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Mapa escolar de Valencia, segregación y caza de brujas

Europa/España/04-10-2019/Autor: Jaume Martínez Bonafé/Fuente: eldiariodelaeducacion.com

Por: Jaume Martínez Bonafé

El año 2017, la Universidad de Valencia y la concejalía de Educación del Consistorio valenciano firmaron un convenio con el fin de realizar un estudio para analizar el sistema educativo en la ciudad, en las etapas de educación infantil, primaria y secundaria obligatoria. Y la Universidad creó un grupo interdisciplinar que estuvo trabajando durante dos años en lo que finalmente se ha conocido como el ‘Mapa escolar de Valencia’. Los resultados se hicieron públicos en mayo, y no podían ser más reveladores: los datos indican la escasa oferta educativa de carácter público, la desigualdad de oportunidades educativas en los diferentes distritos de la ciudad, la falta de transparencia en los criterios sobre los que se justifica la zonificación escolar y cómo se llegan a incrementar estas desigualdades en algún caso. Se ha hecho una labor de análisis ingente y se han puesto los datos a disposición de la ciudadanía. Unos datos que, en síntesis, dejan unos indicios claros de que las desigualdades educativas se están financiando con dinero público.

Los resultados de la investigación denuncian también algunas posibles irregularidades detectadas en los procesos de admisión a los centros escolares en los últimos diez años, así como ineficiencias de la normativa vigente. Los informes presentados ponen el dedo en la llaga del desigual trato que los sucesivos gobiernos valencianos han dado en las redes de colegios públicos y concertados de la capital valenciana. En los mismos informes también se realizan propuestas que, según el criterio del grupo investigador, permitirían mejorar algunas de las desigualdades e irregularidades detectadas.

Desequilibrio en la distribución del alumnado

Para explicarlo rápidamente, el estudio (aún no finalizado) deja claro que, en la ciudad de Valencia, el 56,33% del alumnado de infantil y primaria se escolariza en las escuelas concertadas, si bien a ellas acude únicamente el 28,46% del alumnado extranjero. La escuela pública escolariza al 71,54% del alumnado extranjero, aunque en sus aulas asiste el 43,67% de la población escolar.

Por distritos, los que muestran una mayor desigualdad son Poblados Marítimos (en la concertada del alumnado extranjero es el 4,63% frente al 20,86% de la pública); Benicalap (8,49% concertada; 26,55% pública); el Eixample (1,80% concertada; 20,17% pública); y, muy especialmente, el distrito de Rascanya, donde el alumnado extranjero supone el 0,17% en la escuela concertada, frente al 26,06% de la escuela pública.

Pero la desigualdad no se produce únicamente entre las dos titularidades. La diferencia entre la concentración de alumnado extranjero entre centros de titularidad pública supera los 56 puntos porcentuales. Hay 17 centros públicos que cuentan con una concentración de alumnado extranjero superior al 30% (cuatro de ellos incluso superan el 50%), mientras que hay 9 centros públicos en los que la concentración de este alumnado se sitúa por debajo del 5%.

Mapa de la proporción de centros públicos en cada distrito de la ciudad de Valencia; uno de los muchos de los que está hecho el ‘Mapa escolar’

Opacidad con los datos y persecución mediática

Según relata el equipo investigador, y según se pudo constatar en los seminarios convocados para compartir datos y reflexiones -en los que tuve ocasión de participar-, no siempre ha sido fácil conseguir los datos e informaciones necesarias. Parece que no todas las instituciones, empezando por la propia Conselleria d’Educación, tienen claro que la información debe ser pública y publicada, y que una de las funciones sociales de la universidad es ayudar con su investigación en la comprensión de la realidad y el estudio de estrategias de transformación. Los informes con los datos y el análisis de esta investigación se han ofrecido al Consejo Escolar Municipal, y se han hecho públicos a través de diferentes medios y redes sociales.

Sin embargo, el problema principal con el que se han tenido que enfrentar los 14 miembros del equipo de investigación no es este. El gran problema que vienen sufriendo desde hace ya más de dos años es la insufrible campaña mediática que el periódico conservador Las Provincias viene ejerciendo a partir de una denuncia interpuesta por el señor Luis Salom, asesor del Partido Popular en el Ayuntamiento. Esta denuncia se basaba, principalmente, en el hecho de que la concejala de Educación, María Oliver, y el investigador principal del proyecto, José Manuel Rodríguez (¡profesor de Sociología y Antropología de la UV desde 1986!) pertenecían al mismo partido político, que era (¡ostras!) Podemos.

A partir de aquí, la cuestión era poner en duda cualquier gasto asociado a esta investigación: con el dinero del convenio se compraron un par de iPads, un par de cámaras de vídeo, un portátil, una mesa y quizás algo más, que las informaciones de este diario intentan hacer creer que han ido a parar a manos privadas, cuando están perfectamente localizables y se han utilizado para la grabación de grupos de discusión y el procesamiento de datos, como explicaba hace unos días uno de los investigadores, Borja de Madaira, en un artículo publicado en la edición valenciana de eldiario.es, y que contaba con el apoyo de medio centenar de profesores de varias universidades, entre los que se encuentra un servidor. Vale la pena recuperar los últimos dos párrafos de este artículo:

«En definitiva, hemos detectado graves indicios de segregación escolar en el sistema educativo de la ciudad de Valencia que nos obligan a cuestionar y denunciar el desigual trato que los sucesivos gobiernos valencianos han dado en las redes de colegios públicos y concertados en nuestro territorio. En los dos informes presentados también se realizan propuestas que, a nuestro juicio, pueden permitir mejorar algunas de las desigualdades e irregularidades detectadas «.

