Movimiento Social
El despertar de Fonseca: crónica del singular evento electoral del 29 de octubre
- Por: Jorge Forero Coronel
Centro de Investigación y Estudios Fronterizos
Fonseca es un municipio ubicado en el sur del departamento de La Guajira, en una depresión sedimentada a orillas del río Rancherías y bordeada por la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, en zona fronteriza con Venezuela. Esta localidad adquirió una importancia especial en el contexto del Acuerdo de Paz de La Habana, ya que en su jurisdicción se instauró el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación “Amaury Rodríguez” para firmantes de paz, y posteriormente, fue definido como un municipio priorizado para la política de desarrollo rural inscrita en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial.
Durante el último año este municipio ha sido escenario de una dinámica de efervescencia política singular, determinada por la construcción del movimiento “El Cambio para Avanzar en Fonseca”, el cual postuló para la alcaldía de ese municipio a Benedicto González Montenegro, un firmante del Acuerdo de Paz que ha liderado la constitución de una fuerza política forjada desde las entrañas del pueblo, y que ha originado vientos de esperanza que han recorrido la geografía de estos territorios y ha creado un cambio notable en la subjetividad de una parte significativa de este pueblo.
La campaña de Benedicto González y de su equipo de candidatos al Concejo Municipal, ha trastocado el panorama político de Fonseca, en la medida en que logró crear las condiciones para que la ciudadanía realice un ejercicio de deliberación democrática, sobre la base de la reflexión en torno a los problemas más sensibles para la población de este municipio, y primordialmente, respecto a las potencialidades de progreso rural y urbano, de igualdad y de paz con justicia social.
La campaña de El Cambio para Avanzar en Fonseca, se ha caracterizado por ser una campaña para la paz, con un programa de gobierno con sentido social. Es explícito que se trata de una campaña modesta, sin estridencias y sin el derroche de recursos que lamentablemente ha distinguido a la cultura política de esta región. Por el contrario, esta campaña se ha dirigido hacia el despertar de la conciencia, y se ha deslindado en la práctica de las formas tradicionales del quehacer político- electoral.
El panorama para el evento electoral del 29 de octubre era incierto, ya que en el ambiente se respiraba la presencia de tres fuerzas políticas. Por el despliegue de propaganda, de casas de campaña, de aparatos de sonido y de vehículos de alta gama, resultaba evidente para cualquier transeúnte la presencia de las candidaturas de Enrique Fonseca (apoyado de manera abierta por la administración actual del municipio); de Micher Pérez, un dirigente tradicional con amplia trayectoria y experiencia en contiendas electorales y espacios de representación política (ex concejal y ex diputado a la asamblea departamental). Mientras que, en otra vertiente, se destacaba en el Radio Bemba del pueblo de Fonseca la candidatura de Benedicto González, como la opción alternativa.
En cualquier panadería o esquina de Fonseca las conversaciones de la gente coincidían en afirmar que estas elecciones estaban peleadas, y que cualquiera de los tres candidatos podría ganar. El balance de la gente era sencillo: Enrique Fonseca tiene el dinero y el caudal de recursos de la alcaldía; Micher Pérez es un viejo zorro de la política y tiene una fuerza acumulada; y Benedicto González se perfilaba como una opción emergente y alternativa, sobre la base de la efervescencia popular de esperanza que había despertado en la conciencia del pueblo fonsequero.
El domingo 29 de octubre desde muy temprano hubo una alta presencia de la ciudadanía en los puestos de votación urbanos y rurales de Fonseca. Todo indicaba que se trataría de una fiesta electoral, en la cual el pueblo iba a decidir sus representantes territoriales para los próximos cuatro años. Para un observador ajeno, resultó verdaderamente admirable el espíritu de civismo de esta población.
Sin embargo, también desde muy temprano se registraron incidentes e irregularidades en torno al proceso electoral. En el interior de los Puestos de Votación, se produjeron actividades de intimidación al elector, y se ejecutaron atropellos en contra de testigos de la campaña de Benedicto González, quienes fueron víctimas de acciones de avasallamiento por parte de algunos de los designados como autoridades electorales, que derivaron en su desalojo arbitrario e ilegal del recinto electoral, con lo cual se vulneraron derechos y se imponía por la vía de facto una situación de vulnerabilidad para el proceso electoral.
De igual manera, en las adyacencias de los Puestos de Votación se registraron múltiples hechos turbios, que además de producir tensiones, generaron una atmósfera de desconfianza y de descontento en la población. El corolario de incidentes y hechos ilícitos registrados en diálogos con ciudadanos (de campañas diversas) en las calles de Fonseca se puede resumir en:
– Caravanas de buses inter- urbanos que ingresaron al municipio con personas provenientes de otras localidades, e incluso del departamento del Cesar;
– Grupos de compradores de votos en determinadas casas y en acción itinerante a través de camionetas de alta gama.
– Acciones de constreñimiento explícito al elector que se identificaba con la campaña de Benedicto González, mediante amenazas y actos de intimidación por parte de funcionarios de la Alcaldía.
El conjunto de elementos reseñados se tornó más grave ante la complicidad – y en el mejor de los casos, la pusilanimidad- de las autoridades. La Policía Nacional de Colombia divulgó unos canales telefónicos para recopilar denunciar irregularidades, primordialmente la de compras de votos, pero en la mayoría de los casos registrados no respondieron las llamadas o mensajes y en los casos que atendían las denuncias, llegaban tarde y su acción resultó impotente o indolente, incluso en casos donde era evidente la práctica corrupta de compra de votos.
La desconfianza creció en horas de la tarde, ya que después de mediodía se acentuaron y se hicieron más evidentes las acciones de compra de votos. Vehículos de alta gama ingresaban a las comunidades para sacar a los votantes de sus casas. Todo esto ocurría ante la mirada atónita de la ciudadanía, y la actitud complaciente de las autoridades.
