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Entrevista a Joao Pedro Stedile, dirigente del Movimiento Sin Tierra, quien habla de la crisis política. Un golpe de estado para robar los recursos

América del Sur/Brasil/13 Agosto 2016/Autor: Geraldina Colotti/Fuente: Alai

Al amparo del penúltimo voto del Senado sobre el impeachment a la presidenta Dilma Rousseff, hemos entrevistado a Joao Pedro Stedile, histórico dirigente del Movimiento Sin Tierra, en primera fila contra “el golpista Temer”

El impeachment contra la presidenta Rousseff está en sus últimas etapas y se multiplican las manifestaciones. ¿Cuál es la estrategia de los Sin Tierra?

El MST ahora participa en dos frentes de lucha. Primero, estamos en el Frente Brasil Popular, al que adhieren más de 60 movimientos y componentes del partido: para articular una amplia alianza popular de izquierda que se oponga al golpe institucional y organice manifestaciones. El otro frente es justo el del MST y se refiere a la reforma agraria. Preparamos movilizaciones en los campos, contra los golpistas. Independientemente de la votación final contra Dilma, el 29 de agosto, seguramente la lucha de los campos se intensificará, aumentaremos movilizaciones y ocupaciones de tierras. Hay un proyecto de ley que el gobierno golpista se ha empeñado en llevar a cabo con los parlamentarios de la derecha, pero que debe ser todavía aprobado, para liberalizar la venta de las tierras brasileñas al capital extranjero. Es un insulto. Los movimientos campesinos han amenazado que si el proyecto se convierte en ley, cada hacienda vendida al capital extranjero será inmediatamente ocupada.

Ustedes han anunciado la posibilidad de una huelga general. ¿Pero existen las condiciones?

En este momento crítico para la lucha de clases en Brasil, en el que la derecha nos ha impuesto un golpe parlamentario y ha expulsado a la presidenta, solamente podemos influenciar sobre las relaciones de fuerzas reales y llevarlas a una amplia participación de la clase trabajadora. Sin embargo, hasta este momento han ido a las calles sobre todo los jóvenes, las mujeres y los sectores obreros más politizados, los militantes, en resumidas cuentas. Y esto hace difícil tener más fuerza para impedir el golpe. Por esto, estamos discutiendo con la base sobre la practicidad de una huelga general. Sin embargo, el movimiento sindical encuentra dificultades, porque son 28 años que no se realiza en el país una huelga política. Y la clase obrera, muy joven, no tiene la experiencia.

¿Y la derecha? ¿Cuánta capacidad de movilización tiene?

La fuerza de la derecha no está en la plaza. En las calles la hemos derrotado. Decían luchar contra la corrupción, pero el gabinete del gobierno golpista, como lo ha dicho el ex ministro Ciro Gomes, es un verdadero sindicato de ladrones. Es de estos días la noticia que el ministro de relaciones Exteriores José Serra ha recibido sobornos de Petrobras por 23 millones de reales a través de la empresa Odebrecht, en el 2010. Y Temer está involucrado. La derecha es la más corrupta, pero su fuerza está en el poder monolítico que tienen sobre la prensa, en la televisión, en el poder judicial, y en la mayoría del Congreso. Esperamos que los senadores tengan un poco de conciencia y lleguen a 27 a impedir el golpe en las votaciones del 29 de agosto.

¿Qué importancia tienen los Juegos para el gobierno interino?

Desde el punto de vista político, las olimpiadas han sido un fracaso, por la falta de legitimidad del gobierno actual: se ha visto sea en la poca presencia de jefes de estado (los pocos presentes, de América Latina, eran de derecha), sea por los silbidos en la apertura de los juegos. Pienso que los presidentes que han venido lo han hecho sobre todo por intereses específicos, o para pasar algunos días de vacaciones en los hoteles de lujo en Copacabana.

Usted había anticipado que, detrás del golpe institucional, estaba la privatización de Petrobras y su exclusión de la gigantesca zona de extracción del pre-sal, que se está verificando. ¿Qué sucedería si Temer se queda en el poder?

El verdadero objetivo del golpe en Brasil no era Dilma, que ha desarrollado un pésimo segundo mandato, subalterno a los empresarios. El problema es que en la crisis profunda de vivimos en cuanto a ser una economía periférica, dependemos del capitalismo internacional. Y los capitalistas tienen necesidad de tener el control completo de la situación para imponer un plan neoliberal. El proyecto neoliberal es la única forma que conocen para proteger sus intereses y salvar únicamente a ellos mismos. El plan prevé la aplicación de las medidas clásicas de los capitalistas en períodos de crisis, o sea: aumentar la explotación del trabajo con más desocupación, menos salario, ampliación de las jornadas de trabajo y pérdida de los derechos históricos; intensificar el asalto a los recursos públicos destinados a la salud, la educación, la reforma agraria, y ponerlo al servicio de la acumulación privada del capital; privatizar los recursos naturales, que abundan en nuestro país, para sacar un beneficio extraordinario que les ayude a salir de la crisis, por esto se están apropiando del petróleo en el pre-sal, de la minas, del agua, de la biodiversidad y, como decía antes, también quieren las tierras; privatizar las últimas empresas estatales, como las del sector eléctrico, de transporte, de los puertos y de los aeropuertos. Este es el plan por el que están actuando.

¿La crisis que atraviesan las fuerzas progresistas en América Latina es también la crisis de las alianzas que han encabezado los presidentes socialistas del siglo XXI y de los partidos construidos desde arriba? ¿Es el difícil parto hacia un nuevo sujeto político más definido?

El problema de Latinoamérica es más profundo, no depende de los partidos o de los gobiernos. En el período histórico precedente el 2000-2015, ha existido una disputa permanente en el continente entre los proyectos de desarrollo: el neoliberalismo de los Estados Unidos, y el neodesarrollismo de Brasil, Argentina, Uruguay y el proyecto de Chávez y de los siete países que adhirieron. Pero, en los últimos tres años, los tres proyectos han entrado en crisis. Todo el continente, para ser sincero, está involucrado en esta crisis. Y no hay ninguna propuesta para salir porque la misma burguesía está en crisis y busca aumentar la explotación de la clase trabajadora, como explicaba antes. Y ni los pueblos, ni las clases trabajadoras tienen una propuesta clara para un nuevo proyecto. Por esto, la crisis continuará por mucho tiempo, hasta que en cada país las fuerzas populares lleguen a construir un proyecto hegemónico, que saque fuera a nuestros países de esta situación.

¿Cómo se inserta en este cuadro la difícil situación de Venezuela en el Mercosur?

El Mercosur desde antes ya no era una propuesta de proyecto de futuro. Ha sido siempre un acuerdo comercial, del que las empresas instaladas en los cinco países buscaban sacar ventaja para evitar pagar los impuestos. Lo ideal para el Mercosur es el de transformarse rápidamente en un acuerdo económico de la UNASUR: precisamente para ampliar las relaciones de integración económica y política de la América del Sur. El problema es que el fracaso del Mercosur está llegando de la peor forma: la de una crisis internacional, con la derecha que está dominando en Argentina, en Paraguay y en Brasil y que ahora quiere excluir a Venezuela. Pero los uruguayos se están comportando bien, impidiendo cualquier retroceso contra Venezuela. De todos modos, repito, la solución no está en el Mercosur, sino en un nuevo acuerdo más amplio, que se dé en el ámbito de la UNASUR. En este modo podremos resolver problemas importantes para cada país y afrontar el Acuerdo del Pacífico de los Estado Unidos. Pero, para ampliar la UNASUR en esta dirección, debemos frenar el golpe en Brasil y superar la crisis en Venezuela. Y también para esta fórmula estamos un poco atrasados.

Traducido por: Gabriela Pereira para ALAI

Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/179426

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Ante los Modelos Educativos Recuperar el Debate Teórico: La Crisis de las Ciencias de la Educación en México

Por Malandro

Las Ciencias de la Educación de encuentra desde los años 90’s del siglo XX atrapadas en los Modelos Educativos, bajo el entorno de los modelos ha sucumbido el debate teórico lo que ha llevado a la crisis de la Educación, arrastrando a la sociedad mexicana a un proceso de simulación continua…

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Introducción
El debate teórico no es la simple cita de los autores que ya se conocen, o se pretenden dominar en una disciplina o campo de conocimiento determinado, es ante todo la interpretación y reinterpretación de la realidad en un constante contraste de ideas entre la comunidad que constituye a las disciplinas, un aspecto que en el marco de los modelos se limita a la repetición de un conjunto de principios o pasos de una receta que tiene un principio y un fin acotado, en aspecto que lo asemeja terriblemente con la ideología. El pensamiento único en educación no llega a ninguna parte, es una contradicción enfrentar al Zorro y al Erizo de ante mano, hay objetos de estudio que se afrontan desde un punto de vista, pero también existen aquellos entuertos que habrán de ser abordados desde distintas vertientes, con múltiples salidas y puntos de encuentro, el campo de conocimiento que son las Ciencias de la Educación, no puede ser abordado desde un solo punto de vista, ordenar los referentes es el papel que nos corresponde como profesores.

El profesor-investigador, como referente de la Pedagogía Critica, en el tiempo en el que la Sociología como disciplina era el referente en la educación no ha claudicado en las nuevas fronteras de las Ciencias de la Educación, por el contrario se ha acrecentado, de ahí que este proceso histórico en México, en el que se liberaliza la profesión docente, no se puede renunciar a este anhelo, en el que el profesor es un intelectual, un individuo culto, sobre el que se soporta el desarrollo cultural de nuestro país, el “apóstol” de la educación, la vocación, no es suplida por la tecnocracia que ve en el profesor a un simple operario de la educación, al contrario, es docente en el siglo XXI, es reclamado por su compromiso con la identidad nacional y con el desarrollo y consolidación del tejido social, sin el compromiso del maestro con su realidad no se entiende el proceso de Enseñaza y Aprendizaje y el por tanto el Desarrollo Cognitivo de la sociedad que se forma en las aulas.

La Crisis de las Ciencias de la Educación en México es profunda, producto de más de sesenta años de control de la formación de maestros por parte del estado mexicano y de los poderes establecidos en el Sindicalismo Oficial de la SNTE, un aspecto que ha deteriorado profundamente la capacidad de salir de los procesos burocráticos a los profesores.

La Crisis de los Modelos

Nos encontramos ante un escenario que no permite que se concrete el desarrollo de propuestas educativas que partan de un análisis de la realidad, este aspecto esta presente en todas las disciplinas científicas y es producto del enfrentamiento de dos posturas, por un lado quienes apuestan al estado actual de la realidad y por otra quienes pugnan por reconocer la permanente transformación de la realidad, es decir, el conservadurismo frente a los procesos revolucionarios.

Este amplio debate, que se ha ahogado a través de los modelos, ha partido de la Economía en el siglo XIX y se consolido a principios del siglo XX después de la crisis de 1929, consolidándose de manera definitiva tras la “Alianza para el Progreso” de Kennedy, que llevo a los países de América a condenar su desarrollo a los destinos de EEUU.

Tras la crisis de 1973, el Modelo Keynesiano comenzó a sucumbir, a sus pies ya estaba montándose un nuevo modelo en el Mundo de la economía, el Modelo Neoliberal de Hayek, descarnado, antisocial y antilaboral, un modelo que buscaba responder a la composición internacional del mundo bajo las reglas de la crisis permanente y la acumulación salvaje del capital.

Para los años 80’s el Modelo Neoliberal estaba impuesto en todo el mundo, nada lo detenía se presentaba dentro de las cuentas de la macroeconomía, la apertura de los mercados sin aranceles, la desintegración del estado nacional y sobre todo, la privatización de las industrias nacionales a manos de activos privados que poco o nada comprendían de las necesidades sociales.

