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La crisis del hambre en África: aumentan los matrimonios infantiles, la explotación y la violencia contra las niñas

El informe ‘Más allá del hambre’, de Plan Internacional, muestra, entre otras cosas, que las mujeres y las niñas son las víctimas «invisibles» al comer menos y en último lugar. Además sufren más violencia sexual. Unas 50 millones de personas se encuentran al borde de la inanición.

La ONG ‘Plan Internacional’ ha elaborado un exhaustivo informe ‘Más allá del hambre’ en el que analiza detalladamente la crisis de pobreza por la que atraviesa gran parte de África y las devastadoras consecuencias que eso conlleva: inanición, violencia sexual contra las mujeres, explotación…

Según el informe, casi 350 millones de personas de 82 países sufren inseguridad alimentaria en la mayor crisis de hambre en décadas, que ha llevado a 50 millones de personas al borde de la inanición.

Los más jóvenes, en peligro

Más de 7.000 personas 7.158 personas de Kenia, Somalia, Etiopía, Sudán del Sur, Malí, Níger, Burkina Faso y Haití, los países con una situación más crítica, han sido encuestados y algunas de las conclusiones generales es que los niños y adolescentes están «en grave riesgo» de sufrir formas de violencia como matrimonios infantiles, explotación o violencia sexual.

«A menos que se aumente urgentemente la ayuda internacional, innumerables niñas corren el riesgo de convertirse en víctimas invisibles de esta devastadora crisis del hambre. El hambre es un problema que tiene solución, pero es necesario actuar con urgencia para evitar que esta crisis alimentaria se convierta en una hambruna en toda regla que afecte sobre todo a los niños, y especialmente a las niñas», asegura Concha López, directora general de Plan International, desde Somalia.

Las mujeres y las niñas comen menos y peor que los hombres

Además, otra de los resultados de la encuesta es que debido a las políticas sociales discriminatorias de los países señalados las niñas y las mujeres suelan comer menos que los niños y los hombres del mismo hogar y además en último lugar. Algo que afecta directamente a su salud.

Aumenta el matrimonio infantil hasta en un 51% en algunos países

Por otra parte, en Etiopía, Kenia y Somalia el matrimonio infantil ha aumentado un 51% en el último año, según los datos disponibles, ya que las familias en una situación desesperada recurren a casar a sus hijas para aliviar la presión sobre la economía familiar u obtener el pago de la dote.

La odisea para buscar agua potable se ve más reflejada también en aquellas mujeres que deciden ir a los pozos por la noche para evitar aglomeraciones. De media, recorren entre 15 y 25 km, y en Kenia y Somalia las niñas y mujeres participantes en los grupos focales explicaron que se mueven en grupo para recolectar agua y leña con el objetivo de mitigar el riesgo. El problema es que al ser mujeres se enfrentan a posible violencia sexual.

«Las mujeres van por la noche a por agua a pesar de poder sufrir violencia sexual o del peligro de animales como las hienas»

Mujer etíope

«Recorrer largas distancias de noche es muy arriesgado para nosotras, las niñas y las mujeres más jóvenes están muy expuestas a riesgos de violencia sexual, incluida la violación, y se ven amenazadas

por animales salvajes peligrosos como las hienas; sin embargo, la mayoría de las veces preferimos ir a las fuentes de agua de noche para evitar la competencia y conseguir agua», asegura una mujer etíope entrevistada en el estudio de ‘Plan Internacional’.

Aumento de embarazos no deseados

Otro de los problemas que sufren las mujeres y niñas es el aumento de embarazos no deseados, y las personas encuestadas destacan la falta de acceso a suministros de salud e higiene menstrual. Por ejemplo, en Somalia, el 30% de las niñas y mujeres encuestadas mencionó como barrera la falta de dinero para comprar productos de higiene menstrual.

Fuente: https://www.antena3.com/noticias/mundo/crisis-hambre-africa-aumentan-matrimonios-infantiles-explotacion-violencia-ninas_2023012763d3aa61f0501d0001419981.html

 

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Una mujer contra el matrimonio infantil en Turquía y otras historias inspiradoras para afrontar 2023

Por: Alejandra Agudo

El año 2022 fue sombrío por el estallido de la guerra en Ucrania, el aumento del hambre o el retroceso en el desarrollo humano. Hubo también personas e iniciativas que ayudaron a mejorar el mundo. Esta son algunas de ellas

El reciente estallido de contagios de covid-19 en China es un tsunami que arrastra las esperanzas de dar por zanjada la pandemia, casi tres años después de iniciarse. Así acabó el que iba a ser considerado el año de la recuperación. Aunque 2022 ya se había truncado en febrero, por la ofensiva de Rusia en Ucrania, una nueva guerra en Europa que desencadenó el mayor y más rápido éxodo de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, y desestabilizó los mercados alimentario y energético globales, dejando a millones de personas sin comida suficiente. El hambre aumentó. Y, ante una comunidad internacional incapaz de abordar las numerosas y diversas crisis (no olvidemos el cambio climático), el desarrollo humano retrocedió a los niveles de 2016, situando a la humanidad casi en el punto de partida de la aprobación de la Agenda 2030 de la ONU para un mundo mejor, más sostenible y pacífico para esa fecha. Sin embargo, se produjeron también acontecimientos para la esperanza, pequeñas y grandes historias de personas que lograron progresos. Ellas iluminaron un 2022 sombrío. Planeta Futuro les pone rostro con una selección de la hemeroteca más positiva:

El empeño en hacer del mundo un lugar mejor

La turca Dilek Demir, obligada a casarse a los 14 años, se ha convertido en símbolo de la lucha contra los matrimonios infantiles en su país. “Jamás permitiré que casen a una niña”, prometía. Hoy, Demir, a sus 49 años, es muhtar de Müradiye, un barrio del distrito de Diyarbakir. Los muhtar son representantes electos, sin adscripción política, cuya función es servir de enlace entre los vecindarios y la Administración. Y lo primero que hizo fue colocar un buzón de quejas y chivatazos. Y de él “han salido 80 vidas”, como expresaba ella con cierta poesía el número de personas a las que ayudado. La mitad eran niñas a las que iban a casar siendo menores; otras 25, de niños que sufrían violencia y abusos sexuales en sus familias; las restantes, de jóvenes a los que ha conseguido alejar de la adicción a las drogas.

