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Panamá: Huelga Magisterial

Panamá / 20 de julio de 2016 / Por: frenadeso / Fuente: http://kaosenlared.net/

Exitosa y contundente

A los grupos de poder que históricamente han controlado los partidos políticos, jamás les ha interesado atender las necesidades de educación del pueblo. El sistema público de educación ha sido la cenicienta de todos los gobiernos, que han visto en él la forma más hábil de mantener las estructuras de dominación sociocultural de la población joven y el futuro de nuestro país.

La política educativa de los últimos años ha estado sustentado sobre las bases del neoliberalismo, planteándose reformas educativas que buscan colocar la educación como una mercancía (servicio privado), reducir la intervención del Estado en el proceso de garantizar a la población su acceso a recibir educación científica, humanista y tecnológica.

Como resultado de la política neoliberal en la educación: se mantienen estancados los indicadores educativos (nivel de alfabetismo); la infraestructura escolar es inadecuada, tornándose rutinario que cada año no se pueda iniciar clases en cientos de planteles dado el deterioro de la infraestructura; el equipamiento necesario para el proceso de enseñanza aprendizaje en la mayoría de los planteles educativos es ínfimo; el nombramiento tardío de cientos de educadores (muchos de ellos viven informalidad laboral); educadores y estudiantes en áreas de difícil acceso que diariamente arriesgan sus vidas dada las condiciones de los caminos; la discriminación que enfrentan la niñez y jóvenes con capacidades especiales pues los centros educativos carecen las condiciones necesarias para el debido proceso de enseñanza-aprendizaje.

La inversión en educación no se corresponde con el crecimiento económico, ni con las necesidades del sector. En flagrante violación a la Ley Orgánica de Educación, ningún gobierno ha gestado el 6% o más tal como establece la Ley. En Panamá el porcentaje del PIB destinado a la educación nacional sólo alcanza el 3.3%, mientras que en América Latina la UNESCO promueve una relación del 8%.

Un indicador más ajustado para evaluar la prioridad financiera que los gobiernos dan a la educación es comparar el gasto en este sector con el gasto público total. El presupuesto del Ministerio de Educación en relación al presupuesto de gasto público, bajo el gobierno de Varela, es inferior al de 1999 (18.7%), siendo de 9.6% en el 2015 y 10.3% en el 2016. ¿Dónde quedo su discurso señor Varela?

La ausencia de un Plan Nacional de Desarrollo y las carencias de procesos de planificación, son el marco propicio para profundizar los problemas de la educación en nuestro país.

Como se ve el neoliberalismo, con la complicidad de gobiernos y empresarios, no se contenta con su explícita preferencia por la escuela privada, se orienta también hacia una clara desnaturalización y desmantelamiento de la escuela pública. Dejan de lado que la educación es un derecho y no una mercancía.

Por otro lado, al igual que toda la partidocracia, el gobierno de Varela niega el derecho de los educadores a mejor remuneración, con el agravante de pretender desconocer el Decreto Ejecutivo 155 del 2014 que establece aumento salarial de 900.00 balboas en tres etapas para educadores, directores y subdirectores.

El argumento gubernamental, avalado por el sector empresarial, de que fue un acto politiquero de Martinelli, es falaz, pues este fue una reivindicación ganada producto de la lucha de maestros y profesores. Pero además, el sector empresarial exigió a Varela, en sus primeros meses de gobierno, que hiciera efectivo el pago de la deuda del gobierno de Martinelli con la empresa privada; esta es la moral de muchos de la “casta empresarial”, misma que evade impuesto.

Nos preguntamos, porqué gobierno tras gobierno reconoce el pago de la deuda pública, mucha de la cuál ha sido utilizada para financiar la corrupción (corruptos y corruptores), tal como demuestran los escándalos de todas las administraciones.

Rechazamos la política gansteril del gobierno de Varela de tratar de quebrar la lucha con esquiroles a los que se les ofrece un “bono” para que regresen a clases; tal como hacen con el clientelismo político donde “entregaron bolsas de comidas, para una vez en el gobierno aumentar los precios de los bienes y servicios de la canasta básica familiar”.

A los padres de familia recordar que este año escolar se ha caracterizado por los cierres de colegios y las protestas en las calles de educadores, estudiantes y padres por el estado deplorable de los planteles educativos.

FRENADESO respalda la lucha de los trabajadores de la educación. Es un derecho su lucha para que se respeten los acuerdos pactados en materia salarial. Abogamos por una inversión en educación acorde a los requerimientos del desarrollo social y nacional. Rechazamos las pretensiones de privatización de la educación.

Panamá, 19 de julio de 2016.

SIN LUCHAS NO HAY VICTORIAS

F R E N A D E S O
FRENTE NACIONAL POR LA DEFENSA DE
LOS DERECHOS ECONOMICOS Y SOCIALES

Fuente noticia: http://kaosenlared.net/panama-huelga-magisterial/

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El origen histórico de la neoliberal «Sociedad de la Información»

Por: Jorge Díaz Piña

Se puede indicar que fue en EE.UU. durante la primera administración del presidente Bill Clinton y la vicepresidencia de Al Gore, en 1993, que se dio el impulso definitivo a la constitución de la llamada «infraestructura de información global», que será el precedente oficial de la sociedad de la información, a través de la política nacional denominada «National Information Infrastructure – Agenda for Action», promovida por el gobierno de los EE.UU. y que comprendería «una tarea sin precedentes de redes de comunicación, computadoras, bases de datos y aparatos electrónicos de los consumidores, en los cuales se colocará una vasta información en manos de los usuarios»(United States, 1993). Junto con su impulso nacional, esta temática adquirirá relevancia estratégica en la agenda internacional de los EE.UU., que en función de la construcción de la infraestructura de información global presentará en diferentes escenarios y eventos mundiales documentos con proposiciones para viabilizar dicha infraestructura. Con el propósito de analizar algunos de esos documentos seleccionados, se hará una relatoría de los mismos.

Esos documentos, evidenciaran las orientaciones discursivas fundamentales en que se basará la globalización tecnoinformacional y que se expresaran en las estrategias para la creación de un régimen internacional de información y comunicación al servicio de la configuración del «libre comercio mundial» capitalista neoliberal. En este sentido se destacará en la relatoría documental la legitimación de directrices para las políticas de comunicación e información de carácter internacional, y el papel que se asignará a los gobiernos locales de las naciones en la renovación de la división internacional del trabajo tecnoinformacional capitalista.

La construcción de la sociedad de la información es concomitante con nuevos regímenes para su gobernanza. Regímenes de carácter mundial que van a impulsar la incorporación en el ámbito público internacional de actores privados y no gubernamentales como la organización no gubernamental (ONG) Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que contrapesaran el papel de los estados nacionales, bajo la argumentación de que esos asuntos ya no son principalmente de los intereses nacionales, sino de interés más general o transnacional.

Respecto de los EE.UU., relataremos los documentos que se refieren a la dimensión global de la infraestructura de la información, además del ya indicado de carácter nacional estadounidense. La «National Information Infrastructure – Agenda for Action» (United States, 1993), propone considerar la información como uno de los recursos económicos más importante para la industria manufacturera y de servicios, así como para la seguridad nacional de los EE.UU. Así mismo, concibe la infraestructura de la información nacional para que los estadounidenses tengan acceso a la información y se comuniquen entre sí en cualquier momento y desde cualquier lugar. Esa infraestructura informativa es pensada como una articulación sin precedentes de redes de comunicación, como ya señalamos con anterioridad.