La desintegración de la URRS en los años 90’s, parecía confirmar los principios del “nuevo” Modelo Capitalista y aseguraba la doctrina del mismo, fue entonces cuando se aúno al Modelo Económico, el Modelo Educativo, por entonces el “Constructivismo”, se adopto como parte de los acuerdos de préstamo del Banco Mundial y del Fondo Monetario internacional, y en donde se presento la oportunidad de la privatización total de los servicios Educativos se llevo adelante, como lo fue la Educación en Chile.

Para la primera década del 2000, la realidad ya era otra, el siglo de Paz que aseguro la caída del Muro de Berlín se opaco, la “Tercera Vía” de Anthony Giddens se desmorono en los bombardeos a Irak, a la par de la “Guerra Preventiva” de Gorge Bush que padeció el mundo, en una carrera petrolera demodelora, que genero ganancias por miles de dólares a las bolsas de valores y una crisis enorme de ingresos entre los desposeídos.

Para la primera década del siglo XXI, el mundo entendía que la vía de los Modelos conlleva una realidad preestablecida, aunado a que las crisis recurrentes ordenan una realidad en las software que no corresponde en nada con lo que se esta viviendo, para entonces, se tenía que establecer un nuevo chivo expiatorio, encontrado en el Narcotráfico, en la “Guerra contra el Narcotráfico”, una atrocidad más para vende, para ser noticia internacional, el mercado de las sensaciones al alcance de la red. La crisis de los modelos continúa.

Como un juego de fichas de domino en un tablero, una a una las crisis se sucedieron hasta llegar a 2008, en donde el Sistema Financiero Internacional no puedo detener más la Crisis Permanente uno de los pilares del Neoliberalismo, comenzó en el sector de “Futuros” de los Estados Unidos, relacionados con la Construcción y recorrió toda la realidad de Mundo, producto principalmente de un suceso nada Aleatorio, la Guerra de Energéticos entre Estados Unidos y la Unión Europea frente a Rusia, que termino desintegrando las economías del Mundo, conectadas con el Modelo Neoliberal. Combatir esa “anomalía” es la función con la que se han presentado tanto Europa como Estados Unidos, a través de una nueva Guerra Energética, esta vez sacando del orden mundial a los países Árabes a través de la “Primavera Árabe” un entorno que permite que millones de seres humanos salgan del sistema Financiero, para su aniquilamiento, fuera de las leyes Internacionales de Derechos Humanos, y así, en las sombras mover millones de barriles de petróleo para bajar el precio del mismo y garantizar que los países de América y Asia que han provocado la “anomalía” en el Sistema Financiero sucumba.

La locura de insertar la realidad a un modelo, no es simple de resolver, la terquedad de pasar del Modelo Constructivista, al Modelo por Competencias, para llegar al Modelo de la Complejidad, es tentadora, pero es irreal en educación, como lo es el Modelo Keynesiano al Modelo Neoliberal, para pasar al Modelo del Bien Común, todas son superposiciones de discursos sobre el mundo, es idealismo, sin más sentido que negar la base misma sobre la que se soporta Sistema Capitalista, la desigualdad social, es un intento desde finales del siglo XIX por retirar del mundo el debate teórico, por ahogar a las universidades en la repetición de recetas frente al futuro, un aspecto que se profundiza tras las revueltas de los años 60’s del siglo XX y que ha tocado fondo en el siglo XXI, es imposible ya enfrentar el mundo con el pensamiento del Erizo, las múltiples salidas, las respuestas disímbolas, los encuentros y desencuentros en la incertidumbre son el futuro de una realidad que no soporta más los modelos.

Los constructos conceptuales han invadido a las distintas disciplinas: Globalización, Complejidad, Estanflación, Políticas Públicas, entro otros, conceptos que encierran en si mismos el vacío de disciplinas enteras que se encierran en el mundo de las letras de sus propias comunidades, que se dividen entre “iniciados” y “expertos”, ambos dentro de su propia Torre de Babel, reproduciendo además los combates entre las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales, en el marco de la Metodología y la Epistemología sin comprender una gota de Filosofía. En este entorno las disciplinas científicas poco o nada aportan al desarrollo de la sociedad, un aspecto que es la esencia misma de los modelos, no resolver nada fuera de ellos, estar en una burbuja, atrapar la realidad, aislar al mundo, detenerlo.

La realidad, la verdad, no puede estar condenada a esta repetición, porque en ella los peores son los que avanzan, quienes repiten el modelo, quienes lo reproducen, no importa el talento, la creatividad, la acción humana sobre le mundo, siempre estarán los mismo, siempre será una casta divina la que llegará a la receta perfecta, a la estandarización, a la programación que lograra el “éxito”, sin reconocer el error, sin comprender lo distinto, sin reconocerlo, este es un aspecto que ahoga al modelo que lo hace fracasar, pero al negar la verdad, su visión única del mundo se convierte en la versión real de mundo, un simulacro, tal y como la expresara en su momento Jean Baudrillar.

Recuperar la Educación de los Modelos en México

México, en una condena de un Modelo Centro-Periferia, sucumbe ante los designios del Mercado Internacional, pero en la realidad nuestro ecosistema cultural se encuentra bajo las reglas culturales de nuestra propia existencia, la verdad se encuentra en la acción cotidiana de los docentes en el aula y las actividades que lleva a delante en el día a día, de ahí que el desarrollo de una teoría de la practica profesional de los docentes debe partir de ese actuar, no puede ser encajada, ni espacial ni temporalmente en un contexto preestablecido de un Modelo, del debate teórico habrá de partir de las condiciones en las que se desenvuelve el trabajo cotidiana de los profesores y su actuar en la consolidación del Curriculum Escolar en concordancia con el Desarrollo Cognitivo de sus Alumnos.

Una Acción Educativa orientada bajo el principio de que la Materia de Trabajo de los Docentes es el Desarrollo Cognitivo Humano, es el aspecto que sacará a la Educación de los Modelos, la orientará en el terreno del de bate y permitirá establecer un contraste permanente entre las distintas Prácticas Docentes, orientadas por el entorno, por la realidad, desde las condiciones materiales de sus alumnos y la comunidad que es atendida por la escuela, dando pasa a una praxis educativa, que parte del centro escolar, congruente y pertinente.

El entorno de los Modelos no permite que se presente una congruencia entre el desarrollo del Curriculum Escolar y su aplicación en las Aulas y en el entorno escolar, un condición ahistórica de los propios Modelos, que reniega de la temporalidad de la realidad y por tanto sucumbe ante la crisis que representa su propia aplicación, en el desinterés y en la incapacidad de desarrollar teoría dentro del mismo, en la espiral de repetición que significa el contorno del propio modelo. De ahí, que aplicar una receta en la educación mexicana ha significado a lo largo de todo el trayecto Neoliberal, desde Salinas de Gortari, un rotundo Fracaso. Aspecto que no es distinto con el pretendido Modelo Educativo 2016.

Las comunidades educativas en nuestro país no pueden seguir atrapadas en la repetición de recetas que solucionen la práctica educativa, esta realidad condena a la educación y la presenta como un espacio “fácil” ante el reclamo de una acción intelectual mayor para quienes ejercen la docencia, un aspecto que simplifica el proceso de Enseñanza y Aprendizaje, pero que en los hechos no lo devela con todos sus matices.

La realidad es que el mundo es un rizoma de ideas y acciones, en el que no es posible deslindar la práctica de la teoría y viceversa, un aspecto en el que pocos se adentran, más allá de la retórica, cambiando como los reptiles de piel, cada vez que se presenta un nuevo discurso desde las esferas del poder, que en el caso de México es absurdamente vertical, carente de liderazgo intelectual, la lealtad se soporta en los cánones de la burocracia, la obediencia ciega al jefe en turno, un concepto que en si mismo debilita a la educación en el país y niega todo proceso de transformación de la realidad desde las aulas. En este camino, sólo es a través de la fuerza y de medir esa fuerza en el marco de la confrontación y la diatriba, soportando cada renovación del sistema en una confrontación brutal, como ya lo hemos visto en a lo largo de la toda la historia reciente del Neoliberalismo en México, matanzas, crímenes impunes, corrupción, desintegración del tejido social y abandono de la sociedad.

Conclusiones

La Crisis de la Educación en México, es una crisis de las Ciencias de la Educación en su transito del referente disciplinar en el que se soporta la propia Epistemología de este Campo de Conocimiento, al transitar de la Psicología a la Gestión, un aspecto que se orienta dentro del propio entorno de los Modelos y que en todo momento debilita el debate teórico dentro de la Educación, al reducirlo a la repetición de recetas y conceptos.

Salir de la crisis de las Ciencias de la Educación pasa por el ejercicio más genuino de la investigación educativa, con propuestas que vayan más allá de los fondos preestablecidos por la propia burocracia científica del país, a partir de las propias aulas, respetando la actividad de los docentes frente a grupo y reconociendo, no únicamente en la retórica el esfuerzo de los profesores para desarrollar su trabajo, a lo largo y ancho del país.

No solo se deben repetir autores o reproducir documentos, como se va a lograr la recuperación del debate teórico, es indispensable, comprender el momento histórico en el que se encuentra la educación de México, su devenir histórico, el entorno internacional en el que se soporta el desarrollo del mundo y las condiciones que nos interesa tener en el futuro, el ciudadano con el que nos comprometemos, y en el caso de los Modelos Educativos impuestos por el Neoliberalismo esta claro que su intención y actuar es la debacle de la sociedad mexicana, su naufragio como proyecto cultural y social, de ahí, que el camino, no sólo debe ser la resistencia en las calles, además la teorización de esa acción social y su compromiso con la identidad nacional.
La reproducción de los modelos en la formación de maestros desde las aulas, en las escuelas normales y universidades autónomas, en el caso del sector público, es un proyecto al fracaso, ni que decir, de las escuelas privadas de maestros, en donde se va a pagar una colegiatura y todo la formación carece de evaluación o los procesos de acreditación son producto de las mas abyecta de las simulaciones, en estos entornos no se puede recuperar el debate teórico, es necesario, indispensable el proceso de democratización de las Instituciones Formadoras y Actualizadoras de Docentes, sacarlas del marasmo de la política del Academicismo abyecto que raya en el oportunismo y en la aclimatación de conceptos.

Referencias:
Anthony Giddens (1999) La Tercera Vía, Tauros, España
Baudrillar, Jean (1978) Cultrua y Simulacro, Kaíros
https://www.ucursos.cl/usuario/8c884c218360cd1a814d73bccaf3ff9a/mi_blog/r/culturaysimulacro_jeanbaudrillard.pdf (Consultado 31/07/2016)
Berlin, Isaiah (1980) El Erizo y la Zorra: Tolstoil y su Visión de la Historia, Edit. Península, España
Coll Cesar (2002) Concepción Constructivista de la Enseñanza y el Aprendizaje
http://cvonline.uaeh.edu.mx/…/lec_2.5b_Concepcion_construct… (Consultado 2/08/2016)
Hayek, Fiedrich A. (1988) Camino a la Servidumbre
http://biblioteca.libertyfund.org/…/camino-de-servidumbre-l… (Consultado 2/08/2016)
Morin (2004 ) Epistemología de la Complejidad
http://www.ugr.es/~pwlac/G20_02Edgar_Morin.html
Perrenoud, Philippe (2004) Diez Nuevas Competencias para Enseñar
http://www.centrodemaestros.mx/carrera_m/diez_comp.pdf (Consultado 1/08/2016)
SEP (2016) Modelo Educativo 2016
https://www.gob.mx/modeloeducativo2016 (Consultado 29/07/2016)

Fuente: http://kaosenlared.net/ante-los-modelos-educativos-recuperar-el-debate-teorico-la-crisis-de-las-ciencias-de-la-educacion-en-mexico/

Imagen: http://www.lajornadadeoriente.com.mx/wp-content/uploads/2015/02/tallerdeNi%C3%B1os7-580×385.jpg

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España: El viejo mundo nos pisa los talones, y no podemos dejar que nos alcance”

Europa /España/Agosto del 2016/ noticias /kaosenlared.net

Entrevista a José Luis Carretero en el periódico en papel “Rojo y Negro”, por Desiderio Martín, de CGT

José Luis Carretero Miramar (1971), profesor, escritor y enamorado del pensamiento crítico, ha sido militante de los movimientos sociales madrileños.

