El presente libro es una síntesis de las muchas inmersiones al aula hospitalaria y del apoyo pedagógico incondicional que he entregado a mis Educandos durante los 15 años de Investigación acción participación e Investigación acción reflexión, también de las experiencias como Pedagoga Hospitalaria y formadora de formadores; educandos y docentes con quienes he tenido la oportunidad de compartir mi vida desde la emoción y la cognición.
He acometido este compromiso con mucho amor para satisfacer las necesidades socio-educativas de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y personas de la tercera edad que se encuentran en procesos de escolarización o que sin encontrarse, su mayor deseo es que se les otorgue el derecho a la educación en contextos áulicos hospitalarios, buscando revivir su pérdida condición como educandos al asumir su condición como pacientes.
Más esto no es lo importante; lo que importa es el propósito de esas inmersiones pedagógicas, modificando la estructura cognitiva de quién enseña y de quién aprende, que como propósito busca cumplir con los parámetros administrativos y legales de la Educación Inclusiva para la Inclusión Educativa y Social, rompiendo barreras para el aprendizaje y la participación en atención a la diversidad.
Que ha de cumplirse desde un proceso pedagógico estructurado dentro de los estándares de la educación formal, buscando preparar más desde el corazón y la razón, que de la memoria y la instrucción; en orden a los principios, valores y aspectos espirituales que forman al ser, como humano.
Y a fe que lo hemos logrado este propósito, entre todos los Pedagogos Hospitalarios y aquellos profesionales de la salud que han creído firmemente en este proyecto pedagógico, pues de lo contrario no existirían hoy instituciones de carácter distrital implementando el proceso, a quienes con orgullo asesore en un momento determinado.
Para descargar el libro: http://www.ped-salud.org/wp-content/uploads/2014/08/LIBRO-PEDAGOGIA-HOSPITALARIA-Lina-Florez.pdf
Fuente de la reseña:http://www.ped-salud.org/pedagogia-hospitalaria-y-de-la-salud-hacia-la-concrecion-de-la-inclusion-educativa/
Fuente de la imagen:http://www.redem.org/wp-content/uploads/2016/04/caratula-libro-PHS-lina-florez-251×300.jpg
(Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI)
Dra. María Guadalupe Barradas Guevara
(SEIS DE SEIS PARTES)
Llegados a esta parte, y conocedores de esta propuesta teórica, no me queda otra casa más que describir la fundamentación teórica de la Pedagogía Maldita, la cual intenta focalizar la reunión de los datos obtenidos basada en una reflexión histórica-política-cultural en relación a las acciones de los hombres, manifestadas y diseñadas desde estructuras educativas que no siempre reflejan una visión humanista, sino todo lo contrario, la construcción de un hombre imperfecto, vacío, superfluo y en muchas ocasiones, violento y egoísta.
En todas y cada una de las épocas, de las culturas siempre ha existido una construcción ideológica, en donde el hombre siempre es entendido como un ser condicionado por su naturaleza dicotómica general. Hombres entre dos polos:
lo bueno lo malo,
carne espíritu,
libertad sumisión
error verdad
felices infelices
racionales pasionales …
Los cuales remiten a culturas que tratando de cambiar sus condiciones, su naturaleza, su origen a través de ámbitos, ya sean formales o informales, pero que siempre recaen en estrategias que aluden a la capacitación, instrucción, purificación e incluso a la educación. Larroyo en su libro de Historia comparada de la educación en México nos dice:
La educación de cada época y lugar es una característica manifestación de un estilo de vida; pertenece por necesidad a cierta unidad histórico-cultural. La unidad histórica es un conjunto de sucesos orgánicamente enlazados, un tejido compacto de quehaceres sociales, grupos de hechos que exhiben a primera vista una íntima trabazón genética. En ella se funda la división orgánica de la historia (1947: 38).
Por lo tanto, sin saberlo, desde hace siglos hemos estados determinados por la Pedagogía Maldita, una pedagogía al servicio de la destrucción entre los hombres, de la marginación de los pueblos y del conformismo e indiferencia universal.
Al hablar de la Pedagogía Maldita nos estamos refiriendo a un aprendizaje basado en el conductismo, el cual parte de la concepción de John B. Watson:
Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger -médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón- prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados (2009, p. 82).
A través de esta premisa, se puede observar, cómo esta teoría no tiene únicamente como objetivo entender la conducta humana, sino predecirla y controlarla, convirtiéndose en un proceso manipulador, que despoja al hombre de toda responsabilidad, de su dignidad, de su libertad, reduciéndole al máximo su ser para moldearlo al antojo del sistema en el que vive. Aunque esta perspectiva fue superada, pero no descartada, Skinner establece lo que se llama “condicionamiento operante”, el cual es entendido como una forma de aprendizaje, a través del cual los estudiantes tienen más probabilidades de repetir conductas deseadas y evitar las no deseadas. Por lo que para la Pedagogía Maldita, este sea uno de sus objetivos: “Predecir y controlar el comportamiento de los individuos” (Skinner 2009, p. 66).