La infraestructura de información pensada de esa manera potenciaría el crecimiento económico y el aumento de la productividad, lo que redundaría en el reforzamiento del liderazgo tecnológico de los EE.UU., tanto en su propio desarrollo como en el mundial. Ello debido principalmente a la reducción del tiempo de producción de nuevas mercancías. En resumen, contribuiría de manera decisiva a la promoción de la competitividad y, en consecuencia, a la creación de empleos. Del mismo modo, contribuiría también a mejorar la educación y la capacitación laboral a través del recurso de la infraestructura informativa, lo que a su vez, redundaría en el crecimiento de la misma infraestructura informativa. En este sentido, en el documento se afirma que la aplicación de estas orientaciones y objetivos asegurarían que el gobierno estadounidense brinde incentivos y apoyos a la industria, a los trabajadores, a las instituciones escolares y a los ciudadanos al usar esa infraestructura (ob. cit.).

Los objetivos principales de esa estrategia los ordena el documento del modo siguiente: a) estímulo a la inversión privada en la infraestructura; b) la promoción y protección de la competitividad; c) protección al libre acceso a infraestructura, tanto para los consumidores como a los proveedores de servicios; d) la preservación universal de los servicios para evitar la división entre quienes poseen y quienes no poseen acceso a la información; y e) garantía de flexibilidad para que las regulaciones normativas a adoptar sean compatibles con los cambios e innovaciones tecnológicas y mercantiles (ob. cit.)

Si al sector privado le corresponde realizar las principales inversiones y liderar el desarrollo tecnológico de la infraestructura informativa, al sector gubernamental le toca promover y apoyar el despliegue de la misma por medio de programas que complementen y fortalezcan los esfuerzos del sector privado (ob. cit.).

De allí que las tareas gubernamentales para mantener el liderazgo de los EE.UU. a nivel mundial en el terreno de la competitividad y respecto de las tecnologías de información y de las telecomunicaciones, conllevan a: 1º) la formulación de políticas de tributación y regulatorias que a su vez promuevan la participación del sector privado; 2º) fijar precios convenientes para favorecer que los recursos informativos estén al alcance de todos; 3º) actuar como instancia catalizadora en la promoción de innovaciones tecnológicas y de nuevas aplicaciones a través del apoyo a programas de investigación y ayuda al sector privado a fin de desarrollar las tecnologías necesarias a la infraestructura de información; 4º) la promoción de operatividad de la infraestructura para captar e incrementar usuarios garantizando que las operaciones sean interactivas y que las transferencias de información sean fáciles y eficientes; 5º) garantizar la seguridad de las informaciones y la confiabilidad de las redes; 6º) mejorar la gestión del espectro de radiofrecuencia; 7º) la protección de los derechos de propiedad intelectual de los usuarios; y 8º) la coordinación de los distintos niveles del gobierno involucrados entre sí, y respecto de los demás países , para prever y evitar obstáculos que puedan perjudicar a la industria estadounidense (ob. cit.).

Es de aclarar que el punto 2º) de las tareas gubernamentales redefine de manera privatizadora y limitante el concepto de «servicio universal» expresado en el literal d) de los objetivos anteriormente presentados dentro de esta estrategia.

En el plano internacional, la coordinación intragubernamental persigue que los servicios a comercializar le permitan al mismo gobierno central actuar en nombre de las firmas industriales nacionales, asegurándoles de este modo la apertura de mercados para exportar sus bienes tecnológicos y servicios informativos relacionados con las telecomunicaciones para los clientes extranjeros, eliminando barreras e incompatibilidades de patrones o criterios al participar hegemónicamente en comités o comisiones internacionales de patrocinio y desregulando e imponiendo normas de comercio a otros países.

El impulso para propiciar la infraestructura de información de forma global o mundial por parte de los EE.UU., se formuló en los lineamientos expuestos en el documento divulgado en 1995 titulado «Global Information Infrastructure – Agenda for Cooperation», elaborada por la Information Infrastructure Task Force (IIFT, 1994), aunque según Gore (1996), esos lineamientos fueron previamente hechos por él en la Conferencia de 1994 de la UIT en Buenos Aires y luego en la Conferencia del Grupo de los 7 (G7) en Bruselas en 1995. En el documento aludido la infraestructura de la información global es presentada como una red de redes locales, nacionales, regionales y transnacionales, y es considerada como resultante de la confluencia tecnológica y la competitividad que harían posible compartir información, interconexión y constitución de un mercado global de información (IITF, 1994).

Dicha agenda de cooperación tiene por objetivos principales la de nuevos mercados, la eliminación de barreras de incompatibilidad y el examen de las regulaciones internacionales. Después señala los aspectos que interesaban a los EE.UU. trabajar y acordar con las otras naciones. Por esto proponen un conjunto de orientaciones que asumirán como directrices a ser difundidas y adoptadas por los proyectos o políticas de las sociedades de la información de los demás países (ob. cit.).

Esas directrices se basaban en: a) el estímulo a la investigación del sector privado y la desregulación de los mercados; b) la promoción de la competitividad a nivel local, nacional, regional y global; c) acceso a las redes para todos los usuarios y proveedores, incluyendo a los gobiernos y al sector privado para ampliar la oferta de servicios e información; d) flexibilidad regulatoria para atender la naturaleza global de los mercados de telecomunicaciones, tecnologías de información y servicios informativos, y para facilitar las adaptaciones a las innovaciones tecnológicas; y e) garantía de servicio universal para proveer a todos con mayor acceso a los servicios básicos como especializados (ob. cit.). Aquí cabe citar al vicepresidente estadounidense Gore (1996), quien aludiendo a la llamada Ley de Metcalfe, la cual es también invocada para presionar a las naciones para que se conecten a la infraestructura informática global, resaltó «que el poder de una red de computadores aumenta aproximadamente en la proporción directa del cuadrado de la cantidad de personas conectadas a ella».

Puede señalarse que esas cinco orientaciones se inscriben en los «principios» neoliberales de liberalización, privatización, desregulación y competitividad.

Siendo que el aspecto regulatorio es considerado como fundamental para el desarrollo de la infraestructura de información, los EE.UU. elaboraron y divulgaron una guía destinada a los diseñadores de las políticas de los demás países del mundo, justificándola con fundamento en la falta experticia de estos países para orientar el proceso de regulación de la infraestructura global de información- Esta guía fue denominada «Connecting the Globe – A Regulators Guide to building a Global Information Community» (Kennard, 1999).

La guía se inicia reiterando las orientaciones generales enunciadas en la ya referida precedentemente «agenda para la cooperación». En este sentido son enunciadas las orientaciones de privatización, liberalización y competitividad en primer lugar, la de desregulación en segundo lugar, la de acceso universal a los servicios y tecnologías de información y comunicación en tercer lugar, y la de favorecer las oportunidades para las poblaciones desfavorecidas en último lugar. Aquí también se resalta el papel de la participación del capital privado para la construcción de la moderna infraestructura de telecomunicaciones. Asimismo, se le atribuye a los gobiernos nacionales y locales la función primordial de promoción de mercados abiertos a la competitividad y libres de regulaciones innecesarias (IITF, 1999).

Por otro lado, la guía resalta el uso de Internet al destacar ampliamente su potencial para incidir en el crecimiento económico y cultural, promoviendo en los países la implementación de políticas que desarrollen la red sin limitaciones de regulaciones en sus territorios. Focalizando su promoción en el comercio electrónico por Internet y, por este medio, la conformación de un mercado global inédito con base en su presunta neutralidad tecnológica (ob. cit.).

