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Mi Primera Escuela

América del Sur/Venezuela/Agosto del 2016/ Nelly Blanco Uzcanga

 

Por: Nelly Josefina Blanco Uzcanga

Por los años ochenta, como estudiante del Liceo: Julio Morales Lara en el Limón, Maracay, Edo. Aragua, siempre me vi relacionada o mejor involucrada  con el centro de estudiantes dentro del plantel , donde pudiese alzar mi voz, así que colocaba pancartas, andaba siempre en grupos, defendiendo los derechos estudiantiles, y cuando no estaba en eso, me veían en la cancha jugando Basketball la única chica entre los varones allí , además era la dueña del balón, púes a jugar.

Mi padre fue un militante del Partido Acción Democrática, luchador social, defensor de los derechos de los trabajadores, líder de los movimientos sindicales de los trabajadores en el Estado Aragua.

Comenzó a trabajar desde los catorce  años cargando sacos de sal, luego se formó como fiscal de tránsito más tarde fue trabajador del Ministerio de Obras Públicas, para entonces ya tenía conformada una familia con mi madre e hermanos.

Desde que tengo memoria, en la casa siempre allá en la Julia, Vía Turmero . Municipio Mariño donde  crecí, hasta los ocho años. Escuchaba a mi papá (Rafael Enrique Blanco Bolívar) hablar con las personas que llegaban a la casa sobre: los derechos para acá, para allá, los obreros, sindicatos, presos políticos entre otros temas relacionados todos con el desempeño de mi padre. Entre tanto lo miraba  mientras escuchaba sus causas, y suspiraba y pensaba,  ¡Algún día seré como él!

Mi madre (María Teresa Uzcanga Sarmiento de Blanco) dueña y señora de casa, cumplió el hermoso sueño de ambos dándole una familia numerosa  de diez hijos a mi padre. Seis hembras y Cuatro varones. Para ese entonces éramos ocho Pueden imaginar cada cumpleaños una humilde y gran fiesta, en esa casita de techos rojos aquella que construía el gobierno de turno las llamadas casitas rurales de dos habitaciones, un baño sala cocina comedor.

Mi madre en su formación de casa y escuela sabia artes y oficios, por lo tanto nos hacía: las tortas, piñatas, dulces y ¿los invitados? Ya con nosotros y los dos vecinos, los portuguesitos  así los llamábamos por cariño aunque con el varón, siempre me agarraba a puños por mis metras, ¡ah! Pero eso no era motiva para no invitarlo a mi cumple años mi Mamá también hacia, los trajes típicos para la escuela en los actos culturales, que ricos recuerdos el acto cultural de la escuela, lo contaré otro día.

También ella se destacaba en la agricultura (sembrar y cosechar) en el patio de la casa nos mandaba a buscar cualquier de los vegetales, granos, frutas, maíz, ají dulce, naranja, guayaba, parchitas, cilantros, y limón. También tenía gallinas ponedoras recuerdo como las perseguíamos, ¡reminiscencias aquellas ! y recuerdo haber comido torta de auyama, dulce de zanahoria, jalea de guayaba, mamón, tortaticas de espinacas  y jugos tres en uno (zanahoria, remolacha y naranja).

Nos mudamos a el Limón por mi problema del asma según los médicos a pesar de los cuidados de mi familia , el cambio de clima se prestaba para mi mejoría, lo cual se logró.

Mis padres, ambos muy querendones nos dieron mucho amor, y nos formaron en carácter y disciplina, no puedo quejarme, ahora sé que fue la educación más idónea para lo que somos ahora.

Recuerdo que tenía diez años y ya decía que quería ser maestra, militar o abogada, a los 17 en aquella época  quería ser abogada militar de la fuerza aérea, siendo bachiller en humanidades estudie  Docencia y fui Reservista del Ejército.

Esta hermosa escuela desde la casa con los maestros  Mamá y Papá mis compañeros de clase eran  mis hermanos (as), me permitieron llevar a  lo externo a la escuela formal un aprendizaje ya que al comenzar  primer grado en la familia sabíamos  leer y escribir desde la casa.

