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República Dominicana: Profesor, usted no sabe de eso. Mejor pregúntele a Merejo

América Central/República Dominicana/19-05-2023/Autoría: GERARDO ROA OGANDO/Fuente: acento.com.do

Nuestro autor observa diferentes formas en que la sociedad ha vivido transida, concepto que conceptualiza como “abatimiento, preocupación, angustia, miedo, tristeza, intranquilidad en lo económico, en lo político y en lo social”, etcétera (pág. 65).

Decenas de artículos nacionales e internacionales se están publicando sobre los avances de la llamada inteligencia artificial. Algunos de esos textos muestran cierto rechazo a lo inevitable. Otros muestran resentimientos ante dichos avances y se atreven a predecir un final catastrófico para la humanidad, final motivado por la inteligencia artificial. Con estas actitudes los articulistas radicalmente escépticos ignoran que existe un discurso sobre el cibermundo que merece ser leído antes de opinar, discurso que en nuestro país ha sido merecedor de un premio nacional de ensayo científico, cuyo autor es el más importante exponente del tema en la región del Caribe, el filósofo nuestro, Andrés Merejo (PhD).

Recientemente, nuestro autor publicó, en la Academia de Ciencias de la RD, el libro, Cibermundo transido: Enredo gris de pospandemia, guerra y ciberguerra (2023).Se trata de un ensayo de cuatro capítulos que de forma íntegra constituye una muestra del producto reflexivo del pensamiento de su autor, quien ha observado con ojo crítico cada uno de los conceptos que viene publicando desde hace más de veinte años. Por eso, ese libro, a mi juicio, es sólo un estadio dentro del sistema-discurso que este sagaz investigador dominicano ha construido sobre la base de lecturas y observaciones asiduas al fenómeno que con el correr del tiempo ha convertido en objeto de su reflexión.

No es para menos. Andrés Merejo creció en tiempos en que las dos grandes superpotencias mundiales; entiéndase, Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; protagonizaron la llamada Guerra fría, en tanto lucha ideológica y discursiva, posterior a la Segunda Guerra Mundial, que buscó la imposición a nivel planetario de un único sistema de gobernanza, es decir, capitalismo, versus comunismo, respectivamente, en lo económico, en lo político y en lo social.

Si bien para aquel entonces no era posible hablar de ciberguerra, la observación que hace Merejo de las principales guerras, pestes y descubrimientos tecnológicos que han pintado la historia de la humanidad, especialmente durante el siglo XX, constituye un insumo importante para la elaboración de su propio discurso, el cual también es el resultado de sus años de vida en los Estados Unidos.

Sabemos de fuente primaria que en 1984 Andrés Merejo, en plena Guerra Fría, protestó frente al Capitolio junto a su hermano Jesús Merejo y a su cuñada Edita González, en contra del proyecto armamentista y nuclear que estaba propulsando el presidente Ronald Reagan. Con esa manifestación, nuestro autor evidenció, desde su juventud, un alto sentido de compromiso social y humano, testimonio que ha quedado impreso en las páginas que integran este interesante libro.

El libro Cibermundo transido es un análisis crítico del discurso de la guerra y de la ciberguerra. No es una mera descripción de los significantes y otros elementos periféricos a la expresión de la realidad cibermundo.

La firma del Tratado de Washington, materializada el cuatro de abril de 1949, con la que se dio forma a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y que inicialmente estuvo compuesta por Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido y Estados Unidos no es ignorado por nuestro autor, como tampoco lo es el desaparecido Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua, conocido popularmente como pacto de Varsovia, cuya firma tuvo lugar el 14 de mayo de 1955. Asimismo, nuestro autor fue testigo de la disolución de la URSS, sus principales causas y consecuencias, así como de las diferentes estrategias bélicas usadas por las grandes potencias en sus luchas por el control planetario, en desmedro del ser humano y de su hábitat.

En su obra, Merejo observa con preocupación cómo pese a los avances científicos las grandes potencias de la humanidad han vivido históricamente de crisis en crisis, generada por las guerras, las pestes y, sobre todo, por la falta de compasión y altruismo que sobrepasa la expresividad propia de un mero discurso ético. “No parecen aprender de lecciones del pasado, sino que están repitiendo conductas y formas de pensamientos totalitarios que se consideraban superados”, afirma Merejo.

Nuestro autor observa diferentes formas en que la sociedad ha vivido transida, concepto que conceptualiza como “abatimiento, preocupación, angustia, miedo, tristeza, intranquilidad en lo económico, en lo político y en lo social”, etcétera (pág. 65). En ese sentido, la historia de la humanidad parece otorgarle la razón a don Andrés Merejo.

El libro Cibermundo transido es un análisis crítico del discurso de la guerra y de la ciberguerra. No es una mera descripción de los significantes y otros elementos periféricos a la expresión de la realidad cibermundo. Tampoco es un desahogo ante la impotencia de no comprender los tiempos actuales, grises y confusos. Todo lo contrario, se trata de un discurso que todo el que se sienta inquieto por los avances de la tecnología de última generación (Incluyendo los diferentes modelos de la llamada inteligencia artificial) debe leer, antes de arriesgarse a asumir posturas que denoten resentimientos sobre nuevas realidades que deberían ser aprendidas e integradas al quehacer educativo de los docentes y estudiantes.

Gerardo Roa Ogando en Acento.com.do

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/cultura/profesor-usted-no-sabe-de-eso-mejor-preguntele-a-merejo-9199991.html

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Inteligencia Artificial y educación

Por:  Eduardo Backhoff Escudero

 

El lanzamiento del programa ChatGPT (Chat Generative Pre-trained Transformer) ha causado un gran asombro mundialmente. “Chat” se refiere al diseño para interactuar con los usuarios a través de conversaciones en línea. “Pre-trained” significa que el sistema se entrenó previamente con una gran cantidad de datos para comprender el lenguaje natural y responder coherentemente. Y “Transformer” se refiere a la arquitectura de red neuronal que permite procesar y generar textos de manera eficiente. Este programa es producto de la Inteligencia Artificial (IA), que utiliza algoritmos y modelos matemáticos complejos para tratar de imitar la forma en que el cerebro humano funciona. La IA puede entrenarse para realizar ciertas tareas; a medida que se le da más información y entrenamiento, se vuelve más inteligente y puede realizar tareas más complejas.

La IA se puede dividir en dos grandes tipos. La IA-débil se enfoca a resolver problemas específicos en una variedad de campos, como la medicina. Por ejemplo, se le puede entrenar a reconocer imágenes de alteraciones morfológicas para identificar tempranamente algún tipo de enfermedad, como el cáncer. Por otro lado, la IA-fuerte se enfoca en crear sistemas inteligentes que puedan “pensar y aprender” como lo hacen los seres humanos; no obstante, este tipo de IA aún no está suficientemente desarrollado.

En el campo educativo, la IA tiene un gran potencial. Al estudiante le ayudará a: personalizar su aprendizaje de acuerdo con sus necesidades; recibir retroalimentación sobre su desempeño académico de forma inmediata; identificar sus progresiones de aprendizaje; contar con herramientas para superar las barreras de las necesidades especiales; contar con recursos didácticos para aprender fuera de la escuela. A los docentes les facilitará: buscar y organizar información sobre un tema en particular; sintetizar los aspectos esenciales de un texto complejo; traducir textos en cualquier idioma; elaborar presentaciones didácticas de todo tipo; formular preguntas claves sobre un tema; automatizar actividades rutinarias escolares. A las autoridades educativas les ayudará a: conocer el avance de los alumnos en tiempo real; identificar tendencias de aprendizaje de los grupos de estudiantes; conocer patrones de desempeño y comportamiento de los estudiantes, que permitan detectar temporalmente posibles fracasos escolares y abandono escolar; planificar programas y políticas basadas en evidencias.

Sin lugar a dudas, el arribo de la IA cambiará el mundo tal y como lo conocemos. Por ello, en un futuro cercano, la IA será una competencia muy importante en el mercado laboral. La incorporación de la IA en los sistemas educativos ayudará a los estudiantes a desarrollar habilidades importantes para el siglo XXI, como la solución de problemas, la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la comunicación. Los sistemas de IA pueden simular situaciones del mundo real y desafiar a los estudiantes a resolver problemas complejos utilizando un enfoque basado en datos. En síntesis, la IA ayudará a preparar a los estudiantes a trabajar en un mundo cuyo desarrollo depende cada vez más de la integración de la ciencia, la información y la tecnología.

Por desgracia, el gobierno cuatroteísta no parece estar interesado en el uso de este tipo de tecnología en el área educativa; al menos, eso se puede deducir de la propuesta curricular y libros de texto gratuitos de la Nueva Escuela Mexicana. Ésta no solo no toma en cuenta a la IA, sino que ni siquiera hace alusión a las tecnologías digitales más conocidas: ni como objeto de estudio de los alumnos, ni como instrumento pedagógico de los docentes. El proyecto educativo de México, lejos de mirar hacia el futuro (que ya nos alcanzó) voltea a ver al pasado de la educación socialista (de hace casi un siglo), para resucitarla en una versión trasnochada en el que se enarbola una bandera nacionalista, anticolonialista, neo marxista, regionalista, etnocéntrica y comunitaria. En esta visión educativa se estigmatiza la aspiración (motivación) y el esfuerzo (trabajo) individual de los estudiantes, necesarios para superarse y lograr tener éxito como persona y profesionista; valores que se asocian con el modelo “educativo neoliberal”. Lo mismo pasa con los avances científicos y tecnológicos que, en su opinión, tienen como fin último controlar a las mayorías y beneficiar a los más poderosos. Desde esta perspectiva, la IA no está en la mira del Sistema Educativo Mexicano, con lo que se pierde la oportunidad de modernizarla.

Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, A.C.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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El paradigma neocolonial de la reforma y los aprendizajes desechables

Por: Darío Balvidares

Un paradigma embriagado en las lógicas instrumentales de la eficiencia motoriza su marcha hacia el objetivo de la performatividad económica de lxs estudiantes, lo que se traduce en la construcción de sujetos empleables como finalidad última de la educación escolar.

La tarea más básica de la producción de conocimiento ha sido y es la pregunta, el cuestionamiento más básico y más perspicaz por el cual no sólo vamos descubriendo el mundo desde las niñeces, sino que es la mayor interpelación de la filosofía: ¿Por qué?

Las respuestas, no siempre explícitas y casi nunca verdaderas, que nos ofrece el sistema capitalista y su versión cultural neoliberal, es que hay una necesidad de reformar la escuela (educación), porque el mundo cambia vertiginosamente y hay exigencias y nuevas demandas. Eslogan que, probablemente, haya salido de la publicidad de alguna gaseosa oscura e hiperglucémica, ha tomado forma política y todo el arco ideológico partidario y/o frentista del establishment lo ha utilizado para pasar por amigo del futuro, pero esencialmente como señal inequívoca de su “pertenencia” a las políticas neocoloniales impulsadas desde el poder global.

¿Acaso los cambios se justifican por sí mismos?

No sólo se trata de decirle “sí” al FMI, también hay que reafirmar la posición neocolonial y decirle “sí” a la reforma educativa de la OCDE, el Banco Mundial, la UNESCO y a todo el proceso de ongeinización (ecosistema de poder formado por ong y fundaciones) parasitario para la entrada empresarial al universo educativo.

El mundo cambia vertiginosamente y hay exigencias y nuevas demandas, eslogan parcialmente cierto. El mundo se debate en una crisis ecológica ambiental sin precedentes; los 10 hombres más ricos poseen más riqueza que el 40 % más pobre de la humanidad, dos de los problemas más acuciantes de la coyuntura actual. Pero la reforma economicista de la educación no sólo no tiene entre sus contenidos de “educación financiera” esa terrible injusticia como problema fundacional de la generación de pobreza, como tampoco se presenta la crisis ecológica del planeta como un problema del modo de producción capitalista. Lo que esboza, por lo menos a priori, que el pensamiento crítico, que como veremos es una de las capacidades blandas enunciadas por los reformadores, será tomado o como un mero juicio de valor (me gusta / no me gusta).

¿Cuáles son los factores de cambio a los que se refiere el eslogan del paradigma reformista?

Por supuesto, la respuesta automatizada será: la tecnología. Pero la tecnología no opera sola… ¡Ya sé! Me van a decir que la Inteligencia Artificial (IA), llegó para quedarse y uno de sus subconjuntos es el  Aprendizaje Automático (AA), con intervención humana mínima, según la definición explícita del oráculo de Google; pero lo que suscita la sospecha no es la discusión sobre las posibilidades reales de la IA en sus formas de AA (cuestionado en su conducta epistemológica por el pensador Noam Chomsky), sino que la reforma economicista de la educación esté tomando ciertas premisas del modelo tecnológico del AA para la construcción de los sujetos empleables, adaptables y flexibles del siglo XXI y una de esas premisas llevadas al aula sería la intervención docente mínima (facilitadores).

La eficiencia educativa no requiere del conocimiento, en el sentido de la importancia que adquieren los saberes académicos en el desarrollo de la inteligencia, sólo de un canon de aprendizajes que puede ir fluctuando en consonancia con los intereses del mercado, pero que tendrá su focalización en el desarrollo de lo que dieron en llamar la “capacidades”, lo que los organismos internacionales habrían denominado, “enfoque por competencias” tomando como modelo lo requerido por el mercado empresarial.

No es novedad que el esfuerzo reformista es asimilar el modelo escolar al modelo empresarial, en cuanto a la disponibilidad de sus atributos y sus estrategias para afianzar la construcción subjetiva en función de la empleabilidad, de manera que la escuela diseñe los actuales y futuros empleados que el mercado requiere y requerirá en función de la productividad y la competitividad.

Las habilidades y competencias que necesita el mercado para funcionar de manera eficiente tienen una suerte de canon bastante preciso en términos generales, que es asimilado sin filtros por el creciente proceso de estandarización de la “enseñanza” y el agrupamiento de “saberes” en modelos de “aprendizaje” a través de las reformas curriculares.

Una de las preguntas, volviendo al principio de esta nota, es ¿por qué el modelo de educación por competencias ingresa como el paradigma de la educación para el siglo XXI, sin ningún tipo de reparos en quienes ejecutan la política educativa, sin siquiera poner en duda su aplicación y los efectos que puede causar en las actuales y futuras generaciones “adiestradas” en el modelo del enfoque por competencias o capacidades medibles?

¿Acaso no se lo plantearon como problema? ¿No mueve a ningún tipo de sospecha que la educación de lxs estudiantes se reduzca a medir un conjunto de capacidades?

A semejanza del Aprendizaje Automático donde se “capacitan a las máquinas para que realicen tareas específicas y entreguen resultados precisos (…) el AA tiene un alcance limitado de aplicaciones (…) usa algoritmos para producir modelos predictivos…

Cuando docentes y estudiantes cuestionan el modelo educativo que se viene implementado con las sucesivas reformas focalizadas, lo hacen porque sienten el utilitarismo inherente al modelo por capacidades o competencias. Porque esas “capacidades” son las que se evalúan en las pruebas estandarizadas, a eso llaman educación basada en resultados y esos resultados deben ser “precisos”, es decir que el objeto del aprendizaje por competencias es la aplicación, no el pensar, ni la explicación. Las competencias se miden en la instancia predictiva de un resultado determinado, pero no explicado.

Estamos frente a la mercantilización de un conjunto de saberes transformados en “aprendizajes prioritarios” para los que se necesita el adiestramiento en el desarrollo de ciertas capacidades, que coinciden con las llamadas “habilidades del siglo XXI”, incluso pueden variar y/o ampliarse o agruparse,  porque sus límites y alcances son difusos, pero éste es el canon que se impone como la receta para la empleabilidad de manera de hacer más competitivas y productivas  las empresas: “Trabajo en equipo”; “Comunicación”; “Manejo del tiempo”; “Resolución de problemas”; “Creatividad (enfocada a la innovación tecnológica y la resolución de problemas)”; “Liderazgo”; “Organización”; “Inteligencia emocional”; “Toma de decisiones”, entre otras.

De esta manera el nuevo “trabajador” se prepara para competir en el mercado, invirtiendo, a través de la “educación”, en el fortalecimiento de sus competencias para desarrollar una trayectoria laboral exitosa en la incertidumbre de un mundo cambiante. Esta es la afirmación de los apologistas del modelo.

Los documentos sobre el enfoque educativo por capacidades replican las mismas recetas, hablando de trayectorias escolares exitosas, donde los contextos sociales y económicos son obviados y la responsabilidad por el éxito o el fracaso sólo se circunscriben a la escuela y al plano individual.

Es decir que la educación, según el paradigma, se resume en lograr sujetos consumibles por el mercado, lo que se llama, en otras palabras, el capital humano.

Un breve recorrido documental nos despeja cualquier duda sobre el rumbo y los objetivos del paradigma educativo que tiene más de 50 años desde las primeras conceptualizaciones sobre la “importancia” de “aprender a aprender” y “aprender durante toda la vida”.

El objetivo del Programa de Educación 2030, explicado en el documento, “El trabajo de la OCDE sobre Educación y Competencias” tiene por objetivo “identificar los conocimientos, competencias, actitudes y valores que los alumnos necesitarán adquirir para tener éxito en el siglo XXI”, no necesitamos explicar otra vez lo que la misma OCDE afirma.

Hasta ahí el tono de advertencia para lograr el “éxito”, palabra que suele ser aceptada con mucha liviandad, puesto que la educación queda subordinada a “adiestrar” seres humanos para el “éxito económico” de la máquina corporativa mundial, para la cual los países son reservorios seguros desde el momento que subsumen sus políticas educativas al proyecto global, como viene ocurriendo.

El mismo documento OCDE, explica los momentos en que se divide la acción del programa y en una primera fase se deben “abordar cuestiones relacionadas con los planes de estudios, como es la sobrecarga curricular” y en una segunda fase, se recomienda a los países identificar “los tipos de profesores que mejor puedan apoyar el desarrollo de esas capacidades, así como las mejores maneras de gestionar el cambio en las pedagogías, evaluaciones y entornos de aprendizaje”.

De esta forma el proyecto global de estandarización educativa se encamina a “rediseñar la educación con el objetivo de mejorar la empleabilidad”, así como el programa sobre “El futuro de las competencias: entender las implicaciones educativas entre la IA y de la Robótica, analiza cómo las computadoras transformarán la demanda de competencias y los requisitos educativos del mercado de trabajo en las próximas décadas”.

Pocas líneas del documento OCDE nos ilustran sobre el proceso de “biocontrol” puesto en marcha desde el asalto global de los sistemas educativos. Muchas de las conceptualizaciones esgrimidas en esas breves citas están reproducidas en documentos vernáculos del Consejo Federal de Educación (CFE) y puestos en marcha en el adiestramiento de estudiantes, docentes, directivos y supervisores.

En el documento del CFE de la secundaria 2030, “Marco nacional de integración de los aprendizajes: hacia el desarrollo de las capacidades” se establece “…la importancia de organizar el curriculum, la enseñanza y la evaluación en torno a un conjunto de capacidades consideradas centrales: resolución de problemas, pensamiento crítico, aprender a aprender, trabajo con otros, comunicación y el desarrollo de niveles crecientes de competencia digital”.

Pero no sólo se trata de la secundaria y sus reformas como “secundaria 2030”, “nueva escuela secundaria”, “secundaria del futuro” , estos dos últimos son los títulos en Ciudad de Buenos Aires, a lo que se suma la reforma curricular en el educación primaria, con un falso debate que aparece plagado de los mismos tics ya organizados y decididos, pero presentados en un Informe que funciona como “democratizador” y de “consenso” de distintas áreas del quehacer escolar y segmentos sociales, “Hablemos de educación, la escuela que queremos”.

