Page 19 of 48
1 17 18 19 20 21 48

La ciencia también es cosa de niñas

07 Febrero 2019/Fuente: El mundo

El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La ONU instauró este día en 2015 para intentar reducir «la brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) que persiste desde hace años en todo el mundo».

Aquel mismo año se publicó el último informe Científicas en Cifras que dejaba en evidencia que el número de mujeres que se dedican a este ámbito de trabajo no se corresponde con el reconocimiento que reciben ni con su presencia en puestos de responsabilidad. Aunque el 39% de profesionales dedicados a la investigación científica son mujeres, sólo un 21% del profesorado catedrático de las universidades públicas españolas son mujeres.

Otro estudio más reciente, el Informe Mujeres Investigadoras 2016 del CSIC, revela que si echamos la vista a Europa a medida que se asciende en la carrera científica la proporción de mujeres disminuye. Esta es una tendencia común en los Veintiocho, a pesar que desde hace varios años más del 60% de los títulos universitarios y al menos el 45% de los doctorados los obtienen las mujeres.

Estos datos son el síntoma de una realidad que hay que revertir dando visibilidad a las mujeres científicas, reivindicando su trabajo y acercando la ciencia a las niñas a través de la educación. Así nacen iniciativas como 11 defebrero, una plataforma ciudadana formada por profesionales de la comunidad científica decididos a “contribuir a cerrar la brecha de género que actualmente existe en el ámbito científico”. Esta plataforma quiere promover prácticas que favorezcan la igualdad de género en el ámbito científico desde fases tempranas a través de actividades auspiciadas por investigadoras y rescatando del olvido el trabajo de aquellas mujeres que cambiaron el curso de la ciencia.

Reafirmando su compromiso con la igualdad de género, ACCIONA han aunado fuerzas con 11defebrero organizando encuentros entre las científicas del presente y las científicas del futuro, quienes envían un mensaje de optimismo y confianza en el futuro de la mujer en la ciencia. Científicas de la talla de Assumpta Parreño, investigadora y profesora de Física Nuclear en la Universidad de Barcelona o Júlia Borràs, investigadora en el Instituto de Robótica e informática Industrial del CSIC conversan con las niñas que en unos años tomarán el testigo en una carrera de fondo por la igualdad.

ACCIONA colabora en varios proyectos para acabar con la brecha que separa a mujeres y hombres en las disciplinas STEM. Es el caso de Homeward Bound, la expedición que une la lucha contra el cambio climático y el liderazgo femenino, o de Inspiring Girls, que bajo el lema Niñas sin límites: la energía del futuro, busca que las niñas sigan sus aspiraciones personales y profesionales sin dejarse guiar por estereotipos de género.

Fuente: http://www.planetainteligente.elmundo.es/planeta-en-accion/la-ciencia-tambien-es-cosa-de-ninas

Comparte este contenido:

La igualdad de género desvela la crisis de la masculinidad

Redacción: Tendencias 21

La homofobia es la forma alternativa de afirmar la virilidad en los hombres tradicionales

La igualdad de género ha puesto en evidencia que la necesidad del hombre tradicional de afirmar su masculinidad frente a la feminidad, se convierte en homofobia en la medida que avanza el reconocimiento de la importancia de la mujer en la sociedad.

Una investigación de la Universidad de Ginebra (UNIGE) en Suiza ha descubierto que el avance social hacia la igualdad de género está provocando un aumento de la homofobia.

En un artículo publicado en la revista Sex Roles, el equipo liderado por Juan M. Falomir demuestra que para compensar esta feminización de la sociedad, emerge una tendencia social que lleva a los hombres más tradicionales a apoyarse en la homofobia para reafirmar su masculinidad.

El proceso social que ha llevado a esta situación se explica de la siguiente forma: antes de mayo de 1968, las normas sociales sobre las que se construía la identidad masculina se basaban principalmente en la oposición hombre-mujer. Una mujer, por ejemplo, tenía que ser sensible y atenta, y estaba obligada a priorizar a la familia a costa de su carrera.

Un hombre, por otro lado, tenía que estar seguro de sí mismo, ser independiente y fuerte, y, sobre todo, tenía que ser no femenino. La masculinidad construida sobre esta oposición era un concepto más frágil que la feminidad: un hombre debía demostrar su virilidad a la sociedad actuando siempre de tal manera que dejase claro que no era una mujer.

Sin embargo, desde la revolución feminista la sociedad occidental se ha estado moviendo hacia una mayor igualdad de género: además de centrarse en sus carreras, las mujeres actuales son autosuficientes y fuertes. Y a los hombres se les permite mostrar sus emociones y cuidar de sus familias.

Esta nueva situación ha provocado lo que se ha llamado una “crisis de masculinidad”, ya que en esta nueva situación muchos hombres no se acomodan a los nuevos patrones derivados de una sociedad igualitaria y no pueden construir su identidad masculina en oposición a la identidad femenina actual.

Cuestionario revelador

Para profundizar en el conocimiento de esta evolución socio-cultural, los psicólogos de UNIGE utilizaron un cuestionario para probar los efectos en los hombres de la desaparición de la norma que afirmaba la masculinidad en oposición a la feminidad.

El cuestionario medía la sintonía de los hombres actuales con las características clave de la masculinidad tradicional: evitar la feminidad, restringir las emociones, afirmar la confianza en sí mismo, la agresión, la dominación, la atracción por la actividad sexual y la homofobia.

Tres grupos de hombres heterosexuales, todos de países occidentales, tuvieron que declarar si estaban de acuerdo o en desacuerdo con unos 50 puntos relacionados con estas normas, para conocer sus reacciones en función de si tenían o no información previa sobre el estado de la cuestión facilitada por los investigadores.

