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Ecador: Escuelas clandestinas, el último recurso de los que no tienen nada

En las zonas más necesitadas de Guayaquil, en Ecuador, proliferan las clases presenciales improvisadas en patios y descampados, con adolescentes que hacen las veces de maestros para que los estudiantes con mayor riesgo de exclusión no pierdan el curso.

Un gran árbol cubre con su sombra de más de 10 metros tres mesas de contrachapado y hierro desgastadas y desconchadas en medio de un descampado. Donde hoy reciben clase 15 niños, antes había un vertedero de basura. “Envié un oficio al municipio para que vinieran a limpiar”, resuelve con una normalidad y soltura impropia de su edad Dennisse Toala. Tiene 17 años y acaba de terminar Bachillerato.

Es una de las profesoras que improvisó clases en una de las zonas más inhóspitas y descuidadas de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, a la que no llega ni el agua ni la luz: Monte Sinaí.

Ese espacio al aire libre en el que los niños repasan las vocales y los números es el punto más remoto de ese sector de asentamientos irregulares. Antes de llegar, las calles asfaltadas de la ciudad se convierten en vías con un cemento precario que luego pasan a ser caminos de piedra y polvo y, justo al acabarse la ruta, un barrizal arcilloso.

Pero ahí, hay un rayo de oportunidad para que los estudiantes con mayor riesgo de exclusión no pierdan el curso. Sin internet, es imposible que sigan las clases oficiales virtuales que impuso Ecuador cuando comenzó la pandemia de covid-19 hace un año.

Liam y Gael son dos gemelos de tres años. Saltan a la rayuela mientras cuentan los números. Los otros niños de su nivel esperan el turno. No se pelean. Sonríen. Es improbable que, por su edad, sean conscientes de la importancia de la labor que un día asumió la joven graduada sin que nadie se lo pidiera. Gracias a ella, todos los alumnos que han pasado por sus clases han aprobado el curso y, si comienza un nuevo año lectivo en mayo de forma presencial, no habrán quedado atrás.

Una evaluación oficial, tras entregar el portafolio de deberes completo de cada alumno a su escuela, avala los diez meses que han recibido asignaturas, rodeados de tierra y monte verde. “Yo, en realidad, quiero ser fisioterapeuta”, cuenta Toala.

―¿Con lo que has conseguido aquí no has pensado en ser profesora?

―No, no es algo que me motive tanto. Si no me llama la atención, no lo voy a hacer bien, ―responde, vestida aún con el pantalón corto de su uniforme colegial deportivo. ―Lo hago ahora porque me entusiasma estar ayudando y cubrir esta necesidad. El lema es aprender para enseñar y cada niño enseña a sus hermanos y hasta a sus padres, ―razona con el aplomo de un adulto y el cuerpo de una adolescente. Hace una semana organizó una fiesta de graduación que daba inicio a las vacaciones.

Cuatro alumnos hacen sus deberes al aire libre en una de las clases que se imparten de manera informal en Monte Sinaí, uno de los barrios más pobres de Guayaquil. Pulse en la imagen para ver la fotogalería completa.
Cuatro alumnos hacen sus deberes al aire libre en una de las clases que se imparten de manera informal en Monte Sinaí, uno de los barrios más pobres de Guayaquil. Pulse en la imagen para ver la fotogalería completa. MIGUEL CANALES LEON

El próximo curso empieza el 7 de mayo en la región Costa del país andino, pero no hay certeza de que se puedan retomar las clases presenciales. En la región Sierra y en la Amazonía, el curso arrancó en septiembre; en marzo, las autoridades ecuatorianas permitieron que 77 escuelas recuperasen la educación presencial como parte de un plan piloto al que Guayaquil, de momento, ha renunciado.

Mientras, Ecuador, que acaba de recibir el primer lote de vacunas AstraZeneca de la iniciativa Covax, mantiene el aumento de contagios de coronavirus: el país acumula 307.000 casos confirmados y 16.333 fallecidos por el virus desde el inicio de la pandemia, con una media diaria de más de 1.300 nuevos enfermos en los últimos siete días.

Ni Liam, ni Gael, ni Sebastián ni los otros chicos y chicas de hasta 15 años que han repasado lecciones con la profesora Toala están hoy en las descorazonadoras estadísticas de deserción escolar que acaba de presentar Unicef en Ecuador. Más de 90.000 niños —de 4,4 millones— han dejado sus estudios por las dificultades de seguir clases virtuales, y el 61,2% reconoce que este año ha aprendido menos.

Unos no tienen internet en su casa o deben compartirlo con sus hermanos; otros no tienen un ordenador o una tableta electrónica; otros, como muchos de los que viven en Monte Sinaí, no tienen ni mesas en sus casas. Solo dos de cada 10 alumnos ecuatorianos poseen equipos electrónicos de uso personal. “Hice una especie de evaluación previa a todos los niños para ver si presentaban dificultades en alguna asignatura.

Había una niña de siete años que no sabía ni las vocales ni los colores. Con ella, repasamos todo el abecedario. Sus padres no saben leer y no podían ayudarla”.

El empeño de la improvisada profesora le llevó a aprender kwicha para que el avispado de Sebastián pudiera avanzar en su escuela intercultural. “Alli puncha”, saluda. “Eso es buenos días”. Los demás están tan entretenidos, pese a que solo están para reforzar materias, que ni se distraen con la presencia extraña de los periodistas.

