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Democracia o libertad: las antinomias de la nueva fase capitalista

¿Qué es lo nuevo de las derechas “alternativas” y por qué siguen sumando adhesiones?

El avance de las fuerzas políticas reaccionarias en el mundo, más allá de las particularidades regionales y nacionales, exige un esfuerzo interpretativo sobre las transformaciones profundas de la economía política y de la producción de poder, sus personificaciones sociales, el correlato en la geopolítica y la construcción de sentido común. Adentrarnos en el caso argentino con la emergencia de Javier Milei, permite un acercamiento analítico a los fenómenos en curso.

El joven siglo XXI irrumpió con toda su maquinaria-digital y aceleradamente se transformaron las relaciones sociales que sostienen nuestras vidas. Este proceso de “pantallización” de nuestra cotidianeidad, ha dado como resultado un aumento exponencial en el tiempo que habitamos el territorio virtual, algorítmicamente organizado. Según el reciente informe de abril de 2024 de DataReportal, 5.440 millones de personas utilizan Internet, representando el 67,1% de la población mundial. Un crecimiento nada desdeñable -catalizado por la pandemia- desde el 2019, cuando el 57% de la población accedía a internet, es decir 4.388 millones de usuarios alrededor del globo.

Es posible agregar, sin objeciones, que en medio del vertiginoso desarrollo del régimen de acumulación y el cambio de fase del sistema capitalista que está configurando la era del metaverso, la democracia revela sus fines y demuestra sus límites. El capital ya no la necesita tal y como durante más de 2 siglos organizó la estructura política en la arena internacional, aunque los desgastados Estados nación sigan siendo un tablero importante en la disputa por la riqueza socialmente producida.

“La verdadera política es la política internacional” sentenció con certeza el estratega argentino Juan Domingo Perón promediando el S.XX, pero el mundo que supo leer, es otro. Qué lejos encontramos los tiempos de un polo socialista y un polo capitalista. La contradicción que se presenta en este tiempo histórico podría definirse por la disputa entre el proyecto de la globalización y sus contradicciones y la “derecha alternativa”, Alt-right o neoreaccionaria, livianamente llamada neofascista.

Se trata, en verdad, de distintas personificaciones sociales y políticas de una misma clase: la capitalista. Su semilla es idéntica, aunque sus ramificaciones y follajes se diferencien y compitan en busca de esa luz solar que les permite reproducirse. Ese sol es nada más y nada menos que la plusvalía, el tiempo de trabajo no remunerado, la última meta de la burguesía.

Esta disputa entre proyectos estratégicos del capital aparece en el campo de las ideas, en la “opinión pública”, como la contradicción “democracia versus libertad”. Partiendo del reconocimiento de su carácter antinómico, es posible encontrar allí un elemento explicativo. De un lado, los globalistas, los “rojos” socialdemócratas, con sus ideas formalistas de “democracia, igualdad y fraternidad”.

En la vereda de enfrente, los neoreaccionarios, libertarios o las derechas rupturistas -alternativas- enarbolando discursivamente la libertad en abstracto, capturando el descontento generalizado a lo largo y ancho del mundo, logrando capitalizar la insatisfacción ante los límites cada vez más evidentes de una democracia para unos pocos. Estos (falsos) libertarios sostienen que la modernidad ha llevado a la alienación, la destrucción ecológica y la deshumanización. Su premisa, en principio, no parece ser incorrecta. De allí la capacidad de captar el voto de grandes sectores de las bases de la pirámide social, cada vez más desigual.

El sistema democrático y sus representantes están siendo asediados por la corrupción, el fraude y la mentira de la clase política, sin distinción, de allí el concepto de “casta”, tan utilizado actualmente de manera sistemática. Sobre estas concepciones cabalga la propuesta de una democracia tecnocrática o neorreaccionaria -también llamada “tecnopolítica”-, que ofrece la aparente posibilidad de una “participación ciudadana” instantánea a través de las redes sociales, donde cada individuo expresa su opinión con la promesa de ser valorado y tenido en cuenta.

Así, el resurgimiento de las nuevas derechas se vincula a la insatisfacción social cada vez más extendida, tanto en el ámbito económico como en el plano ideológico. Ninguna de estas dos variantes logra satisfacer realmente o cubrir la demanda social actual; para ello estas derechas construyeron la propuesta, aparentemente “disruptiva» que logra atraer adeptos, con propaganda antisistema.

De fondo, lo que juega es la eficaz captación y utilización de la frustración social acumulada durante décadas de neoliberalismo. Este tiempo se caracteriza por una “purga continua” en las redes sociales, frente a un sistema que promete acceso ilimitado a bienes y servicios de acuerdo al mérito personal, como reflejo de status social, pero esconde la drástica reducción de oportunidades para edificar un futuro de inclusión y proyección personal y social.

No es que estas derechas sean realmente nuevas; sus discursos emergen de las entrañas del capitalismo, siendo las raíces mismas del sistema. Están fundamentadas en valores impuestos desde la ortodoxia de un momento anterior y sus instituciones, como las iglesias, las escuelas, los gobiernos y los medios de comunicación de antaño. Esas instituciones “del pasado” sentaron las bases de estos movimientos “del presente”.

A partir de esos valores e ideologías, estas nuevas derechas están generando rupturas en un orden que, a pesar de sus promesas, solo produce pobreza y malestar social. El fenómeno resulta ser un cóctel explosivo que impacta directamente en el corazón de los pueblos. Lo viejo siempre parece mejor, ya que el recuerdo se nos presenta sin los conflictos y tensiones de su tiempo.

Este escenario de insatisfacción (que las mismas élites económicas y políticas produjeron y dirigieron) genera un espacio que necesita ser ocupado. ¿Qué pasó que no lo ocuparon los proyectos nacionales y populares o los proyectos revolucionarios? No es sencillo elaborar las respuestas, pero está claro que esta nueva derecha rupturista entendió el momento histórico y sus transformaciones radicales, lo que apunto a desentrañar en mi libro “Nueva Fase. Trabajo, valor y tiempo disponible en el capitalismo del S.XXI” (2023).

El sistema está pasando de una fase mecánica-analógica-informática-tangible basada en energías fósiles a una fase digital-virtual-financiarizada-intangible basada en energías renovables, acelerando los tiempos sociales de producción: lo que en 1970 se producía en 8 horas de jornada laboral, ya en 2020 se producía en una hora y media. El cambio de fase, combinando la aceleración inédita de los tiempos de producción con la aceleración igualmente creciente de la circulación a través del e-commerce y las monedas digitales genera -me atrevo a decir- la mayor transformación de la historia contemporánea.

En este contexto, la derecha alternativa entendió cómo capitalizar la crisis de este tiempo. De la mano de las tecnologías en lo material, del aceleracionismo en lo teórico y de la libertad en lo ideológico, está logrando cubrir el espacio político-representacional vacío. Hay una puesta en marcha desde las redes sociales, controladas por la Nueva Aristocracia Tecnológica, de una producción de “nuevos signos” que expresan una recodificación de lo existente, una reconfiguración de las territorialidades, nuevos órdenes sociales y nuevas subjetividades en curso.

Nos encontramos inmersos en una decadencia económica, cultural, política y filosófica, casi involutiva. Esta crisis civilizatoria constituye un éxito para la nueva aristocracia, que destruye las capacidades creativas y de observación de la humanidad, con la sobreinformación difícilmente procesable y discursos sobreideologizados ocultando el verdadero problema, que es el tránsito hacia un sistema de mayor explotación, pero de aparente libertad.

La nueva Fase Digital trae aparejada, deliberadamente, un proceso de hiper fragmentación social e individualización atomizante. En palabras de Raúl Zaffaroni: “Están promoviendo la pulsión a la soledad, es decir, a desentenderse del destino como integrante de una comunidad”. Fundamentalmente, este tiempo trae un aumento en la explotación, casi imperceptible por la humanidad, porque quienes se disputan el control del futuro logran combinar y apropiarse del trabajo de millones de humanos, mediados por múltiples dispositivos conectados entre sí.

En lo social, híper fragmentación y aislamiento; en lo económico, combinación global de la producción y el consumo. Hoy podemos afirmar que el tiempo personal que transcurre cada vez más en la virtualidad, es tiempo para otro: es tiempo para el capital y tiempo de trabajo para nosotros, sin ningún tipo de remuneración. Tiempo de trabajo extraído gracias al Internet de las cosas que combina los múltiples usos individuales y a partir de ello elabora patrones y comportamientos de los instrumentos que manipulamos. Información que luego es evaluada, analizada y volcada al sistema productivo generando medios de producción de mejor calidad, acorde a las necesidades de los consumidores y con un costo cero. Lo que observa el consumidor, como cara visible del proceso, es la posibilidad de beneficiarse gratuitamente de las actualizaciones de los sistemas operativos de sus dispositivos tecnológicos e interfaces de la red de aplicaciones y plataformas a las que accede, ignorando que dichas mejoras se han realizado a partir del trabajo que le ha sido expropiado

El experimento Milei en Argentina: un “fenómeno barrial-global”

Javier Milei, presidente de Argentina, es una clara representación de esta nueva derecha. El “León” -como él mismo se ilustra- es el experimento de la aristocracia financiera y tecnológica. El “fenómeno barrial-global” más que un león, es, más bien, un peón importante construido estratégicamente para jugar en el gran tablero mundial.

