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Mary Wollstonecraft: la educación de las mujeres como principio básico de igualdad e independencia

Por: Fernanda Balangero 

Mary Wollstonecraft, la primera filósofa feminista de la historia. Causó un enorme revuelo en su época. La vida y la obra de Mary Wollstonecraft son un ejemplo de la búsqueda de la independencia, que trató de contagiar a las mujeres de su tiempo, pero también, y muy especialmente, a las generaciones que estaban por venir.


En el siglo XVIII se difundió en Europa la idea de la igualdad de las personas, ligada a la Revolución Francesa de 1789. Un gran número de mujeres tomó parte en los levantamientos, como en la legendaria «Marcha sobre Versalles» del 5 de octubre, a la que se unieron más de 8000 trabajadoras y ciudadanas. La libertad, igualdad y fraternidad eran los tres pilares que se reclamaban a viva voz. Si bien la movilización social iba generando cambios, como la creación de nuevas formas de gobierno, el poder seguía estando en mano de los hombres. La Constitución Francesa de 1791 abogaba por la eliminación de los privilegios aristocráticos en nombre de los «Derechos del hombre y del ciudadano», pero denegaba a las mujeres los derechos de ciudadanía igualitaria. La artista y activista francesa Olympe de Gouges escribió ese mismo año Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana, cuestionando que el elevado objetivo de construir una nueva sociedad en la cual todos los hombres fueran libres e iguales, se dirigiera solo a la mitad de la humanidad. Otros temas que ya habían motivado su activismo eran la abolición de la esclavitud y el derecho al divorcio, pero en 1793 la guillotina puso fin a su vida. Siguiendo las ideas de su libro, en 1792 la escritora inglesa Mary Wollstonecraft publicó Vindicación de los derechos de la mujer, denunciando el estado de ignorancia y dependencia civil en el que se seguía relegando a las mujeres, así como también apelando a legisladores y a la población en general para generar conciencia social sobre la necesidad de un cambio aún mayor.

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En una época en la que una fuerte tradición misógina difamaba a aquellas escritoras que intentaban entrar en el «universo masculino de la literatura», considerando una «falta de recato» que osaran publicar y llevando a muchas a permanecer en el anonimato, Wollstonecraft desafió con sus escritos las sesgadas miradas de prominentes figuras intelectuales y formó parte del estimulante círculo que incluía a Samuel Johnson y Thomas Paine. Como una gran pionera de los movimientos feministas que surgirían años después, tanto sus cartas como sus libros reflejan con gran audacia y originalidad una exploración de los problemas sociales desde una posición que reconoce la humanidad en su totalidad. Los ideales que defendía no habían sido alcanzados hasta el momento ya que delineaban, sin considerar distinciones de clase o casta, la igualdad social e intelectual de los sexos a la vez que asociaban los privilegios de los hombres con la subyugación de la mujer. La consistencia de su planteamiento por la justicia social permea toda su obra, engranando un amplio espectro de temas como la tiranía con que ciertas instituciones sociales oprimen al ser humano, la educación como base de independencia y libertad, las nefastas consecuencias del matrimonio como única alternativa «decente» para una mujer, las degradantes condiciones de los trabajadores pobres y la corruptibilidad de los políticos. El pensamiento filosófico de John Locke y el de Richard Price influyeron en su trabajo, con la afirmación recurrente de que el crecimiento moral e intelectual eran inseparables, iluminándose mutuamente la fe y la mente. Pero su referente destacado fue la historiadora Catharine Macaulay que en 1790 publicó Cartas sobre la educación, afirmando que si hombres y mujeres eran iguales ante Dios también debían serlo en su vida terrenal, proponiendo un modelo educativo que dejara de suprimir la energía natural de las mujeres hasta convertirlas, según el ideal femenino de entonces, en personas dependientes, sentimentales y débiles.

En Reflexiones sobre la educación de las hijas, primer libro de Wollstonecraft de 1786, ya pueden identificarse ciertos trazos de las temáticas que se expondrán en su Vindicación. Se trata de un conjunto de ensayos sobre los cuidados en la infancia, con especial énfasis en la educación de las niñas. Si bien eran comunes los libros de conducta, el suyo se diferenciaba de los tradicionales, y fue su sorprendente enfoque lo que llamó de inmediato la atención del editor Joseph Johnson, quien apostaría por su trabajo desde ese momento. En un capítulo titulado «Situaciones desafortunadas», describe las dificultades a las que se enfrentaban las jóvenes que debían ganar su sustento porque sus padres habían perdido sus medios económicos. Gran parte del contenido surgió de su propia experiencia, puesto que su progenitor era alcohólico y había despilfarrado la herencia familiar. A los 19 años Mary dejó su hogar para trabajar como dama de compañía de una viuda adinerada y luego también como institutriz en una familia de raíces aristócratas. En contraste con la realidad de su propia familia, estas vivencias le brindaron la oportunidad de conocer y reflexionar sobre ciertos estilos de vida que conducían a existencias superficiales y ociosas; puntualizando en la formación que se dirigía a las mujeres, basada en una excesiva importancia en el aspecto exterior, trivialidades y modales artificiales, pensados para impresionar al «sexo opuesto». También ejerció como docente y en su firme compromiso con la educación de todas las personas, expresó ideas revolucionarias para la mentalidad de la época, como promover el ejercicio mental sin descuidar el desarrollo emocional de niños y niñas, sin temor a formar mujeres inteligentes e independientes y hombres preparados para experimentar y mostrar su sensibilidad.

En 1788 publicó la novela Mary y el ejemplar de literatura infantil Relatos originales de la vida real, que en su reedición de 1791 contó con ilustraciones del poeta y grabador William Blake, xilografías que en perfecta armonía con el estilo de Wollstonecraft rompían con la ornamentación rococó de principios del siglo dieciocho y se centraban en iluminar los estados del ser. Hasta ese momento, sus escritos se habían mantenido dentro de lo que se consideraba géneros literarios menores, abiertos en parte a las mujeres: ficción, libros de comportamiento e infantiles. Pero en 1790, con la edición de Vindicación de los derechos del hombre, la escritora entra en un ámbito reservado en ese periodo solo a los varones: la política. Se trató de una respuesta a Reflexiones sobre la Revolución francesa, elocuente y enérgico ataque que Edmund Burke hacía al levantamiento y a sus simpatizantes ingleses. Su aplomo, resolución e integridad la llevaron a desafiar a un oponente del calibre de Burke, quien había sido durante años uno de los principales oradores en la Cámara de los Comunes, representando siempre los intereses de la nobleza y los valores asociados a la caballería. La magnífica argumentación que ella presenta como contrapartida a esa nostalgia por los obsoletos códigos de comportamiento de las clases altas, es un ataque al sistema de valores de la aristocracia que mantenía sometida a la mayor parte de la humanidad, y en sus pasajes más reivindicativos, representa las desventajas y sufrimientos de las clases bajas inglesas, impugnando las verdaderas motivaciones de Burke.

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A pesar de los importantes cambios que la revolución proclamaba, Wollstonecraft sintió un duro golpe tras confirmar que no afectarían materialmente la posición de la mujer en la sociedad. Fue entonces cuando escribió Vindicación de los derechos de la mujer, un libro sin precedentes en cuanto a las observaciones de primera mano que brindaba sobre los obstáculos y situaciones indignas a las que se enfrentaban las mujeres, condenando esa injusticia de manera articulada y contundente. En el Capítulo V, dedica una sección entera a rebatir las teorías expuestas por Rousseau en Emile, sobre la debilidad innata e inferioridad intelectual de las mujeres. Cada una de las páginas de Vindicación está destinada a demoler el estigma que las asociaba con criaturas sentimentales e intuitivas, carentes de capacidad para desarrollar su intelecto, pero muy proclives a desplegar astutamente su coquetería para conseguir sus fines. Afirma que el diferente tipo de educación que hombres y mujeres habían recibido hasta entonces se debía a prejuicios irracionales sobre sus diversas naturalezas, promoviendo mujeres oprimidas, centradas en aspectos superficiales que lograran atraer la protección de un hombre y satisfacer sus necesidades. En sus palabras: «…Es tiempo de realizar una revolución en las formas de conducta enseñadas a las mujeres —tiempo de devolverles la dignidad perdida—…»; «Fortalecer la mente de la mujer para otorgarle amplitud, y de esta forma terminar con la obediencia ciega; pero como la obediencia ciega es algo que necesitan quienes ostentan el poder, tiranos y hedonistas están en lo cierto cuando se esfuerzan por mantener a la mujer en la oscuridad, porque los primeros quieren esclavos, y los segundos objetos de placer»; «Mi deseo no es que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas». Su perspectiva era notablemente radical en un periodo en el que las mujeres no poseían derechos políticos; los roles que podían desempeñar fuera de sus hogares se limitaban a unos pocos como empleadas domésticas, institutrices o cuidadoras; y como personas perdían sus derechos legales tras el matrimonio, pasando a manos de sus maridos todos sus bienes.

