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La falta de acceso a las tecnologías frena la educación de millones de niños en México durante la pandemia

Los pocos recursos económicos de muchas familias impiden que los alumnos puedan conectarse a internet o disponer de televisión para seguir las clases virtuales.

 

Arturo Vazquez Moiza tiene 10 años y vive en la sierra de Sonora, en un pueblo de 200 habitantes llamado Bacanuchi, en el municipio de Aras las del país— suspendió las clases como medida sanitaria de prevención de la covid-19. La instrucción fue que el alumnado siguieran el curso a través de la televisión mediante clases impartidas por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y por internet de manera remota. En Bacanuchi no se puede hacer ni una cosa ni la otra. La mala calidad de la conexión a la red y la pésima recepción de las señales en este pueblo entre montañas deja incomunicadas a las familias cada dos por tres.

Es muy difícil que las clases puedan seguirse de manera regular y muchos niños abandonan la escuela en comunidades remotas que están en la misma situación que Bacanuchi en todo el país. Según un estudio de Mexicanos Unidos Contra la Corrupción. En Chiapas, por ejemplo, el 45% de los niños de comunidades pobres ha abandonado su formación debido a la falta de recursos económicos de su familia y al rezago tecnológico en el que se encuentran, como la falta de luz o internet para estudiar en casa.

“Para mandar la tarea tengo que subir al cerro que está a 40 minutos de mi casa, está oscuro y hay animales”, dice Arturo por teléfono en presencia de su madre, Thelma Moiza. La llamada se entrecorta numerosas veces. Tampoco hay buena señal de telefonía móvil. El niño y sus compañeros reciben la tarea por WhatsApp y tienen que responder a su maestra con una foto de los deberes hechos por esa misma vía. Lo que pareciera una acción sencilla, con una mala conexión a internet se convierte en una pesadilla. “Cada día había que ponerle saldo al celular porque hacer la tarea y consultar el internet consume todos los datos”, dice la madre del niño. 100 pesos (5 dólares) al día que muchas familias campesinas no pueden añadir a sus gastos.

Las autoridades educativas decidieron a inicios de agosto que el ciclo escolar se desarrollaría a través de clases a distancia y con más de 30 millones de estudiantes siguiendo los cursos por televisión. El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció un convenio con las grandes televisoras privadas del país (Televisa, Azteca, Grupo Multimedios y Grupo Imagen) para que retransmitan los contenidos escolares, además del uso de internet y teléfono como medios de apoyo. Algunas familias como la de Gloria Simpson, también de Bacanuchi pagaban servicio de televisión satelital al principio de la pandemia, pero después de algunas complicaciones económicas, su familia no pudo costearse los 400 pesos (20 dólares) al mes que costaba el servicio. “No tenemos televisión para ver las clases de la SEP. En el pueblo no hay acceso a nada que tenga que ver con tecnología, ni tele ni internet, muchas veces ni señal para hacer una llamada de emergencia”, se lamenta la mujer.

La iniciativa de las clases por televisión se enfrentó al rechazo de los maestros y a las críticas de expertos en educación, que expresaron su preocupación por la desigualdad económica y el rezago tecnológico que sufren amplias zonas del país. Las cifras del Inegi, el instituto de estadística mexicano, desvelan que más de 16 millones de hogares no tienen conexión a internet, mientras que un informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Conavel) publicado en 2018 muestra que de las más de 226.000 escuelas públicas del país el 66,1% tiene energía eléctrica y el internet solo llega al 22,7% de ellas, un total de 51.387. La iniciativa Aprende en Casa ha dejado en evidencia la enorme brecha que existe en México en las zonas más vulnerables del país. Los Estados que más pobreza concentran son también los que menos conexión a internet tienen: Guerrero, Oaxaca, Chiapas; seguidos de Veracruz, Tabasco y Campeche, según una encuesta realizada por la Asociación de Internet MX. Aunque Sonora se encuentre entre los Estados con más usuarios conectados en el país, todavía hay muchos de sus rincones que se escapan a las estadísticas, como Bacanuchi, en plena sierra.

“Las desigualdades en el acceso a la tecnología perpetúan las brechas, el desarrollo humano y condenan a un porcentaje importante de población a vivir en pobreza”, afirma Pablo César Hernández, experto en educación y nuevas tecnologías y académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Solo el 47,7% de las zonas rurales de México tienen acceso a internet, según el Inegi. “Si la población no tiene este acceso a la tecnología nos veremos rezagados como país. Eso tiene un fuerte impacto no solo en el conocimiento de los estudiantes y su desarrollo, sino que también limita el tipo de aprendizaje que reciben los niños”, agrega Hernández.

Uno de los grupos que más criticaron la decisión del Gobierno de cerrar las escuelas e impulsar el aprendizaje a distancia fue la Coordinadora Nacional de Trabajadores de Educación (CNTE), un sindicato que cuenta con 600.000 integrantes, que criticó lo limitado que puede ser el acceso a la educación en áreas remotas donde no hay conectividad. Lev Velázquez, secretario de Gestión Educativa del CNTE en Michoacán, afirma que han tenido que adaptarse a la nueva realidad educativa haciendo uso de las tecnologías, pero también a través de llamadas con aquellos estudiantes que cuentan con un aparato de teléfono y de perifoneo, es decir, bocinas adaptadas a algún medio móvil para hacer anuncios de entregas de tareas en las comunidades más remotas del Estado. “Nos hemos desplazado para hablar con los padres, hemos hecho visitas a las casas con los alumnos un día a la semana o un día cada quince días”, explica el también maestro.

Para evitar deserción escolar, Velázquez añade que los maestros viajan largas distancias para buscar a los estudiantes que han dejado de comunicarse con ellos e incluso los maestros de zonas rurales han tenido que imprimir cartillas educativas con su propio dinero para distribuirlas entre los estudiantes más pobres. “Si ellos ya tenían carencias, ahora la situación es más complicada. Muchos no tienen para comprarse libretas, menos un juego de geometría, lo que propicia el abandono”, explica Velázquez. “Vivimos una situación que no esperábamos y por eso necesitamos pensar en nuevas formas de aprendizaje”, agrega.

El académico Hernández, de la UAM, concuerda con el maestro. El especialista señala que desde el Estado y la academia se deben generar estrategias para combatir el rezago de los estudiantes en las zonas más empobrecidas del país. Menciona, por ejemplo, impulsar centros tecnológicos en esas regiones, que sean gestionados por la comunidad y donde los estudiantes tengan acceso de forma gratuita a internet y computadoras. “El punto es generar espacios con electricidad y servicios básicos, tecnología y conexión gratuita, en los que se capacite a la comunidad en su uso y gestión, como una forma de combatir la brecha digital”, explica. “Estas iniciativas deben ser pensadas de forma colectiva, planeadas a partir de la intervención del Gobierno, las universidades, los líderes locales, maestros y padres”, agrega. Para Hernández “estamos en un momento histórico, inédito, que nos abre la posibilidad de ver los rezagos que existen, pero también de poder innovar y hacer cambios y transformaciones”, apunta.

Desesperadas ante el abandono, algunas familias de Bacanuchi, acompañadas por la organización PODER, presentaron un amparo ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en agosto de 2020 y expusieron las dificultades que enfrentan cada día para acceder a los servicios básicos de comunicación, que vuelven aún más precaria su situación de bienestar y educación. Hasta la fecha ni las autoridades locales ni las federales han dado una respuesta a la demanda de las familias. “Mi hija necesita estudiar para que sea algo en la vida y tenga con qué defenderse”, dice Manuela Bacame, una de las madres que han impulsado la demanda. Sabe que cuando no se tiene mucho, como es el caso de su familia, ir a la escuela puede marcar la diferencia. “Yo solo fui hasta 6º de primaria y no quiero eso para mi hija. Quiero que estudie y tenga un porvenir en la vida”.

