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Argentina: Obra pública feminista

América del Sur/Argentina/14-08-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Con perspectiva de género, Argentina pretende reducir la brecha mediante la obra pública e incluir a la mujer en el ciclo productivo.

Redacción BUENOS AIRES

Paridad laboral y proyectos para el cuidado de los derechos de las mujeres y la infancia, son el eje del nuevo paquete de obra pública que ofrece el presidente de Argentina, Alberto Fernández.

La cartera de Obras Públicas está elaborando un Manual para la Gestión de la Obra Pública con Perspectiva de Género, en el que se abordarán recomendaciones y «buenas prácticas» para los Gobiernos y los contratistas.

Más mujeres en la construcción

Garantizar la participación de las áreas de género locales en la ejecución de proyectos para revertir «la alta e histórica preponderancia masculina en el sector de la construcción», anunció el gobierno.

El ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, junto al de Obras Públicas, construirá Centros Territoriales de Políticas de Género en dos municipios por 1,23 millones de dólares, además de tres Centros Integrales para la Mujer, en distintas provincias del interior.

Reducir la desigualdad

La ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, destacó que el Gobierno haya decidido «transversalizar las políticas de género para reducir la brecha de la desigualdad, que debe estar presente en cada una de las políticas públicas”.

«La obra pública además de una política para fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo, debe ser una herramienta para reducir esas brechas de desigualdad que existen», agregó. EFE

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102324803/obra-publica-feminista

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Organizaciones de mujeres convocan a protestas en la India

Las principales organizaciones de mujeres de la India convocaron una jornada de protestas el próximo 28 de agosto en el país para exigir alimentos, trabajo y servicios de salud, entre otros temas.

 

Dirigentes de la Asociación de Mujeres Democráticas de toda la India (Aidwa), Federación Nacional de Mujeres Indias (NFIW), Asociación de Mujeres Progresistas de Toda la India (Aipwa), Pragatisheel Mahila Sanghatan (PMS), Asociación de Mujeres Adelante de Toda India (All India Agragami Mahila Samiti) y All India Mahila Sanskritik Sangathan se reunieron en línea, reflejó el portal Indian Cultural Forum.

En la cita se expresó preocupación por el empleo y la seguridad alimentaria de las mujeres del país, así como la escalada de la pandemia y los cierres que crearon estragos en la vida de los sectores marginados. La mayoría de la población, especialmente las mujeres, perdió sus medios de vida, agregó.

La distribución de comida gratis y de las raciones no es uniforme y muchos de los hogares pobres no acceden a los mismos, mientras la privatización de los servicios de salud pública deja a la gente en el desamparo, acotó la fuente.

El sistema de salud no responde a ninguna emergencia sanitaria excepto las relacionadas con los casos de la Covid-19, lo cual crea enormes dificultades para las mujeres embarazadas y lactantes que necesitan atención médica urgente.

Hay casos de mujeres y niños que perecieron por la negativa de los hospitales a atender sus necesidades. Los cierres también aumentaron la vulnerabilidad de las mujeres y el aumento de los casos de violencia doméstica.

En tanto, el gobierno impulsa su agenda pro-corporativa de privatización y aún incumple sus escasas promesas sobre seguridad alimentaria, creación de empleo y apoyo en efectivo para los migrantes, las mujeres y otros trabajadores, afirma. También denunciaron las acciones policiales contra quienes dirigieron protestas contra las políticas autoritarias del Gobierno.

Las organizaciones decidieron abordar las cuestiones de seguridad alimentaria, empleo, acceso a servicios de salud mediante tratamiento gratuito, transferencias de efectivo a los migrantes y las mujeres, las dificultades agrarias y las reformas de la legislación laboral contrarias a los trabajadores.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=387500&SEO=organizaciones-de-mujeres-convocan-a-protestas-en-la-india
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Las víctimas de trata buscan su camino de vuelta a casa

Reseñas/Shola Lawal y Corinne Redfern/elpais.com

Los cierres de fronteras decretados para frenar la expansión de la covid-19 en África han dejado atrapadas lejos de sus hogares a mujeres nigerianas que fueron engañadas y obligadas a prostituirse en otros países

Las tres jóvenes acordaron escaparse al caer la noche. No tenían dinero ni papeles, pero Jessica, de 19 años, y sus amigas sabían que ya era hora de marcharse. El burdel no estaba tan lleno como de costumbre: la clientela había disminuido desde el estallido del coronavirus. Aguardaron juntas a que cayera la noche y la madama se retirara a su cuarto. Acto seguido, echaron a correr hacia la carretera que atraviesa Papara, una pequeña ciudad en el extremo norte de Costa de Marfil, cerca de la frontera con Malí.