Entre los puntos destacados del Informe, por supuesto las coincidencias están en que las cuestiones prioritarias tienen que ver con que lxs estudiantes tienen que aprender “adaptarse permanentemente a situaciones nuevas”; “incorporación de la tecnología en todas las áreas”; “importancia de formar capacidades a diferencia de transmitir conocimientos puntuales”; “las dificultades en el aprendizaje de Matemática y Comprensión lectora”; “la mayoría de los/asconsultados/as cree que el desarrollo de capacidades, tales como el pensamiento crítico, el trabajo en equipo, la creatividad, la inteligencia emocional, la adaptación de cambios, etc. deben ser prioritarias”.

Como vemos no parece haber ninguna diferencia con lo ya postulado por la OCDE o el CFE, que replica los mismos conceptos y el Informe jurisdiccional de la Ciudad de Buenos Aires, para la reforma curricular en la escuela primaria, que no difiere conceptualmente de lo realizado en la secundaria.

En el informe, entre otros conceptos resaltados, una de las conclusiones afirma que “El mundo anterior ya no existe, hay que cambiar, adaptarse a las tecnologías”.

No olvidemos que estamos hablando de un informe para realizar la reforma curricular del nivel primario, y un resaltado que funciona como idea fuerza, bajo la apariencia de un eslogan publicitario, niega el pasado y afronta la tecnología como un futuro al que debemos adaptarnos. No son livianas esas conceptualizaciones, porque proponen y proyectan un mundo organizado por tecnócratas con los servicios digitales instrumentados para el control biosocial. Tal vez, en función de prototipo para esas prácticas, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires instaló cámaras en algunas escuelas.

En la síntesis final se destaca que “…busca disminuir la sobrecarga de contenidos”, tal como dice el documento de la OCDE en relación a la “la sobrecarga curricular”. También concluye en la revisión de los tiempos y el estrecho vínculo con la tecnología.

Este breve recorrido por ideas, conceptos y relaciones intenta ser una muestra más de cómo la pedagogía de la obediencia y la colonialidad del poder se ponen de manifiesto en la aplicación acrítica del paradigma reformista de la educación, porque establece un “error epistemológico”, como dice la filósofa Angélique Del Rey: “Los ideólogos de las competencias no ignoran que el sujeto del aprendizaje es el estudiante, pero desconocen que la subjetividad de este aprendizaje es la inteligencia de ese mismo estudiante, y que la educación consiste precisamente en el desarrollo de esa inteligencia y de todas sus facultades. Por el contrario, la educación por competencias no se orienta al desarrollo de la inteligencia del estudiante, sino más bien y más directamente a determinados ejercicios y desempeños, usos y funciones de dicha inteligencia.

El “error epistemológico” es un cambio de clave en el que la educación no es para el desarrollo intelectual del estudiante, sino para el adiestramiento en el manejo de un conjunto incierto e indefinido de capacidades cuya obsolescencia es su principal cualidad, justamente por aquello del “mundo cambiante”.

Fuente: https://tramas.ar/2023/05/05/el-paradigma-neocolonial-de-la-reforma-y-los-aprendizajes-desechables/

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Venezuela – Economía Digital: Nuevas Habilidades y Destrezas Digitales

Economía Digital: Nuevas Habilidades y Destrezas Digitales

Glorys Solano Ramos¹

Correo: blmaturin.glorys@gmail.com

RESUMEN

La actual ola de la llamada economía digital mediada a través del internet, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), han abierto un sin número de posibilidades a nivel laboral con la creación de nuevos cargos o favoreciendo el emprendimiento, hechos que exigen nuevas formas en el hacer y adecuaciones del conocimiento en este sentido. Es por ello, que los diferentes niveles del sistema educativo requieren un acomodamiento a estas nuevas exigencias laborales, de manera particular a nivel universitario, a fin de coadyuvar con la generación de habilidades y destrezas requeridas en el talento humano, para hacer frente a puestos de trabajo en donde el dominio de ciertos contenidos debe ser reforzado con experiencias técnicas específicas, con la particularidad de que ello debe estar imbuido en un proceso de formación permanente, pues la dinámica constante y avances de la ciencia, la tecnología y las TIC, entre otros saberes influyentes de la economía digital, requieren de una actualización constante de las habilidades cognitivas y destrezas técnicas. Por lo que el propósito de este artículo, describe la necesidad de potenciar las habilidades y destrezas basadas en la economía digital. Al respecto, la innovación en educación universitaria, asegura que los contenidos y las tecnologías sean sostenibles y consistentes con el diseño de una enseñanza orientada a la economía digital en donde la universidad vincula la economía basada en los avances y aplicaciones digitales en relación al proceso de enseñanza y aprendizaje universitario.

 

PALABRAS CLAVE: Destrezas, Economía digital, Educación universitaria, Habilidades, TIC.

 

Digital Economy: New Digital Skills And Skills

Glorys Solano Ramos¹

Email: blmaturin.glorys@gmail.com

ABSTRACT

 The current wave of the so-called digital economy mediated through the internet, information and communication technologies (ICT), have opened up countless possibilities at the labor level with the creation of new positions or favoring entrepreneurship, facts that demand new forms in doing and adaptations of knowledge in this sense. For this reason, the different levels of the educational system require an accommodation to these new labor demands, particularly at the university level, in order to help with the generation of abilities and skills required in human talent, to face job positions. work where the mastery of certain contents must be reinforced with specific technical experiences, with the particularity that this must be imbued in a process of permanent training, since the constant dynamics and advances of science, technology and ICT, among other influential knowledge of the digital economy, require constant updating of cognitive skills and technical skills. Therefore, the purpose of this article describes the need to enhance skills and abilities based on the digital economy. In this regard, innovation in university education ensures that the contents and technologies are sustainable and consistent with the design of a teaching oriented towards the digital economy where the university links the economy based on advances and digital applications in relation to the process of university teaching and learning.

 

KEY WORDS: Skills, Digital economy, University education, Skills, ICT.

 

INTRODUCCIÓN

 

En las últimas décadas se ha escuchado hablar de una revolución a nivel de las etapas del proceso económico denominado economía digital, es decir, en los procesos de producción de bienes y servicios, así como en su comercialización y consumo, término utilizado por primera vez por el profesor Don Tapscot a mediados de los años noventa para referirse a un nuevo tipo de economía basado en el conocimiento y que transformaría la economía mundial en razón del uso de la internet, este concepto ha evolucionado y en la actualidad se conoce como un nuevo modelo que se caracteriza por el uso intensivo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y la interacción de estas con el internet, produciendo una transformación digital en las empresas.

Sin embargo el presente artículo tiene como propósito aportar a la reflexión sobre el necesario desarrollo de habilidades cognitivas y destrezas tecnológicas, a promover desde la educación universitaria, así como la valoración de su incidencia en la incorporación y actualización del talento humano al mundo laboral en el siglo XXI.

 

La Economía Digital, Impacto Formativo y Laboral.

Los tiempos actuales demanda a la sociedad mundial y a las economías para hacerlas productivas, el desarrollo de habilidades y destrezas en los futuros profesionales que permitan el uso y aplicación eficiente de las Tecnologías de la Información y la comunicación (TIC), al respecto Aarón Olmos, economista, refiere que “la economía digital es mucho más que comercios y medios de pago electrónicos”. En palabras de Gonzále en su artículo “Economía Digital en Venezuela”, indica:

La Economía Digital supone e implica la aplicación de nuevas tecnologías, así como servicios de TIC, de forma transversal, a lo largo de diversos sectores económicos, permitiendo crear nuevos productos tanto en industrias tradicionales como aquellas de las TIC; reducir los costos de industrias tradicionales; reconfigurar la organización industrial de sectores así como la organización empresarial; reducir tiempos de diseño y lanzamiento de productos; crear nuevos modelos de negocio; revalorización de ecosistemas digitales; poner en práctica nuevas estrategias de precios y de discriminación; explotar efectos de red significativos socialmente valorados; inclusión financiera; acceso a información, entretenimiento y educación, etc. [Documento en línea].

Al respecto, se puede decir que en la cotidianidad estamos inmersos en la “Economía Digital”, más aún no se empleaba este término para realizar y desarrollar actividades, operaciones y tareas a través de aplicaciones basadas en la tecnología digital, apoyadas a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) e internet, algunos mencionan solo las TIC, otros redes, internet, más sin embargo, se emplean todas de manera integral, al realizar una compra y emplear un punto de venta, al enviar un correo electrónico, hacer un pago inmediato por mensajería de texto o utilizar aplicaciones instaladas en el celular, crear una tienda virtual, así como también cuando los docentes emplean un sistema de control de estudios para cargar las calificaciones y generar las actas definitivas. Cobo, J, (2009), afirma que las T.I.C son:

Dispositivos tecnológicos (hardware y software) que permiten editar, producir, almacenar, intercambiar y transmitir datos entre diferentes sistemas de información que cuenten con los protocoles comunes. Estas aplicaciones, que integran medios de informática, telecomunicaciones, y redes, posibilitan tanto la comunicación y colaboración interpersonal (persona a persona) como la multidireccional (uno a muchos o muchos a muchos). Estas herramientas desempeñan un papel sustantivo en la generación, intercambio, difusión, gestión, y acceso al conocimiento. [Documento en Línea].

En referencia a lo anterior las T.I.C permiten la edición, procesamiento, almacenamiento, transmisión de datos a través de dispositivos tecnológicos tales como (hardware y software) con el único propósito de transmitir la información a gran escala local, regional, nacional e internacional promoviendo el intercambio de conocimientos y potenciando la actividad organizacional y de la sociedad en general.