Fue miembro de la Junta Directiva de la Asociación Libre de Abogados (ALA) y en la actualidad imparte clases de Formación y Orientación Laboral  en la escuela pública.

Ha publicado varios libros sobre las transformaciones del trabajo,

las consecuencias de la crisis y la economía alternativa, así como un par de volúmenes de narrativa.

Es miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA) y del sindicato Solidaridad Obrera.

  1. José Luis, desde la crisis de los 70, especialmente en Europa y, desde los 80 a niveles globales, hemos asistido a una desposesión de los servicios esenciales para la comunidad,entregando a los mercados estos servicios esenciales para la vida (salud, energía, educación, cuidados, medioambiente, etc.), para el negocio y la rentabilidad,¿pero cual es la lógica o las lógicas que el capitalismo ha utilizado para que esto sea un hecho universal?

La dinámica de desposesión de las poblaciones para generar plusvalor ha estado siempre presente en el ADN del sistema capitalista. El capitalismo empezó así, cercando las tierras comunales y volviendo imposible la vida en las comunidades rurales para generar una masa de gente libre de sus ataduras medievales, y sin más propiedad que su fuerza de trabajo. Una nueva clase de personas que no tuvieran más remedio que trabajar en las fábricas de los adinerados.

El ciclo actual de acumulación por desposesión y privatizaciones se despliega a partir de la crisis de los años setenta. Cuando se vuelve problemático obtener la tasa de rentabilidad necesaria en la industria, el Capital busca nuevas áreas de negocio y desarrolla estrategias para salvar momentáneamente la situación: la flexibilización del trabajo y la globalización, la financiarización de la economía y la desposesión de los bienes comunes y las privatizaciones. Estas últimas permiten convertir en un negocio privado rentable lo que antes era una propiedad social, además de una forma de salario indirecto para las clases subalternas. Son nuevos yacimientos de plusvalor por explotar.

Esto ha podido hacerse a escala global, porque el capitalismo se ha desplegado de manera incontestada en el conjunto del Globo. Si no hay alternativas efectivas en ninguna parte, y la riqueza está en pocas manos, se puede obligar a los gobiernos y a las sociedades a ceder, a base  de hacerlas competir entre ellas por la financiación imprescindible para que la sociedad no se descomponga del todo. Las privatizaciones suelen venir asociadas a los programas de ajuste, los “rescates”, las “renegociaciones de deuda”, los “memorándums de entendimiento” y otras lindezas, que pueden imponerse a distintos niveles (local, estatal, etc.).

  1. Si concordamos que existen dos lógicas, la del Mercado (privado, claro está) y la lógica de la Vida (lo común, lo de todos y todas, lo necesario), y ambas dos aparentemente tienen un “fin común, que no es otro que satisfacer las necesidades humanas”, ¿cómo se confrontan en la realidad del cotidiano de la gente, que a diario tiene que alimentarse, calentarse, educarse, ser cuidada…?

Hay que tener presente que la riqueza real, la que consiste no sólo en los bienes necesarios para la vida, sino también en todos los servicios, cuidados y flujos culturales imprescindibles para el desarrollo de los individuos y de la especie, se produce en común, en un proceso cada vez más socializado e interdependiente. Nadie trabaja solo. Nadie podría vivir solo. Los seres humanos son seres intrínsecamente sociales. El patrimonio común lo produce el común de las gentes.

Sin embargo, ese común producido en común es colonizado por la lógica de la acumulación y de la apropiación privada de dos maneras principales:

Primero por la apropiación privada de los medios de producción, en nombre de la “libertad de mercado”, que lleva a la privatización del producto social. Producimos en común, pero el producto es de una clase de señores concretos que, supuestamente por obra de un mercado libre que nunca lo fue realmente, monopolizan la riqueza.

Y, segundo, porque la jerarquización de la producción y reproducción social, concomitante a ese monopolio de los medios, se impone, de múltiples maneras,  a la totalidad de la vida social, poniéndola a su servicio y configurándola. Así, ya no soñamos nuestros sueños, ni tenemos las relaciones que podríamos tener, sino que sólo soñamos, consumimos y amamos lo que es funcional al proceso de acumulación en manos privadas.

El supuesto “mercado”, que no es más que el efecto visual y propagandístico del monopolio del poder social por una clase concreta de gente, se abalanza sobre las gentes del común, sobre los trabajadores y trabajadoras, expropiándoles de la riqueza y la vida que ellos y ellas producen y cuidan, pero también de la que podrían imaginar y crear.

  1. ¿Y cuales son las consecuencias sobre la primacía de la una sobre la otra? Se ha mejorado la Vida de la Humanidad? Somos más o menos dependientes, es decir nos cuidamos mejor, estamos menos enfermos y enfermas, tenemos mas acceso universal y suficiente a los derechos esenciales?

La primacía del “mercado”, que de libre no ha tenido ni tiene nada porque desde su origen se asienta sobre la desposesión de las mayorías, las más de las veces mediante una extrema violencia, ha construido sociedades invivibles y degradadas, en las que no sólo la misma supervivencia de la especie ha llegado a estar en peligro por la devastación ecológica en ciernes y por las dimensiones del militarismo y la violencia global, sino que además los individuos no pueden desarrollar sus propias potencialidades.

Es una sociedad de múltiples violencias cotidianas, asentada sobre formas de opresión anteriores, como la patriarcal, que, en manos del Capital, llegan a límites extremos.

Es la sociedad del Centro deshumanizado y las Periferias pletóricas de miseria, no sólo a nivel global, sino en cada una de nuestras ciudades. La sociedad de los cadáveres de refugiados en las playas y de los jóvenes que se encierran en su habitación sin salir durante años, como en Japón.

Los inventos útiles, las tecnologías más o menos liberadoras, los avances sanitarios reales, de los últimos siglos, no son un producto del capitalismo, sino de la lucha de los seres humanos contra la superstición y el conservadurismo. El capitalismo lo único que ha hecho es apropiárselos, convertirlos en fuente de beneficio monetario privado y reorientarlos hacia sus propios fines, muchas veces convirtiéndolos en fuentes de sufrimientos para las poblaciones, cuando, en ocasiones, podrían haber sido instrumentos de una vida más plena. Los seres humanos han inventado siempre, ha investigado siempre. No empezaron a hacerlo con el capitalismo, y no dejarán de hacerlo después de él.

  1. En el Estado Español parece que la “batalla por lo público”, es decir su recuperación por parte de las instituciones públicas, tanto en la Administración Central como en las Autonómicas y Locales, es algo que se encontraba en los programas de los denominados “partidos del cambio” y sus prácticas y sus resultados, a la vez que las políticas (en las formas y los contenidos) cuales han sido, cuales son y las perspectivas?

Los resultados han sido sumamente limitados, cuando no directamente decepcionantes. En Madrid, por ejemplo, se ha abandonado el objetivo de la remunicipalización del servicio de limpieza viaria, pese a la insistencia de algunos concejales. Pero es que en Madrid también se han abandonado otras cosas que venían en el programa original de la candidatura de Carmena, como la formación de una banca municipal. Y la propuesta de auditoría de la deuda del Ayuntamiento languidece. Va a resultar que la estrategia de “asalto a las instituciones“ tiene también un techo de cristal, como se nos dijo de las movilizaciones para dar por finiquitado al 15-M.

El problema fundamental es que la Historia no puede dar marcha atrás. Una nueva era socialdemócrata y keynesiana de Estado del Bienestar y regulación estatal de los capitales es inviable en el nuevo escenario de globalización y telecomunicaciones instantáneas. Disciplinar a los capitales es imposible, limitarles el campo de acción sin derribarlos, como se hizo en la Europa de después de la Segunda Guerra Mundial, no es factible ya.

El neoliberalismo (las nuevas estrategias desarrolladas por el capital tras la crisis de los setenta, de las que hablamos en la primera pregunta) se inventó, precisamente, para bloquear esa posibilidad. El retorno de Keynes, que todos los economistas progresistas esperaban tras el inicio de la crisis, es cada vez más problemático. Hay muchos papeles firmados, hay muchas cláusulas en muchos acuerdos bilaterales y multilaterales de libertad de comercio, hay muchos actores globales con facturaciones superiores a los gobiernos, hay muchas transacciones “en la sombra”, fuera de todo control. La vuelta atrás es, simplemente, imposible. Y los que pretenden gestionar el capitalismo para repetir el supuesto “rostro humano” que sólo se dio en una zona concreta del mundo, durante unos años concretos, y bajo la amenaza de unas alternativas concretas, están encontrando los límites de una situación radicalmente transformada, que exige soluciones nuevas y valientes.

  1. Reversión de lo privatizado, mercantilizado a lo Público, debe ser algo más que estatalización? ¿Crees que los SSPP debieran no ser propiedad (jurídica) de las Administraciones, sino de todos y todas, de la Comunidad, y que los sujetos de los derechos (trabajadores y trabajadoras, las personas, sindicatos, organizaciones comunitarias…) tendrían que opinar, decidir y ejecutar?

A eso me refiero con lo de “soluciones nuevas y valientes”. No se trata de repetir el “espíritu del 45”y re-estatalizar los servicios públicos. No bastaría, incluso si, en algunos lugares, se llega a hacer. Los Estados son ahora impotentes ante las presiones del capital global. Las multitudes tienen que intervenir en la batalla.

La única salida de la devastación que nos amenaza es crear auténticas instituciones del común que se hagan cargo de los servicios necesarios para la supervivencia de todos. Algo distinto del Estado capitalista, que ha sido construido para defender a las clases privilegiadas. Nuevas instituciones donde los trabajadores, los vecinos y todos los afectados participen directamente en la gestión y en la toma de decisiones.

En nuestra capacidad de crear e inventar esas nuevas instituciones se va a dilucidar gran parte del futuro. La única salida a la devastación del capitalismo senil es iniciar un proceso de transición a una sociedad de nuevo tipo, donde las instituciones del común constituyan el centro. Un nuevo socialismo libertario. Hay que inventar esas instituciones nuevas, la nueva forma de propiedad comunal-comunitaria que garantice el bienestar de todos, y la participación de todos.

No se trata de una cuestión declarativa, no se trata de enredarnos con las categorías “público” y “privado” del Derecho burgués. Se trata de inventar un nuevo derecho obrero, un nuevo derecho comunal-comunitario. Las nuevas formas de hacer funcionar en común lo que de todos es. Formas democráticas que den a los productores de la riqueza social el control sobre ella, y también sobre sus vidas. Servicios públicos que estén al servicio del público, y no de las castas burocráticas estatales o de los empleados del Capital.

No dejarnos robar lo público por las privatizaciones y transformarlo en lo común, inventando las formas de participación y las reglas y los contrapoderes que las garanticen.

  1. Añade y termina sintéticamente con lo que tu quieras…..

Hoy como ayer, “el viejo mundo corre tras nuestros talones”, y no podemos dejar que nos alcance. Para construir lo nuevo tenemos que hacer visible la maldición de lo viejo (la violencia, la desesperanza, el expolio en que consiste la sociedad del Capital), pero también lo que falta para que lo nuevo llegue: las reglas del común, las experiencias de reapropiación de lo público, la autogestión generalizada. Lo que nos queda por hacer es mucho, y ayer ya era tarde.

