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Por qué la educación emocional debería ser parte central de la escuela

Clarin.com

La especialista en educación Laura Lewin conversó con Clarín sobre la importancia de incorporar la educación emocional a los contenidos escolares.

En la actualidad los modelos de crianza están siendo cuestionados, repensados y debatidos. Pero la discusión también se extiende fuera de casa y alcanza, sin duda, a los paradigmas del sistema educativo tradicional.

En este contexto que la especialista en educación Laura Lewin hace un llamado acerca de la importancia de enfocar los esfuerzos no sólo en la instrucción de contenidos académicos, sino en la educación emocional de los chicos.

“¿De qué le sirve a un alumno saber la tabla del nueve o las partes de una célula si no puede manejar su ira?”, se cuestiona Lewin en diálogo con Clarín. Es que, para la especialista, que cada niño o niña pueda comprender y regular sus propias emociones también es fundamental tanto dentro como fuera del aula.

“Históricamente, la escuela ha formado estudiantes en lo cognitivo y en lo cultural. Pero hoy debe asumir el enorme desafío de formar a personas, además, con herramientas sociales y emocionales que les permitan afrontar los desafíos de la vida”, asegura la especialista en educación, quien aboga por un cambio que vaya “de la escuela del saber a la escuela del ser”.

Pensar en la educación emocional como una de las prioridades de la escuela es "un desafío tan grande como urgente", dice Lewin. (Foto: ilustración Shutterstock)
Pensar en la educación emocional como una de las prioridades de la escuela es «un desafío tan grande como urgente», dice Lewin. (Foto: ilustración Shutterstock)

Desde luego que los contenidos son fundamentales, indica, pero pueden ser complementados con un componente que les permita cultivar la inteligencia emocional.

De la inteligencia académica a la inteligencia emocional: repensando la educación

En lo que Lewin denomina como un “desafío tan grande como urgente”, señala que la educación emocional es un componente fundamental en el desarrollo integral de los estudiantes. Al integrarla, dice la experta, “no sólo estamos contribuyendo a la salud mental de los chicos, sino que los ayudamos a desarrollar sus habilidades socioemocionales, que les serán útiles mucho después de su paso por la escuela, es decir, en su vida adulta”.

Pero, ¿en qué consiste la educación emocional? Lewin explica que es aquella cuyo objetivo principal es “proporcionar a los estudiantes las herramientas necesarias para reconocer, comprender y autorregular sus emociones de manera adecuada”.

En palabras de la especialista, “a través de esta formación, los chicos aprenden a manejar el estrés, a resolver conflictos de manera pacífica, a cultivar la empatía y a tomar decisiones informadas, entre otras habilidades esenciales, fundamentales para su bienestar personal y social”.

5 razones por las que la educación emocional no puede ser ignorada

Que los chicos tengan contención y obtengan herramientas de gestión emocional es tan importante como que dominen el contenido académico. (Foto: ilustración Shutterstock)
Que los chicos tengan contención y obtengan herramientas de gestión emocional es tan importante como que dominen el contenido académico. (Foto: ilustración Shutterstock)

Lewin señala que cuatro razones por las que la educación emocional de los estudiantes es tan importante como el dominio de los contenidos escolares.

1. Desarrolla el autoconocimiento en los estudiantes: Lewin explica que “la educación emocional contribuye al desarrollo del autoconocimiento. Es decir, se prepara a los estudiantes para que puedan identificar sus propias emociones y a comprender cómo estas influyen en su comportamiento”. También agrega que hacerlo contribuye a una mayor autoestima; lo que, a su vez, se traduce en un mejor rendimiento académico y una capacidad para enfrentar los desafíos de la vida.

Si no conocemos nuestras emociones, es probable que no sepamos gestionarlas ni regularlas, de ahí que Lewin destaque que es primordial –de acuerdo a su edad- que vayan aprendiendo a manejar el estrés, la ansiedad y la frustración. “La capacidad de autorregular las emociones les permite a las personas mantener un equilibrio emocional que promueve la concentración, la motivación y el bienestar”, precisa.

Desde muy chicos, niños y niñas pueden identificar y comenzar a gestionar sus emociones. (Foto: ilustración Shutterstock)
Desde muy chicos, niños y niñas pueden identificar y comenzar a gestionar sus emociones. (Foto: ilustración Shutterstock)

2. Contribuye a crear una comunicación respetuosa y efectiva: La educación emocional fomenta las relaciones interpersonales. «A través del desarrollo de la empatía y la comunicación efectiva, los estudiantes desarrollan una mayor capacidad para comprender y respetar a los demás. Esto promueve la construcción de relaciones sanas, tanto en el ámbito escolar como en el social», sostiene Lewin.

