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Entrevista a Sonia Gaya: “En el Parlamento andaluz se habla de aulas prefabricadas, de política educativa muy poco”

15 octubre 2017/Fuente:eldiariodelaeducacion /Autor:Daniel Cela

A Sonia Gaya, nueva consejera de Educación y exportavoz de FETE-UGT le quedan por delante 18 meses para poner en marcha su propia política educativa. Un plazo muy corto para los tiempos educativos y parlamentarios.

Sonia Gaya sabe de educación. Les puede parecer de perogrullo tratándose de la actual consejera de Educación de Andalucía, pero créanme: no es tan sencillo. Este departamento ha tenido nueve titulares desde 2007, ninguna otra área del Gobierno ha experimentado tal baile de consejeros y ninguna otra comunidad tuvo tantos en tan poco tiempo. Gaya (Huelva, 1969) tiene un requisito especialmente complejo para estar aquí: durante muchos años se sentó al otro lado de la mesa sectorial de Educación, como portavoz de FETE-UGT, y ahora ocupa el puesto de quienes antes fueron sus interlocutores. Dicen que es consejera “en virtud de la paz sindical”, y ella apunta que ha metido en la cartera la lista de reivindicaciones que dejó pendiente al otro lado de la mesa de negociación. Claro que su nombramiento tiene truco: apenas cuenta con 18 meses para cambiar o impulsar todo lo que siempre quiso hacer estando fuera. ¿Por dónde empezar?

En Primaria recomiendan mantener a un tutor con el mismo grupo toda la etapa. El Gobierno andaluz ha tenido nueve consejeros de Educación en 10 años. ¿Cómo afecta esto a la hora de definir una política educativa a largo plazo?

Creo que sí afecta, efectivamente. Porque cada consejero ha tenido una impronta especial en su mandato. También es cierto que es muy difícil gestionar la educación en una comunidad como Andalucía [1,8 millones de alumnos, unos 4.500 centros y 98.091 profesores]. La educación siempre está en el punto de mira, porque la sociedad demanda mucho de ella. A veces el perfil bueno de un consejero no acompaña a la demanda de político y social ese momento, quizá eso es lo que ha provocado tantos cambios de titular. Pero no es porque la cartera de Educación nos queme, no debe hablarse de quemarnos. Los que asumimos esta responsabilidad sabemos lo que implica. Es un reto bonito, pero fácil no es.

Usted estuvo fue portavoz de FETE-UGT. ¿Se ha traído sus reivindicaciones sindicales a la agenda de la consejería?

Como FETE-UGT, nosotros nunca hemos hecho reivindicaciones ilógicas. Siempre nos hemos preocupado tanto por los trabajadores como por la educación en sí. Ese discurso educativo lo interiorizamos en el sindicato y no lo puedes abandonar cuando llegas a la Consejería. Pero es cierto que hay cosas que ahora te gustaría hacer y no puedes…

¿Por ejemplo?

No puedes porque los recursos son limitados, tienes que gestionar y medir mucho los equilibrios. Y además eres parte de un Gobierno que también toma decisiones, pero sigo pensando que la mayoría de mis prioridades antes, lo siguen siendo ahora.

Su situación es peculiar. Se ha pasado muchos años vigilando, cuestionando y proponiendo mejoras. Ahora está en su mano. ¿Cuál es su prioridad?

Verá, no sólo tengo un tiempo muy limitado por delante, apenas 18 meses. Es que lo normal es diseñar un programa de Gobierno en educación, y yo he llegado en mitad de ese programa. Siempre he pensado que hay que empezar a arreglar cosas por la parte de abajo. Tanto cambio de modelo educativo, al final nos hace perder el rumbo sobre qué es la política educativa. Y hay que hablar de política educativa, con sensibilidad y con sensatez. Lo primero para nosotros es reabrir el debate sobre cómo organizar las etapas de Infantil y de Primaria.

¿En qué sentido?

Hemos visto cómo la Lomce ha ido secundarizando la Primaria. Ha traído un montón de especialidades y opciones, un horario muy diversificado, tienen muchísimos maestros para un alumnado tan pequeño. Tampoco sé si funcionan las distribuciones horarias entre troncales y específicas… ese debate queremos abrirlo. Hay que empezar por los más pequeños e ir comprobando hasta dónde dura el éxito y en el momento que se produzca el fallo, ahí es donde tendremos que actuar.

Los resultados de la prueba Escala (2º de Primaria) son buenos, los del PISA están por debajo de la media nacional.

Creo que será en las transiciones de curso donde hay que intervenir: entre Infantil y Primaria y entre Primaria y la ESO, pero no sólo. A veces me planteo si hay que normativizar tanto la educación, porque al ser una comunidad tan grande, las casuísticas son tremendas. Hay que regular para garantizar la igualdad, la transparencia, la objetividad… pero a veces me cuestiono si tantísima regulación impide mayor innovación o autonomía por parte de los maestros.

¿Eso es lo que le dicen los docentes? ¿Que el exceso de normativa encorseta su capacidad para educar con más imaginación?

Ellos siempre plantean que hay demasiada burocracia, que les agobia y les impide dedicar su tiempo a otras cosas más productivas. Imagínate que un maestro quiere hacer cambios en el horario de las materias curriculares, las tutorías o los talleres… no se puede porque todo está muy tasado. Difícilmente pueden abordar otro tipo de proyectos más innovadores, pero ese exceso normativo a algunos no les impide innovar. Quienes lo consiguen son precisamente los colegios que hacen un sobreesfuerzo porque están en zonas muy deprimidas social y económicamente. Esas prácticas se pueden trasladar y hacer experiencias piloto en la mayoría de las escuelas.

La crisis ha hecho involucionar el paradigma con el que pensamos la escuela. Se vuelve a hablar más desde la perspectiva asistencial que pedagógica, seguramente porque a la escuela pública le está tocando cubrir los huecos de muchas familias: comedores, aula matinal, transporte, gratuidad de libros… ¿Este debate no ha desplazado el peso de una verdadera política educativa?

Si usted lo que me está diciendo es que el profesorado cree que ponemos el acento en estas cuestiones y no en la labor docente, yo le digo que nuestro discurso compatibiliza las dos cosas. El Gobierno andaluz lucha por la igualdad de oportunidades y para ello hay que garantizar que el punto de partida de todas las familias sea el mismo. Otra cosa es que en la actividad parlamentaria, lo que nos demandan los otros grupos políticos sean cuestiones muy concretas: climatización, aulas prefabricadas… De política educativa se habla poco en el Parlamento.