A eso de las dos de la tarde, en las redes sociales se difundían noticias sobre incidentes en los Puestos de Votación: a algunos votantes les entregaron tarjetones marcados, y en otros casos, funcionarios públicos de la administración municipal se apoderaron de mesas de votación y proscribieron de manera absoluta la presencia de testigos de las otras candidaturas.
Estos hechos fueron el detonante para que la indignación ciudadana ante tan grotescos hechos, se convirtiera en una asonada espontánea, sin dirección y sin objetivos precisados. En el colegio Calixto Maestre decenas de personas irrumpieron en el recinto, y aparentemente hubo la destrucción de material electoral. En el Puesto de votación del Corregimiento de Conejo, ingresaron decenas de personas y dañaron el material electoral. En el colegio María Inmaculada se produjeron incidentes de violencia en el exterior, los cuales redundaron en miedo e incertidumbre, y de acuerdo con la versión de testigos electorales de diversas campañas, esta situación fue aprovechada para la trasgresión de la cadena de custodia del material electoral. En el Hatico hubo conatos de violencia entre los propios miembros de los Puestos de votación (jurados y testigos electorales).
El escalamiento de incidentes desbordó el normal desenvolvimiento del proceso electoral. Durante un recorrido por los puestos de votación, se registraron testimonios de material electoral destruido en dos puestos de votación, trasgresión de las cadenas de custodia del material electoral, expulsión forzosa de testigos electorales y de jurados que se negaron a convalidar procesos de escrutinio que ni cumplían con la norma (posteriormente fueron llamados para que firmaran las actas de escrutinio).
El proceso de preconteo de votos y su divulgación en la página oficial de Registraduría Nacional, no generaron expectativas, alegrías o tristezas en el municipio de Fonseca. En las calles y en las casas de este municipio no se hablaba de los resultados electorales, la noticia que recorrió las calles y los caminos, así como las redes sociales de Fonseca fue el despertar de un pueblo que no iba a permitir un fraude descarado.
Al día siguiente, las tertulias programadas y espontáneas destacaron la irreverencia de la gente, la osadía de expresar su indignación para la contención de una operación sistemática de fraude, hubo un consenso generalizado en que las acciones de la campaña patrocinada por la administración municipal fueron grotescas.
En un ejercicio de indagación de opiniones y percepciones, la gente no resaltaba únicamente a la movilización para defender los votos, o para mitigar las irregularidades, sino que además se mencionaba que la situación no se desbordó aún más, porque la gente no tenía la intención de ejercer la violencia dirigida hacia parcialidades políticas en particular, de dañar la planta física de los colegios, y mucho menos de encender en una oleada de disturbios a la ciudad de Fonseca, o los corregimientos.
El 29 no hubo celebraciones, y pese a las tensiones, no se registraron confrontaciones entre simpatizantes de las campañas, y por el contrario, en redes sociales circularon exhortaciones a la calma y la cordura por parte de Benedicto González y Micher Pérez.
El lunes 30 no hubo más boletines oficiales de escrutinio. No hay certezas de ningún tipo sobre lo que va a suceder. La vida de los fonsequeros transcurrió con normalidad; en apariencia no había sucedido nada extraordinario. Pero por debajo de la superficie, más allá de las apariencias, en las conversaciones de la gente se comentaba con indignación la práctica de compra de votos, se refería que la campaña de la administración había perdido miles de millones de pesos porque las elecciones deben anularse.
Pero, además, se habla en todas partes de la apertura de una puerta de esperanza para el futuro, más allá de los resultados electorales, independientemente del rumbo que tomen las cosas, lo más sobresaliente entonces es que se ha tejido un movimiento de esencia popular y de sentido social. El lunes el fenómeno implicaba un cambio cualitativo, de manera insistente las personas señalaban de manera contundente que el pueblo de Fonseca ha despertado para escribir su propia historia.
Transición post pandemia implicará una recomunalización de la vida social en México: académico
Significa que la sociedad organizada deberá promover actividades productivas, económicas y sociales de manera autónoma
Importante “la liberación de la madre Tierra”, pues la destrucción del planeta no es resultado de la fatalidad, sino resultado del capitalismo: García Zamora
Rodolfo García Zamora, investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), afirmó que la transición civilizatoria post pandemia implicará de una recomunalización de la vida social, lo que significa que la sociedad organizada deberá promover actividades productivas, económicas y sociales de manera autónoma.
“Esto nos lleva al tema de la economía social y esto nos lleva, incluso, a sistemas de ahorro y préstamos colectivos diferentes, solidarios. Sin embargo, esto no puede hacerse sin una estrategia de despatriarcalización, de racialización y descolonización de las relaciones humanas, de la educación y de la ciencia”, expresó.
Asimismo, dijo que en esa etapa que se presentará después de superar la pandemia del Covid-19 también será importante “la liberación de la madre Tierra”, pues la destrucción del planeta y de su medio ambiente no es resultado de la fatalidad, sino resultado del capitalismo”.
Señaló que una lección que ha dejado la pandemia es que ha sido una mentira plantear que el mercado era el mejor regulador de la economía y, por el contrario, la globalización y el neoliberalismo tienen al mundo al borde de la destrucción.
García Zamora manifestó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial exigen y reclaman que todos los Estados y los gobiernos entren a salvar el mercado, las empresas y la rentabilidad y, complementariamente, resolver el problema de salud.
En ese contexto, en la revalorización e los movimientos sociales y la solidaridad, “¿este cambio en la función del Estado y esta nueva relación de sociedad-Estado-mercado es solamente mientras se recupera el mercado capitalista para volver al modelo de la muerte de la globalización y el neoliberalismo?”, cuestionó.
