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Libro: Saberes compartidos y saberes comparados

Saberes compartidos y saberes comparados
Experiencias de investigación en ciencias sociales y humanidades

Guadalupe Molina. [Coordinadora]
Luciana Almada. Angélica Alvites Baiadera. Matilde Ambort. Pilar Anastasía. Carolina Casali. Lucía Coppari. Érica Decándido. Marina Falvo. Ana Gabriela Llimós. Marcos Luna. María de los Ángeles Montes. Diego Moreiras. Andrés Pereira. Karem Rivero. Patricia Rivero. Camila Roqué López. María Luz Ruffini. Katherine Salamanca Agudelo. Matías Siles. Iván Tcach. Juan Martín Zanotti. [Compiladores]
…………………………………………………………………………

ISBN: 978‐987‐1751‐29‐7
CEA/UNC
Argentina – Córdoba
Enero de 2016

El desarrollo de las Jornadas de estudiantes y tesistas se enmarca en las políticas institucionales de fomento y apoyo a la investigación del Centro de Estudios Avanzados. Desde sus orígenes, hace ya 25 años, el CEA se proyecta como una institución de posgrado que desarrolla actividades de docencia e investigación de carácter multidisciplinario y, en este sentido, la consolidación de espacios de trabajo académico con estudiantes de posgrado constituye un compromiso institucional con la formación de investigadores en ciencias sociales capaces de descifrar los problemas de las sociedades actuales y pensar críticamente su relación con ellas.
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Fuente de la Reseña:
http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1288&pageNum_rs_libros=5&totalRows_rs_libros=1446
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La geopolítica de la big data

Por: Nerissa Aguilera Arteaga

Sin claridad estratégica sobre la investigación y el desarrollo de la tecnociencia, los países que aspiramos a ver nuestra independencia consolidada, no alcanzaremos a asumir plenamente el control de nuestras economías y de nuestras vidas. La importancia que cobra hoy día el espacio virtual, de las redes y el mundo interconectado está plagado de realidades paradojales y amplias brechas de desigualdad, pues la globalización del capitalismo informacional -como lo ha llamado Castells- pese a los colosales esfuerzos y conquistas que han obtenido los gobiernos progresistas y los pueblos que resisten, amenaza con la extinción de todas las formas de vida en el planeta. A esto, el lenguaje de la “posverdad” lo ha llamado progreso, avances y ajustes, siendo el capitalismo y la mercantilización de la vida expresiones obscenas del cinismo político y la explotación económica más atroz. La tecnociencia puede que sea su aliada, pero también puede ser la nuestra, para fines completamente distintos. Veamos.

A la luz de los recorridos históricos en nuestro mundo, aún hay demasiados datos relevantes sobre los orígenes y procesos de las innovaciones tecnológicas, no obstante, para nuestro análisis puntual, sólo señalaremos que la tecnología a lo largo de la historia ha propiciado autenticas revoluciones y cambios epocales, y que la capacidad de dominar la tecnología define en buena medida el destino y la capacidad de las sociedades de transformarse. Podemos constatarlo en las revoluciones industriales del siglo XIX y el siglo XX, ésta última producida a partir de la convergencia digital.

La transformación de nuestras vidas probablemente nunca observó tantos cambios en tan cortos períodos, la aceleración del tiempo y los cambios de hábitos están marcados por la vertiginosa presencia y uso de los dispositivos que nos mantienen interconectados, estas constituyen la aldea global de MacLuhan, aunque todavía existan en el mundo más de 1100 millones de personas sin acceso a agua potable o el doble de esa cifra a saneamiento básico. Las expresiones de los fundamentalismos en nuestro mundo contemporáneo, puede que quieran persuadirnos de la implacabilidad del Dios bit, pero las mujeres y las niñas o las personas con algún tipo de discapacidad, conocemos perfectamente los efectos liberadores y la relativa autonomía que el uso de las tecnologías pueden brindarnos.

La primera ley de Kranzberg dice: “La tecnología no es buena ni mala, ni tampoco neutral”. Si existe algún desafío actual y muy vigente para nuestro tema del manejo y uso de las ingentes cantidades de información y datos a través de la internet, es tratar de superar la polarización entre la tecnofília y tecnofobia, el determinismo tecnológico, los espejismos de un poder ilimitado de las redes. Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley nos confronta con un debate que sigue siendo perturbador para la humanidad: la creación y destrucción de la vida y la moral científica. La humanidad ha tenido que lidiar con estos dilemas a lo largo de los siglos, pero el debate se reedita ante cada innovación, cada nuevo hallazgo de la tecnociencia.

La Big Data, luego de varios años de investigaciones y desarrollos, es protagonista de la data mining y el hijo más aventajado del capitalismo informacional, gracias a sus capacidades predictivas. ¿Qué ventajas te da predecir la próxima sequía, o la más cercana hambruna o el próximo tsunami geólogico y financiero? El riesgo más grande, nos decía Shelley con su metáfora prometeica, es vivir en un mundo sin Dios. Los fundamentalismos políticos y tecnocientíficos, en parte, le dan la razón. La israelí Kira Radinski, llamada el oráculo de internet por su desarrollo pionero sobre estas ciencias predictivas, ha puesto su conocimiento a favor de los intereses israelíes y el capitalismo informacional, en un mundo de libre competencia donde el Dios mercado manda sin competencia, pero no exento de profundos cuestionamientos y resistencias.