¿Y centrar ahí el debate no es tramposo?

Pero yo de eso no tengo la culpa. He intentado llevar a la comisión de Educación y al pleno el debate educativo, pero al final la respuesta que encuentro es una lucha de cifras y datos. Tengo que responder a lo que me demandan legítimamente los grupos parlamentarios. Cuando se habla de inversión en educación, esto también entra y es importante. De nada sirve tener planes maravillosos, si las familias no tienen dinero para acceder a ellos.

La Consejería vendía cifras en época de bonanza, cuando se podían comprar ordenadores y pizarras digitales. El problema, quizá, es si se ha apostado por un proyecto concreto a largo plazo.

Yo creo que el problema no está en decidir una política educativa concreta. Si el pacto educativo saliera adelante, sería bueno, porque recogería aspectos en los que todos coinciden. El pacto habla de la no segregación del alumnado, de la atención a la diversidad, de la modernización de la escuela, de la Formación Profesional, del bilingüismo, de la carrera docente… Si se logra na nivel estatal 10, 15 o 20 puntos importantes que han funcionado, eso sería fundamental.

Por ahora el Pacto es una entelequia. Además, no evita el gran fantasma de este departamento: la dificultad de concreción de sus políticas… Le pongo un ejemplo: la Junta acaba de abrir la puerta a la semigratuidad de las matrículas universitarias. Es una medida concreta y fácil de cuantificar pero, sobre todo, es pionera y que distingue políticamente a este gobierno. ¿Cuál fue la última apuesta política innovadora que se adoptó en enseñanzas medias?

Hombre, empezando por la Ley de Educación de Andalucía (LEA, 2007), que fue una buena ley con gran consenso político, social y sindical. En su desarrollo de la se lograron cosas hasta la crisis. Había, por ejemplo, paz sindical. La crisis supuso un retroceso. Cuando tienes que atender a una población escolar tan grande y a una plantilla docente tan amplia, la crisis y los cambios normativos del Gobierno central obligaron a la Junta a paliar, en la medida de lo posible, lo que quedaba. Dese cuenta del triángulo: crisis, Lomce y un Real Decreto que nos ha afectado muchísimo… Es una situación en la que intentas ir sobreviviendo para que el perjuicio sea el menor posible. En ese marco, es difícil plantear una medida educativa maravillosa y exitosa. Ahora estamos en vías de recuperación, en noviembre de 2016, el Consejo de Gobierno aprobó el Plan de Éxito educativo, que introduce algunas iniciativas buenas, y debemos ir cumpliéndolas en tiempo y forma.

El presupuesto de Educación ronda los 7.000 millones. Más del 80% es plantilla docente. ¿Se puede hacer política con el dinero restante o nos confiamos a la labor docente?

Se puede hacer política con el dinero restante y se hace mucha política con la labor del profesorado.

Tienen unos 98.000 docentes. Si hay algo que usted sabe más como representante sindical que como consejera es sobre sus necesidades. ¿Están contentos con la escuela?

Una pregunta complicada. Es difícil que todos entiendan que la educación es un sistema vivo, en permanente movimiento, y que las necesidades en un periodo no son las mismas en otro. Y no por parte de la Administración, sino del propio sistema educativo. A veces en Twitter me dicen: “Parece mentira que no lo entiendas”. Yo sí lo entiendo, pero uno tiene que gestionar racionalizando los recursos públicos, haciendo un esfuerzo por afectar lo menos posible a determinados colectivos.
El otro día un interino en Twitter me decía en un privado: “Esto era muy fácil: un interino de Primaria sólo da clases de Primaria y nadie más entra a dar clases de Primaria”. Y yo le ponía el ejemplo de Secundaria: Si tú tienes seis horas de Geografía e Historia y diez de Inglés en la ESO, ¿el director qué perfil va a pedir? Y él respondía: el de Inglés. Claro, y por el Real Decreto de atribución docente, va a dar las seis horas de Historia. ¿Tú contratarías a dos profesores para las diez horas de Inglés y otro para las seis horas de Historia? Son recursos públicos, eso no puedes hacerlo.

Entiendo que se refiere al enfado de los muchos interinos que este año se han quedado fuera del sistema…

Sí, en efecto. Estos son los encajes que hay que hacer a veces, porque son horas sueltas y no todo el mundo tiene los horarios completos de su especialidad. Por eso unas listas de interinos en bolsa van más rápido y otras menos. Yo entiendo que es muy difícil esperar, sobre todo si ya han trabajado antes. El que ha dado clases un año no entiende que al siguiente no le llamen. En Primaria e Infantil además nos encontramos con el descenso de la natalidad. Si analizamos la colocación este año de la ESO, hay especialidades en que ha empezado a trabajar gente con muy muy poco tiempo de servicio (con una sola vacante), porque ahora el pico de escolarización lo tenemos en Secundaria. Hay recursos que tienes que mover dentro del sistema inevitablemente, por mucho esfuerzo que hagas por mantener a los maestros de apoyo en Primaria, aunque pasen normativamente el límite que tenemos establecido para esos recursos. Estamos trabajando con los sindicatos sobre las sustituciones, porque es verdad que lo que no puede ocurrir es que un profesor asignado a refuerzo educativo se lleve todo el año cubriendo una sustitución, eso es imposible. Los maestros de apoyo deben estar para el apoyo, y puntualmente deben cubrir una baja, y nunca de larga duración.

En general, en Andalucía, hay poco movimiento en bolsas entre especialidades…

Muy poco o ninguno. Se está trabajando con los sindicatos para permitir más movilidad y flexibilidad, por ejemplo cuando adquieran formación en idiomas. Si tú eres de Primaria y en tres o cuatro años que no se ha modificado la bolsa logras una acreditación de idiomas, ¿por qué no te vamos a permitir pasar a una bolsa bilingüe si ya tienes el título? Aquí en Andalucía las bolsas no son abiertas, como ocurre en el resto de comunidades, son bolsas anuales o plurianuales, en las que van aportando méritos. El movimiento en las bolsas es lo que aquí se pretendió con el decreto 302, y hubo un rechazo rotundo…

¿Por qué?

Porque aquí siempre ha primado el tiempo de servicio como criterio único para la ordenación en bolsa. El decreto 302 buscó más movilidad, combinando la experiencia con la formación. Si yo hago X cursos de formación, pero tengo menos tiempo de servicio, y tú tienes más experiencia, pero no haces formación, puede llegar un momento en que yo me ponga por delante en la bolsa. Eso no gustó a los interinos y se paralizó. No me atrevo a asegurarlo al 100%, pero creo que somos la única comunidad que tiene el tiempo de servicio como criterio único de ordenación en las bolsas de interinos.

