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Un método inviolable de encriptación digital inventan dos ingenieros chilenos

La novedad se trata de un método de encriptación simple y en la práctica inviolable, que inventaron los ingenieros civiles chilenos Jaime Gutiérrez y Jaime López, basado en operaciones de transposición y sustitución de caracteres sobre matrices, muy fácil de implementar a través de un software computacional.

Los profesionales idearon el método que bautizaron como π 2  con el propósito de liberar al usuario final de la responsabilidad de crear, manejar y administrar sus claves de acceso a los múltiples sistemas computacionales e informáticos a los que se ve enfrentado a diario.

La novedad se trata de un método de encriptación simple y en la práctica inviolable, que inventaron los ingenieros civiles chilenos Jaime Gutiérrez y Jaime López, basado en operaciones de transposición y sustitución de caracteres sobre matrices, muy fácil de implementar a través de un software computacional.

De acuerdo al ingeniero Gutiérrez, uno de sus creadores, “el invento sirve para evitar que personas no autorizadas accedan a datos, información personal o sensible que pudiera haber sido interceptada en una comunicación digital”.

El método combina dos formas de cifrado: una en la que se sustituyen los caracteres del mensaje a cifrar mediante un alfabeto dado; y la otra, en que el mecanismo de sustitución cambia con cada reemplazo. Esto hace que el mensaje cifrado resista de mejor manera los análisis criptográficos tradicionales basados en la frecuencia, combinación o repetición de caracteres o de secuencias.

El propósito de la invención es liberar al usuario final de la responsabilidad de crear, manejar y administrar sus claves de acceso a los múltiples sistemas computacionales e informáticos a los que se ve enfrentado a diario. De esta manera, los inventores lograron que los ciberataques tuvieran que dirigirse al método criptográfico y no a la clave, con el fin de aumentar exponencialmente la seguridad de la información.

En el caso de que los datos fueran interceptados, no pueden ser alterados o reemplazados, sin que el destinatario lo advierta, y resulta prácticamente imposible que un tercero se apropie de la información. El método π 2  también protege las comunicaciones digitales entre corresponsales humanos (correo electrónico o llamadas telefónicas) o entre dispositivos electrónicos (transacciones comerciales).

En la actualidad, los procedimientos de encriptación más habituales son AES (Advanced Encryption Standard), correspondiente a un método simétrico de clave privada, en uso desde el 2001; y RSA (sigla basada en las iniciales de los apellidos de sus inventores: Rivest, Shamir y Adleman), un sistema asimétrico de claves pública y privada, en uso desde 1979. Los expertos estiman que una tecnología emergente denominada ‘Computación Cuántica’ podrá resolver en un minuto los cálculos que un computador actual demoraría 2.500 años en hacerlo, y se sabe que RSA no podrá resistir su ataque.

De hecho, para tolerar la computación cuántica, el método AES tendría que emplear claves no menores de 32 caracteres.

El método π 2 se distingue de otros sistemas de encriptación en que la fortaleza de los métodos presentes se basa en el tamaño de las claves utilizadas. Por ejemplo, AES usa claves de 16, 32 y 64 caracteres, respectivamente, mientras que en RSA ya es habitual el empleo de claves de 128 y 256 caracteres. Además, esas claves deben ser definidas, administradas y recordadas por el usuario final.

En cambio, con el método π 2 el cifrado se maneja como un servicio transparente para el usuario, y su robustez se funda en la gran cantidad de opciones que sería necesario probar antes de encontrar la forma en la que el método de cifrado fue aplicado. De este modo, manejando bloques de 64 caracteres, sustituidos con un alfabeto de 94 caracteres (con mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales), hay más de 2,63 x 10^705 combinaciones a explorar en un ataque sistemático antes de poder dar con la clave.

El método π 2 está en proceso de ser patentado en tres continentes (USA, Comunidad Europea, India, Corea y Japón) ante la World Intellectual Property Organization (WIPO), a través del Convenio Internacional de Cooperación para Patentes (PCT).

El 2020 los ingenieros chilenos presentaron la solicitud y en el 2021 obtuvieron un informe favorable para la patente internacional de la invención.

*En las imágenes, el logo del nuevo método de encriptación para Ciberseguridad, y sus inventores, los ingenieros Jaime Gutiérrez y Jaime López

Fuente: https://rebelion.org/un-metodo-inviolable-de-encriptacion-digital-inventan-dos-ingenieros-chilenos/

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Ideas para resistir

Por: Víctor Recort, Berta Gómez Santo Tomás, Albert Lloreta, João França, Joana Moll, Tania Adam, Lucas Ramada Prieto, Toni Navarro, Míriam Hatibi

 

Propuestas inspiradoras para levantar el ánimo en los días de confinamiento que vivimos en algunas partes del mundo.

 

Unas semanas antes del confinamiento, pedimos a varios colaboradores que nos enviaran textos inspiradores para contrarrestar la ola de malas noticias sobre el estado actual del mundo. Queríamos publicar un post plural que inspirara esperanza y optimismo, preguntas imprescindibles, ideas luminosas, soluciones humildes. Este es el resultado, en medio de la pandemia global cuyas consecuencias y lecciones están definiendo el futuro cercano.