Fuente: https://elpais.com/mexico/2021-03-22/la-falta-de-acceso-a-las-tecnologias-frena-la-educacion-de-millones-de-ninos-en-mexico-durante-la-pandemia.html

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Los excluidos digitales deberían ser una prioridad global

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La pandemia ha sacado a la luz la gravedad de la brecha digital que ha puesto a quienes no tienen las habilidades de conectividad y acceso en una grave desventaja.

En un mundo de distanciamiento social y órdenes de quedarse en casa, ha existido una mayor presión por hacer todo en el entorno digital, desde las clases hasta la banca electrónica o compras en línea. Esto ha sacado a relucir el grave problema de inclusión digital que se vive en el mundo.

Esta crisis ha puesto al descubierto los desafíos que viven los que están fuera del mundo digital. El no tener conectividad no sólo deja a las personas aún más aisladas, sino también en una gran desventaja ya que tienen que luchar por tener acceso a cosas vitales como una educación, trabajo u oportunidades laborales. Antes de la pandemia, muchos tenían la oportunidad de ir a alguna cafetería, librería o lugar con acceso a internet público pero, ¿y ahora que muchos de estos lugares cerraron? ¿Cómo le hacen para informarse, acceder a anuncios gubernamentales oficiales e incluso tener videollamadas con seres queridos que viven lejos?

En el caso de Estados Unidos, según un estudio del Pew Research Center, hay 33 millones de estadounidenses que no tienen acceso a internet. Esto representa al 10 % de la población. Esta brecha digital está vinculada a una serie de variables demográficas, incluida la edad, el nivel educativo, los ingresos familiares y el tipo de comunidad. La falta de acceso a las tecnologías pueden tener un impacto negativo en todos los aspectos del día a día. Desde provocar exclusión social por no tener manera de hablar con otras personas por la pandemia hasta no tener acceso a servicios públicos, como registrarse para la vacuna del COVID-19.

Una investigación realizada por Capgemini sobre por qué debería ser prioridad eliminar la brecha digital, descubrió que el 44 % de los encuestados que no contaban con internet creían que podían encontrar trabajos mejor pagados y mejorar su educación si lo tuvieran. Según Capgemini, la mayoría de los encuestados que no cuentan conconectividad tienen entre 22 a 36 años de edad. La encuesta fue realizada a personas que van desde los de 18 a más de 70 años. También notaron que la mitad de ellos, no son novatos al mundo digital, de hecho, el 59 % ha utilizado estas herramientas anteriormente, es decir, que cuenta con las habilidades digitales necesarias para usar Internet en el futuro.

¿Por qué el 44 % de los encuestados no tiene acceso a internet? La investigación encontró tres razones: el costo, complejidad o falta de interés. Sin embargo, mencionan que no hay una causa universal, por ejemplo, el costo del internet puede ser un punto clave para la gente joven que vive en zonas rurales y la complejidad para el caso de los adultos mayores, las personas en situación de discapacidad o con problemas de salud.

En Estados Unidos la principal barrera es el costo ya que, según Capgemini, el 84 % de la población desconectada menor de 36 años admite que no están en línea por lo que cuesta contratar el servicio de internet. En comparación al resto del mundo, el promedio de personas sin conectividad por temas económicos es el 50 %. Pero la brecha digital va más allá de tener acceso a internet. El 76 % de los encuestados sin conexión dijeron que esta situación se debe a que no pueden comprar computadoras o dispositivos móviles para conectarse.

El nivel educativo también es uno de los factores que afectan la probabilidad de que una persona no esté conectada. Según el estudio de Pew Center, tres de cada diez adultos (29 %) que no usan el internet cuentan, como máximo, con estudios de bachillerato. Esta cifra ha disminuido en gran medida desde el 2000 ya que en ese entonces era el 81 % de las personas.

¿Cómo apoyar una mayor inclusión digital y cerrar la brecha digital?

La responsabilidad de la inclusión digital y el acceso universal a Internet no puede recaer en el individuo o en un solo grupo; requiere la contribución de una variedad de partes interesadas. Esta responsabilidad debe ser, principalmente, de los gobiernos, organizaciones privadas, organizaciones no gubernamentales (ONG), organizaciones sin fines de lucro y el mundo académico en conjunto con expertos.

Las organizaciones públicas y privadas deben tomar medidas críticas y urgentes para garantizar que las personas afectadas por la brecha digital no queden más excluidos. Google, por ejemplo, se asoció con el Departamento de Educación del Estado de California para proporcionar Chromebooks y 100,000 puntos de acceso móvil a estudiantes en áreas rurales.

En el caso de las organizaciones privadas, éstas deben invertir en cerrar la brecha digital como parte de su agenda de responsabilidad social. Lloyds Banking Group ha incorporado la inclusión digital y la igualdad digital en su estrategia y propósito. En el Reino Unido, Lloyds estableció un Programa de Campeones Digitales donde tienen cerca de 25,000 “campeones” desde que empezó este programa en el 2015 comprometidos a aumentar las habilidades digitales de al menos dos personas, empresas u organizaciones cada año. Utilizan distintas campañas a través de asociaciones e iniciativas locales.

Aunque, claro, los que tienen el papel más importante son los legisladores y los gobiernos, que deben trabajar para hacer que los dispositivos e internet sean más accesibles para las comunidades marginadas o cualquier persona que no cuente con estos servicios. Deben enfocarse en el acceso público y acceso privado al internet. La Unión Europea, por ejemplo, lanzó la iniciativa WiFi4EU para proporcionar Wi-Fi público gratuito en espacios públicos, incluidos parques, plazas, bibliotecas, centros de salud y museos.

Además, los gobiernos pueden contribuir a que los dispositivos sean más asequibles. La organización “Alliance for Affordable Internet” dice que gran parte del costo de los dispositivos proviene de los impuestos de importación y venta. En julio de 2015, el gobierno de Costa de Marfil, por ejemplo, redujo los impuestos sobre los teléfonos inteligentes del 27 % al 6,5 %.

Además, a través de regulaciones y políticas públicas, los gobiernos pueden ejercer presión a los proveedores de servicios de Internet y las empresas de tecnología, para que éstas reduzcan el costo de los datos móviles o banda ancha para ciertas comunidades o áreas rurales, establecer iniciativas como las de Lloyds Banking Group, brindar acceso a internet de alta velocidad en áreas remotas. Por ejemplo, Spectrum, una compañía de telecomunicaciones, ofreció acceso gratuito de banda ancha e internet por 60 días a hogares con estudiantes de primaria, secundaria o universitarios que aún no tienen una suscripción

Las organizaciones privadas también deben buscar educar a las personas sobre cómo mantenerse seguros en línea. Muchas personas mayores no usan el internet por miedo a caer en estafas o fraudes, tampoco se sienten cómodos compartiendo información personal en línea. En estos tiempos donde incluso se pueden hacer transferencias bancarias en línea, es clave ayudarlos a perder el miedo y a utilizar estas aplicaciones.