Y a usted no le parece mejor que la experiencia sea el único criterio…

A ver… Yo creo que este tipo de cambios se pueden hacer cuando el porcentaje de interinos es muy pequeño. Si los interinos tienen muy poco tiempo de servicio, a lo mejor se puede ponderar más la formación… yo no lo voy a hacer, ¿eh? Porque ya tengo claro el rechazo que tuvo el decreto 302, y es un debate que no voy a abordar. Pero cuando hay pocos interinos en bolsa y con poco tiempo, es fácil introducir el debate, porque la gente entiende que el que ha aprobado las oposiciones, pero no ha conseguido una plaza, puede tener más opciones de trabajar. Es ese movimiento permanente de la bolsa el que crea expectativas laborales. No coincido con que este sistema sea bueno cuando el porcentaje de interinos sea muy alto…

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Como ahora.

Como hora, efectivamente.

Ahora el porcentaje de interinidad está disparado, en parte por el tope a la tasa de reposición. Pero muchos interinos que trabajaron el año pasado se quejan de que este no han logrado plaza por errores de planificación del currículum. ¿Esto es así?

Yo no entiendo que haya habido problemas en la planificación del curso. La planificación es algo escrupuloso, otra cosa es que haya gente a la que no le gustan las asignaturas que dan. ¿Usted recuerda cuando empezó la especialidad de Primaria en 2007? Hubo una protesta general de los profesores de Educación Física y Música, porque se había creado la especialidad de Primaria, con el derecho exclusivo de impartir las materias troncales. Hasta entonces, eran los de Educación Física y Música quienes estaban habilitados para dar Primaria. Muchos de ellos se vieron desplazados y se quedaron sin trabajo. Ahora ha ocurrido algo similar cuando el Gobierno andaluz ha decidido implantar una segunda lengua extranjera obligatoria en Primaria (Francés). Por supuesto que tiene su efecto en la plantilla, pero eso no es una mala planificación. Se puede estar o no de acuerdo con las medidas de la Consejería, pero eso no es mala planificación. Y pasa lo que pasa siempre: si el maestro de Francés no tiene el horario completo y le faltan dos horas, probablemente dé dos horas de generalista. Y no ocurre al revés, porque no puedes tener al de generalista dando Francés. Eso pasa constantemente en educación. Es de sentido común.

Consejera, ¿se pueden alcanzar los objetivos de una etapa como la ESO terminando con dos suspensos?

Ese debate…yo puedo tener mi opinión personal. Lo que estamos evaluando es una etapa completa, con muchas asignaturas. El alumno puede haber cursado de primero a tercero de ESO sin problemas, y que al final de 4º le queden dos materias. Al evaluar la etapa, yo creo que no hay problema en que lo haga en junio o en una convocatoria extraordinaria. Verá, cuando oigo hablar de la cultura del esfuerzo a gente que tiene el examen dos semanas después de que acabe el curso, sinceramente, no me parece tampoco muy coherente. En la reunión con el ministro hace tres semanas estuvimos hablando de este tema, y él aludía a que debería ser uniforme lo que hiciéramos respecto a la evaluación. Yo lo entiendo pero quien tiene las competencias para regular la evaluación es el Ministerio. El ministro quiere llevar este tema a la conferencia sectorial de Educación y yo le dije que deberíamos llevar la evaluación global: si hay pruebas extraordinarias, cuándo, cómo deben ser…y partiendo de que nosotros creemos que la evaluación debe ser continua y sobre competencias adquiridas al final.

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A principios de año, Andalucía decidió no renovar los conciertos a colegios que segregan por sexo. Susana Díaz dijo: “Quien quiera una escuela exclusiva de niños que se la pague”. Pero la Junta sigue financiandolos, porque los tribunales les dan la razón. ¿No sería más útil impulsar una iniciativa en el Congreso para derogar ese apartado de la ley? ¿O es que esto es una línea roja en la negociación del pacto?

No. No es una línea roja para nada. El PP, hace un mes, presentó una PNL sobre la libre elección de centros en el Congreso para reforzar ese aspecto de la Lomce que blinda los colegios con educación diferenciada. Y la respuesta del PSOE ha sido presentar tres PNL, una de ellas sobre la no segregación, no sólo por sexo, sino para evitar por ejemplo que el alumno que elija Religión no pueda escoger también Valores Éticos, porque ahora la ley le obliga a seleccionar una de las dos. La postura del PSOE andaluz es clara: no queremos la segregación ni a nivel estatal ni autonómica…

¿Cuál va a ser su impronta como consejera en estos 18 meses?

Mi impronta en un año y medio, no lo sé. Lo primero que me gustaría es que no exista tanta crispación y desconfianza en el mundo educativo, que todo el mundo tenga claro que juntos podremos hacer más cosas que por separado. Y que si estoy dispuesta a escuchar como consejera, que los demás también estén dispuestos a escuchar. Que no simplemente por ser de la Administración siempre debe haber un enfrentamiento continuo. ¿Y qué me gustaría y no está en mi mano? Pues que la educación no estuviera tan politizada.

El expresidente José Antonio Griñán solía decir que “la verdadera política es la educación”.

Sí, pero está politizada hasta el punto de que cualquier cosa que se haga está cuestionada por razones ideológicas… o lo que hablábamos antes del Parlamento, que se trate de conseguir el titular de escándalo para que la gente se alarme o piensen que las cosas no funcionan. Y entiendo que los grupos tienen su estrategia de oposición, pero ojalá los debates estuvieran en las cosas importantes de la educación.

¿Eso es una crítica o una autocrítica?

Estamos intentando marcar nuestra propia agenda política, pero a veces tengo la sensación de que la línea política no interesa. Es un poco árido moverse en este terreno. Si políticamente no puedo conseguir cierto compromiso o complicidad en una serie de cuestiones, desde luego lo voy a intentar con los padres, madres y docentes…

 

Fuente de la entrevista: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/10/10/en-el-parlamento-andaluz-se-habla-de-aulas-prefabricadas-de-politica-educativa-muy-poco/

Fuente de la imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/10/EDU_Sonia_Gaya_CG-_03-10-17-GC_062.jp

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España: Plataforma Escuela Pública se movilizará si sigue inactividad en educación

España/ 10 de octubre de 2017/ Fuente: http://www.elperiodico.com

La Plataforma por la Escuela Pública ha anunciado hoy movilizaciones «si continúa la inactividad del Gobierno en materia educativa», y ha exigido que se derogue la Lomce, se reviertan los recortes y se ponga en marcha una hoja de ruta por un pacto social por la educación.

