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Ecuador: La protesta indígena cumple 30 años

América del Sur/14-06-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Redacción QUITO

El levantamiento indígena, la temida protesta de los pueblos originarios de Ecuador, cumple este mes 30 años desde su primera convocatoria, con objetivos que siguen siendo actuales: «No al FMI, no a la deuda», «No al imperialismo» y por un «Estado plurinacional».

Una mejor distribución de la tierra para los campesinos, la oposición a políticas económicas impopulares y el apoyo a demandas de otros sectores como el de estudiantes y sindicatos, fueron elementos que entonces llevaron a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) a convocar al levantamiento contra el Gobierno de Rodrigo Borja, Izquierda Democrática (1988-1992), el 04 de junio de 1990.

 Mismos problemas

Para conmemorar este acontecimiento, grupos indígenas y académicos organizaron un conversatorio virtual con «Las voces del primer levantamiento del Inti Raymi», en el que intervendrán varios intelectuales indígenas como Blanca Chancoso, Vicente Chuma, Vicente Chato y Cristóbal Tapuy.

Justamente, Chancoso, una de las líderes de esa época, recordó el proceso y observó que las causas que entonces motivaron esa reacción popular siguen latentes, como son la marginación y la pobreza.

Chancoso, hoy de 65 años, comentó que esas causas surgieron desde el mismo tiempo de la colonia española, donde se fueron incubando las razones para una reacción que ha clamado históricamente por «respeto».

«La lucha ha sido contra el capitalismo y contra el imperialismo», remarcó la dirigente que, al revisar los documentos que ha acumulado durante su vida, encontró las octavillas en las que su organización ha planteado recurrentemente su oposición «al pago de la deuda externa».

Tras más de 10 días de levantamiento, en 1990, el Gobierno de Borja aceptó negociar y solucionar las demandas de la Conaie.«Hoy nuevamente estamos diciendo no al pago de la deuda externa, primero la vida, y otra vez estamos atravesando por una crisis», agregó, al identificar a grupos poderosos como los que siempre se benefician con las «políticas anticrisis», que suelen aplicar los gobiernos.

Para ella, los pueblos de Ecuador, como antes, aún deben dirigir luchas de «sobrevivencia y resistencia», ya que las condiciones de exclusión de antaño aún subsisten. Agregó que hay que «repensar la democracia» y considerar que son las representaciones sociales tanto o más importantes que las políticas. (EFE)

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102320050/la-protesta-indigena-cumple-30-anos-

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O aprendizaje o marginación

Por: José Antonio Marina

Estamos aún discutiendo si son galgos o podencos, si calidad o equidad, si concertada o pública, si el esfuerzo es de derechas y la imaginación de izquierdas, si debemos tener una educación centralizada o descentralizada.

Hemos entrado en la sociedad del aprendizaje, que se rige por una ley implacable: “Toda persona, toda empresa y toda sociedad, para progresar, tiene que aprender al menos a la misma velocidad a la que cambia el entorno. Y si quiere progresar, deberá hacerlo a más velocidad”. Todas las naciones están en estado de emergencia educativa, conscientes de que no se puede mantener un alto nivel de vida sin un alto nivel de educación. Nosotros estamos aún discutiendo si son galgos o podencos, si calidad o equidad, si concertada o pública, si el esfuerzo es de derechas y la imaginación de izquierdas, si debemos tener una educación centralizada o descentralizada. Mientras seguimos empantanados, el mundo sigue su curso acelerado.

En este momento, la educación española se enfrenta a dos retos. El primero es organizar el curso 2020-2021. Se trata de un curso excepcional y anómalo, en que debemos recuperar las carencias provocadas por la pandemia, porque de lo contrario se ampliará la brecha educativa. El curso próximo necesitaremos dividir las aulas, aprovechar al máximo las nuevas tecnologías, contratar profesorado, adaptar los currículos e intensificar la relación con las familias porque la crisis económica que se nos viene encima afectará profundamente a la educación. Todo esto hay que prepararlo ya. El otro objetivo es menos coyuntural. Tenemos que resolver los problemas crónicos de la escuela española: la alta tasa de abandono, el insoportable número de alumnos que repiten curso, la mala gestión de la formación profesional, el aprendizaje bilingüe, el desajuste entre el sistema educativo y el mundo laboral, la ineficiencia en el uso de las nuevas tecnologías, la formación continua del profesorado, y de los equipos directivos de los centros.

