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Nuevas formas de innovar en la escuela

Argentina/07 marzo 2015/ Autor: Micaela Urdinez/Fuente:La Nación

Alumnos que como robots copian del pizarrón, memorizan contenidos repetidos hasta el cansancio por profesores también cansados, que asisten sin entender a materias divididas por bloques fijos de horarios, que son evaluados en exámenes tradicionales y sin atisbos de pensamiento crítico, muestran una de las tantas escenas mudas de una película que todos los días se filma en la mayoría de las escuelas del país.

Son demasiadas las voces que sostienen que se está educando como en el siglo XIX a estudiantes del siglo XXI. Que a pesar de todas las discusiones, planteos teóricos y avances legislativos, la estructura educativa sigue siendo precaria para hacer frente a los desafíos que se presentan hoy en las aulas.

¿Si la realidad demuestra a cachetadas que los alumnos no están aprendiendo, cómo hacer entonces para innovar sin echar por tierra todo lo ya construido? Porque el objetivo no es empezar una escuela de cero, sino tener la apertura necesaria e innovar, para adoptar nuevas metodologías, darle un protagonismo diferente al alumno, desafiar el status quo, introducir otras disciplinas al aprendizaje.

«Innovación en el aula se refiere a diversos aspectos, cubren un espectro muy amplio, desde el uso de tecnología, estrategias pedagógicas, organización del espacio del aula, colaboración entre docentes. El objetivo es lograr la experiencia del aula más efectiva para atrapar el interés de los alumnos, generar motivación, y cumplir con los objetivos de aprendizaje que los miembros de la escuela deben acordar. Innovar es animarse, es confiar que todos pueden aprender más y mejor, tanto los alumnos como los profesionales, sin formatos rígidos», explica Agustina Blanco, consultora en Educación de la Universidad de San Andrés, Enseña por Argentina y Proyecto Educar 2050.

Porque si bien todos los especialistas están de acuerdo en que la legislación educativa en el país es de avanzada y marcan un camino interesante a seguir, hace falta llevar esa impronta al pupitre. «Cambian programas, cambian los nombres, cambian los boletines, cambian las asignaturas pero parece que la escuela casi no ha cambiado. Tener una buena escuela es un derecho, no puede ser una suerte. Tenemos que cambiar nosotros, docentes y directivos. Y para eso no podemos seguir pensando en un trabajo individual, que enferma y nos aleja de la escuela querida. Son los docentes y directivos, trabajando en equipo los motores del cambio y la innovación», afirma Victoria Zorraquin, Directora Ejecutiva de Educere Docentes por un Mañana.


Con la audacia de salir de la noción de arte como algo extracurricular y pasar a la comprensión del arte como algo transversal a los contenidos curriculares, nació el Programa Arte, Bienestar y Creatividad en la comunidad (ABC), de la mano de la Fundación Crear Vale la Pena y que con el tiempo se transformó en política pública. A partir de este año, ABC Buenos Aires se incorpora como un programa del Ministerio de Educación porteño.

«Crear Vale la Pena nació en una escuela parroquial en la Cava llamada Santo Domingo Savio. El éxito del programa y las características del mismo hicieron necesario trasladarlo a un espacio cultural de encuentro propicio al programa de talleres y producciones artísticas que desarrollamos como herramientas de integración social y generación de oportunidades para los jóvenes. Sin embargo entendimos que habíamos construido un concepto de aula taller y de responsabilidad social de los jóvenes sobre su comunidad que debía aportarse al descubrimiento de nuevas experiencias de encuentro y creatividad en la escuela», cuenta Inés Sanguinetti, presidenta de Crear Vale la Pena.

Fue así que durante 7 años desarrollaron un programa extracurricular en escuelas con el área de Educación de Flacso y conocieron en Aberdeen (Escocia) una experiencia similar pero transversal a la currícula. «Nos invitó el Scottish Arts Council a asociarnos a un gobierno, y a una universidad y acordar un programa de intercambio y de instalación de esta práctica como política pública de 3 años. Invitamos a los gobiernos de Nación, Provincia y Ciudad y quienes tuvieron la voluntad política de abordar este laboratorio fue el gobierno porteño y la Universidad de San Andrés», agrega Sanguinetti.

La innovación consiste en sumar un nuevo actor en la comunidad educativa: el «artista vinculante» y su tarea es introducir la lúdica y la creatividad en todas las materias como preparación del medio para el aprendizaje y la convivencia en el aula, interaula, y con la comunidad. El rol de este artista es ponerse a disposición como colaborador en la preparación del medio para el aprendizaje de contenidos curriculares de los docentes, de la facilitación de experiencias interaula al servicio del proyecto escolar, y del reforzamiento de vínculos interinstitucionales entre escuela, espacios de atención primaria de la salud y espacios culturales y deportivos para permitir abordajes complejos de las problemáticas en los territorios.

«El gran logro ha sido generar aulas de mayor calidad desde la idea de que el arte alienta la curiosidad, ésta impulsa a la creatividad y eso es lo que logra la innovación individual y colectiva. Además todo eso tiene que ver con aulas con mayor bienestar emocional y felicidad para jóvenes y adultos», resume Sanguinetti.

En una articulación de grandes escalas, ABC en la comunidad consiste en una iniciativa conjunta de la Fundación Crear Vale la Pena y la Universidad de San Andrés, en asociación con el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación y la Secretaría de Hábitat e Inclusión Social del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Universidad de Aberdeen (Escocia), Creative Scotland y el City Council de Escocia , y cuenta con el apoyo del British Council en Argentina. Tiene el propósito de mejorar los aprendizajes, la educación, la cohesión social y el compromiso de la escuela con la comunidad a través de las artes, la cultura y la creatividad.

«Desde el punto de vista de la gestión es un éxito en materia de modernización del Estado construir durante 3 años un consorcio público privado entre estado, OSC, universidad y empresa y que el mismo Estado logre integrar a tres ministerios en una acción articulada hacia el mismo objetivo. Esto es la materialización del famoso incidir en el diseño de políticas públicas desde la sociedad civil», agrega Sanguinetti.

