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James Dyke: “Hemos creado una civilización totalmente decidida a destruirse a sí misma, estoy aterrado”, escribe un científico de la Tierra.

Redacción: Rebelión

Traducido Por: Eva Calleja

El café sabía mal. Agrio y con un olor dulce y pegajoso. La clase de café que resulta de llenar demasiado el filtro de la máquina y luego dejarlo recociéndose al calor durante varias horas. La clase de café que yo bebía continuamente durante el día para mantener funcionando los engranajes que me quedan en la cabeza.

Los olores están poderosamente asociados a los recuerdos. Y así es que el olor a café malo se ha entrelazado con el recuerdo del momento en el que de repente comprendí que nos estamos enfrentando a la ruina total.

Fue en la primavera de 2011, y había conseguido acorralar a un miembro de alto rango del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) durante el descanso de un taller. El IPCC se creó en 1988 como respuesta a la creciente preocupación sobre como los cambios observados en el clima de la Tierra estaban causados en su mayor parte por los humanos

El IPCC revisa las grandes cantidades de ciencia que se generan sobre el cambio climático y emite informes de evaluación cada cuatro años. Teniendo en cuenta el efecto que las conclusiones del IPCC tienen en la política y en la industria, su presentación y comunicación se hacen con un enorme cuidado. Así que no esperaba mucho cuando le pregunté directamente qué grado de calentamiento creía él que íbamos a alcanzar antes de que fuésemos capaces de hacer los recortes necesarios en las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Oh, creo que nos dirigimos hacia un calentamiento de 3ºC por lo menos” dijo.

“Ah, sí, pero nos dirigimos,” contesté: “No llegaremos a los 3ºC, ¿verdad?” (Porque sea lo que sea que pienses del umbral de 2ºC que separa un cambio climático “seguro” de uno “peligroso”, 3ºC es muchísimo más de lo que gran parte del mundo podría soportar)

“No es así,” contestó

Eso no era una evasiva, sino su mejor valoración de dónde terminaremos después de todas las disputas políticas, económicas y sociales.

“Pero, ¿qué pasa con los muchos millones de personas que están amenazadas directamente?,” continué. “¿Aquellas que viven en naciones a nivel del mar, los agricultores afectados por los cambios de tiempo abruptos, los niños expuestos a nuevas enfermedades?”

Suspiró, se quedó en silencio unos segundos, y una sonrisa triste y resignada se dibujó en su cara. Entonces dijo simplemente: “Morirán.”

Ese episodio marcó un antes y un después en mi carrera académica. En ese momento, era un profesor numerario nuevo en el área de sistemas complejos y ciencias del sistema terrestre. Anteriormente había trabajado como investigador en un proyecto internacional de astrobiología con sede en Alemania.

En muchos aspectos, ese había sido el trabajo de mis sueños. Cuando era joven, me tumbaba en la hierba en las noches despejadas de verano y miraba a uno de los puntos del cielo nocturno y me preguntaba si alrededor de esa estrella orbitaba un planeta con seres que podrían mirar desde la superficie de su mundo, y de manera similar preguntarse sobre las posibilidades de encontrar vida dentro de este sistema solar común y corriente al que llamamos casa en el universo. Años más tarde, mi investigación implica pensar en cómo la vida de la superficie puede afectar a la atmosfera, a los océanos e incluso a las rocas del planeta en la que habita.

Ese es ciertamente el caso con la vida en la Tierra. A una escala mundial, el aire que respiramos contiene oxígeno principalmente como resultado de la vida fotosintética, mientras que los acantilados blancos de Dover, para algunos una parte importante de la identidad nacional en Gran Bretaña, están compuestos de incontables organismos marinos minúsculos que vivieron hace más de 70 millones de años.

Así que no había más que un paso entre pensar como la vida ha alterado radicalmente la Tierra durante miles de millones de años y mi nuevo estudio que analiza como una especie en particular ha provocado cambios importantes durante los últimos siglos. Sin tener en cuenta otros atributos que el Homo sapiens pueda tener, nuestros pulgares oponibles, postura erguida y grandes cerebros; nuestra capacidad de afectar el medioambiente en todos los aspectos puede que quizá no tenga precedentes en toda la historia de la vida. Cuando menos, los humanos somos capaces de preparar un lio tremendo.

Cambio a lo largo de una vida

Nací a principios de los años 70. Desde entonces, el número de personas que habita la tierra se ha duplicado mientras que el número de poblaciones de animales salvajes ha caído un 60%. La humanidad ha lanzado una bola de demolición contra la biosfera. Hemos cortado más de la mitad de selvas del mundo y para mitad de siglo no quedará mucho más que un cuarto. Esto ha ido acompañado de una pérdida masiva de biodiversidad, tal es así, que la biosfera puede estar entrando en uno de los grandes eventos de extinción masiva de la historia de la vida en la Tierra.

Lo que hace que esto sea mucho más preocupante es que estos impactos todavía no se han visto muy afectados por el cambio climático. El cambio climático es el fantasma de los impactos futuros. Tiene el potencial de intensificar a niveles incluso mayores lo que hemos hecho los humanos. Existen evaluaciones fiables que concluyen que una de cada seis especies está amenazada de extinción si continúa el cambio climático.

La comunidad científica lleva dando la voz de alarma sobre el cambio climático durante décadas. La respuesta política y económica ha sido, en el mejor de los casos, indolente. Sabemos que para evitar los peores efectos del cambio climático necesitamos reducir las emisiones rápidamente, ahora.

El repentino aumento de cobertura sobre el cambio climático en los medios de comunicación, como resultado de las acciones de Extinction Rebellion y de la pionera de las huelgas escolares por el clima Greta Thunburg, demuestran que hay un amplio segmento de la sociedad que está despertando a la necesidad de acciones urgentes. ¿Por qué se ha tenido que llegar a ocupar la Plaza del Parlamento en Londres o a que niños por todo el mundo salgan de las escuelas para conseguir que se escuche este mensaje?

Hay otra manera de considerar como hemos estado reaccionando al cambio climático y a otros retos medioambientales. Es emocionante y terrorífico a la vez. Es emocionante porque ofrece una nueva perspectiva de cómo podríamos evitar la inacción. Terrorífico porque, si no tenemos cuidado, podría llevarnos a la resignación y al parálisis.

Porqué una explicación a nuestro fracaso colectivo contra el cambio climático es que dicha acción colectiva sea quizá imposible. No es que no queramos cambiar, es que no podemos. Estamos encerrados en un sistema a escala planetaria que aunque esté construido por humanos, esta mayormente fuera de nuestro control. Este sistema se denomina la tecnosfera.

La tecnosfera

Término acuñado por el geocientífico estadounidense Perter Haff en 2014, la tecnosfera es el sistema formado por individuos humanos, sociedades humanas, y cosas. Desde el punto de vista de las cosas, los humanos hemos producido 30 billones de toneladas métricas de cosas. Desde rascacielos a CDs, desde fuentes a juegos de fondue. Gran parte son infraestructuras, como carreteras y ferrocarril, que conectan a los humanos entre ellos.

Junto con el transporte físico de los humanos y los bienes que consumen, esta la transferencia de información entre los humanos y sus máquinas. Primero a través de la palabra, luego en pergamino y en documentos de papel, luego en ondas de radio convertidas en sonido e imágenes y más tarde la información digital enviada por internet. Estas redes facilitan la creación de comunidades humanas. Desde las bandas errantes de cazadores-recolectores y pequeñas tribus agrícolas, hasta los habitantes de una mega ciudad que aglutina a más de 10 millones de habitantes, el Homo sapiens es una especie fundamentalmente social.

Tan importante, pero menos tangible, es la sociedad y la cultura. El reino de las ideas y las creencias, de los hábitos y las normas. Los humanos hacen muchísimas cosas diferentes porque en asuntos importantes ven el mundo de maneras diferentes. A menudo se cree que estas diferencias son la causa de nuestra incapacidad de actuar efectivamente a nivel mundial. Para empezar, no existe un gobierno mundial.

Pero a pesar de lo diferentes que podamos ser, la gran mayoría de la humanidad se comporta ahora de maneras fundamentalmente similares. Sí, todavía hay nómadas que deambulan por las selvas tropicales, y gitanos marineros errantes. Pero más de la mitad de la población mundial vive ahora en ambientes urbanos y casi todos están conectados de alguna manera a actividades industriales. La mayor parte de la humanidad está fuertemente involucrada en el complejo sistema industrial globalizado que es la tecnosfera.