El libro causó sensación, tuvo una segunda edición ese mismo año en Inglaterra, otras en Estados Unidos y traducciones al francés y alemán. Resultó escandaloso para las mentes más conservadoras e incluso recibió respuestas satíricas, como Vindicación de los derechos de las bestias, del filósofo neoplatónico Thomas Taylor; pero, por otro lado, ecos de sus lúcidos análisis se vislumbran ya en la literatura femenina del siglo XIX. En Villette y en Jane Eyre, la escritora Charlotte Brönte retrató muy bien los aprietos experimentados por las jóvenes que sin dinero y sin una «posición adecuada» debían ejercer como institutrices o maestras en internados. En las novelas de Jane Austen Orgullo y prejuicio, Mansfield Park y Persuasión, algunos de sus personajes femeninos reprueban el modelo tradicional que se espera de ellas, como Elizabeth Bennet que opta «engreídamente» por defender su independencia; Fanny Price que rechaza las trivialidades; y Anne Elliot, quien afirma: «Los hombres han tenido la ventaja sobre nosotras de contar su propia historia. La educación que se les ha brindado ha sido superior a la nuestra: la pluma ha estado en sus manos». La futura poeta Elizabeth Barret solo tenía 18 años cuando leyó Vindicación en 1818 y dos años más tarde declaró su natural independencia de mente así como su repudio por la superficialidad asociada a la vida de las mujeres. En su poema narrativo «Aurora Leigh», escrito en 1857, el énfasis en la educación de la heroína es evidente, así como su necesidad de desarrollarse como artista. Por su parte, en la década de 1850 la escritora George Eliot escribió un interesante artículo en Westminster Review, luego de leer con admiración el libro y observó que en la Inglaterra Victoriana, el libro casi no se vendía, hecho que no resulta sorpresivo siendo una época que se caracterizó por considerar a la mujer «el ángel del hogar». Casi un siglo después, en 1929, Virginia Woolf publicaría un ensayo sobre Wollstonecraft, afirmando: «Está viva y activa, debate y experimenta, escuchamos su voz y rastreamos su influencia, incluso entre los vivos». Y, efectivamente, su trabajo es considerado hoy un clásico de influencia trascendental en la historia social de las mujeres, lectura de referencia de líderes de los movimientos feministas.

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Recientemente (noviembre de 2020) se inauguró una escultura dedicada a Mary Wollstonecraft en la plaza Newington Green en Londres, ciudad en la que más del 90% de los monumentos celebran a hombres. La artista Maggi Hambling ha sido su creadora, dando forma a una figura de mujer desnuda en bronce que emerge sobre lo que parece ser la cumbre de un agudo peñasco. Un gran número de críticas surgieron de inmediato, causando furor entre quienes consideran inadecuado un cuerpo desnudo como su homenaje. Hambling ha explicado su decisión proclamando que la ropa define y restringe las reacciones de la gente, la figura está desnuda, libre de las ataduras de su época y representa a todas las mujeres; ella fue una escritora rebelde y pionera, la escultura motiva un diálogo visual con todos los obstáculos que tuvo que superar y los ideales por los que luchó. En el pedestal, las palabras «For Mary Wollstonecraft» dejan claro que es una obra de arte dedicada a la artista, y no un reflejo de su aspecto físico como pueden ser los retratos que de ella se han realizado. La Tate Gallery de Londres conserva un cuadro pintado por John Opie en 1791, en el que se puede ver a Mary retratada con un aspecto muy acorde al estilo de su época. Fue encargado por un admirador, mientras la autora se encontraba escribiendo Vindicación de los derechos de la mujer, y fue ella quien le dijo: «Si el retrato no se me parece, podrá encontrar un boceto mucho más fidedigno en mi próximo libro… en el cual yo misma apareceré… en mente y corazón». Falleció a los 38 años, días después de dar a luz a su hija Mary Shelley, quien también dejaría una huella indeleble en la historia de la literatura universal como autora de la novela gótica Frankenstein.


Bibliografía—-

FLEXNER, Eleanor (1972) Mary Wollstonecraft. A biography. New York: Coward, McCann & Geoghegan
GORDON, Lyndall (2005) Mary Wollstonecraft: A New Genus. London: Little, Brown & Company
GREENBLATT, Stephen (ed.) (2012) The Norton Anthology of English Literature. Volume 2. New York: W.W. Norton & Company, Inc.
MAZEL, Ella (ed.) (1995) Ahead of her time. A sample of the life and thought of Mary Wollstonecraft. New York: Bernel Books
WOLLSTONECRAFT, Mary (1989) A Vindication of the Rights of Women. New York: Prometheus Books


Fuente:https://tribunafeminista.elplural.com/2021/04/mary-wollstonecraft-la-educacion-de-las-mujeres-como-principio-basico-de-igualdad-e-independencia/

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Chile: Aborto, educación sexual y falta de protección

Por: www.elmostrador.cl

“La maternidad será deseada o no será”, es una de las consignas de lucha que suena fuerte en las agrupaciones y movimientos feministas alrededor del mundo en el último tiempo. Esta frase, para millones de mujeres es de mucho sentido y profundidad, debido al largo camino que se ha recorrido por años de sociedad patriarcal para lograr separar a la mujer del rol de ser madre.

Afortunadamente, las nuevas generaciones han comprendido que la maternidad debe ser una opción para la mujer y no una imposición. Se debe elegir ser madre o no serlo sin temer al juicio social. Asimismo, en la actualidad, se entiende que no hay sólo una forma de ser madre, sino que existe una amplia diversidad; madres lesbianas, madres solteras, madres adoptivas, madres sin gestar.

Pero, para tener el poder de decisión sobre los derechos sexuales y reproductivos, es necesario que existan garantías, educación y protección.

¿Es suficiente una Ley de Aborto en Tres Causales?

La matrona y encargada del Área de Ginecología del Departamento de Promoción de Salud de la Mujer y el Recién Nacido de la Universidad de Chile, Alicia Carrasco, cree que se está avanzando hacia un Ley de Aborto Libre, como ocurrió en Argentina en diciembre del año pasado. La profesional señala que esto responde a que las sociedades van avanzando con conocimiento, educación y exposición de casos.

“La Ley de Aborto en las Tres Causales probablemente no habría sido aprobada hace cinco años atrás. El país vivió un proceso en que se empezaron a abrir temas como los derechos sexuales y reproductivos. Además, estamos en un momento legislativo muy importante, en donde se puede escribir una nueva Constitución con equidad de género. Tenemos una historia de avance”, comenta Carrasco.

Por su parte, la matrona y Coordinadora del Área de Salud de la Asociación Chilena de Protección a la Familia (Aprofa), Bélgica González, señala que a nivel político las mujeres no estamos representadas.

“Hay grupos de poder que están frenando una demanda social que es tremendamente válida, no se está pidiendo un favor, se está pidiendo que se respete un derecho. Frente a una persona que no tiene conocimientos de su educación sexual y reproductiva, es mucho más fácil vulnerarla en sus derechos. Entonces, hay un tema que tiene que ver con poder elegir a nuestras representantes para que apoyen nuestras demandas, con quitarle poder a entidades como la Iglesia”, enfatiza González.

La importancia de la Educación Sexual Integral

En Chile, no existe una ley que busque proteger, respetar y garantizar el derecho humano a la Educación Integral de la Sexualidad desde los primeros años de vida, con personas debidamente capacitadas para este ejercicio. Esta propuesta educativa corresponde a un mecanismo de protección para niñas, niños y jóvenes; es una defensa a sus derechos humanos y a su dignidad.

Ante esto, Alicia Carrasco comenta que “existe una estigmatización, una forma de ver de manera peyorativa y desestimar la importancia de esta ley que protege el bien superior del niño, la niña y el adolescente”. Agrega que “uno de los grandes temores es que se enseñen cosas que no van acorde a la edad o generar cierta ideología y se desecha la importancia que tiene que el niño y la niña conozca desde pequeño las partes de su cuerpo; cómo se llaman, qué les va a pasar, el cambio en la pubertad”. En este sentido, la profesional de la salud señala que este tipo de educación permite prevenir el abuso. “Eso es, saber cuándo algo le haga sentir mal, incómodo y lo sepa verbalizar”.