Ellos se encargaron de promover y hacer en nosotros  la  disciplina, honestidad y valores así como,  sembrar  en nosotros el conocimiento ancestral, originario  el amor a la naturaleza, la siembra, cosecha y al cultivo.

A proporcionarnos desde el hogar  el consumo respetuoso lo que la madre grandiosa tierra nos da.

Mis padres y mi familia , mi escuela con solo ambos  sexto grado, que para su tiempo allá en los treinta era una formación integral, tanto es así que ambos me ayudaron por  los años 1993 en mis estudios universitarios (análisis de contenidos).

La escuela formal me proporcionó lo elemental como requisitos para la prosecución de estudios, y mi familia mis padres el inicio, el origen, los primeros pasos  de una acertada formación integral desde la infancia y  adolescencia.

Los varones en casa aprendieron sobre: Cocina, electricidad, electrónica, jardinería , carpintería, plomería y  Mecánica y las hembras jardinería, artesanía ,corte costura, peluquería, cocina y bordado.

Ahora bien,  esta experiencia fue mi primera formación, mí primera escuela, amada familia . Mi madre bachiller de la Misión Robinson y  mi padre llegó hasta el cuarto año de Derecho en la facultad  de Carabobo y a ocupar la presidencia de la antigua Asamblea Legislativa del Edo Aragua, así como representar los trabajadores de a Venezuela Internacionalmente  y ocupar el cargo de Diputado en el antiguo Congreso mi familia mi guía Integral mi padre …  ya con Dios.

¡Dios Bendiga la familia!

 

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Cambio de énfasis.

Por: Raymond J. Wennier

Dos verdades, entre otras, usadas en el campo educativo, veremos hoy. Una, el maestro sigue siendo persona esencial en la formación integral de los alumnos. Segunda, la clave para la mejor ejecución de los maestros en el aula, es la planificación de clase.

El 19 de julio recién pasado, hubo bloqueo, efectuado por maestros, en vías públicas en diferentes departamentos del país.

Pregunto si los maestros que participaron en los bloqueos, utilizaron seis horas de esa semana para la planificación de sus clases para la semana siguiente, 25 a 29 de julio; si lo hicieron, imagino que incluyeron nuevas estrategias educativas en beneficio de sus alumnos. Deplorable lo que enseñan con el ejemplo.

Este siglo se conoce como la época del cambio. Estimados lectores, piensen por un momento sobre los cambios en su propia vida y a su alrededor en los dieciséis años que van de este siglo. ¿Qué han hecho para enfrentarlos?

Cuando hay cambio de condiciones en nuestra vida, necesariamente cambia nuestra conducta, cambian hábitos arraigados por muchos años. No son fáciles esos ajustes sin pensar en las actitudes que nutren nuestras acciones.

En educación hay resistencia al cambio. ¿Por qué? Porque esos cambios obligan a los maestros a cambiar lo que hacen en el aula y no continuar en el siglo pasado. Lo que hacemos está arraigado por la práctica de mucho tiempo y separarse de ese modo de actuar “duele” porque provoca inseguridad. ¿Quién quiere salir de su comodidad para tratar de implementar acciones bajo condiciones nuevas que son desconocidas?

Hay nuevo énfasis en el quehacer educativo. Poner en segundo lugar los datos e información, enormes en cantidad, y más bien priorizar otros aspectos que son más importantes que el contenido de una materia académica.

