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La ‘Angelina Jolie’ kurda muere combatiendo contra el Estado Islámico

Asia/Siria/10 Septiembre 2016/Fuente y Autor: noticias

Asia Ramazan Antar, una combatiente Peshmerga, que saltó a la fama en los medios que la calificaron como la ‘Angelina Jolie kurda’, habría muerto en los combates contra el Estado Islámico en Siria cerca de Turquía, según publica el Daily Mail. Asia habría sido una de las líderes de algunas de las batallas claves contra el ISIS en el norte de Siria antes de ser asesinada. Ella nació en la ciudad kurda de Qamishlo en el Kurdistán sirio (norte de Siria), cerca de la frontera con Turquía.

 A Ramazan Antar, de 22 años, también la comparaban por su belleza con la actriz española Penélope Cruz y era una de las líderes dentro de laUnidad de Protección Femenina (YPJ), una sección miliciana del Kurdistán sirio, tras participar en numerosas batallas contra los terroristas yihadistas. Hasta EEUU considera que estas mujeres se han convertido en un ejército eficaz contra el ISIS y las da apoyo aéreo.

Ramazan Antar se habría unido a las fuerzas del YPJ en 2014 y, aunque la noticia de su fallecimiento se ha difundido a través del grupo de Facebook We want Freedom for Kurdistan, su muerte aún no ha sido confirmada por otras fuentes de información.

El batallón femenino de los kurdos cuenta con más de 10.000 mujeres combatientes que han tenido gran protagonismo en la expulsión del Estado Islámico y de otros grupos extremistas de las regiones sirias colindantes con el norte con la frontera turca.

Los miembros del EI creen que si mueren a manos de una mujer irán al infierno

Los milicianos del Estado Islámico creen que si mueren en combate a manos de una mujer, sus almas arderán en el infierno, al contrario de lo que sucedería si caen a manos de un hombre. Teniendo en cuenta esto, los kurdos, que combaten en su región contra el avance del EI (también conocido como ISIS), formaron un batallón femenino para atormentarlos y hacerlos retroceder.

«Cuando ven que somos mujeres salen corriendo»

Allí, las mujeres luchan por su libertad en todos los frentes: tanto en la guerra, como en la sociedad kurda. “Cuando luchamos contra ellos y descubren que somos mujeres salen corriendo”, desvelan orgullosas las integrantes de la sección femenina del YPG, las YPJ, que combaten al EI.

Están consideradas las luchadoras más valientes. Saben lo que es la opresión y el asesinato de sus seres queridos, así que tras un mes de preparación ya están dispuestas a ir al campo de batalla.

Ya hay 10.000 mujeres luchando

Según NBC, las mujeres son un tercio de los combatientes de las Unidades de Protección Kurdas y en total suman unas 10.000. La mayoría son solteras y reciben un estricto entrenamiento. Cuando se «alistan» solo duermen seis horas. Se levantan a las 4 de la mañana e intercambian entrenamiento con conocimientos básicos. Luchan por la causa del pueblo kurdo. Abandonan a su familia y a sus amigos para adoptar la austeridad y la disciplina.

“Llorar no está permitido, es mejor coger un arma”

Los padres de Gulán, resumen la fuerza con la que van a morir si es preciso. Ellos han permitido a su hija de 18 años que vaya a luchar contra el EI, «El EI nos atacó. Se llevan a nuestros niños, les cortan las cabezas. Secuestran a nuestras hijas y las deshonran, relata el padre de Gulán en un reportaje de la cadena RT.

«Si toman a mi hija como rehén, que se dispare su última bala»

«Rezo para que nunca la tomen como rehén. Y si ocurre, que se dispare la última bala que le quede«, agrega. Gulán se unió a las filas de las YPJ no solo por su propia seguridad o por el amor a la patria. «Mi padre me quiere, ¿no es cierto? ¿Cómo puedo demostrarle mi amor? Iré a combatir al enemigo para que él esté a salvo y se sienta orgulloso de mí», confiesa. Pero además existe una motivación social, ya que no quiere seguir viviendo en un mundo controlado por hombres, después de todo por lo que ha pasado.

«Casarse es caer prisionera, no hay combatientes casadas»

«Nos hemos criado en una sociedad que obliga a la mujer a dedicarse únicamente a las tareas de la casa y en la que los hombres consideran a las mujeres como su propiedad, como un adorno, y no les permiten salir de casa. Para una mujer casarse es como caer prisionera. Considerando la mentalidad de nuestra sociedad, no se puede ni contemplar la posibilidad de que las mujeres casadas formen parte de las Unidades de Protección Femeninas. Queremos crear una nueva sociedad», sostiene.

