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Libro (PDF): Mujeres indígenas y afrodescendientes ante el discurso del derecho moderno

Reseña: CLACSO

¿Es realmente el feminismo el movimiento social más exitoso del siglo XX? Para pensar esta pregunta, las mujeres indígenas y afrodescendientes de la región han puesto puntos sobre las íes de la cuestión, empezando por dejar claro que no existe un feminismo, porque no existe un solo mundo. De la mano de ellas, en las últimas décadas el discurso feminista ha introducido riquísimos debates acerca de la urgencia de pensar nuestra emancipación como mujeres, pero en clave decolonial, abrazando un esencialismo estratégico. Este libro está dedicado al análisis de los sentidos de los derechos de las mujeres indígenas y afrodescendientes en el debate contemporáneo. El volumen aborda las distintas miradas con las que ellas interpelan el discurso del derecho moderno y la manera en la que éste interpreta y reformula sus reivindicaciones. Las luchas de resistencia de las mujeres indígenas y afrodescendientes tienen una fuerza fundamental, porque interrogan desde otra mirada el discurso colonial depredatorio. Sus aportes al entendimiento de nuestro presente nos invitan a construir un mundo que ponga en el centro de la reproducción social, no la dictadura del valor, sino la reproducción de la vida.

Autoría: Alma Guadalupe Melgarito Rocha. [Coordinadora]
Ingrid Adriana Álvarez Osses. María José Balderrama Trenti. Diana Patricia Bonilla Rey. Solange Bonilla Valencia. Luísa Brandão Bárrios. Mirna Alejandra Bustamante Corona. Rafaella Sandoval Coxini Karajá. Magali V. Copa Pabón. Marina Correa de Almeida. Gloria Isabel Figueroa Gómez. Alejandra Marlene Gómez Barrera. Luisa Fernanda García Lozano. Alma Guadalupe Melgarito Rocha. Silvia Mendoza Mendoza. Luz Elena Mejía Romero. Karen Jeanette Reyes Badillo. Paulina Rodríguez Iglesias. Martha Isabel Rosas Guevara. Christianne Silva Vasconcellos. Adriana Antonio Segundo. Elsa del Valle Núñez. Rosa María Valles Ruiz. Maria Cristina Vidotte Blanco Tarrega. Laura Guadalupe Zaragoza Contreras. [Autoras de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. Siglo XXI.

Año de publicación: 2024

País (es): Buenos Aires. México.

ISBN: 978-987-813-862-6

Idioma: Español

Descarga: Mujeres indígenas y afrodescendientes ante el discurso del derecho moderno

Fuente e Imagen: https://libreria.clacso.org/publicacion.php?p=3833&c=52

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Ana Requena Aguilar: La brecha política entre chicos y chicas jóvenes es más grande que nunca. España

La polarización ideológica entre mujeres y hombres jóvenes ha crecido como nunca en los últimos años y se traslada a las urnas: ellas votan más hacia la izquierda, ellos miran a la derecha y alimentan el electorado ultra.

 

El 68% de las personas menores de 30 años que viven en España tienen pensado votar en las elecciones europeas del próximo domingo, según el último Eurobarómetro publicado en mayo. Detrás de esa cifra, que sitúa a nuestro país como el quinto en el que más participación juvenil se espera, hay muchos otros factores que merece la pena tener en cuenta. Por ejemplo, que existen diferencias muy significativas entre chicas y chicos: ellas se sitúan más hacia la izquierda del espectro político, ellos más hacia la derecha; ellas se identifican más con la igualdad, ellos con la libertad. La manera en la que eso se traslade a las urnas está por ver, pero nunca antes la brecha ideológica entre mujeres y hombres jóvenes fue tan grande como ahora.

 

Son varias las encuestas y estudios que han mostrado cómo esa brecha se ha ido forjando en los últimos años. El director de investigación de opinión pública de Ipsos España, Paco Camas, constata esa tendencia a la polarización entre la gente joven: “Nunca antes desde los años 80 se había producido un distanciamiento ideológico de tal magnitud entre hombres y mujeres jóvenes, ni siquiera en la época de Aznar, cuando hubo un desplazamiento pero ni tan grande ni tan a la derecha”. Si en 2019, año de las anteriores elecciones europeas y de la entrada de Vox en el Congreso, los hombres jóvenes se situaban, de media, en un 4,4 dentro del espectro ideológico, ahora la media es del 5,1. En esa media ideológica, ellas no cambian tanto: se ubican más o menos donde estaban, en un 4,5 dentro de esa escala.

 

Esos puntos que separan a unas de otros no son la única manera de medir esa brecha. La diferencia, subraya Camas, se aprecia claramente en las actitudes, valores y apreciaciones que hacen ellos y ellas. “Ellas perciben mucho más la desigualdad y se definen mucho más feministas que las generaciones anteriores, están a la vanguardia de ese tipo de postulados. Ellos perciben más amenaza, se detecta en ellos más resentimiento. Podemos decir que ellos son más de derechas que sus abuelos, y ellas son más de izquierdas y feministas que sus madres y abuelas”, resume el experto.

 

Un estudio reciente hecho por la plataforma Polétika y por Talento para el Futuro con personas de entre 18 y 30 años encuentra resultados muy similares. Los y las jóvenes fueron preguntados por cuáles son los valores más importantes: los chicos eligen la libertad, las chicas optan por la igualdad. “Nos sorprendió que entre los hombres de 18 a 24 años prime la libertad como valor principal, y que a partir de los 24 ocupe el tercer puesto, por detrás de la honestidad y de la justicia. En el lado de las mujeres, la igualdad está en el top de valores tanto entre las más jóvenes como en las que son un poco más mayores. Entre ellas, el único grupo en el que la igualdad no es lo primordial es en el que se auto identifica como de derechas, que elige la justicia”, explica una de las investigadoras del estudio, Belén Agüero. El informe confirma que las mujeres jóvenes se sitúan más a la izquierda del espectro político aunque, eso sí, son las que menos tienden a votar.

