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Neoliberalismo educativo: educando al nuevo sujeto neoliberal*

España / 13 de enero de 2019 / Autor: Pedro López López / Fuente: Crónica Popular

En el ámbito educativo, Enrique Díez es uno de los puntales de la resistencia contra ese proyecto antisocial, antihumano y depredador del planeta que es el neoliberalismo, y no cesa de denunciar desde hace años las consecuencias de este modelo en la educación. Como profesor y activista social, participa en plataformas e iniciativas como Uni-Digna (unidigna.org), Redes por una Nueva Política Educativa (porotrapoliticaeducativa.org) o la Marea Verde, y, por supuesto, se ha posicionado contra esa estafa educativa perpetrada en la universidad bajo el nombre de Proceso de Bolonia; pero también está comprometido con la memoria histórica (Foro por la Memoria de León), con el movimiento por la igualdad entre hombres y mujeres, con la abolición de la prostitución, con el movimiento laico (forma parte del Grupo de Pensamiento Laico, que publica sus artículos en el diario Público), y es un lujo para Izquierda Unida tenerlo como coordinador del área federal de Educación.

Como ensayista, Enrique Díez destaca por sus lúcidas y didácticas reflexiones sobre las nefastas consecuencias de la aplicación de las recetas neoliberales, reflexiones que difunde tanto en conferencias como en artículos de prensa, en participaciones en congresos o en libros y capítulos de libro. Uno de sus libros, La globalización neoliberal y sus repercusiones en la educación, publicado en 2007, hace un análisis magistral del modelo neoliberal de globalización y sus consecuencias, tanto en la sociedad en general como en el medio educativo. El texto que comentamos ahora es un ensayo breve, de apenas un centenar de páginas. En él, el profesor analiza capítulo a capítulo la transformación del derecho a la educación en un negocio, acompañada del falso lema de la “libertad de elección”, y, por tanto, la comercialización de la educación, los valores potenciados por el actual modelo educativo y funcionales al capitalismo financiero, la macdonalización de la educación, la apropiación privada del conocimiento público, la construcción del sujeto neoliberal –al que ha dedicado más de un trabajo anterior- y, por último, un capítulo dedicado a “otra educación es posible”. Valga alguna cita para animar a los futuros lectores; en la página 84 se dice:

Antes que ver la enseñanza como una práctica técnica, la educación debe ser considerada una práctica moral y política bajo la premisa de que el aprendizaje no se centra únicamente en el procesamiento del conocimiento recibido, sino en la transformación de este como parte de una lucha más amplia por los derechos sociales, la solidaridad y la construcción de un mundo más justo y mejor

Frente a los presuntos “neutrales” (que se lo creen de verdad o que intentan estafar con esa etiqueta), se advierte: “El problema no es si la educación pública ha llegado a contaminarse con la política, sino que toda educación es ya de por sí un espacio de la política y el poder, lo queramos o no”. El mito interesado de la “neutralidad” está al servicio, se dice, del mantenimiento y consolidación de “una visión ideológica determinada de la realidad, la que consolida el poder establecido y su reproducción. Por eso debemos asumir la responsabilidad de conseguir que toda la ciudadanía esté políticamente alfabetizada”.

Como la conquista por la fuerza es costosa y siempre inestable, las élites prefieran dominar por la persuasión, y el éxito del neoliberalismo (“un capitalismo sin contemplaciones”, dice Enrique Díez; “sin complejos”, que diría Aznar) consiste en colonizar el sentido común. Un “sentido común” que se ha instalado gracias al soporte que le dan el sistema educativo y los medios de comunicación (ya advertía Malcom X que si el pueblo no está prevenido con los medios, amará al opresor y odiará al oprimido, como estamos viendo con demasiada frecuencia en el éxito del discurso contra los inmigrantes).

El libro tiene tres partes, con cierto desequilibrio en cuanto a la extensión, ya que la primera abarca 56 páginas, la segunda 12 y la tercera 21; un desequilibrio que no afecta a la calidad del contenido. En la primera parte (“El mercado educativo neoliberal”), se recorren los mecanismos para potenciar

la “oferta” privada, los valores y la ideología de la pedagogía neoliberal, la “macdonalización” (término que puso en circulación con notable éxito el sociólogo George Ritter) que prima en la gestión de los centros, con la eficacia y eficiencia por bandera (incremento a toda costa del rendimiento de profesores y estudiantes de cara a rendir pleitesía ante un mercado cada vez más exigente), así como la cohorte de indicadores y rankings que acompañan al proceso, y, por último, un apartado dedicado a la educación superior, con su crítica al Plan Bolonia, verdadero caballo de Troya en la universidad para introducir el llamado “capitalismo académico”: “universidades cada vez más comprometidas en una competencia de tipo comercial, en busca de fuentes de financiación complementarias, ofreciendo su espacio público para que lo rentabilicen marcas comerciales…”. Acompañando a este proceso depredador va la apropiación privada del conocimiento y la distorsión de la investigación.

En la segunda parte (“El nuevo sujeto neoliberal”), el autor comenta cómo se inyecta la ideología neoliberal en el sujeto a través del sistema educativo apoyado por otros medios de socialización (publicidad, medios de comunicación, cine videoclips….). Aparte de la legitimación del saqueo, la ideología neoliberal es “productora de una forma de vivir y de relacionarse socialmente, de una cosmovisión y comprensión del mundo y de un imaginario social; de un tipo, en definitiva, de subjetividad determinada”.