Kobani, el espejo en el que se miran

La ciudad siria de Kobani se ha convertido en símbolo de unidad para los kurdos, es un ejemplo inédito de igualdad para sus mujeres, que luchan codo a codo con los hombres en sus calles, en un hecho excepcional en Oriente Medio.

Rehana, la mujer que mató a 100 yihadistas… decapitada

Conocida por su nombre de guerra, «Narín Afrin», la comandante, de unos 40 años, es admirada y muy querida por sus milicianos, que la consideran una líder fuerte, capaz de tomar decisiones en cualquier circunstancia, además de resaltar su completa entrega a sus soldados.

Otro nombre de mujer vinculado a Kobani ha acaparado un gran interés mediático: se trata de «Rehana», el alias de una combatiente kurda de la que se dice que ella sola logró matar a más de cien milicianos del EI. Al parecer «Rehana» fue capturada recientemente por los yihadistas, que la decapitaron y colgaron una foto de uno de sus miembros exhibiendo su cabeza.Aunque algunos periodistas de la zona dicen que se trata de un montaje, sus compañeras de armas ya han jurado vengarla.

«Cuando ven a una mujer huyen como ratas»

«Cuando ven a una mujer con un arma se ponen a temblar y huyen como ratas«, dice una de sus combatientes de Kobani, mientras Derki subraya que la mitad de los yihadistas en la frontera fueron abatidos por las milicianas y se muestra orgulloso de sus tropas, que «son un ejemplo para las mujeres en todo el mundo».

De hecho, las mujeres del Kurdistán tienen un largo historial como guerreras dentro de un pueblo habituado a luchar contra la opresión, en particular en Siria, Irak, Irán o Turquía, los países entre los que se repartió el territorio al final de la I Guerra Mundial.

Adela Kham, conocida como la «princesa valiente», que gobernó en los años 20 los territorios kurdos entre Irán e Irak alrededor de Halabja, o Leyla Qasim, que en 1974, con 22 años, fue la primera mujer ejecutada por el régimen baasista de Irak por su implicación en el movimiento estudiantil kurdo así lo demuestran.

Muchas de ellas son francotiradoras

Britan Derek, de 33 años, es un comandante de la unidad del YPG en Hassakeh: «Las mujeres pueden luchar mejor que los hombres«, dice ella. «Nos mantenemos la calma y firme. Por lo general somos francotiradoras, o en los frentes de combate. Las mujeres no tienen mucho que perder en la batalla. Los hombres sueñan con formar una familia, o regresar a casa con sus familias. Mientras que las mujeres que han elegido este camino lo hacen de buena gana. No tienen otro propósito «.

«Dejé de estudiar y me uní a los campos de entrenamiento en Dirbasiyyah», añade su amiga Ameena, 19. «Mis padres trataron de detenerme, pero no pudieron. Mi madre no me dirigió la palabra durante seis meses después de unirme, pero ya estamos bien». «Ella es más valiente que yo, y más fuerte que sus hermanos. Cuando ella viene a visitarnos, todos los amigos de la familia vienen a tomarse fotos con ella «, dice su padre

Nacen Las mujeres del sol, antiguas esclavas sexuales que ahora luchan contra el EI

Son un batallón yazidi femenino llamada la «Girls of the Sun‘, y tienen buenas razones para tomar las armas.El batallón fue fundado el año pasado por las mujeres que fueron mantenidas en cautividad y torturadas por el Estado Islámico. El batallón tiene 142 miembros y trabaja junto a los peshmerga, la fuerza de lucha kurda en Irak. Las mujeres han sido entrenadas para usar armas ligeras y medianas. Son protagonistas, incluso hay vídeos musicales que las animan a seguir en la lucha. Hoy pueden haber perdido a su guerrera de portada… pero que nadie dude de que la vengarán.

Fuente de la noticia: http://noticias.lainformacion.com/mundo/Angelina-Jolie-kurda-combatiendo-Islamico_0_951804963.html

Fuente de la imagen: http://imagenes.lainformacion.com/2016/09/08/mundo/Angelina-Jolie-kurda-combatiendo-Islamico_951814920_112781416_667x375.jpg

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Pakistán-Afganistán: Bombas y tiros contra la educación: así frenan los talibán la enseñanza en Oriente Medio

Tomado de: http://www.bez.es/228049601/Bombas-y-tiros-contra-la-educacion-asi-son-los-ataques-terroristas-a-centros-de-ensenanza.html
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Diplomático chino pide a jóvenes japoneses adoptar una visión más integral de la historia mundial

China/Agost9o de 2016/Spanish.xinhuanet.com

– En una declaración hecha en la Conferencia sobre Desarme (CSD), el embajador de China para Asuntos de Desarme, Fu Cong, hizo un llamado a Japón y a su generación más joven para que adopten una visión más integral de la historia mundial con el fin de que el sufrimiento de todas las naciones, incluyendo a China, pueda ser recordado como corresponde.

