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Francia: La mujer que encarcela a quienes mutilan los genitales de las niñas

Entrevista/Francia/07 Febrero 2019/Fuente: El país

Mientras que en Europa los casos de ablación condenados en los tribunales son muy pocos, Francia ha tenido más de 40. El mérito es de la abogada Linda Weil-Curiel

Hawa Gréou era la maman (madre) más famosa de toda Île-de-France. Cientos de familias malienses, senegalesas, guineanas y marfileñas llamaban a la puerta de su piso de París pidiendo a la matrona de Mali que «preparase» a sus hijas con el rito que, para algunas etnias africanas, constituye el sello necesario de la pureza femenina: la mutilación genital. Hawa era hábil y rápida. Con su cuchillo, ninguna niña moría de hemorragia.

Un día, su vecina la denunció por alteración del orden público. Los gritos que se escapaban a través de su puerta eran estremecedores, pero no ocurrió nada. Para que fuese detenida fue necesario el valor de una de sus víctimas, una joven que quiso salvar a sus hermanas pequeñas del rito de sangre y explicó a un fiscal los horrores que sucedían en aquel lugar. Hizo falta la testarudez de una abogada para condenar a la maman a ocho años de cárcel, en un juicio histórico que sacudió Francia y abrió los ojos definitivamente a las ablaciones clandestinas. Este año se cumple el vigésimo aniversario de aquel proceso.

La letrada de la causa es Linda Weil-Curiel, presidenta de la Asociación Cams(Comisión para la Abolición de las Mutilaciones Sexuales), que desde la década de los ochenta ha defendido a las víctimas en otros 40 procesos y ha logrado condenar a más de 100 personas entre mutiladoras y padres de niñas mutiladas. Aunque Francia es el único de los países europeos con una fuerte presencia de inmigrantes africanos que no dispone de una ley específica contra la mutilación genital femenina, registra el mayor número de condenas en estos casos. En Italia, a partir de la promulgación de la ley de 2006, se ha dictado solo una; en España y en Suecia, dos; en Reino Unido se ha emitido una única sentencia de condena hace unos días, a pesar de que la ley existe desde 1985.

«Los Parlamentos de media Europa me invitan para que explique por qué en Francia funciona la justicia contra la ablación y en otros países no», dice sonriendo Weil-Curiel en su despacho de Saint-Germain-des-Prés, en pleno centro de París, «y siempre insisto en que una norma específica es inútil y, además, un error. Basta con el Código Penal, que en cualquier Estado castiga las lesiones permanentes. Además, una ley específica abre la puerta al relativismo cultural al clasificar las mutilaciones sexuales entre africanos como tradición y no simple y llanamente como un delito».

P: Según los datos del Ministerio de Sanidad de su país, entre 2007 y 2015 el número de mujeres residentes en Francia que han sido mutiladas ha pasado de 61.000 a 53.000. ¿Cree que hay que atribuir el mérito a su línea dura?

R: En parte sí. Sin duda, la sensibilización de las comunidades de inmigrantes es fundamental, pero también tienen que ser conscientes de que si mutilan a las niñas irán a la cárcel.

P: ¿Cómo empezó a apasionarse por este tema?

R: En 1982, una amiga feminista (Annie Sugier, cofundadora con Simone de Beauvoir de la Liga Internacional por los Derechos de las Mujeres) me trajo un artículo de un periódico que informaba de que un padre había mutilado a una niña de tres meses y que esta se había salvado por poco de la muerte. La niña se llamaba Bintou. Con mi asociación, me personé como actor civil en el proceso, y allí empezó mi primera batalla, consistente en que estos casos no se siguiesen dirimiendo en los tribunales ordinarios, sino en los órganos judiciales de máximo rango, es decir, en las Salas de lo Penal de los Tribunales Superiores de Justicia.

Los jueces, por su parte, le quitaban importancia, aduciendo que eran inmigrantes, personas que no hablaban francés, y que eran sus tradiciones. Yo les respondía preguntándoles si no pondrían el grito en el cielo si le amputasen los genitales a una niña blanca francesa, y clamando que la ley es igual para todas las personas que viven en Francia. Así fue como conseguimos que el delito se juzgase en el Tribunal de lo Penal. Luego, cuando muchas familias empezaron a mutilar a sus hijas llevándolas a sus países de origen para eludir la justicia francesa, conseguimos ampliar el Artículo 222 del Código Penal a las ablaciones llevadas a cabo en el extranjero por ciudadanos franceses o residentes en Francia. No obstante, los casos resultaron más complejos.