La geopolítica de la Big Data, o las cataratas de información podemos entenderla claramente cuando el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, hace pública la idea de creación del Consejo Nacional de Ciberdefensa, en el contexto de la guerra no convencional o guerras de 5ta generación que vivimos ahora mismo en nuestro convulsionado planeta, cuando la política y la diplomacia de los cañones también migran hacia el ciberespacio y la violencia estructural implícita en esta etapa superior del capitalismo y el imperialismo, amplía abismalmente las grandes brechas de desigualdad.

La tecnociencia, su desarrollo y el uso que hagamos de ella requiere planificación, inversión y gestión, tal y como lo proponemos en los documentos de constitución del primer Consejo Nacional de Ciberseguridad y Ciberdefensa. El Plan Nacional de Ciberseguridad es un esfuerzo conjunto y articulado de las políticas de soberanía que llevamos adelante desde el Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología y los diversos entes que rigen la materia tal como lo establece la Ley de Infogobierno. Los instrumentos jurídicos y la nueva arquitectura institucional propuesta desde hace más de 16 años, es una visión compleja -por lo multidimensional- y nutrida del trabajo colectivo de la comunidad de Software Libre y de otros muchos colectivos e individualidades como investigadores, investigadoras y científicos con una visión crítica de la innovación tecnológica, que vienen produciendo conocimientos a partir de una visión fértil que abona al proyecto de país vigente y plasmado en nuestra Carta Magna, de forma democrática, inclusiva, participativa y protagónica, junto al Poder Popular, o en palabras de Nazoa, junto a los poderes creadores del pueblo, barrios adentro, en campo y ciudad o adonde quiera que la Canaimita llegue.

Asimismo, el Plan de Protección a la Infancia en Línea, enmarcado dentro de las políticas públicas que se están ocupando de los temas y conflictos existentes en nuestra realidad actual, dan cuenta de estos esfuerzos que claman por la planificación y la inversión estratégica, una visión realista que se plante ante los fatalismos de la geopolítica de la Big Data que pretende imponer la lógica belicista y de dominación imperial.

¿Acaso no serían aplicaciones útiles de Big Data aquellas que estén dirigidas a optimizar los recursos que el Estado emplea y destina para garantizar los servicios que presta al pueblo? o ¿aquellas que permitan reducir los riesgos e incrementar la producción en la agricultura de precisión?. Otro uso estratégico de la técnica Big Data podría ser el análisis de logs de los sistemas informáticos para generar una gran base de datos con patrones que «graben la huella» de los comportamientos sospechosos en la Red e Internet como posibles conductas de ciberataques y amenazas a los sistemas del Poder Público, estos patrones permitirían monitorear en tiempo real y visualizar gráficamente, las actividades de acceso a los sistemas informáticos y detectarlos de forma anticipada para prevenir posibles daños a los servicios y a las infraestructutras críticas informáticas del sector público.

No podemos temerle a las pesadillas de la ciencia, ni podemos “apenas” hacer una lista de argumentos técnicos, si éstos no están enmarcados dentro de una política de soberanía, acompañadas de una planificación y una gestión de políticas públicas coherentes que impulsen de forma estructurada y permanentemente los temas de investigación y desarrollo. Antes, todas y todos debemos en un acto de imprescindible lucidez, hacernos conscientes de que el androcentrismo no es “natural”, despojarnos de la “fe” en el carácter progresista de la racionalidad científica, porque existen otras epistemologías, otras formas de construir conocimiento, darle paso a la innovación moral, política y económica más radical que hayamos protagonizado, esto sería un salto cualitativo para plantarle cara a la necesaria respuesta política que nos demanda este momento histórico.

Imagen: http://renderasbusiness.com/tecnologia/redes-sociales/

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El rumbo de las universidades que innovan

Por:  Fidel López Equizabal

Cuando se analiza el rumbo de las universidades, no es solo de verificar el tipo de equipo, infraestructura o tecnología con que cuenta, es también el tipo de maestros capacitados y dispuestos a enfrentar los retos de la globalización.

 Las universidades están enfrentando cambios debido a la virtualización de las carreras; las Tecnologías de la Información y la Comunicación son otro talón de Aquiles. En la actualidad, las carreras virtuales se han incrementado vertiginosamente. Innovar implica capacitar a maestros de todas las facultades para que logren impartir asignaturas en esa modalidad. ¿Existe deficiencia en la pedagogía virtual? ¿Se está incrementando la matrícula en modalidad virtual? ¿Qué pasará con las universidades que no innoven?

A la investigación y el desarrollo I+D, según mi análisis, se le debería incorporar la C, que significa competencia. Las competencias de cada estudiante también se suman al aprendizaje autodidacta. En la actualidad, los alumnos tienen toda la información en las manos; por lo tanto, un catedrático universitario debe ser capaz de convencer con nuevas formas de enseñar y no quedarse desfasado. Las mejores universidades invierten en investigación científica y desarrollo tecnológico.