Este tipo de condicionamiento operante, en la Pedagogía Maldita, parte de la construcción de un tipo de sociedad, por lo que su acercamiento educativo consiste en determinar el tipo de individuos específicos en función a su contexto, religión o sociedad, por lo que remiten a conductas terminales, en términos de lo que los estudiantes deben hacer. Para ello, los objetivos pretenden ser enunciaciones claras, que buscan la instrucción específica y disciplinaria dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, en donde el rol de los alumnos tiene características propias de una educación tradicional: pasivos, receptivos, disciplinados, memorísticos, obedientes, competentes…
Es importante mencionar que, aunque las escuelas bajo influencia de la Pedagogía Maldita, tienen algunas dimensiones parecidas a otras pedagogías que trabajan por el desarrollo y el carácter humano de las personas, éstas son utilizadas para diferentes fines (como se observa en la figura), lo cual siempre está en función del tipo de sociedad que se quiere, dependiendo de una subjetividad histórica y hasta a veces primitiva que siempre se muestra por la sinrazón subjetiva de éstas.
Luego entonces, ¿cuáles son los procedimientos o estrategias utilizados en esta pedagogía para la obtención de respuestas o comportamientos deseados? Para contestar a esto, debemos recordar loa artículos anteriores, que nos dan una visión general de la historia de las culturas y de las acciones de los hombres, hombres instruidos y capacitados para el desarrollo de competencias o habilidades que le permitan fijar su rumbo en la construcción de un ideal social, determinado por un tipo de cultura-política-religiosa-económica que genera hombres obedientes, sumisos y carentes de sí mismos, en espera de las órdenes de los demás. Como hemos podido observar, en el corazón de nuestras culturas está siempre el culto a las deidades, a las guerras, manifestando una expresión sofisticada o atenuada en la rivalidad laboral; teniendo entre algunas estrategias didácticas las siguientes:
La sugestión mental, a través de técnicas persuasivas que buscan eliminar toda actividad o capacidad crítica de una persona, es decir, la capacidad de juzgar e incluso de rehusar a seguir órdenes.
La manipulación emocional, fundamentada en un entrenamiento y disciplina que puede partir de dos premisas:
a. La instrucción basada en el castigo, el miedo, y en algunas ocasiones el aislamiento de los estudiantes, lo cual provoca la disminución y el aumento de conductas a través de estímulos aversivos, reforzando acciones deseadas.
b. El refuerzo positivo, el cual aumenta conductas a través de palabras positivas o argumentaciones que justifican diferentes acciones.
La fijación de objetivos específicos y la complicidad de la escuela que trabaja a favor del Estado o de los grupos que están en el poder.
Atento lector: aunque no todo está dicho, considero que estas reflexiones muestran el fracaso de la educación. Sin ser pesimista cito las palabras de Rugarcía;
«Hablar de pedagogía y educación es hasta cierto punto inútil si antes no se trasciende como apunta Latapí: A pesar de los esfuerzos que se han hecho, aún no sabemos cómo hacer mejores seres humanos. Y a su vez este juicio es imposible de trascender sin antes responder e integrar las respuestas a dos preguntas relacionadas: ¿Qué somos en realidad los seres humanos-concretos o reales y cómo mejorar (educar) eso que todo somos? (2013).»
Si bien, estas preguntas no tienen una respuesta concreta o específica, nosotros los docentes debemos de buscar formas de reflexión que nos lleven al mejoramiento del ser humano, a no apostar por una Pedagogía Maldita que en lugar de sacar lo mejor de nosotros oscila por una dicotomía de extremos que desorienta nuestro rumbo y que obtiene resultados como los que hoy en día padecemos: sociedades administradas por la ignorancia; por la sinrazón egoísta y mediocre de lo superfluo; fundamentadas en la opresión y que apuestan siempre por la destrucción.
FIN DEL ARTÍCULO
Referencias
Forment Giralt, Eudaldo (1983). Ser y persona. Barcelona, España. Ediciones de la Universidad de Barcelona. Recuperado de: https://books.google.com.mx/books?id=eg7HC_nPoQUC&pg=PA15&lpg=PA15&dq=%E2%80%9Cpersona+est+naturae+rationalis+individua+substantia%E2%80%9D&source=bl&ots=AvGdE0MjFU&sig=Lqu6jmKZAy0fn1KZ6n5zhaaHbaw&hl=es&sa=X&ei=CsgqVb6cMoaksAXHmIGYDw&ved=0CB0Q6AEwAA#v=onepage&q=%E2%80%9Cpersona%20est%20naturae%20rationalis%20individua%20substantia%E2%80%9D&f=false
Larroyo Francisco. (1947). Historia comparada de la educación en México. México: Editorial Porrúa. Recuperado de: https://archive.org/stream/historiacomparad00larr#page/n39/mode/2up
Rugarcía Torres, Armando. (2013). El desarrollo integral de sujeto vía el método trascendental. México: Universidad Iberoamericana Puebla.