 

“Es algo que también vemos en nuestros datos: chicos y chicas se posicionan cada vez más hacia los extremos ideológicos, ellos a la derecha y ellas a la izquierda, y un factor fundamental es el modo en el que se aproximan a la igualdad y al feminismo. La tendencia de parte de los chicos estos estos años ha sido la de alejarse del sentir feminista mientras que en las mujeres la adhesión a esas ideas siempre ha ido en aumento y aunque en el último año se ha estancado o ha disminuido, la diferencia sigue siendo muy grande”, asegura el sociólogo e investigador de la fundación FAD Juventud Stribor Kuric.

 

No solo en España

¿Cómo se trasladan estas diferencias al voto? El director de investigación de opinión pública de Ipsos España, Paco Camas, señala que el voto de las mujeres jóvenes se comportará como lo ha hecho tradicionalmente: será más socialdemócrata y en promedio mucho más de izquierdas que de derechas. “La clave va a ser cómo el electorado joven masculino vote a la derecha o a la extrema derecha”, apunta. Lo datos muestran que los electorados de partidos como Vox o como Se acabó la fiesta, la formación del ultra Alvise Pérez, están tremendamente masculinizados. Camas destaca, no obstante, que las principales fuerzas entre la gente joven vuelven a ser PP y PSOE, eso sí, seguidas de Vox y del partido de Pérez. El 11% de los jóvenes que acaban de cumplir 18 años asegura que votará a Se acabó la fiesta.

 

Esta brecha entre chicos y chicas no es un fenómeno exclusivo de nuestro país. “Hay estudios en Francia, Italia, Alemania o Reino Unido que muestran una derechización de los hombres en Europa. No es solamente un posicionamiento hacia la derecha electoral, sino un cambio en los valores y actitudes. Si alrededor de 2014 la gente joven se posicionó más hacia la izquierda o hacia partidos nuevos, hoy el voto impugnatorio o del enfado lo canaliza sobre todo Vox y el populismo ultra de Alvise Pérez”, afirma el experto de Ipsos. El estudio de Poletika muestra que el 34% de los hombres jóvenes se auto identifica de izquierdas frente a un 37% de derechas, pero con un 40% que no cree que exista ni derecha ni izquierda. La investigadora Belén Agüero subraya que se trata de un porcentaje muy alto, “que puede reforzar la idea de que probablemente hay muchos hombres que no quieren admitir que su ideología es de derechas”.

 

La brecha política entre chicos y chicas jóvenes es más grande que nunca

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CII-OVE: Por qué son necesarias las pedagogías feministas?

Luz Palomino/CII-OVE 

Las pedagogías feministas están en permanente construcción, huyendo de la rigidez de recetas cerradas y de la pretensión de neutralidad del discurso educativo oficial. Se trata de tomar conciencia de qué contexto habitamos y cómo lo vivimos, sentimos, reproducimos y transformamos.

Según Simone de Beauvoir, en El Segundo Sexo (1948), una mujer no nace sino se convierte en tal, por una serie de prácticas educativas que abarcan desde la familia hasta el estado, pasando por la religión, la cultura popular y las normas sociales y de etiqueta. Gabriela Mistral fue una maestra que abogó por la educación femenina, tanto en su Chile natal como en la Secretaría de Educación Pública fundada por Vasconcelos en el México pos-revolucionario.

De tal manera, creo que para abordar la relación entre la educación y los feminismos podemos plantearnos dos temas sobre los que dialogar. El primero es el nexo entre la educación formal e informal y diversas prácticas de inclusión o exclusión social. El segundo es el papel de la educación para la asimilación y repetición, o para la transformación de los roles sociales genéricamente asignados a las mujeres y los hombres.

Personalmente, considero que el nexo entre las prácticas sociales de inclusión y exclusión de grupos humanos específicos, mayoritarios o no, y las formas y contenidos de la educación, salta a la vista desde diferentes ángulos, siendo el primero, la elección y construcción de la validez de los conocimientos para sostener, posibilitar y reforzar los proyectos de los grupos que detentan el poder de gobierno, así como de los medios para transmitirlos, hasta imponerlos como los únicos subsistentes. Esto genera que siempre exista una tensión entre la educación formal y las corrientes políticas, sociales o culturales que disienten de las posturas hegemónicas en una determinada sociedad.

En este caminar, las pedagogías feministas proponen «entre – tejer» diversas experiencias desde lo educativo, entendido como un espacio de subversión de un sistema de poderes y privilegios sustentado en las desigualdades de género, clase, sexualidad, etnia, edad, etc. bell hooks (1994) nos recuerda:

 «The academy is not paradise. But learning is a place where paradise can be created. The classroom, with all it´s limitations, remains a location of possibility. In that field of possibility we have the opportunity to labor for freedom, to demand of ourselves and our comrades, an openness of mind and heart that allows us to face reality even as we collectively imagine ways to move beyond boundaries, to transgress. This is education as a practice of freedom».

 

Pueden visualizar compartir este material y otros a través de nuestras redes sociales.

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“Nadie duda de que la escuela debe ser un espacio de igualdad”: dinámicas y materiales para una educación feminista

“Una manera sencilla de trabajar el feminismo en positivo es que el alumnado identifique las aportaciones de las mujeres en su día a día”, explica la maestra y responsable del área de Igualdad del STE en Albacete, Sara Marín

Por: Francisca Bravo Miranda

El día a día en las aulas es un lugar esencial para trabajar y promover una sociedad igualitaria. Y así lo tiene claro también el personal docente, que reconoce las dificultades, pero sobre todo los beneficios que puede aportar al día a día del alumnado una educación con perspectiva de género. “La nueva Ley de Educación (LOMLOE) hace referencia explícita a esto”, explica la maestra Sara Marín, que es también la responsable del área de Igualdad del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (STE) en Castilla-La Mancha.

