tienen algún problema”, asegura. La fundación lleva varias semanas apoyando a un par de ellos con el suministro de medicamentos oncológicos.
Flores no ha recurrido a una fundación por ahora. La familia que los acoge ayuda con los pasajes al hospital y otros gastos y, recientemente, una conocida a la que llama señora Brenda le consiguió unos lentes para Cristal.
Brenda Galicia, recolectora de tapas y madre de Emmanuel
Hasta hace poco, Brenda Galicia, de 44 años, era ama de casa. Vivía con su esposo arquitecto y su hijo Emmanuel de 9 años en un condominio de clase media y caseta de vigilancia próximo a la capital. Querían ir a París de viaje. El cáncer cerebral que diagnosticaron a su hijo hundió los planes.
Galicia creó una página de Facebook para recibir donaciones y empezó a reunir tapas de botellas y garrafones. Cuando conseguía una tonelada, las enviaba a reciclar y sacaba unos 4.000 pesos, alrededor de 200 dólares. También se puso a vender pulseras y blusas bordadas chiapanecas en mercadillos. Con lo que juntaban ella y su marido – metido a conductor de Uber tras cerrar su despacho de arquitectura- pagaban medicinas y traslados.
Cada vez que iban al Hospital Infantil de México, Galicia cargaba una mochila de plástico transparente con todo lo necesario: dentífrico, termómetro, gasas y antibióticos. Por si acaso. “¿No hay? Pues tome”, les decía a las enfermeras abriendo la cremallera. “Mi hijo va a tener su medicina”. En ocasiones, la escasez alcanzaba hasta lo más básico. Durante una ronda de quimioterapia en abril del año pasado faltaron las cobijas. “Es que es domingo; nos redujeron el personal y no hay quien las lave”, recuerda que le dijeron. “¿Y yo con qué tapo a mi niño?”.
El Gobierno de López Obrador ha anunciado la rehabilitación de 52 nuevos hospitales y 50 centros de salud para este año y la compra de equipo médico. Esas promesas contrastan con los drásticos recortes de presupuesto. El Hospital Infantil de México se ha quedado sin el personal subcontratado que representaba alrededor de un tercio de la plantilla y el servicio de oncología ha tenido que reducir casi un 30% el número de cirugías. “Tenemos que ser más selectivos en la selección de pacientes que operamos”, afirma el cirujano Pablo Lezama. La promesa del Gobierno de abrir nuevas plazas todavía no se ha materializado.
Emmanuel falleció hace dos meses. Murió en estado vegetativo, poco después de una operación en la que las enfermeras lo amarraron a la cama porque no podía con el dolor. En casa de los padres, el luto tiene forma de pequeño altar con una vela encendida y un mono de peluche. Una miniatura en bronce de la Torre Eiffel, a la que quería subir Emmanuel, preside la mesa del salón.
El matrimonio arrastra una deuda de unos 100.000 pesos, unos 5.000 dólares. “Esto acaba contigo en todos los aspectos”, afirma Galicia. Mientras él intenta recuperar los clientes de su antiguo negocio de arquitectura, ella no ha dejado de recolectar tapas. Tiene un patio trasero lleno hasta arriba de bolsas, a la espera de que un camión las recoja. Ya tienen destinatario. A los 10 días de la muerte de su hijo, le mandaron el caso de un chico con cáncer a quien habían amputado una pierna. “Yo te junto una tonelada”, pensó. “Sé las necesidades que hay”, dice. “La gente se está uniendo. ¿Cuántas familias no han pasado por algo así?”.
Cuando Nuria Pons era pequeña se preguntaba una y otra vez «por qué no podía leer y escribir como los demás niños». Hasta que llegó la respuesta: «Eres disléxica». El diagnóstico de este trastorno de aprendizaje, que afecta a una gran parte de la población, cambió sustancialmente las cosas, porque el problema, comenta Pons, es que muchas personas no saben que lo son. «Y es ahí donde reside el problema, ya que puede afectar al desarrollo tanto social como profesional de la persona».
«Ojalá el libro, y entrevistas como esta, sirvan para desmitificar muchas cosas y conocer la realidad. Y ayuden a los demás a ponerse en la piel de aquella persona que quiere estudiar y es disléxica. En parte, también es por culpa del propio disléxico, porque no hablamos de nuestra realidad. Y por esto yo decidí hacerlo, hablar con naturalidad y desde la sencillez para que todo el mundo pudiera entenderlo», concluye.
El título del libro, de su correo electrónico, no parecen fáciles para un disléxico. Parece que el amor propio le han ayudado mucho a superar esta dificultad.