En la guía se describe el modelo de las entidades reguladoras de los EE.UU. como ejemplo a ser adoptado por los demás países. También trata de aspectos específicos de la infraestructura de información y de la cuestiones para su conformación global, tanto en términos comerciales como técnicos o tecnológicos. Se defiende un modelo competitivo de los servicios en telecomunicaciones en función de que los gobiernos nacionales remuevan las barreras legales que protejan a sus proveedores contra la incorporación de nuevos proveedores extranjeros. Obligándolos así, a compartir el mercado nacional cautivo. Por otro lado, se incita la promoción gubernamental local del uso de la Internet y de la infraestructura de información para dinamizar su mercado interno. En lo que respecta al espectro de radiofrecuencia, su coordinación es considerada como un aspecto relevante y álgido por lo que se remite a las recomendaciones de radiocomunicación de la UIT con el propósito de que sean asumidas.

La lectura de esta guía deja entrever el objetivo estadounidense de fijar a priori sus intereses con relación a las directrices para la liberalización y privatización de las telecomunicaciones, la universalización de sus servicios, las normativas para la radiofrecuencia y redes satelitales y, con particular relevancia, la asunción de la red de redes, Internet.

En resumen, lo que se propicia y se espera obtener como resultado es la internacionalización de parámetros que favorezcan el control de las infraestructuras nacionales, reduciendo las regulaciones al mínimo, y cuando sea necesario establecerlas a condición de que éstas se orienten de conformidad con los patrones y criterios propuestos por EE.UU. a nivel internacional.

Las orientaciones contenidas en los referidos documentos de los EE.UU., se convertirán en directrices diseminadas por las entidades internacionales para impulsar y afianzar las propuestas de concreción de las sociedades de la información. Esto permitirá identificar el advenimiento de un régimen mundial de información y comunicación del que participará la UE junto a otras naciones.

La adopción de la sociedad de la información por parte de la Unión Europea (UE) se establece mediante el documento presentado por la Comisión Europea (CE) en diciembre de 1993 denominado «White Paper on Growth, Competitiveness and Employment: the challenges and ways forward into the 21st century». En este documento se defiende la necesidad de desarrollar una infraestructura de información paneuropea como iniciativa para retomar el crecimiento económico en una economía cada vez más transnacional y competitiva con los EE.UU.

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Neoliberalism’s Balancing Act: Shifting the Societal Burden and Tempting Fate

 

Por: Colin Jenkins

Resumen:

Como se discutió en la primera parte de este proyecto, en relación con la aparición de capas de la base económica y la esfera política, Poulantzas se mantiene dentro de los límites de la teoría de base-superestructura, mientras que también se extiende esta noción para enfatizar una separación estricta.Este énfasis se ve en la siguiente declaración, que se basa sobre una base económica firme: «En este estado, el poder político es con lo que aparentemente basa en un equilibrio inestable de compromiso.»De este modo, el aparato político es visto como una consecuencia de la base económica inherentemente frágil formada por las relaciones capitalistas (es decir, el capital de trabajo. V, de propiedad privada como una relación social). Con este entendimiento, la tarea de gobernar dijo «equilibrio inestable» no sólo se convierte en una prioridad, pero podría decirse que el único propósito del estado. Y cuando se considera este fin, que se manifiesta a través de sacrificios calculados, se puede ver el llamado contrato social – que aboga por una relación recíproca entre el gobierno y los ciudadanos – como elemento más natural del estado capitalista. Poulantzas explica, «Es en este contexto donde hay que situar, por ejemplo, todo el problema de la llamada ‘estado de bienestar’, un término que, de hecho, más que disfraza la forma de la« política social »de un estado capitalista en . la etapa del capitalismo monopolista de estado «[1]» la noción de interés general de la ‘gente’, una noción ideológica que cubre un funcionamiento institucional del estado capitalista «, continúa Poulantzas,» expresa un hecho real : a saber, que este estado , por su propia estructura, da a los intereses económicos de ciertas clases dominadas garantiza que incluso puede ir en contra de los intereses económicos a corto plazo de las clases dominantes, sino que son compatibles con sus intereses políticos y su dominación hegemónica «. [2]

A través de su despliegue del «Estado de Bienestar», los jugadores de poder económico, a través de esta estructura política autónoma de compromiso limitada que Poulantzas detalles de longitud, han sido capaces de lograr un cambio estratégico de la responsabilidad social del organismo rector oficial de los niveles superiores de las clases trabajadoras; y sobre todo a la de la «nueva pequeña burguesía» (o, como Kautsky y Lenin, una vez conocida como la aristocracia de la mano de obra), Que son los beneficiarios económicos más inmediatos de este proceso que da «ciertas clases dominadas garantiza que incluso puede ir en contra de los intereses económicos a corto plazo de las clases dominantes.» Este reordenamiento monumental de la «carga social», que previamente había caído en las clases dominantes (a través de «contrato social» del liberalismo) en un momento u otro en forma de imposición efectiva, una voluntad / necesidad de pagar salarios dignos, una confianza general y la facilitación de los trabajadores y de los consumidores (un componente del fordismo ), y una aceptación cultural de la humildad relativa y responsabilidad comunal, ha logrado dos cosas para el moderno élite del poder .

En primer lugar, se ha aliviado las clases dominantes de esta mencionada «responsabilidad» al colectivo – ya sea en forma de una comunidad, región, nación, país o la sociedad – por lo que les perpetuo estado de «free rider» a través de la eliminación virtual de la empresa y imposición riqueza y redistribución. La erradicación relativa de la justicia distributiva se ha mantenido a través de diversos medios, tales como lagunas fiscales, «rompe», fiscales una práctica común de la acumulación y ocultar dinero en los bancos «off-the-grid», y más recientemente a través de la puerta giratoria virtual que es la estructura político-corporativo, que lava con éxito y se concentra fondos públicos a manos privadas a través de cualquiera de desembolso directo del gobierno (es decir, los subsidios corporativos y el uso constante de la Reserva Federal de flexibilización cuantitativa (QE) ), de nuevo la subvención de la puerta (es decir, el sistema de préstamo de estudiante y » ayuda exterior » que se utiliza para financiar la industria de las armas), o «ayuda de emergencia» (es decir, la Ley de Estabilización Económica de emergencia de 2008 , el Programa de Activos en Problemas Relief (TARP) , y otras formas de los llamados «rescates del gobierno»).

En este último caso, el sector financiero, mucha de la cual también incluye componentes significativos de la estructura político-corporativo, se ha beneficiado de dos tipos: Inicialmente a través de los inmensos beneficios generados por los valores respaldados por hipotecas y esquemas de obligaciones de deuda garantizadas, y más tarde a través el «rescate» de las pérdidas sistémicos creados por estos beneficios históricos, a pesar de su ser (y porque eran) basado puramente en Fiat (liquidez que carece), especulativa, y muy concentrado. Estas consideraciones son importantes porque representan una red de retroceso de seguridad de tipo – no necesariamente uno que «privatiza ganancia y socializa pérdidas» (aunque esto ha demostrado ser verdad), pero que permite la constante de distribución, cíclico – que fluye de privado a público y de nuevo a privada – incluso en los casos raros en los que se grava de manera efectiva los ingresos corporativos o ganancia (en otras palabras, estos ingresos fiscales no se aplica hacia un «bien común», sino que es canalizado de vuelta al sector empresarial a través de estos diversos medios ). Esto se lleva a cabo tras la fachada del «Estado de Bienestar», reemplazando efectivamente la justicia distributiva con un reciclaje constante y reproducción de la riqueza que se blanquea a través del estado corporativo y regresó a los ricos.