Fuente: http://kaosenlared.net/jose-luis-carretero-el-viejo-mundo-nos-pisa-los-talones-y-no-podemos-dejar-que-nos-alcance/

Fuente: Imagen:

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Después de la carta de una madre que aconseja a sus hijos no ir a la Universidad: la otra carta

América del Sur/Argentina/07 de Agosto de 2016/Autora: Julia Peñalba/Fuente: Diario La Izquierda

Los últimos días se viralizó la carta de una madre estadounidense, en la cual les recomienda a sus hijos no ir a la universidad. La misma expresa que no deben realizar dichos estudios solo para cumplir con ciertas expectativas. Destaca como valores la espontaneidad, la pasión y la autoconfianza. He aquí la otra carta.

QUERIDOS HIJOS:

Hoy estuve leyendo una carta que se reprodujo en muchos medios, es de una madre hablando a los hijos. En ella, se hace referencia a la auto exigencia que la misma vivió a la hora de decidir culminar sus estudios universitarios. Los incentiva a ponerse otros desafíos y les explica el porqué.

Al leer esas líneas mis pensamientos volaron a ustedes. Sentí que mi carta, esa otra carta, sería diferente. Pensé profundamente qué les diría, y me volqué a escribirla, sin más.
Quiero contarles algo. Algo que van a conocer en el transcurso de sus vidas, que van a palpar. Lo vivirán en lo cotidiano. Si no es en carne propia, les pasará por sus narices, y tendrán que enfrentarlo, o darle la espalda, no hay más opción.

Vivimos en un mundo avasallado por intereses mezquinos. Hay muchos que viven a costillas de otros. La gran mayoría de las personas nos encontramos sobre explotadas, nuestro planeta mismo lo está. Y todo ello sucede para que unos pocos expandan sus riquezas y llenen sus bolsillos.

Millones de niños del mundo mueren de hambre o de enfermedades que podrían prevenirse si fuese ello una decisión política. Las mujeres somos lastimadas, relegadas, hiper consumidas. Distintas etnias son aniquiladas, expropiadas de las tierras que habitan, castigadas, por la necesidad de expansión y consumo del sistema que se impone mundialmente: el sistema capitalista.

La historia de la humanidad da cuenta de cómo ello fue creciendo hasta convertirse en una espiral peligrosa y repudiable, que avanza a pasos agigantados. Pero también nos cuenta como los pueblos, organizados, han combatido tan atroces y repudiables crímenes, logrando conquistas que dejan huellas y aprendizajes inquebrantables en esta clase explotada, para seguir avanzando en la liberación de la humanidad.

Hijos: en el marco de la lógica individualista que nos impregna van a intentar hacerles creer que son libres en función de acceder a ciertas elecciones.

Depende el lugar que ocupen en el escenario social, quizás hasta lleguen a hacer un viaje, cambiar de auto o comprar una casa, contar con diversas comodidades, acceder al disfrute del más bello paisaje y el mayor confort. Sin embargo, esa libertad no es tal. Las supuestas decisiones encubren muchas veces imposiciones (como la orientación sexual, el modo de formar una familia, etc.), y esconden tras de sí la razón capitalista fundamental: mientras todo esto sucede, tantos están destinados a trabajar solo para reproducirse, o simplemente morir en condiciones de miseria y pauperización. Aunque no las vean, las cadenas están, y son las del sistema, que nos hace esclavos.

Desconozco queridos hijos, cuál será su opción de vida. No podría ser imparcial a la hora de aconsejarlos al respecto, pues la elección militante es la opción que me embandera, por todo lo que les describo hasta aquí. Por ello, sea cual fuere su decisión, mi gran deseo radica en que no sean esquivos a esta realidad, que tengan la sensibilidad necesaria para acceder a ella, tomarla en sus manos, y desde la perspectiva que consideren luchen para transformarla, ya que entiendo que desconocerla y reproducirse en su cotidianeidad sin más los hará presos de esta opresión, y obligará al resto a seguir estándolo.

Ojalá en el camino generen relaciones profundas que los potencie. Que cada chispa de felicidad les de fuerzas para continuar, pese a las contingencias, buscando la alegría en el futuro.

Si eligen ir a la universidad, deben tener presente que no es una isla. En muchas ocasiones reproduce saberes que limitan la lucha de los explotados y la inhibe. Por eso, les será necesario tener una visión crítica, mediar los conceptos y saberes que incorporen con la vivencia cotidiana. Será un gran desafío que deberán atravesar para lograr un proceso de conocimiento que logre poner su especificidad profesional al servicio de una sociedad sin opresión y explotación.

Hijos queridos, ustedes no son de mi propiedad y pertenencia, son sujetos que están formando su moral y su perspectiva de vida, y yo me siento con el deber de acompañarlos en ello. No es mi preocupación si asistirán a la universidad, o si elegirán constituirse de otro modo. Son libres de apropiarse de la experiencia y salir al ruedo, sin que mi verdad les resulte acabada. En el rumbo hay piedras que harán que les cueste avanzar, y que es necesario sortear, pero estoy convencida, con todas mis contradicciones, de que si realmente toman conciencia de las miserias de este mundo y desean con pasión revolucionarlo, encontrarán en ello una meta para caminar a paso firme, con cabeza erguida.

Para finalizar, les deseo de corazón que amen la vida y la sostengan con pasión. Me apropio por ello de las palabras de un gran sujeto de quien tomar lecciones y se las entrego para que las abracen: “…Amar la vida con el afecto superficial del diletante, no es mucho mérito. Amar la vida con los ojos abiertos, con un sentido crítico cabal, sin ilusiones, sin adornos, tal como se nos aparece con lo que ofrece, esa es la proeza…” (Ver un gran sueño).

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Despues-de-la-carta-de-una-madre-que-aconseja-a-sus-hijos-no-ir-a-la-Universidad-la-otra-carta

 

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¿Qué educación podemos ofrecer a nuestros jóvenes en un mundo cada vez más violento?”

Europa/España/05 de Agosto de 2016/Autor: Martin Almada/Fuente: Tercerainformación

Cualquier reflexión sobre la Universidad ha de partir de su sentido cultural y también de su sentido social. En lo concerniente al sentido cultural hay que recordar que las Universidades son herederas de la tradición de las escuelas catedralicias y de las viejas academias, con un universo ritual y mítico que se ha mantenido a través del tiempo a la vez que han ido ofreciendo un saber que después se administra, de alguna manera, mediante una profesión, el arte o la ciencia. En este sentido su función cultural se ha mantenido en el transcurso del tiempo como una fuente de conocimiento notable, aunque siempre al servicio de las clases dominantes.

Pero hoy las universidades, además de este sentido cultural, han de caracterizarse por un sentido social. Y ello sin dejar de generar conocimientos y de formar investigadores en todos los ámbitos, especialmente en el ámbito de lo social con el objetivo de analizar la realidad y abordar acciones que la transformen. En países como los nuestros, en donde muchas veces no somos dueños de nuestros destinos, es absolutamente clave que tengamos conciencia de nuestra propia historia, de nuestra cultura, de nuestro mundo natural. Esto es fundamental para América Latina.

Pero muchas veces la posibilidad de realizar investigación social en nuestras universidades está condicionada por circunstancias externas, por ejemplo ligadas a intereses de agencias financieras internacionales, a las líneas o programas de investigación que se propongan desde empresas multinacionales, etc. En este sentido, la educación capitalista, aún dominante en los centros universitarios, constituye un obstáculo que apaga la curiosidad y la creatividad, y prepara a los estudiantes para que consideren el mundo injusto como un hecho normal, y la pobreza como una simple fatalidad, cuando sabemos científicamente que todo ello es consecuencia de la injusta distribución de la riqueza y de una desigual adquisición de conocimientos.

Esta cuestión sobre el papel del sistema educativo ante la injusticia del mundo actual ha generado un gran debate intelectual enfrentando las tradicionales concepciones socialistas con las ideas del neoliberalismo dominante en la actualidad, que sostiene la teoría de que todos los problemas económicos y sociales pueden resolverse a través del funcionamiento de los mercados sin la actuación del Estado y sin ningún tipo de análisis social de la realidad, dejando a la iniciativa privada toda actividad económica, aun las ligadas al sistema educativo( la idolatría del mercado)

Grandes impulsores de esta teoría neoliberal son el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo. Estas instituciones financieras internacionales quieren controlar, conscientes de su importancia estratégica, todo el sistema educativo de la Región, y pregonan el tópico que la educación es el motor del desarrollo de los pueblos. Frente a esta concepción, Paulo Freire, el gran pedagogo brasileño, afirma que “la educación no es la palanca de la transformación, pero la transformación social necesita de la educación”. Como es habitual, la educación simplemente reproduce el sistema capitalista para conservar la actual cadena de la servidumbre. Para romper esta cadena es necesario el cambio en las condiciones sociales. Por ejemplo, no habrá educación liberadora si esta no va acompañada de una auténtica reforma agraria en América Latina.

La producción, reproducción y consumo de conocimientos en las Universidades tienen que estar fundamentalmente orientados a la construcción de la vida cotidiana del país. En este ámbito tenemos que aprender a mirarnos, no simplemente como profesionales, sino como sujetos políticos que intervenimos normalmente desequilibrando la balanza a beneficio de la clase dominante. Hay que reconocer que la Universidad, hasta hoy, sigue generando un modelo de egresado ajeno a temas como este, de la misma manera que permanece ajena a debates esenciales de nuestro tiempo como el deterioro ambiental y moral.

En las cárceles del dictador Alfredo Stroessner mis inquietudes sobre estos y otros temas se convirtieron en acción política, y fui llegando al entendimiento de las grandes cuestiones en Paraguay, en el Caribe y en toda América Latina. Entre ellas, la urgente necesidad de globalizar las luchas políticas y sociales tanto como se globaliza el capital. Tenemos que exigir, por ejemplo, la representación popular en el consejo de administración de las grandes empresas multinacionales, y también en el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano, etc. siendo conscientes que estos centros financieros internacionales jamás desarrollaran una política favorable a la mayoría de la población. Tenemos que inventar nuevas formas de representación y de presencia del poder popular en las grandes corporaciones, que actúan en la actualidad como auténticas dictaduras.

A propósito de la clase dominante, cabe destacar la existencia del Club Bildelberg, donde se reúnen los que realmente gobiernan el mundo al margen de la democracia. Se trata de un gobierno mundial en la sombra, y lejos de cualquier control popular. Son un ojo global que todo lo ve, integrado por unas 130 personas de Europa y de los Estados Unidos de Norte América, y que toma las decisiones que rigen nuestras vidas por encima de las pretendidas soberanías nacionales. Las Universidades tienen la obligación de investigar y denunciar este modelo que apunta hacia una esclavitud global en una época contradictoria donde podemos contemplar el mayor número de declaraciones de Derechos Humanos de la historia y a la vez el mayor número de violaciones de estos mismos derechos. Hay que respaldar como Universidad a los que se enfrentan a este sistema nadando contra corriente a favor de la justicia, y corriendo por ello indudables riesgos personales.

La tarea de transformar la educación latinoamericana es inmensa, y caminar a solas es posible, pero bien sabemos que el camino es largo y se hace más liviano en compañía de otro caminante. Entre todos hay que conseguir urgentemente una educación alternativa para despertar la conciencia, una educación que sepa menos de cosas y más de valores éticos. Y para ello es imprescindible que la ética no sea una condición ocasional, sino que acompañe siempre a los educadores como el zumbido de una abeja. Y esta transformación ha de hacerse a partir de la creatividad, el reconocimiento de la potencialidad del entorno, la autoestima para superar la colonización de la mirada y el redescubrimiento de elementos tan básicos como el viento y el sol, recuperando los saberes y creencias ancestrales para conseguir que el DIOS SOL ESTE RESUCITANDO.

Cuando se haya agotado el diluvio neoliberal, deberemos enfrentar la inmensa tarea de la reconstrucción del Estado para la producción de conocimientos y de herramientas necesarias para fortalecer una cultura de la paz.

Considero importante, para finalizar, recordar aquí al gran poeta chileno, víctima de la Operación Cóndor, Pablo Neruda, que nos dejó este mensaje de esperanza: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”. Efectivamente, ya no es tiempo de banqueros ni multinacionales, es tiempo de pueblos y dignidad previa descolonización de la mirada.