Sobre todo, el tamaño, la escala y el poder de la tecnosfera ha crecido de forma dramática desde la Segunda Guerra Mundial. Este enorme aumento del número de humanos, de su consumo de energía y materiales, de la producción de alimentos y del impacto medioambiental se conoce como la Gran Aceleración.

La tiranía del crecimiento

Parece sensato asumir que la razón por la que se crean los productos y servicios es para que se puedan comprar y vender y para que quienes los fabrican puedan tener un beneficio. Por esto es que el deseo por la innovación, por teléfonos más pequeños y más rápidos por ejemplo, está motivado por el ser capaz de ganar más dinero vendiendo más teléfonos. En línea con esto, el escritor medioambientalista George Monbiot argumento que la causa principal del cambio climático y de otras catástrofes medioambientales es el capitalismo y como consecuencia, cualquier intento de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero fracasará si permitimos que el capitalismo continué.

Pero dejando de lado el esfuerzo de productores individuales, e incluso a la humanidad, permítannos utilizar una perspectiva completamente diferente, una que trasciende a las críticas al capitalismo y a otras formas de gobierno.

Los humanos consumen. Primeramente, debemos comer y beber para mantener nuestro metabolismo y continuar vivos. Más allá de eso, necesitamos cobijo y protección de los elementos físicos.

También están las cosas que necesitamos para funcionar en nuestros diferentes trabajos y actividades y para viajar desde y hasta esos trabajos y actividades. Y después de eso está el consumo más discrecional: Televisores, consolas de videojuegos, joyas, moda.

El objetivo de los humanos en este contexto es consumir productos y servicios. Cuanto más consumimos, más materiales se extraen de la Tierra, más recursos energéticos se consumen, y más fabricas e infraestructuras se construyen. Y finalmente, más crece la tecnosfera.

El surgimiento y el desarrollo del capitalismo, obviamente llevó al crecimiento de la tecnosfera: la aplicación de mercados y de sistemas legales, permite un aumento del consumo y por ende el crecimiento. Pero otros sistemas políticos pueden servir al mismo objetivo, con distintos grados de éxito. Recuerden la producción industrial y la contaminación ambiental de la antigua Unión Soviética. En el mundo moderno, todo lo que importa es el crecimiento.

La idea de que el crecimiento está detrás de nuestra civilización insostenible no es un concepto nuevo. Como es sabido, Thomas Malthus argumentaba que existían límites al crecimiento de población humana, mientras que el libro del Club de Roma de 1972, Limites al Crecimiento (Limits to Growth), presentó resultados simulados que apuntaban al colapso de la civilización mundial.

Hoy en día, las narrativas alternativas a la agenda del crecimiento están ganando tracción política con un Grupo Parlamentario de Todos los Partidos convocando reuniones y actividades que se toman en serio las políticas de decrecimiento. Y frenar el crecimiento dentro de los límites medioambientales es de suma importancia para la idea de un Green New Deal, que ahora se está debatiendo con seriedad en EE.UU, Gran Bretaña y otras naciones.

Si el crecimiento es el problema, entonces solo tenemos que ponernos a trabajar en ello, ¿no? No será fácil, ya que el crecimiento está integrado en cada aspecto de la política y la economía. Pero al menos, podemos imaginarnos como sería una economía de decrecimiento.

Mi miedo, sin embargo, es que no seremos capaces de frenar el crecimiento de la tecnosfera incluso si lo intentamos, porque en realidad no lo controlamos.

Límites a la libertad

Puede parecer un sinsentido que los humanos sean incapaces de realizar cambios importantes en un sistema que ellos mismos han construido. Pero ¿qué libertad tenemos? En lugar de ser los amos de nuestro propio destino, puede que tengamos nuestra capacidad de actuar bastante restringida.

Como las células sanguíneas individuales fluyendo a través de los capilares, los humanos son parte de un sistema a escala mundial que cubre todas sus necesidades y del que han llegado a depender completamente.

Si te montas en el coche para ir a un lugar en particular, no puedes viajar en línea recta directa a tu destino, como haría un pájaro. Usarás carreteras que en algunos casos son más antiguas que tu coche, que tú, o incluso que tu nación. Una parte significativa del trabajo y del esfuerzo humano está dedicado a mantener este tejido de la tecnosfera: arreglando carreteras, líneas de ferrocarril, y edificios, por ejemplo.

En ese sentido, cualquier cambio debe ser incremental porque debe usar lo que las generaciones actuales y pasadas han construido. Encauzar a la gente a través de redes de carreteras parece una forma trivial de demostrar que lo que pasó en el pasado puede constreñir el presente, pero el camino de la humanidad hacía la descarbonización no va a ser directo. Debe comenzar desde aquí y, al menos al principio, usar las rutas de desarrollo existentes.

Esto no tiene la intención de excusar a los políticos por su falta de ambición, y su cobardía. Pero indica que hay razones más profundas por las que las emisiones de carbono no están disminuyendo incluso cuando parece que hay noticias cada vez más halagüeñas sobre alternativas a los combustibles fósiles.

Piénsalo: a escala mundial, hemos sido testigos de un rápido desarrollo en la generación de energía solar, eólica y otras fuentes de energía renovable. Pero las emisiones de gases de efecto invernadero continúan subiendo. Esto es porque las renovables promueven crecimiento, simplemente representan otra manera de extraer energía, en lugar de reemplazar una existente.

La relación entre el tamaño de la economía mundial y las emisiones de carbono es tan fuerte que el físico estadounidense Tim Garret ha propuesto una formula muy simple que une ambos conceptos con una exactitud asombrosa. Utilizando este método, un científico atmosférico puede predecir el tamaño de la economía mundial durante los últimos 60 años con una precisión enorme.

Pero correlación no implica necesariamente causalidad. Que haya habido una relación estrecha entre el crecimiento económico y las emisiones de carbono no significa que ha de continuar indefinidamente. La explicación tentadoramente simple de esta relación es que la tecnosfera puede verse como un motor: uno que funciona para hacer coches, carreteras, ropa, y cosas, incluso personas, usando la energía disponible.

La tecnosfera todavía tiene acceso a suministros abundantes de combustibles fósiles de alta densidad energética. Y por tanto, la separación absoluta entre las emisiones mundiales de carbono y el crecimiento económico no tendrá lugar hasta que estos no se acaben, o hasta que la tecnosfera haga finalmente la transición a una generación de energía alternativa. Eso bien puede quedar pasada la zona de peligro para los humanos.

Una conclusión repugnante

Acabamos de empezar a apreciar que nuestra influencia en el sistema terrestre es tan grande que posiblemente hayamos dado lugar a una época geológica nueva: el Antropoceno. Las rocas de la tierra serán testigos del impacto de los humanos mucho después de que desaparezcamos. La tecnosfera puede considerarse el motor del Antropoceno. Pero eso no significa que lo estemos impulsando. Puede que hayamos creado este sistema, pero no está construido para nuestro beneficio común. Esto va totalmente en contra de como vemos nuestra relación con el sistema terrestre.

Consideremos el concepto de límites planetarios, que ha generado mucho interés científico, económico y político. Esta idea describe al desarrollo humano impactando en nueve límites planetarios, que incluyen el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la acidificación de los mares. Si traspasamos estos límites, el sistema terrestre cambiara en maneras que harán que sea muy difícil, sino imposible, que se mantenga la civilización humana. El valor de la biosfera aquí, por ejemplo, es que nos suministra bienes y servicios. Esto es, lo que literalmente podemos obtener del sistema.

Este mismo enfoque centrado en el individuo debería llevar a un desarrollo más sostenible. Debería restringir el crecimiento. Pero el sistema tecnológico mundial que hemos construido es hábil esquivando esas restricciones. Usa la ingenuidad humana para construir nuevas tecnologías, como la geoingeniería, para reducir la temperatura de la superficie. Eso no detendrá la acidificación de los mares y podría causar el colapso potencial de los ecosistemas marinos. No importa. La limitación climática se habrá evitado y la tecnosfera podrá ponerse a trabajar para superar cualquier efecto secundario de la pérdida de biodiversidad. ¿Se agotan las reservas de pescado? Cambiamos a la piscicultura o al cultivo intensivo de algas.

Como hemos explicado hasta ahora, no hay nada que evite que la tecnosfera liquide la mayor parte de la biosfera de la tierra para satisfacer su crecimiento. Mientras haya bienes y servicios que consumir, la tecnosfera podrá seguir creciendo.

Y así que puede que tanto aquellos que temen el colapso de la civilización como aquellos que tienen una fe permanente en que la innovación humana será capaz de solucionar todos los problemas de sostenibilidad, estén equivocados.