«Para todo ello hemos utilizado el dinero del convenio y las herramientas que se han comprado a su cargo. Estos recursos sirven para que la Universidad de Valencia cree conocimiento y lo transfiera de nuevo a la sociedad. La denuncia del diario Las Provincias menciona la compra del material, pero parece que lo que verdaderamente le preocupa es el uso que hacemos para denunciar las desigualdades educativas. Y, claro, trata de impedirlo»

Malversación imaginaria

La denuncia de Luis Salom fue bien recibida por la fiscal, que calificó los hechos como prevaricación y malversación de caudales públicos, como pedía el denunciante. Con todo, según explica Madaira en su artículo, ahora ya no se habla tanto de prevaricación, ya que ni María Oliver ni José Manuel Rodríguez tenían capacidad de decisión en la formalización del convenio (que era un acuerdo entre la alcaldía y la universidad) y, por tanto, la acusación se focaliza en la supuesta malversación de caudales públicos.

Es evidente que las universidades, y sus investigadores, gastan dinero público -cada vez más escaso- para desarrollar sus proyectos de investigación. Eso sí, estos proyectos -al contrario de la investigación sobre el mapa escolar de Valencia-, no siempre se corresponden con un sentido socialmente comprometido y con voluntad de colaborar en políticas de transformación. El tsunami neoliberal también pasó por la universidad y, en ocasiones, la individualización, el interés personal o el aumento de la norma burocratizante prevalecen sobre el compromiso científico y político y sobre una política universitaria comprometida con las problemáticas de la ciudadanía.
Algunas de las noticias publicadas por Las Provincias.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando un grupo de investigadores, preocupados por la ausencia de datos sobre la situación en que la derecha dejó la educación en la ciudad de Valencia, decide convertir esto en un proyecto de investigación? Su enorme y comprometido esfuerzo para cruzar datos y meter las narices en las escuelas -llamémosle etnografías-, pensar sobre lo que encuentran y darlo a conocer a los diferentes sectores de la comunidad educativa se convierte en un objetivo que abatir para la caverna mediática y los sectores conservadores de la ciudad. El periódico, líder de la escuela concertada, ha dedicado más de 25 noticias y artículos al respecto. Otra cosa, como diría Wyoming, ha sido su preocupación por contar la verdad.

El conflicto continúa vigente y las expectativas futuras son inciertas, tanto para la continuidad del proyecto como por el resultado de la denuncia presentada, aunque no archivada quizá, ya que da juego para que los intereses de las escuelas concertadas puedan seguir alimentando su discurso. El caso es que en estos momentos tienen entretenido en este grupo de investigadores recogiendo firmas para denunciar la persecución política y mediática que están sufriendo. Como si no tuvieran otra cosa que hacer; de investigadores se convierten en investigados.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/03/mapa-escolar-de-valencia-segregacion-y-caza-de-brujas/

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Por una pedagogía socialmente más responsable

Por: Pedro Badía

Dotar de un sentido limpio y claro a la educación es una necesidad urgente. Construir un relato desde la izquierda que recupere el sentido más humano de la educación, la cultura y el conocimiento es un importante reto.

Creo necesario, en este primer artículo, hacer una reflexión sobre dónde nos ha ido llevando la deriva política neoconservadora. Cómo ha impuesto un relato social y cultural cuyo fundamento es un modelo educativo obsesionado por seleccionar, segregar, excluir y clasificar. Una máquina de exclusión social.

Seis años de LOMCE. Seis años bajo la bota de la mal nacida “ley Wert” que ha causado graves desperfectos y no menos lesiones a la educación pública española. Casi una década de recortes y de políticas que han privilegiado al sector privado, desandando treinta años de esfuerzos presupuestarios y pedagógicos. Que está convirtiendo a las escuelas y a los institutos en una especie de enclaves aislados del resto de la sociedad y de los procesos culturales que la atraviesa. La LOMCE es una ley que activa una pedagogía para oprimir y someter, y hace posible que la historia del progreso y las revoluciones sociales y tecnológicas pase por delante de los centros educativos sin entrar en ellos.

Necesitamos una pedagogía socialmente más responsable y una visión práctica más arraigada en la participación y en las más profundas convicciones democráticas. Y unas políticas educativas que ensanchen el terreno de juego del futuro sistema educativo. Que permita crecer a las personas.

Es posible comprometerse en actividades críticas tanto educativas como sociales, capaces de resolver los problemas reales con los que se enfrenta la gente cada día.

Esta visión global tiene que ir unida a una acción social generadora de cambio. Solo si avanzamos en la construcción de movimientos sociales de amplio espectro donde el conjunto de la comunidad educativa participa en la consecución de objetivos más amplios a favor de la justicia y la equidad social conseguiremos éxitos duraderos.

El neoliberalismo más conservador ha importado al sistema educativo la crisis económica que ha promovido, descargando sobre él el argumento necesario para que la educación se convierta en un puntal del modelo social dominado por las ideas más descarnadas e insolidarias.

¿De quiénes son el conocimiento, la cultura y la estrecha visión del mundo que modelan los currículos, y se incorporan a los libros de texto, y cada vez más convierten la educación en instrucción? ¿Por qué la dura pugna por el control del contenido y la estructura del currículo? ¿Para qué una instrucción bajo los parámetros de la economía más reaccionaria y al servicio del mercado? Simplificación, fragmentación y mercantilización. Publicidad comercial y propaganda política se dan la mano.

El que tiene el relato tiene un poder inmenso y en España el relato educativo lo tiene una derecha cada vez más contaminada por las ideas de la extrema derecha que se extiende por otros países de Europa. Eso no es educación. Hay que leer a los grandes escritores del siglo XX como Setefan Zweig, Karl Kraus o Primo Levi para darnos cuenta del grave peligro que corremos. Anulada la memoria histórica se pierde la mesura, y en la desmesura todo vale, sin que la moral sea obstáculo.

La derecha contaminada por la extrema derecha ha asaltado las certezas más humanas -solidaridad, cooperación, justicia social, amor, amistad, diálogo, etc.- , convirtiendo la ficción en realidad y ahogando el compromiso que nace entre las personas. La lección es que ya nada anda al paso del ser humano. Ha triunfado el individuo que se repliega sobre sí mismo frente al compromiso solidario que significa ser persona. La educación queda reducida a una escuela cercada de prejuicios reaccionarios y en el fondo antipopular.

Dotar de un sentido limpio y claro a la educación es una necesidad urgente. Construir un relato desde la izquierda que recupere el sentido más humano de la educación, la cultura y el conocimiento es un importante reto.