En segundo lugar, se ha colocado la mayor parte de esta responsabilidad social sobre las espaldas de la corteza superior de las clases dominadas (la «nueva pequeña burguesía» y la llamada clase media industrializados), sometiéndolos a cargas pesadas en forma de aumento de los impuestos, aumento de los costos, y la disminución de los salarios – todos diseñados para complementar (no necesariamente llenar – ver morir de hambre a la bestia ) el vacío dejado por los propietarios ausentes de la riqueza que no quieren nada más que para acumular tanto como sea posible al tiempo que contribuye lo menos posible. En otras palabras, los «compromisos» realizados para establecer el «equilibrio» para los que Poulantzas se refiere haberse beneficiado históricamente sólo el sector de la clase obrera que posee un mayor grado de privilegio (la clase media blanca, por ejemplo) por lo que les permite mejores niveles de viviendo a través de ofertas de educación, la movilidad social, la propiedad de vivienda y de crédito al consumo, bajo la condición de que estos «compromisos» no se derrame en la esfera política.Sin embargo, este equilibrio ha sido despojado de la inclinación por las medidas tomadas bajo la bandera del neoliberalismo, que desataron el poder corporativo (Reaganismo en la década de 1980) con el supuesto de que la esfera política había sido asegurado. Esto ahora parece ser un error de cálculo o, al menos, un movimiento descuidado por parte de las clases dominantes, ya que muchos de los compromisos de la antigüedad se ha invertido en el proceso, lo que lleva a una traición de la clase en contra de la «nueva pequeña burguesía «y» clases medias industrializados «, a quienes siempre han servido como perros guardianes leales para las clases dominantes, que proporcionan una barrera entre ellos y la mayoría de la clase obrera – los trabajadores pobres, desempleados, marginados y en general.

«En el curso del desarrollo capitalista, la pequeña burguesía tradicional – artesanos independientes, pequeños comerciantes, etc. – ha disminuido de manera constante», explicó Erik Olin Wright en un análisis finales de los años 1970. «En su lugar, ha surgido lo que Poulantzas llama la» nueva pequeña burguesía «, que consta de los empleados de oficina, técnicos, supervisores, funcionarios, etc. En condiciones de capitalismo avanzado, la cuestión crucial para la comprensión de la determinación estructural del trabajo clase, Poulantzas sostiene, se centra en el análisis de la frontera entre la clase obrera y este nuevo segmento de la pequeña burguesía. «[3] las diferencias fundamentales entre lo que Poulantzas conoce como la» pequeña burguesía tradicional «, que» no pertenecen a la el modo de producción capitalista, sino a la forma simple mercancía que ha sido históricamente la forma de transición de la feudal al modo capitalista «[4] y la» nueva pequeña burguesía «no son significativos en lo que respecta a su relación con la clase obrera como una todo. Históricamente, su posición beneficiosa dentro de la estructura social mantenida por el «contrato social» ha moldeado una existencia en gran medida apolítica. «Como resultado de la situación que se encuentra la pequeña burguesía como una clase intermedia,» Poulantzas nos dice: «[que] tienen una fuerte tendencia a ver al Estado como una fuerza inherentemente neutral cuya función es la de arbitrar entre las distintas clases sociales. «[5] esta traición es la prueba de esta clase media no sólo económicamente, sino también por temperamento.

Un desarrollo corolario de este cambio ha sido diseñada saqueo de las arcas públicas (la manifestación de que muere de hambre la bestia ), que ha producido insalvable «deuda» pública (un término cargado). Esto ha coincidido con niveles históricos de los beneficios empresariales y la acumulación de riqueza en un lado (el fallo / élite del poder), y el aumento del nivel de desempleo, subempleo y «medidas de austeridad» con y para el otro (todos los demás, la clase obrera). Sin embargo, a pesar de estas consecuencias económicas tangibles, las dinámicas peculiares explicadas por Poulantzas siguen siendo, sobre todo en relación con la fragmentación a la Segunda Guerra Mundial de las clases dominadas y la posterior «bourgeoization» de las antiguas clases medias industrializados – o el desarrollo de lo pareconists se refieren como la «clase coordinadora», que no es muy diferente de Kautsky y Lenin «aristocracia obrera», o incluso la idea de una burguesía compradora en algunos aspectos. Irónicamente, la «posición neutral» históricamente mantenido por la pequeña burguesía hacia el estado se ha roto sistemáticamente a lo largo del año reinado de más de 30 de la agenda neoliberal, principalmente a través de la destrucción de esta misma clase (la clase media). La naturaleza plural de la sociedad multi-clase que se formó después de la Segunda Guerra Mundial, y se sirve eficazmente como un amortiguador entre la élite del poder y la clase obrera, ha sido diezmada por una extrema concentración de la riqueza que se ha acumulado en la parte superior durante este período. En concreto, esta acumulación masiva de la riqueza que ha sido desviados de la clase media ha servido como el principal catalizador en el desplazamiento de la carga social. La cada vez más tensas «pequeña burguesía», a pesar de sus salarios decrecientes, siguen siendo los abanderados de no sólo los restos del estado del bienestar del contrato social, sino también del estado de bienestar corporativo recién prominente.

Si bien las consecuencias políticas de esta traición «contrato social» aún tienen que formar en su totalidad, una transición que parece ser en el horizonte con las perspectivas de una nueva generación frente largas posibilidades de mantener los grados de privilegio que disfrutan sus padres. Dos ejemplos concretos de esta angustia se pueden ver en el movimiento Occupy Wall Street y el movimiento inspirado-Paul Ron «Libertario» (aunque engañado en muchos sentidos). Por lo tanto, la noción altamente propaganda y sigue siendo popular del individualismo y una terca Randian negativa a aceptar la mera existencia de la «sociedad» – ambas ideologías manufacturados utilizados para justificar la acumulación ilegítima de la riqueza y la propiedad personal. Mientras que la clase obrera en su conjunto sigue sufriendo a niveles cada vez mayores debido a la agenda neoliberal, los desplazados «aristocracia del trabajo» – que consiste principalmente de los niños (en su mayoría blancos) de la clase media erosionando – continúa ignorando algunas obvias causas de su desaparición, en lugar de elegir a culpar a sus compañeros de las víctimas que históricamente han residido unos pasos más adelante en la escala socioeconómica. Incluso en el caso raro de un análisis un tanto matizada (es decir, los libertarios), conclusiones superficiales de «Fin a la Fed», eliminar la interferencia del gobierno en el mercado libre, y «No pise en mí» sirven de anteojeras para el intrincado desarrollo de una sistema político-corporativo que intencionalmente y con éxito se haya hecho cargo compromisos con el fin de permitir el aumento de las tasas de acumulación de riqueza para un minúsculo porcentaje de la población. Este conservadurismo temperamental que se aferra a la clase media erosionando y gran parte de la clase trabajadora blanca es aparentemente único que se interpone entre el statu quo y el malestar generalizado arraigada en un cambio de error en el cálculo de la carga social.

Artículo Original:

The following is Part two of a multi-part series, «Applying Poulantzas ,» which analyzes the work of Greek Marxist political sociologist, Nicos Poulantzas, and applies it to the unique political and economic structures found under neoliberalism and post-industrial capitalism. To read Part one, click here .

