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El trabajo docente frente al rezago educativo

Por: Sergio Martínez Dunstan

«Como bien se sabe, el cierre de las escuelas trajo consigo la necesidad de implementar otras modalidades educativas dada la imposibilidad de seguir haciéndolo de manera presencial…»

Es muy complicado hablar en estos momentos de un escenario poscoronavírico en la educación. Existen pocos indicios para considerar que la emergencia sanitaria finalice en el corto plazo. El panorama es aún mas incierto considerando la aparición de la variante ómicron. Hoy en día, otras pandemias persisten a pesar del tiempo transcurrido desde su aparición. Por ejemplo el SIDA, el ébola o la influenza. En 2003 apareció el SARS y a fines del 2019 el COVID – 19. Este último, ha representado un desafío de proporciones mayúsculas para la educación que ha marcado un antes y un después. Ha afectado con mayor severidad a quienes provienen de entornos desfavorecidos, acentuó las inequidades, ha puesto en jaque a la inclusión, agravó el abandono escolar entre otras consecuencias. Por estas razones, resulta conveniente analizar el trabajo de los docentes bajo las circunstancias actuales.

El periodo lectivo próximo pasado concluyó al finalizar el onceavo mes del año mientras que el que transcurre dio inicio al día siguiente según consta en el Oficio No. DGAIR-DGDC/391/2021 a través de cual se regulan las acciones para la conclusión del ciclo escolar 2020-2021 en educación básica. Dadas las circunstancias, los maestros tendrán que tomar una gran decisión a la luz del comunicado oficial referido. En el numeral segundo se establece: “El periodo extraordinario de recuperación concluye el 30 de noviembre y la implementación del plan de atención para todos los educandos podrá extenderse durante el ciclo escolar 2021 – 2022 de conformidad con los numerales Cuarto del Acuerdo Número 16/06/21 y Primero, fracción II del  Acuerdo Número 23/08/21”.

Siendo así, lo profesores se colocan ante dos alternativas:

Primera. Continuar con el periodo de recuperación. Con ello, se avalaría en los hechos la pérdida de aprendizajes a consecuencia del confinamiento impuesto a la población a lo largo de diecisiete meses. Como bien se sabe, el cierre de las escuelas trajo consigo la necesidad de implementar otras modalidades educativas dada la imposibilidad de seguir haciéndolo de manera presencial porque está en riesgo la salud de la población escolar. Siendo así, el enorme rezago educativo se le endosaría al magisterio.

Segunda. Iniciar formalmente el grado que actualmente imparte. De esta manera, se haría frente a un extraordinario desafío de dimensiones mayúsculas para el trabajo docente en el aula. Esto es, lograr los aprendizajes esperados correspondientes a tres periodos curriculares en dos periodos de evaluación. Es sumamente difícil de alcanzarlo. Para lo cual, se requiere, seleccionar una parte del conjunto total de aprendizajes esperados del grado respectivo de acuerdo con los programas de estudio.

En aras de priorizar los aprendizajes más importantes, de esta segunda alternativa a su vez, se vislumbran dos maneras de hacerlo.

  1. Recurrir a su experiencia y considerar los resultados de la valoración diagnóstica. Sería muy apropiada a los conocimientos previos de sus alumnos aunque debiera sustentarlo pedagógicamente. O, en dado caso,
  2. Tomar en cuenta el eventual programa de estudios surgido del modelo emergente aún en ciernes, el de la nueva escuela mexicana, a la que la SEP le ha llamado Aprendizajes Fundamentales Imprescindibles (AFI). Tendría la ventaja de apegarse a los lineamientos oficialmente establecidos evitándose con ello una posible justificación. Aunque estaría, en contraparte, menos relacionado con los antecedentes académicos de los estudiantes. Además, se acotaría a sólo dos componentes curriculares: Lenguaje y comunicación, Lengua Materna Español así como el pensamiento matemático y las matemáticas según el nivel educativo y grado de estudios. Tendría que hacerse algo similar para el resto de los componentes curriculares y las áreas de desarrollo personal y social del modelo emergente.