Fuente: http://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2016/08/01/la-descolonizacion-de-la-mirada-universitaria

Fuente de la imagen:http://blog.sabf.org.ar/2014/07/11/el-bullying-culpa-de-padres-o-maestros/

 

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Imperialismo y Dependencia

Autor: Theotonio Dos Santos

Año: 2011

Editorial: Fundación Biblioteca Ayacucho

País: Venezuela-Caracas

ISBN 978-980-276-490-7

Sinopsis:Imperialismo y dependencia, publicado inicialmente en 1978 en México por la Editorial Era, es uno de los clásicos de las ciencias sociales latinoamericanas y expresa su proyección internacional. En él, Theotonio dos Santos reúne y reelabora trabajos anteriores:

La crisis norteamericana y América Latina (1972), Dependencia y cambio social (1972) e Imperialismo y corporaciones multinacionales
(1973). El libro ganó también publicaciones en Japón en 1978, en China en 1992, ampliando el alcance de las tres obras de que parte,
editadas en Argentina, España, Portugal, Venezuela, Colombia y México.
Para comprender la importancia de Imperialismo y dependencia
y lograr analizar su actualidad, debemos inicialmente situar su lugar en el conjunto de la obra de Theotonio dos Santos. Podemos dividirla en tres grandes etapas: la primera, que se constituye entre finales de los años 50, el golpe de Estado de 1964 y la clandestinidad en Brasil; la segunda, que se configura en los exilios chileno y mexicano; y la tercera, a partir de su regreso a Brasil. Esta división, no obstante, se conjuga con la larga continuidad que estructura el pensamiento del autor que desarrolla, acumula y lanza nuevas temáticas; se con-
vierte en fundador y exponente de una escuela de pensamiento de enorme repercusión internacional, la teoría de la dependencia; y de su reorientación en el mundo contemporáneo a través de su participación en la formulación de una teoría del sistema mundial.
Descargar libro: http://www.fundayacucho.gob.ve/wp-content/uploads/2015/11/IMPERIALISMO-Y-DEPENDENCIA.pdf
Fuente de la imagen: https://dejacontarte.files.wordpress.com/2013/05/imperialismo-y-dependencia.jpg
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El surgimiento de las Teorías de Dependencia

Por: Claudio Katz

Las Teorías de Dependencia se desenvolvieron en los años 60-70 en torno a tres vertientes. Ruy Mauro Marini, Theotonio Dos Santos y Vania Bambirra postularon una concepción marxista, que fue complementada por la visión metrópoli-satélite de André Gunder Frank. Ambas miradas confrontaron con la tesis del desarrollo asociado dependiente que propuso Fernando Henrique Cardoso. ¿Cuáles fueron sus divergencias?

SOCIALISMO Y LIBERALISMO

La Teoría Marxista de la Dependencia fue un producto directo de la revolución cubana . Hasta 1960 nadie imaginaba el debut de un proceso anticapitalista a 90 millas de Miami. Se suponía que esas transformaciones serían consecuencia de cambios previos en los centros del poder mundial. El éxito de Cuba trastocó ese escenario y abrió una gran expectativa de horizontes socialistas próximos para América Latina.

Marini, Dos Santos y Bambirra postularon conceptos acordes a esa esperanza. Participaron en organizaciones que luchaban contra las dictaduras militares y alentaban proyectos de izquierda, en el turbulento período comprendido entre el ascenso de la Unidad Popular chilena (1970) y la caída del Sandinismo (1990).

Los tres autores confrontaron con el imperialismo estadounidense y concibieron propuestas de integración latinoamericana y de asociación internacional con el denominado bloque socialista. Propiciaron una drástica ruptura con la estrategia política de los partidos comunistas, que proponían forjar alianzas con la burguesía para gestar modelos de capitalismo nacional.

Los pensadores brasileños buscaron convergencias con las tendencias radicales del nacionalismo y tomaron distancia de las vertientes conservadoras de esa corriente. Sus conceptualizaciones del subdesarrollo se desenvolvieron en estrecha conexión con todos los debates de la izquierda de esa época ( actitud frente a la URSS, posturas frente a los gobiernos reformistas, oportunidad de la lucha armada) (Bambirra, 1986: 113-115, 78-82).

Los teóricos de la dependencia polemizaron con las interpretaciones liberales, que atribuían el atraso regional a la insuficiente absorción de la civilización occidental o a la herencia cultural indígena, mestiza e hispano-portuguesa.

Marini demostró la inconsistencia de esa concepción, recordando la exacción colonial padecida por América Latina y el posterior dominio de oligarquías despilfarradoras (Marini, 2007: 235-247).

También Dos Santos cuestionó la propuesta liberal de repetir el modelo estadounidense mediante la adopción de comportamientos modernizantes. Señaló que la inserción internacional de la región como exportadora de productos agro-mineros obstruía su desarrollo y refutó la falacia de una paulatina convergencia con las economías avanzadas (Dos Santos, 2003). Además, demostró la inconsistencia de todos los indicadores utilizados por los economistas neoclásicos para evaluar el pasaje de una sociedad tradicional a otra industrial (Sotelo, 2005).

Dos Santos rechazó la interpretación liberal dualista del subdesarrollo como un conflicto entre sectores modernos y retardatarios de la economía. Resaltó el carácter artificial de esa antinomia y retrató la estrecha integración entre ambos segmentos (Dos Santos, 1978: 283-198) .

También Frank participó de esa crítica, destacando que el sector atrasado no era una rémora del modelo imperante sino su principal recreador. Señaló que el subdesarrollo latinoamericano no obedecía a la ausencia de capitalismo, sino a la gravitación de una modalidad dependiente de ese sistema.

Este planteo de Frank no sólo confrontó con la mitología liberal que contraponía el rezago regional con la modernización occidental. Al definir al subdesarrollo como un rasgo intrínseco del capitalismo dependiente, sustituyó las miradas centradas en tipologías ideales por caracterizaciones históricas de los regímenes sociales (Laclau, 1973; Wolf, 1993: 38).

DESARROLLISMO Y MARXISMO

Los teóricos marxistas de la dependencia fueron influidos por las concepciones de la CEPAL, que atribuían el retraso de la periferia al deterioro de los términos de intercambio y a la heterogeneidad estructural de economías con alto desempleo, consumismo de las elites y estancamiento de la agricultura.

Los desarrollistas promovían la industrialización mediante la sustitución de importaciones y mayores inversiones del sector público. Cuestionaban la atadura al modelo agro-exportador y auspiciaban políticas económicas favorables a la burguesía nacional.

Marini coincidió con varios diagnósticos de Prebisch sobre el origen del subdesarrollo y con algunas tesis de Furtado sobre el impacto adverso de la oferta laboral en los salarios. Pero nunca compartió la esperanza de resolver esos desequilibrios con políticas burguesas de modernización. Ponderó los hallazgos teóricos de la CEPAL, cuestionando sus expectativas en el desenvolvimiento capitalista autónomo de América Latina (Marini, 1991: 18-19) .

Además, criticó su desconocimiento de la función cumplida por la región en la acumulación de las economías centrales. Marini explicó la brecha centro-periferia por la dinámica del capitalismo y subrayó la inexistencia de otra variante de ese sistema para el Tercer Mundo. Señaló que el subdesarrollo no podía erradicarse con simples políticas correctivas o con mayores dosis de inversión (Marini, 1993).

Dos Santos formuló una crítica semejante. Recordó que el atraso latinoamericano no obedecía a la orfandad de capitales, sino al lugar ocupado por la zona en la división internacional del trabajo (Dos Santos, 1978: 26-27) .

Los teóricos de la dependencia objetaron, además, la presentación del estado como un artífice del crecimiento, ajeno a las limitaciones de las clases dominantes. Por eso descreyeron del margen sugerido por CEPAL para completar la industrialización latinoamericana.

En este abordaje exhibieron una afinidad con los economistas marxistas de otras regiones que renovaron la caracterización del capitalismo de posguerra, evitando la presentación de esta etapa como una simple continuación del escenario leninista precedente (Katz, 2016) .

Dos Santos destacó la nueva gravitación de las empresas multinacionales y la creciente integración global del capital. Empalmó con los diagnósticos de Amin sobre la ley del valor operando a escala mundial y coincidió con la evaluación de Sweezy del protagonismo estadounidense . También Bambirra señaló ese predomino norteamericano en el nuevo circuito de la acumulación global.

Estas miradas conectaron las mutaciones del capitalismo con el estudio de la crisis de ese sistema. Marini evalúo la dinámica de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia en la periferia, recordando que el declive porcentual de la rentabilidad proviene de la reducción del nuevo trabajo vivo incorporado a las mercancías, en relación al trabajo muerto ya objetivado en materias primas y maquinaria. Remarcó que esa modificación reduce la tasa de beneficio en proporción al capital total invertido .

Marini también señaló que la afluencia de capital a la periferia morigeraba ese declive en las economías centrales, mediante incrementos de la explotación de los trabajadores de la periferia y abaratamientos de la provisión de alimentos e insumos para la industria metropolitana. Pero d estacó que esa compensación acentuaba la asfixia de la capacidad de consumo en los países con salarios más reducidos (Marini, 2005).

Dos Santos compartió este razonamiento combinado de la crisis por desequilibrios de valorización (tendencia decreciente de la tasa de ganancia) y tensiones en la realización del valor (insuficiencia del poder de compra) (Dos Santos, 1978: 154-155 ) . Ambos autores adoptaron una mirada multicausal -semejante al enfoque de Mandel- que clarificó varios rasgos de la crisis en la periferia (Katz, 2009:117-119).

Los teóricos de la dependencia convergieron, además, con Mandel y Amin en el registro de las nuevas bifurcaciones presentes en los países subdesarrollados. Por eso Marini indagó los desequilibrios fabriles de economías intermedias afectadas por mayores costos, desventajas tecnológicas y déficits crónicos en la balanza comercial. Su diagnóstico de Brasil (o Argentina y México) fue coincidente con el expuesto por los estudiosos de la industria de países equivalentes de Asia y África.

Marini analizó las economías medianas de Latinoamérica para superar las presentaciones de la periferia como un universo indistinto. Corrigió viejas tradiciones del marxismo que asemejaban a América Latina con regiones de Asia o África .

 El mismo propósito impulsó a Dos Santos a indagar la especificidad de las industrias latinoamericanas, sujetas a encarecimientos externos de importaciones y ahogos internos por estrechez del mercado interno .

Bambirra conceptualizó el mismo problema introduciendo distinciones entre las economías latinoamericanas. Contrastó los países de industrialización antigua (Argentina, México, Brasil), industrialización posterior (Perú, Venezuela) y estructuras agro-exportadoras sin industria (Paraguay, Haití) (Bambirra, 1986: 57-69) . Esta atención por el subdesarrollo desigual de la región fue un pilar analítico de los teóricos de la dependencia.

LAS NUEVAS CATEGORÍAS

Marini interpretó el deterioro de los términos de intercambio como una expresión del intercambio desigual. A firmó que las transferencias de valor hacia el centro no derivaban de la inferioridad de la producción primaria, sino de la dinámica objetiva de la acumulación a escala mundial (Marini, 1973). De esta forma resaltó la gravitación genérica de la ley del valor en ese proceso.

Pero el pensador brasileño no profundizó ese análisis y soslayó el estudio diferenciado de esos fenómenos dentro y fuera de la industria, que iniciaron los teóricos del intercambio desigual (Emnanuel, Amin, Bettelheim). Tampoco exploró la dinámica de rentas petroleras recicladas en circuitos financieros que indagó Mandel. La misma óptica adoptó Dos Santos. Solamente situó el intercambio desigual en el escenario de las pujas comerciales internacionales, que habitualmente afectan a la periferia (Dos Santos, 1978: 322-323, 367) .

