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Educación sexual en los libros de texto

Por: Gabriela Rodríguez* 

La educación sexual es espacio para regular relaciones de poder, como arena política cobró fuerza cuando se formaron los estados nación. Michel Foucault nos hizo ver la plasticidad histórica de la sexualidad como medio para ejercer control sobre los cuerpos, él cuestiona hasta el discurso científico “cuando busca legitimar una sola orientación sexual como válida y un género como el dominante por encima del otro” ( Historia de la sexualidad, Siglo XXI, 1987). Esta visión es válida para comprender el momento actual: la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) y abogados del Consejo Nacional de Litigio Estratégico interponen un amparo para evitar que se distribuyan los nuevos libros de texto.

La UNPF fue creada en 1917 en oposición al carácter laico del Estado y a la educación laica en los artículos 3, 5, 24, 27 y 130 de la Constitución de 1917. En 1934 Lázaro Cárdenas reformará el ­artículo 3. “La educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios….”, su secretario de Educación, Narciso Bassols, propuso incluir una educación científica sobre cuestiones sexuales desde el tercer año de primaria; la polémica cubrió por un año las portadas de los diarios, culminó con su renuncia y la cancelación del proyecto; la UNPF, la Unión Nacional Sinarquista y la Jerarquía de la Iglesia Católica llegaron a prohibir a los padres de familia enviar a sus hijos a la escuela para evitar una enseñanza marxista, y amenazaron con excomulgar a docentes que impartieran educación sexual. En 1959, cuando el secretario Jaime Torres Bodet creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, tuvo que librar movilizaciones dirigidas por la UNPF, quienes se sentían amenazados por un sistema educativo que “contenía tendencias claramente comunizantes”. En 1978 logra incluirse la educación sexual científica y laica en programas y libros de texto, se informaba sobre el ciclo menstrual en la primaria y sobre los métodos anticonceptivos en la secundaria, era necesario contener la rápida velocidad del crecimiento poblacional (doblaba su volumen cada 20 años) y reducir tasa de fecundidad de adolescentes (tardó 50 años disminuirse a la mitad, de 134 a 63 nacimientos por cada mil adolescentes, de 1970 a 2020). En 1998, con Miguel Limón Rojas al frente de la SEP, se incluyeron por primera vez en programas y libros las desigualdades de género y los derechos sexuales y reproductivos, en el marco internacional y nacional de los derechos de niños y adolescentes; años después (2009), legisladoras panistas e integrantes de la “Coalición Ciudadana por la Familia y la Vida” deshojaron ejemplares de estos libros en León, Guanajuato, los arrojaron a una tina de metal y les prendieron fuego.

Lo de hoy es una pugna histórica, anquilosada y recurrente. El nuevo currículo se enmarca en la reforma al tercer artículo constitucional: “Los planes y programas de estudio tendrán perspectiva de género y una orientación integral, se incluirá el conocimiento de las ciencias y humanidades: la enseñanza de las matemáticas, la lecto-escritura, la literacidad, la historia, la geografía, el civismo, la filosofía, la tecnología, la innovación, las lenguas indígenas de nuestro país, las lenguas extranjeras, la educación física, el deporte, las artes, en especial la música, la promoción de estilos de vida saludables, la educación sexual y reproductiva y el cuidado al medio ambiente, entre otras” (reformado el 15 mayo de 2019).

De lo que he podido revisar en los textos para docentes y estudiantes (cuarto, quinto, sexto de primaria y primero de secundaria) encuentro avances sustantivos: 1) centrarse en la solidaridad y el respeto al otro, valores tan perdidos en la sociedad posindustrial; 2) el enfoque pedagógico creativo y crítico de Paulo Freire, que permite cuestionar y cambiar de manera comunitaria la situación histórica; el impulso freinetiano a la vida cooperativa y a la emancipación por medio del trabajo; 3) el que se contemple una educación sexual a la altura de la generación nacida en el silgo XXI: con perspectiva de género transversal y por una vida libre de violencias; ofrecer herramientas didácticas basadas en conceptos de capital cultural y del pensamiento de líderes indígenas, afromexicanas, feministas, del movimiento magisterial y de las mujeres en México. El enfoque de derechos sexuales y reproductivos, más allá de los órganos sexuales femeninos y los anticonceptivos, contemplados desde los años 70, ahora se integra el funcionamiento de órganos femeninos y masculinos, los cambios socioemocionales de los adolescentes (y reflexiones poscovid-19), prevención hacia una vida saludable (alimentación, deporte, arte, salud sexual y reproductiva, y consumo de sustancias), prevención del abuso sexual infantil (desde primer grado), la lucha contra el machismo y la corresponsabilidad masculina en la vida afectiva, sexual y reproductiva; el lenguaje inclusivo que reconoce a la sexualidad como construcción cultural, análisis de familias diversas: tradicionales (parejas con hijos, son 38.9 por ciento), monoparentales (un progenitor con hijos, 11.2), hogares donde reside al menos una persona indígena (8.1), afrodescendiente (2.7), LGBTI+ (4.8), y con discapacidad (14.6).