A Jessica y a su amiga Favor* las obligaron a prostituirse un mes antes de su huida. El pasado febrero, una amiga de las familias de ambas jóvenes en Nigeria les había prometido un puesto de trabajo en una fábrica textil en Costa de Marfil. Udochi, de 20 años, había sido captada de manera similar a principios de año. Al llegar a Papara, las tres mujeres se vieron en un prostíbulo, donde la madama las obligó a tener relaciones sexuales con diversos hombres por un salario diario de alrededor de 1,15 euros.

Las jóvenes huyeron del lupanar en marzo, pero casi cuatro meses después siguen en Costa de Marfil; son tres de los centenares de nigerianas víctimas de la trata que, según creen los grupos antitrata de personas, se han visto atrapadas en el extranjero durante la pandemia, debido a que el cierre de fronteras dificulta los esfuerzos de repatriación en toda la región. Cuando el Gobierno nigeriano impuso en marzo el confinamiento con el estado de alarma, se interrumpieron los vuelos internacionales en un intento de frenar los contagios y, sin querer, se dejó a supervivientes de la trata atrapadas en lugares peligrosos lejos de sus hogares. Ahora esas mujeres esperan preocupadas a que se las evacúe de toda África y del Golfo, mientras las autoridades batallan con los imponentes obstáculos logísticos asociados a la organización de vuelos seguros mientras el virus continúa haciendo estragos en el mundo entero.

Jessica, Favor y Udochi se hallan a salvo en un refugio de Daloa, una ciudad al oeste de Costa de Marfil, pero no saben cuándo podrán regresar a su país. “Estoy contenta de haberme escapado de allí”, decía Jessica al teléfono un viernes por la noche del pasado junio. “Pero queremos volver a Nigeria”.

Los expertos de todo el mundo coinciden en que la pandemia está teniendo un impacto desproporcionado en las supervivientes de la trata. Un estudio conjunto sobre la situación de las mujeres que publicarán próximamente la Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la ONU, revela que casi el 70% de las supervivientes de la trata en 35 países afirman que la covid-19 ha afectado a su bienestar económico, mientras que más de dos tercios dicen padecer trastornos de salud mental debido a que los confinamientos impuestos por los Gobiernos les traen recuerdos de la última vez que las privaron de sus libertades.

A más de la mitad de las participantes en el estudio les preocupa que la crisis del coronavirus aumente el tráfico de seres humanos en el futuro, mientras que el 43% cree que las mujeres y las niñas serán las que más riesgo correrán en los próximos meses.

El tráfico de personas desde Nigeria hacia otros países africanos no es un fenómeno nuevo, pero la naturaleza de este delito imposibilita hacer un seguimiento minucioso. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sostiene que cada año se saca fuera del país a cientos, cuando no miles, de nigerianos —a mayoría mujeres— a menudo atravesando el continente. De los 20.500 nigerianos supervivientes de la explotación que la OIM ha ayudado desde 2017, alrededor del 90% tuvo que ser trasladado a su país desde Libia. Solo en 2019, el Organismo Nacional para la Prohibición de la Trata de Personas (NAPTIP, por sus siglas en inglés) identificó a 20.000 mujeres nigerianas víctimas de la trata de blancas en Malí. La embajada nigeriana en Costa de Marfil repatria a 20 al mes, según declaraba el Encargado de Negocios Mohammed Abdulkadir Maccido al diario Punch de Nigeria el año pasado.

Según la OIM, la mayoría de los supervivientes de la trata en Nigeria son mujeres de unos 21 años. A menudo las atraen con promesas de trabajo en otros países africanos, europeos o asiáticos, que suelen verse como una vía para huir del creciente desempleo en Nigeria. Una vez que las mujeres llegan a su destino, los tratantes se las entregan a las madamas, cabecillas de una red de trata de la que ellas también suelen ser víctimas. Las madamas obligan a las mujeres a prostituirse y a trabajar en casas para devolver las deudas que han contraído y de este modo costearse la comida, el transporte y el alojamiento desde que se marcharon de sus hogares (por lo general, miles de dólares cuya devolución puede obligarlas a varios años de trabajos forzados).

Durante la pandemia, el número de mujeres víctimas de la trata en Nigeria ha seguido creciendo, a pesar de que los Gobiernos locales han restringido legalmente los movimientos. Cuando la preocupación por el coronavirus comenzó a extenderse en marzo, las autoridades de Nigeria y Costa de Marfil emprendieron acciones enseguida, pues temían que un brote devastara sus sistemas sanitarios. A finales de ese mes, ambos países habían cerrado sus fronteras terrestres y aéreas. Pero los organismos policiales y las organizaciones internacionales contra la trata afirman que, pese a las restricciones, las redes de tráfico de personas continúan activas en esa zona de África, ya que los traficantes se sirven de los sobornos para atravesar las fronteras y así moverse libremente.

El Gobierno nigeriano comenzó a levantar las restricciones de los viajes nacionales a principios de este mes, pero aún no se ha confirmado cuándo volverán a abrirse las fronteras externas. Nigeria, uno de los países del continente más azotado por la covid-19, había informado de más de 38.948 positivos y más de 833 muertes hasta el 24 de julio.