Consideró que, como resultado de la pandemia del Covid-19 y de la pandemia de la crisis económica, podrían fortalecerse Estados autoritarios como China, Estados Unidos, Brasil, China, entre otros, o que se recupere en Estado del Bienestar en la Unión Europea reconociendo dos grupos de países: los ricos y los mediterráneos.
Asimismo, refirió que en Estados periféricos como México, Brasil, Argentina, Bangladesh, Pakistán, La India, Egipto y Sudáfrica, donde puede haber gobiernos autoritarios, populistas y asistencialistas se debe valorar si el Estado actuará de la misma manera en que lo está haciendo durante la pandemia o lo van a volver a desmantelar.
Finalmente, García Zamora dijo que “lo que se ve un poco más lejano es empezar a avanzar en determinadas áreas a la transición de un nuevo modelo civilizatorio, la construcción de una nueva economía, de una nueva sociedad y una nueva relación con la naturaleza”.
Fuente: https://ljz.mx/2021/05/14/transicion-post-pandemia-implicara-una-recomunalizacion-de-la-vida-social-academico/
Guatemala: Cuando las y los plebeyos claman por un proceso constituyente plurinacional
Cuando las y los plebeyos claman por un proceso constituyente plurinacional
Salieron de sus casas y comunidades a media noche, en muchos casos. Trayendo consigo pancartas y mantas con sus demandas. Atol, tortilla y frijoles para su desayuno y almuerzo… Llegaron, y se encontraron con sus compañer@s de destino en uno de las cuatro puntos de ingreso al corazón político y económico del país, la ciudad de Guatemala.
Son casi las 6 de la mañana. La ciudad comienza a despertar con pereza a su caos cotidiano. Las y los recién llegados, con aroma a tierra campesina y mística indígena, descienden de los buses y camiones… algunos mastican sus tortillas en grupo, sentados de cuclillas. Otr@s, buscan sus mantas y carteles… comienzan a darle forma al río de multitudes multicolores que serpenteantes ingresarán, por las cuatro entradas, a la “gran ciudad de Guatemala” con aire colonial republicano y aroma castizo.
Algunos gritan consignas, otros, miran con admiración los “gigantes bosques de cemento” que desfilan en sentido contrario a su paso. Y, así, ante la mirada indiferente de muchos citadinos colonizados, el aplauso de otros vecinos indignados o solidarios con las luchas y sueños postergados de los pueblos, los NO CIUDADANOS ingresan. Toman la ciudad, para gritar frente al Congreso de la República y a la Casa Presidencial sus protestas y propuestas contenidas por siglos.
Son el movimiento social vapuleado por tradicionales izquierdas y derechas. Son las y los desprestigiados por los patrones y los caporales del país. Criminalizados y asesinados por ejercer dignidad, exigir la nacionalización de los bienes privatizados, y promover un proceso constituyente plurinacional. Son el movimiento CODECA. Son los indeseados por la bicentenaria República criolla de Guatemala.
¿Por qué salen ahora hacia la ciudad que los detesta?
Al igual que en el resto de los países de Abya Yala, el originario (sea millennials o generación z) nace para ser sirvienta en las casas patronales de la República. Así lo asume el sentido común hegemónico del país oficial. Por ello, las y los originarios jóvenes pueden y deben de ingresar a la ciudad de Guatemala como “sirvientas o como guardias de seguridad”. Humildes y obedientes… Pero, esta vez, no ocurre ello.
Indígenas y campesinos organizados en comunidades en resistencia, articulados en el movimiento CODECA, “paralizan” y “toman” la ciudad desde sus cuatro puntos de escape, para reiterar su indignación y repudio al putrefacto bicentenario sistema colonial republicano, y proclamar nuevos tiempos de cambios estructurales.
Proponen la nacionalización de bienes y servicios privatizados. Para ello traen y presentan un anteproyecto de Ley al Congreso. Proclaman proceso de Asamblea Constituyente Plurinacional con temas y contenidos que ya vienen consensuando desde casi una década atrás.
Durante la Colonia española a las y los originarios “se los admitió” como sirvientes obedientes. Durante la República se los asumió como “adornos” para la industria del turismo, aunque a veces incomodaban con sus protestas. Pero, ahora, las y los sobrevivientes a la Colonia y a la República vienen como sujetos sociopolíticos colectivos. Sí. No vienen para mendigar caridad, ni “incidencia” política. Vienen para proponer la urgente necesidad postergada de repensar el país y crear un Estado Plurinacional. Esto es lo que hace crujir hasta a las más profundas estructuras psicológicas individuales y colectivas de la oligarquía criolla mestiza y de sus caporales en el panóptico de la llamada ciudad de Guatemala.
La sola presencia de est@s NO CIUDADANOS de la República bicentenaria es la materialización más diáfana del fracaso de las políticas coloniales y eugenésicas que Guatemala criolla mestiza impulsó de forma fallida por dos siglos.
Las y los sobrevivientes al holocausto colonial y republicano, ingresan al corazón político del país, no como víctimas, ni como siervos. Ingresan como auténticos sujetos sociopolíticos plebeyos, cargando y gritando sus propuestas plurinacionales.
Esto es lo que ofende, en buena medida, al orgullo criollo mestizo. No ofende tanto el gemido lastimero de las y los heridos/sobrevivientes de la República. Les ofende que las y los “heridos por la colonia y la República” hablen, propongan, anuncien verdades con hidalguía y dignidad. CODECA, al momento, es la innegable constatación de la auto derrota intelectual y moral de la oligarquía criolla mestiza de la Guatemala oficial. CODECA es la conciencia digna e indomable del país. Eso les duele.
“Cáncer social que crece incontenible en el país”
Así se refería el entonces Presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina (ahora encarcelado), en 2014, a CODECA en su desesperación por sostener vigente el saqueo neoliberal.