Su figura, una mixtura bizarra de rockstar, panelista de TV y mesías anarcocapitalista, es utilizada para tensionar sobre el orden establecido. Indiferente frente a los agravados problemas sociales y a los intereses nacionales, la prioridad de su agenda es impuesta desde el exterior.

En tal sentido, la invitación a participar del G7, extendida a Milei por la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, o la bendición ofrecida por Elon Musk, dueño de X y Tesla, y la de Mark Zuckerberg, dueño de Meta, en los Estados Unidos, que hicieron una excepción y recibieron en reuniones al presidente. Demasiado para un outsider devenido en mandatario de un país con importantes reservas de recursos estratégicos y con alto desarrollo científico tecnológico a partir de la inversión pública en educación e investigación.

Lo que es evidente es que Milei adoptó sin tapujos ni disimulo el rol ofrecido por la derecha alternativa, e intentará llevar adelante el plan de los dueños de las tecnológicas hasta las últimas consecuencias, ubicando a la Argentina como un eslabón en la cadena global, fuente de suministro de energías para la Inteligencia Artificial a través de Vaca Muerta (gas y petróleo), “Vaca Blanca” (litio) y energías para la fuerza de trabajo a través de la “vaca viva” (alimentos). Siguiendo la definición de The Economist, “transformar a la Argentina en la Texas del sur”, el presidente anunció su intención de convertir al país en “el cuarto polo de Inteligencia Artificial a nivel mundial”, lo que significa desarrollo tecnológico y energético sin inclusión social en un proyecto de país para 10 millones de habitantes.

La disputa entre planes de industrialización con y sin distribución progresiva del ingreso se renueva, porque nunca dejó de estar en discusión quiénes se apropian de los avances sociales y la riqueza que sólo el trabajo produce. La base económica del proyecto en desarrollo en Argentina está configurada por la red financiera y digital, principalmente de la mano de Elon Musk y Mark Zuckerberg, que esperan con ansias desembarcar en el país. Parte de la red son también figuras como Peter Thiel, financista de Silicon Valley y de campañas electorales de Donald Trump, y Steve Bannon, ex asesor de Trump y el impulsor de la ultraderecha en Estados Unidos y Europa.

Se suma al entramado el magnate mexicano Ricardo Salinas Pliego, que además de apostar al proyecto económico de las grandes tecnológicas en la región, ha desarrollado una serie de think tanks, como “Caminos de la Libertad”, con los que busca un “cambio cultural”, con conocidas conexiones con La Libertad Avanza en Argentina.

Estos tanques de pensamiento son los que construyen el elemento ideológico del proyecto. Reproducen y amplían ideas que circulan en las redes sociales, instrumentos a través de los cuales conducen sus bases sociales “libertarias”. Maquillan y presentan como novedosos los fundamentos de teorías económicas sostenidas por Von Hayek o Milton Freedman y construyen sentido común apoyados en intelectuales orgánicos como Nick Land y Alexander Dugin. No le falta tampoco el elemento religioso para su estrategia de conducción, apoyada principalmente en el despliegue de las iglesias evangélicas y el sionismo coordinado desde Israel.

No hay que restar complejidad al aparato ideológico que les da sustento a estas derechas “neorreaccionarias” y su propuesta de “tecnopolítica”. Desde la perspectiva del aceleracionismo de Nick Land, se plantea que la tecnología y el capitalismo avanzan a un ritmo vertiginoso, generando transformaciones profundas y disruptivas en la sociedad y la política. La Cuarta Teoría propuesta por Alexander Dugin, también arroja luz sobre estos fenómenos. Dugin propone una síntesis de las ideologías políticas tradicionales (liberalismo, comunismo, fascismo) que se centra en el individuo, el nihilismo y la despolitización de los valores establecidos. Esta visión nos permite comprender cómo los movimientos neoreaccionarios buscan desafiar y subvertir las instituciones y normas democráticas existentes en favor de una nueva forma de organización social y política.

Al integrar estas perspectivas, podemos obtener una comprensión más profunda. La interacción entre la aceleración tecnológica propuesta por Land y la reconfiguración de valores y poder propuesta por Dugin nos permite vislumbrar cómo estos movimientos buscan establecer nuevas formas de identidad, autoridad y organización social en un contexto de transformación acelerada y crisis de legitimidad en las democracias occidentales.

Hay que pensar, reflexionar y actuar en función de este tiempo histórico. La humanidad universal tiene que tomar conciencia. Para el capital ya no tiene importancia la edad, el oficio, la profesión, la orientación sexual o el género, la condición o situación contractual. Da lo mismo si te considerás emprendedor o crees ser tu propio jefe; para el capital, hagas lo que hagas ya sos parte del Taller Global. Allí cada uno, interconectado en múltiples escalas, es el sostén de la maquinaria digital que produce beneficios que inmediatamente se vuelven ajenos. El o la trabajadora ocupa, sin distinción, la categoría de explotado: vos sos el zombie, no un libre prosumidor. Lo que hoy está en juego, si no rediscutimos nuestro propio proyecto como mayoría explotada, es básicamente, la posibilidad de que nos expropien nuestra esencia, nuestro espíritu mismo.

El desafío es pensar cómo se construye la fuerza necesaria para apropiarse del desarrollo científico tecnológico en curso -que nos pertenece en tanto es producto de la inteligencia colectiva y el conocimiento humano acumulado históricamente- para construir un proyecto económico, político e ideológico desde las grandes mayorías. Perón planteaba ya en el siglo pasado que “sin base científico-tecnológica propia y suficiente, la liberación se hace también imposible. La liberación del mundo en desarrollo exige que este conocimiento sea libremente internacionalizado”. Una premisa más que vigente, sobre la cual volver nuestra mirada.

Cómo pensar la arena política en estos tiempos supone construir alternativas reales que incluyan la discusión sobre las transformaciones estructurales en curso, en esta revolución tecnológica, para utilizar la técnica y el conocimiento estratégico en pos de resolver los grandes padecimientos de la Humanidad, reconstruyendo el tejido social, la co-existencia, base central de la esencia misma del ser humano.

* Magíster en Políticas Públicas y Desarrollo (FLACSO). Analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

Fuente de la información e imagen:  https://www.nodal.am

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Diferencias entre libertad positiva y negativa, y su impacto en la educación

Entre las ideas políticas centrales de la modernidad está la libertad. Sobre esta se ha configurado, en parte, la tradición de pensamiento occidental.

Según cómo se entienda la libertad se forja una visión educativa u otra. De este modo, existe una visión absolutista que no contempla la libertad, otra visión individualista y liberal, y una colectivista y republicana. De hecho, las creencias e ideas sobre la libertad son relevantes para entender la práctica y desarrollo de estas visiones educativas.

Dos ideas de libertad y dos miradas de la política

El pensador británico Isaiah Berlin (1909-1997) diferenció entre dos ideas de libertad. Por un lado, la libertad negativa y, por otro, la libertad positiva. La primera apareció con el surgimiento del individuo moderno. Este reclamó una efectiva autonomía y soberanía en su vida privada, sin que ésta fuera limitada por otros agentes.

Por su parte, la libertad positiva estaba presente desde la Antigüedad mediante la idea de vida buena (eudaimonía). Para los antiguos, la vida buena sólo era posible en el marco de la participación en la comunidad política.

Atendiendo a ambas ideas, Benjamin Constant (1767-1830) advirtió la importancia de diferenciar entre la libertad de los modernos (negativa) y libertad de los antiguos (positiva).

La libertad negativa se fundamenta en una visión individualista y liberal de la política. Esta visión insiste en la plena autonomía moral del individuo para decidir sobre su vida privada, sin que interfieran otras personas e instituciones. El eje principal de la concepción moderna de la política es la persona que decide sobre sus destinos vitales, en soledad, relegando la comunidad y las interdependencias sociales.

Mientras tanto, desde la libertad positiva se defiende una visión colectivista y republicana de la política. Esta visión recuerda que la acción humana no depende tanto de lo que decida el individuo aislado, sino más bien de sus interacciones e interdependencias con la sociedad. El elemento cardinal de esta concepción es la comunidad política, en tanto cauce institucional y agente básico para promover la interacción humana.

La libertad negativa en educación

Esta libertad consiste en reclamar la libertad de elección del centro escolar, como asunto de elección particular de cada familia y con arreglo a sus valores morales. Es una libertad como independencia fundada en la posibilidad de desarrollar un criterio moral autónomo para tomar decisiones relevantes.

En principio, se cree que esta independencia y primacía de elección de cada familia no interfiere ni limita las elecciones que puedan hacer otras familias. En última instancia, se piensa que dicha elección puede darse al margen del contexto social y en favor de la autonomía moral familiar.

La libertad positiva en educación

Esta libertad presupone que la comunidad debe aportar ayudas públicas e intervenir para promover la libertad de elección de escuela; sólo así cada familia puede realizar sus ideales educativos mediante la escolarización de sus hijos.

Es una libertad como interdependencia. En la práctica, las familias mediante sus procesos de elección del tipo de escuela dependen de numerosos actores sociales y políticos (Estado, profesorado, programas políticos, grupos de presión, sindicatos escolares, etc.).

Es decir, se entiende que el proceso de elección de centro escolar se produce en un contexto social que condiciona el margen de acción familiar.

Educación, libertad y Estado moderno

En cada contexto histórico, el Estado moderno ha legitimado una visión y práctica educativas.

