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HERMENÉUTICA DEL CONCEPTO LIBERTAD

Cómo hemos dicho anteriormente, la libertad está íntimamente relacionada con la liberación; no hay libertad sin liberación. Al respecto es sugerente la disertación de Epicteto sobre El arte de ser libre[1]. Lo significativo es que se trata de la disertación de un exesclavo, que valora la libertad y reflexiona sobre ella, es más, hace filosofía de la libertad. Se plantean la libertad los que son esclavizados, los que son dominados y sometidos. No hay libertad del que domina, del amo, del patrón, en el sistema mundo capitalista. No hay libertad del burgués. Desde la perspectiva de Epicteto, no tendría sentido, pues el amo, el patrón, el burgués, el que domina, se oponen a la libertad, pues esclavizan, someten, explotan, en definitiva, ejercen el poder.

Aquí comienza el contrasentido de uso del concepto de la libertad por parte del liberalismo, más aún por parte del neoliberalismo, se hace muchísimo más evidente por parte del llamado “liberalismo radical”, que radical solo lleva el nombre. La libertad de mercado y la libertad de empresa no son más que las pretensiones de legitimación de la burguesía, legitimación de algo que se opone al desenvolvimiento de la libertad. La libertad corresponde al que la necesita, al que no la tiene. En este caso al proletariado, al obrero, al trabajador, al pueblo explotado.

A pesar de estas contradicciones profundas el liberalismo ha continuado con una narrativa sobre la libertad, pretendiendo, además, ser el portavoz de la libertad. Esto es parte de las paradojas de la modernidad, de las ideologías de la modernidad, que se presentan, de manera contradictoria u ocultando su misma contradicción, como una apología de su misma dominación, es decir, de su misma negación de la libertad y obstrucción de la libertad.

En consecuencia, el discurso liberal, el discurso neoliberal y el discurso del “liberalismo radical” son narrativas que corresponden a la exaltación y legitimación de la dominación y de la explotación. Sin embargo, a pesar de esta situación, hay quienes creen en el discurso, sin asumirlo críticamente, sin decodificarlo adecuadamente, sin descifrar el sentido mismo de la narración. Entonces se quedan en la idea de libertad, mas bien, en la imagen de libertad; imagen que los convence, como si bastara enunciar el término para que la libertad aparezca como arte de magia. Esto, diríamos en lenguaje hegeliano, se trata de una enajenación.

En la actualidad, ante el derrumbe de los gobiernos “progresistas”, que han usado el concepto de justicia para legitimar su forma gubernamental clientelar, es decir, una forma de dominación política, que tiene efectos en el enriquecimiento de otra burguesía, la burguesía rentista, parte de la composición variada del bloque burgués. Hemos llamado a la burguesía rentista la burguesía que se beneficia del control del Estado.

En consecuencia, podemos decir que entre una burguesía liberal o bien, una burguesía comercial y financiera, que tiene su substrato en los propietarios latifundistas, la oligarquía terrateniente, y la burguesía rentista, la burguesía que se afinca sobre el engranaje masivo de los funcionarios, una burguesía burocrática, hay más complementariedad que oposición. Ciertamente ambas burguesías han pretendido mostrarse ante el público como antagónicas. Sin embargo, no lo son. Son cómplices del círculo vicioso del poder.

En la modernidad el concepto de libertad renace, por así decirlo, desplegado y desenvuelto en nuestras posibilidades interpretativas y significativas actualizadas. En su nacimiento o renacimiento el concepto de libertad está íntimamente ligado a las revoluciones sociales. Uno de los hitos de la revolución se sitúa en el imaginario de la revolución francesa, que adquiere su intensidad y radicalismo en la medida que se profundiza, pero también adquiere las connotaciones ensombrecedoras cuando la revolución entra en su decadencia, con la experiencia dramática y trágica del terror, su inversión del sentido con la emergencia y consolidación napoleónica.

La revolución francesa adquiere irradiación y expansión con las reapropiaciones locales y regionales, llevando el concepto de revolución a su connotación generalizada, a su universalización. Una de las experiencias de connotación mundial fue la guerra anticolonial de Haití, cuando los esclavos se revelaron a la dominación francesa. En este caso el concepto de libertad adquiere connotaciones anticoloniales y descolonizadoras. Libertad quiere decir suspensión y abolición de la esclavitud, pero también quiere decir suspensión y abolición del colonialismo. Es cuando la abolición de la esclavitud se asocia a la república. Son los parlamentarios afrohaitianos los que plantean en el congreso francés la abolición de la esclavización.

El concepto de libertad se enriquece, adquiere vuelo por así decirlo. El concepto de libertad se universaliza, también adquiere una composición conceptual y categorial más rica, de mayor connotación semántica. Más útil políticamente y con mayor capacidad connotativa.

El concepto de libertad tiene una connotación anticolonial, con semblante criollo, en la guerra de la independencia norteamericana, de las 13 provincias del este, al borde del Atlántico. En este caso la libertad y el carácter anticolonial se restringe a los criollos, a los voceros criollos del liberalismo trasatlántico. No incluye a las naciones y pueblos indígenas de Norteamérica. Podemos hablar de una restricción utilitaria del concepto de libertad, es decir, podemos hablar del empobrecimiento del concepto de libertad, su reducción al utilitarismo criollo, que se va a convertir en utilitarismo racial blanco. Es como decir que solo los blancos tienen derecho a la libertad, los demás se reducen a la condición de sometidos, de esclavos o condenados a las reducciones indígenas. Este derecho blanco a la «libertad», esta pretensión de supremacía, se da a la tarea de despojamiento, desposesión y de expropiación de los enormes territorios de las naciones y pueblos indígenas.

Del siglo XVIII al siglo XIX y después al siglo XX el concepto de libertad adquiere una arqueología del saber moderno. Las revoluciones sociales y políticas van a seguir su curso a lo largo del siglo XIX en Europa. En el caso del continente de Abya Yala, denominado América   por los conquistadores, durante el siglo XVIII se producen levantamientos indígenas y mestizos, tanto en el virreinato del Perú como en el virreinato de Nueva Granada. Aunque no se use de manera directa el concepto del libertad, estos acontecimientos serán el sustrato del concepto del libertad desenvuelto y desplegado en el siglo XX.

En el siglo XX las revoluciones sociales cobran una perspectiva definida por el marxismo, llegando a triunfar la revolución socialista en el imperio zarista, más tarde en el antiguo imperio chino, sometido al colonialismo europeo y japonés, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La revolución socialista china profundiza el concepto de liberación y el concepto de libertad, adquiriendo una connotación anticolonial y descolonizadora, definida tanto por la experiencia de la larga marcha campesina a nombre de la dictadura del proletariado, así como redefinida por la República Popular de China, es decir, por el Estado socialista. Podemos ver que las connotaciones del concepto de libertad y revolución, que estaban ligados desde la formación discursiva marxista, comienzan a mostrar sus dualismos paradójicos y a evidenciar sus contradicciones.

No podemos dejar de mencionar algo que ha ocultado tanto la historia universal, como la historia sesgada narrada por el marxismo, sobre todo por parte de las versiones del Partido Comunista, que se apropia del concepto comunismo y lo monopoliza. Esta otra historia tiene que ver con el anarquismo. Se puede decir que la conceptualización de la libertad en la formación discursiva y enunciativa, así como en la visibilidad anarquista, es otra, tiene otra composición, tiene un itinerario diferente en el desenvolvimiento de la conceptualización.

En el anarquismo la libertad no solamente está asociada la revolución social, sino fundamentalmente a la concepción de autogobierno y la autogestión. El acontecimiento de la liberación tiene que ver con respecto a todas las formas de dominación sociales, políticas, culturales, religiosas e ideológicas. Claro está, se sobreentiende, con respecto al Estado. De manera resumida, se puede decir que se trata de la liberación respecto a la dominación estatal, a la dominación del capital, a la dominación religiosa y a la dominación patriarcal.

El concepto de libertad anarquista supone múltiples planos de intensidad; se trata de una libertad social, de una libertad colectiva, de una libertad comunitaria, también de una libertad individual. Lo individual y lo colectivo no se contradicen, los individuos y lo social no se contradicen, al contrario, son complementarios. Una liberación social implica una liberación individual y viceversa. Hay colectivismo comunitarismo e individualismo en la concepción anarquista; se puede decir que también el feminismo es otro eje de la liberación múltiple anarquista, en la medida que se lleva adelante radicalmente la liberación respecto a las estructuras de dominación patriarcales.

Los espesores de intensidad involucrados en el concepto de libertad anarquista son primordiales; se considera la constitución de la subjetividad, no solamente del sujeto, sino de la ipseidad. Entre los espesores de intensidad del concepto de libertad anarquista se encuentra la concepción o la macro-concepción ecológica, la defensa de la vida y la defensa del planeta. La concepción de libertad en el sentido de armonía con el Oikos. No se puede hablar de libertad sin el contexto de armonía con los ciclos climáticos y planetarios.

En este caso podemos decir que el concepto de libertad anarquista también se enriquece con la memoria del concepto de libertad antiguo, particularmente en lo que respecta a la armonía con la naturaleza, en relación con El Arte de ser libre de Epicteto, aunque no solamente, pues se retoma el concepto griego de democracia como asamblea y autogobierno. Se puede decir que el concepto de libertad anarquista remonta una arqueología mayor, más compleja e integral, se proyecta como una nueva hermenéutica crítica, en constante apertura, en la lucha por la liberación plena y la búsqueda de la vida plena, de la felicidad.