Un gran árbol cubre con su sombra de más de 10 metros tres mesas de contrachapado y hierro desgastadas y desconchadas en medio de un descampado. Donde hoy reciben clase 15 niños, antes había un vertedero de basura. Pulse en la imagen para ver la fotogalería completa.
Un gran árbol cubre con su sombra de más de 10 metros tres mesas de contrachapado y hierro desgastadas y desconchadas en medio de un descampado. Donde hoy reciben clase 15 niños, antes había un vertedero de basura. Pulse en la imagen para ver la fotogalería completa. MIGUEL CANALES LEON

Hay tres mesas. Una para cada nivel. Los de primaria en una. Los más pequeños pintan y los otros pasan fichas plastificadas con números y letras. Los de secundaria, en otra, escriben en un cuaderno lo que han desayunado y recuerdan la composición de la pirámide de alimentos. Los mayores se enredan en multiplicaciones y potencias. No hay ni un padre alrededor. No necesitan que les vigilen.

“Empecé en mayo en el patio de mi casa con mis sobrinos y luego nos vinimos bajo el árbol. Los otros niños se acercaban y decían que querían pertenecer, pero yo les decía que no era una escuela”. En noviembre, cuenta, apareció personal del Municipio de Guayaquil. ¿Tuviste algún problema por dar clases presenciales a todos juntos estando en pandemia? “No, todos usan mascarilla y nos ponemos alcohol en las manos. Vinieron a ayudarnos. Enviaron a dos docentes que dedicaban media hora al día a cada niño por separado”.

Lo mismo ocurrió con las clases improvisadas que daba Nicole Rosero, también en Monte Sinaí, pero ladera abajo. Un par de profesores, enviados por las autoridades municipales, impartían clases y llevaron material escolar. “Les prometieron a los niños que les iban a entregar tabletas, pero les dejaron desilusionados. A mí me dieron un ordenador portátil, pero era de segunda mano y enseguida se dañó. No lo utilicé”.

Ella tiene 19 años y lleva dos intentando entrar en la universidad. Busca trabajo, pero “está difícil”. Ha empezado un curso de Educación Infantil para ver si hay más opciones. Ni Toala, ni Rosero, ni Rubí Vallejo, otra joven comprometida con la educación de los más desfavorecidos, han cobrado nada por tantos meses de dedicación. “Hay padres que me ofrecieron algo, aunque yo nunca lo acepté; sé que aquí hay pan para el desayuno, pero no para la cena”, resume Toala.

Más de 90.000 niños —de 4,4 millones— han dejado sus estudios en Ecuador por las dificultades de seguir clases virtuales

Vallejo vive en la otra punta de Guayaquil. Con condiciones similares. Una zona de viviendas de caña y láminas de chapa que creció en un terreno lodoso de forma irregular frente a la cárcel más grande de Guayaquil. Hace escasas dos semanas, tuvo que interrumpir las clases por los violentos amotinamientos en tres prisiones de Ecuador que se saldaron con 81 muertos. “Como estamos tan cerca de la prisión, los inhibidores de señal hacen que tengamos una cobertura muy mala. Se interrumpe a cada rato”.

Entre sus alumnos, hay niños con necesidades especiales. Uno no sabe aún hablar bien a sus siete años. Pero él interrumpe sonriente cuando la miss (señorita) hace preguntas sobre geografía. “¿Cuál es la capital de Ecuador?”, pregunta en medio de una de las sesiones con una veintena de alumnos apilados en sillas de plástico. Nadie responde. La timidez de la cámara de fotos les cohíbe. El más resuelto dispara desde la fila de atrás: “Quito”. Pasa al pizarrón, que es en realidad una cartulina con el rótulo “Luceritos del Vivir” por el nombre del grupo que han formado. “¿Y la de Colombia?”, le requiere Vallejo. Se queda en blanco y todos se ríen cómplices, con las fichas aún en blanco que les han repartido al inicio de la clase. A ese sector no ha llegado ninguna ayuda oficial, reprocha la maestra. Ni profesores de refuerzo ni atención social. Pero todos los estudiantes van a clase peinados y vestidos como si una pandemia no les hubiera aislado del resto de chicos de su edad.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-03-25/escuelas-clandestinas-el-ultimo-recurso-de-los-que-no-tienen-nada.html

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Uruguay: solo tendrán clases presenciales los alumnos que no tengan conexión a internet

La Administración Nacional de Educación Pública uruguaya estableció que las escuelas, liceos y UTU tengan guardias docentes para que asistan los estudiantes que carecen de conexión a internet.

El martes 23 de marzo, cuando el presidente uruguayo anunció la suspensión de las clases presenciales, en Uruguay había 13 departamentos en el nivel máximo de riesgo epidemiológico, 15.548 personas cursando la infección que causa el nuevo coronavirus (de las cuales 202 estaban en CTI). Ayer, dos semanas y un día después, los 19 departamentos están en zona roja, hay 26.919 casos activos y 436 de ellos en CTI. Por eso, el gobierno decidió mantener la educación a distancia hasta, al menos, el lunes 3 de mayo.

Por el mes en curso, Uruguay seguirá siendo parte del tercio de países de América Latina que tienen sus centros educativos parcialmente abiertos. Ocurre que, si bien las clases son virtuales, la Administración Nacional de Educación Pública estableció que las escuelas, liceos y UTU tengan guardias docentes para que asistan los estudiantes que carecen de conexión a internet.