As discussed in Part One of this project, regarding the layered appearance of the economic foundation and political sphere, Poulantzas stays within the confines of base-superstructure theory while also extending this notion to emphasize a strict demarcation. This emphasis is seen in the following statement, which is predicated upon a firm economic base: «In this state, political power is thus apparently founded on an unstable equilibrium of compromise.» Thus, the political apparatus is viewed as an outgrowth of the inherently fragile economic base formed by capitalist relations (i.e. capital v. labor, private property as a social relation). With this understanding, the task of governing said «unstable equilibrium» becomes not only a priority, but arguably the sole purpose of the state. And when considering this purpose, which is manifested through calculated sacrifices, one can view the so-called social contract – which advocates for a reciprocal relationship between government and citizen – as the capitalist state’s most natural element. Poulantzas explains, «It is in this context that we should locate, for example, the whole problem of the so-called ‘Welfare State,’ a term which in fact merely disguises the form of the ‘social policy’ of a capitalist state in the stage of state monopoly capitalism.»[1] «The notion of the general interest of the ‘people’, an ideological notion covering an institutional operation of the capitalist state,» continues Poulantzas, «expresses a real fact: namely that this state, by its very structure, gives to the economic interests of certain dominated classes guarantees which may even be contrary to the short-term economic interests of the dominant classes, but which are compatible with their political interests and their hegemonic domination.»[2]

Through their deployment of the ‘Welfare State,’ the economic power players, via this autonomous political structure of limited compromise which Poulantzas details in length, have been able to accomplish a strategic shifting of societal responsibility from the official governing body to the upper tiers of the working classes; and most notably to that of the «new petty bourgeoisie» (or, as Kautsky and Lenin once referred to as the aristocracy of labor), who are the most immediate economic beneficiaries of this process that gives «certain dominated classes guarantees which may even be contrary to the short-term economic interests of the dominant classes.» This monumental rearrangement of the «societal burden» which had previously fallen on the dominant classes (through liberalism’s «social contract») at one time or another in the form of effective taxation, a willingness/need to pay livable wages, a general reliance and facilitation on and of worker-consumers (a component ofFordism), and a cultural acceptance of relative humility and communal responsibility, has accomplished two things for the modern power elite.

First, it has relieved the dominant classes of this aforementioned «responsibility» to the collective – whether in the form of a community, region, nation, country or society – by allowing them perpetual «free rider» status through the virtual elimination of corporate and wealth taxation and redistribution. The relative eradication of distributive justice has been maintained through various means, such as tax loopholes, tax «breaks,» a common practice of hoarding and hiding money in «off-the-grid» banks, and most recently through the virtual revolving door that is the corporate-political structure, which successfully launders and concentrates public funds into private hands through either direct government disbursement (i.e. corporate subsidies and the Federal Reserve’s constant use ofquantitative easing (QE)), back door subsidization (i.e. the Student Loan system and «foreign aid» that’s used to finance the weapons industry), or «emergency relief» (i.e. the Emergency Economic Stabilization Act of 2008, the Troubled Asset Relief Program (TARP), and other forms of so-called «government bailouts»).

In the latter instance, the finance sector, much of which also includes significant components of the corporate-political structure, has benefitted two-fold: Initially through the immense profits generated by the mortgage-backed securities and collateralized debt obligations schemes, and later through the «bailout» of the systemic losses created by these historic profits, despite their being (and because they were) purely fiat-based (lacking liquidity), speculative, and highly concentrated. These considerations are important because they represent a reverse safety net of sorts – not necessarily one that «privatizes gain and socializes loss» (though this has proven to be true), but one that allows for constant, cyclical distribution – flowing from private to public and back to private – even in the rare cases where corporate revenue or gain is effectively taxed (in other words, this tax revenue isn’t applied towards a «common good,» but rather is funneled back to the corporate sector through these various means). This is accomplished behind the facade of the ‘Welfare State,’ effectively replacing distributive justice with a constant recycling and reproduction of wealth that is laundered through the corporate state and returned to the wealthy.

Second, it has placed the bulk of this societal responsibility on the backs of the upper crust of the dominated classes (the «new petty bourgeoisie» and so-called industrialized middle class) by subjecting them to heavy burdens in the form of increased taxation, rising costs, and diminishing wages – all designed to supplement (not necessarily fill – see starving the beast) the void left by the absentee owners of wealth who want nothing more than to accumulate as much as possible while contributing as least as possible. In other words, the «compromises» made to set the «equilibrium» for which Poulantzas refers to have historically benefited only the sector of the working class possessing higher degrees of privilege (the white middle class, for example) by allowing them improved standards of living through offerings of education, social mobility, homeownership and consumer credit, under the condition that these «compromises» do not spill into the political sphere. However, this equilibrium has been thrown off tilt by the measures taken under the banner of neoliberalism, which unleashed corporate power (Reaganism in the 1980s) with the assumption that the political sphere had been secured. This now appears to be a miscalculation or, at the very least, a careless move on the part of the dominant classes, since many of the compromises of old have been reversed in the process, leading to a betrayal of sorts against the «new petty bourgeoisie» and «industrialized middle classes» whom have always served as loyal watchdogs for the dominant classes, providing a buffer between them and the majority of the working class – the working poor, unemployed, and generally disenfranchised.

«In the course of capitalist development, the traditional petty bourgeoisie – independent artisans, small shopkeepers, etc. – has steadily dwindled,» explained Erik Olin Wright in a late-1970s analysis. «In its place there has arisen what Poulantzas calls the «new petty bourgeoisie,» consisting of white-collar employees, technicians, supervisors, civil servants, etc. Under conditions of advanced capitalism, the crucial question for understanding the structural determination of the working class, Poulantzas argues, centers on analyzing the boundary between the working class and this new segment of the petty bourgeoisie.»[3] The fundamental differences between what Poulantzas referred to as the «traditional petty bourgeoisie,» which «did not belong to the capitalist mode of production, but to the simple commodity form which was historically the form of transition from the feudal to the capitalist mode,»[4] and the «new petty bourgeoisie» are immaterial with regards to their relation with the working class as a whole. Historically, their beneficial position within the societal structure maintained by the ‘social contract’ has molded a largely apolitical existence. «As a result of the situation that finds the petty bourgeoisie as an intermediate class,» Poulantzas tells us, «[they] have a strong tendency to see the state as an inherently neutral force whose role is that of arbitrating between various social classes.»[5] This betrayal is testing this middle class not only economically, but also temperamentally.

A corollary development to this shift has been a designed looting of public coffers (the manifestation ofStarving the Beast) which has produced insurmountable public «debt» (a loaded term). This has coincided with historic levels of corporate profit and wealth accumulation on one side (the ruling/power elite), and rising levels of unemployment, underemployment and «austerity measures» on and for the other (everyone else, the working class). However, despite these tangible economic consequences, the peculiar dynamics explained by Poulantzas still remain, most notably regarding the post-World War II splintering of the dominated classes and the subsequent «bourgeoization» of the former industrialized middle classes – or the development of what pareconists refer to as the «coordinator class,» which isn’t much different than Kautsky and Lenin’s «labor aristocracy,» or even the idea of a comprador bourgeoisie in some ways. Ironically, the historically «neutral stance» maintained by the petty bourgeoisie towards the state has been systematically broken down throughout the 30-plus year reign of the neoliberal agenda, mainly through its destruction of this very class (the middle class). The pluralistic nature of the multi-class society which formed after World War II, and effectively served as a buffer between the power elite and the working class, has been decimated by an extreme concentration of wealth that has accumulated at the top over this period. Specifically, this massive accumulation of wealth which has been siphoned from the middle class has served as the main catalyst in displacing the societal burden. The increasingly strained «petty bourgeoisie,» despite their diminishing wages, remain the standard bearers of not only the remnants of the social contract’s welfare state, but also of the newly prominent corporate welfare state.