Durante una época de crisis como la pandemia del coronavirus, es aún más importante que se priorice la inclusión digital, no sólo para las personas que trabajan de forma remota o porque las escuelas han mudado al aprendizaje en línea, sino porque se ha vuelto vital para obtener información básica y servicios de salud. Es fácil olvidar que tan sólo en Estados Unidos hay 33 millones de personas que están desconectadas. Es momento de explorar formas de cerrar la brecha digital y brindar oportunidades a quienes enfrentan estos desafíos digitales.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/brecha-digital-covid19

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¿Redes o telarañas sociales? Un asunto atrapante

Por Javier Tolcachier 
Fuentes: La Jiribilla – Ilustración: Michel Moro

La red internet, como hoy la conocemos, tiene apenas 30 años. Si bien sus orígenes se remontan a un proyecto de carácter militar de la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados (ARPA) del Departamento de Defensa de los EEUU en los años 60, cuyo objetivo era crear un sistema de comunicación capaz de resistir un ataque nuclear, los protocolos HTML, HTTP y URL serían escritos recién en octubre de 1990 por Tim Berners-Lee, por entonces ingeniero de software en el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) de Suiza.

La intención en esa nueva etapa fue la de conectar y facilitar el acceso al conocimiento existente en distintos lugares. El enorme potencial de esta genialidad enciclopedista se desataría a través de la gratuidad de sus códigos base. Como lo señala el mismo Berners-Lee: “Si la tecnología fuera propietaria y estuviera bajo mi control total, probablemente no habría despegado. No se puede proponer que algo sea un espacio universal y al mismo tiempo mantener el control».[1]

En 1997, el abogado Andrew Weinreich lanzaría con su grupo de conjurados, la que sería la primera red social digital, cuyo nombre “Six Degrees” hacía referencia a la tesis de los seis grados de separación, a través de los cuales una persona puede llegar a cualquier otra en el mundo.

Sin embargo, lo que en sus inicios significó construir puentes desde un esquema abierto para facilitar la relación entre cercanos y para acercar lejanías, fue derivando en el actual sistema concentrado, dominado por unas pocas corporaciones.

Contextos tecnológicos, geoeconómicos y geopolíticos

Ningún fenómeno escapa a la estructura contextual que lo rodea. De este modo, es preciso acompañar el análisis con la visibilización de algunos de los distintos vectores que acuñaron la situación presente. El más obvio es el vertiginoso crecimiento de la penetración global de internet que de 1 millón de computadoras conectadas en 1992 llega en la actualidad  a más de 4600 millones de usuarios conectados (2020), alrededor de un 60% de la población global.

Asimismo, influyó en la posibilidad de intercambiar volúmenes de información a gran escala el incremento de las velocidades de conexión, aunque en ello la disparidad mundial se hace presente de manera dramática: mientras la media de 29 países de Europa Occidental muestran una velocidad de 81.19Mbps[2], los Estados Unidos de 71.3, hay varios países de África que apenas bordean 1 Mbps. Aún así, de la mano del reemplazo de los pares de cable de cobre por la fibra óptica y otras mejoras tecnológicas, hay avances en todas las regiones, aunque la brecha de velocidades continúa agrandándose.

Junto a ello, la invención y el relativo abaratamiento de teléfonos celulares con funcionalidades cada vez mayores, las mayores capacidades de almacenamiento de datos, el desarrollo de innumerables aplicaciones y los avances de la inteligencia artificial, han hecho de la red una suerte de universo electrónico que avanza de manera imparable sobre el mundo físico.

Por otra parte, la red internet acompañó y creció a la vera de la premisa de globalización neoliberal, constituyéndose en una herramienta primordial del comercio electrónico y de la especulación financiera. Los inversores de capital de riesgo hicieron crecer el valor de bolsa de las empresas del sector (las punto.com) en base a las expectativas de rédito rápido, lo cual inyectó billonarias sumas de dinero que permitieron que en un lapso no mayor de una década desplazaran de los índices bursátiles a las petroleras, mineras, aseguradoras, compañías fabricantes de aviones, entre otras habitualmente situadas en los primeros puestos de este ranking de dudoso prestigio moral.

El capitalismo en su conjunto encontró así un nuevo nicho expansivo y los jóvenes emprendedores de estilo casual (en realidad competidores tan despiadados como sus antecesores de abultada barriga y sombrero de copa) comenzaron a constituirse en los protagonistas centrales del acaparamiento virtual.

La táctica fue la de cualquier monopolio: hundir o comprar a la competencia. En ambos casos, para hacerse con sus mejores talentos y desarrollos. Así decía Mark Zuckerberg, quizás exagerando un poco, en 2010: “no hemos comprado ni una vez una compañía por la compañía misma. Compramos compañías para obtener personas de excelencia”. Desde la  formalización de su dominio facebook.com en 2005, la corporación hizo 82 adquisiciones, entre las que se destacan en los últimos años redes como Whatsapp e Instagram.

De este modo, la voracidad capitalista engulló cualquier atisbo de sociabilidad humana, salvo en su propaganda.

Otro factor fundamental en la reconversión instrumental de internet y las redes sociales ha sido el aspecto geopolítico. Con la unipolaridad alcanzada por Estados Unidos en el transcurso de una cruzada que parecía definitiva (al menos según sus propios gurúes), internet y sus fenómenos conexos sirvieron (y sirven todavía) no solamente para la captación y mercantilización de nuevos espacios sino también como ariete de penetración cultural de primer orden.

Sin embargo, la emergencia de un multilateralismo opuesto a aquella pretensión imperial, junto a estrictas normas de control, barreras electrónicas y un imponente financiamiento estatal, dio lugar a la aparición de emporios de tecnología digital en China, Rusia e India, entre otros países, que se han constituido en severa competencia a los conglomerados digitales estadounidenses.

La batalla por el predominio tecnológico digital ha trasladado al espacio telemático la lucha por la preeminencia de poder en el espacio internacional. La ciberguerra en curso es expresión menos visible de las tradicionales contiendas armadas y sin embargo, está profundamente imbricada con ellas.

Más allá de la contrapolaridad surgida en las últimas décadas, la estructura de la red de internet conserva todavía las trazas hegemónicas, estando en territorio estadounidense 7 de los 13 servidores DNS raíz que constituyen el centro del sistema. Los otros 6 están divididos físicamente y dispersos geográficamente.

Extractivismo digital

Al entrar el vector productivo del capitalismo en una crisis relativa de rentabilidad, éste ha desplegado una fase de financiarización extrema afectando gravemente no solo cualquier posibilidad de estabilidad social o de vida digna, sino también llegando a desequilibrar de modo cada vez más crítico los límites de los sistemas medioambientales.

Ante esta encrucijada de crisis, la tecnología digital y, en particular, una de sus variantes más vistosas, las llamadas redes sociales, se ofrecen como la posibilidad para el capital usurero y sus adláteres de apropiarse de bienes no tangibles, erigiéndose incluso como benefactores y agentes morales de un salvacionismo ecológico.

Al enorme daño producido por el extractivismo material ilimitado para exclusivo consumo de las minorías primero, y el encadenamiento afiebrado de las mayorías después, se agrega ahora un extractivismo digital, que hace de la información que brinda cada usuario con un consentimiento engañoso, su principal commodity. Esta información, reelaborada a través de matrices de análisis de inteligencia artificial, será vendida luego al mejor postor.  De este modo, el usuario de las redes sociales es transformado en producto.