A lo anterior se le suma que los equipos de prácticas educativas tienen que estar en constante renovación para poder enseñar con tecnologías de punta. La inversión que realiza cada universidad en tecnología hace tener a mejores profesionales y maestros capacitados.

La educación se ha orientado en un nuevo enfoque educativo, el cual ha ido cambiando no solo por la tecnología, sino por la era de la información. A principios del siglo XX los maestros explicaban y los alumnos entendían. En 1950, los maestros demostraban y los alumnos experimentaban. En el siglo XXI, el profesor se convirtió en mediador y los discentes en competidores. Es irrisorio constatar que hasta algunos colegios cuentan con mejor tecnología que algunas universidades.

Las universidades que no innovan irán perdiendo alumnos, y eso será un final duro que enfrentar. Deben competir con los MOOCS, cursos en línea impartidos a miles de participantes a través de internet. Es más, algunos cursos online ya están programándose y no necesitarán de maestros.

Carlos Vignolo, investigador de la Universidad de Chile, manifiesta: “La innovación no es una opción… o las empresas innovan o mueren”. En El Salvador, algunas universidades aún no están conectadas con el aprendizaje virtual.

La internacionalización de las universidades ya no es un mito, es una realidad. La globalización ha colaborado a ello. Los estudiantes son los que también encarrilan a un nuevo modelo de enseñanza. Los smartphones, las tabletas u otros aparatos les facilitan de una mejor manera el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La piedra angular del desarrollo es la educación; sin embargo, la innovación de las universidades también tiene que ir de la mano con la empresa privada. Recordemos que la empresa privada necesita a universitarios con conocimientos modernos para aplicarlos. Es más, las empresas grandes cuentan con mejor tecnología. Eso implica que las universidades que no innovan quedan descontinuadas.

En 2016 la Universidad de Oxford quedó en primer lugar en el mundo debido a cuatro indicadores de la metodología: investigación, enseñanza, distinciones y proyección internacional. Con esto se constata que también la investigación es una premisa para lograr empoderar a las universidades que deseen estar en ese ranking. En cada región, cada universidad lucha por salir del anonimato y sabe que cada profesional graduado es el que logrará tener éxito gracias a su proceso de enseñanza-aprendizaje.

Los mismos alumnos indagan sobre las carreras, el equipo o los laboratorios de prácticas educativas. Eso significa que debe haber transferencia tecnológica para semillero de talentos. Las mejores universidades deben aplicar desarrollo e innovación en todo el sistema curricular. Los maestros y discentes siempre deben estar en constante cambio con la mejora continua.

– See more at: http://www.laprensagrafica.com/2017/02/19/el-rumbo-de-las-universidades-que-innovan#sthash.Bfypvpjt.dpuf

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Colombia: “Empresarios deben aportar a ciencia”: Rectora Universidad Antonio Nariño

América del Sur/Colombia/04 de noviembre de 2016/www.elespectador.com

Marta Losada es una mujer acostumbrada a abrirse paso en territorios tradicionalmente dominados por hombres. Primero estudió física, luego física de altas energías. El Espectador conversó con la nueva vicepresidenta de la Asociación Colombiana de Universidades.

La semana pasada, en Barranquilla, se reunieron representantes de más de 60 universidades. El Consejo Nacional de Rectores tenía la misión de elegir una nueva junta directiva y al tiempo discutir avances y problemas en educación superior. El auditorio estaba repleto de hombres. Pocas mujeres se colaron en esa reunión. Entre ellas estaba Marta Losada, una mujer acostumbrada a abrirse paso en territorios tradicionalmente dominados por hombres. Primero estudió física, luego física de altas energías. Universos poblados de hombres. Y ahora es rectora de la Universidad Antonio Nariño. El Espectador conversó con la nueva vicepresidenta de la Asociación Colombiana de Universidades.

¿Cuántas rectoras de universidades existen en Colombia?

Creo que somos 10 o 12. Hay unas 86 universidades.

¿Es difícil para una mujer abrirse paso hasta la rectoría de una universidad?

No es sólo en Colombia. A nivel mundial, a medida que aumenta la jerarquía universitaria, disminuye la proporción de mujeres de manera muy fuerte. Es un tema que ha mejorado, pero sigue prevaleciendo una diferencia.

Es curioso, porque las mujeres hoy tienen más éxito que los hombres en acceso a cupos de pregrado.

A nivel de pregrado en el mundo el porcentaje de mujeres puede ser un 53 %. Pero si pasas a maestría, es menor y en doctorado mucho menor.

Cuéntenos un poco de su carrera.

Hice mi pregrado en física. Luego maestría, doctorado y postdoctorado en física. Mi área de especialidad es física de altas energías, donde se estudian las interacciones fundamentales de la materia a escala de energía muy alta. Trabajo en algunos proyectos internacionales. En este momento en el proyecto Atlas del CERN en Suiza con el Gran Colisionador de Hadrones.

¿Cuál cree que es el mayor reto del país en ciencia y educación superior?

Es necesario cambiar algunas políticas para acelerar el tiempo que nos está tomando cerrar brechas.

¿A qué política específicamente se refiere?

