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El rol del entrenamiento docente para una educación inclusiva

Por: Paola Villafuerte


Nuevo reporte de la UNESCO resalta la importancia de preparar a las profesoras y profesores para la implementación del aprendizaje equitativo en el aula.

Los períodos de crisis suelen acentuar las grietas de desigualdad que están presentes en nuestros círculos sociales. Ocurre ahora en el sistema educativo, donde la pandemia ha tenido repercusiones delicadas en el balance equitativo del aprendizaje. Desde la diversidad de género, familias, nacionalidades, religiones, discapacidades y lenguajes de nuestros estudiantes, las instituciones deben asegurarse de ofrecer métodos de docencia que aseguren aulas inclusivas.

La UNESCO explica que una educación con estas características significa que “todos los estudiantes, sin importar quiénes sean, pueden aprender juntos en la misma escuela”. Conceptos como este se tornan trascendentales a la hora de ofrecer una currícula de calidad que aborde contextos sociales distintos, como para los miles de estudiantes que no cuentan con una red a internet eficaz o para quienes el apoyo de tutores no es una opción disponible.

El artículo, Teaching, Learning and Inclusive Education: The Challenge of Teachers’ Training for Inclusion, menciona que esta pluralidad de circunstancias “requiere una atención educativa adecuada, […] por lo que se debe volver hacia la diversidad como tema clave para la educación de todos los estudiantes”.

Un aprendizaje de este tipo necesita profesoras y profesores capaces de identificar estos elementos para, a partir de ahí, ofrecer un rango abierto de opciones educativas para cada alumno. Esta preparación requiere de instituciones dispuestas a ofrecer un entrenamiento constante y retroalimentación valiosa que permita integrar nuevas habilidades pedagógicas al salón de clases.

“Si no se adoptan medidas urgentes y no se incrementan las inversiones, la crisis del aprendizaje podría convertirse en una catástrofe educativa”, explica la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, en el comunicado donde se afirma que “para reforzar la resiliencia del profesorado en tiempos de crisis, todos los docentes deberían adquirir las competencias digitales y pedagógicas necesarias para enseñar a distancia”.

El papel de la formación docente en la educación inclusiva

A pesar de lo indispensable que es la formación docente, expertos aseguran que entre directivos instituciones de países de ingreso medio y alto, se dedica menos de la cuarta parte del tiempo a tareas y reuniones relacionadas con los planes de estudio y la docencia. La Hoja informativa sobre el Día Mundial de los Docentes 2020, informa que el porcentaje más alto se registra en Shanghái (China), con un 27 %, y el más bajo en los Países Bajos, con un 11 %. Además, se conoce que son pocos los casos en los que a los profesores de estos países se les otorgue un mentor.

Recordemos que estos y muchos otros países se comprometieron en el 2015 a la Agenda  2030 impulsada por las Naciones Unidas, que establece en su cuarto ODS (objetivo de desarrollo sostenible) asegurar sistemas de educación inclusivos. Aunque se han logrado culminar algunos objetivos, aún hay un largo camino por recorrer. Si las instituciones desean hacerle frente a la brecha equitativa que se ha aventajado durante la crisis sanitaria de este año, es primordial secundar sistemas que sean un soporte sólido para nuestras profesoras y profesores.

“Si no se adoptan medidas urgentes y no se incrementan las inversiones, la crisis del aprendizaje podría convertirse en una catástrofe educativa”.

El pasado 5 de octubre, la UNESCO publicó el nuevo documento ‘Enseñanza inclusiva: preparar a todos los docentes para enseñar a todos los alumnos’. Aquí se afirma que sólo cuatro de 10 países tienen políticas que aseguren una capacitación a sus docentes en materia de inclusión, por lo que se exhorta a los directivos acoplarse a medidas necesarias para avanzar en estos índices.

Además, dentro de aquellas instituciones donde sí existen estas políticas, suele no mencionarse a profundidad el tipo de prácticas que se llevan a cabo para asegurar un aprendizaje equitativo: el análisis realizado para el Informe de seguimiento de la educación en el mundo 2020 basado en PEER afirma que sólo un tercio del 10 % de los países mencionados anteriormente, cuentan con recursos informativos sobre este entrenamiento.

Este seguimiento es incluso menos accesible en aquellos países donde muchos docentes no han recibido ni siquiera un entrenamiento básico. Es bajo estas circunstancias que otros factores menoscaban aún más el rendimiento de las y los profesores.

En Madagascar, por ejemplo, se afirma que la proporción de alumnos por docente es de 240:1. Un hacinamiento en las aulas de tal grado no permite un acercamiento personal y hace aún más difícil la unión en el aula. “La elevada proporción de alumnos por docente calificado, que da lugar a clases con gran número de alumnos, disminuye  la capacidad de  los docentes al reducir el tiempo dedicado a cada alumno”, explica el documento de la UNESCO.

Por otro lado, la inclusión educativa en las instituciones no debería reducirse a un número limitado de entrenamientos especializados en uno o dos grupos estudiantiles particulares, sino acoplarse como un fundamento docente. Incluso cuando esta herramienta suele enfocarse en abordar el aprendizaje de alumnos con discapacidad, se afirma que “los estigmas persistentes, el diseño escolar poco propicio y la falta de formación docente y materiales de aprendizaje adecuados sobre educación inclusiva dificultan aún más su acceso a la escuela y al aprendizaje”.