Dentro de múltiples aspectos, veamos los de mayor interés:
1. Aprender a saber quién soy realmente. ¿Cómo reacciono ante obstáculos? ¿Qué me saca de quicio? Si sé cómo reacciono en distintas situaciones, puedo anticiparlas antes de perder el control. Esa es la base de la madurez, conocerse a sí mismo.
2. Nutrir las interrelaciones y las comunicaciones con otras personas para conocer sus necesidades y sus sentimientos.
3. Aprender a escuchar. Cuando estamos en una discusión o en una conversación con otros, a menudo estamos pensando en cómo contestarle en vez de escucharla para entender su pensamiento mientras nos ofrece lo que piensa traducido en palabras, gestos e inflexión de la voz, que me ayudan a conocerla. Esta atención puesta a la otra persona y a su perspectiva, demuestra el interés que tengo en ella.
4. Retroalimentación. Tiene tres aspectos, dos exteriores y uno interior. Cuando una persona nos expresa lo que piensa de nosotros y de nuestras acciones, nos está dando retroalimentación externa. Otra de este tipo, es cuando nosotros pedimos la opinión de terceras personas sobre nuestras acciones. La interna es la metacognición, es pensar obre nuestros pensamientos. Es evaluarnos a nosotros mismos.

Ninguno de los cuatro puntos tiene que ver con el contenido de una materia; demuestran la inteligencia emocional de la persona. En el aula, son elementos más importantes que saber un dato informativo que puede cambiar dentro de unos meses. Así son los cambios, rápidos y profundos.

¿Podemos ajustarnos y cambiar también?

Fuente: http://lahora.gt/cambio-de-enfasis/

Imagen: http://bp0.blogger.com/_DgacknRWtbk/R8YSMJ9sKMI/AAAAAAAAAOQ/XgjtjLHTPzM/s320/maestro1.jpg

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La Formación Técnica, pilar del desarrollo

Centroamérica/Nicaragua/05 de Agosto de 2016/Autor: Rafael Lucio Gil/Fuente: El Nuevo Diario

La lógica del discurso de la Formación Técnica se viene apagando en el país, paradójicamente, cuando el desafío del desarrollo urge cada día más. Este silencio oficial y social, es altamente preocupante. Pensar en grande el desarrollo no será sino un engaño, mientras siga silenciada y tratada como “hija pobre”, la educación técnica.

Padres y madres de familia, adolescentes y jóvenes, continúan reafirmando en este tema, una representación social, mental y cultural muy resistente al cambio. Pareciera que el único camino y estatus se ubica en la educación superior, sin preguntarse por el ámbito ocupacional y el desarrollo necesario de la empleabilidad. Los medios de comunicación refuerzan esta cultura, y obvian publicitar la formación técnica. Todo hace pensar que la educación técnica no es parte de la agenda nacional.

La experiencia de muchos países que han avanzado significativamente en su desarrollo, resalta la opción de la formación técnico profesional, como su principal fuente de recursos humanos altamente preparados y estrechamente vinculados a las demandas del empleo. Su desarrollo en competencias humanísticas y técnicas, abona a su empleabilidad y éxito. Adicionalmente, la construcción de vasos comunicantes y pasarelas curriculares entre esta formación y la educación superior, la hace aún más atractiva.

Nicaragua, en los últimos treinta años, ha realizado algunos esfuerzos con resultado sumamente endebles. La disputa de sentidos y significados ocurridos, han postrado avances posibles; la carencia de una Ley actualizada y pertinente y  un Presupuesto apropiado impiden avanzar. Los recursos y asesoría de países amigos, en décadas, han creado mayor confusión, abundando en modelos curriculares diversos no contextualizados. Empresas e instituciones estatales, en contraste, formulan demandas más pertinentes que no obtienen las respuestas requeridas. La globalización, por su parte, demanda al país exigencias a las que la débil preparación técnica no puede responder.

Esta baja calidad de la formación técnica depende de un profesorado empírico (el país no cuenta con ninguna institución especializada en formar docentes para esta modalidad).  La preparación es meramente instrumental, sin desarrollo de capacidades culturales, humanas y técnicas actualizadas. La capacitación demandada por empresarios, escapa a la formación integral, sin posibilidades de manejar la tecnología más moderna.

Algunos programas como el de Aprendo y Emprendo (Usaid), focalizado en la Costa Atlántica, sale al paso de este gran vacío, en el ámbito privado, como una experiencia innovadora. Por otra parte las Cumbres Mundiales brindan lecciones relevantes, como fruto del camino ya recorrido por otros países, que aportan luces de interés. Todo hace pensar que el país necesita concertar una agenda nacional, con amplia participación social, institucional y empresarial, en favor de un programa de formación técnica sólido, bien articulado, y que abarque el universo educativo del país, con los recursos financieros necesarios, y currículos y metodologías de enseñanza aprendizaje de calidad.