Son varias. El porcentaje de I+D (Investigación y Desarrollo). En Colombia estamos por debajo del valor que tienen algunos de los países más pobres. También es necesario aumentar la contribución del sector empresarial. En los países más desarrollados ese sector aporta mucho. El sector empresarial tiene que vincular personas con altas cualidades. Para que se complejice. Para que el sector manufacturero sea de alto valor agregado. En Colombia, solo el 10 % de exportaciones en manufactura tienen alto valor agregado.

¿Esto es un problema de política o cultura empresarial y científica?

Son todas las cosas combinadas. Colombia ha venido construyendo capacidades, pero está lejos de lo que necesita. Es importante encontrar esos nichos de mercado en que Colombia puede tener una oferta internacional que tenga un diferencial ganador. Eso es importantísimo. Hay que cambiar las políticas, pero también la cultura, que es muy difícil.

¿Y si esa es la tarea qué tanto margen de maniobra tiene una rectora como usted?

Hay que participar de manera bien argumentada para apoyar al sistema del país. Y dentro de la universidad tiene que tomar decisiones sobre cuáles son las mejores apuestas. No quedarse en la mirada nacional sino internacional. Lo que he hecho es trabajar alianzas internacionales. No solo en mi especialidad. El reto es poner a todas las áreas en cooperación y alianzas internacionales. Otra de las cosas es mirar a nivel gremial. Como asociación de universidades nos hemos acercado a las organizaciones de otros países. Por ejemplo, a la conferencia de rectores franceses, a los rectores de España. Tenemos problemas similares. A veces encontramos buenas prácticas que nos puede servir.

¿Cómo ha sido su experiencia con Colciencias y los problemas de gestión de recursos? Dicen que no saben qué hacer con 1,2 billones de pesos.

El espíritu de la ley de regalías es muy bueno. Pero quedó limitado de tal manera que la ejecución en la práctica y los recursos que llegan a las universidades es muy bajo. Ahí hay un problema estructural grande. Hay que hacer ajustes para que los que más hacemos investigación podamos acceder a recursos. Eso no significa que se deba dejar de empujar al sector empresarial para que haga ciencia.

Tomado de: http://www.elespectador.com/noticias/educacion/empresarios-deben-aportar-ciencia-rectora-universidad-a-articulo-663632

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El este de Asia es cuna de las universidades con más alto potencial

Asia/6 de septiembre de 2016/ Fuente y autor: economiaynegocios.cl/Margherita Cordano F.

Gracias a sus muchas alianzas internacionales, preocupación por transmitir conocimiento en inglés o predominio que han dado a las mallas interdisciplinarias, países como Australia, Turquía y Singapur también ganan terreno.

Hace unos días, la revista Nature dio a conocer un índice que identificaba cuáles eran los centros de investigación que más habían crecido en el último tiempo. Para generar su lista de los mejores cien, el estudio analizó los países e instituciones que entre los años 2012 y 2015 mostraron un aumento significativo en el número de publicaciones en revistas de alto prestigio. China lideró: en los 10 primeros puestos figuran ocho de sus universidades.

«Los investigadores chinos se están beneficiando de una sostenida inversión gubernamental en temas de investigación y desarrollo. Es una política que va dirigida a apoyar la transición económica que espera posicionar al país como líder en ciencia y tecnología», explica a «El Mercurio» Richard Hughes, editor de esta publicación de Nature.

Según da cuenta la revista, de mantener un crecimiento sostenido en el tiempo, estas universidades podrían empezar a pisarles los talones a países que por años han sido catalogados como aquellos con las mejores instituciones de educación superior: Estados Unidos (que destaca con Caltech, Stanford, Harvard y el MIT, entre otras) y Reino Unido (Oxford, Cambridge e Imperial College de Londres).

De igual forma, Australia, Polonia y Turquía se muestran como naciones que ganan terreno entre aquellas con mayor potencial. Esa es la conclusión a la que llegó la consultora inglesa Firetail, la que a través de un informe dado a conocer en agosto, indica que se trata de naciones que han invertido en fomentar su oferta académica en el extranjero. Esto les ha permitido formar alianzas y atraer más talento internacional a sus aulas.

Autónomas y ágiles

Sobre las instituciones que los rankings tildan como las más prometedoras, María José Lemaitre, presidenta del directorio de Aequalis y directora ejecutiva del Centro Interuniversitario de Desarrollo, comenta que en ellas «hay un fuerte esfuerzo de inversión, una concentración en el área de las ciencias duras y un enfoque en las publicaciones en inglés». Para no perder talentos por culpa del idioma, muchas universidades asiáticas no solo han optado por publicar en inglés, sino que además ofrecen sus clases en esa lengua; gracias a ello, un tercio de la matrícula de universidades como la de Ciencia y Tecnología de Hong Kong corresponde a estudiantes que no son locales.

«Singapur, Hong Kong y Corea del Sur tienen algunas de las universidades más jóvenes en el mundo, pero eso nunca ha sido impedimento para su éxito: la inversión gubernamental y una fuerte voluntad política los sitúan en los primeros lugares de calidad en cuanto a instituciones educativas de menos de 50 años», comenta Ellie Bothwell, parte del comité detrás de la clasificación de universidades jóvenes que anualmente realiza la firma Times Higher Education.