Al primer grupo (control) no se le dio información previa alguna y tenían que responder al cuestionario sin más. Al segundo grupo se le mostraron diversos estudios históricos sobre cómo se afirmaba la masculinidad frente a la feminidad en la sociedad tradicional. Y sólo al tercer grupo se les explicó la evolución de la masculinidad, conciliada con los nuevos valores femeninos, antes de responder al cuestionario.

Homofobia y heterosexualidad

Una vez finalizada esta fase, los integrantes de los dos últimos grupos, que habían respondido al cuestionario en base a la información previa recibida, tuvieron que responder a un segundo cuestionario que medía sus actitudes hacia los homosexuales (sus derechos, sentido de moralidad, las emociones que sienten y su comportamiento) y la afirmación de su propia heterosexualidad en ese contexto social.

Lo que puso de manifiesto esta investigación es que la homofobia y la reafirmación de la heterosexualidad se manifestaron con mucha intensidad en el grupo de hombres del tercer grupo, a los que se les informó que la masculinidad actual está reconciliada con los valores femeninos.

«Es un sistema interconectado», explica el profesor Falomir en un comunicado. “Al disminuir el significado de la norma anti-feminidad, los hombres la compensan enfatizando la importancia de la norma de heterosexualidad. La homofobia es la forma alternativa de afirmar su masculinidad», añade.

Una salida

El estudio determinó asimismo que el aumento de la homofobia no se debe directamente al deseo de reafirmar la oposición tradicional entre hombres y mujeres, sino a la necesidad de afirmar la masculinidad en un contexto social más equilibrado entre los perfiles masculino y femenino.

La salida es afirmar la masculinidad frente a la homosexualidad, que viene a sustituir la oposición femenina tradicional a los valores masculinos clásicos. Y esta tendencia se manifiesta particularmente en los hombres más tradicionales y reacios a asumir los nuevos rasgos sociales de la masculinidad.

Estos resultados reflejan el hecho de que nuestras sociedades occidentales, que establecen la igualdad de género como un principio fundamental, siguen siendo reacias cuando se trata de los derechos de los homosexuales.

“Cuanto más igualamos a los géneros, más difícil se vuelve para los ‘hombres tradicionales’ gestionar esta igualdad y continuar construyendo su masculinidad. «Como ya no pueden diferenciarse de las mujeres, ven la homofobia como una forma de restaurar su virilidad», concluye el profesor Falomir.

Referencia

Perceived Men’s Feminization and Attitudes Toward Homosexuality: Heterosexual Men’s Reactions to the Decline of the Anti-Femininity Norm of Masculinity. Juan Manuel Falomir-Pichasto,Jacques Berent, Joel Anderson. Sex Roles (2019). DOI:https://doi.org/10.1007/s11199-018-0985-6
Fuente: https://www.tendencias21.net/La-igualdad-de-genero-desvela-la-crisis-de-la-masculinidad_a44992.html
Comparte este contenido:

África: La astrofísica que lucha para que las niñas africanas también puedan ser científicas

África/24 Enero 2019/Fuente: El país

Mirjana Pović ha sido galardonada por ‘Nature’ por fomentar la vocación de las mujeres por las carreras STEM

La serbia Mirjana Pović (Pançevo, 1981) solo tenía nueve años cuando comenzaron las guerras de Yugoslavia. En la escuela, faltaba el material educativo y motivación entre el personal. Fuera de ella, se enfrentaba a una fuerte tensión social y familiar. El conflicto duró 10 años, pero los efectos mucho más: “Mi familia antes de la guerra era de clase media baja, pero durante la guerra la clase media desapareció”. Poco después Pović comenzó la carrera de astrofísica en la Universidad de Belgrado. Cada día tenía que viajar más de 20 kilómetros desde Pançevo a la capital y “no tenía ni para pagar el transporte”. Por ello, hacía autostop para poder ir a clase. Aún así, consiguió graduarse y hoy es profesora del Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales y un referente para muchas niñas que viven en condiciones de pobreza.

Su labor para impulsar el interés de las mujeres en la investigación aeroespacial ha llamado la atención de la revista científica Nature y la compañía The Estée Lauder. Pović ha recibido el premio Nature Research Award en la categoría de ciencia inspiradora. Este galardón, dotado con 10.000 euros, reconoce los logros de jóvenes investigadoras y sus esfuerzos para que otras mujeres accedan al ámbito científico.

“En la mayor parte de África subsahariana las familias viven de la agricultura y la ganadería, tienen un promedio de cuatro o cinco hijos y los recursos para que los niños vayan al colegio son muy limitados”, cuenta. Pese a que cada vez más chicas tienen la posibilidad de acceder a la educación primaria y secundaria, todo se complica cuando deben ir a un centro escolar de otra ciudad o a la universidad. “La pobreza no afecta a toda la sociedad de la misma forma. Las que más sufren son las mujeres. Todavía se da prioridad a los chicos para que puedan estudiar”, afirma la astrofísica.

Esta doctora ha dado clases en orfanatos y enseñado a niños de la calle en Tanzania, Sudáfrica y Ruanda. También ha formado a las primeras generaciones de estudiantes de máster y doctorado en Astronomía en Etiopía, Tanzania, Ruanda y Uganda. Ahora pretende destinar el premio a poner en marcha el proyecto STEM for Girls Ethiopia, que tiene como objetivo dar visibilidad a las mujeres científicas y fomentar la vocación entre las estudiantes de secundaria para hacer carreras STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Ella empezó a interesarse por la astronomía cuando era una niña. Cada día observaba el cielo y se preguntaba qué eran la Luna y el Sol. “Tenemos un laboratorio encima nuestro [el cielo]. Yo sentía mucha curiosidad y pensaba: ‘Cuando sea mayor voy a entender de dónde viene esa luz y esos puntos del cielo”. En aquel entonces ya tenía pasión por África. En 2005 obtuvo una beca para hacer el doctorado en el Instituto de Astrofísica de Canarias y comenzó a ahorrar para ir a trabajar como voluntaria al tercer continente más grande del planeta.