Otro ejemplo es el de Aleva Ndavogo Jude, de Yamena (Chad), un enamorado de la danza. Le encantaba bailar y su pasión le llevó a abandonar los estudios y a afrontar el repudio de su familia. Tras vivir dos años como un sin techo y tras mucho esfuerzo, se convirtió en un bailarín y coreógrafo de éxito, creando su propio grupo. Pero dio un paso más: fundó una asociación para motivar a los niños que viven en las calles y reintegrarlos en la sociedad. “Bailando, se sienten libres”, dice.

Desde Barcelona, llega la historia de Afropoderossa, la influencer que planta cara al racismo. Arrasa en sus cuentas de TikTok e Instagram, con casi 400.000 y más de 100.000 seguidores respectivamente. Nacida en Guinea Ecuatorial hace 31 años y asentada en el barrio del Poblenou de Barcelona desde los 12, en sus redes comparte información sobre África y sus culturas y trata de desmentir estereotipos y prejuicios. Reivindica, además, el derecho de las mujeres negras a salirse del canon de belleza occidental. También Charity Ekezie usa el humor y Tik Tok contra los estereotipos sobre África, pero desde Nigeria. “La gente cree que vivimos en casas de madera y chozas de barro, pero yo nunca he vivido en una. Piensan que no tenemos nada más que tierra seca, que no hay agua y que por eso somos duros”.

Otra iniciativa que ha contribuido a mejorar el mundo es la que la ONG Bicicletas sin Fronteras ha puesto en marcha en Senegal, donde ha facilitado que 7.000 alumnos africanos sin transporte escolar se desplacen a los centros educativos y obtengan mejores notas gracias a las baobikes.

Hay muchos más ejemplos:

Los jóvenes se alzan contra la crisis climática

El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Y ese día presentábamos a 10 jóvenes de África, Asia, Latinoamérica y Oceanía que están escribiendo el presente y el futuro de las acciones de defensa del planeta. Tienen rostros menos famosos que Greta Thunberg, pero la misma convicción de que pueden cambiar el mundo. Los llamamos Los paladines de la lucha contra el cambio climático y todos tenían en ese momento menos de 25 años, como Melati Wijsen, nacida y criada en Bali. Allí empezó con sus paseos, cuando era niña, por las playas y los campos de arroz. A pesar de que tenía el cielo delante de ella, sus ojos no veían más que bolsas de plástico abandonadas. Y decidió empezar su lucha contra ese desastre. Así, a los 12 años creó, junto a su hermana menor, Bye Bye Plastic Bags. El proyecto, que surgió como una aventura entre compañeros de colegio, es hoy la principal ONG juvenil de Indonesia y ha conseguido que el Gobierno local de Bali prohíba las bolsas de plástico, las pajitas y el poliestireno. Time ha incluido a esta joven entre los adolescentes más influyentes del mundo y Forbes, entre los 30 menores de 30 años más importantes del planeta.

Las redes sociales son el arma de las jóvenes influencers en las que pusimos el foco durante la COP27, un grupo de mujeres brasileñas que optaron por defender el medio ambiente entre sus miles de seguidores en vez de tratar de venderles productos. “Somos la última generación que puede salvar el planeta”,publicaba en su cuenta de Instagram, Zaya (21 años), la primera modelo indígena que pisó la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia en septiembre, durante la proyección de la película The Territory, distribuida por National Geographic.

Destaca también la historia de Olivia Mandle, una joven barcelonesa de 15 años que lucha por los animales marinos y el bienestar del planeta. ¿Cómo? Ha inventado la Jelly Cleaner, un artefacto que flota y que recoge partículas plásticas de la superficie de su amado mar Mediterráneo. Asegura que funciona. También ha iniciado una campaña para que Gobierno español cierre escalonadamente los delfinarios y sueña con crear el primer santuario para estos cetáceos en la costa Brava.

Los que no se rinden

Estas son las historias de las personas que no se rindieron ante la adversidad. Es lo que en términos de las organizaciones humanitarias se llama resiliencia, la capacidad humana de aguantar y volver a levantarse. Es lo que hizo el nepalí Kishan Adhikari, nacido en Katmandú hace 31 años. Huyó de la heroína que devoraba a otros jóvenes en su barrio, lo perdió todo en Reino Unido, recaló en España y empezó a cantar en el metro de Madrid. Su voz enamoró a una pareja que le dio trabajo en el teatro, lo que le permitió conseguir su permiso de residencia. Hoy es cantante, actor y cocinero.

Otra resiliente es Enyonam Mary Sleysor, de Togo. Una inyección mal puesta, según le cuentan, le paralizó las piernas. Tenía tres años. Las opciones terapeúticas y de atención para las personas con discapacidad son escasas en su país, pero ella no se rindió. Volvió a moverse por sí misma apoyada en unas muletas, estudió Sociología y hoy trabaja en una ONG. Es la mujer que aprendió a volar porque no podía caminar, y lo hizo con prácticamente todo en contra, pero arropada por el amor de su familia.