La organización trabaja año a año en material educativo para fomentar la igualdad y la coeducación, que pone especial atención en fechas “clave”, como, pero no solo, el Día Internacional de Erradicación de la Violencia contra las Mujeres (25 de noviembre) o el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo).

“Estamos orgullosas de nuestro trabajo, porque incluso en los planes de igualdad se incluye el calendario de la mujer, porque tiene propuestas didácticas para trabajar desde educación infantil hasta personas adultas”, explica Marín. Este año, el calendario rinde homenaje a mujeres influyentes en el ámbito de la arquitectura y la ingeniería civil bajo el lema ‘Tiempo de Mujeres, mujeres en el tiempo’. Este año, la iniciativa ha cumplido además 20 años.

La docente reconoce que existe un creciente “rechazo al feminismo” entre los más jóvenes, y por eso, abogan por trabajar en el feminismo “en positivo”. “Solo se puede hacer con dinámicas y ejemplos reales y cercanos”, explica. Por ejemplo, con mujeres castellanomanchegas, cuyos aportes y vidas se ven más cercanos y que, además, ayuda a mejorar su visibilidad porque “no son conocidas y no están en la palestra”. “De este modo, apoyamos al profesorado para que puedan llevar a cabo dinámicas participativas para que el alumnado razone y vea que el feminismo se trabaja todos los días, no solo el 8M”, destaca.

Marín aboga por trabajar desde una perspectiva “global” y en reconocer que el problema “real” que existe es que no existe una manera sencilla de hablar de las desigualdades y que, por lo tanto, no es difícil que el alumnado se quede con el “comentario fácil” de internet, que es lo que hace “muchísimo daño”. Sin embargo, la maestra explica que se ha ido “notando el avance del feminismo”, y que cada vez hay más mujeres y hombres que quieren “poner a las mujeres en la palestra”. Es lo que ocurre en los calendarios promovidos por el STE, que vienen acompañados por variado material para trabajar en las clases.

La clave: enseñar la diferencia de roles y abogar por modelos “que no estén estereotipados” y que sean en igualdad. “Lo que queremos es que el alumnado vea que hay un patrimonio muy rico generado de la mano de las mujeres”, afirma. La maestra también apunta a que existe todavía mucho camino por recorrer, especialmente en la formación del profesorado, para que entiendan “el verdadero significado” del feminismo. “Es una lucha constante con el alumnado. Existe un problema real, el de los móviles y la formación que pueden recibir a través de redes sociales. El profesorado, como formadores, tiene que tenerlo en cuenta y desarrollar principios básicos de convivencia en igualdad entre el alumnado, ya que se trata de una demanda social”, explica.

Por eso, aboga por trabajar desde “lo antes posible”. “Cuanto antes se trabaje este problema, antes se va a poder atajar. Pero no podemos olvidar que es un problema de la sociedad, no solo de las aulas”.

Unidades didácticas

“Todas las unidades didácticas” promovidas desde el sindicato incluyen políticas antidiscriminatorias, explica Marta Arias, del STE Guadalajara. “Trabajamos desde varias perspectivas, apoyadas por la base que sienta LOMLOE. Al incluir la perspectiva de género, se puede trabajar de manera transversal en todas las materias, desde la educación primaria hasta las enseñanzas medias”, resalta Arias. La docente resalta que esto supone que el profesorado está amparado desde el punto de vista legal, a lo que une la Ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género en Castilla-La Mancha.

Por eso, ahora señala que deben trabajar en “demoler” los roles de género. “De esta manera, el profesorado evitará asociar las emociones y los cuidados del hogar y las personas a las mujeres; o que los hombres son más racionales o preparados para la toma de decisiones”,

De este modo, afirma que el material educativo debe mostrar a las mujeres como personas decididas y competitivas, y a los hombres como personas que expresan sus emociones o se pueden dedicar a los cuidados. “Esta es clave para nuestro trabajo”, señala.

“A lo largo de los años, el alumnado ha ido aceptando estas ideas, por su juventud y porque tienen una mente muy abierta a todo lo que se refiere a la igualdad y las diversidades”, explica. Pero Arias advierte de que el trabajo no se puede quedar dentro de las aulas, sino que debe trabajarse también en el contexto familiar. “Por mucho que incidamos en las aulas, no se avanza todo lo que deberíamos. Es clave que las familias refuercen este trabajo, para conseguir una sociedad muy inclusiva y más justa”, concluye.

https://www.eldiario.es/castilla-la-mancha/social/nadie-duda-escuela-debe-espacio-igualdad-dinamicas-materiales-educacion-feminista_1_11001433.html

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Silvia Federici: ‘Los movimientos feministas más poderosos del mundo hoy están en América Latina’

Por Gabriela Moncau y Pedro Stropasolas / Brasil de Fato

‘Para sostener la lucha contra el capitalismo, tenemos que cambiar la forma en que organizamos la vida cotidiana’, dice la filósofa italiano

En São Paulo para presentar su nuevo libro, Más allá de la piel (Editora Elefante), la filósofa italiana Silvia Federici, una de las pensadoras y activistas más influyentes del feminismo anticapitalista, consideró que los movimientos contra la desigualdad de género “más poderosos del mundo” se encuentran actualmente en América Latina.

Citando las luchas de campesinos y indígenas por el territorio, el movimiento Ni una minus en Argentina y las interpretaciones feministas del endeudamiento como una de las formas contemporáneas en que el capitalismo confisca el tiempo futuro, Federici destaca que el principal desafío de Las luchas actuales es que están relacionadas con cambios materiales en las condiciones de vida.