Desde 2016, esta doctora vinculada al Instituto de Astrofísica de Andalucía da clases y supervisa a los estudiantes que estudian un máster y un doctorado en el Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales. Allí, el principal problema para ofrecer una formación de calidad es “la falta de personal cualificado”. De los 111 empleados en el instituto —entre los que también están los trabajadores administrativos, financieros y personal de apoyo—, solo cinco cuentan con un doctorado. Y de esos cinco, ella es la única mujer.

La falta de personal dificulta la posibilidad de dedicar tiempo a sus propios proyectos. Pero siempre que puede intenta avanzar en sus investigaciones en astronomía extragaláctica. Concretamente estudia las propiedades de las galaxias activas: “De ellas recibimos energías y luminosidades mucho más altas que de galaxias normales y son unos de los objetos más brillantes que tenemos en el universo”. Por ejemplo, analiza cuál es el rol de estas galaxias activas en la evolución y formación de las galaxias en general, como han ido evolucionando a lo largo del tiempo cósmico o cuáles son las propiedades de las que tienen muy baja luminosidad.

Esta falta de tiempo para progresar en los proyectos es uno de los problemas a los que se enfrentan muchas mujeres científicas africanas. “Tener una familia en África es una deber. Es difícil encontrar mujeres que no tienen hijos. Cuando vuelven a casa, el peso no se comparte de la misma forma entre hombres y mujeres. Ellas son las que normalmente se encargan de las labores del hogar y de cuidar a sus hijos”, cuenta.

No obstante, para estas mujeres las dificultades comienzan mucho antes. Los sesgos sobre la capacidad de las mujeres para realizar ciertos trabajos están presentes desde edades tempranas. En un estudio publicado en 2017 en la revista Science, se preguntaba a niños y niñas si, cuando se les hablaba de una persona especialmente inteligente, creían que era de su sexo o del contrario. Cuando los pequeños tenían cinco años, no se observaban diferencias, sin embargo, a partir de los seis, la probabilidad de que las niñas considerasen que la persona brillante fuera de su sexo descendía.

“Desde que somos pequeñas siempre hemos sido sobreprotegidas en todo el mundo. Se nos muestra que somos más frágiles y esa confianza que los demás no tienen en nosotras se nos queda grabada para siempre”, cuenta Pović. Para acabar con estos prejuicios y fomentar la vocación entre las niñas es imprescindible tener referentes femeninos: “Si desde que somos pequeñas no tenemos referencias de mujeres matemáticas o físicas, ¿cómo vamos a elegir uno de estos campos cuando nos hagamos la pregunta?”.

Luchar contra estos estereotipos y conseguir que las niñas puedan ser científicas en África o en cualquier lugar del mundo “no corresponde solo a las maestras, madres o mujeres líderes”. “Es un trabajo de la sociedad”, asegura la astrofísica. Para ella, es fundamental informar de que este tipo de sesgos existen para intentar evitarlos tanto en las escuelas como en Internet y los medios de comunicación. Crear vínculos entre las mujeres científicas para que se apoyen entre sí y se sirvan de inspiración también es muy útil. Pović, por ejemplo, forma parte de la organización española AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas).

También considera que acabar con la pobreza e invertir en proyectos de desarrollo en educación y en políticas de igualdad “va a ser beneficioso para las niñas”. La astrofísica aboga por la discriminación positiva hasta que hombres y mujeres tengan las mismas posibilidades: “Dar más becas y oportunidades a las mujeres para intentar sacar lo mejor de ellas”. Ella da prioridad a las chicas que estudian en el instituto a la hora de supervisar sus proyectos y está convencida de que poco a poco el cambio es posible. Muestra de ello es que ella ha supervisado a la primera chica en Ruanda que ha cursado un máster en Astronomía y está haciendo un doctorado. La idea es que cada vez sean más las mujeres que trabajen como matemáticas, físicas o astrónomas y den clases en universidades. Es decir, que haya más referentes para que las niñas en África también quieran y puedan ser científicas.

POR QUÉ ES IMPORTANTE INVERTIR EN CIENCIA EN ÁFRICA

¿Por qué es importante invertir en programas de desarrollo científico en lugar de hacerlo en solucionar problemas de primera necesidad en África como el acceso a la luz, al agua o a la sanidad? Pović tiene la respuesta: “En las últimas décadas solo se ha invertido en bienes de primera necesidad, pero es imprescindible tener también proyectos de desarrollo científico, tecnológico e industrial a largo plazo. Solo así se puede sacar a los países de la situación en la que están desde hace años”. Lugares como Etiopía, Kenia, Namibia o Botswana ya han empezado a invertir en proyectos científicos. El Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales, en el que la astrofísica es profesora e investigadora, es un proyecto fundado en 2016 que busca resultados a largo plazo. El objetivo es usar datos espaciales y de satélite para afrontar uno de los retos más grandes del país como es el acceso al agua. Con esta información, también se pretende mejorar la producción agrícola, el sistema de electricidad (solo 25% de población tiene acceso a la luz), gestionar desastres naturales, mejorar el sistema de infraestructuras y elaborar planes urbanísticos.

Imagen: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/01/14/ciencia/1547481302_000224_1547481494_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/14/ciencia/1547481302_000224.html

Comparte este contenido:

México: Mujeres de CDMX podrán estar acompañadas por alguien de confianza durante parto o cesárea

América del Norte/ México/ 21.01.2019/ Fuente:  www.animalpolitico.com.

El congreso capitalino aprobó por unanimidad reformas a la Ley de Salud en materia de maternidad, además del acompañamiento se castigará el maltrato y la atención negligente.

El Congreso de Ciudad de México aprobó por unanimidad el dictamen que reforma a la Ley de Salud en materia de salud materna-infantil, con el cual todas las mujeres podrán estar acompañadas por una persona de su confianza y elección, durante el trabajo de parto, parto y post parto, incluido el procedimiento de cesárea.