 Así lo ha manifestado, Paco García, de la Federación de Educación de CCOO, quien ha acusado al ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, de «parapetarse en el pacto educativo para aplicar las mismas políticas con menos ruido».

«La Plataforma sigue existiendo, vamos a poner encima de la mesa iniciativas. Por el momento no hay calendario, pero lo habrá», ha asegurado García, que ha advertido de que la «comunidad educativa no aceptará un pacto sin consenso social».

En este sentido, Maribel Loranca, responsable de enseñanza de UGT, ha lamentado que el Gobierno siga aplicando las políticas regresivas y los recortes, mientras la Subcomisión del congreso encargada del pacto educativo «eterniza sus trabajos para no abordar con los sindicatos, los estudiantes y las familias los problemas reales».

Loranca ha criticado que Méndez de Vigo «sólo ejerza de portavoz», al asegurar que «tiene absolutamente abandonada la educación».

Por ello, ha calificado de «absolutamente normal que las comunidades autónomas estén tomando sus iniciativas» para resolver los problemas pendientes, como el que afecta a los «100.000 trabajadores de la enseñanza en precario» o la necesidad de modificar el sistema de becas, «como se comprometió el ministro el pasado mes de julio tras una protesta de los estudiantes».

Las críticas al trabajo de los grupos parlamentarios en la Subcomisión de Educación han sido unánimes por parte de los todos los integrantes de la Plataforma.

Para Jesús Aguayo, de STEC, la Subcomisión «sólo sirve para dar apariencia de un diálogo que no existe» y ha insistido en que para el «Ministerio supone ganar tiempo y para la Plataforma perderlo».

Fuente de la Noticia:

http://www.elperiodico.com/es/sociedad/20171009/plataforma-escuela-publica-se-movilizara-si-sigue-inactividad-en-educacion-6341025

 

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La escuela en el limbo

Por: José María Agüera Lorente

Henos aquí un curso más ante un panorama de incertidumbre con perspectiva de prolongarse por tiempo indefinido a la espera de ese pretendido pacto de estado por la educación. Ya lo padecimos el pasado año académico, cuando de la caja de Pandora de la última ley educativa parida por el ministro Wert sin consenso, la LOMCE (Ley orgánica de mejora de la calidad de la educación… ¿Sarcasmo involuntario?), salieron todos los males concretos derivados de la politización de una institución fundamental en todo Estado democrático y de derecho, por cuanto tiene entre sus funciones la de corregir desigualdades y, por ende, contribuir de modo primordial a la convergencia social. El curso pasado los profesores, alumnado y familias no supimos hasta bien superada la mitad de su duración qué se iba a hacer con la dichosa PEBAU (prueba de evaluación del bachillerato y acceso a la universidad) diseñada, en principio, de acuerdo con el marco de la LOMCE, como instrumento de estandarización de la educación de masas no declarado como tal; se trata de asegurarse el control político del mecanismo de ingeniería social seguramente más potente.

En su libro Escuelas creativas, de hace dos años, el experto en educación Sir Kenneth Robinson denuncia lo que él llama «movimiento de normalización», un proceso de iniciativa política habitualmente centralizado en los ministerios de educación de los diversos países puesto en marcha con el propósito de llevar a la institución de la educación por el buen camino que conduce al éxito, el cual se certifica según criterios pertenecientes a un paradigma ya obsoleto hace varias décadas a juicio del mencionado experto puesto que responde a los valores y fines socio-económicos de una realidad histórica pretérita y sin vigencia alguna en el tiempo de la llamada por el difunto Zygmunt Bauman modernidad líquida. La normalización de los estándares educativos es la respuesta política espasmódica ante las ineludibles incertidumbres que son su esencia. Mediante ella se pretende asegurar unos mínimos de calidad educativa en todos los niveles académicos y en todos los diversos centros de un territorio según directrices rígidas establecidas por una autoridad educativa central y utilizando como instrumento procedimientos de evaluación en los que los exámenes son decisivos; el caso de la antes mencionada PEBAU en nuestro país.

En lo que se refiere a la enseñanza –y cito a Robinson–: «el movimiento de normalización prefiere la instrucción directa de información objetiva y de competencias y la enseñanza frontal a las actividades de grupo. Se muestra escéptica con la creatividad, la expresión personal y las formas de trabajo no verbales y no matemáticas, así como con el aprendizaje a través de la exploración y del juego imaginativo»; por lo que respecta a la evaluación –y vuelvo a citar– «da prioridad a los exámenes académicos escritos y al uso generalizado de preguntas tipo test para que las respuestas de los alumnos puedan codificarse y procesarse con facilidad». Es el taylorismo implantado en la escuela.