En Burkina Faso, un país del que apenas llegan noticias de la violencia yihadista que padece, conocimos a Awa Baguia. Tiene 37 años y es la primera mujer invidente del país que ha logrado terminar los estudios de Sociología. Hoy es funcionaria tras aprobar con éxito las oposiciones y gracias a que una ley determina que debe existir una cuota reservada de puestos de trabajo del 10% para personas discapacitadas. “Hasta mis 18 años era vidente y entonces tuve un glaucoma. Primero veía borroso, luego perdí toda la visión en un ojo. Como a la togolesa Mary Sleysor, el amor de su familia la ayudó a continuar. Cuando perdió por completo la vista, su madre la llevó a un centro para personas invidentes en el que pudo aprender a leer en braille: “Pasé tres años en este centro y acabé la secundaria. Mi madre fue la persona que más fuerza me dio en esos tiempos difíciles… Me ayudó a aceptarme y a que los demás me aceptaran”. Ella es la voz de la clarividencia.

En esta lista de quienes se reinventan, destacan las alquimistas del índigo, integrantes de la cooperativa GIE Solidaire de Confection et Artisanat del barrio de Sam Sam III en Pikine, Senegal. Estas mujeres han abierto una nueva línea de negocio en sus actividades con la recuperación de la técnica tradicional del teñido y elaboración de tejidos para fabricar vestidos, fulares, mantelerías o complementos de moda. Así se sostienen a sí mismas y a sus familias. Detrás de esta agrupación se encuentra la hermana Regina Casado, que lleva la mayor parte de sus 82 años empoderando a las mujeres de Camerún y Senegal. “Me voy a ir con los más pobres para que no los aplasten”, aseguró a este periódico para explicar su vocación.

Estas son otras historias que dejan una huella positiva:

  • Una foto cambió la vida a Mohamed Yousif, el poeta en las protestas de Sudán. El fotógrafo japonés Yasuyoshi Chiba retrató a un adolescente de 15 años en las manifestaciones contra el régimen sudanés de 2019. La instantánea, galardonada con el World Press Photo, atrajo la atención internacional hacia las protestas y hacia el potencial del joven, que acabó recibiendo fondos para estudiar en Países Bajos. De regreso a su país, planea ser el presidente de la nación más joven del mundo.
 Mohamed Yousif, en una fotografía del japonés Yasuyoshi Chiba, que ganó el World Press Photo de 2020.
Mohamed Yousif, en una fotografía del japonés Yasuyoshi Chiba, que ganó el World Press Photo de 2020.YASUYOSHI CHIBA (AGENCE FRANCE-PRESSE)
  • De delincuente juvenil en Nairobi a recibir un premio de la reina de Inglaterra. Douglas Mwangi, un joven de un suburbio de la capital keniana que se dedicaba a “perpetrar actividades delictivas” para sobrevivir, decidió cambiar de vida y fundó el primer centro digital comunitario de su barrio, pensado para facilitar a los jóvenes el acceso a la educación y al trabajo remunerado. Su labor le llevó a recibir en 2018 el Premio a los Jóvenes Líderes, que le entregó la reina británica Isabel II.
  • Las ganas de estudiar de Mahgul, a pesar de todo. Grace Armstrong, especialista en educación en emergencias de Unicef, conoció a Mahgul, una niña de 11 años brillante y con muchos proyectos, en una clase comunitaria de un pueblo rural en la provincia de Faryab, en el norte de Afganistán. Ansiosa por compartir su experiencia, Mahgul le contó cómo visitaba su aula casi todos los días mientras estuvo cerrada por covid-19 durante los primeros meses de 2021. Preguntada por las dificultades que había encontrado para recibir formación, respondió: “El único motivo que podría impedirme estudiar sería que mi padre no pudiera permitirse pagarme los estudios. Quiero ser ingeniera o doctora”.
  • Un arquitecto que nació en una aldea sin electricidad gana el mayor premio de su sector. Diébédo Francis Kéré es el primer africano en recibir el galardón Pritzker 2022 de arquitectura, el mayor premio internacional del ramo. Nacido en Gando, una aldea remota de Burkina Faso, explica su origen tradicional, su amor por la naturaleza y su persistente voluntad de cambiar la vida de sus compatriotas.

Una de animales

En julio, un hito contra la extinción de especies amenazadas se produjo en Mozambique: los rinocerontes regresaban al país subsahariano 40 años después de su desaparición. Lo contamos en fotografías.

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Las leyes matrimoniales de Oriente Medio y Norte de África exponen a las mujeres a un mayor riesgo de matrimonio infantil y violencia doméstica

Un nuevo informe de la ONG Igualdad Ya sobre cómo las leyes matrimoniales de la región de Oriente Medio y Norte de África y de todo el mundo discriminan a las mujeres y las niñas revela cómo la falta de reformas supone un mayor riesgo de violaciones de los derechos humanos, como el matrimonio infantil y la violencia doméstica.

En Egipto, el 62% de los hombres y el 49% de las mujeres están de acuerdo con la práctica de los crímenes de honor. Según el Banco Mundial, al menos el 35% de las mujeres de la región de Oriente Medio y Norte de África han sufrido alguna forma de violencia por parte de su pareja en algún momento de su vida.

«A pesar de lo impactante de esta cifra, es probable que sea una subestimación, ya que la violencia de género a menudo no se denuncia debido a obstáculos como el estigma social, la culpabilización de las víctimas y la preocupación de que el caso no sea tratado eficazmente por el Estado», dijo a MEMO Dima Dabbous, representante regional de Igualdad Ya en la región de Oriente Medio y Norte de África.

«Tras la pandemia del COVID-19 y las consiguientes repercusiones económicas, los casos de violencia doméstica y de matrimonios infantiles y forzados aumentaron en la región, al igual que en todo el mundo, y las mujeres y niñas de las comunidades más pobres y las familias refugiadas en zonas de conflicto se vieron especialmente afectadas.»

Hace casi 30 años, en una sala de conferencias de Pekín, los líderes mundiales se comprometieron a eliminar las leyes injustas existentes y a hacer realidad la igualdad jurídica. Pero estos objetivos, prometidos en la IV Conferencia de la ONU sobre la Mujer, no sólo están lejos de cumplirse, según el informe de Igualdad Ya, sino que están empeorando.