Durante 2012, 2013 y 2014 se realizó una experiencia piloto de esta iniciativa en 13 escuelas de contextos vulnerables de Ciudad Oculta, Cildañez, villa 31, villa 21-24 y villa 20 con resultados muy alentadores. Según evaluaciones realizadas por la Universidad de San Andrés, el 91% de los estudiantes de nivel medio ha destacado que las clases de ABC son más interesantes o motivantes, el 100% de los docentes (Inicial- Primario- Medio) percibe un aporte positivo para que sus alumnos aprendan, el 71% de los estudiantes (nivel medio) opina que las clases de ABC los ayuda a trabajar y a pensar en equipo con sus compañeros, el 97% de los docentes (Inicial- Primario- Medio) cree que las implementaciones de ABC mejoraran la convivencia entre los alumnos y el 91% de los docentes dice que los artistas aportaron nuevas herramientas de enseñanza.

«En la primera reunión con Crear Vale la Pena nos dimos cuenta de que el programa sería ideal para aplicarlo en contextos vulnerables y así generar impacto en la comunidad. Es una iniciativa que busca fortalecer el aprendizaje emocional, y devolverle al chico la alegría por aprender. No te plantea nuevos contenidos sino que es una metodología diferente de aprendizaje. El programa incorpora el aspecto cultural en la educación, en la sociedad civil y al chico lo toma en su contexto, al igual que al docente», explica Ana Ravaglia, de la Subsecretaría de Unidad de Proyectos Especiales del Ministerio de Educación porteño.

A través de diferentes lenguajes artísticos (expresión corporal, artes visuales, teatro, música, danza, cerámica, lenguajes artísticos combinados) se buscan nuevas maneras de que los alumnos incorporen contenidos curriculares como ciencias sociales, historia, matemática, informática, inglés, ciencias naturales y educación cívica, entre otras.

Hasta el momento, fueron 59 artistas, 48 docentes y 1260 alumnos los beneficiados por el programa y desde el gobierno porteño apuestan a que cada vez sean más.

«La maestra maneja los contenidos y el artista encuentra una manera creativa de enseñar. Tienen que funcionar como una dupla. Se enseña historia a través de la música o geografía desde la danza. El arte es maravilloso en la escuela. Cuando irrumpe desarrolla la inteligencia emocional. Y vos lo que aprendés con placer y emoción, te lo llevás para toda la vida», sostiene Ravaglia.


En Argentina, así como en la mayoría de los países de Latinoamérica, aún persisten prácticas basadas en la enseñanza de contenido de diseños curriculares rígidos, a través de la transmisión de información y la memorización. Además, persisten prácticas docentes individualistas (puertas de aulas cerradas, aisladas), donde hay poca colaboración entre docentes para reflexionar sobre estrategias pedagógicas o métodos innovadores que busquen cumplir objetivos de aprendizajes predeterminados.

Por eso, hace falta generar las condiciones para apostar por la innovación educativa. Para Claudia Romero – Directora del Área de Educación de la Universidad Di Tella -ésta sucede sólo cuando se alteran los aspectos estructurales del formato escolar y tiene efecto en los aprendizajes de los alumnos. «Para eso, tiene que afectar el tiempo, el espacio, los intercambios, los agrupamientos y el proceso de transmisión de la enseñanza», señala.

Blanco, por su parte, agrega que una pedagogía de excelencia hoy comprende poder manejar estrategias diversas, motivadoras y desafiantes en el aula. «Implica, además, tener la habilidad de acompañar la diversidad en los modos y tiempos de aprendizajes individuales de los alumnos, hacer buen uso pedagógico de las herramientas tecnológicas, diseñar planificaciones basadas en la indagación y generación de preguntas que inviten al razonamiento, al pensamiento crítico y a la participación, a proponer actividades didácticas donde los alumnos deban resolver problemas reales, a trabajar por proyectos».

Las propuestas de mejora pueden surgir desde el clima en el aula, la capacitación docente, los diseños curriculares o cualquier aspecto de la estructura educativa. Cuando el desafío es tan vasto, muchas veces es difícil decidir por dónde arrancar. En el caso de Cimientos, eligieron poner el foco en la cúpula.

A través de su programa Ronda de Directores – que arrancó en 2012 – un grupo de 12 directores de escuelas secundarias de Berazategui y sus 4 supervisores, comenzaron a generar espacios de capacitación continua para el desarrollo de habilidades pedagógicas que les permitieran asesorar a sus equipos docentes en procesos de mejora de las prácticas de enseñanza, para que fueran cada vez más inclusivas.

«Nuestro punto de partida fue una investigación realizada en una zona del conurbano bonaerense donde iniciamos el programa. Se trató de un proyecto que se propuso mirar los procesos de enseñanza y aprendizaje que tenían lugar dentro de las aulas de las escuelas a las que concurre población vulnerable socioeconómicamente. Se recogieron evidencias acerca de las características que tenían las clases en esas escuelas, donde -salvo escasas y valiosas excepciones- las prácticas de enseñanza daban lugar a aprendizajes «de baja intensidad», rutinarios, y las tareas propuestas por los profesores, estaban más ligadas a la memoria que a la comprensión. Entendimos que una de las formas de que esto empiece a cambiar era trabajar con los directores, animarlos a observar clases y a proponer otras estrategias», explica Cecilia Oubel, coordinadora del Programa de Apoyo a Escuelas de la Fundación Cimientos.

La Ronda está integrada por representantes de los equipos directivos de las escuelas participantes, que desarrollan la práctica en común de observar, analizar y discutir la enseñanza y el aprendizaje en sus escuelas. Cada grupo de escuelas participa de 8 encuentros con frecuencia mensual a lo largo del año, y de dos encuentros de cierre al finalizar cada uno de los módulos de trabajo.

Durante los encuentros se analizan clases observadas y registradas en sus propias escuelas, así como otros materiales vinculados con la enseñanza, entre ellos: pruebas, carpetas de los estudiantes, etc. Asimismo, durante el segundo año de la capacitación, además de continuar con la observación de clases, se elaboran guías para la observación de clases, y se diseñan y ponen en práctica planes de mejora respecto de un problema de la práctica de enseñanza diagnosticado en cada escuela participante. Implica abrir las puertas de las aulas para que directores de otras escuelas observen para mejorar sus estrategias de intervención pedagógica.

«El objetivo es desarrollar capacidades en los directores para gestionar la escuela con un foco muy fuerte en el microespacio del aula, qué es lo que sucede adentro de las aulas, qué es lo que los profesores enseñan y qué es lo que los alumnos aprenden. Principalmente la mirada está puesta sobre el mundo pedagógico y eso se ve en las actividades», agrega Oubel.