De hecho, la experta y oradora TED también considera que la educación emocional también ayuda a prevenir y reducir el acoso escolar o bullying, ya que» promueve el respeto y la empatía hacia los demás».

3. Favorece un buen entorno escolar: En este punto, Lewin cita al famoso psicólogo y teórico Lev Vygotsky con su frase: “Los niños crecen en el ambiente Intelectual de quienes los rodean”, de modo que el clima escolar se ve beneficiado por la implementación de la educación emocional.

«Cuando los estudiantes se sienten seguros emocionalmente, se crea un entorno más productivo y saludable. Esto no sólo mejora la convivencia dentro del aula, sino que también propicia un ambiente favorable para el aprendizaje», agrega.

El clima escolar es más favorable cuando enseñamos y aplicamos la educación emocional en los chicos. (Foto: ilustración Shutterstock)
El clima escolar es más favorable cuando enseñamos y aplicamos la educación emocional en los chicos. (Foto: ilustración Shutterstock)

4. Promueve la resolución efectiva de conflictos: La cuarta razón que esgrime la especialista es que, al tomar en cuenta la educación emocional, también se promueve el desarrollo de habilidades sociales y la resolución de conflictos. «Los estudiantes aprenden a comunicarse de manera efectiva, a escuchar activamente y a expresar sus necesidades y opiniones de manera respetuosa. Estas habilidades son fundamentales para establecer relaciones saludables, tanto en el entorno escolar como en el futuro entorno laboral», explica.

No es menor, asegura Lewin, que la educación emocional también tenga un impacto significativo en el desempeño académico de los estudiantes. Si los chicos aprenden a manejar sus emociones, también pueden concentrarse mejor en sus tareas, tienen una mayor capacidad de atención y pueden regular su nivel de estrés en el aula en situaciones como la de un examen.

La experta incluso asoma: «Podríamos pensar, tal vez, que el desarrollo de habilidades socioemocionales podría ser el factor clave contra el fracaso escolar».

Si los chicos aprenden a manejar sus emociones, también tienen una mayor capacidad de atención. (Foto: ilustración Shutterstock)
Si los chicos aprenden a manejar sus emociones, también tienen una mayor capacidad de atención. (Foto: ilustración Shutterstock)

5. Ayuda a prevenir problemas de salud mental: Lewin destaca como otro aspecto importante de la educación emocional su contribución a la prevención de problemas de salud mental. «El desarrollo de habilidades emocionales sólidas ayuda a los estudiantes a identificar y gestionar las señales de alerta temprana de problemas como la ansiedad, la depresión y el estrés crónico», afirma. De esta manera, es posible brindarles las herramientas y las estrategias para que los estudiantes puedan promover su bienestar general.

«Al ayudar a los estudiantes a desarrollar estas habilidades emocionales desde una edad temprana, se fomenta la formación de ciudadanos responsables y empáticos», dice Lewin, quien añade cuánto impacto colectivo podría sumar esta transformación en el futuro. En su opinión, «es esencial que los sistemas educativos reconozcan la importancia de la educación emocional y la integren de manera efectiva en las escuelas para garantizar un desarrollo integral de los estudiantes».

En resumen, Lewin descarta un abordaje en el que se piense a la inteligencia emocional «como una moda», cuando la educación emocional es «la base para una sociedad más empática, resiliente y equilibrada, no podemos permitirnos ignorarla».

Asesoró Laura Lewin, autora, capacitadora y especialista en educación. Es oradora TEDx y ha escrito numerosos libros, como «Fuertes y Felices, el manual que no te entregaron cuando tuviste hijos» (Editorial Bonum). En Instagram, @lauralewinonline.

https://www.clarin.com/familias/educacion-emocional-deberia-parte-central-escuela_0_sv57bD9sta.html

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Educación emocional o la conversión de los sujetos en ‘empresas de sí’

Por: Teresa García Gómez

Las prácticas mayoritarias que se están incorporando cada vez más en las aulas: cursos de educación emocional, de inteligencia emocional, coachingmindfulness, autoayuda, etc., contribuyen, de hecho, a una mayor psicologización de los problemas educativos y a su individualización, encubriendo las desigualdades y buscando soluciones individuales ante problemas que son contextuales y estructurales y obviando el papel que tiene en ellos la cultura escolar.