Todos estos problemas tienen solución, pero necesitamos dedicar a educación al menos el 5% del PIB. Es una cifra que entra dentro de nuestras posibilidades, porque ya la alcanzamos en 2008. Sin embargo, no basta con el presupuesto, necesitamos una movilización de toda la sociedad. La escuela no basta para tener éxito en la Sociedad del aprendizaje. No solo deben aprender los alumnos, sino también los profesores, y los centros, y las empresas, y el sistema judicial, y los políticos, y toda la ciudadanía. O aprendizaje o marginación. Pretender ahora aprobar una Ley de educación sin un pacto previo permite predecir que cambiará en cuanto cambie el Gobierno. He defendido tenazmente la necesidad de un pacto escolar, pero ahora ni siquiera ese pacto es suficiente, porque necesitamos algo más ambicioso: una Ley de Educación para la Sociedad del Aprendizaje que implique a toda la sociedad. ¿Tendremos la suficiente inteligencia colectiva para hacerla? Después de tantos años de gresca educativa hay razones para el pesimismo, pero de la misma manera que la hoja de servicio de los militares decía: “Valor: se le supone”, en la nuestra, la de los docentes, debería poner: “Optimismo: se le supone”. Dejemos, pues, el pesimismo para tiempos mejores.

José Antonio Marina es filósofo y pedagogo, autor de Historia visual de la inteligencia (Conecta)

Fuente e Imagen: https://elpais.com/sociedad/2020-05-30/o-aprendizaje-o-marginacion.html?event_log=oklogin

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Cuánto importa la educación

Siempre me he preguntado por qué en nuestro país la educación figura en los discursos de aspirantes al poder pero en la práctica pasa a ser un tema secundario, solo llevado a primera plana cuando se trata de conflictos laborales, huelgas de docentes por mejores salarios, crisis por fallas de infraestructura o materiales, reclamos de cupos de los aspirantes a ingresar a las casa de estudio o quejas de los padres por el costo de la estudios de sus hijos. Nunca ocurre como en alguna otras sociedades que se convierta en fecha de conmemoración nacional el día de graduación masiva de los bachilleres, futuros aspirantes a carreras universitarias, o el momento en que ingresan al mercado de trabajo los nuevos profesionales de nuestras universidades, o cuando se gradúan jóvenes que han elegido la docencia como su profesión de vida, los futuros maestros.

Después de mucha reflexión llego a la conclusión de que la educación no importa porque somos un país que ha mantenido la condición rentista como nuestro principal rasgo económico y cultural. Esto significa que el presente y el futuro de las personas no depende estrictamente de sus capacidades, de las habilidades que haya logrado atesorar, depende fundamentalmente de la posibilidad de participar en el discrecional reparto de la renta que realizan quienes ejercen el poder ilimitado de distribuir los pedazos de rentas entre los escogidos a dedo.

Creo firmemente que la educación, sus cualidades, importancia, la calidad de sus maestros, el interés de la sociedad en este aspecto trascendental nos define lo que somos como país, que aprendemos, que enseñamos, cómo se forman nuevas generaciones y cómo actuamos hoy. La educación no es un hecho fortuito que depende del humor de quien gobierna o de quienes manejan los recursos; depende de las decisiones responsables que toman los ciudadanos para garantizar más y las mejores oportunidades para todos.

En Venezuela ocurre un hecho insólito, siendo un país que en el conjunto de Latinoamérica ha tenido momentos de gran bonanza económica, hitos en los cuales el precio del petróleo ha alcanzado los tres dígitos. La riqueza no ha sido utilizada para construir oportunidades de formación para el trabajo de los sectores que por su condición económica deben incorporarse tempranamente al mercado de trabajo.

Los jóvenes de familias de bajos ingresos, es decir, la mayoría de la población, carecen de las oportunidades de aprender un oficio, adquirir una pericia o una habilidad que los califique cuando les corresponde incorporarse a la vida económica activa. Salvo algunas instituciones como Fe y Alegría, otras iniciativas patrocinadas por países como Suiza o Alemania, los jóvenes venezolanos de hogares de bajos ingresos salen a buscar trabajo sin tener ninguna constancia de haber obtenido algún tipo de aprendizaje. Podemos preguntarnos de qué nos han servido los altos precios del petróleo si la mayoría de los jóvenes no ha tenido la oportunidad de desarrollar sus capacidades, aprender para poder aportar a la sociedad el trabajo y las posibilidades creativas de las cuales están dotados todos los seres humanos.