Los impactos más importantes en los directores fueron que lograron modificar su perspectiva de la gestión escolar al comprender que ésta debe tener como foco primordial el núcleo de la enseñanza; fortalecieron su liderazgo pedagógico sostenido ahora en un mayor y mejor involucramiento tanto en la observación de la realidad de las aulas (observación de clases) como en la retroalimentación formativa a los profesores desde un enfoque proactivo; comprendieron y asumieron su responsabilidad (antes delegada enteramente en los profesores) sobre el éxito y el fracaso de los estudiantes; y otorgaron mayor y especial atención a qué y cómo se enseña y qué y cómo se evalúa en su escuela y en su distrito.

Para Silvana Rodríguez, Directora de la EEM N°15, de Berazategui, la capacitación le sirvió «para repensar mi rol como directora, para acompañar a los docentes en sus prácticas pedagógicas, para mejorar mi rol como asesora, para tener una herramienta. Trabajamos con la escalera de la retroalimentación con la idea de acercarnos al docente, preguntarnos cómo está trabajando, cuáles son sus tareas, qué está haciendo con los alumnos en el aula».


Para Romero, muchas veces se confunde la innovación con cambios en los diseños curriculares o la inclusión de las nuevas tecnologías. «Se han renovado los diseños curriculares en el país y en todas las provincias. Pero el primer desafío es cómo hacemos para que los docentes se apropien de este diseño, lo aprendan y lo puedan enseñar. Yo creo que la tecnología en sí misma no constituye una innovación. Es una herramienta muy potente pero si no hay alteraciones del tiempo y el espacio puede ser usada de la misma manera estructurada que cualquier otra», afirma.

En esta misma línea, Agustina Blanco sostiene que la tecnología es necesaria pero no suficiente para transformar sistemas educativos ya que no hay garantía de que su uso mejore el sistema educativo. «Las TICs facilitan la creación de ambientes propicios para el aprendizaje, donde se pueden adaptar estrategias de enseñanza modernas e interactivas, motivadoras y desafiantes. El uso de juegos interactivos, por ejemplo, está siendo incorporado gradualmente a las aulas como herramienta pedagógica de alto potencial», dice Blanco.

Con el sueño de democratizar el acceso a educación de calidad para toda la comunidad hispano parlante, Denise Abulafia y sus dos socios crearon Educatina, un sitio que brinda más de 3000 videos gratuitos para estudiantes, realizados por expertos en las diferentes materias para utilizarlos como complemento del material que se trabaja en el aula. Tiene cerca de 5 millones usuarios al mes (30% de Argentina) y en 2012 fue premiado por el programa Conectar Igualdad del Ministerio de Educación de la Argentina.

En Educatina, los videos están organizados por asignaturas (se destacan matemáticas, ciencias sociales, lengua y literatura, entre otras), donde se ofrecen explicaciones animadas sobre los contenidos que se dictan en el aula y diversos contenidos adicionales de interés general. El desarrollo del material está a cargo de docentes especializados en cada área temática y es supervisado por profesionales para garantizar la calidad audiovisual y el contenido académico. Como complemento, cada lección contiene actividades prácticas asociadas.

Denise Abulafia nació en la Argentina y obtuvo su licenciatura en Bioquímica en la Universidad de Buenos Aires. Posteriormente se doctoró en Biología Celular y Molecular en la University of Miami (Florida, USA), donde se especializó en el área de las neurociencias. Desarrolló parte de su carrera profesional en México como docente especializada en Genómica y Proteómica en la licenciatura de Medicina de la Universidad Anahuac. Luego de varios años de emprendimientos relacionados a la educación digital regresó a la Argentina en 2011 donde fundó Educatina con el fin de democratizar el acceso a la educación de calidad para toda la comunidad hispanohablante.

«Vengo de muchos años de pedagogía universitaria en México y de emprendimientos en educación digital. Como soy doctora en Biología Celular y Molecular de la Universidad de Miami empecé haciendo los videos de Biología que era mi área de expertise, los publicamos en YouTube y tuvimos 50.000 visitas. Ahí nos dimos cuenta de que había un terreno fértil en el cual trabajar», sostiene Abulafia. A la vez que agrega: «Lo que nosotros buscamos mostrar en los videos, que no son revolucionarios a nivel digital, es a un docente apasionado que de alguna forma es como si le diese la clase al alumno que está mirando. Es un formato sencillo, pero en el que el profesor es el que arma el video desde que empieza hasta que termina. Permite que cada uno de los alumnos aprenda los contenidos en su propio tiempo y espacio. Creemos que es necesario generar espacios de aprendizaje que estén disponibles las 24 horas. Tenemos 30.000 unidades de contenidos realizados exclusivamente por docente. Más de 500.000 alumnos ingresa a partir de las 20 a las 2 AM en la Argentina. Esto sucede porque muchos adolescentes tienen su reloj biológico seteado para tener su período de atención por la noche».

En última instancia, lo que busca este sitio es transformar la forma en la que los alumnos aprenden, ya que están convencidos de que los estudiantes tienen que ser autodidactas, y generar su propio modelo de aprendizaje. «El alumno tiene a disposición todo lo que necesita para poder aprender. Ya es una decisión de él no aprender. La tecnología nos permite que no haya barreras para el conocimiento. Hay contenidos, ejercicios y profesores a disposición», dice Abufalia.

Para poder generar un modelo de autosustentabilidad lanzaron AulaYa.com, un servicio de clases particulares online, on-demand, que son pagas. Los alumnos solicitan asistencia y en menos de 5 minutos se conectan con un profesor real al que le pueden preguntar sobre cómo hacer ejercicios o despejar dudas.

«Ya empezamos a tener resultados increíbles. Vemos que aumenta el resultado de retención de los alumnos, su rendimiento, las ganas de los alumnos de seguir con los estudios, la autoestima. Hemos tenido alumnos (1 millón se llevaron materias a marzo en la Argentina) que toman clases particulares con nosotros online en AulaYa, que han levantado 8 materias de diciembre a marzo y salvaron el año. Esa es nuestra mayor satisfacción. Los casos que vamos conociendo de chicos que tenían una apatía completa hacia el aprendizaje, pero que a través de un acompañamiento de su tiempo y espacio vuelven a sentir la pasión por aprender», agrega Abufalia, cofundadora y directora general de la iniciativa.