P: ¿Por qué?

R: Los padres no revelaban los nombres de las mujeres que practicaban la ablación. En el seno de las comunidades africanas, las protegen. Las madres contaban que, en el autobús, una mujer las vio con su bebé en brazos, les preguntó si ya la habían operado y las invitó a su casa, pero que no saben cómo se llama. Cuentan historias inverosímiles.

P: Hasta que, en 1999, estalló el caso Gréou…

R: Una investigación que duró 18 meses y un gran juicio de 15 días. Después de que la chica presentase la denuncia, la policía puso bajo vigilancia la casa de Hawa Gréou, pero ella había tomado precauciones y practicaba las escisiones en otro sitio. Hasta que le intervinieron el teléfono, la verdad no salió a la luz. Gréou organizaba sesiones de mutilación en masa, normalmente en época de vacaciones, cuando había menos gente que lo pudiese oír. Se interrogó a todas las personas que aparecían en su agenda.

El fiscal pidió siete años de cárcel, y yo ocho. Gané yo.

P: Cuando Gréou salió de la cárcel, se hicieron amigas y escribieron conjuntamente el libro Exciseuse [mutiladora] (editorial City). ¿Cómo fue posible esta colaboración entre culpable y acusadora?

R: Durante el juicio, tuve siempre a Hawa enfrente de mí, y pude darme cuenta de su inteligencia. Me enteré de que el oficio de mutiladora se lo había impuesto su abuela. Las mujeres de su familia lo practicaban desde hacía generaciones y era un papel de prestigio en la comunidad porque daba dinero, telas valiosas, jabón… Hawa no tenía opción. Salió antes de la cárcel por buena conducta y me llamó por teléfono diciéndome: «Soy maman«. Estaba sola, su marido había tomado otras mujeres y quería mandarla a Mali. Ella iba de un lado a otro con un carrito de la compra lleno de ropa porque las otras mujeres le robaban todo, y con el carrito a cuestas, en zapatillas y cubierta con el velo vino a verme. Yo era la única persona con la que podía hablar francamente porque sabía que la entendía. Así nos fuimos acercando. Incluso llevé a su marido ante los tribunales y lo obligué a pagarle una pensión alimenticia.

P: Háblenos del último caso que ha llevado.

R: Actualmente tengo dos casos abiertos, pero el último fue el año pasado. Un caso muy triste. A la chica, nacida en Francia, le practicaron la ablación durante unas vacaciones en Guinea, y luego los padres la obligaron a casarse con un hombre mucho mayor que ella. Ella no quería y sus padres le pegaron brutalmente. La chica puso una denuncia, pero los jueces decidieron actuar solo por las palizas y no por la mutilación, y mi apelación fue rechazada por un defecto de forma. La chica me decía que ella era francesa y que no tenían derecho a hacerle eso. Francia no le ha hecho justicia.

P: ¿Por qué en otros países europeos que incluso han adoptado leyes específicas contra la mutilación genital femenina es tan difícil que se dicte una condena?

R: Es más eficaz seguir el Código Penal que crear normas nuevas que siempre resultan difíciles de aplicar. No hace falta una ley especial para establecer que cortar una oreja o una mano es un delito. ¿Por qué no debería pasar lo mismo con los genitales? En Reino Unido, por ejemplo, hay nada menos que tres leyes contra la mutilación genital femenina, la primera de 1985, pero están llenas de puntos débiles, como el hecho de que una asociación no pueda intervenir como actor civil. En Estados Unidos también es difícil aplicar la legislación federal, como ha demostrado el caso reciente de una clínica de Detroit donde una secta india practicaba ablaciones. El juez del Estado de Michigan rechazó la ley federal sobre la mutilación genital en nombre de la libertad religiosa y de otros argumentos que han puesto de manifiesto la fragilidad de la norma.