  1. 7 de marzo de 2020, de Víctor Recort
  2. ¿Qué preferirías?, de Berta Gómez Santo Tomás
  3. El Internet lleno y diverso, de Albert Lloreta
  4. Fracasar codo a codo, de João França
  5. Tuits, de Joana Moll
  6. Vivir de la música, de Tania Adam
  7. Desde abajo; hacia arriba, de Lucas Ramada Prieto
  8. ¿Qué está colapsando?, de Toni Navarro
  9. Esperanza y optimismo, de Míriam Hatibi

7 de marzo de 2020

Víctor Recort

«¿Cómo conseguiré imponer mi autoridad sobre mi guardaespaldas después del acontecimiento?». El acontecimiento es el colapso ambiental. La pregunta, hecha en petit comité, se la formuló un multimillonario anónimo al experto en tecnología Douglas Rushkoff. El vaso medio vacío: todo se irá al traste antes de lo que nos gustaría. El vaso medio lleno: nos tienen miedo. La cita de John Berger: «El futuro que tanto les asusta llegará. Y entonces lo que quedará de nosotros es la confianza que hemos mantenido en la oscuridad». Escribo todo esto en la habitación más pequeña del piso, que hace las veces tanto de vestidor como de estudio. Son las nueve, porque pasa lo que siempre pasa a las nueve: desde la ventana, que da al patio de un colegio, se cuela «Bon dia», de Els Pets. Quizá sí que hace un buen día.

¿Qué preferirías?

Berta Gómez Santo Tomás

«El futuro es imposible, pero también obligatorio»
Kate Millet, Sita

«¿Qué preferirías: viajar al pasado o al futuro?». Éramos cuatro en aquella furgoneta aparcada en mitad de Escocia, cuando alguien lanzó la pregunta. Fui la única que escogió el futuro: ¿para qué ir a lo conocido –y poco agradable en términos generales, pensaba yo– pudiendo ir al progreso, a la promesa de lo nuevo, a las maravillas de la tecnología?

¿Y si el futuro es la inexistencia? ¿Y si se cumplen los pronósticos? Como siempre, aquí hay una respuesta correcta y es viajar al pasado. Solo así esquivamos las preguntas apocalípticas. Pero elegirlo también nos confirma lo imprescindible de tener un futuro, como condición humana: únicamente el pasado nos garantiza un habrá.

El futuro es capacidad de imaginar. Opera en clave política. Como la ciencia ficción feminista. Como la utopía y la distopía: el futuro es lo que queremos y lo que no queremos ser. La frase «the future is female»que luce mi camiseta significa the present is female pero the past wasn’t. Si cuando estaba en la universidad hacía mío el lema «nos roban el futuro», ahora creo que solo trataron de estrechar los márgenes de lo posible –comprar una casa, tener bebés, firmar un contrato– pero las posibilidades de pensar(lo) son nuestras. Porque el futuro es imposible, pero también obligatorio.

El Internet lleno y diverso

Albert Lloreta

Contra el aislamiento y la soledad homogeneizada de las redes «sociales» (entrecomillar con los dedos), pervive aún una de las características fundacionales del mundo digital que me hace pensar en una idea que mi abuela ha repetido siempre y que me genera calidez y esperanza: «¡Hay gente en todas partes!». Esta idea de plenitud va de la mano de una diversidad que tiende al infinito: como si conviviéramos todos en un castillo comunitario gigantesco y laberíntico, Internet está infectado de microcomunidadesdirectorios y creadores con intereses hiperespecíficos, cada uno en su rincón. El mundo digital nos sigue ofreciendo puertas para ir de viaje a las obsesiones de los demás, a vidas que suceden en paralelo a las nuestras o a momentos estelares u olvidados del pasado digitalizado. Y a mí todo esto me genera la paz de percibir la humanidad como un solo cuerpo sin límites, complejo, vivo e indomesticable.

Fracasar codo a codo

João França

A menudo fracasamos cuando intentamos transformar el mundo. A veces también fracasamos cuando tan solo intentamos vivir dignamente, como tanta gente que se hipotecó y que con la crisis lo perdió todo. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca lleva once años convirtiendo estos fracasos en un «sí que se puede». Sí que se puede convencer de ideas revolucionarias y sí que se puede luchar por tu hogar cuando lo has perdido todo, codo a codo con otra gente. «Fracasar lo bastante como para aprender de los fracasos», me critica un amigo, «tal vez sea un privilegio». Construir proyectos colectivos consiste justamente en crear contextos donde poder, vengamos de donde vengamos, fracasar mejor.

Tuits

Joana Moll

¿Qué pasaría si los tuits de Trump en los que niega el calentamiento global aparecieran invertidos en Twitter? ¿Se consideraría un atentado contra la libertad de expresión o un ejercicio de salud pública? A veces, los movimientos más sutiles, casi mudos, tienen una rugiente capacidad de transformación, como un virus. Esta intervención recoge todos los tuits sobre el cambio climático publicados por Donald Trump desde 2011 a 2019 y ofrece la posibilidad de invertirlos o no.https://www.janavirgin.com/CCCBLOG/

Vivir de la música

Tania Adam

Es importante vivir de la música. Practicarla. Con ella se produce una especie de purga que nos permite salir fuera de nosotros mismo, lejos de la realidad. En África se vive de la música. Es un acervo colectivo cuyas cualidades espirituales son compartidas por todos. Un arte, una forma de cultivar la vida, pues la música no es para complacer el oído o para expresar emociones; es para vivir. Y la vida no es exótica. La tradición musical europea colonizó la armonía, veneró el ritmo y categorizó las músicas africanas como exóticas, como «músicas del mundo». Pero esas músicas poco tienen de mundanas, vienen del espacio exterior; son alienígenas. De ahí que, frente a la distopía social provocada por el encuentro con Europa, los africanos hayamos utilizado la música para alcanzar el outer space que nos legó Sun Ra.