Por otra parte, los confinamientos están limitando las medidas de repatriación y dejando atrapadas a las supervivientes de la trata. Según el estudio sobre la situación de las mujeres llevado a cabo conjuntamente por la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE y la ONU, al menos un tercio de las organizaciones que luchan contra este delito en el mundo han tratado de repatriar a las supervivientes durante la crisis. En 2018 y 2019, la OIM trabajó con el Ejecutivo nigeriano para retornar a más de 7.000 supervivientes de la explotación cada uno de esos años, hombres y mujeres que se habían visto sometidos a trabajos forzados y la prostitución. Desde principios de este año, solamente han logrado repatriar a 620 personas. “Es un descenso muy acusado”, se lamenta Franz Celestin, jefe de misión de lo OIM en Nigeria. “Cuanto más esperemos, más se los explotará y más durarán el dolor y sufrimiento”.

Motilola Adekunle, cofundador de Project Ferry, una ONG nigeriana que trabaja con supervivientes de la trata y que ayuda a Jessica y Favor, coincide en que el coronavirus está obstaculizando los esfuerzos para apoyar a las mujeres explotadas. “Esta pandemia ha interrumpido nuestro trabajo porque la gente no puede desplazarse, y eso es un problema”, explica Adekunle. El trabajo que antes se tardaba días en hacer, añade, ahora se prolonga meses, ya que los sistemas que ponen en marcha las organizaciones sin ánimo de lucro y los Gobiernos para repatriar y apoyar a las supervivientes están patas arriba.

“El Gobierno nigeriano ha organizado tantos vuelos que ahora ya no hay espacio”, declara Celestin, de la OIM. “Es muy difícil”. La OIM, dice, busca actualmente financiación para acoger a 180 supervivientes de explotación que esperan a ser repatriadas en Níger. Hasta que el organismo pueda solucionar dónde alojarlas, tendrán que permanecer en Niamey y Agadez, lejos de sus familias y sin saber cuándo podrán regresar a su hogar. Celestin espera poder tenerlas de vuelta en Nigeria a finales de julio.

Desde marzo se han permitido los vuelos de repatriación en los aeropuertos nigerianos de Abuja y Lagos, pero los pasajeros deben someterse a su llegada a una cuarentena de 14 días y han surgido problemas respecto al lugar en que deberían quedarse en los días siguientes a su regreso.

Incluso en circunstancias normales, el proceso de recuperación después de la repatriación puede ser complicado. El personal de las organizaciones sin ánimo de lucro aguarda en los aeropuertos para llevar a las supervivientes de la trata a espacios seguros identificados de antemano, como un hogar para mujeres o un hotel. A continuación, se les ofrece asesoramiento y apoyo psicosocial en sesiones diarias o semanales, mientras que las organizaciones no lucrativas a menudo actúan conjuntamente para garantizar que las mujeres puedan encontrar un empleo cerca y que no vuelvan a ser víctimas.

Pero durante la pandemia, el riesgo de contagio de covid-19 implica que quedarse en albergues de acogida ya no es posible. En un intento por ayudar a las mujeres a reintegrarse, las organizaciones han comenzado a emprender sesiones de asesoramiento y formación en Internet, solo que no todo el mundo tiene acceso a la Red.

“Durante la pandemia hemos intentado ayudar a algunas mujeres a utilizar Internet”, señala R. Evon Benson-Idahosa, fundador de Pathfinders Justice Initiative, una iniciativa local contra la trata que ayuda a las supervivientes a crear sus propias empresas. “Pero muchas de ellas sencillamente no tienen la capacidad para cambiar”.

También fuera del continente africano hay miles de mujeres nigerianas atrapadas tras padecer la trata y la explotación. Se calcula que entre 5.000 y 10.000 nigerianas se ven atrapadas en situaciones de servidumbre doméstica forzada en Oriente Próximo. El Organismo Nacional para la Prohibición de la Trata de Personas de Nigeria ha recibido más de 650 informes de mujeres nigerianas que han sido vítimas del tráfico en Líbano y Omán solo en 2020.

Toluwalase, de 30 años, lleva desde junio intentando regresar a su casa en Nigeria. Cuando, hace casi dos años, esta madre soltera de tres niños se montó en un avión en Abuja, la capital nigeriana, sabía que sería una asistenta doméstica en Omán con un sueldo mensual de 175 euros. Lo que no sabía era que sus empleadores la obligarían a trabajar desde el amanecer hasta la medianoche, sin apenas tiempo para dormir, que le confiscarían su pasaporte, que se retrasarían en el pago de su sueldo y que su jefe la agrediría sexualmente.