Aunque es esencial recordar los ataques nucleares sufridos por Japón en agosto de 1945, también lo es recordar la miseria padecida por otros países durante la Segunda Guerra Mundial, dijo Fu en la declaración, la cual fue publicada hoy en el sitio en la red de la misión permanente de China ante la ONU en Ginebra.

«La Segunda Guerra Mundial fue la página más oscura en los anales de la humanidad y las explosiones nucleares en Hiroshima y Nagasaki forman parte de la tragedia», dijo Fu en la declaración, la cual fue emitida el martes en la sesión plenaria de la CSD.

«Ver las explosiones nucleares en Hiroshima y Nagasaki fuera del contexto más amplio de la Segunda Guerra Mundial bien podría conducir a una conclusión errada», dijo.

La declaración se produce después de un discurso pronunciado por un estudiante japonés de secundaria, uno de 22 que viajaron desde Japón para asistir a la tercera y última parte de la sesión de la CSD de este año.

Fu destacó que cerca de 100 millones de soldados y civiles, 35 millones sólo en China y 27 millones en la Unión Soviética, perecieron en el mundo como resultado de la Segunda Guerra Mundial.

En vista de esto, el embajador señaló que todas las tragedias, incluyendo las perpetradas por el ejército japonés, son fundamentales para que el mundo comprenda de manera integral la guerra.

«Durante la guerra, violando el derecho internacional, cierto país usó armas biológicas y químicas y mató y lisió a varios millones de soldados y civiles en China», señaló Fu.

«Conmemorar el sufrimiento padecido por la población de Hiroshima y Nagasaki a la vez que se ignora el sufrimiento mucho mayor causado a la población de otras naciones asiáticas tendrá como resultado, de manera inevitable, en una visión sesgada de la historia», afirmó.

El diplomático pidió a las naciones adoptar un enfoque panorámico ante la historia mundial para tener una comprensión más precisa de lo que ocurrió durante ese oscuro periodo.

Esto también es esencial en la búsqueda de la paz y la estabilidad y para la capacidad de las naciones para aprender lecciones importantes del pasado, dijo.

«Durante la guerra, la población de la mayoría de las naciones asiáticas, incluyendo a Japón, fueron víctimas del militarismo fascista», dijo Fu.

«El propósito de recordar la historia no es renovar el odio, sino aprender lecciones de ella, evitar la revitalización de ideas nocivas como el militarismo y evitar la repetición de la tragedia de la guerra», dijo.

El funcionario exhortó a Japón y a su generación más joven a profundizar su conocimiento sobre la guerra a través de la lectura de más libros de historia para así cubrir hechos no incluidos en el programa de estudios de la nación.

Establecida en 1979, la Conferencia sobre Desarme es el único foro de negociación multilateral sobre desarme de la comunidad internacional.

La Conferencia sobre Desarme cuenta con 65 países miembros.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2016-08/18/c_135608875.htm

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Las mujeres, la guerra y la paz

Rubín Morro

Las mujeres siempre han estado en la lucha política y en las victorias de los pueblos por la emancipación, la justicia y libertad. Su presencia ha sido permanente en el protagonismo social, político, cultural y económico, aunque su reconocimiento y visibilización en esa gran labor ha sido opacada, incluso excluída del disfrute de las conquistas, por patrones patriarcales existentes.

Por el contrario continúnan en su vida cotidiana con el doble rol, la doble jornada laboral. Constituye ésta una de las facetas más excluyentes e impositivas que han llevado a la mujer a la más horrible explotación y discriminación.

Es un odioso y profundo lastre que hemos llevado los humanos por miles de años arrastrando como una pesada carga, es una enfermedad terminal que debemos combatir con una nueva concepción de la vida y de las relaciones entre las personas, sin importar nuestra condición de clase, raza, credo, sexo y otras realidades diversas de identidad.

Como si fuera poco, se les ha asignado específicamente la reproducción, los oficios domésticos, y en la vida laboral si debenga un salario está por debajo de lo que le pagan a los hombres por cumplir el mismo trabajo. Sin embargo a pesar de la existencia de normas legales para vincularla al proceso productivo, luego de hacerlo, terminan en responsabilidades secundarias, imponiéndose el hombre por encima de ella, exclusivamente por su condición masculina.

Las guerras convencionales y los conflictos internos, han hecho de las mujeres sus principales víctimas, han sido asesinadas, desplazadas, amenazadas, son miles las viudas y huérfanas; millones las que han padecido violencias de todas las maneras y tipos posibles.