Desde abajo; hacia arriba

Lucas Ramada Prieto

Mi rayo de luz brilla chiquito pero intenso. Se cuela de abajo hacia arriba, súbito e inesperado, pero con la fuerza de toda una vida por ser escrita. No solo señala un camino, lo crea.

La norma adulta empieza a resquebrajarse. La idea de que la experiencia vivida y sabida prevalece sobre la que empieza a entender, ya no aplasta con tanta fuerza. Por los motivos que sean –no quiero pensarlo–, la mirada infantil hacia el mundo se está infiltrando en el saber colectivo, y parece ser que con la entidad y la identidad propia que merece. Y no hablo de la cultura para las criaturas, hablo de lo que ellas dicen sobre su existencia. De su cosmovisión. Sin ella no somos nada. Porque ni fuimos ni serán.

Ahora solo nos toca escuchar.

¿Qué está colapsando?

Toni Navarro

«Colapso: síndrome chino-planetario […]. Ultravirus […]. Se apresura a comerse tu televisor, infectar tu cuenta bancaria y hackear xenodatos de tu mitocondria», (Meltdown, 1994). Hoy estas palabras de Nick Land, a las que regreso obsesivamente desde que empezó la cuarentena por el COVID-19, adoptan un tono casi profético –«hipersticioso», diría él–. ¿Qué está colapsando? En alguna parte «Bifo» afirma que el sistema financiero no sobrevivirá a la pandemia; para Žižek, la única alternativa es la solidaridad y la cooperación global. Quizá las facultades adivinatorias de Land fallaron en algo: la singularidad tecnocapitalista no conquista la Tierra sino que está siendo (o puede ser) desensamblada.

Esperanza y optimismo

Míriam Hatibi

Pizarnik acaba uno de sus poemas escribiendo que «pulsamos los espejos hasta que las palabras olvidadas suenan mágicamente».

De alguna forma, siempre estamos haciendo eso. Buscamos en los espejos de los demás. En los espacios que nos son casa (debates, charlas o talleres) coincidimos con alguien con quien todo hace clic: comentamos aquello que debería ser importante y sabemos que hemos encontrado a quien llamar compañera.

Frank Barat le pregunta a Angela Davis si se puede ser optimista sobre el futuro y ella afirma que «es en lo colectivo donde encontramos reservas de esperanza y optimismo». ¿Serán esas las palabras olvidadas?

Fuente de la información e imagen: https://lab.cccb.org

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Brasil organiza su primera Marcha ‘virtual’ por la Ciencia

Redacción: Scidev

Para poder realizar la Marcha de la Ciencia, Brasil propone una protesta enteramente virtual

  • Incluirá debates, tweets y manifestación interactiva y se llevará a cabo el 7 de mayo.
  • Será a través de una app que permitirá que usuarios estén presentes por medio de un avatar

Brasil hará, por primera vez, una manifestación enteramente virtual el próximo jueves 7 de mayo. El evento nacional titulado “Marcha virtual por la ciencia” tiene como objetivo reforzar la lucha por los recursos para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, por la salud y la educación en el país.

“No podemos estar físicamente, pero vamos a estar virtualmente juntos en este momento de crisis. A pesar de que cada uno esté en su casa, nuestras mentes y corazones estarán conectados en una manifestación conjunta”, dijo a SciDev.Net Ildeu Moreira, presidente de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC).

La SBPC encabeza la movilización nacional junto con 80 entidades del país. La acción reitera los términos del ‘Pacto por la Vida y por Brasil’, publicado el 7 de abril, que aboga por la unión de la sociedad, por una conducta ética y transparente por parte del gobierno, y que las decisiones de salud pública para enfrentar la pandemia de coronavirus sean basadas en la ciencia.

Usualmente, en mayo se realizan en Brasil protestas presenciales en varias ciudades para lograr mayor atención a la ciencia y sus necesidades. Esta vez, sin embargo, con el riesgo asociado a las aglomeraciones debido al nuevo coronavirus SARS-CoV2, es imposible. “Las cuestiones siguen críticas tanto del punto de vista de la pandemia, pero también en relación a la situación de la ciencia brasileña”, agregó Moreira.

Durante el jueves se harán debates en línea y una movilización por Twitter con los hashtags #paCTopelavida (pacto por la vida) y #FiqueEmCasacomaCiência (quédese en casa con la ciencia).

El punto central será una manifestación interactiva prevista para el mediodía (hora de Brasilia). El resto de la programación se puede ver online (en portugués).

Para seguir las recomendaciones internacionales de distanciamiento social para evitar la diseminación de COVID-19, la SBPC adaptó al portugués una aplicación de origen francesa (Manif.app) que permitirá que los usuarios indiquen sus presencias en la manifestación digital por medio de un avatar.

“Es importante en ese momento que seamos creativos e innovadores incluso en formas de cómo manifestarnos”.

Ildeu Moreira, presidente de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC).

“Es importante en ese momento que seamos creativos e innovadores incluso en formas de cómo manifestarnos”, destacó Moreira.

La aplicación digital para interactuar con manifestantes en tiempo real utiliza el servicio colaborativo de Open Street Map y permite que un manifestante pueda crear un cartel y escriba su mensaje de protesta visible públicamente en el mapa junto a otros avatares.

“Conocimos esta iniciativa de manifestación virtual y nos autorizaron a que hiciéramos la traducción para el portugués. Vamos a utilizarla en Brasil por primera vez”, anunció Moreira.

El uso de herramientas tecnológicas en tiempos de pandemia ha hecho que prácticamente todas las actividades de socialización se hayan desplazado al mundo virtual.