El modelo educativo emergente retoma, de los aprendizajes clave para la educación integral, los campos de formación académica y las áreas de desarrollo personal y social  — mismos objetivos curriculares y horas lectivas para todos los alumnos a nivel nacional. Por otra parte, la atención a la diversidad y a las necesidades e intereses individuales se proyecta en los ámbitos de autonomía curricular con la obligación de que los colectivos implementaran clubes escolares aunque al final de cuentas quedó en la flexibilidad de llevarlo a cabo sin que impacten en la acreditación, promoción y certificación, es decir sin que se reflejaran en las boletas de evaluación. Adicionalmente, se incorporan nuevas temáticas como la activación física, el fortalecimiento de la formación cívica y ética así como vida saludable. Las adecuaciones representan la armonización de una transición y flexibilidad que facilite la renovación curricular. El modelo educativo emergente se plasma en buena medida en las normas de evaluación establecidas en el Acuerdo Número 11/03/19. Mientras que la currícula eventual nace de la necesidad de priorizar los aprendizajes esperados del modelo educativo emergente. Esta complejidad técnica conlleva a hallar la relación entre los aprendizajes clave (concretados en los rasgos del perfil), los aprendizajes esperados (unidad mínima curricular para ser enseñada y evaluada) y los aprendizajes fundamentales imprescindibles. No es un asunto menor sino todo lo contrario. Seguirá siendo toda una odisea en tanto brille por su ausencia el modelo educativo de la nueva escuela mexicana.

De las dos alternativas mencionadas (continuar con el período de recuperación o iniciar formalmente el grado que actualmente imparte), percibo una tercera vía caracterizada por la improvisación, las ocurrencias, la simulación, la irresponsabilidad. Y también veo con gran optimismo y esperanza que esta opción no es la más socorrida por los maestros. Si no que andan en la búsqueda de desenredar el nudo gordiano que le han impuesto. Hace falta humildad de las autoridades educativas para reconocerlo, enaltecerlo, estimularlo. No sólo palabras huecas para ponderar la reforma educativa actual poniendo obstáculos. Sería un gran paso, en los hechos, hacia la revalorización de los maestros y el trabajo docente. Ojalá que sea humildad si no es que también pudiera ser una visión obtusa.

Carpe diem quam minimun credula postero

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Comunicado a los Estudiantes Universitarios en República Dominicana Dominicana

Comunicado a los Estudiantes Universitarios en República Dominicana

«Las Instituciones de Educación Superior (IES) de la República Dominicana,
representadas por la asociaciones ADOU y ADRU, comprometidas en el desarrollo
académico de la población estudiantil universitaria; hacemos del conocimiento a la
comunidad dominicana en general que todas nuestras IES, conscientes de las
consecuencias generadas por el Coronavirus (COVID-19), hemos tomado acciones
concretas con el propósito de preservar la salud de todos los involucrados en la vida
académica: estudiantes, docentes, personal administrativo y colaboradores.»

Tomado del primer párrafo del Comunicado.

Descargue el Documento completo aquí;

https://udoym.edu.do/noticias-articulos/wp-content/uploads/2020/04/comunicacion-adou-adro.pdf

Fuente: OVE

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Entrevista a Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación y Juventud de Francia: “Es necesario darle al maestro el protagonismo que merece”

Entrevista/12 Marzo 2020/Autor y fuente: semana.com

Líderes por la Educación, habló sobre los retos del sector y de cómo la experiencia francesa se puede aplicar en Colombia.

La escuela de la confianza resume lo que está pasando en Francia en materia de educación. Esta apuesta, impulsada por el presidente Emmanuel Macron y liderada por su ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, promueve un círculo virtuoso de la confianza dentro del sistema educativo, que involucra a los docentes, los estudiantes y la sociedad en general.

Este novedoso modelo plantea una serie de retos como recuperar el prestigio del maestro, y que los estudiantes comprendan la necesidad de la formación y de los docentes para su desarrollo en la vida colectiva y profesional.

Así lo resume Blanquer, quien en diálogo con Semana Educación evidenció la necesidad del renacimiento de la educación no solo en Francia, sino también en el mundo entero, anticipando algo de lo que traerá su país como invitado especial a la Cumbre de Líderes por la Educación, que se realizará en septiembre próximo.

SEMANA EDUCACIÓN: ¿Por qué apostar por la confianza y no por la formación educativa?