Si la educación refleja lo que es una sociedad, nuestro balance es completamente deficiente, nuestras universidades están amenazadas por la incomprensión de los gobernantes que ignoran su importancia, mezquinamente se les niegan los recursos para cumplir con su alta misión, se intenta suplantarlas por centros donde priva la orientación ideológica por sobre la oportunidad de desarrollar el más alto nivel de las potencialidades humanas de nuestros estudiantes.

Hoy padecemos hambre por falta de alimentos, pero igualmente y quizás más profunda tenemos una carencia casi total de oportunidades educativas, ambas carencias letales para la posibilidad de ver surgir en nuestro país la generación de individuos responsables que participen y decidan el destino del país.

En los próximos tiempos tenemos que sumergirnos en el tema de la educación para lograr darle el rango que nos permita ser una sociedad en la que sus individuos, sus dirigentes, se esfuercen por generar nuevas oportunidades para todos, donde se pueda materializar esa anhelada posibilidad de que ningún nacido en estas tierras esté condenado a la miseria, a la ignorancia y a la marginación. Para lograr este objetivo es imprescindible convertir la educación en la gran prioridad, es la oportunidad magnífica, en el momento en que nuestra sociedad alcance la libertad y pueda comenzar a construirse desde nuevas bases, reconociendo el papel del ciudadano, posicionando el Estado como una institución al servicio de los ciudadanos, luchando por cumplir responsabilidades que respalden nuestros derechos en todos los campos económicos, sociales y políticos.

La educación es la gran deuda que se ha creado con la gente, con las nuevas generaciones; el fracaso educativo, la mezquindad en negarle recursos a la educación son las muestras más elocuentes del gran trauma social que significa la existencia de una sociedad en la que las nuevas generaciones carecen de las oportunidades de convertirse en mejores seres humanos.

No basta lamentarse, ni limitarse a culpabilizar, la situación de la educación es tan grave que exige lo mejor de nosotros. ¿Cuáles son las grandes decisiones que tomar en lo inmediato? ¿Qué hacer para que los maestros y los docentes en general sean reconocidos, respetados y remunerados como se merecen? ¿Cuáles son las prioridades para que puedan lograr su mayor nivel de preparación profesional y convertirse en verdaderos guías de las nuevas generaciones?

La educación no es un tema del Estado, es un ámbito para ejercer la responsabilidad de cada individuo de este país. No se trata de lo que decidan los gobiernos, estos tendrán que hacer lo que decidan los ciudadanos y la educación en estos términos se convierte en nuestra mayor prioridad.

Fuente del artículo: https://www.elnacional.com/opinion/cuanto-importa-la-educacion/

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Para no olvidar: la educación es un derecho de todos negado a demasiados

Redacción: Vatican New

Hoy es el Día Internacional de la Educación 2020, proclamado por las Naciones Unidas para sensibilizar a los gobiernos y los pueblos sobre el papel fundamental de la educación en el desarrollo de la humanidad, la paz y la justicia.

«Aprender para la gente, el planeta, la prosperidad y la paz»: este es el tema del segundo Día Internacional de la Educación, que se celebra hoy en la sede de la UNESCO en París y en el Palacio de Cristal de las Naciones Unidas en Nueva York, y que cuenta con actos en todo el mundo, para subrayar -como sugiere la ONU- «la naturaleza integrada de la educación, sus objetivos humanistas y su centralidad para las ambiciones del desarrollo colectivo».

Educación inclusiva, equitativa y a lo largo de toda la vida

«Tenemos que hacer más -insta al Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterrez- para garantizar una educación inclusiva y equitativa y promover las oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos», como se establece en la Agenda de los objetivos de desarrollo sostenible que deben alcanzarse para 2030.

Educación gratuita, obligatoria y accesible

Hay que recordar que la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, establece en su artículo 26 que «toda persona tiene derecho a la educación», que «ésta debe ser gratuita» y obligatoria al menos para «las clases elementales y básicas», mientras que la enseñanza técnica y profesional debe estar «al alcance de todos» y la enseñanza superior «accesible a todos en función de los méritos».

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la ONU recomendó que la educación se orientara «hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales» y que promoviera «la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos raciales y religiosos» y que «fomentara la labor de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz»; la misma Declaración establece que «los padres tienen el derecho de elegir prioritariamente el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos».