Necesitamos una reflexión consciente sobre el sentido de la educación no del mercado educativo. Empezar a educar al servicio de las personas para avanzar, crear conocimiento, crecer y expresar libremente pensamientos y sentimientos no solo al servicio de uno mismo sino de uno mismo como parte de la humanidad, un signo de cambio. Dar sentido a la educación, vitalizarla, con ideas claras y propuestas claras, una necesidad.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/09/25/por-una-pedagogia-socialmente-mas-responsable/

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Get out of my face! Facial recognition technology could enslave mankind like never before

By: Robert Bridge

Advertised as the latest tool to give shoppers more convenience, facial recognition comes with deep costs to privacy and security. By the way, can anyone remember Silicon Valley asking for permission to use your face?

Mankind has long feared that some totalitarian state, as vividly described by visionary writers like George Orwell (1984), Aldous Huxley (Brave New World), and Yevgeny Zamyatin (We), will ultimately arise and enslave him in an inescapable technological dystopia.

However, it is not usually the technology, an inherently neutral force, which men fear most; the deep distrust is directed at the shadowy individuals behind the curtain who may be tempted to use their tinkering prowess for ulterior motives, like crushing human freedom underfoot.

Consider, for example, how futurists warned of the day when consumers would voluntarily line up for the pleasure of being ‘microchipped’ so as to more efficiently access the ‘matrix’ with a magical wave of the hand. Well, that drop of derangement has already seen the light of day. The technology, injected under the skin, was thought to be the end game, the so-called ‘mark of the beast’ according to some apocalyptic critics, as far as personal freedom is concerned. Unless human beings submitted to being electronically chipped, the doomsayers say, they would be barred from engaging in vital social activities, including shopping, banking or using the Internet. In effect a death sentence.

Today, however, with radical advances being made in the field of facial recognition technologies, it looks as though the promising chip has met its match.

In a recent article by Market Watch, a new ‘frictionless’ consumer dawn is on the horizon where cumbersome accessories like wallets and purses, together with the outdated cash and credit cards they hold, will be replaced by a payment scheme known as the “biometric mobile wallet.” Sounds like the ultimate gift this holiday season, right? Well, think again. First of all, the name of the technology is very misleading since there is no leather billfold to wrap up and place under the Christmas tree. That’s because the system works off an individual’s distinctive bodily features, face, fingerprints and retinas. In other words, the ultimate ‘face control.’

As to be expected, the article heaps boundless praise on the technology, which is on the verge of going live. Soon, harried shoppers will no longer have to fumble around in their purses to find their credit cards. Just stare blankly into the “in-store facial recognition machines” and you’re on your way. In addition to that small convenience it provides the consumer, it also has the added ‘advantage’ of making people spend more money, since the ‘frictionless’ transaction gives the illusion, and a potentially dangerous one at that considering the US consumer’s outstanding debt burden, that no dirty money has traded hands.

Still, something doesn’t feel right. Perhaps it has to do with the summary of the article, which says that the deployment of facial recognition will remove “the last physical barrier between our bodies and Corporate America.” I felt the urge to take a very hot shower after reading that line. And later in the same article, the creep factor went into overdrive with a similar quote by Aram Sinnreich, associate professor of communication studies at American University.

Every technological necessity exists in the real world and is used commercially,” Sinnreich said matter-of-factly. “It’s the neoliberal takeover of the human body.

Yet, another loaded comment, and one that screams ‘enslavement’ minus the unfashionable chains of yesteryear. The question is, who will exactly benefit from this so-called “technological necessity” and to what end? The only real benefits that I can see from facial recognition, at least from the consumers’ perspective, are that people no longer have to worry about losing their wallets, or wasting an extra 30 seconds using their credit cards.

But do those tiny advantages outweigh massive concerns over ‘identity theft,’ for example? After all, while it remains relatively easy to cancel a stolen credit card, how exactly does one cancel their facial features? Moreover, what if my own personal views clash with those of the “neoliberals” who, as the headline of the article openly admits, own everyone’s facial features? Will my ability to buy food, access my smart phone and book a flight be impeded by the Silicon Valley overlords? Who will stop them?

To get an idea where the future of facial recognition could be heading, one need only consider China, which is in the process of rolling out its so-called ‘Social Credit System,’ a fusion between ‘Big Data’ and ‘Big Brother’ that ranks its citizens on everything from their finances, to their social media behavior, to the books they are reading. Falling afoul of the system could have harsh consequences, like being denied the ability to purchase airline tickets or even getting a job. Facial recognition will play no small part in the development of this all-encompassing matrix that relies upon some 200 million surveillance cameras, and let’s face it, if the Chinese can find a way to electronically monitor their 1.3 billion people, then anyone can. After all, the same technology that identifies the lonely face in the crowd is the same one that allows users of Apple’s iPhone to access “Face ID” to unlock their phones.

Meanwhile, the Western world is gradually catching up to Chinese levels of mass surveillance. Of the top 10 cities in the world with the highest number of CCTV cameras, eight are located in China. However, the United States and the UK also ranked, with London taking sixth place, followed by Atlanta, Georgia grabbing the tenth spot.

Meanwhile, new facial recognition applications continue to expand exponentially. For example, computers are now able to measure the emotional state of motorists just by accessing their facial image. Will drivers be fined for ‘road rage’ even before an outburst occurs? Is this the sort of controlled world we want to inhabit where our identities and emotional states are tracked everywhere we go? Whatever the case may be, one thing is certain, IT companies have no intention of holding a referendum to determine how their users feel about this technology.

In a 2018 paper entitled, ‘The Data of You: Regulating Private Industry’s Collection of Biometric Information,’ attorney Hannah Zimmerman admits there is “no generally applicable federal law that regulates the private sector’s collection and use of biometric information in the US.” Given the upsurge in facial recognition implementation that is a worrying disclosure.

Zimmerman goes on to warn that businesses “already track consumers’ every move online for advertising and behavioral analysis purposes,” while the introduction of facial recognition would let them “track us in the real world.” Again, we are left to ponder the question: is this a desirable condition for human beings?