Jean-Michel Blanquer:  Porque hay que empezar con el espíritu, enfrentando el primer reto de la educación en cuanto a su relación con la sociedad. Es necesario crear una sociedad de confianza y, por tanto, debemos caminar hacia una escuela de la confianza. Lógicamente, necesitamos mirar la formación, empezando por la de los docentes y entendiéndola como el primer factor del éxito de un sistema educativo. Por eso en Francia adelantamos una reforma en la formación de maestros para que ellos se beneficien de la excelencia científica.

S. E.: En los últimos años ser docente ha perdido su valor, ¿por qué?

J. m. b.: Hay distintas razones. Una es la evolución de nuestra sociedad como sociedad del conocimiento. Es paradójico, pero con la revolución de internet el conocimiento tiene un estatus distinto. Antes, el conocimiento era una materia rara que se debía buscar en bibliotecas; ahora todo el mundo puede tenerlo. Eso ha cambiado el papel del maestro en un sentido negativo, pues ya no tiene su monopolio. Y un segundo factor es que, con la masificación del conocimiento, hay más alumnos y más maestros, lo que dificulta pagarles bien y asegurarse de que tienen un buen nivel de formación.Pero no todo es malo. El principal reto en esta era es reconocer cuál es la información pertinente; y aquí se abre una oportunidad para el docente, pues es él quien puede guiar al niño para tener lucidez y espíritu de lógica en medio de este bombardeo de información.

S. E.: ¿Pero los maestros sí se están formando para asumir estos retos?

J. m. b.: En Francia nuestro sistema no es perfecto; por eso, estamos adelantando una reforma. Los dos pilares de la reforma son excelencia académica y pragmatismo, y todo empieza por la formación. Para llegar a esto, proponemos alcanzar la excelencia en la gobernanza de cada una de las escuelas e institutos, contando con maestros altamente calificados para ello. Además, buscamos brindar los saberes fundamentales para que los docentes puedan garantizar una enseñanza adecuada. Por ejemplo, hemos visto personas que se formaban en diez horas para enseñar técnicas de lectura, cuando para esto se requiere como mínimo 100 horas. Por ende es necesario garantizarle un tiempo adecuado de formación al futuro docente. Finalmente, también hay que asegurar que quienes instruyen a los futuros docentes sean personas que siguen ejerciendo la profesión, con el objetivo de que compartan su experiencia y excelencia.

S. E.: Ustedes también están liderando una política de formación enfocada en la primera infancia. ¿Se puede considerar esta la piedra angular de un sistema educativo?

J. m. b.: Sí y esa es una de mis prioridades. Tenemos el objetivo de que el ciento por ciento de los niños que salgan de la escuela primaria lo hagan con saberes fundamentales. Hoy, alrededor del 20 por ciento de los alumnos que concluyen esta etapa de formación lo hacen con conocimientos muy frágiles. Por eso, es necesario empezar a dar mucho más dinamismo pedagógico a la escuela primaria, a la que llamamos escuela maternal.

S. E.: Eso implica el inicio de la formación académica a los 3 años. ¿Qué pasa a esa edad para que sea el foco de la educación primaria?

J. m. b.: Sabemos de manera muy documentada que muchas cosas se juegan durante los primeros años de la vida. Por tanto, si queremos dar todas las fuentes de conocimiento a los niños, debemos poner mucha atención en lo que está pasando en ese momento de la vida. Comenzar la formación preescolar a los 3 años ayudaría a combatir retrasos que pueden existir debido a las circunstancias familiares y sociales; se ha demostrado que un niño que entra a la escuela a esa edad puede tener cuatro veces más vocabulario que otro que se forma años más adelante. Así que la escuela puede dar a esta edad muchas cosas a través del juego, de la música, de cosas que son agradables para el niño y que favorecen su confianza en sí mismo y que también le ayudan a prepararse para su ingreso a la escuela complementaria.

S. E.: ¿Y qué pasa con la adolescencia? Una etapa que, de alguna manera, ha tenido un vacío en el acompañamiento académico…

J. M. B.: En cualquier sociedad se necesita pensar lo que pasa con el niño cuando empieza a ser un adolescente, y en nuestra sociedad existe el riesgo de olvidar este desarrollo. Cuando esto pasa, la persona está expuesta a rituales espontáneos que lo llevan en malas direcciones, como la droga, el fundamentalismo religioso, lógicas colectivas negativas que los atraen, y esto ocurre cuando la escuela no propone algo positivo. El sistema educativo está llamado a proponer proyectos positivos que lleven al adolescente a querer ir más allá de él mismo, tener un ideal, para que exista menos individualismo y más espíritu colectivo en la etapa escolar. En Francia, por ejemplo, planteamos proyectos de vida asociativa, de cuidado del medioambiente, o aprendizaje de seguridad civil, con actividades interesantes para que su tiempo libre sea un tiempo productivo.