Éste “cáncer social”, en 2018, por primera vez en la historia republicana de Guatemala, creó su propia organización política MLP (Movimiento para la Liberación de los Pueblos) y disputó el poder en las elecciones del 2019, quedando en 4to lugar en los resultados, de un total de 22 organizaciones políticas que compitieron.
Lo hicieron así como hacen (ayer y hoy) sus acciones colectivas de protestas y asambleas. Con sus propios recursos. Comiendo tortillas con aguacate. Debajo de los árboles. Viajando en camiones de carga o a pie. Sin banderas o símbolos patrios del criollo. Muchos de ellos, con sus equipos de telefonía celular conectados al internet, mostrando al mundo lo que los medios corporativos escondieron por siglos.
Esta mística y método de CODECA, reactiva en la memoria selectiva de clase de la oligarquía y de sus capataces culturales clasemedieros aquella mítica paranoia compartida que no les deja en paz: “Los indios vienen desde las montañas por nosotros”. Por eso, cada que CODECA activa en las calles la oligarquía ofendida activa todos los recursos legales, policiales, militares y mediáticos para desprestigiar e intentar anular a los “indeseados sujetos sociopolíticos plebeyos”.
Nadie sabe a ciencia cierta cuál será la ruta histórica que tomará este movimiento indocampesino, cada vez más plurinacional rural/urbano. Desde el 2019, tomaron la vía electoral, con organización política propia, para hacer los cambios estructurales mediante el proceso constituyente popular y plurinacional. Se acercan las elecciones del 2023, y el “cáncer social” del 2014, ahora, es un “cáncer sociopolítico” que crece incontenible en un país pandémico y oscuro.
Ellos y ellas saben que destituir gobernantes es como cambiar al administrador de la finca llamada Guatemala para no cambiar nada. Y los movimientos destituyentes del año 2015 les confirman en esta certeza. Por ello, con sus propios lenguajes y métodos, colocan progresivamente en el imaginario colectivo de Guatemala la pregunta de: ¿Por qué Guatemala debe ser una finca? ¿Por qué no puede ser un país soberano?.
Ollantay Itzamná. Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos
Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/
@JubenalQ
Fuente de la Información: https://rebelion.org/cuando-las-y-los-plebeyos-claman-un-proceso-constituyente-plurinacional/
Educación e igualdad
La política educativa es un campo de conflicto social. Sólo desde una visión tecnocrática u organicista puede pensarse que es un campo donde es fácil el consenso —al margen de donde una visión social es tan hegemónica que no deja espacio para las alternativas—. Una de las utilidades de los enfoques institucionalistas es que permiten mostrar cómo en cada país existe un modelo educativo que es el reflejo de conflictos y trayectorias económicas y sociales distintas.
I
La gente de izquierdas tiende a pensar que el modelo escolar es un reflejo de la lucha de clases. Y en parte es cierto. La implantación de una escuela pública universal fue en muchos países producto de movimientos sociales igualitarios, enfrentados a poderes capitalistas que preferían una clase obrera analfabeta. En muchos lugares esta pugna capital-trabajo se solapó con una guerra entre religión y ciencia, entre escuela y catequesis. La estructura de muchos sistemas educativos nacionales refleja aún hoy este largo combate y este peso de intereses no enfrentados. No es casualidad que entre los sistemas educativos más fragmentados y clasistas de los países desarrollados figuren Reino Unido, Estados Unidos y España (particularmente en estos dos últimos países la intromisión de las religiones es más evidente).
La conquista de una educación pública universal es una victoria indudable de las luchas por un mundo igualitario. Pero es sólo un paso. Y gran parte de la política de la izquierda ha quedado limitada por esta victoria y ha olvidado las limitaciones y los peligros de confiar en el sistema educativo una buena parte de las políticas igualitarias. Sobre todo, cuando ha aceptado que el papel del sistema educativo es ofrecer igualdad de oportunidades a todo el mundo, olvidando tanto las desigualdades estructurales con las que niños y niñas llegan a la escuela como el discutible igualitarismo de una sociedad meritocrática. De ello se resienten no sólo las políticas igualitarias, sino también la propia capacidad del sistema educativo para generar individuos bien informados y con capacidad reflexiva.
II
El sistema educativo está condicionado por las desigualdades sociales. Y, a la vez, tiende a reproducirlas. Un análisis crítico del sistema educativo debe analizar tanto el contexto social en el que opera como sus propias estructuras internas y funcionamiento.
Las desigualdades más obvias son las que tienen que ver con la distribución de recursos. Tanto de la propia escuela (dotación de equipamientos y profesores, material escolar) como de las familias. Este es el campo donde las propuestas de acción son más fáciles de elaborar, aunque las desigualdades siguen siendo en muchos casos injustificables. Así lo ha puesto en evidencia la pandemia, al haberse querido imponer una enseñanza virtual a la que una parte de la población no podía acceder por falta de medios informáticos y buenas conexiones telefónicas.
Pero las desigualdades están también en las distintas dotaciones culturales de las familias y recursos familiares de todo tipo. Hay buenos estudios que encuentran una fuerte correlación entre el éxito educativo y los hábitos culturales de las familias en aspectos como la cantidad de libros en el hogar, la frecuencia de actividades de ocio cultural e incluso el tiempo que dedican las familias a la conversación intergeneracional. Los dos primeros elementos están claramente ligados a la posición social de las familias, el tercero lo está además a otros elementos: desde el tiempo disponible para el encuentro, hasta la riqueza de las relaciones sociales de cada familia. La importancia de estos aspectos es crucial porque conecta la experiencia educativa con el mundo externo, con la vida cotidiana. No es una cuestión determinista pero sí fuertemente condicionante. Para muchos niños y niñas el mundo de la escuela, lo que allí aprenden, es algo muy diferente a lo que experimentan en su ambiente doméstico y en su entorno de barrio. Para algunos la experiencia puede resultar fascinante pero para otros muchos no tiene mucho sentido. Algo que expresan muy bien las alumnas de un instituto del extrarradio parisino en la película La clase, al recordarle al profesor de lengua que ellas nunca hablan en pluscuamperfecto.