La calidad predictiva de los datos acumulados, sin embargo, mejora y aumenta por tanto su valor, en la medida en que los hábitos del conjunto escrutado coinciden con la información provista a terceros. Por tanto, las redes sociales no solamente apuntan a mostrar probabilidades, sino a construir persuasivamente aquel modelo que se predice. Así, el usuario se convierte también, idealmente, en arcilla modelable en manos del poder digital.

El modelo de negocios en su esquema primario se completa con el negocio de la publicidad (siempre dirigida a través de la apropiación de los datos del usuario). Las redes son también enormes carteleras publicitarias, que ofrecen espacios de manera dirigida y segmentada, para que los interesados, pago mediante, hagan visible sus mercancías.

De una manera similar a la de los amañados sistemas de “rating” televisivo, el precio de la publicidad aumenta según la permanencia del usuario en la plataforma, por lo que los talentosos informáticos desperdician su ingenio en inventar atracciones y distracciones para que no logres salir de la telaraña.

A estas alturas es preciso separar la paja del trigo. Hay redes sociales corporativas más agresivas que otras, como Facebook, para la que estima en 2020 una ganancia neta de 21 mil millones en publicidad. Instagram, propiedad de aquella, ha crecido fuertemente, llegando ya a los 500 millones de usuarios diarios y proyectando ganancias por 12 mil millones en el mismo rubro. En el caso de Twitter, la compañía ha declarado el año finalizado como muy exitoso, totalizando 1290 millones de ganancia.

De manera global, la publicidad en las redes sociales se ha duplicado en solo cuatro años (2017-2021), pasando de 54604 millones de dólares a una cifra proyectada para 2021 de 110.600 millones.

Las notificaciones, solicitudes de “amistad” no solicitada, la acumulación de seguidores, los recordatorios de cumpleaños, las etiquetas, la elección de diversos tonos de “me gusta”, las historias y muchas otras estratagemas son solamente recursos efectivos para captar la atención. Pero el principal recurso son tus verdaderos amigos, tus familiares y compañeros, los que temes no sepan de ti si no participas de la red. Es por ellos que te dejas atrapar.

Un sistema de inteligencia planetaria

No hay mejor sistema de inteligencia que aquel en el que el propio sujeto vigilado abre el cofre de sus ideas, conductas y recuerdos de modo “voluntario”. Un sistema que además no descansa, sino que acopia, analiza, clasifica segundo a segundo volúmenes de información difícilmente imaginables.

La cercanía efectiva de las plataformas digitales con el estrecho tejido conformado por el sector militar, las agencias de inteligencia y la industria, tanto en Occidente como en Oriente, hace que la filtración de datos no sea la excepción sino la norma.

El dato estadístico se ha transformado en dato individualizado y el número en imagen, pudiendo hoy cada persona en movimiento ser identificada y localizada mediante la tecnología satelital y el crecimiento rasante de las aplicaciones de reconocimiento facial.

Minuto a minuto, el incauto usuario agrega materia prima a los sistemas de aprendizaje automático, que reconocerán luego cada imagen similar en su archivo para trazar el sistema de relaciones de cada individuo.

En su informe Surveillance Giants (“Gigantes de la vigilancia”, 2019) Amnesty International muestra cómo el modelo empresarial, basado en la vigilancia, de Facebook y Google es intrínsecamente incompatible con el derecho a la privacidad y representa un peligro sistémico para diversos derechos más, como la libertad de opinión y de expresión, la libertad de pensamiento y el derecho a la igualdad y a no sufrir discriminación.

A lo que agrega de modo terminante: “Para proteger nuestros valores humanos básicos —dignidad, autonomía y privacidad— en la era digital es necesaria una transformación radical del modo en que las grandes empresas tecnológicas desarrollan sus actividades a fin de dar paso a una Internet basada en los derechos humanos.”

Entretenimiento vs. Conocimiento

En un ensimismamiento difícil de romper, los seres humanos nos entretenemos por la ventana de las redes. Inspeccionamos la vida ajena a través de sus perfiles desarrollando un grado no encomiable de voyeurismo digital, jugamos a los cientos de juegos interconectados que cada red nos ofrece, miramos series, buscamos videos y memes graciosos. La vida pasa y se nos pasa en las redes sociales.

En 2019, según el Global Web Index, las personas entre 16 y 24 años de edad pasaron cerca de tres horas al día en redes. Actuales proyecciones estiman que un ser humano que utiliza redes sociales pasará en promedio 5 años de su tiempo vital total enchufado a este imán virtual.

Según la misma fuente, en general, y en proporción descendente las personas usan las redes para “encontrar contenido divertido”, “pasar el tiempo”, “estar al día con noticias y eventos”, “mantener el contacto con lo que hacen mis amigos”, “compartir fotos o videos con otros”, “trabajar con otros”, “buscar cosas para comprar”, “conocer nuevas personas” y “compartir mi opinión”.

Probablemente la encuesta haya soslayado la opción o quizás figure en la estadística en los márgenes descartables, lo cierto es que los menos parecen buscar conocimiento a través de las redes sociales digitales.

Impacto político

Nada nuevo agregaremos señalando el enorme volumen de información manipulada que circula a través de estos dispositivos y la utilización nefasta que habitualmente las derechas hacen de ello, estimulando el discurso de odio y la violencia. Las “noticias falsificadas”,  bulos, rumores, campañas de desprestigio, la artillería de los ejércitos de troleo, circulan aquí por una ancha avenida.

Sin embargo,  desinformar de manera interesada, sembrar sospechas, descontextualizar expresiones o acciones, no es nada nuevo, ni característica exclusiva de estas redes, sino práctica habitual del género periodístico de nuestros días en los medios manejados por el capital. Incluso y sobre todo, en sus secciones más “serias”, la mentira y el amarillismo son moneda común.

Lo mismo sucede con la interesada censura de ideas que adversan el sistema capitalista y con la promoción descarada de aquellas que lo defienden.

¿Qué cambia entonces con las redes? Nada y todo. Nada, porque la clasificación, discriminación, deformación y censura de la información según sea su tinte político, continúa existiendo, trasladando sus formatos a la arena digital. Todo, porque la manipulación se introduce de manera permanente a través de dispositivos que nunca dejamos a más de un metro de distancia y que, como colmo del cinismo, anuncian de manera sonora o vibrátil su intromisión. Y también, porque el tipo y cantidad de información almacenada sobre cada quien, permite enviar misiles teledirigidos de desinformación perfectamente segmentada, en tiempo real y de manera continuada.

El lado más claro de la luna

Con todas estas lacras, ¿será posible encontrar algo de interés en estos instrumentos, algún atisbo de comunicación creativa y positiva? Por supuesto.

Las personas, a pesar de todos los filtros y desvíos mercantiles, logran conectar con otras a distancia a través de redes de mensajería que consiguen abaratar y estimular el diálogo fluido e instantáneo, aun a costa de la exposición de macrodatos sensibles en aquellas donde la encriptación es apenas una pantalla.

Ante la fragmentación del tejido social agudizada por el individualismo y el debilitamiento de las formas gregarias tradicionales por la transición a un mundo postindustrial, las redes cumplen una función sucedánea, intentando compensar la progresiva desconexión de los conjuntos.

Al mismo tiempo y a sabiendas de la censura intencional que las corporaciones digitales ejercen con sus algoritmos para que nadie escape del redil conservador, la comunicación alternativa, comunitaria, revolucionaria, organiza buena parte de su esfuerzo de difusión a través de ellas, permeando en general al menos franjas contiguas de sensibilidad.