De tradición marxista autónoma, el italiano de 81 años es autora de El punto cero de la revolución, , su obra más conocida. En él, Federici examina cómo la transición al capitalismo mecanizó vidas para el trabajo y, a través de diferentes formas de coerción, impuso específicamente a las mujeres la transformación de sus cuerpos en objetos sexuales y máquinas reproductivas.     El Calibán y la bruja y Reencantando el mundo

En Más allá de la piel, Silvia centra su análisis en el cuerpo, que sostiene es “la esfinge a interrogar y sobre la cual hay será actuar en el camino del cambio social e individual”. En el libro, Federici se contrasta con la filósofa Judith Butler, que entiende el género como actuación, y propone que “mujer” sigue siendo una categoría necesaria para la política feminista.

“Por supuesto, siempre tenemos opciones en todo lo que hacemos. Pero la forma en que se utiliza el concepto de performance da la idea de que la decisión de interpretar el género es algo voluntario. Esto no refleja que el género defina formas muy específicas de expectativas que restringen completamente la vida y las elecciones de las mujeres”, dijo a Brasil de Fato.

“Si queremos cambiar la condición de las mujeres de manera significativa, tenemos que cambiar la condición material de nuestras vidas. Así que no necesitamos simplemente tomar decisiones diferentes. Tenemos que crear un mundo diferente”, resume.

Mira la video entrevista:

Nacida en Parma (Italia), Silvia Federici viajó a Estados Unidos a finales de los años 60 y allí cofundó el colectivo Salarios de trabajo doméstico [Salarios del trabajo doméstico]. Allí formó la base de su visión crítica de las tareas reproductivas como trabajo que produce trabajadores. “Lo que vosotros llamáis amor, nosotros lo llamamos trabajo no remunerado”, reza un famoso lema del colectivo.

Vivió en África en la década de 1980, donde se involucró en la organización Mujeres en Nigeria (Mujeres en Nigeria) y en las luchas contra las políticas de austeridad impuestas al país por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Actualmente, Silvia es profesora emérita de la Universidad Hofstra, en Nueva York, y también lanzó en Brasil el libro ¿Quién debe a quién? (Editora Elefante), que organiza junto a los argentinos Verónica Gago y Luci Cavellero.

En conversación con Brasil de Fato en el hotel donde se hospedó en la capital paulista, Federici planteó las razones por las que considera que el movimiento feminista dio protagonismo al cuerpo. “Tal vez porque las mujeres se dieron cuenta de cómo sus cuerpos eran apropiados, expropiados por el Estado, de maneras más invisibles y profundas que los cuerpos de los hombres”, explicó. “La forma en que vivimos esto está completamente organizada, estructurada e introyectada por las relaciones de poder”, describe Silvia.

“Creo que el movimiento feminista aportó esto a la lucha por la revolución. Por tanto, realmente revolucionó el concepto de cuerpo como ningún otro movimiento lo había hecho jamás”, destaca.

Mira la entrevista:

Brasil de Fato: Es común que las luchas contra la opresión racial o de género sean etiquetadas como “identitarias” y sectores de la izquierda las vean no sólo como separadas, sino como menos importantes que la “lucha de clases”. ¿Cómo ve esta cuestión de identidad? 

Silvia Federici: Para mí, la cuestión de la identidad está profundamente arraigada en los procesos históricos y en la organización social de nuestras vidas. Por ejemplo, el trabajo es una identidad. Por tanto, la identidad no es algo abstracto. Está formado por expectativas sociales, por el trabajo, por la geografía, por condiciones que en realidad están arraigadas en toda una textura política y económica. Esta es también la razón por la que no podemos cambiar nuestra identidad sin cambiar nuestra condición material en la vida.

Por ejemplo, el movimiento feminista transformó la imagen de las mujeres como sirvientas de los hombres, que tienen que ser madres para ser aceptadas socialmente, que se sacrifican, que tienen que poner sus necesidades al final.

Este cambio de identidad vino también de la lucha contra el encierro y la devaluación del trabajo doméstico. Con la idea de que es una forma de producción: el trabajo doméstico en realidad produce trabajadores. Entonces creo que así fue como ocurrió el cambio.

En esta discusión sobre el uso de la categoría “mujer”, usted sostiene que “la negación de la posibilidad de identificación social o política es un camino hacia la derrota”, ¿verdad?

Sí, verás, la forma en que mi madre pensaba sobre la mujer como identidad es muy diferente a la forma en que yo la percibo, debido a la lucha que tuvimos. Pero la lucha no es sólo cambiar una identidad en abstracto, sino cambiar la identidad a través de la transformación de nuestras condiciones materiales de vida.

Al respecto, considera que, en parte, el movimiento feminista no logró conectar la lucha por la legalización del aborto, por ejemplo, con las condiciones materiales de vida de las mujeres, ¿no? 

Sí, en parte. Creo que ha habido un cambio tremendo con la posibilidad de tener derecho al aborto en muchas partes del mundo. Es una gran victoria. Sin el movimiento feminista no tendríamos este derecho. Asimismo, no hubo suficiente lucha por el derecho a ser también madres.

A mediados de los años 1980, vimos el movimiento social por la justicia productiva en Estados Unidos. En su mayor parte, se trataba de un movimiento de mujeres afrodescendientes a quienes históricamente se les había negado la maternidad. Desde la esclavitud y durante siglos. A estas mujeres se les negó la maternidad no sólo por la esterilización, sino también porque no tenían los recursos para criar a sus hijos. Así, las mujeres negras desafiaron el movimiento feminista y la idea de que el derecho al aborto es una opción. Dijeron que esto es sólo parte de la elección. Elegir es poder decidir: ¿quiero tener hijos o no?

Aquí en Brasil, la brutalidad policial contra los jóvenes negros es también una de las formas en que las mujeres negras se ven privadas de su derecho a criar a sus hijos. 

Exactamente. Porque los jóvenes negros, evidentemente, son los que más radicalmente cuestionan la legitimidad de la norma institucional, que aún es colonial.

¿Cómo ves el movimiento feminista hoy?  