Todo esto es conocido y abre la posibilidad de políticas compensatorias, de un sistema educativo desigual en recursos para favorecer la igualdad: recursos escolares, dotaciones de profesorado especializado, becas… Y de la posibilidad de equilibrar en parte las desigualdades culturales con una buena oferta de actividades en los barrios y pueblos donde vive la gente menos culta, de generar contextos que reduzcan el abismo entre la escuela y la vida. Hasta aquí hay mucho espacio de políticas reformistas por recorrer.
III
Con ser importantes, estas cuestiones no agotan todos los problemas que plantea el sistema escolar. Hay una contradicción evidente entre una educación que en teoría debe fomentar de forma universal un amplio bagaje cultural, una capacidad crítica y reflexiva, y un sistema social jerárquico y tremendamente desigual. Un sistema social que es incapaz de ofrecer a todo el mundo un contexto vital como el que promueve en teoría la escuela. La forma como se salva esta contradicción es diversa. La más cruda es la que ofrecen los sistemas educativos más clasistas: una educación segregada, desigual para distintos colectivos sociales.
Pero hay otras formas más sutiles, igualmente creadoras de desigualdad. Como el establecimiento de un sistema evaluativo en el que unas personas siempre tendrán más ventajas que otras simplemente porque los hábitos sociales desarrollados en sus familias y entornos son más próximos a los estándares con los que son evaluados. Algo a lo que a menudo contribuyen de forma inconsciente los propios profesores cuando tienen que trabajar con criaturas de estratos desfavorecidos.
De hecho, la escuela tiende a evaluar sólo sobre algunas materias, no evalúa sobre todas las formas de actividad social. Y al hacerlo jerarquiza y promueve percepciones desiguales sobre el valor de cada actividad. Yo lo aprendí de joven. Era seguramente el más negado de mis compañeros en actividades manuales y deportivas. Mi memoria en cambio me facilitó ser un buen estudiante y me dio acceso a la educación superior. Los méritos de mucha de la gente de mi entorno en cuestiones como la habilidad manual o su capacidad de desarrollar actividades de cuidados, que requieren dominar un amplio campo de saberes y una elevada capacidad de empatía y tacto social, nunca merecerán la misma evaluación. De ser todo el mundo evaluado en todos los campos, la conclusión seguramente sería que cada cual es más capaz en unas cosas que en otras y que no hay forma de establecer una jerarquía social en función de las mismas capacidades.
Todos nos necesitamos. La imagen social que genera el sistema educativo, en cambio, tiende a jerarquizar saberes, a sobrevalorar las actividades asociadas al conocimiento abstracto y a minusvalorar el resto. Tiende a legitimar las desigualdades sociales y a generar individuos que en el tramo final del sistema educativo sienten que participan en una carrera competitiva en la que pueden triunfar, creen tener méritos que la sociedad les debe reconocer; y, por el contrario, otros que salen ya con el estigma del fracaso para el resto de sus vidas. Después, la cosa es más complicada cuando el sistema productivo no ofrece tanta cantidad de empleos de alto nivel, ni la superación de fases educativas garantiza el éxito. A medida que ha crecido el número de gente educada, se han multiplicado los mecanismos de selección y se han prolongado las carreras educativas, reproduciéndose nuevas jerarquías en las que juega un papel esencial la clase de origen.
IV
Esta contradicción esencial tiene otras consecuencias notables. Gran parte de la experiencia escolar se encuentra dominada por las dinámicas competitivas y evaluativas, lo que, lejos de fomentar un aprendizaje comprensivo y actitudes igualitarias y cooperativas, provoca aprendizajes fragmentados y personalidades inseguras y competitivas.
Provoca también una visión de la educación más como un mecanismo para acceder a privilegios sociales que como un espacio de conocimiento y maduración personal. Y sobre esta percepción se construyen nuevos mecanismos de selección social en el sistema educativo. La demanda de elegir la escuela de los hijos, excepto para grupos muy ideologizados, es menos una demanda sobre la calidad de la escuela —careciendo padres y madres, a menudo, de criterios para evaluarla— que una elección sobre las relaciones sociales que van a tener los niños. Gran parte del éxito de la escuela concertada en nuestro país se asienta en este modelo de elección de un mecanismo de exclusión social. Con el doble efecto de alejar a niños y niñas de colectivos indeseados y de cargar a la escuela pública con una proporción elevadísima de criaturas que necesitan de un soporte especial por motivos diversos (lengua, problemas familiares, discapacidades). Se trata de una demanda que se da especialmente entre las clases medias, pero que es también visible en aquellos barrios obreros donde opera alguna escuela concertada. E incluso es observable cierta diversificación entre las propias escuelas públicas a través de sofisticados mecanismos de exclusión.
Los problemas de la escuela, el racismo implícito que se esconde bajo la capa de excelencia cultural, la humillación que experimentan muchos críos en el sistema escolar, las redes sociales que protegen a unos y desamparan a otros, la mayor o menor capacidad de los enseñantes en desarrollar prácticas inclusivas y enriquecedoras, el impulso competitivo y la seguridad que genera el éxito escolar influyen de forma importante en la construcción de la subjetividad individual. Y constituyen un elemento central en la actual configuración de comportamientos de grupo. No es sin duda el único factor, pero el papel que juega el sistema educativo debe ser evaluado cuidadosamente a la hora de entender los comportamientos sociales que explican las dificultades que atraviesa la cultura igualitaria —visibles incluso en los comportamientos dominantes entre la “nueva izquierda” post-marxista— y el auge de diversas corrientes reaccionarias.