El dictamen, presentado por las comisiones de Salud y de Igualdad de Género, también tiene la finalidad de inhibir de manera sustancial el maltrato y manejo negligente por parte de los prestadores de servicio de salud.

Por otro lado, cambia el concepto de posparto por puerperio y establece que todas las instituciones de salud públicas y privadas en Ciudad de México deberán tomar medidas de higiene y seguridad necesarias.

En general, el dictamen tiene la finalidad de que la atención médica para las mujeres sea digna y respetuosa en el embarazo y parto. Con estas nuevas disposiciones el Congreso capitalino busca tener un nuevo modelo de atención con enfoque de derechos humanos.

Tras la aprobación, la diputada de Morena, Paula Soto Maldonado, integrante de las comisiones de Salud y de Igualdad de Género, precisó que el objetivo del dictamen consiste en modificar la fracción XI del Artículo 49 para promover acciones que beneficien la atención de la salud materno-infantil y que se consideren obligatorias.

Soto Maldonado mencionó que también hay una adición al artículo 50, fracciones V y VI, para que se realicen acciones informativas para las mujeres embarazadas, acerca del nuevo derecho a ir acompañadas en instituciones de salud públicas y privadas.

Paula Soto puntualizó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que todas las mujeres tienen derecho a recibir el más alto nivel de cuidado en salud, mismo que incluye el derecho a una atención digna y respetuosa en el embarazo, sin violencia ni discriminación, ya que al sufrir trato irrespetuoso, ofensivo y negligente durante esta etapa se amenazan los derechos a la vida, la salud y la integridad física de las mujeres.

El pasado lunes la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHDF) destacó que las mujeres embarazadas tienen derecho a una atención humanizada durante la gestación, el parto o el postparto, así como a disfrutar del más alto nivel posible de salud física, mental y social.

Indicó que también tienen derecho a recibir atención de calidad y calidez; a ser tratadas sin discriminación alguna y estar libres de violencia física, psicológica o institucional, ya que nadie puede agredirlas o negarles atención médica.

Detalló que tienen derecho a recibir información objetiva, veraz y oportuna de forma clara y completa sobre los procedimientos clínicos que les realizarán y sus consecuencias a corto y largo plazo; en cuanto a la privacidad, nadie puede exponerlas frente a otras personas ni exhibir información personal sin autorización.

De acuerdo con cifras del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), en México, durante 2017, más de mil mujeres al día fueron violentadas durante el embarazo, el parto o posparto, y cada día murieron dos mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto.

Fuente de la noticia: https://www.animalpolitico.com/2019/01/mujeres-cdmx-acompanadas-durante-parto-o-cesarea/

Comparte este contenido:

Entrevista a Audrey Azoulay: “Una empresa no es la misma si hay mujeres tomando decisiones”

Entrevista/17 Enero 2019/Autor: Borja Hermoso/Fuente: El país

La exministra de Cultura de Francia ha cumplido un año al frente de la Unesco. El reciente portazo de Estados Unidos e Israel a la institución que vela por la cultura, la educación y la ciencia en el seno de Naciones Unidas fue un duro revés. Pero la alfabetización femenina en el ámbito global, la protección del patrimonio artístico, la bioética y la inteligencia artificial no pueden esperar

Retratar a Audrey Azoulay (París, 1972) como una mujer irremediablemente guapa, elegante y refinada, además de cautivadora en el tú a tú, supondría, con toda probabilidad, incurrir en el estigma machista que esta francesa hija de judíos marroquíes (su padre, el banquero André Azoulay, fue consejero del rey Hassan II) quiere combatir desde su puesto de directora general de la Unesco. Así que no lo haremos. Azoulay cumplió en noviembre un año al frente del organismo de Naciones Unidas que vela por la educación, la cultura y la ciencia. Objetivos prioritarios: poner en pie iniciativas educativas de nuevo cuño para alfabetizar a niñas y mujeres; utilizar la diplomacia cultural y la defensa del patrimonio como arma de paz; y sentar las bases de un arsenal ético para controlar los posibles excesos de la inteligencia artificial y los avances científicos. Exministra de Cultura en el Gobierno del presidente François Hollande, su pedigrí no admite dudas: es diplomada por la muy prestigiosa y muy elitista Escuela Nacional de la Administración francesa (ENA), por el Instituto de Estudios Políticos de París y por la Universidad de Lancaster en Reino Unido (Administración de Empresas). Nada más sentarse en su despacho de la sede de la Unesco en París, en noviembre de 2017, Estados Unidos e Israel anunciaron que se iban de la institución “por demasiado politizada y antiisraelí”. Azoulay inicia mañana una visita a España, entre otras cosas para dar carta de naturaleza a la declaración del yacimiento cordobés de Medina Azahara como patrimonio de la humanidad.

De ministra de Cultura de Francia a directora general de la Unesco… ¿Son planetas distintos o no tanto? Entre los dos puestos hay más continuidad de lo que pudiera parecer, porque la Unesco es una casa donde se respira cierta concepción de la cultura muy ligada a la educación, y mi concepto del Ministerio de Cultura era precisamente ese. Además, siendo ministra ya tuve que trabajar muy intensamente en colaboración con la Unesco, sobre todo en lo relativo a la diversidad cultural.

Como máxima responsable de este organismo, ¿aplica usted el principio de excepción cultural de la misma forma en que lo hacía como ministra de Francia? Depende de qué se considere como excepción cultural. Pero si hablamos de la idea de defender que la cultura no es una mercancía, desde luego que sí. La especificidad cultural más allá de lo comercial. Eso lo promovemos a través de nuestros textos legales, nuestras convenciones… Ahora mismo, por ejemplo, estamos centrados en el tema de la remuneración de los autores en el ámbito digital, un debate que tiene lugar actualmente en el Parlamento Europeo y que es un asunto muy, muy difícil.