Hay movimientos feministas. Es muy evidente que los movimientos feministas más poderosos del mundo hoy están en América Latina. Son movimientos que entienden muy bien que no es posible cambiar positivamente la condición de las mujeres si no cambiamos esta sociedad regida por el capitalismo, la colonialidad y el racismo.

Hay ejemplos en Argentina, México y Brasil. Vemos movimientos feministas, por ejemplo, logrando conectar cuestiones relacionadas con la destrucción ecológica con movimientos anticoloniales.

También están desarrollando una lectura feminista de la política económica, como, por ejemplo, desde el Banco Mundial y el FMI, el uso de la deuda para crear nuevas formas de esclavitud con medios financieros. Eso es lo que están haciendo las mujeres en Argentina hoy.

¿Qué otras experiencias concretas puedes citar, pensando también en los principales desafíos que enfrentan los movimientos feministas hoy? 

Creo que hay muchos procesos que son nuevos en comparación con los años 1970. Actualmente hay muchas formas de feminismo popular en África, América Latina y Asia.

En las últimas dos décadas, hemos visto el surgimiento internacional de un movimiento muy poderoso de trabajadores domésticos, predominantemente inmigrantes, que han vuelto a poner sobre la mesa la cuestión del trabajo doméstico, el valor de este trabajo, el hecho de que que mantenga la sociedad en funcionamiento. Existe en España una organización llamada Territorio Doméstico cuyo lema es: “sin nosotras, nadie se mueve”. Sin nosotros nadie se mueve.

Por otro lado, tenemos, por ejemplo, muchas feministas que se dedican a ser incluidas en campos dominados por los hombres, olvidando a menudo que, a menos que abordemos también las cuestiones de la reproducción, la crianza de los hijos y el cuidado de las personas mayores, no podremos cambiar. Porque estos trabajos todavía los realizan mujeres y todavía están infravalorados; y el trabajo todavía moldea la vida de nosotras las mujeres, dondequiera que estemos.

Ahora han articulado este movimiento internacional con muchas formas de organizaciones. Ha sido muy poderoso. También puedo destacar el surgimiento del movimiento de mujeres indígenas, y no sólo en América Latina, sino también en Estados Unidos.

Hace años vimos un movimiento muy fuerte de mujeres indígenas que impedían la construcción de un oleoducto en Dakota del Sur. Durante meses organizaron un enorme campamento que paralizó las obras, a pesar de las pésimas condiciones: frío, policías por todas partes con perros, bocas de incendio. , etc. El campamento llegó a siete mil personas.

Esto se debe realmente al hecho de que se trataba de un gran movimiento de mujeres y su nivel de conocimiento sobre cómo reproducir la vida cotidiana incluso en las condiciones más difíciles. Es algo que ningún otro movimiento podría haber logrado.

También hay movimientos campesinos, como los que están en primera línea de la Vía Campesina, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Brasil. Muchas, en principio, no eran feministas. Ellos mismos me lo dijeron. Se volvieron feministas porque se dieron cuenta de que, para luchar, necesitaban tener autonomía, no ser consumidas por los hombres de su comunidad. No tener tu energía agotada.

En uno de los artículos del libro, mencionas que consideras un error que estemos simplemente luchando contra las cosas, en lugar de luchar para construir algo. Sin embargo, a menudo da la impresión de que necesitamos responder a ataques constantes. La brutalidad policial de la que hablamos o el genocidio en Gaza, por ejemplo. ¿Cómo escapar de esto? 

Necesitamos hacer ambas cosas al mismo tiempo. Hay momentos para salir a la calle, protestar, movilizarse y organizarse contra algo, pero eso no puede ser todo. Porque –y creo que el movimiento feminista es intuitivo y aprendió esto desde el principio– si no cambiamos también nuestra vida cotidiana, no podremos sostener la lucha.

La lucha no puede limitarse a momentos de poder que están destinados a disiparse. También tiene que ser una lucha de construcción. No podemos cambiar lo que existe a menos que lo reemplacemos con algo diferente.

Hay un ejemplo sencillo que siempre me ha impresionado. Cada vez que una huelga laboral, por ejemplo, superó los esquemas sindicales tradicionales y se convirtió en una lucha de resistencia hasta el final, en esas grandes huelgas en las que los trabajadores se jugaban todo, lo arriesgaban todo… entonces, inmediatamente, la vida cotidiana del Pueblo cambiaba. : cómo empezaron a juntarse, a compartir la vida, a comer juntos, a compartir cosas. La vida cotidiana misma se transforma. Y eso es lo que estoy diciendo. Esto tiene que suceder sobre una base más amplia y consciente.

Para sostener una lucha a largo plazo contra este régimen monstruoso que es el capitalismo, también tenemos que empezar a transformar la forma en que organizamos nuestra vida cotidiana. Porque la forma en que organizamos nuestra vida cotidiana nos quita poder, y así es como se organiza el capitalismo.

La familia nuclear, la propaganda, el individualismo, pensar sólo en uno mismo, la privacidad… Todo lo que nos venden como forma de liberación es, en realidad, una forma de debilitamiento. Sólo con otras personas podemos ampliar nuestra imaginación de lo que es posible.

¿Qué defiende usted como “militancia alegre”? 

Es con otras personas que nos nutrimos de energía, a través del amor, del cariño, de las relaciones, de hacer cosas juntos, de no sentirnos solos. Entonces nos transformamos y vamos por un día más de lucha.

No significa que no sufras, porque pagas un precio cuando luchas contra esta sociedad violenta. Pero la lucha también tiene que ser alegre. Si la lucha es sufrimiento, más dolor, más trabajo, más carga, entonces tenemos que repensarlo. No podemos seguir pensando en la revolución dentro de 500 años. Si tu vida es mala ahora, tenemos que cambiar ahora. No podemos seguir posponiendo las revoluciones hasta que llegue el tipo de futuro que nunca sabemos que llegará.