En este sentido, nos dice el autor, el sistema neoliberal ha pasado de la disciplina al nuevo modelo de “gobierno-por-la-mente”. Del ser humano del cálculo individual, en un modelo económico que entiende el egoísmo prácticamente como un deber social (que por intrincados mecanismos revierte en el interés general, según el modelo liberal del “homo oeconomicus”), se pasa, a través de la empresa como modelo general que define una nueva ética, al emprendedor, ese sujeto que se convierte en empresa en sí mismo, siendo portador de un talento-capital individual que tiene incesantemente que revalorizar.

El problema de este modelo es la cantidad de fracasos individuales que lleva consigo, con la consiguiente secuela de patologías (depresión, aumento del consumo de medicamentos, suicidios), además de la corrosión de la solidaridad. Y su victoria ha sido el éxito de la estafa de la neutralidad ideológica: el capitalismo neoliberal niega ser ideológico y se considera la “razón” misma.

La tercera parte, bajo el título “Otra educación es posible”, aborda la necesaria lucha que hemos de entablar en el campo de batalla de la educación para comprometer a las nuevas generaciones con valores alternativos a la erosión social que conlleva el ideario neoliberal. Para ello, es necesario contemplar la enseñanza no -o no solo- como una práctica técnica, sino como “una práctica moral y política”, considerando que el aprendizaje no debe consistir solo en el procesamiento del conocimiento recibido, sino que debe ponerse al servicio de una lucha por los derechos sociales, por la solidaridad y por la construcción de un mundo más justo y mejor.

En esta parte, el autor reflexiona brevemente sobre los dos proyectos ideológicos en liza en el mundo actual, el capitalista, con su ideal de vida como una competición permanente y descarnada, y el democrático, con valores como la inclusión, la equidad, la solidaridad y todos aquellos que deben llevarnos a ese mundo más justo. Evidentemente, en el trasfondo está la educación concebida como un negocio por el primer modelo, o como un derecho en el segundo.

El libro termina citando un decálogo de principios y prácticas que incluye la planificación democrática de la educación, la inclusión que promueva la igualdad y atienda a la diversidad, la educación laica que respete la libertad de conciencia, la educación democrática, el rechazo de la gestión empresarial de los centros educativos, etc., decálogo que debe traducirse a su vez en el desarrollo de un currículum, una metodología y una formación inicial del profesorado que también se comenta en otros diez puntos.

Y, para finalizar, uno de los párrafos se refiere a la necesidad de construir colectivamente un discurso que desmonte el lenguaje neoorwelliano que emplea el poder. Parafraseando a Rosa Luxemburgo, la disyuntiva es educación o barbarie (neoliberal), no hay neutralidad posible.

El libro viene precedido por un magnífico prólogo del propio autor que abre el apetito para cogerlo con verdadera avidez, describiendo una serie de anécdotas sacadas de sus vivencias en la universidad durante tres días consecutivos, anécdotas que conforman categoría y que se refieren a la creciente colonización del espacio público que alientan las universidades públicas en favor de marcas e intereses comerciales, una colonización en la que no solo se trata de la ocupación del espacio físico, sino -y esto es más grave- de cómo a través de la persuasión se va formando la mentalidad de las nuevas generaciones fabricando un nuevo “sentido común” neoliberal.

Materiales como los que aporta Enrique Díez nos ayudan a trabajar la resistencia contra este modelo de capitalismo tóxico para el ser humano y el planeta, nos aporta un valioso argumentario para desmontar los mitos neoliberales. Esta obra es tan útil como necesaria para toda la comunidad educativa (profesores, estudiantes, sindicatos estudiantiles y de trabajadores, activistas sociales…). Solo me resta celebrar que el autor sea tan prolífico y que, por su edad, todavía le quede mucha guerra que dar a un sistema que está condenado a desaparecer, pero que hace falta que le empujemos para que no tarde demasiado en hacerlo.

Neoliberalismo educativo, Enrique Javier Díez Gutiérrez, Editorial Octaedro, 2018, 112 páginas.

Fuente de la Reseña:

Neoliberalismo educativo: educando al nuevo sujeto neoliberal*

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 13 de enero de 2019: hora tras hora (24×24)

13 de enero de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 9 de diciembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Argentina: El cierre de las 14 escuelas ya es un hecho

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01:00:00 – Clara Cordero: “Móviles en el aula, sí “

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02:00:00 – México: Universidades, con deudas de 19,209 mdp

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03:00:00 – Conoce a los 7 profesores latinoamericanos que podrían llegar a ganar el “Nobel de la enseñanza”

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04:00:00 – Educación implementará nuevo método para enseñar Matemáticas, ¿en qué consiste?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/297985

05:00:00 – Libro: Pedagogía y Formación Docente (PDF)

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06:00:00 – Colombia: Líderes universitarios dicen que paro estudiantil continúa y llaman a marchar nuevamente

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07:00:00 – Neurociencia, ¿una aliada para mejorar la educación?