While the implications that arise from such technology are enormous, and not all necessarily negative, it stands to reason that safeguards must be established to ensure that people do not wake up one day to find themselves enslaved by the invisible chains of this new technology, which will only serve mankind’s best interests so long as its owners strive for that to happen. Thus far, their true intentions are not so obvious, and that unpredictability should be a source of concern to everyone.

Information Reference: https://www.rt.com/op-ed/468603-facial-recognition-shopping-mass-surveillance/

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Deterioros neoliberales en América Latina

Por: Hedelberto López Blanch

Las leyes neoliberales impuestas en América Latina por Estados Unidos y organismos financieros internacionales como fundamento principal del capitalismo, han llevado a la  región a enfrentar grandes escollos económicos y sociales para su subsistencia.

El objetivo de ese sistema como parte del capitalismo globalizado es impulsar la liberación del comercio en general, eliminar la injerencia del Estado en la economía y reducir al máximo el gasto público con el consecuente empobrecimiento de millones de habitantes y en contraposición, el enriquecimiento de pequeñas minorías.

Son varios ejemplos los que destacan en esta oleada de derechización regional auspiciada desde Washington y que han llegado al poder por diferentes vías como golpes de Estado, destituciones parlamentarios o elecciones fraudulentas.

Empecemos por Honduras que tras el golpe al presidente  Manuel Zelaya, se eliminaron el ciento por ciento de las leyes acordadas en ese corto período para beneficio del pueblo lo que trajo como consecuencias la congelación de la Ley del Salario Mínimo, pérdida de 300 000 empleos, fragmentación de las jornadas laborales, derogación de los acuerdos con el ALBA, restitución de privilegios a las compañías transnacionales e impulso de las privatizaciones.

En la actualidad según el diario La Prensa casi seis millones (71 %) de los 8,5 millones de habitantes del país son pobres; de esa cifra, 4,2 millones están en situación de extrema pobreza que tratan de sobrevivir con solo un dólar al día, mientras solo 15 familias controlen el 80 % de las riquezas nacionales.

Guatemala ha sido considerado como uno de los Estados fallidos arrasados por Occidente donde se unen corrupción, pandillas, pobreza, desigualdad, desnutrición y mortalidad infantil.

Economistas aseguran que el país se aproxima a la catástrofe humanitaria y las áreas rurales son las más afectadas de donde procede la mayoría de los emigrantes. Los recursos son escasos; la presencia del Estado, inexistente; el crimen organizado, poderoso; y la presión de los grupos de poder para implementar proyectos mineros e hidroeléctricos, casi insostenible

Un informe de Desarrollo Humano elaborado por la ONU asevera que más de tres millones de guatemaltecos viven en pobreza extrema y casi 12 millones de personas, 67 % de la población, «sufren carencias que vulneran su bienestar».

Paraguay esta considerado como uno de los países más desiguales de Suramérica, donde la pobreza golpea al 30 % de la población que ha sufrido en los últimos años grandes inundaciones y dejado desamparado a miles de habitantes. Para la ONG Oxfam ésta es la cara más cruel de la desigualdad en un país donde los más pobres ganan hasta 22 veces menos que los más ricos. Asimismo, con la progresiva mecanización de la agricultura, ligada a la producción extensiva de la soja, se produjo un éxodo masivo desde el campo y los emigrantes que huyeron del hambre se instalaron en áreas de riesgo, como el lecho del río Paraguay en los barrios de Asunción, vulnerables a las riadas.

En cuanto a Ecuador, en solo dos años el gobierno de Lenin Moreno ha impulsado al Estado a la década de 1990 al desmontar importantes avances democráticos de la Constitución Política de 2008. Durante los gobiernos de Rafael Correa, el país redujo la pobreza y los programas sociales beneficiaron a los habitantes pero ahora, con los acuerdos con el FMI, Moreno redujo el gasto público de 3 461 millones de dólares a 773 millones con graves perjuicios para las mayorías.

Pero los casos más desafortunados en los últimos tiempos han sido los de Argentina y Brasil. En este último, tras el golpe parlamentario contra Dilma Rousseff y las arbitrariedades jurídicas para detener a Inacio Lula da Silva para que no se pudiera presentar a elecciones, los regímenes de Michel Temer y de Jair Bolsonaro han desmontado todos los programas sociales y privatizado numerosas empresas públicas.

Entre los más afectados aparece el Sistema Único de Salud (SUS) instaurado por los gobiernos de Lula y Dilma que atendía al 65 % de la población y que Temer y Bolsonaro lo redujeron drásticamente con la excusa de que “no hay suficiente capacidad financiera que permita suplir todas las garantías constitucionales”. A la par, ambos gobiernos atentaron contra la Amazonía al autorizar a terratenientes y empresas transnacionales a deforestar esa reserva de la biosfera mundial.

Mientras en Argentina, con la llegada al poder de Mauricio Macri y su política neoliberal llevaron a la nación a un endeudamiento abismal, acuerdos leoninos con el FMI y profunda devaluación de la moneda que pasó de 2014 a la fecha de 16 a 61 pesos por dólar.

Según la Universidad Católica Argentina (UCA) la «pobreza multidimensional» que abarca carencias económicas, de diversos derechos y servicios básicos, subió al 41,2 % de los habitantes.

En cuatro años de gobierno, se duplicaron los precios del transporte público automotor y en 70 % los del metro urbano; el costo de la luz subió en 500 %; el agua y gas en más de 320 %; la atención médica y de las medicinas en 50 %, y la gasolina, 30 %. La Argentina actual es una nación fallida, dirigida no por Macri, sino por el FMI.

Después de estos ejemplos podríamos preguntarnos: ¿Permitirán nuestros pueblos continuar siendo saqueados por el sistema neoliberal capitalista? El tiempo dará la respuesta.