En medio de semejante adversidad, las mujeres continúan construyendo sus sueños y anhelos, a través de sus luchas por la igualdad de género y social, por la conquista plena de sus derechos, por el reconocimiento como sujetos sociales y políticos. De ahí su protagonismo en el proceso de paz que se desarrolla en La Habana.

Porque es claro que en Colombia no habrá paz sin el concurso creador y masivo de la mujer, sin su participación activa. La inclusión de las mujeres en todas las etapas de construcción de la paz es un requisito esencial para el sostenimiento de la misma.

Un informe de la ONU, señala que en procesos de paz desde 1992 a la fecha, la participación de las mujeres ha sido baja, sin embargo, en estos procesos, la violencia sexual contra ellas ha sido referenciada en el debate. En la década de 1990, en la República de El Salvador en la Mesa de Negociación con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) las mujeres propusieron un plan de reparación.

En Irlanda del Norte, las mujeres aseguraron la participación de una representante en la Mesa de paz creada en 1997, al constituir una agrupación política de mujeres de distintos partidos que participó en la reconciliación y la reintegración de los presos políticos. En la República de Sudáfrica, a mediados de la década de 1990, la Comisión Nacional de la Mujer pidió que la mitad de los multipartidistas fueran mujeres, y logró que uno de cada dos representantes de cada partido también fuera una mujer, participantes en el proceso de negociación.

En la república de Guatemala, las mujeres influyeron de manera significativa en las conversaciones que condujeron al acuerdo de paz de 1996. En Asha Hagi Elmi constituyó el Sexto Clan de mujeres en la República de Somalia en las conversaciones de paz donde se había excluido a las mujeres. En Burundi, Las mujeres presentaron su lista de recomendaciones al facilitador de las negociaciones, Nelson Mandela, y más de la mitad de dichas propuestas quedaron recogidas en el acuerdo de paz.

Es apenas una muestra de los esfuerzos que han hecho las mujeres por alcanzar su espacio en la sociedad, por ser activas constructoras de paz.

El 26 de agosto de 2012, el Gobierno y las FARC-EP, firmaron un «Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”. Cabe recordar acá que los recientes procesos de paz llevado acabo en Colombia, las mujeres no han sido incluidas como debiera ser, sin embargo, en la Delegación de Paz de las FARC-EP, casi la mitad son mujeres y a instancias de la Mesa de Conversaciones en La Habana, se creó la Subcomisión de Género para darle un enfoque de género a los acuerdos, para interlocutar con representantes de organizaciones de mujeres, de las cuales hicieron presenica 16 lideresas y 2 representantes de la comunidad LGBTI. Las conclusiones de las tres audiencias realizadas, serán recogidas y tenidas en cuenta en los acuerdos pactados desde la perspectiva de género.

Definitivamente debemos todos y todas sin excepción, desarrollar una campaña de visibilización, reconocimiento del papel y los derechos de las mujeres, con medidas afirmativas temporales, mientras sea necesario, que permitan alcanzar la igualdad de género. Debe ser un compromiso de los hombres junto a ellas, avanzar en este necesario y urgente objetivo de vida y de esperanza para el futuro de la sociedad.

Fuente del articulo: http://mujerfariana.org/vision/315-las-mujeres-la-guerra-y-la-paz.html

Fuente de la imagen: https://www.todopuebla.com/blog_medias/photos/Mujeresdenegro.399914408.jpg

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Las guerras y su efecto devastador sobre la infancia

Afganistán/10 de Julio de 2016/UNICEF

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial nunca tantos niños han sufrido como ahora las graves consecuencias de los conflictos armados. Así lo advierte el informe que acaba de presentar en Berlín el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), donde además de alertar sobre esta grave situación hace un llamado a la comunidad internacional para poner fin a los padecimientos de los chicos que viven en zonas de guerra y en campamentos de refugiados.

Este grave problema, según los expertos de Unicef, golpea a más de 250 millones de niños que viven en países envueltos en enfrentamientos armados donde los ataques no respetan áreas sensibles como hospitales o establecimientos escolares. Las estadísticas del organismo internacional estiman que alrededor de 16 millones de niños nacieron en medio de los conflictos armados desde 2011 a la fecha, y salvo los que en ese período lograron escapar de ese infierno con sus familias, el resto está condenado a crecer en situaciones extremas donde la falta de alimentos básicos, agua potable o energía eléctrica es moneda corriente. En realidad, muchas de las familias que huyeron de los bombardeos la mayoría de las veces son víctimas de distintas formas de explotación a las que las someten las redes de organizaciones criminales que prometen falsas ayudas, a cambio de importantes sumas de dinero, y de esa manera terminan viviendo en condiciones deplorables en centros de refugiados. Unicef advierte también que el 20 por ciento de los niños golpeados por el drama de la guerra en Oriente Medio desarrollará problemas psicológicos de leves a moderados, mientras que entre un 4 y un 3 por ciento padecerán problemas graves si no reciben ayuda a tiempo.