Unos minutos después de la conferencia que dio ayer en la noche el presidente Luis Lacalle Pou, la Dirección General de Primaria les comunicó a los inspectores y directores de escuelas que desde hoy debían montar guardias, debían llamar a aquellos alumnos desvinculados y debían agendar turnos de uso de la conectividad en el centro educativo sin generar grandes desplazamientos ni aglomeraciones.

La excepción serían aquellas escuelas rurales que cuentan con un único docente, o aquellas con más de un docente, pero en las que el maestro tuviese que trasladarse más de 20 kilómetros para llegar a la institución de enseñanza.

Las escuelas rurales, en este sentido, podrían ser las primeras en reabrir en mayo (siempre y cuando el escenario epidemiológico lo permita). Las autoridades educativas tenían la iniciativa de comenzar por los niños de nivel inicial, dado que son los menos susceptibles a contagiarse o contagiar el virus y los más perjudicados por el corte de la presencialidad. Sin embargo, dada las facilidades del medio rural, la escasa población y menor movilidad, ayer el Codicen discutió la eventualidad de realizar una vuelta a las aulas gradual y siguiendo el esquema de abril a junio 2020.

El comunicado de Primaria en que se establecen guardias presenciales molestó al sindicato de maestros de Montevideo. La dirigente Daysi Iglesias dijo que “hay dos discursos: por un lado, el presidente de la República de manera atinada explica que hay que reducir la movilidad y que las escuelas movilizan a miles de personas y, por otro lado, la ANEP resuelve guardias a las que se tienen que movilizar miles de docentes”.

Tras enterarse de la extensión de la suspensión de las clases presenciales, el colectivo de Familias Organizadas de la Escuela Pública tuiteó: “A los niños, niñas y adolescentes de este país se les está dando la responsabilidad de bajar los contagios de una pandemia. La única perilla que maneja el gobierno vulnera sus derechos”.

Fuente: https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/291910-uruguay-solo-tendran-clases-presenciales-los-alumnos-que-no-tengan-conexion-a-internet-hasta-mayo-internacionales.html

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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No, no puedes descargar tu conciencia en internet

Fuentes: Rebelión/ Asier Arias

Extracto de Introducción a la ciencia de la conciencia

Por alguna extraña razón, parece haber gente interesada en «descargar» su conciencia en cacharros computacionales. A ese deseo debe subyacer la asunción de que lo mental y lo computacional tienen algo que ver. No obstante, lo cierto es que ningún especialista en filosofía de la mente, psicología, inteligencia artificial o neurociencia cognitiva ha logrado especificar qué clase de relación cabría entender que guardan lo mental y lo computacional, ni tampoco si guardaran de hecho alguna. Otra asunción sin la que el señalado deseo resultaría por principio irrealizable sería la de que la actividad neurobiológica responsable de la emergencia de la conciencia puede replicarse por medios computacionales. Sin embargo, a día de hoy, no sabemos cuál es esa actividad y, adicionalmente, replicar por medios computacionales no ya la actividad del cerebro, sino su mera estructura, es algo que está muy lejos del alcance de nuestras manos.

En abril de 2019 el Allen Institute for Brain Science celebraba la culminación de un ambicioso proyecto de investigación: cartografiar cada una de las 100.000 neuronas y cada una de las 1.000 millones de sinapsis (puntos de conexión entre neuronas) contenidas en un milímetro cúbico de corteza cerebral de ratón. Por el momento, se trata del conectoma (así se llama este tipo de «mapa») a nanoescala de mayores dimensiones, valga el oxímoron. Dentro de ese granito de arena había unos cuatro kilómetros de fibras nerviosas. El equipo tomó imágenes de más de 25.000 secciones ultrafinas del tejido contenido en ese minúsculo volumen, generando un conjunto de datos (dataset) de dos petabytes: suficiente capacidad como para unos 50 millones de elepés en MP3 –el faraón  Mentuhotep III podría haberle dado al «play» en el año 2.000 a. C. y todavía no se habría repetido una sola canción.

Si quisiéramos mapear de forma análoga no ya un cerebro humano completo, sino sólo su corteza, generaríamos un zetabyte: aproximadamente, la cantidad de información actualmente registrada en todo el mundo. Si a esos datos meramente morfológicos quisiéramos añadir datos más específicos, acerca de la tipología química de las sinapsis, pongamos por caso, necesitaríamos múltiplos de esa cifra. Si además quisiéramos añadir, por ejemplo, datos acerca del citoesqueleto proteico que conforma la estructura interna de las neuronas, generaríamos por cada neurona una cantidad de información similar a la requerida para mapear la anatomía neuronal del cerebro completo. Si quisiéramos pasar de estas «fotos» al «vídeo», incluyendo datos acerca de la actividad acaecida en cualquier fracción de tiempo en cualquiera de estos niveles de organización, necesitaríamos, sencillamente, elevar una cifra absurda a otra astronómica.

Se trata de hechos que no debieran descuidar los que fantasean con «simulaciones computacionales del cerebro» –los que fantasean con descargar su conciencia en algún cacharro computacional tampoco harían mal en reparar en ellos.

Asier Arias . Profesor en el Departamento de Lógica y Filosofía Teórica de la Universidad Complutense de Madrid

No, no puedes descargar tu conciencia en internet

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Los jóvenes africanos se conectan a Internet para preservar los idiomas locales y luchar contra el Covid-19

A medida que aumenta el uso de Internet en el continente, se están trabajando proyectos para ayudar a los africanos a encontrar información en línea en sus lenguas maternas.