No obstante, la UNESCO hace una mención pertinente a los avances realizados para la implementación de políticas y programas educativos centrados en la equidad e identidad de género. En países latinoamericanos como Chile, Colombia y Ecuador se han elaborado contenidos transversales de esta materia dentro de sus políticas para el entrenamiento docente.

Mecanismos de apoyo

Un desarrollo como el anterior es sólo posible si los cuerpos de profesoras y profesores cuentan con un respaldo activo de directivos e instituciones. Los marcos jurídicos y normativos que las integran deben ser cimentadas en un apoyo pedagógico inclusivo. Además, es imperativo que las aulas estén equipadas con material de aprendizaje diversificado para las necesidades de los estudiantes.

El mismo documento mencionado hace hincapié en el rol crucial que ejercen los auxiliares docentes, directores y coordinadores para su desarrollo profesional. Su colaboración dentro de un ambiente educativo que propicie la inclusión también en estas áreas representa una herramienta unificadora para el mismo tipo de clima que se desea trasladar al aula.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/entrenamiento-docente-educacion-inclusiva

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España: El presidente del Consejo Escolar del Estado: “El sistema funciona con los alumnos que van bien, pero se deja a una cuarta parte en el camino”

Europa/España/30 Julio 2020/elpais.com

Enrique Roca propone reducir al mínimo la repetición de los estudiantes, suprimir el título de ESO y abrir una tercera vía alternativa al bachillerato y la FP

Enrique Roca, presidente del Consejo Escolar del Estado, hizo en junio una propuesta en apariencia chocante y en el fondo revolucionaria que pasó desapercibida, sepultada por la mayor crisis educativa que se recuerda. El plan, basado en el estudio de lo que funciona en nueve países del entorno de España, consistía en reducir al mínimo las repeticiones (que ahora sufre casi una tercera parte del alumnado), sustituir el título de la ESO por un certificado en el que consten las calificaciones y obtengan todos los alumnos, y abrir una tercera vía formativa para los chavales cuyo nivel de éxito académico hace difícil que puedan estudiar el bachillerato o un ciclo formativo. Un camino adicional que él define como aprendizaje de un oficio y guarda similitudes, pero también diferencias, con la Formación Profesional Básica. La principal: esta nueva opción formativa no incluiría la parte académica (como matemáticas y lengua) que sí tiene la FP Básica.

Roca, nacido en Madrid hace 72 años, fue nombrado en 2018 presidente del Consejo Escolar del Estado, un organismo asesor del Gobierno en el que están representados los distintos actores educativos. El objetivo de su propuesta es, asegura, acabar con una “anomalía dramática de nuestro país”. “Aquí el estudiante de éxito no tiene ningún problema. Los jóvenes que van bien, van muy bien. Pero una cuarta parte del alumnado se queda por el camino. El 25% no obtiene el título de la ESO y se queda sin nada. Han estudiado, sin mucho éxito, materias académicas. Pero no han aprendido ningún oficio, ni han adquirido una cualificación ni experiencia profesional. En título actúa, además, como una barrera, y es muy complicado que sin él puedan continuar su trayectoria”.

Antiguo alto cargo del Ministerio de Educación en los Gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, Roca espera que algún grupo parlamentario pueda introducir una enmienda en la reforma de la ley educativa que tramita el Congreso que permita efectuar a medio plazo los cambios que propone. “No digo que se encuentre una solución satisfactoria a la primera, pero sí que se pueda abrir la puerta en la ley, que ahora mismo la mantiene cerrada”.

Repetición elevada

El planteamiento de Roca se basa en el informe El éxito en la educación primaria y secundaria, un estudio en el que el Consejo Escolar del Estado ha comparado la situación de española con la de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, los Países Bajos, Portugal, el Reino Unido y Suecia. La tasa de repetición en primaria alcanza en España al 14% del alumnado (cuando en siete de los otros nueve países analizados el porcentaje no pasa del 4%). Y la repetición en secundaria se dispara al 29% (mientras que en esta etapa ocho de los países analizados se sitúan entre el 2% del Reino Unido y el 17% de Alemania; solo el noveno, Portugal presenta una tasa comparable, del 25%).

Lo habitual en los países del entorno de España es que los estudiantes que no van bien pasen de curso, aunque no hayan aprobado parte de las asignaturas, y reciban en el siguiente apoyo específico. Y que al llegar al final de la secundaria obtengan un certificado con sus calificaciones acompañado de una orientación sobre qué opción formativa les conviene más hacer a continuación. Un proceso formal en el que suelen participar el centro y la familia, explica Roca. Las tres opciones que se les ofrecen son la académica (equivalente al bachillerato), la Formación Profesional, o la vía del aprendizaje (que existe en los nueve países analizados). Solo en España resulta obligatorio obtener un título de secundaria para poder seguir estudiando, y este, además, no va acompañado de un verdadero proceso de orientación.