En este sentido, el rol de los padres, tutores o adultos responsables es primordial en la enseñanza de la sexualidad, así como también el rol que juegan profesores y docentes. Sobre estos últimos, Bélgica González señala que aún les falta capacitación y asesoría para que puedan abordar estos temas en la sala de clases. “Pero para eso estamos otro tipo de profesionales, como las matronas o psicólogas especializadas en Educación Sexual, que podemos desarrollar capacitaciones didácticas para acercarnos a enseñar la salud sexual y reproductiva a las distintas edades, abordando las diferentes problemáticas”, comenta.

Asimismo, se destaca que la Educación Sexual Integral comienza a edad temprana y se mantiene por los años, podría ser una herramienta infalible en la prevención del abuso, como también de las infecciones y del embarazo no deseado, por ejemplo.

Anticonceptivos defectuosos y embarazo no deseado

Más de 200 mil cajas de Anulette CD defectuosas fueron entregadas gratuitamente por el sistema de salud pública a lo largo de todo el país. Ante esto, se ocasionó una gravísima negligencia que afectó a cerca de 170 mujeres, las cuales quedaron embarazadas. El error fue reconocido por la autoridad, sin embargo, los laboratorios a cargo de la fabricación de estos fármacos solamente debieron pagar una multa fiscal, sin compensar directamente a las mujeres afectadas.

Para Alicia, esto fue derechamente una catástrofe. “Esta es una falla muy grave del laboratorio y no basta con una compensación económica del Estado. Debería haber una compensación económica por largo tiempo porque no se abre la posibilidad del aborto para quienes quisieran, ya que no entra dentro de las Tres Causales”, reconoce.

“Si estaban tomando un anticonceptivo era porque no querían tener un hijo. No era su momento ahora y quizás más adelante tampoco. Me parece que debieron haber ofrecido la posibilidad del aborto, es algo que está totalmente en línea con las necesidades que tienen las mujeres. Es parte de la regulación de la fertilidad que incluye la posibilidad de tener un aborto cuando un método anticonceptivo falla y más aún en este caso, cuando no ha sido por una irresponsabilidad de la usuaria, sino por una negligencia”, finaliza.

https://www.elmostrador.cl/braga/2021/04/28/aborto-educacion-sexual-y-falta-de-proteccion-una-persona-que-no-tiene-conocimientos-de-su-educacion-sexual-y-reproductiva-es-mucho-mas-facil-vulnerarla-en-sus-derechos/

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Una mujer maltratada es detenida, vejada y apartada de sus hijas en un delirante proceso judicial en Extremadura

Fuentes: https://www.publico.es/

La denuncia de los malos tratos que Sara B. B. sufría por parte de su pareja inició un enrevesado proceso judicial en el que dos de las juezas han sido expedientadas por el CGPJ por decisiones que califica de «medievales». El Constitucional valora si el tratamiento dado a la mujer por parte de la Policía puede considerarse «tortura».


El caso de Sara B.B. parece la trama de un thriller judicial en el que cada vuelta de tuerca es más sorprendente que la anterior. Fue detenida sin previo aviso cuando acudió al juzgado junto a su hija pequeña para recoger un documento. En pocas horas fue detenida, obligada a desnudarse y someterse a un examen de sus partes más íntimas y separada de sus hijas de forma violenta porque su expareja la acusó de haber secuestrado a las niñas y de estar en paradero desconocido (incluso en el extranjero) a pesar de que no se había movido de su casa. Sara seguía trabajando en el mismo hospital y las niñas seguían haciendo su vida habitual. Un disparate judicial de tal alcance que dos de las juezas que participaron en el caso han sido expedientadas por la comisión disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por aplicar lo que han calificado de métodos «medievales» y el Tribunal Constitucional valora si admite recurso un de amparo por «tortura» hacia ella.

Desde hace dos años Sara no ve a sus hijas ni ha podido hablar con ellas, aunque no existe una orden de alejamiento ni prohibición de comunicación. Recientemente los abuelos maternos han podido verlas por espacio de una hora los domingos en un punto de encuentro familiar, pero con la condición de que no pueden hablar sobre la madre con ellas ni mostrarles fotos ni llevarles regalos. Así lo solicitó la abogada de su expareja y lo estableció un juzgado en uno de los autos. A lo largo de todo el proceso judicial, que dura ya más de cinco años, los autos y sentencias revisados por este periódico muestran una extraña complacencia con los deseos y solicitudes de la expareja de Sara en las decisiones judiciales, incluso hasta el punto de constituir irregularidades jurídicas.

Cuatro años después de comenzado el litigio por la custodia de las niñas las medidas impuestas siguen siendo provisionales y recién el próximo 27 de abril tendrá lugar la vista ​definitiva en el juzgado de Zafra (Badajoz).

De los malos tratos al vapuleo institucional

Todo comenzó en febrero de 2016 cuando Sara acudió a la primera revisión de su segundo embarazo y el médico detectó que se encontraba «en estado de crisis de ansiedad» y con un «trastorno depresivo» y de oficio inicia el proceso. Es entonces cuando Sara empieza a narrar los malos tratos físicos y psicológicos de los que estaba siendo víctima desde hacía tiempo. «Ella no quería denunciar, pero la apertura del informe médico de maltrato abrió el proceso», explica Ana María González de la organización Mujeres Libres, Mujeres en Paz, que le presta apoyo. Esta organización, junto a otras, ha impulsado la campaña #MamáEstáCastigada para recabar apoyo ciudadano para Sara.

«Al principio parecía el hombre de mi vida, todo perfecto. Pero enseguida se metió en mi casa y me empezó a aislar. No quería que viera a mi familia ni a mis amigas. Tenia ataques de ira en los que daba golpes, amenazaba con suicidarse poniéndose un cuchillo en la garganta o con quitarme a la niña. Me decía que si iba a casa de mis padres me denunciaría por secuestro de las niñas y me chantajeaba con que no lo quería. Me controlaba el móvil y en ocasiones me encerraba en casa… Yo no me di cuenta de cómo empezó, pero poco a poco me fue anulando y no fui consciente de ello», relata Sara.

Desde el momento en el que se inicia el proceso judicial, señala Sara, a los malos tratos que había sufrido por parte de su pareja se sumó un maltrato institucional indescriptible que aún no ha terminado.

Las denuncias por malos tratos físicos y psicológicos fueron sobreseídas provisionalmente en el juicio. El juez no encontró pruebas «objetivas» suficientes para condenar, considera que el testimonio de Sara no es creíble y considera «inverosímil» el hecho de que una mujer con su nivel de formación y cultura no hubiera denunciado antes los hechos.

También fueron archivadas las denuncias interpuestas de oficio por el centro de salud por posibles abusos sexuales que la mayor de sus hijas comenzó a manifestar tras las visitas con el padre. Pese a los informes de psicólogas que afirman que el relato de la menor de dos años era creíble, esta causa también quedó sobreseída, como suele ser habitual en la mayoría de los casos de abusos a menores.

Las medidas provisionales previas establecidas tras la separación concedieron a Sara la custodia de sus hijas y a su expareja un amplio régimen de visitas. Pero hacia finales de 2017 todo el proceso se anula porque se descubre que su abogada estaba inhabilitada y tenía prohibido el ejercicio profesional. Esta circunstancia había dejado a la madres sin actuaciones judiciales clave a lo largo de esos meses.

El 21 de marzo de 2018 se convoca una nueva vista. La expareja de Sara solicita la custodia de las menores y el juez se la concede, incluyendo la custodia de la hija menor, a la que no conocía y con la que no tenía ni tiene ningún tipo de filiación paterna porque no la había reconocido legalmente como hija. En su argumentación, el juez explica que al no haberse probado los abusos sexuales no hay impedimento para el cambio de custodia y a Sara se concede un régimen de visitas. Todas los recursos contra esta decisión fueron denegados. Este inhabitual cambio de custodia se produce en el que se conoce como procedimiento de medidas provisionales previas, una vista de urgencia que establece cómo, con quién y con qué medios vivirán las menores hasta que se tomen las medidas paterno filiales definitivas. Lo anómalo en este caso, es que la vista para estas medidas definitivas se haya retrasado más de tres años.

Una sustracción inexistente

A la semana siguiente de la vista, entre el 28 de marzo y el 5 de abril, la expareja de Sara interpone cinco denuncias acusándola de la sustracción de sus hijas y pide al juzgado que las entregue o que se la detenga. En ellas afirma que teme por las menores y que no sabe dónde están o incluso si están en el extranjero. Tal como afirman fuentes conocedoras del caso él vivía en ese momento en Badajoz a escasos metros de Sara y sus hijas. Ella seguía trabajando en el mismo hospital y viviendo en la misma casa. Sara asegura que nunca recibió ningún escrito ejecutorio del auto judicial que debía establecer cómo y dónde debía entregar a las niñas.

