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¿Cómo los programas para combatir la pobreza perjudican a los más jóvenes?. Estudio presentado por: Gary M. Galles

«Los jóvenes receptores de esos programas no desarrollan las habilidades que en el pasado permitieron a otros jóvenes escapar de la pobreza»

«La pobreza en los EE. UU. estaba cayendo en picada hasta que Lyndon Johnson declaró la guerra contra ella», Daniel J. Mitchell presentó las conclusiones de varios investigadores sobre cómo los programas de pobreza que comenzaron con la “Guerra contra la Pobreza” se han disparado a sí mismos con sus incentivos adversos y han frenado la reducción de la pobreza en lugar de acelerarla.

No hay nada malo en lo que se presenta, que es una información muy valiosa. Pero hay algo que puede hacer que el caso sea aún más fuerte que la utilización de las tasas generales de pobreza: desglosar los efectos por edad del principal sostén de la familia. Y aunque no he visto tales datos hasta el presente, James Gwartney y Thomas McCaleb lo hicieron en Have Antipoverty Programs Increased Poverty, publicado en el Cato Journal en 1985.

Revisar su trabajo es importante porque proporciona explicaciones concisas de los tipos de efectos desincentivadores involucrados y también por qué los desincentivos productivos que crean los programas de bienestar tendrán más efectos adversos cuanto más joven sea el hogar, permitiendo desagregar los datos por grupos de edad para mostrar las diferencias en los efectos más claramente.

El efecto del mayor beneficio real es que «El aumento del valor real de los pagos de beneficios hace que la dependencia del gobierno sea aún más atractiva en comparación con la alternativa de la autosuficiencia». Ese efecto será mayor en el caso de los trabajadores más jóvenes, cuyo potencial de ingresos es menor que el de los trabajadores de mayor edad y más experimentados.

El efecto del alto impuesto implícito es que los programas de pobreza reducen los beneficios a medida que los hogares ganan más, imponiendo el equivalente a un impuesto sobre la renta adicional sobre el aumento de los ingresos. Cuando se tiene en cuenta la realidad de los múltiples programas, esa tasa impositiva implícita puede ser muy alta, mucho más alta que la tasa más alta oficialmente impuesta sobre los ingresos ganados y, en algunas circunstancias, muy superior al 100 %. En consecuencia, «Esas elevadas tasas impositivas marginales implícitas suponen un importante desincentivo para trabajar para aquellos individuos cuyas ganancias potenciales son relativamente bajas».

El efecto de riesgo moral es que la asistencia social puede ayudar a financiar a algunos a elegir «un estilo de vida que aumente la probabilidad de pobreza». Ese incentivo es más perjudicial para la vida productiva de uno cuanto más pronto comienza.

Cada uno de esos efectos no solo es más grave para los hogares más jóvenes que para los demás, sino que también tiene efectos productivos mucho menores para los trabajadores de más edad y prácticamente ninguno para las familias de bajos ingresos cuyos miembros están jubilados. Solo pregúntense cuán preocupados están ustedes por esas consecuencias en sus abuelos. Eso significa que los efectos desincentivadores pueden verse en los trabajadores jóvenes de bajos ingresos en contraste con los hogares de bajos ingresos más viejos.

Y esos efectos son grandes. Como descubrieron Gwartney y McCaleb, después de las disminuciones sustanciales de la pobreza para todos los grupos de edad antes de que comenzara la “Guerra contra la Pobreza”, tanto las tasas oficiales de pobreza como las tasas de pobreza ajustadas por los beneficios en especie (no contados oficialmente como ingresos) para los ancianos (para quienes los efectos desincentivadores son mínimos) siguieron disminuyendo drásticamente, de 15,9 % en 1968 a 5,5 % en 1982. Para el grupo de 45 a 54 años las tasas de pobreza ajustadas disminuyeron del 6,7 % en 1968 al 5,8 % en 1975, aumentando después al 8 %. Para el grupo de 25 a 44 años, las tasas de pobreza ajustadas solo disminuyeron del 8,6 al 8,5 % al principio, pero aumentaron sustancialmente después, hasta el 12,3 % en 1982. Por último, para el grupo más joven, los hogares menores de 25 años, las tasas de pobreza ajustadas aumentaron a partir de 1968, pasando del 12,3% en 1968 al 24% en 1982.

Daniel J. Mitchell es una fuente muy valiosa de información para aquellos de nosotros que nos preocupamos por la libertad. Le doy gracias por informarme en muchas ocasiones. Es solo que observar los efectos diferenciales entre los hogares más jóvenes y los más viejos uno puede encontrar un contraste sorprendente a la evidencia que él tan eficazmente presenta. Y como es  muy productivo, podría extender tal comparación al presente. Sé que la estoy esperando.