Skinner, (2012). El condicionamiento operante. Capítulo 3. Recuperado de: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2012/Teo-Apra/3.pdf
Watson, John Broadus. (2009). Behaviorisms. USA. Transaction Publishers. Recuperado de: http://books.google.es/books?id=PhnCSSy0UWQC&printsec=frontcover&dq=john+b+watson+behaviorism&hl=en&sa=X&ei=l524UsmpNY2M7Aaz7oD4Dg&redir_esc=y#v=snippet&q=%22give%20me%20a%20dozen%20healthy%20infants%22%20john%20b%20watson%20behaviorism&f=false
Por: Flavio de Jesús Castillo Silva
doctor.flaviocastillo@gmail.com
México
Resumen
En varias escuelas normales de México, donde forman al futuro Licenciado en Educación Básica, quienes en algún momento podrán estar frente a grupo de estudiantes de cualquier año de la educación primaria (ciclo básico), tienen en común los docentes como estrategia didáctica el hecho de tratar a sus estudiantes como si fueran los niños con los que éstos al egresar interactuarán en algún momento. Significa que existe un porcentaje considerable de infantilización de la formación del pedagogo.
Abstract
In several normal schools in Mexico, where they form the Graduate future in Basic Education, who at some point will be in front of group of students in any year of primary education (basic cycle), have in common teachers as a teaching strategy the fact treat students as if they were the children with whom they interact to graduate at some point. It means that there is a considerable percentage of childishness of teacher training.
Keywords
Pedagogy, Andragogy, training process, childishness.
Introducción
Los estudiantes de las Licenciaturas en Educación Preescolar y de Educación Primaria – a quienes denominaré en este artículo como pedagogos – en algunas escuelas normales de México ingresan prácticamente a los 18 años al igual que otros jóvenes en otras áreas de conocimiento a lo largo y ancho del país. la formación de estos futuros profesores consta de ocho semestres o cuatro años (ciclos), su campo de acción al término de su carrera será integrarse al sistema educativo frente a grupo, en el caso de los Licenciados en Educación Preescolar (o educadoras como las conocemos generalmente y generalmente son mujeres quien estudia en este nivel educativo) en cualquiera de los tres años en el nivel preescolar, en cualquier jardín de niños tanto públicos (la gran mayoría de los licenciados) como particulares en el país, para el caso de los Licenciados en Educación Primaria, estos se incorporarán a las escuelas primarias públicas y privadas del país.
Durante su formación, las actividades diseñadas por sus facilitadores tienden a hacerlos sentir como si ellos fueran los escolares con los que irán a tratar cuando egresen, bajo el argumento que deben contextualizarse a su futuro campo de acción, los ponen a realizar actividades didácticas simulando al niño que tendrán en el aula y entonces, el pedagogo llega en su momento a conocer por vivencias propias a sus estudiantes dejando en un segundo plano la preparación docente, por lo que al incorporarse al ejercicio docente repetirá las mismas prácticas vividas durante su formación profesional, denotando deficiencias por no tener sustentos teóricos que le dicten hacia dónde dirigir su práctica docente.
La Pedagogía conduce las acciones a desarrollar en preescolar y educación primaria, en donde el profesor se erige como un mediador entre la generación adulta y la nueva generación, el proceso educativo es vertical ya que el profesor sabe qué estudiar y qué hacer y los estudiantes reciben las indicaciones directas de él. El proceso de Enseñanza-Aprendizaje (PEA) sucede con énfasis más en el proceso de enseñanza que el de aprendizaje.
Los estudiantes se vuelven diestros en recibir órdenes y ejecutarlas, pocos promueven el desarrollo básico de las operaciones mentales como: observación, comparación, clasificar, definir, abstraer, análisis, síntesis, inducción y deducción, entre otras.
Ante este panorama, el pedagogo en formación aprenderá las actividades usadas por sus facilitadores, recreando en cada clase situaciones netamente pedagógicas, sin embargo, el pedagogo que está en proceso formativo es al final de cuentas un adulto en cualquier momento de su ciclo vital, ergo, sus cursos debiesen ser atendidos desde la Andragogía, llego a esa idea debido a que siendo la Pedagogía la ciencia que atiende a los niños en situación de aprendizaje, los pedagogos en formación debiesen utilizar la Pedagogía para las prácticas con poblaciones similares a las que atenderá cuando estén frente a grupo en una escuela primaria o preescolar de acuerdo a su licenciatura, pero lo que es indiscutible es que ellos, como adultos que son, su proceso debiese ser de manera andragógica.