Los primeros dirigentes de los estados modernos advirtieron la necesidad de imponer a la población unos mismos esquemas ideológicos y morales. La unificación de tales esquemas facilitaría la obediencia de los dominados. Ello podía hacerse de varias maneras: dejar la educación en manos de la confesión religiosa imperante de cada Estado, responsabilizar a las propias familias de la tarea educativa, o bien crear un sistema educativo público.

Los primeros Estados absolutos, a partir del siglo XVI y XVII, concebían la educación como actividad espiritual dentro de una confesión religiosa. Esta confesión debía asegurar la obediencia de los súbditos al soberano. Por ello, el dirigente del Estado (Leviatán) detentaba tanto el poder político como el poder religioso. El dominio absoluto del Leviatán no permitía ningún tipo de libertad. Así, la religión del príncipe debía ser la religión del pueblo. La educación estaba reservada a una minoría que integraba la administración estatal y la élite social.

Los Estados liberales hasta finales del siglo XIX dejaron la educación, bien en manos de las Iglesias o bien en manos de las propias familias. Así, se legitimaba, en parte, la libertad negativa respecto a la educación y esta ahora se concebía en el marco de las decisiones que pudieran tomar las familias. El problema era que muchas familias no disponían de recursos económicos suficientes para escolarizar a sus hijos. Por ello, en algunos países europeos, como España, la tasa de analfabetismo, hacia 1900, abarcaba al 70% de la población. La hegemonía de la libertad negativa y de los poderes tradicionales no facilitaba la construcción de un sistema educativo público. Aún el acceso a la educación estaba muy restringido.

No obstante, con la ampliación del sufragio, desde finales del siglo XIX, los Estados liberales en vías de democratización vieron la necesidad de crear sistemas escolares públicos laicos. En España, el primer ministerio de educación apareció en 1900 y se denominó Ministerio de Instrucción Pública. En 1876, Francisco Giner de los Ríos fundó la Institución Libre de Enseñanza (ILE). En 1890, se proclamó el sufragio universal masculino y las ideologías del regeneracionismo y del reformismo social se impusieron desde la crisis nacional de 1898. Tales ideologías fueron hegemónicas en España durante el primer tercio del siglo XX. Estos acontecimientos legitimaron la idea de libertad positiva en educación y el desarrollo de la intervención pública en ese ámbito. En este nuevo contexto, se amplió y fortaleció el acceso a la educación.

Educación cívica en las democracias

La evolución histórica del Estado muestra la aparición, o no, de diferentes ideas de libertad, y cómo tales ideas están ligadas al contexto político. La idea de libertad dominante en cada momento es clave para entender cómo se conforman las visiones y prácticas educativas.

Un desafío pendiente de las democracias es repensar sus visiones educativas para adaptarlas al nuevo tiempo, sobre todo para legitimar esta forma de gobierno entre su ciudadanía y poder enseñar actitudes y valores cívicos.

Mientras que la nacionalidad se adquiere por lazos familiares y por nacer en cierto territorio, la ciudadanía exige una tarea educativa diaria. Nadie nace ciudadano; esta condición se aprende, o no, desde la infancia. La educación es el cimiento de cualquier régimen político y sobre ella pueden asentarse las posibles virtudes cardinales, como admitían Platón y Cicerón.

La educación cívica está ligada a las mencionadas virtudes: justicia, prudencia, fortaleza y templanza. ¿Es posible retomarlas en nuestro tiempo? ¿Qué ideas de libertad y visiones educativas favorecen la educación cívica?

Fuente de la información e imagen:  https://dialektika.org

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Lectura, escritura y libertad

Por: Silvia Valle Tépatl

Con la escritura inicia la historia, pues la representación de los sucesos dio lugar a conservar vestigios de los hechos. Quedaron registrados el lugar, el tiempo, las acciones, la emoción que acompaña el sentimiento humano, porque la escritura como representación de nuestro pensamiento también recoge la emoción de quien dice algo de manera escrita. En la producción académica en torno a cómo las niñas y los niños aprenden y se apropian de la lengua escrita, destacan las de Lev Vigotsky (1885-1934), con la teoría sociocultural, y la de Jean Piaget (1896-1981), quien inspiró a Emilia Ferreiro a desarrollar su propuesta sobre la psicogénesis de la lengua escrita (1983).

Las nuevas propuestas pedagógicas que estos desarrollos teóricos han generado sobre el aprendizaje de la lectura y la escritura no han sido suficientes, pues al paso del tiempo su apropiación sigue siendo una tarea compleja. ¿Cuántos no recordamos el pánico de la hoja en blanco? Pensar qué, para qué o para quién escribir; imaginar el tipo de mensaje que emitiremos de manera gráfica y entendible para quien lo lea, son tareas que en muchas ocasiones se tornan complicadas.

Sea por el tipo de escuela o por las formas de enseñar y aprender en las aulas, constantemente se ven a la lectura y escritura separadas del contexto y de la realidad de quien aprende, pasando por alto que tienen que ver con lo que pensamos, con lo que sentimos, con lo que sabemos, con nuestra experiencia de vida y con lo que observamos en un tiempo y en un espacio determinados; en síntesis, tienen que ver con lo que somos. Para escribir y leer recurrimos a la parte cognitiva, pero también evocamos lo social, lo que hay a nuestro alrededor en nuestra cultura y ambiente: familia, amistades, compañeras y compañeros de escuela, comunidad y lugar donde vivimos.

Cuando hablamos de lectura y de escritura nuestro pensamiento nos remite a la escuela; sin embargo, el desarrollo de ambas habilidades rebasa sus fronteras, porque las encontramos, entre otros sitios, en la casa, los comercios, en los empaques de los productos que con- sumimos, en los nombres de las calles, en los anuncios, y en nuestros teléfonos celulares. No obstante, la escuela es un espacio privilegiado para propiciar el gusto y apreciar el placer por la lectura y la escritura.

Esta concepción es considerada por la Nueva Escuela Mexicana en el currículo actual, pues además de demandar la participación activa y comprometida de estudiantes, docentes, familias y autoridades educativas para que niñas, niños y adolescentes desarrollen su autonomía, su pensamiento crítico, y vivan en armonía con la naturaleza, propone como estrategia didáctica el trabajo por proyectos y un eje articulador –Apropiación de las culturas a través de la lectura y la escritura– que promueve una alternativa viable para darle a la lengua escrita su papel central.

Propiciar que niñas y niños lean y escriban, ayudar a mejorar los textos de las y los jóvenes, es procurar una sociedad más justa y libre, formar ciudadanas y ciudadanos críticos y transformadores de su realidad.

Editorial publicado en Boletín ‘Educación en Movimiento’ del mes de abril de 2024 de Mejoredu.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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México: Hijos de Marcelino Miramón, obligados a abandonar su educación. El costo de la prisión política en Eloxochitlán

Por: Observatorio Memoria Y Libertad Y Sueña Dignidad

 

Llegamos a casa de Marcelino Miramón, desde su casa en Mina de Oro se pueden observar las montañas que rodean a Eloxochitlán de Flores Magón, todo el paisaje es verde, la neblina comienza a descender.

Varios niños y niñas entre los 4 y 6 años juegan en la entrada de la casa, son algunos de los 10 hijos e hijas de Marcelino Miramón, que esperan que su padre vuelva. Marcelino fue detenido de forma arbitraria el 22 de mayo del 2023; desde entonces se encuentra privado de su libertad de forma ilegal en el penal de Tanivet en Oaxaca de Juárez.

A Marcelino Miramón, se le acusa de un delito supuestamente cometido en 2014, es decir, la detención de Marcelino se dio a casi 9 años de ocurridos los actos. Los delitos por los cuales Marcelino se encuentra en prisión son: incendio y daños por incendio.

Como Marcelino, otros indígenas mazatecos fueron también detenidos en anterioridad por la misma causa penal; en todos estos casos, se logró demostrar que el delito de incendio no existe y que el delito de daños por incendio no pudo ser comprobado por la Fiscalía de Oaxaca, teniendo que reclasificar el delito a daños, el cual no fue denunciado por la misma Fiscalía en el tiempo correspondiente, por lo cual no puede ser perseguido.

Es decir, a Marcelino Miramón se le detuvo por un caso en donde ya se ha comprobado ante tribunales federales que no existe delito que perseguir. Aun así, Marcelino está en prisión.

El encarcelamiento ilegal de Marcelino Miramón ha afectado de forma inmensurable a toda su familia, de un día a otro, las cosas cambiaron de forma radical.

Platicamos con el hijo mayor de Marcelino, Diego Miramón, quien desde el primer día de la detención de su padre se ha dedicado a luchar por su libertad, y al mismo tiempo, a sostener económicamente a toda familia.

Alejandra, esposa de Marcelino, y Diego, nos reciben en la cocina, hay un fogón en donde preparan la cena, niños y niñas entran y salen de la cocina, los más grandes se sientan también a escuchar nuestra platica con Diego y también a preparar los alimentos.

Diego tiene 25 años, nos platica que antes de que encarcelaran a su padre, se encontraba estudiando la Licenciatura de Educación Intercultural Comunitaria, sin embargo, Diego tuvo que abandonar sus estudios, así como sus dos hermanas mayores.

“Desde ese entonces tuve que estar al pendiente de su caso porque como yo soy el mayor de su familia no hay quien este al pendiente.