S. E.: ¿Cómo ve usted el panorama de la educación en Colombia?

J. M. B.: Creo que Colombia tiene una tradición fuerte en materia de educación. Hay una historia muy rica en este sentido, y una visión que se puede comparar con la de Francia en cuanto a la importancia de la educación para la ciudadanía. Es evidente que las dificultades de la educación tienen algo que ver con las dificultades sociales y las grandes diferencias que existen en el territorio. Me parece que en el caso de Colombia hay que prestar una atención muy particular a las áreas rurales para que aprovechen y accedan a la misma calidad que en el sector urbano; y todo eso pasa, no solo en Colombia, sino también en otros países, por la calidad de la formación de los maestros y un buen estatus para ellos.

S. E.: Pero ¿qué hacer en el país para que regrese la confianza en el sistema educativo, por parte de estudiantes, maestros y en sí de la sociedad?

J. M. B.: Eso es un gran desafío para muchos sistemas escolares. Muy a menudo hay desconfianza hacia las instituciones, y creo que esta se debe, en gran parte, al desprestigio que tienen los maestros. No se sienten amados por la sociedad. Pero es responsabilidad de los Gobiernos y de la sociedad demostrar esta atención y devolverles el prestigio. Debemos crear un ambiente en el que los profesores se sientan con la responsabilidad de formar a la ciudadanía y proponer reformas que los involucren en las decisiones que tocan su vida profesional. Así que, para mí, la solución está en alcanzar una construcción de proyectos educativos que estén al nivel de cada escuela. Que cada establecimiento tenga su propio proyecto educativo, coherente con el proyecto nacional, y que sea producto de un encuentro colectivo de maestros; y no como lo estamos haciendo ahora, luchando individualmente y aislando al profesorado.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/es-necesario-darle-al-maestro-el-protagonismo-que-merece-ministro-de-educacion-de-francia/655979

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Colombia: Profesionales ganan 71 % más que personas con educación básica primaria

Redacción: La República

Aunque en Colombia el salario promedio es de $1,16 millones, las personas con menor escolaridad reciben $572.746 y los universitarios alcanzan $1,9 millones

En Colombia los trabajadores con títulos universitarios ganan, en promedio, $1,9 millones, mientras que las personas que estudiaron hasta la básica primaria devengan $572.746, lo que significa que el primer grupo en mención recibe 3,5 veces más remuneración por su trabajo que el segundo.

Así mismo, se calcula que las personas con educación superior ganan 2,2 veces más que las que tienen educación media y los trabajadores con posgrado reciben cuatro veces más salario que las personas con educación media. Además, según cálculos del Dane, el sueldo promedio en Colombia es de $1,16 millones, solo $338.477 por encima del mínimo de 2019.

Esta es una de las conclusiones reveladas en el Informe Nacional de Empleo Inclusivo realizado por la Fundación Corona, la Fundación Andi y el programa de Alianzas para la Reconciliación de la Agencia de los Estados Unidos (Usaid), que fue publicado ayer y en el que se destaca la fuerte correlación existente entre el nivel educativo de las personas y la posibilidad de acceder al mercado laboral; lo que a su vez se refleja en sus ingresos y, por tanto, en su calidad de vida.

El estudio advierte que en el país persisten los retos para acceder a la educación posmedia (técnico profesional, tecnólogo, pregrado y posgrado), a lo que se suma que la tasa de deserción es muy alta. Dado que, en 2016, la tasa por cohorte para el nivel universitario fue de 45,1%, mientras que para el nivel de formación técnica profesional fue de 52,3%, es decir, 7,2 puntos porcentuales más alta que en el caso anterior. Y, en cuanto a la formación tecnológica, la deserción llegó a 53,3%.