265 millones de alumnos ausentes de la escuela

Han pasado más de 70 años desde entonces, pero aún hoy – denuncia la ONU – 265 millones de niños y adolescentes en el mundo están ausentes de la escuela y 617 millones no saben leer y escribir y hacen operaciones matemáticas básicas. Los más desfavorecidos son las niñas y los niños. Uno de cada tres adolescentes de las familias más pobres, en los países más atrasados, nunca ha asistido a la escuela; en África subsahariana, menos del 40% termina la escuela secundaria inferior. Estas cifras están tomadas del último informe de Unicef, que destaca «la crisis del aprendizaje y la urgente necesidad de mejorar los fondos para la educación de los niños más pobres». Entre los 42 países examinados se constató que los fondos destinados a la educación de los niños del 20 por ciento de las familias más ricas son el doble de los asignados a los niños del 20 por ciento de las familias más pobres. ¡Como si dijera que el más pobre es el más excluido de los programas educativos!

Invertir de forma justa y amplia

«Los Estados de todo el mundo -advierte Henrietta Fore, Directora General de Unicef- no están cuidando de los niños más pobres del mundo, y por esta razón, no están cuidando del bienestar mismo del país». «Estamos en un momento crítico» advierte Fore y si no invertimos «de manera justa y amplia en la educación de los niños», ellos «tendrán pocas esperanzas de liberarse de la pobreza, adquirir las habilidades que necesitan, tener éxito en el mundo de hoy y contribuir a las economías de sus países».

Reducir la pobreza a la mitad con libros

La UNESCO recuerda que si se alcanza el cuarto objetivo del desarrollo sostenible – «garantizar a todos, una educación de calidad, equitativa e integradora, así como oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida»- la pobreza en el mundo entero podría reducirse a la mitad. De hecho, se ha demostrado que cada año la educación conlleva un aumento medio del 10 por ciento de los ingresos, un porcentaje que está creciendo significativamente en los países más pobres, que tienen escasez de trabajadores cualificados.

La cultura para todos trae paz y estabilidad 

La educación es también la clave para crear las condiciones para la política participativa, la inclusión social, la democracia generalizada, la estabilidad y la paz. Investigaciones recientes llevadas a cabo en 100 países con al menos 50 años de historia han demostrado que una mayor brecha educativa es un motor de mayor conflicto. Las iniciativas educativas dirigidas a los sectores más pobres y marginados de la población fomentan su emancipación y el acceso a la justicia, contribuyendo a la reconciliación de las sociedades.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2020-01/no-olvidar-educacion-derecho-todos-negado-demasiados.html

 

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Libro(PDF): «Pueblos indígenas y pobreza. Enfoques multidisciplinarios»

Reseña: CLACSO

En los más diversos contextos geográficos, múltiples factores configuran un patrón que vincula de manera compleja a pueblos indígenas y pobreza. Las comunidades indígenas no tienen las mismas oportunidades de empleo y acceso a servicios públicos, protección de la salud, cultura y administración de justicia que otros grupos sociales. Tanto en países desarrollados como no desarrollados, este patrón ha sido históricamente construido por factores políticos, económicos, sociales, militares y ambientales, que articularon experiencias cualitativas y cuantitativas de privación material, jurídica y simbólica y de reproducción de relaciones de desventaja. ¿Cuáles son las causas o condicionantes que generan la correlación entre pueblos indígenas y pobreza? Las posibles respuestas se relacionan con las condiciones histórico-políticas que desvincularon a los pueblos indígenas del control de sus territorios, sometiéndolos a condiciones de pobreza, y relegándolos a los márgenes de la sociedad o excluyéndolos. Frente a esa situación, sus reacciones políticas se traducen en reclamos de autonomía, autodeterminación y/o reformulación de sus relaciones con el Estado. En respuesta directa a las situaciones de desventaja que padecen, la reivindicación de los derechos territoriales constituye una plataforma común de los movimientos indígenas a nivel internacional. La territorialidad se transforma así en un aspecto fundamental del debate contemporáneo acerca de la libre determinación de estos pueblos y la pobreza. El control del territorio ha sido medular en la construcción histórica de cualquier forma de Estado conocida, y generalmente se ejerció expropiando los derechos históricos de los habitantes originarios. La cuestión de la autodeterminación emerge por ende como un aspecto central para enfrentar el desafío socio-económico de la reducción de la pobreza en los pueblos indígenas.