Y la vida de la gente es demasiado miserable como para añadir más trabajo. La lucha no puede ser simplemente más trabajo. También es necesario que haya algo que abra una ventana a un mundo nuevo. Abrir algo que nos dé una idea de esta sociedad que queremos construir, de otra sociedad existente, a partir del presente.

Edición: Vivian Virissimo

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¿Por qué esta huelga también es nuestra? Cuatro razones de las trabajadoras de hogar y cuidados para ir a la Huelga feminista general en Euskal Herria

Artículo original: Etxeko eta zaintza langileen IV arrazoiak Euskal Herriko greba feminista orokorrera joateko

Al calor de la pandemia, en marzo del 2021, diversas colectivas feministas en Euskal Herria nos organizamos en el marco de Bizitzak Erdigunean; una plataforma que surgió con la intención de construir una respuesta colectiva y articulada desde los feminismos frente a la que estaba cayendo.

Nos sumamos a este proceso porque como mujeres migradas y racializadas, trabajadoras de hogar, realizamos una aportación fundamental en el sostenimiento de las necesidades de cuidados de la sociedad vasca. Somos miles de mujeres, migradas y racializadas las que desde hace décadas sostenemos una parte importante de los cuidados en Euskal Herria. Especialmente, pero no sólo, las compañeras en régimen interno, en unas condiciones laborales atravesadas por relaciones de opresión y discriminación parte y producto de este Sistema colonial, racista, capitalista y heteropatriarcal en el que vivimos.

Es por ello que creemos importante estar y aportar en esta huelga. Desde nuestras experiencias, saberes y aprendizajes colectivos; reivindicando nuestra presencia como sujetas políticas con propuestas que contribuyen al proceso y al nuevo modelo de cuidados público y comunitario. Reivindicación central de la huelga y parte del Herri Akordio que, más allá del 30 de noviembre día de huelga, plantea compromisos que involucran a todas y todos a diferentes niveles (organizaciones mixtas, partidos políticos, sindicatos, asociaciones de barrio…).

¿Qué está en juego?. ¿De quién es esta huelga? ¿Cómo se hace camino colectivo? ¿Qué implica para nosotras, como colectivas de trabajadoras de hogar y de cuidados con mucha presencia de mujeres migradas-racializadas y precarizadas-, decidir ser parte de este enredo? Escribimos este articulo pensando en voz alta, intentando recoger sentires que vamos poniendo en común y nombrando, mientras vamos caminando.

Hay mucho y muy importante en juego. Pensábamos que la pandemia podía hacer que se implementaran cambios que pusieran en el centro los cuidados y las condiciones de quienes los realizamos. Eso no sólo no pasó; sino que, como sector, nos vemos cada vez peor. En papel nos han reconocido algunos derechos, pero en la práctica nos los arrebatan y vulneran. Vivimos abusos constantes que, en nuestro caso, son tal vez los más sangrantes; en especial, para las compañeras que, sin otra opción, se encuentran trabajando como internas en situación administrativa irregular.

Lo que nos pasa a las trabajadoras de hogar no es sólo nuestro problema. Somos un síntoma y un último eslabón de todo un sistema que explota, invisibiliza e infravalora casi todos los tiempos, procesos y esfuerzos de cuidados. No casualmente trabajos feminizados, racializados y precarizados.

Trastocar todo esto es una tarea urgente. Desde nuestro lugar, queremos estar… porque aportamos una labor muy importante en Euskal Herria sosteniendo desde las casas unos cuidados que no sólo deberían suministrarse desde una infraestructura pública accesible y de calidad (en la que podríamos incluso encontrar nichos de empleo en mejores condiciones), sino porque nosotras también necesitamos de cuidados y los vamos a seguir necesitando cuando seamos mayores…

Lo que sigue son alguna razones que nos mueven, por las que esta huelga también es nuestra:
I. La huelga como proceso. No creemos en los grandes acontecimientos; somos más bien hormiguitas que trabajamos pequeñito, con tiempo y paciencia. Para nosotras, la huelga está siendo un proceso en el que vamos descubriendo nuestras propias formas de estar, ser y visibilizar nuestras voces, cuerpos y relatos. Esto no es fácil, a veces los ritmos y las maneras no son las que nos gustan ni las que podemos sostener. La huelga es un proceso que no es perfecto; pero estando, aportamos cosas que nos parecen importantes. Nuestro aporte está siendo en primera persona, no desde el victimismo ni desde la crítica, sino desde la apuesta por construir un común en el que estamos involucradas. La huelga viene de lejos, muchas empezamos a organizarnos como sujetas en los paros de 2018 y de 2019, movidas por las huelgas feministas en nuestros territorios de Abya Yala…

II. La huelga como aprendizaje colectivo. En el camino estamos aprendiendo cosas que no imaginábamos: del movimiento feminista, de nuestra propia condición como trabajadoras; y, sobre todo, estamos aprendiendo lo que somos capaces de hacer. Tenemos miedo, mucho; vivimos día a día chantajes, amenazas, violencias, y las instituciones nos abandonan… Somos conscientes de que la situación de desprotección nos limita la posibilidad de protestar y nos hace más vulnerables. Por ello, las que estamos, hemos decidido que queremos estar, que no nos vamos a quedar inmóviles, no les vamos a dar el gusto. El derecho a huelga no se respeta en nuestro sector, otros derechos tampoco y los reivindicamos… Además, esta huelga va mucho más allá y más acá del 30N. Hay muchas formas y momentos para estar, participar y hacernos oir; y no los vamos a desaprovechar.

III. La huelga como ruptura-apertura que incorpora sujetas y luchas que hasta ahora no se contemplaban. El aprendizaje es también romper con ideas preconcebidas y darnos como mujeres trabajadoras de hogar una oportunidad de estar. Estamos generando espacios propios en los que vamos construyendo unidad, fuerza y radicalidad. Partimos desde nosotras, politizando lo que nos pasa y construyendo un relato colectivo que está nutriendo a la huelga que, a su vez, se va tejiendo en una clave de apertura a demandas y realidades que exigimos que estén presentes y que van rompiendo el patrón clásico de huelga al uso.