 

Fuente e imagen: https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2019/09/10/deterioros-neoliberales-en-america-latina

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Joe Sacco: “Me interesa dibujar sobre la Teología de la Liberación”

Por: El País

El ilustrador, que fue corresponsal de guerra, prepara un libro sobre el cambio climático y los indígenas de Canadá mientras investiga sobre el movimiento de izquierdas dentro de la Iglesia

El dibujante Joe Sacco (Malta, 1960) es una rara avis respetada por el gremio periodístico como pocas veces ocurre con los colegas. Combina su trazo sencillo con un minucioso reporteo fusionando como nadie los dos géneros. Ha cubierto algunos de los conflictos bélicos más importantes como el de ChecheniaBosnia o Palestina, pero se define como un ilustrador «que huye cuando escucha los disparos». Llegó con 12 años a Estados Unidos, pero jamás se nacionalizó. A pesar de ello, es uno de los mejores testigos de una crisis que finalmente llevó a Donald Trump a la Casa Blanca. Durante la entrevista con EL PAÍS en Querétaro, donde participó en una charla invitado por el Hay Festival, critica el «nuevo» periodismo que no envía reporteros al terreno y describe a un Trump brutal y despiadado.

Pregunta: ¿Cómo selecciona sus temas?

Respuesta: Siempre escojo temas que me afectan casi de forma física. Tiene que ser algo que me importe bastante y que después de cinco años me seguirá importando.

P. ¿Por qué solo dibuja en blanco y negro?

R. Porque no sé realmente usar el color, esa es la verdadera respuesta. No utilizo Photoshop y no soy bueno con el color. No lo digo con orgullo, es una limitación que tengo y debo trabajar lo mejor que pueda en blanco y negro. Sin embargo, con los años ha dejado de preocuparme esto y me he dado cuenta de que ese es mi estilo. Mi limitación se ha convertido en mi estilo.

P. ¿Este sería un buen consejo para alguien que empieza?

R. Sí, pienso en alguien que está empezando y que dibuja bien, pero falla. Luego esos defectos pueden convertirse en tu talento y ya nadie más piensa que es un fallo. Nadie más volverá a pensar en eso aunque uno sabe que es fruto de una limitación.

P. Usted pasa muchas semanas reporteando, pero los medios han dejado de enviar gente al terreno porque lo consideran caro. ¿Cómo afecta esto al periodismo?

Escena del libro La Gran Guerra
Escena del libro La Gran Guerra JOE SACCO
R. Creo que tiene un enorme efecto porque al final, en lugar de trabajo de campo tenemos opiniones sobre cosas que no se conocen de primera mano. No se trata de sentarse en un estudio de televisión y hablar sobre las razones por las que Estados Unidos ha votado a Trump. Lo que se necesita es ir al lugar y entender que piensa la gente y porque votan a Trump. Eso significa reportear. El problema es que ahora hay menos dinero y el contexto del periodismo ha cambiado. Ya empezó a cambiar antes de Facebook y de Google pero ahora se aceleró. Todo el dinero en publicidad se ha ido a Facebook y Google y estas son empresas que utilizan esas noticias para que pinches en su web, pero ellas no han pagado por el contenido sino que lo utilizan y eso no puede funcionar. Por eso siempre he admirado a la gente que va al terreno.

P. ¿Cuál es el hilo conductor de lugares como Chechenia, Palestina o Bosnia sobre los que ha publicado libros?

R. Todos son lugares de conflicto entre fuerzas dominantes y opresoras. Intento, en la medida de lo posible, reportear sobre gente oprimida y esas son las personas que me interesan. Y quiero hacerlo con honestidad. No quiero convertirlos en héroes, sino saber cómo esto afecta a su psicología y sus sociedades

P. Es curioso ver como los periodistas le consideramos uno de los nuestros. ¿Cómo se siente usted, un periodista que pinta o un dibujante riguroso?

R. Me veo a mí mismo como un dibujante que hace periodismo y digo dibujante porque quiero hacer cómics que no sean solo periodísticos. Mis intereses van más allá. Estoy interesado en la sátira y la ficción por eso prefiero que me consideren un dibujante

P. ¿Qué temática le interesa en América Latina?

R. Me interesa la Teología de la Liberación. No soy creyente, pero la teología le da mucha fuerza a mucha gente y no siempre son fuerzas del mal como muchos de mis amigos pensarían y quiero reflexionar sobre lo que pasó en Centroamérica y quizá encontrar ejemplos que están ocurriendo hoy en día. El trabajo de los curas en los pueblos, como la Iglesia hace cosas buenas. También me interesa Chile e iré pronto. Quiero hablar con economistas y hablar del neoliberalismo porque en Chile es donde comenzó el experimento del neoliberalismo con Pinochet y los Chicago boys. Ellos llegaron y reorganizaron la sociedad a través de las fuerzas del mercado. Es el primer lugar donde se hizo esto y ahora vivimos en un mundo que tiene ahí su comienzo.

P. ¿Cómo es su rutina diaria de trabajo?

R. Me levanto y tomo un café con mi novia. Ese es el mejor momento del día. Luego dibujo desde las ocho en casa hasta las cinco y después suelo leer. Pienso que es importante leer mucho sobre los temas que me interesan. Si, por ejemplo, estoy interesado en la Teología de la liberación o la economía, que no es mi campo, no tengo otra opción que leer mucho.

P. Imagino que cuando lee toma ideas visuales muy diferentes a nosotros.

Joe Sacco
Joe Sacco EL PAÍS
R. Sí, siempre pienso visualmente y como convertir una idea en un dibujo. Ahora por ejemplo estoy entrevistando a gente para un tema muy amplio sobre el concepto de propiedad privada en el pensamiento político occidental. He pasado tiempo con indígenas que piensan en la tierra y no en el concepto de propiedad. Cada vez que leo o entrevisto a alguien sobre esto me paso el tiempo pensando cómo puedo meter esto en un cómic porque son ideas muy abstractas y no quiero dibujar dos cabezas hablando. Y a veces es difícil.

P. ¿Cómo es su cuaderno de notas en el terreno? El del reportero son palabras y palabras….

R. Depende donde voy. A veces grabo audios para recoger y archivar bien las palabras. Otras veces tomo notas, pero se me olvidan porque estoy escuchando. También tengo diarios que a veces tienen cientos de páginas, dependiendo de la historia. Así que finalmente es una suma de diarios, cuadernos, audio…distintos materiales.