Fuente: https://es.panampost.com/fee-panampost/2020/07/17/programas-pobreza-jovenes/

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Libro: Las desigualdades en clave generacional hoy. Las juventudes y las infancias en el escenario latinoamericano y caribeño. (PDF)

Por: CLACSO. 

Liliana Mayer. María Isabel Domínguez. Mariana Jesica Lerchundi. [Compiladoras]

Leticia Cerezo. Liliana Mayer. Pablo A. Vommaro. Miriam Abramovay. Mary García Castro. Ana Paula da Silva. Juan Romero. Elaine Morales. Yeisa B. Sarduy Herrera. Ana Hernández. Ofelia Carolina Díaz. Silvia Guemureman. Eugenia Bianchi. Carolina Ciordia. Mariana Jesica Lerchundi. María Isabel Domínguez. [Autores de Capítulo]
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Colección Grupos de Trabajo.
ISBN 978-987-722-623-2
CLACSO.
Buenos Aires.
Julio de 2020

*Disponible sólo en versión digital

Cada uno de los capítulos de este libro hace foco en temáticas que iluminan desigualdades sociales, políticas, económicas y culturales de las infancias y juventudes de América Latina y el Caribe. Asimismo, cada uno de los trabajos aborda temáticas generales y transversales que se tensionan en estudios concretos y temáticas particulares. Si bien los trabajos retoman diversos modos de acceso al campo, asumen como espacio común y punto de partida un posicionamiento político y epistemológico, que no solo se evidencia en las descripciones de contexto, sino fundamentalmente en comprender las desigualdades como categoría central para el abordaje transversal de los estudios de infancias y juventudes en ciencias sociales. Pues los investigadores que participamos como coautores de este libro no nos asumimos como analistas neutrales, por el contrario, estamos inmersos en la sociedad desigual y problemáticas que investigamos. Los invitamos a leer este libro y a tramar nuevas preguntas que conduzcan a renovadas respuestas.

De la Presentación de Liliana Mayer, María Isabel Domínguez y Mariana Lerchundi

Fuente de la reseña: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2209&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1404

Link de descarga del libro: Las-desigualdades-en-clave-generacional

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Entrevista a Iliana Lo Priore: Educar para la emancipación, es re-habitar el mundo

Por: CLADE.

 

Una de las autoras del libro “Emancipación de las Subjetividades en las Infancias y Juventudes”, Iliana Lo Priore analiza la importancia de la emancipación y de las subjetividades en la educación


Presentar una opción alternativa a los modos de relación sociocultural que prevalecen en las sociedades actuales y proponer cambios educativos para que favorezcan una convivencia sociocultural diferente, que se sustente en relaciones afectuales para el bienestar de todos y todas. Es lo que buscan Iliana Lo Priore y Jorge Eliecer Días Piña al escribir su libro “Emancipación de las Subjetividades en las Infancias y Juventudes – Afectualidad, uso de las TICs y educación liberadora”.

Para profundizar sobre la obra, entrevistamos a Iliana Lo Priore, una de las autoras. Ella analiza la importancia de las subjetividades y los esfuerzos para que la educación sea construida desde la perspectiva emancipadora.

“Para que la educación contribuya a la emancipación es primordial que se establezca una relación afectual entre quienes participan, esto es, por ejemplo, que estudiantes perciban que hay con les otres una sensibilidad empática que les hace sentipensar juntes”, dice.

A continuación, lee la entrevista completa.

Según propone el libro que escribiste en alianza con Jorge Eliecer, ¿por qué es importante emancipar las subjetividades en las infancias y juventudes, y qué significa eso?

Iliana Lo Priore – Como es conocido, la configuración de las subjetividades se inicia con lo que se denomina un “yo emergente” que va a ir constituyendo lo que se denomina el “sí mismo” de cada quien y que define la apertura al entorno y al mundo de las personas y los objetos.

Esa configuración inicial es de naturaleza afectiva y preverbal para luego ser verbalmente significativa en les niñes. Aquí deseamos destacar el papel que juega la interacción intersubjetiva de la madre, o quien haga sus veces, con sus hijes para formar la sintonía afectiva entre elles. Sintonía afectiva que da protección y seguridad a les niñes y que será el potencial asiento de la evolución de la empatía con los demás.

No obstante, con el tiempo se tiende a sobreponer las significaciones verbales y subordinar o reprimir las significaciones afectivas o empatizadoras con las personas, animales y objetos, por ejemplo. Luego ello se extiende y profundiza en la vida escolar, cuando se refuerzan la significación escrita y sus representaciones en detrimento de las relaciones o significaciones autónomas y afectivas con les otres, el entorno y el mundo.

Hay que señalar que los enunciados escolares son impuestos por relaciones de poder y son funciones objetivadoras que responden a regímenes de enunciación reproductores de la mismidad con el respaldo de actuaciones institucionales que los legitiman al acreditarlos discursivamente como verdades. Por consiguiente, son efectos discursivos de saber y de poder.