Así, se multiplican las transmisiones, los encuentros virtuales, las convocatorias de eventos y movilizaciones, la difusión periodística, el contrapunto a las pesadas formas unidireccionales.

Lejos de ser ingenua, la efectividad de esta acción despierta las alarmas de la pax romana digital de las plataformas, comenzando éstas su despiadada cacería contra las cuentas herejes, inmolándolas de inmediato con un click. Esta censura procede habitualmente contra las opciones de la izquierda global, aunque más recientemente, después de mucho tiempo de dejar que el odio supremacista las inunde, también han procedido a desmontar algunos canales de la ultraderecha. De este modo, los Torquemadas del Valle Siliconado, exhiben su verdadero rostro censor, abandonando todo vestigio de defensa de la libertad de expresión.

El ciberactivismo ha sido decisivo en la ola de movilización generacional masiva posterior a la crisis bursátil de 2008, movilización que desde Túnez y Egipto, llegó a los indignados del 15 M español, al Occupy estadounidense, al Taksim turco e incluso fue emulado en su metodología en la protesta contra la gobernadora de Hong Kong.

Claro está que en ocasiones, detrás de una legítima dialéctica impulsada generacionalmente a través de las redes, detrás de agitaciones y protestas de carácter justo,  hay móviles reaccionarios que preparan y fogonean levantamientos cuyos objetivos nada tienen que ver con posturas de evolución social. En estos casos, las redes suelen abrir compuertas de manera interesada a las corrientes que mejor pagan y más provechosas son para sus fines y cerrarlas cuando los propósitos de la facción globalista del capitalismo se ve contrariada. Pensar que las corporaciones digitales son neutras es de una ingenuidad absoluta, de graves consecuencias.

Corolario

¿Se puede vivir sin estar en las redes sociales? ¿Se puede prescindir de ellas en la acción ideológica y política? ¿Cómo aprovechar su alcance sin alimentar el monstruo avaro que vive en su interior? ¿Son las redes alternativas, federadas, libres, una ficción de minorías? Estos son interrogantes a los que se enfrentan los movimientos sociales críticos, cuestionamientos que ya han rebasado el círculo de un estricto y algo hermético activismo digital.

En América Latina y el Caribe, viene creciendo desde hace un par de años la iniciativa Internet Ciudadana que exhorta firmemente a articular los distintos sectores para abordar de manera transversal, conjunta y con anclaje territorial real este desafío, hacia la democratización y descolonialización del sistema digital.

Entre sus primeras propuestas, el espacio propone acometer la sensibilización masiva sobre la problemática, efectivizar el acceso a internet como derecho humano implementando al mismo tiempo la alfabetización digital con sentido crítico. Del mismo modo, promueve el uso de tecnologías libres sin abandonar los campos centrales de disputa comunicacional con la producción de contenido informativo contrahegemónico de calidad desde y para los sectores populares.

Por otro lado, como bandera prioritaria de lucha se proclama la necesidad de establecer un régimen de potestad y protección sobre los datos que ilegalice su apropiación. Del mismo modo, es preciso regular el accionar de las plataformas digitales hegemónicas desde los Estados y a través de mecanismos de integración regional, mientras se van creando o fortaleciendo herramientas similares de carácter soberano. De suyo, este accionar debe ser integrado en el marco de proyectos políticos de base amplia, cuyos programas contemplen a las nuevas tecnologías, y en especial, a los canales digitales como vías de emancipación y no de enajenación cultural o económica.

En definitiva, para que la tecnología sirva a la liberación humana y a la evolución de la vida, debe ser reconocida como lo que en realidad es: un bien común, acuñado colectivamente en el proceso histórico de la experiencia humana.

Javier Tolcachier es investigador en el Centro Mundial de Estudios Humanistas y comunicador en agencia internacional de noticias Pressenza

Publicado originalmente en el Dossier El laberinto de las redes sociales –La Jiribilla. Revista de Cultura Cubana http://lajiribilla.cu/articulo/redes-o-telaranas-sociales-un-asunto-atrapante

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República Dominicana: Entregan al Ministerio de Educación plataformas educativas para protección de estudiantes en internet

América Central/República Dominicana/19-02-2021/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

Las familias y adolescentes aprenden sobre los tipos de violencia que se encuentran en la web, y se les brindan herramientas para identificar, prevenir; o denunciar una situación de riesgo.

Plan International República Dominicana, la Fundación Paniamor de Costa Rica y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) entregaron este jueves al Ministerio de Educación las plataformas educativas E-mentores y E-pana, que buscan prevenir la explotación y el abuso sexual infantil en Internet.

Los organismos resaltaron que en el ámbito de pandemia se debe poner especial atención en cómo proteger a los hijos e hijas en Internet.

En ese contexto, el Plan International y UNICEF realizaron un estudio en el que se determinó que el 53% de las personas adolescentes consultadas dijo haber recibido material de contenido sexual sin haberlo buscado o solicitado.

“Estar en Internet representa grandes oportunidades, pero también retos para los chicos y las chicas, especialmente para las niñas y las adolescentes que enfrentan riesgos de acoso, abuso y explotación sexual. Por eso, estas plataformas, construidas tomando en cuenta las necesidades y la opinión de las personas adolescentes, constituyen una herramienta educativa muy potente para mantenerlos informados y ayudarles a navegar de manera segura”, explicó Virginia Saiz, directora de Plan International.

De acuerdo a sus desarrolladores, E-pana es una plataforma virtual dinámica para adolescentes, a partir de 12 años, donde a través de recursos interactivos se les informa sobre los riesgos que pueden encontrar en la web como el ciberacoso, el grooming y la sextorsión.

Además, en ella pueden obtener herramientas para identificar, prevenir, o bien denunciar una acción que les ponga ante una situación de violación de sus derechos.

Mientras que E-mentores está compuesto por los módulos: ‘Me informo’, que trata sobre oportunidades y riesgos en la web; ‘Prevengo’ que ofrece orientaciones sobre cómo acompañar a niños, niñas y adolescentes en línea y ‘Protejo’ que enseña a cómo reaccionar ante situaciones; brindando a las familias y cuidadores recursos y guías audiovisuales sobre crianza tecnológica para que puedan orientar a chicos y chicas en el uso seguro de las herramientas tecnológicas y la Internet.

“Por eso, el Ministerio de Educación tiene un amplio plan de cuidado y protección de nuestros estudiantes, de nuestros niños, jóvenes y adolescentes, y también de orientación a las familias para garantizar que puedan hacer un uso adecuado de los dispositivos tecnológicos que van a tener y de sus conexiones a Internet, para garantizar que tanto las familias como los profesores puedan orientarlos, y que los propios estudiantes puedan hacer un uso adecuado de la tecnología”, dijo el funcionario.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/actualidad/entregan-al-ministerio-de-educacion-plataformas-educativas-para-proteccion-de-estudiantes-en-internet-8914706.html

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“Aprende en Casa II”: Apuntes para un balance

 Juan Carlos Miranda Arroyo

Ayer hice una búsqueda sobre estudios o reportes de investigaciones educativas recientes, donde se abordan algunos elementos de evaluación del programa “Aprende en Casa II” que, como sabemos, es el dispositivo de educación a distancia (basado principalmente en el uso intensivo de medios tecnológicos) que las autoridades educativas federales diseñaron para dar continuidad al ciclo escolar 2020-2021, tanto para educación básica como media superior.