P. ¿Cuánto tiempo pasa reporteando? ¿Y en dibujar y escribir un libro?

R. Depende. En Bosnia estuve cuatro meses. En Gaza estuve dos meses, pero luego regresé otras dos semanas, luego otra….En el caso de Canadá [su último proyecto aún sin publicar] he hecho dos viajes de tres semanas cada uno. Trato de pasar todo el tiempo posible en el terreno. Y dibujar los libros me llevan entre dos a siete años. A veces entremedias estoy con otras historias más cortas, pero los libros me llevan mucho tiempo. Por eso tengo que elegir muy bien los temas que escojo. ¿Cuántos libros me quedan a mi edad? Igual tres. Así que mejor elijo bien.

P. Su último libro La Gran Guerra [sobre la Primera Guerra Mundial] es una maravilla desplegable que se lee y ve en horizontal. ¿Le interesan nuevos formatos?.

R. Esta idea me la sugirió otra persona, pero yo quería algo que tuviera movimiento. Así que pensé en el Tapiz de Bayeaux [del año 1082] sobre la invasión normanda de Inglaterra en el que se lee la ilustración porque tiene 60 metros de largo. Cada libro que hago me da una idea para un próximo libro. Me gusta cambiar y hay muchas oportunidades para ello.

P. ¿Cómo ve la situación en EE UU y la llegada de Trump al poder?

“Me interesa dibujar sobre la Teología de la Liberación”
JOE SACCO
R.. La novedad con Trump es que hace un espectáculo de cada cosa que hace. Muchos presidentes han hecho cosas similares, pero sin hacer un espectáculo de ello. Él sabe que puede ganar votos si es cruel y hay un sector de la población que responde a esa fuerza abusiva. En cierto nivel es la naturaleza humana, lo cual es muy decepcionante. Creo que EE UU tiene una historia muy problemática porque se consideran seres excepcionales y esto sucede porque es una nación fundada a partir de la esclavitud y del genocidio de los nativos americanos y estas cosas que nunca han sido resueltas. Trump representa un momento muy malo.

No soy un gran admirador de Obama, pero fue una cosa maravillosa ver a un hombre negro dignificado en la Casa Blanca. La gente pensaba que por fin terminaba el problema racial pero no, no se ha terminado. Paralelamente, EE UU tiene grandes problemas y una economía colapsada. En las calles de mi ciudad, en Portland, hay mucha gente sin hogar viviendo en carpas en la calle y la policía pasa mucho tiempo confiscando estas tiendas y sus pertenencias porque quieren que se vayan. A la vez está entrando mucho dinero y se están construyendo apartamentos de lujo porque la gente que ya no puede vivir en San Francisco sí puede hacerlo en Portland. En EE UU siempre ha habido gente sin hogar, pero ahora es abrumador. Siento que muchas cosas van mal en el país. Tanto Demócratas como Republicanos se han movido a la derecha y ambos son responsables de esta situación. Aunque los republicanos son peores, fue Bill Clinton quien comenzó a meter a negros en la cárcel en cifras gigantescas terminando con el sistema de servicios sociales. Así que cuando vemos a Trump vemos una continuidad del desmantelamiento del sistema de bienestar. Trump es una continuidad de todo ello. Su estilo es brutal y despiadado, pero no es una excepción.

P. La llegada de Trump al poder la estamos notando con especial dureza en México y Centroamérica…

R. A los americanos no les gusta hablar de su historia ni de su papel en Centroamérica. Y, en cambio, estas sociedades no se han recuperado de esas guerras o de como las pandillas nacieron y crecieron en Estados Unidos, pero luego fueron enviadas a sus países donde reprodujeron el comportamiento delictivo. Tampoco hablan de cómo las armas van desde EE UU a México o el consumo de drogas. Todo ello son problemas de Estados Unidos. Me gustaría que fuéramos más reflexivos y no lo hemos sido. Si los políticos dijeran realmente lo que han hecho sería su suicidio político.

P. Recibió duras críticas por su libro BUMF donde caricaturiza a la clase política de Estados Unidos…

R. No sé si me criticaron, creo que más bien no lo leyeron (risas).

P. ¿Con este panorama no quiere trabajar más en EE UU y no en temas extranjeros?

R. Lo hice. Tengo un libro, Días de destrucción, donde recorrimos el país por lugares geográfica y étnicamente diferentes. Astilleros de Nueva Jersey, zonas indígenas de Dakota, los emigrantes de Florida o los blancos y pobres de Virginia. Es un libro sobre cómo las cosas se están desmoronando. Es sobre las drogas y el alcohol o como la gente necesita medicarse para aguantar el día a día. Son lugares vacíos de una América que necesita ser reporteada para entender porque están pasando algunas cosas en EE UU. Pero sí, debería hacer más, por ejemplo, en Portland.

P. ¿Cómo describe su próximo libro sobre los indígenas en Canadá?

R. Estoy interesado en el cambio climático, pero no quería hacer la misma historia de siempre. Pensé en los indígenas del norte de Canadá y cómo están reaccionando. Según mis prejuicios, pensaría que saldrían a defender el territorio y movilizarse contra las minas, pero me di cuenta de que es muy complicado. Según se desarrolla la historia descubrí que hay muchos indígenas que necesitan trabajo y quieren hacerlo para la industria del gas. Otros no quieren hacerlo por la forma en que afecta a sus comunidades. Paralelamente, en el pasado el Gobierno de Canadá metía a los niños en internados para hacerlos buenos canadienses y los alejaba de sus tierras. Ahora sé que las cosas son mucho más complicadas de lo que pensaba. Hay mucho conflicto dentro de las comunidades, pero también a raíz de esto se han politizado y se han hecho más conocedores de sus demandas y luchan por los derechos sobre tu tierra.