IV. La huelga como oportunidad. Para nosotras esta huelga es una oportunidad histórica de cambio que nos incluye a todas y todos. La asumimos con ilusión y responsabilidad, sabiendo que no se trata de un proceso sencillo y que hay cosas que, como trabajadoras de hogar y/o mujeres migradas, nos cuestan más. La vivimos también con cierta responsabilidad, por las compañeras que vienen detrás; para que se encuentren con algo mejor de lo que nos hemos encontrado nosotras. La huelga está siendo para nosotras una oportunidad para renacer, para romper con los roles y prejuicios que nos imponen.

La huelga feminista general es de todas, es nuestra. Vamos caminando este camino, no sin dificultades, pero también con muchos momentos que nos emocionan y enorgullecen. Estamos, desde la apuesta de construir un común, aportando desde y entre compañeras trabajadoras de hogar de diversos territorios. Nos estamos articulando más y vamos también enredándonos con compañeras de otros colectivos del movimiento feminista, del que poco a poco nos vamos sintiendo parte.

Por todo esto, nosotras, colectivas de trabajadoras de hogar y de cuidados y mujeres migradas- racializadas y precarizadas, decidimos ser parte activa de este proceso. Nos sumamos a la huelga feminista general porque no queremos quedarnos fuera. Vamos a demostrar nuestra potencia, vamos a hacernos ver y escuchar. Y haciéndonos ver, vamos a vernos y reconocernos entre todas. Nombrando y poniendo en común las cosas que nos incomodan y desmontando las violencias que nos atraviesan. Es mucho, muchísimo, lo que está en juego. Por nosotras, por otras, por todas las que han pringado toda la vida sosteniendo con sus cuerpos un sistema injusto y desigual.

Nos unimos a todas las reivindicaciones de esta huelga, y especialmente como sector exigimos ya:
¡Derogar la Ley de Extranjería!. ¡Regularizar a todas las trabajadoras de cuidados!
¡Erradicar el régimen interno del empleo de hogar!. ¡Exigir el derecho al empadronamiento y el acceso a la vivienda para todas las personas!. ¡Incluir a las trabajadoras de hogar en el Régimen General del trabajo!. ¡Mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras de cuidados!
¡Establecer para las trabajadoras de hogar un sueldo por encima del salario mínimo!

VAMOS A LA HUELGA FEMINISTA GENERAL, PORQUE ESTA HUELGA TAMBIÉN ES NUESTRA…

Griselda Amado y Yolanda Santxo (ATHCA, Araba), Candida Rivas Mendoza (Bidez Bide Elkartea, Gipuzkoa), Norma Maffare y Flabia Eskarlet (Mujeres del Mundo, Bizkaia), Mariela Garzón Villota y Biki García Olazarán (THYCNA, Nafarroa); Silvia Gonzalez y Yolanda Atoy (Trabajadoras No Domesticadas, Bizkaia).

https://vientosur.info/cuatro-razones-de-las-trabajadoras-de-hogar-y-cuidados-para-ir-a-la-huelga-feminista-general-en-euskal-herria/

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Argentina: Un encuentro de mujeres en el marco de la amenaza a los derechos conquistados

Un encuentro de mujeres en el marco de la amenaza a los derechos conquistados

Desde este sábado y hasta el lunes, unas cien mil personas debatirán y pondrán en común la nueva agenda feminista. Los desafíos del momento.

Unas 100.000 mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, intersexuales y no binaries de todo el país se reunirán este fin de semana en San Carlos de Bariloche –territorio ancestral de Furilofche– para reunirse en el 36° Encuentro Plurinacional con el fin de discutir y poner en común la política feminista. Este año, esa agenda se ve interpelada por las próximas elecciones y los avances de las derechas que amenazan los derechos conquistados en el país y en toda América Latina.

Una ceremonia ancestral en el Velódromo Municipal, ubicado en las calles Elflein y Sarmiento, dará comienzo al Encuentro el sábado a las 7. Los talleres de este año contemplarán 112 temáticas diferentes, organizadas en 12 ejes, para discutir, problematizar e intercambiar los primeros dos días del Encuentro. Estos son: «Trabajos de cuidado y de reproducción de la vida»; «Coyuntura geopolítica y económica»; «Trata de personas y sistema prostituyente»; «Trabajo y desocupación»; «Derechos humanos y acceso a la Justicia», entre otros que se pueden consultar en la página del Encuentro.

Asimismo, el sábado a partir de las 19, se realizará la Marcha Plurinacional contra los Travesticidios y Transfemicidios, que partirá desde la Plaza de los Pañuelos y Cultrunes. A las 21, comenzará el «Festi Torta» en el Velódromo.

Además, las «encuentreras» coparán la ruta Juan Marcos Herman y Beschtedt el domingo a las 18.30, para iniciar la tradicional marcha del Encuentro. A las 21 habrá una peña para cerrar el segundo día.

El lunes a las 10 tendrá lugar el acto de cierre, donde se elegirá la próxima sede y se hará la lectura de las conclusiones obtenidas de los intercambios en los talleres.

Ésta es la tercera vez que el Encuentro se hace en San Carlos de Bariloche, ya que también fue sede del 14º Encuentro en 1999 y en el 26º, en 2011. El año pasado se eligió como sede la ciudad de Río Negro en los dos encuentros realizados en San Luis, luego de que, el 4 de octubre de 2022, un violento operativo de desalojo a la comunidad Lafken Winkul Mapu de Villa Mascardi, llevado adelante por el Comando Unificado de Fuerzas Federales de Seguridad, tuviera como resultado la detención de siete mujeres mapuches.