Piotr Kropotkin, en “Fijos en la naturaleza”, expone una perspectiva ecológica de la ética, del ethos. Habla del instinto social, de la inclinación por la ayuda mutua en las especies. Parte de la tesis de Charles Darwin, de un Darwin desconocido para los difusores del darwinismo, que no conocen la interpretación evolutiva del instinto social, de la que comparten los seres humanos. Por parte de estos promotores del darwinismo se ha difundido la tesis de la lucha por la sobrevivencia, de la imposición del más fuerte. Aunque algunos difusores han matizado esta interpretación, sesgada de Darwin, expresando que el más fuerte es a la larga el que mejor se adapta. En los críticos de esta difusión, por cierto intencionada, se ha recalcado que se ha manipulado esta tesis, que se refiere a las especies, como si valiera para los individuos. Cuando se trata de las especies singulares y diferenciadas. Olvidan la interpretación de Darwin de la sobrevivencia de las especies donde prepondera el instinto social.

El liberalismo se ha agarrado de la tesis sesgada de los difusores malintencionados del darwinismo, han convertido la tesis del más fuerte por la lucha por la sobrevivencia en su torcida y abstracta tesis de la competencia. Si hubiera competencia en los miembros de la especie y no instinto social no habrían sobrevivido, al dejarse llevar por el instinto de sobrevivencia individual habrían perecido. Los liberales, los neoliberales y los llamados “liberales radicales”, que obviamente no han leído a cabalidad a Charles Darwin, sino que tienen una idea peregrina de su teoría, a través de una difusión malintencionada, desconocen el principio del instinto social. Como decimos, si se parte de una premisa equivocada las conclusiones van a ser equivocadas. No es la competencia la que ha permitido la sobrevivencia del ser humano sino en instinto social.

Piotr Kropotkin considera la posibilidad de una moral devenida de la naturaleza. El ser humano, al participar de la naturaleza, forma parte del desenvolvimiento de esta moral ancestral e integral. Se puede discutir aquí el uso del concepto de moral, por eso preferimos hablar de ética, del ámbito cultural del ethos. Sin embargo, hay que recordar que Kropotkin recarga el acento de moral en el apoyo mutuo, es decir, lo que llama instinto social, incluyendo a los seres orgánicos en esta inclinación existencial de los seres por la proliferante creatividad de la vida.

Volviendo al concepto de libertad anarquista este concepto no se disocia de la voluntad y de la ética. Supone el apoyo mutuo, la asociación del instinto social; en otras palabras, la empatía y el afecto social, que derivan en la complementariedad y la reciprocidad, además de la solidaridad social.

El concepto de libertad anarquista no separa individuo de sociedad; se trata de dos instancias del devenir social y del devenir de la subjetividad. El espesor social deviene y se pliega en el espesor de la subjetividad. Por otra parte, ambos espesores están comprendidos y contenidos en los espesores dinámicos ecológicos.

En El único y su propiedad Max Stirner desarrolló una exposición sobre la individualidad única, que supone el propio cuerpo[2]. Un cuerpo que se piensa, que piensa, que reflexiona, que se libera de las representaciones, del corpus representativo e ideológico. La certeza absoluta se encuentra en el yo. La libertad tiene que ver con la realización plena del sí mismo, de la mismidad, de la ipseidad.

La ética también tiene que ver con la virtud, ser ético es ser virtuoso, al mismo tiempo, ser libre es ser ético y virtuoso. No se puede ser libre sin ser ético ni virtuoso. La libertad entonces implica la realización de las capacidades y las potencialidades del ser. La libertad es la potencia, concebida como tal, como posibilidad de realización plena de las capacidades.

Cuán distinto es este concepto de libertad del concepto escaso, vacío, abstracto, liberal. La libertad liberal se restringe la libertad de comercio. Mejorando un poco, se puede decir que se refiere a la libertad del individuo, sin embargo, se trata de un individuo también abstracto y vaciado de su subjetividad, de su ethos, de su virtud. Un individuo tan pobre, tan escaso, tan vacío, no puede lograr su singularidad única, su individualidad plena, puesto que se trata de un individuo cosificado, que se reduce a la dimensión restringida de las cosas. Sin embargo, el liberalismo hace la apología de esta muerte, de esta nada, de este nihilismo liberal. Contemporáneamente se trata de una libertad y de un individuo suspendidos en la abstracción, que sólo existen de manera exaltada en el espectáculo, que ofrecen los medios de comunicación.

Los liberales no hablan, en realidad, de libertad, tampoco de individuo, sino de una caricatura de la libertad y de una caricatura del individuo. Su narrativa anima a estas caricaturas y las insufla de supuesta vida, las maneja como marionetas, desde los hilos que siguen el guion de la comedia, la libertad de mercado, la libre empresa, la competencia.

Según Max Stirner el cristianismo redujo al mundo al espíritu, el principio y el fin es el espíritu, la carne es solamente una transición, una envoltura pasajera. Haciendo una paráfrasis podríamos decir que el liberalismo reduce al mundo y al espíritu a la valorización abstracta dineraria, el mundo y el espíritu se contabilizan, forman parte de una ecuación, que expresa el incremento del caudal la acumulación de capital.

Esta figura se llama, en el pensamiento dialéctico, enajenación. Ludwig Feuerbach expuso la figura de enajenación en La esencia del cristianismo. En George Wilhelm Friedrich Hegel la enajenación aparece como momento contradictorio en la Fenomenología del espíritu, en la dialéctica de la ciencia de la experiencia de la consciencia. En Karl Marx la enajenación aparece como un momento de la conciencia de la lucha de clases, cuando la conciencia responde todavía al ser sí y no al ser para sí. Se puede decir que la enajenación liberal corresponde a la cosificación, incluso al desvanecimiento de la misma cosa, como cuando todo lo sólido se desvanece en el aire.

En el apartado Los modernos de El único y su propiedad Max Stirner habla de las analogías y diferencias con los antiguos, habla de la manera como los modernos vuelven, una y otra vez, al espíritu; caracteriza a los modernos como poseídos, define el mundo de los modernos como un mundo de fantasmas. Representa el fetiche de los modernos como la marota, es decir un palo con cabeza de muñeco, que hace como de espantapájaros; por último, define la jerarquía en los modernos en un itinerario de decadencia. Respecto a lo sagrado, los modernos habrían invertido la relación entre sujeto y predicado, convirtiendo el predicado en sujeto. Se sustituye lo sagrado, que es Dios, que es espíritu, absoluto, por el hombre, una esencia. Otra forma de la metamorfosis de lo sagrado. De esta manera van a proliferar las esencias, que sustituyen a lo sagrado, sacralizando, podríamos decir, otros fetiches, como el Estado, la nación, la patria. También podríamos incluir hoy al mercado en esta lista de fetiches.

Max Stirner dice en El único y su propiedad: “Arquímedes pedía para levantar la tierra un punto de apoyo fuera de ella. Es este punto de apoyo el que los hombres han buscado sin cesar y que cada cual ha tomado donde lo ha encontrado y como lo ha encontrado. Este punto de apoyo extraño es el mundo del espíritu, el mundo de las ideas, de los pensamientos, de los conceptos, de las esencias, etc…, es el cielo. Sobre el cielo se apoya uno para mover la tierra, y desde el cielo se inclina para contemplar las agitaciones terrestres y despreciarlas. Asegurarse el cielo, asegurarse sólidamente y para siempre el punto de apoyo celeste, ¡cuánto ha penado por eso la dolorosa e incansable humanidad!”[3]

Desde la perspectiva de Stirner el cristianismo es una religión que se opone al cuerpo de manera decidida y radical, es una religión esencialmente espiritual al humano, al mundo espiritual. En consecuencia, nada de lo que implique cuerpo, deseos del cuerpo, tiene valor, sólo tiene valor el sacrificio en la transición carnal para ascender al cielo.

Ocurre algo parecido con el amor al hombre, se ha convertido al hombre en un esencia, lo que sea es esencia, ese hombre universal, abstracto, que no es ningún hombre concreto. ¿Después del cristianismo, el humanismo ha seguido sus pasos? Al parecer sí, en tanto seguimos la huella de Stirner. Se sustituye el ideal de Dios por el ideal humano, que no es otra cosa que Dios hecho hombre, el hijo del hombre convertido, después de la resurrección, en el hombre mismo universal, el rostro de Cristo. Al respecto hay que acordarse de Gilles Deleuze y Félix Guattari. Entre Stirner y Deleuze se encuentra Friedrich Nietzsche, cuando concibe al hombre como un tránsito al superhombre, cuando critica al hombre como humano demasiado humano.