Uno de los casos más dolorosos es el de Siria, donde la infancia gozaba de los más elementales derechos antes de que se desate la sangrienta guerra civil en 2011. Con la agudización del conflicto, los adultos mayores y, en especial, los niños fueron los primeros en sentir los rigores y las privaciones que impone el conflicto armado. Así, el número de niños sirios que abandonó la escuela fue en vertiginoso aumento, y pequeños de tan solo seis años se vieron obligados a trabajar para poder ayudar a sus familias. La desgracia que cayó sobre esta y otras poblaciones que viven en zonas de guerra perjudicó en su desarrollo físico y mental a cientos de miles de niños cuyo futuro estará marcado por esta experiencia traumática.

El caso de Siria es, como se dijo, paradigmático porque antes de la guerra civil casi todos los chicos asistían con normalidad a la escuela y la tasa de alfabetización estaba por encima del 90 por ciento. Se estima que en la actualidad, en cambio, hay más de 2,7 millones de sirios menores de 14 años que no concurren a ningún establecimiento educativo ni reciben educación formal de ningún tipo ya que el sistema educativo quedó desarticulado por la destrucción de escuelas y jardines de infantes.

Pero lo más grave es que algunos pequeños que perdieron a sus familias son reclutados como soldados, o para servir a bandas criminales que contrabandean mercaderías en las zonas de frontera. “Tenemos muchos informes en los que se detallan ataques a escuelas, jardines infantiles o parques infantiles”, reveló el responsable de Unicef en Alemania, Christian Schneider, al dar a conocer el informe sobre el sufrimiento de los niños en áreas de conflicto. Pero Siria, lamentablemente, no es el único país donde ocurren estas tragedias. En 2015, Unicef registró 164 ataques a escuelas en Afganistán y 67 a centros escolares en Irak, mientras que en Nigeria estima que el grupo terrorista Boko Haram provocó severos daños en más de 1200 establecimientos educativos de distintos niveles y mató a más de 600 maestros.

Las guerras representan, sin duda, una verdadera tragedia para la humanidad, porque traen consigo destrucción y muerte; y el alto precio que tiene que pagar la infancia en las zonas de conflicto obliga a hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que se ponga fin a estos enfrentamientos que hipotecan el futuro de los países que sufren en carne propia estas desgracias.

Fuente: http://www.diarionorte.com/article/139699/las-guerras-y-su-efecto-devastador-sobre-la-infancia

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“Se acabó la guerra, ojalá que nunca vuelva”

Por:  Enrique Santiago

La firma de los acuerdos sobre “Cese bilateral  y definitivo del fuego y de hostilidades”, “Dejación de armas” y “Garantías de seguridad y desmantelamiento del paramilitarismo” suscritos el jueves 23 de junio en La Habana, suponen el fin de la guerra que desde hace más de 52 años ha enfrentado en Colombia a la guerrilla campesina de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC–EP) y al Estado colombiano.

Tras tres intentos de paz fallidos, en 1984, 1992 y 1998, el actual proceso de conversaciones de paz iniciado en Oslo y en La Habana en noviembre de 2012 se acerca a su fin y al inicio del llamado “post conflicto”, sin duda más difícil aún que las conversaciones de paz, fase que consiste en la reincorporación a la vida civil de los antiguos combatientes guerrilleros y en la implementación de los distintos acuerdos parciales alcanzados para acabar con las causas estructurales de esta cruenta y prolongada guerra que ha provocado más de 250.000 muertos, medio millón de exiliados  y 7 millones de desplazados internos.

A pesar del discurso abonado por los enemigos de la paz, el actual proceso de conversaciones  ha avanzado rápidamente, habiendo sido el segundo proceso de paz más corto en el tiempo de los habidos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El proceso de paz de El Salvador duró 10 años, 11 años el de Guatemala, más de 10 años el de Irlanda del Norte, 14 años el de Angola, y así podríamos seguir con los procesos de Sudáfrica, Burundi, Tayikistán, Sierra Leona… Todos ellos duraron en torno a los 10 años.  Únicamente el proceso de paz de Nepal ha durado algo menos que el actual proceso de paz en Colombia, 4 años exactos. Sin duda no es lo más importante la duración de un proceso de paz sino que este llegue a buen término, pero desgraciadamente la Mesa de Conversaciones de La Habana ha trabajado desde hace más de dos años con la espada de Damocles del tiempo pendiendo sobre sus cabezas, falaz argumento esgrimido por los distintos sectores económicos y políticos que pierden su razón de ser, o sus beneficios, con la llegada de la paz, argumento que el Gobierno de Colombia –siempre pendiente de las encuestas de opinión política– ha utilizado en más de una ocasión para presionar a su contraparte en la mesa de conversaciones.  Pero hoy estamos de enhorabuena, porque la firma del Acuerdo Final de paz es algo ya cercano –quizás un mes, dos como mucho– y sobre todo es irreversible.