  • COVID-19 amenaza con ampliar la brecha digital
  • Los usuarios africanos de Internet luchan por encontrar contenido relevante
  • Los proyectos difunden información en los idiomas africanos locales

Las palabras «mascarilla» y «desinfectante de manos» ahora son familiares en todo el mundo, pero para los hablantes de isiZulu en Sudáfrica esos términos no existían hace un año, hasta que un grupo de voluntarios recurrió a Internet para crearlos.

Desde publicaciones de Wikipedia en lenguas indígenas hasta bibliotecas de palabras digitales, los amantes de las lenguas africanas se conectan a Internet para preservar y crear palabras y contenido para las generaciones futuras, un esfuerzo al que la pandemia del coronavirus le ha dado mayor urgencia.

«El idioma es muy importante, es la herramienta que usamos para comunicar nuestra comprensión del mundo», dijo Perrymason Adams, de 39 años, contable de Sudáfrica que trabaja como voluntario en WikiAfrica , un proyecto para aumentar el contenido de Wikipedia en idiomas africanos.

Con cierres recurrentes en todo el mundo para detener la propagación del COVID-19, los grupos de derechos advierten que la brecha digital que separa a quienes pueden aprender y trabajar en línea de quienes no pueden profundizar la desigualdad ya existente.

El acceso en línea está creciendo rápidamente en África subsahariana, y la penetración de Internet en la región aumentó al 25% de la población en 2019 frente a menos del 1% en 2000, según el Banco Mundial.

Pero las investigaciones muestran que incluso los africanos que pueden acceder a la web a menudo tienen dificultades para encontrar contenido con el que puedan identificarse.

Según el Foro Económico Mundial, una de las principales razones por las que muchos africanos no se conectan a Internet cuando pueden es «la falta de contenido en los idiomas locales».

Este es un gran impulso detrás de WikiAfrica, que desde que fue lanzado por la Fundación Moleskine en 2006 ha contribuido con más de 40,000 entradas escritas, así como imágenes, archivos de audio y video, a la popular enciclopedia en línea.

Durante la pandemia, traducir información sobre distanciamiento social, máscaras y desinfectantes se ha vuelto crucial, dijo Adams, quien se ofreció como voluntario para traducir material al isiZulu e isiXhosa, otro idioma sudafricano.

Adams estaba «alucinado» cuando se enteró de la iniciativa hace dos años y quiso seguir traduciendo artículos durante el encierro, sobre los orígenes del nuevo coronavirus, encierros y mascarillas.

«Sabía que esta información podía salvar vidas, sentí que estaba siendo un activista del lenguaje», dijo, y señaló que habla cuatro idiomas en casa con su familia e hizo las traducciones de isiZulu con su madre.

INFORMACIÓN DEMOCRATIZANTE

Los voluntarios del programa WikiAfrica traducen contenido en línea a casi 20 idiomas africanos, incluidos twi, swahili, afrikaans y dagbani, según una portavoz de la Fundación Moleskine.

Los artículos traducidos han sido vistos más de 500.000 veces, dice la organización sin fines de lucro, que se enfoca en proyectos culturales y ayuda a capacitar traductores en todo el continente.

Al comienzo de la pandemia, los funcionarios de la organización notaron que faltaba la cantidad de contenido sobre COVID-19 en Wikipedia en idiomas africanos, dijo el director ejecutivo y cofundador Adama Sanneh.

«Así que creamos una campaña para decirles a todos los hablantes de lengua africana del continente (y) de la diáspora que digan: ‘Si conocen el idioma, traduzcan parte de este contenido del inglés, el francés o el portugués'», dijo sobre Zoom.

Parte de WikiAfrica se trata de «democratizar la información», dijo Lwando Xaso, abogado y activista de Constitution Hill Trust, una organización que promueve la constitución sudafricana que se asoció con el programa.

«Creo que la urgencia del virus es que nadie debería estar fuera de su burbuja de información», dijo Xaso.

ACCESO LIBRE

En todo el mundo, varios esfuerzos para traducir materiales a las lenguas maternas africanas están generando contenido culturalmente relevante y, al mismo tiempo, ayudan a mantener vivas las lenguas indígenas.

Las Naciones Unidas en Nigeria crearon un portal de desinformación COVID-19 que responde preguntas frecuentes en los idiomas yoruba, hausa e igbo.

Y el año pasado, 30 jóvenes africanos se reunieron para traducir las pautas de salud pública de COVID-19 a 18 de los idiomas africanos más comunes después de que la investigadora de la Universidad de Cambridge, Ebele Mogo, recurriera a las redes sociales para pedir ayuda con la traducción.

Cuando se registró por primera vez el COVID-19 en Nigeria, su país de origen, a Mogo le preocupaba la difusión de información errónea, como consejos para comer ajo o tomar baños calientes para protegerse del virus, según el sitio web de su proyecto.

«Para aquellos que están asustados por la perspectiva de no poder protegerse a sí mismos y a sus familias, puede ser muy fácil seguir el consejo equivocado», dijo en el sitio.

Fuera de la pandemia, desde 2011 la Universidad de Boston ha estado acumulando repositorios de manuscritos de África Occidental digitalizados y en peligro de extinción.