Lo que las universidades destacadas en esta lista pierden en términos de un largo historial académico, lo compensan a través de innovación y agilidad en sus proyectos. Según explican desde Times Higher Education, se trata de instituciones con altos grados de autonomía, abiertas a generar convenios con industrias y que potencian las mallas académicas interdisciplinarias.

Sumando 16 instituciones, Australia -con la Universidad Tecnológica de Queensland y la Tecnológica de Sydney a la cabeza- aparece en esta clasificación como la nación con la mayor cantidad de establecimientos destacados.

«Se vislumbran tres tendencias. Por un lado están los países que deciden financiar iniciativas para producir universidades de clase mundial, como China, Japón, Singapur o India, que decidió que en los próximos 25 años iba a enfocar parte de sus recursos en posicionar una de sus instituciones en la lista de las mejores 100 a nivel mundial», ejemplifica Paulina González-Pose, académica del Centro de Investigación en Educación de la Universidad de los Andes y ex jefa de Educación Superior en la sede de París de la Unesco. «Otros han decidido no financiar a ciertas universidades en particular, sino que invertir en disciplinas específicas en más de un establecimiento. Australia, Irlanda o Noruega han priorizado áreas como la ingeniería o la tecnología».

Por último -continúa- están las naciones como Chile, Mongolia o Kazajstán, cuyos recursos se enfocan en que sus mejores estudiantes se especialicen en el extranjero y después vuelvan al país. De ahí que en listas como la de Nature, Firetail o Times Higher no figuren instituciones chilenas en los primeros lugares. A nivel regional, Brasil aparece como la mejor, ocupando los puestos entre 200 y 300.

«América Latina tiene prioridades diferentes. Y si bien es necesario mejorar los indicadores de investigación y desarrollo, y avanzar en la búsqueda de soluciones científicas y tecnológicas a los problemas que enfrentan los países, o al desarrollo de conocimiento pertinente para la región, también es necesario mejorar la inclusión eficaz de las clases medias a la formación superior, promover la movilidad social y profundizar la democracia. Todas tareas fundamentales para la universidad, pero que no se contemplan en los rankings «, dice Lemaitre.

Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=286767

Imagen:https://s.yimg.com/uu/api/res/1.2/0_LZWwf1n4d9pN.Z1vlPDA–/aD02MDA7dz04MDA7c209MTthcHBpZD15dGFjaHlvbg–/http://media.zenfs.com/es-US/blogs/denoticias/The_Open_University_of_Japan.jpg

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EE.UU: The first autonomous, entirely soft robot

EE.UU./02 de septiembre de 2016/news.harvard.edu

Resumen: Desarrollado por una reacción química controlada por la microfluídica. Un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard con experiencia en la impresión 3-D, ingeniería mecánica, y microfluídica ha demostrado el primer robot autónomo sin ataduras, totalmente suave. Este pequeño robot impresa-3-D – apodado el «octobot» – podría allanar el camino para una nueva generación de este tipo de máquinas. La robótica suave puedan ayudar a revolucionar cómo los seres humanos interactúan con las máquinas. Pero los investigadores han tenido dificultades para construir robots totalmente compatibles con sistemas eléctricos de potencia y control – como las baterías y placas de circuito – son rígidos, y hasta ahora los robots de cuerpo blando han sido o bien atados a un sistema off-board o aparejado con componentes duros. «Las fuentes de combustible para robots blandos siempre han confiado en algún tipo de componentes rígidos», dijo Michael Wehner, un becario postdoctoral en el laboratorio de madera y co-primer autor del artículo. «Lo maravilloso de peróxido de hidrógeno es que una simple reacción química entre el y un catalizador – en este caso, el platino – nos permite sustituir las fuentes de poder rígidas.» Para controlar la reacción, el equipo utilizó un circuito lógico de microfluidos basada en el trabajo pionero de co-autor y el químico George Whitesides, el Woodford L. y profesor de la Universidad Ann A. Flores y un miembro de la facultad núcleo de la Wyss. El circuito, un análogo suave de un simple oscilador electrónico, controla cuando el peróxido de hidrógeno se descompone en gas en el octobot. «Todo el sistema es simple de fabricar. Mediante la combinación de tres métodos de fabricación – la litografía blanda, piezas de fundición, y la impresión 3-D.

 

 

 

Noticia Original:

Ateam of Harvard University researchers with expertise in 3-D printing, mechanical engineering, and microfluidics has demonstrated the first autonomous, untethered, entirely soft robot. This small, 3-D-printed robot — nicknamed the “octobot” — could pave the way for a new generation of such machines.

Soft robotics could help revolutionize how humans interact with machines. But researchers have struggled to build entirely compliant robots. Electric power and control systems — such as batteries and circuit boards — are rigid, and until now soft-bodied robots have been either tethered to an off-board system or rigged with hard components.

“One longstanding vision for the field of soft robotics has been to create robots that are entirely soft, but the struggle has always been in replacing rigid components like batteries and electronic controls with analogous soft systems and then putting it all together,” said Wood. “This research demonstrates that we can easily manufacture the key components of a simple, entirely soft robot, which lays the foundation for more complex designs.”