Nos ha afectado en todo, sobre todo la situación económica. A mis hermanas también, una estaba en la preparatoria dejo de estudiar porque no hay nadie que solvente gastos, el que solventaba era mi papa, también la que iba a terminar la secundaria tuvo que dejar la escuela.”

Las familias de Eloxochitlán de Flores Magón se dedican en gran parte a la siembra de alimentos, la producción de café y de miel son también actividades a través de las cuales se obtienen ingresos para cubrir necesidades personales y del hogar. Marcelino es cafeticultor y apicultor y a través de estas actividades sostenía a sus 10 hijos e hijas.

Ahora, Diego ha tenido que retomar esas actividades, sin embargo, ha sido difícil continuar con la misma producción de su padre.

“Somos 10 hijos entonces son bastantes los gastos, y por eso se ha hecho difícil, mi papá era quien solventaba todos los gastos. Él iba al campo, la producción de miel, producción de café, y entonces, aunque yo lo haga ahora, no es lo mismo; él tenía su forma de hacerlo y la experiencia. Se me ha dificultado mucho.”

Además de tener que volcarse a la siembra y producción de café, así como de miel de abeja, Diego también ha tenido que enfrentarse al proceso judicial de su padre, asumiendo las visitas al penal, platicas con abogados, visitas a juzgados y otras dependencias y participación en acciones políticas para lograr la libertad de Marcelino.

Diego y sus hermanos han utilizado la música para exigir la libertad de sus padres, componiendo canciones que tocan fuera de los juzgados cuando hay manifestaciones.

“En estos 10 meses tuve que aprender muchas cosas; al principio por ejemplo no me dejaban entrar al juzgado, me decían que tenía que ir con el abogado o que sólo el abogado puede entra. Poco a poco tuve que ir aprendiendo, el abogado me decía que sí podía entrar yo, entonces he tenido que ir adquiriendo conocimiento y experiencias. Ahora sé que es exigir nuestros derechos como familias.

También como no conocía los términos jurídicos, yo no conocía muchas palabras que ellos utilizan, te confunde las cosas que dicen en los juzgados y uno les cree, uno debería ser tratado como iguales, aunque no tengamos su misma educación o al menos eso dice la constitución, pero así me vi forzado aprender muchas cosas por ejemplo del amparo.”

Como Diego menciona, el trato de las autoridades hacia las familias de Eloxochitlán ha sido, en muchas ocasiones, denigrante y revictimizante, sobre todo de parte de las autoridades del Juzgado Mixto de Huautla en dónde se encuentra el caso.

Esta misma ha autoridad también ha sido señalada por las familias de los presos y perseguidos de Eloxochitlán como una de las principales responsables por mantener a los presos encarcelados de forma ilegal y extender el sufrimiento de sus familias.

En el caso de Marcelino Miramón, por ejemplo, la audiencia para resolver el amparo que su defensa interpuso contra su detención, se retrasó desde mayo hasta noviembre del 2023 ya que el Juzgado de Huautla entorpeció el proceso, dilatando enviar la documentación necesaria a los juzgados de Oaxaca centro o por “errores” al firmar o enviar documentación oficial. Este es un patrón que se ha repetido a lo largo de los años.

 

En 2020 por ejemplo, la libertad de 4 hombres mazatecos se retrasó por más de 1 año durante la pandemia, después de que el Juzgado de Huautla no enviara la documentación necesaria al Tribunal Superior de Oaxaca.

“Hemos tenido que ir a la manifestación para exigir y ganar los amparos, solo así se ha podido agilizar las cosas, hay riesgos en eso, porque te arriesgas tú y las personas que te acompañan.

No sabemos qué va a pasar cuando una va a una manifestación, además por ejemplo las audiencias se difieren mucho, pero fue gracias a la presión y apoyo de muchas personas, que se logra avanzar y que la audiencia ya no se difiriera.”

 

Seguimos platicando con Diego, nos platica que la prisión de su padre ha afectado severamente la economía familiar por los gastos que también implica sostener los gastos de Marcelino dentro de prisión, el trasladarse al penal de Tanivet que se encuentra a más de 10 horas de distancia de Eloxochitlán.

Por la distancia y el costo que representa visitar a Marcelino, sus hijos e hijas no han podido verlo en 10 meses, solo Diego y Alejandra se trasladan al centro de reclusión, sin embargo, las visitas son también esporádicas, el costo de visita llega a ascender a casi 5 mil pesos por persona.

A veces vamos a visitar muy pocas veces, cada 15 días o una vez al mes, tenemos que llevar las cosas higiénicas como jabón para bañarse, o tan siquiera llevar el plan, ahorita ha estado muy difícil la situación en el penal, nos dice mi papá que se descompuso la bomba entonces ni siquiera sabemos si se está tomando agua potable o que están tomando allá, ha estado fea la situación.

A veces voy sólo, porque si llevo a mis hermanitos o mi mama, se genera un gasto por persona de 4 mil o 5 mil pesos, nada más de transporte son como 1500 pesos en llegar hasta allá por persona, más lo que uno come y si te tienes que quedar. También implica ir preparar una comida, porque si vas a visitar se siente feo no poder llevar algo, estar ahí platicando, es como cuando visitas una familia o a un enfermo, llevas cosas.”

El próximo 2 de abril del 2024, el Juzgado Cuarto de Distrito y el Primer Tribunal Colegiado emitirá la resolución del amparo que actualmente se encuentra en revisión debido a que la parte acusadora, Elisa Zepeda Lagunas que forma parte de MORENA, interpone este recurso cada vez que los presos políticos logran obtener amparos que demuestran su inocencia.

Pese a que otros hombres mazatecos, ya han demostrado que los delitos de los cuales se le acusa a Marcelino Miramón no existen, Elisa Zepeda interpuso el recurso retrasando así la libertad de Marcelino por casi 3 meses.

Las familias afectadas por la persecución y encarcelamiento masivo en contra de Eloxochitlán, son contundentes al decir que no puede haber otra alternativa este 2 de abril, más que Marcelino Miramón sea liberado.

También se exigirá que los demás presos políticos, Alfredo Bolaños, Francisco Durán, y Fernando Gavito sean también ya liberados; su amparo, como el de Marcelino Miramón también se encuentra en revisión porque Elisa Zepeda interpuso el recurso para retrazar el proceso.

Terminamos la plática con Diego, preguntando qué quiere hacer cuando su padre salga libre, el nos dice que quiere retomar sus planes y también cuidar su salud, Diego también quiere pasar tiempo con Marcelino, sembrar juntos y poder aprender más de todo el conocimiento que su padre tiene sobre las abejas y el café.

“Lo que me gustaría es estar con mi papá cuando el salga libre, reflexionar y mejorar en cuanto a mi estado de salud también, ahorita no sé si es el estrés, pero he tenido problemas de salud, sería recuperar mi salud, y también psicológico porque además el tener un familiar adentro genera mucha responsabilidad y preocupación, te sientes culpable todo el tiempo

Si estas comiendo o tomando agua te preguntas, a poco si estará él comiendo bien o si tiene agua. Eso es difícil en el pensamiento siempre.”

Fuente de la información e imagen:  Observatorio Memoria y Libertad

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Libertad vs seguridad: ¿Un falso dilema?

A medida que los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales se ven inundadas por noticias, comentarios y opiniones sobre la delincuencia, crece el temor de la ciudadanía y el modelo del presidente de El Salvador, Nayib Bukele comienza a ser añorado como posible solución a los problemas de seguridad que vive Chile. Antes de avanzar en esa línea es necesario preguntarse si la única solución a los problemas de seguridad es la limitación de las libertades y derechos, o si este es un falso dilema.

La percepción de seguridad no sólo depende del número de delitos, sino que mayormente depende de otros factores tales como la cobertura en los medios de comunicación y redes sociales, la violencia de estos y otros factores subjetivos.

Según el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve y corroborado como verdadero por https://factchecking.cl/ de la Universidad Católica, «Las cifras muestran que, si uno toma los delitos de mayor connotación social, efectivamente vienen con una tendencia persistente a la baja. Pero los robos con intimidación, los robos con violencia, y los homicidios hace 10 años que tienen una tendencia persistente al alza. Cada día que pasa, Chile ha sido un país que tiene más delitos violentos».

En la percepción de inseguridad, el Índice Paz Ciudadana 2023 informa que la proporción de personas con temor alto al delito alcanzó 30,5%, la cifra más alta desde que se inició el registro hace 23 años. En la medida que el miedo siga aumentando habrá cada vez más personas que apoyen las limitaciones a las libertades señalando que “quien nada hace, nada teme”.

El gran problema radica, no en la condena al delincuente, sino que, sin la vigencia de un Estado de derecho, no hay contrapeso a las arbitrariedades y abusos que llevan a inocentes a vivir las consecuencias de una política represiva. Además, y quizás lo más grave, como la historia lo demuestra, el poder sin contrapeso es fuente de abuso y corrupción.

La delincuencia y la percepción de inseguridad también tiene una dimensión política. Nos encontramos en un punto de inflexión. Por un lado, nuestra sociedad y nuestro sistema político, está enfrascado en rencillas de poca monta y no ha sido capaz de lograr aprendizajes que vayan por delante de la nueva realidad delincuencial que enfrentamos. Y por el otro, la población ve que los presidentes Bukele en El Salvador y Noboa en Ecuador están logrando resultados en reducir la violencia en sus respectivos países con severas restricciones a las libertades y derechos.