V
A una reforma educativa no le podemos pedir que lo resuelva todo. Ni siquiera que introduzca una reflexión crítica suficiente. La reforma actual aborda sobre todo algunas cuestiones que tienen que ver con la derecha tradicional (el papel de la religión en la escuela, los excesivos privilegios de la concertada en España), pero deja en el aire buena parte del desarrollo de un sistema educativo equilibrador de desigualdades y olvida todo lo demás. Hay un problema de recursos, que no se desarrollan, y de compromiso igualitario, que no existe más allá de los eslóganes electorales. Es un pasito, pero poco más. Para poder hablar de pasos mayores se requiere, antes que nada, generar una reflexión colectiva y un movimiento social: lo habitual para conseguir cambios de gran calado.
Fuente: https://rebelion.org/educacion-e-igualdad/
I Congreso Mundial de Educación. Fernando Santana, Mesa: Coordinación global de luchas. Argentina
Buenas tardes a todas, a todos, a todes
Esta mesa, creo, que es uno de los aspectos más provocativos que tiene este Congreso Mundial en Defensa de la Educación Pública que estamos transitando, porque nos invita a coordinar las luchas frente a un escenario de fragmentación social y, especialmente, de las izquierdas, agravado aún más por el contexto de pandemia en el que estamos, que ha quitado o reducido el espacio de la acción de los movimientos sociales en la toma del espacio público, a la par que nos encontramos con un escenario en el que la derecha se ha dado a la ocupación de las calles, enmarcada en discursos economicistas que hablan de privilegiar las ganancias por encima de las vidas (tal es el falso dilema que se plantea desde los medios hegemónicos ante las políticas públicas que promueven el aislamiento social preventivo) y en la supuesta defensa de las libertades individuales por encima de las coacciones que se pretenden legitimar a raíz de la expansión del virus.
Por otro lado, siempre quien habla lo hace de manera situada. Es decir, elige un marco desde el cual posicionarse, y el mismo debe fundamentarse en una práctica empírica y militante que permita sustentar lo que se dice en un entramado de relaciones y experiencias en las cuales basarse, y en este caso, ese campo es el de las educaciones populares, el de las pedagogías críticas y el pensamiento del sur latinoamericano, que busca sentar las bases de la emancipación, anclada en la territorialidad de América Latina como fuente epistemológica de saberes y conocimientos, a partir del cual horadar la base del pensamiento único, como construcción de las clases dominantes para legitimar el orden social y las relaciones sociales que promueve y que se sustentan sobre la base de la desigualdad social.
En ese sentido, una de las bases para la construcción de cualquier agenda global de lucha tiene que partir del reconocimiento de estos aspectos y, de su mano, de la afirmación de que, pese a quienes nos pese, el discurso de las derechas es y ha sido eficaz. Su eficacia radica, justamente, en el poder de calar en el sentido común de los sectores populares y hacer que se produzca una identificación con él incluso cuando el mismo vaya en contra de los propios intereses fundamentales que se tengan como clase. No importa aquí la discusión acerca de si la categoría de clase resulta en estos tiempos suficiente o no para explicar estos procesos de alienación. Lo que importa es cómo esa visión de mundo que propone ha logrado instalarse en el imaginario colectivo como un deber ser, aparece legitimada activamente por aquellos y aquellas que son víctimas de dicha opresión, y genera un quietismo inmovilizador que perpetua las bases que generan la reproducción social de la inequidad. Los procesos de construcción de hegemonía nos permiten pensar en estos términos, a la vez que delinear un camino a seguir, en clave de contribuir a la construcción de otros mundos posibles. La hegemonía en tanto consenso activo de las clases subalternizadas no es solo resultado de mecanismos de imposición cultural, sino que lleva en sí misma también la propia validación activa de aquellos y aquellas que quedan por fuera de la visión que encarna.
Los movimientos sociales, los sindicatos, los y las intelectuales del campo popular, tenemos la obligación de dar la batalla cultural para la construcción de la filosofía de la praxis. Hablar de batalla, incluso aunque nos remita a términos agonísticos, resulta en sí misma una metáfora interesante. Porque no se trata de la imposición ni de la negación de esas visiones subalternizadas, sino que se trata de construir con ellas y a partir de ellas, rescatando sus núcleos de buen sentido, para ordenarlos en un todo coherente que permita entender y comprender al mundo, ya no como una realidad extemporánea a los sujetos, que se les impone, sino en su dinamismo, en la que incide la acción humana, y que reconoce que es en esas acciones de hombres y mujeres que la realidad puede ser modificada y transformada. La idea de batalla también nos habla de relaciones de fuerzas. Es lógico afirmar que las herramientas de las que se valen las clases hegemónicas para consolidar su ideología tienen un poder de propagación y de consolidación mayor, amparado en los medios de los que se valen para llegar a las grandes mayorías de la población. No por nada hace ya un siglo atrás autores como Gramsci nos hablaban del lugar central que ocupaban las escuelas y los medios de comunicación en lo que hace al alcance de las ideas que propagan.