Maestros han sostenido conflictos de poder y parte importante del crecimiento, el desarrollo y el cuidado de niños y adolescentes. “El Occidente cristiano ha visto en el sexo un terreno de angustia y conflicto moral, un dualismo duradero entre el espíritu y la carne, la mente y el cuerpo. (Jeffrey Weeks, Sexualidad, Paidós/ PUEG/ UNAM, México, 1998).

*Secretaria general del Conapo

https://www.jornada.com.mx/notas/2023/08/11/politica/educacion-sexual-en-los-libros-de-texto/

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México: Salud y educación empañan reducción de la pobreza

El Coneval indica que 8.9 millones dejaron situaciones precarias, pero creció la población con carencias sanitarias, así como rezago educativo.

Casi 9 millones de mexicanos dejaron de vivir en condiciones de pobreza entre 2020 y 2022, pero al mismo tiempo se incrementó la población con carencias de salud y rezagos educativos, temas en los que aún hay mucho por hacer, de acuerdo con especialistas.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó ayer que el número de personas en situación de pobreza pasó de 55.7 a 46.8 millones en el lapso referido, una disminución de 8.9 millones.

Así, el porcentaje de la población en situación de pobreza pasó de 43.9% a 36.3% en el periodo señalado, lo que representa una baja de 7.6 puntos porcentuales y se trata de la menor tasa desde 2016.

“En otras palabras, en 2022 aproximadamente 36 de cada 100 personas en México presentaban al menos una carencia social y tenían un ingreso mensual insuficiente para adquirir una canasta alimentaria conformada por productos para cubrir sus necesidades”, informó el Coneval.

De acuerdo con el Coneval, una persona se encuentra en pobreza cuando no tiene un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades y presenta una de las seis carencias sociales: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a seguridad social, calidad y espacios de vivienda, servicios básicos de vivienda, así como el acceso a la alimentación nutritiva.

Además, el organismo informó que el número de personas en situación de pobreza extrema registró una caída de 1.7 millones de personas, al pasar de 10.8 a 9.1 millones entre 2020 y 2022, con lo que el porcentaje de la población en dicha condición bajó de 8.5% a 7.1% en dos años.

De acuerdo con el Coneval, la pobreza extrema se refiere a las personas que presentan tres o más carencias sociales antes descritas y no tiene un ingreso suficiente para adquirir una canasta alimentaria.

Retos urgentes

Sin contar con ingresos por transferencias sociales, el porcentaje de la población en situación de pobreza y pobreza extrema se habrían ubicado en 39.0% y 8.9%, destacó José Nabor Cruz Marcelo, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), durante la presentación de los resultados.

Luego de que en 2020 repuntó el número de pobres en comparación con 2018, por el efecto de la pandemia de Covid-19, la mejoría vista el año pasado se debe a la mejora del ingreso laboral y del trabajo, afirmó el coordinador general de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, Rogelio Hermosillo.

“Todavía falta mucho por hacer, pero no son los programas sociales, sino el trabajo de las personas, la causa principal que les permitió salir de la pobreza”, dijo.

Para la directora de México, ¿cómo vamos?, Sofía Ramírez, el número de personas en pobreza extrema regresó a la misma cantidad que en 2016 y 2018, lo que muestra que los programas sociales no llegan a los lugares más remotos.

“Estamos regresando a niveles de equilibrio prepandemia del modelo neoliberal. Tanto se pelean de que no queremos ser como ellos, y regresamos a los mismos lugares porcentuales”, señaló. El crecimiento económico demuestra que el modelo neoliberal y capitalista se refleja en incrementos en el ingreso de las personas, agregó.

Carencias sociales

En contraste con los resultados anteriores, el porcentaje de la población con carencias por acceso a los servicios de salud se incrementó, pasando de 28.2% a 39.1% de la población. Si se consideran los resultados de 2018, cuando la tasa era de 16.2%, el aumento es mayor.

La cantidad de personas sin acceso a servicios de salud pasó de 20.1 millones en 2018, a 35.7 en 2020, hasta llegar a 50.4 millones el año pasado, según el Coneval.

Hermosillo advirtió que “es un desplome gravísimo”, porque 30 millones de personas perdieron afiliación a los servicios de salud.

Los datos del Coneval también mostraron que la proporción de personas con rezago educativo fue otra carencia social que tuvo un aumento, pasando de 19.2% a 19.4%.

De acuerdo con Hermosillo, esto tiene que ver con que no se hizo nada por los estudiantes que no regresaron a la escuela tras la pandemia. “No hubo ninguna política para hacer algo para que los jóvenes y niños retomaran la escuela”, recalcó.

https://www.eluniversal.com.mx/cartera/salud-y-educacion-empanan-reduccion-de-la-pobreza/
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Los libros de la discordia

Por: Lev M. Velázquez Barriga

El filósofo Fernando Buen Abad ha sido persistente en llamar la atención sobre la guerra semiótica que la derecha diseña desde los laboratorios de pensamiento fascista y neoliberal para instalar en la población narrativas y sentidos comunes que favorezcan el avance de los grupos ultraconservadores en el poder; sin embargo, también alerta de que existen pocas estrategias comunicacionales y discursivas de las izquierdas que la contrarresten de forma eficiente.