También destaca que, más allá del nivel educativo, el nivel de ingresos es influenciado por la calidad de la educación recibida, aspecto en el que las alarmas permanecen prendidas en el país dado que, al revisar los resultados de las pruebas Icfes de 2018- que fueron la muestra analizada- la proporción de estudiantes con puntajes de niveles ‘bajo y medio-bajo’ en lectura crítica fue de 37,2 %. Y la cantidad de estudiantes con resultados negativos en matemáticas, fue de 45,1 %.

Además, al comparar las evaluaciones de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, se concluye que, tanto en lectura crítica como en matemáticas, los estudiantes de la región de Urabá tienen desempeños inferiores, lo que nuevamente pone sobre la mesa la correlación entre inversión y calidad.

“Siempre habrá una incidencia, a veces mayor o menor entre la educación y los ingresos pero, en realidad, lo que se debe establecer es si se trata de una incidencia enfocada; es decir, si corresponde al mercado de quien se forma en algún programa universitario, sea técnico o universitario. Hay incontables casos de profesionales que nunca se ubican en el mercado laboral de lo que estudiaron sino donde les tocó”, señaló Carlos Roberto Peña, director de Sapiens Research Group.

Lo anterior se refleja en la tasa de desempleo, que, de acuerdo con el Dane, en 2019 fue de 10,5%, el nivel más alto de los últimos ocho años. Cifra que fue superior para las mujeres, con 13%, frente a 6,9% de los hombres; y aún más retadora para los jóvenes, cuya proporción de desocupados fue de 16%.

El nivel educativo y la brecha con la demanda del mercado laboral

Pese a que es más fácil acceder al mercado laboral teniendo educación, también hay profesionales desempleados que nunca pueden ubicarse en ningún cargo relacionado con su profesión, por lo que uno de los desafíos identificados en el estudio es el de las brechas entre las necesidades del sector productivo y la formación en educación posmedia ofrecida por el sistema educativo. “Hay una necesidad de articulación entre la oferta educativa, la oferta de intermediación formal y la demanda laboral para que el país pueda avanzar en este aspecto”, señaló el documento.

Fuente: https://www.larepublica.co/economia/los-profesionales-ganan-71-mas-que-personas-con-personas-con-basica-primaria-2960985

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Insatisfacción, depresión y ansiedad: los costos invisibles de hacer un doctorado

Por: Revista Semana. 

Según una reciente encuesta de la revista ‘Nature’, 40 por ciento de los estudiantes no quedan satisfechos con los programas que cursan, en cambio, deben sacrificar mucho dinero y tiempo con sus familias.

Los resultados de la quinta encuesta de la revista Nature a estudiantes de doctorado confirman lo que ya se sospechaba: sacar adelante un doctorado expone a las personas a altos niveles de presión, al punto de que podría desarrollar ansiedad, depresión o tendencias suicidas. Según el trabajo, que encuestó a 6.300 aspirantes de doctorado de todo el mundo, el 40 por ciento expresó frustraciones relacionadas con el equilibrio entre el trabajo y la vida, incidentes de acoso, hostigamiento, y una preocupación constante por encontrar un buen trabajo a futuro.

Si bien casi tres de cada cuatro personas (75 por ciento) no se arrepienten de haber tomado la decisión, 45 por ciento reconocen que la emoción cayó progresivamente a medida que profundizaron en su programa. Este hallazgo coincide con otra investigación hecha en 2018 que demuestra que la satisfacción por alcanzar este logro académico tiende a disminuir con el tiempo. 

No es un secreto que hacer un doctorado no es fácil, pero el foco de la salud mental sobre el campo cobró relevancia en los últimos años debido a recientes estudios. Uno de ellos, realizado con estudiantes de Flandes, Bélgica, descubrió que quienes aspiraban a un doctorado tenían más del doble de probabilidades de sufrir problemas de salud mental que el resto de la población educada. Y otra encuesta, realizada a estudiantes de doctorado en la Universidad de Arizona en Tucson, Estados Unidos, encontró que alrededor de las tres cuartas partes de los aspirantes sufrían un estrés mayor al del promedio de la población.

Según la investigación de Nature, las razones del pesimismo varían pero la principal causa podría estar relacionada con la decepción. Casi el 40 por ciento de los encuestados dijo que su programa no cumplió con sus expectativas, y solo para el 10 por ciento las superó. “La cifra representa una fuerte caída desde 2017, cuando el 23 por ciento de los encuestados dijo que su programa superó las expectativas”, escriben en el reporte.