P: Se calcula que en Europa hay 500.000 mujeres inmigrantes que han sido sometidas a mutilación genital. Aparte de la vía judicial, ¿qué otras acciones piensa que son útiles para erradicar esta práctica?

R: Los pediatras tienen que controlar los genitales de las niñas que provienen de países en los que la ablación es una tradición, sobre todo cuando acaban de estar allí de vacaciones, e informar de la mutilación a los servicios sociales. Después hay que transferirles a estos la gestión de los subsidios estatales que recibe la familia. En Francia, un centro de protección a la infancia ha aplicado esta medida con buenos resultados. Las niñas tienen derecho a un desarrollo normal. La ley nos otorga los medios para protegerlas y no debemos tener miedo de utilizarlos.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/02/04/planeta_futuro/1549285616_641917.html

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Nepal: Completar la educación secundaria evitaría que 50 millones de niñas se casaran antes de tiempo

Redacción: Europa Press

Educación y matrimonio infantil están íntimamente ligados. Las niñas obligadas a casarse antes de tiempo suelen abandonar sus estudios mientras que aquellas que no van a la escuela ven multiplicarse sus opciones de ser víctimas del matrimonio infantil, por eso es tan importante fomentar la educación de las chicas, defiende Save the Children con motivo del Día Internacional de la Niña.

Según el estudio ‘Trabajando juntos para acabar con el matrimonio infantil’ realizado por la ONG, si todas las niñas del mundo terminasen la educación secundaria, se evitarían más de 50 millones de matrimonios forzosos para el año 2030.

Save the Children ha analizado el impacto que la educación puede tener en la vida de las niñas a nivel global, así como los avances que aún son necesarios para poner fin al matrimonio infantil y garantizar la educación de las jóvenes.

Aunque en la última década se han evitado aproximadamente 25 millones de matrimonios infantiles, ningún país en vías de desarrollo está actualmente encauzado a cumplir el objetivo de la ONU de eliminar esta práctica para 2030, ha resaltado la ONG.  Esto significa que 134 millones de niñas serán obligadas a casarse de aquí a esa fecha. Solo en 2030 casi 10 millones niñas serán casadas, más de 2 millones de ellas menores de 15 años.

Completar la educación secundaria evitaría que 50 millones de niñas se casaran antes de tiempo

ALGUNAS FAMILIAS VEN EN CASAR A SUS HIJAS UNA SALIDA

«La combinación tóxica de pobreza y discriminación de género hace que muchas familias piensen que es mejor que sus hijas se conviertan en esposas y madres en lugar de tener acceso a la educación», ha denunciado la directora general de Save the Children, Helle Thorning-Schmidt.

Completar la educación secundaria evitaría que 50 millones de niñas se casaran antes de tiempo

«Cuando una niña es obligada a casarse, se están vulnerando sus derechos humanos de por vida. Esa joven estará expuesta a sufrir abusos, a convertirse en madre antes de estar emocional y psicológicamente preparada y sus hijos tendrán más probabilidades de morir antes de cumplir los cinco años», ha advertido.

Las investigaciones en la materia realizadas por Save the Children y el Banco Mundial han demostrado que aunque las reformas legales y las medidas políticas son importantes para poner fin al matrimonio infantil y para mantener a las niñas en la escuela, es imprescindible que esas leyes y cambios lleguen hasta las familias y comunidades.

Completar la educación secundaria evitaría que 50 millones de niñas se casaran antes de tiempo

«Hemos visto cómo la educación y el empoderamiento de las niñas son la mejor manera de reducir los índices de matrimonio infantil. También hemos averiguado que la mejora en los ingresos de las familias da la oportunidad a los padres a mantener a sus hijas matriculadas en la escuela, en lugar de tenerlas trabajando en el campo para apoyar la economía familiar», ha destacado Thorning-Schmidt.

NEPAL COMO EJEMPLO DE QUE EL CAMBIO ES POSIBLE

Nepal es un buen ejemplo. El país sigue teniendo uno de los mayores índices de matrimonio infantil pese a que la práctica está prohibida desde 1963. Save the Children trabaja aquí con los gobiernos locales, líderes religiosos y de las comunidades, familias y niñas para concienciar sobre los peligros del matrimonio forzoso.