Stirner no busca al superhombre, sino abolir todo ideal, toda sustitución de lo sagrado, toda sustitución de Dios, abolir todos los fetichismos. Por eso podemos decir que Karl Marx se encuentra también entre Stirner y Deleuze. Marx critica a Stirner en la Sagrada familia de la Ideología alemana, sin embargo, está critica desmesurada y apasionada, además de excesiva, nos muestra a un Stirner caricaturizado por Karl Marx y Friedrich Engels, olvidando que retoman, tanto como Stirner, el desenvolvimiento del concepto hegeliano de enajenación. Concepto compartido por Ludwig Feuerbach, quién, en Esencia del cristianismo, dice que Dios es una criatura de la imaginación humana, que el hombre debe liberarse de esencialismo religioso y recuperar su condición humana, hacer de la religión un antropología. La crítica de Marx a Stirner no es honesta, pues es también heredero de Hegel y de la atmósfera filosófica del hegelianismo de izquierda. Friedrich Nietzsche mismo aparece como heredero de El único y su propiedad, sobre todo en su Genealogía de la moral. Se puede decir que Stirner inaugura la crítica de la moral y la crítica al fetichismo de la ideología.

Lo que hacen los liberales respecto Stirner no es heredarlo, debido a que están lejos de la riqueza conceptual hegeliana y la radicalidad de la crítica a todas las formas de fetichización, incluyendo, obviamente, la crítica a la valorización del dinero. En vez de esta herencia usan el concepto de individualismo de una manera mezquina y restringida, vaciada de su contenido filosófico, convertido en una caricatura del individuo, quien se convierte solamente en un dato en el espacio abstracto del mercado, donde se encuentran las curvas de la oferta y la demanda.

Haciendo una paráfrasis a Antonio Negri podemos decir que Stirner es una anomalía salvaje en toda esta historia de la filosofía de la crítica y de la crítica de la filosofía, que tiene que ver con las consecuencias del concepto de enajenación y sus narrativas teóricas.

La singularidad y su cuerpo 

Max Stirner escribe y publica El único y su propiedad. A estas alturas del debate y de la discusión sobre el individuo, el cuerpo, la sociedad y el Estado, además de la discusión y el debate sobre la libertad, la rebelión y la revolución, deberíamos hablar, mas bien, sobre las singularidad y su cuerpo. Ciertamente la singularidad es única, pero no parece apropiado usar el concepto de propiedad para referirse al cuerpo único, del único, de la única. Es mejor usar el concepto de cuerpo, desarrollado dinámicamente y de una manera integral por la perspectiva de la complejidad.

La singularidad es única, el cuerpo mismo es una composición singular y en constante devenir. El cuerpo es un espesor de dinámicas de fuerzas, fuerzas moleculares, también fuerzas molares, así como fuerzas atómicas, también fuerzas de partículas infinitesimales y ondas; por lo tanto, fuerzas cuánticas y de la física relativista, en el contexto de entramados corporales, de espesores territoriales y atmosféricos, de nichos ecológicos. ¿En estos contextos es adecuado hablar de egoísmo? No parece, salvo para definir al deseo del individuo, quizás a la práctica de su cumplimiento. El egoísmo forma parte de la competencia entre individuos; la competencia es un supuesto de la difusión darwinista, no de Darwin, pues él descubre la ayuda mutua, la predisposición para la asociación, el instinto social. Esto es elevar este presupuesto sesgado darwinistas, también spenceriano,  a la altura de un concepto universal, del cual quería escapar Max Stirner.

Por otra parte, la singularidad es ya una composición de singularidades, una asociación de singularidades. El cuerpo es una composición singular armónica. Max Stirner cae en la hondonada, de la que quería escapar, la fantasía de los universales.

No es el principio de competencia, no es el principio de egoísmo, lo que hace de condición de posibilidad del único, de la singularidad de los seres humanos y de los seres orgánicos. La condición de posibilidad es la capacidad de asociación de apoyo mutuo del instinto social. El error de Stirner es haber partido de esta premisa universal sesgada: la competencia, el egoísmo. No partir de la condición de posibilidad del acontecimiento, que es el estallido inicial y la proliferación de singularidades, la proliferación de asociaciones. En este sentido, tampoco se trata de poder. Después de Antonio Negri y Michael Hardt debemos distinguir poder de potencia. Poder como relación de fuerzas en concurrencia por la dominación, en cambio potencia como capacidad creativa de la vida.

El otro error de Max Stirner es suponer que el deseo del único es el poder, es decir la dominación, el despliegue de su voluntad de dominio, si se quiere, de su voluntad de gobierno. No se trata de la voluntad de potencia, que es como interpretamos la tesis de Friedrich Nietzsche, junto a las otras tesis, la muerte de Dios, eterno retorno de lo mismo, el súperhombre.

Formación enuciativa de la crítica 

Habría que hacer un arqueología del saber de la crítica, de la filosofía crítica, de lo que después se llamó teoría crítica, que continúa como crítica de la crítica, la crítica como deconstrucción,  así como acción, como diseminación, es decir, la complementariedad entre deconstrucción, que es hermenéutica crítica, y diseminación, que es acción política en Jacques Derrida. Desde esa perspectiva habría que evaluar lo que hacemos ahora desde la configuración de la macro-historia y el pensamiento complejo. Tendríamos que hacer una evaluación crítica de nuestra crítica, de nuestra crítica evaluativa, también considerar críticamente las dinámicas moleculares de lo que ocurre en las movilizaciones sociales y las resistencias, fuera de considerar sus proyecciones respecto a la invención del porvenir.

Todo esto es importante no solamente por lo que respecta a la autocrítica, al papel de autocrítica en el desenvolvimiento de la crítica, sobretodo de las consecuencias prácticas de la crítica, sino que es importante, sobretodo, por el esclarecimiento de la acontecimiento en su espesor actual y coyuntural. Obviamente hay que distinguir distintos recorridos, contextos diferenciados, en el desenvolvimiento y despliegue de la crítica. Por ejemplo es importante hacer un seguimiento de la filosofía crítica en Alemania, desde Emmanuel Kant hasta Karl Marx. Este contexto epistemológico se caracteriza por las herencias, continuidades y discontinuidades, desplazamientos y rupturas epistemológica, que se dan en esta historia de la filosofía crítica y de la crítica de la filosofía alemana, en el entramado histórico político y cultural del siglo XVII y del siglo XVIII. La relación Kant-Hegel es ilustrativa sobre el debate filosófico, que desata la inauguración de la crítica como sistema crítico por parte de Kant. A esta relación filosófica polémica se la sigue, se la asume como problema, en los discursos abiertos por las críticas de Kant, incluso podríamos decir que resulta dramática y tormentosa en la puesta en escena conceptual del despliegue del sistema dialéctico hegeliano. Continuando la crítica, el desenvolvimiento de la crítica como pensamiento y forma de pensamiento, los neohegelianos de izquierda buscan superar la filosofía dialéctica de Hegel. La problemática clave es el campo configurativo  de la enajenación, que es un concepto dialéctico en la ciencia de la experiencia de la conciencia o fenomenología de espíritu. Marx, que fue hegeliano de izquierda, se convierte en disidente, inaugura otro curso de la crítica, conocida como crítica de la economía política. Sin embargo no se desentiende de la epistemología de dialéctica de Hegel, a pesar que, según él, pone de pie lo que estaba de cabeza, tampoco se desentiende del sustrato conceptual de la enajenación. La crítica del ideología alemana tiene que ver con distintas interpretaciones del concepto de enajenación y diferentes desarrollos teóricos. El capítulo clave del capital, incluso para interpretar el capital o, como se dice, para leer el capital, es donde se encuentra la crítica del fetichismo de la mercancía. Esta categoría de fetichismo, que también es una metáfora, que se encamina a conceptualizarse, deviene del sustrato heredado del campo configúrante de enajenación.

Nietzsche retoma la crítica, la tradición crítica, por otro lado, otro recorrido distinto; crítica que busca ser demoledora. Escribe con sangre y golpea con martillos, como él mismo dice. A diferencia de las teóricos anteriores mencionados, de la filosofía alemana, Nietzsche no es dialéctico, al contrario, se opone a la dialéctica, de una manera antagónica, desenvuelve su crítica contra la dialéctica. El libro más ilustrativo de este antifilósofo, como él mismo se considera, es ciertamente Genealogía de la moral. No hay que olvidar que se puede considerar a esta crítica de la moral común epicentro del terremoto filosófico, crítica que desencadena movimientos tectónicos. Se puede seguir esta secuencia perturbadora en libros anteriores y posteriores a la Genealogía de la moral. Por ejemplo en Aurora, también en Así habló Zaratustra. Sin embargo, el concepto de enajenación sigue siendo clave en la crítica de la filosofía, en la crítica de la moral, en la crítica de la modernidad de Nietzsche. Este hilo es el que mantiene unido el tejido de la crítica, a pesar de las rupturas.

No podríamos entender este acontecimiento contrafilosófico de Nietzsche sin la incursión crítica y peculiar, quizás antecedente tanto de Nietzsche como de Marx, aunque no sea muy claro respecto de este último, de Max Stirner. En El único y su propiedad Max Stirner desarrolla una crítica de la moral, que contiene las figuras que van a aparecer más desarrolladas en la Genealogía de la moral. Por otra parte, la crítica del Estado aparece de manera anticipada, respecto de Marx, en Max Stirner. Se trata de una crítica más amplia a los fetichismo de la sociedad y de los hombres. También encontramos en Stirner un retorno al cuerpo, una recuperación del cuerpo como acontecimiento existencial, una perspectiva dinámica y material, para abordar los problemas heredados y contingentes. En este sentido hallamos un vínculo con Baruch Spinoza, en esta arqueología de la crítica.