Según el investigador argentino Carmelo Polino, del Centro Redes (Argentina) y profesor de la Universidad de Oviedo (España), los movimientos de la sociedad civil encuentran en la innovación una solución creativa para ejercer su ciudadanía.

“Esta Marcha por la Ciencia aprovecha las potencialidades de las tecnologías de información y comunicación, particularmente el vertiginoso desarrollo de aplicaciones, con la intención de amplificar las oportunidades de manifestación pública y política”, sostuvo.

Para él, el actual escenario de lockdown y la recomendación a no salir de casa acelera una tendencia ya instalada del mundo virtual: aprovechar estos escenarios de las tecnologías es vital, añadió.

“Hay una oportunidad de ejercicio del derecho democrático a la manifestación y a la opinión pública. Es especialmente importante y relevante en un contexto concreto como el de Brasil en el que la ciencia, las universidades e investigadores han venido sufriendo persecuciones sistemáticas por parte de la política”, criticó.El investigador cree que manifestaciones como la Marcha por la Ciencia pueden tener impactos positivos como si fueran hechas físicamente.

“El mundo virtual es tan real como el real y tiene impacto sobre nuestras condiciones de vida. La amplificación de este tipo de oportunidades que brindan la tecnología será cada vez más naturalizada como legítima”, dijo a SciDev.Net.

Aún así, Polino discutió la complejidad del ambiente digital acerca del gran flujo de informaciones falsas.

“La enorme epidemia de fake news, trolls y bots que desinforman y manipulan a la opinión también está en esta lógica. Las cuestiones de identidad, legitimidad y credibilidad permanecen abiertas. La tecnología ofrece enormes oportunidades y, al mismo tiempo, plantea las incertidumbres respecto de cómo manejamos estos conceptos”, opinó.

A pesar de ver con optimismo las opciones creativas en el mundo digital, el investigador ve con cautela lo que se refiere a la seguridad de datos. “Efectivamente, ese es uno de los riesgos. El problema de la privacidad es enorme y estamos desprotegidos”, comentó Polino.

El desarrollador de la aplicación que será utilizada para la marcha de la ciencia informó que está garantizada la información del usuario, detalles de contacto o información personal y que no se comparte con ninguna entidad comercial o estatal, ni se transmite, almacena o proporciona de ninguna manera a nadie.

Fuente: https://www.scidev.net/america-latina/gobernanza/noticias/brasil-organiza-su-primera-marcha-virtual-por-la-ciencia.html?__cf_chl_jschl_tk__=a69edd64b52930a955118d4da26960ab859a86f1-1588895762-0-AYI__CDj_1AhiQVxvixKvGg2IKlrRj52H5MVTOLS3FvN_ZbybUozpnJJC2i8OTeMoDUsQONRlgH12gMWs5OLNyLnJ75qu03z_5UXD-MQP5TWlGmBZXTuXryqjsDr1nTn5Ij8WCQFhlDkunUvWPeWXa8QThj_CN4v5Hx8MGv7xf2vq25xORhBuGiFColIwVbuLxG5TAYNI8zwb9JvP-rNqooZRI6OxF6wgt3MZ7BkZWglEhzqkvDJYASdhag7fDNKSZtzC3JmKeTkBeU8G3XWo2KqJSclHakFfph2wer-aSCY-5MCL9ePqNcZZ78dNGQWf0QmGH8n_59a4YOQe7C_u_HeCor8B2rUjUdZetzK8F_zUi-wAAjS5Twk6WEArQlGNGJd7XKcCvarj31swB1Xab0
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Tecnología: El niño, el verdadero protagonista del cambio de paradigma

Por: Carlota Fominaya

El mundo digital es una realidad para todos los sectores y la educación no podría ser menos.

Robótica educativa, impresoras 3D, pizarras interactivas o tablets son el presente. El mundo digital es una realidad para todos los sectores y la educación no podría ser menos. Las escuelas españolas están viviendo su propia revolución tecnológica para adaptarse a la sociedad digital, con muchas preguntas sobre cómo articular esta transformación en el aula y una sola certeza: que el niño siempre ha de estar en el centro del discurso y del plan de actuación del sistema educativo.

En este nuevo escenario, muchos profesores se preguntan cómo desempeñar su nuevo papel. Para Esteban Lorenzo, director del Área de Productos Educativos del Grupo Edebé, deben comenzar por plantearse varias cuestiones: «Los profesores han de tener en cuenta a los verdaderos protagonistas, los menores que van a educar, y cómo quieren que sean los próximos ciudadanos de la era digital. Estamos de acuerdo en que hay que dominar la tecnología, pero son estudiantes que también deben trabajar mucho la parte ética y de valores para resolver problemas en el futuro». Porque «la tecnología servirá para resolver problemas pero nunca va a sustituir a la condición humana», corrobora Arturo Cavanna, director de Desarrollo Tecnológico y Transformación Digital del grupo Edelvives.

Profesores formados

De hecho, las escuelas y los docentes tienen un reto importante en relación con las nuevas tecnologías más allá de su uso didáctico: «El de enseñar y alfabetizar para su utilización y para que, debido a su poder de influencia, no signifiquen un problema para el desarrollo y el día a día de los niños. Actualmente no hay nada que les llame más la atención que lo que les ofrecen las pantallas, y eso requiere de una gran capacidad crítica», advierte Guillermo Bautista Pérez, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación y director del máster universitario de Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas de la Universidad Oberta De Catalunya (UOC).