Después de todo, una población mucho más pequeña y mucho más rica, del orden de cientos de millones, podría consumir más que la actual población de 7,6 miles de millones o la población estimada de nueve mil millones para mitad de siglo. Aunque habrá disturbios generalizados, la tecnosfera puede que sea capaz de capear un cambio climático más allá de los 3ºC. No le importa, no le puede importar, que miles de millones de personas hayan muerto.

Y en algún momento del futuro, la tecnosfera podría incluso funcionar sin humanos. Nos preocupa que los robots nos quiten el trabajo. Quizá debería preocuparnos más que nos quiten el papel de consumidores alfa.

Plan de escape

La situación puede parecer bastante desesperada. Sea mi argumento una representación acertada o no de nuestra civilización, existe el riesgo de que se produzca una profecía autocumplida. Porque si creemos que no podemos ralentizar el crecimiento de la tecnosfera, ¿para qué vamos a preocuparnos?

Esto lleva la cuestión de “¿qué puedo hacer yo?” a la de “¿qué puede hacer nadie?” Mientras que volar menos, comer menos carne y productos lácteos e ir en bici a trabajar son iniciativas loables, no suponen vivir fuera de la tecnosfera.

No es que demos un consentimiento tácito a la tecnosfera al usar sus carreteras, ordenadores o alimentos cultivados de manera intensiva. Es que al ser miembros productivos de la sociedad, al ganar y gastar, y sobre todo al consumir, estamos ayudando a su crecimiento.

Quizá la mejor manera de evitar el fatalismo y el desastre sea la aceptación de que los humanos no controlamos realmente nuestro planeta. Este sería un paso vital que podría darnos una perspectiva más amplia que no solo incluya a los humanos.

Por ejemplo, la actitud económica generalizada hacia los árboles, las ranas, las montañas y los lagos es que solamente tienen valor si nos proporcionan algo. Esta visión los clasifica como meras materias primas para explotar y depósitos para desechos.

¿Y si pensásemos en ellos como componentes o incluso como nuestros compañeros en el complejo sistema terrestre? Las cuestiones sobre desarrollo sostenible se transforman en cuestiones sobre como el crecimiento de la tecnosfera puede acomodar sus problemas, intereses y bienestar además de los nuestros.

Esto puede generar cuestiones que parecen absurdas. ¿Cuáles son los problemas o intereses de una montaña? ¿Los de una pulga? Pero si continuamos enmarcando la situación en términos de “nosotros contra ellos”, del bienestar humano por encima de todo en el sistema terrestre, entonces puede que estemos amputando la mejor manera de protección contra una tecnosfera peligrosamente incontrolada.

Así que la protección más efectiva contra el colapso del clima puede que no sean las soluciones tecnológicas, sino volver a imaginar de una manera más fundamental lo que supone vivir bien en este planeta en particular. Puede que estemos gravemente restringidos en nuestra capacidad de cambiar y refundir la tecnosfera, pero deberíamos ser libres para concebir futuros alternativos. Hasta ahora nuestra respuesta al reto del cambio climático muestra un fallo fundamental en nuestra imaginación colectiva.

Para entender que estas en una cárcel, antes debes de ser capaz de ver los barrotes. Que esta cárcel fue creada por humanos durante muchas generaciones no cambia el resultado de que actualmente estamos estrechamente ligados a un sistema que podría, si no actuamos, llevarnos a la pobreza e incluso a la muerte de miles de millones de personas.

Hace ocho años, desperté a la posibilidad real de que la humanidad se esté enfrentando al desastre. Todavía puedo oler el café malo, todavía puedo recordar mi intento desesperado de encontrar sentido a las palabras que estaba escuchando. Aceptar la realidad de la tecnosfera no significa rendirse, o volver a nuestras celdas con resignación. Significa conseguir una nueva pieza vital del mapa y planear nuestro escape.

James Dyke, profesor asociado en Sistemas Globales, Universidad de Exeter, para The Conversation

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=256877

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Exministros se unen contra Bolsonaro por la educación en Brasil

Redacción: Telesur

Exministros brasileños se unieron este martes para denunciar la política y los recortes educativos que ha implementado el gobierno.

Seis exministros de Brasil, crearon una alianza este martes en Sao Paulo, para denunciar la política educativa que ha estado implementando el presidente de la nación, Jair Bolsonaro.

Los exministros José Goldemberg (1991-1992), Murílio Hingel (1992-1995), Cristovam Buarque (2003-2004), Fernando Haddad (2005-2012), Aloizio Mercadante (2012-2014) y Renato Janine Ribeiro (2015) presentaron un manifiesto que denuncia las actuales políticas educativas, que según indican es de forma sectaria, además de tratar a la educación como una amenaza.

«La autonomía universitaria está en juego, con verdaderos atentados retóricos por parte del Ministerio en relación a quien produce conocimiento en este país», aseguró Haddad.

Los seis exministros aseguran que la autonomía académica se encuentra en riesgo gracias al Gobierno presidido por Bolsonaro, además de arriesgar todos los logros en el ámbito educativo que se han obtenido hasta la fecha a través de diversas gestiones.

Este manifiesto se debe al reciente anuncio del ministro de Educación de Brasil, Abraham Weintraub, sobre congelar un 30 por ciento del presupuesto educativo, lo cual, según los exministros puede tener resultados irreversibles y hasta fatales.

Las reformas y recortes políticas que ha aplicado la gestión de Bolsonaro lo que ha conseguido es el descontento de gran parte de la población, que se ha manifestado en constantes ocasiones en lo que va de 2019.

Por otra parte, once exministros de Justicia y Seguridad Pública publicaron este martes en el medio Folha de Sao Paulo, un comunicado sobre el descontento y preocupación por las políticas que quiere Bolsonaro con respecto al porte de armas y la flexibilización para la compra de ellas.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/exministros-bolsonaro-educacion-brasil-rechazo-20190604-0027.html

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Hanna Arendt y la crisis de la educación

Por: Luis Roca Jusmet

Hanna Arendt tiene un interesante artículo sobre la crisis de la educación. Lo escribe en 1958, pero me parece que tiene una gran actualidad, lo cual quiere decir que nos permite pensar el presente. No quiero recetas, quiero material para pensar lo actual. Para la filósofa alemana hay tres causas que explican la crisis del sistema educativo actual (ella se refiere al de USA de su tiempo, que como sabemos se ha globalizado).

La primera es consecuencia de lo que ella califica como la desaparición de la autoridad en el mundo moderno. El mundo moderno no es lo mismo que la época moderna. El mundo moderno aparece, para Hanna Arendt, desde la explosión de la bomba atómica. Autoridad quiere decir reconocimiento. Los niños y los adolescentes no reconocen a los adultos como una autoridad, como alguien que está por encima de ellos porque tienen una formación y una experiencia de la que ellos carecen. Como no reconocen esta autoridad los niños y adolescentes se constituyen en un grupo con su propia dinámica y sus propios líderes y opiniones. Esto lleva, dice, a la tiranía de la mayoría. No hay criterio, solo hay opiniones, sin argumentación. Y tiene más fuerza el que tiene la mayoría, aunque no tenga razones. Es lo que Aristóteles llamaba la demagogia.

Hanna Arendt habla de la emancipación de los niños y de los adolescentes la tercera gran emancipación de los últimos tiempos, pero que se ha de valorar de manera contraria que los anteriores. La emancipación de los trabajadores y de la mujer tienen un sentido positivo, liberador. Son emancipaciones reales en el sentido que se rompen unas cadenas y constituyen nuevos sujetos de derechos capaces de responsabilizarse por sí mismos. Pero la emancipación de los niños y los adolescentes es ambivalente. Tiene un aspecto mortífero: para ellos mismos y para el mundo. Se pierde el conglomerado cultural heredado, pero no entendida de manera tradicional inmovilista, sino como como algo dinámico, una continuidad abierta a la transformación. La cultura es una herencia y sin la autoridad del pasado, ya no hay herencia cultural posible. Quizás este sea el efecto negativo de un movimiento juvenil tan ambiguo y ambivalente como el que tuvo como síntoma más claro el Mayo del 68.