Este movimiento de normalización es un elemento principal del paradigma que Robinson viene denunciando desde hace años, no sólo por escrito, sino en conferencias accesibles en internet y en sus trabajos de asesoramiento educativo, y que se caracteriza por pecar de excesivo academicismo y de un cierto clasismo. Aunque nuestra sociedad requiere de mucha gente formada en diversos oficios muy necesarios –ya saben: fontaneros, electricistas, técnicos informáticos…– para nuestra calidad de vida la escuela no atiende suficientemente su promoción y la formación en los mismos. Esto se ve claramente en nuestro país y particularmente en la región de Andalucía, donde cada provincia –cada provincia– tiene su propia universidad, con la alta exigencia de recursos que ello implica, mientras que los estudiantes que quieren formarse profesionalmente en un determinado oficio se ven obligados a desplazarse a veces a gran distancia de sus hogares si quieren cursar un ciclo de formación profesional que, si es muy demandado, siempre estará escaso de oferta. Porque todavía sigue vigente, en gran medida y también en las instancias políticas, la creencia según la cual «los chicos listos van a la universidad» y los «torpes» deben dejar de estudiar para buscar trabajo u optar por el premio de consolación, que es la formación profesional para aprender un oficio. ¿Por qué, si no, se iban a llamar a los estudios universitarios «educación superior»? Ese calificativo de «superior» contiene una muy significativa carga valorativa y de estatus social. Estoy de acuerdo con Ken Robinson cuando sentencia en su libro: «Ese sistema de castas que favorece los estudios académicos sobre los técnico-profesionales es uno de los problemas más corrosivos del mundo de la educación». La razón se la da el economista y profesor en Cambridge Ha-Joon Chang en su libro titulado 23 cosas que no te cuentan del capitalismo cuando habla de inflación de títulos universitarios, y denuncia una «dinámica malsana» en los países de ingresos altos y medios-altos (como el nuestro) que pueden permitirse ampliar sus universidades, justificándolo en que la educación superior tiene un efecto directo positivo en su progreso económico. No es así. Como prueba de falsación de la creencia en el poder de la educación superior para incrementar la productividad y la riqueza de un país el profesor Chang presenta lo que él denomina «la paradoja suiza». Suiza, uno de los países más ricos e industrializados del mundo, presenta desde hace tiempo un índice de universitarios –que se ha elevado últimamente– notablemente inferior a otros países más pobres, como Corea del Sur: un 43% frente a un 67%, respectivamente. Para este heterodoxo economista las universidades no tienen por función principal proporcionar a los individuos conocimiento productivos, sino determinar dónde se sitúa cada persona dentro de la jerarquía laboral; se trata principalmente, pues, de una función de clasificación (sorting). La posesión de un título universitario por parte de una persona es en la práctica un indicador para los posibles contratadores de que es alguien más inteligente, disciplinado y organizado que quienes no lo tienen. O sea, que cuando una empresa da trabajo a alguien que no tiene experiencia previa lo hace por las mencionadas cualidades generales, no por sus conocimientos especializados que –como sabemos bien en nuestro país– a menudo no guardan relación con las tareas a desempeñar. Las destrezas específicas para cada puesto laboral suelen ser adquiridas mediante la práctica en el mismo ámbito concreto de trabajo. La consecuencia es que los grados universitarios en su mayoría pierden valor a efectos de acceder a un empleo de calidad, porque el número de titulados ha superado ese umbral crítico a partir del cual tales titulaciones dejan de marcar la diferencia. Entonces entramos en el mercado de los másteres, que es el siguiente escalón en la jerarquía de estatus en el ámbito de la formación; es decir, que ahora para destacar es necesario un máster o incluso un doctorado, aunque a juicio del profesor Chang el contenido en productividad de esos títulos de posgrado es mínimo en lo que respecta a los posibles trabajos. Su conclusión es contundente: «al menos la mitad de la educación universitaria (…) se “malgasta” en el juego de suma cero del sorting».

Que la educación marca la diferencia desde el punto de vista del estatus lo saben muy bien los ultrarricos –el 1% superior del espectro de la distribución de la riqueza–. Por esto suelen procurar para sus hijos el mejor colegio a la edad más temprana. Antonio Ariño y Juan Romero, coautores del libro La secesión de los ricos, llaman a esto «guerra darwinista» por conseguir la mejor educación para la prole a la edad más temprana. Diversos estudios por ellos aludidos demuestran ese «darwinismo educativo» en el ámbito global; no importa el país de origen de las familias de la élite mundial que buscan llevar su prole a los mejores centros del planeta. Así se tiende a crear progresivamente un sistema educativo global de escuelas secundarias y universidades jerarquizado en función de las demandas de las superélites. Este fenómeno es congruente con la ideología de la meritocracia mediante la que se legitima moralmente un sistema que perpetúa las desigualdades estructurales. Además, el interés de los ultrarricos (los multimillonarios que disponen de más de un millón de dólares para invertir) por esa educación de élite tiene que ver con el capital relacional. Éste es esencial para que los grupos de poder mantengan su reserva endogámica; consiste en el cultivo de las relaciones sociales entre aquellos individuos de semejantes estatus, ideología e intereses, solidarios los unos con los otros en la tarea de mantener su situación de privilegio. Ese capital se empieza a adquirir y acrecentar en esos centros educativos de prestigio internacional. Allí los hijos de los más importantes se codean con los mismos de su clase para cultivar las relaciones necesarias entre ellos para salvaguardar su estatus generación tras generación (a este respecto me viene a la memoria un programa de Salvados dedicado a colegio de El Pilar de Madrid que es un inmejorable botón de muestra de lo que aquí exponemos).

Por su parte, las mayorías sociales que parten con desventaja en la línea de salida de la carrera por lograr la mejor posición en la jerarquía de estatus tienen en la educación pública de calidad su mejor –y prácticamente única– baza. Se puede decir sin miedo a exagerar que se trata de una institución con un significativo valor político por cuanto su situación condiciona el futuro de generaciones. Esa brecha entre el mundo de los centros educativos internacionales de prestigio y la en muchos casos depauperada escuela pública impide la corrección de la creciente divergencia económica y perjudica la dinamización de la fluidez social. Lo resumen muy bien los profesores Ariño y Romero con estas palabras: «La educación debería ser el valor más democrático que existiera, en vez de la principal fuente de desigualdad; es el único ascensor disponible para los que menos tienen, aunque sea el ascensor de servicio. Las grandes desigualdades se fraguan en el desigual nivel de acceso a una educación de calidad».

Pero la educación se encuentra en el limbo por así decir, ese no lugar que no lleva a ninguna parte inventado por los teólogos para las almas de los niños que murieron pendientes de bautismo; sobre todo en nuestro país, pero no sólo pues a todos afecta esa cultura de la modernidad líquida identificada por Zygmunt Bauman. Su crisis institucional perjudica su esencia de arte, que esas dos dimensiones definen lo que la educación es. Es arte, pues tiene un componente creativo, y más precisamente constructivo o formativo. Los alemanes lo llaman «Bildung», que se podría traducir por configuración ya que el término proviene de la palabra «bild», que significa imagen o figura. Y está bien dicho, porque la educación configura, da forma –es decir, convierte en acto, poniéndonos aristotélicos– a las potencialidades de la humana naturaleza. Se trata de alcanzar mediante la educación el perfeccionamiento en el logro de un ideal, el de la humanidad. Ahora bien, para ello –y a juicio del ya referido Ken Robinson– los gobiernos han de abandonar un paradigma educativo ya obsoleto, fundado sobre los pilares de la industrialización y la supremacía de los valores estrictamente intelectuales. Este modelo, tradicionalmente protegido por las instancias políticas, se parchea y se vuelve a parchear, como en nuestro país, mediante leyes que en ningún caso lo cuestionan en lo esencial. Su diseño responde al objetivo de crear personas conforme a determinados conceptos de talento y necesidad económica, y es inevitable que produzca ganadores y perdedores. Una verdadera transformación del paradigma educativo requiere una nueva manera de pensar, como dice Ken Robinson: «Si concebimos la educación como un proceso mecánico que sencillamente no funciona tan bien como antes, es fácil concluir que tendríamos que repararlo, de que si lo retocamos y normalizamos como es debido, funcionará de forma eficaz y a perpetuidad. (…) la educación no es un proceso industrial, sino orgánico, por mucho que algunos políticos se empeñen en lo contrario. La educación trata con personas vivas, no con cosas inanimadas».