While the political consequences of this ‘social contract’ betrayal have yet to form in their entirety, a transition appears to be on the horizon with the prospects of a new generation facing long odds of maintaining the degrees of privilege enjoyed by their parents. Two concrete examples of this angst can be seen in the Occupy Wall Street movement and the Ron Paul-inspired «Libertarian» movement (though misled in many ways). Hence, the highly propagandized and still popular notion of rugged individualism and a stubborn Randian refusal to accept the mere existence of «society» – both manufactured ideologies used to justify the illegitimate accumulation of personal wealth and property. While the working class as a whole continues to suffer at ever-increasing levels due to the neoliberal agenda, the displaced «aristocracy of labor» – which consists mainly of the children (mostly white) of the eroding middle class – continues to ignore some obvious root causes of their demise, instead choosing to blame their fellow victims who have historically resided a few steps below on the socioeconomic ladder. Even in the rare instance of a somewhat nuanced analysis (i.e. libertarians), shallow conclusions of «End the Fed,» eliminate government interference in the free market, and «Don’t Tread on Me» serve as blinders to the intricate development of a corporate-political system that has intentionally and successfully taken back compromises in order to allow for increased rates of wealth accumulation for a minuscule percentage of the population. This temperamental conservativism that clings to the eroding middle class and much of the white working class is seemingly all that stands between the status quo and widespread unrest rooted in a miscalculated shift of the societal burden.

Notes

[1] Nicos Poulantzas. Classes in Contemporary Capitalism. Verso, 1978, p. 93.

[2] Ibid, pp. 190-191.

[3] Erik Olin Wright, Class, Crisis and the State, Verso, 1978. P 34
[4] Classes in Contemporary Capitalism, p. 285.

[5] Ibid, p. 292.

Tomado de: http://www.hamptoninstitution.org/neoliberalisms-balancing-act.html#.V4f2f9LhDIU

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Educación en el Bicentenario: un debate con Sonia Alesso de Ctera

Argentina/09 Julio 2016/Autor: Federico Puy/Fuente: La Izquierda Diario

La conmemoración del Bicentenario, abrió varios debates sobre el modelo pedagógico del macrismo, la herencia del Kirchnerismo y el rol de los trabajadores y sus sindicatos, ante el ajuste en curso.

La secretaria general, Sonia Alesso, del sindicato de docentes Ctera (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina), escribió una editorial para la revista N° 27 “Canto Maestro. Miradas sobre el bicentenario de la independencia”, que publican desde la entidad gremial.

En la editorial Alesso remarca que “consideramos necesario (el debate) porque, así como a principios del Siglo XIX sobrevolaba en la patria naciente la idea de la restauración conservadora, hoy también en el aire de nuestra época hay claras señales que dejan al descubierto las intenciones de volver a someter a la Argentina a una situación de dependencia…”

La herencia no es siempre negativa

El gobierno de Cambiemos tiene donde apoyarse para las políticas que está desarrollando. El kirchnerismo enarboló, en su relato, la reversión de las problemáticas heredadas del neoliberalismo, como la implementación de las políticas del llamado “Consenso de Washington”, que avanzaron en un proceso de privatización de la educación. Lo cierto es que dejó “la puerta abierta para ir a jugar”.

El neoliberalismo valoró a la educación según lo que considera “resultados” en términos mercantiles y puso a los estudiantes como meros consumidores. A su vez, descentralizó las políticas administrativas de manera tal que cada provincia cuenta con un presupuesto propio, e impulsó la inversión en la educación privada. Como parte del mismo proceso, se centralizó lo pedagógico, sin respetar los múltiples elementos sociales, divergencias y heterogeneidad que encontramos los docentes en las escuelas.

En la actualidad este modelo educativo está en los planes del Macrismo. Para muestra basta el modelo de la Ciudad de Buenos Aires. Pero vale la pena preguntarnos ¿Cuántas de estas políticas, de la cual hoy el Macrismo se monta para hacerse fuerte, fueron cambiadas por el kirchnerismo y combativas por las conducciones sindicales que Sonia Alesso representa? Estos planes educativos neoliberales ¿Volvieron o nunca se fueron?

Uno de los pilares de la educación ligada al mercado, cuya estructura el kirchnerismo mantuvo intacto, fue la Ley Federal de Educación de los ‘90 con el desfinanciamiento de las provincias. La Ley de Transferencia de Servicios Educativos (LTSE) y la Ley Federal de Educación (junto a la Ley de Educación Superior) constituyeron el paquete de leyes heredadas del menemismo para adaptar las políticas educativas a los dictados del FMI y los organismos internacionales.

Actualmente el Estado aporta una suma mínima por provincia, lo que genera que el grueso de la inversión deba ser realizado por éstas, profundizando la desigualdad ya que las provincias patagónicas (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Neuquén, Chubut, Río Negro y La Pampa) albergan apenas al 6 % de los alumnos del país, mientras el grupo de las más pobladas (provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza) reúne a casi el 70 % de los alumnos. Según datos publicados en la edición de febrero-marzo 2015 de Le Monde, los Estados provinciales invierten de conjunto el 31,5 % del gasto público en educación, y Nación el 5,3 % del PIB nacional.

Con la LEN (Ley de Educación Nacional) mantuvieron la centralización verticalista de los contenidos, sin espacios reales de democratización del sistema educativo para una transformación de abajo hacia arriba.

También podemos decir que a nivel presupuestario con un crecimiento a tasas chinas llegaron a cumplir con un con un 5,4 % del PBI, recién en los últimos años de gobierno. No se pudo finalizar con el plan de máxima de construcción de escuelas (se prometieron 2.671 y se hicieron 1.665) y solo por tomar un ejemplo, en la Provincia de Buenos Aires, donde es obligatoria la sala de cuatro, la de cinco, toda la primaria y toda la secundaria, según el último censo oficial quedaron por fuera de los jardines (públicos y privados) 163.736 niños de 3 y 4 años.

¿No fueron suficiente 12 años de gobierno, con crecimiento a tasas chinas y vientos de cola en la economía, para revertir las principales problemáticas heredadas de los 90 de una educación neoliberal?

Una mirada sin perspectiva

Para finalizar la editorial, Alesso plantea que “Desde este espacio, pensamos que hoy la clase trabajadora se tiene que apropiar del festejo, de la conmemoración, y de los nuevos desafíos que significan hacer de la independencia una realidad concreta; pues, en manos de los empresarios gobernando, la independencia tal como la concebimos, corre un serio peligro.” Ningún llamado a organizarse y ni mención a resistir contra el ajuste.

Una mirada crítica debería re pensarse sobre los escándalos de la obra pública, donde están todos implicados como los José López y los Nicolás Caputo. ¿Qué hacía la dirigente mientras José López se robaba el dinero de las obras públicas, plata con la que se podía haber construido miles y miles de escuelas? ¿Sabe acaso que con el dinero lanzado al convento podrían haber comido 3 millones de niños? Estamos ante un nuevo favor del Frente para la Victoria a Cambiemos, así como el voto en el Senado para la entrega a los buitres (que Alesso crítica del Macrismo pero nada dice de sus cómplices como Bossio y Pichetto).

Pero no será la dirigente de Ctera quien desentrañe este lío ya que ni siquiera la jefa política, Cristina de Kirchner, habló de estas “problemáticas” en su entrevista con Roberto Navarro en C5N.

Con los escándalos políticos y una mirada de CFK hacia la interna del Partido Justicialista, la primer idea que encantó rápidamente a Alesso, Baradel y Yasky, que fue el Frente Ciudadano, estaría completamente en retroceso. La huída del Movimiento Evita (integrante de la lista Celeste de Sonia Alesso) despavoridos hacia el PJ, otro síntoma. Mientras tanto, la conducción de Ctera no pasó la prueba en esta nueva etapa, con los conflictos de Santa Cruz y Tierra del Fuego, solo porra resguardar a sus futuros candidatos políticos.

