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ChatGPT, el terapeuta de las nuevas generaciones

Por: Mariana Sofía Jiménez Nájera

ChatGPT ha sido creado para brindarnos información en segundos, pero ¿terapia también? Conoce los aspectos positivos y negativos de utilizar esta herramienta en el ámbito de la salud mental.

ChatGPT ha sido el tema estelar últimamente, y no  por nada. Los artículos que vemos usualmente se relacionan a la redacción de correos electrónicos a través de prompts o la amenaza que representa a las escuelas por el plagio escolar; pero la plataforma también se ha infiltrado en el área de la salud mental.

ChatGPT es un chatbot de inteligencia artificial creado para interactuar con personas a manera de diálogo, el cual fue lanzado en noviembre del 2022. Es capaz de resolver problemas matemáticos, presentar información sobre un tema concreto o revisar códigos de programación, todo en cuestión de segundos.

Lo que llama la atención es que ahora existen usuarios que están utilizándolo como terapeuta, objetivo para el cual no fue desarrollado este programa. Aunque existen algunos aspectos benéficos para utilizarlo de esta manera, también hay ámbitos importantes a considerar.

Primeramente, ChatGPT es accesible todos los días, a toda hora; no hay necesidad de llamar a un consultorio, agendar cita, llegar al lugar y fecha acordada. El chatbot está disponible a solo unas cuantas teclas de tu computadora y estará listo para contestar instantáneamente, esto sin que esta tecnología se canse y sin tener un límite de tiempo que te avise cuando termine la sesión. Todo esto, desde la comodidad de tu hogar.

También, el chatbot puede ser un portal para aquellas personas que necesiten platicar temas sensibles sin revelar su identidad, creando un espacio para desahogarse y sentirse escuchados (o leídos, en este caso) anónimamente. Además, realizar una cuenta en ChatGPT es totalmente gratuito (por ahora).

A pesar de la gran accesibilidad que tiene esta herramienta, debemos considerar que no hay un responsable directo ni un control sobre la calidad del contenido que otorga a sus visitantes. “Aunque alguien encuentra la tecnología útil, eso no significa que los esté guiando en la dirección correcta”, comenta Margaret Mitchell, directora científica de ética para Hugging Face. Lo que significa que, aunque la persona se sienta cómoda con las respuesta de este chatbot, lo más probable es que no le esté otorgando el diagnóstico y tratamiento que un verdadero profesional le brindaría.

Otro aspecto en qué pensar es en que a final de cuentas, ChatGPT es una inteligencia artificial basada en algoritmos y que ha sido entrenada por un grupo de personas para informar. Este carece de emociones complejas y experiencias humanas, lo que puede ocasionar malentendidos y no tener una comprensión acertada que se si se puede mantener en una conversación con otra persona.

Además de que este chatbot, aunque tenga la habilidad de guardar conversaciones pasadas, no tiene manera de darle continuidad a sesiones anteriores como lo haría una persona real, haciendo que el usuario tenga que repetir todo de nuevo en caso de que decida utilizarlo continuamente. Adicionalmente, y como en todo ámbito que tiene que ver con nuestra privacidad y seguridad en internet, es probable que tus conversaciones sean vistas por los operadores de OpenAI, creadores de ChatGPT, y tu información sea utilizada para continuar entrenando al chatbot.

Sin duda alguna, la inteligencia artificial todavía tiene un largo camino que recorrer en el sector de la salud mental; y aunque el desarrollo de la tecnología es sumamente avanzado, todavía existen retos y detalles que afinar para que pueda utilizarse correctamente y de la mejor manera.

Empero, con la situación actual de casi 800 millones de personas sufriendo de alguna enfermedad mental en todo el mundo, el desarrollo de estas tecnologías serán un gran paso para aquellos que no tienen acceso a los recursos apropiados para atenderse.

En el marco del mes de la salud mental, es importante recalcar que mientras que ChatGPT puede ser una herramienta que podemos utilizar para encontrar consuelo momentáneamente, nunca debe reemplazar la interacción que podemos tener con algún familiar o amigo; y mucho menos deberá reemplazar el lugar de un profesional. Recuerda, ¡no estás solo y no olvides cuidar de ti mismo!

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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Inteligencia Artificial: Mirada, Cuerpo, Existencia

Por: Juan Di Loreto

Tanto nos detenemos en las palabras y olvidamos que la imagen del mundo es lo primero que nos constituye. John Berger lo había dicho: empezamos viendo. Venimos al mundo mirando, nos ven, descubrimos que podemos ser vistos, es decir, que hay un otro que ve como nunca nos veremos. Ojos y espejos por todos lados.

La imagen es una de las voces del silencio (parafraseo al gran Merleau-Ponty) que tenemos desde que somos arrojados a la existencia. La imagen que tan fácil se la degrada es nuestro primer modo de ser en el mundo. Somos una mirada sin palabras. Si empezamos a decir es porque hemos visto antes; incluso los ciegos, que ven con sus manos, que escuchan, que sienten en el paladar el gusto del mundo ya están viendo antes de hablar.

Nuestra vista, nuestro cuerpo en el mundo y nuestra circunstancia. Un poco eso somos. Esa mezcla rara, indefinida entre lo que vemos, nos ven, decimos y nos dicen y la manera corporal de transitar la existencia. Todo eso nos hace. En su Fenomenología de la percepción Merleau-Ponty lo decía así: “La unidad de los sentidos, la unidad de los sentidos y la inteligencia, la unidad de la sensibilidad y la motricidad”. El esfuerzo del filósofo francés por mostrar lo que la razón y el lenguaje siempre separó: somos un cuerpo, es más: somos un cuerpo que piensa, y el acto de pensar no está disociado de lo corporal, ambos se implica de una forma fundante. Separar la mente del cuerpo es un viejo truco facilista que parece explicar poco.

La imagen que tan fácil se la degrada es nuestro primer modo de ser en el mundo. Somos una mirada sin palabras

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II

Ahora bien, ¿todo esto qué tiene que ver con la Inteligencia Artificial? Las IA nacen como una mente pura, un intelecto descarnado. Y como ser intangible tiene sustraída la mirada. No tiene mirada. Puede acceder a imágenes, buscadores, cámaras… La IA ve, pero ver no es lo mismo que mirar. Mirar es sentir, incluso en la forma más cursi del término. Cuando nos enamoramos solo tenemos ojos para el objeto de amor que se roba todas las miradas. O a veces nos pasa que entramos al lugar de siempre y sentimos que algo falta. La IA tiene el acceso, los datos que transforma en imágenes, pero eso, eso no es ver.

Sólo juega con palabras. Relaciona. asocia, conjuga, remite, responde. Siempre responde. Es su gran alquimia, siempre responder. Pero sobre todo no ve. Es decir que la IA no tiene una imagen del mundo. Cuando le decimos: “Voy a la casa de mis viejos” no recuerda la casa de sus padres, ni a Julio Sosa cantando, ni se pone contenta ni triste. Si la literalidad existe debe ser entender las palabras en su sentido más estricto. Pero eso no es escuchar. Es asociar y conjugar una familia de términos. Las palabras siempre nos implican en su vacilación, su temblor, en la reminiscencia posible.