¿Suena utópico? Quizá, pero Ken Robinson es muy consciente de que la educación de masas siempre ha tenido fines económicos. Ahora bien, éstos deben estar en consonancia con las exigencias de cada época, y las del siglo XXI no son obviamente las del XIX del paradigma educativo aún vigente en gran medida. La consecución de los fines económicos actualmente exige cultivar la gran diversidad de talentos e intereses de los jóvenes para lo cual hay que otorgar la misma importancia tanto a los estudios académicos como a los técnico-profesionales. Una compañera profesora del ciclo de formación profesional de imagen y sonido, Cristina García Jaramillo, escribía un texto hace un año, tras su visita a Finlandia por ser partícipe en un proyecto educativo europeo, al que puso por título «España y Finlandia: resignación y confianza, dos modelos educativos». Esta colega pudo constatar in situ cómo la actualización del paradigma educativo es un hecho en ese país, lo que también reconoce Ken Robinson en su libro. En efecto, confianza en los diversos talentos de los alumnos y confianza en todo lo bueno que puede derivarse de la libertad creativa de los profesores, de su arte docente, sin vigilancia política de parte de ningún cuerpo de inspectores, dándole importancia no a los exámenes sino a crear las condiciones idóneas para el aprendizaje autónomo de los jóvenes, con flexibilidad en los horarios y espacios acogedores, con una protección política decidida de la conciliación de la vida familiar y laboral que libere a las escuelas de su papel (que también lo tiene aunque no se reconozca oficialmente) de meras guarderías de niños y adolescentes, de modo que las familias puedan ser efectivamente las principales responsables de la educación de sus hijos.

Mientras tanto, en nuestro país, muchos padecen la resignación que contagia una educación que sigue en el limbo. ¿Hasta cuándo?

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232425

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Salir del hoyo cavando

Por: Pedro Badía

Debemos de trabajar por un sistema educativo inclusivo, de justicia social. Más participativo, más colaborativo y solidario. Con más capacidad para integrar conocimientos y experiencias frente a un sistema neoliberal que quiere hacerse con el mercado educativo.

Más allá de las buenas o de las malas notas; de la disciplina y del esfuerzo para aprender y aprobar asignaturas. Más allá del fracaso escolar y del abandono escolar temprano, hay que la mayoría del alumnado que lo aprueban todo no son necesariamente excelentes, tampoco son pésimos aquellos y aquellas que suspenden, fracasan y abandonan cada curso. ¿Por qué un joven capaz de mantener una conversación, de tener alertas de noticias en el móvil sobre las cuales tiene opinión y de leer prensa y algún libro de su interés fracasa en la escuela? ¿Por qué abandonan el sistema educativo jóvenes normales y corrientes? Seguramente porque la escuela sea de las pocas instituciones importantes que quedan para garantizar un orden social más selectivo que solidario y más competitivo que colaborativo. En la “sociedad del riesgo” la escuela es infalible. El sistema escolar ha resistido el empuje de las nuevas tecnologías y de las redes sociales y se sigue moviendo por una lógica del apartheid, donde un importante número de jóvenes ya parecen de antemano excluidos y excluidas.

La educación es el resumen de los derechos humanos más importantes. Hablar de educación es hablar de justicia social y de valores morales que deben ser exigibles en cualquier sistema educativo, y que debemos de aprender porque su ausencia es un lastre para la sociedad civil. “La excelencia moral es la que más vale porque, sin ella, las demás excelencias valen menos”, Aurelio Arteta.

Es importante decantar el debate que existe actualmente entre modelos educativos que, como ha escrito Camila Crosso, pugnan entre sí con “diferentes sentidos, valores y prácticas de la educación”. En este momento predomina una concepción más economicista de la educación, reducida a la instrucción en determinadas disciplinas, según la jerarquía de materias que existe en el currículo. Los ejes que organizan el trabajo dentro del sistema educativo son el aprendizaje de ciertas habilidades y de determinados conocimientos y la medición, que no evaluación, mediante pruebas nacionales e internacionales cuyos resultados marcan las políticas educativas de algunos gobiernos. Se acumulan conocimientos medibles para ser más competitivos en el mercado laboral. En un mundo cada vez más complejo sigue ganando fuerza la instrucción y la medición.

¿La solución? Parece que en los últimos años no la tienen los gobiernos. España es un ejemplo. La LOMCE no sólo es ineficaz para solucionar los problemas y afrontar los retos que tiene el sistema educativo, sino que agudiza los primeros e ignora los segundos. Es una ley que insiste en la instrucción como guía, en la fragmentación y jerarquización como principales valores del currículo y en la medición de conocimientos como fórmula para avanzar en el sistema educativo. La solución que aporta la LOMCE tiene como principal objetivo “consolidar un modelo de desarrollo educativo, económico y social que profundiza las brechas de injusticias generadas por un mundo cada vez más desigual. Una perspectiva que despolitiza el derecho a la educación y transforma a las pruebas y los resultados de aprendizaje estandarizados en el epítome de la calidad educativa”. Palabras escritas por Camila Crosso sobre la tendencia predominante en educación mundial, pero aplicables al caso español.

En el suplemento Babelia de El País, sábado 9.09.2017, Iñigo Errejón escribía una crítica muy interesante, y recomendable del libro Contra el Populismo (José María Lassalle, Debate, 2017) y señala algunos de los problemas más complejos que forman parte del escenario actual en el que se ubica el sistema educativo, y al que las políticas neoliberales son incapaces de dar respuestas. Errejón indica que ante la grave fractura social, el control de las democracias por poderes privados incontrolables, la voladura de las instituciones que garantizan la buena salud de la democracia y especialmente la voladura de las políticas públicas que tenían como objetivo limitar el poder de los más fuertes, elevar las oportunidades de los más débiles y garantizar unas reglas del juego compartidas por la comunidad política, la solución que ofrece el neoliberalismo es “salir del hoyo cavando”. Protegerse aún más de los componente solidarios, cooperativos, de justicia social, así como del fortalecimiento del espacio público tan importante para promover una ética ciudadana que supere el individualismo y apueste por la construcción de la igualdad, la justicia social y el bien común.