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08:00:00 – Trenzar. Revista de Educación Popular, Pedagogía Crítica e Investigación Militante N°1 (octubre 2018 -marzo 2019) – PDF

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09:00:00 – Educación humanizadora y deshumanizadora

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298069

10:00:00 – Libro: Pedagogía del aburrido (PDF)

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11:00:00 – El ir y venir de las modas educativas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/297991

12:00:00 – Calendario docente 2019 (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298083

13:00:00 – Bajo rendimiento escolar: 10 Pautas para evitar el fracaso escolar

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/297874

14:00:00 – Bolsonaro acusa al marxismo de causar bajo nivel educativo en Brasil

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298088

15:00:00 – De la piel a la pedagogía: las 10 «p» de la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/297982

16:00:00 – 10 grandes diferencias entre el sistema educativo finlandés y la educación convencional

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298091

17:00:00 – Neoliberalismo educativo: educando al nuevo sujeto neoliberal*

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298072

18:00:00 – Paraguay: Critican sistema de evaluación PISA-D

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19:00:00 – La crisis del Reformismo Educativo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/297988

20:00:00 – Eduy 21 propone «blindar el cambio educativo» con presupuesto adicional de 1% del PBI

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298094

21:00:00 – Henry Giroux: ¿Por qué es hoy necesaria la Educación Crítica? (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298100

22:00:00 – ¿Por qué el modelo educativo japonés es uno de los mejores del mundo?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298076

23:00:00 – Aulas violentas: el acoso y la agresión en la escuela (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298103

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Evaluar para que nada quede

Para el neoliberalismo educativo la escuela que conocemos pareciera tener sus días contados. Si bien la escuela y los centros de formación docente en los que estudiamos y nos hemos desarrollado como maestras y maestros, son una construcción social y epistemológica de las hegemonías y resistencias de la era capitalista, la nueva etapa que se inicia en los setenta del siglo XX y se profundiza en el presente, plantea su profunda reconfiguración. En ese marco la llamada evaluación del desempeño docente se convierte en la tecla «suprimir», dentro de un teclado de múltiples operaciones políticas conservadoras guiadas por la lógica del mercado.

En el proceso de paso de la sociedad feudal al capitalismo, Comenio (1592-1670) desarrolla una propuesta resumida en su «Didáctica Magna» que integra las perspectivas de enseñanza realizadas en tiempos anteriores y les da una estructura que sería fundamental para la construcción de lo que hoy entendemos como campo pedagógico. La estructura de enseñanza-aprendizaje de Comenio empalma con la mentalidad científica racional de la modernidad, constituyéndose en un soporte para la estructuración de la escuela que requería el capitalismo.

Se expande así, la noción de escuela con horarios estructurados, salones de clase, planes de estudio como antecedente de la noción actual de diseños curriculares, modelos didácticos, evaluación, prosecución, planeación educativa. La organización del mundo escolar recibe un nuevo impulso con la llegada del capitalismo. Por ello, quienes hablan de una escuela «neutra» por lo menos están pecando de ingenuos.

En los orígenes del capitalismo surge el socialismo científico como ideología y propuesta política de la clase obrera y los explotados. En este periodo, por distintas razones, la ideología del mercado y el socialismo coinciden en la necesidad de expandir la escuela; el texto «La Escuela Moderna» del español Francisco Ferrer i Guardia (1859-1909) se constituye en una evidencia de ello.

Mientras para el capitalismo la escuela se convierte en una herramienta para expandir las ideas propias de la ciencia, rompiendo con el oscurantismo de la enseñanza basada en la fe de la etapa feudal -lo cual era indispensable para la construcción de hegemonía que vinculara la innovación científico tecnológica con el modo de producción- para los socialistas la escuela construye mentalidad científica y posibilita democratizar entre los más pobres y explotados el conocimiento. Para los capitalistas la escuela no solo homogeniza gustos, necesidades y patrones sociales, sino que es inmanente a una nueva forma de gobernabilidad en la cual la oposición ciudad-campo emerge como paradigma de dominación. Para los socialistas la escuela posibilitaba el vínculo entre conocimiento y liberación construyendo contrahegemonía cultural y política.

En las primeras décadas y siglos del capitalismo la escuela fue de cobertura limitada y la educación popular amplió su influencia entre la clase trabajadora. Sin embargo, los socialistas no dejaron a un lado sus aspiraciones de una escuela a la que pudieran acceder todos y todas.

Las dos guerras mundiales, de carácter capitalista, impulsadas por la necesidad de ordenamiento en la distribución de mercancías y el control de mercados, hicieron que los términos de su desenlace resultaran fundamentales para las políticas públicas de expansión de la escuela. Mientras el Tratado de Bretton Woods (1944) definió el patrón de intercambio, así como las normas y territorios de comercio internacional, la creación de la Organización de las Naciones Unidas (1945) posibilitó que solo un mes después de su fundación se constituyera la UNESCO (1945), órgano del sistema de naciones unidas especializado en educación, ciencia, cultura y comunicación.