Todo este proceso va a ir constituyendo una subjetividad reprimida y subordinada a una forma cultural de significación alienada y de relacionamiento no afectuosa y no empatizadora, individualista y competidora con otres niñes, que no favorece su encuentro convivencial y autónomo, significante con el entorno social y natural que les rodea al no permitirles una enunciación propia y re-creadora. Por ello insistimos en propiciar la emancipación subjetiva por medio del desarrollo de la resignificación, de la empatía y de la afectualidad, entendiendo por afectualidad una transfiguración o transformación del afecto en afectualidad.

La diferencia principal entre afecto y afectualidad radica en que el afecto es intersubjetivo o intercorporal y la afectualidad es trans-subjetiva o transcorporal, por trascender el marco estrecho de los conocidos por los desconocidos, pero sentidos a la distancia o en su ausencia. Por ello se define la afectualidad como “sentir y sentirse juntes” y, para nosotros, ello conlleva intrínseca y trascendentalmente la emancipación de la subjetividad de los cuerpos de les niñes y jóvenes.


¿Por qué y cómo se deben hacer esfuerzos desde y en la educación, para contribuir a la emancipación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes?

Iliana Lo Priore – La emancipación nace del diálogo y una educación emancipadora debe propiciarlo. Al enmarcar la comunicación y la información en la repetición de los enunciados ya dichos o establecidos en la escuela, y no en la enunciación cooperativa, recreadora y emancipadora, se impide considerar a los intercambios verbales o conversaciones como productores de acontecimientos dialógicos, como agenciadores de cocreaciones y coefectuaciones de las cooperaciones intersubjetivas. Reduciéndolos en la educación a unos simples “intercambios comunicacionales” o “transmisiones informacionales”, bloqueando de esa manera la realización de acontecimientos imprevisibles para pensar y sentir emancipadoramente otros entornos-mundos posibles.

Para que la educación contribuya a la emancipación es primordial que se establezca una relación afectual entre quienes participan, esto es, por ejemplo, que estudiantes perciban que hay con les otres una sensibilidad empática que les hace sentipensar juntes.

Por ello es importante en la educación inducir el reconocimiento del acontecimiento re-creador y la resignificación en los intercambios dialógicos, por ejemplo, desde la sustitución o alteración de las palabras de los textos o discursos pre hechos a repetir, decodificándolos y recodificándolos imaginariamente, hasta la invención de nuevos enunciados y narrativas que buscan designar realidades no pensadas y no sentidas, pero imaginables por los colectivos o comunidades de niñes, adolescentes y jóvenes.


¿Cuál es la importancia de la afectualidad y de las tecnologías para la realización de una educación emancipadora hoy día? ¿Cómo esta relación entre afecto, TICs y educación puede darse en la práctica educativa?

Iliana Lo Priore – La afectualidad que referimos tiene su asiento en una sensibilidad convivencial experimentada con/por les otres. Cuando esta experiencia es intervenida tecnológicamente sufre variaciones que hay que considerar en sus efectos. Sobre el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), existe una valoración hegemónica como herramienta neutra, sin tomar en cuenta que son expresiones de un contexto que las constituye y las hace vehículo de relaciones socioculturales que condicionan su uso y a quienes las usan. Como efecto recursivo sobre les usuaries, su subjetividad se constituirá cada vez más a partir de sus interacciones virtuales con la red, en sujetos dependientes de ésta según sea la frecuencia y el tipo de uso, porque su uso exige cambios de comportamiento o conducta que serían inducidos.

Por ello es relevante analizar el uso de Ias TICs en el campo educativo. Aquí es clave entender que si las personas que son usuarias no poseen contramarcos informacionales y comunicacionales, estos se inclinarán a aceptar los marcos que les ofrecen acríticamente las TICs. Esto se puede contrarrestar si se forman, bajo la orientación problematizadora de docentes, grupos o colectivos de interpretación crítica de las informaciones y comunicaciones que circulan por medio de la Internet.

Por otra parte, la afectualidad se vincula de manera pertinente con el uso en la educación de las tecnologías, cuando se articulan de una forma no manipulada, con la afectividad, emocionalidad y empatía de les niñes, adolescentes y jóvenes al no imponerles una significación y representación únicas por encima de su sintonía autónoma y recreadora recíproca. En este tipo de vínculo donde median las TICs, se debe, en consecuencia, propiciar ese reconocimiento recíproco de las alteridades empáticas entre las personas involucradas.


¿Cómo caminar hacia la realización de una educación para la libertad, la justicia social y la ciudadanía?