Los autores latinoamericanos concentraron su atención en los desequilibrios de la reproducción dependiente. Dos Santos estudió cómo se combinan los desbalances comerciales con los desajustes de endeudamiento e inflación en los países industrializados de la periferia.

Marini conceptualizó el ciclo de financiación, producción y comercialización de esas economías en contraste con los países centrales. Observó que la inversión privada es menor que en las metrópolis y que el capital extranjero drena fondos a través de royalties, utilidades o compras de maquinaria. Describió cómo las empresas obtienen lucros extraordinarios aprovechando la baratura de los salarios e ilustró de qué forma la baja capacidad de compra recorta el mercado interno (Marini, 2012).

De esta forma teorizó la heterogeneidad estructural de la CEPAL en términos marxistas, como un ciclo dependiente. Retomó de Prebisch el diagnóstico de fuertes límites a la acumulación como consecuencia de las desproporciones sectoriales y las restricciones al consumo y estimó que esa adversidad capitalista impedía el desarrollo.

Pero observó estos desequilibrios como contradicciones específicas del capitalismo dependiente e indagó su dinámica utilizando un modelo extraído del tomo II de El Capital. En ese razonamiento evitó presupuestos abstractos de equilibrio y detectó las mismas tensiones en la acumulación industrial que observaron Amin y Mandel.

Marini remarcó la estrechez del poder adquisitivo retomando las hipótesis de sub-consumo de Luxemburg. Pero ubicó el problema en los escenarios periféricos. En lugar de analizar cómo la obstrucción de la demanda interna empuja hacia el exterior al capital metropolitano, estudió los desequilibrios que genera ese proceso en las economías subdesarrolladas.

El pensador brasileño ya conocía la dinámica del consumo de masas en los países centrales y por eso expuso una teoría del fordismo obstruido en las economías medianas de la periferia. Resaltó la existencia de una gran estratificación del consumo entre segmentos bajos y medio-altos y subrayó la ausencia de una masa de adquirientes medios, comparable a los países desarrollados.

Pero Marini situó la principal peculiaridad de las economías periféricas industrializadas en la superexplotación del trabajo. Utilizó ese término para describir la condición de los obreros sometidos al pago de remuneraciones inferiores al valor de su fuerza de trabajo. Señaló que esa anomalía era el trasfondo de la situación dependiente y de la conducta de clases dominantes que lucraban con tasas de plusvalía superiores al centro.

Marini consideró que la burguesía de la periferia compensaba por esa vía las pérdidas derivadas de su lugar subordinado en el mercado mundial. Señaló que los capitalistas latinoamericanos utilizaban el fondo de consumo de los trabajadores como una fuente de acumulación del capital.

El teórico de la dependencia aclaró que la superexplotación sólo era viable en regiones con grandes excedentes de mano de obra, surgidas de la sobrepoblación indígena (México), el éxodo rural (Brasil) o los flujos inmigratorios.

Situó en la forma de generar plusvalía la principal peculiaridad de las economías medianas latinoamericanas. Al igual que Amin resaltó la vigencia de mayores niveles de explotación. Pero en lugar de explicar este dato por diferencias de salarios mayores que las diferencias de productividades, atribuyó el fenómeno a una remuneración cualitativamente inferior de la fuerza de trabajo. Esta evaluación fue formulada con la mira puesta en el proceso de industrialización de un país con enormes desigualdades del ingreso (Brasil).

SUB-IMPERIALISMO Y BURGUESÍA NACIONAL

Marini no se limitó a retomar las viejas denuncias sobre el rol opresor de Estados Unidos. Introdujo el controvertido concepto de sub-imperialismo para retratar la nueva estrategia de la clase dominante brasileña. Describió las tendencias expansivas de grandes empresas afectadas por la estrechez del mercado interno y percibió su promoción de políticas estatales agresivas para incursionar en las economías vecinas.

Esta interpretación se basó en un razonamiento semejante al desarrollado por Luxemburg para caracterizar las tendencias imperiales de Alemania, Francia o Inglaterra. Esa visión subrayaba que esos cursos se implementaron para contrarrestar el reducido poder de compra local (Marini, 2005).

Pero el marxista latinoamericano le asignó al concepto una dimensión geopolítica muy diferente al registro clásico. No postuló que Brasil se incorporaba al club de potencias que disputan el dominio mundial. Más bien resaltó la subordinación de ese país a la estrategia estadounidense. Por eso habló de sub-imperialismo y retrató el papel de gendarme anticomunista regional jugado por la dictadura brasileña durante la guerra fría contra la URSS.

El teórico de la dependencia completó posteriormente ese sentido del sub-imperialismo introduciendo otras nociones como “ estado de contrainsurgencia”. Utilizó ese concepto para describir el papel de tutelaje represivo ejercido por los militares, en la transición hacia regímenes constitucionales (Martins, 2011a; M endonça 2011). 

Marini habló de sub-imperialismo para subrayar que la principal burguesía sudamericana era socia y no títere de Washington. Resaltó especialmente el rol geopolítico autónomo de una clase dominante que buscaba proyectarse como potencia económica y militar a escala regional (Marini, 1985).

Con esta mirada retomó percepciones de los marxistas clásicos sobre el rol de los imperialismos menores e incorporó los nuevos análisis sobre el papel de Estados Unidos en la posguerra. Su tesis sintonizó con la idea de imperialismo colectivo de Amin en tres planos: la creciente asociación mundial de capitales, la función capitalista protectora ejercida por el Pentágono y el nuevo rol de los custodios regionales asociados con Washington.

Mientras que el subimperialismo fue un tema específicamente abordado por Marini, el giro de la burguesía nacional fue tratado por los tres teóricos marxistas de la dependencia. Señalaron el pasaje de una clase industrialista con proyectos de desarrollo independiente a un segmento asociado con empresas extranjeras. El sostén burgués al  golpe de 1964 fue presentado como un contundente indicio de esa renuncia a procesos de acumulación autónomos ( Chilcote, 1983 ).

Los pensadores de la dependencia remarcaron las conexiones con el capital extranjero y no su simple subordinación. Destacaron el nuevo perfil de burguesías industriales más internacionalizadas, puntualizando las diferencias con la vieja oligarquía terrateniente y con el capitalismo nacional precedente. Dos Santos señaló que ese giro creaba un conflicto con sectores de la burocracia apegados al desarrollismo clásico ( Dos Santos, 1978: 34, López Segrera, 2009).

El teórico brasileño profundizó, además, la dimensión política de ese proceso, al definir el status de una situación subordinada. Estimó que la dependencia se verifica cuando cierto grupo de países condiciona el desarrollo de otros ( Dos Santos, 1978: 305) . Retrató esta situación para el caso latinoamericano, mediante un análisis semejante al propuesto por Amin.

En ambos casos la dimensión política de la dependencia fue diferenciada de la polarización económica, aclarando las conexiones entre procesos que no se desenvuelven (necesariamente) en forma simultánea. Los dos pensadores exploraron la especificidad de la subordinación política al poder imperial, que anteriormente era asemejada a la sujeción económica. Pero en un contexto de absorbente primacía de las estrategias socialistas, esas caracterizaciones sólo fueron esbozadas.

TEORÍAS Y SINGULARIDADES

Marini, Bambirra y Dos Santos intentaron amoldar el marxismo al estudio de la nueva realidad latinoamericana de posguerra. Por esa razón se embarcaron en la misma búsqueda de nociones específicas que encararon Baran-Sweezy con el excedente, Amin con el valor mundial y Mandel con las Ondas Largas. Esta indagación siguió, a su vez, la pista inaugurada por Lenin con el desenvolvimiento desigual, por Luxemburg con la revisión de la acumulación primitiva y por Trotsky con el desarrollo desigual y combinado.

Pero el status de la dependencia como teoría suscitó fuertes debates. Se discutió si constituía una concepción, un paradigma o un enfoque, según las distintas interpretaciones en boga de las leyes sociales.

Dos Santos sostuvo que la teoría de la dependencia ya había alcanzado un nivel científico, al definir las leyes que rigen el desarrollo de los países periféricos. Señaló que esos principios esclarecían la evolución del capitalismo dependiente, con razonamientos equivalentes a los utilizados por Lenin para explicar el imperialismo.

El economista brasileño estimó que las reglas de la dependencia clarificaban de qué forma la sujeción comercial, financiera o tecnológico-industrial generaba bloqueos a la acumulación en América Latina (Dos Santos, 1978: 300, 360-366). Marini trabajó en la misma dirección y atribuyó legalidad científica a los mecanismos generadores de plusvalía en las regiones dependientes.

Ambos teóricos estudiaron la peculiaridad de América Latina frente a otras sociedades dependientes y notaron que sus investigaciones eran distintas a las predominantes en Asia o África. En los principales países de esos continentes los interrogantes giraban en torno a las razones históricas que permitieron a Europa superar a viejas civilizaciones, para someterlas a una degradación colonial (India) o semicolonial (Egipto, China)  (Amin, 2005).

En América Latina los enigmas de la dependencia surgían de la renovación de un status subordinado, al cabo de un siglo y medio de independencia política sin parangón en otras zonas del Tercer Mundo. Esta visión estimuló investigaciones sobre las peculiaridades del Caribe, Centroamérica, Brasil, la región andina y el Cono Sur (Dos Santos, 1998).

Estos estudios fueron abordados con una mirada “desde la periferia”, que Marini adoptó en oposición al paternalismo elitista de estudios latinoamericanos localizados en Estados Unidos, Inglaterra o Francia . Propuso revertir esa anomalía generando conocimientos desde la región ( Marini, 1991: 9-10, 42). Con el mismo enfoque Dos Santos intentó corregir a los autores clásicos del imperialismo, que a su juicio no abordaron esa problemática desde una óptica propia de los países dependientes (Dos Santos, 1978: 301-303, 340-345).

Con estas caracterizaciones del status teórico de la dependencia, los tres marxistas brasileños completaron la presentación de un enfoque que trastocó la agenda de las ciencias sociales latinoamericanas. Los conceptos introducidos por Marini, las caracterizaciones políticas de Dos Santos y las miradas de Bambirra sobre el subdesarrollo desigual crearon perdurables referencias analíticas para los pensadores de ese período.

LA VISIÓN METRÓPOLI-SATÉLITE

André Gunder Frank participó activamente en el surgimiento de la teoría marxista de la dependencia y sus tesis tuvieron un impacto inmediato superior al resto de los autores. Pero su mirada fue diferente y su enfoque de metrópolis-satélites constituyó apenas la primera de las tres concepciones que sostuvo a lo largo de su vida. El periodo inicial fue curiosamente el más corto y afamado de esa trayectoria.

Comenzó sus trabajos bajo el fuerte impacto de la revolución cubana, adoptó las críticas de izquierda a la estrategia comunista de etapas y cuestionó la política de apoyo a la burguesía nacional. Subrayó la inexistencia de espacios para repetir el desarrollo clásico del capitalismo, remarcó la inviabilidad del desarrollismo y postuló la necesidad del socialismo ( Frank, 1970: 211-213).

Frank asumió esa actitud radicalizando ideas políticas liberales y abandonando un esquema evolutivo, que identificaba la superación del subdesarrollo con la erradicación de instituciones pre-capitalistas. No maduró su visión asimilando los debates teóricos marxistas que incorporaron otros autores de la dependencia.

Pero la afinidad con ese enfoque fue señalada por Marini, que resaltó el acierto de la fórmula utilizada por Frank para retratar el retraso latinoamericano. Consideró que el “desarrollo del subdesarrollo” ilustraba cómo la consolidación de las economías avanzadas se consumaba a costa de las relegadas (Marini, 1993). 

El pensador estadounidense no expuso ese corolario identificando los mecanismos de la reproducción dependiente. Tampoco enmarcó su caracterización en el funcionamiento global del capitalismo, ni relacionó su teoría con algún diagnóstico del valor, el sub-consumo o la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.