Las políticas educativas (leyes, planes de formación del profesorado, etc.) incorporaron hace ya algunos años la “gestión emocional” como principio pedagógico. Las emociones, como si de una empresa se tratara, se dirigen, se organizan, se manejan, se administran, se orientan y con las que se realizan las diligencias oportunas para el logro de un proyecto. Este proyecto es el bienestar propio para el logro de la felicidad. Así nos lo hacen ver las propuestas y las prácticas mayoritarias que se están incorporando cada vez más en las aulas de los diferentes niveles educativos: cursos de educación emocional, de inteligencia emocional, coachingmindfulness, autoayuda, etc. y que están siendo muy bien acogidas tanto por el alumnado como por el profesorado y por quienes se ven implicados indirectamente en ellas, como las familias y la comunidad educativa. Esta buena acogida, en gran parte, se debe: a) al empleo de un lenguaje fácilmente comprensible y de un discurso que apela al sentido común —quién no desea el bienestar de las personas o quién duda de que las técnicas de concentración y relajación ayudan a centrarse en la tarea en una sociedad acelerada y sobre-estimulada—; b) a la introducción de actividades y juegos divertidos que rompen con la rutina del trabajo escolar y relajan el clima de las aulas; y c) al ofrecimiento de una serie de técnicas que se convierten en recetas fácilmente aplicables. Son prácticas amables que parten de la idea de que el bienestar propio está en el interior de cada persona, por ello invitan a mirarse, escucharse, sentirse, indagarse y encontrarse para conocer el verdadero yo, puesto que lograr el bienestar propio es una cuestión individual, depende de uno mismo, de nuestra actitud y voluntad.

Dichas prácticas proporcionan una serie de herramientas para gestionar y controlar las emociones, clasificándolas y considerándolas en sí mismas como positivas y negativas no para atender a los hechos que las provocan y analizarlos críticamente en los contextos en los que se producen, sino para potenciar las primeras y evitar las segundas, que en el caso de no conseguirlo se diagnosticará con algún trastorno y, por tanto, tratable. Hecho que explicaría el aumento de síndromes y el número de personas diagnosticadas con alguno de ellos en estos últimos años.

Por otra parte, el conjunto de prácticas que vienen realizándose en educación emocional, inteligencia emocional, coaching y mindfulness van dirigidas al autocontrol, a la autorregulación, al autoconocimiento, al autodescubrimiento, a la autodeterminación, a la autosuficiencia, al autocultivo, a la autoconciencia y a la autorresponsabilización para el logro de los deseos y objetivos propios, convirtiendo al sujeto en empresa de sí, él es su propio proyecto, invirtiendo tiempo y esfuerzo en el desarrollo de una serie de habilidades, a través del entrenamiento constante, que formarán el capital humano para el futuro desempeño laboral. Es el entrenamiento en la institución educativa del gobierno de sí, del autogobierno, ajustando así, voluntariamente, la conducta y las expectativas a las prácticas y demandas de esta y en un futuro a las del mercado laboral sin que sea necesaria la imposición o la coacción. Es la formación de la subjetividad neoliberal, alimentando el yo, que está íntimamente ligada a la competencia del espíritu emprendedor. Es aprender a ser, un ser sujeto neoliberal o neosujeto, como lo denominan Laval y Dardot en su libro La nueva razón del mundo.

Colocan al sujeto como responsable de su estado y éxito académico, y, por ello, la mirada y la acción siempre recaen sobre él, obviando los contextos escolar, familiar, socioeconómico, político y cultural.

Prácticas que, además y como consecuencia de todo lo anterior, tal y como declaran sus defensores, tienen también como finalidad resolver problemas en el aula, previniendo o tratando estados de ansiedad, depresión y estrés, etc., y mejorar el aprendizaje y el rendimiento académico. Estos objetivos evidencian la idea de la que parten: dichos estados y el éxito escolar se deben a factores psicológicos e individuales. De ahí que coloquen al sujeto como responsable de los mismos, y, por ello, la mirada y la acción siempre recaen sobre él, obviando los contextos escolar, familiar, socioeconómico, político y cultural; en definitiva, desconsiderando las condiciones materiales de existencia de los individuos. Sirva de ejemplo las declaraciones, recogidas en un vídeo, que alumnado y profesorado de educación secundaria realizan para promocionar los supuestos beneficios del mindfulness en el aula en una conferencia dirigida a futuros y futuras docentes. Una profesora manifiesta que es muy estresante trabajar con treinta estudiantes en una clase con la competitividad que existe entre ellos y la ansiedad y el estrés que les genera los exámenes. Por otro lado, una alumna expresa haber sentido tristeza, mucha presión y estrés por las calificaciones al depender de estas su futuro. Ante los síntomas que se manifiestan en el sujeto, donde claramente la causa está en los requerimientos de las políticas educativas, en las prácticas realizadas en los centros escolares, en las expectativas familiares, etc., se recurre a la enseñanza de una serie de técnicas para la gestión del mundo afectivo y emocional con el objeto de que cada uno florezca y crezca para una mayor eficacia y rendimiento. Solo es cuestión de ejercitar una serie de habilidades para el bienestar propio, que cada persona trabaje “su interior”, sin un cuestionamiento de las circunstancias y situaciones que están produciendo dichos síntomas, como es un sistema de evaluación segregador y competitivo no centrado en la valoración de los aprendizajes sino más en la clasificación, diferenciación y jerarquización del alumnado, o para el establecimiento de rankings, o un currículum sobrecargado de contenidos que se tienen que memorizar. Y si el propio bienestar no se consigue, la responsabilidad siempre será del sujeto, pues es este quien no está gestionado bien sus sentimientos y emociones o no ha ejercitado lo suficiente ni de manera continuada; entrenamiento que, por otra parte, nunca tendrá fin porque no actúa sobre el origen de los problemas, los cuales son estructurales y no personales.