A partir de ese momento dos juezas del juzgado de instrucción nº1 de Zafra (Badajoz) que sucesivamente intervinieron en este caso emitieron sendos escritos de ejecución forzosa del cambio de custodia. En ellas M.R.A.F como sustituta del juzgado primero, y P.J.D.G., luego como jueza titular, emitieron diversas providencias exigiendo a la Guardia Civil, a la Policía Nacional o al cuerpo policial de la UFAM (una unidad especializada en familia y atención a las víctimas de violencia de género) que averiguaran el paradero de Sara y sus hijas para que entregara a las menores o que procedieran a su inmediata detención si no lo hacia. Una actuación que contó, además, con el beneplácito de la fiscal del caso, a pesar de que se trataba de una actuación totalmente ilegal en una jurisdicción civil.

A finales de 2018 el juzgado de lo penal nº3 de Badajoz en una diligencia previa se había mostró contrario a iniciar una orden de detención contra Sara. Afirmó que «la única circunstancia que podría motivar la adopción de una medida penal sería el grave riesgo para la salud o la integridad de las menores, circunstancia que no se ha acreditado» y que lo único que puede motivar una medida cautelar penal es el bien superior de las menores. Decía que la detención «nos se considera necesaria en el presente caso, dada las escasas relaciones de las menores con el padre (que al parecer la pequeña ni conoce) y lo traumática que iría para ellas que su primer contacto con él después de tanteo tiempo ocurriera de esta manera».

Este mismo juzgado de lo penal vuelve a argumentar en contra de la detención en febrero de 2019, cuando la expareja de Sara vuelve a solicitar de forma urgente que se proceda a la detención de la madre. Los jueces vuelven a afirmar que no procede porque no concurren los supuestos legales» y porque Sara «compareció ante este tribunal cuando fue citada a declarar» y está personada con abogada y procurador.

Una detención ordenada desde un juzgado civil

Ninguna de estas argumentaciones frenaron la exigencia de las juezas del juzgado de los civil para que fuera detenida. El 10 de abril de 2019 Sara acudió al juzgado nº3 de Badajoz para recoger la notificación del juicio oral por sustracción, un documento que sólo se puede entregar personalmente. Cuando estaba por salid del edificio un grupo de policías de la UFAM la detuvieron, la llevaron a comisaría y la metieron en un calabozo. Sara llevaba una grabadora encima y la enciende en el momento de la detención.

Sara relata el maltrato que reciben ella y su hija mientras están detenidas en comisaría en la que no les dan de comer hasta las cuatro de la tarde, pese a los llantos de la menor. En un momento dado se llevan a la niña y llaman a la abuela materna para que traiga a la hija mayor que tenía cuatro años. Desde la celda, que está debajo del párking, Sara escucha los gritos de las niñas cuando se las entregan a su expareja. Desde ese día no ha vuelto a verlas ni a hablar con ellas.

Horas después de estar detenida, una Policía le dice que se desnude, que se quite «las braguitas» y se acuclille para mirar la zona perianal por si tuviera algo. Esto ocurre sin ningún tipo de intimidad y de forma vejatoria e innecesaria. Cuando Sara es detenida estaba en un juzgado donde había tenido que pasar por un arco detector de metales.

Las actuaciones irregulares de la policía no acaban allí. Una vez que le han retirado a las niñas no la dejan en libertad, aunque no haya ningún motivo para mantenerla detenida. A las siete de la tarde Sara solicita interponer un habeas corupus, un mecanismo legal que protege contra arrestos arbitrarios y obliga a comparecer de forma inmediata ante un juez que determine si el arresto es conforme a la legalidad.

Sin embargo nada de esto ocurre y Sara continúa detenida hasta las 15.30 horas del días siguiente. Cuando Sara pregunta por qué no la han dejado marchar, la Policía le responde que la habían dejado allí porque puso un habeas courpus, respuesta que volvió a dar la Policía en una vista cuando la abogada de Sara hizo esa misma pregunta.

Amparo al Constitucional y denuncia de dos juezas

Tras esta violación de derechos fundamentales, la defensa de Sara presentó un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Este recurso no ha sido aún admitido formalmente, pero el alto Tribunal solicitó al juzgado todas las pruebas sobre el caso antes de tomar una decisión. Según algunas juristas, el Constitucional suele rechazar el 80 o 90% de los recursos que recibe y el hecho de que quiera estudiarlo con todas las pruebas indica un interés por el caso.

También se presentaron sendas denuncias ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) contra las dos juezas del procedimiento de familia que ordenaron la detención de Sara. La comisión disciplinaria del CGPJ no sólo admitió las denuncias, sino que sancionó a las dos juezas como autoras responsables de infracciones disciplinaras muy graves de desatención al ejercicio de los deberes judiciales. El escrito de sanción de la jueza titular es el más duro de los dos. En él el órgano sancionador de los jueces recuerda que «no existe en el procedimiento civil norma alguna que habilite la detención ni la privación de libertad en cualquiera de sus formas para obtener de forma forzosa de lo acordado y no cumplido» y afirma que la detención se llevó a cabo en sin ningún tipo de procedimiento penal que le pudiera dar cobertura.

«No nos hallamos ante un mero defecto de forma», afirman los magistrados. Amparar una situación como las realizada por la expedientada sería tanto como legitimar la detención inmediata inaudita parte de una persona por incumplir lo ordenado en por cualquier autoridad judicial, que podría ser aplicable a la orden de entrega de menores como al incumplimiento del pago de una pensión o de una deuda. «Ello comportaría no sólo remontar esa actuación a la época del absolutismo, sino que rememoraría los oscuros y nefastos modus operandi del marco jurídico del medioevo«. El expediente concluye que con esta actuación la jueza muestra un «flagrante y peligroso desconocimiento ilógico, irracional, arbitrario y disparatado carente por completo de justificación» y que «actuó fuera de su jurisdicción» careciendo de «competencia y de cobertura leal que amparas o justificase su actuación». El comité disciplinario sanciona a la jueza con la suspensión de funciones durante 45 días.

Culpable de sustraer a sus hijas

El pasado mes de enero, el juzgado de lo penal nº2 de Badajoz condenó a Sara a cuatro años de prisión y otros cuatro de inhabilitación para ejercer la patria potestad por dos delitos de sustracción de menores. En su argumentación, el tribunal reconoce que «no queda probado» que las menores cuando se encontraban con la madre «estuvieran ocultas en paradero desconocido», sino que «realizaban una vida normal en Badajoz». Por tanto, el juez estima que corresponde aplicar la modalidad de «retención de un menor incumpliendo gravemente el  por resolución judicial o administrativa». Sin embargo, tal como afirma el comité disciplinario del CGPJ en la sanción a las juezas, «el delito no concurre por el mero hecho de dejar de atender lo ordenado en la resolución judicial, sino que requiere el apercibimiento previo que en este caso no existe». La sanción, en todo caso, afirman fuentes conocedoras del caso, podría haber sido por desobediencia, que es una figura menor penada con multa, pero nunca con pena de cárcel y retirada de la patria potestad.

Este pasado martes la Audiencia Provincial de Badajoz vio en segunda instancia la sustracción de menores, una actuación que sorprende por su rapidez, dado que otros procesos judiciales de este caso van extremadamente lentos. Es el caso del juicio civil para decidir la custodia de las menores, que se celebrará el próximo 27 de abril, un juicio que llega cuando sobre Sara pesa ya una condena que la puede inhabilitar para la patria potestad.


Fuente: https://www.publico.es/sociedad/mujer-maltratada-detenida-vejada-y.html

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Los objetivos del desarrollo insostenible, una cuestión de género

Por: Eduardo Camín 

La crisis del Covid-19 ha tenido un impacto desproporcionado fundamentalmente en las mujeres, lo que está exacerbando las desigualdades de género existentes. Y, para reconstruir mejor y de forma más justa las políticas de ocupación deben situar la igualdad de genero en el centro de los esfuerzos de recuperación, al tiempo que se debe reforzar las medidas y los datos de género para cuantificar adecuadamente los retos a los que se enfrenta el mundo.


Desde hace más de un siglo la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ocupa de cuestiones relacionadas con el mundo del trabajo. Por ello, ha sido elegida organismo custodio de 14 indicadores relacionados con el trabajo decente en el marco de 5 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.  Y hoy se ocupa de esta situación.

La OIT mantiene activamente una serie de modelos econométricos que se utilizan para producir estimaciones de los indicadores del mercado laboral en los países. Sin embargo, la conmoción sin precedentes del mercado de trabajo creada por la pandemia del COVID-19 hace difícil de evaluar con los datos históricos.

Por ello, la mayoría de las series del conjunto de datos de las estimaciones y proyecciones modelizadas de OIT terminan ahora en 2019 (el último año para el que se disponía de datos de la encuesta anual de población activa en el momento de elaborar las estimaciones).