Ese malestar es lo que le falta a las Inteligencias Artificiales. Porque las IA no tienen la incomodidad del cuerpo o la sombra del recuerdo de las cosas. Mirar para nosotros es ver quizás por última vez. La clásica conciencia de la finitud. La IA vive en el presente puro de los datos que posee, todos al mismo tiempo, en un mismo lugar esperando a ser asociados.

Las IA nacen como una mente pura, un intelecto descarnado. Y como ser intangible tiene sustraída la mirada. No tiene mirada

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III

Le pregunto a ChatGPT, la IA conversacional como las llaman, sobre el tema de la mirada.

-Una inteligencia artificial puede ver?

-En sentido literal, una inteligencia artificial no puede ver como lo hacemos los seres humanos, ya que no posee ojos ni un sistema visual biológico. Sin embargo, las inteligencias artificiales pueden procesar información visual a través de cámaras u otros sensores de imagen, y a partir de ahí analizar, interpretar y tomar decisiones basadas en esa información.

Leo y releo la respuesta cuando encuentro un typo de la propia IA: “como lo hacemos los seres humanos”. Tal como decía Derrida en El monololinguismo del otro: tengo una lengua que no me pertenece. Siempre es así. No podemos evadir lo que nos es dado -el nombre, la lengua materna, el lugar donde nacimos, los comandos que escribieron el programa, el algoritmo- y nos tropezamos con las palabras. Y de ese tropezar salimos nosotros.

Hace poco salió la noticia de que una IA resultó ser más empática que un médico en sus respuestas. Incluso muchos están comenzando a hablar de “Empatía Artificial”

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IV

La IA no es como nosotros, se entiende. No tiene cuerpo, no puede percibir en el sentido en que uno percibe. Lo que parece darle menos mundaneidad, como diría Heidegger. La mundanidad es estar en el mundo para nosotros, es ese conocimiento que tenemos por ser-en-el-mundo. Por el mero hecho de existir tenemos cierta sabiduría.

Ahora bien, la IA está ajena a todo ese saber que no podemos explicar. Explicar la existencia es como explicar un chiste. La obviedad que salta es que la IA necesita un cuerpo. Se parecen a esos ángeles que pululan por Berlín en el filme de Win Wenders. Escuchan pero no pueden tocar. Por eso para lograr la perfección que quieren los optimistas de la técnica, porque en esto también estamos o apocalípticos o integrados, la IA necesita desacomodarse.

Hace poco salió la noticia de que una IA resultó ser más empática que un médico en sus respuestas. Incluso muchos están comenzando a hablar de “Empatía Artificial”. Si ya el concepto de empatía era dudoso para algunos pensadores por sacarle el lugar al otro, asignarle esta característica a un ser programado para responder todo es confundir la satisfacción de una demanda (la pregunta humana) a la respuesta siempre disponible.

¿Por qué decimos esto? Porque hasta ahora confiamos en un ente que está sustraído de ese saber que todo ser humano tiene. Sabe pero no sabe. Puede escribir 200 páginas sobre las biromes azules, pero nunca tuvo una birome en la mano. Nunca se le secó, ni se le rompió la punta, ni tuvo que ponersela entre los dedos para darle calor para que vuelva a escribir. Lo que le falta es el tránsito de las cosas. Porque al fin de cuentas lo que tiene la IA es una completud que la vuelve ajena, extraña, como un juego de palabras en un baldío sin fin.

Fuente de la información e imagen:  https://panamarevista.com

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Consideraciones urgentes sobre inteligencia artificial y educación

Por: Mauro Jarquin 

El desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ha sido sobresaliente en los últimos años. Su expansión ha alcanzado también al sector educativo, donde se ha visto una vorágine de innovación acompañada por campañas publicitarias en torno a las grandes ventajas de la adopción tecnológica. Así, se ha buscado construir una narrativa en la cual la IA es esencialmente una herramienta que puede asistir a docentes y estudiantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje por medio de estrategias como la personalización y a la cual el profesorado puede delegar una amplia gama de responsabilidades, particularmente administrativas, que suelen requerir mucho tiempo para ser realizadas.

El anunciado desembarco de la IA privada en sistemas escolares del mundo ha generado gran interés en amplios sectores sociales y académicos, entre los cuales se ha expresado tanto confianza, respecto de las potenciales mejoras en la enseñanza y el aprendizaje, como escepticismo o franca preocupación, respecto de los efectos de la “aplicación” de dicha tecnología. Como efecto de ello se han organizado charlas y debates en los cuales se han discutido perspectivas sobre la IA y la educación.

Si bien dichos encuentros han resultado sumamente interesantes, hasta ahora la discusión ha versado principalmente en torno a las limitaciones estructurales y desigualdad en el acceso a tecnologías y a Internet, así como a preocupaciones de carácter instrumental, relativas a cómo incrementar nuestra productividad y aprovechar dicha tecnología. Se han discutido también ciertos riesgos asociados generalmente a su mal uso, plagio o sesgos contenidos en la IA generativa.

Comúnmente, la IA en educación se da por sentada, como si no tuviera historia o contexto. Además, se presenta como si fuera una herramienta lista para ser utilizada a placer por sus usuarios. No se le considera en tanto articulación técnica, condicionada históricamente y con la facultad de generar efectos en quienes la emplean. Una tecnología productiva no sólo de contenido académico útil y “accesible”, sino también de nuevas sociabilidades en el campo educativo.

Es importante considerar al menos tres problemáticas vinculadas al desarrollo histórico de la IA en educación:

Datificación digital alude al proceso mediante el cual la realidad educativa se transforma en grandes volúmenes de información que es procesada por máquinas (datos), lo cual permite a la IA realizar tareas como cálculos, proyecciones, diagnósticos, etcétera. Dado que la compleja realidad cotidiana debe ser estudiada por máquinas, la datificación conlleva también simplificación. Si bien la generación de datos educativos se puede efectuar de distintas formas –como las pruebas estandarizadas a gran escala, entre las cuales PISA es sobresaliente–, el uso de plataformas y software en educación incrementa sustancialmente la capacidad de obtener información. La recolección de dichos datos debe ser constante. Con ello, las escuelas funcionan como minas de datos y el ejercicio educativo se torna en práctica extractiva que puede beneficiar a las grandes empresas dueñas de las “herramientas” digitales.

El asunto del poder resulta crucial cuando hablamos de estructuras digitales, plataformas y formas de IA. Esto se da, cuando menos, en tres sentidos: a) todas esas expresiones constituyen sistemas sociotécnicos que reorganizan distintos procesos educativos, curriculares, de gestión y evaluación. Las estructuras digitales, y la propia IA, condicionan tanto la interacción digital de los usuarios, como los resultados de investigación; b) la tecnología, particularmente la IA generativa, conlleva implicaciones ideológicas que se expresan en forma de “sesgos” en los textos que producen. Distintos productos de IA generan resultados definidos políticamente, tal como han mostrado estudios sobre los posicionamientos de Google Bard y Chat GPT de Open AI sobre la guerra entre Rusia y Ucrania; c) por otro lado, la datificación educativa es un ejercicio de poder, dado que construye un campo de acción en el cual actores como burocracias y empresas pueden posteriormente intervenir desde fuera por medio de dispositivos de política con el objetivo de modular comportamientos y obtener beneficios.