Obviamente no podemos olvidarnos, de ninguna manera, de Arthur Schopenhauer, quien en El mundo como voluntad y representación distingue entre mundo de la representaciones y mundo efectivo. Diferenciación que va a ser retomada y considerada por Max Stirner también por Karl Marx. La cuestión de la voluntad aparece con mucha fuerza, incluso considerada como primordial, en Schopenhauer. Temática y problemática que van a ser reiterados en Max Stirner y Friedrich Nietzsche en sus críticas respectivas de la moral.

Es distinto el tratamiento que da Piotr Kropotkin a la moral, pues considera la moral, mejor dicho la ética, como virtud, íntimamente vinculada a la inclinación por el apoyo mutuo por las asociación, es decir, el instinto social. Retomando a Darwin, desde una lectura diferente, que no remarca la competencia y la concurrencia, la lucha por la sobrevivencia, sino, mas bien, resalta el instinto social, la asociación, el apoyo mutuo. Kropotkin considera las costumbres como substrato de la moral, que sostienen y cohesionan la asociación y a la sociedad. De esta manera, con estas perspectivas se abre el apoyo mutuo como autogobierno del pueblo.

Cómo se puede ver la enajenación, la genealogía de las costumbres y el ethos son configuraciones rerurrentes, que hay que seguir en la dinámica de este tejido epistemológico de la crítica. A pesar de las diferencias, que podamos encontrar en el tejido epistemológico de referencia, hay obsesiones reiterativas, que tienen ocupados a los filósofos, a los teóricos y contrafilósofos de la crítica. ¿Qué son entonces estos hilos, en la composición del tejido epistemológico del que hablamos?

Estos hilos de los que hablamos, con los que se hace el tejido de la composición interpretativa y la narración teórica, están hechos de experiencia social, de memoria social, de prácticas y lenguajes cotidianos, además de habitus y narrativas configuradas y consolidadas. Los hilos son un producto complejo de lo que deviene de la experiencia, se convierten en comprensión, en entendimiento, en conocimiento, en saber e interpretaciones. Los hilos son también recorridos del tejido epistemológico, que hacen a los entramados del tejido, podríamos decir que se trata de substratos, de donde emerge el tejido dinámico, integral y en constante devenir. Cómo hemos dicho más arriba, son obsesiones persistentes en la construcción de las interpretaciones, tanto narrativas de toda índole, así como teóricas.

La configuración epistemológica de la enajenación es uno de sus hilos. Configuración que ha sido retomada a lo largo del desenvolvimiento de la filosofía alemana del siglo XIX. Después queda como herencia y temática de lo que viene, la continuidad de la filosofía moderna en el siglo XX, incluso de la crítica de la filosofía en el siglo XX, con sus reminiscencias en el siglo XXI.

Fuente de la información e imagen:  https://pradaraul.wordpress.com

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Celulares, privacidad y libertad

Desde hace muchos años los teléfonos celulares dejaron de ser teléfonos y se convirtieron en computadoras. ¿Qué tanto podemos aprovechar este potencial? ¿Quién decide que puedo y qué no puedo instalar en mi teléfono? Las grandes empresas monitorean nuestra actividad en los dispositivos móviles, ¿se puede hacer algo al respecto?

Gran parte de nuestras vidas suceden en los teléfonos móviles. Las interacciones personales o profesionales a través de chats de WhatsApp, las búsquedas en Google, la búsqueda de romance a través de aplicaciones de citas o el uso de mapas para movilizarnos por las ciudades. Todas estas interacciones están mediadas por aplicaciones y empresas que lucran de nuestros datos, que son en gran medida representación de nuestra vida privada.

En esta columna explicaré como podemos utilizar nuestro teléfono celular de una forma distinta a la que se acostumbra utilizando aplicaciones alternativas o incluso sistemas operativos alternativos. Esta no es una columna sobre seguridad digital, es una columna sobre privacidad y libertad frente a las grandes corporaciones que están en nuestros teléfonos.

Los celulares con sistema operativo Android son los más utilizados en América Latina por lo que este artículo se enfocará en este tipo de dispositivos. La primera característica de estos teléfonos es que son dependientes de Google. En un teléfono nuevo, lo primero que se pide es una cuenta de Google que permitirá instalar aplicaciones, acceder al correo electrónico de Gmail, pero además se generará un perfil asociado a cada persona. La georeferenciación, las búsquedas, los videos vistos en Youtube son algunos de los datos recolectados por Google. Al ingresar con una cuenta de Google a “Mi Actividad en Google” se puede tener una idea de lo que Google sabe de nosotres.

Google sabe mucho de las personas que usan sus servicios, probablemente más que ellas. Pero no es la única empresa que conoce nuestra actividad, Meta, Tik-Tok, Twitter, Waze o cualquier aplicación que funciona como servicio en la nube, lucran de nuestros datos y tienen información sensible que nos describe. El primer paso para proteger nuestra privacidad es usar aplicaciones alternativas que respeten nuestra privacidad.

En lugar de utilizar WhatsApp, se puede utilizar una aplicación como Signal que es software libre, utiliza cifrado fuerte y además su trabajo es gestionado con por una organización sin fines de lucro. Probablemente no es el modelo ideal, pero al menos no es una empresa que lucra de nuestros datos.

Si se piensa en una aplicación de mapas, estas normalmente requieren acceso a internet y una cuenta para funcionar, entonces es muy probable que esta aplicación esté monitoreando la actividad de las personas que la usan. OSMand es una aplicación alternativa de software libre que permite descargar mapas de todo un país o regiones y utilizar el GPS sin necesidad de internet. No es perfecta, la función ofrecer rutas donde existe menor tráfico vehicular no es algo que se tendrá con esta aplicación, pero sí podrás saber como llegar a tu destino sin que tu privacidad sea invadida.

Aquí cité dos ejemplos, pero existen muchas más aplicaciones y sitios como Privacy GuidesPrivacy ToolsPrism Break u otras se puede encontrar recomendaciones.

De manera predeterminada para instalar una aplicación en Android se quiere utilizar Google Play, pero existen otras tiendas de aplicaciones. F-Droid es una tienda de dónde se pueden descargar aplicaciones sin necesidad de registrar una cuenta donde todas sus aplicaciones son software libre.  Adicionalmente F-Droid alerta sobre posibles características controversiales en las aplicaciones. Por ejemplo si una aplicación es libre, pero depende de una red centralizada como es el caso de Telegram se nos informará.

Desde F-Droid se puede instalar otra tienda de aplicaciones que se llama Aurora Store. La misma permite instalar aplicación desde los repositorios de Google sin usar Google Play. Hasta hace poco se la podía utilizar de forma anónima, pero lamentablemente al momento de escribir este artículo Google ha bloqueado esta posibilidad.

Si realmente se quiere sacar a Google de nuestro teléfono un paso a seguir es probar un sistema operativo alternativo. Gran parte de Android es software libre y existen versiones modificadas de este sistema operativo. La más popular se llama LineageOS y está disponible para decenas de modelos de teléfono. Lamentablemente no siempre estos teléfonos se venden en todos los países de América Latina o los modelos soportados son antiguos.

LineageOS trae muy poco software instalado, por lo que se puede instalar solo el software necesario. Menos software significa mejor rendimiento y mayor seguridad. Para instalar software es se puede utilizar tiendas como F-Droid o Aurora Store, sin embargo también existe la posibilidad de instalar las aplicaciones de Google y sus servicios.

Además de LineageOS existen otras versiones modificadas de Android. GrapheneOS y CalyxOS son alternativas a destacar porque se enfocan en la seguridad y la privacidad. Replicant también tiene este enfoque pero además está pensada para funcionar solamente con software libre. A diferencia de LineageOS, estas distribuciones tienen muchos menos modelos de teléfonos soportados.

Si bien Android es un sistema operativo basado en Linux, es una versión muy limitada de este sistema operativo. Existen otras versiones que también se pueden instalar en varios teléfonos móviles y algunas de las más conocidas son PostmarketOSUbuntu touch o PureOS. Estos sistemas son Linux completo y se puede hacer prácticamente lo mismo que harías en una computadora. Una desventaja a tomar en cuenta es que las aplicaciones de Android no funcionan de forma nativa pero se las puede ejecutar con un emulador.

Estos sistemas operativos están disponibles para varios modelos de teléfonos celulares, sin embargo existen teléfonos que vienen con estos sistemas pre-cargados. Algunas de los modelos más conocidos son Librem de Purism y Pinephone. Estos teléfonos permiten, a través de un adaptador USB C, conectar un teclado, monitor y ratón al teléfono conviertiéndole en una computadora de escritorio.

Si bien somos muy pocas las personas que utilizamos aplicaciones como OSMAnd, Fdroid o un sistema operativo alternativo en los celulares, es positivo que esto pueda hacer. Que se puede instalar y que no en un dispositivo por el que se pagó es algo que debería decidir la persona dueña del teléfono, no su fabricante, ni Google.