Una agenda de lucha coordinada desde los diferentes espacios que conformamos este Congreso tiene que partir de la base de afirmar que es necesaria la pelea por la construcción de otro sentido común, sentido común que tiene que partir de los territorios y de las comunidades de base, y que permita también la apuesta a lo colectivo como medio de resolución de conflictos y como forma de estrategia de lucha frente a los embates de este sistema. Así, el papel de la escuela se torna clave, y la defensa por una escuela pública se hace una bandera que no podemos negarnos a levantar y reivindicar más que nunca. Sabiendo que esta misma escuela tiene que poder ser pensada y revisada, permitiendo la participación de las comunidades, construyendo comunalidad, transformándose en una escuela pública popular. Es en el ámbito de la escuela donde también será central la clave por un currículum que dé cuenta de los saberes históricamente soterrados o ninguneados por la historia. Movimientos sociales contemporáneos nos hablan de la lucha por la construcción de un currículo que permita enraizarse en los territorios y colocar en el plano de la lucha la reivindicación de derechos de los pueblos, olvidados en las grandes prescripciones oficiales. Otros, en cambio, han optado por generar sus propias experiencias educativas con el fin de construir desde el pueblo una escuela que sea funcional a los intereses que este sector representa. De una manera o de otra, hay que entender que la escuela es un territorio en disputa y que de ninguna manera puede regalarse a los intereses neoliberales ni al juego de posiciones y naturalizaciones que éste supone. Pensar la escuela en esta clave nos coloca en la obligación histórica de discutir cuál es la educación que queremos para nuestros pueblos. A la vez que nos llama al desafío de superar las contradicciones y las diferencias en pos de una estrategia común, que contribuya a construir otras relaciones sociales que no estén enmarcadas por relaciones de opresión ni de injusticia social. La educación popular puede darnos algunas claves para alimentar esta tarea. No sólo porque ha sabido acompañar los grandes procesos revolucionarios de Latinoamérica, sino que porque sus proclamas siguen siendo actuales y siguen colocándonos en la necesidad de generar espacios para la emancipación y no para la naturalización. Una escuela emancipadora, en un entramado con los movimientos sociales y con el territorio en el que se erija, aparece como meta nodal de esta construcción. Poder recuperar las experiencias que ya existen, poder sistematizar las experiencias que los trabajadores y las trabajadoras vienen realizando en sus territorios en clave de una educación para la liberación, para rescatar de ellas las claves de una pedagogía en construcción, pero con un acumulado que se sustenta en años de aprendizaje, tiene que ser una tarea presente. Por otro lado, no hay hegemonía que no se cristalice también en un lenguaje. Si bien, podemos pensar al lenguaje como un territorio también en disputa, como la arena de lucha de las clases sociales, quizás sea momento de empezar a nombrar lo que ya existe con otras palabras diferentes a las del lenguaje que nos habla. Aún siguen siendo las categorías de la tradición normalista escolar las que nos hablan y nos interpelan en nuestras prácticas. Y sabemos que la derecha tiene también el poder de apropiarse de nuestros discursos y reutilizarlos dentro de otro entramado que lleva a la pérdida del sentido que tenían en sus raíces. Así, habrá que ver si la lucha tiene que ser por disputar esos sentidos o en cambio, encontrar una manera nuestra de decir, de nominar, de pensar con los pies anclados en los territorios y en las experiencias. Hay que construir y allí también puede haber un desafío, otro lenguaje educativo: no tenemos que ya más importar categorías pre-hechas e intentar resignificarlas, sino que se trata de crear un nuevo lenguaje. Un lenguaje desde la docencia combativa y militante, desde el movimiento social, desde las luchas y resistencias de los pueblos. La crisis actual que estamos viviendo, como cualquier otra crisis vivida, tenemos que poder resignificarla en términos de oportunidad, en términos de propuesta, de reacción y acción que permita mirar a futuro.
Por otro lado, y más allá de lo educativo, la propuesta tiene que ser por la construcción de una agenda común de luchas, que puedan ser replicadas en diversas geografías a escala planetaria. Conformarse como movimiento, que tenga una voz y una incidencia en distintos campos, tiene que ser una de las metas que nos propongamos. Y en ese sentido este Congreso tiene que ser su carta fundacional a partir de la cual invitar a otras y otros a sumarse y pensar desde lo local, pero para trascender a lo mundial.
En la medida que podamos pensar las luchas más allá de lo eminentemente reivindicativo y podamos pensar en transpolar las fronteras, sin dudas estaremos más cerca de la construcción del mundo que soñamos. Pensar en encuentros sistemáticos con alguna regularidad (por ejemplo, cada dos meses), en los que participen representantes de las distintas organizaciones que fueron parte de este espacio, permitirá avanzar en pronunciamientos y proclamas, en acciones políticas y pedagógicas que busquen la construcción de contrahegemonía y permitan la construcción de espacios de realización de la utopía. Porque la utopía es también una construcción en el presente, que hay que empezar a vivenciar en el aquí y ahora. En un mundo que nos ha despojado a fuerza de represiones, desaparecidos y asesinatos de la capacidad de pensar en realidades alternas, pensar en términos utópicos es también un acto de rebeldía. Pero que esa rebeldía, esa justa indignación, esa rabia construyan la matriz a partir de la cual ponernos a caminar, porque necesitamos hoy, comenzar a incidir en acciones transformadoras que nos permitan recuperar el sentido de humanidad que han pretendido arrancarnos. Que éste sea el germen que permita cosechar la esperanza y apresurar la urgencia. Hasta la victoria, siempre.
Fuente: I Congreso Mundial de Educación 2020
Francia: 42 días de huelga contra el proyecto Macron
Europa/Francia/16 enero 2020/periodistas-es.com
Se cumplen ya 42 días de huelga general ilimitada en Francia. El proyecto de reforma de “pensiones por puntos” del presidente Emmauel Macron ha provocado el mas poderoso movimiento social de huelga ilimitada en este país desde 1968, y la lucha continúa.
Huelga general que fue precedida desde hace mas de un año por la rebelión de los “gilets jaunes” (iniciada en noviembre de 2018 y violentamente reprimida), provocada por la política liberal del gobierno al aumentar el precio de la gasolina y desmantelar numerosos servicios públicos en zonas rurales y urbanas. Pero también precedida por masivas manifestaciones sindicales contra la “ley trabajo” que Macron, como antes Manuel Valls, aprobó «por decreto” ignorando el legitimo poder del parlamento.