Pero esa defensa apasionada de lo cultural no parece compartida por otros socios europeos… La cultura suele quedar muy bien para la foto, pero a la hora de repartir presupuestos suele ser el patito feo. Totalmente de acuerdo. Uno de nuestros objetivos es precisamente demostrar todo lo que puede aportar la cultura en los desafíos políticos a los que nos enfrentamos hoy, en la reconciliación después de conflictos, por ejemplo, o en la recuperación del patrimonio, o en el empleo juvenil a través de las industrias culturales. Está claro que estos temas no pueden ser algo marginal.

Todo es política, la cultura y la educación también. Imagino que hay importantes presiones y luchas en el seno de la Unesco. Las luchas políticas han adquirido demasiado protagonismo. A veces enrarecen el debate. Mi misión es establecer coaliciones, llegar a los consensos necesarios para poner en marcha los proyectos. No siempre es fácil. Por ejemplo, en Mosul, en Irak, pusimos en marcha una iniciativa para la que casi no teníamos dinero, y tuvimos que explicar intensivamente por qué merecía la pena trabajar sobre la educación y la cultura en ese lugar y en ese momento concreto. Logramos que un número suficiente de Estados nos apoyara, logramos reunir más de 100 millones de euros, y la Unión Europea dará otros 20 para actuaciones en Mosul y Basora. Se pueden conseguir grandes cosas.

Su designación como directora general no fue sencilla. Había hasta cinco candidaturas de países árabes. Consideraban que ya había llegado la hora de que uno de los suyos dirigiera la Unesco. ¿Cómo es hoy la relación con ellos? El periodo electoral fue bastante tenso, pero las relaciones son hoy excelentes. Para proyectos como el de Mosul tuvimos todo el apoyo de los países árabes.

Pero ¿usted qué opina? ¿No ha llegado el momento de una dirección árabe o africana en la Unesco? ¿O latino­americana? ¿El tiempo, quizá, de desoccidentalizar la institución? La cuestión ya se planteó, en efecto, en las pasadas elecciones. Pero había cinco candidaturas árabes. ¿Cuál tenía que ser? El problema para el mundo árabe, en esta ocasión, es que estaba muy dividido. No hay reglas al respecto, ningún país, árabe o no, tiene prioridad para dirigir la Unesco. Lo importante es tener buenas ideas y buenos proyectos, esa es la única regla.

Sí, pero ¿se creen de verdad la Unesco sus Estados miembros? En la acción práctica y no en lo simbólico, quiero decir… Hay de todo, cada país es diferente. Hay problemas, claro. Por ejemplo, nosotros creemos que globalmente hay una infrainversión en el tema educativo que resulta sorprendente. Estimamos que faltan 40.000 millones de dólares [unos 35.200 millones de euros] por año en el mundo. Y otra cosa: aparte de lo que cada Estado quiera invertir por su cuenta en políticas educativas y culturales, está el problema de lo que cada uno está dispuesto a hacer en ese campo de manera coordinada en el seno de la Unesco. Hay países dispuestos a hacer mucho por su propia educación y su cultura, pero no de forma coordinada. Ese es un combate de todos los días.

Audrey Azoulay: “Una empresa no es la misma si hay mujeres tomando decisiones”
LEA CRESPI

¿Un combate similar al que tiene que librar la Unión Europea con sus países miembros, quizá?Pero ahí los problemas vienen de que, según algunos, la Unión Europea supone una pérdida de soberanía nacional. Y eso no se da en el caso del trabajo con la Unesco…

¿Cómo se lleva la institución con países de corte populista o ultranacionalista como la Italia de Salvini, la Hungría de Orbán, la Rusia de Putin… y ahora el Brasil de Bolsonaro, poco cómodos con el multilateralismo? Con esos países tenemos, por ahora, excelentes relaciones. Ya veremos. Nosotros trabajamos con todo tipo de regímenes políticos, no solo con democracias. Se trata de llevarles hacia algo, hacia una agenda común, hacia intereses generales. La Unesco es lo suficientemente fuerte como para no deformarse por el hecho de trabajar con regímenes de ese tipo.

Como Corea del Norte, por ejemplo. Estoy particularmente contenta de lo que hemos conseguido hacer. Llevábamos, claro, muchos años trabajando con Corea del Sur, que ya justo después de la Segunda Guerra Mundial elaboró todos sus manuales escolares en colaboración con la Unesco. Y hoy Corea del Sur financia, por ejemplo, importantes proyectos de la Unesco en África y en el sureste asiático. Y Corea del Norte empezó a trabajar con la Unesco en los años setenta, tímidamente, con una colaboración limitada pero estableciéndose un diálogo, es decir, una confianza. Y ahora hemos aprovechado eso para lograr que por primera vez las dos Coreas hagan algo juntas en el marco de Naciones Unidas: una candidatura conjunta para que la lucha tradicional coreana sea declarada patrimonio inmaterial de la humanidad.

Bueno, está claro que la lucha coreana no es la cosa más importante del mundo, pero… ¡Depende de para quién!

Por algo se empieza, el valor simbólico también cuenta, ¿no? El valor simbólico de algo así es muy alto. Es un mensaje claro para ambos lados de esa frontera. No es algo marginal. Por eso fue también importantísimo lo que hicieron juntas las dos Coreas en el ámbito deportivo.

¿Cabe ser optimistas en cuanto a otras colaboraciones entre las dos Coreas? Lo deseamos. Lo que nos interesa es trabajar en bases sólidas y duraderas para la paz. No nos ocupamos de la cuestión nuclear, ni de cuestiones políticas internas, pero sí trabajamos en temas de educación o de defensa del patrimonio en Corea del Norte. Y eso es beneficioso para todos.