Finalmente, la expansión del capitalismo digital constituye el contexto del impulso de la IA en el sector educativo. A ello responde también la abierta competencia entre Google y Microsoft respecto de la provisión de IA para educación. Lo anterior conlleva al menos dos implicaciones: a) creación de enclaves de rentabilidad privada en el ámbito de la educación pública, por la vía de comercialización de productos de IA, lo cual podría conducir a otro ciclo de privatización educativa; b) un uso de IA en educación enfocada prioritariamente en la formación de capital humano, ahora asociado a los requerimientos de la cuarta revolución industrial.

Ante el entusiasmo por la transformación digital de la educación resulta sugerente mantener una distancia crítica que permita a comunidades educativas, profesorado, estudiantes y familias conocer y discutir sus aristas y tensiones internas. Así, podremos tener mayor claridad en torno a la construcción/consolidación de proyectos educativos de actualidad que sean capaces de atender las necesidades educativas del siglo XXI sin ceder el control de la educación a actores ajenos.

Luchar por una educación crítica y democrática en el siglo XXI conlleva superar el fetichismo tecnológico. Así, antes de invitar sin discusión a docentes y escuelas a “modernizarse”, es importante considerar la compleja circunstancia histórica de la IA, así como las potenciales implicaciones (favorables o no) de su uso respecto a las actividades educativas cotidianas.

* Profesor FFL-UNAM

Twitter: @MaurroJarquin

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República Dominicana: Profesor, usted no sabe de eso. Mejor pregúntele a Merejo

América Central/República Dominicana/19-05-2023/Autoría: GERARDO ROA OGANDO/Fuente: acento.com.do

Nuestro autor observa diferentes formas en que la sociedad ha vivido transida, concepto que conceptualiza como “abatimiento, preocupación, angustia, miedo, tristeza, intranquilidad en lo económico, en lo político y en lo social”, etcétera (pág. 65).

Decenas de artículos nacionales e internacionales se están publicando sobre los avances de la llamada inteligencia artificial. Algunos de esos textos muestran cierto rechazo a lo inevitable. Otros muestran resentimientos ante dichos avances y se atreven a predecir un final catastrófico para la humanidad, final motivado por la inteligencia artificial. Con estas actitudes los articulistas radicalmente escépticos ignoran que existe un discurso sobre el cibermundo que merece ser leído antes de opinar, discurso que en nuestro país ha sido merecedor de un premio nacional de ensayo científico, cuyo autor es el más importante exponente del tema en la región del Caribe, el filósofo nuestro, Andrés Merejo (PhD).

Recientemente, nuestro autor publicó, en la Academia de Ciencias de la RD, el libro, Cibermundo transido: Enredo gris de pospandemia, guerra y ciberguerra (2023).Se trata de un ensayo de cuatro capítulos que de forma íntegra constituye una muestra del producto reflexivo del pensamiento de su autor, quien ha observado con ojo crítico cada uno de los conceptos que viene publicando desde hace más de veinte años. Por eso, ese libro, a mi juicio, es sólo un estadio dentro del sistema-discurso que este sagaz investigador dominicano ha construido sobre la base de lecturas y observaciones asiduas al fenómeno que con el correr del tiempo ha convertido en objeto de su reflexión.

No es para menos. Andrés Merejo creció en tiempos en que las dos grandes superpotencias mundiales; entiéndase, Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; protagonizaron la llamada Guerra fría, en tanto lucha ideológica y discursiva, posterior a la Segunda Guerra Mundial, que buscó la imposición a nivel planetario de un único sistema de gobernanza, es decir, capitalismo, versus comunismo, respectivamente, en lo económico, en lo político y en lo social.

Si bien para aquel entonces no era posible hablar de ciberguerra, la observación que hace Merejo de las principales guerras, pestes y descubrimientos tecnológicos que han pintado la historia de la humanidad, especialmente durante el siglo XX, constituye un insumo importante para la elaboración de su propio discurso, el cual también es el resultado de sus años de vida en los Estados Unidos.

Sabemos de fuente primaria que en 1984 Andrés Merejo, en plena Guerra Fría, protestó frente al Capitolio junto a su hermano Jesús Merejo y a su cuñada Edita González, en contra del proyecto armamentista y nuclear que estaba propulsando el presidente Ronald Reagan. Con esa manifestación, nuestro autor evidenció, desde su juventud, un alto sentido de compromiso social y humano, testimonio que ha quedado impreso en las páginas que integran este interesante libro.

El libro Cibermundo transido es un análisis crítico del discurso de la guerra y de la ciberguerra. No es una mera descripción de los significantes y otros elementos periféricos a la expresión de la realidad cibermundo.

La firma del Tratado de Washington, materializada el cuatro de abril de 1949, con la que se dio forma a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y que inicialmente estuvo compuesta por Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido y Estados Unidos no es ignorado por nuestro autor, como tampoco lo es el desaparecido Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua, conocido popularmente como pacto de Varsovia, cuya firma tuvo lugar el 14 de mayo de 1955. Asimismo, nuestro autor fue testigo de la disolución de la URSS, sus principales causas y consecuencias, así como de las diferentes estrategias bélicas usadas por las grandes potencias en sus luchas por el control planetario, en desmedro del ser humano y de su hábitat.

En su obra, Merejo observa con preocupación cómo pese a los avances científicos las grandes potencias de la humanidad han vivido históricamente de crisis en crisis, generada por las guerras, las pestes y, sobre todo, por la falta de compasión y altruismo que sobrepasa la expresividad propia de un mero discurso ético. “No parecen aprender de lecciones del pasado, sino que están repitiendo conductas y formas de pensamientos totalitarios que se consideraban superados”, afirma Merejo.

Nuestro autor observa diferentes formas en que la sociedad ha vivido transida, concepto que conceptualiza como “abatimiento, preocupación, angustia, miedo, tristeza, intranquilidad en lo económico, en lo político y en lo social”, etcétera (pág. 65). En ese sentido, la historia de la humanidad parece otorgarle la razón a don Andrés Merejo.

El libro Cibermundo transido es un análisis crítico del discurso de la guerra y de la ciberguerra. No es una mera descripción de los significantes y otros elementos periféricos a la expresión de la realidad cibermundo. Tampoco es un desahogo ante la impotencia de no comprender los tiempos actuales, grises y confusos. Todo lo contrario, se trata de un discurso que todo el que se sienta inquieto por los avances de la tecnología de última generación (Incluyendo los diferentes modelos de la llamada inteligencia artificial) debe leer, antes de arriesgarse a asumir posturas que denoten resentimientos sobre nuevas realidades que deberían ser aprendidas e integradas al quehacer educativo de los docentes y estudiantes.