Estas acciones están contribuyendo a una mayor psicologización de los problemas educativos y a una individualización de estos, encubriendo las desigualdades y promoviendo el conformismo y la adaptación de los sujetos a las circunstancias y situaciones, buscando soluciones individuales ante problemas que son contextuales y estructurales y obviando el papel que tiene en ellos la cultura escolar.

La expansión de esta psicología para la gestión emocional en los contextos educativos tiene otras consecuencias. Entre ellas, genera una falsa conciencia al dirigir la mirada al interior ante los distintos problemas, al yo, y los problemas educativos no son de carácter psicológico, sino políticos, socioeconómicos y pedagógicos, tales como el escaso presupuesto destinado a la educación pública; la condiciones laborales del profesorado; el currículum academicista; las prácticas organizativas y de enseñanza excluyentes y reproductoras de las desigualdades sociales en relación a los géneros, la clase social y la cultura; etc.

Asimismo, refuerza y mantiene la separación de lo emocional y lo intelectual, la falsa idea de que sentimos con el corazón y pensamos con la cabeza, de ahí que prioricen las emociones. Estas en sí mismas no permitirán al alumnado entender las problemáticas de nuestro tiempo y a las que se deben enfrentar y cómo les afecta según el grupo social de origen al que pertenece si no se realizan procesos de reflexión y análisis que nos conduzcan a comprender y a buscar los modos de cómo las instituciones escolares deben abordarlas en el desarrollo de un trabajo educativo y no psicológico.

Por otra parte, implica que las instituciones educativas renuncien al desarrollo de una verdadera función educativa, una educación crítica, al apostar por una educación terapéutica y abandonar el campo de la pedagogía y de la didáctica para dar más espacio a este tipo de psicología en la educación, lo que implica renunciar a un proyecto común, no solo de escuela sino como sociedad.

Es necesario salir de uno mismo para comprender el malestar docente y el malestar del alumnado y actuar sobre las causas que los originan. Solo así se podrá contribuir a los cambios que se necesitan emprender en lo propios contextos escolares para que sus prácticas favorezcan a la democracia y a la justicia, haciendo efectivo el derecho real a la educación, no solo como acceso a las instituciones formativas sino en los mismos procesos de enseñanza-aprendizaje que en ellas se desarrollan, garantizando la equidad educativa.

Fuente de la información e imagen:  https://eldiariodelaeducacion.com

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Estos son los beneficios de la lectura en la infancia

Por: Educación 3.0

Fortalece el vínculo entre adultos y menores o desarrolla la inteligencia emocional. Estos son algunos de los beneficios del hábito lector entre los niños según Mercedes Bermejo, psicóloga y directora de la colección ‘Senticuentos’ y ‘Crecicuentos’ en la editorial Sentir.

El instinto de leer no nos viene dado por naturaleza, como pueden ser el de comer o dormir. Por ello, cualquier tipo de aprendizaje en la infancia va a venir influenciado por la actitud de la familia, especialmente en la lectura, donde el modelaje es fundamental, es decir, los niños imitan a sus padres.

Los psicólogos infantiles recomendamos desde el primer año de vida poner en contacto a los más pequeños con la fantasía, las historias, ilustraciones, y como no, con los cuentos.

Los beneficios de la lectura entre los pequeños

La lectura aporta diferentes beneficios que, por ejemplo, nunca proporcionará la tecnología. Son los siguientes:

beneficios de la lectura en la infancia
  • Fortalece el vínculo entre adultos y menores. Los primeros siete años del niño la lectura debe ser acompañada. De este modo, el menor cuenta con el apoyo, compañía y afecto de los adultos para afianzar este hábito.
  • Mejora el rendimiento intelectual del pequeño. En aspectos como la memoria, la imaginación, el lenguaje, el razonamiento abstracto…
  • Desarrolla la inteligencia emocional. Con ella se fomenta la capacidad de empatizar con otros, así como la autoconciencia, la motivación y la capacidad de autorregulación.
  • Promueve la autoestima y su autoconcepto. A través de los cuentos, el niño imagina diversas situaciones donde desarrolla su autoconocimiento.
  • Amplía el conocimiento del niño. Tanto del mundo que le rodea como de su mundo interior. El menor imagina los futuros posibles y entrena para la vida, pero desde lo simbólico.
  • Familiariza al menor con la lectura, de cara al futuro.