Vía no académica

“Si en nuestro sistema la repetición fuera algo excepcional, los alumnos que no van bien pasarían de curso y se les intentaría recuperar. Al acabar la ESO obtendrían un certificado con sus calificaciones y a una parte de ellos se les ofrecería esta tercera vía de aprendizaje”, afirma Roca. ¿De qué oficios? “Tendría que estudiarse bien pero, de acuerdo con el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, se trataría de aprendizajes correspondientes al nivel 1 de cualificación (los ciclos de grado medio proporcionan un nivel de cualificación dos), como los que existente en numerosas familias profesionales; por ejemplo, peluquería y estética o, en hostelería, alojamiento y lavandería. Si terminada esta vía el muchacho quiere una formación mayor, podría acceder a un ciclo formativo de nivel superior si reúne las condiciones adecuadas. Y, si no, al menos tendría una cualificación inicial”, explica.

¿Qué diferencia existe con la FP Básica? “Busca el mismo fin. Pero la FP Básica, que se les suele ofrecer a los alumnos que tienen 15 años, están en segundo de secundaria y van mal, sigue teniendo el objetivo de aprobar la ESO y mantiene una parte de formación académica. Esta tercera vía no tendría como objetivo obtener el título ni alcanzar una mayor formación matemática o de humanidades, sino que aprendan un oficio, como en otros países”.

La tradición de hacer repetir

“La Logse [la ley educativa aprobada por los socialistas en 1990] fue magnífica al extender la educación obligatoria hasta los 16 años, pero mantuvo el modelo de obtención de título, que a la postre ha sido una barrera infranqueable para muchos alumnos”, afirma Enrique Roca. “Hay tradiciones”, prosigue el presidente del Consejo Escolar del Estado en referencia a la elevadísima tasa española de repetición de curso, “que son difíciles de cambiar. En nuestro sistema educativo y en nuestra sociedad está arraigado que si un alumno se esfuerza, trabaja y va bien, estupendo, y si no, tiene que repetir. La formación básica debería ser absolutamente universal y no para formar ya desde los 10 o 12 años a los futuros científicos y técnicos cualificados, sino ciudadanos, con elementos básicos que les permitan seguir estudiando”.

Fuente e imagen: https://elpais.com/educacion/2020-07-27/nuestro-sistema-educativo-funciona-con-los-alumnos-que-van-bien-pero-se-deja-a-una-cuarta-parte-en-el-camino.html

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España: El Gobierno prevé aumentar en 200.000 las plazas de FP en cuatro años

Europa/España/23 Julio 2020/eldiariolaeducacion.com

El presidente del Gobierno ha presentado esta mañana el Plan de modernización de la FP con el que, además de conseguir la integración de la formación profesional del sistema educativo y para el empleo, pretende aumentar la oferta de plazas y modernizar y digitalizar los diferentes estudios.

España tiene un importante problema en su formación profesional. Sobre todo, en las titulaciones medias de FP, donde nos encontramos muy por detrás de la media de la UE. Algo que hace que la mitad de las personas trabajadoras del país no tengan una titulación o una certificación.

Esto, según el documento del Plan de modernización presentado esta mañana por Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. En total, reza el texto, hay 11.043.300 personas sin acreditación alguna. El Gobierno pretende que en cuatro años esta cifra descienda en 3.352.000.

Este es uno de los puntos importantes de este proyecto, pero no el único. Junto a temas como la necesaria digitalización de los estudios, se encuentra, por ejemplo, la apuesta de aumentar las plazas de FP en 200.000 más en los próximos años.

La falta de una oferta pública suficiente ha sido en los últimos años, sobre todo tras la crisis de 2008, una de las más importantes críticas de la comunidad educativa de formación profesional. Miles de chicas y chicos se han quedado fuera de las aulas todos los años por no tener dónde estudiar.

La creación de estas 200.000 nuevas plazas provocaría que de aquí a 2023 hubiese algo más de un millón de estudiantes. Según los datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, en el presente curso se han matriculado en estos estudios algo más de 860.000 personas.

Tanto para la acreditación como para el aumento de las plazas de formación profesional, así como para el resto de las acciones previstas por el Plan, el Gobierno se compromete a realizar una inversión de 1.500 millones de euros en cuatro años. Este 2020 será de 316,4 millones.

Uno de los mayores problemas de España es la carencia de suficientes chicos y chicas matriculadas en los grados medios. Mientras un porcentaje más que suficiente de alumnado en bachillerato, en la FP equivalente estamos muy por debajo de la media de la UE. De hecho, si se consultan los datos estadísticos del Ministerio, desde el curso 2013-2014 hasta el curso 2018-2019, el número de estudiantes matriculados en grado medio es el mismo. De hecho, hay 30 personas menos. Eso sí, el Plan presentado hoy afirma que en el presente curso esta cifra ha crecido de forma importante.

Apuntaba allá por 2008 Oriol Homs en su estudio dedicado a la formación profesional, La Formación Profesional en España. Hacia la sociedad del conocimiento, publicado por La Caixa, que el reto de los graduados en grado medio difícilmente podría solventarse si no era posando la mirada en la secundaria obligatoria. Es el momento de la educación en el que hay que lograr que un mayor número de personas consigan titular para, después, poder optar a los estudios profesionales medios.