 

“Through our hybrid assembly approach, we were able to 3-D print each of the functional components required within the soft robot body, including the fuel storage, power, and actuation, in a rapid manner,” said Lewis. “The octobot is a simple embodiment designed to demonstrate our integrated design and additive fabrication strategy for embedding autonomous functionality.”

Octopuses have long been a source of inspiration in soft robotics. These curious creatures can perform incredible feats of strength and dexterity with no internal skeleton.

Harvard’s octobot is pneumatic-based, and so is powered by gas under pressure. A reaction inside the bot transforms a small amount of liquid fuel (hydrogen peroxide) into a large amount of gas, which flows into the octobot’s arms and inflates them like balloons.

 

 

“Fuel sources for soft robots have always relied on some type of rigid components,” said Michael Wehner, a postdoctoral fellow in the Wood lab and co-first author of the paper. “The wonderful thing about hydrogen peroxide is that a simple reaction between the chemical and a catalyst — in this case platinum — allows us to replace rigid power sources.”

To control the reaction, the team used a microfluidic logic circuit based on pioneering work by co-author and chemist George Whitesides, the Woodford L. and Ann A. Flowers University Professor and a core faculty member of the Wyss. The circuit, a soft analog of a simple electronic oscillator, controls when hydrogen peroxide decomposes to gas in the octobot.

Powering the Octobot: A chemical reaction

“The entire system is simple to fabricate. By combining three fabrication methods — soft lithography, molding, and 3-D printing — we can quickly manufacture these devices,” said Ryan Truby, a graduate student in the Lewis lab and co-first author of the paper.

The simplicity of the assembly process paves the way for designs of greater complexity. Next, the Harvard team hopes to design an octobot that can crawl, swim, and interact with its environment.

“This research is a proof of concept,” Truby said. “We hope that our approach for creating autonomous soft robots inspires roboticists, material scientists, and researchers focused on advanced manufacturing.”

The paper was co-authored by Daniel Fitzgerald of the Wyss Institute and Bobak Mosadegh of Cornell University. The research was supported by the National Science Foundation through the Materials Research Science and Engineering Center at Harvard and by the Wyss Institute.

Tomado de: http://news.harvard.edu/gazette/story/2016/08/the-first-autonomous-entirely-soft-robot/

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Joint programming in European science and technology policy

voxeu.org/08 de julio de 2016/Por: Paul Hünermund, Georg Licht

Resumen: Los países europeos están coordinando cada vez más sus políticas nacionales de investigación y desarrollo. Sin embargo, los programas supranacionales I + D conllevan problemas desde un punto de vista de la gobernabilidad. En esta columna se discute el problema de las subvenciones cruzadas entre los países participantes. iniciativas de programación conjunta europeos generalmente están diseñados para evitar la transferencia de pagos internacionales. La evidencia empírica sugiere que ello viene a costa de una menor eficiencia. Sin embargo, el 87% del gasto público en investigación y desarrollo (I + D) en 2014 todavía se mantuvo en el level.1 nacional Este paisaje fragmentado de la I interno y los sistemas de apoyo D complica la orientación internacional de ciencia y conduce a una duplicación de los esfuerzos de investigación dentro de la UE. El aumento del número de iniciativas de programación conjunta, por tanto, es una prioridad política clave para la Comisión Europea (OCDE 2012). La puesta en común de las contribuciones nacionales a un programa europeo con un presupuesto común (el llamado «real bote común ‘) plantea problemas desde el punto de vista de gobierno. En particular, las tasas de éxito podrían ser geográficamente desequilibrada si subvenciones concedidas a determinados países no corresponden a la cuota de contribución del país. Este debate sobre las transferencias netas entre los participantes se conoce como justa compensación en los círculos políticos. Además, las autoridades podrían estar tentados a reducir la financiación nacional y libre de paseo en las contribuciones de los países socios. Con el tiempo, crear y distribuir un presupuesto único a nivel supranacional podría requerir cambios en las condiciones marco legales para los países participantes de la OCDE (2012). Para evitar estos problemas, el 80% de las iniciativas de programación conjunta europeos están organizadas como ‘ollas comunes virtuales «(VCP) (Moretti y Villanova 2012). Un VCP emula un verdadero fondo común (RCP) en la medida en la calidad de los proyectos que soliciten subvenciones se evalúa de forma centralizada por una sola autoridad pública, que es responsable de todos los países participantes. Cada país se compromete a respetar el ranking de evaluación de la agencia central, pero sólo paga los fondos a sus propios candidatos nacionales. En consecuencia, la preocupación por el parasitismo y justo retorno se mitigan y hay menos necesidad de armonizar los marcos legales. Sin embargo, un VCP hace que el proceso de asignación de las subvenciones de I + D más complicado. Las propuestas de proyectos son generalmente presentadas por consorcios internacionales como las iniciativas de programación conjunta destinadas a promover la cooperación entre países de I + D. Por lo tanto, las limitaciones presupuestarias tienen que ser holgura en todos los países involucrados. Para ilustrar el funcionamiento de un VCP, supongamos que hay cuatro países que participan en un programa conjunto – A, B, C y D. Cada país aporta un presupuesto para financiar exactamente dos subvenciones. En consecuencia, hay un presupuesto total de exactamente ocho becas. Además, supongamos que hay propuestas de proyectos por seis consorcios internacionales y cada socio del proyecto requiere de una subvención para llevar a cabo el proyecto. Todas las propuestas de proyectos se evalúan según un ranking de calidad central, que puede ser como sigue:

Tabla 1 . El funcionamiento de un fondo común virtual de

Un consorcio formado por dos socios del país B y uno del país A ha presentado su propuesta mejor evaluada. Otro consorcio de países B y C presenta el segundo mejor proyecto, y así sucesivamente. En un fondo común, se concederían las tres aplicaciones de más alto rango, después de lo cual se agotaría el presupuesto común de ocho. En una olla común virtual, por el contrario, las limitaciones presupuestarias nacionales individuales deben ser respetados. La primera propuesta recibe fondos como antes. Entonces, sin embargo, el país B utiliza su presupuesto de dos y el segundo clasificado proyecto renuncia a la financiación. Para la tercera propuesta, los solicitantes de diferentes países, allí de nuevo están disponibles los recursos suficientes. También el quinto clasificado propuesta reúne los requisitos para la financiación en un VCP en este ejemplo.

La Tabla 1 ilustra tres cosas. En primer lugar, en un fondo común, ningún socio de un país D recibe una subvención. En su lugar, todo el presupuesto D’s se paga a los socios del fondo de otros países. El fondo común virtual se supone que previene precisamente esta situación. En segundo lugar, el PCV deja huecos de proyectos no financiados que de otro modo se otorgan en un PCR.En tercer lugar, y lo más importante, el rango promedio de calidad de los proyectos financiados es inferior en un VCP. Por lo tanto, si el impacto de las subvenciones se incrementa con la calidad del proyecto, se financian proyectos menos eficientes. Esto lleva a un compromiso entre el equilibrio geográfico de un VCP está diseñado para inducir y una asignación eficiente del presupuesto del programa.

En un artículo reciente, Hünermund y Czarnitzki (2016) estimar el efecto de Eurostars, un programa conjunto de 33 países (incluidos los cinco países no pertenecientes a la UE) destinados a I + D rendimiento de las pequeñas y medianas empresas, en el crecimiento firme y la creación de empleo. El programa contó con un presupuesto total de 472 millones € entre 2008 y 2013, de los cuales el 25% fue co-financiado por la Comisión Europea (Makarow et al. 2014). Una ventaja práctica del hecho de que no todos los proyectos de alto rango quedan formalizadas en VCP es que facilita la identificación de los efectos causales. Mientras que los mejores proyectos siempre son financiados en un PCR, un VCP permite a los investigadores comparar las empresas financiadas con sus vecinos directos en el ranking de evaluación. Para ponerlo en términos econométricos, la variación exógena en la disponibilidad presupuestaria, generada por el PCV, sirve como un instrumento para la recepción de subvenciones de las empresas. Hünermund y Czarnitzki utilizan este y muestran que el impacto de las subvenciones de I + D en la creación de empleo es de hecho una función creciente de la calidad del proyecto (véase la Figura 1). Puesto que un VCP financia proyectos con una calidad media más baja es la relación estimada se traduce en un trabajo subvención inducida que es un 27% más costoso en comparación con un PCR.

Figura 1 . El crecimiento del empleo inducida por las subvenciones de I + D en el programa Eurostars dependiendo de la calidad del proyecto

Aunque un VCP tiene ventajas desde la perspectiva del gobierno, la evidencia empírica muestra que reduce la eficiencia de las políticas conjuntas de I + D. Los números exactos serán diferentes para otros programas, en función de la relación entre la calidad del proyecto y el impacto de políticas. Sin embargo, siempre habrá una pérdida de eficiencia siempre y cuando la relación no es completamente plana. Por consiguiente, un mejor equilibrio entre el equilibrio geográfico y la eficiencia podría ser una combinación de un PCR y un VCP. En un modo mixto de este tipo una parte del presupuesto total se utiliza para financiar los proyectos mejor clasificados, con independencia de su origen geográfico. La parte restante todavía puede ser asignado como VCP para lograr una tasa de concesión uniformemente distribuida. Hünermund y Czarnitzki simular un modo mixto para el programa Eurostars y ha constatado que la contribución de la Comisión Europea del 25% había sido asignado como un verdadero fondo común, una gran parte de los costes adicionales debido a la VCP se habría evitado.

Noticia Original:

The pooling of national contributions to a European programme with a common budget (a so-called ‘real common pot’) poses problems from a governance standpoint. In particular, success rates might be geographically unbalanced if grants paid out to certain countries do not correspond to the country’s contributing share. This debate about net transfers between participants is known as ‘juste retour’ in policy circles. In addition, policymakers might be enticed to lower national funding and to free-ride on partner country’s contributions. Eventually, creating and distributing a single budget at the supra-national level might require changes in the legal framework conditions for participating countries (OECD 2012).