Elementos esenciales de la literatura infantil

Es importante que el cuento esté adaptado a la etapa evolutiva del pequeño, que sea atractivo, interactivo y promueva el desarrollo intelectual y emocional del menor. Muchos son los estudios centrados en la revisión de la literatura infantil, de los que destaco algunas conclusiones:

beneficios de la lectura en la infancia
  • La gran mayoría de autores de cuentos publicados no pertenecen al ámbito de la psicología y la pedagogíaCabe destacar que la formación académica y profesional del autor es un requisito muy favorable para diseñar y desarrollar cuentos que cumplan una función pedagógica, más allá del simple entretenimiento.
  • En muchos cuentos, no se tiene en cuenta la etapa evolutiva de los niños. Este es un aspecto esencial para que el niño interiorice lo tratado en el relato. Elementos que garanticen al pequeño disponer del tiempo necesario para trabajar de forma dinámica, animada e interactiva; hecho que puede originar reflexiones a las que el niño no podría llegar a través de la simple escucha o lectura del cuento.
  • Ausencia de guías pedagógicas. Otra cosa que falta en la mayoría de los libros infantiles son las guías pedagógicas las cuales permiten orientar a familias o tutores a abordar el tema que su hijo necesita trabajar o considerar con una orientación más pedagógica.

Función de los cuentos

Los cuentos tienen una doble función: para el disfrute de la literatura, pero también como instrumento de intervención terapéutica. Por ello, recomiendo publicaciones adaptadas a las diferentes etapas de desarrollo emocional e intelectual donde a través de las historias el lector es protagonista, junto a un personaje, de los relatos en los que se explican diversas situaciones. Esto permite a los más pequeños comprender e, incluso, prevenir diferentes cuestiones que pueden surgir en su día a día.

En definitiva, resulta esencial transmitir el entusiasmo hacia la lectura, ofreciendo libros de calidad. Esto permitirá al menor dejar volar su imaginación y acompañar a los personajes a través de multitud de aventuras.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/beneficios-de-la-lectura/

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¿Qué es la neuroeducación?

Por: Sofía García-Bullé

Cada aprendizaje abre un camino cognitivo nuevo, y la manera en que aprendemos está determinada por las conexiones neuronales que abren estos caminos.

La gran mayoría de los métodos didácticos se basan en la comunicación entre maestro y alumno, las diferentes facetas de la relación entre ellos, o en la jornada del estudiante a través de de su propio aprendizaje. Sin embargo, corrientes didácticas más recientes se centran en la relación entre el funcionamiento cerebral y su intersección con el acto de aprender.

El Instituto Superior de Estudios Psicológicos define la neuroeducación como una disciplina que promueve la integración entre las ciencias de la educación, la neurología, psicología y ciencia cognitiva para producir mejores métodos de enseñanza y programas didácticos. La pregunta principal que la neuroeducación se plantea es, ¿cómo aprende el cerebro? Para entender esto, necesitamos abordar algunos conceptos básicos.

Plasticidad cerebral: músculo del saber

La palabra plasticidad se refiere a la propiedad que tiene un material de ser moldeado o trabajado para cambiarlo de forma. De la misma manera, la plasticidad cerebral es la capacidad del sistema nervioso para cambiar su estructura y funcionamiento a lo largo de la vida, como reacción a la diversidad del entorno en el que vive una persona.

Representa la facultad del cerebro para recuperarse y reestructurarse en caso de lesión o enfermedad, como lo haría cualquier músculo de nuestro cuerpo, pero también de adaptarse y funcionar con la adopción de conocimientos nuevos, entendimientos, conductas y patrones. Esto último es crucial para el proceso didáctico. Cada vez que un aprendizaje nuevo se asienta en la mente de una persona, este deja una huella, creando nuevas conexiones y sumando al todo de la red neuronal de un individuo.

La neuroeducación examina los rastros que los procesos educativos dejan en nuestro cerebro y busca visualizar las relaciones entre estos datos y el modo como nos comportamos. Su aproximación al estudio del aprendizaje es primordialmente científico.

Emoción, atención y neurodivergencia

Los anteriores aspectos suenan más como el tipo de investigación que se realizaría en un laboratorio, ¿cómo traducimos este enfoque al salón de clases? ¿Qué criterios sirven para aprovechar lo que conocemos acerca del funcionamiento de las redes neuronales y cómo se comunican?