El sociólogo decía en aquel momento que «el problema de fondo hay que buscarlo en el elevado índice de fracaso escolar (…). Esta es la razón última que explica el escaso número de jóvenes que acceden a los ciclos de grado medio». A ello, también sumaba que «el interés del grado medio al acabar la ESO es menor» que el del bachillerato.

Y a pesar de que desde entonces hasta ahora, el dato de abandono escolar temprano ha mejorado de manera importante, parece que esto no se ha traducido en un aumento de demanda de este tipo de salidas profesionales.

Además de las creación de miles de plazas en los próximos años o del reconocimiento a millones de trabajadores de sus competencias profesionales, el Plan de modernización presentado hoy pretende poner el foco en cuestiones como la digitalización de la etapa, la innovación y el emprendimiento, la renovación del catálogo de ciclos, la potendiación de la FP dual para que pueda llegar a pymes y micropymes también, la mejora de la orientación profesional o la creación de los centros de FP como organizadores de tecnología aplicada.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/22/el-gobierno-preve-aumentar-en-200-000-las-plazas-de-fp-en-cuatro-anos/

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Francia activará mecanismo de empleo parcial a largo plazo

Redacción: Prensa Latina

El gobierno francés anunció hoy la activación a partir de 1 de julio de un mecanismo de empleo parcial a largo plazo, para atenuar el impacto en el ámbito laboral de la crisis económica generada por la Covid-19.
La medida fue presentada la víspera en una reunión en el Palacio del Elíseo del presidente Emmanuel Macron con organizaciones sindicales y patronales, al cumplirse tres semanas de un proceso de consultas, en medio de pronósticos de la pérdida este año de alrededor de un millón de puestos de trabajo como resultado de la pandemia.

El dispositivo que comenzará la semana próxima busca evitar los despidos masivos en empresas que verán reducida su actividad, y consiste en la entrega del 84 por ciento del salario a los trabajadores y el reembolso del 80 a las entidades.

Las condiciones para este beneficio serán que las horas de desempleo no excedan un 40 por ciento para cada asalariado y la existencia de un convenio colectivo mayoritario.

De acuerdo con estimados oficiales, el desempleo superaría en Francia un 10 por ciento de su fuerza laboral al terminar el año, al menos dos puntos por encima del comportamiento del indicador en 2019.

Por otra parte, el mecanismo de desempleo parcial utilizado durante la cuarentena, al cual se acogieron más de 13 millones de trabajadores del sector privado, tendrá desde el 1 de octubre otro tratamiento, consistente en el pago del 72 por ciento del salario neto y una compensación del 60 a las empresas, por un período inicial de tres meses, prorrogable una sola vez por otros tres.

En la actualidad, los beneficiados en una entidad afectada por la Covid-19 reciben el 84 por ciento de los ingresos netos.

Aunque en la agenda del mandatario estaban otros temas que generan mucha expectativa, como el seguro de los parados, la formación profesional y el acceso a puestos de trabajo por los jóvenes, la prioridad se centró en el empleo parcial, a partir del complejo panorama imperante.

Según medios de prensa, los sectores de la aeronáutica y el automotor fueron los modelos tomados, los cuales intentan volver a funcionar en un entorno desafiante.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=376744&SEO=francia-activara-mecanismo-de-empleo-parcial-a-largo-plazo
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La formación docente y el regreso de las malas prácticas

Por: Freddy Leo Flores*

Recientemente, diversas instituciones públicas y privadas han ofrecido de manera constante una amplia y variada oferta de formación profesional para los docentes y demás personajes ligados al sector educativo. Dicha situación se incrementó a ritmos acelerados a raíz de los rumores que generaba el regreso de un sistema parecido a lo que fue carrera magisterial.

Una vieja añoranza de lo que se vivió ya hace varios ayeres, tan glorioso para algunos como anhelado por otros que apenas iniciamos este largo peregrinar dentro de la docencia. Según los Lineamientos Generales de Carrera Magisterial (2011), este fue un sistema de promoción horizontal en donde los profesores participaban de forma voluntaria e individual, teniendo a su vez la posibilidad de incorporarse o promoverse si cubrían todos los requisitos y se evaluaban conforme a lo indicado en dichos lineamientos.

El sistema de Carrera Magisterial buscaba promover el mejoramiento de la calidad de la educación mediante el pago de un estímulo por las horas dedicadas a actividades cocurriculares, ponderando la preparación profesional y los años de servicio como requisitos para el ingreso. El impacto en los resultados educativos hasta la fecha es cuestionable, sobre todo si se toma en cuenta la ausencia de mecanismos de seguimiento de las acciones de fortalecimiento curricular y su huella en la mejora de los resultados académicos.

Algunos docentes que vivieron el auge de dicho sistema de estímulos, afirman que uno de los grandes errores del mismo, fue el abaratamiento de la preparación profesional, en donde invariablemente el factor corrupción no estuvo alejado de ello. Dentro de las malas prácticas fomentadas, directa o indirectamente, destacan principalmente la “compra de cursos”, falsificación de documentos, venta de respuestas de los exámenes hasta líderes sindicales que eran beneficiados sin necesidad de pasar por dichos instrumentos de evaluación, ni demás requisitos que el resto de los docentes si tenían que cumplir como lo afirma Ornelas (Excélsior, 15/06/2011), ejemplos hay muchos.