La libertad no es gratuita y la conveniencia es una droga muy adictiva. Los teléfonos inteligentes forman parte importante de nuestras vidas y sin embargo no son nuestros. Las grandes empresas ofrecen aplicaciones que resultan útiles a cambio de datos personales e interacciones sociales. La existencia de proyectos que buscan dar el control a las personas por sobre la tecnología es esperanzadora si queremos vivir en una sociedad libre y no en una dominada por pocas empresas tecnológicas.

Fuente: https://www.derechosdigitales.org/21976/celulares-privacidad-y-libertad/

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Podcast CII-OVE: Capítulo III Las pedagogías feministas como práctica de la libertad

Por: Selene Kareli

Buen día, espero que todas, todos, todes, se encuentren muy bien en cualquier parte de los muchos territorios que habiten. Les habla Selene Kareli, formo parte del Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación, suscrito al Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO. También formo parte del Grupo de Trabajo Capitalismo Digital, Políticas Educativas y Pedagogías Críticas. Hoy pasamos al tercer capítulo de las pedagogías feministas en este nuestro podcast OVE-educación, en el cual damos voz y nombre a las diversas maneras de hacer educaciones, donde el enfoque feminista es clave para tejer sociedades más justas y libres.

En este recorrido hemos hablado de manera general del patriarcado y las pedagogías de la crueldad, tomando como referencia a María Galindo y Rita Segato. Asimismo, hemos dicho que las pedagogías feministas se tejen desde la educación formal, no formal e informal, desde las educaciones populares y la cotidianidad, mismas que buscan hacer frente a la violencia patriarcal con propuestas de educaciones otras, destacando que las educaciones feministas dan cuenta de la pluralidad y diversidad que habitamos. De igual manera, y retomando a bell hooks, procuramos mirar con ojo crítico la historia de vida propia y la de las y los otros. Aceptar nuestra historia, mirar el dolor, teorizar el dolor y colectivizar nuevas formas de ser y estar, que apunten a la justicia, a la equidad, a la libertad desde la educación, y no solo desde el sistema jurídico, que, como dijimos anteriormente, es crucial y muy importante para los feminismos; sin embargo, hace falta transgredir desde los espacios educativos los prejuicios, las normas y la dominación patriarcal. Necesitamos teorizar y necesitamos hacerlo desde nuestras contradictorias experiencias. Es así, como hoy llegamos a hablar de las pedagogías feministas como práctica de la libertad, donde Catherine Walsh con el enfoque de interculturalidad crítica, Paulo Freire con la educación como práctica de la libertad y bell hooks con enseñar a transgredir nos van dando camino para trazar esas educaciones emancipatorias. Primero, quiero destacar que, Catherine Walsh radica desde hace varios años en Ecuador, sus aportaciones giran en torno al pensamiento crítico en América Latina, la geopolítica del conocimiento, las luchas políticas, la praxis social de los pueblos afrodescendientes e indígenas, así como los pensamientos feministas, las pedagogías decoloniales y la interculturalidad crítica. En esta ocasión me gustaría destacar que para hablar de perspectivas feministas en educación también hay que hablar de interculturalidad. Catherine Walsh nos dice que “al instaurar una jerarquía racial de identidades sociales ―blancos, mestizos, indios y negros― se han borrado las diferencias culturales de estas últimas, subsumiéndolas en identidades comunes y negativas de “indios” y “negros”, por lo que, “la colonialidad del poder contribuyó de manera clave a la configuración del capitalismo mundial como modelo de poder global, concentrando todas las formas de control de la subjetividad,  la cultura y la producción del conocimiento bajo su hegemonía occidental”. En este sentido, desde la educación, la lucha es contra la deshumanización y por la existencia y por la libertad, es decir para recuperar la dimensión subjetiva y diversa. Por tal, se vuelve fundamental la idea de que una pedagogía crítica podría contribuir a construir algo distinto, donde la diversidad de culturas, de mujeres, de hombres tienen posibilidad de existencia y diálogo. Pensar en un giro decolonial, nos dice Walsh, en torno al conocimiento y la educación requiere tomar con seriedad tanto las contribuciones como las implicaciones de las historias locales y de epistemologías negadas, marginalizadas y subalternizadas. Siendo las historias de las mujeres las que hay que mover de esas categorías. Ya lo dijo Paulo Freire, “no hay práctica social más política que la práctica educativa, la educación puede ocultar la realidad de dominación y la alienación, o puede, por el contrario, denunciarlas, anunciar otros caminos, convirtiéndose así en una herramienta emancipatoria”, por tal, habrá que nombrar aquellas pedagogías que visibilizan la operación de los patrones del poder, racializado, patriarcalizado, heterosexualizado, la geopolítica del saber y la topología del ser.

Sin duda la educación puede construir seres críticos y sociedades más justas, donde a las mujeres se nos vea y trate como sujetos y agentes activos de cambio, y no como meros objetos. Mujeres diversas.

Asimismo, bell hooks, apunta que, la educación como práctica de la libertad tiene como propósito crear comunidades de aprendizajes, donde se pueda reconocer la diferencia, sin confundir estas diferencias con querer sustituir una cultura encima de otra, sino darle valor al disenso, al cuestionamiento y al cambio. Por su parte, hooks apuntó que, todas las personas que participamos del mundo universitario y de la cultura en su conjunto estamos llamadas a renovar nuestro entendimiento si queremos transformar las instituciones educativas (y la sociedad) para que la manera en que vivimos, enseñamos y trabajamos pueda reflejar nuestro deleite por la diversidad cultural, nuestra pasión por la justicia y nuestro amor por la libertad.

De tal manera, la pedagogía debe de ser transformadora, donde la confrontación sea constructiva y la interrogación sea crítica. Esto nos recuerda que no es fácil para los individuos cambiar de paradigma y que debe haber espacio para que las personas expresemos nuestros miedos, para que se hable de lo que se está haciendo, cómo se está haciendo y por qué lidiar de manera provechosa con tanta «diferencia».

Es de reconocer que hay cierto nivel de dolor implícito al renunciar a las formas antiguas de pensar y conocer para aprender nuevos enfoques. El cambio de paradigma implica una ruptura de estructuras. No resulta fácil nombrar nuestro dolor, teorizar desde ese lugar, hacer teoría a partir de la experiencia vivida, pero sin lugar a duda, cuando damos paso a esta parte, ejercemos y tomamos esa porción de nuestra libertad para crear otras maneras de ser y estar con nosotras mismas y con las y los otros.

Es por ello por lo que les invitamos a pensar, sentir y actuar en clave feminista, intercultural, critica y antirracista, para crear esas otras educaciones.

Por hoy, vamos cerrando esta reflexión, recordando que la próxima semana finalizaremos esta miniserie de cuatro episodios de pedagogías feministas, con las experiencias de colectivas, grupos, educaciones populares, que han apostado a las pedagogías feministas para crear esos otros mundos posibles. Les agradecemos mucho nos sigan acompañando.

Finalmente les invitamos a seguirnos en nuestras distintas redes sociales: Twitter, Instagram, Facebook, YouTube, Tik Tok, en todas estamos como Otras Voces en Educación, y compartir sus opiniones y perspectivas, así como para estar pendientes de la siguiente emisión. Los enlaces para descargar los textos que hoy fueron compartidos serán de libre acceso en la parte descriptiva de este podcast para que puedan consultarlos a profundidad cuando ustedes así lo decidan.

También las, los, les invitamos a estar pendientes de las diversas actividades que se realizan desde el Grupo de Trabajo Capitalismo Digital, Políticas Educativas y Pedagogías Críticas que se promueve desde un compromiso en red y en colaboración con CLACSO. Actualmente se encuentran abiertas las inscripciones para el Diplomado en tecnologías e investigación educativa, dejamos el enlace donde encontraran más información.

https://otrasvoceseneducacion.org/archivos/406438

Muchas gracias por seguirnos y escucharnos. Nos encontramos en la próxima reunión en rebeldía, por una educación crítica y emancipatoria del patriarcado.

Hasta pronto.

Interculturalidad crítica y educación intercultural – Catherine Walsh

https://drive.google.com/file/d/1m03GpbQegjBV9-FCJ8YnqOAQbQMDDq0I/view?usp=sharing

Enseñar a transgredir. La educación como práctica de la libertad – bell hooks

https://drive.google.com/file/d/1Rs8FNCSFGKxnuqtpXoyYUy6tpJEOV5Sy/view?usp=sharing

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Reencontrarnos

Por: Susana Espeleta Ortiz de Zarate

Imagínate un mundo donde el amor se estrena, en el que nadie sabe en qué consiste quererse y sólo cabe improvisar. Un mundo donde ser torpe no está mal visto y podemos tantearnos una y otra vez.

Hace ya tiempo que se ha vuelto prácticamente imposible el silencio. Esto nos ha desubicado, hemos perdido el espacio natural del ser. Ya “no somos”, a cambio, vemos e imitamos cómo otros “son” o, mejor dicho, cómo “aparentemente son”. “No ser” es francamente incómodo, te obliga a no parar, te agota. No hay experiencia significativa sin ser, la mayor aventura se confunde con todo lo demás. No hay deseo, hay listas de deseos. Y vivir en una lista de deseos es muy estresante, te arrastra y te consume, porque siempre te sientes culpable de lo que falta. Culpable de lo que no has hecho, culpable de lo que no has disfrutado, culpable de lo que no has sido, culpable de lo que no llegó a suceder. El resultado es que tú “sucedes” cada vez menos y todo parece perder sentido.