Iliana Lo Priore – La libertad asumida como autodeterminación consciente y responsable por las opciones a escoger o decidir en la educación, debe ser producida bajo la consideración de los puntos de vista de los demás. Aunque parezca redundante a la libertad, hay que liberarla de las formas de pensamiento y las decisiones atadas a intereses egocéntricos y egoístas. Hay que sustentarla éticamente en el bien común, contrarrestando al individualismo.

De esta manera se propende a hacer justicia en contra de cualquier tipo de discriminación, en tanto reconocimiento de la alteridad de les otres con quienes se comparte una determinada comunidad o encuentro social de propósitos, por más diferentes que entre sí sean los miembros o integrantes. Ello irá conformando criterios para formular juicios sociopolíticos en torno a los diversos derechos y deberes que le asisten a cada quien y a todes en conjunto, en tanto ciudadanos integrantes de una comunidad.

Los derechos y los deberes hay que asumirlos y enseñarlos escolarmente como prácticas de autorreconocimiento y reconocimiento de los demás. Un modo, entre otros posibles, de asumir la formación para estas tres formas de socialidad (libertad, justicia social y ciudadanía) es que la institución educativa o los centros comunitarios adopten una forma republicana democrática y cogestionadora en su estructura de funcionamiento.

La vida institucional republicana constituirá una cantera de experiencias prácticas formadoras para el ejercicio de la libertad responsable, la justicia social y la práctica de los derechos y deberes convivenciales.


¿Cómo debe ser, desde la mirada del libro, una educación emancipadora e inclusiva para América Latina y el Caribe?

Iliana Lo Priore – Hay que partir de que América Latina y el Caribe constituyen su unidad y diversidad en naciones, sociedades, pueblos y comunidades con características que paradójicamente los identifican en su heterogeneidad e hibridación sociocultural. Su configuración es producto de su inicial dependencia colonial y posteriormente neocolonial – y de sus luchas contra ellas -, que perduran todavía bajo nuevas formas de colonialidad que impulsa la globalización neoliberal. Este contexto histórico ha generado profundas desigualdades sociales, económicas y políticas en su población.

Desigualdades e injusticias que han degradado y afectado la dignidad de la existencia de la mayoría. Así, una forma de emancipación puede ser una educación que se oriente primordialmente hacia su dignificación, con base en reconocer y legitimar su heterogeneidad e hibridez sociocultural, ya que estas condiciones constituyen sus modos de ser o su ser. Su afectualidad cooperativa y solidaria ha surgido como resistencias idiosincrásicas a la modernidad capitalista.

Estas formas resistentes de significar el mundo y dar sentido a su existencia, desde las culturas ancestrales, deben ser reconocidas y legitimadas para desde allí, favorecer su inclusión en una educación que las potencie junto a su articulación pertinente con otros tipos de saberes y prácticas requeridos para su inserción crítica en la sociedad.


¿Cuál es la importancia de una educación para la afectualidad y las TICs en el actual escenario de crisis y pandemia que vivimos, debido al COVID-19?

Iliana Lo Priore – La pandemia ha ocasionado, por las restricciones de interacción social para evitar la propagación del contagio, que la socialidad de las personas se haya fracturado y reducido a los intercambios con los más cercanos o los familiares.

Como efecto colateral, también ha generado el miedo o temor al contacto o relación con los cuerpos de los demás. Sin embargo, el deseo de encuentro con les otres se ha vuelto cada vez más indispensable y está ocasionando en les niñes, adolescentes y jóvenes estados liminales o de tránsito en sus subjetividades, de preocupación por la salud y situación de los demás lejanos o ausentes.

Estos estados son potencialmente afectuales o empáticos, pues conllevan a sentir y sentirse juntes. En consecuencia, la afectualidad puede prosperar y definir la sensibilidad ética y estética de les niñes, adolescentes y jóvenes si se desarrollan estrategias educativas al respecto en su confinamiento (juegos de intercambio de roles, envío de correpondencias empatizadoras, cuentos y narraciones que impliquen identificaciones con les otres, juegos de reimaginación y reinvención de un mundo mejor con los otros, con la otredad de la naturaleza, etc.). Aquí intervienen las TICs, en la medida que se usen para establecer relaciones virtuales empatizadoras con los demás ausentes o distantes, que redunden en beneficio del desarrollo de la afectualidad como nueva forma prevaleciente de relacionamiento social.

Fuente de la entrevista: https://educarparalalibertad.org/noticia/entrevista-educar-para-la-emancipacion-es-re-habitar-el-mundo/

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Cuba: Afinan VII Encuentro Internacional Infancias y Juventudes en América Latina y el Caribe

Redacción: VTV

Afinan detalles del VII Encuentro Internacional “Infancias y Juventudes en América Latina y el Caribe: Contextos, Experiencias y Luchas”, que se llevará a cabo en La Habana, Cuba, entre el miércoles 23 y viernes 25 de octubre de 2019, evento convocado por el Grupo de Estudios sobre Juventudes del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS).