El 30 de Septiembre del 2019, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Decreto por el que se expide la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, en donde se pone de manifiesto la importancia que tendría para los siguientes procesos de evaluación (ingreso y promoción) la capacitación didáctica o pedagógica, cuantitativamente hablando. A partir de la publicación del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, la realización de cursos y/o diplomados, demostrable con documentos oficiales que acreditarán la culminación de los mismos, tendría asignado un valor dentro del puntaje global. Esta “nueva” modalidad ya tuvo su primera aparición en los elementos multifactoriales que se tomarán en cuenta para la Admisión y la Promoción Vertical en Educación Básica y Media Superior para el próximo ciclo escolar 2020-2021.

Por tanto, diversas instituciones se han encargado de ofrecer cursos y diplomados de todos tipos y sabores, para todos los gustos y necesidades, varios de ellos, no está por demás decirlo, muy interesantes y completos. No quepa la menor duda, los docentes deben invariablemente actualizar su formación pedagógica. Incluso, Perrenoud (2007), catalogaba la organización de la propia formación continua como una de las diez competencias profesionales que debian ser desarrolladas con gran prioridad, el problema radicaba, según él, cuando el factor obligatoriedad se hacía presente generando en los docentes la manifestación de ciertas resistencias. En contraparte, cuando la actualización pedagógica se convierte en una opción, los maestros en un grupo muy reducido, suelen escapar de ellos. Menuda encrucijada.

Hablar de obligatoriedad trae consigo diversas implicaciones no tan difíciles de identificar, más asociadas a la oposición que al convencimiento de querer hacer las cosas. Es innegable que ante estos factores, el accionar humano suele manifestarse de forma curiosa, y ante la renuencia de algunos, el oportunismo de otros sale a escena.

Posiblemente sean conocidos por usted, estimado lector, la gran cantidad de personas que promueven, en redes sociales, la realización de todo tipo de cursos y/o diplomados a cambio de una módica cantidad, la cual suele ser proporcional al “esfuerzo intelectual” dedicado por quien o quienes brindan el servicio, mismos que ofrecen incluso todas las garantías imaginables como si fuesen una prestigiosa tienda del ramo que su imaginación guste colocar.

No es un caso fuera de lo común la venta de constancias o documentos comprobatorios, tampoco es nuevo que haya gente que se ofrezca a prestar este tipo de servicio, lo lamentable es que docentes en servicio, o futuros maestros, realicen estas prácticas. Cuestionable de forma y de fondo, sin lugar a dudas. La disyuntiva aquí sería si es una cuestión de ausencia de ética profesional o una prueba del innegable fracaso de la oferta de formación profesional, aclaro con ello que no trato de justificar las malas prácticas.

Es irrefutable la necesidad de mejorar la formación de los docentes para que puedan, en consecuencia, desarrollar en las niñas, niños, adolescentes y jóvenes de nuestro país, una formación integral, continua y permanente. Si las ofertas de formación profesional para el buen ejercicio docente y los elementos de preparación profesional están a la orden del día, ¿cuál es el motivo de que haya tan poco interés en ello?

Algunos autores en la década de los 90´s, entre ellos Fullan (1991), afirmaban que las causas del fracaso de los programas de formación y actualización se debían principalmente a los siguientes motivos: 1) los contenidos suelen ser seleccionados por personas alejadas de la realidad escolar; 2) no existe apoyo o acompañamiento adecuado para introducir nuevas ideas, e idealmente, nuevas prácticas; 3) se carece de evaluación del impacto que dichos programas tienen en los docentes; 4) no cubren las necesidades individuales debido a la gran diversidad de contextos en los que se desempeñan los profesores; 5) no existe una base conceptual sólida en donde se fundamenten los programas de actualización, entre otras. Como puede apreciarse en la estructura de los programas de formación y actualización docente de nuestros días, poco o prácticamente nada ha cambiado.

Los aspectos mencionados dan una pauta más clara de las deficiencias que presentan dichos programas, y es que parecería más que difícil que con la actual estructura de los cursos y diplomados, la mayoría de las veces alejados por completo de la realidad escolar, los docentes puedan alcanzar las competencias necesarias para el buen ejercicio pedagógico. Podría ser esta, una razón más que explique el poco o nulo interés en los profesores ante la oferta de formación profesional actual.

Según Latapí (2003), los cursos de actualización académica aportan si presentan y discuten experiencias significativas por maestros que las han realizado; de lo contrario solo dejan un conocimiento libresco, alejados de las necesidades de la práctica. Por tanto, es necesaria la reflexión sobre las características de las ofertas de formación profesional, una revisión más de fondo que de forma que lleve al replanteamiento de la estructura de los programas de formación y actualización docente. Dicha revisión tendría forzosamente que partir del análisis de los contenidos, buscando que estos sean estructurados en función de la realidad escolar, además de ello se deberían desarrollar mecanismos de apoyo o acompañamiento adecuado para introducir los conocimientos obtenidos en su ejercicio diario, a nivel micro y macro destacando principalmente el papel de la autoridad inmediata superior; finalmente se tendrían que aplicar mecanismos de evaluación del impacto que dichos programas tienen en los docentes y en los resultados académicos.