Gerardo Roa Ogando en Acento.com.do

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/cultura/profesor-usted-no-sabe-de-eso-mejor-preguntele-a-merejo-9199991.html

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Inteligencia Artificial y educación

Por:  Eduardo Backhoff Escudero

 

El lanzamiento del programa ChatGPT (Chat Generative Pre-trained Transformer) ha causado un gran asombro mundialmente. “Chat” se refiere al diseño para interactuar con los usuarios a través de conversaciones en línea. “Pre-trained” significa que el sistema se entrenó previamente con una gran cantidad de datos para comprender el lenguaje natural y responder coherentemente. Y “Transformer” se refiere a la arquitectura de red neuronal que permite procesar y generar textos de manera eficiente. Este programa es producto de la Inteligencia Artificial (IA), que utiliza algoritmos y modelos matemáticos complejos para tratar de imitar la forma en que el cerebro humano funciona. La IA puede entrenarse para realizar ciertas tareas; a medida que se le da más información y entrenamiento, se vuelve más inteligente y puede realizar tareas más complejas.

La IA se puede dividir en dos grandes tipos. La IA-débil se enfoca a resolver problemas específicos en una variedad de campos, como la medicina. Por ejemplo, se le puede entrenar a reconocer imágenes de alteraciones morfológicas para identificar tempranamente algún tipo de enfermedad, como el cáncer. Por otro lado, la IA-fuerte se enfoca en crear sistemas inteligentes que puedan “pensar y aprender” como lo hacen los seres humanos; no obstante, este tipo de IA aún no está suficientemente desarrollado.

En el campo educativo, la IA tiene un gran potencial. Al estudiante le ayudará a: personalizar su aprendizaje de acuerdo con sus necesidades; recibir retroalimentación sobre su desempeño académico de forma inmediata; identificar sus progresiones de aprendizaje; contar con herramientas para superar las barreras de las necesidades especiales; contar con recursos didácticos para aprender fuera de la escuela. A los docentes les facilitará: buscar y organizar información sobre un tema en particular; sintetizar los aspectos esenciales de un texto complejo; traducir textos en cualquier idioma; elaborar presentaciones didácticas de todo tipo; formular preguntas claves sobre un tema; automatizar actividades rutinarias escolares. A las autoridades educativas les ayudará a: conocer el avance de los alumnos en tiempo real; identificar tendencias de aprendizaje de los grupos de estudiantes; conocer patrones de desempeño y comportamiento de los estudiantes, que permitan detectar temporalmente posibles fracasos escolares y abandono escolar; planificar programas y políticas basadas en evidencias.

Sin lugar a dudas, el arribo de la IA cambiará el mundo tal y como lo conocemos. Por ello, en un futuro cercano, la IA será una competencia muy importante en el mercado laboral. La incorporación de la IA en los sistemas educativos ayudará a los estudiantes a desarrollar habilidades importantes para el siglo XXI, como la solución de problemas, la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la comunicación. Los sistemas de IA pueden simular situaciones del mundo real y desafiar a los estudiantes a resolver problemas complejos utilizando un enfoque basado en datos. En síntesis, la IA ayudará a preparar a los estudiantes a trabajar en un mundo cuyo desarrollo depende cada vez más de la integración de la ciencia, la información y la tecnología.

Por desgracia, el gobierno cuatroteísta no parece estar interesado en el uso de este tipo de tecnología en el área educativa; al menos, eso se puede deducir de la propuesta curricular y libros de texto gratuitos de la Nueva Escuela Mexicana. Ésta no solo no toma en cuenta a la IA, sino que ni siquiera hace alusión a las tecnologías digitales más conocidas: ni como objeto de estudio de los alumnos, ni como instrumento pedagógico de los docentes. El proyecto educativo de México, lejos de mirar hacia el futuro (que ya nos alcanzó) voltea a ver al pasado de la educación socialista (de hace casi un siglo), para resucitarla en una versión trasnochada en el que se enarbola una bandera nacionalista, anticolonialista, neo marxista, regionalista, etnocéntrica y comunitaria. En esta visión educativa se estigmatiza la aspiración (motivación) y el esfuerzo (trabajo) individual de los estudiantes, necesarios para superarse y lograr tener éxito como persona y profesionista; valores que se asocian con el modelo “educativo neoliberal”. Lo mismo pasa con los avances científicos y tecnológicos que, en su opinión, tienen como fin último controlar a las mayorías y beneficiar a los más poderosos. Desde esta perspectiva, la IA no está en la mira del Sistema Educativo Mexicano, con lo que se pierde la oportunidad de modernizarla.

Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A.C.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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El paradigma neocolonial de la reforma y los aprendizajes desechables

Por: Darío Balvidares

Un paradigma embriagado en las lógicas instrumentales de la eficiencia motoriza su marcha hacia el objetivo de la performatividad económica de lxs estudiantes, lo que se traduce en la construcción de sujetos empleables como finalidad última de la educación escolar.

La tarea más básica de la producción de conocimiento ha sido y es la pregunta, el cuestionamiento más básico y más perspicaz por el cual no sólo vamos descubriendo el mundo desde las niñeces, sino que es la mayor interpelación de la filosofía: ¿Por qué?

Las respuestas, no siempre explícitas y casi nunca verdaderas, que nos ofrece el sistema capitalista y su versión cultural neoliberal, es que hay una necesidad de reformar la escuela (educación), porque el mundo cambia vertiginosamente y hay exigencias y nuevas demandas. Eslogan que, probablemente, haya salido de la publicidad de alguna gaseosa oscura e hiperglucémica, ha tomado forma política y todo el arco ideológico partidario y/o frentista del establishment lo ha utilizado para pasar por amigo del futuro, pero esencialmente como señal inequívoca de su “pertenencia” a las políticas neocoloniales impulsadas desde el poder global.

¿Acaso los cambios se justifican por sí mismos?

No sólo se trata de decirle “sí” al FMI, también hay que reafirmar la posición neocolonial y decirle “sí” a la reforma educativa de la OCDE, el Banco Mundial, la UNESCO y a todo el proceso de ongeinización (ecosistema de poder formado por ong y fundaciones) parasitario para la entrada empresarial al universo educativo.

El mundo cambia vertiginosamente y hay exigencias y nuevas demandas, eslogan parcialmente cierto. El mundo se debate en una crisis ecológica ambiental sin precedentes; los 10 hombres más ricos poseen más riqueza que el 40 % más pobre de la humanidad, dos de los problemas más acuciantes de la coyuntura actual. Pero la reforma economicista de la educación no sólo no tiene entre sus contenidos de “educación financiera” esa terrible injusticia como problema fundacional de la generación de pobreza, como tampoco se presenta la crisis ecológica del planeta como un problema del modo de producción capitalista. Lo que esboza, por lo menos a priori, que el pensamiento crítico, que como veremos es una de las capacidades blandas enunciadas por los reformadores, será tomado o como un mero juicio de valor (me gusta / no me gusta).

¿Cuáles son los factores de cambio a los que se refiere el eslogan del paradigma reformista?

Por supuesto, la respuesta automatizada será: la tecnología. Pero la tecnología no opera sola… ¡Ya sé! Me van a decir que la Inteligencia Artificial (IA), llegó para quedarse y uno de sus subconjuntos es el  Aprendizaje Automático (AA), con intervención humana mínima, según la definición explícita del oráculo de Google; pero lo que suscita la sospecha no es la discusión sobre las posibilidades reales de la IA en sus formas de AA (cuestionado en su conducta epistemológica por el pensador Noam Chomsky), sino que la reforma economicista de la educación esté tomando ciertas premisas del modelo tecnológico del AA para la construcción de los sujetos empleables, adaptables y flexibles del siglo XXI y una de esas premisas llevadas al aula sería la intervención docente mínima (facilitadores).