“No me dijeron que esto fuera tan terrible”, declaraba Toluwalase a Time a través de WhatsApp. Ella no habría aceptado trabajar en Omán si hubiera sabido de los abusos contra las trabajadoras inmigrantes, afirma.

Una parte del problema es el sistema kefala –que transfiere el control de la inmigración y la situación laboral de los trabajadores inmigrantes a los empleadores– en países como Líbano y Omán. Esto significa que rara vez se puede informar a las autoridades sobre los abusos: legalmente un trabajador inmigrante no puede marcharse del país sin el permiso de su empleador, incluso si sufre abusos. Muchos trabajadores inmigrantes de Nigeria no hablan árabe, lo cual limita asimismo su capacidad parar buscar ayuda.

Antes de la covid-19, las mujeres que padecían abusos de sus empleadores en el extranjero podían contactar con grupos locales defensores de los derechos humanos, los cuales notificaban acto seguido a los responsables nigerianos para que organizaran su viaje de vuelta al país. Pero los confinamientos han interrumpido el trabajo de los activistas y los trabajadores inmigrantes se han visto atrapados.

Julie Okah-Donli, directora de NAPTIP, señala que el organismo está trabajando con las embajadas nigerianas del Golfo y Oriente Próximo para evacuar a los trabajadores migrantes explotados y a las supervivientes de la trata sexual. Pero debido a las restricciones de movimientos, la organización ya no puede alcanzar a mujeres atrapadas en Europa y Asia. Sin intervención, la violencia y los abusos prosiguen sin ningún control. “Puedo imaginarme el número de personas que han muerto sin que se haya informado de ello durante esta pandemia”, señala Okah-Donli.

No existe un calendario para traer a Nigeria a las personas víctimas de trata, confirma un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores nigeriano. Hay indicios de que se están haciendo progresos, si bien únicamente en algunas regiones. En mayo, la OIM y el Ejecutivo del país pudieron repatriar a 99 nigerianos que estaban siendo explotados en Líbano, 49 de los cuales eran supervivientes de la explotación laboral y la trata sexual. Traer a tantos nigerianos de ese país de una sola vez no tiene precedentes; normalmente, la OIM recibe noticia de dos o tres casos en Líbano al mes.

“Estamos viendo una estrategia mucho más organizada por parte del Gobierno a la hora de lidiar con esto”, afirma Celestin. “Lo habitual es que, con las víctimas de la trata, todo pase desapercibido. Puede que lo de ahora obedezca a que este asunto está en el punto de mira, pero lo cierto es que estamos viendo un esfuerzo concertado”. Las repatriaciones desde Líbano fueron posibles gracias a que el Ejecutivo de este país apoyó a Nigeria logística y económicamente, señala Geoffrey Onyeama, ministro de Asuntos Exteriores de Nigeria.

Todavía están por ver medidas análogas en otros lugares. Para Jessica y sus amigas en Costa de Marfil, cuanto más tarde la repatriación, más tiempo estarán en peligro de caer víctimas de las redes de trata y de la violencia otra vez. Aunque permanecen en una casa segura, siguen bajo la amenaza de que los traficantes las localicen y las obliguen a prostituirse de nuevo. Afirman que lo único que pueden hacer es esperar que el Gobierno nigeriano intervenga pronto.

Las que están lejos, en el Golfo, comparten el mismo deseo. Aunque Toluwalase declara que los responsables gubernamentales no han respondido a sus peticiones de ayuda, sigue siendo optimista respecto a salir de Omán. El riesgo de contraer la covid-19 no ocupa un lugar destacado en su lista de preocupaciones; su empleador la sigue acosando sexualmente, y dos años seguidos de abusos ya le han causado daños físicos: pies hinchados, dolores de espalda, insomnio. Su prioridad es volver a su país. “Cuando el vuelo de evacuación esté listo para nosotras, cuando nuestro Gobierno nos lleve a casa, me animaré”, asegura.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/07/23/planeta_futuro/1595505425_027738.html

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El cansancio y la vuelta al cole, principales causas del estrés emocional de las madres

Por: Carolina García

Una última encuesta de Malasmadres, realizada a 10.000 sujetos, indica que el 86% de las mujeres se sienten apáticas, tristes y desmotivadas

La pandemia de coronavirus no solo está dejando tras de sí secuelas físicas (en algunos casos terribles), sino también secuelas psíquicas en toda la población; y las madres no escapan de este sufrimiento, porque la crisis sanitaria ha llevado el cuidado a otro nivel. Desde que el pasado 14 de marzo las familias se vieran sometidas a un confinamiento obligatorio y necesario, al cierre de los colegios, a la prohibición de los niños a salir a la calle, a ser profesores, cocineros, economistas y cuidadores, los niveles de estrés emocional han ido en aumento. Y aunque ha afectado a ambos sexos, parece que este sufrimiento ha sido mayor en las mujeres.