Frank postuló simplemente que el capitalismo generaba subdesarrollo en la periferia del sistema mundial. Señaló que esa inserción subordinada determinaba la apropiación del excedente de las economías relegadas por parte de las avanzadas.

El autor norteamericano presentó la polarización metrópoli-satélite como dos caras de una misma trayectoria mundial. Subrayó la complementariedad de esos procesos y remarcó el carácter excepcional de la interrupción de esa fractura. Recordó que en la era contemporánea ninguna economía sometida alcanzó el status de potencia central y estimó que el debilitamiento de una metrópoli no modificaba el perdurable status de la dependencia ( Frank, 1970: 8-24) .

El teórico estadunidense aplicó este razonamiento a la historia latinoamericana. Ubicó el origen de la relación centro-periferia en la integración subordinada de la región al capitalismo mundial en siglo XVI. Señaló que en ese encadenamiento a la acumulación global un centro metropolitano (Europa) somete a los satélites periféricos (América Latina), a través de la mediación de ciertos países (España, Portugal), que a su vez se convierten en satélites de la potencia dominante (Gran Bretaña).

Al interior de América Latina este mismo circuito conecta al satélite periférico (Chile) con el satélite colonial principal (Perú), que a su vez es manejado por la metrópoli extra-regional (España o Inglaterra). Esta cadena de sometimientos se recrea junto a la confiscación jerárquica de los excedentes ( Frank, 1970: 1-7) .

Frank expuso dos ejemplos de esta conexión. Ilustró cómo Chile quedó sometido a esa subordinación desde la época colonial, a través de una clase dominante local atada a las exigencias de un puñado de firmas extranjeras. En el caso de Brasil, remarcó la inserción dependiente a través de satélites principales (Sao Paulo), que aseguraron la subordinación de los satélites secundarios (Recife) a las metrópolis (primero Portugal, luego Estados Unidos). No observó diferencias significativas entre los dos países ( Frank, 1970: 119-123, 149-154) .

DOS ABORDAJES DIFERENTES

Frank priorizó el análisis de los drenajes que sufre la periferia, en sintonía con los enfoques de polarización absoluta entre el centro y la periferia de la periferia. En cambio Marini, Dos Santos y Bambirra incorporaron un registro de las bifurcaciones existentes entre economías agro-exportadoras (Chile) y parcialmente industrializadas (Brasil).

Esta diferencia determinó abordajes distintos. Mientras que el pensador estadounidense observó la economía latinoamericana como una totalidad uniforme, sus colegas brasileños estudiaron contradicciones nacionales específicas. Establecieron distinciones en lo que Frank observó como subordinaciones equivalentes.

Los teóricos brasileños partieron, además, de caracterizaciones generales del capitalismo de posguerra que Frank no tuvo en cuenta. Su enfoque no incorpora las evaluaciones de empresas multinacionales, las trasformaciones tecnológicas o los cambios de la inversión que señaló Dos Santos.

Por esta omisión Frank sólo notó que en los momentos de crisis del centro se amplían los espacios para el desenvolvimiento de la periferia. Pero con ese señalamiento explicó sólo el debut de la industrialización latinoamericana, sin aclarar lo sucedido posteriormente.

El pensador estadounidense salteó todas las elaboraciones de la fractura centro-periferia que desenvolvieron los economistas marxistas y asimilaron los autores brasileños. Por eso estudió solamente la dinámica de la exacción, mientras Marini captaba las articulaciones con el capitalismo avanzado y Dos Santos percibía los amoldamientos con la mundialización. Ese registro les permitió evitar simplificaciones y notar las nuevas formas de la dependencia.

Dos Santos cuestionó tempranamente la omisión de Frank de las transformaciones internas de los países subdesarrollados. Objetó su mirada estática y la consiguiente sugerencia de inmutabilidad de la sociedad latinoamericana . Atribuyó esa unilateralidad al apego a una metodología estructural-funcionalista ( Dos Santos, 1978: 304-305, 350-352, 346).

Este error se verificó en la presentación de encadenamientos del centro con sus satélites, como si fueran simples piezas de un tablero dirigido por las grandes potencias. En esta visión los sujetos sociales están ausentes o cumplen un mecánico rol, emanado del lugar que ocupan en el dispositivo global. Los antagonismos entre clases sociales, los conflictos entre segmentos capitalistas y las mediaciones del estado no tienen cabida en ese abordaje.

Por el contrario, en el razonamiento de Marini la preeminencia de ciclos dependientes, formas de superexplotación o transferencias del valor, no anula la gravitación protagónica de los opresores y oprimidos en la dinámica de la dependencia.

Los mecanismos económicos que recrean la polaridad centro-periferia en Frank constituyen sólo el punto de partida de Marini, Bambirra o Dos Santos. Por esta razón los teóricos brasileños no utilizaron el término satélite para describir a las economías dependientes. Esa metáfora alude a un cuerpo que gira en forma invariable en torno a cierto centro, sin ninguna autonomía o desenvolvimiento interno.

Ciertamente Frank aportó varias intuiciones provechosas, pero el desarrollo de esas percepciones quedó obturado por su omisión de los sujetos sociales. Su registro de relaciones tripolares es un ejemplo de observaciones acertadas, que no tienen soporte en conceptualizaciones adecuadas.

Frank notó que la jerarquía global desborda la dualidad centro-periferia, pero al mismo tiempo desconoció la especificidad de las formaciones intermedias. Por eso utilizó el mismo razonamiento para indagar la evolución de Chile y Brasil.

Este reduccionismo fue mayor en su mirada de las burguesías nacionales. A diferencia de Marini y Dos Santos se limitó a constatar la defección de ese sector, sin analizar las contradicciones que inauguraba ese cambio. Además, identificó la asociación con empresas extranjeras con una degradación de las clases dominantes locales a la condición de “lumpen-burguesías” ( Frank , 1979).

Esa noción implica una descomposición de los grupos dirigentes que imposibilitaría su conducción del estado. Marini y Dos Santos nunca perdieron de vista que las burguesías latinoamericanas combinan el usufructo de la renta agro-minera con plusvalías extraídas a los trabajadores. Son grupos gobernantes y no simples capas tributarias del capital foráneo.

Los dominadores de la región están sujetos a patrones de competencia, inversión y explotación propios del capitalismo. Esas normas difieren del puro pillaje que implementa una “lumpen-burguesía”. Es a denominación puede ser aplicada, por ejemplo, a las mafias del narcotráfico que blanquean sus fortunas en actividades financieras o productivas. Son capitalistas marginados del club estable de los dominadores ( Katz , 2015: 41-42) .

Frank tampoco incorporó las distinciones entre la polarización económica y dependencia política que concibieron los teóricos brasileños. Esta omisión no fue ajena a su limitada participación política en los procesos que signaron la trayectoria de Marini, Dos Santos y Bambirra.

Estos tres autores estuvieron directamente involucrados en las disyuntivas de Cuba, Chile o la guerrilla. En cambio Frank sólo adoptó en forma entusiasta las banderas de la revolución cubana, sin aportar reflexiones significativas sobre los dilemas políticos de la izquierda. No formó parte del universo militante que definió la obra de la teóricos marxistas de la dependencia. Esta distancia influyó en el viraje posterior de sus trabajos.

DESARROLLO Y DEPENDENCIA

Fernando Henrique Cardoso desenvolvió un enfoque opuesto a Frank, Marini, Dos Santos y Bambirra, pero quedó inicialmente ubicado en el mismo campo de teóricos de la dependencia.

Su texto con Faleto cuestionó la presentación tradicional del retraso regional como un efecto de fracturas entre la sociedad tradicional y moderna. También objetó las explicaciones de Prebisch-Furtado basadas en el deterioro de los términos de intercambio y la heterogeneidad estructural.

Retrató los mecanismos de sujeción económica que acentuaban la integración subordinada de América Latina al mercado mundial, describiendo dos variantes de esa situación. En los modelos de control nacional las elites, burocracias u oligarquías manejan el principal recurso exportado (Brasil, Argentina), en las economías de enclave esa administración queda en manos de compañías extranjeras (pequeñas naciones de Centroamérica o el Caribe). A partir de este esquema Cardoso describió la diversidad de ordenamientos sociales, que en cada país desembocaron en escenarios de estancamiento o crecimiento.

Más que un diagnóstico del subdesarrollo, el teórico brasileño trazó un cuadro de múltiples cursos, subrayando la importancia de las relaciones establecidas entre los grupos dirigentes locales y las potencias centrales. Identificó esas conexiones con distintas situaciones de dependencia en la asociación entre grupos dominantes nacionales y foráneos (Cardoso; Faletto, 1969: 6-19, 20-34, 40-53).

Cardoso no contrapuso la dependencia con el desarrollo. Sólo destacó que ambos rumbos generan modelos diferenciados, que permiten o frustran el desenvolvimiento de largo plazo. Remarcó que esos senderos son determinados por el bloque conductor del estado, la cohesión social y la conformación de órdenes legítimos de consentimiento y obediencia.

En su mirada los grupos dirigentes definen modelos políticos, que a su vez determinan cursos económicos convenientes o adversos para cada en país. Como esa acción exige autonomía, FHC concentró sus análisis en los países medianos con manejo propio de sus recursos productivos. Estimó que en las economías de enclave predominan regímenes políticos excluyentes, con poco espacio para continuar el desarrollo (Cardoso; Faletto, 1969: 39, 83-101).

Cardoso evaluó que Argentina avanzó significativamente en 1900-30, al incorporar a las clases medias a un dinámico proyecto de la burguesía exportadora. Consideró que Brasil mantuvo una confederación de oligarquías sin hegemonías, ni gravitación de los sectores medios y por esa razón su economía se retrasó. La acción política desde el estado determinó ambos resultados.

FHC estimó que en el periodo posterior (1940-60) el distribucionismo afectó la expansión de Argentina, mientras que Brasil logró un mayor desenvolvimiento industrial, mediante auxilios del estado y menores presiones populares. Las articulaciones generadas por el peronismo y el varguismo definieron ese desemboque.

Cardoso concluyó su estudio señalando la generalizada tendencia a superar los límites del desenvolvimiento, mediante mayores inversiones foráneas y asociaciones de los grupos capitalistas nacionales con sus pares extranjeros (Kubistechek, Frondizi) (Cardoso; Faletto, 1969: 54-77, 111-129, 130-135).

CONFUSIÓN DE TEORÍAS

Las tesis de Cardoso no confrontaron con el liberalismo, no compartieron el espíritu crítico de CEPAL y fueron ajenas a la tradición marxista. Sólo presentaron afinidad con la sociología convencional, con el método funcionalista y con ópticas indefinidas en la relación entre dimensión política y estructura económica, que algunos analistas asocian con Weber ( Martins, 2011b: 229-233).

Cardoso asignó formalmente primacía analítica al condicionante económico (control nacional versus enclave), pero en los hechos atribuyó a los actores políticos (clases, burocracias, elites) la capacidad de generar modelos positivos (desarrollo) o negativos (subdesarrollo).

En todos los casos desconoció los límites que impone el capitalismo a los cursos en juego. Concibió a ese sistema como un régimen conflictivo, pero superior a cualquier alternativa. A diferencia de Frank, Dos Santos, Bambirra o Marini, no adoptó ópticas anticapitalistas, ni propuestas socialistas.

FHC sólo contrastó esquemas de mayor o menor efectividad a partir de tipologías construidas en torno a modelos ideales. Asignó total primacía a los determinantes políticos de ese contrapunto. Estimó que en el marco de ciertas posibilidades estructurales, las trayectorias de cada país quedan definidas por el tipo de alianzas políticas predominantes .

Consideró que en cierto momento la presión obrera favorece la acumulación y en otras etapas la obstruye. Supuso lo mismo para los acuerdos de la burguesía industrial con las oligarquías exportadoras o para la afluencia y salida de capitales (Cardoso; Faletto, 1969: 136-143).