Gracias a sus actividades, que incluyen representaciones en la calle protagonizadas por niños y niñas, el número de matrimonios infantiles ha disminuido un 11 por ciento entre 2015 y 2017 en los lugares en los que opera Save the Children.

El director de la ONG en Nepal, Ned Onley, ha destacado que «esto demuestra que cambiar las normas sociales es importante». Según explica, están trabajando para convertir a los líderes de las comunidades en «colaboradores para que el cambio sea posible». «Dos de los líderes que colaboran con nosotros piden a los padres los certificados de nacimiento de sus hijas para saber si tienen la edad legal para contraer matrimonio», añade.

Por todo ello, Save the Children ha pedido a los gobiernos que aumenten sus esfuerzos para desarrollar e implementar planes de salud, educación y protección de las niñas.

«Estamos avanzando pero no lo suficientemente rápido. En el Día Internacional de la Niña instamos a los gobiernos a priorizar la lucha contra el matrimonio infantil, una de las principales barreras para el empoderamiento y la educación de las niñas en todo el mundo», ha reclamado su directora.

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-completar-educacion-secundaria-evitaria-50-millones-ninas-casaran-antes-tiempo-20181011103200.html

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Guatemala: 100 quetzales si nace niña, 200 quetzales si nace niño

Centro América/Guatemala/11 Octubre 2018/Fuente: El país

Las niñas de todo el mundo se enfrentan a una violencia estructural, en la que se entretejen pautas culturales, pobreza y falta de acceso en condiciones de igualdad a una educación contraria a la discriminación

“Yo lo veía en la comunidad. La comadrona cuando nace el niño se cobra 200 quetzales y si nace niña se cobra solo 100. Desde ese momento, desde el nacimiento de los niños, se ve esa desigualdad. Nos preguntamos muchas veces por qué pasa eso si la mujer siente el mismo dolor, el mismo sufrimiento de dar un niño que una niña”, cuenta Lucía Guadalupe Chivalán Castro, una mujer indígena de la comunidad de Santa Lucía en el departamento de Totonicapán, en Guatemala. Esta frase refleja muy bien cómo se gesta la desigualdad desde el nacimiento de las niñas.

En numerosos contextos en los que trabajamos, las comadronas ganan menos por ayudar a alumbrar a niñas que demasiado pronto comenzarán a enfrentar otras violencias. Las cifras son demoledoras. En el mundo, 240 millones de niñas están amenazadas por la violencia, 200 millones sufren mutilación genital, 130 millones son víctimas de violencia sexual y 12 millones son casadas anualmente antes de cumplir los 18 años.

Estos datos reflejan una realidad que no es anecdótica, que supone una violencia estructural. Un fenómeno complejo en el que se entretejen pautas culturales, fanatismos religiosos, pobreza extrema, déficit de protección en las políticas públicas y de garantía de derechos, falta de acceso en condiciones de igualdad a una educación contraria a la discriminación y la normalización del abuso.

Este 11 de octubre se celebra en todo el mundo el Día internacional de la Niña. Un momento para incrementar el trabajo permanente que multitud de organizaciones sociales, colectivos, mujeres, educadores de todo el mundo llevamos a cabo en pro de su bienestar. Un momento para recordar también que existen pequeños destellos de avance cuando se conjuga voluntad política, intervención social y suma de apoyos ciudadanos.

En el marco del conjunto de esfuerzos internacionales ligados a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), entre los años 2000 y 2015 se han logrado progresos y evidentes avances en el acceso de las niñas a la educación primaria y, en menor medida, a la secundaria. Globalmente, se han reducido las disparidades de género: un 8% más de países lograron la paridad en la educación primaria.

En este sentido, la educación desempeña un papel fundamental. Modelos educativos con perspectiva de protección e igualdad hacia las niñas pueden incrementar su autoestima y trabajar la prevención de la violencia desde la concienciación del entorno, las familias, las propias niñas y por supuesto, la educación de niños y hombres en valores opuestos a la violencia y los estereotipos machistas.