Desde que empezó la huelga el 5 de diciembre de 2019, los grandes medios informativos difunden el mentiroso e hipócrita mensaje gubernamental al anunciar para el día siguiente el fin de la huelga y la división sindical, negando la existencia de violencia policial , o minimizando el apoyo de la opinión publica a este movimiento social.
Nuevas categorías profesionales en lucha contra Macron
Si en la SNCF el numero de huelguistas se ha reducido en efecto al cabo de cuarenta días de huelga, por razones financieras, en la RATP el movimiento se ha radicalizado y el metro parisino sigue muy perturbado. La determinación sigue intacta, si bien los huelguistas se plantean hoy nuevas formas de lucha, para mantener la presión sobre el gobierno.
Los trabajadores portuarios fuertemente sindicados, han tomado ahora el relevo en la resistencia contra el proyecto Macron de pensiones. Una operación “Puertos muertos” bloquea actualmente el tráfico marítimo en Calais, Dunkerke, Rouen, Saint Nazaire, La Rochelle y Marsella. Movimiento que amenaza con extenderse hasta fin de mes.
Nuevas categorías profesionales se han unido recientemente a la huelga general contra la reforma de “pensiones por puntos”, como los abogados y personal judicial en los tribunales, que defienden su sistema de pensiones complementario, frente al empecinamiento de Macron, con su “pensión por puntos”. Histórica movilización de los abogados que en signo de protesta han arrojado sus togas al suelo durante un discurso de la ministra de justicia.
Histórica también la participación del cuerpo médico, que, al cabo de seis meses de huelgas y luchas en los hospitales en toda Francia, se han unido al movimiento de protesta. Mil cien médicos han presentado su dimisión de toda carga administrativa ante la desastrosa situación hospitalaria y se unen a la protesta contra el proyecto de destrucción del sistema de pensiones paritario.
También los profesores, estudiantes de secundaria y universitarios participan cada día en las huelgas contra la política gubernamental en la educación nacional y contra la mal llamada “reforma” de pensiones.
Lo que queda todavía hoy del movimiento de “gilets jaunes”, que sufrió diversas divisiones el pasado año, participa ahora regularmente en las manifestaciones sindicales, y su eslogan: “On vient te chercher Macron”, ha sido adoptado por todos los manifestantes.
Nueva jornada de movilización este 16 de enero
Una nueva jornada de movilización nacional con participación de decenas de miles de personas, huelguistas y no huelguistas, se celebra este 16 de enero de 2020 en toda Francia, Paris, Ile de France, La Rochelle, Toulouse, Marsella, Rennes, Perigueux, Le Havre, Grenoble, Lille, Sain Etienne, Montpellier, etc.
Mientras, los huelguistas se organizan para mantener la huelga general aun de forma alternada, y la determinación permanece intacta no obstante los anuncios de supuesta negociación entre Macron y el patrón de la CFDT Laurent Berger, el único que ha aceptado el sistema de pensión “por puntos”.
Una cuestión se plantea sin embargo en los días venideros: ¿Aceptará la base de la CFDT, el sometimiento de Berger a la política liberal de Macron? En la RATP y SNCF la base sindical de la CFDT participa en la huelga.
Sordo y ciego ante este mayoritario movimiento social en todo el país, Macron y su gobierno se preparan a pasar una vez mas por la fuerza, como lo hicieron con la “ley trabajo”, ignorando también al parlamento y aprobando por “ordenanzas” su proyecto de ley, que será presentado en consejo de ministros el próximo 24 de enero.
El colmo de su hipocresía y demagogia es que mientras tanto afirman estar negociando con las organizaciones sindicales, se refieren claro al MEDEF sindicato patronal y a Laurent Berger de la CFDT.
El conjunto de las organizaciones sindicales de trabajadores, y los sindicatos de la educación nacional se oponen radicalmente al proyecto de “pensión por puntos”, y reclaman que el gobierno retire simple y llanamente su proyecto de ley.
Macron y Castaner descubren las inadmisibles violencias policiales
Desde noviembre 2018 a diciembre 2019, se han señalado 867 casos de violencia policial desproporcionada. Dos muertos, 318 heridos en la cabeza, 25 personas han perdido un ojo y cinco han perdido una mano por disparos de LB40 o de granadas ofensivas (armas utilizadas por la policía francesa y prohibidas en numerosos países democráticos).
Reporteros sin fronteras, el parlamento europeo y la ONU han señalado y condenado el desproporcionado uso de la violencia y el uso de dichas armas letales por la policía francesa. Macron, Philipe y Castaner, presidente, primer ministro y ministro del interior respectivamente han negado hasta hace 48 horas la existencia de esa violencia. Violencias contra manifestantes y ciudadanos pacíficos, pero también contra los periodistas.
La muerte de un joven asfixiado por la policía en un control policial, y las fotos que circulan en internet sobre la violencia gratuita de cierto numero de policías contra los manifestantes, han sido finalmente la gota que desborda el vaso lleno desde hace mas de un año.
Macron y su gobierno acaban de descubrir los hechos y han hecho una tímida llamada a “respetar la deontología de la policía republicana”. Deontología pisoteada por las fuerzas del orden, que no respetan la ley cuando esconden en sus uniformes el RIO, o numero de identificación. Recordemos que las denuncias sobre violencias policiales presentadas ante la justicia no han prosperado, ante la imposibilidad de identificar a los agentes incriminados.
Lo que esta en tela de juicio hoy es pues la responsabilidad de Macron y su gobierno al haber hecho intervenir en la represión de las manifestaciones, no solo a las tradicionales gendarmería y policía antidisturbios, sino a la Bac (brigada anticriminalidad) y a brigadas motorizadas cuya extrema violencia se esconde detrás de esa ausencia de posible identificación.
Fuente: https://periodistas-es.com/francia-42-dias-de-huelga-contra-el-proyecto-macron-138716