Esto no significa que los problemas en Colombia, las desigualdades entre el campo y la ciudad, entre los más ricos y los más pobres, entre las mujeres y los hombres, entre los criollos y los indígenas o los afro descendientes –es el país más desigual de América Latina y uno de los más desiguales del mundo, según el coeficiente de Gini–, desigualdades que ocasionaron este último  conflicto armado y los muchos que lo precedieron, vayan a desaparecer por la firma del Acuerdo de Paz. En Colombia el 53% de la tierra aprovechable está en manos de 2.300 personas y el 58% de los depósitos bancarios en manos de 2.681 clientes.

El post conflicto será una intensa batalla contra esas desigualdades y del éxito de la implementación de los acuerdos parciales alcanzados, dependerá que Colombia entre irreversiblemente en la senda de la paz, la consolidación democrática  y el progreso o que este acuerdo pase a la historia como uno más de las decenas de acuerdos de paz fallidos para poner fin a conflictos internos que, de forma sucesiva, ha habido en Colombia desde su independencia del dominio español el 7 de agosto de 1819. La principal responsabilidad  recaerá en los poderes públicos y las instituciones colombianas, quienes con el apoyo de la comunidad internacional –un apoyo ojalá que irrestricto– deberá garantizar la implementación de los acuerdos, eludiendo la maldición que ha asolado a la inmensa mayoría de los procesos de paz habidos en el mundo en los últimos sesenta años, en los cuales el cumplimiento de las medidas de desarrollo social y económicos plasmados en los acuerdos finales ha sido más que deficiente, como acreditan la mayoría de las evaluaciones de cada uno de esos procesos de paz realizadas a fecha de hoy.

Desde noviembre de 2012 en La Habana se han alcanzado acuerdos sobre “Reforma Rural Integral” –el abandono por el Estado del campo y de los pequeños campesinos  y la negación del derecho de propiedad de la tierra a estos, es el origen del actual conflicto armado–; “Participación Política” –en Colombia los partidos tradicionales, el llamado “establecimiento”, ha acostumbrado a exterminar físicamente a cualquier alternativa política organizada que amenazara la continuidad de la alternancia entre liberales y conservadores–; “Sustitución de cultivos de uso ilícito” –los cultivos ilícitos han sido en la practica el único medio que para sobrevivir han tenido los pequeños campesinos y las comunidades rurales, los únicos productos que podían comercializar–; “Descontaminación de Restos Explosivos de Guerra, Municiones sin explotar y minas antipersonas” –Colombia es uno de los países del mundo más contaminado por estos explosivos, obviamente en las zonas rurales–;  “Victimas. Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de No repetición” –el único acuerdo sobre justicia transicional alcanzado en un mesa de conversaciones que respeta estrictamente los contenidos del derecho internacional en vigor y que supone el sometimiento de ambas partes a una justicia especial para la paz–; “Búsqueda de personas desaparecidas” –según datos oficiales, en Colombia existen más de 50.000 desaparecidos por motivos relacionados con el conflicto interno, solamente desde los años 80 hasta hoy–; y ahora los acuerdos sobre  “Cese bilateral  y definitivo del fuego y de hostilidades”, “Dejación de armas” y “Garantías de seguridad y desmantelamiento del paramilitarismo” .