El caso de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) es bastante ejemplificador. La alianza electoral, empresarial, de la sociedad civil corporativa, académica de la intelectualidad agorafóbica, medios de comunicación al servicio de la burguesía y los grupos confesionales de la derecha histórica, profascista y antiderechos humanos, recrudeció la guerra comunicacional a base de falsear y descontextualizar los libros de texto, movilizando las fobias y odios más irracionales de la mentalidad conservadora; pero también los que habitan en el radicalismo ortodoxo de la izquierda tradicional; los bombardeos de fake news contienen desinformaciones absurdas, tales como decir que las niñas y los niños se estarían formando para el comunismo y el marxismo.

Sin embargo, esta campaña mediática y descomunal de la derecha se esparce con cierta facilidad sobre la población y un sector del magisterio confundido, incierto, desprovisto de información suficiente y de formación eficiente sobre los mecanismos de aterrizaje de la NEM, sus metodologías problematizadoras y de proyectos, planes y programas de estudio desconocidos hasta el momento, anclajes territoriales, y ejes fundamentales, que no son los que irresponsablemente le atribuyen algunos funcionarios de la Secretaría de Educación Pública con discursos radicales de las pedagogías de los movimientos sociales antisistémicos, que no corresponden a la realidad.

Tanto en los libros de texto como en las metodologías sugeridas y discutidas en los consejos técnicos escolares oficiales, coexisten perspectivas progresistas del aprendizaje, historia, multiculturalismo, diversidad de género o derechos humanos con nociones de formación de capital humano, concepciones eurocéntricas de la tecnología o la cultura y propuestas metodológicas para el desarrollo de habilidades que promueven las empresas del capitalismo STEAM y del emprendimiento.

A esto agregamos que un sector de la burocracia de mandos medios despedagogizado y mentalizado en décadas de instrumentación de las reformas neoliberales responde a estas carencias comunicacionales con dosis repetitivas de videos, manuales y documentos sin poder explicar casi nada, cuando lo que se está demandando con urgencia es la formación en una nueva cultura educativa promotora de cambios profundos a través de metodologías didácticas activas y pedagógicas basadas en la contextualización y problematización de aprendizajes; el ejercicio creativo de la autonomía curricular y el diálogo de conocimientos que antes fueron separados en materias disociadas de realidad y de unos saberes con otros.

Ciertamente, es indiscutible el derecho de las niñas, niños y jóvenes de todas las geografías del país, y obligación del Estado, a garantizar que todos ellos cuenten con libros de texto gratuitos, elaborados desde el interés público y no privado, que contribuyan a enriquecer su cultura y formación humana; pero también es preocupante que las ausencias formativas y comunicacionales en el impulso hacia esta nueva cultura educativa de la NEM han orillado a que en los debates nacionales impere un reduccionismo libresco y enciclopédico.

Colocar al libro de texto en el eje rector del proceso pedagógico, atribuyéndole cualidades metacognitivas y determinantes de la ciudadanía política, no como uno de varios recursos educativos, evade otros debates al margen del escenario político electoral en el que juegan el gobierno y su oposición conservadora. Si bien el libro de texto es pertinente, puede ser contextualizado, reconceptualizado, recreado, incluso parcialmente sustituido y/o complementado con otros materiales escritos, visuales, auditivos, táctiles, digitales, lúdicos o vivenciales acordes con los contextos regionales, comunitarios, globales y de las personas, siempre que esto contribuya a la dignidad humana.

La verdadera coyuntura que se abre con la NEM no radica en la sustitución de unos libros por otros; más bien, en la oportunidad histórica que tienen las resistencias magisteriales de hacer valer la autonomía docente y continuar construyendo desde abajo, las educaciones populares y pedagogías críticas, cuyas experiencias regionales y comunitarias, así como sus materiales alternativos, fueron prohibidos y criminalizados en otro tiempo por el Estado.

Para las educaciones tradicionales, convencionales, incluso para las pedagogías activas se abre una puerta con amplias posibilidades de revestir al maestro de su función pedagógica, situar el currículo con base en la realidad, emprender formas dinámicas de aprender y ser en la escuela, hacer valer sin prisas los tiempos y ritmos necesarios para el aprendizaje, cualificarlo antes que calificarlo, dialogar con el interés cognitivo de los estudiantes, incidir en el entorno inmediato de la comunidad, reconocerse como sujetos individuales y colectivos que producen saberes y conocimientos.

Alentar un discurso radical que no corresponde con la NEM sólo avivará, innecesariamente, el fuego rabioso de los grupos ultraconservadores; habría que explicarla en su justa dimensión, con todos sus valiosos componentes novedosos y de vanguardia pedagógica; centrarse en resolver las carencias y ausencias formativas, comunicacionales y culturales para abrirle paso a este proyecto de necesarias transformaciones educativas.