La devastación generada por las conflagraciones internacionales había redoblado la esperanza en la mayoría de la población mundial, respecto al papel de la educación como herramienta y camino para evitar que esta tragedia volviera a ocurrir. La URSS que había sido fundamental en la derrota del fascismo, mostraba con hechos que la expansión de los sistemas escolares garantizaba una adecuada reingeniería social y el llamado progreso de las naciones. Para el capitalismo, la escuela, ahora de masas, tenía la utilidad de posibilitar la construcción de la base social necesaria para la expansión de la producción, la definitiva normalización de los patrones de consumo y la construcción de la democracia burguesa como sistema político de gobierno. Por ello, desde distintos lugares epistémicos e ideológicos se impulsan los sistemas escolares de masas.

La escuela jugó un papel muy importante en el marco de la reactivación de la maquinaria industrial capitalista post guerras mundiales (1945-1970), la construcción de la mentalidad consumista, la introducción de necesidades estandarizadas y en algunos casos la puesta en marcha de experimentos de democracia burguesa estable.

El nuevo incluido que no esperaba la élite capitalista global era el surgimiento de resistencia en las escuelas, liceos y universidades, lo cual se constituía en un elemento de turbulencia e inestabilidad para sus fines. En todos los lugares del orbe los estudiantes abrazaban ideas radicales de transformación social, especialmente las ideas socialistas revolucionarias. Contrario al determinismo de los estructuralistas la escuela no era ni es solo un aparato ideológico del Estado, sino un espacio de crecientes resistencias y de miradas contra hegemónicas.

Entre 1945 y la década de los setenta del siglo XX vimos en todo el mundo la más importante expansión conocida hasta ahora de la escuela pública, los sistemas escolares y la cobertura educativa, no obstante, un significativo número de seres humanos seguían excluidos de la educación.

El neoliberalismo educativo que comienza a tomar fuerza en los setenta del siglo XX, se replantea como política central para los sistemas escolares nacionales la estandarización y normalización de los procesos educativos. La noción de evaluación de la gestión escolar adquiere un papel central dentro de esta estrategia lo cual se expresa claramente en la moda de la época conocida como gerencialismo educativo.

Eran tiempos de desembarco de la tercera revolución industrial y los neoliberales postulaban el desmantelamiento de los Estados Nacionales argumentando su inutilidad por problemas de eficacia y legitimidad. En realidad el capitalismo estaba iniciando una mutación política sin precedentes que ha sido poco estudiada, desde la lógica del capital asociada a revoluciones industriales.

La crisis de eficacia la asociaban los neoliberales al hecho que las instituciones de los Estados Nacionales no servían o no cumplían la función para la cual habían sido creadas, mientras que la legitimidad la relacionaban a la afirmación según la cual las instituciones no representan los intereses ciudadanos.

Para justificar sus propuestas de desinversión en los sistemas escolares públicos y el emerger de la neo privatización de lo educativo, construyen una narrativa fundamentada en la «traducción» de la crisis de eficacia como crisis de calidad educativa y, la crisis de legitimidad como problemas de pertinencia escolar y pedagógica. Es decir, para los diseñadores y gestores de políticas educativas neoliberales, los problemas de calidad educativa son el equivalente y expresión de la crisis eficacia de los sistemas políticos, mientras que las limitaciones de pertinencia en la enseñanza reflejaban la crisis de legitimidad de las políticas públicas del sector.

Evaluación mediante estrategias inherentes al gerencialismo educativo para resolver la crisis de calidad y pertinencia educativa, se constituyen en el discurso central de los organismos económicos, las agencias de cooperación educativa internacional y los apologistas del neoliberalismo, ideas e ideología que rápidamente permea al sistema de naciones unidas y a la UNESCO en especial.

En los documentos de UNESCO comienza a hablarse de las preocupaciones sobre la calidad y la pertinencia educativa y la necesidad de construir una cultura evaluativa en los sistemas escolares. La izquierda pedagógica en muchos casos reacciona con una dosis de infantilismo político al respecto, despachando el debate de la calidad educativa como un tema burguésasociado a la noción empresarial de las ISO y los estándares productivos, atrincherándose en la defensa de la pertinencia, como si ello, fuera antípodas de lo primero y no dos operaciones conceptuales de una misma matriz ideológica. Ante la debilidad de propuestas contra hegemónicas sobre calidad educativa, está se convierte en el eje de las políticas neoliberales que ahora, subordinan la pertinencia a la calidad.

La UNESCO se concentra en la creación de cultura evaluativa escolar para «garantizar una educación de calidad» y contribuir desde su especificidad a la reestructuración neoliberal de conjunto. A la par que desde UNESCO se siguen elaborando ideas y documentos que abren camino al «nuevo paradigma» educativo, esta instancia multilateral va asesorando a los ministerios de educación nacionales y los gobiernos en la conformación de instituciones y sistemas nacionales de monitoreo evaluativo de la calidad de la educación para concretar la reforma radical del sistema de políticas públicas en el marco del sistema capitalista.

En esta ruta, la UNESCO logra que el 10 de noviembre de 1994, quince países de la región conformen el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa, conocido por sus siglas LLECE. Así, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, bajo la coordinación de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago) construyen lo que faltaba en la creación de la cultura evaluativa en educación: una instancia regional que fuera paradigma mundial, de la evaluación educativa.