La revisión y modificación sustancial de los programas de formación pedagógica, seguramente no eliminará de golpe la venta de cursos o diplomados, sin embargo ello provocaría que los verdaderos docentes opten por aquellos que realmente ofrezcan alternativas aplicables a su realidad escolar. Es por todos sabido que la condición esencial para que el maestro aprenda es que tenga disposición a aprender. Por tanto, ante una oferta interesante, variada y adecuada a los contextos educativos, la permanencia y elección de las malas prácticas, quedaría en manos de la ética profesional de los docentes.

Referencias Bibliográficas

Fullan, M. y Hargreaves, A., ( 1991). La escuela que queremos. Buenos Aires, Argentina.: Editores Amorrortu.

Latapí, P., (2003). ¿Cómo aprenden los maestros?. México, D.F.: SEP.

Ornelas, C., (15 de Junio de 2011). Carrera magisterial. La cuarta vertiente. Excelsior. Recuperado de https://www.excelsior.com.mx

Perrenoud, P,.(2007) Diez Nuevas Competencias para Enseñar. Barcelona, España.: Ed. Graó.

SEP., (2011). Programa Nacional de Carrera Magisterial. Lineamientos Generales Recuperado de : https://www.sep.gob.mx/es/sep1/sep1_Lineamientos_Generales_de_Carrera_Magisterial

SEP., (2019). Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. Recuperado de: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGSCMM_300919.pdf

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-formacion-docente-y-el-regreso-de-las-malas-practicas/

Imagen: https://pixabay.com/

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La escuela de las segundas oportunidades

Por: Chema Caballero

Una visita a un colegio de Benín poco común. Aprendizaje rápido y formación profesional para que los jóvenes que nunca estuvieron escolarizados tengan más oportunidades

Salen de las aulas de la escuela de oficios de Kpari (Benín) ordenadamente. Se lavan las manos a conciencia en los grifos de los nuevos servicios y se dirigen a la zona reservada para las clases de panadería. Se ayudan unos a otros a atarse los delantales de mil colores que resaltan sobre las camisetas rosas del uniforme. Se dividen en dos grupos alrededor de una mesa. Unos la limpian y otros mezclan la levadura con agua templada y la dejan un rato al sol, bien cubierta, para que fermente. Luego llegan la harina, el agua, la sal, la mantequilla… Forman una bola con la masa. La colocan en un recipiente, la cubren con un paño y la depositan en un lugar seguro y soleado. Toca esperar a que la amalgama suba.

Por suerte es hora del recreo y eso significa que es tiempo de tomar la bouillie, una especie de papilla hecha a partir de harina de maíz o mijo y, en este caso, enriquecida con cacahuetes y aceite. Todos los alumnos, no solo los de panadería se ponen en fila para coger una escudilla en la cocina. Algunos utilizan cucharas, otros prefieren las manos. Es el desayuno para la mayoría de ellos, aunque el sol ya esté alto. Todos regresan a las aulas hasta que la masa está lista y los panaderos vuelven a salir. De nuevo el proceso: se lavan las manos, depositan la masa sobre las mesas, rociadas con harina, y amasan. Estiran, golpean, añaden mantequilla y, finalmente, dan forma a los panes que colocan sobre bandejas.

Todo controlado por la religiosa Lelia Inés Bulacio, quien reparte entre los jóvenes las instrucciones necesarias o demuestra, con un par de movimientos precisos, cómo hay que trabajar. Transportado sobre las cabezas, el resultado de la clase se lleva al horno de la casa de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús. De momento, gracias a la ayuda de la Fundación Salvador Soler, construyen uno tradicional para la propia escuela. Pronto podrán empezar a hornear en él. Ya solo queda recoger y ordenar los ingredientes y utensilios utilizados y limpiar a fondo las mesas sobre las que se ha amasado el pan.

Entre todos los alumnos destaca Barthelemy, que parece conocer a la perfección cada uno de los pasos a dar. El chico dice que cree que tiene 15 o 16 años, aunque a simple vista parece más joven. Nunca pasó del primer curso en la escuela pública de este pueblo donde la orden religiosa abrió una escuela para ayudar a todos las niñas y niños sin escolarizar a conseguir el diploma de la educación primaria junto al aprendizaje de algún oficio que les permita ganarse la vida una vez terminado el ciclo. La familia de Barthelemy le hacía trabajar en el campo, eran pocos los días que podía acudir a la escuela y cuando iba se enteraba de prácticamente nada, “todo era en francés y yo no lo hablaba entonces”, dice. Por eso terminó por abandonar los estudios sin concluir primero de primaria.

Los estudiantes de la escuela de oficios de Kpari (Benín) limpian la escuela cada día antes de comenzar la lección.
Los estudiantes de la escuela de oficios de Kpari (Benín) limpian la escuela cada día antes de comenzar la lección. CHEMA CABALLERO

“Este es un programa de recuperación de niños con más edad y normalmente, en un medio rural como este, difícilmente puedan seguir después una educación superior. Por eso se los inicia en un oficio, que les enseñe también a ganarse la vida, a trabajar y diversificar un poco el trabajo; que no sea solamente el trabajo de campo”, comenta la maestra panadera.