Estados Unidos e Israel se acaban de marchar de la Unesco. Con la salida de Estados Unidos, ¿la institución vive o solo sobrevive? La historia ha demostrado que la institución puede vivir sin algunos de sus Estados miembros, y eso incluye a Estados Unidos, porque no es la primera vez que sale. En 1984 [en la era ­Reagan] ya se marcharon, y estuvieron fuera 18 años. No es una buena noticia, está claro, es una pérdida. Pero hay que seguir avanzando. De todas formas estaban en una situación de salida desde hace tiempo. Desde 2011 ya no aportaban financiación a la Unesco. Estaban en la casa, pero sin actividad. No votaban en la Conferencia General. Este es tan solo un paso más, y yo lo siento. Creo que tienen mucho que ganar estando con nosotros y mucho que perder estando fuera.

No parece que a un mandatario como Donald Trump lo que más le interese sea el modelo de la Unesco: multilateralismo, trabajo en equipo, diplomacia, solidaridad… Las razones de su partida no se entienden bien. Han dicho que se van porque la Unesco está demasiado politizada y asume decisiones que van contra los intereses de Israel. Es lo mismo que dijeron cuando se marcharon en 1984, hemos encontrado documentos muy interesantes que lo demuestran. Aseguran que se han ido por decisiones adoptadas sobre Jerusalén y Oriente Próximo, pero resulta que en los últimos tiempos habíamos logrado acuerdos sobre esas cuestiones ¡con el apoyo de EE UU! Y justo cuando se alcanza un consenso, se van. Y ahora ese consenso será, claro, mucho más difícil de obtener.

¿Cuáles cree que han sido las verdaderas razones de ese portazo? Todos sabemos que hay un movimiento político que está propiciando la retirada de Estados Unidos de organismos multilaterales de cooperación. Ya lo vimos en el acuerdo sobre el calentamiento global. La política actual de Washington no es favorable a las instituciones multilaterales. Lo paradójico es que hace poco, en nuestro Consejo Ejecutivo, el representante de Estados Unidos se felicitaba del trabajo realizado en la cooperación científica, la prevención de los extremismos, la educación de las mujeres… Es decir, que hay muchos asuntos de la agenda con los que están totalmente de acuerdo, pero luego hay un claro factor político, que es el que marca su salida.

¿Cree que el Gobierno de Trump es un paréntesis en el curso lógico de la historia política de EE UU o es la consecuencia de esa historia política? No sé si es un paréntesis, pero desde luego no es un fenómeno aislado. Hay un gran movimiento que no es favorable a la acción multilateral. Hay una tendencia política a la que tenemos que responder. Y no creo que haya que tratarla como un paréntesis que se acabará por sí misma tal y como empezó. Hará falta trabajar.

¿Y el Brexit? ¿Está afectando ya a la relación de Reino Unido con la institución que dirige? Durante todo el año que ha terminado, Reino Unido ha sido un buen socio, incluso cuando ya había decidido marcharse de la Unión Europea. Incrementó su apoyo financiero a la Unesco en lo relativo a las campañas para la educación de las niñas, que es una prioridad absoluta. Hasta hoy, no he sentido un efecto Brexit en la relación entre Reino Unido y la Unesco.

Hay 132 millones de niñas en el mundo que no están escolarizadas. Son cifras de la Unesco. Son terribles. Y hay 750 millones de personas adultas que no saben ni leer ni escribir, y dos tercios de ellas son mujeres. Urge actuar. Acabo de volver de Camboya y allí estamos trabajando en fábricas con programas de educación de mujeres que nunca han ido a la escuela. En muchos países, miles y miles de adolescentes abandonan el colegio por diversas causas: bodas infantiles, embarazos, problemas económicos… Los 15 y 16 años es una edad crítica en muchos países. También hay un grave problema de falta de paridad en presencia femenina en los estudios científicos.

¿Hay que ser feminista para ocupar hoy la dirección general de la Unesco? Sí, y da igual que sea una mujer o un hombre quien esté al frente. Esas desigualdades son un grave hándicap para el mundo. Si se quieren tratar de verdad las cuestiones de la paz, del desarrollo y del conocimiento, si eso no pasa por una mayor inclusión de la mujer, no se logrará nada. Hay cosas que hay que corregir ya. Todavía hay libros escolares donde los estereotipos sobre las profesiones del hombre y de la mujer son fortísimos. Hay legislaciones que no están adaptadas a la igualdad hombre-mujer. Hay que derribar todo eso.

¿Qué opina de movimientos como #MeToo? Hace poco, en estas páginas, la actriz Juliette Binoche decía que le ha llegado “el momento de renovarse”. ¿Qué opina? Yo creo que no se le puede pedir a la ola feminista ser de entrada una ola razonada y tranquila, porque está respondiendo a desigualdades y situaciones injustas que vienen de siglos atrás, y seguro que no es perfecta, pero para mí no es un movimiento que haya que frenar, al contrario, hay que impulsarlo. Lo importante es el largo plazo, hay que cambiar las estructuras. No se trata solo de corregir injusticias individuales, sino las infraestructuras de la sociedad. Tiene que haber mujeres al frente de compañías, una empresa no es la misma cuando hay mujeres tomando decisiones. Y lo único que va a transformar todo eso es la educación.

¿Ha tenido que sufrir usted en su trayectoria profesional situaciones de machismo? Por supuesto. Y lo peor de todo es la autocensura, que tiene que ver con la vida profesional de las mujeres, la conciliación, la culpabilización… Una vez promocioné a una mujer de mi equipo y vino y me dijo: “¡Gracias, te prometo que no tendré hijos!”. Es increíble. Tener que elegir entre la carrera profesional y la vida familiar es terrible para una mujer.