Para Knowles citado por Adam (1977), “la diferencia fundamental entre el niño y el adulto está referida al concepto de sí mismo; la personalidad de aquél es un apéndice de éste y toda la conducta del niño gira alrededor de la vida del adulto” (p. 26), por lo que, si los estudiantes de Licenciatura en Educación Preescolar y de Educación Primaria son adultos jóvenes, la ciencia de educación para atenderlos es por consecuencia la Andragogía aunque los contenidos de sus asignaturas tengan que ver con Pedagogía, por lo que según Adam (1987), los principios andragógicos de horizontalidad y participación se aplican sin problema alguno.
En esta representación se aprecian los dos momentos que un pedagogo en su formación debiese tener, en la situación de su aprendizaje y en otro momento que pueden ser prácticas o ya su vida laboral, andragógico y pedagógico respectivamente, en otras palabras, “…el acto pedagógico está centrado en el maestro, por cuanto es el poseedor del conocimiento y experiencia, en cambio, el acto andragógico el centro de los aprendizajes es el educando o participante en cualquier nivel del sistema educativo” (Adam, 1987, p. 22).
¿Qué ventajas traería a las escuelas normales utilizar la Andragogía para formar a los futuros pedagogos?, en primer lugar, se reconocería en capacidades y cualidades al ser humano que está en formación, eso significa, que ya no serían válidos los tratos infantiloides al pedagogo en formación, por ello se considerarían cuatro factores importantes en el proceso de aprendizaje andragógico: (a) autenticidad, (b) respeto mutuo, (c) comportamiento ético y (d) factor empático (Adam, 1987).
Esto tendría como implicación en el resignificado del participante:
Altos niveles de responsabilidad durante el proceso de aprendizaje.
Énfasis en la creatividad y criticidad objetiva.
Apertura sostenida hacia los procesos de innovación y cambios.
Utilización de la auto-evaluación para estimular el crecimiento personal.
Reconocimiento al crecimiento individual como vía para afianzar los logros personales.
Aceptar la co-evaluación como un proceso de retroalimentación permanente y altamente participativo.
Énfasis en la producción continua de trabajos de investigación significativa (Adam, 1987, p. 38).
El re-encuentro entre un andragogo facilitador con sus participantes – adultos jóvenes en su mayoría -, fortalecería definitivamente el proceso de aprendizaje de dichos participantes, en donde a éste le quedaría claro cuándo está presente la Andragogía y cuando haría uso de la Pedagogía.
Conclusiones
Aunque pareciera inicialmente un tanto atrevido hacer la reflexión si al pedagogo se le forma con Pedagogía o Andragogía, partiendo de un análisis desapegado a la situación y contenidos, queda claro que la Andragogía promovería mejores procesos de aprendizaje con los participantes por todo lo que conlleva el uso de ésta, en cambio, continuar formando a los pedagogos utilizando la Pedagogía sería continuar manteniendo una tradición de formación infantilizada del adulto, hecho que no debiese ser de peso específico para mantenerlo en el aula.
Referencias
Adam, F. (1987). Andragogía y docencia universitaria. Caracas: FIDEA.
Adam, F. (1977). Andragogía. Ciencia de la educación de adultos. Segunda edición. Caracas: Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez.
Artículo enviado por su autor a la redacción de OVE
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Familias llegaban a su consulta preguntándose qué les pasaba a su hijos, por qué debían ir al psicólogo. Y se lo contaban al pediatra Javier Berché porque es con quien tenían más confianza. Lo que estos niños tenían, y tienen, es simplemente, hambre de saber, pero no siempre es fácil detectarlo. Alrededor del 1,5 % de estudiantes tiene altas capacidades intelectuales que no han sido detectadas, lo que puede acabar en frustración, fracaso escolar o incluso, depresión. El pediatra Javier Berché recibía en los años 80 a familias angustiadas y empezó a estudiar neurología y psicología. «Vi que la psicología y pedagogía tenían un problema en este país, y que el más grave era el de los superdotados», explicó Berché ayer en Valencia. El pediatra creó su primera fundación en 1986, ha escrito tres libros, y desde 2011 trabaja con la Fundación privada Javier Berché, ofreciendo detección y actividades extraescolares y complementarias a los pequeños que destacan por su talento. Ayer se puso en marcha la delegación de su fundación en Valencia, en las instalaciones de una academia cerca del campus de Tarongers, donde conversó con los padres y algunos estudiantes realizaron varias pruebas y un taller de robótica. Esta se suma a las delegaciones que ya existen en País Vasco, Asturias y las actividades que se realizan en Barcelona.
La mayoría de estos chicos y chicas se vuelcan por las áreas cientificotécnicas, no porque tengan una especial predilección, sino por el entorno, asegura el pediatra. «Hoy en día hay dominancia en áreas cientificotécnicas porque está de moda», asegura, ya que la neurona «nace para ser cualquier cosa y es el ambiente lo que influye», añade.