Autores (as):  Alberto Cimadamore. Robyn Eversole. John Andrew McNeish. [Coordinadores].
Pablo Alarcón-Cháires. A. Carolina Borda Niño. Darío J. Mejía Montalvo. Siri Damman. Adrián González Romo. Benito Ramírez Valverde. Alfonso Macias Laylle. Néstor G. Estrella Chulín. Héctor Javier Sánchez-Pérez. Guadalupe Vargas Morales. Josep María Jansá. Louise Humpage. Robyn Eversole. Leon Ridgeway. David Mercer. Christian Jakob Burmeister Hicks. Ánde Somby. Indra Overland. Don McCaskill. Jeff Rutherford. Stephen Cornell. Scott Simo. [Autores de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO

Año de publicación: 2006

País: Argentina

Idioma: Español

ISBN: 987-1183-50-X

Descarga: Pueblos indígenas y pobreza. Enfoques multidisciplinarios

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Haití y la crisis sistémica

Por: Cristóbal León Campos.

 

La vuelta de hoja lleva otra vez a la urgencia de reconocer y difundir la extrema situación que se vive en Haití, meses de protestas y represión, años de manifestaciones cíclicas, siglos de olvido y negación. Haití es en América la crisis total del sistema capitalista y de la hegemonía imperialista de los Estados Unidos, es también, la crisis de la humanidad puesta en escena, es un grito cuyo eco no hemos alcanzado a escuchar y comprender por la ocupación en otros frentes de lucha y también por la ponderación de otras naciones como si fueran más relevantes, pero en Haití, se ponen de manifiesto no únicamente el real carácter del capitalismo por las condiciones de suprema de explotación, marginación, racismo y represión, se evidencia de igual forma, la aguda urgencia de la conformación de una alternativa de izquierda que alcance a aglutinar la esperanza en un sólo camino para dar salida a esta situación, las alianzas temporales que suelen presentarse en coyunturas particulares, en muchas ocasiones así como surgen se diluyen, dejando debilitado al movimiento o la implementación de las demandas, la insurrección tiene a los barrios populares organizándose, tomando las calles, montando barricadas, organizando marchas e incluso milicias, el pueblo está discutiendo las estrategias posibles para desafiar al régimen de Jovenel Moïse, presidente repudiado y cuya salida encabeza las demanda social. Los obreros, campesinos, estudiantes y demás sectores no han cesado en la resistencia, la profundidad de las heridas es equivalente al deseo de cambio y a la generación de conciencia proletaria que poco a poco va tomando mayor forma en el país caribeño.El actual ciclo de protestas comenzó el mes de julio de 2018, cuando el presidente, Jovenel Moïse, aumentó el costo de los productos petroleros siguiendo las indicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el descontento se incrementó al vincularse al presidente con actos de corrupción al malversar fondos por más de dos mil millones de dólares provenientes del programa Petrocaribe y por el consecuente desabasto de combustible causado por la crisis arrastrada. Altos precios, sub-ejecuciones, contratos yuxtapuestos, obras fantasmas, liquidación precoz de fondos, evasión fiscal, nepotismo y otras acusaciones caen sobre el gobierno, temas de los que países como México saben mucho. Haití presenta movilizaciones recurrentes, la dura realidad muestra el alza de la pobreza así como de la violencia de Estado, más de cuarenta personas han sido asesinadas por el terrorismo del poder, cientos encarcelas y torturadas, junto a esto, la ocupación imperialista y neocolonial que está presente desde años atrás, impide la generación de vías alternas democráticas para el pueblo, el manto de silencio que cubre lo referente a Haití, es la cúpula de una permanente agresión por varias vías. La inflación, el desempleo y la precariedad crecen abismalmente con gran rapidez, las fuerzas productivas en lucha resisten para superar la mayor de la crisis y poner abajo al gobierno “neoliberal, antipopular, ilegítimo y antidemocrático”, tal y como lo definen los haitianos.

Los sectores sociales en resistencia han firmado un acuerdo político para sentar las bases de un gobierno de transición una vez se logre la renuncia del presidente Jovenel Moise, el pasado 9 de noviembre, se congregaron con la mira común de salir de una vez y para siempre del pesado lastre que significa cargar sobre las espaldas de los trabajadores y trabajadoras la crisis económica más larga de la historia latinoamericana, sin embargo, el presidente como es común, se aferra al poder y agudiza la represión, actitud compartida por ejemplo, con Sebastián Piñera, presidente de Chile. El acuerdo es en sí, una posible hoja de ruta, un camino que en realidad tendrá que buscar las diferentes veredas por las cuales andar, sin perder el rumbo pactado, en este proceso largo y complejo aún deben fijarse los tiempos de la transición, las estructuras y formas del gobierno futuro. Todo sin bajar la guardia en la lucha, sin dar oportunidad a qué el actual gobierno, las potencias que mantienen ocupación e intereses económicos, puedan desvirtuar el carácter emancipador de los acuerdos, la independencia de la resistencia como de la sociedad a construir es indispensable para garantizar que sean los haitianos quienes reciban los beneficios de cada uno de los logros consumados, como puede deducirse, la desconfianza de la población a las organizaciones tradicionales es alta, por ello, la independencia proletaria es indispensable para realmente hablar un nuevo gobierno y del establecimiento de las bases para reconstruir la nación.