La emoción es uno de los criterios más importantes. De acuerdo a la neuroeducación, ningún entendimiento se da sobre vacío, las experiencias y emociones propias de la persona que está aprendiendo le dan contexto y significado a lo que asimila. La capacidad de atención el tiempo en el que un estudiante puede ejercerla en su máxima capacidad también es importante.

La neuroeducación tiene como prioridad tener presente los períodos en los que una persona puede centrar su atención en un canal de información sin distraerse ni fatigarse, para sacar lo mejor de la experiencia didáctica. Esto tomando en cuenta aspectos atenuantes, como por ejemplo, si se trata de una persona con Trastorno por déficit de Atención (TDAH), depresión o alguna neurodivergencia, explica Arturo Torres, Máster en psicología social por la Universidad de Barcelona y colaborador para la revista virtual Psicología y Mente.

Bajo el esquema propuesto por la neuroeducación, no hay solo una forma de aprender, hay muchas, todas relacionadas a cómo funciona el cerebro del estudiante, cómo traza caminos cognitivos y qué factores afectan o favorecen este proceso. Aquí entramos a otro pilar de la neuroeducación: la neurodiversidad, que consiste de la intención de visualizar y promocionar la inclusión de personas neurodivergentes, parte de la idea de que la educación es un bien común, un derecho básico, al cual todos deben tener acceso, independientemente de la forma en que su cerebro les permita aproximarse al aprendizaje.

¿Has escuchado hablar de la neuroeducación? ¿La has aplicado en clases? ¿Has estado en alguna clase donde el docente haga uso de este enfoque? ¿Qué piensas sobre la influencia de las conexiones neuronales y las emociones sobre la forma en que aprendemos? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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¿Qué es la inteligencia emocional y por qué necesitamos enseñarla?

Por: 

Entender y gestionar nuestras emociones en una forma que aminore el estrés se ha vuelto más que necesario.

Las habilidades para el autoconocimiento, gestión de las emociones y la comunicación eficiente se han vuelto una necesidad crítica en tiempos de pandemia. Hay mucha información nueva que procesar cada día. Síntomas sociales propios del estado mundial actual, entre los que se cuentan el doomscrooling, las cámaras de eco y la radicalización, nos obligan a replantear la forma en que enseñamos a razonar y comunicar, especialmente si las interacciones no son cara a cara.

¿Qué necesitamos para navegar esta nueva normalidad de forma inteligente, empática y humana? Además del pensamiento crítico, el auto cuestionamiento y la comprobación de hechos, sería importante considerar una habilidad que podría ser crucial para adaptarse a una realidad en la que terminamos conviviendo más detrás de una pantalla que presencialmente, necesitamos prestar atención y aprender sobre los beneficios de la inteligencia emocional.

La importancia de gestionar las emociones

Cuando hablamos de inteligencia emocional (IE), nos referimos a la habilidad de entender, usar y administrar nuestras propias emociones en formas que reduzcan el estrés, ayuden a comunicar efectivamente, empatizar con otras personas, superar desafíos y aminorar conflictos.

Un nivel alto de inteligencia emocional nos permite forjar relaciones sanas y equilibradas dentro del núcleo familiar, en la escuela y en el trabajo. También es la herramienta básica para la autocrítica positiva, un recurso muy útil para aproximarnos sin juicio a nuestras propias cualidades y áreas de oportunidad con un propósito de mejora.

Pero ¿qué es la inteligencia emocional? La IE consta de cinco pilares fundamentales cuyo objetivo es proveer de mecanismos para entender la raíz de las emociones, aprender a navegar a través de ellas y establecer las bases para una comunicación efectiva.

Los cinco pilares de la inteligencia emocional

Elaine Houston, investigadora de psicología positiva y especialista en ciencias de la conducta escribió para positivepsycology.com sobre los cinco elementos de los que se compone la inteligencia emocional. Estos elementos fueron mencionados por primera vez por el autor Daniel Goleman en 1995.

La autoconciencia es el escalón de donde parte toda la estructura de la inteligencia emocional, se trata de la habilidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones y cómo estas impactan a otros. Es el primer paso para generar una introspección de auto evaluación para identificar aspectos de conducta o emoción en nuestro perfil psicológico que sería positivo cambiar, ya sea para estar más en paz con nosotros mismos o para adaptarnos a determinada situación. La autoconciencia también cubre la necesidad de reconocer lo que nos motiva y nos provee de realización.

Una emoción por sí sola no es algo negativo, lo que pudiera ser disruptivo o detrimental es un mal manejo de la emoción, para evitar esto existe la autorregulación. Esta se centra en el desarrollo de la capacidad para manejar sentimientos adversos y adaptarse a cambios. Las personas que dominan la autorregulación son buenas para la resolución de conflictos, la rapidez de reacción y la gestión de responsabilidad o liderazgo.