¡Sí a los nuevos libros de texto, pero, sobre todo, bienvenida la autonomía docente y curricular!

* Doctor en pedagogía crítica

https://www.jornada.com.mx/notas/2023/08/05/politica/los-libros-de-la-discordia/

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México: La educación en el ojo del huracán

Hay una polémica esperada que llega inmersa en intrincados intereses sociales, a la vez que sesgada y subordinada a otras agendas. Independientemente de cuanto pueda derivar en otra cosa, o que a nivel de sus actores se logre desviar la atención a la construcción de un proceso político bajo su control y delimitación; está presente con justo valor la lucha por la educación pública.

Lo que comenzó como una reacción mediática de dos “eminentes” magnates a la política educativa del gobierno de AMLO, trascendió en oportunidades políticas que distintos actores han tomado en sus manos, unos a favor, otros en contra del tema sobre la edición y difusión de los nuevos Libros de Texto. Hacen girar el tema sobre estos posicionamientos en el entendido de que sería lo fundamental.

Cada cual tiene sus cálculos, cada cual considera su posición ya victoriosa como punto de partida para nuevas acciones políticas y naturalmente mediáticas. Lo que está en juego trasciende la política educativa como tal, los intereses económicos y políticos sobre el ejercicio del control pleno del aparato estatal lo es todo, y la educación pública está comprometida como parte del botín.

Los grandes burgueses en este momento están liderados por Salinas Pliego y Claudio X. González, comprometidos en este escenario, centran sus esfuerzos hacia predicciones futuristas de este “río revuelto”, saben que la beligerancia como estrategia de ultraderecha con toques de fascismo, puede convertirse en un medio eficaz para apuntalar la defensa de sus intereses y a sus títeres políticos rumbo a la carrera presidencial. De modo que decidieron probar en una especie de laboratorio mediático, la cobertura que les permita restablecer sus deseos de recuperar la iniciativa política por el control total de las políticas estatales.

Por su parte el gobierno evidentemente enfrenta esta guerra mediática en su propia perspectiva estatal. La situación también le viene a pelo, asegura la ejecución de sus posiciones educativas, pero más allá de ello, maniobra con ventaja en un panorama que tradicionalmente lo lleva a la defensiva, que en esta oportunidad reorienta en función de sus campañas y su inminente continuidad. Esta “coyuntura” le permite evidenciar el atraso, el clasismo, la decadencia, las intenciones, y los intereses del conjunto de la oligarquía.

Pero como bien está debatiéndose, no todo es una cortina de humo, no todo es una cuestión de antagonismo exacerbado entre la burguesía y el gobierno, aunque se discute con encono, cada ente comprometido en esta realidad política, mediatiza de acuerdo a sus tendencias y propósitos. Las diferencias aquí son relativas, oscilan en torno al aparato del Estado y su lugar en la organización del capitalismo, los actores dicen no ser enemigos sino divergentes, oscilantes entre el neoliberalismo ultra y el nacionalismo progresista.

También es cierto que no todo termina mecánicamente en estos márgenes, hay posiciones sobre una perspectiva social diferente que se dibuja y diluye por momentos. Algunas posiciones forman parte de una retórica entre fascismo y comunismo, otras son auténticas posiciones de clase que no logran establecerse plenamente por el avasallamiento de los principales actores del debate, que seguramente se mantendrán. Por la trascendencia de la discusión, hay posturas claras que centran su posición en horizontes alternos, su papel está en abonar un campo más basto, a la vez que trazar sus batallas de clase en lo social, político y educativo por ser este el caso.

Sin duda en algún momento, como todo debate, el tema saldrá de la línea fundamental de la política que se enmarca en los medios y las redes, así como de la trama política en la vida del país. Lo que no va a desaparecer es el debate de lo educativo, este se avivará en la medida que la Nueva Escuela Mexicana se vuelva la práctica de la educación pública.

Hasta aquí la política y sus circunstancias, es un tema interesante y profundo, más hay que considerar la cuestión del factor humano propiamente del cual se habla pero que escasamente interviene excepto para tomar una u otra posición establecida.

Decíamos que hay cuestiones que no son tan antagónicas como se presentan. Los actores principales están midiendo sus posiciones y delimitando hasta dónde les es permisible actuar sin lastimarse demasiado en sus intereses compartidos. Por ejemplo, los magnates por decirlo así no han sido expropiados en sus capitales, el Estado ha trabajado por el bien de todos como dice, cuidando los huevos de oro y la gallina que los pone. La cuestión está más calculada en la distribución de los recursos públicos que en la propiedad privada de los monopolios, la cual no se cuestiona ni se amenaza, acaso en ciertas circunstancias se plantean restricciones al apetito voraz del gran capital y por resolver angustiosas situaciones a nivel de la pobreza de la población.