Fuente e imagen: https://elpais.com/cultura/2019/09/11/actualidad/1568159183_346758.html

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Humanismo urgente

Por: Fernando Buen Abad Dominguez

Una revolución cultural llamada humanismo
Contra las desesperanzas y las depresiones, urge un humanismo renovado en su carácter emancipador y movilizador. Urge en las consignas supremas de las luchas sociales, como Marx lo pensaba, a la luz de la historia e indivisible en el contenido consciente insuflado por las fuerzas sociales en sus luchas. Humanismo de “nuevo género” como solución posible para las fuerzas que se fundamentan en la democracia participativa. Humanismo, hoy más necesario que nunca, para no sucumbir al mercantilismo extremo y la opresión ideológica más feroz en la sustracción de plusvalía. Humanismo contra el capitalismo salvaje “per se”, que no se detiene ante nada, que devora a la naturaleza, que destruye el patrimonio cultural financiando a los negocios de las guerras, de los bancos y de los “mass media”.

Piensan muchos, no sin razón, que toda lucha que ponga por prioridad suprema el desarrollo de sociedades emancipadas (sin opresores ni oprimidos) ya contiene la idea de humanismo. Que, en cualquier caso, invocar al humanismo exige actualizarlo contra toda emboscada ideológica que lo reduzca al individualismo. Que el humanismo necesario, a estas alturas de la historia, debe ser un programa concreto de acción directa que no sirva para esconder la lucha de clases y tampoco eclipse la, también urgente, tarea de salvar al planeta. En todo caso un humanismo antitético del capitalismo. Aunque haya quienes creen que es un tanto “cursi” eso de hablar de humanismo, es preciso ratificar lo que mil voces han propuesto para un humanismo de nuevo género, sin ilusionismos ni idealismos.

¿Quién hubiera imaginado que la especie humana, al mirarse al borde del abismo neoliberal, se inspiraría para iniciar su propia transformación y convertirse, a sí misma, en una Revolución Cultural? Tenemos una historia latinoamericana sobre un humanismo nuestro (Guadarrama) desprendido de las luchas contra el colonialismo, la alienación y la exclusión, historia que posee herencias extraordinarias cocinadas entre vapores de combate (Fidel) como proyecto de los pueblos irredentos. Pero el humanismo no acepta sectarismos territoriales. Herencia plena de posiciones anticapitalistas, pronunciándose abiertamente por la necesidad de encontrar paz con identidad y dignidad para todos y en todo el orbe (Martí). Un humanismo que también es de paz, sin abandonar una sola de sus armas (Fernández Retamar).

La historia nos exige ratificación del humanismo, como proyecto emancipador, porque es necesario y útil no sólo para una crítica “relowded” contra el capitalismo, sino porque impone una ruta certera para no extraviarnos en emboscadas ideológicas. Y eso implica también una Guerrilla Semiótica en el corazón del humanismo, sus herencias, las desfiguraciones infligidas, las esclavitudes a que ha sido sometido al antojo de verborreas filantrópico escapistas, disímbolas. Para la construcción o consolidación de tal humanismo, para reforzar su capacidad movilizadora de las masas, requerimos un humanismo objetivo, como programa que asciende a la práctica de forma inconfundible y convertido en carne de la lucha hasta alcanzar su punto de no retorno en lo inmediato (Chávez).

Tal humanismo entraña la conciencia de su deseabilidad, su posibilidad y sus realización (lo deseable, lo posible y lo realizable: Sánchez Vázquez) porque hace evidentes los valores que dignifican a la especie humana que renueva su moral de lucha, es decir revolucionario, que es su más alto peldaño (Ché) y pone al alcance de toda comprensión el valor de su consolidación inmediata. Irrefutable y valioso porque justifica su naturaleza axiológica en la superioridad de sus valores contra todo sistema opresor y explotador. Porque moviliza a todos hacia una meta que puede ser alcanzada si saldamos nuestras deudas por la unidad y la organización de los pueblos (Perón, Puiggros, Jaramillo).

No se trata de un humanismo reformista o anestésico ni decorativo, de lo que se trata es de transformar el mundo existente y no de conservarlo o de conciliarse con él (Mondolfo). Entonces se trata de un humanismo como programa de lo inmediato capaz de elevar la conciencia, con reivindicaciones de libertad, igualdad, justicia y democracia hasta pasar de los buenos deseos a su realización concreta. Humanismo para cambiar el modo de producción y las relaciones de producción. Humanismo para no perder las esperanzas de luchar contra las tergiversaciones y para ampliar las libertades, la igualdad y justicia social. Humanismo, democrático y pleno, de seres humanos libres y creadores (Althuser).

Insistamos. Se trata de una concepción del humanismo ligada a la crítica social. No un humanismo abstracto o filantrópico burgués, no reducido a punto de vista gnoseológico, sino activado como una acción social transformadora. Humanismo real “recargado”. Humanismo de una nueva (renovada) integridad moral, ética y estética necesariamente históricas y sociales para la acción en el corazón, la panza y el cerebro de las relaciones sociales. Humanismo de un tiempo y un lugar concretos para la Revolución cultural y científica que permita asumir la realidad en términos de significación, esta vez, transformadora del mundo (Mészáros).

Expresión crítica de la historia, sus procesos políticos y económicos… la ideología de la clase dominante. Humanismo como la medida que refunda la fe objetiva en mundo humano, capaz de humanizar cuanto toque. O en otros términos, humanismo donde la potencia de lo humano sea creación que se despliega renovada e ilimitadamente. Humanismo expresión de libertad, de espiritualidad concreta, de lo verdaderamente creador y proyectil contra la mediocridad, el vacío espiritual y el “gusto” banal… humanismo para elevar la conciencia de la realidad con sus propios medios colectivos.

Humanismo atento a la dialéctica cultural de las luchas entre las clases sociales y sensible a la dialéctica, realmente existente, del internacionalismo y los sentimientos nacionales. Humanismo por la vida y contra todo los que la corroe, la destruye o la deprime. Humanismo como ética de la resistencia. También.