The virtual common pot

To avoid these problems, 80% of European joint programming initiatives are organised as ‘virtual common pots’ (VCPs) (Moretti and Villanova 2012). A VCP emulates a real common pot (RCP) insofar as the quality of projects applying for grants is evaluated centrally by a single public authority, which is responsible for all participating countries. Each country is committed to respect the evaluation ranking of the central agency, but only pays funds to their own national applicants. Consequently, concerns about free-riding and juste retour are mitigated and there is less need to harmonise legal frameworks. However, a VCP makes the allocation process of R&D grants more complicated. Project proposals are usually submitted by international consortia as joint programming initiatives aimed at promoting cross-national R&D cooperation. Thus, budget constraints need to be slack in all countries involved.

To illustrate the working of a VCP, suppose there are four countries participating in a joint programme – A, B, C, and D. Each country contributes a budget to fund exactly two grants. Consequently, there is a total budget of exactly eight grants. Further, suppose that there are project proposals by six international consortia and each project partner requires one grant to conduct the project. All project proposals get evaluated according to a central quality ranking, which may look as follows:

Table 1. The working of a virtual common pot

A consortium formed by two partners from country B and one from country A submitted the best evaluated proposal. Another consortium from countries B and C presented the second-best project, and so forth. In a real common pot, the three highest-ranked applications would be granted, after which the common budget of eight would be exhausted. In a virtual common pot, by contrast, the individual national budget constraints need to be respected. The first proposal receives funding as before. Then, however, country B used up its budget of two and the second-ranked project forgoes funding. For the third proposal, by applicants from different countries, there are again sufficient resources available. Also the fifth-ranked proposal qualifies for funding in a VCP in this example.

Table 1 illustrates three things. First, in a real common pot, no partner from country D receives a grant. Instead, D’s entire budget is paid out to fund partners from other countries. The virtual common pot is supposed to prevent exactly this situation. Second, the VCP leaves gaps of non-funded projects that otherwise would be granted in an RCP. Third, and most importantly, the average quality rank of funded projects is lower in a VCP. Thus, if the impact of grants increases with project quality, less efficient projects are funded. This leads to a trade-off between the geographical balance a VCP is designed to induce and an efficient allocation of the programme’s budget.

The Eurostars Joint Programme

In a recent paper, Hünermund and Czarnitzki (2016) estimate the effect of Eurostars, a joint programme of 33 countries (including five non-EU countries) targeted at R&D-performing small and medium-sized enterprises, on firm growth and job creation. The programme had a total budget of €472 million between 2008 and 2013, of which 25% was co-funded by the European Commission (Makarow et al. 2014).

A practical advantage of the fact that not all high-ranked projects get granted in a VCP is that it facilitates the identification of causal effects. Whereas the best projects always get funded in an RCP, a VCP allows researchers to compare funded firms with their direct neighbours in the evaluation ranking. To put it in econometric terms, the exogenous variation in budget availability, generated by the VCP, serves as an instrument for firms’ subsidy receipt. Hünermund and Czarnitzki use this and show that the impact of R&D grants on job creation is indeed an increasing function of project quality (see Figure 1). Since a VCP funds projects with a lower average quality the estimated relationship translates into one grant-induced job that is 27% more costly compared to an RCP.

Figure 1. Job growth induced by R&D grants in the Eurostars programme depending on project quality

Although a VCP has advantages from a governance perspective, empirical evidence shows that it reduces the efficiency of joint R&D policies. Exact numbers will differ for other programmes, depending on the link between project quality and policy impact. However, there will always be an efficiency loss as long as the relationship is not completely flat. A better trade-off between geographical balance and efficiency might therefore be a combination of an RCP and a VCP. In such a mixed mode a share of the total budget is used to fund the best-ranked projects, irrespective of their geographical origin. The remaining share can still be allocated as a VCP to achieve an evenly distributed granting rate. Hünermund and Czarnitzki simulate a mixed mode for the Eurostars programme and find that if the European Commission’s contribution of 25% had been allocated as a real common pot, a large fraction of the additional costs due to the VCP would have been avoided.

References

European Commission (2008), “Towards joint programming in research: Working together to tackle common challenges more effectively”, Communication from the Commission to the European Parliament, the Council, the European Economic and Social Committee and the Committee of the Regions, 11935/08, COM (2008) 468

Hünermund, P, and D Czarnitzki (2016), “Estimating the Local Average Treatment Effect of R&D Subsidies in a Pan-European Program”, ZEW Discussion Paper No. 16-039

Makarow, M, G Licht, I Caetano, D Czarnitzki, and S Elçi (2014), “Final Evaluation of the Eurostars Joint Programme”, Ref. Ares (2014) 3906990

Moretti, P F, and L M Villanova (2012), “Coordinating European national research programmes: the process towards Joint Programming Initiatives”, Consiglio Nazionale delle Ricerche, DTA 10-2012

OECD (2012), “Meeting Global Challenges through Better Governance: International Co-operation in Science, Technology and Innovation”, OECD Publishing

Tomado de: http://voxeu.org/article/joint-programming-european-science-and-technology-policy

Imagen: https://www.google.com/search?q=Joint+programming+in+European+science+and+technology+policy&espv=2&biw=1366&bih=667&site=webhp&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjb28nP_-PNAhXDez4KHdbUAJMQ_AUIBygC#tbm=isch&q=european+continent&imgrc=YNC7jRaz20gXpM%3A

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