Pero basta recordar que todas las políticas educativas neoliberales, se rechazaron en las calles y con resistencia. Y en este último tiempo con un avance de estas políticas que atacan a la educación, somos los docentes los que protagonizamos grandes luchas por nuestras demandas y en defensa de la educación pública.

A 200 años de la firma de la Declaración de la Independencia, con grandes gestas heroicas como el Cordobazo, sabemos que la resistencia está en las calles. Para enfrentar estas políticas no podemos esperar a las elecciones ni marchas Federales. La experiencia histórica tiene que servirnos a los docentes para sacar conclusiones y evitar repetir la misma historia.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Educacion-en-el-Bicentenario-un-debate-con-Sonia-Alesso-de-Ctera

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La Crisis de Autoridad y la Reforma Educativa

Por: Lev Moujahid

La estrategia gubernamental ante los  los maestros busca detener un levantamiento civil, y al tiempo, trazar una salida pactada al conflicto. La moneda de cambio que ya ofrecen en la Segob a la CNTE es frenar el despido masivo de maestros. Todo sin tocar la reforma educativa. Los profesores tendrán que decidir si aceptan o siguen en una lucha que esta aglutinando a los sectores desposeídos del país.

Lo que se mostró en las pasadas elecciones fue una manifestación de hartazgo, de repudio al partido político en el poder y a la forma en como este ha conducido la nación, a sus políticas antidemocráticas y medidas regresivas de los alcances populares que se habían logrado en los procesos históricos del siglo XX, mismos que constituyeron cierta estabilidad en la vida de los ciudadanos.

La alternancia partidista que la oligarquía mexicana pacto en varias entidades del país, tenia como objetivo canalizar el descontento social hacia la jornada electoral, pero sin poner en riesgo sus intereses, de ahí que se generaran expectativas de cambio, que finalmente favorecieran la alianza entre la misma derecha proneoliberal.

Se trataba de desviar o evitar un posible levantamiento social de alcances nacionales, que atentara contra la viabilidad del proyecto oligárquico impuesto a través de las reformas estructurales, el cual ha puesto en marcha el desmantelamiento de la soberanía económica, energética, territorial, educativa y política de México.

En este ambiente, si bien un sector del magisterio disidente tuvo una participación relevante, incluso colectiva y organizada, en favor de la izquierda progresista que se manifestó por echar abajo la reforma educativa, no agoto en la vía electoral sus posibilidades de lucha contra esta medida: la lógica inherente a los maestros continua desde el terreno político, por la vía no institucional, sino de la movilización social.

Sin embargo, la lucha magisterial agudizó la crisis de hegemonía en el sistema político mexicano, no sólo porque debilitó al partido gobernante o porque ha cimbrado sus principales figuras presidenciales; también evidencio su incapacidad para generar un clima de gobernabilidad en medio de diversos conflictos sociales que ellos mismos dejaron crecer.

Las demandas por la estabilidad laboral que encabeza la CNTE, y que por supuesto son legítimas han visibilizado otras inconformidades que no aparecían en el escenario político; detrás de la respuesta represiva al magisterio se dejan ver los proyectos de privatización, eso avispa a todos los actores educativos y a la misma sociedad civil, unas veces en la manifestación social y otras en formas de solidaridad que garantizan las condiciones de lucha por la defensa de la escuela pública, entonces, junto a las muestras masivas de movilización popular, también hay una red de inconformidad que deposita en los maestros, mas que en los partidos políticos sus anhelos de tener una vida mejor.

Un elemento que aparece en este ambiente de descontento generalizado y que hace crisis no solo en el partido hegemonía sino en todo el sistema de partidos, se refleja en los procesos de organización de gobiernos populares que han encontrado fortaleza en el movimiento magisterial, los cuales advierten en la desfiguración del Estado mexicano y sus desgastadas estructuras de poder, así como en sus fallidas políticas antidemocraticas, la necesidad de desconocer los gobierno locales y, en su lugar, edificar formas de poder emanadas desde la voluntad colectiva.

Nochixtlan no ha sido el único caso en medio de este conflicto, en el que se haya decidido conformar poderes alternos; en varias poblaciones de Chiapas, donde los maestros tienen fuertes raíces, las comunidades indígenas que decidieron respaldar a sus profesores y encabezar las mas radicales acciones de presión contra la reforma educativa, ya discutían o habían iniciado la conformación de autonomías.

La idea de crear gobiernos autónomos mas allá de las geografías locales hasta escalar a nivel estatal, se hace posible para las comunidades chiapanecas en la medida en que las organizaciones magisteriales y populares son tan nutridas y de tal magnitud que potencializan una respuesta organizativa mayúscula capaz de derrocar al gobierno de Velasco, pero que ha sido contenida con las fuerzas represivas federales que han ensayado ahí y en Oaxaca la cara mas dura de la dictadura en México.

En esta crisis política el gobierno mexicano ha optado por el endurecimiento de su postura, siempre negativa a derogar o siquiera modificar la reforma educativa. prefiere provocar un preámbulo violento que le permita un margen muy estrecho para ceder ante una eventual negociación con el movimiento magisterial y popular que no toque los principios de ninguno de los pilares de su proyecto neoliberal.

La masacre de Nochixtlan; la criminalización, persecución y encarcelamiento de los defensores de la educación pública; el uso constante de toda la logística contrainsurgente por parte de los cuerpo policíacos y militares para combatir a los maestros y los brotes de rebelión popular, pero también la represión administrativa traducida en despidos y descuentos salariales indiscriminados a los trabajadores de la educación, son escenarios maquinados por el Estado.

La estrategia gubernamental se propone, en primera instancia, detener la amenaza de un levantamiento civil y, en segundo plano, trazar una salida pactada al conflicto magisterial sin tocar la reforma educativa, pero ofertando en la mesa de dialogo ponerle un freno a su plan de aniquilamiento masivo y selectivo contra la CNTE como moneda de cambio.

Son tiempos de decisiones difíciles para las y los  maestros mexicanos; por ello tendrán que optar por una salida que les permita resolver en el corto plazo la estabilidad de su relación laboral, sostener la confianza en que la lucha organizada es el cambio para que ningún trabajador sea excluido del sistema educativo por culpa de una ley injusta. Ademas, deberán caminar en la ruta de la organización multilateral con la sociedad harta de políticas fallidas, trabajar en la construcción de un consenso mayoritario que eche a los neoliberales del poder sin perder su independencia política y encausar los procesos que empujan desde abajo la ruptura con un Estado que suplanta la voluntad popular.

Fuente: http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/07/06/la-crisis-de-autoridad-y-la-reforma-educativa/

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El dolor de cabeza para el gobierno federal llamado: CNTE

Source: El dolor de cabeza para el gobierno federal llamado: CNTE

El ultimátum emitido por el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al movimiento magisterial disidente, podría provocar severos daños irreversibles a la sociedad en su conjunto.

 

Hay que recordar que hasta el momento se contabilizan a nueve personas que han perdido la vida a consecuencia de diversos enfrentamientos entre las fuerzas policiales y los maestros, todos sin una explicación clara.

 

Los profesores, aglutinados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), han asfixiado la vida política de municipios y administraciones estatales, lo mismo que en regiones como estado de México, Michoacán, Oaxaca y Chiapas.

 

Ante estos hechos, las autoridades federales han usado la imagen que califican como “grave”, sobre un supuesto desabasto de alimentos medicinas y combustibles en las comunidades más pobres y marginadas del país.