La segunda es el dominio de la pedagogía, entendida como ciencia de la educación. La pedagogía como un supuesto saber de los que saben cómo enseñar sin hacerlo. Enseñar se convierte en una tecnología, en un procedimiento que apodemos aplicar a cualquier contenido. Quizás la versión más radical de este planteamiento sea el Maestro ignorante defendido por Jacques Rancière. El maestro es el que domina la voluntad, no la inteligencia, el que es capaz de motivar, no de enseñar. Para Hanna Arendt, en cambio, el maestro es aquel que ama lo que sabe y desea transmitirlo. El maestro es conservador porque es el portador de la cultura, que debe ser primero asimilada y luego transformada. Se enseña a formar un criterio desde el que ejercer la crítica. Primero hace falta escuchar y entender. Si no es así lo que se hace es potenciar la opinión sin argumento y justificarla como supuesta arma crítica. Se trata de recibir y una vez asimilado lo que nos enseñan se puede ser capaz de aportar algo nuevo. El sentido crítico y la creatividad exigen un largo esfuerzo de asimilación, un trabajo interior profundo.

La tercera es lo que Hanna Arendt llama los dogmas del “pragmatismo” ( al que nosotros llamaríamos “constructivismo”). Es la consideración de que solo se aprende a través de manera lineal a partir de los preconceptos. ¿Solo se puede enseñar a partir de lo que no conoce? ¿por qué no podemos considerar el aprendizaje, en ocasiones, como una sacudida, como un salto al vacío? El segundo dogma es que aprender debe ser un placer. Esto implica confundir el placer con el deseo. El deseo viene de la falta. Los humanos tenemos una falta estructural que puede orientarse hacia la búsqueda del saber. Esta debería ser la base de la educación. No un placer lúdico sino la inquietud que surge cuando falta algo, falta que no taponamos cuando aparece. El tercer dogma es que las habilidades son algo formal que se puede aprender sin contenidos.

Para Hanna Arendt la crisis de la educación viene de la crisis de la política, ya que considera que es la crisis de la política la que genera el cuestionamiento de la autoridad y de la tradición (como vinculación a los orígenes). Me parece que es un factor más dialéctico, hay más factores en interacción. Tiene que ver con la consolidación del capitalismo y, hoy, del neoliberalismo. En un sentido amplio, no solo económico. Tienen que ver con la cultura de masas y la sociedad de consumo (de la que sí habla la filósofa). Tiene que ver con la mercantilización global, con el individualismo y el culto al ego como algo privado. Con la vida entendida como una empresa.

El psicoanálisis lacaniano ha pensado bien el tema, a partir de estos comentarios de Hanna Arendt. Es lo que llaman el declive del Otro simbólico, de los ideales. la ruptura de las mediaciones simbólicas en el goce y la irrupción de un goce directo a partir de los objetos. La falta de Ideales reguladores. la confusión del deseo con la demanda. el niño, el adolescente pide y sus demandas se convierten en absolutas. La falta de diferencias entre generaciones. La demanda de los hijos como un imperativo para los padres. Entonces la frustración se vuelve intolerable. Aparecen así los trastornos de la época: hiperactividad, trastorno bipolar ( afecciones maníacas). El goce es autista: el partenaire es el objeto ( la droga, el objeto ). Y el rechazo inconsciente al consumo produce la anorexia. Massimo Recalcati ha trabajado estos temas de un manera extraordinariamente lúcida. También algunos sociólogos como Richard Sennett cuando hablan de la “corrosión del carácter” en el tardo capitalismo.

Mientras tanto, en la escuela hay la segregación interna del que está aislado en el aula. Se impone un modelo que, bajo la apariencia de diversidad, es totalmente homogeneizador. Se impone a la fuerza un modelo de educación a quien no quiere aprender lo que le enseñan. Se piensa que la falta de autoridad, la caída de la ley y del ideal se puede sustituir por la reglamentación. Que la falta de motivación de unos profesores que no pueden transmitir nada si no se les reconoce su saber ni hay deseo de aprender, puede ser sustituida por evaluaciones externas.

El neoliberalismo ya está desarrollando su estrategia. frente a él reacciones impotentes de tipo nostálgico. Frente a la caída de la autoridad, o máxima reglamentación o autoritarismo. Pero lo que se necesita es una autoridad sin autoritarismo, basada en el reconocimiento, en la autorización. El que tiene autoridad no necesita ni la persuasión ni la fuerza, planteaba Hanna Arendt. Este es el difícil reto.

No se trata de enseñarles a ser competentes. ¿Qué quiere decir competencia social o competencia lingüística, o competencia emocional? Se trataría, más bien, de enseñarles el mundo de la cultura que vale la pena conservar: el conglomerado heredado que hay que actualizar. También a formar el carácter, como decían los antiguos. Enseñarles, no autoestima sino el respeto hacia uno mismo y hacia el otro.

Enseñarles a ser responsables de sus acciones y de sí mismos. ¿Pero quién lo hará? Menos que nadie los adultos infantilizados En el fondo, adultos prematuros condenados a la adolescencia eterna. Menos que nadie una sociedad en la que todos nos presentamos como víctimas. Una sociedad en la que no hay personas mayores.

Pero enseñarles también que la vida de cada cual es una vida en sociedad, que hemos de responsabilizarnos de lo política, como marcan los valores republicanos que defendía Hanna Arendt. Que nuestra vida es y ha de ser compartida con los otros. Y que es un desafío para todos hacer que el mundo que dejamos sea mejor que el que nos hemos encontrado.

Fuente: http://rebelion.org/noticia.php?id=255373

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O papel da LOMCE: STEM e PISA como profundización do neoliberalismo

Por: Jurjo Torres.

 

Na tarefa de conformar un ser humano neoliberal, conservador e neocolonialista as políticas educativas e outros axentes aparentemente neutrais xogan un papel determinante. Algo que facilitará ao PP e ás novas dereitas as tomas de decisións e a aprobación de leis estruturais noutras áreas: economía, traballo, saúde, servizos sociais, xustiza ou defensa.

ara facilitar a tarefa de conformar un ser humano neoliberal, conservador e neocolionialista a LOMCE xogou, e xoga, un papel determinante. Proba da importancia desta lei para o Partido Popular é que foi das poucas aprobadas no Parlamento e no Senado só cos votos do partido (182 votos a favor, 143 en contra e dúas abstencións, procedentes de Unión del Pueblo Navarro). Isto mostra o importante que é para o PP loitar pela hexemonía cultural neoliberal, algo que lle facilitará outras tomas de decisións e a aprobación de leis estruturais de igual o maior importancia noutras áreas: economía, traballo, saúde, servizos sociais, xustiza ou defensa.

currículum oficial, o lexislado, pasa con esta nova Lei a dar prioridade a materias e contidos etiquetados como STEM: Science, Technology, Engineering e Mathematics, ou Ciencia Tecnoloxía, Enxeñaría e Matemáticas; así como á Educación Financeira, que non Económica, pois a realidade hoxe é a consolidación do capitalismo financeiro e non do industrial. Quedaron así relegadas a un segundo plano as Ciencias Sociais, as Artes e as Humanidades e, xa que logo, a Filosofía. É importante ter conta de que estas tres últimas son as grandes áreas de coñecemento que nos “des-centran”, que nos ensinan e obrigan a descubrir, a mirar e a tratar de comprender aos “outros”; que nos ensinan a vivir xuntos.

As Ciencias Sociais, as Artes e as Humanidades e a Filosofía son as grandes áreas de coñecemento que nos “des-centran”, que nos ensinan e obrigan a descubrir, a mirar e a tratar de comprender aos outros

Non debemos esquecer que as afiliacións socio-culturais estabelecen os contornos e os límites da nosa concepción do eu, da propia identidade. E aquí reside, se non hai políticas culturais, educativas e xurídicas que sirvan para contrarialas, o xerme dos esencialismos. Esencialismos que inferiorizan e desprenden como iguais aos diferentes colectivos do grupo que se torna hexemónico. Aquel que establece autoritaria e acríticamente o patrón de medida e un amenazante tribalismo polarizado. Autores como Hanna Arendt e, máis recentemente, Kwame Anthony Appiah alértannos para esta perigosa ameaza que se organiza en torno dos esencialismos levantados social e politicamente con base en crenzas e construcións culturais, nacionalismos, etnias, sexo, relixións ou clase social, esencializando patróns que, durante séculos, veñen estando na orixe das máis duras guerras de exterminio.