«Los avances en Oriente Medio y Norte de África han sido lentos e inconsistentes», afirma Dima. «Preocupantemente, en los últimos años se ha producido un retroceso en los derechos de la mujer en algunos países. Los gobiernos se han mostrado reacios a abordar o dar prioridad a las reformas, y países como Irán y Arabia Saudí han perseguido y castigado activamente a las activistas de los derechos de la mujer».

En Líbano, el padre tiene toda la patria potestad, salvo la lactancia, y si la mujer se vuelve a casar, pierde la custodia de sus hijos. Según el Código de la Familia de Argelia, la mujer necesita el permiso de un tutor matrimonial masculino, mientras que en Israel, según la Ley de Matrimonio y Divorcio, el divorcio depende únicamente de la voluntad del marido.

Tres décadas después de aquella conferencia, estas leyes discriminatorias no se eliminan por falta de voluntad política, afirma Dima. «Esto es alimentado, en parte, por quienes están en el poder y buscan preservar el statu quo y mantener el apoyo de los sectores conservadores que no apoyan el empoderamiento de las mujeres».

«Los intentos de reformar las leyes de familia pueden ser arriesgados, incluso peligrosos, en algunos países de Oriente Medio y Norte de África -continúa-, especialmente allí donde los gobiernos autoritarios tratan las campañas pacíficas a favor de los derechos de las mujeres como un delito castigado con sanciones sociales y económicas, prisión, tortura e incluso la muerte.»

El año pasado, la destacada activista egipcia por los derechos de las mujeres, Amal Fathy, fue condenada a un año de prisión tras criticar la incapacidad del gobierno para proteger a las mujeres del acoso sexual. En 2016, la abogada y feminista egipcia Azza Soliman fue detenida, sus bienes fueron congelados y se le prohibió viajar. Ahora Azza ha sido absuelta de los cargos que se le imputaban en un tribunal de terrorismo, pero sigue teniendo prohibido viajar.

También en 2021, la destacada activista saudí por los derechos de las mujeres, Loujain Al-Hathloul, fue puesta en libertad tras tres años de detención en los que fue torturada. A pesar de ser liberada, a Loujain se le prohibió viajar.

Aunque en la región se han introducido leyes que refuerzan los derechos legales de las mujeres y las niñas, también es necesario poner en marcha otras estrategias que generen apoyo público para garantizar su aceptación y aplicación, afirma Dima.

«Lograr un cambio sistemático y duradero requiere modificar las actitudes y comportamientos negativos hacia las mujeres y las niñas. Por ejemplo, en Egipto el matrimonio infantil está prohibido por la ley y denunciado por la autoridad religiosa Al-Azhar, pero sigue siendo ampliamente practicado y culturalmente aceptado.»

Y, mientras el gobierno egipcio ha aumentado el número de mujeres nombradas en puestos gubernamentales y ha tipificado como delito la denegación de la herencia a las mujeres, al mismo tiempo ha seguido reprimiendo la libertad de expresión.

Existen restricciones a la sociedad civil, incluida una ley que prohíbe a las ONG divulgar los resultados de las investigaciones de campo sin la aprobación del gobierno, amenaza con multas de hasta un millón de libras egipcias por recibir fondos sin la aprobación del gobierno y prohíbe la cooperación con organizaciones y expertos extranjeros.

Más allá de la región de Oriente Medio y Norte de África, no hay casi ningún país en el mundo que haya erradicado las leyes discriminatorias por razón de sexo, afirma Dima. En 2022, sólo 12 países lograron la plena igualdad legal, según el Banco Mundial.

«Las leyes de estado civil discriminatorias por razón de sexo hacen imposible la igualdad de género. Hasta que las mujeres y las niñas no tengan igualdad legal, seguirán proliferando prácticas nocivas como el matrimonio infantil y el matrimonio forzado, y la violencia sexual y de género.»

«Una de las principales áreas de reforma de las leyes sobre el estatuto personal que deben emprender los Estados de la región [de Oriente Medio y Norte de África] es hacer que sus leyes de nacionalidad y ciudadanía sean equitativas desde el punto de vista del género, de modo que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres para transferir la nacionalidad a sus hijos y cónyuges, y adquirirla o cambiarla», añade Dima más adelante. «Esto mejorará la vida de las mujeres, así como la de sus familias, y hará que los países cumplan con el derecho internacional, que exige la igualdad de género en los derechos de nacionalidad».

Fuente: https://www.monitordeoriente.com/20221014-las-leyes-matrimoniales-de-oriente-medio-y-norte-de-africa-exponen-a-las-mujeres-a-un-mayor-riesgo-de-matrimonio-infantil-y-violencia-domestica/

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Mundo: Moda nupcial contra el matrimonio infantil

Save the Children y Barcelona Bridal Fashion Week suman fuerzas contra el matrimonio infantil. Más de 22.000 niñas mueren en todo el mundo a causa de los embarazos y los partos derivados de esta problemática.

Las niñas del mundo entero tienen derecho a vivir la mejor de las infancias, a jugar, a sentirse seguras y a soñar con qué quieren ser de mayores. Pero cada día, millones de niñas ven incumplidos sus derechos y se convierten en adultas antes de tiempo porque son obligadas a casarse. El matrimonio infantil es una de las principales amenazas para la educación, la salud y la seguridad de la infancia en todo el mundo. Niñas de tan solo nueve o diez años son obligadas a casarse con hombres, con frecuencia, mucho mayores, en muchos países de África y Asia.