Tienen un sistema de reclutamiento de tutores de toda Iberoamérica. Los docentes primero pasan filtros: rinden examen de conocimientos, entrevistas y proceso automatizado de producción de contenidos. Ningún video o material se sube sin pasar por un profundo sistema de revisión. De esta forma certifican la calidad de los videos.

«Tenemos que volver a rescatar la pasión de los docentes. Este es el eje fundamental de todo este proceso. En los países en los que funciona mejor el sistema es en el que los docentes se sienten importantes y valorados. Cuando tienen un rol de acompañar a los alumnos a encontrar sus propios espacios y formas de aprender. Estamos yendo a una educación mucho más personalizada, con un rol docente diferente», concluye Abufalia.

¿Cómo hacer atractivo el proceso de aprendizaje para los alumnos? Este es el gran desafío al que todos los días se enfrenta la escuela de nuestro país. Para Melina Furman, profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés e investigadora del Conicet, «los documentos curriculares dicen que hay que estimular la creatividad de los chicos, que se hagan preguntas, pero si te asomás a la ventana de cualquier aula, lo que ves está muy lejos de ese espíritu indagador que la escuela debería promover».

Para revertir esta situación, Furman está trabajando en escuelas primarias con un enfoque denominado enseñanza por indagación que consiste en que los chicos sean protagonistas de sus propias investigaciones e indagaciones. A su vez dirige el Equipo de Ciencias Naturales del Proyecto Escuelas del Bicentenario, a partir del cual trabajan con docentes de 150 escuelas primarias de todo el país en los contextos más pobres para que puedan generar pensamiento crítico en los chicos.

«En general los docentes se entusiasman mucho con enseñar distinto, porque los chicos responden muy diferente. Buscamos que los niños se pongan en los zapatos de un científico que se hace preguntas y busca respuestas. Fuimos a ver de las 150 escuelas del programa a cuáles les había ido mejor, y vimos muy claramente que las más exitosas eran las que tenían equipos directivos comprometidos con cambiar la manera de enseñar. Lo que se viene viendo es que las soluciones de afuera de la escuela no son sostenibles y que las escuelas que tienen una cultura de la innovación, la cosa echa raíces y empieza a volar», agrega Furman.

Con este mismo espíritu de incentivar la veta creativa y darle protagonismo al alumno en el proceso de aprendizaje, el Colegio Aletheia implementa la filosofía educativa de Reggio Emilia, que tiene como principios la participación de los niños, los educadores y los padres en la vida de la escuela, una pedagogía de la escucha, el aprendizaje como proceso de construcción subjetivo y en el grupo, la investigación y la documentación educativa, el proyecto didáctico, el valor de la organización, la calidad de los ambientes, los espacios y las relaciones y la formación profesional.

Reggio Emilia es una pequeña ciudad en el norte de Italia. Después de la Segunda Guerra Mundial, bajo el liderazgo inspirador del educador y filósofo Loris Malaguzzi (1924-1994) comenzó con la ruptura de las tradiciones pedagógicas y educativas, y la construcción de proyectos educativos y de formación de cara al futuro. Su enfoque innovador e inspirador en la educación y el aprendizaje de la primera infancia (hasta los 6 años), que valora al niño como fuerte, capaz y flexible, lleno de asombro y conocimiento, considera que cada niño trae consigo una profunda curiosidad y potenciales, y esta curiosidad innata conduce su interés para comprender su mundo y su lugar en él.

«Nuestra escuela nació hace 46 años sobre tres pilares: creatividad, vínculos y conocimiento. Todo el mundo dice que las escuelas tienen que ser creativas y promover el conocimiento, pero el tema es cómo llevarlo a la práctica. Lo que más nos interesó de la filosofía Reggio Emilia es que la capacidad creativa, el trabajo con los chicos y la capacitación docente continua se conviertan en una realidad cotidiana», dice Victoria Alfieri, directora de Aletheia, institución de Barrio Norte, con una matrícula de 450 alumnos entre nivel inicial y primaria.

¿Cómo se genera un espacio para que se hable sobre los valores y las relaciones o se aplique la tecnología en el día a día? Esa es una de las tantas metas de Aletheia. «Para llevarlo adelante trabajamos con una pareja docente que tiene las mismas responsabilidades y derechos, y funcionan como una modalidad constante. Además repensamos el ambiente, los materiales, los tipos de mesas. También le damos un espacio sistemático semanal al desarrollo profesional en los cuales se capacita a los docentes. A su vez hacemos muchos trabajos que involucran otros actores de la comunidad, como el Hospital de Niños, otras escuelas, con la comunidad o los padres», agrega Alfieri.

Es que para ellos, la escuela es una especie de gran atelier en el cual los niños pueden bucear, aprender y reflexionar. Y en el que la resolución de un problema puede darse a través del arte o la música. «Los conocimientos y aprendizajes se hacen en relación a otros, son una coconstrucción. Esto implica que trabajamos con grandes y pequeños grupos dentro del mismo grado. Vamos tomando la currícula para interpretarla y ofrecerla de una manera diferente. Estas son improntas que Reggio Emilia nos ha invitado a repensar en lo cotidiano», dice Alfieri, a la vez que resalta la gran tarea de documentación que se realiza sobre el proceso de aprendizaje de cada niño.

Este trabajo de indagación permanente hace que los alumnos de Aletheia sean confrontativos, de pensamiento divergente y enorme curiosidad. «Son chicos que saben mucho porque han indagado y que no se conforman con respuestas banales. Son alumnos preocupados por lo social, curiosos, con capacidad de argumentar y transmitir sus conocimientos», cuenta Alfieri.

El alumno tiene un aula de referencia, pero también otros lugares de investigación como el atelier de música, de movimiento, digital, de matemáticas. Esto quiere decir que dentro del mismo grado los chicos pueden estar trabajando tres proyectos: algunos en la biblioteca, otros en su aula y otros en el aula libre, todos sobre algún contenido de lengua. Los grupos pueden durar una semana, un mes o tres meses. Esto les brinda a los niños la posibilidad de conocer a todos a través de sus potencialidades.

«La idea es ser conscientes de las habilidades que cada uno tiene a la hora de aprender. La escuela vive un ambiente de alegría, agradable y sostenedor; a partir de un trabajo en equipo creamos un clima de búsqueda constante y eso marca un modelo de trabajo. Es una comunidad de aprendizaje colectivo, de transformación y participación. El alumno es el protagonista de los proyectos que se realizan y el encargado de llevarlos adelante», concluye Alfieri.