Un primer artículo académico identificado es el publicado por Zaira Navarrete-Cazales, Héctor Manuel Manzanilla-Granados y Lorena Ocaña-Pérez, que lleva como título: “La Educación Básica a distancia en el contexto de la pandemia en México. Potencialidades y limitaciones.” (1) Reproduzco en lo que sigue, por su desglose analítico, algunos fragmentos del texto.

“En este artículo se analizan las potencialidades y limitaciones de la Educación Básica a distancia implementada por el Gobierno Federal y la Secretaría de Educación Pública para dar continuidad a la educación en el marco de la emergencia sanitaria provocada por el SARS COV-2.

Desde una investigación de tipo cualitativo, de corte documental, se dan respuestas a las siguientes preguntas: a partir del desarrollo de la pandemia y su evolución en México:

¿Cuáles han sido las medidas que se tomaron para dar continuidad a la Educación Básica?

¿Cuáles han sido los medios utilizados para dar continuidad a la Educación Básica?

¿Cuáles son las ventajas y desventajas que brinda la educación básica a distancia para dar cumplimiento a los objetivos planteados por la Secretaría de Educación Pública?”

“Se encontró que, la urgencia por cubrir el vacío que dejaron las escuelas, a través de las pantallas, no ha tomado en cuenta los múltiples factores que entraña un cambio de la educación presencial a la educación a distancia. México ha acumulado una serie de intentos, en diversos programas que pretendían integrar la tecnología en la educación; desde 1997 y hasta 2016, se llevaron a cabo seis programas de educación digital impulsados por el Gobierno Federal, los cuales no pudieron cumplir cabalmente su objetivo…(debido a que carecían) “de un respaldo didáctico y sobre todo sin un sistema de mantenimiento y actualización que garantizara mejores resultados.”

Programa Aprende en casa II, carente de potencial pedagógico.

Así continúa el análisis del reporte referido: “…el sitio web Aprende en casa II parece ser otra propuesta que no ha contado con la planeación adecuada para su elaboración y diseño, en la premura de su puesta en marcha se limitó su potencial pedagógico a ser un sitio de descarga de archivos y de visualización de videos, carente de directrices que proporcionen al docente la oportunidad de generar material propio dentro del sitio, o de llevar a cabo la comunicación con sus alumnos en el entorno seguro del mismo sitio.”

“Aprende en casa II, no cuenta con una estructura formal que delimite el acceso a los contenidos (de aprendizaje), de acuerdo con el nivel educativo (en el) que el alumno se encuentra cursando; y que permita un acceso rápido y sencillo a los materiales, en el orden formativo que marca el plan (y los programas) de estudios vigentes; el sitio necesita de un modelo de evaluación o retroalimentación que permita al alumno comprobar sus avances, o de un modelo interactivo que permita el aprendizaje por ensayo y error”.

En esta parte del texto, los autores de la investigación comentada o referida manifiestan algunas preferencias a favor de experimentar con viejos modelos de “instrucción”, que contienen una fuerte influencia de las teorías y métodos “conductistas”, sin embargo, no por ello dejan de resultar interesantes sus sugerencias didáctico-metodológicas.

“La capacitación docente, continúa siendo un punto pendiente en la agenda educativa, los cursos de capacitación de Google no cubrieron las necesidades formativas de los docentes y la SEP no ha programado cursos presenciales que den a los docentes las herramientas necesarias para impartir una educación a distancia, realizar una planeación y evaluación correspondiente de los alumnos a su cargo, pero sobre todo que permita acortar o eliminar la brecha digital de los docentes, y que éstos a su vez realicen la alfabetización digital de sus alumnos, sobre todo en los años iniciales de primaria.”

“El uso de la Televisión y la Radio como herramientas educativas, es utilizada actualmente en la mayoría de los países como parte del aprendizaje a distancia. Dirigido principalmente a aquellos alumnos que no cuentan con conexión a internet, computadora o dispositivos móviles, en México se lleva a cabo la emisión televisiva y radiodifundida de Aprende en Casa, con programas realizados por algunos docentes elegidos por la SEP para cubrir los contenidos de los Planes de estudio.

Sin embargo, la dupla maestros-televisoras se ha convertido en una relación difícil, considerando que las televisoras, años atrás, contribuyeron al linchamiento mediático de los docentes, generándose una polémica en torno:

1) al papel que jugaría la televisión en la siguiente edición del programa educativo a distancia federal.

2) ante las decisiones de la SEP, en donde el docente tiene la libertad de diseñar su planeación y actividades, el ritmo y el rumbo serán marcados por las televisoras, despojando al profesor de la facultad de seleccionar los contenidos de acuerdo con las necesidades del grupo atendido; se insiste en que no se elimina el papel del docente, pero parecería estar sujeto en mayor medida al orden que marque la televisión”.

Una propuesta

“Los metadatos obtenidos en una plataforma educativa bien estructurada, permitiría obtener datos estadísticos que van desde lo individual (para determinar el grado de avance de cada alumno), hasta lo global (ver los niveles de aprendizaje por escuelas, estados, etc.), lo que representa tener cifras actualizadas susceptibles a evaluación para garantizar la mejora continua, readaptando los contenidos que no brindan los resultados esperados e incluso replantear una secuencia didáctica completa para dar atención a niños con necesidades especiales de educación, y este ajuste puede hacerse por ejemplo: al terminar cada trimestre, de tal manera que al siguiente ciclo escolar ya se cuente con el material óptimo y adecuado para brindar una educación de calidad.”

Con reportes de investigación educativa como el que ahora reproducimos, en sus contenidos principales, es posible iniciar algunos apuntes pertinentes para ponderar los beneficios y las dificultades del programa educativo “Aprende en casa”.

Dicho balance requiere de la participación combinada de las y los docentes, así como de las y los directivos escolares, padres y madres de familia, junto con estudiantes, autoridades educativas y especialistas en temas de educación y nuevas tecnologías de la información, el conocimiento y la comunicación.

Fuente consultada:

(1) Zaira Navarrete-Cazales, Héctor Manuel Manzanilla-Granados y Lorena Ocaña-Pérez. (2020) La Educación Básica a distancia en el contexto de la pandemia en México. Potencialidades y limitaciones. Educiencia. 6 (10): pp. 06-19, (julio-diciembre 2020). UAT.

https://educiencia.uat.edu.mx/index.php/Educiencia/article/view/191/130

jcmqro3@yahoo.com


Publicado en SDPnoticias

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/aprende-en-casa-ii-apuntes-para-un-balance/

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Programas y plataformas digitales: ¿maestros enseñarán inglés sin hablarlo?

 Abelardo Carro Nava

Durante el sexenio de Vicente Fox, uno de los programas que fue anunciado con bombo y platillo porque, se cuenta, era el favorito del presidente, fue el que muchos colegas conocimos como Enciclomedia; éste pretendió ser un sistema de educación en línea que, particularmente, estaba conformado por una base de datos didácticamente diseñada y planeada a partir de los libros de texto gratuitos de quinto y sexto grados de educación primaria. Para que funcionara, en ciertas aulas se tendría que colocar un pizarrón electrónico mediante el cual, tanto alumnos como maestros, tendrían acceso a una versión digital e interactiva de los libros de texto de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Para el logro de este y otros propósitos, este equipo tendría que estar conectado a una computadora, equipo de audio y, cuando así se “pudiera”, a internet. Su anuncio hizo pensar a propios y extraños, que ahora sí la educación mexicana podría ser equiparable a la que se brindaba en aquellos países denominados de primer mundo. ¿Quién no pensaría que este sistema de aprendizaje que se presentó como una herramienta informática para facilitar el uso de las nuevas tecnologías en los salones de clases nos llevaría a ello?