La esencia humana reclama su emancipación revolucionando las relaciones sociales. Eso requiere un humanismo producto de su propia praxis transformándose también en sus propias circunstancias. Humanismo pleno, histórico y creador. Tal humanismo no pudo nacer sino en el corazón mismo de la barbarie capitalista, es su contradicción más aguda. Está llamado a ser fuerza emergente superadora de una etapa histórica mayormente “deshumanizada”, vergonzosa y macabra. Humanismo que debe recoger lo mejor de los seres humanos para hacerse nuevo en nosotros y con nosotros. Humanismo como una concepción lógica de la política y como ética de lo colectivo. Una idea de lo humano que, por tanto, al no echar la filosofía por la borda, permite distinguir con claridad los territorios de sus luchas más concretas e inmediatas. De lo que se trata es de acrisolarlo en la praxis. Estamos a tiempo.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260354

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Luz Arcas: «El neoliberalismo es una nueva forma de colonización»

Por: Pablo Bujalance

Reconocida con premios como El Ojo Crítico y el Lorca, finalista de los Max y aclamada como una de las figuras de la danza española más importantes de su generación, Luz Arcas (Málaga, 1983) dirige desde 2009 la compañía La Phármaco, con la que ha facturado espectáculos como La voz de nunca (2014), Kaspar Hauser. El huérfano de Europa (2016) y Miserere. Cuando llegue la noche se cubrirán con ella (2017), representados en los cinco continentes. En noviembre estrena en los Teatros del Canal de Madrid La domesticación, primera parte de la trilogía Bekristen.

-Su nuevo proyecto nace de, digámoslo así, una crisis creativa. ¿Cuándo vio la luz al final del túnel?

-Después de Una gran emoción política, el montaje que hicimos sobre María Teresa León para el Centro Dramático Nacional, sentía que se cerraba una etapa, una visión del cuerpo y también de la escena, que tal vez se había hecho de carne por fin, real, y que había que empezar a quebrar. En realidad empecé a intuirlo en nuestro anterior trabajo, Miserere; ya entonces nos preparábamos para abordar algo distinto, pero llegó el encargo del CDN y lo recibimos como la oportunidad para sintetizarlo todo y cerrar la etapa de la mejor manera: haciendo un llamamiento a un cuerpo lleno de sentido, reacio a las abstracciones y dispuesto a hacerse cargo de su propia historia, de su contenido político. Ahora necesito abordar el cuerpo y la gestualidad actual, del presente, y necesito hacerlo directamente.

Bekristen aborda el neoliberalismo, pero ¿qué pretende aportar al debate?

-El neoliberalismo no deja de ser una nueva forma de colonización, desterritorializada, en la que la cultura global se impone con una violencia perversa, disfrazada de libertad. Los cuerpos están condenados a una carrera para la adopción de modelos relativos al éxito, la belleza, la felicidad, la eterna juventud y otras cuestiones que pasan a ser deseadas en cualquier parte. Estos procesos son más sutiles que en la antigua colonización, pero someten igualmente. Como sucedía entonces, es necesario que alguien pierda siempre. Los modelos están lejos de todos los que no pertenecen a las élites.

-Pero estos modelos, tal vez al contrario que en otras formas de colonización, son sólo un mito.

-Claro. Es que, de hecho, el neoliberalismo es una ficción perfecta, una aplicación impecable de la verosimilitud aristotélica.

-¿Y cómo se le hace frente desde la escena, donde la verosimilitud manda?

-Lo que me pregunté al idear Bekristen es cómo influye todo esto en el cuerpo como realidad colonial, como instrumento obligado a la conquista de modelos imposibles de lograr, pero que a la vez se convierten en la razón misma de la existencia. En el primer capítulo de la trilogía, La domesticación, unos cuerpos compiten por alcanzar el modelo que les salve de su propio cuerpo: del hambre, la muerte, el miedo, la memoria o la enfermedad. Estos cuerpos están convencidos de que deben ser verosímiles, de que es necesario diluirse en el estilo internacional. Pero la lógica neoliberal se construye gracias a la masificación de consumidores-perdedores, protagonistas de la tragedia contemporánea.

-¿Esa denuncia del estilo internacional tiene que ver también con la danza como realidad colonizada?

-Sí. Queremos bailar un acto de resistencia contra el estilo internacional de la danza contemporánea, marcado por la asepsia, la intelectualización del movimiento, problemáticas que afectan a sectores culturales muy determinados y reducidos, el sentimentalismo, el desarraigo, la asunción de técnicas publicitarias, del diseño.

-¿Y cómo responde La Phármaco a esa hegemonía de criterios estéticos?

-Nuestras fuentes de inspiración gestual vienen ante todo de la observación del cuerpo actual en su carrera para alcanzar esos modelos. Los cuerpos que protagonizan la obra sufren en sus vidas esa imposición, a veces resisten y se enfrentan, pero otras se dejan llevar, porque en esta vida es imposible hacer nada sin pasar por esa domesticación. Recurrimos, como otras veces, al folclore, pero esta vez nos fijamos en el folclore más actual, marcado por la globalización y la realidad poscolonial (o nuevo colonialismo desterritorializado). Estamos indagando en las manifestaciones más vulgares del movimiento. La danza de cualquiera, la de hoy.

-¿La alternativa es entonces una danza popular?

-Bueno, queremos invitar a la reflexión sobre un estilo que se apodera de todo, que lo iguala todo, cuerpos, objetos. Una homogeneización cultural no sólo estética, que tiene intenciones políticas y económicas. En la conciencia de la desigualdad surge la necesidad de resistencia. En nuestro sistema parece que cualquiera puede llegar adonde se proponga, pero eso no es cierto, es un espejismo que empuja a la ambición desmedida. En La domesticación se celebra la danza que impregna nuestros cuerpos y que revela mucho de lo que somos hoy.

La domesticación nace de su experiencia artística en Guinea Ecuatorial y reúne en su elenco a intérpretes de este país, además de otros latinoamericanos y españoles. ¿Qué objetivo persigue con esta diversidad puesta en escena?

–En 2016 ya estrenamos en Madrid Abok, un espectáculo en el que participaban bailarines ecuatoguineanos. Con esto espero descentralizar los criterios en torno a la danza y dialogar con otras visiones del cuerpo y de la escena.

Fuente e imagen: https://www.diariodealmeria.es/entrevistas/neoliberalismo-nueva-forma-colonizacion_0_1386461784.html

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