Familias comprometidas

También en este nuevo ámbito tecnológico la educación ha de pivotar sobre docentes, alumnos y familias que tienen que ir de la mano. «La educación no se puede dividir en momentos o en niveles. Se educa en todos los sitios y constantemente, y la escuela y la familia deben apoyarse y aprovecharse la una de la otra. Deben compartir la misma visión», insiste el profesor de la UOC. «Es importante que familia y colegio trabajen consensuadamente y en la misma línea», añade Arturo Cavanna. «Tenemos que contar con las familias, y estas tendrán que consensuar con sus hijos que el móvil no es solo para jugar al Fortnite». Lo que está claro, indica Pablo Lara, presidente de Edutech, «es que el debate sobre ‘tecnología sí o no’ hace años que quedó superado. El reto es cómo utilizarla para que sea beneficiosa para la sociedad y, en concreto, en la educación de los más jóvenes. Ese debería ser el camino a seguir de la comunidad educativa, de la administración pública y, en general, del país».

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Joanna Herat: «Si no brindamos a los jóvenes una educación sexual de calidad, el mundo digital lo hará»

Por: Joanna Herat, especialista senior en programas de salud y educación de la UNESCO, con experiencia en educación sexual integral, VIH y violencia de género relacionada con la escuela. Joanna lidera el equipo que organiza el Simposio Switched On en Estambul, Turquía, del 19 al 21 de febrero de 2020, en torno a la educación sexual en el espacio digital.

Demasiados jóvenes crecen sin educación sexual de calidad integral (CSE), del tipo que va más allá de los conceptos básicos de sexo y reproducción, para cubrir temas como las relaciones, la igualdad de género, la imagen corporal y el consentimiento. Si bien es difícil decir a cuántas personas afecta esto, es justo decir que miles, quizás millones, de jóvenes llegan a la edad adulta con mensajes confusos, conflictivos y a menudo negativos sobre la sexualidad, exacerbados por el silencio avergonzado de los adultos.
concepto de redes sociales

Imagen: Getty / Ryan King

La necesidad y el apetito de más educación sexual están ahí. Mire el éxito de la educación sexual de Netflix 2019 , la educación sexual, que responde a la gran cantidad de preguntas que los jóvenes tienen sobre el crecimiento, sus cuerpos cambiantes, el sexo y el amor. En medio de los juicios a menudo divertidos de la vida adolescente, la serie aborda problemas graves como la violencia de género relacionada con la escuela, la violencia escolar y el acoso escolar, la sexualidad y la identidad.

No es sorprendente, entonces, que un número creciente de jóvenes recurra a espacios digitales para obtener información sobre sexo y relaciones, interesados ​​en la privacidad y el anonimato que puede ofrecer. Un nuevo informe técnico que publicamos para el Simposio de esta semana en Estambul muestra que el 71% de los jóvenes de 15 a 24 años buscaron educación e información sobre sexualidad en línea en los últimos 12 meses. Algunos pueden estar buscando información en forma de entretenimiento, como en Netflix ‘ Sex Education , o en un formato más educativo, como ciertas páginas web, grupos de chat, sitios de redes sociales y a través de personas influyentes en las redes sociales.

¿Qué tan excitados están los jóvenes?

Como se menciona en nuestro nuevo informe , la Unión Internacional de Telecomunicaciones descubrió que el 70% de los jóvenes de 15 a 24 años están en línea, aunque esto no está uniformemente disperso en todas las regiones. En los países más desarrollados, el 94% de los jóvenes de 15 a 24 años usan Internet. Esto se reduce al 67% de los jóvenes en los países en desarrollo y solo al 30% en los países menos adelantados (PMA). Los jóvenes africanos son los menos conectados. Alrededor del 60% no está en línea, en comparación con solo el 4% en Europa.

Para aquellos con acceso, los espacios digitales ofrecen una gran oportunidad para que aprendan sobre sexualidad. Pueden proporcionar un espacio seguro para hablar sobre temas como la menstruación, el sexo, las relaciones y la seguridad. También pueden construir comunidades de personas con intereses o necesidades similares, como los jóvenes con discapacidades o aquellos con diversas orientaciones sexuales e identidades y expresiones de género.

¿Qué piensan los jóvenes?

El nuevo resumen técnico de la UNESCO de hoy revela los resultados de dos revisiones encargadas por la UNESCO en 2019. Una revisión analizó cómo el contenido digital influye en el conocimiento, las actitudes y el comportamiento de los jóvenes, y la otra involucró una investigación primaria con jóvenes de todo el mundo.

Los temas a los que los jóvenes más accedieron en línea fueron infecciones de transmisión sexual (ITS) o VIH; cultura, sociedad y sexualidad; acoso sexual, abuso y violencia; y relaciones personales. Los primeros adolescentes de entre 10 y 14 años estaban más interesados ​​en aprender sobre los cambios en sus cuerpos que en el sexo y las relaciones.

El lugar donde los jóvenes acceden a la información varía según la edad. Una abrumadora mayoría de adolescentes de mediana edad (85%) y jóvenes mayores (91%) usan aplicaciones móviles con regularidad, y ambos grupos de edad muestran una fuerte preferencia por foros de chat, servicios de mensajería y redes sociales. Por el contrario, las plataformas de video y los sitios web se usan solo ocasionalmente para 9 de cada 10 jóvenes.

Parece que para muchos jóvenes, la educación sexual en línea es un gran compañero para la entrega tradicional del tema en el aula y, para algunos, puede ser el único lugar al que acceden. Los jóvenes a menudo recurren a espacios digitales porque no pueden acceder de manera rápida y conveniente a la información en otro lugar.