No obstante, lo anterior, este programa fracasó debido a varias cuestiones entre las que destacan: la imposibilidad de contar con energía eléctrica en muchas escuelas para el funcionamiento del equipo, la imposibilidad de contar con internet en buena parte de los centros escolares, la escasa o nula capacitación que se brindó al profesorado mexicano, la falta de mantenimiento y actualización de los equipos, entre otras. En este sentido no hay que perder de vista las observaciones que, en su momento, emitió la Secretaría de la Función Pública en la auditoría 034/05, puesto que en ésta se señala que, en este programa, fueron prácticamente “inexistentes los indicadores para medir la eficiencia, eficacia y el grado de avance de los objetivos generales y específicos del programa, así como los lineamientos normativos para la operación de éste” (Aviles, 2006), esto, a pesar de que como bien apuntó Zebadúa en un artículo de opinión en 2009, Enciclomedia “arrancó el 13 de agosto de 2004 en el ciclo escolar 2004-2005 y se instaló en más de 21 mil aulas de 7 mil 211 centros escolares, con una población estudiantil beneficiada de 685 mil 711 alumnos… con un costo de 23 mil 498 millones de pesos – a pagar en cinco años – por la instalación de mil equipos multimedia en salones de quinto y sexto grado” (Crónica, 2009).

Pasado el tiempo y con la llegada de Felipe Calderón a la Presidencia de México, prácticamente Enciclomedia llegó a su fin; se transitó hacía algo que llegamos a conocer como Habilidades digitales para todos. El propósito de este programa fue el impulsar el desarrollo y utilización de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las escuelas de educación básica para apoyar el aprendizaje de los estudiantes, ampliar sus competencias para la vida y favorecer su inserción a la sociedad del conocimiento (SEP, 2009-2012); para el logro de tal objetivo, se pretendió modernizar el uso de los equipos de las escuelas, principalmente en las aulas en las que se habían instalado Enciclomedia durante el gobierno anterior, dotándolas, según se dijo, de un software sofisticado e internet. Para 2012, como bien afirma Moreno (2016), “las aulas telemáticas recibieron 3 mil 175 millones de pesos y HDT 521 millones 938 mil 900 pesos (pero) la Auditoría Superior de la Federación reportó que el programa no cumplió con el objetivo”.

Las principales razones por las que este programa fracasó, al igual que el del sexenio anterior, tuvieron que ver con los incontables problemas que significaba determinar el ancho de banda que sería empleada para el empleo de los equipos y, con ello, se lograra el acceso y conectividad requerida tal y como Hernández (2012) lo reveló en su momento: “datos de la SEP revelaron que el HDT falló en el cumplimiento de su meta, ya que para diciembre de 2012 había proyectado conectar a la web a 98 mil 128 aulas de secundaria, y solamente 13.4 por ciento tiene conectividad”. Afirmación que, de alguna forma, refuerza lo que en su momento la Auditoría Superior de la Federación reportó en cuanto a que este programa no cumplió con su objetivo.

Ahora bien, con la llegada de Peña Nieto a Palacio Nacional, Enciclomedia y Habilidades Digitales para Todos quedaron sepultados, en primera instancia, se puso en marcha algo que conocimos con el nombre de Inclusión y Alfabetización Digital pero luego, fue sustituido por el programa @prende.mx 2.0, ambos, con la intención de que los alumnos consiguieran las habilidades digitales para el Siglo XXI. El primer programa tenía como propósito fortalecer el sistema educativo mediante la entrega de dispositivos personales (lap top y tabletas), precargados con contenido que, según se dijo, reducían la brecha digital, incentivaban el uso de las TIC en el proceso de enseñanza aprendizaje y fomentaban la interacción entre los actores de ese sistema educativo. La inversión, tal y como lo he señalado en otro de los artículos que publiqué en este espacio y que llevo por título “¿La educación pública ya está equipada?”, ascendía a poco más de 3,700 millones 869 mil 669 pesos, sin embargo, la Auditoría Superior de la Federación, detectó una serie de insuficiencias en la aplicación de éste dado que la SEP no había otorgado información que demostrara el beneficio que tenían los niños con las computadoras, subrayando que carecía de evaluaciones y un plan integral que explicara la razón por la que comenzó su pilotaje en Colima, Tabasco y Sonora, así como la cantidad de alumnos que tenían equipos y la dificultad que tenían sus usuarios para conectarse a internet (Carro, 2021). Obviamente este programa fracasó y, las computadoras portátiles y tabletas, pasaron a la historia como un dato más de un proyecto fallido.

Por su parte, el segundo programa que se puso en marcha en este sexenio (@prende.mx 2.0), tenía como objetivo fomentar el uso de las TIC para el desarrollo de las habilidades digitales y pensamiento computacional, necesarios en el contexto social y económico del Siglo XXI, para ello se pensó, que se equiparían con aulas digitales las escuelas de nivel básico y se capacitaría a los docentes para que enseñaran a sus alumnos; sin embargo, según los datos consultados el 21 de enero de este año y que expuse en el mismo artículo citado en el párrafo anterior, solamente se instalaron 64 aulas, 1 estaba por instalarse y 761 tenían el status  “canceladas” (Carro, 2021). La razón por la que este programa también falló, puede hallarse en lo que la misma SEP reportó en diciembre de 2017, dado que esta dependencia determinó insolventes todas las ofertas para instalar en mil aulas de primarias públicas de 16 estados el nuevo sistema para desarrollar el pensamiento computacional de estudiantes y maestros (Carro, 2021). De nueva cuenta, insisto, otro programa falló, sin que al momento en que cierro estas líneas se haya sabido de alguna sanción administrativa para los ejecutores de esos programas por dichos fallos y, mucho menos, una sanción mayor por el manejo discrecional de los recursos que la Auditoría Superior de la Federación reportó por esos tiempos.

Pasados algunos años y meses desde que el gobierno peñanietista dejó Palacio Nacional y, en su lugar, ingresó el lopezobradorismo; el Secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, anunció con bombo y platillo que, en este sexenio, los maestros enseñarían inglés sin saber hablarlo y, para ello, se pondría en marcha una plataforma digital (Alemán y Vicenteño, 2019), sin embargo este funcionario no dio más detalles sobre tal asunto y, por tal motivo, me atreví a nombrar a esta plataforma como “unknown” (desconocida), puesto que poco o nada se sabe sobre ella, tampoco se sabe si ésta es parte de un programa o una plataforma fincada en otro programa como el @aprende.mx 2.0, pero lo más preocupante, es que nada se sabe sobre sus fundamentos, sus orientaciones didácticas y pedagógicas, su política lingüística, su financiamiento, su capacidad de acceso y conectividad, entre otras cuestiones.

Lo anterior, como parece obvio, ha generado una serie de reacciones en el magisterio y en los profesores que laboran en el Programa Nacional de Inglés (PRONI); primero, porque como se sabe, los maestros de educación básica han tenido que impartir dos asignaturas más a las establecidas en la currícula “vida saludable y educación socioemocional” y, tal parece que en próximos días, también impartirán inglés. Esto porque en al menos tres entidades del país (Zacatecas, Puebla y Nuevo León), las Secretarías de Educación recientemente emitieron un comunicado mediante el cual se convoca a los profesores frente a grupo y a directivos, a una capacitación sobre el funcionamiento de la plataforma para la enseñanza del idioma inglés. Insisto, ¿cuál es el fundamento en ello?