En el caso de algunos indicadores, se utiliza un modelo de previsión actual para proporcionar las estimaciones de 2020 y un nuevo modelo de proyección para prever las estimaciones de 2021. Dada la situación excepcional, incluida la escasez de datos pertinentes, las estimaciones para 2020-21 están sujetas a una gran incertidumbre.

Un reciente informe dos expertas de la OIT -Vipasana Karkee (estadística y Marie-Claire Sodergren ,economista, ambas de la Unidad de Producción y Análisis de Datos del Departamento de Estadística), sostiene que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas establecen una visión compartida para acabar con la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático para 2030.

No obstante, se interpelan a la vez, si las consecuencias de la pandemia invertirá los avances en la promoción del trabajo decente para todos, tal y como establece el Objetivo 8. Parece probable, al menos para las mujeres.  Incluso antes del inicio de la pandemia, la igualdad de genero en el lugar del trabajo seguía siendo difícil de alcanzar.

Ahora las mujeres están en primera línea de la crisis del Covid-19, ya que constituyen el grueso de los trabajadores esenciales, incluido el 70% del personal sanitario. Sin embargo, en todo el mundo y en todas las regiones y grupos de ingresos, la pandemia ha afectado más a las oportunidades de las mujeres en el mercado laboral.

 Es probable que esto revierta algunos de los progresos realizados en el marco del Objetivo 8, que pretende «promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, la plena y productiva ocupación y el trabajo decente para todos».

La perturbación del mercado laboral en 2020 supero con creces el impacto de la crisis financiera mundial de 2009. Las pérdidas no sólo no tuvieron precedentes, sino que fueron más pronunciadas para las mujeres (5,0%) que para los hombres (3,9%). Además, dado que el cierre de las escuelas debido a los cierres requiere una mayor supervisión de los niños en el hogar, las mujeres son mucho mas propensas a abandonar la fuerza de trabajo que los hombres para poder prestar esa atención.

 Esto está aumentando aún más las antiguas brechas de género en las tasas de participación en la fuerza laboral. En 2019, antes de que comenzara la pandemia, la participación en la fuerza de trabajo de los hombres en edad avanzada era del 93,5%, en comparación con sólo el 62,1% de las mujeres en edad avanzada. La tasa era aún mas baja para las mujeres en pareja con hijos pequeños.

La infrarrepresentación femenina en puestos directivos puede empeorar

La proporción de mujeres en puestos directivos en todo el mundo ha mostrado un lento progreso en las dos últimas décadas. Aumentó menos de tres puntos porcentuales desde el año 2000. En 2019, aunque las mujeres representaban casi el 39% de la población activa mundial, solo ocupaban el 28% de los puestos directivos.

 Esto sugiere que el techo de cristal sigue muy presente, ya que los hombres siguen dominando los puestos de toma de decisiones, como los de director general, altos funcionarios y legisladores, ocupando casi tres cuartas partes de estas ocupaciones.

Mientras tanto, el impacto desproporcionado de la pandemia en las mujeres amenaza con hacer retroceder los escasos avances logrados estas últimas décadas. La proporción de mujeres en puestos directivos disminuyó, a veces significativamente, del cuarto trimestre de 2019 al tercer trimestre de 2020 en más de la mitad de los 47 países con datos disponibles.

Las cifras trimestrales estaban disponibles sobre todo para los países de ingresos altos. No obstante, es probable que este patrón se mantenga en los países de ingresos más bajos, donde a menudo más de la mitad de las mujeres directivas trabajan por cuenta propia.

Las medidas de distanciamiento social, los cierres y la distorsión de las cadenas de suministro y los mercados han exacerbado las desigualdades estructurales y los retos que suelen impedir el rendimiento y el crecimiento de las empresas propiedad de mujeres, y han provocado el cierre de muchas de ellas.

Gran porcentaje de mujeres jóvenes no recibe educación ni formación

En todo el mundo, la proporción de jóvenes que no cursan estudios, ocupación ni reciben formación (NEET, por sus siglas en inglés) no ha mostrado signos significativos de mejora en más de una década, mientras éstas siguieron viéndose afectadas de forma desproporcionada en comparación con sus homólogos masculinos. En 2019, las mujeres jóvenes tenían más del doble de probabilidades que los hombres jóvenes de estar desempleadas y sin educación ni formación.

Aunque todavía no se dispone de cifras globales para el conjunto de 2020, las cifras trimestrales muestran que la tasa de Ni-nis fue mayor en el segundo trimestre de 2020 que el año anterior en 45 de los 50 países con datos disponibles. Esto no es sorprendente, ya que las medidas de cierre por la pandemia de Covid-19 causaron pérdidas sin precedentes en ocupación en 2020, con mayores pérdidas para los  jóvenes (8,7%) que para los mayores (3,7%).

Mientras tanto, tanto la educación técnica y profesional como la formación en el puesto de trabajo sufrieron una interrupción masiva, obligando a muchos a abandonar sus estudios. El empeoramiento de la situación de los jóvenes debido a la crisis Covid-19 es especialmente preocupante para las mujeres jóvenes. Casi un tercio de las mujeres jóvenes de todo el mundo ya no cursaban estudios, ocupación o formación en 2019.

Trabajadores de la economía informal y mujeres, en sectores de alto riesgo

Se calcula que 1.600 millones de trabajadores de la economía informal -es decir, el 76% de los trabajadores informales de todo el mundo- se vieron muy afectados por las medidas de cierre y/o trabajaban en los sectores más afectados, como los servicios de alojamiento y alimentación.  Entre ellos, las mujeres estaban sobrerrepresentadas en los sectores de alto riesgo: El 42% de las mujeres trabajaban en esos sectores, frente al 32% de los hombres.
Mientras que el sector informal ocupación tiende a aumentar durante las crisis, actuando a menudo como una opción «por defecto» para sobrevivir o mantener los ingresos, las limitaciones a la circulación de personas y bienes durante la pandemia de COVID-19 han restringido este tipo de mecanismo de supervivencia.

Esto, a su vez, ha dejado a los trabajadores informales y a sus familias en una posición muy precaria, expuestos a pérdidas repentinas de ingresos y enfrentándose a mayores riesgos de caer en la pobreza.

La ausencia de un debate dialécticamente serio

Los datos que se desprenden del informe muestran que la división sexual del trabajo es una realidad. Esto no sólo supone la especialización de la mujer en ciertas tareas sociales (la mayoría de las veces más reproductivas), sino que demuestra que los efectos de la crisis y de la política económica se sufren de diferente modo.

De hecho, si tenemos en cuenta que el 88’5% de las mujeres ocupadas lo están en el sector servicios y que ocupan el 70% de empleo público podemos deducir cómo las políticas de recortes, las reformas laborales que facilitan el despido en los empleos con menos grado de protección y precariedad (como el sector servicios) y de privatización (con el empeoramiento de condiciones laborales) afectan de manera más severa a las mujeres.

Es decir, recortar y privatizar servicios públicos afecta más a las mujeres trabajadoras dado que son sectores feminizados.

El empeoramiento en las condiciones de vida, la precariedad laboral y todos los elementos que deterioran las condiciones del ideal de la familia burguesa hacen que sobre la mujer recaiga la mayor parte de responsabilidad doméstica. Las presiones y las frustraciones provocadas por la imposibilidad de mejorar y ascender en el sistema capitalista por parte de los trabajadores acaban siendo pagadas por las mujeres y las niñas(os).

La mujer, miembro familiar que cumple el papel de sustento doméstico y en muchos casos emocional, sufre de más violencia en períodos de crisis económica en la familia. Además, los recortes y la falta de fondos en ayudas a mujeres en situación de violencia machista suponen una desprotección total hacia las víctimas y la imposibilidad de una salida material por parte del Estado que permita la emancipación de estas mujeres.

Un simple vistazo al mercado laboral muestra cómo la mujer vuelve a estar discriminada en multitud de aspectos. A nivel salarial, las mujeres sufren discriminación “vertical” (acceden a muchos menos puestos de responsabilidad), “horizontal” (realizando el mismo trabajo obtienen una menor retribución y/o una menor categoría profesional) y por embarazo, siendo aún frecuente el despido o la no contratación de mujeres embarazadas. Todo ello se traduce en que el salario de las ocupadas es de media un 22% menor que el de los ocupados.

Las mujeres trabajadoras sufren la opresión patriarcal además de la material, por lo que resulta imposible encontrar la fórmula de acabar con el patriarcado de manera separada al método para acabar con el capitalismo y, por lo tanto, no marcar como básica la necesidad de analizar a la clase trabajadora también como sujeto de cambio para acabar con la opresión de género.