Las largas horas de trabajo son otra queja persistente. Casi la mitad de los encuestados estuvo de acuerdo con la afirmación «hay una cultura de largas horas en mi universidad, incluso a veces trabajando toda la noche». El mismo porcentaje informó que trabajaba más de 50 horas extra cada semana. Entre los que trabajaron más de 41 horas a la semana, 85 por ciento afirmó no estar satisfecho con su horario.

Temas más complejos como el acoso laboral y el hostigamiento también están dentro de las causas mayores de insatisfacción. Una estudiante de Bélgica aseguró a Nature en una selección de la encuesta en la que podían exponer sus casos libremente: «He sido testigo y objeto de intimidación por parte de un supervisor académico... La impunidad absoluta de los principales profesores es asombrosa y la mayor amenaza para los jóvenes investigadores (incluida su salud mental)». De acuerdo a la investigación, al menos el 57 por ciento de los estudiantes han experimentado acoso académico y tienen dificultades para discutir la situación sin temor a repercusiones.

Los expertos también ponen sobre la mesa las dificultades económicas y sacrificios que hacen muchos estudiantes por obtener un doctorado. Nature relata, por ejemplo, el caso de Marina Kovacevic, estudiante de química de tercer año en la Universidad de Novi Sad de Serbia, que pasó casi cuatro años tratando de reunir los fondos para comenzar su doctorado. Para reunirlos tuvo que aceptar trabajos paralelos de barman y camarera. Ahora invierte todo su tiempo entre el trabajo y el laboratorio, y personifica el típico caso del estudiante de doctorado con exceso de trabajo y un futuro incierto.

Al preguntarle a Kovacevic por qué se aferra a la idea de sacar un doctorado pese a estos niveles de estrés, dice que se siente profundamente comprometida con su proyecto, que consiste en buscar formas de frenar la propagación de la rabia en su India natal. Aun así reconoce que a menudo se enfrenta al síndrome del impostor, un estado mental en el que las personas que lo sufren tienen la sensación de no estar nunca a la altura o de no ser lo suficientemente buenos, competentes o capaces.  «Cuanto más aprendes sobre algo, más te das cuenta de que todavía hay mucho que entender», dice. «Todavía no me considero una experta en perros y rabia, pero estoy mejorando».

Nadie niega la importancia que tiene la formación académica para el desarrollo, pero esta encuesta de Nature podrían ayudar a tener una visión mucho más realista y consciente de lo que significa. También es una alerta a las instituciones académicas sobre la necesidad de fomentar mejores ambientes de trabajo en estos espacios.

Una de las conclusiones del trabajo es que los estudiantes ya no están del todo seguros de si invertir todo ese tiempo y horas  en el grado académico vale la pena. Matt Murray, estudiante de doctorado en medicina molecular en la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut, le dijo a Nature que no sabe a dónde conducirán todos sus esfuerzos. «Todavía tengo dudas de que tomé la decisión correcta», afirma. «Hay días en los que odias todo y solo quieres ir a casa». Igual que su caso, debería preocupar que solo el 26 por ciento de los encuestados sintió que su programa los estaba preparando «muy bien» para su carrera.

Según la OCDE, el número de estudiantes de doctorado viene en aumento en todo el mundo en las últimas dos décadas. Estados Unidos, líder en este campo, tiene al rededor de 67.500 doctores, el doble de egresados que Alemania, su rival más cercano. Colombia, aún está resagado. Para el año 2014, se hablaba de que habían 356 doctores, una cifra muy pequeña teniendo en cuenta que países como México y Argentina manejan números de 5.782 y 2.088 respectivamente.

Fuente del artículo: https://www.semana.com/vida-moderna/articulo/insatisfaccion-depresion-y-ansiedad-los-costos-invisibles-de-hacer-un-doctorado/640991?fbclid=iwar3tvi3am0wsvqop-ehje2fvh3tfbyrvj4iiyore_kp6lna82ktdvtsghlk

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CLACSO: Concurso para la selección de seminarios virtuales de posgrado

Redacción: CLACSO

Para Redes de Posgrado, Grupos de Trabajo y Centros CLACSO

Ciclo de formación 2020


Los seminarios virtuales de la Red de Posgrados tienen por objetivo ofrecer formación académica en diversos campos de las Ciencias Sociales y las Humanidades, promoviendo tanto el pensamiento crítico latinoamericano y caribeño, como el estímulo al desarrollo de perspectivas teóricas y metodológicas para el estudio de las realidades regionales y en perspectiva Sur-Sur.