15%

Alumnos de 15 años

No comprenden lo que leen según el último informe de PISA 2012. La Argentina se ubicó en el puesto 59 entre 65 países, cayendo una posición con respecto al 2009. Más información en www.oecd.org/ pisa

Cómo innovar en educación

1-Enfoque sistémico

Abordar la problemática del aprendizaje desde un enfoque sistémico, teniendo en cuenta la realidad del estudiante.

2-Calidad en la enseñanza

Tener profesionales formados en universidades destacadas.

3-Medición

Generar indicadores cuantitativos que demuestren que los chicos efectivamente aprenden.

4-Tecnología

Integrar la tecnología en la enseñanza para brindar acceso a la alfabetización digital y motivar a los alumnos.

5- Apoyo a las familias

Para hacerlos confiar en su capacidad de ayudar a sus hijos.

Formar alumnos curiosos y audaces

Gusto por la rebeldía: el conocido educador brasilero Paulo Freire, ya sostenía a fines del siglo XX la necesidad de profundizar la autonomía de los alumnos. En su libro Pedagogía de la autonomía sostiene que «lo necesario es que, aun subordinado a la práctica bancaria, el educando mantenga vivo el gusto por la rebeldía que, agudizando su curiosidad y estimulando su capacidad de arriesgarse, de aventurarse, de cierta forma lo inmuniza contra el poder aletargante del bancarismo. En este caso es la fuerza creadora del aprender, de la que forman parte la comparación, la repetición, la comprobación, la duda rebelde, la curiosidad no fácilmente satisfecha, lo que supera los efectos negativos del falso enseñar. Ésta es una de las ventajas significativas de los seres humanos, la de haberse tornado capaces de ir más allá de sus condicionantes».

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En Argentina: La Escuela de Educación Popular llega a la ciudad

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Why Teachers Matter in Dark Times

Americans live in a historical moment that annihilates thought. Ignorance now provides a sense of community; the brain has migrated to the dark pit of the spectacle; the only discourse that matters is about business; poverty is now viewed as a technical problem; thought chases after an emotion that can obliterate it. The presumptive Republican Party presidential nominee, Donald Trump, declares he likes «the uneducated» — implying that it is better that they stay ignorant than be critically engaged agents — and boasts that he doesn’t read books. Fox News offers no apologies for suggesting that thinking is an act of stupidity.

A culture of cruelty and a survival-of-the-fittest ethos in the United States is the new norm and one consequence is that democracy in the United States is on the verge of disappearing or has already disappeared! Where are the agents of democracy and the public spaces that offer hope in such dark times? Many are in public schools — all the more reason to praise public school teachers and to defend public and higher education as a public good.

Public schools and higher education are «dangerous» because they hold the potential to serve as laboratories for democracy.

For the most part, public school teachers and higher education faculty are a national treasure and may be one of the last defenses available to undermine a growing authoritarianism, pervasive racism, permanent war culture, widening inequality and debased notion of citizenship in US society. They can’t solve these problems but they can educate a generation of students to address them. Yet, public school teachers, in particular, are underpaid and overworked, and lack adequate resources. In the end, they are unjustly blamed by right-wing billionaires and politicians for the plight of public schools. In order to ensure their failure, schools in many cities, such as Detroit and Philadelphia, have been defunded by right-wing legislators. These schools are dilapidated — filled with vermin and broken floors — and they often lack heat and the most basic resources. They represent the mirror image of the culture of cruelty and dispossession produced by the violence of neoliberalism.

Under the counterfeit appeal to reform, national legislation imposes drill-and-test modes of pedagogy on teachers that kill the imagination of students. Young people suffer under the tyranny of methods that are forms of disciplinary repression. Teachers remain powerless as administrators model their schools after prisons and turn students over to the police. And in the midst of such egregious assaults, teachers are disparaged as public servants.

To read more articles by Henry A. Giroux and other authors in the Public Intellectual Project, click here.

The insecure, overworked adjunct lecturers employed en masse at most institutions of higher education fare no better. They have been reduced to an army of indentured wage slaves, with little or no power, benefits or time to do their research. Some states, such as Texas, appear to regard higher education as a potential war zone and have passed legislation allowing students to carry concealed weapons on campus. That is certainly one way to convince faculty not to engage in controversial subjects with their students. With the exception of the elite schools, which have their own criminogenic environments to deal with, higher education is in free fall, undermined as a democratic public sphere and increasingly modeled after corporations and run by armies of administrators who long to be called CEOs.

All the while the federal government uses billions of dollars to fuel one of the largest defense and intelligence budgets in the world. The death machine is overflowing with money while the public sector, social provisions and public goods are disappearing. At the same time, many states allocate more funds for prisons than for higher education. Young children all over the country are drinking water poisoned with lead, while corporations rake in huge profits, receive huge tax benefits, buy off politicians and utterly corrupt the political system. Trust and compassion are considered a weakness if not a liability in an age of massive inequities in wealth and power.

In the midst of what can only be viewed as a blow against democracy, right-wing Republicans produce slash-and-burn policies that translate into poisonous austerity measures for public schools and higher education. As Jane Mayer points out in Dark Money, the Koch brothers and their billionaire allies want to abolish the minimum wage, privatize schools, eliminate the welfare state, pollute the planet at will, break unions and promote policies that result in the needless deaths of millions who lack adequate health care, jobs and other essentials. Public goods such as schools, according to these politicians and corporate lobbyists, are financial investments, viewed as business opportunities. For the billionaires who are the anti-reformers, teachers, students and unions simply get in the way and must be disciplined.

We need to invest as much, if not more, in education as we do in the military-industrial complex.

Public schools and higher education are «dangerous» because they hold the potential to serve as laboratories for democracy where students learn to think critically. Teachers are threatening because they refuse to conflate education with training or treat schools as if they were car dealerships. Many educators have made it clear that they regard teaching for the test and defining accountability only in numerical terms as acts that dull the mind and kill the spirit of students. Such repressive requirements undermine the ability of teachers to be creative, engage with the communities in which they work and teach in order to make knowledge critical and transformative. The claim that we have too many bad teachers is too often a ruse to hide bad policies and to unleash assaults on public schools by corporate-driven ideologues and hedge fund managers who view schools strictly as investment opportunities for big profits.