AS LEIS MORDAZA DO SISTEMA EDUCATIVO

O desenvolvemento do espírito crítico ten nestas áreas de coñecemento o seu motor principal. É considerando asuntos humanos, en canto seres sociais, onde se precisa dun maior clima de liberdade para arriscarse a pensar, a xerar explicacións e hipóteses, para procurar argumentos convincentes. Algo que é mais complicado de obter xa que para iso estamos obrigados a tomar en consideración o pasado desa sociedade e comunidade, as experiencias persoais e comunitarias, as subxectividades que explican as valoracións, a toma de decisións, as condutas como individuos, como grupo e como país. Como xa dixera no século XIX un dos país do liberalismo moderno, John Stuart Mill: “Existe a maior diferenza entre presumir que unha opinión é verdadeira, porque non foi refutada oportunamente, e presumir que é verdadeira para non permitir a súa refutación”. E engade o escocés: “A liberdade total de contradicir e desaprobar unha opinión é a propia condición que nos xustifica O hábito constante de corrixir e completar a propia opinión comparándoa coa dos outros, lonxe de causar dúbidas e vacilacións na súa aplicación é práctica, é o único fundamento sólido dunha xusta confianza nela”.

Restrínxese a capacidade de entrar en contacto con outras fontes de información

Controlar estas áreas de coñecemento restándolles importancia é algo que non podemos pasar por alto xa que, aínda que desvalorizadas, van a estar sometidas a unha minuciosa vixilancia, cunha delimitación moi detallada dos seus contidos. A maiores, estas materias contan cuns estándares de rendemento e modelos de avaliación que favorecen unha imposición acrítica de “verdades oficiais” dos poderes dominantes. Restrínxese ademais a capacidade de entrar en contacto con outras fontes de información, perspectivas, puntos de vista ou análises non hexemónicos. Un control dos contidos semellante ao que impoñen os Reais Decretos vixentes, e que pode ser considerado unha “lei mordaza” para o sistema educativo.

A EDUCACIÓN NOS PROGRAMAS DA DEREITA

Os partidos políticos de dereita e extrema dereita van, no entanto, anunciarse como porta-estandartes da liberdade, sen especificar o significado concreto que atribúen a este concepto. Así por exemplo, a Sección 3 do programa electoral do PP para as eleccións xerais, autonómicas e municipais deste ano titúlase «Por unha educación de calidade e en liberdade«, mais na introdución desta sección déixase claro o papel subsidiario do Estado en favor das familias, e non á cidadanía. «O dereito á educación pertence as familias«, ou noutras palabras, unicamente as nais ou pais teñen voz, o resto das cidadanía debe permanecerá marxe.

Esta concepción restritiva e reducionista alerta da necesidade de monitorizar a ortodoxia de contidos, recursos e metodoloxías didácticas, pois «o sistema educacional debe deixar de ser un instrumento de experimentación e de ideoloxización da esquerda e tornarse nun ámbito onde sexa garantida a liberdade das familias, o desempeño profesional dos profesores e a convivencia de modelos públicos, concertados e privados» como afirman na páxina 20 do seu programa. A maiores, o papel do profesorado, no marco dunha LOMCE intervencionista e regulamentista, tradúcese nun tecnocratismo acrítico.

É rechamante que o PP, o mesmo que Vox, acusen implícitamente aos libros de texto de adoutrinamento

É moi rechamante que o PP, o mesmo que Vox, acusen implicitamente aos libros de texto e outros materiais das Ciencias Sociais, Humanidades ou Artes de adoutrinamento, de vehículos do marxismo e de ideoloxías de xénero. Sobre todo tendo en conta que a maioría das editoras de libros de texto son propiedade de ordes relixiosas católicas con concepcións fundamentalistas e que, por outra banda, os contidos obrigatorios de todas as materias foron elaborados polo Partido Popular, sen o mais mínimo debate democrático.

A hexemonía das STEM e da Educación Financeira, xunto coa cultura do emprendemento empresarial capitalista (de obrigada atención como obxectivo transversal de todas as etapas da escolaridade), comeza a consolidarse como foco de atención decisivo para practicamente a maioría dos partidos políticos, de organizacións económicas internacionais (OCDE, Banco Mundial, FMI, Foro de Davós, G20, …), fundacións filantro-capitalistas (Bill e Melinda Gates, Howard G. Buffett, Amancio Ortega, Teach For All, Empieza por Educar, …), así como para as equipas reitorais e consellos sociais dos centros educativos públicos e privados.

Unha axuda inestimábel para este redireccionamento mercantilista capitalista veu da man de, entre outras, as avaliacións internacionais e elaboradoras de ránkings aplicadas pola Asociación Internacional para a Avaliación do Rendemento Educativo (IEA en Inglés). Algunhas delas son a TIMSS e a PIRLS no Ensino Primario, ou o máis coñecido PISA na Educación Secundaria Obrigatoria. Estas probas avalían as mesmas competencias: Comprensión lingüística, Matemáticas, Ciencias Experimentais e Educación Financeira. Descóidanse os contidos culturais desas áreas; é dicir, o que realmente é responsabilidade exclusiva das institucións educativas, posto que o desenvolvemento das competencias trabállase tanto nas aulas como fora do tempo escolar, nos ambientes familiares, veciñais, aceso a medos de comunicación de calidade, visitas a museos etc.

As políticas educativas neoliberais dificultan a construción dun nós inclusivo

Este tipo de políticas educativas neoliberais contribúen así a dificultar, cando non a imposibilitar, a construción dun “nós” inclusivo, non nos ensinan a vivir xuntos. Ao contrario, contribúen a xerar demasiados “outros”, na medida en que volvemos a escolarizarnos segundo a nosa clase social, sexo, etnia, relixión, capacidades etc. Esta dificultade de aprender a ver e de tomar en consideración aos diferentes “outros construídos social, política e culturalmente”, axuda a construír e reproducir outras explicacións non válidas, non xustas, nin científicas, nin democráticas sobre comportamentos e diferencias humanas.

Acabamos por subscribir e naturalizar neses “outros” toda clase de instintos, de comportamentos perversos innatos, que obrigarían ao resto da cidadanía a velos e a relacionarse con eles como “seres perigosos”, “ameazas á convivencia e ao país. País do que somos propietarios desde e para sempre. Convertémolos, xa que logo, en seres dos que coidarse e afastarse. E tratamos de que non moren nos mesmos edificios, barrios, cidades e vilas que “nós”. Que non traballen ao noso carón, agás que sexa “para nós”. Sen dubidar ou sentir culpabilidade porque a súa vida física estea en perigo, ou porque non sexan quen de sobrevivir nas nosas cidades, Comunidades Autónomas ou na “nosa” España.

A desconsideración dos contidos das tres grandes áreas de coñecemento, que antes mencionabamos vai favorecendo a criación dun novo senso común que explica e naturaliza a perigosidade dos “outros”

A desconsideración é a relegación a “marías” dos contidos das tres grandes áreas de coñecemento mencionadas, aquelas coas que podemos construír a “simpatía”, a xustiza, a solidariedade, a cooperación, o respecto; a aprender a vivir, traballar e a gozar xuntos, vai favorecendo, pouco a pouco, a creación dun novo senso común que explica e naturaliza a perigosidade dos “diferentes”, dos “outros”. É tamén deste modo como ven penetrando unha nova ideoloxía e modelo de sociedade “pos-fascista”, como sinalou Enzo Traverso, ou neo-fascista, resultado da mistura de neoliberalismo, autoritarismo, chauvinismo nacionalista, conservadurismo, anti-feminismo, xenofobia, islamofobia, imperialismo, militarismo e desprezo do pluralismo.

Fuente del artículo: https://www.elsaltodiario.com/educacion/o-papel-da-lomce-as-stem-e-pisa-como-profundizacion-do-neoliberalismo#

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Documental: #EducaciónAlternativa, producido por la CNTE México

Redacción: CNTE

Le invitamos a ver este documental sobre la #educaciónAlternativa de la sección XVIII de la CNTE.

Elaborado por el Centro Sindical de Investigación e Innovación Educativa #CSIIE .

Mostrando una de las expresiones más acabadas del Programa Democrático de Educación y Cultura para el Estado de Michoacán #PDECEM, las Escuelas Integrales de Educación Básica EIEB.

¡La sección XVIII de la CNTE es protesta en las calles y propuesta educativa en las escuelas!

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=RW8hReV3YCo&t=322s

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La disputa por la educación: los neoliberales se aferran a mercantilizarla

Por: José Enrique González Ruiz

La lucha contra el neoliberalismo no ha acabado, a pesar de un nuevo gobierno que en el discurso condena claramente la política neoliberal. El reto ahora es desmontar uno de los triunfos más profundos que se había anotado el antiguo régimen: la reforma educativa. No se trata sólo de suspender la evaluación punitiva, sino de erradicar el carácter mercantil y recuperar el valor del trabajo académico como formador de seres humanos solidarios.