Cada año, más de 22.000 niñas mueren en todo el mundo a causa de los embarazos y los partos derivados del matrimonio infantil. Concretamente, en África Occidental y Central, que cuenta con la tasa más alta de matrimonio infantil en el mundo, se producen casi la mitad (9.600) de todas las muertes estimadas relacionadas con el matrimonio infantil. Esto son 26 muertes al día.
Aunque en los últimos 25 años se han evitado casi 80 millones de matrimonios infantiles en todo el mundo, los avances se habían estancado incluso antes de la pandemia del COVID-19, que no ha hecho más que agravar las desigualdades que impulsan el matrimonio infantil. Con el cierre de las escuelas, los servicios de salud bajo presión o cerrados y un mayor número de familias empujadas a la pobreza, las mujeres y las niñas se enfrentan a un mayor riesgo de violencia. Y las predicciones no son muy esperanzadoras: se espera que otros 10 millones de niñas se casen de aquí a 2030.

El matrimonio infantil en Mauritania

Esta semana está teniendo lugar la Barcelona Bridal Fashion Week (BBFW), el evento líder en moda nupcial, y como viene haciendo desde hace un tiempo el salón colabora con Save the Children para luchar contra el matrimonio infantil. En la edición de este año, la BBFW centra sus esfuerzos solidarios en uno de nuestros proyectos contra el matrimonio infantil en Mauritania que busca empoderar a las niñas a través de la educación. El matrimonio debería ser un sueño para cualquier mujer, no una pesadilla.

En este país situado en el noroeste de África, el matrimonio infantil se sitúa como una de las principales causas de la deserción de las niñas del sistema educativo, el embarazo precoz, la mortalidad durante el parto y la violencia conyugal. Esta situación es todavía más alarmante entre la población refugiada. “El matrimonio de las niñas es consecuencia de la superposición de diferentes factores de vulnerabilidad, como la falta de recursos económicos, las normas de género, culturales y sociales, y la falta de un sistema de protección y servicios de base”, explica Michela Ranieri, experta en política exterior de Save the Children.

Mauritania cuenta con una población donde el 51,8% son mujeres y el 48,2% hombres. Su población es joven: más del 61% tiene menos de 25 años. El grupo compuesto de madres con sus hijos e hijas forman un 66% de la población total. A pesar de los avances logrados en el contexto de la protección de la infancia en el país, los niños y niñas continúan sufriendo violencia, abuso, abandono, discriminación y explotación.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/internacional/20220422/moda-nupcial-matrimonio-infantil-13552972

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Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España “La educación es la principal herramienta que existe para salir de la pobreza”

El cambio climático, las hambrunas, el inexistente acceso a vacunas o medicamentos y la falta de higiene son algunas de las muchas causas que han llevado a millones de familias a la pobreza más extrema. Según Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España, la educación es el único mecanismo que existe para que los niños y niñas sean capaces de acabar con la trampa que esta pobreza supone. Por ello, la educación es el corazón de UNICEF, una organización que, desde hace ya 75 años, vela por los derechos y la supervivencia de la infancia más vulnerable.

En los últimos dos años, y a raíz de la pandemia de la COVID-19, hay 100 millones más de niños y niñas en el mundo sumergidos en la pobreza, lo que equivale a un aumento del 10% desde 2019.

De hecho, y según el informe ‘Evitemos una década perdida: Hay que actuar ya para revertir los efectos de la COVID-19 sobre la infancia y la juventud’, presentado por UNICEF el pasado mes de diciembre, la COVID-19 está poniendo en peligro décadas de progreso en cuestiones fundamentales para la infancia como la pobreza, la salud, el acceso a la educación, la nutrición o el bienestar mental. Una situación sin precedentes a la que se debe hacer frente de manera inmediata.

Durante esta entrevista con Soziable.es, Gustavo Suárez Pertierra, presidente de UNICEF España, incide en la importancia de actuar de forma rápida y eficaz para hacer frente a todas estas desigualdades que afectan gravemente a la humanidad en general, pero a la infancia en particular.

– ¿De qué manera ha afectado la pandemia de la COVID-19 a la infancia?

La pandemia ha causado un impacto extraordinario sobre toda la humanidad en general, sobre la infancia en particular y sobre la infancia más vulnerable de una manera especial. Ha tenido un gran costo en vidas humanas, ha producido un efecto del que tendremos que aprender a salir, porque corre el peligro de paralizar, o al menos revertir, ciertos procesos que estaban consiguiendo que el bienestar de la infancia se asiente en nuestras sociedades, pero, sobre todo, la mayor consecuencia que va a producir es que va a generar unas enormes desigualdades en el mundo.

La pandemia es una crisis que comienza siendo sanitaria y acaba siendo económica y social, pero que se distingue de otras crisis porque es una crisis global. Quiere decir esto que afecta a todo el conjunto de los países, a todo el conjunto de los pueblos, a toda la humanidad, en definitiva.

El impacto de la pandemia no es el mismo en aquellas ciudades más ricas y en las sociedades más pobres. Las posibilidades o los recursos que tienen las sociedades para superar el impacto de la pandemia tampoco son los mismos. Por tanto, la combinación entre impactos y posibilidades de superación de la crisis va a producir unas desigualdades extraordinarias en el mundo.

Tendremos que encontrar la senda de salida. Pero ¿cómo tendremos que hacerlo? Pues, en primer lugar, procurando que las medidas sanitarias lleguen a todas partes. Las vacunas, fundamentalmente, tienen que llegar a los países de rentas bajas porque, si no llega a todos, la pandemia no puede resolverse. Pero, además, hay que invertir en educación, en saneamientos, en mecanismos e instrumentos que permitan adaptarse a los tiempos que vienen, que van a ser muy dificultosos.

– ¿Qué entendemos por pobreza infantil?

Hay muchas clases de pobreza. Hay una pobreza severa, que afecta a aquellas sociedades que viven en la miseria, pero hay otra que llamamos pobreza moderada, que afecta a sociedades más desarrolladas y que se mide a través de la media de ingresos de una familia tipo: dos adultos y dos menores, por ejemplo.

Pero ¿qué significa ese tipo de pobreza? Significa que los hogares que la padecen no pueden acudir a satisfacer un gasto que de repente se presenta, porque se produce una necesidad educativa, por ejemplo, actividades extraescolares; porque sube el precio de la luz por encima de lo que estaba previsto; porque se presenta una necesidad producida por una determinada catástrofe o por un determinado impacto social; o por un hecho propio del clima.