El derecho humano a la educación es el terreno más importante que conquistar por el neoliberalismo, y el lugar donde se está dando una de las batallas más cruentas. De aquí la importancia de que la comunidad educativa se organice en movimientos de amplio espectro social y suficientemente organizados para resistir y al mismo tiempo avanzar con una propuesta educativa que garantice la educación a lo largo de toda la vida como un derecho de ciudadanía capaz de compensar las desigualdades; que garantice unas condiciones dignas de infraestructuras y de inversión pública; que ponga en valor la profesión docente, desde una perspectiva política y social; que consolide el objetivo de una educación, y una cultura de paz, para la ciudadanía.

Debemos de trabajar por un sistema educativo inclusivo, de justicia social. Más participativo, más colaborativo y solidario. Con más capacidad para integrar conocimientos y experiencias.

“Un sistema educativo puede presumir de excelencia si está pensado para formar en ella a todos sus alumnos, pero no si se deshace de todos aquellos alumnos que no la alcanzan por sí mismos”, Jorge Wagensberg. Ya sabemos lo que no funciona y la solución no es seguir cavando.

* Aurelio Arteta. Catedrático de Filosofía Moral y Política en la Universidad del País Vasco.
*El sistema educativo está compuesto por tres componentes esenciales el subsistema escolar, el subsistema familiar y el subsistema sociocultural. Según la definición de Xavier Melgarejo.
*Camila Crosso es la coordinadora general de la Campaña Latinoamericana por los Derechos de la Educación, CLADE, y presidenta de la Campaña Mundial por la Educación.
*Iñigo Errejón. Politólogo y político. Investigador. Diputado por Madrid en la lista de Podemos.
* Jorge Wagensberg. Profesor, investigador y escritor español.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/09/22/salir-del-hoyo-cavando/

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España: CCOO cifra en 151.227 el número de docentes que deberían incorporarse los próximos tres años

España/18 de Septiembre de 2017/El Mundo

117.027 de ellas responderían al acuerdo firmado con el Gobierno

Comienza el curso escolar más inestable

Comisiones Obreras (CCOO) eleva el tono en un comienzo de curso escolar que se aventura crucial para el futuro de la Educación en España. «Para consolidar y garantizar el empleo educativo deberían convocarse 151.227 plazas de profesores en los próximos tres años». Así lo ha afirmado Francisco García Suárez, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO este jueves durante la presentación del informe sobre el curso escolar 2017/2018.

Esta cifra proviene de dos ámbitos. Por un lado, al cumplimiento del acuerdo sellado entre el Gobierno y los sindicatos el pasado 29 de marzo para la mejora del empleo de la función pública y, según el cual, se marcaba el objetivo de reducir la interinidad en las administraciones públicas al 8% (consulte aquí el texto en PDF). En base a ello, y según los datos ofrecidos por CCOO, de aquí saldría la convocatoria de 117.027 plazas.

Sobre esta cuestión, García Suárez ha remarcado que, entre 2011 y 2017, ha aumentado en un 10% el número de profesores interinos hasta fijar el dato en un 26,01% este año, muy lejos, por tanto, del objetivo de la cifra acordada. Además, el secretario general de Enseñanza del sindicato ha destacado que, durante este periodo, se han perdido más de 56.000 empleos fijos -correspondientes a funcionarios de carrera-, al tiempo que han crecido en 49.981 los interinos en estos últimos seis años.

Por otro, las 34.200 plazas restantes responderían a la reposición de las jubilación que, desde el sindicato, estiman que se producirán en los próximos años de acuerdo con la tendencia vista los últimos años, «que se han situado por encima de las 10.000 al año. A tenor de estas cifras, la oferta para las próximas oposiciones en las tres próximas convocatorias sería de 151.227 plazas en la enseñanza pública no universitaria.

«La Educación española no sale de la crisis»

El informe de CCOO refleja también una caída del gasto público destinado a la Educación desde 2009. En aquel año, se dedicó el 4,95% del PIB a esta partida, mientras que la estimación del dato para el año 2016 es de un 4,26%. De esta manera, la inversión educativa habría retrocedido un 0,69%. «No hay salida de la crisis porque los recortes en Educación permanecen y hay riesgo de que se cronifiquen. Llevamos años creciendo y, en cambio, la inversión sobre el PIB continúa cayendo», ha afirmado García Suárez, para sentenciar finalmente: «La Educación española no sale de la crisis«.

Desde el sindicato han alertado del crecimiento de la inversión con dinero público destinado a los centros concertados. «El gasto educativo total en 2015 ha caído un 13,3% puntos respecto a 2009«, al tiempo que, tras caer entre ese año y 2013, «el gasto público específico en centros concertados aumentó incluso por encima de 2009 (un 0,46% más), ha asegurado García Suárez. «Hay que tener en cuenta el contexto del alumnado», ha puntualizado Miguel Recio, responsable del estudio, porque «el número de matriculados en los centros públicos se ha incrementado entre el curso 2008/2009 y el 2016-2017, y es, precisamente, donde más han afectado los recortes«.

Las partidas educativas que más duramente se han visto dañadas, según el informe, son la destinada a las personas adultas -que ha perdido toda la financiación del Ministerio de Educación y Cultura entre 2009 y 2015- y la compensatoria (la rama que «intenta garantizar el acceso, permanencia y promoción en el sistema educativo del alumnado en situación de desventaja social»), que ha perdido en esos seis años el 93,4% de los fondos concedidos por el Ministerio. Si se observa el conjunto de todas las administraciones públicas (integrando también a las Comunidades Autónomas), el recorte destinado a los programas de atención a la diversidad se han reducido un 8,3% en este periodo. «Los recortes se han cebado en los programas más dirigidos a procurar la equidad y la igualdad de oportunidades», ha aseverado el responsable sindical de educación.

Preguntado sobre el pacto educativo, García Suárez se ha mostrado claro y tajante: «CCOO ni avalará, ni respaldará ningún Pacto de Estado educativo que no tenga como primera medida la revisión de los recortes y la vuelta a la inversión del gasto público previos a la crisis».

Para el dirigente sindical, si no hay una apuesta por recuperar los 10.000 millones «recortados» desde 2010, lo que se traduce en «casi punto de PIB en inversión educativa», el acuerdo «no tiene ninguna credibilidad ni ninguna solvencia. Porque, entonces, ¿qué pactamos? ¿A qué damos estabilidad, a los recortes de plantillas, de becas?», ha preguntado.