Por lo que toca a los profesores que laboran en el PRONI, hace unos días publiqué un artículo titulado “El PRONI: entre la corrupción y el limbo” (Carro, 2021), en el que expuse un breve análisis sobre los claroscuros por los que ha atravesado este programa, pero también, sobre la situación que hoy día viven cientos de maestros que, curiosamente, no han sido contratados o recontratados, para que aporten sus saberes y haceres en la enseñanza del inglés a los alumnos de educación básica.

Desde luego, el anuncio hecho por Esteban Moctezuma en 2019, los comunicados que emitieron estas Secretarías hace unos días, las “irregularidades” en el proceso de contratación y recontratación de los profesores PRONI derivado de unas Reglas de Operación que dan un inmenso poder a los estados y la falta de contratación y recontratación de los mismos en diversas entidades del país dado el “recorte presupuestal” anunciado por el Gobierno Federal para este año, nos obligan a pensar que estamos ante la posible sustitución del profesorado en inglés para dar paso a una plataforma “unknown” de la que, como he dicho, poco se sabe y, de la cual tendrían que hacer uso los docentes frente a grupo aún sin saber inglés tal y como lo apuntó el Secretario. ¿Hay lógica en ello? Es decir, ¿no es necesario tener un conocimiento en cuanto a la morfología y fisiología del individuo que aprende inglés?, ¿no es necesario tener un conocimiento en cuanto al vocabulario y gramática de la lengua que se enseña y que, por obvias razones, el alumno aprende?, ¿acaso no es necesario tener un conocimiento pleno del sistema lingüístico que se enseña?, ¿acaso un maestro de educación básica puede enseñar inmunología en una facultad de medicina cuando no fue parte de su formación profesional?

Desde hace unos años, diversos países han integrado en sus sistemas educativos estrategias para que los alumnos tengan la oportunidad de aprender inglés; el uso de programas y plataformas como las que he mencionado han sido algunas de estas estrategias, pero también, la contratación de especialistas para que asuman esta responsabilidad en las escuelas. Como hemos visto, para el caso mexicano, las primeras no han tenido el resultado esperado: han fallado. Los segundos, viven en la incertidumbre en estos momentos dado el desasosiego que ha generado su contratación o recontratación para la enseñanza del inglés. Lo anterior, si se suma al grueso de actividades que profesores frente a grupo realizan en estos días, podría generar un problema mayúsculo del que no se obtendría nada bueno. ¿Acaso los maestros frente a grupo no se encuentran atiborrados de materias y de trámites administrativos sin sentido?

Es cierto, todos los programas señalados tuvieron como “propósito” brindar un apoyo al maestro que se encontraba frente a grupo, pero también, el que nuestro país avanzara hacía la consolidación de un sistema que brindara, a sus estudiantes y profesores, el acceso a las tecnologías de comunicación y a la tan anhelada sociedad del conocimiento. Recuerdo muy bien que, por esos años, tales acciones generaron una idea un tanto errónea entre el magisterio puesto que quedó en evidencia que jamás podrían ser sustituidos los maestros y que, las herramientas que la SEP ofrecía, eran eso, herramientas; sin embargo, lo que acontece en nuestros días puede ofrecernos varios indicios que podrían llevarme a asegurar, que los profesores que enseñan inglés en las escuelas a través del PRONI, pueden ser sustituidos por una plataforma “unknowm”. En cualesquiera de los casos, espero equivocarme en esta afirmación porque, de lo contrario, la sentencia que Estaban Moctezuma lanzó en 2019 se habrá cumplido “Maestros enseñarán inglés sin saber hablarlo”. Craso error sería este en la nueva escuela mexicana, craso error sería de un gobierno que, según se dijo, sería diferente pero que, en los hechos, está anteponiendo el empleo de una plataforma para la enseñanza del inglés y no a los profesionales en esta materia porque, indiscutiblemente hasta nuestros días, varios de éstos docentes no tienen una certeza laboral que les permita brindar el servicio profesional y educativo para el cual se formaron.

Con negritas:

Independientemente de las filas y fobias, de los colores y los partidos, de las simpatías y antipatías, se ha preguntado en manos de quién ha estado y estará la educación en México.


Referencias:

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Etiopía: ‘Imagen incompleta pero preocupante’ revela el impacto de la crisis de Tigray en los niños

África/Etiopía/14-02-2021/Autor(a) y Fuente: news.un.org

Un bebé de siete meses desplazado con su madre debido al conflicto en Tigray come una galleta de alta energía para aumentar sus niveles de nutrición.

Los trabajadores humanitarios están aprendiendo más sobre la terrible situación de los niños en la región de Tigray en Etiopía, donde continúan los enfrentamientos entre las tropas gubernamentales y las fuerzas regionales del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF).

A medida que más suministros y personal de emergencia llegan a la zona, está surgiendo «una imagen incompleta pero preocupante» que revela que los niños están sufriendo daños graves y continuos, informó el viernes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia ( UNICEF ).

“La imagen parcial que emerge del impacto que la crisis en Tigray ha tenido en los niños, y los sistemas y servicios de los que dependen, deja en claro que los niños tienen una gran necesidad de protección y asistencia”, dijo la agencia en un comunicado de prensa .

«Fundamentalmente, la comunidad humanitaria todavía necesita ir más allá de las principales ciudades y pueblos hacia las áreas rurales, donde vive la mayoría de la población, para tener una imagen real de las necesidades».

Separación y estrés psicológico profundo

Un equipo de UNICEF acompañado por funcionarios regionales de salud viajó a la ciudad de Shire, en el centro de Tigray, del 4 al 7 de febrero, trayendo seis camiones con suministros de emergencia. Esta fue la primera misión de la ONU allí desde que comenzó el conflicto en noviembre.

Shire tiene una población de aproximadamente 170.000 y ahora alberga al menos a 52.000 desplazados internos (PDI). UNICEF y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) están transportando agua en camiones a la ciudad, donde no había agua potable porque la planta de tratamiento de agua no funciona. La red móvil, Internet y los servicios bancarios aún no funcionan.

Muchos desplazados internos se están refugiando en escuelas, ninguna de las cuales está operativa, y las condiciones en los lugares de desplazamiento son pésimas.

“Muchas familias fueron separadas mientras huían, y había muchos niños no acompañados o separados entre los desplazados internos”, dijo UNICEF. “Muchas familias informaron de una profunda angustia psicosocial y dijeron que no sentían que era seguro regresar a casa, hablando de un miedo persistente y generalizado de daños presentes y futuros”.

Graves amenazas para los niños desnutridos

Las personas desplazadas dijeron que la comida es su necesidad más urgente. Una evaluación realizada por socios de UNICEF encontró que la prevalencia de desnutrición aguda severa, que es potencialmente mortal, estaba por encima de los niveles de emergencia establecidos por la Organización Mundial de la Salud ( OMS ).

“El riesgo muy real de brote de enfermedades, junto con el escaso acceso al agua, el saneamiento, la higiene y los servicios de salud, el aumento de la inseguridad alimentaria y la inflación en los precios de los alimentos, plantea graves amenazas para los niños desnutridos”, advirtió la agencia.

UNICEF ha enviado unas 655 toneladas métricas de suministros a la zona, incluidos kits de salud de emergencia, alimentos terapéuticos y galletas de alto contenido energético y equipo de protección personal. Hay suministros adicionales en camino.

Fuente e Imagen: https://news.un.org/en/story/2021/02/1084542

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