 

Pero esta situación la han desmentido algunos medios de comunicación (la mayoría alternativos) y personajes políticos como José Gerardo Fernández Noroña, quien dicho sea de paso ya está apuntado como candidato independiente a la presidencia de la República para 2018.

 

Al mismo tiempo, el gobierno federal acusa a los profesores de ocasionar este supuesto desabasto pero dicha versión ha sido desmentida, por ejemplo, por una serie de videos que ha logrado exhibir Fernández Noroña a través de las redes sociales.

 

Al margen, habrá que recordar que estos pueblos son autosuficientes en alimentos, ya que el campo de estas regiones abastase, incluso, a grandes ciudades como lo es la capital del país; sin menospreciar que algunas mercancías de grandes centros comerciales no han podido llegar a su destino, debido a los bloqueos.

 

Al margen, se espera que en las próximas las fuerzas federales, incluidas el Ejército mexicano y la marina Armada de México, abran paso en las diversas carreteras federales del país, usando la fuerza y las armas de fuego que poseen en contra de los profesores.

 

Grave es la lectura política de este caso que mantienen en jaque al gobierno federal. Por un lado la falta de tacto político de la federación para negociar el fervor y el reclamo de los maestros. Por otro, el deseo de los maestros en retirar o modificar la reforma educativa que implementa el gobierno.

 

Ni un lado, ni del otro hay salida. Se antoja que el número de heridos y muertos en esta guerra, que declaró el gobierno federal y una parte del magisterio, no concluya en el corto tiempo y que el saldo aumento en perjuicio de las tres partes, incluida la sociedad en su conjunto.

 

Punto Cero

 

Ante la asamblea que sostendrán los líderes del PRD rumbo a la elección de un nuevo Comité Ejecutivo Nacional, nos comenta que Mauricio Toledo se perfila como secretario de Relaciones Políticas y Alianzas del PRD Nacional, con esta designación, el diputado de Coyoacán sería el defensor de las alianzas en el proyecto de Miguel Ángel Mancera para mantener la jefatura de gobierno y con esta jugada no se descartarían pactos con el PAN, Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo (PT) o Panal, para 2018.

 

Toledo sería la pieza clave, por su buena relación con Jesús Ortega y Zambrano, debido a que pertenece a Nueva Izquierda (NI), pero no se sabe olvidar la lealtad política hacia Héctor Serrano y Mancera. El asambleísta sería el único puente de comunicación entre los grupos internos del sol azteca Vanguardia Progresista y Nueva Izquierda (NI).

 

También, se rumora que si los Chuchos apoyan a Toledo saldrán fortalecidos, de lo contrario podría darse su salida definitiva de Nueva Izquierda y sumarse del lado del secretario de Movilidad y del jefe de gobierno.

 

– José Víctor Rodríguez Nájera,  Periodista mexicano / @JoseVictor_Rdz

 

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El gobierno se quiere joder a los maestros como a los electricistas y demás trabajadores

Por: Pedro Echeverría 

1. El fascista secretario de Gobernación ha sido claro: “Que se retiren los bloqueos y las protestas o se instruyen medidas de represión (brutal)”; la Coordinadora de maestros ha dicho: “No sólo no levantamos los bloqueos (que son nuestra única defensa) sino que los estamos incrementando”. La bronca es que el facho gobierno incrementó el número de sus fuerzas armadas de 200 mil a dos millones, la mayoría con entrenamiento militar y de antiguerrilla en los EEUU, además que portan armas yanquis, caballos, perros, gases lacrimógenos y todos están forrados con armaduras. Pero los profesores poseen un gran corazón y luchan por los intereses del pueblo miserable.

2. Los diálogos de gobierno son pura trampa, amenazas descaradas, vil engaño; pero ni modo, hay que aceptarlos para tratar de parar cualquier represión o asesinato del gobierno contra el pueblo. El diálogo es puro discurso de políticos que saben muy bien que todo se resuelve por la fuerza que se posee. Los gobiernos siempre controlan a las fuerzas armadas, el presupuesto público, a los medios de información, las leyes hechas por ellos y sobre todo la fuerza de las costumbres. Los trabajadores no poseen más que sus cadenas y que son millones de seres con la esperanza de que un día despierten y aplasten a sus explotadores y opresores que son el uno por ciento.

3. ¿Quién va a triunfar en estos enfrentamientos? El gobierno ganará las primeras batallas, pero será derrotado y aniquilado en la guerra total porque es el agresor, el violento, el opresor y porque no tiene la razón. La bronca es que el pueblo sigue dormido y no hemos sido capaces de despertarlo desarrollándole una conciencias social de lucha; además que cuando despiertan los esperan con la televisión o “taravisión” (como se dice correctamente), el futbol, el trago, los artículos de belleza, el consumismo. Pero a pesar de ello en las luchas de las calles vamos desenmascarando a la clase dominante y poseemos la convicción de que los derrotaremos.

4. Nosotros decimos: “Liberen a todos nuestros presos, paguen a todos los salarios que les deben e instalen un diálogo verdadero cumpliendo como gobierno”; si no se puede, pues tampoco podremos impedir el incremento del número de plantones. Podrán madrearnos ahora con las fuerzas armadas; pero no sabemos cuál será la respuesta de nuestro pueblo. ¿No le temen al surgimiento de nuevas guerrillas, a grupos armados, como respuesta a la permanente represión que ejercen contra pueblos como Ayotzinapa, Tlatlaya, Nochixtlán? ¿Es que realizan esas provocaciones a propósito para probar el entrenamiento yanqui de sus fuerzas armadas?

5. Los maestros de la CNTE no retamos a nadie tal como lo hace el gobierno con sus amenazas y acciones represivas; simplemente como profesores nos defendemos luchando por una buena educación para el pueblo: que sea pública, gratuita, laica, obligatoria, popular. ¿O es que no debemos defender nuestra materia prima que son los niños, nuestras fuentes de trabajo y la vida digna de las comunidades que son los padres de familia? Los apoyos de las comunidades a las luchas de los maestro son muestra evidente de la identidad de ellos con la comunidad. ¿Se atreverá Peña, Osorio, Nuño a pararse en la comunidad sin cientos de guaruras?

6. ¡Basta ya de amenazas y acciones represivas del gobierno! Los gobernantes si no tienen capacidad para convencer a sus interlocutores deben renunciar. Por experiencia de décadas se sabe que el gobierno tiene todos los remedios pacíficos y hasta plausibles en sus manos. En dos minutos, y por teléfono, puede ordenar que salgan de la cárcel todos los maestros presos y ordenar que se pague todo el dinero que se debe a los maestros. Eso de la Reforma privatizadora de la educación se puede analizar y discutir en foros, mesas, etcétera; pero Nieto/Osario/Nuño, dado que ven mucha taravisión no entienden, no encuentran más que la salida represiva,

7. Los maestros de la CNTE, los estudiantes, los campesinos y todos los que apoyan, tienen la convicción de que los bloqueos deben hacerse más numerosos en sitios y cantidad de participantes. ¡Qué maravilloso que estos pudieran instrumentarse en la CDMX, en Guadalajara, Monterrey, Toluca, Veracruz, Puebla, en los aeropuertos, los bancos y las plazas comerciales! Que la brutal represión de los gobiernos se va a incrementar es obvio, pero también la conciencia social y unitaria del pueblo seguramente crecerá. ¿No es acaso el camino que han seguido los pueblos en el mundo para hacer sus revoluciones, sus independencias y su liberación?

Fuente: https://pedroecheverriav.wordpress.com/2016/07/01/gobierno-vs-maestros/

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