Hace 23 años que las religiosas llegaron a esa remota área del norte de Benín que se extiende entre la ciudad de Parakou, la segunda del país, y la frontera con Nigeria. “Esta es una zona especialmente vulnerable para la infancia y la juventud porque es una zona de frontera y, aunque la etnia originaria es la batonú, está muy poblada por gente que viene de otras regiones del país en busca de tierras cultivables o deseosa de pasarse a Nigeria donde consigue más trabajo y mejor salario. Todos quieren después volverse a su tierra de origen. La realidad es que no siempre es así, porque vienen y están 25 años aquí, se casan, tienen hijos, esos hijos se quedan aquí y a su vez siguen el ciclo y cuando ya están muy viejos, es cuando se vuelven. Se van los viejos y dejan a la generación más joven aquí. Entonces, tenemos una población que está siempre como de tránsito, y aunque no se vayan realmente, la mentalidad de ellos es que están de paso y por eso no invierten en el desarrollo ni en la promoción ni en la educación de los hijos”, explica la hermana.

Los niños trabajan desde muy jóvenes en el campo o ayudan en la cría del ganado. “Luego, está el hecho de que la etnia batonú es mayoritariamente musulmana y opta por las escuelas coránicas antes que las públicas, lo que tampoco ayuda mucho”. El norte de Benín experimenta una fuerte expansión de este tipo de instituciones que solo enseñan el Corán, a diferencias de las escuelas musulmanas que junto a las materias curriculares tienen algunas horas de religión islámica. Estos niños terminan sus estudios sin aprender lengua, literatura, matemáticas o ciencias, solo el libro sagrado. Estas son algunas de las razones por las que muchos menores de la zona no están escolarizados. “La escuela pública tampoco llega a todos y la educación que ofrece es bastante floja. Tiene un alto índice de abandono porque los chicos repiten mucho, se cansan de repetir y no avanzar. La principal razón es que es en francés y en las casas no se habla francés, tienen que aprender una lengua nueva”.

Es verdad que en Benín se han conseguido avances considerables en la matriculación de niñas y niños en la enseñanza primaria desde que se adoptaran los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en el año 2000, y luego los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero mantener a los alumnos en la escuela sigue siendo un reto importante, señala Unicef. Aun así, se ha logrado que el 55,8% de los inscritos terminen la primaria, lo que supone ya un gran logro.

Proceso de amasado de pan por parte de los alumnos.
Proceso de amasado de pan por parte de los alumnos. CHEMA CABALLERO

Sin embargo, preocupa la gran cantidad de jóvenes que están fuera del sistema educativo. Sobre todo a partir de los 10 años el abandono escolar empieza a ser importante, según datos de Unesco. En los últimos años se consiguió reducir la tasa en 13 puntos, pero todavía son muchos, especialmente chicas, los que no reciben educación. Esto tiene como consecuencia directa que más de la mitad de las mujeres del país (56.1%) no sepa leer ni escribir. Entre los hombres jóvenes la tasa también es alta, aunque algo menor, el 40,1%.

Todos estos elementos llevaron a las hermanas a buscar la manera de ofrecer una segunda oportunidad a estos jóvenes. “Dijimos: vamos a armar una centro que recupere esta franja de chicos que quedó excluida del sistema escolar, que ya no pueden ir a la escuela pública normal porque tienen más edad que el sistema permite. Entonces buscamos distintas opciones y nos dimos cuenta de que esto no es algo que podamos hacer solas. Esto hay que hacerlo en red y encontramos que la Agencia suiza para el Desarrollo y la Cooperación junto con una ONG local que se llama Sia N’son, que en lengua batonú quiere decir ‘Una oportunidad para el mañana’, tenían un programa para recuperar a estos chicos que nosotros queríamos recoger”, afirma Bulacio.

Dijimos: vamos a armar una centro que recupere esta franja de chicos que quedó excluida del sistema escolar, que ya no pueden ir a la escuela pública normal porque tienen más edad que el sistema permite

El programa acelera y concentra la enseñanza primaria en cuatro cursos para niños de entre 9 y 15 años que quedaron excluidos del sistema formal. El primer año es en lengua local, en este caso en batonú, y poco a poco se introduce el francés. Al final del cuarto año, los alumnos acceden al certificado de educación primaria y podrían proceder a la secundaria. Pero como esto es bastante improbable, por el medio en el que se encuentran y el poco apoyo de las familias, desde un primer momento se introduce el aprendizaje de oficios. “El primer año es común para todos. Se intenta que el niño conozca el saber hacer artesano tradicional del lugar. Se invita a artesanos locales para que muestren los oficios tradicionales: el trabajo del hierro, de la madera, de la caña, cocina tradicional y también se introduce un poco de arte y de habilidades artísticas. Luego se elige, según la inclinación de los niños y las necesidades del medio, qué oficios enseñar en segundo, tercero y cuarto de manera más sistemática. Nosotras hemos elegido cocina, albañilería y tejido al ganchillo, porque son oficios que no había en la zona, porque costura y peluquería hay miles. Todas las niñas que no van a secundaria o que no vienen a la escuela terminan estudiando peluquería o costura. Todas cosen, todas trenzan, pero no sé a quién”, comenta la religiosa.