La materia educativa desde la perspectiva oligárquica se presenta a debate por cuestión de los recursos económicos que mueve, de los cuales una parte importante ya no llegó a las arcas empresariales. Solo una parte, puesto que siguen innumerables concesiones, contratos y negocios de capital público y privado, ya sin tomar en cuenta que el ciclo escolar conlleva la activación de un sector importante de la economía capitalista.

La esencia del proceso educativo, escasamente entra en la visión burguesa a no ser por un vulgar ataque anticomunista trasnochado, la burguesía, especialmente la de élite, ya está casada con un esquema educativo inherente a su estirpe y naturaleza, educa lo que le genera ganancia, todo lo demás le resulta aberrante. En los subsiguientes peldaños de la burguesía efectivamente hay nuevas referencias educativas enfocadas en el crecimiento del sistema y la interiorización de sus relaciones sociales en la psique de los pueblos. Por otra parte, entre las clases medias hay un mayor hervidero por la calidad y eficiencia de la educación como medio de movilidad social hacia arriba para su sector.

La confrontación adquiere notas rojas porque creen que se les quita algo, que les arrebatan direccionalidad en el ejercicio de la dominación social y la autoridad de clase hegemónica. La burguesía se siente amenazada aun tratándose de llevar a cabo propuestas incubadas en el seno de muchos de los pedagogos de las clases medias y la reedición desinfectada de la pedagogía de los oprimidos.

Las élites se indignan porque se rocen nuevos esquemas de la acción pública en torno a lo social, las relaciones humanas y la comunidad, desde luego no es una torpeza burguesa, obedece a fuertes intereses de mantener a raya al pueblo en tanto creen que el gobierno está jugando con fuego porque no conciben otros medios de preservar el orden capitalista. La reacción está vinculada a la violencia en las escuelas, su sistema guarda relación directa con la agresión al magisterio y las escuelas de forma permanente, su guerra mediática viene escalando en este terreno.

Entre la élite y el gobierno existe una lectura diferenciada, a una parte le preocupa el aprendizaje social desde abajo, a otra parte le preocupa la descomposición social, individualista y de la violencia que socava las facultades del Estado Nación. Unos ven solo un negocio, otros las pérdidas del negocio; en ambos casos hay un sentido de identidad respecto de mantener el actual sistema social en perspectivas diferenciadas del horizonte y la estrategia político capitalista.

En esta disputa estamos entre el rechazo y la panacea, siendo específicos en lo que concierne al sentido de los Libros de Texto, los anteriores pecaban de saturación de contenidos pues así obedecía la visión educativa tradicional, los nuevos pecan de saturación de proyectos por así plantearlo la subordinación de su propuesta. La ventaja de estos últimos es la contextualización, el aprendizaje situado, aunque de momento se asegure que hay que tomar lo más valioso del aula, bastará con comenzar el nuevo ciclo para que la presión institucional se haga sentir. Los libros de Texto son un derecho, son puntos de apoyo y medios guía en el proceso, pero no suplen la carencia de materiales que el o la docente debemos producir, crear, innovar o recuperar en nuestro trabajo.

Aunque la intelectualidad coloca todo aquello que sale de sus considerandos como algo secundario y cosa práctica de nosotros los ejecutantes. El cambio de perspectiva es importante por esta circunstancia antes que por un libro o un proyecto en sí, porque como siempre, traerán dificultades de acoplamiento y de proceso en virtud de que siempre nos encontramos ante situaciones que definen los mecanismos del proceso enseñanza-aprendizaje en rumbos específicos que reclaman un material y un enfoque determinados para atenderse.

Es este el sentido de lo pedagógico, nuestra lectura de lo que el grupo y el estudiante requieren, se lleva a cabo a través de intercambios y arduas exploraciones, más que solicitando lo que se desee hacer pues en todo caso nuestra presencia sería irrelevante ya fuese porque el libro lo tendría todo o porque el estudiante se podría valer por sí mismo en su autoformación.

El factor humano, el componente pedagógico, es considerado en subordinación, no ahora sino desde antes, es visualizado como simple capital humano. Por supuesto, toda innovación pública será acompañada de consultas y se nutrirá de aportaciones con las más nobles intenciones, compromisos o consideraciones de distinto género a la propuesta voluntaria pero obligatoria de fondo, ya al final hay un corte institucional que funciona a modo de edición oficial. Es una tabla rasa de distintos tonos, a marchas forzadas se puso al magisterio a trabajar sobre las decisiones tomadas en otras esferas, lo mismo hace la escuela privada. La empresa pública y la empresa privada no difieren respecto de esta conducta hacia sus subordinados.

La movilidad del pensamiento pedagógico y educativo, es una dialéctica del aprendizaje y el descubrimiento sobre la base de luchas sociales que le tocan en sus fibras, no hay fórmulas mágicas, los libros no determinan del todo, aunque sí lo hacen las cadenas de mando.