La manera de ayudarles es, además de la detección temprana, ofreciéndoles actividades extraescolares o clases de enriquecimiento que amplien los conocimientos de aquello que les motiva.
En las aulas, la solución pasa por cambiar los programas. «Con el sistema actual no habrá más niños superdotados, sino más aburridos», explica Berché. En su opinión, es necesaria la diversificación curricular que está funcionando en otros países como Estados Unidos, Canadá, Japón… «Aquí tenemos tres sistemas (científico, social y artes) y allí tienen 40 o 50 para escoger», apostilla.
Yaqueline Echevarría, de Petrer, afirma estar viviendo un «calvario». Su hijo de quince años tiene una gran creatividad que plasma en cuadros al óleo, se interesa por cualquier documental y por la cura del sida, entre otras cuestiones. No obstante, los resultados académicos no son buenos, lo que desde pequeño se atribuyó a un problema de conducta por el que, incluso, le llegaron a recetar medicación.
«Tiene aburrimiento total, está cansado de los deberes, las normas y cosas que no entiende», explica esta madre que está en una batalla constante para que su centro educativo reconozca las altas capacidades de su hijo, quien «solo quiere aprender de otra forma».
La otra cara es la de Luis Piqueras, un joven de Sagunt de 19 años que estudia ingeniería aeroespacial en la Universitat Politècnica de València (UPV). «Siempre desde pequeño dije que quería ser ingeniero, no futbolista», asegura este joven y buen estudiante. Le costó decidir donde cursar la carrera, pero al final eligió la UPV «por arraigo y porque me pareció una buena universidad». No obstante, reconoce estar siempre pensando cuando se va a tener que ir al extranjero, lo que ve «bastante probable». Él pide que el sistema educativo «no sea tan pasivo», orientación para que no se desaprovechen capacidades y que se intente animar «a los de abajo para que lleguen más arriba».
Con motivo del 19° aniversario de la muerte de Paulo Freire, en esta oportunidad te invitamos a conocer el método de alfabetización propuesto por este reconocido pedagogo y educador brasileño.
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Considerado una figura referente en área de la enseñanza, Freire impulsó su propio método de alfabetización, el cual influyó las renovaciones pedagógicas que tuvieron lugar en América Latina, África y Europa durante la segunda mitad del siglo XX. Su propuesta consistió en la promoción de una educación humanista y la transformación total de la sociedad, a través de la liberación del individuo y el desarrollo de su conciencia crítica.
Descubrí los estudios de posgrado en Educación que ofrecen las universidades argentinas
Paulo Reglus Neves Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en Recife, capital del estado de Pernambuco. Estudió filosofía y psicología del lenguaje en la Facultad de Derecho de la Universidad de Recife y en 1959 se doctoró en Filosofía e Historia de la Educación con la tesis “Educación y actualidad brasileña”, documento que sentó las bases de su método.
Apoyado en los principios de diálogo e independencia, el método Freiriano se opone al sistema unidireccional de educación, concebido como un instrumento de opresión, y propone el establecimiento de un nuevo vínculo entre los profesores y sus alumnos.
De acuerdo con lo expuesto en su libro “Pedagogía del oprimido” (1968), existen dos tipos de educación, la domesticadora y libertadora, las cuales se contraponen de forma directa.
La primera, también llamada “Educación Bancaria”, posiciona al docente como figura central del proceso de enseñanza. Bajo esta lógica, el educador posee el monopolio del conocimiento y es responsable de imponer el saber al educando, en tanto estos últimos adoptan una posición pasiva y se limitan a practicar la memorización mecánica cómo método de estudio. “El educador es el que sabe, los educandos los que no saben; el educador es el que piensa, los educandos los objetos pensados; el educador es el que habla, los educandos los que escuchan dócilmente”, señaló Freire al respecto.
La segunda, también conocida como “Educación Problematizadora”, fue elaborada por Freire como una alternativa a la primera, con el cometido de eliminar la dicotomía entre educadores y educandos, destruir la pasividad de estos últimos y estimularlos a transformar su realidad. En este contexto, el dialogo cobra una gran importancia, ya que funciona como instrumento de liberación y construcción de la conciencia crítica de los alumnos, transformándolos en creadores y sujetos de su propia historia.
El método de enseñanza de la alfabetización que propone Paulo Freire comprende tres fases.
1. La primera, denominada “estudiar el contexto”, consiste en determinar y registrar el vocabulario utilizado en el medio cultural de los educandos.
2. La segunda consiste en seleccionar palabras “generadoras” o “generativas” de entre el vocabulario descubierto. Es decir, aquellas que poseen mayor contenido emocional, y que además, son capaces de generar otras.
3. La tercera, el proceso real de alfabetización, abarca tres sub fases. En primer lugar, las sesiones de motivación, que tienen el propósito de estimular debates entre los educandos acerca de las situaciones y problemáticas que atraviesan. Luego, el desarrollo de materiales de aprendizaje, como por ejemplo láminas y diapositivas, que descompongan las palabras “generadoras” en sílabas o ilustren situaciones donde estas intervengan. Y por último, la decodificación, que consiste en que los educandos promuevan nuevas combinaciones a partir de las palabras “generadoras” y estudian la relación entre estas y la realidad que significan.