La eficiencia educativa no requiere del conocimiento, en el sentido de la importancia que adquieren los saberes académicos en el desarrollo de la inteligencia, sólo de un canon de aprendizajes que puede ir fluctuando en consonancia con los intereses del mercado, pero que tendrá su focalización en el desarrollo de lo que dieron en llamar la “capacidades”, lo que los organismos internacionales habrían denominado, “enfoque por competencias” tomando como modelo lo requerido por el mercado empresarial.

No es novedad que el esfuerzo reformista es asimilar el modelo escolar al modelo empresarial, en cuanto a la disponibilidad de sus atributos y sus estrategias para afianzar la construcción subjetiva en función de la empleabilidad, de manera que la escuela diseñe los actuales y futuros empleados que el mercado requiere y requerirá en función de la productividad y la competitividad.

Las habilidades y competencias que necesita el mercado para funcionar de manera eficiente tienen una suerte de canon bastante preciso en términos generales, que es asimilado sin filtros por el creciente proceso de estandarización de la “enseñanza” y el agrupamiento de “saberes” en modelos de “aprendizaje” a través de las reformas curriculares.

Una de las preguntas, volviendo al principio de esta nota, es ¿por qué el modelo de educación por competencias ingresa como el paradigma de la educación para el siglo XXI, sin ningún tipo de reparos en quienes ejecutan la política educativa, sin siquiera poner en duda su aplicación y los efectos que puede causar en las actuales y futuras generaciones “adiestradas” en el modelo del enfoque por competencias o capacidades medibles?

¿Acaso no se lo plantearon como problema? ¿No mueve a ningún tipo de sospecha que la educación de lxs estudiantes se reduzca a medir un conjunto de capacidades?

A semejanza del Aprendizaje Automático donde se “capacitan a las máquinas para que realicen tareas específicas y entreguen resultados precisos (…) el AA tiene un alcance limitado de aplicaciones (…) usa algoritmos para producir modelos predictivos…

Cuando docentes y estudiantes cuestionan el modelo educativo que se viene implementado con las sucesivas reformas focalizadas, lo hacen porque sienten el utilitarismo inherente al modelo por capacidades o competencias. Porque esas “capacidades” son las que se evalúan en las pruebas estandarizadas, a eso llaman educación basada en resultados y esos resultados deben ser “precisos”, es decir que el objeto del aprendizaje por competencias es la aplicación, no el pensar, ni la explicación. Las competencias se miden en la instancia predictiva de un resultado determinado, pero no explicado.

Estamos frente a la mercantilización de un conjunto de saberes transformados en “aprendizajes prioritarios” para los que se necesita el adiestramiento en el desarrollo de ciertas capacidades, que coinciden con las llamadas “habilidades del siglo XXI”, incluso pueden variar y/o ampliarse o agruparse,  porque sus límites y alcances son difusos, pero éste es el canon que se impone como la receta para la empleabilidad de manera de hacer más competitivas y productivas  las empresas: “Trabajo en equipo”; “Comunicación”; “Manejo del tiempo”; “Resolución de problemas”; “Creatividad (enfocada a la innovación tecnológica y la resolución de problemas)”; “Liderazgo”; “Organización”; “Inteligencia emocional”; “Toma de decisiones”, entre otras.

De esta manera el nuevo “trabajador” se prepara para competir en el mercado, invirtiendo, a través de la “educación”, en el fortalecimiento de sus competencias para desarrollar una trayectoria laboral exitosa en la incertidumbre de un mundo cambiante. Esta es la afirmación de los apologistas del modelo.

Los documentos sobre el enfoque educativo por capacidades replican las mismas recetas, hablando de trayectorias escolares exitosas, donde los contextos sociales y económicos son obviados y la responsabilidad por el éxito o el fracaso sólo se circunscriben a la escuela y al plano individual.

Es decir que la educación, según el paradigma, se resume en lograr sujetos consumibles por el mercado, lo que se llama, en otras palabras, el capital humano.

Un breve recorrido documental nos despeja cualquier duda sobre el rumbo y los objetivos del paradigma educativo que tiene más de 50 años desde las primeras conceptualizaciones sobre la “importancia” de “aprender a aprender” y “aprender durante toda la vida”.

El objetivo del Programa de Educación 2030, explicado en el documento, “El trabajo de la OCDE sobre Educación y Competencias” tiene por objetivo “identificar los conocimientos, competencias, actitudes y valores que los alumnos necesitarán adquirir para tener éxito en el siglo XXI”, no necesitamos explicar otra vez lo que la misma OCDE afirma.

Hasta ahí el tono de advertencia para lograr el “éxito”, palabra que suele ser aceptada con mucha liviandad, puesto que la educación queda subordinada a “adiestrar” seres humanos para el “éxito económico” de la máquina corporativa mundial, para la cual los países son reservorios seguros desde el momento que subsumen sus políticas educativas al proyecto global, como viene ocurriendo.

El mismo documento OCDE, explica los momentos en que se divide la acción del programa y en una primera fase se deben “abordar cuestiones relacionadas con los planes de estudios, como es la sobrecarga curricular” y en una segunda fase, se recomienda a los países identificar “los tipos de profesores que mejor puedan apoyar el desarrollo de esas capacidades, así como las mejores maneras de gestionar el cambio en las pedagogías, evaluaciones y entornos de aprendizaje”.

De esta forma el proyecto global de estandarización educativa se encamina a “rediseñar la educación con el objetivo de mejorar la empleabilidad”, así como el programa sobre “El futuro de las competencias: entender las implicaciones educativas entre la IA y de la Robótica, analiza cómo las computadoras transformarán la demanda de competencias y los requisitos educativos del mercado de trabajo en las próximas décadas”.

Pocas líneas del documento OCDE nos ilustran sobre el proceso de “biocontrol” puesto en marcha desde el asalto global de los sistemas educativos. Muchas de las conceptualizaciones esgrimidas en esas breves citas están reproducidas en documentos vernáculos del Consejo Federal de Educación (CFE) y puestos en marcha en el adiestramiento de estudiantes, docentes, directivos y supervisores.

En el documento del CFE de la secundaria 2030, “Marco nacional de integración de los aprendizajes: hacia el desarrollo de las capacidades” se establece “…la importancia de organizar el curriculum, la enseñanza y la evaluación en torno a un conjunto de capacidades consideradas centrales: resolución de problemas, pensamiento crítico, aprender a aprender, trabajo con otros, comunicación y el desarrollo de niveles crecientes de competencia digital”.

Pero no sólo se trata de la secundaria y sus reformas como “secundaria 2030”, “nueva escuela secundaria”, “secundaria del futuro” , estos dos últimos son los títulos en Ciudad de Buenos Aires, a lo que se suma la reforma curricular en el educación primaria, con un falso debate que aparece plagado de los mismos tics ya organizados y decididos, pero presentados en un Informe que funciona como “democratizador” y de “consenso” de distintas áreas del quehacer escolar y segmentos sociales, “Hablemos de educación, la escuela que queremos”.