En 1987 la Unesco celebró en Berlín, Alemania, el primer Congreso Internacional sobre Formación Técnica y Profesional, con el objetivo de consolidar el desarrollo y la mejora de la enseñanza técnica y profesional en los Estados Miembros. En noviembre de 1989, se reúne en París la Conferencia General de la Unesco Convención sobre la Enseñanza Técnica y Profesional. “Reconociendo que la enseñanza técnica y profesional responde al objetivo mundial del desarrollo de los individuos y las sociedades”. Así mismo que,” los Estados partes convienen en formular políticas, definir estrategias y poner en práctica, en función de sus necesidades y recursos, programas y planes de estudios de enseñanza técnica y profesional destinados a los jóvenes y a los adultos, en el marco de sus respectivos sistemas educativos, a fin de que puedan adquirir los conocimientos prácticos indispensables para el desarrollo económico y social y para la realización personal y cultural de cada individuo en la sociedad”.

En el mes de abril de 1999 se celebró en Seúl, el Segundo Congreso Internacional, insistiendo de nuevo en los mismos tópicos. Del 1 al 4 de diciembre del 2009 se celebra en Belem, Brasil,  el CONFITEA VI con el lema: “Vivir y aprender para un futuro viable: El poder del aprendizaje de adultos”, promoviendo el derecho al trabajo y  a esta formación relacionada con el trabajo.

Por último, la XVIII Conferencia Iberoamericana de Educación celebrada en El Salvador el día 19 de mayo de 2008, concentra su interés en la urgente necesidad de ofrecer a los jóvenes y personas adultas, la formación profesional  que les facilite  el acceso al mercado laboral, con énfasis en el autoempleo.

Los referentes están claros. El tema demanda una cultura diferente y decisiones valientes, coherentes y responsables. El país lo necesita y toda la ciudadanía lo merece.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/399898-formacion-tecnica-pilar-desarrollo/

Fuente de la imagen:http://tholon.com/proyectos/techint-branding/

 

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República Dominicana: Ministerio Educación consulta sobre cómo abordar la educación integral de la sexualidad

República Dominicana/19 de julio de 2016/

El objetivo del intercambio es conocer la propuesta de formación intergral y para la sexualidad.

El Ministerio de Educación informó que continúa el proceso consultas con especialistas nacionales e internacionales sobre las mejores prácticas de la enseñanza de la educación integral de la sexualidad en las escuelas públicas.

La entidad explicó que el último encuentro se produjo entre una comisión de técnicos del Viceministerio de Asuntos Técnicos y Pedagógicos con dos especialistas de la Alianza Latinoamericana para la Familia (Alafa), que trabaja en diferentes países de la región el tema de la formación humana y la sexualidad.

Dice que el objetivo del intercambio es conocer la propuesta de Formación Integral y para la Sexualidad.

La nota explica que la reunión fue encabezada por el viceministro de Servicios Técnicos y Pedagógicos, Luis E. Matos de la Rosa, quien estuvo acompañado de Alina J. Bello, Coordinadora Técnica de este viceministerio; Minerva Pérez, Directora de Orientación y Psicología, y Carmen Sánchez, Directora General de Currículo.

En la reunión participó el equipo de coordinadores de las Áreas Curriculares como Sociales, Raimundo González, y de Naturales, Melvin Arias. También estuvieron invitadas las áreas de Formación Humana Integral y Religiosa y de Ejes transversales, todas vinculadas al tema.

Marián Olavarría y Edgar García, de la Alafa, presentaron la propuesta y contestaron preguntas que les fueron formadas por los técnicos y funcionarios del MINERD, que también expresaron su opinión sobre el contenido de las publicaciones mostradas.