En este proceso en el sector de la educación oficialmente se puso de moda combatir el autoritarismo, la disminución de la carga administrativa y propagandizar la autonomía. Pero la letra chica del contrato lo que hacía era reforzar los lineamientos de mando, el hacer las cosas de un modo específico previamente dictado, el anular la autonomía a esquemas de trabajo escolar preconcebidos, el abandono de las urgencias indispensables en la pedagogía y la enseñanza, en estresarnos con la carga administrativa y sobresaturarnos de acciones improvisadas a lo largo del ciclo

Esto no va a cambiar porque obedece a la dinámica de mando de la Secretaría de Educación Pública con sus distintos mandos burocráticos los cuales escasamente han modificado el modo de hacer y practicar su política, en tanto es el ente encargado de las relaciones de poder en torno a la educación pública nacional.

La enseñanza no puede hacerse sin el componente pedagógico del magisterio, pero este bien puede ser mediatizado además de las circunstancias de su formación y origen, ya que sobre él actúan influencias de múltiples géneros. El magisterio nacional es parte del espectro social, recibe presiones desde todos los ángulos, si bien tiene establecida una formación que le permite captar el sentido de su labor, se enfrenta a colosales retos en sus luchas por establecer una mejor actuación en estas circunstancias. Para ampliar el panorama, tampoco podemos suplir las ausencias de otros factores sociales en la educación, ni desaparecer los ámbitos que perjudican la enseñanza, como los poderes establecidos en la población, la violencia, la mediática, la cultura de la alienación o las componendas sindicales.

Es tarea del maestro y la maestra transversalizar los tantos aspectos de la educación. No puede comprometer una postura absolutista, mucho menos en abrazar a las clases dominantes culpables de tantos experimentos fallidos en la arena educativa. Lo que ha sido incubado en los cubículos sin sustento real por la sobresaturación y urgencia de quienes no han probado el trabajo con niñas y niños; tendrá que recibir las pruebas de fuego de la práctica educativa.

Lo desechable se hará evidente a las primeras, así como ya desde hoy está claro que de ningún modo se puede soslayar la matemática ni el dominio de la lectoescritura en una contextualización subordinada, aunque esto ya se presentaba desde el ángulo de la educación por contenidos sin buenos resultados. Viene un proceso de transición en el mejor de los casos para el magisterio en el cual ajustará aspectos al escenario real y frente a las agendas recargadas de la autoridad educativa; con el fin de tener margen de maniobra para potenciar sus propias experiencias.

Las circunstancias en que arriba este proceso no serán las mejores o las más apegadas a cualquier programa virtuoso, pero su importancia trasciende porque colocan a la educación en el ojo del huracán en medio de numerosos intereses y visiones de clase. Presenta la ocasión para situar la educación en boca de las clases oprimidas frente a las terribles circunstancias de la alienación capitalista y la histórica crisis educativa.

La creatividad e iniciativa en busca de nuestra educación popular emancipadora cobra posibilidades en el marco de un escenario agitado, esto es importante en sí mismo para alentar otros planteos sobre la experiencia pedagógica desde abajo entre tantas adversidades para levantar un trabajo docente auténtico de conciencia y obra.

Se puede estar de acuerdo o no con la propuesta oficial, tiene falencias, pero los cambios son necesarios, hay que sepultar la escuela tradicional memorista, aquella que se vanagloria e inculca en nosotros catalogarla como la mejor del mundo, tenemos que empujar el parto de lo nuevo, el pueblo mexicano necesita ese renacer.

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México: Con marcha, FECSM conmemora un año de lucha de normales rurales

América del Norte/México/23-06-2023/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. Integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM ) marcharon del Ángel de la Independencia a la Dirección General de Educación para el Magisterio de la SEP, ubicada en avenida Universidad, en conmemoración de un año de lucha en las normales rurales y el 98 aniversario de la federación.

En el pliego petitorio de los estudiantes normalistas incluyen la necesidad particular de cada normal rural, en el caso de Mactumactzá, Chiapas, está la cancelación de las 95 carpetas de investigación de los jóvenes detenidos en mayo de 2021 or exigir la aplicación de un examen de admisión en forma presencial. En relación con Ayotzinapa, presentan la exigencia de la aparición de los 43 normalistas.

La marcha con centenas de jóvenes comenzó después del mediodía, pasaron por Paseo de la Reforma, así como las avenidas Cuauhtémoc y Universidad. En tanto, un grupo de jóvenes de Mactumactzá continúa en plantón indefinido en el Zócalo, donde están en espera de que se dé una solución a sus demandas.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2023/06/19/sociedad/con-marcha-fecsum-conmemora-un-ano-de-lucha-de-normales-rurales/

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El pueblo que lee», una editorial y librería que reivindica la literatura binnizá

Juchitán, Oaxaca. Juan Carlos Vásquez Aquino es fundador de la editorial y librería independiente “El pueblo que lee”, cuyo proyecto comunitario busca reivindicar la literatura y a los escritores binnizá.

“El Pueblo que lee” nació en plena pandemia y desde entonces ha vendido cerca de 6 mil ejemplares, y aunque su principal objetivo es vender literatura indígena, también incluye ejemplares de literatura universal.