Si la democracia y el Estado de derecho no muestran resultados en el combate a la delincuencia, nos enfrentaremos al dilema político de seguridad vs libertades porque, mientras más miedo tenga la población, más inclinada va a estar para apoyar un líder autoritario que limite sus derechos y libertades como canje por mayor seguridad.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

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HERMENÉUTICA DEL CONCEPTO LIBERTAD

Cómo hemos dicho anteriormente, la libertad está íntimamente relacionada con la liberación; no hay libertad sin liberación. Al respecto es sugerente la disertación de Epicteto sobre El arte de ser libre[1]. Lo significativo es que se trata de la disertación de un exesclavo, que valora la libertad y reflexiona sobre ella, es más, hace filosofía de la libertad. Se plantean la libertad los que son esclavizados, los que son dominados y sometidos. No hay libertad del que domina, del amo, del patrón, en el sistema mundo capitalista. No hay libertad del burgués. Desde la perspectiva de Epicteto, no tendría sentido, pues el amo, el patrón, el burgués, el que domina, se oponen a la libertad, pues esclavizan, someten, explotan, en definitiva, ejercen el poder.

Aquí comienza el contrasentido de uso del concepto de la libertad por parte del liberalismo, más aún por parte del neoliberalismo, se hace muchísimo más evidente por parte del llamado “liberalismo radical”, que radical solo lleva el nombre. La libertad de mercado y la libertad de empresa no son más que las pretensiones de legitimación de la burguesía, legitimación de algo que se opone al desenvolvimiento de la libertad. La libertad corresponde al que la necesita, al que no la tiene. En este caso al proletariado, al obrero, al trabajador, al pueblo explotado.

A pesar de estas contradicciones profundas el liberalismo ha continuado con una narrativa sobre la libertad, pretendiendo, además, ser el portavoz de la libertad. Esto es parte de las paradojas de la modernidad, de las ideologías de la modernidad, que se presentan, de manera contradictoria u ocultando su misma contradicción, como una apología de su misma dominación, es decir, de su misma negación de la libertad y obstrucción de la libertad.

En consecuencia, el discurso liberal, el discurso neoliberal y el discurso del “liberalismo radical” son narrativas que corresponden a la exaltación y legitimación de la dominación y de la explotación. Sin embargo, a pesar de esta situación, hay quienes creen en el discurso, sin asumirlo críticamente, sin decodificarlo adecuadamente, sin descifrar el sentido mismo de la narración. Entonces se quedan en la idea de libertad, mas bien, en la imagen de libertad; imagen que los convence, como si bastara enunciar el término para que la libertad aparezca como arte de magia. Esto, diríamos en lenguaje hegeliano, se trata de una enajenación.

En la actualidad, ante el derrumbe de los gobiernos “progresistas”, que han usado el concepto de justicia para legitimar su forma gubernamental clientelar, es decir, una forma de dominación política, que tiene efectos en el enriquecimiento de otra burguesía, la burguesía rentista, parte de la composición variada del bloque burgués. Hemos llamado a la burguesía rentista la burguesía que se beneficia del control del Estado.

En consecuencia, podemos decir que entre una burguesía liberal o bien, una burguesía comercial y financiera, que tiene su substrato en los propietarios latifundistas, la oligarquía terrateniente, y la burguesía rentista, la burguesía que se afinca sobre el engranaje masivo de los funcionarios, una burguesía burocrática, hay más complementariedad que oposición. Ciertamente ambas burguesías han pretendido mostrarse ante el público como antagónicas. Sin embargo, no lo son. Son cómplices del círculo vicioso del poder.

En la modernidad el concepto de libertad renace, por así decirlo, desplegado y desenvuelto en nuestras posibilidades interpretativas y significativas actualizadas. En su nacimiento o renacimiento el concepto de libertad está íntimamente ligado a las revoluciones sociales. Uno de los hitos de la revolución se sitúa en el imaginario de la revolución francesa, que adquiere su intensidad y radicalismo en la medida que se profundiza, pero también adquiere las connotaciones ensombrecedoras cuando la revolución entra en su decadencia, con la experiencia dramática y trágica del terror, su inversión del sentido con la emergencia y consolidación napoleónica.

La revolución francesa adquiere irradiación y expansión con las reapropiaciones locales y regionales, llevando el concepto de revolución a su connotación generalizada, a su universalización. Una de las experiencias de connotación mundial fue la guerra anticolonial de Haití, cuando los esclavos se revelaron a la dominación francesa. En este caso el concepto de libertad adquiere connotaciones anticoloniales y descolonizadoras. Libertad quiere decir suspensión y abolición de la esclavitud, pero también quiere decir suspensión y abolición del colonialismo. Es cuando la abolición de la esclavitud se asocia a la república. Son los parlamentarios afrohaitianos los que plantean en el congreso francés la abolición de la esclavización.

El concepto de libertad se enriquece, adquiere vuelo por así decirlo. El concepto de libertad se universaliza, también adquiere una composición conceptual y categorial más rica, de mayor connotación semántica. Más útil políticamente y con mayor capacidad connotativa.

El concepto de libertad tiene una connotación anticolonial, con semblante criollo, en la guerra de la independencia norteamericana, de las 13 provincias del este, al borde del Atlántico. En este caso la libertad y el carácter anticolonial se restringe a los criollos, a los voceros criollos del liberalismo trasatlántico. No incluye a las naciones y pueblos indígenas de Norteamérica. Podemos hablar de una restricción utilitaria del concepto de libertad, es decir, podemos hablar del empobrecimiento del concepto de libertad, su reducción al utilitarismo criollo, que se va a convertir en utilitarismo racial blanco. Es como decir que solo los blancos tienen derecho a la libertad, los demás se reducen a la condición de sometidos, de esclavos o condenados a las reducciones indígenas. Este derecho blanco a la «libertad», esta pretensión de supremacía, se da a la tarea de despojamiento, desposesión y de expropiación de los enormes territorios de las naciones y pueblos indígenas.

Del siglo XVIII al siglo XIX y después al siglo XX el concepto de libertad adquiere una arqueología del saber moderno. Las revoluciones sociales y políticas van a seguir su curso a lo largo del siglo XIX en Europa. En el caso del continente de Abya Yala, denominado América   por los conquistadores, durante el siglo XVIII se producen levantamientos indígenas y mestizos, tanto en el virreinato del Perú como en el virreinato de Nueva Granada. Aunque no se use de manera directa el concepto del libertad, estos acontecimientos serán el sustrato del concepto del libertad desenvuelto y desplegado en el siglo XX.

En el siglo XX las revoluciones sociales cobran una perspectiva definida por el marxismo, llegando a triunfar la revolución socialista en el imperio zarista, más tarde en el antiguo imperio chino, sometido al colonialismo europeo y japonés, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La revolución socialista china profundiza el concepto de liberación y el concepto de libertad, adquiriendo una connotación anticolonial y descolonizadora, definida tanto por la experiencia de la larga marcha campesina a nombre de la dictadura del proletariado, así como redefinida por la República Popular de China, es decir, por el Estado socialista. Podemos ver que las connotaciones del concepto de libertad y revolución, que estaban ligados desde la formación discursiva marxista, comienzan a mostrar sus dualismos paradójicos y a evidenciar sus contradicciones.

No podemos dejar de mencionar algo que ha ocultado tanto la historia universal, como la historia sesgada narrada por el marxismo, sobre todo por parte de las versiones del Partido Comunista, que se apropia del concepto comunismo y lo monopoliza. Esta otra historia tiene que ver con el anarquismo. Se puede decir que la conceptualización de la libertad en la formación discursiva y enunciativa, así como en la visibilidad anarquista, es otra, tiene otra composición, tiene un itinerario diferente en el desenvolvimiento de la conceptualización.

En el anarquismo la libertad no solamente está asociada la revolución social, sino fundamentalmente a la concepción de autogobierno y la autogestión. El acontecimiento de la liberación tiene que ver con respecto a todas las formas de dominación sociales, políticas, culturales, religiosas e ideológicas. Claro está, se sobreentiende, con respecto al Estado. De manera resumida, se puede decir que se trata de la liberación respecto a la dominación estatal, a la dominación del capital, a la dominación religiosa y a la dominación patriarcal.

El concepto de libertad anarquista supone múltiples planos de intensidad; se trata de una libertad social, de una libertad colectiva, de una libertad comunitaria, también de una libertad individual. Lo individual y lo colectivo no se contradicen, los individuos y lo social no se contradicen, al contrario, son complementarios. Una liberación social implica una liberación individual y viceversa. Hay colectivismo comunitarismo e individualismo en la concepción anarquista; se puede decir que también el feminismo es otro eje de la liberación múltiple anarquista, en la medida que se lleva adelante radicalmente la liberación respecto a las estructuras de dominación patriarcales.

Los espesores de intensidad involucrados en el concepto de libertad anarquista son primordiales; se considera la constitución de la subjetividad, no solamente del sujeto, sino de la ipseidad. Entre los espesores de intensidad del concepto de libertad anarquista se encuentra la concepción o la macro-concepción ecológica, la defensa de la vida y la defensa del planeta. La concepción de libertad en el sentido de armonía con el Oikos. No se puede hablar de libertad sin el contexto de armonía con los ciclos climáticos y planetarios.