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Trabajando, pescando y combatiendo

en su trabajo de carpintería o en su mina mojada.

Lo ataron y ahora es decidido soldado,

lo hirieron y hoy muestra su salud de manzana,

le cortaron las manos y hoy golpea con ellas,

lo enterraron y hoy vive cantando con nosotros.

Juan: es tuya la puerta y el camino,

la tierra es tuya, pueblo.

La verdad ha nacido contigo, de tu sangre.

A Juan, el pueblo.

Pablo Neruda, Canto general

México vive un momento importante de su Historia. El régimen de opresión que representan las fuerzas que concertaron el “Pacto por México” sufrió una descomunal derrota el pasado 1 de julio del 2018. Treinta millones de mexicanos que votamos por el cambio le impedimos que repitiera el fraude electoral que estaba acostumbrado a hacer (y lo repetía con gran facilidad, como se vio el año pasado en el Estado de México, donde impuso a un heredero de la casta Del Mazo).

Ese triunfo comicial de los mexicanos y mexicanas nos colocó en la posibilidad de realizar transformaciones de fondo en el funcionamiento del aparato del poder. El candidato triunfador ofreció cosas importantes, entre las que destacan las de poner fin a la corrupción y terminar con la impunidad. Con sólo esos ofrecimientos que se cumplieran, se modificaría la forma de operación del Estado mexicano y podrían empezar a modificarse sustancialmente las relaciones sociales. Porque sabemos de sobra que son la corrupción y la impunidad dos plagas extendidas por todo el ser social y, señaladamente, en el político.

El sistema político, que desde sus inicios a principios del siglo XX estuvo dirigido por corruptos a los cuales garantizó la impunidad, dañó profundamente la convivencia entre las y los mexicanos. Por todos los poros de la sociedad se propagó esa terrible enfermedad, al grado de que muchas veces llegamos a considerarla incurable. Hoy podemos comenzar a derrumbarlo y construir otro que se base en el respeto y la solidaridad entre todos los habitantes de esta generosa patria.

La llegada del neoliberalismo

Nuestro pueblo tuvo el mérito de edificar, en medio de ese sistema viciado, un modelo educativo que respondió –en lo general– a las apremiantes necesidades y a las más nobles aspiraciones. Heredero de la tradición liberal juarista y del sector avanzado de la revolución de 1910-17 (el villismo y el zapatismo), luchó a brazo partido contra el analfabetismo, consiguió que la enseñanza básica llegara a la mayoría de los niños que la requieren, multiplicó las opciones en la educación media superior y levantó un importante edificio de nivel superior. El Artículo Tercero constitucional ha recogido lo esencial de esa lucha. Con avances y retrocesos, ese precepto es el más programático de los que contiene el actual texto de la Carta Magna.

Como todo ámbito de tensiones sociales, el educativo está siempre en movimiento. Recibe –para bien o para mal– las presiones de los grupos, sectores y clases que disputan el control de la sociedad. En lo general, ha primado siempre el pensamiento progresista, por lo que se han mantenido los principios de publicidad, laicidad y gratuidad en el quehacer educacional.

Aunque no ha sido la única, una de las ofensivas más fuertes y organizadas contra la educación es la que se desató al triunfo de la ideología neoliberal, que da cobertura a la globalización económica. Dio inicio en la década de 1980 con el documento llamado La Revolución Educativa, que firmó el entonces secretario de Educación Jesús Reyes Heroles. Los organismos internacionales de crédito aprovecharon la situación de endeudamiento de los países periféricos y les impusieron reglas de organización y funcionamiento de la economía, la política y la ideología (que incluye a la educación). [1]

Para las universidades públicas también diseñó el Banco Mundial una estrategia de neoliberalización: la representó el documento denominado Fortalezas y Debilidades de la UNAM, que firmó su entonces rector Jorge Carpizo y que desató la resistencia de los alumnos durante la movilización encabezada por el Consejo Estudiantil Universitario (CEU). Vendrían luego otras batallas como la gran huelga rebelde de 1999-2000, que detuvo la intentona de imponer los cambios ordenados por los organismos internacionales.

Ya para entonces se habían impuesto transformaciones a otras naciones, por medio de la violencia. Chile es el ejemplo que más conocemos, porque la dictadura militar de Augusto Pinochet se entronizó sobre la sangre mártir de Salvador Allende y de miles de otros chilenos.

Con altas y bajas, llegamos al siglo XXI con un saldo favorable a los neoliberales. En 2010, éstos pensaron que estaban ya en condiciones de dar un golpe definitivo y elaboraron el Acuerdo de Cooperación México-OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) para Mejorar la Calidad de la Educación en las Escuelas Mexicanas [2], en el que formularon 15 recomendaciones que se basaron en la idea central de “diseñar una estrategia de largo plazo” para cumplir los objetivos que buscaban. Nos interesa destacar las siguientes:

I. Consolidar una profesión docente de calidad. Punto 5: Abrir todas las plazas docentes a concurso. Punto 8: Evaluar todo el sistema para ayudar a mejorarlo.

II. Fomentar el liderazgo, la gestión y la participación social. Punto 10: Profesionalizar la formación y el nombramiento de directores. Punto 12: Incrementar la autonomía escolar para que los directores puedan contratar o despedir docentes. Punto 14: Fortalecer la participación social creando consejos escolares con poder e influencia real “sobre aspectos importantes”.

Este documento contiene los puntos esenciales de lo que después se llamaría reforma educativa: la evaluación del quehacer de los docentes para decidir sobre su ingreso, promoción y permanencia; el fortalecimiento del aparato evaluador (Instituto Nacional de Evaluación de la Educación); y la desaparición de la estabilidad en el empleo, pues el docente deja de ser trabajador (en lo sucesivo se le llamará “profesional docente”).

La aplicación práctica de la reforma educativa

Aun cuando el modelo neoliberal avanzó con éxito para sus impulsores en México, quienes forman “el gobierno que gobierna a los gobiernos” no estaban satisfechos. Al inicio de la segunda década del siglo XXI, la OCDE presionaba para que se efectuaran más ajustes políticos en el aparato del Estado. No había tomado posesión Enrique Peña Nieto, cuando vino Ángel Gurría Ordóñez [3] a llamarle la atención. Obtuvo en 2012 una declaración de intenciones de quien llegaría a la presidencia, en la que se comprometía a realizar los cambios que le eran “sugeridos”. Dijo Gurría que México es “el país con menor desarrollo relativo y mayores desigualdades de la OCDE”; y que aun cuando dedica un porcentaje considerable del producto interno bruto (PIB) a la educación, “tenemos el peor desempeño”. Mencionó la necesidad de tres ejes para el cambio: a) reformas estructurales; b) política social; y c) crecimiento verde. Concluyó arengando: “Llegó el momento de salir de la mediocridad de la media tabla”.

Luego de la asunción de la presidencia, le trajeron a Peña Nieto un documento denominado Getting it right, donde Gurría se refirió a los 95 compromisos del Pacto por México (signados por los partidos Revolucionario Institutiocnal, PRI; Acción Nacional, PAN, y de la Revolución Democrática, PRD) como la base para los cambios. Confió en que sus reformas “llevarán a México a mejorar su desempeño económico, reducir las desigualdades y avanzar hacia un nivel más elevado de desarrollo para beneficio de todos los mexicanos” [4].

Apenas estrenando la Presidencia, Peña firmó con el PRD y el PAN el Pacto por México [5], al que asignaron tres objetivos: a) aumentar la calidad de la educación básica, de tal forma que esto se reflejara en las pruebas internacionales del tipo de PISA (sigla en inglés del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, de la OCDE); b) aumentar la matrícula y la calidad de la educación media superior y superior, y c) recuperar la rectoría del Estado en el sistema educativo nacional. Ya sabemos que la redacción de los documentos oficiales tiene que ser traducida a la realidad; en este caso, lo que se buscaba era: a) quedar bien con los banqueros globales que prestan recursos a los Estados endeudados, diciendo que estaban haciendo esfuerzos para lograr que los estudiantes de educación básica de México fueran capaces de aprobar las evaluaciones estandarizadas que los primeros aplican; b) anticipar que la reforma en la educación se propone alcanzar todos los niveles educativos, incluyendo el universitario, y c) quitar a los sindicatos toda intervención en las decisiones educativas, partiendo de la idea de que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE, charro, del gobierno) ejercía la rectoría de la educación básica.