El Encuentro se realizará como parte del Simposio Internacional CIPS 2019 “Emancipación Social vs Dominación en el contexto latinoamericano y caribeño: Contribuciones desde las ciencias sociales”.

El programa se inserta en la jornada conmemorativa por el 60 aniversario del triunfo de la Revolución Cubana, coauspiciada por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), y en las actividades de celebración por los 500 años de La Habana.

Están invitados investigadores, académicos, profesionales, jóvenes, estudiantes, líderes juveniles, educadores, comunicadores sociales,  participantes de proyectos de transformación social, líderes comunitarios, trabajadores sociales, gestores de  políticas públicas, interesados en dialogar sobre las características y problemáticas de la niñez, la adolescencia y las juventudes, sus contextos, experiencias y luchas, señala el Clacso  en su sitio web.

Entre los temas que debatirán se encuentran: Enfoques epistemológicos, teóricos y metodológicos en estudios de infancias y juventudes, Políticas públicas dirigidas a las infancias y juventudes, Prácticas sociopolíticas, acción colectiva y movimientos sociales, Desigualdades, inclusión – exclusión social; Interseccionalidad: clases, género, razas, etnias, territorios;  Violencias, conflictos, memorias a través de las miradas infantiles y juveniles; Cultura, comunicación, medios, tecnologías, así como Procesos de socialización de las infancias y juventudes.

Para esta jornada la agenda contempla conferencias, paneles y mesas de trabajo, además  que  se realizarán intercambios con experiencias exitosas en la labor con y para las infancias y las juventudes.

Fuente: https://www.vtv.gob.ve/infancias-juventudes-encuentro-internacional-america-latina-caribe/

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Jóvenes y espacio público

Coordinadorxs:  Jahel López Guerrero, Marcela Meneses Reyes.

Año: 2018

Editado por: Universidad Nacional Autónoma de México/Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
Instituto de Investigaciones Sociales

ISBN de la colección: 978-607-30-0463-3
ISBN del volumen: 978-607-30-0809-9

Sinopsis: La relación de los jóvenes y el espacio público es el tema que se problematiza en este libro; forma parte de los esfuerzos por impulsar una línea de investigación que, de manera conjunta, las coordinadoras de esta publicación deseamos posicionar en los campos de estudio sobre juventudes y los estudios urbanos, ya que si bien reconocemos en uno y otro una alusión mutua y permanente, poco se ha profundizado analítica y teóricamente al respecto.

Consideramos que el sujeto jóvenes y el objeto espacio público, más que aludir a una relación unívoca y lineal, conforman una dupla analítica que nos permite observar y explicar las maneras en que los jóvenes, desde su condición social inmersa siempre en relaciones de poder específicas, contribuyen a la producción del espacio público, y a la inversa, el espacio público influye en la configuración de dicha condición juvenil. Esto implica poner en discusión dos perspectivas en tensión: el deber ser frente al ser de los jóvenes; este último definido desde su experiencia propia ubicada en el presente y en relación con el mundo adulto; mientras que el deber ser estará construido desde la mirada adulta que coloca a los jóvenes en un estado de incompletud y de tránsito hacia la adultez, lo cual apunta siempre a un tiempo futuro.

Descargar aquí: http://ht.ly/pw8V30nN1yF

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Las juventudes indoafrolatinoamericanas en el contexto de la crisis del capitalismo neoliberal actual

Por Jorge Díaz Piña e Iliana Lo Priore.

Reflexionar sobre las juventudes es una tarea muy compleja,  ya que para empezar, no es posible demarcarlas con precisión de los presuntos “estados biopsicosociales” denominados como niñez y  adultez, por cuanto ambas son  condiciones sin límites o contornos nítidos más allá de los pretendidos como biofísicos o corporales estandarizados por las clasificaciones etarias    impuestas por saberes o disciplinas instituidas con esa finalidad por la Modernidad para controlar las prácticas sociocorporales, desde que fue acogida e impuesta la concepción de Immanuel Kant respecto de que la adultez implicaba la ruptura con la minoría de edad al individuo usar la razón para guiar su conducta, la razón o racionalidad instrumental, funcional o adaptada al orden de la lógica del poder dominante en las sociedades. Es de recordar que la niñez es un concepto también moderno ya que se le consideraba como adultos pequeños. De aquí que se estime a las juventudes como una condición intermedia de inmadurez transitoria y que debería ser breve entre ambos estados con características contrapuestas a la adultez ideológica primordialmente: comportamiento indisciplinado en el sentido de insubordinado ante las normas de poder dominantes, con racionalizaciones o pensamientos no ajustados a la racionalidad funcional o instrumental hegemónica, etcétera. Características estas que pueden ser toleradas hasta cierto límite, y doblegarlas o someterlas a través de la sujeción de los cuerpos para ser erradicadas por las instituciones disciplinadoras o normalizadoras creadas a tales efectos: hacer dóciles y útiles a los cuerpos.