Esta es una pobreza moderada que, en España, lamentablemente, afecta a entre un 27 y un 28% de loa niños y loa jóvenes, lo cual no se corresponde con nuestra entidad como cuarta potencia económica dentro de la Unión Europea, ni tampoco con el puesto que tenemos en la Unión Europea, ya que estamos muy atrás, estamos en la cola de los países que están padeciendo la lacra de la pobreza infantil.

– Por lo tanto, no nos referimos a lo mismo cuando hablamos de pobreza infantil en España y cuando lo hacemos refiriéndonos a países del tercer mundo, ¿verdad?

Los países de rentas medias y bajas no tienen los mismos problemas que tienen los países más desarrollados en el mundo, donde también hay pobreza, ese tipo de pobreza de hogares que no pueden llegar a fin de mes, que no pueden garantizar la calefacción en invierno o que no pueden garantizar unas vacaciones razonables.

La pobreza en los países que llamamos en desarrollo, en los países con rentas más bajas, tiene unas características mucho más incisivas. Pensemos que en estos países hay, en este momento, del orden de 5 millones de niños al año, 14 mil niños al día, menores de 5 años, que mueren por falta de un remedio que está en nuestras manos proporcionarles, por ejemplo, vacunas. No me estoy refiriendo ahora al caso de la pandemia de la COVID-19, me estoy refiriendo a las vacunas de las enfermedades que todavía no están erradicadas en el mundo, que se llevan por delante muchas vidas de niños menores de 5 años.

Bien es verdad que, hace tres décadas, esta cifra era el doble. Por tanto, vamos en la buena dirección, pero hay que darse cuenta de que esta es la realidad que tenemos en muchas partes del mundo.

– ¿Cómo afecta la pobreza a los niños y niñas?  

La pobreza es algo que, lamentablemente, envuelve la vida de los seres humanos y, por supuesto, de los niños.

¿Qué significa la pobreza para los niños? Significa que no pueden ser niños, que no pueden manifestar, como única preocupación, la preocupación de ser niños y hacer lo que hacen los niños, porque tienen otras preocupaciones.

La pobreza se manifiesta en materia de trabajo infantil; en la falta de posibilidades de desarrollo; en la falta de acceso a la educación; en la nutrición; y en el propio movimiento y en la propia sociabilidad de los niños y de los jóvenes que necesitan moverse ampliamente y ser niños para poder desarrollarse.

Esa falta de ambiente que proporciona la pobreza, que va desde la manifestación de enfermedades hasta las carencias en la educación, cuando envuelve toda la vida de los niños provoca fenómenos muy importantes que están detectando las sociedades modernas, por ejemplo, de salud mental.

Así pues, uno de los primeros problemas que tiene planteados la humanidad en este momento es resolver los problemas del hambre, que afectan a muy buena parte del género humano y, por supuesto, al grupo social más vulnerable, que son los niños, las niñas y los jóvenes.

– La lucha contra el cambio climático es otro de los grandes retos a los que se enfrenta UNICEF. ¿Es esta problemática una de las grandes amenazas para la infancia?

El cambio climático es un factor fundamental para la infancia. Produce sequías y hambrunas, exige a las sociedades la incorporación de unos instrumentos que les permitan ir adaptándose al cambio de las temperaturas, produce el aumento del nivel de los océanos…

Todo eso, en aquellos espíritus más jóvenes que están en formación, como es el caso de los niños en edad temprana y de los adolescentes en edad ya madura, les afecta de múltiples maneras: provoca enfermedades, plantea problemas de nutrición, les limita la movilidad… El cambio climático es un elemento vital para garantizar no solo el desarrollo de los jóvenes, sino también su bienestar futuro. Por tanto, es algo a lo que debemos poner una enorme atención.

El primer problema que tiene la infancia es la supervivencia, algo que podemos resolver porque una vacuna cuesta 60 céntimos de euro. Luego hay que resolver los problemas de educación, de bienestar y sanitarios que puedan afectarles. Pero después hay que garantizarles un entorno seguro, algo que con la referencia climática solo es posible adelantándose con medidas de previsión como quieren, por otra parte, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que tienen en el cambio climático una de sus referencias fundamentales.

– La pandemia de la COVID-19 no solo ha comprometido nuestra salud física, sino que también está afectando a nuestra salud mental y, en especial, a la de los colectivos más vulnerables. ¿Perciben que la salud mental de la infancia se ha visto alterada, en mayor o menor grado, tras la irrupción del coronavirus?

La salud mental se ve afectada por la pandemia sin duda ninguna. Aquí se produce un efecto curioso: la salud mental es un elemento que, desgraciadamente, está muy presente en nuestras sociedades, para los niños y para los mayores, pero es un problema social sobre el que existe una especie de silencio, acordado por toda la sociedad, porque la concebimos como un estigma de las sociedades avanzadas.

Yo creo que la pandemia, y no quiero decir con esto que haya tenido ningún efecto bueno ni positivo, ha puesto en el escenario de las preocupaciones el problema de la salud mental y, especialmente, de la salud mental infantil. El confinamiento, la falta de sociabilización adecuada que provoca el cierre de las escuelas, que los niños no puedan, en un momento determinado, salir a la calle para poder socializar y desarrollar sus juegos genera un impacto extraordinario sobre la salud mental de los niños y los jóvenes.

Desde UNICEF lo hemos medido y existen datos que lo ponen de manifiesto. Hay, en estos momentos, un 13% de jóvenes, hasta 18 años, que se ven afectados por algún tipo de trastorno mental. Un 13% son muchos millones de niños en el mundo.

– ¿Se aborda esta problemática desde UNICEF?