La opresión de género está profundamente  ligada con el sistema capitalista y, por tanto, la única posibilidad de acabar con esta opresión es construyendo una nueva sociedad donde estas bases materiales no existan, donde no sea posible que nadie se beneficie a costa de ningún tipo de desigualdad, y esto significa irremediablemente acabar con el sistema capitalista.

Día a día, en nuestras vidas cotidianas, en nuestros centros de trabajo y de estudio, en nuestras casas, en la calle, en la televisión, etc., las mujeres ven sus libertades coartadas, sus vidas ninguneadas y sus condiciones de vida cada día más precarias. Mientras, una sinfonía de informes oculta el verdadero debate.


Fuente: https://estrategia.la/2021/04/11/los-objetivos-del-desarrollo-insostenible-una-cuestion-de-genero-impacto-del-covid-19-discriminacion-de-la-mujer/

*Sobre el autor: Periodista uruguayo acreditado en ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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Yolanda Domínguez: “Es vital tener un profesorado formado en materia de género”

Entrevistamos a Yolanda Domínguez, autora de ‘Maldito Estereotipo’, con la que hablamos sobre feminismo y educación, pero también de lo que significa ser mediaréxico o el analfabetismo visual.

Serán las nuevas generaciones quienes cambiarán el futuro y conseguirán una sociedad más igualitaria, pero necesitarán de los mayores para facilitarles la tarea. La educación es fundamental, sin embargo, tiene que ir de la mano de cambios en la justicia, la economía, la cultura y los medios de comunicación. Así es como ve Yolanda Domínguez la forma de avanzar en temas de igualdad.

Acaba de publicar su libro ‘Maldito Estereotipo’ (Ediciones B), que presenta como “una guía tanto para las personas que generan imágenes como para quienes las consumen”. En él, analiza y critica con ironía y humor la cultura visual que consumimos todos y cómo seguimos representando los roles tradicionales de hombres y mujeres que poco tienen que ver con la realidad actual.

Hablamos con ella sobre la igualdad y ofrece algunas pautas para saber cómo formar a los estudiantes para que desarrollen un ojo crítico ante el machismo en las redes sociales, los medios de comunicación y en su día a día.

Pregunta: Se acerca el 8M. Para ti, ¿Cómo podemos garantizarles a los jóvenes de hoy un futuro más igualitario?

Respuesta: Quizás la pregunta habría que formularla de otra forma: ¿cómo puede la gente joven garantizarnos un futuro más igualitario? Sin duda, son ellos y ellas quienes darán ese giro a la sociedad. Creo que la educación es un pilar fundamental, pero debe ir de la mano de un cambio en todos los sectores: leyes, cultura, economía y, por supuesto, medios de comunicación. En mi libro propongo la cultura visual como una herramienta más que se puede utilizar para llegar a esa igualdad.

P: Muchas mujeres no son capaces de asimilar sus logros y creer en sí mismas, esto se ha conocido como el ‘síndrome de la impostora’. ¿Qué se puede hacer en el ámbito educativo para acabar con este problema?

R: Ofrecer diversidad de referentes femeninos que sean valorados por sus capacidades en cualquier ámbito profesional es fundamental para que las mujeres lleguen a confiar en sí mismas. En los medios solo vemos a mujeres valoradas por su aspecto físico, lo que genera la idea de que ese es nuestro mayor valor. Muchas mujeres jóvenes creen que tener un aspecto determinado les empodera, pero nunca se escucha que empodera tener una carrera, dirigir un país, descubrir una vacuna o ganar una medalla olímpica. Tener ejemplos de mujeres respetadas y admiradas por lo que hacen animará a otras a emprender la misma actividad y también hará que aumente la confianza a la hora de considerarlas para esos puestos.

“Tener ejemplos de mujeres respetadas y admiradas por lo que hacen animará a otras a emprender la misma actividad y también hará que aumente la confianza a la hora de considerarlas para esos puestos”.

P: Está claro que la infancia es un momento crucial, pero, ¿cómo podemos seguir educando a los adolescentes en igualdad de género y ofrecerles herramientas para que sepan reconocer y luchar contra el machismo normalizado?

R: El conocimiento es la clave. Contar con un profesorado formado en materia de género que pueda trabajar con el alumnado y aplicarlo en cualquier contenido es muy útil, por ejemplo citando mujeres importantes en la historia que no aparecen en los libros o reflexionando sobre por qué en el problema de matemáticas es la mujer la que va a comprar siete manzanas y el hombre el que pone siete tornillos. En casa también se puede trabajar analizando y comentando, por ejemplo, las películas, las series o los vídeos que ven. Las redes sociales son otra herramienta que se puede activar preguntándoles qué tipos de imágenes comparten y por qué, a qué contenidos le dan like, qué perfiles siguen… También facilitándoles materiales de lectura y contenidos que les hagan detectar esos comportamientos normalizados.

P: ¿Qué actividades o consejos propondrías a los docentes que quieran concienciar a su alumnado sobre los estereotipos que ven todos los días en los medios de comunicación, las redes sociales, e incluso, en el ámbito privado?

R: Creo que es muy efectivo analizar contenidos visuales en clase, igual que se analizan textos. Nunca aconsejo dejar de ver contenidos o censurarlos pero sí despertar la actitud crítica ante ellos. Preguntarse, por ejemplo, ¿quién ha generado esta imagen y qué beneficio obtiene con ella?, ¿cuál es su intención?, ¿refuerza algo que ya sabemos o propone algo nuevo?, ¿qué alternativas existen?… Al igual que con cualquier otra herramienta, hay que aprender a usar las imágenes y nadie nos enseña, por eso es muy importante acompañarles en el proceso.

Adolescentes usando las redes sociales en sus móviles

P: ¿Cómo influyen los cuentos en la creación de nuestro ‘yo’ (y el rol que adoptaremos dentro de la sociedad) desde la infancia? ¿Tan poderoso es el storytelling?

R: El storytelling es una de las herramientas más poderosas de aprendizaje porque al transmitirnos una información a través de personajes generamos empatía, que hace que sintamos emociones y recordemos esa información muchísimo mejor. De hecho, solemos recordar la emoción y olvidar dónde hemos visto ese contenido, de manera que, aunque lo veamos en la ficción, tenderemos a darle credibilidad a la larga e incluso a buscar otros contenidos que refuercen esa creencia establecida. Los cuentos, además, se utilizan a una edad muy temprana en la que no tenemos ningún tipo de filtro ni de capacidad crítica, así que son más poderosos que cualquier otro contenido. Una vez que se abre un surco de pensamiento es más fácil reafirmarlo que modificarlo.

“El storytelling es una de las herramientas más poderosas de aprendizaje”.

P: Volvemos a otro concepto interesante: el analfabetismo visual. ¿Qué es? ¿Lo sufrimos todos? ¿Cómo acabamos con él?

R: Tenemos mucha información pero no sabemos gestionarla y es en eso en lo que hay que trabajar. El nivel de información visual es más alto que nunca, pero el hecho de que tengamos muchos contenidos visuales no significa que estén ampliando nuestro conocimiento; de hecho, es todo lo contrario. Generamos imágenes imitando lo que hemos visto antes. Reproducimos desigualdades implícitas y no tenemos en cuenta, ni a quien las recibe, ni a quien está representado.

“Reproducimos desigualdades implícitas y no tenemos en cuenta, ni a quien las recibe, ni a quien está representado”.

P: El término ‘mediaréxico’ es muy visual, pero para quien no lo conozca, ¿qué significa? ¿Tiene ‘vacuna’?

R: Mediaréxico es alguien adicto a los medios, que hoy implica a la gran mayoría de la sociedad. Es difícil no estar constantemente conectado y buscando información entretenida y nueva, pero quizás debamos empezar a buscar más calidad y menos cantidad. Seleccionar lo que vemos y equilibrarlo buscando nuestro beneficio al igual que hacemos con la dieta de alimentos. Sabemos que comer 20 bolsas de patatas fritas no es saludable, pero que no pasa nada por comer una si la alternamos con otros nutrientes necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Si logramos trasladar esta idea a nuestra dieta visual, estaremos mucho más protegidos.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/profesorado-igualdad-de-genero/

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Por la tierra, la libertad, la sororidad y una vida libre de violencia

Por: Nzira Deus

Nzira Deus denuncia el acaparamiento de tierras y la violencia en Mozambique y comparte estrategias feministas de organización y transformación.

En Mozambique no es posible hablar de las condiciones de vida de las mujeres sin hablar del acaparamiento de tierras. Aquí vienen grandes compañías de inversores y nuestro gobierno sigue cediendo tierras. La tierra en Mozambique, como en todo el mundo, es el principal medio de subsistencia de las mujeres. Más del 80% de las mujeres viven y sobreviven en la tierra. Estas inversiones externas nos generan mucha incertidumbre, inseguridad y miedo, porque no participamos de manera efectiva en los procesos de toma de decisiones.