“En San Luis decidimos que se hiciera en Furilofche, porque el 35º Encuentro se realizó bajo el impacto de la prisión de las hermanas mapuches, entre ellas la Machi Betiana Colhuan”, explicó Claudia Korol, periodista argentina, educadora popular y feminista.

En diálogo con Página 12, Korol amplió sobre la situación de la mujeres detenidas: “Hoy las hermanas están en libertad condicional, pero fue detenida y está en prisión domiciliaria Yesica Bonefoi, otra hermana mapuche criminalizada. El gobierno nacional, si bien cumplió con la libertad (condicional) de las presas mapuches, no resolvió ninguno de los otros temas acordados. La machi no puede regresar al rewe, su lugar ancestral de sanación y ejercicio de la espiritualidad, no se construyeron las rucas (casas) que les prometieron, y los capos de parques nacionales siguen actuando como dueños y señores de las tierras”.

“El Encuentro es plurinacional. Pero ahora nos interpelamos, ¿en qué se modifica por serlo? ¿en qué nos transforma? El racismo estructural campea en las calles y se pavonea en clave patriarcal. Los varones del Olimpo sacuden su rabia frente a los avances históricos de los feminismos. Se impone abrir nuevos debates y prácticas, que aporten al reconocimiento de las cosmovisiones de los pueblos originarios, descolonizando nuestras miradas del mundo”, reflexionó.

En este sentido, la periodista aseguró que no alcanza con compartir los talleres y las asambleas, es importante participar de la asamblea de feministas del Abya Yala, el domingo a las 12 en el Centro Cívico y acompañar a las hermanas mapuches que invitan llegar al rewe el lunes, como última actividad del encuentro. Korol lo reconoce como fundamental “para realizar una práctica feminista plurinacional, que acuerpe efectivamente a las hermanas en lucha y para sentir ahí una energía que necesitamos recuperar para la vida de los pueblos, para la salud comunitaria, para el buen vivir”.

Referentas del campo popular y feminista miran con expectativa los tres días que siguen, como una oportunidad para enfrentar la amenaza de “aires fascistoides, misóginos y conservadores”, que, según Korol, “caldean el clima político y amenazan al conjunto de derechos ganados”.

En ese sentido, la socióloga Dora Barrancos celebró la unidad conseguida para este Encuentro. “Estos caminos convergentes son fundamentales en la hora que estamos viviendo”, aseguró en referencia a la decisión de la Comisión Organizadora, luego de un 2022 con dos Encuentros en San Luis.

“Este Encuentro agrupa finalmente a tantísimas mujeres de diferentes visiones políticas, pero que en esta oportunidad cuentan con una coincidencia mayoritaria, sino absoluta: la de resistir la llegada a la presidencia de Milei y Villarruel, que son evidentemente la más grave amenaza a la democracia”, aseguró la historiadora, educadora y feminista argentina, en diálogo con este diario.

Esta vez, las encuentreras se reúnen una semana antes de que los argentinos y argentinas vayan a las urnas para elegir un nuevo presidente. Barrancos se refirió a los candidatos de La Libertad Avanza (LLA): “Es una fuerza que nos deja completamente azoradas y azorados, especialmente por esta capacidad de reponer nada menos que el relato de la justificación del terrorismo de Estado”.

Y advirtió: “El negacionismo no es simplemente negar lo ocurrido, no es solo negar toda la atrocidad, el horror, el terror vivido. Se trata de legitimarlo. Los negacionistas en verdad lo que hacen es darle un aura completa de legalidad a la atrocidad. En su concepción final está efectivamente la idea de que debería haber sido más dura la mano extinguidora”.

Frente a esta coyuntura, la investigadora expresó: “Estoy segurísima de que entre nuestras compañeras, nuestras amigas, nuestras congéneres y nuestras diversidades habrá una firme convicción de hacer lo indecible para que el próximo 22 de octubre no se imponga una fórmula que es un desquicio en todos los sentidos y una regresión de todos los derechos”.

“No tengo miedo”, expresó por su parte Nina Isabel Brugo. “No tengo duda de que frente a esta coyuntura política las mujeres estaremos movilizadas en el lugar correcto. No tengo temor, porque nosotras siempre hemos sido personas que fortalecemos lo progresista y democrático y no vamos a quedarnos quietas frente a una derecha y ultraderecha que viene por nuestro país”, aseguró.

La abogada laboralista, militante política y feminista dijo presente en todos y cada uno de los Encuentros. “Desde que fui al primero, en 1986, me enamoré de la potencialidad transformadora y el dinamismo de las mujeres debatiendo. Por eso no falté a ninguno y por eso el año pasado fui al plurinacional”, manifestó en diálogo con Página 12.

“Hoy voy con una gran incógnita –advirtió Brugo–. Revisando los nombres de los talleres, encontré términos que yo desconozco, sobre todo términos que tienen que ver con la sexualidad y las diversidades. Frente a esto me pregunto, si a mí me pasa esto, ¿cómo lo recibirán las mujeres del campo popular que no están acostumbradas?”. “Voy con esta incógnita pero con buena voluntad para escuchar. El año pasado fui al encuentro plurinacional porque yo creo que es necesario cambiar y adecuar a la realidad esto que venimos haciendo hace 36 años”, completó.

“Si hay posibilidad de construir, no solo en nuestro país sino en toda Latinoamérica, una vida mejor, estoy segura de que somos las mujeres las que lo vamos a lograr. Hemos demostrado y estamos demostrando nuestra capacidad transformadora para crear una sociedad más progresista e igualitaria en todo sentido. Tenemos el poder de mantener la democracia encausada. Y ahora a este tilingo de ultraderecha lo vamos a frenar nosotras”, resaltó.

Fuente: https://rebelion.org/un-encuentro-de-mujeres-en-el-marco-de-la-amenaza-a-los-derechos-conquistados/

 

 

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