Entre los puntos destacados del Informe, por supuesto las coincidencias están en que las cuestiones prioritarias tienen que ver con que lxs estudiantes tienen que aprender “adaptarse permanentemente a situaciones nuevas”; “incorporación de la tecnología en todas las áreas”; “importancia de formar capacidades a diferencia de transmitir conocimientos puntuales”; “las dificultades en el aprendizaje de Matemática y Comprensión lectora”; “la mayoría de los/asconsultados/as cree que el desarrollo de capacidades, tales como el pensamiento crítico, el trabajo en equipo, la creatividad, la inteligencia emocional, la adaptación de cambios, etc. deben ser prioritarias”.

Como vemos no parece haber ninguna diferencia con lo ya postulado por la OCDE o el CFE, que replica los mismos conceptos y el Informe jurisdiccional de la Ciudad de Buenos Aires, para la reforma curricular en la escuela primaria, que no difiere conceptualmente de lo realizado en la secundaria.

En el informe, entre otros conceptos resaltados, una de las conclusiones afirma que “El mundo anterior ya no existe, hay que cambiar, adaptarse a las tecnologías”.

No olvidemos que estamos hablando de un informe para realizar la reforma curricular del nivel primario, y un resaltado que funciona como idea fuerza, bajo la apariencia de un eslogan publicitario, niega el pasado y afronta la tecnología como un futuro al que debemos adaptarnos. No son livianas esas conceptualizaciones, porque proponen y proyectan un mundo organizado por tecnócratas con los servicios digitales instrumentados para el control biosocial. Tal vez, en función de prototipo para esas prácticas, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires instaló cámaras en algunas escuelas.

En la síntesis final se destaca que “…busca disminuir la sobrecarga de contenidos”, tal como dice el documento de la OCDE en relación a la “la sobrecarga curricular”. También concluye en la revisión de los tiempos y el estrecho vínculo con la tecnología.

Este breve recorrido por ideas, conceptos y relaciones intenta ser una muestra más de cómo la pedagogía de la obediencia y la colonialidad del poder se ponen de manifiesto en la aplicación acrítica del paradigma reformista de la educación, porque establece un “error epistemológico”, como dice la filósofa Angélique Del Rey: “Los ideólogos de las competencias no ignoran que el sujeto del aprendizaje es el estudiante, pero desconocen que la subjetividad de este aprendizaje es la inteligencia de ese mismo estudiante, y que la educación consiste precisamente en el desarrollo de esa inteligencia y de todas sus facultades. Por el contrario, la educación por competencias no se orienta al desarrollo de la inteligencia del estudiante, sino más bien y más directamente a determinados ejercicios y desempeños, usos y funciones de dicha inteligencia.

El “error epistemológico” es un cambio de clave en el que la educación no es para el desarrollo intelectual del estudiante, sino para el adiestramiento en el manejo de un conjunto incierto e indefinido de capacidades cuya obsolescencia es su principal cualidad, justamente por aquello del “mundo cambiante”.

Fuente: https://tramas.ar/2023/05/05/el-paradigma-neocolonial-de-la-reforma-y-los-aprendizajes-desechables/

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Venezuela – Economía Digital: Nuevas Habilidades y Destrezas Digitales

Economía Digital: Nuevas Habilidades y Destrezas Digitales

Glorys Solano Ramos¹

Correo: blmaturin.glorys@gmail.com

RESUMEN

La actual ola de la llamada economía digital mediada a través del internet, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), han abierto un sin número de posibilidades a nivel laboral con la creación de nuevos cargos o favoreciendo el emprendimiento, hechos que exigen nuevas formas en el hacer y adecuaciones del conocimiento en este sentido. Es por ello, que los diferentes niveles del sistema educativo requieren un acomodamiento a estas nuevas exigencias laborales, de manera particular a nivel universitario, a fin de coadyuvar con la generación de habilidades y destrezas requeridas en el talento humano, para hacer frente a puestos de trabajo en donde el dominio de ciertos contenidos debe ser reforzado con experiencias técnicas específicas, con la particularidad de que ello debe estar imbuido en un proceso de formación permanente, pues la dinámica constante y avances de la ciencia, la tecnología y las TIC, entre otros saberes influyentes de la economía digital, requieren de una actualización constante de las habilidades cognitivas y destrezas técnicas. Por lo que el propósito de este artículo, describe la necesidad de potenciar las habilidades y destrezas basadas en la economía digital. Al respecto, la innovación en educación universitaria, asegura que los contenidos y las tecnologías sean sostenibles y consistentes con el diseño de una enseñanza orientada a la economía digital en donde la universidad vincula la economía basada en los avances y aplicaciones digitales en relación al proceso de enseñanza y aprendizaje universitario.

 

PALABRAS CLAVE: Destrezas, Economía digital, Educación universitaria, Habilidades, TIC.

 

Digital Economy: New Digital Skills And Skills

Glorys Solano Ramos¹

Email: blmaturin.glorys@gmail.com

ABSTRACT

 The current wave of the so-called digital economy mediated through the internet, information and communication technologies (ICT), have opened up countless possibilities at the labor level with the creation of new positions or favoring entrepreneurship, facts that demand new forms in doing and adaptations of knowledge in this sense. For this reason, the different levels of the educational system require an accommodation to these new labor demands, particularly at the university level, in order to help with the generation of abilities and skills required in human talent, to face job positions. work where the mastery of certain contents must be reinforced with specific technical experiences, with the particularity that this must be imbued in a process of permanent training, since the constant dynamics and advances of science, technology and ICT, among other influential knowledge of the digital economy, require constant updating of cognitive skills and technical skills. Therefore, the purpose of this article describes the need to enhance skills and abilities based on the digital economy. In this regard, innovation in university education ensures that the contents and technologies are sustainable and consistent with the design of a teaching oriented towards the digital economy where the university links the economy based on advances and digital applications in relation to the process of university teaching and learning.

 

KEY WORDS: Skills, Digital economy, University education, Skills, ICT.

 

INTRODUCCIÓN

 

En las últimas décadas se ha escuchado hablar de una revolución a nivel de las etapas del proceso económico denominado economía digital, es decir, en los procesos de producción de bienes y servicios, así como en su comercialización y consumo, término utilizado por primera vez por el profesor Don Tapscot a mediados de los años noventa para referirse a un nuevo tipo de economía basado en el conocimiento y que transformaría la economía mundial en razón del uso de la internet, este concepto ha evolucionado y en la actualidad se conoce como un nuevo modelo que se caracteriza por el uso intensivo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y la interacción de estas con el internet, produciendo una transformación digital en las empresas.

Sin embargo el presente artículo tiene como propósito aportar a la reflexión sobre el necesario desarrollo de habilidades cognitivas y destrezas tecnológicas, a promover desde la educación universitaria, así como la valoración de su incidencia en la incorporación y actualización del talento humano al mundo laboral en el siglo XXI.

 

La Economía Digital, Impacto Formativo y Laboral.