Si miramos el contexto de covid-19, vemos que hubo un uso de ese momento para avanzar más en la búsqueda de ocupación de tierras y la expulsión de campesinos y productores de sus tierras de origen. Es un capitalismo que llega agresivamente y crea mucho temor. Es difícil mantenerse alerta porque muchos acuerdos se hacen en secreto. En la provincia de Cabo Delgado, por ejemplo, se sabe que el gobierno de Mozambique ha firmado contratos de explotación y cesión de tierras para empresas transnacionales. Por ello, buena parte de la población abandonó sus tierras huyendo de las balas, por lo que se alejó de su lugar de pertenencia. Las personas pierden la conexión con su lugar, su comunidad y consigo mismas, porque nuestra identidad también se construye a través de estos elementos.

El discurso detrás de la concesión de grandes extensiones de tierra a las corporaciones es que hay mucha tierra disponible. ¡Esto es una falacia, no hay tierra sin dueño! En cualquier lugar, aunque solo ve árboles o bosques “descuidados”, alguna comunidad circundante usa de este territorio. Son sitios que conservan la tradición o espacios para la práctica del culto. Los bosques se utilizan para extraer hierbas medicinales para curar enfermedades u otras creencias locales.

Las oraciones y las prácticas de las mujeres hacen que muchas las llamen hechiceras. Se trata de prácticas tradicionales que las mujeres transmiten de generación en generación. El conocimiento es su fuerza. Los poseedores del capital y del poder machista lo saben y se sienten amenazados por este poder, invisible pero muy fuerte. Para la vida de las mujeres, específicamente, el riesgo es muy alto. Son asesinadas, violadas y secuestradas. Las mujeres, con sus conocimientos, tradiciones, oraciones y poderes, son vistas como una amenaza dentro de los territorios que están siendo usurpados.

Los acuerdos de concesión de grandes extensiones de tierra destruyen toda la sabiduría tradicional y la diversidad de los bosques, dejando a las comunidades sin nada. ¿Qué desarrollo es este? ¿Y para qué sirve si no respeta la voluntad de los pueblos?

Las mujeres han sido utilizadas como instrumento de guerra en el conflicto bélico que enfrenta el país, especialmente en las zonas centro y norte. Recientemente, en septiembre de 2020, una mujer fue brutalmente asesinada a tiros por las fuerzas armadas de Mozambique en la provincia de Cabo Delgado. El gobierno afirmó que había sido asesinada por los terroristas, pero la comunidad dice que la responsabilidad es de las fuerzas armadas. Ella fue acusada de ser una hechicera al servicio de los terroristas, pero ni siquiera se investigó de dónde venía.

El cuerpo de la mujer sufre mucho durante el conflicto, ya que es sistemáticamente utilizado, maltratado y violado de diversas formas. Son mujeres madres, esposas, hermanas e hijas que, en tanto dolor y humillación, pierden incluso las fuerzas para luchar y resistir al enemigo. El cuerpo de la mujer es violado como estrategia para convencer a los hombres que se niegan a vender sus machambas (tierras) o defender las tierras comunitarias. La gente se siente impotente cuando se enfrenta a brutalidades como esta. La violencia está directamente relacionada con el conflicto en relación con la explotación de los recursos naturales y la naturaleza.

Las mujeres son brutalmente violadas no solo en ese contexto de conflicto armado, sino también en las regiones y áreas donde han sido reasentadas. No se observancia de los derechos humanos ni se hace atención a las necesidades específicas de las mujeres. En los campamentos se denuncian muchos casos de violencia sexual contra niñas y mujeres. Lo que más nos preocupa son las situaciones que aún no conocemos. No se dice mucho porque tienen miedo de hablar, hay mucha desconfianza y mucho miedo. Solo hablan cuando encuentran a una persona en la que confían o se sienten seguras. El silencio que ellas llevan consigo dice mucho.

Fuerza y esperanza para realizar alternativas

Celebramos la existencia de una ley de prevención, pero la violencia continúa. Las mujeres no reciben la atención adecuada. Las mujeres no confían en la Esquadra, la policía para hacer frente a la violencia contra la mujer. A las mujeres todavía se les cuestiona qué hicieron para sufrir la violencia, y hay casos en los que los agresores corrompen a la policía para que el proceso no prosiga, lo que desalienta a las mujeres a denunciar.

También logramos la despenalización del aborto. Hicimos una campaña fuerte y ahora tenemos una ley, pero todavía tenemos mucho por lo que luchar, ya que vivimos en un país donde el documento no refleja la realidad. Seguimos monitoreando los servicios para que respondan a las necesidades de las mujeres, pero lo que tenemos que hacer para ser escuchadas es un gran esfuerzo. Es decir, para que el papel que se está desempeñando vuélvase en práctica.

Tenemos una Ley de Tierras, que se considera una de las más progresistas de África, ya que defiende los derechos de las personas y las comunidades. La ley permite que el registro de tierras sea a nombre de hombres y mujeres, pero el patriarcado es fuerte: los documentos siempre están a nombre de hombres y no hay asistencia legal. Muchas mujeres no saben cómo acceder a las leyes y garantizar sus derechos. Cuando llega una gran inversión, el gobierno le quita la tierra al ciudadano y a las comunidades, dejándolos sin nada. La implementación de la ley en el día a día es bastante deficiente. En este momento, esta misma ley se encuentra en revisión, sin garantizar que las mujeres productoras rurales tengan en claro los aspectos que se están modificando.

Es importante mencionar que en este país se hablan muchos idiomas. Hay 17 idiomas diferentes y ninguno se comunica con el otro. Todos los países que bordean Mozambique hablan inglés. El idioma es un desafío para la difusión de información. Para luchar contra el patriarcado, también debemos abordar qué limita la participación de las mujeres, su voz y su capacidad de estar sujetas a sus derechos. El silencio de las mujeres es resultado del patriarcado y del colonialismo.

En los espacios comunitarios para decidir, por ejemplo, si una empresa externa puede realizar inversiones locales, solo se habla portugués. Muchas mujeres de las comunidades no comprenden lo que se dice; o, cuando entienden, no hablan, porque se sienten cohibidas para usar su propio idioma. Si las sesiones fueran en sus idiomas, ellas tendrían mucho que decir. Hablarían de sus inquietudes: casi todas, como sabemos, vinculadas a la reproducción, al agua, a la tierra, a todos los dispositivos en el lugar del cuidado que a nadie le importa.

Nadie dice que sea necesario reducir la distancia para ir a buscar el agua. Qué maternidades y hospitales se necesitan cerca. Necesitamos encontrar energía para construir un proceso revolucionario de conciencia y discurso político.

Por ello, tratamos de construir fuerza y esperanza, proponer alternativas. En los últimos tiempos nos ha sobrevenido una cierta consternación, porque estamos luchando y, aun así, no hemos logrado salir de este escenario. A medida que los compañeros sufren más, crece un sentimiento de impotencia. ¿Cómo logramos superar estos problemas?

En este momento de pandemia, es aún más difícil presentar nuestras perspectivas y demandas, porque el lugar donde mejor se nos escuchó fue en las calles. Además, existe una creciente represión y una prohibición de nuestras actividades políticas públicas. Buscamos la cooperación entre nosotros para fortalecer la lucha y la conciencia política.

Resistencia, movimiento y experiencias feministas

¿Cómo ajustar el ritmo de las que ya están caminando y las que están llegando? Si no hacemos este diálogo, nos callamos, nos retraemos, y esto fragmenta el movimiento, individualiza la lucha.

¿Cómo mantenemos nuestro movimiento feminista fuerte y vibrante? ¿Cómo construir nuevas formas de articulación? Las jóvenes que están en el movimiento quieren hacer algo nuevo, hacer algo diferente. Quieren reflexionar, proponer y actuar, pero se han enfrentado desafíos económicos y sociales. Cada una tiene su propio tiempo. ¿Cómo ajustar el ritmo de las que ya están caminando y las que están llegando? Si no hacemos este diálogo, nos callamos, nos retraemos, y esto fragmenta el movimiento, individualiza la lucha. ¿Cómo unir a todas, aunque seamos diferentes? ¿Qué es hacer diferente? ¿Cómo ejercer la escucha?

La experiencia del feminismo en Mozambique llega a través de movimientos y asociaciones de mujeres, relacionando lo local, lo regional y lo internacional. La Marcha Mundial de las Mujeres da un sentido más profundo a la lucha, denuncia el sistema, desmantela lo establecido, nos une. Es un espacio para quienes quieren luchar por sus derechos y no quieren hacerlo solo en teoría, en oficinas, en internet. Es la posibilidad de que tengas un espacio de solidaridad, de encuentro y de compartir.