No me gusta pensar en las dificultades. Sino en lo que a mí me gusta hacer o me gustaría hacer. Yo quería que «Irun mi mundo al revés» no fuera un simple título de libro sino un proyecto de vida. Por eso todo lo que hiciera debía identificarse entorno a Irun mi mundo al revés. No es simple, yo soy la primera que me equivoco cuando lo escribo, y no recuerdo si al revés va junto o separado, aunque pueda parecer curioso. ¿Cómo puede ser que haya escrito un libro, y no sepa cómo escribir correctamente el título? La dislexia es así de «caprichosa». Si hubiera elegido otro título por este hecho me estaría poniendo limitaciones. Todo lo contrario de lo que explico en mi libro. El título lo escogí con el corazón, porque significaba algo de verdad para mí, y del mismo modo escribí el libro: desde el corazón.
¿Cómo te sentías antes de saber qué te pasaba? ¿Por eso la necesidad de escribir estos dos libros? Realmente creo que este formato de cuento puede ayudar a muchos niños a entender lo que les pasa y pedir ayuda…
Mal, mal conmigo misma. Yo siempre he sido consciente de que tenía una dificultad con la lectura y la escritura, pero hasta que no fui mayor no supe realmente qué era la dislexia realmente. Por ello no me sentía identificada con la definición que se me daba.
La dislexia es mucho más que invertir letras o girar letras, la b por la d o la g, por ejemplo. O confundir la izquierda con la derecha. Eso es precisamente lo que intento explicar en «Irun, mi mundo al revés». Nunca me había planteado escribir un libro. No se me había pasado ni por la cabeza.
Pero un día escuché la voz de mi alma y precisamente gracias a un libro que estaba leyendo, puede sonar cursi pero realmente fue así, yo seguí adelante con mis objetivos, pero tenía dos preguntas en mi cabeza ¿por qué no se habla de la dislexia en la edad adulta? Y ¿qué pasaba con los niños que no habían tenido mi suerte? ¿Cómo se sentirían?
Yo había podido avanzar por algo, por qué no compartirlo. Irun mi mundo al revés no es un libro sobre dislexia, es una historia de amor, fe y esperanza. De lucha, de superación, de crecimiento personal, de autoestima…
¿Cuándo suele llegar el diagnóstico? ¿En primero de Primaria?
Lo ideal sería así, en primero de Primaria, un diagnostico precoz es muy importante, para que el niño y su familia reciban las pautas y el apoyo necesario. Pero la realidad no es así, hoy en día hay chicos que no son diagnosticados hasta los 14 años. O pasan por toda su etapa escolar sin saber el porqué de sus dificultades. Por eso, también quise escribir «Roma aprende a leer y a escribir». Una primera toma de contacto con la dislexia. Un material más simple, didáctico y divulgativo.
¿Qué especialista debe hacer este diagnóstico?
Hace unos meses tuve el placer de que me invitaran a dar una conferencia sobre dislexia en el Colegio de Médicos de las Islas Baleares en la sede de Menorca, y precisamente inicié mi exposición lanzando una pregunta a los médicos: ¿a quién tengo que acudir para tener un diagnóstico? Y concluí con la misma pregunta a modo de reflexión.
Lo normal es que cuando el profesor o los padres notan alguna dificultad en sus alumnos o hijos lo pongan en conocimiento de los profesionales especializados del centro educativo, psicólogo o logopedas. Y después estos inicien el proceso para disponer de un diagnóstico oficial con las pruebas correspondientes.
Creo que, si avanzamos en la investigación, y el diagnóstico deja de tener una parte subjetiva, y podemos realizar pruebas médicas, el médico también tendrá un gran papel inicial en relación al diagnóstico clínico de la dislexia. Puesto que, no debemos olvidar que la dislexia es algo genético, y en muchos casos hereditario. Es de origen neurobiológico por lo que los médicos no pueden estar al margen en mi opinión. Trabajar con un equipo multidisciplinar sería lo óptimo: psicólogos, logopedas, médicos, profesores, optometristas…
La Terapia visual, ¿es beneficiosa siempre en estos casos?
En el libro hablo de mi paso por la terapia visual porque en mi caso, además de la dislexia, tenía problemas de visión, que no es lo mismo que de vista. Pero no tienen por qué darse las dos cosas a la vez.
Sí creo que algunos de los ejercicios de terapia visual podrían ayudar a los disléxicos a mejorar en la lectura por ejemplo. Es un entrenamiento del cerebro en relación al movimiento ocular, la coordinación visual, el campo visual, la visión periférica…
¿Cuánto antes se diagnostique mejor?
Sí, por supuesto, porque el niño podrá empezar a recibir la ayuda que necesita con el soporte de un psicólogo o logopeda. Además, el profesor le podrá aplicar las adaptaciones que precise en el aula y a la hora de realizar los exámenes. Y lo más importante: la autoestima del niño se verá reforzada.
¿Es cierto que se está provocando o agravando el trastorno por lo pronto que introducen los requisitos de la prelectura, con 3 años en infantil?