Así lo indicaba un trabajo realizado en mayo por las profesoras del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València (UV) Cristina Benlloch y Empar Aguado que, junto con la politóloga-jurista Anna Aguado, concluían que las mujeres con menores que teletrabajan soportaban la mayor parte del estrés del confinamiento. La investigación, que se publicó en un artículo en la plataforma de divulgación científica The Conversation, pretendía conocer cómo afectaba el confinamiento al trabajo y a la conciliación familiar. Tras el análisis, las expertas concluían “que el seguimiento escolar de hijos e hijas en edad educativa lo hacen sobre todo las madres y que en algunos casos las mujeres están teniendo que facilitar el teletrabajo a sus parejas”. Este hecho, según las autoras, se convirtió “en un elemento de ansiedad y estrés añadido al hecho de teletrabajar”.

Ahora, en una nueva normalidad inmersa en plena pandemia, el Club de Malasmadres y DKV han querido analizar la salud mental de las mujeres españolas –cómo se sienten las madres– y lo que han descubierto es que el estrés emocional se ha disparado en estos meses: “El 86% de las mujeres a estudio –unas 10.000 contestaron la encuesta– se sienten apáticas, tristes o desmotivadas”, según informan en un comunicado. Es decir, que se sienten más cansadas que antes del confinamiento: siete de cada 10 participantes describieron su cansancio como “alto”.

Exactamente, y según sus resultados, el 71% de las mujeres está “mucho más cansada” que antes del confinamiento, y el 43% prevé que no va a lograr desconectar durante sus vacaciones. Para las malasmadres, estos resultados ponen número a una realidad que se palpa en el ambiente: “Las mujeres han llegado a agosto extenuadas”.

Entre las razones descritas por las mujeres está la carga de trabajo o, lo que es lo mismo, la suma del teletrabajo más cuidados, tareas domésticas y educación de hijos e hijas. Y la incertidumbre tampoco ayuda a que se encuentren mejor: una de las principales causas de estrés para las madres es la vuelta al cole. Sus conclusiones también indican que, aunque en menor medida, las progenitoras también están preocupadas por el desgaste emocional y la falta de tiempo y de espacio para una misma y así poder desconectar. Entre las soluciones que las madres citan para sentirse mejor están, en primer lugar, poder estar solas sin hijos ni pareja; en segundo lugar, dormir; en tercero, hacer lo que quieran; en cuarto, poder desconectar y en quinto, conseguir silencio.

Hace dos años, el Club de Malasmadres y DKV Salud pusieron en marcha el proyecto La Hora de Cuidarse, con un claro objetivo: “Que las mujeres en general, y las madres en particular, incorporemos hábitos saludables en nuestras rutinas diarias. El autocuidado es un derecho y no un privilegio. Con esta iniciativa trabajamos cada día para visibilizar y concienciar sobre ello”, apunta Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres.

“Lo cierto es que el confinamiento y la incertidumbre que sigue atormentando a las familias españolas, y principalmente a las madres, hacen que los datos de esta encuesta cobren más relevancia. Y la preocupación mayor es la vuelta o no a las aulas”, según indican en el texto. Las malasmadres demandaron hace unos días una solución al Ejecutivo español. “Nos preguntamos qué piensa hacer el Gobierno si los colegios llegan a cerrar por la crisis del coronavirus y hay que activar un plan online o semipresencial y los padres y madres tienen que ir a trabajar. Urgen medidas que garanticen a las familias la conciliación”, señala Laura Baena.

El problema de la conciliación familiar, o más bien de la incapacidad de conseguirla, es una queja constante de miles de familias en España, que se ha puesto aún más de relieve con la actual crisis. La pandemia ha forzado a muchas madres y padres a teletrabajar, cuidar, ser monitores de tiempo de libre y profesores de sus hijos a la vez y en un mismo lugar: el hogar. “Las familias NO somos prioridad en esta sociedad. Nunca lo fuimos. Y ni siquiera una pandemia global como la del coronavirus ha hecho que esto cambie”, explicaba Baena hace unas semanas. Son cuatro millones de familias con hijos en España “a las que se nos ha dejado solas ante el problema de la conciliación”, añadía. Y la realidad es que han pasado ya más de cinco meses desde el comienzo de la crisis y las familias todavía siguen sin un plan.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/07/29/mamas_papas/1596029642_165954.html

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Entrevista a Marcela Lagarde: «Tenemos que decir no al borrado de mujeres diciendo sí a su existencia legal y protegida»

Entrevista/Autora: Nuria Coronado/Rebelion.org

La Antropóloga, investigadora y activista feminista mexicana, Marcela Lagarde, aborda en esta entrevista cuenta un amplio abanico de temas que van desde su vida privada, el impacto del neoliberalismo en el feminismo, el papel de los hombres y el transactivismo queer, que amenaza con provocar el «borrado de las mujeres».