En atención a lo que se ha descrito con respecto al uso de las TIC e interacción con el internet y de cara al mundo laboral, esta nueva economía genera nuevos puestos de empleo e ilimitadas oportunidades de proyectos dirigidos a actividades de emprendimientos, pequeñas y medianas empresas, es allí donde la educación juega un papel importante, debido a que, este tipo de actividades demanda tener ciertos conocimientos, habilidades y destrezas, en otras palabras, capacidades laborales adecuadas a estas nuevas exigencias del entorno. Joseph Aoun, presidente de Northeastern University Boston:

Reflexiona sobre el papel de la educación en un mundo marcado por la transformación digital y la inteligencia artificial. En un mercado laboral en el que muchos puestos de trabajo desaparecerán o cambiarán, Aoun considera tres pilares fundamentales para la educación en este contexto: no solo manejar la tecnología sino también potenciar las capacidades humanas que nos diferencian de las máquinas; la educación experiencial, relacionando el aprendizaje con el mundo real; y ante todo la formación continua. Debemos reinventarnos y reeducarnos constantemente para poder adaptarnos a los nuevos tiempos. [Documento en línea].

Es por ello, que la economía digital tiene una connotación importante en el desarrollo cognitivo que requiere formarse, para aprovecharla, apropiándose del conocimiento. Enriquecer, fortalecer las habilidades y destrezas virtuales necesarias para el manejo idóneo de esta realidad implícita, que sin duda algunas han transformado los modos de trabajar incluyendo el quehacer diario de las personas. Sin embargo, se podría decir que sigue existiendo debilidades en el talento humano (trabajadores, trabajadoras, profesores, facilitadores, estudiantes, egresados) que asuman el desafío que emergen desde las áreas de la informática, la robótica, la inteligencia artificial, la biotecnología, entre otras. Flores, A (2021):

El cambio tecnológico ha traído consigo que las estructuras de empleo se modifiquen. En un mundo predominado por la presencia de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), las habilidades demandadas por las empresas, que también se encuentran en transformación, han variado y los trabajadores van a necesitar desarrollar nuevas habilidades. [Documento en línea].

Por consiguiente, el uso de las TIC ha imprimido un giro sustancial al mundo del trabajo  y de la comunicación; realizando una retrospección desde hace 40 años atrás sin el advenimiento de nuevas tecnologías sumadas a la transformación tecnológica actual no se tendría lo que hoy en día se tiene acceso sincrónico y asincrónico, a la información desde cualquier lugar del mundo. Es así como, con la llegada del internet y creación de portales web, se modifican comportamientos, como por ejemplo: las grandes colas que se hacían en las entidades bancarias o en las empresas de servicios para la cancelación de facturas, disminuyeron notoriamente, por ende en los tiempos actuales ya no es así, con tan solo tener un procesador o PC, así como un teléfono inteligente y conexión a internet tienes el banco y los servicios en casa, a tu disposición de manera inmediata, por eso la economía digital es una alternativa viable, que en estos aspectos, contribuye a una mejor calidad de vida. Desde esta perspectiva es eminentemente que la economía digital a través del uso de las TIC y por supuesto del internet garantiza la velocidad de precisión en diversas actividades bancarias, comerciales, educativas, procesando y transmitiendo información, multiplicándola y expandiéndola, masificándola en tiempo real.

Ya conociéndose lo que significa economía digital así como las TIC, es de interés hacer referencia a la manera de como los seres humanos interactúan, relacionan, intercambian información y conocimiento a través de esta nueva concepción. Al respecto, deben poseer diversas habilidades y destrezas que permitan el manejo efectivo, idóneo y crítico de la economía digital, lo contrario llevaría al suicidio tecnológico/digital por parte de los sujetos involucrados e inmersos en la actual sociedad del conocimiento.

Lo ideal es que todos tengan afinadas las habilidades y destrezas digitales; en concreto, la educación universitaria tendrá un papel esencial en ampliar las nuevas aptitudes que mejoraran su práctica en el trabajo, la actualización del conjunto de habilidades cognitivas y destrezas tecnológicas así como la formación de las generaciones activas que interactúan en esta nueva era de la revolución digital. No queriendo decir con ello, que no existan puntos débiles en el uso de la economía digital, en relación al tema educativo particular, pero que a efectos de este artículo no serán desarrollados. Aoun, Joseph E. (2017):

Debido al acelerado crecimiento de la tecnología, la pendiente educativa cada vez es más pronunciada y las universidades deben de satisfacer esa demanda del aprendizaje… Mantenerse por delante de la tecnología implica tener mayores niveles de educación. La educación más útil para la era es aquella que la educación tiene que cambiar, las universidades tienen que ser vistas como motores de aprendizaje permanente, enseñando a las personas a pensar de tal forma que no pueda ser imitada por ningún tipo de máquina. [Documento en línea].

Por lo tanto, para progresar en la economía digital hace falta una combinación de habilidades cognitivas y destrezas tecnológicas que deben aplicarse en el ejercicio laboral así como en el docente. El primero en el impulso de la compra y distribución de bienes y servicios de manera virtual a través de diversas herramientas, que ofrecen muchas posibilidades a través del internet y de los buscadores se puede tener acceso a plataformas tecnológicas, páginas web, portales, además de todas aquellas aplicaciones que dan a conocer el producto y servicio en el mercado (Marketing digital), empleándose las redes sociales (Facebook, Instagram, Blogger, Twitter, Snapchat, Youtube, tiktok, pinterest, linkedh, otras), consintiendo, que en un abrir y cerrar de ojo se pueda visitar de manera virtual diferentes tipos de negocios, emprendimientos, instituciones desde nuestros hogares, o cualquier lugar sin restricciones horarias.

Para el docente particularmente inmerso en la educación universitaria, la economía digital está presente en el desarrollo de procesos académicos y administrativos como por ejemplo, elaboración de planeaciones académicas, controles internos de registro de calificaciones y carga a sistemas de control de estudios y aún más importante, el desarrollo de la praxis docente y la construcción de nuevos aprendizajes mediados por herramientas tecnológicas, desde cualquier lugar geográfico, permitiendo establecer comunicación con los estudiantes, y socializar de manera síncrona o asíncrona los contenidos programático.

Máximo Santos, Miranda, (citado en Del Toro, 2022), explica que: “en un mundo globalizado como en el que nos encontramos, ser digitales o no, no es una opción, sino una necesidad”. Esta necesidad se acentuó por la Pandemia por COVID-19, que aceleró atropellados cambios en nuestras dinámicas laborales y humanas, aun hoy nos preguntamos ¿Qué paso en el sistema educativo? ¿Estábamos o estamos preparados para este tipo de contingencias? La respuesta es obvia para los docentes venezolanos, no lo estábamos. La pandemia trajo consigo, precisamente la necesidad de adoptar al 100% la economía digital, en tanto instituciones y docentes, no poseíamos la infraestructura tecnológica requerida, sumando a ello, la negación al cambio, la brecha digital, las desigualdades en esta materia, catapultaron múltiples desencuentros, dificultades en la ejecución, negación, intolerancia hacia el teletrabajo, debimos confinarnos en nuestros hogares, surgiendo este aislamiento como estrategia para garantizar la bioseguridad, disminuyendo los numerosos y vertiginosos contagios.

En este crítico contexto humano, se dificultó asumir la praxis docente de manera virtual por diversas razones entre estas no contar con el equipamiento apropiado (Computadora, teléfono inteligente, conexión a internet, entre otros), no debiendo obviar la falta de formación o preparación, traducido en desconocimiento y debilidad  en relación al desarrollo de habilidades y destrezas suficientes que posibilitaran el uso de las múltiples APPS disponibles en la actualidad, e intentar realizar una praxis docente de calidad.

Al respecto, las instituciones educativas universitarias deben estar en sintonía con programas de formación que contribuyan a una alfabetización tecnológica/digital que promueva una educación de calidad y en consecuencia llegar a obtener como resultado estudiantes preparados, conscientes y críticos capaces de adaptarse adecuadamente a la llamada transformación o revolución digital, sin menoscabo del desarrollo pleno de sus potencialidades humanas. Profesionales que al insertarse al mundo laboral, sean capaces de seguir aprendiendo (autoformación), asumiendo que los conocimientos previos les sirvan de orientación para desarrollar nuevos saberes, con creatividad e imaginación, novedosos en lo que hacen, ser auténticos. Ahora bien, la tarea queda supeditada a un proceso de formación permanente donde las personas tendrían que estar conscientes de la importancia del aprender, del desaprender y del volver aprender, contextualizando y actualizando sus conocimientos, desde su realidad inmediata sin perder de vista lo mundial, para así lograr un desarrollo individual y social sostenible en el tiempo, apropiándose de la economía digital y sus implicaciones en la vida planetaria.

En síntesis, el mundo está siendo progresivamente modificado por la economía digital, por supuesto esto también cambia lo que necesita y requiere el sistema educativo para promover vidas plenas, productivas en armonía con el otro y con el ambiente. El acceso y la calidad de la información, seguirá constituyendo retos para la economía digital, pero los cambios que reporta la revolución tecnológica nos muestran nuevas encrucijadas en uno y otro sentido. De allí la importancia de desarrollar las habilidades cognitivas que posibiliten la apropiación y uso de impulsores tecnológicos que dan apertura a la transformación digital tales como: redes 4G y 5G, computación en la nube, Internet de las cosas (IoT), inteligencia artificial, análisis de big data, siendo estas las gestoras en propiciar la biotecnología, telemedicina, energías renovables, realidad virtual, robótica, automatización, pagos móviles, ciberseguridad, criptomonedas y vehículos autónomos.

Finalmente, la nueva era de la transformación digital viene a constituir retos y desafíos, además de oportunidades para todos aquellos que comiencen a transitar en la autopista virtual o en este caso particular de la economía digital o del conocimiento, para ello es necesario que desde las instituciones educativas específicamente las universitarias se impulsen, promuevan y fomenten tanto para los docentes como para los estudiantes una cultura digital en pro de gestionar adecuadamente esta realidad, cada día en crecimiento y desarrollo.