La felicidad quizá esté dejando de ser obligatoria, pero que esto no nos lleve a “enfermar”, aunque parezca la única forma de desesperación al alcance. Cuando nos fallan las ilusiones también podemos escapar del ruido y buscarnos problemas que merezcan la pena, refugiarnos en las grandes preguntas y no estar simplemente agobiadas. Podemos actuar pero también asustarnos, y forzar que todo se detenga. Podemos pedir socorro y socorrernos, en lugar de sobrarnos, contar con la muerte y seguir siendo humanas. Podemos oponernos y también dejar que las cosas sucedan, abrazarnos o desconectar para vérnoslas a solas con la conciencia. Podemos decidir y titubear, prestarnos al trabajo en común o ser inexpugnables. Podemos volver a enamorarnos, y confiar en que algún vacío transforme nuestra mirada. Nos debemos ese tiempo, el de la risa y el llanto, y para eso necesitamos el espacio de no saber demasiado.

Ojalá se borraran ciertas palabras, así podríamos no entendernos e intentar volver a explicarlo todo desde el principio. Deberíamos prohibirnos hablar de depresión, de ansiedad… de cualquier “enfermedad mental”, porque no nos representan. La “autoestima” no debería existir, la “asertividad”, la “procrastinación”, el “lugar de confort” … Todo debería salir por la ventana. Un ejercicio de desmemoria para que hablar de una misma no sea tan fácil, para no saber qué decir, para que la vida vuelva a ser un misterio y la ignorancia nos ayude a reencontrarnos.

Imagínate un mundo donde el amor se estrena, en el que nadie sabe en qué consiste quererse y sólo cabe improvisar. Un mundo donde ser torpe no está mal visto y podemos tantearnos una y otra vez. Un mundo donde volver a intentarlo, en el que todo deba ser inventado desde el principio. Un mundo que sólo puedes pensar tú para ti, seas quien seas. Y por las mañanas estar viva y saber para qué, dirigirte aquí y allá con la voluntad y la esperanza de estarlo en cada momento, y acostarte sabiendo que sigues ahí. Importar más que las cosas, ser radical. Dibujar una nueva infancia, en tu memoria y en lo que queda al alcance de tu mano. En la mayor libertad, soñarlo todo de nuevo. Ensoñarse convencida, estar en paz.

Qué buen momento para echarnos de menos, en primer lugar, a nosotras mismas, nuestros seres queridos vendrán después, sin atropellos. Echarse de menos, porque no ha habido tiempo ni espacio. Un momento ideal para tararear lo primero que te venga, para pescar un puñado de letras o jugar. Porque los seres humanos no nos estamos despidiendo, podemos volver a empezar. Nosotras, las personas, seguimos aquí y queremos volver a encontrarnos.

Fuente de la información e imagen:  https://www.elsaltodiario.com

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Sobre la igualdad y la libertad

Por: Rodrigo Rettig Vargas

En Francia, el actual lema estatal de la República que viene desde la época de la revolución, es libertad, igualdad y fraternidad. Sí, la igualdad es tan relevante para ellos como la libertad. Y Francia no es Cuba o Venezuela. El problema con esta palabra nace cuando afiebrados regímenes en nombre de la igualdad mutilaron la libertad y, en consecuencia, generaron peor calidad de vida ahí donde quisieron mejorarla. La libertad y la igualdad no son valores contrapuestos, sino complementarios ya que son dos caras de una misma moneda que se llama justicia y quien pretenda construir justicia social, debiera atender a ambas virtudes. Esta es la madre de la discusión política, ya que tomar posición por una, la otra, o ponderar ambas, implica determinar cómo discurren prácticamente todas las políticas públicas que se aplican en un país. La condición para vivir una vida libre consiste en que las personas que constituyen una sociedad estén en relaciones de igualdad con otros en determinadas dimensiones.

Pero, ¿de qué igualdad se habla cuando uno la promueve? Esta palabra, junto a la libertad, son de aquéllas que tienen distintos significados y ello hace que sea de fácil caricaturización y de difícil comprensión el asunto sometido a análisis. Usted cuando promueve la libertad, ¿habla de la de tipo negativa (no interferencia) o positiva (capacidad de ejercerla)? ¿O ambas? Pues bien, en materia de igualdad, también existe esta disyuntiva. Hay que ponerle apellido a la igualdad, pero no cambiarle el nombre.

La igualdad que sería deseable promover y construir sobre ella, es la igualdad de todos en al menos algo, no de todos en todo. Nadie sensato debiera buscar que todos tengan un automóvil de una marca alemana o italiana en el frontis de la casa o que nadie tuviera un auto, sino que todos tengan iguales consideraciones de respeto, trato (ver concepto “Igualdad Democrática” de Elizabeth Anderson) y de condiciones de vida material. Y ojo, aquí se debe hablar de igualdad, no de equidad, que es la justicia aplicada al caso concreto. Hablar de equidad es admitir que la igualdad democrática, de consideración, ciudadanía y respeto, debiera ser objeto de un segundo análisis. ¿Cómo se entiende la igualdad democrática si cambiamos igualdad por equidad?

Asimismo, hablar de equidad en materia de Derechos Humanos (civiles, políticos, sociales) implica desconocer su carácter de derechos fundamentales, lo que permite afectar la máxima de que la titularidad de ellos está por el solo hecho de ser persona (distinto es el problema de la provisión). No tiene sentido plantear que, por ejemplo, existe equidad y no igualdad de todos para poder ejercer la libertad de expresión. En nombre de la equidad, que es justicia al caso concreto, ¿podríamos suspender el ejercicio de la libertad de expresión de alguien producto de determinadas características o circunstancias? ¿Cómo conversa la equidad cuando se habla de derechos civiles y políticos? La verdad es que no tiene mayor sentido. ¿Porqué modificar la conclusión anterior en razón de los derechos sociales que son los que dotan de condiciones de vida material para ejercer genuinamente la libertad? La equidad si bien deseable (sobre todo en materia jurídica), no es lo mismo que la igualdad en el lenguaje político, todo circunscrito evidentemente a un objetivo a largo plazo que permite progresividad, pero objetivo político al fin y al cabo.

Ahora bien, cuando se habla de condiciones de vida material nos referimos a ese conjunto de bienes primarios que permiten a los individuos poder desplegar su plan de vida de forma autónoma, sin atender al lugar en que nacieron o dónde desarrollaron su infancia. En este sentido, las condiciones de vida material aplicadas al caso concreto son los derechos a la salud, educación y seguridad social. Y aquí sí efectivamente quiero darle más consistencia a la palabra igualdad, por cuanto la problemática excede la igualdad de oportunidades, que como dijera Nils Christie en Los Límites del Dolor (1984): “es un arreglo perfectamente apropiado para transformar injusticias estructurales en experiencias individuales de frustración o fracaso”.

La igualdad de oportunidades permite desprenderse de analizar cuál fue el diseño en la carrera de la vida, quiénes dibujaron la pista y las posiciones ocupadas. Y si nos desprendiéramos del diseño y el resultado en materia de estos tres derechos, la crisis de octubre de 2019 no tendría mayor sentido. Todos los chilenos tienen la oportunidad de tener educación, salud y pensiones, pero el problema se presenta en el tiempo/acceso, calidad y eficiencia: salud que te permita vivir o ser atendido en tiempos dignos si no tienes recursos, educación que te permita competir si prescindes de medios económicos, y una pensión que permita tranquilidad a los adultos mayores.

Y, en esta dimensión, una lucha por igualdad pareciera tener más consistencia, le da más robustez a la problemática, que una lucha por igualdad de oportunidades y/o suficientarismo. Implica tener un grado de compromiso mucho mayor en la mejora de lo referido.

El profesor Agustín Squella en su libro que analiza esta palabra (“Igualdad” Universidad de Valparaíso, 2014) nos menciona que Pierre Rosanvallón en su célebre obra llamada “La Sociedad de los Iguales” explica que la carrera de la vida se asemeja bastante a lo que son las competencias deportivas identificándolas como “El Teatro de la Igualdad de Oportunidades”. Efectúa analogías explicando que en muchos deportes se complementa la igualdad de oportunidades o “igualdad de inicio”, precisamente para entregar más justicia a los resultados. Se cita a la carrera de 100 metros planos, en la cual no tan solo importa el punto de partida, sino que existe una cámara que determina el resultado, incluso después de ella existe el control antidopaje. Sumo a ello que en el básquetbol los equipos peores situados en el término de temporada, eligen primero en la siguiente a los jugadores de mejor rendimiento que vienen de las universidades, y así.

En consecuencia, para determinar la justicia de un contrato social, es relevante analizar no tan solo el lugar de dónde se parte, sino que también se debe atender a problemas de diseño y posiciones. Que te atiendan en un año una dolencia en el sistema de salud público versus al día siguiente en el sector privado contra el pago de sumas no menores de dinero, pareciera que no es tan solo un problema de oportunidades o de inicio.