¿Te gustaría conocer más? A continuación, incluimos el documental “Paulo Freire contemporáneo” (Toni Venturi, 2006), el cual incluye fotos, imágenes y fragmentos de entrevistas a Freire, además del testimonios de sus hijos y otros pedagogos. ¡Miralo!
Asimismo, te sugerimos el video “Paulo Freire: Educar al oprimido”, el cual forma parte de la miniserie «Maestros de América Latina”, producida por el Canal Encuentro.
A 19 años de la partida física del educador brasileño Paulo Freire, su pensamiento pedagógico continúa vigente.
En palabras de Paulo Freire la educación «es un proceso de conocimiento, formación política, manifestación ética, búsqueda de belleza, capacitación científica y técnica».
Freire es reconocido como uno de los pedagogos más influyentes de América Latina. Promovió una educación humanista dirigida a integrar al individuo a la realidad nacional.
«La práctica educativa es todo esto: efectividad, alegría, capacidad científica, dominio técnico al servicio del cambio», sostenía Freire.
Entre sus obras destacan La educación como práctica de la libertad, Educación y cambio, y La pedagogía del oprimido. Esta última fue la base de su propuesta educativa.
Desde esta perspectiva definió la educación como un proceso destinado a la liberación y el desarrollo de la conciencia crítica. «La gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismos y liberar a los opresores».
Para Freire la alfabetización era la mejor vía para la liberación. Gran parte de su carrera la dedicó a alfabetizar a los adultos. Sus propuestas también influyeron en las nuevas ideas liberadoras de América Latina.
Cinco frases para recordar a Paulo Freire
1. «Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad».
2. «No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión».
3. «Nadie educa a nadie —nadie se educa a sí mismo—, los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo».
4. «Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre».
5. «El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación».
España/12 de abril de 2015/Antonio Sandoval/Fuente: La Voz de Galicia/
El pedagogo italiano presentó en Santiago la edición en gallego de su clásico «La ciudad de los niños», publicado por Kalandraka. Tonucci, en una entrevista concedida en el 2012 a La Voz también dejó este sorprendente titular que ha hecho reflexionar a muchos
Hablamos con Francesco Tonucci (Frato) en un restaurante del centro compostelano, sobre una mesa de madera oscura que sus manos acarician mientras va eligiendo con esmero las palabras con que va respondiendo, en castellano, a nuestras preguntas. Aprendió este idioma por sí mismo durante sus incontables viajes a España y Sudamérica. En una ocasión, en Argentina, llegó a dirigirse a 13.000 personas en un estadio.
Tonucci nació en Italia en 1940. Graduado en Pedagogía en 1963 (Universidad Católica de Milán), trabajó como maestro. Desde 1991 realiza en su ciudad natal de Fano el proyecto La Ciudad de los Niños. Es asesor científico del proyecto El Museo de los Niños, de Roma, y de otras entidades vinculadas al Proyecto Internacional de la Ciudad de los Niños, que se está desarrollando en Italia, España y varios países latinoamericanos. Ha estado en muchas ocasiones en Galicia. Esta vez ha venido para compartir sus ideas con un nuevo libro bajo el brazo: la edición en gallego de su clásico La ciudad de los niños, publicado por Kalandraka.
Esa misma mano que acaricia la mesa como con curiosidad de ebanista estaba hace un rato escribiendo y dibujando dedicatorias en los ejemplares de una cola infinita de lectores entregados. La presentación de su obra ha abarrotado como nunca el salón de actos de la Facultade de Ciencias da Educación de la Universidade de Santiago. Incluso se han fletado autobuses desde A Coruña.
«Este es un proyecto político, no educativo», ha comenzado explicando. Para apoyar su mensaje ha citado a san Agustín y a otros pensadores clásicos, pero sobre todo a niños. Niños con quienes ha dialogado sin prisa a lo largo de sus viajes. Charlar con él aviva en cualquier ánimo sensible el compromiso personal con tantos cambios como son necesarios.
-¿Qué pueden hacer los niños por la ciudad?
-Es una pregunta aparentemente pequeña, pero que implica muchas cosas. Lo primero es estar presentes. Hoy uno de los aspectos más preocupantes de la ciudad es la desaparición de categorías sociales: niños, niñas, ancianos, discapacitados… No se ve por las calles niños de en torno a los 12 años jugando. Esto empobrece mucho.
– ¿En qué sentido?