Estas iniciativas son invaluables, dijo Mahlatse Hlongwane, de 24 años, estudiante y voluntaria de WikiAfrica de la provincia sudafricana de Limpopo, quien dijo que encontró nuevas palabras en sesotho relacionadas con la pandemia al escuchar la radio y escuchar nuevos términos que se usan de manera informal.

Pero, agregó, la gente necesita más sitios web sin datos para acceder al contenido en sus teléfonos móviles, especialmente en áreas rurales donde la información es escasa.

«Me encantaría que la gente supiera que la información está en línea para ellos», dijo Hlongwane.

‘TODO SOBRE VISIBILIDAD’

Para impulsar la difusión de información en los 11 idiomas oficiales de Sudáfrica, Wikimedia South Africa, una organización sin fines de lucro, se ha asociado con la Fundación Moleskine para realizar «talleres de edición» para enseñar a las personas cómo editar correctamente las entradas de Wikipedia sobre varios temas.

Aprender sobre la ley de derechos de autor es una parte integral del proceso, dijo el presidente de Wikimedia Sudáfrica, Bobby Shabangu.

Por ejemplo, señaló, subir una foto de una estatua podría considerarse una violación de los derechos de autor en el país, una ley que el grupo aboga por cambiar.

En un taller en 2019, los voluntarios crearon entradas de página de WikiAfrica sobre artistas femeninas africanas, escritas en lenguas africanas indígenas.

«Se trata de visibilidad», dijo Adams, el voluntario en Pretoria.

«Se trata de escribirlas (mujeres artistas africanas) en la historia … para que un lector pueda inspirarse y verse a sí mismo y decir:» ¡Oh, guau! «Y abre una visión del mundo de lo que es posible», dijo. .

En Sudáfrica, el gobierno del apartheid utilizó el idioma como una forma de controlar a la población de mayoría negra, señaló Adams.

Bajo la Ley de Educación Bantú, promulgada en 1953, los estudiantes fueron divididos en líneas raciales y obligados a aprender en afrikáans, un idioma nacido del asentamiento holandés en el país en el siglo XVII.

«Debido a nuestra historia, se borraron muchas personas, identidades y culturas», dijo Adams.

«Es realmente importante sentir que existes, que tu presencia sea reconocida, que te vean como humano, como persona».

(Informe de Kim Harrisberg @KimHarrisberg en Johannesburgo y Kristi Eaton en Tulsa, editado por Jumana Farouky y Zoe Tabary. La Fundación Thomson Reuters es el brazo caritativo de Thomson Reuters y cubre las vidas de personas de todo el mundo que luchan por vivir libremente o bastante. Visite http://news.trust.org)

Fuente: https://allafrica.com/stories/202104010285.html

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Podcast: Una herramienta para enseñar y aprender

Por: Emilio Vargas Santiago

Han revolucionado el panorama educativo al promover la edición libre y horizontal de la información. Son una excelente oportunidad para los alumnos con dificultades visuales y de atención.

En la actual sociedad globalizada de la información y la comunicación, los recursos tecnológicos se han multiplicado para satisfacer distintas necesidades. La llegada de Internet proporcionó cambios significativos en todos los sectores comunicativos.

Sin duda que la incorporación de la tecnología en el aula mediante recursos audiovisuales facilitan la enseñanza y los aprendizajes. Para ambos procesos existe una herramienta denominada Podcast, un archivo descargable conocido también como la nueva radio. Puede ser en formato de audio y video (vidcast). Familiarizarse con este concepto es importante, ya que es posible que muchos docentes aún ignoren que se escuchan programas de radio a través de Internet.

El término podcast es un anglicismo sin equivalente en español. Según el Observatorio de palabras de la RAE, que ofrece información provisional, admite también pódcast, en plural los pódcast. Lo acuña el periodista del diario The Guardian,Ben Hammersley, el 12/02/2004 para describir la posibilidad de escuchar la radio en reproductores portátiles. Nace de la unión de las palabras iPod (el reproductor de música de Apple) y broadcasting (radiodifusión en inglés). Podcasting hace referencia a la creación de estos archivos de sonido. Al respecto, se afirma que “El sonido es invisible, pero tiene una fuerza tan poderosa,… que para bien o para mal, modela nuestros cerebros y la forma cómo aprendemos”.

El podcast es una tecnología donde prima la simplicidad y los requerimientos técnicos que se necesitan para escuchar, reproducir, editar o compartir son mínimos, basta un teléfono inteligente u ordenador. Lo esencial para grabar un audio o video es tener claro qué decir, a quién y para qué se le va a decir. Permite tratar cualquier tema, siendo el límite la creatividad del productor y se puede escuchar o ver dónde y cuándo el usuario quiera.

El podcast se incorporó en la educación hace varios años, aunque el concepto ha sido escasamente tratado en este ámbito. En términos educativo se define como un medio didáctico que supone la existencia de un archivo sonoro con contenidos educativos y que ha sido creado a partir de un proceso de planificación didáctica. Sus contenidos informativos y educativos  ayudan a mantener la atención de los alumnos, entrenan su capacidad de escuchar, facilitan la obtención de conocimientos o los afianzan. También ayudan a maestros y profesores a desarrollar sus clases. Puede ser creado por  docentes, estudiantes, personas y empresas. Sus posibilidades y facilidad de creación han contribuido a que su uso se extienda cada vez más a todos los niveles educativos.