El MINERD lleva más de dos años en procesos de consulta y análisis de las mejores prácticas en la enseñanza de la educación integral de la sexualidad, a fin de que “podamos darnos un programa acorde con los lineamientos del nuevo currículo y que beneficie la vida de los estudiantes, sus familias y la sociedad dominicana en su conjunto”.

Tomado de: http://www.listindiario.com/la-republica/2016/07/18/427565/ministerio-educacion-consulta-sobre-como-abordar-la-educacion-integral-de-la-sexualidad

Imagen: https://www.google.com/search?q=Ministerio+Educaci%C3%B3n+consulta+sobre+c%C3%B3mo+abordar+la+educaci%C3%B3n+integral+de+la+sexualidad&espv=2&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi6_4CL3v_NAhXElR4KHRsGA6MQ_AUIBygC#imgrc=Uvu_47ThrKz0VM%3A

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«La nuestra, una educación de saberes desintegrados»

Por. Rodrigo Muñoz Grisales.

Experto dice que las humanidades no bastan para evitar que la educación sea deficiente

Cuando vemos a nuestra ministra de Educación y a funcionarios de entidades como Colciencias insistir en la importancia de mejorar los índices de desempeño en conocimientos de las áreas tradicionales en las pruebas Pisa, Saber, etc., e incrementar la competitividad del país vía Stem (su sigla en inglés: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), se me ocurre que quizás nuestros bajos resultados se deben al todavía muchísimo más bajo nivel que poseemos en formación integral.

Tal vez se deba a que, como dijo Einstein, “no podemos resolver los problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando se crearon”, o a que “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Insistir en “más de lo mismo” sin cuestionarnos la pertinencia o la suficiencia de “eso mismo” no nos va a dejar más que mejoras de unas cuantas décimas en los índices que el Ministerio ha diseñado bajo los criterios de siempre.

La formación integral no es “saber un poco de todo y mucho de nada”, ni adquirir una buena cultura general, como podrían pensar los amigos de la focalización educativa en las áreas “útiles” del conocimiento (que solas, como diría Savater, suelen resultar las más inútiles de todas). El problema de la formación (que no de la instrucción) es que no es tanto la imagen de una escalera. Se parecería más a un cubo de Rubik.

Conocimiento no lineal

Nuestro sistema educativo ha sido diseñado como una escalera que lleva al estudiante, peldaño a peldaño, como si el conocimiento fuera algo lineal, donde una mayor cantidad o un mayor nivel se tradujera en mejor o mayor resultado. Se trataría más bien de construir un entramado complejo de relaciones a medida que se avanza en el proceso de “armar” la personalidad, el ser individual y cultural. No basta con aprender a alinear la cara roja o la azul, sin comprender y prever las conexiones y repercusiones en otras caras y la totalidad del juego.

Esta concentración en contenidos Stem se parecería mucho a lo que se ha hecho en países totalitarios para formar niños prodigio en el deporte, el ballet o las matemáticas, con el ánimo de que el país esté en los primeros lugares de pruebas o eventos y proyectar una imagen de poder y superioridad. Ya podremos imaginarnos la suerte de vida de estos –por fortuna pocos– niños ya lograda su hazaña.

De modo similar, invertir grandes sumas en estímulos para mejorar en matemáticas y ciencias no garantiza un crecimiento intelectual o un salto sustancial en el nivel general de conocimiento de los estudiantes. De nuevo recurro a Einstein: “La insistencia exagerada en el sistema competitivo y la especialización prematura con base en la utilidad inmediata marcan el espíritu en que se basa toda vida cultural, incluido el conocimiento especializado”. La especialización es necesaria, pero nociva si se imparte exclusiva y excluyentemente. Tendríamos que aprender a “jugar” con todos los hilos y conexiones que conforman ese entramado de relaciones, que hacen que una persona se forme integral y armónicamente, y que, como consecuencia, logre una buena expresión y manifestación de su conocimiento en todas las áreas.