Finalmente, el llamado es a no temerle a la palabra igualdad por culpa de fanáticos que en su nombre ahogaron la libertad haciendo a todos iguales en desdicha, sino que a tener un real compromiso por esta virtud, ponderándola prudencialmente con la palabra libertad, tal como se conjuga a ésta con la seguridad pública (menos libertad, más seguridad). Francia, país que si bien es cierto ha tenido sus problemas, ha demostrado que ambos objetivos son perfectamente aplicables en conjunto siendo incluso deseable hacerlo, tal como nos lo ilustrara uno de los filósofos políticos más relevantes del siglo XX, John Rawls, padre de la corriente llamada (vaya novedad) “liberalismo igualitario”.

Rodrigo Rettig Vargas

Abogado Magíster en Política y Gobierno

Candidato Consejero Constitucional Región Metropolitana

Pacto Unidad Para Chile

Fuente de la información e imagen:  https://www.diarioconstitucional.cl

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«¡Mujeres, vida, libertad!»

Colectivo

Manifiesto de las organizaciones sindicales y civiles independientes en irán.

Pueblo justo y amante de la libertad de Irán,

En el 44 aniversario de la Revolución de 1979, los cimientos económicos, políticos y sociales del país se encuentran ahora en una vorágine de crisis y desintegración tal que no hay perspectivas de ponerle fin dentro del sistema político existente.

Por eso, desde hace cinco meses, el pueblo oprimido de Irán -especialmente las mujeres y los jóvenes que anhelan libertad e igualdad- ha hecho de las calles de todo el país el centro de una lucha histórica y decisiva para poner fin a estas condiciones inhumanas. Y, a pesar de la sangrienta represión del régimen, desde hace cinco meses (16 de septiembre de 2022) no han parado ni un momento.

Actualmente, estas manifestaciones masivas -cuya bandera han levantado mujeres, estudiantes, profesores, trabajadores, quienes luchan por la justicia, artistas, homosexuales, escritores y todos los oprimidos de Irán, en todas las partes del país, desde el Kurdistán hasta Sistán y Baluchistán- han recibido un apoyo internacional sin precedentes. Son muestra de las protestas contra la misoginia, la discriminación de género, la inseguridad económica permanente, los trabajos forzados, la pobreza, la indigencia, la opresión de clase y la opresión nacional y religiosa. Estos son los males de nuestra sociedad que la tiranía religiosa y no religiosa nos ha impuesto durante más de un siglo. Estas manifestaciones masivas se producen en el contexto de amplios movimientos sociales modernos y del surgimiento de una generación imparable que está decidida a poner fin a un siglo reaccionario y a asumir el reto de construir una sociedad moderna, próspera y libre en Irán.

Tras dos grandes revoluciones en la historia contemporánea de Irán, los principales movimientos sociales pioneros -incluidos los movimientos de trabajadores, profesores y pensionistas, así como los movimientos por la igualdad de las mujeres, los estudiantes y los jóvenes, y el movimiento contra la pena de muerte- han adquirido una dimensión histórica y decisiva en la configuración de las estructuras políticas, económicas y sociales del país desde la base y en gran número.

Por lo tanto, este movimiento pretende poner fin definitivamente a la constitución de cualquier poder desde arriba e iniciar una revolución social, moderna y humana para la emancipación de todas las formas de opresión, discriminación, explotación, tiranía y dictadura.

Nosotros, los sindicatos y las organizaciones e instituciones de la sociedad civil firmantes de esta declaración -al tiempo que subrayamos la unidad y los vínculos entre los movimientos sociales y la lucha contra la actual situación inhumana y destructiva- consideramos que las siguientes reivindicaciones son los objetivos primordiales resultantes de las grandes protestas del pueblo iraní. Establecen los elementos básicos para la construcción de una sociedad nueva, moderna y humana en el país. Hacemos un llamamiento a todos aquellos que valoran la libertad, la igualdad y la emancipación para que lleven estas reivindicaciones mínimas a las fábricas, universidades, escuelas, barrios, calles y a la arena internacional. Juntos podemos alcanzar el noble y ambicioso objetivo de la libertad.

  • Liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos; fin de la criminalización de las actividades políticas, sindicales y civiles; juicio público de los responsables y agentes de la represión de las movilizaciones populares.
  • Libertad sin restricciones de opinión, expresión, pensamiento, prensa, partidos políticos, sindicatos locales y nacionales y organizaciones de masas, así como concentraciones, huelgas, manifestaciones, redes sociales y medios audiovisuales.
  • Abolición inmediata de la pena de muerte, ejecuciones, castigos; prohibición de todo tipo de tortura psicológica y física.
  • Establecimiento inmediato de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres a todos los niveles: político, económico, social, cultural y familiar. Abolición incondicional de todas las leyes y formas de discriminación y violencia contra la identidad sexual y de género; reconocimiento de la comunidad arco iris LGBTQ+. Despenalización de todas las opciones de género y respeto incondicional de los derechos de las mujeres sobre sus cuerpos y su destino, así como el levantamiento del control patriarcal.
  • La religión debe ser reconocida como un asunto privado y no estar involucrada en las leyes y decretos políticos, económicos, sociales y culturales del país.
  • La garantía de condiciones de trabajo seguras, la protección del empleo y el aumento inmediato de los salarios de los obreros, profesores, empleados y de todas las personas activas y jubiladas, que deben establecerse con la presencia, la participación y el acuerdo de los representantes electos de las organizaciones independientes y nacionales.
  • Deben abolirse las leyes y disposiciones basadas en la discriminación y la opresión nacional y religiosa. El gobierno debe crear mecanismos de financiación adecuados y garantizar una distribución justa y equitativa de las infraestructuras y los recursos para promover la cultura y las actividades artísticas en todas las partes del país. Además, debe proporcionar las instalaciones necesarias y equitativas para el aprendizaje y la enseñanza de todas las lenguas habladas habitualmente en la sociedad.
  • El desmantelamiento de los órganos de represión; la limitación de los poderes del gobierno; la participación directa y permanente del pueblo en la administración de los asuntos del país a través de consejos locales y nacionales. La destitución de cualquier funcionario gubernamental o no gubernamental por los votantes en cualquier momento debe ser un derecho fundamental de los votantes.
  • Confiscación de los bienes de todas las personas, entidades jurídicas, instituciones gubernamentales, semigubernamentales y privadas que hayan acaparado los bienes y la riqueza social del pueblo iraní a través del saqueo directo o de contratos gubernamentales. La riqueza obtenida de estas confiscaciones debe utilizarse inmediatamente para modernizar y reconstruir la educación, financiar las pensiones, salvaguardar el medio ambiente y satisfacer las necesidades de las regiones, así como de los sectores del pueblo iraní que se han visto privados de igualdad de oportunidades y facilidades durante los dos regímenes de la República Islámica y la monarquía.
  • Detener la destrucción del medio ambiente; aplicar políticas básicas para restaurar la infraestructura medioambiental destruida en los últimos 100 años; impedir la privatización de la propiedad pública (como pastos, playas, bosques y montañas) que priva al pueblo de sus derechos de acceso y uso.
  • Prohibir el trabajo infantil y garantizar que todos los niños tengan acceso a la educación y a una vida sin privaciones económicas o sociales, independientemente de su situación familiar. Creación de programas públicos de bienestar social que proporcionen un seguro de desempleo y una seguridad social sólida a todas las personas en edad de trabajar, así como educación y asistencia sanitaria gratuitas para todos.
  • Normalización de las relaciones exteriores al más alto nivel con todos los países del mundo sobre la base de relaciones justas y respeto mutuo, prohibiendo la posesión de armas nucleares y trabajando por la paz mundial.

En nuestra opinión, las reivindicaciones anteriores pueden realizarse sin demora, dadas las reservas y la disponibilidad de riquezas naturales potenciales y reales del país y la existencia de un pueblo competente, educado y experimentado y de una generación de jóvenes muy motivados para disfrutar de una vida feliz, libre y productiva.

Las reivindicaciones recogidas en este manifiesto representan la orientación general de las demandas de los firmantes. Es obvio que las profundizaremos en nuestra lucha y solidaridad ulteriores. (Declaración publicada en persa el 15 de febrero de 2023; traducción y edición a partir del inglés por los editores de A l’Encontre)

Firmantes:

Consejo de Coordinación de las Asociaciones Sindicales de Profesores de Irán
Sindicato Libre de Trabajadores de Irán
Unión de Asociaciones Estudiantiles Unitarias
Asociación de Defensores de los Derechos Humanos
Sindicato de Trabajadores de la Caña de Azúcar de Haft-Tapeh
Consejo Organizador de las Protestas de los Trabajadores Petroleros No Temporales
Casa de los Profesores de Irán
Despertar de la Mujer
Voz de las Mujeres de Irán
Voz Independiente de los Trabajadores del Metal de Ahwaz Grupo Nacional de Acerías
Asociación de Defensores de los Derechos de los Trabajadores
Asociación Sindical de Trabajadores de la Electricidad y el Metal de Kermanshah
Comité Coordinador de Ayuda a la Formación de Sindicatos de Trabajadores
Unión de Pensionistas
Consejo de Pensionistas de Irán
Asociación de Estudiantes Progresistas
Consejo de Estudiantes Librepensadores de Irán
Unión de Pintores de Edificios de la Provincia de Elbourz
Comité de Apoyo a la Fundación de Sindicatos de Trabajadores en Irán
Consejo de Pensionistas de la Seguridad Social

https://vientosur.info/mujeres-vida-libertad/

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Josep María Alaña: «En mi época no existía el concepto de escuela inclusiva. La escuela era para ‘los normales»

Por: Lucía García López

Entrevistamos a Josep María Alaña, biólogo, profesor jubilado y defensor de los derechos de las personas con acondroplasia, tras la publicación de su último libro ‘Profe y Enano. El orgullo de la diferencia’.