We need to praise teachers, hold them to high standards, pay them the salaries they deserve, give them control over their classrooms, reduce class sizes and invest as much, if not more, in education as we do in the military-industrial complex. This is all the more reason to celebrate and call attention to those teachers in Chicago, Detroit and Seattle who are collectively fighting against such attacks on public schools. We need to praise them, learn from them and organize with them because they refuse to treat education as a commodity and they recognize that the crisis of schooling is about the crises of democracy, economic equality and justice. This is not a minor struggle because no democracy can survive without informed citizens.

Neoliberal education is increasingly expressed in terms of austerity measures and market-driven ideologies that undermine any notion of the imagination, reduce faculty to an army of indentured labor and burden students with either a mind-numbing education or enormous crippling debt or both. If faculty and students do not resist this assault, they will no longer have any control over the conditions of their labor, and the institutions of public and higher education will further degenerate into a crude adjunct of the corporation and financial elite.

Clearly, it is time to revisit Mario Savio’s famous speech at Berkeley in 1964 when he called for shutting down an educational system that had become odious. In his own words:

There comes a time when the operation of the machine becomes so odious, makes you so sick at heart, that you can’t take part, you can’t even passively take part; and you’ve got to put your bodies upon the gears and upon the wheels, upon the levers, upon all the apparatus, and you’ve got to make it stop. And you’ve got to indicate to the people who run it, the people who own it, that unless you’re free the machine will be prevented from working at all.

Savio’s call to resistance is more relevant today than it was then. Public schools not only mimic the injustices of an oppressive economic system, but also funnel poor youth of color into the criminal legal system. The good news is that there is an echo of outrage and resistance now emerging in the United States, especially among young people such as those in the Black Lives Matter movement.

If the major index of any democracy is measured by how a society treats its children, the United States is failing. Fortunately, more and more people are waking up and realizing that the fight for public schooling is not just about higher salaries for teachers; it is about investing in our children and in democracy itself. At the same time, we live in what author Carl Boggs and others have called a permanent warfare state, one in which every space appears to be a battlefield, and the most vulnerable are viewed not only as an imminent threat, but also as the object of potential violence. This suggests that the battle of education must become part of a wider political struggle. This is a struggle that connects assaults on education with the broader war on youth, police violence with the militarization of society and specific instances of racist brutality with the unchecked exercise of the systemic power of finance capital. But the struggle will not be easy.

If the major index of any democracy is measured by how a society treats its children, the United States is failing.

Beneath all of the current brutality, racism and economic predation, there is some hope inspired by the generation of young people who are protesting police violence and the attack on public and higher education and working hard to invent a politics that gets to the root of issues. There is also a glimmer of possibility in those youth who have supported Bernie Sanders but are really demanding a new and more radical definition of politics: Their vision far surpasses that of the left-centrists and liberals of the Democratic Party.

Elections are the ruse of capitalism, and that has never been more clear than at the present moment. On the one side we have Hillary Clinton, a warmonger, a strong supporter of the financial elite and a representative of a neoliberalism that is as brutal as it is cruel. On the other side we have Donald Trump, a circus barker inviting Americans into a den of horrors. And these are the choices that constitute democracy? I don’t think so.

Collective self-delusion will only go so far in the absence of an education system that offers a space for critical learning and dissent, and functions as a laboratory for democracy. There is a tendency to forget in an age dominated by the neoliberal celebration of self-interest and unchecked individualism that public goods matter, that critical thinking is essential to an informed public and that education at the very least should provide students with unsettling ruptures that display the fierce energy of outrage and the hope for a better world.

But a critical education has the capacity to do more. It also has the power not only to prevent justice from going dead in ourselves and the larger society, but also, in George Yancy’s poetic terms, to teach us how to «love with courage.» Hopefully, while education cannot solve such problems, it can produce the formative cultures necessary to enable a generation of young people to create a robust third party — a party fueled by social movements demanding the economic and political justice that could allow a radical democracy to come to life.

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La UNESCO convoca a luchar contra la violencia homofóbica y transfóbica en la escuela

12 de Mayo de 2016/ Fuente: UNESCOPRESS

Ministros de todo el mundo se sumarán a líderes de la sociedad civil y de organismos multilaterales para hacer frente a la violencia homofóbica y transfóbica en la escuela en una Reunión Ministerial Internacional que tendrá lugar en la UNESCO los días 17 y 18 de mayo.

El evento, bautizado Out In The Open, reunirá por primera vez a un grupo de ministros para hacer un llamamiento a la acción y la discusión de nuevas recomendaciones para dar respuesta a la violencia por motivos de orientación sexual e identidad de género.

Las recomendaciones forman parte del primer informe mundial de la ONU sobre la naturaleza, alcance e impacto de este tipo de violencia, que se presentará en la UNESCO el 17 de mayo. Según este informe, en algunos países hasta el 85% de los estudiantes gais, lesbianas, bisexuales y transgénero experimentan violencia y acoso escolar, en tanto que otros que no forman parte del colectivo LGBT pero son percibidos como no conformes a ciertas normas de género son también objeto de burlas.

El informe incluye líneas de actuación para garantizar el derecho a una educación de calidad para todos los estudiantes y pone de manifiesto que el sector educativo puede responder de manera eficaz mediante políticas efectivas que incluyan currículos y materiales adaptados, formación para los docentes y apoyo a los estudiantes, familias y comunidades.

La prevención y el tratamiento de la violencia homofóbica y transfóbica en los centros educativos son parte de:

a)     El mandato de la UNESCO para garantizar ambientes de aprendizaje seguro, inclusivo y de apoyo para todos, y:

b)     La contribución de la UNESCO a la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

La reunión ministerial internacional consistirá en la presentación del primer Informe Mundial de la ONU sobre el tema, titulado Out in the Open (A la intemperie), el cual vendrá acompañado de videos, infografías, en la presentación del llamamiento a la acción, y en debates con ministros de Educación y líderes de la sociedad civil. Habrá sesiones plenarias y temáticas centradas en la presentación de datos y tendencias nuevos de la violencia homofóbica y transfóbica, en elementos de respuesta global para el sector de la educación, y en necesidades específicas de los estudiantes transgénero.

Asistirán alrededor de 250 participantes, incluyendo ministros y otros funcionarios gubernamentales de casi 20 países*, representantes de organizaciones de la sociedad civil, organismos de la ONU y otras organizaciones multilaterales.