Bulacio y sus cuatro compañeras, todas argentinas, tienen el sueño de poder acompañar a los jóvenes que terminan la escuela para que puedan perfeccionar el oficio elegido y luego ayudarles a iniciar su propio negocio. Barthelemy ya se ha anticipado, se ha construido un pequeño horno en su casa y los fines de semana hace pan para lo que utiliza latas de conservas como bandeja para hornear. Dice que ya sabe a lo que se quiere dedicar cuando termine la escuela.

Una de las hermanas anuncia que el pan está listo. Los jóvenes van a por él. Están satisfechos del trabajo realizado, la maestra no tanto, pero todavía les queda tiempo para adquirir más destreza antes de terminar sus estudios. Lo cierto es que los panes son partidos y repartidos entre todos los alumnos, que aprueban con sobresaliente el trabajo de sus compañeros.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/05/04/planeta_futuro/1588588970_710498.html

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¿Cómo encontrar cursos en línea de calidad?

Por: Sofía García-Bullé

El sentido crítico al evaluar los aspectos que hacen de un curso en línea un producto educativo de calidad, es crucial para un aprendizaje efectivo.

La educación en línea se ha vuelto uno de los temas centrales ante la contingencia de salud que vivimos hoy en día. En artículos anteriores, hemos hablado tanto de recursos didácticos como culturales para mantenerse ocupados y aprendiendo durante la cuarentena, pero en el caso de los cursos online e instancias de aprendizaje en línea, ¿cómo aseguramos su calidad como productos educativos?

La democratización de contenidos ha hecho más fácil que más y mejores productos educativos lleguen a nuestras manos, pero también ha aumentado el volumen de los mismos. Si quieres tomar cursos que tengan un estándar satisfactorio es importante ser consciente de los elementos que construyen un buen curso, y de aquellos que podrían demeritarlo, a continuación te compartimos algunas indicaciones a seguir para constatar el valor educativo de los cursos en línea.

1. Interacción y tiempo de respuesta

El primer indicador de calidad de un curso en línea es su capacidad de habilitar la comunicación a distancia. Además del material didáctico y las sesiones para impartir clases, el curso online debe contar con una plataforma y un docente o guía para ofrecer retroalimentación detallada, ya sea vía e-mail, mensajes escritos, de voz o video, además de chat en vivo cuando se requiera.

El tiempo de respuesta entre maestros y estudiantes es clave para aprovechar las herramientas técnicas. Es necesario establecer horarios de atención para el seguimiento de la misma forma que se haría con una clase presencial. Por ejemplo, un rango de tiempo para responder un correo sobre alguna duda relacionada con la clase debería ser de horas, no de días, para mantener un ritmo ágil y útil para el aprendizaje.

2. Instituciones y material didáctico

Al momento de buscar un curso en línea, se recomienda que el primer paso sea constatar la calidad y estándares de la institución o plataforma que los imparte. Si la universidad o proveedor digital tiene un alto nivel de credibilidad, es más seguro que los cursos que ofrecen en línea sean de calidad también.

Una vez que el alumno decida qué institución o plataforma elegirá, es recomendable revisar que los contenidos de los cursos en línea o MOOC sean los mismos que se ofrecerían en una versión presencial, con currículum de grado universitario o profesional.

3. Las ventajas exclusivas del modelo en línea

Los cursos en línea proveen una flexibilidad que los diferencian de los cursos presenciales. Las plataformas que usan habilitan varias conversaciones al mismo tiempo sobre temas relacionados con la clase y aumentan la capacidad de administrar y compartir contenidos.

Estos recursos, combinados con una estrategia creativa que resalte los aspectos comunicativos de la clase e incluya a los estudiantes en el proceso de aprendizaje, resultan en un producto educativo no solo competitivo, sino uno que abre nuevas rutas en materia de didáctica y aprendizaje.

4. Comunidad en línea

Ante la ausencia de una interacción presencial en un curso en línea es necesario un esfuerzo extra, tanto de maestros como estudiantes, para crear una comunidad de aprendizaje que facilite la comunicación, la empatía y la buena disposición para el trabajo en equipo.

Aún si un curso tiene todos los recursos tecnológicos existentes a la mano y un excelente material didáctico, la experiencia educativa no será satisfactoria si las personas involucradas dentro del curso no hacen el trabajo para crear un sentido de comunidad y cooperación dentro y fuera de las sesiones.

Una sugerencia para incentivar la creación y el desarrollo de una comunidad en línea es dedicar algo de tiempo dentro del programa a presentarse y hablar un poco de sus intereses relacionados con la clase, además de fomentar el trabajo en equipo y la discusión de temas fuera de las sesiones.

La oferta de cursos online gratuitos ha aumentado considerablemente como una forma de mitigar la carga psicológica del aislamiento para responder la creciente crisis de salud, y si bien es recomendable aprovechar la oportunidad de seguir aprendiendo, también lo es desarrollar un sentido crítico hacia los productos educativos que elegimos. ¿Qué cursos llevarás durante este periodo de cuarentena? ¿Cumplen con los criterios mencionados en este texto? Déjanos saber en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/cursos-online-formacion-cuarentena

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