En este caso podemos decir que el concepto de libertad anarquista también se enriquece con la memoria del concepto de libertad antiguo, particularmente en lo que respecta a la armonía con la naturaleza, en relación con El Arte de ser libre de Epicteto, aunque no solamente, pues se retoma el concepto griego de democracia como asamblea y autogobierno. Se puede decir que el concepto de libertad anarquista remonta una arqueología mayor, más compleja e integral, se proyecta como una nueva hermenéutica crítica, en constante apertura, en la lucha por la liberación plena y la búsqueda de la vida plena, de la felicidad.

Piotr Kropotkin, en “Fijos en la naturaleza”, expone una perspectiva ecológica de la ética, del ethos. Habla del instinto social, de la inclinación por la ayuda mutua en las especies. Parte de la tesis de Charles Darwin, de un Darwin desconocido para los difusores del darwinismo, que no conocen la interpretación evolutiva del instinto social, de la que comparten los seres humanos. Por parte de estos promotores del darwinismo se ha difundido la tesis de la lucha por la sobrevivencia, de la imposición del más fuerte. Aunque algunos difusores han matizado esta interpretación, sesgada de Darwin, expresando que el más fuerte es a la larga el que mejor se adapta. En los críticos de esta difusión, por cierto intencionada, se ha recalcado que se ha manipulado esta tesis, que se refiere a las especies, como si valiera para los individuos. Cuando se trata de las especies singulares y diferenciadas. Olvidan la interpretación de Darwin de la sobrevivencia de las especies donde prepondera el instinto social.

El liberalismo se ha agarrado de la tesis sesgada de los difusores malintencionados del darwinismo, han convertido la tesis del más fuerte por la lucha por la sobrevivencia en su torcida y abstracta tesis de la competencia. Si hubiera competencia en los miembros de la especie y no instinto social no habrían sobrevivido, al dejarse llevar por el instinto de sobrevivencia individual habrían perecido. Los liberales, los neoliberales y los llamados “liberales radicales”, que obviamente no han leído a cabalidad a Charles Darwin, sino que tienen una idea peregrina de su teoría, a través de una difusión malintencionada, desconocen el principio del instinto social. Como decimos, si se parte de una premisa equivocada las conclusiones van a ser equivocadas. No es la competencia la que ha permitido la sobrevivencia del ser humano sino en instinto social.

Piotr Kropotkin considera la posibilidad de una moral devenida de la naturaleza. El ser humano, al participar de la naturaleza, forma parte del desenvolvimiento de esta moral ancestral e integral. Se puede discutir aquí el uso del concepto de moral, por eso preferimos hablar de ética, del ámbito cultural del ethos. Sin embargo, hay que recordar que Kropotkin recarga el acento de moral en el apoyo mutuo, es decir, lo que llama instinto social, incluyendo a los seres orgánicos en esta inclinación existencial de los seres por la proliferante creatividad de la vida.

Volviendo al concepto de libertad anarquista este concepto no se disocia de la voluntad y de la ética. Supone el apoyo mutuo, la asociación del instinto social; en otras palabras, la empatía y el afecto social, que derivan en la complementariedad y la reciprocidad, además de la solidaridad social.

El concepto de libertad anarquista no separa individuo de sociedad; se trata de dos instancias del devenir social y del devenir de la subjetividad. El espesor social deviene y se pliega en el espesor de la subjetividad. Por otra parte, ambos espesores están comprendidos y contenidos en los espesores dinámicos ecológicos.

En El único y su propiedad Max Stirner desarrolló una exposición sobre la individualidad única, que supone el propio cuerpo[2]. Un cuerpo que se piensa, que piensa, que reflexiona, que se libera de las representaciones, del corpus representativo e ideológico. La certeza absoluta se encuentra en el yo. La libertad tiene que ver con la realización plena del sí mismo, de la mismidad, de la ipseidad.

La ética también tiene que ver con la virtud, ser ético es ser virtuoso, al mismo tiempo, ser libre es ser ético y virtuoso. No se puede ser libre sin ser ético ni virtuoso. La libertad entonces implica la realización de las capacidades y las potencialidades del ser. La libertad es la potencia, concebida como tal, como posibilidad de realización plena de las capacidades.

Cuán distinto es este concepto de libertad del concepto escaso, vacío, abstracto, liberal. La libertad liberal se restringe la libertad de comercio. Mejorando un poco, se puede decir que se refiere a la libertad del individuo, sin embargo, se trata de un individuo también abstracto y vaciado de su subjetividad, de su ethos, de su virtud. Un individuo tan pobre, tan escaso, tan vacío, no puede lograr su singularidad única, su individualidad plena, puesto que se trata de un individuo cosificado, que se reduce a la dimensión restringida de las cosas. Sin embargo, el liberalismo hace la apología de esta muerte, de esta nada, de este nihilismo liberal. Contemporáneamente se trata de una libertad y de un individuo suspendidos en la abstracción, que sólo existen de manera exaltada en el espectáculo, que ofrecen los medios de comunicación.

Los liberales no hablan, en realidad, de libertad, tampoco de individuo, sino de una caricatura de la libertad y de una caricatura del individuo. Su narrativa anima a estas caricaturas y las insufla de supuesta vida, las maneja como marionetas, desde los hilos que siguen el guion de la comedia, la libertad de mercado, la libre empresa, la competencia.

Según Max Stirner el cristianismo redujo al mundo al espíritu, el principio y el fin es el espíritu, la carne es solamente una transición, una envoltura pasajera. Haciendo una paráfrasis podríamos decir que el liberalismo reduce al mundo y al espíritu a la valorización abstracta dineraria, el mundo y el espíritu se contabilizan, forman parte de una ecuación, que expresa el incremento del caudal la acumulación de capital.

Esta figura se llama, en el pensamiento dialéctico, enajenación. Ludwig Feuerbach expuso la figura de enajenación en La esencia del cristianismo. En George Wilhelm Friedrich Hegel la enajenación aparece como momento contradictorio en la Fenomenología del espíritu, en la dialéctica de la ciencia de la experiencia de la consciencia. En Karl Marx la enajenación aparece como un momento de la conciencia de la lucha de clases, cuando la conciencia responde todavía al ser sí y no al ser para sí. Se puede decir que la enajenación liberal corresponde a la cosificación, incluso al desvanecimiento de la misma cosa, como cuando todo lo sólido se desvanece en el aire.

En el apartado Los modernos de El único y su propiedad Max Stirner habla de las analogías y diferencias con los antiguos, habla de la manera como los modernos vuelven, una y otra vez, al espíritu; caracteriza a los modernos como poseídos, define el mundo de los modernos como un mundo de fantasmas. Representa el fetiche de los modernos como la marota, es decir un palo con cabeza de muñeco, que hace como de espantapájaros; por último, define la jerarquía en los modernos en un itinerario de decadencia. Respecto a lo sagrado, los modernos habrían invertido la relación entre sujeto y predicado, convirtiendo el predicado en sujeto. Se sustituye lo sagrado, que es Dios, que es espíritu, absoluto, por el hombre, una esencia. Otra forma de la metamorfosis de lo sagrado. De esta manera van a proliferar las esencias, que sustituyen a lo sagrado, sacralizando, podríamos decir, otros fetiches, como el Estado, la nación, la patria. También podríamos incluir hoy al mercado en esta lista de fetiches.

Max Stirner dice en El único y su propiedad: “Arquímedes pedía para levantar la tierra un punto de apoyo fuera de ella. Es este punto de apoyo el que los hombres han buscado sin cesar y que cada cual ha tomado donde lo ha encontrado y como lo ha encontrado. Este punto de apoyo extraño es el mundo del espíritu, el mundo de las ideas, de los pensamientos, de los conceptos, de las esencias, etc…, es el cielo. Sobre el cielo se apoya uno para mover la tierra, y desde el cielo se inclina para contemplar las agitaciones terrestres y despreciarlas. Asegurarse el cielo, asegurarse sólidamente y para siempre el punto de apoyo celeste, ¡cuánto ha penado por eso la dolorosa e incansable humanidad!”[3]

Desde la perspectiva de Stirner el cristianismo es una religión que se opone al cuerpo de manera decidida y radical, es una religión esencialmente espiritual al humano, al mundo espiritual. En consecuencia, nada de lo que implique cuerpo, deseos del cuerpo, tiene valor, sólo tiene valor el sacrificio en la transición carnal para ascender al cielo.

Ocurre algo parecido con el amor al hombre, se ha convertido al hombre en un esencia, lo que sea es esencia, ese hombre universal, abstracto, que no es ningún hombre concreto. ¿Después del cristianismo, el humanismo ha seguido sus pasos? Al parecer sí, en tanto seguimos la huella de Stirner. Se sustituye el ideal de Dios por el ideal humano, que no es otra cosa que Dios hecho hombre, el hijo del hombre convertido, después de la resurrección, en el hombre mismo universal, el rostro de Cristo. Al respecto hay que acordarse de Gilles Deleuze y Félix Guattari. Entre Stirner y Deleuze se encuentra Friedrich Nietzsche, cuando concibe al hombre como un tránsito al superhombre, cuando critica al hombre como humano demasiado humano.