– En su ausencia nos portamos peor, como demuestra por ejemplo cómo funciona el tráfico. La presencia de niños hace la ciudad más segura, pues nos obliga a un mayor control, y también más bella y vivible. Otra cosa que pueden hacer es participar en el gobierno municipal con sus ideas. Es decir, aportar su punto de vista en las decisiones y cambios. Una ciudad buena debe ser para todos. Normalmente, cuando los adultos pensamos en «todos» pensamos solo en «todos los adultos», olvidando a ancianos, discapacitados y niños. Por eso la actitud de los niños es una gimnasia importante de democracia para los administradores.
-¿Por qué es el juego tan importante?
-Por dos razones. Una, porque si un niño no juega no crece, no se desarrolla, no aprende. Una ciudad democrática debe preocuparse por el bienestar de todos, pero en especial por el bienestar de los niños. Son ciudadanos, pero no disponen de los instrumentos de que sí disponen la mayoría de los ciudadanos adultos, y por tanto dependen de nosotros. En segundo lugar, el juego es una forma de presencia de alto nivel porque los niños, al jugar, ejercitan la etapa más importante de su desarrollo. Cuando a Freud le preguntaron cuál fue el año más importante de su vida, él respondió: «Sin duda, el primero». Así es también para nosotros. La principal actividad con la que creamos los cimientos sobre los que luego construiremos nuestra vida es el juego. No es casualidad que la Convención de los Derechos de los Niños dedique a la escuela y al juego dos de sus artículos, el 28 y el 31.
-Pero a veces hay que hacer los deberes?
-La escuela debería estar sumamente interesada en que los niños jueguen. Las experiencias pueden y deben ser comunicadas en el colegio. Por eso yo tengo una pelea desde hace muchos años contra los deberes de casa. La escuela debería pedir a los niños: «Por favor, debéis jugar para poder traer mañana experiencias». En esto hay que comprometer también a las familias. A menudo crean para los niños agendas más apretadas que las de los mayores.
-Parece clara su opinión acerca de los deberes escolares…
-Los deberes son una equivocación pedagógica y un abuso. Nunca consiguen el resultado que la escuela presume. Deberían ser una ayuda para los más débiles pero estos no son tan capaces de acometerlos, y además en casa a menudo no encuentran ayuda, pues pertenecen a familias de bajo nivel social y cultural. Así, quienes más aprovechan los deberes son los que menos los necesitan: aquellos que tienen familias que les pueden ayudar. La Convención habla del derecho a la escuela y al juego. ¡Deberían ser reconocidos como dos con el mismo peso! Si la escuela ocupa la mitad del día, la otra mitad no debería ser suya, sino de los niños.
«La garantía de una buena escuela son unos buenos maestros»
Tonucci cree que las leyes no influyen demasiado en la calidad de la educación. Por eso las leyes deberían centrarse en dar la mejor formación posible a los futuros maestros.
-¿Qué opinión le merece la nueva Lomce?
-No la conozco en profundidad, pero cuando me la enseñaron y leí el prologo, dije: «Una cosa así no puede pasar en un país occidental en el 2013». Tiene algunos contenidos que están totalmente en contra de toda la teoría pedagógica. Me asombra que un ministro tenga el valor de presentarla. Que en el prólogo se hable de que la competitividad sea el motor del aprendizaje es impresionante. Creo que todos los que se dedican a la educación están de acuerdo en que la escuela debe ser un lugar en el que se educa en la cooperación y no en la competitividad. Por otro lado, la desconfianza que manifiesta hacia la educación infantil, no considerándola casi a nivel educativo, está en contra de todas las teorías pedagógicas.
-¿Y cuál puede ser el impacto de esta nueva ley?
-Yo pienso que las leyes tienen muy poco que ver con los cambios, ni en positivo ni en negativo. Así como las buenas leyes que tuvimos en Italia no consiguieron cambiar significativamente la escuela para mejor, no creo que esta otra, que considero una mala ley, pueda incidir mucho en empeorar la escuela. El día que nuestros países decidan de verdad que quieren garantizar a todos los niños una buena escuela, dejarán de pensar en reformas legales y se dedicarán exclusivamente a la formación de los maestros. La garantía de una buena escuela son unos buenos maestros. El derecho al estudio que sostiene el artículo 28 de la Convención de los Derechos del Niño no significa tener derecho a un banquito y una silla, sino a un buen maestro o una buena maestra.
Los niños y la ciudad
FÁTIMA SANTIAGOPontevedra es un ejemplo de ciudad que va en el camino correcto para ser más habitable para las personas
Las ciudades necesitan un cambio profundo para crear espacios públicos compartidos por todos. Tonucci rechaza la creación de espacios específicos, como las zonas de juegos para niños.
-¿Cuáles serían las claves para convertir una ciudad en más habitable?
-Una es la posibilidad para todos los ciudadanos de moverse libremente en su propia ciudad. Esto es lo que precisa un cambio más profundo: pasar de una ciudad de «prioridad coches» a una de «prioridad peatones». Es decir, cambiar las prioridades. Esto conecta con el tema del espacio público. Hay que recuperar la idea de que lo que convierte un conjunto de casas en una ciudad es el espacio público, que debe ser de todos.