Con esta mirada evaluó la compatibilidad de cada proceso con el desarrollo, siguiendo una lógica funcionalista de amoldamiento o inadaptación a los requerimientos del capitalismo. Adoptó a este régimen social como un dato invariable, omitiendo cualquier reflexión sobre la explotación de los trabajadores.

Cardoso eludió opiniones nítidas. Adoptó la actitud de un investigador distante que diseca su objeto de estudio, observando cómo los distintos sujetos capitalistas forjan alianzas entre sí, aprovechando el acompañamiento pasivo del pueblo.

Lo más curioso de este enfoque fue su presentación como una teoría de la dependencia. En el esquema de FHC ese término constituye un ingrediente más de la deducción funcionalista. Algunas situaciones de dependencia son disfuncionales y otras compatibles con el desarrollo.

En esta visión la dependencia no supone necesariamente una adversidad. Por eso es tan sólo registrada sin ninguna denuncia de sus efectos. FHC omitió considerar cualquiera de los mecanismos de la reproducción dependiente que Marini, Dos Santos o Bambirra señalaron como causantes del subdesarrollo.

Cardoso únicamente observó adversidades significativas en los enclaves. En los países con control nacional del recurso exportado, estimó que las situaciones de dependencia podían diluirse con manejos adecuados. La total lejanía de este enfoque con una teoría de la dependencia quedó inicialmente oscurecida por las ambigüedades y el reconocimiento que rodeó a FHC .

UN DEBATE ESCLARECEDOR

La mirada de Cardoso se clarificó en la polémica que entabló con Marini. En un artículo coescrito con Serra acusó al teórico marxista de estancacionismo. C uestionó la consistencia de la superexplotación, objetó el deterioro de los términos de intercambio, rechazó la existencia de un declive de la tasa de ganancia y subrayó el pujante consumo de las clases medias ( Cardoso; Serra, 1978).

En otros artículos complementó esta crítica, puntualizando que las situaciones de dependencia no obstruían el dinamismo de las economías industrializadas de la periferia (Cardoso, 1980; Cardoso, 1978; Cardoso, 1977a). Estimó que la inversión extranjera incentivaba una revolución burguesa, internacionalizaba los mercados y revertía la estrechez del consumo local (Cardoso, 1973; Cardoso, 1977b; Cardoso, 1972).

Marini respondió ilustrando el nivel de explotación de los asalariados Expuso indicadores de prolongación e intensificación del trabajo y aclaró que su concepto del superexplotación estaba referido a esas modalidades. Señaló también que su modelo no implicaba predominio de la plusvalía absoluta, ni ausencia de incrementos de la productividad.

El teórico marxista retrató, además, la severidad de las crisis de realización, observando que en un marco de alto desempleo y deterioro del salario, el surgimiento de clases medias no compensa la debilidad general del poder de compra ( Marini, 1978) .

Marini recordó que el estancacionismo fue un defecto del pesimismo desarrollista de Furtado y de su tesis de la “pastorización” brasileña. Esa visión diagnosticaba una regresión hacia estadios agrícolas, que fue desmentida por el nuevo periodo de industrialización (Marini, 1991: 34).

El revolucionario brasileño nunca fue estancacionista. Escribió Dialéctica de la Dependencia para indagar contradicciones y no estadios finales del capitalismo (Osorio, 2013) . En la valoración de la dinámica expansiva de ese sistema se ubicó más cerca de Mandel que de Sweezy.

La respuesta de Marini permitió aclarar que sus divergencias con Cardoso no giraban en torno a la existencia de una nueva burguesía local, estrechamente asociada al capital extranjero. Ambos autores resaltaban esa novedad. El punto de discordia era la consistencia y alcance de la industrialización en curso.

Para Marini ese proceso no corregía las viejas limitaciones de la economía brasileña, ni equiparaba su desenvolvimiento con los países centrales. Por el contrario, Cardoso suponía que esas restricciones habían quedado atrás y que el país sudamericano ingresaba en un círculo virtuoso de desarrollo.

En el curso de la polémica Marini modificó su visión inicialmente considerada hacia su adversario y estimó que Cardoso había roto con su pasado, para embarcarse en una “grotesca apología al capitalismo vigente en Brasil”..

Esa fascinación le impedía registrar los datos básicos de un país con desigualdades superiores al promedio mundial, mercados internos más segmentados y desequilibrios de industrialización más significativos. Cardoso omitió estos problemas e ignoró la imposibilidad brasileña de alcanzar la performance histórica de Estados Unidos, Francia o Japón (Marini, 2005).

Dos Santos expuso las mismas críticas. Señaló su coincidencia con Cardoso en la existencia de un giro de la burguesía brasileña hacia mayores asociaciones con el capital multinacional. Pero subrayó su total discrepancia con la presentación de ese viraje como un camino al desarrollo. Puntualizó que el modelo adoptado por la clase dominante incrementaba las inversiones, sin repetir el desenvolvimiento auto-sustentado de las economías avanzadas (Dos Santos, 2003).

Todo el debate confirmó que el deslumbramiento de Cardoso con el capital extranjero había germinado en su libro clásico con Faleto. Ya el título de esa obra – Dependencia y desarrollo – había sido expuesto en implícita oposición al Desarrollo del subdesarrollo de Frank .

Allí se expusieron situaciones de dependencia muy alejadas de las dinámicas estructurales de sujeción que retrataron Marini, Dos Santos o Bambirra . Se supuso que el desenvolvimiento se materializa con políticas económicas acertadas y que el capitalismo no obstruye la erradicación del subdesarrollo .

INVOLUCIÓN SOCIO-LIBERAL

La disolución del sentido de la dependencia fue acentuada por Cardoso en la revisión de su libro. Allí utilizó la fórmula “desarrollo dependiente asociado” para caracterizar la gestión conjunta de las empresas multinacionales con las burocracias y las burguesías locales (Cardoso, Faletto, 1977).

FHC señaló que bajo esa administración las inversiones extranjeras facilitan una intensa expansión económica, sin generar los obstáculos señalados por los teóricos marxistas. Rechazó el enfoque de los autores que ilustraban cómo el crecimiento motorizado por el capital foráneo genera desequilibrios superiores a los padecidos por los países centrales. Esta diferencia cualitativa fue olvidada por Cardoso, que transformó a la dependencia en un concepto antagónico a lo imaginado por los gestores de esa idea.

El único límite real al desarrollo que observó Cardoso en los países intermedios fue la existencia de regímenes políticos excluyentes y obstructores de los mercados que integran a toda la población. Supuso que la remoción de esa barrera política erradicaba también la principal causa del subdesarrollo.

En ese período FHC aún consideraba varios caminos para el logro de esa democratización. Pero poco tiempo después estimó que sólo las transiciones negociadas con las dictaduras pavimentaban ese rumbo. Por eso participó activamente en la gestación de las democracias tuteladas, que en los años 80 aseguraron la continuidad del esquema económico neoliberal inaugurado por esas tiranías.

A partir de ese enfoque Cardoso promovió las transiciones pos-dictatoriales como el marco político ideal para atraer capital extranjero. Inició una fervorosa reivindicación del neoliberalismo y sus divergencias con la izquierda se concentraron en torno a esa apología. Las evaluaciones dispares sobre la dependencia quedaron relegadas como una problemático del pasado.

FHC tomó mayor distancia también de la CEPAL y abandonó cualquier presentación del estado como entidad impulsora de la industrialización (López Hernández, 2005). Es cierto que a diferencia del desarrollismo captó la conversión de las viejas burguesías nacionales en asociadas, pero nunca lamentó, ni cuestionó ese giro. Al contrario, lo reivindicó como un acertado camino hacia la prosperidad latinoamericana.

Su crítica a Marini coincidió con la asunción de posturas más derechistas. Cuestionó todos los conceptos de su adversario que chocaban con su fascinación por el mercado y las empresas multinacionales.

En ese período Cardoso introdujo a la Fundación Ford en el medio académico e incentivó el financiamiento privado de las ciencias sociales. Cortó toda referencia a los problemas discutidos con Marini y evitó los debates relacionados con su propio pasado (Correa Prado, 2013).

Posteriormente como presidente de Brasil Cardoso se transformó en el principal artífice de ajustes, privatizaciones, aperturas comerciales y flexibilizaciones laborales. En la última década traspasó nuevos límites hasta convertirse -junto a Vargas Llosa- en el principal adalid de las causas reaccionarias. Actualmente es un vocero de la intervención imperialista en Venezuela y de todos los atropellos del Pentágono.

Por eso no sorprende su activa participación en el reciente golpe judicial-mediático- institucional que desplazó a Dilma Rouseff. FHC tuvo un papel descollante en esa tropelía, al presentarse como un noble estadista que enaltece los valores de la república, reclamando la destitución de una presidenta electa.

Cardoso escribió 22 artículos con ese hipócrita mensaje en el principal periódico de los destituyentes (O Globo) y asumió esa campaña como una venganza personal contra su rival Lula (Anderson, 2016; Feres Júnior, 2016) . Esta actitud ya generó contundentes repudios de la intelectualidad progresista (CLACSO, 2016).

También el socio de FHC en la crítica a Marini -José Serra- ha sido un activo golpista premiado con el cargo de canciller. Desde allí promueve el mayor giro pro-norteamericano de la historia reciente de Brasil (Nepomuceno, 2016).

La involución neoliberal de Cardoso fue anticipada por la crítica de Marini. La polémica entre ambos no fue un episodio coyuntural de los años 70, ni concentró equívocos de ambos lados. El primer autor negó la persistente realidad del atraso y el segundo explicó su continuidad. Esa diferencia los ubica en polos contrapuestos.

En los últimos años comenzó una revalorización de la obra de Marini ( Murua, 2013:1-3; T raspadini, 2013:10-12). Se difunden sus escritos y se retoman trabajos para actualizar su concepción. Algunos investigadores sostienen que construyó una “economía política de la dependencia” y aporta los cimientos para comprender el subdesarrollo (Sotelo, 2005).

Esta caracterización suscita varias preguntas: ¿Los pilares señalados por Marini son suficientes? ¿La valoración de su enfoque se refiere a la época del revolucionario brasileño o se proyecta hasta la actualidad? ¿Cómo evaluar los cuestionamientos que recibió desde el campo del marxismo? En los próximos textos abordaremos esos problemas.

RESUMEN

Tres teorías de la dependencia surgieron en los años 60. Los autores marxistas conceptualizaron el subdesarrollo desde una expectativa socialista próxima. Cuestionaron los mitos liberales, analizaron los desequilibrios de la industrialización desarrollista y explicaron el atraso por los efectos del capitalismo dependiente.

Marini indagó el fordismo obstruido, la superexplotación, el ciclo dependiente y la doble dimensión del sub-imperialismo. Dos Santos teorizó la diferencia entre polarización económica y dependencia política y Bambirra distinguió las variantes desiguales del subdesarrollo. Asignaron un status científico a su concepción y evaluaron la especificidad de América Latina en el universo periférico.

El enfoque metrópoli-satélite de Frank tuvo afinidades con la visión marxista, pero sólo postuló un encadenamiento de excedentes traspasados al centro. No registró bifurcaciones internas, omitió a sujetos sociales y presentó erróneamente a las clases dominantes como segmentos lumpenizados.

Cardoso planteó un enfoque muy diferente. No contrapuso el desarrollo con la dependencia y se limitó a describir retrasos económicos resultantes de modelos políticos divorciados de las prioridades del capitalismo. Con esa mirada ignoró las diferencias cualitativas entre economías medianas y potencias centrales e inició una involución neoliberal.

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Fuente: http://www.lahaine.org/katz/

Fuente de la imagen: http://3.bp.blogspot.com/-BJD__aa1y8c/UiBiTOj62vI/AAAAAAAAJgI/CBOX4LieAns/s1600/poornations.jpg

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