 

Bibliográfía

Aoun, Joseph E. (2017): Educación superior a prueba de robots en la era de la inteligencia artificial, Cambridge, MIT Press.

Cobo, J. (2009). El concepto de tecnologías de la información.[Documento en Línea] Disponible Benchmarking sobre las definiciones de las TIC en la sociedad del conocimientohttp://cmapspublic3.ihmc.us/rid=1MNM63T42-7YHX0S-5XD/zer27-<<<14-cobo.pdf.

De Toro, A. (2022).  Economía Digital: ¿Qué es y cómo afecta a los negocios? [Documento en línea]. Disponible en: www.escueladenegociosydirección.com. Consultado: Abril, 2023.

Flores A. (2021). La Falta de talento humano amenaza la transformación digital. [Documento en línea] Disponible en: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/11491005/11/21/La-falta-de-talento-amenaza-la-transformacion-digital-.html. Consultado: Febrero, 2023.

Gonzále, E. Economía Digital en Venezuela. [Documento en línea]. Disponible en: https://cedice.org.ve/economia-digital-en-venezuela-por-enrique-gonzale/. Consultado: Abril, 2023.

 

____________________

¹Licenciada en Administración mención Industrial. Especialista en Docencia Universitaria. Magister en Ciencias Gerenciales, mención Recursos Humanos. Profesora investigadora, miembro de la línea de Investigación en Educación Emancipadora, Gestión del Talento Humano y Agroecología para la Sostenibilidad (EGAS). Subdirectora de Postgrado y Educación Avanzada, UNESR, Maturín-Venezuela.

 

¹ Bachelor’s Degree in Industrial Administration. University Teaching Specialist. Master in Management Sciences, Human Resources mention. Research professor, member of the line of Research in Emancipatory Education, Human Talent Management and Agroecology for Sustainability (EGAS). Deputy Director of Postgraduate and Advanced Education, UNESR, Maturín-Venezuela.

 

Fuente de la Información: Centro Internacional de Investigaciones (CII OVE)

 

 

 

 

 

 

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La educación que queremos: ¿Los androides llegaron ya? (¿Y llegaron bailando el chat chat chat?)

Por: Andrés García Barrios

En esta entrega de «La educación que queremos», Andrés García Barrios nos invita a pensar sobre las implicaciones de que los robots se humanicen.

Ludwig Wittgenstein, filósofo alemán, nos previene: Toda una mitología está contenida en nuestro lenguaje. Con frecuencia, el uso que hacemos de las palabras crea espejismos que nos hacen confundir realidad y delirio. Los docentes tienen la oportunidad de tomar conciencia de esta confusión y ayudar a sus estudiantes a transitar por esas mitologías, que en ocasiones son de verdad alucinantes.

Una de ellas, muy en boga, está presente en nuestras ideas sobre la inteligencia artificial y sobre sus alcances, sus retos y sus riesgos. Los docentes, repito, pueden capacitarse para enfrentar los laberintos conceptuales de sus estudiantes en torno a esas tecnologías. Tomemos por ejemplo dos de éstas, con las que hemos empezado a familiarizarnos: una es el ChatGPT, la otra son esas extraordinarias y sin duda seductoras máquinas de aspecto humano que hacen gestos y hablan cada vez mejor. Empecemos por comprender que esos dos nuevos tipos de robots nos engañan no sólo por su redacción casi humana, sus respuestas tan acordes con nuestras preguntas o sus rostros expresivos, que guiñan el ojo y nos sonríen; también lo hacen por la forma en que nos referimos a ellos: por ejemplo, decir que “los robots nos engañan” o “nos sonríen” (como hago yo aquí arriba) es atribuirles una voluntad que están muy lejos de tener, y sin embargo es muy probable que la mayoría de mis lectores hayan aceptado esas frases sin ningún inconveniente. Es un hecho que si describimos a un robot diciendo que sus sistemas le permiten estar atentopercibirdarse cuentaentendercomunicarse o expresar, nos será cada vez más difícil pensar en él como un objeto inerte, y nos dejaremos convencer de que muy pronto los seres humanos podremos crear máquinas sensibles y conscientes.

Los robots pertenecen, y probablemente siempre pertenecerán, al reino mineral, tanto como una piedra, un auto o la puerta de un elevador cuyos circuitos se bloquean a nuestro paso. Sin embargo, numerosos factores intervienen para que creamos que una máquina posee voluntad propia. Para empezar, los seres humanos somos propensos por instinto a identificar cierto tipo de movimientos como indicadores de que en ellos hay vida. De hecho, es posible que cierta fase “animista” del desarrollo lleve a los bebés a creer que todos los objetos están vivos, cosa que refrendamos los padres y madres cuando un pequeño se golpea con una puerta y exclamamos: “¡Fea puerta!” e incluso lo alentamos a que le devuelva el golpe. Esta fase seguramente se actualiza en la sorpresa que provocan las puertas de un elevador a quienes por primera vez las ven abrirse a su paso (creo que en realidad eso nos sigue ocurriendo a todos de manera inconsciente).  Como anécdota, estoy seguro de que la tía Pacecita, anciana que vivía asombrada por la forma en que su control remoto activaba la tele, luchaba cada día contra la certidumbre de que entre ambos aparatos había un extraño acuerdo.

Pero hay más. Según estudios recientes, una parte de nuestro equipamiento psíquico está destinada a identificar rasgos animales (ojos, caras, cuerpos) en medio de cualquier caos de formas, como el de las nubes o el tirol del techo. Al parecer se trata de estados de alerta instintiva desarrollados por nuestros ancestros para detectar la presencia de agresores ocultos en el entorno.

Añadamos también la empatía que todos sentimos hacia ciertas fisonomías, por ejemplo, el tierno rostro de algunos muñecos de peluche: sabemos que estos son objetos sin vida, y sin embargo, algo en nosotros no está muy convencido de ello (luchamos contra esa certidumbre, como la tía Pacecita). Peor aún, si esos rasgos enternecedores se acompañan de ciertas movimientos “expresivos”, nos será casi imposible negar que detrás de ellos hay una vida y quizás hasta una conciencia. La ilusión quedará consumada si el sujeto en cuestión (perdón, el objeto en cuestión) articula cierto discurso inteligible.

Claro, si a todo lo anterior añadimos nuestra fe casi supersticiosa en lo ilimitado de la ciencia, convertiremos esa ilusión momentánea en una apasionada convicción de que “los androides llegaron ya” (cosa no muy diferente a la vieja creencia de que “los marcianos llegaron ya”). En pocas palabras, volveremos a creer en cuentos de hadas. Y esto no lo digo yo, simplemente parafraseo al gran biólogo Thomas Huxley (amigo personal y principal defensor de Darwin), quien decía: “¿Cómo puede ser que una cosa tan notable como un estado de conciencia surja a consecuencia de una excitación de la materia inerte? Es algo tan inexplicable como la aparición del genio cuando Aladino frota la lámpara” (Huxley no hablaba de excitar materia inerte sino tejido cerebral).

***

No creer en cuentos de hadas no es fácil. Ahí está Pinocho, el muñeco de madera que adquiere un alma humana; ahí está la bellísima escena final de Inteligencia Artificial de Steven Spielberg, en la que unos robots místicos se encuentran con el niño robot protagonista; y está también la conmovedora secuencia de Blade Runner, en la versión de Ridley Scott de 1982, donde el replicante Roy Batty, a punto de desactivarse, llora bajo la lluvia con una paloma blanca en las manos: “He visto cosas que ustedes los humanos no podrían imaginar. Todo eso se perderá en el tiempo, igual que lágrimas bajo la lluvia. Es hora de morir”.

Los adoradores de esas secuencias no me bajarán de desalmado, de inhumano. Sin embargo, yo las adoro igual que ellos, aunque como alegorías de la vida humana, cosa muy diferente a darlas por ciertas y crear utopías o anti-utopías a partir de ellas (con robots que hacen feliz a la humanidad o la destruyen intencionalmente).

Pensemos un poco sobre lo que implica la idea de que los robots se humanicen. Antes que nada, debo aclarar que a mí, como a casi todos, me resulta enormemente seductora y tranquilizante la idea de que a través de la ciencia los humanos podamos dominar la materia al grado de crear seres a nuestra imagen y semejanza. Con tal dominio y autoconocimiento (“conocernos como si nosotros mismos nos hubiéramos creado”, diría la filósofa María Zambrano), sin duda estaríamos en la posibilidad de hacernos inmortales y de edificar realidades inimaginables, sin agotar nunca nuestro potencial creativo y viviendo en eterna armonía con el cosmos y con nosotros mismos. Confieso que si en ocasiones dirijo mi mirada hacia una espiritualidad que no cree que todo se resuelve en el mundo de la materia, no lo hago porque me guste renunciar a esta promesa de la ciencia y prefiera masoquistamente seguir creyendo en un más allá indemostrable. Juro que si supiera que toda la paz que entreveo en lo espiritual se consigue mediante el conocimiento racional y científico, no haría otra cosa que dedicarme por completo a éste y se me vería luchando junto con la comunidad científica para alcanzarlo, aun cuando no me tocara a mí ver su culminación y sólo estuviera trabajando en favor de las generaciones futuras.

Pero resulta que no se necesita reflexionar demasiado para comprender que la realidad no responde del todo a verdades demostrables y que algunos huecos de la ciencia nunca se podrán llenar, no por deficiencia del método científico ni por nuestra incapacidad para entenderlo todo, sino simplemente porque su existencia está envuelta en un misterio que es en sí mismo irresoluble.