Stirner no busca al superhombre, sino abolir todo ideal, toda sustitución de lo sagrado, toda sustitución de Dios, abolir todos los fetichismos. Por eso podemos decir que Karl Marx se encuentra también entre Stirner y Deleuze. Marx critica a Stirner en la Sagrada familia de la Ideología alemana, sin embargo, está critica desmesurada y apasionada, además de excesiva, nos muestra a un Stirner caricaturizado por Karl Marx y Friedrich Engels, olvidando que retoman, tanto como Stirner, el desenvolvimiento del concepto hegeliano de enajenación. Concepto compartido por Ludwig Feuerbach, quién, en Esencia del cristianismo, dice que Dios es una criatura de la imaginación humana, que el hombre debe liberarse de esencialismo religioso y recuperar su condición humana, hacer de la religión un antropología. La crítica de Marx a Stirner no es honesta, pues es también heredero de Hegel y de la atmósfera filosófica del hegelianismo de izquierda. Friedrich Nietzsche mismo aparece como heredero de El único y su propiedad, sobre todo en su Genealogía de la moral. Se puede decir que Stirner inaugura la crítica de la moral y la crítica al fetichismo de la ideología.

Lo que hacen los liberales respecto Stirner no es heredarlo, debido a que están lejos de la riqueza conceptual hegeliana y la radicalidad de la crítica a todas las formas de fetichización, incluyendo, obviamente, la crítica a la valorización del dinero. En vez de esta herencia usan el concepto de individualismo de una manera mezquina y restringida, vaciada de su contenido filosófico, convertido en una caricatura del individuo, quien se convierte solamente en un dato en el espacio abstracto del mercado, donde se encuentran las curvas de la oferta y la demanda.

Haciendo una paráfrasis a Antonio Negri podemos decir que Stirner es una anomalía salvaje en toda esta historia de la filosofía de la crítica y de la crítica de la filosofía, que tiene que ver con las consecuencias del concepto de enajenación y sus narrativas teóricas.

La singularidad y su cuerpo 

Max Stirner escribe y publica El único y su propiedad. A estas alturas del debate y de la discusión sobre el individuo, el cuerpo, la sociedad y el Estado, además de la discusión y el debate sobre la libertad, la rebelión y la revolución, deberíamos hablar, mas bien, sobre las singularidad y su cuerpo. Ciertamente la singularidad es única, pero no parece apropiado usar el concepto de propiedad para referirse al cuerpo único, del único, de la única. Es mejor usar el concepto de cuerpo, desarrollado dinámicamente y de una manera integral por la perspectiva de la complejidad.

La singularidad es única, el cuerpo mismo es una composición singular y en constante devenir. El cuerpo es un espesor de dinámicas de fuerzas, fuerzas moleculares, también fuerzas molares, así como fuerzas atómicas, también fuerzas de partículas infinitesimales y ondas; por lo tanto, fuerzas cuánticas y de la física relativista, en el contexto de entramados corporales, de espesores territoriales y atmosféricos, de nichos ecológicos. ¿En estos contextos es adecuado hablar de egoísmo? No parece, salvo para definir al deseo del individuo, quizás a la práctica de su cumplimiento. El egoísmo forma parte de la competencia entre individuos; la competencia es un supuesto de la difusión darwinista, no de Darwin, pues él descubre la ayuda mutua, la predisposición para la asociación, el instinto social. Esto es elevar este presupuesto sesgado darwinistas, también spenceriano,  a la altura de un concepto universal, del cual quería escapar Max Stirner.

Por otra parte, la singularidad es ya una composición de singularidades, una asociación de singularidades. El cuerpo es una composición singular armónica. Max Stirner cae en la hondonada, de la que quería escapar, la fantasía de los universales.

No es el principio de competencia, no es el principio de egoísmo, lo que hace de condición de posibilidad del único, de la singularidad de los seres humanos y de los seres orgánicos. La condición de posibilidad es la capacidad de asociación de apoyo mutuo del instinto social. El error de Stirner es haber partido de esta premisa universal sesgada: la competencia, el egoísmo. No partir de la condición de posibilidad del acontecimiento, que es el estallido inicial y la proliferación de singularidades, la proliferación de asociaciones. En este sentido, tampoco se trata de poder. Después de Antonio Negri y Michael Hardt debemos distinguir poder de potencia. Poder como relación de fuerzas en concurrencia por la dominación, en cambio potencia como capacidad creativa de la vida.

El otro error de Max Stirner es suponer que el deseo del único es el poder, es decir la dominación, el despliegue de su voluntad de dominio, si se quiere, de su voluntad de gobierno. No se trata de la voluntad de potencia, que es como interpretamos la tesis de Friedrich Nietzsche, junto a las otras tesis, la muerte de Dios, eterno retorno de lo mismo, el súperhombre.

Formación enuciativa de la crítica 

Habría que hacer un arqueología del saber de la crítica, de la filosofía crítica, de lo que después se llamó teoría crítica, que continúa como crítica de la crítica, la crítica como deconstrucción,  así como acción, como diseminación, es decir, la complementariedad entre deconstrucción, que es hermenéutica crítica, y diseminación, que es acción política en Jacques Derrida. Desde esa perspectiva habría que evaluar lo que hacemos ahora desde la configuración de la macro-historia y el pensamiento complejo. Tendríamos que hacer una evaluación crítica de nuestra crítica, de nuestra crítica evaluativa, también considerar críticamente las dinámicas moleculares de lo que ocurre en las movilizaciones sociales y las resistencias, fuera de considerar sus proyecciones respecto a la invención del porvenir.

Todo esto es importante no solamente por lo que respecta a la autocrítica, al papel de autocrítica en el desenvolvimiento de la crítica, sobretodo de las consecuencias prácticas de la crítica, sino que es importante, sobretodo, por el esclarecimiento de la acontecimiento en su espesor actual y coyuntural. Obviamente hay que distinguir distintos recorridos, contextos diferenciados, en el desenvolvimiento y despliegue de la crítica. Por ejemplo es importante hacer un seguimiento de la filosofía crítica en Alemania, desde Emmanuel Kant hasta Karl Marx. Este contexto epistemológico se caracteriza por las herencias, continuidades y discontinuidades, desplazamientos y rupturas epistemológica, que se dan en esta historia de la filosofía crítica y de la crítica de la filosofía alemana, en el entramado histórico político y cultural del siglo XVII y del siglo XVIII. La relación Kant-Hegel es ilustrativa sobre el debate filosófico, que desata la inauguración de la crítica como sistema crítico por parte de Kant. A esta relación filosófica polémica se la sigue, se la asume como problema, en los discursos abiertos por las críticas de Kant, incluso podríamos decir que resulta dramática y tormentosa en la puesta en escena conceptual del despliegue del sistema dialéctico hegeliano. Continuando la crítica, el desenvolvimiento de la crítica como pensamiento y forma de pensamiento, los neohegelianos de izquierda buscan superar la filosofía dialéctica de Hegel. La problemática clave es el campo configurativo  de la enajenación, que es un concepto dialéctico en la ciencia de la experiencia de la conciencia o fenomenología de espíritu. Marx, que fue hegeliano de izquierda, se convierte en disidente, inaugura otro curso de la crítica, conocida como crítica de la economía política. Sin embargo no se desentiende de la epistemología de dialéctica de Hegel, a pesar que, según él, pone de pie lo que estaba de cabeza, tampoco se desentiende del sustrato conceptual de la enajenación. La crítica del ideología alemana tiene que ver con distintas interpretaciones del concepto de enajenación y diferentes desarrollos teóricos. El capítulo clave del capital, incluso para interpretar el capital o, como se dice, para leer el capital, es donde se encuentra la crítica del fetichismo de la mercancía. Esta categoría de fetichismo, que también es una metáfora, que se encamina a conceptualizarse, deviene del sustrato heredado del campo configúrante de enajenación.

Nietzsche retoma la crítica, la tradición crítica, por otro lado, otro recorrido distinto; crítica que busca ser demoledora. Escribe con sangre y golpea con martillos, como él mismo dice. A diferencia de las teóricos anteriores mencionados, de la filosofía alemana, Nietzsche no es dialéctico, al contrario, se opone a la dialéctica, de una manera antagónica, desenvuelve su crítica contra la dialéctica. El libro más ilustrativo de este antifilósofo, como él mismo se considera, es ciertamente Genealogía de la moral. No hay que olvidar que se puede considerar a esta crítica de la moral común epicentro del terremoto filosófico, crítica que desencadena movimientos tectónicos. Se puede seguir esta secuencia perturbadora en libros anteriores y posteriores a la Genealogía de la moral. Por ejemplo en Aurora, también en Así habló Zaratustra. Sin embargo, el concepto de enajenación sigue siendo clave en la crítica de la filosofía, en la crítica de la moral, en la crítica de la modernidad de Nietzsche. Este hilo es el que mantiene unido el tejido de la crítica, a pesar de las rupturas.

No podríamos entender este acontecimiento contrafilosófico de Nietzsche sin la incursión crítica y peculiar, quizás antecedente tanto de Nietzsche como de Marx, aunque no sea muy claro respecto de este último, de Max Stirner. En El único y su propiedad Max Stirner desarrolla una crítica de la moral, que contiene las figuras que van a aparecer más desarrolladas en la Genealogía de la moral. Por otra parte, la crítica del Estado aparece de manera anticipada, respecto de Marx, en Max Stirner. Se trata de una crítica más amplia a los fetichismo de la sociedad y de los hombres. También encontramos en Stirner un retorno al cuerpo, una recuperación del cuerpo como acontecimiento existencial, una perspectiva dinámica y material, para abordar los problemas heredados y contingentes. En este sentido hallamos un vínculo con Baruch Spinoza, en esta arqueología de la crítica.