En nuestro reciente informe Niñas libres de violencia: derecho a la educación, garantía de igualdad, vemos como 15 millones de niñas en edad escolar nunca accederán a la escuela primaria, en comparación con 10 millones de niños. En el último informe del Banco Mundial, Oportunidades perdidas: El alto costo de no educar a las niñas, se llega a la conclusión de que cada año de educación secundaria se correlaciona con un aumento del 18% de la capacidad de obtención de ingresos de las niñas en el futuro. Además, la investigación revela que la educación de las niñas tiene un efecto multiplicador: las mujeres con mayor grado de educación por lo general son más sanas, participan más en el mercado de trabajo formal, obtienen mayores ingresos, tienen menos hijos, no se casan a temprana edad, y proporcionan mejor atención de salud y educación a sus hijos.

De igual forma, la educación puede desempeñar un papel definitivo en la participación de las niñas a la hora de buscar soluciones. Niños y niñas tienen la capacidad de relatar sus experiencias de sufrimiento y detectar incluso en la escuela cómo y dónde se gestan los mecanismos de reproducción de la injusticia.

En una reciente visita a Guatemala en la que realizamos un diagnóstico sobre la realidad de violencia contra las niñas, preguntamos a las propias niñas (muchas de las cuales sufrían graves abusos) cuál era su percepción sobre el origen de las situaciones de maltrato. Sus respuestas nos encaminaron a reconocer prácticas de discriminación temprana, aparentemente inofensivas, que comenzaban a sufrir desde muy niñas tales como el uso sistemático de apodos, las muestras de desprecio público de los adultos, la marginación en los lugares de juego o la reclusión en espacios domésticos y de cuidado.

Desde luego, la escuela también puede ser un lugar en el que experimentar la violencia y consolidar la agresión pero, al mismo tiempo, puede suponer un lugar privilegiado para la transformación de estas realidades. Un espacio de aprendizaje que ayude a despertar la conciencia de niños, niñas y de los adultos.

Para ello, las organizaciones debemos estar comprometidas con el “hacer“, pero también debemos estar preparadas para escuchar y advertir las soluciones que los propios niños y niñas quieran indicarnos. Construir propuestas para que puedan expresarse sin miedo, con libertad, con autoestima y estima por los demás, cuidar y proteger a una infancia que en el futuro, no puedan ni imaginar que hubo un tiempo en el que se pagaba menos por alumbrar a una niña.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/10/10/planeta_futuro/1539190309_809411.html

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La iniciativa de Asos para ayudar a las niñas de Kenia con su menstruación

África/Kenia/30 Agosto 2018/Fuente: La Vanguardia

Una joven pierde una media de 18 semanas de estudio al año a causa del periodo menstrual

A principios de este año, Asos anunció que destinaría grandes esfuerzos para convertirse en una marca mucho más sostenible y socialmente comprometida. Un aspecto que preocupa cada vez más al consumidor, cada vez más concienciado de la importancia de cuidar el planeta y a sus personas.

El continente africano ha servido en innumerables ocasiones como fuente de inspiración, pero rara vez ha recibido una compensación o una muestra de afecto de vuelta. A menudo las colecciones que sacan las marcas no son más que prendas estigmatizadas plagadas de clichés tribales y de estereotipos banales. Además de los diseñadores y artesanos locales africanos, que rara vez tienen un lugar en los calendarios de las fashion weeks.

Una vez sacado el problema a la luz, muchas marcas se han quejado que esta oleada de denuncias por supuestas “apropiaciones culturales” no hacen otra cosa que bloquear la creatividad e inspiración de los diseñadores. Pero, por fortuna, no todas las firmas opinan igual. Aquí es donde entra Asos con su proyecto junto a SOKO Community Trust, en Kenia, llamado “The Kujuwa Initiative”.

Asos x Made in Kenya.

Asos x Made in Kenya. (Asos)

Esta iniciativa tiene que ver con cómo afecta la menstruación a las niñas de Kenia. Las cifras del Ministerio de Educación de Kenia revelan que una joven en la escuela primaria pierde 18 semanas del total de 108 semanas de estudio en el año por tener la menstruación.

¿Las razones? Los estudios estiman que un 61% de las jóvenes faltan a la escuela debido a la ausencia de instalaciones para la higiene relacionada con la menstruación. El gran coste de los productos sanitarios y compresas provocan que las niñas se queden en casa para evitar que la ropa se les manche con sangre en público.