Antropóloga, investigadora, activista. Catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México y fundadora de la Red de Investigadoras por la Vida y la Libertad de las Mujeres. Feminista. De la voz profunda y clara de María Marcela Lagarde y de los Ríos mana feminismo a raudales y en mayúsculas. Es maestra entre las maestras. Quien dotó de perspectiva de género y de contenido político a la palabra sororidad y la definió como «la complicidad de actuar entre mujeres» y a la lucha feminista como aquella que «no es contra la violencia, sino por la paz«. En esta entrevista a Público habla de todo: de su vida privada, del impacto del neoliberalismo en el feminismo, del papel de los hombres y del transactivismo queer que amenaza con provocar el «borrado de las mujeres».

El barco en el que Marcela Lagarde y de los Ríos navega por la vida se mueve en el océano de la sabiduría. Una manera de ser y de expresarse que le viene de su pasado, «de familia de corsarios del siglo XVIII de la que provengo», ríe. Por eso, entre sus estanterías abarrotadas de libros de los que bebe, resplandecen dos veleros a modo objetos de decoración que muestra como niña con zapatos nuevos en esta entrevista por videollamada. Los mira porque le recuerdan que sin genealogía no hay presente y mucho menos futuro. «Verlos mientras escribo o leo me da nostalgia, me recuerdan de dónde vengo», reconoce.

Ahora, recuperada de una temporada complicada de salud, vuelve a ser ella. «Tuve una intervención muy delicada con trepanación incluida. Suena muy mal la palabra, pero así fue. Salí bien de la operación, pero me puse muy grave. Tuvieron que sacarme coágulos del pulmón. Cuando estaba convaleciente llegó el coronavirus y pasé de estar en la cama confinada por la salud a estarlo en casa por el bicho. Afortunadamente me he ido fortaleciendo. He perdido diez kilos, pero ya no me siento tan frágil. El cuerpo se va adaptando y la mente también, porque tenía dificultades de memoria y de concentración».

Cuidarse como una reina

Estar en su hogar es precisamente el mejor tratamiento que ha podía tener. «Mi casa es mi tesoro, es muy bonita, tengo en ella todo lo que necesito. Aquí ahora estoy aprovechando para hacer todo lo que no puedo hacer normalmente por falta de tiempo. Por eso leo, escucho ópera, veo películas, participo en conferencias en línea y en foros, escribo, cocino…». Todo aquello que no tiene se lo lleva su hija a la puerta. «Ella me deja ahí toda la comida. Quiere preservarme de cualquier contacto. Me cuida así», resalta.

Mientras Lagarde disfruta del autocuidado no se olvida ni un minuto de la situación de las mujeres con la pandemia. «Los derechos humanos de las mujeres y las niñas están todo el tiempo en juego. Contra nosotras siguen pasando cosas terribles. Ahora con el confinamiento ha aumentado la violencia que sucede en las casas». Y pensar en ello la desespera. «Me inquieta pensar que inventamos que hay futuro, que vivimos gracias a que pensamos que vamos a mejorar, y con esta crisis, como con todas, la realidad sigue siendo lo incierto. Esta incertidumbre me tironea bastante y me hace sentir que no hay tanta confianza en el futuro».

Precisamente por eso, porque la «nueva realidad» hace caminar a las mujeres en una cuerda de alambre cada vez más fina y sin red que sostenga la caída, la autora de Cautiverios de las mujeres, replica que el mundo necesita del feminismo como nunca antes. «Se necesita la lucha por la igualdad no solo por la violencia en la que vivimos sino por todo. Como una visión utópica y con ciertas topías. Hay una utopía en constante desarrollo, una aspiración, en la que coexisten las topias reales y lo que hemos conseguido a través de la emancipación del mundo», subraya.

La docente también arenga a la urgencia del tránsito a la nueva normalidad «mediante el reconocimiento social, cultural y político de las propuestas y las realizaciones feministas. Es preciso que se vean los aportes a la teoría del desarrollo de la sociedad y a la democracia hacía la modernidad a través de la crítica radical de las feministas. Una modernidad que, aunque no ha cumplido con su propia utopía, reformula y propicia muchas propuestas para lograr construir la igualdad».

Y es que como esta antropóloga subraya la equidad se ha construido con sangre, sudor y lágrimas. «Todo ha pasado por el debate feminista para después ponerlo en práctica con leyes como las que tiene España o en el resto del mundo. Hemos puesto en el centro del debate lo que es importante. El feminismo ha luchado por lo que es justo, que no es otra cosa que la justicia contra los delitos contra mujeres y niñas porque nos expropian la condición humana desde nuestra condición sexual«.

Gracias a todos estos pasos y a que las mujeres, según la profesora, «cada vez tenemos más agencia e incidencia», estamos en un momento histórico decisivo. “Elaboramos hace años la propuesta de enfrentar la violencia contra mujeres y niñas, otras colegas pusieron la atención en atender a mujeres que ya habían sido víctimas de violencias y pensamos que no bastaba con atenderlas. Queríamos que no hubiera víctimas y enfrentamos la justicia de la impunidad».