Soy un defensor de la UNESCO como centro global de definición de estrategias políticas en el área educativa y como referente ético de las políticas públicas en educación. Pero, me opongo a la mirada despolitizada de su actuación que ha venido tomando cuerpo en las últimas décadas, porque ello ha facilitado el camino para el asalto neoliberal a sus definiciones y paradigmas. Tenemos que abrir un amplio debate con sindicatos, gremios docentes, académicos e intelectuales para plantearnos la refundación humanista y comprometida de la UNESCO con los ideales que hicieron posible su creación. Es tiempo de soñar con otra UNESCO posible, que vuelva a ser la de los maestros y maestras, la de los y las estudiantes, la que trabaja por los más hermosos ideales; una UNESCO que no se subordine a los paradigmas de los organismos económicos globales.

De hecho el LLECE no solo es anterior a los procesos de PISA, sino que esta última dinámica abreva de la hegemonía edificada por el primero. Este es el colofón de una descomunal operación mediática en educación. Todos los medios de comunicación alineados con la perspectiva del mercado e incluso algunos alternativos con una mirada parcial y despolitizada de estos procesos contribuyen a construir hegemonía social para las reformas educativas de nueva generación agrupadas en la narrativa de la calidad educativa.

Al generarse hegemonía social respecto a la necesidad de realizar evaluación educativa, los organismos económicos se sienten en la libertad de comenzar a opinar respecto a lo que había que evaluar. El debate en los noventa del siglo XX se concentra, ya no en si había que evaluar o no, sino en el ¿que evaluar?

El LLECE diseña y pone en marcha, las primeras pruebas y estudios orientados por el paradigma de la calidad con pertinencia, que había sido planteado por el neoliberalismo educativo en la década de los setenta, con énfasis en los aprendizajes, es decir en la calidad de los aprendizajes.

El LLECE inicia el Primer Estudio Regional Comparativo en Educación (PERCE) al cual le seguirían el SERCE, TERCE y ahora el ERCE en fase de diseño e implementación. Mientras los estudios del LLECE se centran en los aprendizajes como indicadores de calidad, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización para el Desarrollo Económico (OCDE), entre otras de las llamadas bancas de desarrollo, comienzan a señalar la necesidad de evaluar a los docentes, la formación inicial de los docentes y la gestión escolar. Se habla de calidad de los aprendizajes, calidad de los docentes, calidad de los centros de enseñanza como una forma de ampliar las operaciones de desmantelamiento de la escuela pública.

Lo cualitativamente distinto es que ahora, en el marco de la quinta ola de la tercera revolución industrial y el emerger de la cuarta revolución industrial, el neoliberalismo comienza a transitar la idea de usar los resultados de la evaluación del desempeño docente y de los aprendizajes, como una hoja de ruta para sustituir la escuela que conocimos.

Para el neoliberalismo educativo del siglo XXI la educación no tiene que estar atada a escuelas, sistemas escolares y docentes, sino que es posible asociarla a variadas formas flexibilizadas de los aprendizajes «necesarios», proceso que tiene un capítulo estelar en la llamada virtualización educativa.

Ya casi nadie coloca en duda la necesidad de evaluar la calidad educativa y quienes lo hacen desde la izquierda pedagógica muchas veces lo formulan con una retórica muy ideológica, sin discurso pedagógico alternativo, lo cual no logra generar simpatías ni consensos, entre la población ni en los docentes. No estamos diciendo que no hay que evaluar, sino que tenemos que tener claro que hay detrás de cada propuesta de evaluación. La evaluación es un instrumento, una técnica, un componente de la pedagogía que puede expresar distintos enfoques pedagógicos, epistemológicos y políticos.

De allí la importancia de abrir un debate contra hegemónico, que entre a la disputa del término de calidad educativa –sobre o cual hablaremos en un próximo artículo- y de las políticas alternativas respecto a otra calidad educativa posible. Por ahora nos corresponde trabajar en aclarar el marco de implementación neoliberal y de las resistencias.

Fuente: https://www.aporrea.org/ideologia/a273034.html

Imagen tomada de: https://compartirpalabramaestra.org/sites/default/files/styles/articulos/public/field/image/pisa-y-los-modelos-de-evaluacion-docente.jpg?itok=HUFEvpsy

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Pedagogía con fines de lucro: la educación bajo el capitalismo

Las escuelas públicas están siendo atacadas por multimillonarios , grupos de expertos conservadores, filántropos , grupos de presión empresarial como el American Legislative Exchange Council (ALEC) y la administración Trump . Estos atacantes argumentan que las escuelas públicas son un gasto impositivo innecesario e ineficaz que puede ser reemplazado por las escuelas autónomas privatizadas y con fines de lucro que afirman son «más eficientes».

En Waiting for Superman , una película crítica de las escuelas públicas, esta perspectiva se expresó de esta manera: “Durante generaciones, los expertos tienden a culpar a las escuelas que fallan en los vecindarios con problemas. Pero los reformadores han empezado a creer lo contrario: que los problemas de los vecindarios que fracasan pueden ser atribuidos a las escuelas que fracasan «.