Un 61% de las jóvenes faltan a la escuela debido a la ausencia de instalaciones para la higiene relacionada con la menstruación

Es por ello que parte de la misión de la iniciativa de Asos consiste en apoyar a las mujeres jóvenes proporcionándoles kits menstruales. Estos contienen dos pares de braguitas de algodón, dos toallas higiénicas reutilizables hechas de restos de tela, forros extraíbles, que pueden llegar a durar hasta tres años, una pastilla de jabón y una bolsa de lavado impermeable.

Asos x Made in Kenya.

Asos x Made in Kenya. (Asos)

Facilitar compresas a las jóvenes que puedan lavar y reutilizar tendrá un gran impacto en su educación, explica Asos en un comunicado. Un total de 900 niñas de seis escuelas del país recibirán estos kits, que a su vez les permitirá ir a la escuela de forma más regular y evitar perder clases durante sus periodos.

Esta iniciativa, creada con el único propósito de apoyar a las mujeres jóvenes de la región de Kasigua, en Kenia, ha surgido a raíz del lanzamiento de la colección Asos x Made in Kenya, diseñada junto a la presentadora de radio y DJ de Beats 1, Julie Adenuga. La ropa fue diseñada por el equipo de Asos en Londres y fabricada en Rukinga, Kenia. Además, es la primera colección unisex del minorista.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/de-moda/feminismo/20180828/451521635306/asos-made-in-kenya-menstruacion.html

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Una escuela india encierra en el sótano a niñas de 5 años en demanda de pago a sus padres

Asia/India/12 Julio 2018/Fuente: RT

La Policía investiga a los directivos de una escuela en Nueva Delhi, acusados de tomar como rehenes a un grupo de niñas de cinco años para que sus padres pagaran sus deudas con ese centro docente.

Según medios locales, fueron 16 las niñas que presuntamente pasaron hasta cinco horas encerradas en el sótano de la escuela feminina Rabea.

«Encontré a mi hija sentada sobre el suelo del sótano escolar, junto con otras, en lágrimas«, dijo a New Indian Express uno de los padres, de nombre Imran.

«Cuando les preguntamos a los maestros por qué las habían enviado al sótano, dijeron que las autoridades se lo ordenaron porque no habían recibido los pagos por estas alumnas», precisó.

Otro padre, Zia-Ud-Din, dijo que algunas de las menores fueron retenidas aunque sus deudas habían sido pagadas.

«Las niñas tenían sed y estaban sufriendo de calor. La Policía nos ayudó. Incluso después de que mostré las pruebas del pago, la directora no se disculpó ni arrepintió de lo sucedido», afirmó.

La directora, Farah Diba, rechaza las acusaciones y alega que el sótano es el lugar de juegos para las niñas. «Normalmente se encuentran sentadas allí, pero el ventilador estaba en reparación aquel día», señaló a la agencia ANI.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/281061-escuela-india-cerrar-sotano-ninas-demandar-pago-padres

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Tanzania: Frenar agresiones sexuales con una bicicleta

Autor: Pablo L. Orosa/El País

Un programa de préstamos de transporte a pedales en Tanzania se ha convertido en una herramienta eficaz para evitar el abandono escolar y prevenir los abusos

A Anastasia Chikoti le quedaba demasiado lejos la escuela de Mwitikira. A una hora y media de distancia. Demasiado tiempo para desear no volver nunca y para que alguien la agrediese por el camino. En Tanzania, el 11% de las niñas de entre 15 y 19 años han sido forzadas sexualmente. Desde que hace un año le entregaron una bicicleta, a Anastasia el futuro ya no le queda tan lejos. «Quiero estudiar. O ser soldado». Ya no piensa en dejar el colegio. Cada vez menos en que alguien la pueda violar.

“Nuestro principal objetivo es evitar el abandono escolar, especialmente entre las jóvenes que tienen que recorrer largas distancias para asistir a clase cada día; la mayoría de ellas acaba por no volver”, relata Eileen Mwalongo, una de las responsables de Msichana Initiative. «Pero nos dimos cuenta de que ese proyecto podía ayudar también en la lucha contra la violencia sexual: las niñas aquí siguen siendo muy vulnerables a las violaciones».