Según el resumen técnico, todos los jóvenes que participaron en los estudios de la UNESCO de 2019 informaron haber sido influenciados positivamente por el contenido al que acceden en línea y sintieron que tenían un efecto positivo en su comportamiento. Los adolescentes más jóvenes dijeron que preferían la información escrita a las conversaciones cara a cara, probablemente debido a su incomodidad al hablar sobre el cuerpo, el sexo y las relaciones. A medida que crecen, los jóvenes también aprecian las interacciones fuera de línea, asumiendo que pueden ser más verificables.

¿Cómo mantenemos segura la educación sexual digital?

Al igual que en el mundo fuera de línea, existen riesgos para niños y jóvenes en línea. Los espacios digitales no son inmunes a la estigmatización, la intimidación y la coerción, ni a la violencia sexual y de género. Algunos grupos son especialmente vulnerables, particularmente mujeres y niñas, mujeres que sufren violencia fuera de línea, minorías raciales y étnicas y LGBTI, defensores y activistas de derechos humanos y personas en la esfera pública.

La información disponible en los espacios digitales debería ayudar a los jóvenes a tomar decisiones conscientes, saludables y respetuosas sobre las relaciones, el sexo y la reproducción. Sin embargo, en muchos casos en línea, la información es inexacta y dañina. Esto incluye la pornografía, que rara vez muestra prácticas sexuales más seguras y a menudo propaga estereotipos sobre género, sexismo, objetivación sexual y actitudes de apoyo a la violencia. Un importante sitio web de pornografía informó 42 mil millones de visitas a su sitio en 2019, con más de 115 millones de visitas por día en todo el mundo. Los jóvenes de entre 18 y 24 años fueron los segundos consumidores más altos, aunque los datos para niños menores de 18 años no están disponibles.

Es importante que los jóvenes reciban apoyo para examinar críticamente la información y los mensajes que reciben dentro de los espacios digitales. Por esta razón, la educación integral en sexualidad, como se describe en la Guía Técnica de la ONU , es una pieza crítica del rompecabezas, ya que brinda a los jóvenes el conocimiento y las habilidades que necesitan para dar sentido a las imágenes, prácticas, normas y guiones que ven en línea. Les ayuda a comprender los aspectos de la sexualidad que a veces están ausentes en línea, como la intimidad emocional, la negociación del consentimiento y la discusión sobre la anticoncepción moderna.

¿Qué está pasando en Estambul, Turquía?

170 personas se reunirán en Estambul, Turquía, esta semana para el simposio Switched On , sobre educación sexual en el espacio digital. Es el resultado de una asociación entre la UNESCO, el UNFPA, la International Planned Parenthood Foundation (IPPF) y el Centro Federal de Educación para la Salud (BZgA)

Queremos entender cómo los creadores de contenido brindan educación sexual a través de plataformas digitales y, lo que es más importante, cómo garantizar que los jóvenes reciban información precisa y sin prejuicios. Esto significa más investigación sobre la efectividad de la educación sexual digital y su idoneidad para diferentes grupos de edad, así como más información sobre la relación entre la educación sexual en persona y la entrega en línea.

Esto vuelve a la razón por la que estamos celebrando este simposio sobre educación sexual en el espacio digital, y por qué hemos publicado un nuevo resumen técnico sobre el mismo tema. Esto se debe a que la UNESCO, junto con sus socios, tiene un compromiso de larga data para garantizar que todos los niños y jóvenes tengan el conocimiento, las habilidades, las actitudes y los valores que los capacitarán para realizar su salud, bienestar y dignidad.

Para lograr esto, necesitamos hacer que la educación integral en sexualidad (CSE), un proceso basado en el currículo de enseñanza y aprendizaje sobre los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad, esté disponible para todos. Eso podría ser en el aula, a través de una aplicación de iPad o teléfono, o en línea, aunque se necesita más investigación sobre dónde deben estar los límites en línea y cómo se pueden dibujar, algo que esperamos discutir esta semana en Estamb

Fuente: https://gemreportunesco.wordpress.com/2020/02/19/if-we-do-not-provide-young-people-with-quality-sexuality-education-the-digital-world-will/

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Cuando ‘lo digital’ no deja tiempo a lo importante

Por: Linda Castañeda

Lo digital, entendido como las herramientas que usamos, nos ha distraído de debates de fondo sobre lo que es ser profesor, lo que es la calidad de la educación, o lo que es el propósito de la universidad.

Lo “digital”, antaño lo “multimedia”, después las “Nuevas Tecnologías”, las “TIC”, lo “2.0”, se ha usado como adjetivo que caracteriza lo nuevo, lo moderno, lo interesante. Al menos en educación ha sido así. Una de las reflexiones que me ocupan desde hace unos cuantos años, tiene que ver con la forma en que el excesivo uso de “lo digital”, como adjetivo en sus distintas variaciones, ha influido en debates fundamentales sobre la educación y ha contribuido, al menos desde mi punto de vista, a la “descafeinación” -cuando no desnaturalización- de cuestiones importantes.

Antes de seguir quiero aclarar que no es que crea que lo digital no sea importante. El cambio tecnológico de los últimos 70 años me parece absolutamente maravilloso y descomunal. Pero si algo me resulta fascinante y preocupante a la vez es la forma en la que nuestra sociedad evoluciona en ese cambio. Dicho esto, volvamos al argumento.