Construyendo el feminismo en Mozambique, creamos nuevas formas de acción política. En junio de 2015, ante la noticia de un caso de violación, protestamos tumbadas en el suelo de una avenida muy transitada. Esta protesta no fue permitida, lo que podría llevarnos a la cárcel. Fuimos muy valientes y logramos mantener la acción durante cuarenta minutos, dando visibilidad al caso.

Otras hermosas experiencias son las caravanas nacionales y regionales, los campamentos solidarios con mujeres en el contexto del conflicto militar y las hogueras feministas. En caravanas, viajamos siete mil kilómetros. A pesar de que los viajes fueran largos y agotadores, poder ver a mujeres de las comunidades por las que pasamos acercándose para conocer, escuchar y compartir sus vidas, hizo que valiera la pena.

La hoguera feminista es una conversación realizada alrededor de una hoguera, que nosotras, mujeres jóvenes feministas, hemos creado para compartir nuestros desafíos diarios, exponer nuestras indignaciones, fortalecer nuestro activismo en defensa de nuestros derechos. Las tradiciones aquí son muy fuertes, así que mantuvimos y transformamos este nuestro aspecto cultural, la hoguera que organizamos al final del día. Es un momento de transmisión de testimonios de las mayores a las más jóvenes, compartiendo historias, enseñanzas y consejos para la vida. Usamos esta práctica para estar cerca unas de otras.

Hay mucha responsabilidad sobre los hombros de las mujeres. El fuego nos calienta, nos reconforta y nos hace sentir que no estamos solas. El fuego también nos da el coraje para hacer frente al machismo de la vida cotidiana. La hoguera tiene un símbolo muy fuerte para nosotras y ha fortalecido el movimiento feminista en Mozambique, porque es un espacio liberador para las mujeres. Lo que se dice en ese espacio no sale de ahí. Al final, quemamos el patriarcado en la hoguera y nos fortalecemos.

Nzira Deus es feminista, activista de la Marcha Mundial de las Mujeres en Mozambique, directora ejecutiva de Fórum Mulher, activista por los derechos de las mujeres y personas LGBT en África.

Traducido del portugués por Aline Lopes Murillo.

Fuente: https://capiremov.org/es/analisis/feminismo-en-mozambique/

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Entrevista: «El profesorado reproduce los estereotipos de género inconscientemente»

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Revisar el material didáctico o enfatizar en la formación del profesorado en materia de igualdad son algunas de las claves que la Asociación de Docentes Feministas por la Coeducación (DoFemCo) considera importantes para lograr una verdadera educación feminista en las aulas.

La Asociación de Docentes Feministas por la Coeducación (DoFemCo) surgió en plena pandemia y entre sus objetivos principales se encuentra lograr una verdadera coeducación en las aulas y entre los estudiantes. Para esta plataforma, formada por docentes de todo el país, la escuela mixta (reunir a niños y a niñas de forma indistinta en las clases) no se trata de coeducación, por lo que todavía queda mucho camino por recorrer: acabar con la falta de referentes para las niñas, la implantación de una educación afectivo-sexual o una mayor formación del profesorado en materia de igualdad, entre otras cuestiones. Y, por supuesto, involucrar a las familias en el proceso. O mejor dicho: a toda la comunidad educativa.

Pregunta: En las aulas, niños y niñas conviven, aprenden y son evaluados de la misma manera. ¿En eso consiste la coeducación?

Respuesta: Coeducar no es sólo reunir a niños y niñas indistintamente en las aulas; esto ya lo tenemos y se llama escuela mixta. A pesar de todo lo que hemos avanzado en igualdad en los tres últimos siglos y de que hay una igualdad formal (chicos y chicas tienen los mismos derechos y obligaciones), esto no implica que exista la auténtica coeducación. Si observamos lo que ocurre dentro de los centros educativos, vemos que sigue siendo todavía una asignatura pendiente en la educación española. La auténtica coeducación significa educar para acabar con un sistema patriarcal jerárquico en el que una clase sexual oprime y constriñe a otra para que, así, nuestros niños y niñas puedan desarrollar todo su potencial y capacidad como seres humanos libres y sanos.

coeducación estudiantes

P: ¿Existe realmente en las aulas? ¿Cuáles son las principales diferencias entre la educación de niños y niñas?

R: Los currículos de los centros educativos, al tener un carácter androcéntrico en la transmisión de conocimientos, cultura y valores, aún dejan al margen a las mujeres, sus historias, logros y experiencias, por lo que las niñas continúan sin ser las protagonistas de la educación, no encuentran referentes propios.

Además, las docentes y los docentes, en muchas ocasiones, reproducen de forma inconsciente los estereotipos de género. Hay estudios que muestran cómo las atribuciones sobre rendimiento, conducta individual o grupal, entre otros factores, son distintas para niños y niñas. Estos estereotipos sociales limitan la autonomía y el liderazgo de las niñas y premian las conductas convencionalmente atribuidas a cada sexo.

P: ¿Qué hay que mejorar en los centros educativos para aplicar una coeducación real?

R: La aplicación rigurosa de las leyes educativas exige la implementación de Planes de Igualdad en los documentos del centro, incluyendo intervenciones específicas para el desarrollo de actividades relacionadas con la igualdad entre mujeres y hombres. Entre ellas ocupa un papel clave la revisión del material didáctico, donde se incorpore la visibilización de mujeres en todos los ámbitos: humanidades, científico-tecnológicos, educación física, formación artística…

«La coeducación requiere un compromiso de todo el centro y del profesorado de manera transversal, en todas las asignaturas y a lo largo de todos los cursos»

Asimismo, deben revisarse otros aspectos igualmente importantes, como la utilización de los espacios en los recreos y el tiempo libre, la formación específica del profesorado en temas de género o la implementación de una educación afectivo-sexual.

P: ¿Por qué es importante que los docentes se unan para lograrla?

R: Requiere un compromiso de todo el centro y el profesorado de manera transversal en todas las asignaturas a lo largo de todos los cursos, y que se encuadre dentro del proyecto de centro, porque uno de los objetivos prioritarios del Plan de Convivencia escolar es erradicar la desigualdad entre hombres y mujeres.

Aulas coeducación

Es urgente trabajar de manera inmediata; los pequeños cambios que se van logrando día a día son fundamentales para lograr la libertad y la igualdad plena. Toda la comunidad educativa tiene que trabajar para la consecución de una auténtica coeducación libre de estereotipos sexistas y de roles de género.

P: ¿Es también una responsabilidad de las familias u otros agentes sociales?

R: Si siempre es importante la colaboración de las familias con el centro educativo, en el caso de la coeducación o educación feminista es esencial. El alumnado incorporará de forma óptima las enseñanzas sobre la igualdad entre mujeres y hombres si observa en sus casas pautas en el mismo sentido: reparto equilibrado de las tareas domésticas, cuidados compartidos, decisiones cotidianas consensuadas o la no diferenciación en la educación de los hijos e hijas por sexo, entre otros.

De manera especial, debe enfatizarse el trato respetuoso entre padre y madre en casos de las familias heterosexuales. En definitiva, es sabido que el modelo familiar se interioriza en la primera infancia, siendo fundamental la coherencia entre ambas instancias de socialización.

P: ¿Qué es lo que este año se debería trabajar en las escuelas de cara al 8 de marzo?

R: El feminismo tiene una agenda claramente definida: el cese de la violencia contra las mujeres y las niñas (prostitución, explotación reproductiva, asesinatos, matrimonios forzosos e infantiles, ablación, maltrato físico y emocional…), la brecha salarial, el techo de cristal y el suelo pegajoso, o la paridad. Evidentemente, no se puede tratar todo y hay que adaptarlo a la etapa educativa.

«El alumnado incorporará de forma óptima las enseñanzas sobre la igualdad entre mujeres y hombres si observa en sus casas pautas en el mismo sentido»

En Educación Infantil y Primaria, las intervenciones pueden incluir proyectos específicos sobre juegos no estereotipados, revisión de cuentos o películas infantiles, análisis de los mensajes del profesorado para niños y niñas o del uso del lenguaje. En Secundaria y Bachillerato, es importante trabajar la educación afectivo-sexual desde una perspectiva feminista, previniendo el uso de la pornografía y haciendo énfasis en las relaciones de pareja, el ‘sexting’ (envío de mensajes de corte sexual a través de los dispositivos móviles), y la detección del machismo y la violencia. También, dependiendo de la disciplina, es fundamental visibilizar a mujeres de la historias, como científicas, filósofas, matemáticas, sociólogas, artistas…

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/coeducacion-dofemco/

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