El 10 de diciembre de 2012 se envió la iniciativa de reforma a la Constitución, por parte de Peña Nieto. No obstante la profundidad de las medidas propuestas por el gobierno, apenas 3 días después, el 13 de diciembre del 2018, y en 18 minutos, la Cámara de Diputados aprobó las reformas en lo general. Es muy indicativo que los integrantes de esa Cámara sesionaron no en su edificio, sino en el Centro Internacional de Negocios de Banamex. Esto se explica porque estaban aprobando la evaluación no sólo para el ingreso y la promoción de los docentes, sino también para su permanencia. Decidieron también acerca de las escuelas de tiempo completo y otorgaron rango constitucional al Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE).

El 20 de diciembre siguiente tocó el turno al Senado que, por supuesto, aprobó la iniciativa de Peña Nieto (realmente de la OCDE). Vino luego el recorrido por los Estados de la República y el 6-7 de febrero de 2013 se estaba declarando constitucional la reforma. La publicación en el Diario Oficial de la Federación se realizó el 26 de febrero del 2013. En contrapartida, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) estableció en el zócalo capitalino un plantón en protesta por esa reforma, el 8 de mayo del 2013. Se abría un período de resistencia magisterial ante la imposición de nuevas reglas que, en la práctica, anulan los derechos laborales de los maestros de México.

Los despidos y las ejecuciones extrajudiciales

El aliado natural de un gobierno como el que ha padecido México es el empresariado. Por eso, a “sugerencia” de los organismos crediticios globales, se creó una agrupación denominada Mexicanos Primero, encabezada por los Claudio X González, padre e hijo. Es ésta la que más teoría ha elaborado para proveer de ideología a la reforma educativa. Su página en Internet da cuenta de algunas de sus publicaciones, entre las que destaca Ahora es cuando. Se propone incidir en el tema de forma permanente y sostiene que: “Los cuatro caminos propuestos para lograr la transformación educativa son: recuperar la rectoría del Estado Mexicano en educación, profesionalización docente, gasto transparente y eficiente, y autonomía y participación de las escuelas”. [6]

Coincidiendo plenamente con lo anterior, Emilio Chuayffet, a la sazón secretario de Educación Pública, comenzó a aplicar las evaluaciones. Sólo que se percató de los enormes yerros que contiene la llamada reforma educativa, así como de los conflictos que origina, y las suspendió. Fue atacado fuertemente por dos funcionarios del INEE: Eduardo Backhoff y Gilberto Guevara Niebla, quienes también se lanzaron contra el magisterio democrático. Dijeron:

“[…] el peligro que corre la reforma educativa [RE] no ha sido completamente superado. Si bien es posible que no tenga “enemigos internos” como inicialmente se sospechó, en el exterior se ha constituido un escenario bastante complejo. En algunos estados de la república como Oaxaca, Guerrero, Michoacán, no sólo se ha cristalizado un movimiento de oposición y rechazo a la RE, sino que además se han gestado acciones colectivas violentas que van más allá del horizonte educativo. He aquí el auténtico México bronco al que se refería don Jesús Reyes Heroles: zonas de la nación que escapan a la soberanía estatal y que desprecian el estado de derecho; lugares donde se mezclan, indiferenciados, grupos políticos radicales, guerrillas, bandas armadas de delincuentes y poderosas organizaciones del narcotráfico; pueblos que viven en un estado de insurrección crónica, sitios donde le agitación contra la autoridad se ha convertido, pasmosamente, en un jugoso negocio. Este escenario aterrador debe convocar a todas las fuerzas de la república a emprender una acción seria, vigorosa y sin rodeos, que permita restituir la civilización que ha colapsado en esas regiones.

“Se comprende que en estas regiones convulsionadas, agitadas, en esta mezcla confusa de intereses, donde la irracionalidad ha terminado por imponerse como discurso cotidiano, el tema de la reforma educativa y de la evaluación docente se hayan convertido en objetos preferidos de la demagogia radical que se sustenta en la ignorancia y el prejuicio.” [7]

Adviértase cómo Guevara y Backhoff se otorgan el papel de jueces y se comportan “benévolamente” con el que fuera secretario de Educación Pública, pero son implacables con los maestros que resistían heroicamente –en esos momentos– la aplicación de la malhadada reforma.

La negativa a presentarse a las evaluaciones punitivas de Peña-Nuño dio como resultado el despido de casi 1 mil maestros, así como una feroz campaña de prensa para denostar al magisterio democrático. Fueron muchos los medios que se unieron al coro de la difamación y la calumnia contra los docentes, acusándolos de flojos, incompetentes y traficantes de plazas (que vendían o heredaban a sus familiares, según la imputación oficial).

Se daría más tarde la brutal ejecución extrajudicial de pobladores de Nochixtlán, Oaxaca, por parte de la Policía Federal. Y lo que pareció una derrota: cuando el movimiento tuvo que levantarse sin ver satisfechas sus demandas.

Los retos del nuevo gobierno en materia educativa

Un importante triunfo del pueblo de México se dio: 30 millones de votantes hicimos presidente a Andrés Manuel López Obrador. Lo anterior despertó grandes expectativas entre la gente sencilla, que pensamos que se abre la posibilidad de avanzar en un cambio más de fondo. Bastaría con que se cumpliera con los compromisos de campaña para que hubiese transformaciones importantes, sobre todo si se combaten la corrupción y la impunidad que son enfermedades endémicas del sistema político mexicano.

Para nuestro objeto, es importante consignar que existe ya una propuesta de modificación de los Artículos Tercero y 73 de la Constitución, que son los que contienen la reforma educativa. Ésta ha sido caracterizada por la mayor parte de quienes se le oponen como meramente laboral. Y si bien lo es, también es muchas cosas más.

Esa reforma sacó a los maestros de la protección del artículo 123 de la Carta de Querétaro, lo que implica que ya no son trabajadores. Son ahora “profesionales docentes”, con un régimen legal de orden administrativo. Sus sindicatos dejan de tener justificación, pues ya no cuentan con atribuciones para intervenir en la defensa de ellos o ellas. Les quita estabilidad en su puesto (que ya no es un trabajo propiamente dicho) al obligarlos a participar en evaluaciones organizadas y ejecutadas por un Instituto externo a sus tareas. A eso tienen el descaro de llamarle: “Educación para toda la vida”.

El docente queda sujeto a una evaluación eterna y externa, que le impide adquirir derechos definitivos sobre su materia de trabajo. [8]

Peña-Nuño también puso en marcha un nuevo “Modelo Educativo”, que tiene en el centro a las competencias. Y todo el mundo sabe que la esencia del capitalismo es precisamente la competencia, que antagoniza con la cooperación entre los seres humanos.

Inventaron las “Escuelas al Cien”, que dan lugar a que los privados inviertan en el mantenimiento de las escuelas, y a que puedan quedarse con sus edificios si no se pagan dichas inversiones.

Los despidos de maestros (profesionales docentes para el régimen) produjeron un daño irreparable. Se unieron a la calumniosa propaganda que sostuvieron muchos medios informativos y dieron lugar al menoscabo en la presencial social de los educadores. Éstos fueron expuestos a la burla y al escarnio públicos, lo cual es de imposible reparación. Todavía hoy no han sido reinstalados.

La dependencia del gobierno de Peña-Nuño respecto de la OCDE es manifiesta. Fue ésta la que determinó el quehacer de la reforma educativa y los funcionarios mexicanos simplemente acataron las indicaciones. La soberanía nacional fue puesta en venta.

Desde el punto de vista pedagógico, se impuso un nuevo patrón basado en el concepto de calidad, que proviene de las relaciones industriales, financieras y comerciales. El neoliberalismo valora a las personas por sus resultados relacionados con la producción de ganancia; y nada más. No cuentan la fraternidad, la comunalidad ni la colaboración.

Por eso son varios los retos del nuevo gobierno cuando haga efectiva la abrogación de la reforma educativa neoliberal:

Establecer constitucionalmente que la educación es un derecho humano y no una mercancía.

Rescatar el valor del trabajo académico como formador de seres humanos conscientes y solidarios con sus semejantes.

Eliminar las evaluaciones externas, lo que implica desaparecer al Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (por inútil, irreformable y pernicioso).

Eliminar las cuotas obligatorias para los estudiantes y sus familias. La educación no es un negocio mercantil.

Cuando reinstale a los docentes que fueron despedidos por Peña-Nuño, debe reivindicar públicamente sus merecimientos como personas valiosas para la sociedad. Eso implica reparar integralmente el daño que se les causó.

Establecer con claridad que es obligación del Estado sostener y proporcionar las condiciones para la eficaz realización de la tarea educativa, sin limitar la participación libre e informada de los maestros.