Quizás el lector suponga que en las otras caras del cubo deberían estar las humanidades, y estaría, en parte, en lo cierto. Pero olvidarían el carácter sistémico de la formación: las ligazones internas y las determinaciones, limitaciones y posibilidades que se generan en todo el conjunto al accionar una de sus partes. En última instancia, las humanidades estarían realmente presentes en todas las caras.

Nuestro sistema educativo (que no lo es) está basado en la fragmentación de los saberes. Niños y jóvenes estudian, sin establecer conexiones entre ellas, matemáticas, historia, geografía, ciencias naturales y demás, y entre estas y la vida social en su integridad. En consecuencia, se insertan en el mundo como en un aglomerado de parcelas sin una lógica que les dé unidad y sentido. El mundo de la política y de lo público no les interesa; la pobreza y las malas condiciones de salud de muchos es algo muy lejano; sobre el conflicto interno se forman opiniones primarias y superficiales; el calentamiento global es ‘un rollo’ que no entienden o no los afecta; la cultura (literatura, arte, cine…) los aburre, excepto manifestaciones light; el mundo de la ciencia y la tecnología solo les atrae en cuanto alimento de su lúdica autista.

En estas condiciones, son presa fácil de consignas simplistas y tendenciosas de políticos (como lo dijo en estas páginas el profesor José Ángel Hernández, en ‘¿Los últimos humanistas?’) y de las pautas y modas de la publicidad y los medios de comunicación.

Estudiar materias científicas, técnicas y matemáticas, por un lado, o humanísticas, por otro, contribuye poco a la formación integral de la persona. Conozco psicólogos, sociólogos, historiadores, politólogos, entre otros, al igual que ingenieros, médicos y profesionales de la empresa, de los que no podríamos decir que tienen una comprensión medianamente integral del mundo y la sociedad. Como diría Luis Enrique Orozco, “se cree que se ha arreglado el problema de la formación integral aumentando los cursos de humanidades; (este propósito) no es una tarea exclusiva de las humanidades”. Nuestros especialistas en pedagogía, antropología, historia y demás disciplinas de lo social poco o nada dialogan con docentes de ingeniería, economía, administración u otras profesiones liberales. Cada uno es autocomplaciente en su discurso. Viven en lo que Edgar Morin llamó “un encierro disciplinar”.

Buscando propuestas

¿Cómo enseñar de manera interdisciplinaria? ¿Cómo crear las ligazones, conexiones y traslapes de los que hablábamos arriba? El pénsum de todo programa de primaria, secundaria, pregrado o posgrado debe ser concebido integralmente como la formación que pretende generar. Debe formar a la vez para el trabajo, la vida y la convivencia. No para las pruebas x o y, ni para las exigencias de acreditación de tal o cual entidad. Los resultados que se obtengan en estas mediciones deben ser el producto de hacer bien lo primero, y si tales mediciones no reflejan ese propósito primordial de la educación, no vale la pena tenerlas como referente. Tanto el pénsum como la evaluación de sus resultados deben estar en consonancia con el objetivo de la formación integral.

Las humanidades sí serían las llamadas a establecer de manera crítica y abierta las conexiones, pero no enseñadas como rellenos o cultura general. Abogo por unas humanidades pertinentes, problematizadoras, social, cultural y ambientalmente comprometidas. No podríamos enseñar, por ejemplo, a un ingeniero a hacer inyección y extrusión de botellas y bolsas plásticas sin mostrar al estudiante el inmenso daño que se hace a la humanidad y a la naturaleza con la producción y uso descontrolado de tales objetos. Tampoco podríamos enseñar sofisticados instrumentos financieros de optimización de ganancias sin mostrar el uso temerario que se puede hacer de ellos, como ocurrió en la década pasada al generar la crisis del 2008 en EE. UU., de la cual países como Grecia, Italia y España aún están sufriendo sus coletazos.