Con su bicicleta –su fiel compañera, a la que nombró “Rocinante”–, Juan Carlos distribuye sus libros por todo Juchitán y también hace entregas por toda la región del Istmo. El libro más vendido por este joven de 32 años de edad es el de la escritora Binnizá, Irma Pineda, llamado “Xilase qui rié di’ sicasi rié nisa guiigu’ /La nostalgia no se marcha como el agua de los ríos”.

De 32 años de edad, Juan Carlos también aprendió a encuadernar libros, comenzó con cuadernos y hoy en día su editorial ha impreso su primer ejemplar: La Mar Morena, del escritor binnizá Dalthón Pineda.

También acerca los libros por medio de la biblioteca callejera, donde de manera libre y gratuita los niños y jóvenes pueden leer, llevarse un libro y devolverlo al terminarlo.

Al preguntarle por qué decidió emprender este proyecto de manera independiente, Juan Carlos explica que es para seguir preservando la literatura de su comunidad, y apoyar a escritores, quienes por la falta de recursos se quedan sin publicar textos escritos desde la profundidad de ser y para conservar la memoria que ya no se quiere contar y ver.

“Estoy muy contento con este proyecto, y lo mejor es que lo hago de forma independiente. Por ejemplo, todos los libros de mi editorial los hacemos a mano, cuidamos los detalles, básicamente es un trabajo valioso y estamos para servirles”, dijo.

Por ser originario de la novena sección de Juchitán, Juan Carlos habla el zapoteco desde el vientre de su madre y es una de las razones principales por las que que desea retomarlo a través de libros.

Para el joven creativo y de tez morena, vender libros no es el mero acto de revalorizar su lengua, sino la acción de llevar literatura indígena, textos escritos en diidxazá, a donde los deseen y en cualquier fecha.

“Los escritores que tengan libros publicados pueden acercarse a la librería para que desde aquí se difundan sus textos. Hay escritores que por trabajo o edad ya no pueden vender o dar a conocer sus libros, y a través de la librería hacemos la promoción y difusión su literatura”, agregó.

Juan Carlos recorre todos los días la ciudad de Juchitán, y en sus ratos libres toma la aguja, el hilo y comienza a confeccionar libros, después de plasmar las letras en papel.

Asimismo, invita a toda persona que desee publicar un texto, un poemario o historias en lengua indígena y castellano a la editorial, porque “El pueblo que lee” está abierto y con muchas ganas de publicar textos de escritores indígenas, como una forma resistencia ante las grandes editoriales y librerías que existen en el país.

“Yo sólo ocupo la noche para hacer libros e invito a quien tenga un texto que desee publicar, me diga, porque de eso se trata, de que haya más libros escritos por zapotecas, por gente que se preocupe por recuperar nuestra lengua, porque eso es lo que hacemos, recuperar historias de nuestra comunidad”, recalcó.

Otro de sus proyectos es el rescate de los libros de zapoteco que están en peligro de extinción. Él los replica por ser literatura comunitaria, para que estén disponibles al público y en las bibliotecas, y así el texto y los autores no queden en el olvido.

El Pueblo que Lee, cuyo lema es “Yo sueño con un pueblo que lee, porque un pueblo que lee, es un pueblo libre“, llegó para quedarse, recalca Juan Carlos, quien asegura que mientras viva su proyecto seguirá acompañado, como lo ha hecho siempre, de su fiel bicicleta “Rocinante”, en alusión a Don Quijote de la Mancha.

Fuente: https://desinformemonos.org/el-pueblo-que-lee-una-editorial-y-libreria-que-reivindica-la-literatura-binniza/

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El privilegio de incluir (apuntes sobre inclusión educativa en zonas rurales de México)

Por:

Este texto expone verdades por todos conocidas y ampliamente visibilizados pero que sigue siendo necesario decir.

Sabina Itzel Hermida Carrillo/Colectivo Educación Especial Hoy

Mientras en las grandes ciudades como la CDMX, Guadalajara y Monterrey seguimos discutiendo si la educación debe ser especial, inclusiva, integradora o todas las anteriores, millones de personas con discapacidad en zonas rurales e indígenas no acceden a ningún tipo de formación, capacitación ni oportunidad de desarrollo.

Es urgente que dejemos de pensar al sistema educativo en función de lo que ocurre en nuestro entorno, que descendamos de nuestro privilegio, rompamos la burbuja del academicismo y enfrentemos la dura realidad: la inclusión educativa no es más que un listado de buenas intenciones y un discurso vacío.

Durante mi trayectoria profesional he tenido la oportunidad de trabajar y dialogar con maestros y maestras en formación y en servicio de estados como Michoacán, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Tlaxcala, Tabasco, Puebla y otros; he tenido que confrontarme con mis ideas, creencias y disculparme por pretender llevar el “mensaje de la inclusión y los derechos humanos” a lugares donde la principal preocupación es no morir de hambre o sobrevivir a la violencia.