Ante este pacto social el sistema patriarcal reacciona aumentando la violencia. «A diario millones de personas con una visión neoliberal contemporánea se esfuerzan en hacernos creer que nada por lo que luchamos es importante. Esa es la respuesta desesperada para ver si nos atemorizan, para ver si nos vamos a cansar y no vamos a continuar. Ante ese incremento de la violencia contamos cada caso, lo documentamos, exigimos justicia porque se trata de personas. Por eso la lucha del feminismo es la cuenta de los siglos porque ese es el tamaño de la profundidad patriarcal«.

La solidaridad social

Lagarde recuerda también otra conquista que ha hecho el movimiento feminista y que ha ido de la mano de movimientos pro derechos civiles y por la salud: el acceso a la salud como uno de los tres pilares para lograr el desarrollo. «Sin salud no podemos hablar de desarrollo, ni de democracia. La salud es un derecho humano que debe ser propiciado por gobiernos nacionales e internacionales. La gente que sobreviva saldrá mejor, pero debemos propiciar una cultura solidaria y el feminismo ha planteado la solidaridad social como un recurso político«.

Esa solidaridad tal y como describe, «se ha sustentado en la sororidad como alternativa a las relaciones misóginas y enemistosas que tenemos las mujeres en la modernidad. La ética de la sororidad, el apoyo mutuo, el reconocimiento, la generosidad y todo aquello que permita que las mujeres compartamos con otros avances, recursos o cualidades para ahorrarnos tiempos y poder potenciar un desarrollo humano y solidario para nosotras».

Y pone dos ejemplos de plena actualidad. «Con la pandemia vivimos un momento crítico porque hay mucha fragilidad. Precisamente por eso no podemos poner en segundo plano la violencia. Somos nosotras quienes debemos estar ojo avizor en los derechos humanos porque si no, quienes queden después de la pandemia, van a estar débiles en derechos humanos y no tendrán cómo enfrentarse a un mundo marcado por el destrozo de la salud de la mayoría de la gente. Si fortalecemos la causa de la erradicación de la violencia tocaremos la urgencia de la salud de las mujeres«.

En segundo lugar, alude a cómo esto repercute a México. «En mi país las personas que se están viendo más afectadas y son más propensas a morir por la covid son quienes tienen menos, quienes por esa pobreza tienen exceso de peso por una mala alimentación, problemas de salud en el páncreas, en el hígado, en el corazón, tienen falta de ejercicio, o viven en la contaminación. Necesitamos cambiar la producción y las relaciones con el medio ambiente, conseguir un planeta verde y de energías renovable. El feminismo tiene que ser la base del paradigma hacía donde vamos«.

¿Dónde están los hombres?

Preguntada sobre los aliados feministas la escritora responde que sin ellos nada es posible. «En la lucha también incluimos la igualdad entre mujeres y hombres para lo que propiciamos el respeto a la dignidad de ambos. El respeto como actitud de convivencia en el mundo que no es necesariamente ni sexual ni amoroso. Es la relación en muchos espacios con funciones múltiples. Tenemos que hacer penetrar la igualdad en la diversidad social de hombres y mujeres para generar la economía, la cultura, la vida social en positivo. Es imprescindible ahora, pero siempre lo ha sido que, en los tiempos patriarcales, nuestro objetivo sea erradicar el patriarcado del nudo, porque ese es el tamaño de la utopía«.

Además, pide «que los hombres que son violentos sean tratados como delincuentes en el marco normativo a través de las leyes que erradiquen y prevengan todas las violencias”. También en que unas y otros nos unamos. «Necesitamos articularnos. Esa es la manera de acabar más rápido con la violencia. Mientras más propiciemos una visión compensativa de la violencia las victimas acudirán antes a buscar apoyo y nosotras podremos ayudarlas».

El caballo de Troya queer

Otra de las preocupaciones de esta académica es la que tiene que ver con el movimiento queer. «Todo esto me apena mucho porque contrapone los avances que tanto nos han costado lograr a las mujeres».

Y pone una fecha al origen del transactivismo y del borrado de las mujeres que este movimiento neoliberal pretende. «El principio de todo ello se ubica como parte de un quiebre que hubo en el movimiento hace 30 años. En aquellos momentos algunas lesbianas se retiraron de las organizaciones feministas y fueron a militar a organizaciones LGTBI sin vínculos con el feminismo. Fueron mujeres huérfanas del feminismo, generaciones de mujeres muy comprometidas que no reconocieron su tradición política. De ahí a lo queer solo hay un paso«.

Por ello anima a vencer a este caballo de Troya a través de la recuperación de la tradición feminista. «Es la más importante aportación de las mujeres como género a la cultura. Así de transcendental es el feminismo. Es la más importante obra creativa de mujeres críticas con el movimiento para mejorar el mundo«.