En marzo se celebrará en París, auspiciada por la Unesco, una conferencia internacional sobre inteligencia artificial. ¿Puede adelantar algo? Los propios profesionales que están trabajando en inteligencia artificial se hacen preguntas sin parar, y no quieren que se les deje solos en ese debate. Hay que mantener un diálogo internacional acerca de qué principios comunes tenemos que marcarnos en el tema de la ética científica, y concretamente con el genoma, principios que defiendan los valores del humanismo. No se puede perder tiempo en eso. Vamos a hablar con científicos, con educadores, con políticos… Queremos crear un marco normativo en el que se comprometan los Estados miembros. Y a partir de ahí intentar que los asuman en sus propias leyes.

¿Cómo es la relación de la Unesco con China en lo relativo no solo a los experimentos sobre el ADN de bebés, sino también a la censura cultural y periodística? Las relaciones son excelentes. Durante mi visita a Pekín en julio, el presidente Xi Jinping me recibió para subrayar la voluntad de poner en marcha una colaboración estratégica. China es también su sector privado, que se ha comprometido con la Unesco a través de contribuciones voluntarias en la preservación del patrimonio en África y en la educación de niñas y de mujeres. Dicho esto, en Naciones Unidas rige un principio que es el de la igualdad de tratamiento de todos los Estados miembros. Y en ese sentido actúa la Unesco en sus ámbitos de competencia, en especial en el de la libertad de expresión y en el de la libertad de prensa. La seguridad de todos los periodistas, no solo los chinos, es un asunto capital para nosotros, y no podemos tolerar amenazas sobre ellos. Por otra parte, cuando recientemente un científico chino anunció que había hecho nacer a los primeros bebés genéticamente modificados, volvimos a subrayar la necesidad absoluta de tener en cuenta los principios éticos internacionalmente reconocidos que defienden el valor de los derechos humanos y de la dignidad humana como requisito previo indispensable a toda investigación o intervención médica sobre seres humanos.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/07/eps/1546875669_855194.html

Comparte este contenido:

Principios de aerodinámica para construir la Siria del futuro

Por: Álvaro Zamarreño.

El exilio sirio busca formar a sus más pequeños para que sean los líderes que puedan levantar su país

Ni siquiera hace falta disimularlo. Para preguntar la dirección a la que vamos, no usamos el turco sino el árabe. En Reyhanli la presencia de refugiados sirios es tan abrumadora que las posibilidades de encontrar a alguien que hable en ese idioma son mayores que en el idioma del país en que nos encontramos, Turquía. La proporción es de 90000 frente a 120000 sirios. Está tan cerca de la frontera que apenas a unos pocos metros de la carretera principal está el muro que Turquía levantó, ya en guerra, para evitar el paso de refugiados a su territorio.

En un barrio de las afueras llegamos a una casona de dos pisos recién arreglada y rodeada por un jardincito. Es Beit Karam’, algo así como la casa de la generosidad. Dentro todo tiene un aspecto nuevo, luminoso y agradable. En diferentes salas distribuidas por todo el edificio grupos de chicos y chicas adolescentes trabajan en diferentes talleres.

Nada, una chica sirio-estadounidense que nos hace de guía, explica que no son talleres de vocación profesional, o de innovación, sino talleres en los que mediante la creatividad los más jóvenes se desarrollen desde un punto de vista humano. “No se trata de enseñarles programación -nos dice- sino de que tomen problemas de la vida real”. Y pone el ejemplo de una actividad reciente en la que pidieron a los médicos sirios que les aportaran casos que necesitan prótesis complejas por amputaciones debidas a la guerra. “Les planteamos el caso a los chavales, que buscan y rebuscan una solución”.

Nada Hashem junto al retrato del premio Nobel Ahmed Zaweil

Nada Hashem junto al retrato del premio Nobel Ahmed Zaweil / Álvaro Zamarreño

“El futuro de Siria está en grave peligro, nos explica uno de los tutores -no quieren usar la palabra profesor-, porque hemos perdido a grandes pensadores y profesionales que están encerrados o bajo tierra”. Hani al Sheij es ingeniero, tiene 30 años y trabaja en Beit Karam desde hace unos meses. Para él es un motivo de orgullo estar preparando a una generación de jóvenes para enseñarles que no son meros elementos pasivos por ser refugiados, sino que pueden construirse su futuro: “Les enseñamos principios de física o de aerodinámica, pero también a tomar sus propias decisiones y a ir por la vida con confianza”.

Les enseñamos principios de física o de aerodinámica, pero también a tomar sus propias decisiones y a ir por la vida con confianza

Toda esta gente -entre los 14 y 18 años- eran niños cuando sus familias salieron corriendo. Primero por la persecución del régimen a los manifestantes, luego ya por una guerra en que tanto el ejército como otras muchas milicias han atormentado a la población civil. “Han sufrido un hueco enorme en su educación -explica Nada- y han tenido que luchar para rellenarlo”. En lo peor de la guerra, la ong Save the Children calculó que tres millones de niños sirios habían quedado fuera del sistema educativo.

Aunque se han hecho notables esfuerzos para que los refugiados puedan enviar a sus niños a la escuela, el problema es mucho mayor. Porque toda sociedad necesita poder proporcionar acceso a secundaria y a estudios universitarios. Y eso, reconocen todos los actores implicados, no es fácil. Turquía, por ejemplo, permite que los jóvenes sirios se matriculen en sus universidades como un estudiante más.

Pero las familias no tienen los fondos necesarios y, sobretodo, no pueden prescindir del sueldo que una persona joven deja de percibir si se dedica a estudiar.En uno de los talleres, este de creatividad, Imán, una chica de 16 años, nos explica en un inglés aprendido de ver videos en youtube que le gustaría ser odontóloga, pero que está buscando becas que le permitan estudiar cuando acabe el bachillerato.

El enfoque de Beit Karam -una fundación creada por la diáspora siria para ayudar a sus propios refugiados- es el de no sólo centrarse en aspectos pragmáticos, sino en que los 300 jóvenes que simultáneamente participan en sus actividades, mantengan su identidad como sirios, sus vínculos con su cultura y con la construcción de una Siria mejor en algún momento.