-¿Qué más?
-Hay que renunciar a dedicar espacios específicos para distintas categorías. Esto es una forma de marginación. Estoy pensando en concreto en los parques para niños. El lugar de juego debe ser para los niños un lugar elegido, no obligatorio. Deben poder elegir, según su juego, si van usar la acera, una plaza, un jardín o un paseo. Las ciudades pueden ahorrar mucho dinero si en lugar de dedicarlo a espacios de ese tipo lo destinan a espacios públicos que sean buenos para todos.
-¿Y en qué consistiría ese ahorro?
-Un parque para niños se convierte por la noche en un lugar para drogadictos y vándalos: no sirve para nada. Una plaza o un jardín pensados para que sean lugares verdaderos y buenos en cada hora del día y de la noche son lugares aprovechados para ancianos, para familias con bebés, para niños, para jóvenes. Así se convierten en lugares vigilados, nunca abandonados. Otra clave más es escuchar a los niños. Los niños no son mejores que nosotros, pero sí distintos. Una ciudad democrática escucha a los niños porque necesita conocer su otro punto de vista.
-La ciudad aleja la naturaleza de los niños?
-Mi metáfora en el comienzo de La ciudad de los niños es que una vez el bosque era el lugar del miedo, y la ciudad el de la seguridad. Ahora estamos mitificando el bosque, considerándolo el lugar de la naturaleza, y la ciudad se ha vuelto hostil. Soñamos con la naturaleza y nos asustamos del lugar donde vivimos. Tanto que nos encerramos en casa defendiéndonos con puertas blindadas e impidiendo a los niños salir, para defenderlos de peligros que solo conocemos por la televisión y que no se corresponden con la realidad de nuestros barrios y ciudades.
-¿Qué propone?
-Yo creo que las ciudades tendrían que hacer sitio a la naturaleza con más espacios verdes públicos y con huertos y jardines escolares, acostumbrando a los niños a criar animales y cultivar productos. Hay además que recuperar un encuentro con la naturaleza animando a las familias a salir de casa para conocer el bosque, considerándolo como un importante taller educativo.
-¿Qué asignaturas sobran y cuáles faltan para que el niño se conozca mejor a sí mismo y su entorno?
-El artículo 13 de la Convención de los Derechos del Niño dice que los niños tienen derecho a expresarse en todas las formas: literarias, científicas, artísticas… Las elegidas por ellos. Yo siempre me pregunto: ¿sabe esto la escuela? Loris Malaguzzi, director e inventor de las escuelas de Reggio Emilia, dice que los niños tienen cien maneras de pensar, de soñar… pero les roban 99.
-¿Quién se las roba?
-Yo creo que la escuela tiene mucha responsabilidad. Roba 99 proponiendo solo una. Las propuestas de la escuela son muy reducidas, solo son adecuadas para unas pocas personas: para las que nacen con vocación literaria, matemática o científica. Quienes nacen artistas, artesanos, deportistas, bailarines… no se encuentran reconocidos en esta escuela, y fracasan.
-¿Cuáles son las ciudades que más empiezan a parecerse a sus propuestas?
-Hoy en día yo hablo mucho de Pontevedra. Ha hecho un camino bastante rápido para asumir estas características de una ciudad para todos. Para ello ha asumido a los niños como parámetro. El cambio de diseño de las calles, como por ejemplo hacer más anchas las aceras hasta asumir como medida la de dos personas con el paraguas abierto, significa pensar una ciudad primero para la gente y después para los vehículos.
-Eso parece obvio.
-Sí, pero es casi revolucionario. Con todos estos cambios, hoy Pontevedra puede invitar a los niños a ir a la escuela sin adultos, porque está diseñada de manera que los niños están bastante protegidos. Es una ciudad en camino. No ha llegado, pero el camino es correcto. Espero que pueda seguir adelante.
«A cidade dos nenos»
PORTADA
Publicada por la editorial Kalandraka, la traducción al gallego de esta obra de Tonucci, tan clásica como resueltamente moderna, se ha convertido en un rápido superventas entre educadores y padres. De la traducción se han encargado Mónica Baleirón, Sonia Santos y Rut Vázquez.
Puedes encontrar más información en: http://bit.ly/1bPymQD
PARA SABER MÁS
Proyecto La Ciudad de los Niños: http://bit.ly/1jafgmH
Convención de los Derechos del Niño (PDF): http://bit.ly/1fUnTRh
Si quieres consultar otra entrevista de La Voz a Tonucci, del año 2012, en la que aseguró que un buen carpintero será más feliz que un ingeniero mediocre, puedes pinchar en este enlace.
Fuente de la entrevista: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/lavozdelaescuela/2015/04/07/deberes-equivocacion-pedagogica-abuso/00031428264968120321927.htm
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