La motivación es una pieza clave para alcanzar nuestras metas. La inteligencia emocional nos da las herramientas para automotivarnos, con un enfoque a la realización y satisfacción personal, moviendo a un segundo plano la necesidad de reconocimiento o recompensa externa. Bajo este contexto, el compromiso que se asume por y para uno mismo es más fuerte que el que depende de las reacciones y perspectivas de otras personas.

La capacidad de reconocer y entender cómo se sienten otras personas y tomar en cuenta estas emociones antes de continuar una interacción se conoce como empatía. Esta nos permite comprender las dinámicas que influencian las relaciones que gestionamos tanto en la esfera familiar, como la escolar y la profesional.

Para que la empatía cumpla su propósito de relacionarnos mejor, es esencial que vaya de la mano con un autoconcepto sólido, bien construido y positivo. El autoconcepto es a grandes rasgos la imagen que tenemos de nosotros mismos. Una percepción individual, generada por la autoconciencia, de nuestras capacidades, particularidades y demás aspectos que nos hace la persona que somos.

Las habilidades sociales son la última pieza del rompecabezas, se conforma de los mecanismos necesarios para entender las emociones de otros, establecer una distancia entre estas y las nuestras al mismo tiempo que construimos un canal de comunicación para conectar con la gente con la que interactuamos. En el ejercicio de estas facultades se obtienen habilidades como la escucha activa y la comunicación asertiva verbal y no verbal.

¿Por qué la inteligencia emocional es indispensable?

Las habilidades académicas y la experiencia profesional nos habilitan para realizar determinado trabajo. La inteligencia emocional nos da la capacidad de hacer ese trabajo de forma más eficiente y alcanzando mejores niveles de rendimiento, gracias a que toma en consideración las medidas para conocer más sobre nuestra salud mental y física, así como la de otras personas.

En un contexto en que el trabajo en equipo y la interacción a distancia se están volviendo la norma, las habilidades para funcionar mejor en grupo y comunicarnos claramente sin la ventaja de una dinámica presencial, ya son asignaturas básicas a considerar hoy en día y en un mundo post pandemia.

¿Habías escuchado antes sobre inteligencia emocional? ¿La has aplicado en clase o en tu espacio de trabajo? ¿Piensas que comprende facultades necesarias para navegar las comunicaciones en el mundo actual? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/inteligencia-emocional

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¿Son el acoso y violencia escolar cosa de niños?

Por: ABC

Francisco Cancer Abreu, responsable del departamento de Orientación del Colegio CEU San Pablo Sanchinarro, explica que, con motivo del Día Internacional contra el Acoso y la Violencia Escolar, la Fundación Universitaria San Pablo CEU se suma a esta celebración con la campaña ‘No es cosa de niños’.

Puedo asegurar, rotundamente que no. Las características principales que permiten identificar una situación de acoso escolar son la existencia de una o más conductas de hostigamiento, la repetición sistemática de esas conductas y su permanencia continuada en el tiempo.

El conflicto es inherente al ser humano, es parte del aprendizaje y está presente en nuestras aulas. Negar esto no haría otra cosa que estigmatizar aún más a la víctima y normalizar las conductas de acoso. No se trata únicamente de mejorar la situación de la víctima; sino también de redirigir la conducta del agresor para erradicar este comportamiento.

No es cosa de niños, la prevención es fundamental. Prevención, entendida desde el reconocimiento de que en algún momento todos tenemos sentimientos negativos hacía otras personas. Desarrollar en nuestros alumnos la inteligencia emocional y la empatía no solo previene el acoso, sino que les aporta herramientas para entender cómo lo que hacen tiene impacto en los demás. Trabajar la importancia de la comunicación y el perdón en la resolución de conflictos. Desarrollar en nuestros alumnos habilidades de afrontamiento, mostrarles que hay alternativas a la agresión. Reforcemos las conductas positivas, pongamos en valor el poder del bien.

¡Debemos seguir atentos! Son muchos los retos que nos quedan, pero tenemos las claves para afrontarlos, la prevención y acción contundente contra el Acoso y la Violencia Escolar.

Con motivo del Día Internacional contra el Acoso y la Violencia Escolar, que se celebra el 2 de mayo, la Fundación Universitaria San Pablo CEU se suma a esta celebración con la campaña ‘No es cosa de niños’.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-acoso-y-violencia-escolar-cosa-ninos-202105020050_noticia.html

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El debate como herramienta de aprendizaje

Por: ABC

El Colegio Salliver promueve el debate entre sus alumnos para trabajar competencias tan importantes como dialéctica, oratoria y técnicas para hablar en público.