Escuchar a los otros siempre nos abre el panorama y transforma nuestra perspectiva, al intercambiar experiencias sobre educación especial y discapacidad, llegué a las siguientes conclusiones:

  1. Las políticas educativas no son lo único que limita el acceso, permanencia y egreso de las personas con discapacidad del sistema educativo, intervienen otros factores como: usos y costumbres, religión, prejuicios, machismo e ideologías dominantes.
  2. Si hablamos de educación especial, en la mayoría de las comunidades NO HAY ni un CAM, ni una USAER y mucho menos maestros especialistas; la atención específica y especializada no existe en las zonas más alejadas del país. De acuerdo con cifras oficiales, sólo 0.2 por ciento de escuelas en México cuenta con una Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER).
  3. El concepto de “Discapacidad” sigue sonando ajeno para muchos, aunque en su familia haya una o varias personas con alguna condición; también se sigue percibiendo a las personas con discapacidad como “enfermos”, “angelitos” o resultado de un “castigo divino”.
  4. A la mayoría de los maestros en servicio y en formación les ha tocado atender al menos a un alumno con discapacidad y se han visto obligados a improvisar, seguir su instinto y utilizar lo que tienen a la mano.
  5. Las escuelas carecen de los servicios básicos, y en algunas comunidades dan clases en el campo o debajo de los árboles; es decir que el edificio escolar no existe, hablar de infraestructura accesible es un mal chiste en esos territorios.
  6. ¿Materiales adaptados? No los hay, no los conocen y no se hacen ilusiones de que alguna vez lleguen a sus escuelas. Recordemos que Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP afirmó en la entrevista que me concedió en noviembre de 2022 que no se tiene programado aumentar la oferta de materiales para personas con discapacidad.

La lista de carencias, barreras y omisiones del Estado es infinita, la pregunta es: ¿En esas condiciones cómo hablar de inclusión educativa, social o de cualquier otro tipo?

Derivado de mis charlas con los docentes de esas comunidades, identifiqué factores que obstaculizan o impiden el acceso a la educación de nuestro colectivo. Lo que expongo en este texto no es nuevo, son verdades por todos conocidas, todos sabemos que hablar de inclusión es un privilegio, incluso quienes insisten en mirar hacia otro lado. ¿Cuáles son estos factores?

  • Abandono y precarización.
  • Pobreza e inseguridad.
  • Rechazo a la condición/ Negación de la diferencia.
  • Poco o nulo acceso a servicios de salud y educación.
  • Falta de información y orientación.
  • Machismo: si en zonas urbanas las niñas y mujeres con discapacidad tienen menos acceso a la educación que los hombres, en las zonas rurales esa brecha se ensancha.
  • Discriminación: es común la creencia de que las personas con discapacidad somos ineducables.

Esta lista también es larga, el común denominador es el desinterés del Estado por mejorar la situación en las zonas rurales, indígenas y de alta marginación.

Ante la impotencia y lo limitado de los recursos, mis consejos para maestros y futuros maestros son:

  • Conocer a los alumnos, comunicarse con ellos y descubrir sus gustos.
  • Enfocarse en lo que pueden y disfrutan hacer, no en sus limitaciones.
  • Procurar la toma de conciencia para la erradicación de prejuicios y luchar contra la discriminación; esto implica un intenso trabajo con las comunidades y familias.
  • Siempre tratar a los alumnos con dignidad y respeto.
  • Crear redes de apoyo entre colegas, estrechar lazos con la comunidad, buscar información y trabajar colaborativamente.
  • No existen manuales ni recetas exprés para atención especializada, desde el magisterio organizado se debe luchar por la presencia, fortalecimiento y resignificación de la educación especial en todos los espacios educativos.
  • No dejar de luchar, presionar y visibilizar las omisiones de las autoridades en materia educativa. La resistencia y la unión constituyen la fuerza.
  • Enseñar a convivir y no a competir.

¿Qué mas les aconsejarían?

A través de este espacio, quiero hacer un reconocimiento a todos los maestros y maestras que enfrentan día a día el reto de acompañar, orientar, formar y educar a infancias y adolescencias con discapacidad y/o necesidades de apoyos específicos, realizando su labor con afecto y a pesar de las barreras que les impone el sistema. La inclusión es ellos.

También, me atrevo a utilizar este espacio para cuestionar a las grandes organizaciones que se asumen como defensoras de derechos humanos y a todos aquellos académicos que teorizan sobre inclusión educativa desde el escritorio y no desde el territorio; les pregunto si conocen las realidades arriba mencionadas y si son conscientes de que hablar sobre inclusión educativa es un privilegio y una falta de respeto en contextos donde se carece de todo menos de ganas de aprender y trabajar.

Ojalá llegue un día donde “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera: igualdad y no discriminación como horizonte del desarrollo y del bienestar inclusivo para México” deje de ser un discurso bonito.

Fuente: https://www.educacionfutura.org/el-privilegio-de-incluir-apuntes-sobre-inclusion-educativa-en-zonas-rurales-de-mexico/

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