                             ****

* Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Camboya, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Grecia, Guatemala, Honduras, Japón, Madagascar, Malta, Moldavia, Países Bajos, Panamá, Eslovania, Swazilandia y Estados Unidos.

Información para medios de comunicación:

Martes 17 de mayo
13h00-15h15 Sesión Plenaria 1 – Presentación del Informe Mundial sobre las respuestas del sector educativo a la violencia basada en la orientación sexual e identidad/expresión de género (Sala XI).

Miércoles 18 de mayo
13h30-14h00 Sesión Plenaria 4 – Presentación del “Llamamiento de los ministros a la acción” y Ceremonia de Afirmación (Sala XI)

Para acreditaciones contacte con: Laetitia Kaci, +33 1 45 68 17 72 /l.kaci(at)unesco.org

 Medios sociales: Por favor siga a:  @UNESCO_es

Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/out_in_the_open_unesco_takes_on_school_related_homophobic_and_transphobic_violence/#.VzTrxYThCUk

 Imagen: http://az778189.vo.msecnd.net/media/fotos/g/b6348981a1a8c518a1e74b129e20583e.jpeg

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Problemas psiquiátricos: los grandes desconocidos, también en el aula

España/05 mayo 2016/Autor:María Jesús Mardomingo Sanz/Fuente:El Correo Gallego

Los problemas psiquiátricos de los niños y adolescentes son uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo, sin embargo, el desinterés, los prejuicios y el desconocimiento general de esta realidad son notables. La afirmación de que los niños sufren problemas psiquiátricos produce casi siempre sorpresa, escepticismo y rechazo. ¿Cómo es posible? Si los niños no captan la desgracia y las circunstancias adversas de la vida ¿pueden padecer estas enfermedades? La respuesta es sí. En primer lugar porque las enfermedades psiquiátricas no solo se deben a factores ambientales desfavorables y en segundo lugar porque los niños “sí que captan la realidad”.
El 10 % de los niños y el 20 % de los adolescentes sufren un problema psiquiátrico. Son cifras que se constatan en los países occidentales con muy escasas variaciones entre unos y otros. Son cifras, por tanto, que requieren la atención de la medicina, la escuela, la familia y la sociedad. Estos problemas psiquiátricos, además, pueden diagnosticarse, tratarse y evolucionar favorablemente en numerosas ocasiones, con enorme alivio para el paciente y la familia y con un ­cambio completo de la perspectiva vital del sujeto.
El temor a las enfermedades mentales, a la “locura”, y la visión idealizada de la infancia como una etapa feliz de la vida, contribuyen a esta actitud de prevención y negación de estos problemas, con gran  perjuicio para los niños y sus familias.
¿Y cuáles son los tres grandes pilares para la detección y el diagnóstico? La familia, la escuela y el sistema sanitario. Por lo que se refiere a la escuela, son los profesores quienes muchas veces captan que al alumno le pasa algo, que ha cambiado de carácter, que ha disminuido su rendimiento académico, que está distraído o ausente en clase, que presenta problemas de disciplina que antes no tenía o que se están incrementando, que no aprende de forma adecuada. Y es el profesor quien habla con el niño o el joven y advierte a los padres para que consulten, favoreciendo el diagnóstico y el tratamiento ­temprano, que es la base de la buena evolución.
Esto requiere que el profesor conozca estos problemas y que los padres, y por tanto la sociedad, acepten que los trastornos psiquiátricos no son un motivo de vergüenza o deshonra del paciente y de la familia sino que son entidades médicas, iguales al resto de las enfermedades. Y como tales se pueden diagnosticar, tratar, curar, y siempre mejorar.
El papel del colegio puede ser esencial para diagnosticar el autismo, los trastornos del espectro autista y los retrasos del desarrollo en los niños pequeños. Para los problemas de aprendizaje, la fobia escolar, la depresión, los trastornos de ansiedad, el TDAH y los problemas de conducta en Primaria. Y para los trastornos de la alimentación, el consumo de drogas, el absentismo escolar, la depresión, el trastorno obsesivo o el trastorno disocial en la ESO y el Bachillerato.
Como psiquiatra de niños he tenido la suerte de estar en contacto con los profesores de mis pacientes. Ellos han sido muchas veces la clave para saber que un adolescente comenzaba con un nuevo episodio de depresión o que otro, que tenía un TDAH, había dejado de tomar la medicación.
Quiere esto decir que los ­profesores, por si no tuvieran poco con su trabajo, ¿también tienen que ser psiquiatras infantiles? ­Muchos se echarán las manos a la cabeza. Y con  razón.
No, los profesores no tienen que ser psiquiatras infantiles, pero deben conocer aspectos generales de los trastornos psiquiátricos de los niños, no para hacer un diagnóstico, sino para detectar signos de alerta o motivos de preocupación. Estos conocimientos deberían formar parte de la formación continuada del profesorado, una formación que es imprescindible no solo para estar al día, sino para sentirse motivados en el desempeño de una de las tareas más exigentes y destacadas a la que uno puede dedicar la vida: enseñar y educar a los niños y a los jóvenes.
Los profesores son uno de los grandes valores de nuestro país, pues en sus manos está una de las tareas más trascendentales. Necesitan aprecio, reconocimiento y que se les proporcionen los medios para su enriquecimiento intelectual. También en el tema de los problemas psiquiátricos de los niños.

Fuente noticia:

http://www.elcorreogallego.es/galicia/ecg/problemas-psiquiatricos-grandes-desconocidos-tambien-aula/idEdicion-2016-05-05/idNoticia-995500/

Fuente imagen:

http://www.fundacioncadah.org/web/articulo/-como-captar-la-atencion-de-los-ninos-hiperactivos-en-el-aula.html

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Los catedráticos fracasaron en educación

Panamá/12 mayo 2016/Autor:Félix Eduardo Sittón/Fuente: Crítica

Definitivamente que la educación en Panamá es de un “Tercer Mundo” y los orquestadores de la misma en los gobiernos no han hecho ni hacen nada por mejorar o remediar esta situación.

Aunado a que la participación de los catedráticos y “rectores” al frente del Ministerio de Educación, ha sido un abismal fracaso, desde que a algún político se le ocurrió la brillante idea, de proponerlos como salvadores de la patria.