La idea es sencilla: poner a disposición de las alumnas que residen más lejos una bicicleta con la que desplazarse. Desde el pasado diciembre cuentan con diez unidades. Aún es pronto para que los resultados se traduzcan en estadísticas de menor abandono escolar, pero los indicadores cualitativos son esperanzadores: «El programa les está ayudando mucho. Tienen más energía para atender a las clases», asegura el profesor Mkumbo, jefe de estudios de Mwitikira.

El 11% de las niñas de entre 15 y 19 años en Tanzania han sido forzadas sexualmente, según Unicef

«Yo me siento mejor, tengo más fuerza», corrobora Jema. Su aldea, un pequeño poblado de labradores en plena llanura de Dodoma, está a algo más de cuatro kilómetros de la escuela. «Antes tardaba mucho tiempo en llegar, más de un hora, ahora apenas 15 minutos». La carretera sigue siendo pedregosa, polvorienta en verano y resbaladiza cuando alivia la lluvia, pero los kilómetros avanzan siempre veloces sobre dos ruedas. «Me siento cómoda con la bicicleta, me ayuda mucho. Antes tenía que levantarme muy pronto y venir caminando, por lo que después estaba muy cansada para atender». En las últimas semanas, sus calificaciones están mejorando. «Lleva mejor los estudios», es ahora el profesor Mkumbo quien corrobora. Jema sonríe mientras lo escucha. Mientras tenga su nuevo medio de transporte podrá seguir soñando con ser enfermera. Quién sabe, quizá incluso doctora.

El transporte, la nueva barrera contra la educación

En Tanzania, apenas el 52% de los adolescentes accede a la educación secundaria —más de 1,5 millones de jóvenes fuera del sistema educativo— y buena parte de los que lo hacen no completan sus estudios: en el caso de las mujeres, según las cifras del Banco Mundial, menos de un tercio de las matriculadas obtienen el título de secundaria.

Hasta hace tres años, los costes económicos, alrededor de 100.000 chelines tanzanos anuales (unos 36 euros), eran esgrimidos como principal freno. Tras la llegada al poder del controvertido John Magufuli, el Gobierno ha extendido la gratuidad a todos los cursos de educación básica. “Cuando digo gratuita, quiero decir completamente gratuita”, declaró el mandatario en alusión a las tasas o contribuciones parentales habituales en el país para hacer frente a reparaciones en la escuela, compra de libros o hasta el pago de salarios a los profesores y que suponen un gasto extra de 20.000 chelines (algo más de siete euros) por alumno.

Desde que cuenta con la bicicleta, Jema recorre los cuatro kilómetros que separan su aldea de la escuela en apenas 15 minutos dos veces al día.
Desde que cuenta con la bicicleta, Jema recorre los cuatro kilómetros que separan su aldea de la escuela en apenas 15 minutos dos veces al día. PABLO L. OROSA

A principios de 2016, el ministerio de Educación envió una carta a los centros escolares instándolos a no cobrar más esas tasas, al tiempo que se comprometió a aumentar la inversión en educación —actualmente supone el 22% del presupuesto nacional— para que, en un cumplimiento de su agenda de desarrollo, la totalidad del sistema educativo sea gratuito en 2030.

Lo que no aborda el ideario marcado por Magufuli es el problema del transporte, una de las barreras que sigue alejando a muchos estudiantes de la escuela. Con distancias por encima de los diez kilómetros a recorrer a pie, a muchos alumnos les resulta muy difícil llegar, y cuando lo hacen es a menudo tarde, lo que conlleva reprimendas e incluso castigos físicos: según el African Child Policy Forum, el 78% de las chicas y el 67% de los chicos han sido golpeados o pateados en más de cinco ocasiones por sus profesores. Esto hace que opten por quedarse en hostales o pensiones próximas, lo que dispara el coste para las familias, muchas de ellas con ingresos inferiores al dólar diario. A la postre, esto se convierte en una razón más para justificar el abandono escolar.