Por otra parte, su complejidad también se muestra con respecto a los contextos diferenciadores de juventudes, o de múltiples contextualizaciones, por razones de clase social, género, étnicas, territoriales, ambitales, etcétera, que englobamos en lo que denominamos indoafrolatinoamericanidad para referir a un  condicionamiento socio-étnico-cultural producto de la mezcla histórica de esta tres originarias etnias predominantes en esta región desde la colonización europea, que implicó desde su comienzo la negación de la otredad sociocultural de la dignidad indoafricana, y que conformaron híbridamente nuestras alteridades (efecto ético dignificador por reconocimiento del condicionamiento socio-étnico-cultural aludido) en sus mixturas y ambivalencias: indígena, afrodescendiente y latina europea. Debido a estas causas descartaremos decir en singular, juventud, por cuanto lo que corresponde es referir juventudes, en plural, remarcamos. Contextualizaciones que a su vez, han sido configuradas y reconfiguradas conflictivamente e históricamente por la violencia, coacción y resistencia ideológico-políticas causantes de los cambios inducidos en esta espacialidad, dividida interesadamente en países y parcialidades, así como consecuencia, igualmente,   de la adscripción geopolítica dependiente forzada desde la época colonial hasta el día de hoy en el que sufrimos una globorrecolonización de tipo neoliberal y no “globalización”, en el marco del agotamiento civilizatorio y crisis estructural  de la Modernidad capitalista, –a cuyo trance epocal presente se ha nombrado como Posmodernidad–, y que repercute en todos los ámbitos de nuestras sociedades, particularmente en las juventudes indoafrolatinoamericanas.  Con estas encrucijadas o cruces “vectoriales”, entre otros posibles, respecto a la reflexión que deseamos hacer sobre las juventudes indoafrolatinoamericanas, realizaremos una aproximación para intentar contribuir parcialmente a  su caracterización en la actualidad.

Tal vez el rasgo que caracteriza con más fuerza transversalmente a la mayoría de las juventudes indoafrolatinoamericanas es su “compromiso de ser”.  Es un rasgo que diferenciadamente en su intensidad y expresión, reviste su condición existencial, sobremanera en las territorialidades urbanas o citadinas por cuanto en las comunidades rurales o campesinas, las afrodescendientes y las indígenas, sus identidades socioculturales están más arraigadas por ser-en-su-alteridad dignificadoras y, en consecuencia, resisten más las embestidas mediáticas consumistas neoliberales individualistas o narcisistas “para ser”, y las identificaciones-desidentificadoras capitalistas disociadoras por desvinculantes, o “líquidas” por aformes, diluidas y fluyentes, así como ambivalentes por paradójicas y contradictorias como las denominó Zygmunt Bauman, que calan más en los centros urbanos.  El compromiso de ser conlleva la potencia del deseo y del esfuerzo por existir que se concreta en la autonomía de sus voluntades (“voluntad de poder” en términos nietzscheanos), sin postergación de realización en un futuro incierto de adultez, y en la asociación con otros que se reconocen como iguales de modo empático aunque sea transitoriamente; se es ante y con el otro, los otros, lo otro, las otredades, no tan solo ante sí mismo.  Asociaciones a las que Michel Maffesoli ha etiquetado posmodernamente como “nuevas tribus”.

Este compromiso de ser, está a mitad de camino entre la inquietud o preocupación de/por sí y el cultivo o cuidado de sí de Michel Foucault, para quien se ha de intentar hacer de la vida propia una ética estética, una “obra de arte”. Si los jóvenes encuentran o perciben adversidades insalvables  de diversos ordenes para realizar sus deseos y esfuerzos pueden caer en lo que denominamos el “descuido de sí” de tipo anómico, conduciendo, por ejemplo, a los integrantes de los sectores populares excluidos, entre otras destinaciones indignificantes de su condición, a la drogadicción inducida por las mafias narcotraficantes o a asociarse a bandas delincuenciales para sentir pertenencia pseudoidentificadora.  Esta precedente destinación obedece, en última instancia, a la falta de poder generalizado en los sectores populares, y al uso indiscriminado de la violencia y marginación estatal contra sus jóvenes por parte de los cuerpos policiales y de otras instituciones, por cuanto la representación de esa falta de poder induce distorsionadamente  en ellos, su compensación en la  perversidad de adquirir poder coactivo sobre los cuerpos de otros a través de su sometimiento por vía de la violencia física que ha ocasionado la muerte de manera criminal, o los enfrentamientos autodestructivos entre grupos o bandas por la supremacía territorial.