Como herramienta para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, tiene un doble uso: pasivo y activo. El primero se refiere a la infinidad de programas de distintas temáticas disponibles en Internet, que se pueden recomendar al alumnado como material de estudio: libros,  artículos en revistas especializadas, videos, documentales, etc. La otra opción, más interesante a nivel pedagógico, es emplearlos desde un punto de vista activo, creándolos en el aula docentes y alumnos.

Los podcast con realmente útil para el aprendizaje cuando el alumnado lo produce, ya que cualquier contenido se puede utilizar para crearlos. Sin embargo, utilizar las TIC en el aula porque sean de uso popular entre los estudiantes, no implica que el éxito esté garantizado. Por tanto, para  incorporar los podcast hay que saber dónde y cómo ubicarlos  en los diseños curriculares.

Los podcast educativos tienen multitud de beneficios para los estudiantes mejorar distintos aspectos de las competencias orales de la lengua nativa y de segundas lenguas: la pronunciación, entonación, fluidez y las estrategias de cortesía conversacional, por nombrar algunas. Pero también tienen otros como:

  1. Incrementan la motivación. Cuando otras personas escuchan lo que se ha creado, incrementa la motivación intrínseca. Pero también, si es creado por el docente les provocará curiosidad a los alumnos y buscarán más información y tendrán más interés por la asignatura. 2. Potencian la creatividad. Cada podcast tiene sus efectos o sus recursos vocales, literarios, humorísticos… para captar la atención y hacer el contenido más atractivo. 3. Estimulan la imaginación. Al escuchar una narración sin estar en presencia de imágenes, el cerebro las recrea mentalmente, generando competencias de concentración para la interpretación y el análisis.
  2. Mejoran la compresión de contenidos. Los podcast educativos ofrecen la posibilidad de repetición y pausa, lo cual ayuda a una mejor comprensión de los contenidos, además de reforzar el aprendizaje. 5. Potencian el aprendizaje autónomo. Al ofrecer asincronía y un formato compatible con la mayoría de los dispositivos móviles o fijos para la reproducción de audio, los estudiantes pueden planificar la escucha en cualquier momento y lugar. 6. Desarrollan competencias comunicativas. Si los estudiantes desarrollan contenidos mediante podcast y escuchan frecuentemente este tipo de audio, se les estarían estimulando sus habilidades comunicativas.

Los contenidos de los videos educativos están determinados por los objetivos o competencias. De acuerdo a su intención, estos videos se  clasifican en: 1) Instructivos cuyo propósito es que los estudiantes dominen un determinado contenido. 2) Cognoscitivos pretenden dar a conocer diferentes aspectos relacionados con el tema a estudiar. 3) Motivadores cuya finalidad es disponer positivamente a los estudiantes hacia el desarrollo de una determinada tarea. 4) Modelizadores son los que presentan modelos a imitar o a seguir. Y 5) Lúdicos o expresivos son aquellos utilizados por los estudiantes como un medio de expresión, a través de las habilidades y del conocimiento de esta herramienta.

Estudios indican que en general se aprende 10% de lo que se lee; 20% de lo que se escucha; 75% de lo que se ve y se oye; y 90% de lo que se hace. Por tanto, estos porcentajes muestran que introducir los podcast en las aulas en sus versiones de audio y video pueden producir modificaciones sustanciales en los aprendizajes de los estudiantes. Asimismo, cabe destacar la flexibilidad de los podcast en manos de maestros y profesores, por la diversidad de enfoques metodológicos que pueden adoptarse, tanto en enseñanza presencial, a distancia o híbrida.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/podcast-una-herramienta-para-ensenar-y-aprender-8928386.html

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El 63% de alumnos no cree que la educación online durante el encierro fuera negativa, frente al 46% de padres

Por: ABC

La mayoría de padres (78%) y estudiantes (88%) coinciden en la necesidad de que los centros incorporen actividades online de manera creciente.

La mayoría de los estudiantes (63%) con conexión a Internet no considera que la experiencia de la educación online durante el confinamiento haya sido muy negativa. De hecho, solo 3 de cada diez estudiantes cree, tras la experiencia, que la única fórmula válida es la educación presencial.

Esta percepción no es compartida por los padres, y mientras el 47,3 por ciento considera que la presencial es la única fórmula posible, el 46 por ciento cree que la experiencia no fue muy negativa, según los resultados de la encuesta ‘Tendencias en la sociedad digital durante la pandemia de la COVID-19’, publicada este viernes por el CIS.

En lo que sí coinciden la mayoría de padres (78%) y estudiantes (88%) es en la necesidad de que los centros incorporen actividades online de manera creciente de acuerdo con la edad de los alumnos, aunque casi el 90% de padres y alumnos no comparte que en los cursos de Secundaria la formación debería ser mayoritariamente online. En el caso de educación superior, también la mayoría de alumnos (69%) por ciento están en desacuerdo en primar la educación online sobre la presencial, porcentaje que se eleva en diez puntos en el caso de los padres.

Otro punto en el que coinciden progenitores (92%) y estudiantes (94%) es en la necesidad de que los profesores reciban una formación específica y profunda sobre la técnicas pedagógicas de la educación digital.