Josep María Alaña creció en una época en la que nacer con acondroplasia (más conocida como ‘enanismo’) era considerado un ‘castigo de dios’. A pesar de los obstáculos que encontró, su voluntad, así como la autonomía y libertad que su familia siempre le aportó, le convirtieron en el primer profesor enano de España. Licenciado en Biología y Pedagogía, durante veinte años enseñó Ciencias Naturales en Secundaria y después trabajó en la Generalitat hasta jubilarse. Firme defensor de la escuela pública y de la educación inclusiva, ahora lucha por mejorar la situación de jóvenes en situación de exclusión social, como los Menores Extranjeros No Acompañados, así como por reivindicar mayores derechos para las personas que padecen su enfermedad. ‘Profe y enano. El orgullo de la diferencia’ es su último libro, publicado por la editorial Octaedro, en el que narra su vida personal, laboral y política y en el que defiende la importancia de “ser lo que uno es y no dejar nunca de serlo”.

Josep María Alaña

Pregunta: ¿Cómo explicaría el significado de la expresión ‘el orgullo de la diferencia’? 

Respuesta: Es el empoderamiento de nuestra condición frente a los demás. Fueron los gays, quienes nos enseñaron el camino con el orgullo. Significa estar orgulloso de ser lo que eres y no dejar de serlo, una forma de estar en paz contigo y con los demás…

P: Usted creció con total autonomía y libertad a pesar de las limitaciones que la acondroplasia podían causarle. ¿Cómo de importante cree que es aportar esa autonomía a las personas que tienen algún tipo de diversidad funcional?

R: Mis padres me dieron siempre libertad y autonomía y a la vez la responsabilidad de mis actos. Nunca me facilitaron nada que yo no pudiese hacer o intentar.

P: En su etapa escolar echó en falta en numerosas ocasiones una ayuda o adaptación que le hiciera más fácil el aprendizaje. Dice que incluso lo que más le importaba de esa época era la ‘supervivencia’. ¿Cómo cree que ha evolucionado la escuela en este sentido?

R: En mi época no existía el pensamiento ni el concepto de la escuela inclusiva, la escuela era para ‘los normales’. Los otros no cabían, no había nada adaptado, se tenía el concepto del ‘subnormal’, el discapacitado, el castigo de Dios…

P: ¿Por qué decidió ser profesor?

R: Hay varias razones. Una es que era una profesión que podía hacer, ya que en aquel momento y, ahora también, se basa en la comunicación, en hablar bien, en que te guste el discurso. Y en eso, aunque medía 127 cm, era bueno. Además, me gusta la educación como fuerza de cambio y yo en 1973 en pleno franquismo creía y creo que la educación siempre nos liberará. Por eso decidí ser profesor.

Josep María alaña Profe y enano
Josep María Alaña (Fotografía de Francesc Melcion)

P: Afirma que, como docente, para usted lo más importante es la persona y que para enseñar es necesaria una gran dosis de empatía. ¿Cuánto tiene que ver esta concepción con su propia experiencia personal?

R: Es cierto. Para enseñar hay que amar a los otros, a tus alumnos; hay que tener vocación y ser consciente de que lo importante son ellos, no la materia. Si ellos no están bien, no van a entender nada y, además, no todos van al mismo paso. Evidentemente todas las personas que nos dedicamos a la docencia lo hacemos porque tuvimos algún profesor que nos enamoró, que nos cautivó, que nos abrió una nueva puerta para entender el mundo. Yo tuve la suerte de tener en quinto de carrera a una persona como Ramón Margalef.

P: ¿Qué ha sido para usted lo más gratificante y lo más difícil de su labor docente?

R: Cuando encuentras exalumnos y ves que se acuerdan de ti, de tus consejos, y ves que en la vida se están defendiendo. Lo más difícil: la pobreza, ver la injusticia y desigualdad de chicos y chicas que no pueden estudiar porque en su casa no tenían recursos suficientes, el cómo la escuela también distribuye las clases sociales. Entre las cosas gratificantes también está que hoy todavía las mejores notas de selectividad las obtienen chicas y chicos de los institutos públicos en Catalunya. Por eso defiendo siempre a la escuela pública.

P: ¿Cree que todavía existen en los centros escolares muchas limitaciones para las personas con discapacidad?

R: Sí. Aunque hoy las nuevas tecnologías y los recursos ayudan a personas con serias dificultades a poder continuar con sus estudios, los centros en sí cuentan con muy pocas adaptaciones y sensibilidades para ofrecer un concepto integral de educación inclusiva, sobre todo en Bachillerato y en los Ciclos Formativos. Por eso son fundamentales los trabajos de orientación profesional y vocacional en etapas tempranas partiendo de las diversidades funcionales que tengan los estudiantes.

«Cuando todo lo que hay que memorizar está en Google, entonces en la escuela hay que ir a socializar y a negociar, a aprender a aprender, a perder y a ganar, a trabajar por competencias«

P: ¿Qué debería cambiar del sistema educativo para que realmente hubiera una educación igualitaria e integradora?

R: Mirar, ver y copiar modelos del norte de Europa, retardar al máximo la entrada de los niños a la escuela, no antes de los 6 años, hacer una política familiar que posibilite tener hijos en condiciones, que los padres y madres puedan estar con sus hijos en los primeros años… Como decía Decroly, Montessori y tantos, trabajar la cooperación, fomentar la imaginación, los centros de interés. Cuando todo lo que hay que memorizar está en Google, entonces en la escuela hay que ir a socializar y a negociar, a aprender a aprender, a perder y a ganar, a trabajar por competencias.

P: En la opinión pública apenas hay referentes con discapacidad como la suya o los que hay son, a menudo, satirizados. ¿Cree que es beneficioso para los jóvenes que padezcan algún tipo de discapacidad contar con este tipo de referentes?

R: Sí, pero ya hay muchas personas con diversidades funcional que están en la universidad o en ciclos formativos. Hoy hay un cambio en la perspectiva de la inclusividad, ya que hasta permite la existencia de funcionarios públicos con diversidad funcional. El problema está en los padres, que dejen a sus hijos de 18 años salir del pueblo e ir a estudiar solos a la gran ciudad y ser autónomos. Esta es la palabra clave: autónomo para decidir tu vida.

P: Ha trabajado durante toda su vida para mejorar las condiciones y las oportunidades de las personas con su enfermedad. ¿Cuáles son las principales necesidades que deben cubrir?

R: Como todo colectivo reducido, nosotros somos unas 3.500 personas con una displasia esquelética o con enanismo en España, y si reunimos todas las displasias esqueléticas, podemos llegar a unos 14.000. Se necesita un censo oficial, un centro de referencia estatal de seguimiento de nuestra enfermedad en todas las etapas de la vida, que todos los centros de salud sepan cómo tratar a una persona acondroplásica. Necesitamos tener los certificados de discapacidad al día, que todos los servicios públicos estén adaptados a todas las tallas (en este momento hay edificios públicos en los que los mostradores son inalcanzables, que los cajeros automáticos también se adapten, los timbres …) Todas estas cosas se deben normalizar: las sillas, pupitres de las escuelas, armarios, etc. El Estado debería entender que las personas que miden menos de 140 cm también son ciudadanos, pagan sus impuestos y merecen ser tratados como tales.

P: También ha dedicado parte de su jubilación a ayudar educativa y socialmente a menores extranjeros con pocos recursos. ¿Crees que este tipo de jóvenes también sufren una ‘exclusión educativa’ por sus condiciones sociales y económicas?

R: Yo estudié en la universidad pública, que era económica en aquel tiempo, unas 4.000 pesetas de matrícula cada año y me lo podía pagar en verano con trabajos que hacía. Lo que era caro era que estuviera todo el año estudiando sin trabajar, porque en mi casa podían costear mi manutención. Y eso era gracias a los impuestos de la mayoría de trabajadores que no podían permitirse el lujo de tener un hijo de 16 años sin trabajar si en la familia eran 4, 5, 6 hijos. A eso yo le llamo ‘devolver la deuda’. Yo he colaborado y colaboro en proyectos de ayuda de emigrantes subsaharianos, ayudándoles a encontrar perfiles profesionales, formación… Porque creo que es una deuda que tengo con la sociedad que me ayudó y ahora me toca a mí. En el fondo es una deuda kantiana: se tiene que hacer y punto.

P: ¿Qué tres valores crees que son los más importantes para educar en diversidad? 

R: Aceptar la igualdad desde la diferencia individual y llegar donde podamos. El otro también me puede enseñar y yo aprender de él, ponerte la gafas del cariño, y no tener ningún prejuicio a la piel, al género, a la religión, a la ideología… Un día un chico subsahariano me explicó que “era el tercer hijo de la tercera mujer de su padre…” Aquí lo dejo… No somos perfectos pero eso no impide intentar que seamos buenas personas con nosotros mismos y con los demás.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/josep-maria-alana/

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