Obviamente no podemos olvidarnos, de ninguna manera, de Arthur Schopenhauer, quien en El mundo como voluntad y representación distingue entre mundo de la representaciones y mundo efectivo. Diferenciación que va a ser retomada y considerada por Max Stirner también por Karl Marx. La cuestión de la voluntad aparece con mucha fuerza, incluso considerada como primordial, en Schopenhauer. Temática y problemática que van a ser reiterados en Max Stirner y Friedrich Nietzsche en sus críticas respectivas de la moral.

Es distinto el tratamiento que da Piotr Kropotkin a la moral, pues considera la moral, mejor dicho la ética, como virtud, íntimamente vinculada a la inclinación por el apoyo mutuo por las asociación, es decir, el instinto social. Retomando a Darwin, desde una lectura diferente, que no remarca la competencia y la concurrencia, la lucha por la sobrevivencia, sino, mas bien, resalta el instinto social, la asociación, el apoyo mutuo. Kropotkin considera las costumbres como substrato de la moral, que sostienen y cohesionan la asociación y a la sociedad. De esta manera, con estas perspectivas se abre el apoyo mutuo como autogobierno del pueblo.

Cómo se puede ver la enajenación, la genealogía de las costumbres y el ethos son configuraciones rerurrentes, que hay que seguir en la dinámica de este tejido epistemológico de la crítica. A pesar de las diferencias, que podamos encontrar en el tejido epistemológico de referencia, hay obsesiones reiterativas, que tienen ocupados a los filósofos, a los teóricos y contrafilósofos de la crítica. ¿Qué son entonces estos hilos, en la composición del tejido epistemológico del que hablamos?

Estos hilos de los que hablamos, con los que se hace el tejido de la composición interpretativa y la narración teórica, están hechos de experiencia social, de memoria social, de prácticas y lenguajes cotidianos, además de habitus y narrativas configuradas y consolidadas. Los hilos son un producto complejo de lo que deviene de la experiencia, se convierten en comprensión, en entendimiento, en conocimiento, en saber e interpretaciones. Los hilos son también recorridos del tejido epistemológico, que hacen a los entramados del tejido, podríamos decir que se trata de substratos, de donde emerge el tejido dinámico, integral y en constante devenir. Cómo hemos dicho más arriba, son obsesiones persistentes en la construcción de las interpretaciones, tanto narrativas de toda índole, así como teóricas.

La configuración epistemológica de la enajenación es uno de sus hilos. Configuración que ha sido retomada a lo largo del desenvolvimiento de la filosofía alemana del siglo XIX. Después queda como herencia y temática de lo que viene, la continuidad de la filosofía moderna en el siglo XX, incluso de la crítica de la filosofía en el siglo XX, con sus reminiscencias en el siglo XXI.

Fuente de la información e imagen:  https://pradaraul.wordpress.com

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Celulares, privacidad y libertad

Desde hace muchos años los teléfonos celulares dejaron de ser teléfonos y se convirtieron en computadoras. ¿Qué tanto podemos aprovechar este potencial? ¿Quién decide que puedo y qué no puedo instalar en mi teléfono? Las grandes empresas monitorean nuestra actividad en los dispositivos móviles, ¿se puede hacer algo al respecto?

Gran parte de nuestras vidas suceden en los teléfonos móviles. Las interacciones personales o profesionales a través de chats de WhatsApp, las búsquedas en Google, la búsqueda de romance a través de aplicaciones de citas o el uso de mapas para movilizarnos por las ciudades. Todas estas interacciones están mediadas por aplicaciones y empresas que lucran de nuestros datos, que son en gran medida representación de nuestra vida privada.

En esta columna explicaré como podemos utilizar nuestro teléfono celular de una forma distinta a la que se acostumbra utilizando aplicaciones alternativas o incluso sistemas operativos alternativos. Esta no es una columna sobre seguridad digital, es una columna sobre privacidad y libertad frente a las grandes corporaciones que están en nuestros teléfonos.

Los celulares con sistema operativo Android son los más utilizados en América Latina por lo que este artículo se enfocará en este tipo de dispositivos. La primera característica de estos teléfonos es que son dependientes de Google. En un teléfono nuevo, lo primero que se pide es una cuenta de Google que permitirá instalar aplicaciones, acceder al correo electrónico de Gmail, pero además se generará un perfil asociado a cada persona. La georeferenciación, las búsquedas, los videos vistos en Youtube son algunos de los datos recolectados por Google. Al ingresar con una cuenta de Google a “Mi Actividad en Google” se puede tener una idea de lo que Google sabe de nosotres.

Google sabe mucho de las personas que usan sus servicios, probablemente más que ellas. Pero no es la única empresa que conoce nuestra actividad, Meta, Tik-Tok, Twitter, Waze o cualquier aplicación que funciona como servicio en la nube, lucran de nuestros datos y tienen información sensible que nos describe. El primer paso para proteger nuestra privacidad es usar aplicaciones alternativas que respeten nuestra privacidad.

En lugar de utilizar WhatsApp, se puede utilizar una aplicación como Signal que es software libre, utiliza cifrado fuerte y además su trabajo es gestionado con por una organización sin fines de lucro. Probablemente no es el modelo ideal, pero al menos no es una empresa que lucra de nuestros datos.

Si se piensa en una aplicación de mapas, estas normalmente requieren acceso a internet y una cuenta para funcionar, entonces es muy probable que esta aplicación esté monitoreando la actividad de las personas que la usan. OSMand es una aplicación alternativa de software libre que permite descargar mapas de todo un país o regiones y utilizar el GPS sin necesidad de internet. No es perfecta, la función ofrecer rutas donde existe menor tráfico vehicular no es algo que se tendrá con esta aplicación, pero sí podrás saber como llegar a tu destino sin que tu privacidad sea invadida.

Aquí cité dos ejemplos, pero existen muchas más aplicaciones y sitios como Privacy GuidesPrivacy ToolsPrism Break u otras se puede encontrar recomendaciones.

De manera predeterminada para instalar una aplicación en Android se quiere utilizar Google Play, pero existen otras tiendas de aplicaciones. F-Droid es una tienda de dónde se pueden descargar aplicaciones sin necesidad de registrar una cuenta donde todas sus aplicaciones son software libre.  Adicionalmente F-Droid alerta sobre posibles características controversiales en las aplicaciones. Por ejemplo si una aplicación es libre, pero depende de una red centralizada como es el caso de Telegram se nos informará.

Desde F-Droid se puede instalar otra tienda de aplicaciones que se llama Aurora Store. La misma permite instalar aplicación desde los repositorios de Google sin usar Google Play. Hasta hace poco se la podía utilizar de forma anónima, pero lamentablemente al momento de escribir este artículo Google ha bloqueado esta posibilidad.

Si realmente se quiere sacar a Google de nuestro teléfono un paso a seguir es probar un sistema operativo alternativo. Gran parte de Android es software libre y existen versiones modificadas de este sistema operativo. La más popular se llama LineageOS y está disponible para decenas de modelos de teléfono. Lamentablemente no siempre estos teléfonos se venden en todos los países de América Latina o los modelos soportados son antiguos.

LineageOS trae muy poco software instalado, por lo que se puede instalar solo el software necesario. Menos software significa mejor rendimiento y mayor seguridad. Para instalar software es se puede utilizar tiendas como F-Droid o Aurora Store, sin embargo también existe la posibilidad de instalar las aplicaciones de Google y sus servicios.

Además de LineageOS existen otras versiones modificadas de Android. GrapheneOS y CalyxOS son alternativas a destacar porque se enfocan en la seguridad y la privacidad. Replicant también tiene este enfoque pero además está pensada para funcionar solamente con software libre. A diferencia de LineageOS, estas distribuciones tienen muchos menos modelos de teléfonos soportados.

Si bien Android es un sistema operativo basado en Linux, es una versión muy limitada de este sistema operativo. Existen otras versiones que también se pueden instalar en varios teléfonos móviles y algunas de las más conocidas son PostmarketOSUbuntu touch o PureOS. Estos sistemas son Linux completo y se puede hacer prácticamente lo mismo que harías en una computadora. Una desventaja a tomar en cuenta es que las aplicaciones de Android no funcionan de forma nativa pero se las puede ejecutar con un emulador.

Estos sistemas operativos están disponibles para varios modelos de teléfonos celulares, sin embargo existen teléfonos que vienen con estos sistemas pre-cargados. Algunas de los modelos más conocidos son Librem de Purism y Pinephone. Estos teléfonos permiten, a través de un adaptador USB C, conectar un teclado, monitor y ratón al teléfono conviertiéndole en una computadora de escritorio.

Si bien somos muy pocas las personas que utilizamos aplicaciones como OSMAnd, Fdroid o un sistema operativo alternativo en los celulares, es positivo que esto pueda hacer. Que se puede instalar y que no en un dispositivo por el que se pagó es algo que debería decidir la persona dueña del teléfono, no su fabricante, ni Google.

La libertad no es gratuita y la conveniencia es una droga muy adictiva. Los teléfonos inteligentes forman parte importante de nuestras vidas y sin embargo no son nuestros. Las grandes empresas ofrecen aplicaciones que resultan útiles a cambio de datos personales e interacciones sociales. La existencia de proyectos que buscan dar el control a las personas por sobre la tecnología es esperanzadora si queremos vivir en una sociedad libre y no en una dominada por pocas empresas tecnológicas.

Fuente: https://www.derechosdigitales.org/21976/celulares-privacidad-y-libertad/

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