Tras cada una de las “marquesinas” de títulos “tecnologizados” más o menos rimbombantes (atención, no tengo nada en contra de los títulos llamativos; cuando se ha de invitar a alguien a que se una a algo, mejor un buen título) relativas a la revolución “digital” (o 2.0, o TIC), se han incluido acciones básicamente idénticas en el fondo: medidas -en casi todos los niveles educativos- que intentan mejorar la educación a través de la implementación de las tecnologías más modernas posibles. Y sí, siempre esas implementaciones se enmarcan teóricamente en propuestas de cambios didácticos, al menos el cambio metodológico siempre aparece en teoría como objetivo. De hecho, lo de “no es la tecnología sino la metodología que usemos” es un mantra en educación desde hace más de 20 años.

Así, pasamos de las Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación en todos los planes educativos, a la Innovación con TIC (TAC, TEP, entre otros), que a su vez pasó a ser la Escuela 2.0 (para un mundo 2.0, 3.0 y hasta 4.0) y ahora se incluye en todo lo relativo a la “transformación” digital (que incluye, cómo no, educación digital, universidad digital, pensamiento crítico digital, y así todo). Todos ellos basados en el mismo principio: debemos responder al cambio en la tecnología (entendida solo como artefactos -aunque esa es otra reflexión que puede que haga otro día-) y para ello qué mejor que adoptarla como base para ayudarnos a estar más updated, más “en la onda”.

Sin embargo, las cuestiones a las que se le ha ido aplicando el término digital -como antes todos sus predecesores-, han terminado prácticamente ausentes de la discusión de fondo o francamente desnaturalizadas. Es como si en lugar de actuar como término que adjetiva el sustantivo, “lo digital” (lo 2.0, lo TIC…) se hubiese convertido en lo sustantivo. Hay que ser ciudadano digital, profesor digital, competente digital, no tanto por lo de ciudadano, lo de profesor y lo de competente sino, según parece sobretodo, por lo digital. Casi todos los modelos de loquesea digital entienden que se trata de usar la tecnología de la forma más eficiente posible, aprovechándose de todas sus cualidades, para hacer ese loquesea. Entendiendo que es sólo cuestión de usar mejores herramientas, pero para hacer lo mismo, solo que de un modo más… contemporáneo.

La cuestión es que, en esa visión, hay varios problemas de fondo y de forma. Veamos algunos.

El principal problema de fondo es que la capa digital que aplicamos sobre casi cualquier concepto invade todo el discurso e inunda, u obvia, discursos de fondo sobre la naturaleza del sustantivo. Por ejemplo, en el caso de la llamada “competencia digital docente” se ha entendido tradicionalmente que se trata de usar más eficientemente la tecnología contemporánea para ser profesor, pero casi nunca se ha hecho un debate de fondo, ideológico, sobre qué es ser un buen profesor en los tiempos socio-tecnológicos que corren. Como si las necesidades de los estudiantes, de las personas (atención, no solo como futuros trabajadores) hoy, fueran las mismas que las de las personas de hace 20 años, como si los contextos escolares fueran los mismos, como si nuestras familias, o nuestros pueblos y ciudades, las comunidades en las que se enmarcan -y a las que deberían contribuir nuestras escuelas- fueran iguales… como si fuera solo cuestión de ponernos la máscara de lo digital y entonces, todo solucionado.

La fulgurante inmediatez percibida por la necesidad del cambio de tecnologías nos ha entretenido lo suficiente para evitar que dedicásemos tiempo a debates importantes que deberían ser la base de los cambios para el mundo digital, en el que lo digital no debería usarse como adjetivo, ni siquiera como marco, sino como contexto, como entramado.

Pero también hay algunas cuestiones de forma que son problemáticas -y definitorias- de “lo digital” en la sociedad. Además de ocultar el debate sobre los cambios que deberían acometerse en los sustantivos antes de cualquier barniz digital, y seguramente como consecuencia de ese ocultamiento, el adjetivo “digital” se ha unido a una hiperindividualización del proceso de transformación, innovación, implementación o como queramos que se llame.

La transformación digital descansa -injusta e ingenuamente- sobre la responsabilidad de los individuos. En la práctica totalidad de los casos se plantea como un cambio que está definido por individuos que hacen cosas, que manejan mejor las tecnologías. No se habla de las condiciones del sistema en el que se insertan, no se habla tampoco de su margen de acción para hacerlo, ni de cómo se crean condiciones para que los grupos de personas compartan visiones consensuadas sobre hacia dónde se transforman.

Hay pocos planteamientos sistémicos. Cuando se hacen planes de “transformación digital” de la educación, por ejemplo, se entiende que es una cuestión de herramientas “transformadoras” (más ordenadores, más tabletas, más conectividad), y de que los profesores y los alumnos usen más y mejor esas herramientas, entonces se piensa en la formación para que “ellos” (sobre los que descansa toda la responsabilidad), cambien. Se evade la importancia de invertir en las comunidades, en los contextos de las escuelas, en las condiciones familiares, en los mecanismos de inspección, en el currículum, incluso. Se ignora una y otra vez, aunque la investigación en cambio educativo y en tecnología educativa hace tiempo que nos dice que no debería ser así, que personas, espacios, tecnologías y demás elementos de la actividad educativa no se pueden entender ni variar aisladamente, sino que es imprescindible entender las relaciones que existen entre ellos e intentar operar el cambio en ellas.

Así, si tomamos otro ejemplo, objetivos como el de la “universidad digital” ha obviado debates en torno a preguntas francamente importantes, como cuál es el papel de la universidad en el tejido industrial, cuál es el papel de la universidad en el tejido social actual, cuál es el de la investigación y cómo se contribuye desde la investigación universitaria al conocimiento de la sociedad, a la mejora de esa sociedad global en la que todos presumimos -o nos quejamos de- vivir. El objetivo de la universidad digital ha eludido cuál es el papel del profesorado universitario, si son meros entrenadores de futuros operarios o si nuestro rol de docentes e investigadores incluye un compromiso mayor que trasciende los números con los que se miden los criterios ya tristemente “clásicos” de la eficiencia. Es más, ha eludido la discusión sobre si las estrategias para conseguir “lo digital” mejoran las condiciones de trabajo y estudio de los participantes en esa comunidad universitaria.