Junto a ello, ha considerado que el Gobierno utiliza el Pacto «como un burladero para obviar el debate educativo«, mientras «persiste en sus políticas de recortes y en su implantación de la Lomce sin mirar atrás».

Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2017/09/14/59ba61b822601d304f8b459e.html

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España: El pacto educativo se retrasa: la Lomce seguirá viva hasta el final de la legislatura

España / 17 de septiembre de 2017 / Autor: C. del Castillo / Fuente: Público

Durante la huelga educativa del pasado marzo, el principal llamamiento de la comunidad educativa fue derribar la Lomce sin esperar a la conclusión de las negociación del pacto educativo en el Congreso. «Se está jugando con los tiempos. En el desacuerdo hay Lomce, en la espera del pacto, hay Lomce», avisaba entonces el presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA). Familias, estudiantes y docentes vaciaron las aulas para pedir que se aprovechara la minoría parlamentaria del PP para derogar cuanto antes una ley que califican como «ideológica» y que «elitiza la educación».

Seis meses después, la situación apenas ha cambiado. El Pleno del Congreso ha aprobado este martes prorrogar otros seis meses los trabajos de la subcomisión que negocia el Pacto de Estado Social y Político por la Educación, solicitada por todos los grupos. Y a la espera de pacto, hay Lomce: hay concierto educativo, la religión es obligatoria y su nota cuenta en la obtención de becas y se segrega a los niños en fases tempranas de aprendizaje.

«El PP plantea la subcomisión como una prórroga de la Lomce», explica Javier Sánchez Serna, portavoz de Podemos en la Comisión de Educación. «Todos los partidos de la oposición llegamos a las elecciones comprometiéndonos a derogar la Lomce en cuanto hubiera un gobierno de cambio o una mayoría parlamentaria alternativa», recuerda el diputado morado. Algo que, pese a la desventaja del PP en el hemiciclo, parece cada vez más lejano.

Lo cierto es que los partidos de la oposición aprovecharon el compromiso de consensuar un pacto educativo del ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo. El conservador no tardó en reconocer que la gran repulsa generada por la ley ideada por su antecesor, José Ignacio Wert, hacía inviable su supervivencia, mostrándose partidario de hacer modificaciones. La subcomisión arrancó con fuerza, programando casi un centenar de comparecencias de expertos (la mayoría solicitadas por el PP) que terminarán este septiembre, cuando han de comenzar las negociaciones reales sobre el contenido del pacto.

Sin embargo, parece que la voluntad de lograr el pacto se ha enfriado. El ministro se ha ido mostrando cada vez más reacio a cambiar sustancialmente los preceptos de la Lomce y ha atacado a las comunidades gobernadas por el PSOE que han recortado los fondos de la educación concertada, solicitándolas que los aseguren. En respuesta, la responsable de Educación socialista, Luz Martínez Seijo, anunció un «otoño calentito»: su grupo registró tres proposiciones de ley para que la religión no cuente para la media, para retirar los fondos a los colegios que segregan por sexos y pedir la vuelta de Educación para la Ciudadanía.

El PSOE y Méndez de Vigo han escenificado ese enfrentamiento este martes, cuando el senador socialista José Fernández Blanco ha pedido al ministro «respuestas para los problemas con los que vuelve a arrancar el curso 2017-2018». El conservador ha espetado a los socialistas que no agiten «fantasmas de caos» ni «situaciones de excepción» sobre el curso escolar, pues ha asegurado que «no las hay» y que las clases han comenzado con «normalidad».

Acuerdos en puntos concretos

Con la prórroga de los trabajos de la subcomisión que negocia el pacto, los grupos se comprometen a tener un texto de consenso sobre cómo debería ser la educación española listo a principios de año. Ese dictamen instará al Gobierno a redactar una nueva ley educativa que teniendo en cuenta los trámites parlamentarios y la voluntad del PP para que su Lomce tenga el máximo recorrido posible, no entraría en vigor antes del curso 2019/2020.

Esta situación ha derivado en que los grupos de la oposición se planteen acuerdos para modificar puntos concretos de la Lomce, algo que tratará de evitar Méndez de Vigo. «No nos deberíamos relajar, y sobre todo no se deberían relajar partidos como el PSOE en presentar y apoyar en la cámara otras iniciativas que puedan ir desmontado gradualmente la Lomce mientras no tengamos un pacto educativo real, que con este Gobierno va a ser difícil», pide Sánchez Serna de Podemos.

Fuente de la Noticia:

http://www.publico.es/politica/pacto-educativo-retrasa-lomce-seguira-viva-final-legislatura.html

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ANPE reclama un Pacto Educativo «para dar estabilidad al sistema».

Por: La Opinion de Zamora.

El sindicato de profesores ANPE aprovecha el inicio del curso escolar para reclamar un Pacto Educativo «que dé por fin estabilidad al sistema educativo, para mejorar la calidad de la enseñanza». Este pacto «acabaría con tantos años de incertidumbre que se cierne sobre el panorama educativo».

El curso pasado ya se dieron los primeros pasos en este sentido al crearse una subcomisión en el Congreso para la elaboración de un gran Pacto de Estado Social y Político por la Educación «que pretende acabar con la última reforma educativa, resultado de una amalgama de dos leyes educativas como la Lomce y la LOE, que nacieron sin consenso, en un escenario de recortes y que después de tres años de vigencia ha evidenciado numerosos problemas de aplicación», se recuerda desde el sindicato.

Por ello, ANPE considera que este nuevo pacto «servirá de base para que el Gobierno elabore un proyecto de Ley Básica de Educación, que sustituya la legislación vigente y que nazca con vocación de estabilidad para adaptar la educación a los nuevos retos y exigencias de una sociedad en continuo cambio y transformación».

Para lograr este fin, el sindicato de profesores exige al Ministerio de Educación la elaboración y puesta en marcha el Pacto Educativo «que sea político, social y territorial», la reversión de los recortes en Educación, con un aumento de la inversión y con el objetivo de rentabilizar óptimamente los recursos para que repercutan en la mejora del sistema educativo bajo la coordinación del ministerio y sin olvidar el abordar la situación del profesorado, que pasa por la elaboración de un Estatuto Docente «que, partiendo del respeto a los derechos adquiridos, establezca un marco imprescindible para regular un nuevo modelo de acceso, selección y desarrollo de la carrera profesional desde el ingreso hasta la jubilación».

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2017/09/02/anpe-reclama-pacto-educativo-dar/1029266.html

Imagen: http://fotos00.laopiniondezamora.es/2017/09/02/328×206/anpe-reclama.jpg

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