Este debate, entre los «reformistas» que culpan a las escuelas «malas», los docentes y los sindicatos de docentes por una disminución en la educación, y los defensores de la educación pública (como los docentes, los sindicatos de docentes y los activistas comunitarios) es importante porque revela las acciones egoístas de muchos de los «reformadores «, así como las luchas de los defensores. El debate también es engañoso, ya que, con pocas excepciones , ignora el hecho de que la educación pública es una parte integral de la economía política y que muchos problemas relacionados con la educación pública reflejan problemas dentro del capitalismo . A lo largo de los años, a medida que el capitalismo estadounidense cambió, la educación pública también cambió.

Laissez-faire capitalismo

La era del capitalismo laissez-faire que terminó en la era dorada fue una época de capitalismo no regulado que dio lugar a la creación de escuelas públicas necesarias para capacitar a trabajadores y ciudadanos que cumplen con los requisitos, ya que el capital industrial creció rápidamente. Fue un momento en que las transacciones entre partes privadas estaban libres de la intervención del gobierno.

Esta fue una era de rápida industrialización, inmigración, conflictos laborales, no impuestos sobre la renta y una enorme desigualdad de ingresos. Capitalistas como John D. Rockefeller y Andrew Carnegie hicieron fortunas y predicaron «la supervivencia del más apto» en los negocios. La educación de los Estados Unidos pasó de la educación privada a la pública. Los reformadores Horace Mann y Henry Barnard crearon las primeras escuelas comunes en todo el estado. Creían que la educación para las masas «preservaría la estabilidad social y evitaría el crimen y la pobreza».

Para 1900, se requería la asistencia obligatoria para estudiantes de 8 a 14 años en 31 estados; En 1918, por cada estado. En este momento, las escuelas secundarias de los Estados Unidos se expandieron: 200,000 estudiantes asistieron a las escuelas secundarias en 1890 y casi 2 millones en 1930. Este aumento se relacionó con la llegada de inmigrantes europeos que necesitaban ser entrenados para la estricta disciplina de la vida de la fábrica. La educación pública se convirtió en una educación de clase diseñada para retener las divisiones de clase económica mantenidas por el capitalismo. Esta economía no regulada condujo a la corrupción , la explotación extrema del trabajo y la gran desigualdad de ingresos. Los capitalistas aumentaron imprudentemente su poder y riqueza, lo que finalmente llevó a la Gran Depresión.

La Gran Depresión acabó con el capitalismo laissez-faire. El gobierno de los Estados Unidos intervino para regular el sistema económico, creando el New Deal , el intento del presidente Franklin D. Roosevelt (FDR) de salvar el capitalismo de sí mismo.

FDR y el New Deal

FDR vio disturbios entre los desempleados, los partidos laborales organizados y los partidos políticos de izquierda, y temió que esto pudiera llevar a una revolución . La presión desde abajo lo llevó, al igual que a una parte de los ricos, a promover cambios: impuestos más altos para los ricos y programas que brindan alivio a la clase trabajadora (ignorando la difícil situación de las personas de color).

Las escuelas públicas de Estados Unidos sufrieron la Gran Depresión . Muchas escuelas rurales cerraron. En la ciudad de Nueva York, se estima que el 20 por ciento de los estudiantes sufre de desnutrición. La administración de Roosevelt respondió proporcionando fondos para aliviar las escuelas y los distritos con mayor riesgo de colapso, pero se opuso a los fondos federales para la educación porque FDR (que todavía tiene algunos puntos de vista patricios y tiene poco respeto por los educadores) sintió que los maestros y administradores de las escuelas públicas fallaron jóvenes de bajos ingresos.

El New Deal y la victoria en la Segunda Guerra Mundial le dieron a Estados Unidos una ventaja económica y el control de la economía mundial desde que sus rivales industriales y comerciales fueron destruidos. Los años entre 1948 y 1973 fueron la edad de oro del capitalismo y la edad de oro de la educación universal cuando las escuelas públicas estaban mejor financiadas. En los años 70, el New Deal comenzó a perder gradualmente su efecto a medida que la comunidad empresarial retrocedía, reaccionando al aumento de la inflación, el desempleo, varias recesiones agudas y la competencia de Japón y Europa occidental.

El capitalismo, en su necesidad de nuevas fuentes de ganancias y de mantener el control, comenzó a ver a la educación pública como una nueva fuente de dinero que podría proporcionar trabajadores obedientes y ciudadanos pasivos, iniciando nuestra actual era de neoliberalismo.

Neoliberalismo

La comunidad empresarial de los Estados Unidos aprovechó la ofensiva a principios de los años 70. Para aumentar las ganancias, las compañías estadounidenses comenzaron a subcontratar la industria y buscar mano de obra más barata en otros países. El efecto en los EE. UU. Fue el desempleo, la pérdida de empleos manufactureros bien remunerados y, en última instancia, el Cinturón de óxido .

La crisis económica de la década de 1970 alentó aún más al movimiento empresarial, inspirado más tarde por la presidencia de Ronald Reagan, a defender las políticas de «libre mercado», la desregulación y la privatización. Este cambio se denominó neoliberalismo y condujo a recortes fiscales masivos para los ricos, a la destrucción de los sindicatos, a la desigualdad de la riqueza, al creciente presupuesto militar y al desmantelamiento de las redes de seguridad del gobierno .