Lo digital, entendido como las herramientas que usamos, nos ha distraído de debates de fondo sobre lo que es ser profesor, lo que es la calidad de la educación, o lo que es el propósito de la universidad. Incluso nos ha llevado a pensar que la naturaleza de esos sustantivos en el mundo digital tiene que ver solo con un cambio “mecánico” de con qué se hace. Y lo que es peor, ha llevado a las personas encargadas de pensar y ejecutar la estrategia para enfrentar esos cambios (sí, políticos) a creer que las soluciones simples o parciales son suficientes.

Y eso son sólo algunos ejemplos.

En algunos casos esa visión cortoplacista y parcial es claramente interesada, alguien ofrece una solución (en forma de software o de toolkit), se beneficia de esa inversión y presiona, haciéndolo ineludible y urgente. Pero en otros casos, parece solo una especie de atolondramiento que nos invade ante el volumen de las necesidades… a todos, pero muy especialmente a los dedicados a organizar, a gestionar… En estos tiempos de esperanza de grandes cambios, más valdría que le diéramos una vuelta a nuestras prioridades.

Fuente e imgen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/13/cuando-lo-digital-no-deja-tiempo-a-lo-importante/

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Ministra espñola, Celaá: «Es fundamental defender el pensamiento crítico en las redes»

Redacción: Diario Sur

La ministra de Educación inaugura el TATGranada con una reflexión sobre Twitter, que «lo ha cambiado todo»

La ministra de Educación, Isabel Celaá, inauguró este jueves la séptima edición de TAT Granada, organizada por el diario Ideal, con un repaso a la influencia y las transformaciones que ha supuesto Twitter en el contexto global, influyendo en campos determinantes como la política y la educación. «Hablamos del entorno en el que hablamos. El diálogo no nace con las redes sociales, existe desde la Grecia clásica. Twitter aporta un lugar para desarrollar la conversación pública, como el Ágora ateniense. Ya había gente en aquellos tiempos que quería que decidieran las leyes los que aparentemente más sabían o eran mejores oradores, los demagogos», afirmó Celaá. «Reflexionar se ha convertido en algo arriesgado. Estamos en las recetas fáciles, el blanco y el negro… En el mundo digital no siempre es fácil el pensamiento crítico y sí lo efectista. Por eso este foro es importante, porque nos permite reflexionar sobre todo ello», añadió.

La ministra cree que Twitter «lo cambia todo»: la política, el periodismo, el activismo social, la educación y hasta el humor. Ella, desde su atalaya gubernamental, bien lo sabe. «La pausa y la concisión son importantes. Como portavoz del Gobierno tengo que constatar que la política y el periodismo no se podrían entender sin Twitter, sus relaciones. En nuestro país ha coincidido su eclosión con cambios políticos y variaciones en el entorno digital. De un bipartidismo imperfecto hemos pasado a otro panorama», apuntó Celaá.

En un escenario en que la prensa escrita pierde lectores e ingresos publicitarios, «se escuchan y atienden aplicaciones móviles, cambios en el modo de ver la TV… El consumo y la producción informativa se fragmenta. Se populariza una noticia fuera de los medios tradicionales», agregó.

Y quizá por ello, Twitter y, en general, las redes sociales, tienen su lado oscuro, como reconoce Celaá. «También fallan los filtros. El papel de las redes sociales en los comportamientos electorales muestra una creciente relevancia, como se ha visto con el ‘brexit’, Trump o Bolsonaro», dice la ministra. En su opinión, «algoritmos, bots, pueden crear entornos de información sesgados y alterar elecciones a través de las noticias falsas, que son una preocupación para los gobiernos democráticos y para la sociedad en general, un peligro para la democracia. Combatir las ‘fake news’ es fundamental, como crear un código de buenas prácticas, al que se ha adherido Twitter».

En esta línea continúa Celaá: «El sistema educativo tiene que garantizar el desarrollo del pensamiento crítico para distinguir lo verdadero de lo falso. Sólo el 22% de los adolescentes dicen haber recibido información sobre pensamiento crítico, a pesar de que la mayoría dispone de un dispositivo digital que usa con frecuencia». «Es fundamental la libertad de no ser manipulados y engañados», certifica Celaá.

En el TAT de Granada estuvo el mexicano Carlos Cantú, máximo responsable de la estrategia de Marketing de Twitter para Europa, Oriente Medio y África, que expuso que si hay algo fundamental en Twitter es la valía del paso del momento al movimiento, creando un cambio social. Ocurrió, por ejemplo, con el #MeToo a raíz del tuit de Alyssa Milano. «El mensaje tuvo un alto pico el primer día pero a las 72 horas la conversación seguía viva. No era un momento, como el #NeymarChallenge o el #AllezlesBleus durante la Copa del Mundo, sino un movimiento».

Por su parte, el consejero delegado de Vocento, Luis Enríquez, centró su intervención en que «las redes divulgan, permiten la discusión y el debate, son espacios de libertad de expresión. Y luego estamos los medios, que obtienen, filtran y distribuyen la información como quiere y necesita la sociedad».

Fuente: https://www.diariosur.es/sociedad/educacion/celaa-fundamental-defender-20190613194536-ntrc.html

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