Al definir los programas educativos, tomar en cuenta las diferencias regionales, que se ubicarán dentro de los principios nacionales.

Abrir la colaboración con todos los países del mundo, en cuanto al conocimiento y aplicación de sus experiencias educativas.

Poner al estudiante en el centro de la labor educacional, sin desmedro de los derechos del maestro. [9]

Prever en la legislación que no se repitan las violaciones a derechos humanos que trajo el modelo educativo neoliberal, tanto a los docentes como a los alumnos y a la sociedad en general.

No es sencillo el reto. Pero el pueblo de México tiene capacidad y preparación para superarlo.

Notas

[1] Tan evidente fue el sometimiento de los deudores a las directrices de los organismos crediticios, que Reyes Heroles utilizó la misma expresión que mandató el Banco Mundial, el cual llamó a realizar en todo el planeta “una revolución educativa”. Comenzaba el retroceso de la educación a nivel global. Desde entonces, el régimen mexicano ha aplicado con obediencia las reglas dictadas por esos organismos, de los cuales el más actual la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

[2] Consultado en internet el 3 de octubre del 2018.

[3] Es actualmente el funcionario de mayor jerarquía en la OCDE. Fue secretario de Hacienda en el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León. La prensa lo refirió algunas veces como “El ángel de la dependencia”. Su intervención se denominó “México: política para un desarrollo incluyente” y partió de la base de enfatizar que el organismo que él representa ha sido “un aliado estratégico durante los último 18 años”. Consultado en Internet el 21 de septiembre del 2018.

[4] OCDE (2012), Gettin It Rigth. Una agenda estratégica para las reformas en México, OECD Publishing. Pág 4.

[5] Más tarde se uniría el Partido Verde Ecologista de México.

[6] Tomado de internet, 3 de octubre del 2018. Si se compara este documento con los actos de la Secretaría de Educación Pública en los aciagos tiempos en que la han dirigido Aurelio Nuño y Otto Granados Roldán, se encontrará una gran similitud, tanto en los planteamientos como en las propuestas. En realidad, ambas partes, gobierno y empresariado, siguen casi textualmente las sugerencias de la OCDE.

[7] “La reforma educativa y la evaluación docente: retos para su implementación”, revista Nexos, 17 de junio de 2015. Consultada en internet.

[8] Y la propuesta neoliberal va mucho más allá, pues propone que se evalúe permanentemente a todos los profesionistas, con el argumento de que vivimos en la “sociedad del conocimiento”, en la que éste avanza a velocidad no conocida. Esto obliga a los médicos, por ejemplo, a estar al día en los avances de la medicina. Y esto lo deben demostrar en evaluaciones periódicas –dicen– para que el servicio que presten sea de alta calidad.

[9] El grupo empresarial de Mexicanos Primero (a quien los agentes de la reforma educativa disfrazaron de sociedad civil) usó la tesis del “interés superior del niño y de la niña” para intentar dar base a su propuesta de retirar al maestro la estabilidad en el empleo y sacarlo de la protección del Artículo 123 constitucional.

Fuente: https://www.voltairenet.org/article205881.html

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Bonapartismo educativo

Por: Mauro Jarquín Ramírez.

 

Al inicio de su memorable 18 Brumario de Luis Bonaparte, Marx afirmaba, a propósito de Hegel, que los grandes hechos y personajes de la historia acontecían dos veces. Una vez como gran tragedia y otra como lamentable farsa. Lo dicho por el pensador bien podría ser la síntesis histórica del devenir educativo nacional en los últimos tiempos con sus respectivas reformas. En un lapso de seis años hemos pasado de una gran tragedia educativa (reforma educativa 2013) a algo que para ciertos sectores del magisterio organizado y colectivos educativos se presenta como una lamentable farsa (el proyecto educativo lopezobradorista). Y no es para menos, ya que de aquellas declaraciones morenistas que sentenciaban no dejar ni una comade la mal llamada reforma educativa, ha quedado muy poco. La 4T, que ha decretado con bombo y platillo el fin del neoliberalismo, no únicamente ha mantenido con vida al proyecto empresarial cobijado por el Pacto por México, sino que ha impulsado en la nueva propuesta educativa una recuperación íntegra de su núcleo gerencial.

La tragedia educativa de hace seis años representó un duro golpe para el magisterio mexicano y las comunidades educativas. El cuerpo de la reforma, orientado por principios eficientistas, consistía en la transformación íntegra de las prácticas educativas en distintos niveles con el supuesto fin de elevar la calidad educativa, entendida como el logro de aprendizajes instrumentales medido en pruebas estandarizadas. De fondo, se buscaba cambiar la lógica del proceso educativo, orientándolo hacia el logro de metas de aprendizaje determinadas unilateralmente que no partían de un análisis responsable de los contextos concretos de escolarización.

Ante la violencia con la que fue impuesta la reforma, el magisterio mexicano mostró una respuesta ejemplar cristalizada en largas jornadas de lucha nacional que se expresaron en una gran diversidad de experiencias de resistencia situadas a lo largo de la República. La capacidad de movilización fue tal, que el gobierno peñista se vio forzado a oscilar entre esporádicos y limitados episodios de diálogo, con una abierta campaña de represión que cobró vidas de maestros, padres de familia y simpatizantes del movimiento. No obstante, pese a todo la firmeza de las maestras no mostró señales de flaqueza.

Al final del sexenio, la reforma educativa había terminado por generar una percepción negativa no sólo en el seno del profesorado, sino en grandes capas de la sociedad. De poco o nada servían ya los contratos multimillonarios entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y las televisoras para difundir sus supuestas bondades o la campaña de desprestigio hacia el magisterio por parte de grupos empresariales. Las movilizaciones habían logrado cuestionar el momentáneo éxito de determinados grupos de interés al lograr hacerse con el control del rumbo educativo nacional con beneplácito de las autoridades. Sin embargo, aunque la reforma parecía estar ya en el suelo, sus efectos continuaban operando… y sus conceptos centrales se mantenían vigentes en la cabeza de expertos y políticos de izquierda.

El malestar con la reforma fue recuperado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a tal grado que llegó a constituir uno de los pilares de su plataforma electoral. Denunciar a la mal llamada reforma educativa se hizo costumbre en cada mitin, principalmente si se llevaba a cabo en algún lugar con una importante tradición de movilización docente. AMLO necesitaba asegurar su victoria. Para ello, además de apoyarse en Alfonso Romo y sus redes para concertar posibles intereses con el capital privado, requería convencer al voto magisterial de que él era la mejor opción para desterrar tan desagradable normatividad. Su jugada funcionó y tras integrar a liderazgos regionales a su proyecto electoral, logró hacerse con el voto docente.

Ya en la Presidencia, su política en educación se ha decantado por gestionar la lucha entre magisterio y empresarios (con sus OSC) con el fin de que a través de su liderazgo y capacidad de mediación sea posible impulsar una agenda educativa que recupere propuestas de ambas partes, en beneficio de todos. Lo anterior le habilita a desarrollar un ejercicio político donde, dadas las condiciones de los actores en pugna, éste pueda posicionarse por encima de tal conflicto y así representar los verdaderos intereses educativos del pueblo. La restauración lopezobradorista en el campo educativo ha llegado tanto de la mano del carisma y legitimidad del Presidente, como de las limitantes políticas que magisterio (atravesado por debates internos) y derecha empresarial (desgastada públicamente) encuentran en su intento por impulsar sus proyectos educativos. Erróneamente, muchos piensan que el Presidente plantea un cambio sustancial en educación que resta fortaleza a los grupos de interés económico.

AMLO ha arrebatado a los empresarios y a sus personeros el control directo de la política educativa del que tanto gozaron el sexenio pasado. Sin embargo, pareciera que este cambio responde más a la tarea de garantizar la permanencia de sus ideas gerenciales que de construir un cambio radical en la política educativa. La lamentable farsa educativa ha llegado de la mano del concepto central del nuevo proyecto: la excelencia, entendida como el mejoramiento que promueve –nuevamente– el máximo logro de aprendizajes. Una recuperación del proyecto empresarial de calidad que marcará el sentido de la formación docente, la gestión escolar, la participación social en educación y por supuesto, la evaluación educativa.

Al dominio lopezobradorista lo precede el ideario educativo empresarial, impulsado por Delgado, Moctezuma, Guevara, Romo y compañía. Construir un proyecto educativo de transformación requerirá romper las cadenas tutelares del Estado y apostar –nuevamente– por construir horizontes distintos dentro y fuera de la lógica estatal.

Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/2019/03/24/opinion/008a1pol

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