Lo anterior se puede aclarar poniendo como ejemplo una de esas dramáticas incógnitas sin solución: la de la aparición de la conciencia. Para hablar de ella, Huxley utilizó la alegoría de la lámpara de Aladino que mencioné arriba, utilísima para empezar a decodificar esa mitología parcialmente instintiva que se oculta en nuestras palabras. Ahora, queriendo avanzar un poco, quiero proponer una segunda alegoría que trata el tema ya no como cuento de hadas sino como relato de ciencia ficción.

***

Imaginemos una supercomputadora construida con los materiales más innovadores del mundo; es majestuosa, veloz y extraordinariamente potente; tiene la capacidad de recibir toda la información que existe en este momento en el planeta, y de procesarla. No hay problema computacional que esta máquina no pueda resolver.

La computadora se encuentra en un cubículo especialmente diseñado para ella. Una mañana, la mujer que se encarga de su mantenimiento, abre la puerta y presencia una escena estremecedora: frente a la supercomputadora, sentado en una silla, hay una especie de ser humano cuyo cuerpo entero se extiende en difusas radiaciones hacia la máquina. La mujer permanece pasmada frente a él. Conforme pasan las horas, van llegando al lugar los operadores expertos, y así como llegan se quedan paralizados, expectantes, sin aliento.

Al día siguiente el lugar está lleno de investigadores especialistas (se ha pedido a la mujer de mantenimiento que abandone el área). Ahora el extraño ser frente a la máquina, se agita, gesticula y hace exclamaciones en armoniosa sintonía con ésta, como si sintiera y a veces presintiera lo que va apareciendo en sus tableros y pantallas.  Las hipótesis sobre su presencia no se han hecho esperar. La primera, y más obvia, es que todo esto es producto de un hackeo, que el extraño personaje es una especie de holograma controlado por alguien ajeno al sistema. Sin embargo, los rastreadores más hábiles no logran hallar la fuente. Después de varias noches de desvelo, esta hipótesis se exacerba: es un hackeo procedente de otra dimensión, idea acorde con las teorías de que nuestro universo es una especie de simulación digital.

Una noche, tres de los investigadores deciden seguir la charla en una cantina y al calor de las copas conciben la hilarante idea de que el extraño ser es un preso político de otra dimensión, que ha sido desterrado, o más bien, in-terrado (los tres expertos ríen cuando inventan esta palabra) en la máquina, a la que ahora está sujeto y de la que no puede escapar. Cuando al día siguiente, ya sobrios, cuentan a sus compañeros las locuras de la noche, no imaginan que detonarán un caos entre los presentes, ¿Y si en efecto el extraño operador es un ser de otra realidad, “caído” en ésta? Todos sus movimientos respaldarían tal idea: la manera en que se mueve, la forma en que todo su cuerpo está conectado a la máquina.

Varios expertos se lanzan a explorar la posibilidad de comunicarse con él a través de otras computadoras, y es así como creen descubrir que el extraño ser “piensa” y “siente” en relación con lo que pasa en la máquina y que es capaz de tomar decisiones adicionales a las de ésta, llevando las capacidades del equipo hacia nuevos confines. Entonces acuerdan plantearle la pregunta “¿Eres una simulación controlada desde otra dimensión o existes realmente? Al hacérsela, el Operador ─ahora le llaman así─ entra en una especie de pasmo y toda interacción con él se pierde. Pasan las horas. Eventualmente se registra actividad. Después de casi medio día, el Operador vuelve en sí con una especie de sobresalto: “Tal vez todos mis pensamientos están controlados desde otra dimensión, pero detrás de ellos hay algo de lo que no puedo dudar: que estoy pensando y que eso significa que existo”. La mayoría de los expertos se sorprende; concuerdan en que hay ahí un ser consciente. Sólo a algunos la respuesta les suena sospechosamente parecida al Pienso, luego existo de Descartes y aseguran que una máquina tan simple como el primitivo ChatGPT podría haber dado esa respuesta.

Las opiniones se dividen dramáticamente. Ahora muchos piensan que el extraño ser no tiene nada que ver con realidades externas sino que es sólo producto de la interacción de la materia, especie de proyección espontánea en la interfase del sistema operativo con los discos de memoria, loop virtual con que la máquina ha adquirido conciencia de sí misma. La hipótesis avanza: el Operador tiene en realidad escasa injerencia en los procesos del equipo, la mayoría de los cuales siguen siendo inconscientes. La hipótesis culmina: el Operador cree que gobierna a la máquina cuando en realidad es gobernado por ella; él se limita a testificar una mínima parte de lo que ocurre en ésta, como un títere que reproduce de forma limitada los movimientos muchísimo más complejos de su manipulador. Algunos proponen que deje de llamársele Operador y se le denomine Testigo u Observador.

Todo es polémica y agitación entre los expertos. Pero algo muy diferente ocurre en el comedor de mantenimiento. Sentada en una silla, la empleada que días atrás vio al Operador por primera vez, no recuerda otra cosa que la imagen que la asaltó al abrir la puerta. Para ella, el único misterio que le parece intrigante es la presencia misma de ese ser aparecido ahí. La verdad es que no sabe ni siquiera cómo formular la pregunta, no sabe si debería decir “¿Qué es?” o “¿quién es?”, “¿es, en realidad?”, “¿por qué?”, “¿para qué?” O simplemente dejar salir un grito. Sus compañeros la han visto sumergirse cada vez más en sí misma…

***

Fin del relato.

El enigma de la aparición de la conciencia ─no sólo en los humanos sino en todos los seres vivos que pudieran tenerla─ parece irresoluble, pero no por eso deja de convocarnos a enfrentarlo. Es sin duda uno de los puntos clave a tratar con nuestros estudiantes en la discusión sobre los límites de la inteligencia artificial y sobre su repercusión tanto en la vida cotidiana como en el devenir planetario. ¿Qué tanto creeremos cuando nos digan que un robot tiene respuestas propias a nuestras preguntas? ¿Nos indignaremos de que un país otorgue calidad de ciudadano a una máquina? El uso de alegorías como las que he planteado sirve para detonar preguntas. Relatos como el de la lámpara de Aladino planteado por Huxley, el mío sobre la supercomputadora o cualquier otro que el docente crea adecuado, puede abrir la discusión: algunos estudiantes negarán que la materia inerte puede hacer emanar de ella un ser consciente; otros afirmarán que llegaremos a conocer el cuerpo humano “como si nosotros mismos lo hubiéramos creado” y que podremos fabricar seres a nuestra imagen y semejanza; sobre esto último habrá quien diga que aún si ese conocimiento fuera posible, aun faltarían muchos, muchos años para llegar a él (tal vez tantos que al momento actual se le recordaría diciendo: “Había una vez…”).

A partir de esos planteamientos surgirán nuevas visiones y nuevas alegorías (un buen ejercicio será pedir a nuestros estudiantes que las elaboren). Nosotros, como docentes, planteemos el dilema y permitamos que las ideas fluyan. Dejemos cualquier conclusión como provisional, y disfrutemos viendo cómo algunos estudiantes se atreven por momentos a avanzar en el camino que plantean los otros. Construyamos con nuestro diálogo la educación que queremos.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/la-educacion-que-queremos-desaprender-lo-que-creemos-sobre-los-robots/

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Bill Gates y sus medias verdades

Construyendo un culpable para los efectos negativos de la transformación digital

 Luis Bonilla-Molina[1]

  1. El cuco pone los huevos en el nido de la urraca

Últimamente me ocurre, cuando escucho o leo a Bill Gates, que mi mente relacional me trae a la memoria a Randle McMurphy, el personaje de la película dirigida por el checoslovaco Milos Forman.  McMurphy nadando entre dos aguas, las de la rebeldía y la sumisión, finge locura en un espacio panóptico orientado por las premisas foucaultianas de vigilar y castigar, siendo llevado por las circunstancias a imitar la ruptura de la apatía ciudadana, empalmando con los miedos y emociones de sus colegas, para intentar escapar del manicomio en el que él mismo se recluyó.

Cada frase de Bill Gates está pensada con lógica mercantil, ponderando los efectos de las mismas en sus acciones y ganancias futuras. En eso se distancia del humanismo subyacente en Randle el personaje fílmico, pues Gates, aun cuando intenta darnos lecciones éticas, su moral es la del mercado. Como todo empresario exitoso, ha adquirido las dotes de alquimista que le permite empalmar con el sentido común ciudadano y convertir nuestras ideas y acciones en decisiones respecto a opciones de mercancías.

Por ello, sorprende que las declaraciones de Gates empiecen a ser multiplicadas por docentes y pensadores críticos como evidencias que sus puntos de vista en materia tecnológica están respaldados por un referente en el área. Bill Gates, líder de una de las once empresas que durante el Apagón Pedagógico Global (APG) de 2020 lograron sumar 3.2 billones de dólares de ganancias, mientras el mundo presenciaba atolondrado la puesta en marcha de un nuevo modelo de privatización, estandarización, mercantilización, estratificación y desterritorialización educativa, declaraba en entrevista[2]publicada el 27 de abril de 2023, que la primera profesión en desaparecer sería la del maestro reemplazada por la Inteligencia Artificial.  A esto se suman las declaraciones de Geoffrey Hinton uno de los ex – CEO de Google, empresa de Gates, respecto a sus temores ante el actual desarrollo de la IA.

Veamos en un marco más amplio la razón de estas declaraciones

  • ¿Por qué Gates culpa a la Inteligencia Artificial de la desaparición de la profesión docente y, Hinton hace mea culpa?

Estas declaraciones tenemos que valorarlas en una lógica de disputa de mercados tecnológicos en la coyuntura y de aspiración estratégica de la industria de los algoritmos.

Microsoft y Google van detrás de la carrera por la Inteligencia Artificial, ante la delantera que les ha tomado OpenAI, la empresa lideradas por Elon Musk y Sam Altman, esto ha colocado a la defensiva a los gigantes de la programación y uno de los buscadores en internet más usado. Las declaraciones procuran generar pánico y resistencias que limiten la adquisición y suscripción a plataformas como ChatGPT,  intentando ganar tiempo para que Google y Microsoft logren desarrollos que impidan que OpenAI monopolice el mercado de la inteligencia artificial.