“Los retrasos frecuentes terminan convirtiéndose en castigos por parte de los maestros. En mi opinión, otra medida que puede ayudar a reducir el abandono entre las jóvenes es la construcción de albergues donde puedan comer y tener acceso a los recursos necesarios”, subraya Eileen Mwalongo. En la escuela de Mwitikira están comprometidos con esta forma distinta de hacer las cosas. Aquí, a las 10.35 y a las 14.00 se detienen las clases para comer. Porridge —papilla de avena— o frijoles. La mayor dificultad, señala el jefe de estudios, está en el agua: “Esta zona está muy afectada por la sequía y tenemos que recorrer medio kilómetro para aprovisionarnos de la necesaria para cocinar”.

Menos de un tercio de las jóvenes que se matriculan en secundaria completan su formación según el Banco Mundial

Son conscientes de que una buena alimentación y un transporte adecuado son las claves para afrontar el tercer reto al que se enfrenta la educación en Tanzania: su baja calidad. En el país, que ocupa el puesto 159 de 187 en el índice educativo de la ONU, los estudiantes de cuarto curso no son capaces de comprender un párrafo completo.

Para el profesor Mkumbo, la falta de materiales adaptados a la educación infantil, el estado de las instalaciones —muchas sin luz— y el cansancio con el que muchos alumnos acuden a clase están detrás de estos malos resultados académicos. “Desde que no tienen que caminar esas largas distancias su rendimiento escolar es muy superior. Y esto ayuda a que haya menos abandonos”, glosa el responsable de estudios de Mwitikira. “Yo antes estaba siempre agotada”, insiste Anastasia. Ahora, aunque se canse quiere seguir estudiando.

Contra la violencia sexual

Las bicicletas de Veice, de Beatrice, de Elizabeth, de Jema, de otra Elizabeth, de Joyce, de Judith, de una tercera Elizabeth, de Ezeleda y de Anastasia se refugian del sol violento de estas latitudes bajo la sombra del árbol más cercano a la clase. Durante el curso, están siempre a disposición de estas diez alumnas, las que más lejos viven de la escuela. Para ir al médico. A comprar el fin de semana. Para venir a la escuela. “También les ayuda para evitar las agresiones sexuales. Las protege de los hooligans”, subraya el profesor Mkumbo.

En un país donde el 30% de las jóvenes ya ha sufrido algún tipo de agresión al cumplir los 18 años, contar con una bicicleta puede marcar la diferencia. “Hace que nos sintamos más seguras”, dice Anastasia, la más fuerte de sus compañeras, la que toma siempre la palabra. Sin agresiones, las niñas pueden seguir siendo niñas por más tiempo poniendo freno a un modelo que lleva a que el 5% de ellas se casen antes de los 15 y un 31% antes de los 18.

Las diez alumnas becadas pueden disponer de la bicicleta durante todo el curso

«El matrimonio infantil tiene un impacto directo en la educación de las niñas: el 97% de las jóvenes casadas en edad de educación secundaria están fuera de la escuela, frente al 50% de las que no están casadas», señala un informe de Human Rights Watch. No solo son sus propias familias quienes las obligan a dejar los estudios; el propio Gobierno mantiene una polémica normativa para expulsar a las jóvenes casadas o embarazadas, lo que en un entorno donde una de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 19 años es madresupone sacar a miles de alumnas del sistema educativo cada año.

El reto, prosigue Eileen Mwalongo, es transformar el trato como «personas de segunda categoría que reciben las adolescentes en muchas sociedades africanas», «negándoles sus derechos básicos a la educación» y conduciéndolas hacia un matrimonio en régimen de dependencia económica. Una simple bicicleta puede servir para empezar a cambiarlo todo.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/06/11/planeta_futuro/1528710731_213536.html

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Video: El libro de Tere. Vínculos y crianza respetuosa, prevención de la violencia sexual en niñas

Video: “El Libro de Tere”. Excelente herramienta audiovisual para la prevención del abuso sexual. Video de la campaña «Protégeme». Creado y escrito por Xiomara Campos. Ilustrado y diseñado por Tritón imagen & comunicaciones.

https://www.facebook.com/psmarianagomes/videos/769515563229263/

 

Fuente: http://www.educacionyculturaaz.com/…/el-libro-de-tere-una-c…

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