Desde el inicio de la era democrática y, particularmente, durante la gestión del expresidente Martín Torrijos, los rectores de universidades han incursionado con mayor frecuencia en la política, lo que los ha facultado para aspirar al cargo de ministro.

Sin embargo, los catastróficos fracasos de Bosco Bernal, Miguel Ángel Cañizález, Salvador Rodríguez y ahora Marcela Paredes, demuestran que por allí y con ese tipo de personas, no está la solución al ineficiente sistema educativo de Panamá.

Al parecer, el traje de ministro les quedó grande a todos, a estos catedráticos atiborrados de mucho conocimiento y grandes contactos políticos, pero con poco sentido común y sin traje de fatiga.

Y qué decir de otros, que se sentaron en la silla, sin los méritos necesarios como Belgis Castro y Lucy Molinar, y que al final, se fueron por la puerta de atrás del ministerio, llevando a cuestas inolvidables escándalos que les generaron para sus currículos más penas que glorias.

Si revisamos los medios radiales, escritos y televisivos, descubrimos, pero ya sin sorpresas, que más son las cosas malas que se dicen sobre el sistema educativo panameño, que las buenas, sobre todo en la administración actual.

Mi apreciación se fundamenta en el hecho de que, la educación se ha politizado, y se ubican en posiciones de ministros a políticos que han incursionado en el sistema educativo, más que para aportar ideas y conceptos para su mejoramiento, a aprovecharse de las mieles del poder y otros beneficios, para beneficio personal.

Panamá posee un sistema de enseñanza con amplia cobertura en la educación primaria, pero con baja calidad en los aprendizajes, falta de equidad y oportunidades, especialmente en las áreas de pobreza, donde se concentran los estudiantes con menos recursos económicos.

Paralelamente, el sistema educativo nacional enfrenta marcadas desigualdades y es rico en ineficiencias, y los ministros políticos lo saben, pero es poco lo que aportaron en este renglón.

De acuerdo con informes del Banco Mundial, una de las principales deficiencias de la educación en Panamá, radica en que aunque los educadores están bien pagados y preparados, esta preparación no siempre se enfoca adecuadamente en relación a las tareas que tienen que cumplir dentro del sistema.

Con dotar al país de nuevas herramientas tecnológicas se puede contribuir a mejorar la calidad del sistema educativo panameño, pero si no toda la población estudiantil, y particularmente la de las zonas apartadas, tiene acceso a estos servicios, es poco lo que se avanzará.

Ya es tiempo que los políticos saquen sus manos de la educación y se enfoquen en otras cosas, para ver si con su ausencia el sector educativo panameño crece y se robustece y pasamos de un tercer mundo, a por lo menos el próximo escalón y cambia la condición económica de Panamá.

Fuente noticia:

http://www.critica.com.pa/opinion/los-catedraticos-fracasaron-en-educacion-433268

Fuente imagen:

www.nodaluniversidad.am

 

 

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Llama Ministra de Educación de Cuba a enaltecer la labor del maestro

Cuba/ 11 mayo 2016/ Autor: María Delys Cruz Palenzuela/ Fuente:Adelante.com

A enaltecer la labor del maestro es función de los propios pedagogos, encargados, desde la enseñanza primaria de contribuir a la formación vocacional para garantizar el ingreso de jóvenes a estas carreras, llamó aquí hoy la Dra.C Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, en la sesión plenaria del Tercer Encuentro Nacional de Escuelas Pedagógicas que desde hoy miércoles y hasta el viernes se desarrolla en la institución camagüeyana Nicolás Guillén.

La primera jornada, dedicada a examinar los principales planteamientos del evento anterior, celebrado el pasado año en Sancti Spíritus, contó además con una veintena de exposiciones de estudiantes del 4to. año de la carrera pedagógica y de egresados de las dos primeras promociones, todas con el denominados común de amor y respeto por el camino elegido.

Aquí todos hablaron de “mis niños” de sus momentos más significativos, como el del maestro que en una escuelita rural se hizo polígrado sin que en su formación conociera de esta variante – en Cuba hay más de 700 escuelas con menos de una decena de niños, informó la Ministra –, y se escucharon voces emocionadas de quienes desde la enseñanza especial trabajan con autistas, ciegos, sordos, retrasados mentales…con resultados para ellos inimaginables.

“Aquí dijo una joven que se hizo maestra, y que se volviera a nacer sería nuevamente maestra, y yo digo que con esa premisa el maestro tiene que ser una autoridad frente a su grupo, frente a la familia, en la propia escuela, en la sociedad, y eso depende de él mismo, de su preparación, de como se supera, de como desde su actuar es el primero en enaltecer la profesión”, significó la Ministra de Educación, quien reiteró la necesidad de elevar el número y la calidad de los maestros imprescindibles para la continuidad de la Revolución, de los que hay miles de ejemplos hoy en todo el país.

Al respecto la titular significó que en el recién celebrado séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), con independencia de la reafirmación de los lineamientos que abogan por la formación del personal docente con el rigor y la calidad que ameritan, en todos los espacios que se habló de valores, de conocimiento de la historia… sin que se mencionara la palabra maestro se estaba hablando de ellos por la responsabilidad directa o indirecta que se tiene con todos los procesos de la sociedad.

La tarde de este miércoles está dedicada al trabajo en comisiones para analizar el primer año de trabajo y la participación en el concurso de ortografía; el jueves amanece con un matutino especial dedicado al 90 cumpleaños de Fidel, luego una jornada científica, concurso de oralidad, festival de clases, mientras que el viernes lo iniciarán con el taller “La Campaña de Alfabetización, hazaña cultural de la Revolución” que este año cumple su aniversario 55, se efectuará la parte final del concurso de ortografía y por la tarde se realizarán las premiaciones.

En Cuba se retomó hace seis años la formación de maestros para las enseñanzas prescolar, primaria, y especial, de las que se han producido dos graduaciones de nivel medio superior, y ya se cuenta con 23 instituciones para este propósito, los que pueden continuar estudios en la enseñanza universitaria, en lo adelante, sin realizar exámenes de ingreso, la mayoría en cursos por encuentro y algunos graduados destacados son estimulados con la continuidad en los cursos diurnos.

Fuente:

http://www.adelante.cu/index.php/es/noticias/de-camagueey/6497-llama-ministra-de-educacion-de-cuba-a-enaltecer-la-labor-del-maestro

 

 

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