En cuanto al estableciminetos de protocolos de educación a distancia por parte de los centros, la encuesta del CIS revela que el el 90% establecieron algún procedimiento online durante el confinamiento y de estos el 86,2% envió materiales de estudio por correo electrónico con las tareas e instrucciones de apoyo y el 95% mantuvieron videocomunicaciones directas con profesores por ordenador o móvil. Asimismo, el 81,6 usó vídeos o audios grabados por docentes con el contenido de las clases suspendidas. Sin embargo, solo el 4 por ciento dice haber realizado exámenes online.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-63-por-ciento-alumnos-no-cree-educacion-online-durante-encierro-fuera-negativa-frente-46-por-ciento-padres-202103280111_noticia.html

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Regreso de los niños a las aulas: preocupación latente en América Latina

“Cuando me dieron la opción de que mi hija de 13 años regresara al colegio, no lo dudé dos veces”, dice María Fernanda García, quien le contó a la Voz de América que la pequeña llevaba 10 meses sin tener contacto con niños de su edad.

“Al ver el avance de la alternancia en Europa se puede evidenciar que los colegios o instituciones educativas son los espacios en los que menos se presentan contagios y que son las reuniones familiares las que de verdad hacen que crezcan los contagios”, agrega esta madre, residente en Bogotá y quien, a pesar de estar embarazada y padecer de COVID-19, manifiesta que no siente miedo de enviarla a clases. “El colegio tiene todas las adecuaciones necesarias para evitar contagios”, manifiesta.

Una opinión que comparte Inés González, madre de Julieta: “Todavía hay padres con mucho temor y los entiendo, pero debemos ver más allá y saber que si los niños siguen encerrados en casas vamos a tener una peor pandemia llamada depresión”.

No obstante, padres como Néstor Aguilera, un ecuatoriano que tiene un hijo adolescente, explicó que “luego de casi dos meses, desde que llegó el primer embarque de vacunas, que comprendió apenas 8.000 vacunas, solo se ha vacunado a poco más de 121.000 personas. Esto es muy poco frente a una población de más de 17 millones de personas. Enviar a nuestros hijos a la escuela termina siendo una apuesta peligrosa, ya que un joven asintomático puede llegar a casa y, sin querer, contagiar a su familia y poner en peligro de los más vulnerables”.

Una maestra comparte este pensamiento: “Preferiría que los alumnos no regresen a clases presenciales hasta que esto termine. El riesgo de contagio es para todos los que trabajan o asisten a un establecimiento educacional. Las medidas de bioseguridad no son óptimas”, escribió la profesora a través de las redes sociales de la VOA, donde pudimos evidenciar que las opiniones están divididas.

ONU: Los niños deben volver al colegio

Cerca del 60% de todos los niños y adolescentes en la región perdieron un año escolar completo por las restricciones ordenadas por los gobiernos para contener la propagación del coronavirus, según reportó un informe de la agencia de la ONU para la infancia, UNICEF. En promedio, los menores en edad en Latinoamérica escolar perdieron 158 días clase, muy por encima de la media global de 95 días, según encontró el organismo.

La reapertura de escuelas es un tema complejo, ya que involucra la perspectiva no sólo de los menores y sus familias, sino también de los profesores y los gobiernos, que incurren en un alto coste político, según explicó a la Voz de América Zelmira May, especialista de educación de la UNESCO para Argentina, Uruguay y Paraguay.

“Muchos países deciden no abrir, no solamente porque las condiciones sanitarias no lo permiten sino porque el costo político que puede tener el generar focos de epidemia en una escuela o incluso costar vidas de alumnos o de estudiantes, es muy alto”, dijo la experta a la VOA.

Para May, mientras que por un lado los docentes “exigen” que el estado “garantice las condiciones” necesarias de seguridad para que las escuelas vuelvan a abrir sus puertas —que van desde infraestructura hasta material de protección—si los menores no vuelven a clase en persona, habrá grandes impactos en su educación.

“Nadie dice que volver a la escuela sea garantía de que no te va a pasar nada (…) pero sí es mucho más sano mandar a los chicos a la escuela que no mandarlos, porque sabemos que los impactos que tiene la no asistencia son mucho más grandes que la posibilidad de contagiarse”, subrayó.

Estudios en países donde no se han reabierto las escuelas completamente o se han abierto de manera parcial o intermitente concluyen que los colegios pueden reabrir de manera segura cuando la transmisión comunitaria es baja, de acuerdo con la revista científica Nature.

Incluso, en lugares donde la transmisión comunitaria va en aumento, no son tan comunes los brotes de COVID-19 en los colegios. Esto puede atribuirse a que los jóvenes, en especial los menores de 15 años, son menos susceptibles a infectarse y a transmitir el COVID-19 que los adultos, según la publicación.

Un estudio realizado en Islandia entre 40.000 personas encontró que los niños menores de 15 años tienen la mitad de probabilidad de enfermar y de transmitir el coronavirus que los adultos, según informó National Geographic.

Para los niños y niñas, las consecuencias de perder más días de colegio presencial van más allá de la educación. Los colegios proveen alimentación a los más vulnerables, el cierre les ha arrebatado la única comida sana que tenían al día. Además de ello, muchos niños que viven en ambientes familiares violentos o disfuncionales perdieron la seguridad que les daba el ambiente escolar, según el informe de UNICEF.

“La escuela es un lugar dónde no solamente se aprende: también se ofrecen servicios de alimentación; es un espacio de protección, donde hay servicios de salud, de apoyo psicosociales”, subrayó a la VOA Ruth Custode, especialista de educación en emergencia de la oficina regional de UNICEF.