Este último acuerdo sobre desmantelamiento del paramilitarismo es de una especial importancia. El fenómeno de los ejércitos privados en Colombia, habitualmente creados y al servicio de los terratenientes y ganaderos, los denominados “paramilitares”, hace tiempo que escapó del control del Estado, a pesar de haber sido utilizados en especial por la Fuerza Publica en su combate contra las distintas insurgencias guerrilleras. Según los datos de la “Unidad de victimas” del Ministerio de Interior de Colombia, entre 1980 y 2012 se produjeron 1.166 masacres ejecutadas por grupos paramilitares, 1 cada 10 días. En muchos casos las masacres duraban días, hasta semanas, y se producían en la cercanía de bases militares. En ninguna de esa masacres la Fuerza Pública llego a intervenir, ya fuera para impedirlas o para detenerlas, nunca hubo enfrentamientos entre Ejército y paramilitares.  Hoy día, las denominadas “bandas criminales” u “organizaciones sucesoras del paramilitarismo” controlan en monopolio las rutas de exportación de cocaína a Europa y a los Estados Unidos, así como innumerables fenómenos de delincuencia organizada común. Tras el proceso de paz de Casa Verde, iniciado en 1984 entre las FARC EP y el Gobierno de Belisario Betancur, grupos paramilitares en connivencia con agentes del Estado asesinaron a más de 5.000 militantes de la Unión Patriótica, la fuerza política de izquierdas nacida en el seno de dicho proceso de paz. Ese riesgo, muy cierto hoy día, es el que el Gobierno colombiano, con el apoyo de toda la comunidad internacional, debe conjurar, dando un combate frontal hasta el desmantelamiento total de los ejércitos privados, objetivo alcanzable con la estricta implementación del acuerdo alcanzado en la Mesa de Conversaciones sobre “Garantías de Seguridad”, garantías no solamente para los guerrilleros que van a dejar las armas, sino necesariamente extensivas a las comunidades campesinas, fuerzas políticas, grupos étnicos, defensores de derechos humanos, sindicalistas, periodistas, y tantos otros y otras ciudadanos colombianos en permanente amenaza o riesgo a su integridad por trabajar por un país más justo y equitativo.

La Unión Europea ha venido acompañando este proceso en los últimos años, de forma activa en los últimos meses. El Enviado Especial de la UE para el proceso de paz, el ex ministro irlandés Sr. Eamon Gilmore, ha acudido a La Habana en varias ocasiones, reuniéndose con ambas partes y ofreciendo ayuda económica para la construcción de la paz, si bien se trata de una ayuda aún insuficiente: el apoyo financiero de la UE será distribuido en tres etapas,  la primera pondrá a disposición recursos inmediatos para atender 24 requerimientos que ya fueron acordados con el ministro para el post conflicto, Rafael Pardo. La segunda etapa girará en torno al denominado Fondo Fiduciario de la Unión Europea, que actualmente alcanza la muy limitada cifra de 90 millones de euros, y su uso principal será apoyo al desarrollo rural. La última fase será la financiación de proyectos de infraestructura para el post conflicto, a través del desembolso de créditos hasta por 400 millones de euros que saldrán de la Banca de Inversión Europea. Créditos reembolsables, es decir, no se trata estrictamente de cooperación. Habremos de estar atentos a las condiciones de reembolso que se impondrán a dichos créditos para que realmente ayuden y no lleguen a dificultar la construcción de la paz.

Alemania ha sido el país de la UE que más activo se ha mostrado en el apoyo al proceso de paz en Colombia, con la designación hace más de un año del Diputado Tom Koenigs como Comisionado del Ministro de Relaciones Exteriores para el proceso de paz, mientras que el Banco de Crédito para la Reconstrucción y el Desarrollo, entidad pública alemana, ha comprometido a fecha de hoy 75 millones de euros para el post conflicto  y la construcción  de paz.

El enviado especial Koenigs se ha mostrado especialmente comprometido con la paz, ayudando a la buena marcha del proceso con pronunciamientos sobre los problemas concretos que enfrenta el post conflicto: “Los sucesores del paramilitarismo contradicen claramente a todos los protagonistas (guerrilla, gobierno, sociedad civil, víctimas, etc.) y contenidos (reforma agraria, reparación a víctimas, devolución de tierras, fin del narcotráfico, justicia, no repetición, etc.) de los acuerdos de paz, y son una grave amenaza para su realización” o “Resulta sorprendente que las víctimas de todas las partes y sus asociaciones correspondientes, con unas pocas excepciones, apoyan el acuerdo (de Justicia Transicional y Victimas) y están dispuestas a adjudicar una mayor importancia a los elementos de verdad, reparación y no repetición que a la severidad de las penas judiciales, mientras que los políticos de la derecha quieren ver restablecida la dignidad de las víctimas únicamente por penas de prisión” (2º Informe al Bundestag de T. Koenigs, 30 abril 2016).

En comparación, la diplomacia española, dependiente de su trabajo en América Latina para mantener su peso específico en el panorama diplomático internacional, ha estado ausente de este proceso de conversaciones, especialmente si se compara con su activa participación en los tres anteriores procesos de paz, fallidos, habidos entre las FARC EP y el Gobierno de Colombia. Este desentendimiento probablemente tiene que ver con el papel muy activo que la diplomacia española –tanto en los gobiernos de Aznar, de Rodríguez Zapatero como en el de Mariano Rajoy– desempeñó en el apoyo a la llamada “doctrina de la seguridad democrática” en Colombia, implementada por el Presidente Álvaro Uribe entre los años 2002 y 2010, y que lejos de acabar militarmente con la guerrilla –como se proponía– provocó pavorosas situaciones de violaciones a los derechos humanos, como los llamados “falsos positivos” –más de 4.000 ejecuciones extrajudiciales de jóvenes colombianos desempleados o marginales a los que el Ejército hacía pasar por guerrilleros abatidos en combate con el fin de mostrar resultados–  o las denominadas “chuzadas del DAS”,  espionaje a defensores de derechos humanos, jueces, políticos opositores y periodistas, que acabó con la disolución del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) –servicio de inteligencia dependiente directamente de la Presidencia de la República–  y el procesamiento de la mitad de su plantilla, tras ser calificado por los tribunales colombianos como una “organización criminal”.