Algún profesor de ciencias sociales podría interpelarme: ¿Y qué humanidades son esas? ¿Humanismo plástico o financiero? Quizás las humanidades no deban enseñarse “solo” como disciplinas separadas (que ya dijimos que son necesarias) sino como bagaje intelectual y de conocimiento para la solución de problemas. Algunos países europeos (noreuropeos principalmente) están abandonando la enseñanza por disciplinas, incluso en primaria, enfocándose en la solución de problemas pertinentes para sus sociedades. En la medida en que el conocimiento disciplinar (matemáticas, historia, ciencias naturales, etc.) se hace relevante para la solución del problema, los maestros lo allegan. Así se logra un aprendizaje significativo, no abstracto.

No descalificar la enseñanza de las humanidades como disciplinas separadas. Las considero necesarias y obligatorias. Es solo que desde esta perspectiva, el maestro o profesor también debe estar en capacidad de conectar sus contenidos con los problemas concretos del país en los planos político, económico, social, cultural y ambiental.

Es importante, en el momento que vive Colombia, preparar a los ciudadanos en formación para el posacuerdo, cuando la conciencia sobre la tolerancia, la justicia social, la inclusión y el acercamiento de las voluntades deben ser los pilares de la construcción de una nueva sociedad. No importa el nivel de formación, el docente debe ser capaz de modular la complejidad de la problematización de su disciplina con las temáticas de la sociedad y la humanidad.

El núcleo central de la formación está en una relación que ha preocupado a pensadores de todas las épocas, desde Aristóteles: el problema de los fines y de los medios. La educación en los últimos tiempos está casi que centrada en los medios, las herramientas, es decir, en el cómo. Los contenidos de nuestra educación apuntan principalmente al ‘saber hacer’, que sin una reflexión sobre sus finalidades, su pertinencia contextual, su sentido dentro de marcos más englobantes como la sociedad, la cultura, la humanidad y la naturaleza, serían instrumentos ciegos.

Una ‘vacuna’ contra el pensamiento único

En Eafit hemos desarrollado una experiencia con maestrías dirigidas a las especialidades empresariales. Hemos propuesto un pénsum por módulos, al contrario del currículo por agregados (‘salpicón’ de materias).

– El primero persigue la fundamentación humanística general del estudiante. No se ocupa en sí de la especialidad de la maestría, pero establece todas las conexiones posibles, problematizándola.
Estudia la “condición humana” como lo recomienda Édgar Morin. ¿Qué es el Hombre?, es la pregunta de partida, y se hace un recorrido por todas las ciencias que lo estudian desde sus orígenes hasta la formación de las sociedades modernas.

– El segundo es una visión de contexto a través de la llamada historia pertinente, la historia del país en lo económico y empresarial, en lo relacionado con la especialidad, y trata de mostrar, sin apologías, las problemáticas relacionadas. Se estudian asignaturas dirigidas a comprender problemáticas nacionales e internacionales que afectan la actividad, legislaciones y reglamentaciones sectoriales, organismos rectores y promotores, convenciones e instituciones del ramo.

– El tercero cimenta teóricamente la especialidad antes de entrar en la operatividad de esta. Se abordan las ciencias o disciplinas (muchas de ellas sociales y humanas), de las que se deriva el contenido de la especialidad. Un conocimiento enraizado en el conocimiento seminal le da al criterio del estudiante mayor calado en su acción profesional.

Buena parte de la maestría es el módulo operativo o funcional, que se va a formar en los procesos concretos y funcionales, en el saber hacer de la especialidad.

El módulo de investigación formará en la capacidad de generar propuestas y soluciones a problemas específicos de la actividad bajo metodologías y seminarios-taller acordes con el nivel de las preocupaciones propias de su ejercicio. Por fin, un módulo de síntesis integra en una materia o seminario-taller lo adquirido.

La formación integral busca educar en el contraste, la controversia, el cuestionamiento, sin descuidar la alta calidad en los contenidos técnico-científicos. Su fin último es dotar de criterios de interpretación, decisión y de acción, en el ejercicio de su labor futura. Una ‘vacuna’ contra el pensamiento único.

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/la-educacion-en-colombia-esta-desintegrada/16619621

Imagen: http://images.et.eltiempo.digital/contenido/estilo-de-vida/educacion/IMAGEN/IMAGEN-16619629-2.jpg

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