Lo intentamos porque los sistemas públicos, quizá porque no es un elemento que esté presionando nuestras sociedades, atienden muy poco a la salud mental. Hablando en términos globales, que es como tenemos que hablar desde UNICEF, solo un escaso 2% de los presupuestos sanitarios se dedica en el mundo a la salud mental y esto es un presupuesto prácticamente insignificante.

Por tanto, tenemos que ayudar a resolver ese problema. UNICEF trabaja desde esa perspectiva en las sociedades desarrolladas procurando interesar sobre el problema a los ciudadanos y a las ciudadanas, sensibilizar y ofrecer a los poderes públicos las medidas adecuadas de carácter sanitario, pero también de entorno doméstico y social, para que se pueda salir al paso de los problemas de trastornos mentales que pueden plantearse.

En España, hemos colaborado en la parte infantil del desarrollo de la Estrategia de Salud Mental que se está empezando a poner en práctica. Por tanto, ya hay sensibilidad social suficiente como para que, desde el sistema público, se pueda atender ese problema.

Y, en los países de rentas medias y bajas, UNICEF está desarrollando programas sobre el terreno en materia sanitaria y social. En materia sanitaria, procurando fortalecer los sistemas sanitarios de países que son menos favorecidos en lo que se refiere a salud mental y en otros aspectos sanitarios; y, por otra parte, trabajando en la construcción de entornos saludables que permitan a la infancia y a la adolescencia desarrollarse previniendo la posibilidad de que estos problemas puedan afectarles.

– ¿Es primordial garantizar una educación de calidad a todos los niños y niñas para hacer frente a las desigualdades y a la pobreza?

La educación es la principal herramienta que existe para salir de la pobreza. Se ha dicho que la educación es un ascensor social, el único mecanismo que puede garantizar que se rompa la trampa de la pobreza, que significa que las generaciones siguientes son más pobres o siguen siendo tan pobres como las generaciones anteriores. Y lo único que puede romper ese círculo vicioso es, precisamente, la educación, de ahí su importancia en esta materia.

La educación es el corazón de UNICEF. Los objetivos de nuestra organización tienden a la supervivencia de los niños y adolescentes, a garantizar su bienestar y a la protección, pero todo eso está envuelto por el corazón de UNICEF, que es la educación. La educación es un trampolín para el desarrollo personal y social.

– No hay nada perfecto, pero… ¿qué considera que debe tener la infancia para que su desarrollo sea adecuado y, sobre todo, ‘feliz’?

La infancia es, por definición, un grupo desvalido. Como la Convención de Derechos del Niño llega hasta los 18 años, hay mucha diferencia entre los niños más niños, los niños y niñas que ya no lo son tanto y los jóvenes o adolescentes ya que cada franja de población tiene su necesidad especifica.

La base es la posibilidad de encontrarse con un entorno familiar, doméstico y social que les permita formarse y desarrollar todas sus capacidades. Eso exige una atención social adecuada, la posibilidad de contar con una asistencia sanitaria suficiente desde una edad temprana y la posibilidad de acceso a la educación y a las capacidades de empoderamiento, sobre todo para las niñas, que son el grupo más desvalido dentro del grupo más desvalido de la sociedad. Todo esto es necesario como punto de partida y, a partir de aquí, vienen todas las necesidades que ofrece el sistema de bienestar al que nos asomamos los ciudadanos de los países en desarrollo.

Hay, en estos momentos, más conflictos bélicos abiertos que hace 30 años. Nos tenemos que poner a pensar en la influencia que tiene esto, no solo sobre los niños, sino sobre todos los hombres y mujeres, por ejemplo, obligándoles a desplazarse de sus hogares. Por tanto, la infancia necesita condiciones básicas de vida y de desarrollo posterior.

– Personalmente, ¿cree que estamos a tiempo de cumplir los ODS en la fecha prevista, 2030?

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen un programa de acción muy ambicioso. Hace unos pocos años, las naciones se pusieron de acuerdo para definir unos Objeticos de Desarrollo Sostenible, 17 Objetivos, con dos centenares de metas, y se diseñó una Hoja de Ruta que es la Agenda 2030.

Aquí hay que confiar en la capacidad de resiliencia del género humano y, especialmente, en la de los jóvenes, que es mucha. Hay que confiar en la capacidad de los estados que han adquirido consciencia de la necesidad de establecer un desarrollo sostenible para permitir que las sociedades sean más justas y proporcionen un mayor bienestar. Pero, además de ser optimista, hay que ser realista y decir que, en este momento, vamos por debajo de las previsiones de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, más todavía, porque no contábamos con el impacto de la pandemia.

Prácticamente todos los ODS tienen que ver con la infancia, porque son objetivos que afectan a la erradicación de la pobreza, al destierro y las hambrunas, a la educación… Por tanto, en todos los Objetivos está presente la referencia de la infancia y en todos tiene que trabajar UNICEF. Por eso, necesitamos una visión muy amplia en la que necesitamos, por supuesto, que nos acompañen las sociedades de los países pobres y ricos.

– ¿Cuáles son los retos y objetivos de UNICEF España para este año 2022?

Yo creo que necesitamos recuperar la senda de conseguir los objetivos de bienestar que nos habíamos planteado.

UNICEF cumple ahora 75 años: 60 en España, 75 UNICEF global. Tras la Segunda Guerra Mundial, UNICEF se planteó el objetivo de la supervivencia de la infancia, erradicar las enfermedades que se llevaban miles de muertos cada día, la educación como corazón de UNICEF, el bienestar en todas sus fórmulas y la erradicación de conductas que todavía están muy presentes en ciertas sociedades y que afectan a niños y a niñas, como es el caso del matrimonio infantil.

En todo este tiempo, en estos 75 años, se ha avanzado mucho en el cumplimiento de estos objetivos. El matrimonio infantil, por ejemplo, se ha reducido en un 15% en las tres últimas décadas. Pero el impacto de la pandemia sobre todos esos procesos que estaban en marcha y que estaban teniendo un cierto éxito sostenido ha sido, está siendo y va a ser enorme. Hay que recuperar esa senda de bienestar para el cumplimiento de unos objetivos que, lamentablemente, después de 75 años, todavía están vigentes.