A esta pregunta te tendría que responder un profesional especializado en esta materia. No creo que tenga nada que ver con la dislexia. La dislexia es de origen neurobiológico y es genético, no es algo inducido.
Y si es bueno o no empezar con la lectura a los 3 años sería otro tema, pero desde mi punto de vista no. Hay muchas habilidades que el niño todavía no ha adquirido y son necesaria para la lectura.
¿Se puede confundir con un niño vago, poco inteligente, con un retraso o que no se le da bien estudiar?
La dislexia, ¿aparece muchas veces acompañada de otro trastorno?
No siempre, pero puede darse que la dislexia vaya acompaña de otros trastornos del aprendizaje. Por ello la importancia de contar con profesionales especializados en diagnosticar esos trastornos y realizar la posterior intervención.
Podrían darse múltiples combinaciones, como por ejemplo, altas capacidades intelectuales, trastorno del lenguaje (TEL), Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), Trastorno dentro del Espectro del Autismo (TEA), Discalculia, …
Lo mejor que puede tener un niño con estas características es el amor de sus padres, confianza en el niño… pero, ¿y el profesor? ¿Son comprendidos por el maestro?
Lamentablemente no siempre son comprendidos por sus profesores, la verdad. Y por sus propios padres en algunos casos tampoco. A raíz de escribir Irun mi mundo al revés y realizar presentaciones del libro y conferencia he podido conocer de primera mano casos reales, situaciones que están viviendo hoy en día, que viven los niños en las aulas. Y por desgracia hay mucho trabajo por hacer, y por esto cobra sentido este proyecto de vida que un día decidí emprender. Para dar voz a estos niños y padres que no son comprendidos.
Hay profesores, logopedas y psicólogos que están haciendo un excelente trabajo, pero también hay otros que todavía ponen en duda la dislexia, como si se tratara de una moda o de un capricho realizar ciertos errores a veces sí y otras no, lo que deja patente que no tienen ni idea de lo que es la dislexia ni lo que supone para un niño o un adulto.
Dices que la hiperestimulación fue en tu caso el mejor método terapéutico para desarrollar habilidades que no tenías. ¿Hiperestimulación en qué sentidos? ¿En deportes, en extraescolares, etc?
Con hiperestimulación me refiero a una educación y aprendizaje que estimule múltiples capacidades. Parece que para aprender a leer y a escribir, solo debemos precisamente centrarnos en leer y escribir, cuando para llevar a cabo esta acción interviene la memoria, la motricidad gruesa y fina, el ritmo, la visión, el ritmo… y todo esto podemos aprenderlo, practicarlo o mejorarlo con otras actividades, que además nos aporten otros conocimientos o nos satisfaga más realizarlas, como por ejemplo la música, el baile, la costura, las manualidades, el deporte…
La dislexia no se cura pero los errores que comenten estos niños en relación a la escritura y lectura se pueden corregir y/o mejorar?
No, la dislexia no se cura porque no es una enfermedad. Y sí, lo errores se pueden corregir y mejorar. Pero hasta ahora nos hemos referido a los niños, pero los adultos disléxicos también seguimos cometiendo errores. Es bueno, y necesario también, hablar con naturalidad para normalizarlo y darle visibilidad. Sino, como no se habla de ello y tampoco se ve a simple vista parece que la dislexia solo es cosa de niños, y que se termina el problema con la etapa escolar, y eso no es cierto.
Yo mismas, a pesar de tener estudios universitarios, un trabajo que me exige escribir y leer todo el día, y haber escrito dos libros (jejeje) sigo teniendo dificultades. Pero he establecido mis mecanismos de compensación. Aun así, hay errores que puede que revise varias veces y no sea capaz de detectarlos, entre otras dificultades que tengo.
¿Qué libros recomiendas para estos niños, para lograr acercarles a la lectura sin que sea traumático?
El tipo de letra, el tamaño, el interlineado, el color de la letra, el fondo, el tipo de ilustraciones… todo influye, y puede suponer una lectura más ágil y amena o más difícil y farragosa, por lo que se debe tener en cuenta sus características antes de escoger un libro. No solo el contenido.
Aunque, me gustaría hacer hincapié en una cosa para concluir, ya que ha utilizado la palabra traumático. La lectura en sí no es traumática para un disléxico. Lo traumático es la incomprensión. A la mayor dificultad a la que se enfrenta un disléxico es la incomprensión.
Y en este caso, mientras escuchaba su pregunta, a mi lo que me venía a la mente no es qué libro debo escoger (que es muy buena pregunta y he entendido a la perfección por qué la realizaba) sino qué persona deberíamos tener a nuestro lado para aprender a leer y amar la lectura siendo disléxicos.
Fuente e imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-vago-o-poco-inteligente-etiquetas-tipicas-ninos-dislexia-202002060155_noticia.html
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