Ello puede conducir, por otro lado, debido a las presiones de poder dominantes con la intención de adaptar a los jóvenes al orden establecido para “ser” alienadamente, que es un no-ser-autónomo y crítico, a manifestaciones de rebeldía contrainstitucional, primordialmente en los estudiantes,   contra el orden instituido (movimientos sociales antiburocráticos y nuevas tribus) y a vincularse con organizaciones políticas radicales o a grupos antipolíticos y apartidistas.  Aquí es de señalar que la rebeldía producida en los jóvenes por este tipo de malestar, trata de ser neutralizada al naturalizarla como algo inmanente a su edad, especie de sarampión pasajero, con la finalidad de descalificar su potencial subversivo, cuando no es reprimida a través de la violencia del poder de Estado. En esto incidirán fundamentalmente las representaciones o valoraciones (no valores principalmente) que frente al entorno, y en interacción con él, hayan asumido en esos momentos y de los habitus (disposiciones formadas por los esquemas de percepción, pensamiento y acción heredados, según Pierre Bourdieu) de la procedencia social de clase de sus familias, grupos de pares, comunidad residencial, etcétera.

No será la misma disposición, o equipamiento sociocultural, habitus, en un joven proveniente de clase media o  de la pequeña burguesía que la de uno que procede de los sectores populares marginados, ya que  el contexto está tendencialmente prefigurado por la estructura diferenciadora capitalista para favorecer a unos y otros no. Esto se evidencia fácilmente en la desigualación que reproduce la institución escolar a lo largo de su recorrido.  A unos les garantiza el “éxito escolar”, y a otros los excluye o los degrada laboral o profesionalmente, son de segunda o tercera categoría en función de la división social y “técnica” del trabajo capitalista.  Asimismo, la exclusión opera en aquellos jóvenes que no pueden proyectar en un tiempo medio o largo su escolaridad debido a los requerimientos económicos de su familia o de sí ante el  costo de su manutención escolar.  Esto hace parecer que Martín Heidegger tuvo razón al señalar que  “el ser es el sentido del tiempo”  en su famoso texto El ser y el tiempo.

En todo lo anteriormente expresado, tiene una poderosa incidencia ideológica subrepticia la “lógica del máximo rendimiento del tiempo” o economía política de la temporalidad existencial, una invasiva derivación simbólica del tiempo socialmente productivo abstracto de la fuerza de trabajo requerido para generar valor o la  plusvalía capitalista (“el tiempo es oro” desde que se generalizó la dinámica explotadora del plusvalor), que presiona para imponerse sobre los jóvenes en contra de la renuencia “alógica” y la resistencia cuasiconsciente de la atemporalidad existencial o “presentista”. Mediante la cual ellos suspenden la transcurrencia simbólica del  tiempo promedio de sus vidas instituido con la finalidad de formarse laboral o profesionalmente e iniciar su desempeño como trabajadores al servicio del capital, con el propósito de sentirse con autonomía sobre sus vidas, dueños de sí mismos para ser, aprovechando re-creadoramente el “tempo o ritmo vitalista” de su juventud, y en rechazo a las coacciones o seducciones manipuladoras que los quieren reducir a esa condición alienante por unidimensional del capitalismo. Reivindicando de este modo lo que hemos llamado su compromiso de ser consigo mismos.

Aquí hay que aclarar para evitar confusiones, que al destacar la suspensión de la lógica del máximo rendimiento, no reivindicamos el alienante presentismo hedonista neoliberal (“el goce corporal del hoy”) que es propiciado mediáticamente en las juventudes por medio de la deshistorización de su ubicación o posicionamiento consciente socioculturalmente, cuando se historiza por vía de la autobiografía o autonarrativa de sus vidas en relación con la incidencia de la transcurrencia del tiempo histórico (pasado-presente-posible futuro) de su grupo social, comunidad, región, nación y  mundo (las acciones político-sociales pasadas de los antepasados u otros ausentes, en función del actual presente, que exigen e implican un reconocimiento de aquellos y un  reclamo del emplazamiento y accionar responsables de las juventudes para el presente de éstas y el futuro de los demás que advendrán).