Necesitamos actuar contra la pobreza infantil, en materia de salud mental y de fortalecimiento del sistema educativo, en temas de bienestar y sobre la sostenibilidad del clima en el que tenemos que movernos. En concreto, tenemos que erradicar determinadas prácticas como las que afectan a las políticas de género o que tienen que ver con el trabajo infantil y que están muy favorecidas por todo lo que trae consigo la pandemia, como el cierre de las escuelas.

Fuente: https://www.soziable.es/entrevista-gustavo-suarez-presidente-unicef-espana

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El matrimonio infantil lastra a una de cada cuatro niñas en América Latina

Una de cada cuatro niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe contrajo matrimonio o formalizó una unión antes de cumplir los 18 años, según un informe que advierte de que, si no se toman medidas, la región será la segunda con peores datos de todo el mundo en el año 2030, sólo por detrás del África subsahariana.

La prevalencia del matrimonio infantil en América Latina apenas ha variado en el último cuarto de siglo, si bien la ausencia de datos completos hace temer que la realidad pueda ser peor, según un grupo conformado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y ONU Mujeres.

La información básica sobre matrimonios y uniones tempranas no está disponible en varios países, especialmente en el Caribe, y la que se conoce refleja una disparidad estadística, ya que mientras que la proporción de niñas y adolescentes casadas es inferior al 10 por ciento en Jamaica, en otros lugares como República Dominicana, Nicaragua, Honduras y Belice el dato supera el 30 por ciento.

El Grupo de trabajo del Programa Conjunto Interinstitucional para Poner Fin al Matrimonio Infantil y a las Uniones Tempranas en América Latina y el Caribe señala en su informe que estas bodas prematuras «son una realidad» en la región, «a pesar de su falta de visibilidad» y recuerda que eliminar esta práctica nociva es clave para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Fuente: https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-latinoamerica-matrimonio-infantil-lastra-cada-cuatro-ninas-america-latina-20211221113836.html

 

 

 

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Crece el matrimonio infantil en Afganistán: «Está en juego el futuro de toda una generación», advierte UNICEF

Crece el matrimonio infantil en Afganistán: «Está en juego el futuro de toda una generación», advierte UNICEF

12 Noviembre 2021

Aunque la tendencia no es nueva, se ha agravado debido a que la pandemia de COVID-19 y la crisis alimentaria han agudizado la pobreza. La situación es tan desesperada que, a cambio de una dote, algunas familias ofrecen sus hijas a los 20 días de nacer a futuros esposos.

La agencia de la ONU estima que el 28% de las mujeres afganas en la franja de edad entre los 15 y los 49 años se casaron antes de la mayoría de edad, e insta a las autoridades de facto a priorizar la reapertura de las escuelas para todas las niñas de secundaria y a permitir que las profesoras vuelvan a sus puestos de trabajo.

La directora ejecutiva de UNICEF ha manifestado su preocupación ante las informaciones que corroboran esta información e indicó que ha recibido “noticias creíbles de familias que ofrecen a sus hijas de tan sólo 20 días para un futuro matrimonio a cambio de una dote”.

Henrietta Fore explicó que esta tendencia no es nueva y que ya se producía antes de la reciente inestabilidad política en el país. Solo en las provincias de Herat y Baghdis, los socios de UNICEF detectaron 183 matrimonios infantiles y 10 casos de venta de niños durante 2018 y 2019. Los menores implicados tenían entre 6 meses y 17 años.

Las adolescentes siguen sin poder ir a la escuela

A esta compleja coyuntura se le ha de añadir que tanto la pandemia del COVID-19, como la actual crisis alimentaria y la llegada del invierno han agravado aún más la situación de las familias.

“»La gravísima situación económica de Afganistán está sumiendo a más familias en la pobreza y obligándolas a tomar decisiones desesperadas, como poner a los niños a trabajar y casar a las niñas a una edad temprana”, alertó Fore y recordó que, en 2020, “casi la mitad de la población de Afganistán era tan pobre que carecía de necesidades como la nutrición básica o el agua potable”.

La directora ejecutiva de la agencia de la ONU explicó que otra de las circunstancias que incrementa el riesgo de matrimonio infantil es que a la mayoría de las adolescentes todavía no se les ha permitido regresar a las aulas.

UNICEF continúa trabajando en Afganistán para concienciar a las comunidades de los riesgos que corren las niñas si se casan antes de cumplir los 18 años.

Entre estos peligros, Fore destacó la menor probabilidad de que permanezcan en la escuela y el mayor riesgo de que sufran violencia doméstica, discriminación, problemas de salud mental y mayor vulnerabilidad a las complicaciones durante el embarazo y el parto.

«Hemos iniciado un programa de asistencia en efectivo para ayudar a compensar el riesgo de hambre, trabajo y matrimonio infantil entre las familias más vulnerables. Tenemos previsto ampliar éste y otros programas de servicios sociales en los próximos meses”, señaló.

Del mismo modo, UNICEF también prevé trabajar con los líderes religiosos para asegurarse de que no participan en los acuerdos de matrimonio de las jóvenes, denominados Nekah.

Sin embargo, Fore advirtió que todas estas medidas no son suficientes.

«Pedimos a las autoridades centrales, provinciales y locales que tomen medidas concretas para apoyar y proteger a las familias y a las niñas más vulnerables. Instamos a las autoridades de facto a priorizar la reapertura de las escuelas para todas las niñas de secundaria y a permitir que las profesoras vuelvan a sus puestos de trabajo sin más retrasos. Está en juego el futuro de toda una generación«, advirtió.

Fuente de la Información: https://news.un.org/es/story/2021/11/1499952

 

 

 

 

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