Una obra que no se aprende en un abrir y cerrar de ojos, pero es clave para ser arrastradas por el falso modernismo de lo queer. «La primavera no la hace una flor. Hay que ir a las universidades, asistir a foros, leer a Celia Amorós o a Amelia Valcárcel. A tantas que explican claramente todo. Al aprender del origen de los movimientos se adquiere una gran riqueza en la vida personal porque permite enunciar a cada quien como lo que es. Es hacer que nos reconozcamos como lo que somos en esencia».

Por eso recalca algo que ha percibido sobre todo en estos últimos meses: «he visto y palpado una necesidad grandísima de reconocer y conocer el feminismo entre cada vez más mujeres que quieren nombrarse como tal. La expresión de grupos solo puede ser disminuida en el afán por eliminar a las mujeres como el sujeto del feminismo, y eso es lo que quieren eliminar en nosotras con lo queer. Y nosotras decimos que no. El primer paso a ese no, empieza por el sí a nosotras mismas. Ese no borrar a las mujeres es el sí a la existencia legal y protegida de las mujeres«.

Esta respetada feminista acaba lanzando un mensaje al transactivismo. «El feminismo es lo único que puede eliminar la orfandad patriarcal. No somos huérfanas, tenemos genealogías, no somos seres de la diversidad, somos las mujeres. No usaremos el supremacismo peso si la condición universal de nuestro género por el hecho de ser mujeres. Hay que pensar y colocarnos desde ahí para salvar todo. No solo somos seres de la diferencia. Somos seres humanos, somos las mujeres en plural. Espero que reflexionemos juntas y logremos al fin nuestros derechos humanos», finaliza.

Fuente e imagen tomadas de: https://rebelion.org/marcela-lagarde-tenemos-que-decir-no-al-borrado-de-mujeres-diciendo-si-a-su-existencia-legal-y-protegida/
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Facebook busca educar a 15,000 mujeres en educación financiera

Noticia/30 Julio 2020/expasion.mx

La quinta edición del programa Ella Hace Historia, impulsado por la tecnológica Facebook, se enfocará en brindar herramientas de educación financiera a mujeres empresarias.

Facebook lanzó la quinta edición del programa Ella Hace Historia, una serie de contenidos educativos que este año se enfocará en educar a mujeres en temas financieros y de acceso a capital para sus empresas, con ésta busca impactar a 15,000 mujeres al cierre de 2020.

“Nos hemos dado cuenta que hay un tema fundamental en el tema de poder emprender en México, y hay muchas más brechas de conocimiento con las mujeres, uno de ellos es el tema de educación financiera. Por ello en esta edición no vamos a hablar de herramientas de Facebook, si no de herramientas financieras, una de las barreras que se está enfrentando, más en épocas de crisis”, comentó Adriana Peón, directora comercial en Facebook México.

Las cuatro pasadas ediciones del programa, que ha operado en México desde 2017, se habían enfocado a dar contenidos en marketing digital y herramientas digitales; sin embargo, la fuerza con la que la crisis económica actual está impactando a las empresas lideradas por mujeres y a la población laboral femenina llevó a la empresa, y a sus socios en este programa, CREA y Mujer Emprende, a enfocar los contenidos del curso en educación financiera.

En lo que va de la pandemia en México, las mujeres entre 15 y 29 años de edad, que trabajan en una microempresa de servicios son el perfil que más ha perdido el empleo, según datos de Coneval. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), durante la crisis generada por el COVID-19, las empresas lideradas por mujeres han sufrido 7% más afectaciones que las lideradas por hombres, y al hacer zoom en México, este porcentaje puede irse hasta 15%.

Peón explicó que el curso consta de 10 módulos, que abordan temas como finanzas personales y herramientas financieras para definir precios y para llevar un negocio, hasta formas para levantar capital. El contenido de la currícula fue diseñado por Value for Women y Pearl Consulting, consultoras especializadas en iniciativas con perspectiva de género.

Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación acompañó el lanzamiento de este programa y dijo que la fortaleza y el talento no son exclusivos del género y que las mujeres son pieza fundamental de la reactivación económica nacional.

“Las mujeres no necesitamos favores, solamente oportunidades equitativas… somos nosotras, mujeres de México, las que venceremos las circunstancias sumando carácter y capacidad a las nuevas herramientas digitales”, dijo la Secretaria a través de un comunicado.

El programa Ella Hace Historia está vigente desde 2016, aunque a México llegó en el 2017, y ha beneficiado a 600,000 mujeres en 30 países, en México se ha impactado a 21,600 mujeres al corte de 2019. El curso estará disponible de manera gratuita a través de esta página.

Fuente: https://expansion.mx/tecnologia/2020/07/28/facebook-busca-educar-a-15-000-mujeres-en-educacion-financiera

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