A los que expresan su renuencia a aceptar la lógica del máximo rendimiento del tiempo,  se suman quienes sufrieron la decepción de haber creído en las ofertas ideológicas del discurso neoliberal de favorecer su ilusa conversión individualista y narcisista exitosa en empresarios de sí (de explotarse económicamente a sí mismos en función de usar mercantilmente a los demás con base en el desarrollo instrumental de  competencias manipuladoras), con tan solo asumir la adecuación de su personalidad, carácter o subjetividad (ser-sin-alteridad al negar su condición ético-cultural o potencialidad  dignificadora, su compromiso de ser junto con los otros), para ser competitivos con independencia de su procedencia sociocultural y del contexto de las dinámicas centrífugas capitalistas, de un capitalismo neoliberal que además está en  crisis estructural, y terminaron como obreros o empleados tercerizados de empresas contratistas, o desempleados. Esto es, sin el éxito prometido publicitariamente, y leyendo textos de  autoayuda masajeadores de su ego exaltado y luego lastimado, para recuperarse con las ilusiones terapéuticas de la autoestima. Pero que ante  la fuerza impactante de la realidad contextual hoy están de regreso y  toman su tempo para la recuperación repotenciadora de un posicionamiento dignificador de su condición de juventud en tanto alteridad asumida, el cuidado o cultivo de sí, es decir, de reconocerse con capacidad de realizar todavía sus deseos sin competitividad alguna con los otros, sino bajo la ayuda y acompañamiento de los demás iguales, con expectativas recíprocas de realizarse al margen de la lógica capitalista del máximo rendimiento del tiempo. La situación decepcionante experimentada con el neoliberalismo, los puede conducir a la reflexión crítica sobre sus posibilidades y limitaciones existenciales en un sistema socioeconómico como éste.

Las limitaciones neoliberales para la existencialidad de la mayoría de las juventudes ha generado nuevas contradicciones sociales en indoafrolatinoamérica que deben ser tomadas en cuenta por quienes quieren animar e impulsar de manera antiburocrática las luchas sociales y culturales en función de la transformación anticapitalista de las sociedades. La competitiva asocialidad del individualismo y del narcisismo neoliberales empujan hacia la desconfianza en los otros, o en  la sociedad, provocando con ello el aumento de la oposición individuo-sociedad e individuo-Estado por cuanto el individualista ve que su “libertad” es obstruida o reprimida,  al ser asumida neoliberalmente como capacidad de elegir o decidir sin limitaciones bajo el criterio tan solo de su autoridad, ya que es regulada por la libertad individualista de los demás, de la sociedad, así como por la normativa coexistencial y contractualista del Estado.

No obstante, esta oposición neoliberal individuo-sociedad-Estado es burocráticamente administrada por el Estado neoliberal para evitar estallidos agudos de conflictividad social , por medio de la gestión cientificista y tecnologicista antiética de las conductas para producir una socialidad controlada desde la manipulación mediática de sus necesidades y deseos, es decir, de su subjetividad, a partir del ofrecimiento de modos ilusorios de auto-realización alienantes, y de, como hemos dicho, terapias de autoayuda, de autocontrol, de autodominio, etcétera (tecnologías de autogobierno del yo), para atenuar las angustias y patologías que aquella conflictividad provoca colectiva e individualmente. Nada que envuelva definiciones o identificaciones sustanciales o fuertes, sino superficiales o de tipo ligth, es decir, en las que prevalezca la liviandad para manipularla a conveniencia. Siendo estos controles flexibles y operantes bajo la seducción mediática prevalecientemente.  Todo ello encubierto bajo la restricción o represión de que la crisis libertaria de la individuación, o incluso del individualismo neoliberal, pueda ser pensada en su desalienación o superada en otro contexto social  redefiniendo la relación individuo-sociedad-Estado, y replantee radicalmente la satisfacción de sus necesidades y deseos, una libertad-otra, o lo otro, lo diferente: una existencia subjetiva alternativa para ser realmente. Sin embargo,  la recuperación capitalista tiene límites infranqueables  en tiempos de crisis de sus dinámicas y su lógica; esto abona a favor de las posibilidades para que las juventudes estafadas y las prevenidas por las experiencias de otros como ellos, se animen, con base en su compromiso de ser, en la búsqueda de cambios económicos, sociales, culturales y políticos que favorezcan su auténtica realización  en función de la afirmación ético-cultural de sus alteridades libertarias.

Correos:

diazjorge47@gmail.com    /  ilianalopriore11@gmail.com

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Estudio de Adolescentes y jóvenes en realidades cambiantes: Notas para repensar la educación secundaria en América Latina

Más de mil millones de jóvenes y adolescentes en el mundo actual tienen la llave de nuestro futuro en común y del desarrollo sostenible, justo e inclusivo a nivel mundial.

Con el foco puesto en América Latina, esta publicación de la UNESCO aborda la necesidad de recuperar la confianza de las y los jóvenes y adolescentes en la educación y de llegar a construcciones sociales de la juventud más completas y positivas entre las y los educadores, los padres y madres, las comunidades y las autoridades educativas.

De este modo, el estudio analiza las experiencias educativas en cuanto productoras de significado que configuran las culturas e identidades de la juventud, al igual que sus actitudes hacia la educación y su potencial para mejorar y sostener el bienestar individual y colectivo.

Puedes leerlo aquí.

Fuente de estudio: http://juventud.campanaderechoeducacion.org/adolescentes-y-jovenes-en-realidades-cambiantes-notas-para-repensar-la-educacion-secundaria-en-america-latina

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