“No se puede separar la asistencia humanitaria del contexto político en que se produce”, insiste Nada. Beit Karam no es una organización política, pero si de activismo social. Defiende la democracia para su país -uno de sus programas se llama “Diez mil líderes para el futuro”- y la igualdad de género, haciendo que todo el mundo participe sin distinción con la idea de que, de mayores, los chicos asuman con naturalidad el contacto con sus compañeras.

Las paredes de Beit Karam están decoradas con grafitis de escritoras, científicos o pensadoras árabes. Los rostros del premio Nobel de química Ahmed Zewail, el poeta palestino Mahmud Darwish, la intelectual siria Razan Zeitune, sirven de inspiración a quienes se forman entre estas paredes.

Hay más de cinco millones y medio de sirios que han huido de su país. Sólo en Turquía son más de 3.5; las dificultades que tienen por delante son enormes. Y mucha más la incertidumbre. “Los sirios han pasado por el infierno, pero han elegido vivir -dice Nada- y esa es su verdadera revolución”. Mantienen el sueño de volver, pero necesitan compaginarlo con la lucha por su día a día.

Hani, el ingeniero, salió de su ciudad de Homs hace algo más de un año, cuando un acuerdo entre el régimen y las milicias que quedaban en la ciudad supuso la rendición y salida de hombres armados, pero también de los activistas políticos que se habían quedado. Él es uno de ellos. Tiene a su familia desperdigada por medio mundo y sabe que no puede volver (“ya estuve detenido y no quiero volver a pasar por eso; he perdido a demasiados amigos en esta revolución”). Por eso su pequeña contribución en este rincón de una pequeña ciudad fronteriza turca es mucho más que trabajar. Es una manera de ayudar a quienes serán los sirios del futuro.

Fuente de la reseña: https://cadenaser.com/ser/2018/12/17/internacional/1545061094_656578.html

Comparte este contenido:

España: Constituido el Observatorio ‘Mujeres, Ciencia e Innovación’

Redacción: El Derecho

El Observatorio, formado por nueve ministerios, actuará para reducir la brecha de género en los ámbitos científico, tecnológico, de innovación y universitario.

Se ha constituido el Observatorio ‘Mujeres, Ciencia e Innovación’ para la Igualdad de Género (OMCI), creado el pasado 23 de noviembre por el Consejo de Ministros. El objetivo de este órgano es analizar la situación de las mujeres en el ámbito de la investigación y la innovación, fomentar la realización de políticas públicas y actuaciones de igualdad de género, y promover la mejora de la situación de las mujeres en el sistema español de Ciencia, Tecnología e Innovación.

El Observatorio, que nace para combatir cualquier discriminación por razón de sexo, es un órgano colegiado interministerial que integra a nueve ministerios a nivel de Dirección General, y está presidido por la secretaria de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación, Ángeles Heras.

En las universidades y Organismos Públicos de Investigación (OPIs) existe una importante segregación de género, sobre todo vertical (el denominado techo de cristal): solo el 21% de las cátedras de universidad estaban ocupadas por mujeres en el curso 2016-2017 y solo hay un 25% de profesoras de investigación en los OPIs. También hay datos que evidencian la segregación horizontal, con solo un 24% de mujeres entre el personal investigador de Ingeniería y Tecnología en universidades y un 36% en el área de Ciencias Naturales en los OPIs.

En este contexto, el Observatorio ha acordado en su primera reunión iniciar actuaciones inmediatas para conciliar la vida familiar y profesional en los centros de investigación, así como actualizar los criterios de las convocatorias y las normativas de los OPIs y universidades para garantizar la igualdad de género en la selección, contratación y promoción de personal investigador y en la composición de los tribunales que evalúan las plazas a cubrir. Igualmente, el Observatorio va a impulsar la aplicación de las siguientes medidas ejecutivas: incorporar criterios sensibles al género en la formación del personal investigador y en la evaluación del rendimiento científico; mejorar los criterios de la composición de las comisiones de evaluación de ayudas a la I+D+i con objeto de evitar posibles sesgos de género en sus criterios de selección; promover la igualdad de género en equipos e instituciones, y poner en marcha un plan de formación dirigido a la alta dirección y mandos intermedios de los centros públicos de investigación y de sus órganos de gobierno.

Se pretende también activar la elaboración de nuevos protocolos para la prevención y protección frente al acoso sexual y el acoso sexista en universidades y OPIs, dado que el OMCI tiene entre sus funciones el seguimiento de las actuaciones de los ministerios, las Administraciones Públicas y, en general, de todos los actores del sistema español de universidades, ciencia, tecnología e innovación en materia de prevención y lucha contra el acoso laboral y el acoso sexual y por razón de sexo en el trabajo, incluyendo la violencia de género.

El Observatorio ‘Mujeres, Ciencia e Innovación’ para la Igualdad de Género funcionará en pleno y se reunirá, al menos, dos veces al año con carácter ordinario. Forman parte del Observatorio, entre otros miembros, la delegada del Gobierno para Violencia de Género, Pilar Llop, la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rosa Menéndez, la directora del Instituto de la Mujer, Silvia Buavent, el subsecretario del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Pablo Martín, el secretario general de Coordinación de Política Científica, Rafael Rodrigo, el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, la directora general de I+D+i, Teresa Riesgo, y el director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), Javier Ponce.

En esta primera reunión se han establecido las siguientes comisiones de trabajo: Género en la Ley de Reforma de Universidades, Incorporación de género a la nueva estrategia de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), Género en Cooperación Internacional en CTI, y Organización del XI Congreso Europeo sobre ‘Gender Equality in Higher Education and Research’, de carácter bienal, que se celebrará en Madrid en 2020.

Fuente: https://elderecho.com/constituido-observatorio-mujeres-ciencia-e-innovacion

Comparte este contenido:
Page 19 of 48
1 17 18 19 20 21 48