El debate estimula en los niños la capacidad de pensar y de organizar las ideas en su cabeza. Además, el hecho de expresar dichas ideas en discursos frente a otros alumnos, puede mejorar su rendimiento académico. El Colegio Salliver fomenta entre sus alumnos esta herramienta de aprendizaje a través de su Club de Debate desde el que se desarrollan competencias tan importantes como la dialéctica, oratoria y técnicas para hablar en público. Se trabaja especialmente con los alumnos desde 3º de Secundaria a 2º de Bachillerato.

Tal y como señalan desde el centro, «estas experiencias exponen a los estudiantes a retos constantes en lo que adquirir incontables habilidades y valores, entre los cuales destacan el trabajo en equipo, la negociación de ideas, hablar en público y una enorme mejora del inglés ya que es la lengua vehicular usada».

Es decir, no solo se profundiza en el aprendizaje, sino que además se activa un ambiente de compromiso que contribuye a transferir la responsabilidad del aprendizaje al alumnado, pasando de un enfoque pasivo a uno más activo. Además, se trata de una experiencia que aporta a los alumnos las herramientas necesarias para gestionar, no solo el momento presente, sino también múltiples situaciones en el futuro.

«Hoy en día hay más información que nunca, y el ritmo de cambio seguramente continuará siendo frenético. Esta realidad que vivimos nos invita a centrarnos menos en enseñar hechos y más en enseñar al estudiante cómo utilizar la información de la que dispone. El desarrollo de habilidades de pensamiento crítico dotará a nuestros alumnos de las herramientas necesarias para enfrentarse a esas situaciones cambiantes y a la aparición de nueva información», explica José Julio Revillas, director pedagógico de Salliver.

Los estudiantes participan en ligas de debate tanto locales como internacionales en español y en inglés. Por ejemplo, en el European Youth Parliament y en la Liga de debate CICAE en inglés. Son además pioneros en Andalucía en traer el programa Undestanding Europe a la comunidad autónoma. Cuentan con una alumna que trabaja como Head Organiser y dos alumnos que trabajan como Media Team Members en la sesión regional de EYP 2020. «Se trata de actividades que abren una ventana a lo vivencial, propiciando un giro real hacia el aprendizaje competencial de los idiomas. Es ahí donde se demuestra la capacidad de extrapolar el pensamiento crítico a situaciones reales», añade Salliver.

Esta apuesta por el debate se enmarca en la metodología del centro que se apoya en cuatro pilares fundamentales: el plurilingüismo, las inteligencias múltiples, el aprendizaje cooperativo y las tecnologías de la comunicación y la información. Desde los dos años el centro imparte la mitad de las clases en inglés y a los seis se incorpora el alemán. Además de fomentar la comunicación natural de los alumnos en los diferentes idiomas tanto entre ellos como con los profesores correspondientes, el colegio cuenta con iniciativas más allá de lo estrictamente curricular para que los estudiantes puedan crecer y desarrollar todo su potencial a través de proyectos enriquecedores y estimulantes como es el ejemplo de los debates.

En el colegio Salliver infantil dan prioridad al reconocimiento de las emociones y sentimientos propios y de los demás
En el colegio Salliver infantil dan prioridad al reconocimiento de las emociones y sentimientos propios y de los demás

Desarrollo de la inteligencia emocional

En Colegio Salliver Infantil dan prioridad al reconocimiento de las emociones y sentimientos propios y de los demás: sus alegrías, sus miedos, sus angustias o preocupaciones. El centro señala que reconocer los propios sentimientos y los de los demás es la base fundamental para desenvolvernos con éxito en la sociedad de hoy en día.

«Conocerse mejor, desarrollar nuevas habilidades y poner en práctica competencias sociales como la cooperación o el trabajo en equipo. Jugando aumentan su imaginación y creatividad», subraya la dirección del colegio. Para desarrollar estas capacidades, hacen uso de actividades como coloquio en asambleas, cuentos, canciones, poesías y juegos varios. A través de actividades de autoconocimiento, autonomía, autoestima, comunicación, solución de conflictos, etc. desarrollan en el niño cualidades de amabilidad, respeto, control de emociones y capacidad de resolver problemas.

Favorecen el juego desde todas las áreas por tener un papel fundamental en el desarrollo integral de los niños, siendo un elemento de motivación que facilita el aprendizaje. El centro apuesta también por el uso de metodologías activas y participativas que dan respuesta a los nuevos tiempos y que buscan despertar en el alumno todas sus potencialidades para que alcance su máximo desarrollo. Son programas de estimulación temprana, programas específicos de matemáticas y lecto-escritura y el aprendizaje cooperativo, todo ello en el marco de la teoría de las «Inteligencias Múltiples», cuya puesta en práctica implica el reconocimiento y el respeto hacia el estilo de aprendizaje de cada alumno además de responder a sus intereses y talentos.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-debate-como-herramienta-aprendizaje-202101190101_noticia.html

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