Uno de los proyectos de privatización más importantes fue la sustitución de las escuelas públicas con privadas rentables escuelas autónomas . Para alentar este cambio, los cabilderos corporativos, mientras presionaban por medidas de reducción de costos, trataron de convencer a la población de que las escuelas públicas estaban fallando. Para respaldar sus acusaciones, presionaron de manera encubierta por cambios como aumentar el tamaño de las clases, instrucción en línea, reducir los estándares de acreditación para los maestros y deshacerse de las juntas escolares elegidas. La estrategia más efectiva fue utilizar un informe engañoso presentado en 1983 por la Comisión Nacional de Excelencia en Educación. Titulado, “ Una nación en riesgo: el imperativo de la reforma educativa«, El informe advirtió falsamente que las escuelas públicas estaban fallando y perjudicando a la economía. Su intención era reemplazar las escuelas públicas con estatutos privados con fines lucrativos que se centraban en la enseñanza, el estudio y la prueba de puestos de trabajo, mientras que al margen de las humanidades para la mayoría .

El impulso para las escuelas charter continúa a pesar de que los datos muestran que el modelo charter no ha hecho nada para mejorar los puntajes de las pruebas, que prácticamente no han cambiado desde la década de 1970. Los países como Finlandia que se centran en la educación basada en la comunidad, que valora la igualdad, tienen puntajes del Programa para la Evaluación Internacional de Escuelas (PISA, por sus siglas en inglés) sistemáticamente más altos que las escuelas de los EE. UU., Tanto públicas como chárter . (PISA es un programa que evalúa los sistemas educativos en todo el mundo al evaluar las habilidades y el conocimiento de los estudiantes de 15 años). Por supuesto, hay algunas cartas que, con la participación de los padres, la riqueza y los líderes inspirados, son excelentes, pero la mayoría son grandes franquicias corporativas Basado en la transferencia de conocimiento, pruebas y ganancias.

Diez años después del desplome del neoliberalismo en 2008, los beneficios de la » recuperación económica » se han extendido a una pequeña parte de los superriches que aseguraron el éxito de todos . Pero el éxito equivalió a crear una nueva servidumbre , reemplazar el desempleo con el subempleo , una infraestructura en declive, una clase media en declive , el aumento de la falta de vivienda, la pobreza , el robo de salarios y la creciente desigualdad . La » financiación limitada » y la «crisis presupuestaria» se convirtieron en frases clave para abordar los problemas de las escuelas públicas. El futuro tampoco se ve tan bien.

Las proyecciones de trabajo de la Oficina de Estadísticas Laborales de los EE. UU. Indican que los empleos con salarios bajos crecerán más rápidamente, mientras que el trabajo con salarios medios seguirá disminuyendo. La clase corporativa reconoce que el trabajo no calificado y mal pagado exacerba la desigualdad de ingresos y crea un potencial de levantamientos. Este peligro fue parcialmente resuelto en la década de 1930 por el New Deal de FDR. Pero las condiciones de hoy son bastante diferentes.

El enfoque neoliberal , bajo la presión de la élite corporativa y con un pequeño rechazo de un movimiento laboral agotado, combinado con el desvío sistémico a través de » pan y circos » actualizados, ha pacificado al público y ha permitido a los niños languidecer en las escuelas autónomas y en las escuelas públicas en declive, utilizando planes de estudio. Diseñado por la élite corporativa . Como dijo Einstein, “La clase dominante tiene las escuelas y la prensa bajo su pulgar. Esto le permite influir en las emociones de las masas «.

Mientras tanto, los adinerados capacitan a sus hijos para que se conviertan en futuros líderes en las escuelas de élite reservadas para la clase dirigente de los EE. UU. , Y algunas prestigiosas escuelas primarias y secundarias privadas y universidades .

Sin embargo, cuando el capitalismo no sostiene el crecimiento, se ve obligado a utilizar la crisis, el conflicto, el caos y la corrupción en lugar de la producción como fuente de ganancias. Destruir escuelas públicas es una forma de obtener beneficios catabolizando el sector público.

Capitalismo catabolico

Las crisis financieras y de energía en todo el mundo están comenzando a estrangular el crecimiento y nos llevan a la era del » capitalismo catabólico » . Sin la energía necesaria para generar crecimiento y ganancias, los capitalistas catabólicos encuentran ganancias alimentándose de instituciones en crisis y vendiéndolas. Según lo descrito por Craig Collins :

A medida que los servicios públicos y los programas de bienestar social, carentes de impuestos, se desangran debido a los recortes presupuestarios profundos, los capitalistas ávidos de ganancias escogen los cadáveres de los gobiernos en bancarrota. Los ingresos para el Seguro Social, los cupones de alimentos y los programas de atención de la salud se cortan hasta el hueso … Las escuelas y bibliotecas se arruinan, mientras que las academias privadas exclusivas emplean a una fracción de los maestros desempleados y profesores universitarios para educar a una clase reducida de estudiantes ricos.

Estos cambios son acelerados por las políticas de la administración de Trump a través de su ataque sistemático a la financiación de las escuelas públicas y el apoyo a las escuelas autónomas, promovido por la Secretaria de Educación Betsy DeVos.