El proceso de paz está llegando a buen término gracias al acompañamiento internacional, especialmente de los países de la América Latina que han visto en la paz de Colombia la paz de todo el continente. Junto al activo papel desempeñado como país garante por Noruega –sin duda la diplomacia con mayor especialización y eficacia en procesos de paz de cuantas existen hoy día–, Cuba  ha sido el otro país garante, que además de poner a disposición su territorio y las debidas condiciones de seguridad para que avanzara el proceso, ha sabido garantizar el apoyo político de la región al proceso, a la vez que –conjuntamente con Noruega– ha desplegado un imprescindible pragmatismo diplomático que ha permitido sortear los muchos desencuentros que entre las partes ha habido durante las conversaciones. El papel de países acompañantes desempeñado por Venezuela y Chile han ayudado a destrabar problemas y a sumar más apoyos a la causa de la paz. Finalmente, a partir de enero de 2015 la Administración estadounidense del Presidente Obama, con la designación del diplomático Sr. Bernard Aronson como enviado especial para el proceso de paz, también ha desempeñado un papel constructivo en las conversaciones, quizás no todo lo comprometido que pudiera haber sido a la vista de la influencia internacional de los EEUU, pero sin duda un apoyo a la paz en Colombia que nunca antes de forma tan explícita comprometió una administración estadounidense. La reunión celebrada el pasado mes de marzo entre el Secretario de Estado Sr. Kerry y la comandancia de las FARC EP en La Habana, supuso un evidente reconocimiento político a esta organización guerrillera, a pesar de que, inexplicablemente, aún sigue incluida en las arbitrarias listas de organizaciones “terroristas” de la Unión Europea, del Reino Unido y de los propios Estados Unidos.

Aún quedan acuerdos imprescindibles de alcanzar para la firma del Acuerdo Final de Paz. Los más importantes, los relacionados con la reincorporación de los antiguos combatientes a la vida civil, las zonas donde se producirá dicha reincorporación, la imprescindible y urgente  amnistía –prevista expresamente en las Convenciones de Ginebra a la finalización de un conflicto armado interno–, las necesarias Garantías de No repetición –revisión de la doctrina de seguridad y militar de Colombia y su adaptación a una sociedad en paz donde la población civil nunca más sea considerada un enemigo– y la puesta en marcha de la Jurisdicción Especial para la Paz, entre otras cuestiones de índole menor. Pero la firma este jueves en La Habana de los tres acuerdos que de facto ponen fin a la guerra, es la mejor garantía para alcanzar los acuerdos parciales restantes, de forma irreversible, en unas pocas semanas.

A partir de la firma del Acuerdo Final de Paz, será la comunidad internacional la que deba coger el relevo de la Mesa de Conversaciones de La Habana. Sin un acompañamiento firme e imparcial de la comunidad internacional, en especial de los países de América Latina y el Caribe y de las Naciones Unidas, será muy difícil verificar el cumplimiento de los acuerdos y acabar con las causas del conflicto. Es imprescindible garantizar un periodo de post acuerdo eficaz, donde la implementación de lo firmado sea una realidad y no se defrauden las expectativas de los colombianos y colombianas, en especial de aquellos que han vivido en primera persona la guerra, generación tras generación, en las zonas rurales del país. Una Colombia en paz abrirá la puerta a la solución de varios problemas mundiales, entre ellos el los cultivos susceptibles de unos ilícito y el narcotráfico o el desplazamiento de población. Colombia es un país dotado de inmensas potencialidades, sin duda la más importante reside en las personas que habitan en él, gente trabajadora y cordial, culta y emprendedora, con una envidiable formación académica y científica. El compromiso  de la comunidad internacional con esta paz que viene, tan difícil y generosamente construida entre todas, se verá cumplido cuando portar un pasaporte colombiano sea definitivamente motivo de orgullo y dignidad, nunca más un estigma.

Fuente: http://elordenmundial.com/tribuna/se-acabo-la-guerra-ojala-nunca-vuelva-enrique-santiago/

Fuente de la imagen: http://static.emol.cl/emol50/Fotos/2015/10/06/file_20151006160553.jpg

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