Pero además, Gates quien durante los últimos años viene presentando a las instituciones educativas y docentes como utilería y personajes del parque jurásico de los sistemas escolares presenciales, con la afirmación de caducidad de la profesión docente, usa su prestigio y capacidad comunicacional como influencer para seguir construyendo hegemonía sobre la “inevitabilidad” de la educación virtual asistida por inteligencia artificial.

Y es que no es fácil que la ciudadanía del orbe asimile la idea de una sociedad sin las escuelas, bachilleratos y universidades presenciales, a las que entendemos como parte de la arquitectura social moderna. Por ello, no pierden oportunidad para ir sembrando la semilla del “pase inevitable” de la presencialidad a la virtualidad.

De hecho, cuando desde 2015 denunciamos la posibilidad de un Apagón Pedagógico Global (APG) que no era otra cosa que el paso abrupto a la virtualidad a escala planetaria, en un mismo tiempo histórico, con el propósito de alfabetizarnos en lo virtual-digital, para la mayoría de colegas esta posibilidad les parecía imposible que ocurriera y tuvo que llegar la pandemia para que millones de docentes y estudiantes transitaran el ABC de la conexión virtual, el uso de plataformas, la mediación digital en los aprendizajes; eso lo saben las corporaciones tecnológicas y no pierden oportunidad para introducir en el colectivo social la imagen de un sistema educativo no presencial. “Tanto va el cántaro a la fuente hasta que la rompe” dice el adagio popular.

  Gates y las corporaciones tecnológicas, cual corsarios del siglo XXI, ven el presupuesto para la nómina docente, infraestructura, dotación de equipos y materiales y actualización tecnológica, asignados a los sistemas escolares, cuyo monto según los países van del 3% al 12% del PIB, como un botín al cual asaltar, sacando a los docentes de la ecuación y sustituyéndoles por Inteligencia Artificial y otras mercancías algorítmicas.

Por supuesto, que esto tiene su base en una epistemología del aprendizaje derivado de tendencias instrumentales de la neurociencia, que igualan el cerebro a una máquina y el aprendizaje a suministro de datos, como si el saber humano y el conocimiento científico no tuvieran un enorme componente emocional, afectivo y experencial.

Todo ello tiene que ver con lo que Berardi (2019, p.170) describe como “implicaciones automáticas de agentes humanos reducidos a funciones meramente operacionales”.  Hoy la mayoría de estudiantes y docentes tienen dificultades para explicar las leyes científicas y procesos de los equipos tecnológicos que usan, no por defecto del sistema escolar y las universidades, sino porque el neoliberaismo logró instrumentalizar el saber, construyendo en las escuelas y universidades el sentido común del operario.

Ciertamente, necesitamos regular socialmente el uso y la creación de inteligencias artificiales, sobre todo para despojarlas de la pretensión de asumirse como lugares de enunciación de la verdad, pero la mea culpa de Hinton no va acompañada de caminos alternativos, de opciones de trabajo que permitan repensar la orientación estratégica de los algoritmos, sino de una narrativa que convoca a la parálisis, el temor y pretende dotar de “autoridad ética” a quienes llaman a parar porque se quedaron atrás en la carrera tecnológica, los mismos que nos venderán chatarra algorítmica cuando estén en la punta de las innovaciones.

  • China: ¿La estalinización del capitalismo o el fascismo del imperialismo asiático emergente?

Hoy vi un video en tik tok, preparado por la influencer Ana Karen Ramírez (@anaqueenmaker) en el cual muestra algunos de los usos que está dando China a la Inteligencia Artificial, el reconocimiento biométrico facial, los análisis de metadatos y los bloques de datos en su sistema escolar. Esto no es nuevo, en la Conferencia Mundial de Inteligencia Artificial, realizada en ese país en el año 2019, las autoridades del gigante asiático mostraron el papel que le estaban otorgando a esas herramientas para controlar, medir y tomar decisiones sobre el rendimiento real de los y las estudiantes en las aulas, con fines de mejorar el sistema escolar y disminuir costes, al retirar de las universidades aquellos estudiantes con bajo nivel de concentración y atención en las aulas.

El video de Ramírez muestra como a los y las estudiantes se les coloca una banda electrónica en la frente y alrededor de la cabeza,  que permite saber si está poniendo o no atención a la clase que se imparte, midiendo los niveles de concentración, cuya lectura algorítmica es enviada en tiempo real a profesores, familias y autoridades educativas, para alimentar los procesos de toma de decisión. También muestra los robots dentro de las aulas que monitorean la salud de quienes están en clases, así como las interacciones que ocurren allí. Además, menciona que los uniformes de los niños, niñas y jóvenes tienen chip, o internet de las cosas, que permite saber dónde está cada estudiante.

Este uso orweliano del algoritmo y la inteligencia artificial le quita al docente su capacidad de valoración subjetiva de los y las estudiantes, de empatía emocional, convirtiendo cada acto en las aulas en un simple dato, eso sí con consecuencias inmediatas sobre la permanencia y la inclusión. Ese no es el uso que consideramos se debe dar a la IA, mucho menos porque sabemos que es un modelo transicional a la desaparición de la escuela pública presencial, aunque ello aún no aparezca expresado de manera nítida y concreta en las políticas públicas de ese gobierno.

El uso para fines de control y como indicador de inversión educativa de la IA por parte del gobierno chino, nos lleva a preguntarnos si estamos en presencia de una estalinización del capitalismo de ese país o ante el surgimiento del fascismo en el imperialismo asiático emergente.  En cualquier caso, como lo ha expresado su líder Xi Pin en el Foro Mundial de Davos (2022), China aspira a que la economía mundial sea orientada por la Organización Mundial de Comercio (OMC), la cual tiene como eje en materia educativa la transformación digital capitalista, que conduce a la disolución de las instituciones educativas presenciales. Por lo tanto, a nivel estratégico lo que hace China y lo que dice Bill Gates terminan coincidiendo, solo se diferencian en el número de cuenta en la cual caerán las ganancias por semejante despropósito.

  • La UNESCO en el juego de las máscaras

Es terrible el giro de la UNESCO de las últimas tres décadas. Si bien UNESCO forma parte del acuerdo de gobernabilidad que emanó de la segunda guerra mundial y es el rostro educativo del Tratado de Bretton Woods y el Consenso de Washington, es innegable que hasta la llegada del neoliberalismo el organismo multilateral estaba revestido de una aureola de pluralidad y defensa de la educación. Muchas veces coincidimos en agendas y reivindicaciones, otras no tanto.

Pero lo que ha ocurrido en el último periodo es digno de una “historia crítica de la UNESCO” proyecto en el cual estamos embarcados. La Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES2022) realizada en Barcelona, España, fue la culminación de un lenta pero sostenida subordinación de UNESCO a los designios de las Bancas de Desarrollo, la OMC, las grandes financieras globales y la agenda de Davos, como se evidenció en los debates de micro acreditación, transformación digital e Inteligencia Artificial.

Lo que queda claro a estas alturas, es que no podemos buscar en UNESCO lo alternativo, sino el discurso más refinado de hegemonía del capital en materia educativa.

  • Necesitamos derrotar el pesimismo intelectual

Un fantasma recorre la academia y parte importante de la intelectualidad mundial.  Son décadas diciendo que el capitalismo está en “crisis terminal”, que está “a punto de caer” y viene “una sociedad de justicia social”, mientras que en la realidad el capitalismo y su ideología están más fuertes que nunca, destruyendo la vida en el planeta, generando involución de conquistas sociales como la jubilaciones, pensiones y 8 horas de trabajo. Tal vez esta oscilación epiléptica causa desánimo, pero la intelectualidad es guardiana de la esperanza razonada, de la utopía fundamentada del provenir.

Este pesimismo intelectual se ha expandido con la llegada del neoliberalismo, la caída de la URSS y el paradigma del fin de la historia, y quienes hemos logrado escapar de sus oscuras garras no terminamos de recuperar la esperanza de las décadas precedentes.

Esto adquiere un matiz dramático en materia de transformación digital, imperio de los algoritmos e inteligencia artificial, donde pareciera que la dicotomía es mirar para otro lado o sentirnos inevitablemente aplastados por el cambio de énfasis tecnológico.

Urge recuperar la capacidad de la intelectualidad crítica para situarnos de manera propositiva y alternativa frente a la ofensiva del capital para imponer un modo único de entender la aceleración de la innovación.

  • Lo digital-virtual y la Inteligencia Artificial como actividades en disputa

Recuperar la esperanza pasa por entender lo nuevo en materia tecnológica como un campo de disputa, como un terreno donde debemos pensar lo alternativo para las mayorías ciudadanas, para la clase trabajadora, para los pobres de la tierra. Despojar lo nuevo de la voracidad del capital que quiere convertirnos en simples mercancías compradoras. Por ello me atrevo a pensar una agenda mínima de trabajo, debate y lucha:

  1. Debate sobre la imposibilidad de colocar la IA como lugar de enunciación de la verdad. Desde la filosofía política y las pedagogías
  2. Conformación de equipos para desarrollar taxonomías para plataformas virtuales que resulten apropiadas para fomentar el pensamiento crítico, la creatividad y el paradigma emancipatorio. Las taxonomías son el punto de partida `para los programadores y las estructuras algorítmicas, así como para la IA
  3. Repensar los sistemas escolares y las dinámicas pedagógicas para la educación presencial en un contexto de inusitada aceleración de la innovación:
  4. Políticas públicas para la justicia social, la inclusión y la autonomía en un contexto de transformación digital, emerger de lo virtual, irrupción de las IA y expansión de los algoritmos;
  5. El mundo del trabajo y las garantías sociales en la sociedad del internet de las cosas,

Desde el Estado ello comienza con dos pequeños pasos: a) Internet gratuito y de ancha banda para todos y todas y b) universalización del acceso a aparatos y equipos de conexión remota

¿Nos juntamos para ello?