El libro de Naomi Klein, Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism , se presenta como un «shock» al neoliberalismo. Su descripción del huracán Katrina como la causa de la destrucción de las escuelas públicas de Nueva Orleans , aunque correcta, confunde un shock en las primeras etapas de una nueva forma de capitalismo que busca ganancias sin la energía necesaria para generar crecimiento: el capitalismo catabólico. El huracán Katrina simplemente aceleró el cambio que Klein retrató perceptivamente, lo que condujo a la destrucción de las escuelas públicas, el despido de maestros sindicalizados reemplazados por maestros sin experiencia con bajos salarios dispuestos a trabajar largas horas en escuelas autónomas administradas por el gobierno.

Actualmente, el sistema de vuelos chárter de Nueva Orleans sigue estando segregado por raza y situación económica. La mayoría de los maestros afroamericanos se han retirado del sistema, los costos administrativos han aumentado y los recursos de enseñanza han disminuido. Los estudiantes más pobres se encuentran en las pocas escuelas públicas restantes que están deterioradas. Nueva Orleans es el sistema escolar más privatizado en los EE. UU. Con la mayor cantidad de escuelas autónomas por habitante . Otros ejemplos de capitalismo catabólico que ataca a las escuelas públicas se encuentran en Detroit, Michigan , segundo en la nación por su número de escuelas charter detrás de Nueva Orleans; Newark, Nueva Jersey, víctima de filántropos arrogantes ; y puerto rico, donde un regreso de la «doctrina del shock» ha visto el cierre del 84 por ciento de las escuelas públicas después del huracán Maria.

Conclusión

El debate sobre la necesidad de escuelas públicas debe continuar, al tiempo que se reconoce que bajo el capitalismo, los fondos estatales y federales están controlados por unos pocos ricos , quienes, impulsados ​​por la codicia y las ganancias , controlan la política fiscal, el cabildeo y el presupuesto militar, que mantiene la protección de las corporaciones. En todo el mundo, mientras que los sistemas educativos mundiales seconvierten en estructuras controladas por empresas.

La reciente ola de huelgas de docentes y el rechazo cada vez mayor de las escuelas autónomas ofrece cierta esperanza de cambio, pero las acciones deben incorporar una comprensión de cómo el capitalismo crea víctimas pasivas, pobreza, desigualdad de ingresos y desastres ecológicos en todo el mundo, perjudicando a los sistemas escolares, trabajadores, Las comunidades y la tierra. Si hay alguna esperanza, radica en educar a los estudiantes y ciudadanos para la supervivencia, lo que requiere criticar el capitalismo y sus resultados sociales, psicológicos, educativos, de clase dividida, patriarcales, racistas y militares, mientras se busca su reemplazo.

Fuente; https://truthout.org/articles/pedagogy-for-profit-education-under-capitalism/

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Bonilla: Hay una gran ofensiva del neoliberalismo en materia educativa

Entrevista/06-09-2018

El docente e investigador, Luis Bonilla, en entrevista para teleSUR, explicó que “estamos ante una expresión de la mayor ofensiva del neoliberalismo y el neoconservadurismo en materia educativa en América Latina y el Caribe. Lo que está sucediendo en Argentina es un laboratorio, un ensayo para profundizar la privatización”. teleSUR

*Fuente:https://luisbonillamolina.wordpress.com/2018/09/06/bonilla-hay-una-gran-ofensiva-del-neoliberalismo-en-materia-educativa/

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Libro: Luchas por la reforma educativa en México 

Luchas por la reforma educativa en México 
Notas desde el campo

Roberto González Villarreal. Lucía Rivera Ferreiro. Marcelino Guerra Mendoza. [Autores] 

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Colección Grupos de Trabajo. 
ISBN 978-987-722-347-7
CLACSO.
Buenos Aires.
Agosto de 2018

Las propuestas gubernamentales de cambio educativo en el siglo XXI son fundamentalmente reformas laborales que forman parte de nuevos paquetes de ajuste estructural que se adelantan en correspondencia a la nueva generación de políticas neoliberales en curso. Algunas de sus expresiones más evidentes son la despedagogización del hecho educativo, el ataque a la profesión docente, la destrucción de la educación pública y las limitaciones para el desarrollo de formas organizativas autónomas de los y las trabajadoras de la educación.
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Fuente: https://clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1433&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1329
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Libro: Reforma sin futuro y resistencia magisterial y popular

Reseña:

Lo que se impuso como una reforma “educativa” en 2013, en realidad constituyó una transformación regresiva de la educación, atentatoria al magisterio, las instituciones formadoras de docentes y la escuela pública. Una regresión proyectada y pactada entre, el poder estatal, partidos políticos de régimen institucional y grupos empresariales adversos a la educación pública.
Una reforma “educativa” tutelada por agencias internacionales multilaterales que han dictaminado la educación mexicana durante esta fase de capitalismo corporativo, neoliberal y globalizador.
En suma, una reforma genéticamente hermanada al conjunto de reformas estructurales padecidas durante este siniestro sexenio, que
acrecentaron la pérdida de soberanía y recursos del patrimonio nacional; amén de haber conducido a una mayor dependencia y a la virtual anexión de nuestro país al dominio imperial

Autores:
César Navarro Gallegos (coordinador)
Manuel Pérez Rocha
Juan Manuel Rendón
Martha de Jesús López
Luis Hernández Navarro
Tatiana Coll Lebedeff
Antonia Candela

Descargar: Reforma sin futuro

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