Los seminarios virtuales integran la oferta académica realizada por el programa de la Red de Posgrados y se dictan en el Espacio de Formación Virtual, una plataforma con más de 20 años de experiencia en educación virtual.

En este marco, se llama a concurso a Redes de Posgrados de CLACSO, a profesoras y profesores pertenecientes a Centros Asociados y a Grupos de Trabajo de CLACSO a presentar propuestas para el dictado de seminarios virtuales durante el período 2020.

Cierre de la convocatoria 20 de diciembre de 2019


Consultas: concursosv2020@clacso.edu.ar


Cierre de la convocatoria 20 de diciembre de 2019

Fuente: https://www.clacso.org/concurso-para-la-seleccion-de-seminarios-virtuales-de-posgrado/
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Gaudencio Frigotto: La educación como formadora de personas competentes

Redacción: República

El experto brasilero Gaudencio Frigotto aboga por «dejar de lado» el concepto de «calificación».

Los cambios tecnológicos que se registran motivan a la educación formal a «integrar la formación técnico-profesional a la educación básica», aseguró el experto brasilero Gaudencio Frigotto. El especialista considera que las personas, para integrarse al mercado laboral, deben formarse en «competencias» dejando el anterior concepto de «calificación», informaron a LA REPÚBLICA desde la ANEP.

El profesor Gaudencio Frigotto participó de un debate organizado por las Unidades de Alfabetización Laboral de la UTU denominado «La Educación Tecnológica y Profesional, más allá de las Competencias», realizado en el Instituto Tecnológico Superior (ITS) «Arias Balparda», que congregó a estudiantes y docentes de Educación Media.

Formar gente competente

¿Por qué está en debate la educación tecnológica y profesional más allá de las competencias? ¿Incorporar formación no es adquirir competencias?

Este es un debate que hace mucho tiempo estamos haciendo en Brasil. Por cierto, todo el trabajo educativo en cualquier ámbito tiene que generar competencias. Por lo tanto no hay nada en contra de la idea de formar gente competente. Lo que estamos discutiendo es que los términos asumen sentidos distintos, en relaciones sociales específicas.

Entonces, ¿por qué cambiaron tanto los vocabularios educativos? La generación que hoy tiene más de 60 años de edad nos formamos bajo un término que era clásico: calificación. Este término tenía detrás derechos e instituciones, por lo tanto también tenía sindicatos detrás.

Ahora no hablamos más de calificación sino de competencias, no hablamos más de empleo sino de empleabilidad, no hablamos más de conocimiento sino de sociedad del conocimiento.

Enseñanza integrada

¿Esto quiere decir que los sistemas educativos que antes nos formaban en conocimientos generales ahora deben tender a formar a los jóvenes para adaptarlos al mundo del trabajo?

Hoy la base de las ciencias está en todos los ramos. El cambio tecnológico -que llamamos digital molecular, de la inteligencia artificial- está en la cocina de nuestra casa, está en los aviones, está en los pequeños grabadores de audio, está en los celulares.

Entonces, ¿quiénes son los trabajadores que tienen más posibilidades de ganar los pocos empleos? Incluso la palabra «empleo» hoy es para pocos. No es una educación generalista, es una educación básica que proporcione los fundamentos de las ciencias, de la naturaleza, de la física, de la química. Pero también los fundamentos de la historia, de la psicología, porque en definitiva quienes manejan esos recursos son los seres humanos.

Por lo tanto ese conocimiento es tecnológico porque tenemos que mirar que aquellos que tienen una educación muy estrecha, muy específica, no van a entender los cambios, pues no tienen la base.

Es por esto que nosotros trabajamos la idea de una enseñanza integrada. Es decir, integrar la formación técnico-profesional a la educación básica es un diálogo.

Redacción: https://www.republica.com.uy/la-educacion-como-formadora-de-personas-competentes-id737205/

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