Los tiempos actuales demanda a la sociedad mundial y a las economías para hacerlas productivas, el desarrollo de habilidades y destrezas en los futuros profesionales que permitan el uso y aplicación eficiente de las Tecnologías de la Información y la comunicación (TIC), al respecto Aarón Olmos, economista, refiere que “la economía digital es mucho más que comercios y medios de pago electrónicos”. En palabras de Gonzále en su artículo “Economía Digital en Venezuela”, indica:

La Economía Digital supone e implica la aplicación de nuevas tecnologías, así como servicios de TIC, de forma transversal, a lo largo de diversos sectores económicos, permitiendo crear nuevos productos tanto en industrias tradicionales como aquellas de las TIC; reducir los costos de industrias tradicionales; reconfigurar la organización industrial de sectores así como la organización empresarial; reducir tiempos de diseño y lanzamiento de productos; crear nuevos modelos de negocio; revalorización de ecosistemas digitales; poner en práctica nuevas estrategias de precios y de discriminación; explotar efectos de red significativos socialmente valorados; inclusión financiera; acceso a información, entretenimiento y educación, etc. [Documento en línea].

Al respecto, se puede decir que en la cotidianidad estamos inmersos en la “Economía Digital”, más aún no se empleaba este término para realizar y desarrollar actividades, operaciones y tareas a través de aplicaciones basadas en la tecnología digital, apoyadas a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) e internet, algunos mencionan solo las TIC, otros redes, internet, más sin embargo, se emplean todas de manera integral, al realizar una compra y emplear un punto de venta, al enviar un correo electrónico, hacer un pago inmediato por mensajería de texto o utilizar aplicaciones instaladas en el celular, crear una tienda virtual, así como también cuando los docentes emplean un sistema de control de estudios para cargar las calificaciones y generar las actas definitivas. Cobo, J, (2009), afirma que las T.I.C son:

Dispositivos tecnológicos (hardware y software) que permiten editar, producir, almacenar, intercambiar y transmitir datos entre diferentes sistemas de información que cuenten con los protocoles comunes. Estas aplicaciones, que integran medios de informática, telecomunicaciones, y redes, posibilitan tanto la comunicación y colaboración interpersonal (persona a persona) como la multidireccional (uno a muchos o muchos a muchos). Estas herramientas desempeñan un papel sustantivo en la generación, intercambio, difusión, gestión, y acceso al conocimiento. [Documento en Línea].

En referencia a lo anterior las T.I.C permiten la edición, procesamiento, almacenamiento, transmisión de datos a través de dispositivos tecnológicos tales como (hardware y software) con el único propósito de transmitir la información a gran escala local, regional, nacional e internacional promoviendo el intercambio de conocimientos y potenciando la actividad organizacional y de la sociedad en general.

En atención a lo que se ha descrito con respecto al uso de las TIC e interacción con el internet y de cara al mundo laboral, esta nueva economía genera nuevos puestos de empleo e ilimitadas oportunidades de proyectos dirigidos a actividades de emprendimientos, pequeñas y medianas empresas, es allí donde la educación juega un papel importante, debido a que, este tipo de actividades demanda tener ciertos conocimientos, habilidades y destrezas, en otras palabras, capacidades laborales adecuadas a estas nuevas exigencias del entorno. Joseph Aoun, presidente de Northeastern University Boston:

Reflexiona sobre el papel de la educación en un mundo marcado por la transformación digital y la inteligencia artificial. En un mercado laboral en el que muchos puestos de trabajo desaparecerán o cambiarán, Aoun considera tres pilares fundamentales para la educación en este contexto: no solo manejar la tecnología sino también potenciar las capacidades humanas que nos diferencian de las máquinas; la educación experiencial, relacionando el aprendizaje con el mundo real; y ante todo la formación continua. Debemos reinventarnos y reeducarnos constantemente para poder adaptarnos a los nuevos tiempos. [Documento en línea].

Es por ello, que la economía digital tiene una connotación importante en el desarrollo cognitivo que requiere formarse, para aprovecharla, apropiándose del conocimiento. Enriquecer, fortalecer las habilidades y destrezas virtuales necesarias para el manejo idóneo de esta realidad implícita, que sin duda algunas han transformado los modos de trabajar incluyendo el quehacer diario de las personas. Sin embargo, se podría decir que sigue existiendo debilidades en el talento humano (trabajadores, trabajadoras, profesores, facilitadores, estudiantes, egresados) que asuman el desafío que emergen desde las áreas de la informática, la robótica, la inteligencia artificial, la biotecnología, entre otras. Flores, A (2021):

El cambio tecnológico ha traído consigo que las estructuras de empleo se modifiquen. En un mundo predominado por la presencia de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), las habilidades demandadas por las empresas, que también se encuentran en transformación, han variado y los trabajadores van a necesitar desarrollar nuevas habilidades. [Documento en línea].

Por consiguiente, el uso de las TIC ha imprimido un giro sustancial al mundo del trabajo  y de la comunicación; realizando una retrospección desde hace 40 años atrás sin el advenimiento de nuevas tecnologías sumadas a la transformación tecnológica actual no se tendría lo que hoy en día se tiene acceso sincrónico y asincrónico, a la información desde cualquier lugar del mundo. Es así como, con la llegada del internet y creación de portales web, se modifican comportamientos, como por ejemplo: las grandes colas que se hacían en las entidades bancarias o en las empresas de servicios para la cancelación de facturas, disminuyeron notoriamente, por ende en los tiempos actuales ya no es así, con tan solo tener un procesador o PC, así como un teléfono inteligente y conexión a internet tienes el banco y los servicios en casa, a tu disposición de manera inmediata, por eso la economía digital es una alternativa viable, que en estos aspectos, contribuye a una mejor calidad de vida. Desde esta perspectiva es eminentemente que la economía digital a través del uso de las TIC y por supuesto del internet garantiza la velocidad de precisión en diversas actividades bancarias, comerciales, educativas, procesando y transmitiendo información, multiplicándola y expandiéndola, masificándola en tiempo real.

Ya conociéndose lo que significa economía digital así como las TIC, es de interés hacer referencia a la manera de como los seres humanos interactúan, relacionan, intercambian información y conocimiento a través de esta nueva concepción. Al respecto, deben poseer diversas habilidades y destrezas que permitan el manejo efectivo, idóneo y crítico de la economía digital, lo contrario llevaría al suicidio tecnológico/digital por parte de los sujetos involucrados e inmersos en la actual sociedad del conocimiento.

Lo ideal es que todos tengan afinadas las habilidades y destrezas digitales; en concreto, la educación universitaria tendrá un papel esencial en ampliar las nuevas aptitudes que mejoraran su práctica en el trabajo, la actualización del conjunto de habilidades cognitivas y destrezas tecnológicas así como la formación de las generaciones activas que interactúan en esta nueva era de la revolución digital. No queriendo decir con ello, que no existan puntos débiles en el uso de la economía digital, en relación al tema educativo particular, pero que a efectos de este artículo no serán desarrollados. Aoun, Joseph E. (2017):

Debido al acelerado crecimiento de la tecnología, la pendiente educativa cada vez es más pronunciada y las universidades deben de satisfacer esa demanda del aprendizaje… Mantenerse por delante de la tecnología implica tener mayores niveles de educación. La educación más útil para la era es aquella que la educación tiene que cambiar, las universidades tienen que ser vistas como motores de aprendizaje permanente, enseñando a las personas a pensar de tal forma que no pueda ser imitada por ningún tipo de máquina. [Documento en línea].