Lista de referencia

Berardi, B (2019) Futurabilidad: la era de la impotencia y el horizonte de la pluralidad. Ediciones La Caja Negra. Argentina

Forman, M (1975) Alguien voló sobre el nido del cuco. https://rakuten.tv/es?content_type=movies&content_id=alguien-volo-sobre-el-nido-del-cuco

Gates, B (2023) Esta es la profesión que primero desaparecerá con la llegada de la inteligencia artificial, según Bill Gates” https://www.guatevision.com/internacionales/esta-es-la-profesion-que-primero-desaparecera-con-la-llegada-de-la-inteligencia-artificial-segun-bill-gates

Hinton, G (2023) El padre de la inteligencia artificial reconoce que cometió un error y ahora habla d sus temores ante las IA https://www.semana.com/tecnologia/articulo/padre-de-la-inteligencia-artificial-reconoce-que-cometio-un-error-y-ahora-habla-de-sus-temores-ante-las-ia/202347/

Ramírez, A.K (2023) En China la inteligencia artificial llegó hasta los salones  https://vm.tiktok.com/ZMYKVpKqg/


[1] Doctor en Ciencias Pedagógicas, Postdoctorados en Pedagogías Críticas y Propuestas de Evaluación de la Calidad Educativa. Miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).  Socio de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación. Integrante de la Asociación latinoamericana de Sociología (ALAS) y la Fundación Kairos.  Director de investigaciones del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en educación (CII-OVE). Profesor universitario

[2] Esta es la profesión que primero desaparecerá con la llegada de la inteligencia artificial, según Bill Gates” https://www.guatevision.com/internacionales/esta-es-la-profesion-que-primero-desaparecera-con-la-llegada-de-la-inteligencia-artificial-segun-bill-gates

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Silvia Leal: “La Inteligencia Artificial y las experiencias inmersivas provocarán una revolución en la educación”

Por: Regina de Miguel

La ciencia y la tecnología son dos de las pasiones de Silvia Leal, experta internacional en tendencias de futuro. Con ella hemos hablado, entre otras cuestiones, de los retos a los que se enfrenta el sistema educativo y las tecnologías que lo transformarán.

Doctora en Sociología; asesora de la Comisión Europea en estrategia digital; autora del libro ‘Y de repente… llegó el metaverso’ y del podcast ‘Tendencias con Silvia Leal’; y una de las 10 expertas más influyentes de España durante tres años seguidos según el ránking ‘Mujeres Top 100’. Así es Silvia Leal, experta internacional en tendencias de futuro, tecnología y metaverso que además ha tenido su propio programa de ciencia y tecnología en la 2 de TVE, ‘La Cuarta Revolución’.

Con una larga trayectoria en el mundo empresarial y académico, Silvia se ha convertido además en una destacada conferenciante gracias a sus habilidades para hablar en público y conectar con su audiencia. Crítica con el papel de las familias y los centros educativos a la hora de las niñas cuenten con más referentes en los campos científicos y tecnológicos, apuesta por una transformación en la educación y la incorporación de tecnologías como la Inteligencia Artificial o las experiencias inmersivas que hagan que el aprendizaje sea más personalizado y de mayor impacto.

Pregunta: ¿Cuáles considera que serán las tendencias tecnológicas que transformarán la educación en los próximos 5 años? ¿Y en 10 años?

Respuesta: En mi opinión, hay dos tendencias que se seguirán introduciendo poco a poco, porque ya están en ello, pero que acabarán provocando una revolución: la Inteligencia Artificial y las experiencias inmersivas (realidad virtual, aumentada, mixta y metaverso). Los motivos son sencillos. En el caso de la primera, porque permite personalizar el aprendizaje y porque el impacto en el tiempo de estudio y la satisfacción personal son clarísimos. Y respecto a la segunda, porque son tecnologías capaces de generar experiencias de alto impacto imposibles de olvidar. Pero, además, hay que tener en cuenta que se complementan muy bien con el ocio de las nuevas generaciones. Por ello, son herramientas que permiten formar a los estudiantes de forma muy eficaz mientras sienten que están disfrutando.

Silvia Leal

P: Hace unos meses parecía que ‘el futuro pasaba por el metaverso’, pero la irrupción de una herramienta de IA como ChatGPT ha hecho que parezca que ya no existe. ¿Qué recorrido tendrán una y otra en el entorno educativo?

R: El metaverso sigue ahí a tope, lo que sucede es que los medios de comunicación buscan otras noticias y esa se ‘ha quemado’ ya. No hay que olvidar que el metaverso y los nuevos mundos virtuales son mucho más que Meta y Mark Zuckerberg, y al resto de proveedores no les está yendo precisamente mal con esta apuesta. Por si fuera poco, aunque hablamos de metaverso, lo cierto es que no es nada nuevo, sino la fusión de una serie de tecnologías como la realidad virtual, aumentada o mixta con el 5G o la gamificación. Así que, si no hay quien las frene de forma individual, ¿qué nos debería llevar a pensar lo contrario al unirse?

Respecto a ChatGPT sucederá lo mismo. No es algo nuevo. Google ya estaba haciendo cosas parecidas con su Inteligencia Artificial: hace algunos años anunciaron que escribía poemas e incluso partituras musicales. La diferencia está sobre todo en el salto de calidad, y en que ahora somos conscientes de que debemos estar muy alerta a los retos y a las oportunidades que nos traen tecnologías como esta a la educación de nuestros hijos.

«Debemos estar muy alerta a los retos y oportunidades que nos trae la tecnología para la educación de nuestros hijos»

P: Como una de las mujeres más influyentes de España, ¿cree que las niñas tienen suficientes referentes y libertad para elegir su futuro profesional sin estereotipos?

R: Por desgracia creo que aún no somos conscientes de lo mucho que nos queda por avanzar, pero me siento optimista. Hace unos días mi hija de 12 años preguntó a ChatGPT qué profesión elegiría si fuera un humano y le dijo que sería ingeniera, así que mi hija (que ya lo estaba pensando) cada día lo tiene más claro. ¡Y ChatGPT se ha convertido así en un nuevo referente para ella! Pero volviendo a la pregunta, tenemos pocos referentes y los medios de comunicación son los que realmente tendrían la clave para marcar un antes y un después en este escenario, porque estamos viendo que desde las familias y los colegios sigue siendo complicado, aunque es imprescindible que no bajen la guardia y sigan en ello.

P: ¿Cómo atraería este futuro talento femenino para despertar su interés por la ciencia y la tecnología?

R: Todos conocemos la famosa serie de televisión ‘Urgencias’. Marcó una época porque desde que se estrenó se crearon muchos otros formatos con una trama parecida, ¿no es cierto? Pero, ¿cuántos saben por qué se creó? Fue porque en Estados Unidos hacían falta médicos y a alguien le pareció la mejor solución para lograrlo. ¡Y dio en el clavo! Por ello, me aseguraría que en la actualidad se creasen un par de series con este objetivo. También fomentaría que se hiciera para las redes que, al fin y al cabo, es su espacio natural. Creo que, de hecho, no tardaría en funcionar.

«El problema del mercado laboral es que cambia a velocidad de vértigo y es muy complicado adaptarse a su ritmo. No obstante, hay que seguir trabajando en ello y en las vocaciones»

P: ¿Qué opina del sistema educativo actual y cuáles son los principales retos a los que se enfrenta?

R: Como madre de dos hijos, uno de 13 años y otra de 12 años, creo que efectivamente tiene que cambiar y seguir incorporando tecnologías como la inteligencia artificial o las experiencias inmersivas; tecnologías que hagan que el aprendizaje sea más personalizado y de mayor impacto. Sin embargo, debo decir también que están muy motivados y, que se lo pasan muy bien en clase, por lo que no tengo ninguna duda de que se están dando pasos relevantes.

P: El componente tecnológico tiene cada vez más peso en la enseñanza, pero no podemos olvidarnos del relacionado con la parte de las emociones, que es igual de importante. ¿Cómo se pueden equilibrar ambos?  

R: No entiendo a qué se debe esa costumbre de enfrentar ambos. Es como decir que por meter música habría que quitar deporte, o que las clases de inglés restarían horas de matemáticas. Estamos en un mundo en el que no es suficiente saber tecnología, ni tampoco tener una buena inteligencia emocional; hacen falta las dos.

Silvia Leal

P: ¿Prepara el sistema educativo actual a los estudiantes para su futuro profesional? ¿Qué se podría mejorar?

R: El problema del mercado laboral es que va muy rápido, cambia a velocidad de vértigo y es muy complicado adaptarse a su ritmo. No obstante, efectivamente, hay que seguir trabajando en ello y, sobre todo, en las vocaciones. No puede ser que las ingenierías tengan en muchas universidades problemas para llenarse. Y, desde luego, hay que generar mucha vocación STEM entre nuestras niñas.

Estamos en un mundo en el que no es suficiente saber tecnología, ni tampoco tener una buena inteligencia emocional; hacen falta las dos”

P:  Se habla (y mucho) de que el alumnado debe fomentar sus habilidades digitales pensando en su futura incorporación al mercado laboral. Además de estas, ¿qué otras habilidades deben trabajar y desarrollar?

R: Como mencionamos antes, es fundamental la inteligencia emocional, pero también hay que desarrollar mucho la creatividad o el espíritu crítico. Pero si me tuviera que quedar con una sola cosa diría que la clave está en la “orientación al aprendizaje”. Es necesario asumir que necesitamos formarnos a lo largo de toda la vida y que, de hecho, se trata de algo positivo que nos permitirá desarrollarnos y aportar mucho más lo que, sin duda, repercutirá sobre nuestro éxito personal y profesional.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/silvia-leal/

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