Esto, sumado a las barreras a la hora de acceder a las clases online en un continente que todavía está expandiendo el acceso a internet: el 20% de la población latinoamericana no tiene buena conexión a internet móvil, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La recomendación de UNICEF ante este panorama es que los gobiernos tomen decisiones sobre la reapertura y procesos a nivel regional y no nacional. “No podemos tener la misma respuesta para todos”, sentenció Custode.

“No será igual un sitio donde no hay una propagación amplia del virus a un sitio como, por ejemplo, espacios rurales, donde hay escuelas muy pequeñas que tienen muy pocos niños”, dijo la experta.

¿En qué situación están los países?

En Ecuador, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) decidió mantener suspendidas las clases presenciales a nivel nacional hasta el próximo 13 de abril. No obstante, algunos planteles tienen permiso para funcionar con una respectiva autorización del comité. Además de la pandemia, el invierno ha destruido muchas escuelas rurales lo que ha imposibilitado el regreso a las aulas.

En Bolivia, se decidió aplicar tres modalidades para esta gestión que inició el 1 de febrero: a distancia, semipresencial y presencial (la cual funciona en pocas regiones, sobre todo rurales, donde es casi imposible una buena conexión). Con todos estos problemas, muchos padres piden volver a l clase presencial, pero aún no hay una orden general, cada zona o colegio lo va decidiendo de acuerdo a las condiciones que tiene.

Colombia, por su parte, le apuesta a la alternancia educativa, tanto para los colegios públicos como privados. Aunque desde enero, el departamento de Antioquia comenzó con las clases presenciales, algunos críticos han señalado que esta reapertura ha sido lenta. Según el movimiento #LaEducaciónPresencialEsVitals, solo 376.110 estudiantes han retornado a clases, por medio del modelo de alternancia, a los colegios públicos, lo que representa solo el 4,7 por ciento de los casi 8 millones matriculados.

En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro anunció el domingo que, por el momento, su país no aplicará la modalidad de clases presenciales: “Venezuela mantiene el sistema educativo a través de teleclases, Internet, videoconferencia. No vamos a poder regresar, por ahora, a clases”, manifestó el mandatario, quien además anuncio un periodo de cuarentena radical por dos semanas, incluida la Semana Santa.

En México, el regreso a clases iniciará el 13 de abril en el estado de Campeche: este retorno se dará gradualmente en estados con poco nivel de contagios. Entre las condiciones para regresar esta también vacunar a todo el personal educativo y adultos mayores.

En Guatemala, el ciclo escolar en el sector público inició el 22 de febrero, y el sector privado inició en enero, cada colegio con sus calendarios. La indicación del Ministerio de Educación es que se combine las clases presenciales y a distancia. Esta metodología se aplicaría para los municipios donde el semáforo epidemiológico esté en color amarillo o anaranjado. Sin embargo, actualmente la mayoría de establecimientos continúan con clases a distancia, por medio de guías de trabajo o clases por videoconferencias.

Algo similar sucede en Honduras, donde prácticamente los observatorios de educación están demandando el regreso a clases presenciales o semi-presenciales. El sistema público no está operando, por ahora, se está estudiando esa posibilidad de clases semipresenciales. Algunas zonas de bajo nivel de contagio pueden dictar clases, pero el número es muy reducido.

El regreso a las aulas en El Salvador empieza el 6 de abril. El Ministerio de Educación ha publicado un listado de más de 6.000 centros escolares, entre públicos y privados, los cuales tienen la autorización de abrir esa fecha. Las instituciones educativas que no cuenten con un permiso no pueden abrir. Que los alumnos asistan a clases no es una obligación aunque el centro educativo tenga la autorización. La modalidad que el Ministerio de Educación ha dispuesto es semipresencial y opcional.

Por otro lado, el primero de febrero un total de 1’700.000 mil estudiantes que fueron matriculados en colegios públicos y privados de Nicaragua, asistieron a la inauguración del año escolar 2021. En 2020, este Gobierno, a diferencia del resto de Centroamérica se negó a suspender clases presenciales en las escuelas públicas a pesar del riesgo de contagio que impuso la pandemia del COVID-19 en los centros de educación.

En cuanto al Cono Sur, el 1 de marzo comenzaron las clases presenciales en Uruguay. No obstante, y a pesar de que se empezó a vacunar a buen ritmo, el presidente Luis Lacalle Pou informó la semana pasada que en Rivera, ciudad fronteriza con Brasil, se suspendieron las clases presenciales en la educación media y secundaria y, en el resto del territorio, se mantiene la presencialidad, pero ya no es obligatorio ir a estudiar. Antes excepciones sugeridas por las autoridades, se puede llegar a suspender las clases presenciales. Los padres que tengan temor de enviar a sus hijos, pueden hacerlo hasta el 4 de abril, sin que se tome como una falta.

Según el mandatario uruguayo, solo el 2,55% de los contagios se dan dentro del sistema educativo, y más de 6.000 brotes en las relaciones intrafamiliares.

En Argentina, dice May, “este año y con muchísima planificación lograron que hoy, en su mayoría, tenga sus escuelas abiertas y fue todo un desafío porque Argentina es un país federal donde las provincias tienen autonomía para tomar ciertas decisiones”, mientras que en Chile “tienen una situación también sanitaria compleja. Creo que fueron para adelante y para atrás, pero creo que es uno de los países que hoy tiene sus sistemas educativos operativos”.

Fuente: https://paralelo32.com.ar/regreso-de-los-ninos-a-las-aulas-preocupacion-latente-en-america-latina/

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