Por lo tanto, para progresar en la economía digital hace falta una combinación de habilidades cognitivas y destrezas tecnológicas que deben aplicarse en el ejercicio laboral así como en el docente. El primero en el impulso de la compra y distribución de bienes y servicios de manera virtual a través de diversas herramientas, que ofrecen muchas posibilidades a través del internet y de los buscadores se puede tener acceso a plataformas tecnológicas, páginas web, portales, además de todas aquellas aplicaciones que dan a conocer el producto y servicio en el mercado (Marketing digital), empleándose las redes sociales (Facebook, Instagram, Blogger, Twitter, Snapchat, Youtube, tiktok, pinterest, linkedh, otras), consintiendo, que en un abrir y cerrar de ojo se pueda visitar de manera virtual diferentes tipos de negocios, emprendimientos, instituciones desde nuestros hogares, o cualquier lugar sin restricciones horarias.

Para el docente particularmente inmerso en la educación universitaria, la economía digital está presente en el desarrollo de procesos académicos y administrativos como por ejemplo, elaboración de planeaciones académicas, controles internos de registro de calificaciones y carga a sistemas de control de estudios y aún más importante, el desarrollo de la praxis docente y la construcción de nuevos aprendizajes mediados por herramientas tecnológicas, desde cualquier lugar geográfico, permitiendo establecer comunicación con los estudiantes, y socializar de manera síncrona o asíncrona los contenidos programático.

Máximo Santos, Miranda, (citado en Del Toro, 2022), explica que: “en un mundo globalizado como en el que nos encontramos, ser digitales o no, no es una opción, sino una necesidad”. Esta necesidad se acentuó por la Pandemia por COVID-19, que aceleró atropellados cambios en nuestras dinámicas laborales y humanas, aun hoy nos preguntamos ¿Qué paso en el sistema educativo? ¿Estábamos o estamos preparados para este tipo de contingencias? La respuesta es obvia para los docentes venezolanos, no lo estábamos. La pandemia trajo consigo, precisamente la necesidad de adoptar al 100% la economía digital, en tanto instituciones y docentes, no poseíamos la infraestructura tecnológica requerida, sumando a ello, la negación al cambio, la brecha digital, las desigualdades en esta materia, catapultaron múltiples desencuentros, dificultades en la ejecución, negación, intolerancia hacia el teletrabajo, debimos confinarnos en nuestros hogares, surgiendo este aislamiento como estrategia para garantizar la bioseguridad, disminuyendo los numerosos y vertiginosos contagios.

En este crítico contexto humano, se dificultó asumir la praxis docente de manera virtual por diversas razones entre estas no contar con el equipamiento apropiado (Computadora, teléfono inteligente, conexión a internet, entre otros), no debiendo obviar la falta de formación o preparación, traducido en desconocimiento y debilidad  en relación al desarrollo de habilidades y destrezas suficientes que posibilitaran el uso de las múltiples APPS disponibles en la actualidad, e intentar realizar una praxis docente de calidad.

Al respecto, las instituciones educativas universitarias deben estar en sintonía con programas de formación que contribuyan a una alfabetización tecnológica/digital que promueva una educación de calidad y en consecuencia llegar a obtener como resultado estudiantes preparados, conscientes y críticos capaces de adaptarse adecuadamente a la llamada transformación o revolución digital, sin menoscabo del desarrollo pleno de sus potencialidades humanas. Profesionales que al insertarse al mundo laboral, sean capaces de seguir aprendiendo (autoformación), asumiendo que los conocimientos previos les sirvan de orientación para desarrollar nuevos saberes, con creatividad e imaginación, novedosos en lo que hacen, ser auténticos. Ahora bien, la tarea queda supeditada a un proceso de formación permanente donde las personas tendrían que estar conscientes de la importancia del aprender, del desaprender y del volver aprender, contextualizando y actualizando sus conocimientos, desde su realidad inmediata sin perder de vista lo mundial, para así lograr un desarrollo individual y social sostenible en el tiempo, apropiándose de la economía digital y sus implicaciones en la vida planetaria.

En síntesis, el mundo está siendo progresivamente modificado por la economía digital, por supuesto esto también cambia lo que necesita y requiere el sistema educativo para promover vidas plenas, productivas en armonía con el otro y con el ambiente. El acceso y la calidad de la información, seguirá constituyendo retos para la economía digital, pero los cambios que reporta la revolución tecnológica nos muestran nuevas encrucijadas en uno y otro sentido. De allí la importancia de desarrollar las habilidades cognitivas que posibiliten la apropiación y uso de impulsores tecnológicos que dan apertura a la transformación digital tales como: redes 4G y 5G, computación en la nube, Internet de las cosas (IoT), inteligencia artificial, análisis de big data, siendo estas las gestoras en propiciar la biotecnología, telemedicina, energías renovables, realidad virtual, robótica, automatización, pagos móviles, ciberseguridad, criptomonedas y vehículos autónomos.

Finalmente, la nueva era de la transformación digital viene a constituir retos y desafíos, además de oportunidades para todos aquellos que comiencen a transitar en la autopista virtual o en este caso particular de la economía digital o del conocimiento, para ello es necesario que desde las instituciones educativas específicamente las universitarias se impulsen, promuevan y fomenten tanto para los docentes como para los estudiantes una cultura digital en pro de gestionar adecuadamente esta realidad, cada día en crecimiento y desarrollo.

 

Bibliográfía

Aoun, Joseph E. (2017): Educación superior a prueba de robots en la era de la inteligencia artificial, Cambridge, MIT Press.

Cobo, J. (2009). El concepto de tecnologías de la información.[Documento en Línea] Disponible Benchmarking sobre las definiciones de las TIC en la sociedad del conocimientohttp://cmapspublic3.ihmc.us/rid=1MNM63T42-7YHX0S-5XD/zer27-<<<14-cobo.pdf.

De Toro, A. (2022).  Economía Digital: ¿Qué es y cómo afecta a los negocios? [Documento en línea]. Disponible en: www.escueladenegociosydirección.com. Consultado: Abril, 2023.

Flores A. (2021). La Falta de talento humano amenaza la transformación digital. [Documento en línea] Disponible en: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/11491005/11/21/La-falta-de-talento-amenaza-la-transformacion-digital-.html. Consultado: Febrero, 2023.

Gonzále, E. Economía Digital en Venezuela. [Documento en línea]. Disponible en: https://cedice.org.ve/economia-digital-en-venezuela-por-enrique-gonzale/. Consultado: Abril, 2023.

 

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¹Licenciada en Administración mención Industrial. Especialista en Docencia Universitaria. Magister en Ciencias Gerenciales, mención Recursos Humanos. Profesora investigadora, miembro de la línea de Investigación en Educación Emancipadora, Gestión del Talento Humano y Agroecología para la Sostenibilidad (EGAS). Subdirectora de Postgrado y Educación Avanzada, UNESR, Maturín-Venezuela.

 

¹ Bachelor’s Degree in Industrial Administration. University Teaching Specialist. Master in Management Sciences, Human Resources mention. Research professor, member of the line of Research in Emancipatory Education, Human Talent Management and Agroecology for Sustainability (EGAS). Deputy Director of Postgraduate and Advanced Education, UNESR, Maturín-Venezuela.

 

Fuente de la Información: Centro Internacional de Investigaciones (CII OVE)

 

 

 

 

 

 

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