La solidaridad internacional debe expresarse a favor del pueblo haitiano, por la salida del gobierno corrupto y opresor, por la unidad latinoamericana, en un contexto tan particular como el actual. Las luchas presentes no pueden entenderse en un contexto únicamente local o regional, la mirada global permite comprender que lo que se vive en Nuestra América y en todas las zonas en resistencia a nivel mundial, es sin dudas, la crisis final del capitalismo y del imperialismo estadounidense. La resistencia haitiana es síntoma y reflejo del nuevo mundo que habremos de crear, el proyecto socialista tiene que ponderarse como bandera, los pueblos latinoamericanos integrados deben contribuir a la reconfiguración de toda la humanidad.

Fuente del artículo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=262524

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América Latina: A 527 años del arribo de Colón, indígenas siguen en resistencia

América Latina/ Autor y Fuente: www.telesurtv.net

Las comunidades indígenas que luchan por coexistir con la modernidad, batallan además por destruir el núcleo del capitalismo y las repercusiones que este fenómeno genera en sus organizaciones ancestrales y místicas.

El planeta Tierra atesora en su demarcación grupos indígenasétnicos y tribales que son defensores y prueba de la idiosincrasia y cultura de los pueblos y la civilización moderna, llamados primeros pobladores por ese origen que abanderan como ADN del mundo entero.

Pese a este valor histórico, en la actualidad muchos pueblos indígenas se encuentran en riesgo de desaparición física o cultural, situación que se ha visto aumentada en nuestra región por la actuación de algunos Gobiernos que han venido a vulnerar los derechos y la estabilidad de estos grupos aborígenes.

Expertos sociólogos afirman que el continente americano tiene una profunda deuda social con estos aborígenes, endeudamiento que ha sido calificado en términos de pobreza, marginación, vulneración de derechos de tierra y demarcación de territorios, explotación laboral, desplazamiento y escasa o inexistente participación en los procesos de desarrollo de las naciones.

Caribe Nuestro@NuestroCaribe

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América Latina goza de un importante movimiento indígena que se niega a perecer ante los embates de grupos vandálicos, extractivistas quienes enfilan esfuerzos por explotar de forma exagerada los recursos naturales que provee la madre tierra.

De acuerdo con el experto columnista, Ricardo Martínez, en los últimos 20 años las comunidades aborígenes de este lado del globo han vigorizado estrategias novedosas de organización que les han servido en muchas ocasiones como plataforma para visibilizar y posteriormente denunciar la vulneración criminal de sus derechos.

«Son movimientos antisistémicos. En esencia antiextractivistas que se oponen a la explotación enajenada de la naturaleza en cualquiera de sus formas, sea privada, estatal o mediante asocios público-privado», asevera Martínez.

Rotting in vain@rottingvain

No nacieron con la comodidad de ustedes pero está en la lucha, por sus privilegios. Deberian estar estudiando o jugando pero si han sido denigrados tu lucha es por tus lujos, la lucha de ellos es para un país equitativo

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Por su parte, los aborígenes peruanos defienden del Gobierno la llamada titulación de sus territorios, la representación indígena de Colombia enfrenta un despunte de los efectos del conflicto armado en sus áreas naturales de convivencia, mientras que los nativos brasileños continúan sufriendo las pasadas escenas de los voraces incendios que devastaron extensas hectáreas de la Amazonía, ante la inacción de su presidente Jair Bolsonaro.

Entretanto, en Chile los pueblos originarios mapuche hacen lo propio por desplazar y evitar a toda costa la construcción de gasoductos, presas hidroeléctricas, mineras y carreteras en una verdadera resistencia indígena.

Los indígenas hoy en día, a 527 años del arribo de Cristóbal Colón a este continente, se enfrentan de manera fehaciente contra la deforestación de sus territorios, violación de sus espacios sagrados, tercerización en el campo laboral, minería ilegal, constantes amenazas y asesinato de sus dirigentes y líderes.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/america-latina-indigenas-resistencia-ataques-lucha-derechos-20191002-0017.html

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